Ignaciana, Rivista Di Ricerca Teologica, 10-2010

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ignaziana rivista di ricerca teologica www.ignaziana.org rivista web semestrale edita dal Centro Ignaziano di Spiritualità di Napoli n.10-2010 J OSÉ CARLOS COUPEAU S.I. Construyendo el sujeto : Nadal, la oración y los Ejercicios ROSSANO ZAS F RIZ DE COL S.I. El ritmo místico del primer cuadernillo del texto autógrafo del Diario espiritual de San Ignacio

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Ignaziana es una revista online gratuita, con ediciones semestrales (mayo y noviembre). Es expresión del Centro de Espiritualitad Ignaciana de la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma), bajo la responsabilidad del Instituto de Espiritualidad de la misma universidad. Publica artículos y noticias con la intención de estimular y profundizar la investigación en la tradición cristiana inaugurada por San Ignacio de Loyola. Realizando esta finalidad, la revista aspira a ser un punto de referencia para convertirse en un eficiente puente de diálogo entre autores y lectores en el presente momento histórico. En el panorama editorial que comprende las revistas de espiritualidad ignacianas actuales, los artículos de investigación y estudios en profundidad no encuentran un espacio adecuado y los autores prueban dificultad para publicar sus trabajos normalmente. Las revistas en circulación orientan sus contenidos al interés del mayor número de lectores posible; esta situación inhibe la labor de los investigadores, que se ven invitados a publicar estudios más breves, a evitar el lenguaje especializado, y, con frecuencia, a presentar sus trabajos en revistas que no están especializadas en espiritualidad. Esta situación favorece, aunque sea involuntariamente, la dispersión editorial y el dispersión literaria de quienes quisieran profundizar su experiencia espiritual teológica e ignacianamente. Acogiendo e integrando en un espacio familiar la producción especializada que encuentra su inspiración en la experiencia de san Ignacio, Ignaziana aspira a satisfacer este vacío.

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  • ignazianarivista di ricerca teologica

    www.ignaziana.org rivista web semestrale edita dal Centro Ignaziano di Spiritualit di Napoli n.10-2010

    JOS CARLOS COUPEAU S.I.Construyendo el sujeto :

    Nadal, la oracin y los Ejercicios

    ROSSANO ZAS FRIZ DE COL S.I.El ritmo mstico

    del primer cuadernillodel texto autgrafo

    del Diario espiritualde San Ignacio

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    10 (2010) presentazione

    134PRESENTAZIONE

    Il decimo numero di Ignaziana celebra il suo quinto anniversario di vita e lo festeggiacon due studi che riguardano Ignazio di Loyola e Girolamo Nadal, colui che ebbe lin-carico di presentare le Costituzioni del nuovo istituto a buona parte della Compagniaeuropea, ancora in vita il Fondatore. In effetti, larticolo di Carlos Coupeau su Nadal(Construyendo el sujeto: Nadal, la oracin y los Ejercicios) riguarda un argomento cheoggi richiama sempre pi lattenzione degli studiosi in quanto collegato alla problemati-ca sollevata da qualche anno attorno al soggetto apostolico, da una parte, e dallaltra aquella del soggetto degli Esercizi. Lautore presenta invece, come contributo alla ricer-ca, il soggetto collettivo che si colloca tra quei due soggetti, facendo emergere, inproposito, limportante ruolo che ha lorazione per costruire quel soggetto.

    Il secondo articolo, di Rossano Zas Friz De Col, presenta uninterpretazione delprimo quadernetto del testo autografo del Diario spirituale di SantIgnazio. Costatandola presenza di tre flussi di pensiero nel periodo riportato nel Diario, circa sei settimane,cio dal 2 febbraio al 12 marzo del 1544, lautore intreccia uninterpretazione delladinamica del discernimento che Ignazio intraprende precisamente a partire dallintera-zione dei tre flussi di pensiero. Lo scopo evidenziare come nel discernimento di que-sto periodo, incentrato sulla questione delle rendite delle case dei gesuiti formati, siaccavalcano le mozione interiori provenienti dalla sua reazione ai rumori provenientidallinterno della casa dove Ignazio soggiorna e che disturbano la sua preghiera, e lemozione pi personali e difficili da discernere che provengono dal suo inconfessatodesiderio di assicurarsi (disordinatamente) di avere preso la decisione giusta, mostran-do in esso il combattimento interiore che poco a poco si va facendo conscio fino arisolversi con la convinzione che la migliore sicurezza labbandono fiducioso alla vo-lont divina recepita.

    Ringraziamo i nostri lettori, in costante incremento, per il loro sostegno vivo e con-tinuativo durante questi cinque anni ci auguriamo, nel Signore nostro, di continuare aoffrire nel futuro questo servizio alla famiglia ignaziana. Un ringraziamento specialealla Provincia di Italia della Compagnia di Ges e al Collegium Professorum della Sezio-ne San Luigi della Pontificia Facolt Teologica dellItalia Meridionale per il loro soste-gno in questi primi cinque anni. E last but not least un sentito ringraziamento ai mem-bri del comitato editoriale che accompagnano la gestione della rivista e la gestazione diogni numero.

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    Construyendo el sujeto :Nadal, la oracin y los Ejercicios

    di JOS CARLOS COUPEAU S.I.

    0. Sujeto apostlico, subiecto, subiecto, subiecto, subiecto, subiecto, sujeto colectivo

    Sujeto apostlico. El sujeto apostlico se ha convertido en un trmino de moda. Pode-mos ejemplificarlo en seguida y as introducir la lectura de este artculo. Antes, sin em-bargo, sealamos que las disciplinas humansticas, que haban acorralado al sujeto de lamodernidad, hablan ya de un retorno del sujeto. El sujeto, que la filosofa y la historiahaban puesto entre la espada y la pared del objetivismo, economicismo y estructurali-smo, ha sido reivindicado en modos creativos tanto por los historiadores de la microh-istoria y la historia de las mentalidades como, ms tarde, por algunos filsofos.

    Tres ejemplos reflejan este giro hacia el sujeto en la vida apostlica de la Compaade Jess. Estos tres ejemplos nos sirven como composicin de lugar antes de aden-trarnos en el artculo (el lector puede preferir saltarlos). El primer ejemplo lo constituyeuna presentacin que el presidente de la Conferencia de Provinciales de Amrica Latinatuvo en Ro de Janeiro el 22 de diciembre del 2002; titulaba su presentacin: Un nuevosujeto apostlico.1 Francisco Ivern afirmaba: No parece tan extrao hablar de unnuevo sujeto apostlico hoy.

    El documento Caractersticas del Apostolado Social, publicado en 1998 por el Secreta-riado para el Apostolado Social me sirve para introducir el segundo ejemplo. Las Ca-ractersticas no utilizan el trmino sujeto. Invocan, sin embargo, la colaboracin para laaccin social como un signo de los tiempos, identifican algunos modos de colaboracinen que ha entrado la Compaa bajo nombres como trabajo de equipo (team work), yconcluyen reconociendo la preocupacin por el tipo de colaboracin y redes de trabajo(working relationships) que la Compaa est estableciendo en el campo de lo social.2 LasCaractersticas sealan virtudes y necesidades que ya se han detectado entre quienes co-

    1 Francisco Ivern, Un nuevo sujeto apostlico (Discurso a la Conferencia de Provinciales jesuitasde Amrica Latina [CPAL] (Rio de Janeiro, 1 diciembre 2002), 1-3. [http://www.cpalsj.org/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?from_info_index=466&infoid=172&sid=6&tpl=printerview]; cfr.(CPAL,Principio y Horizonte de nuestra misin en Amrica Latina, nn. 20-21, (2 de noviembre de 2002).

    2 Secretariado del Apostolado Social, Caractersticas del Apostolado Social de la Compaa deJess, en Promotio Iustitiae, 69 (1998) (entero).

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    laboran en obras e instituciones dirigidas por la Compaa.3 Simultneamente con laaccin social y cooperacin de la Compaa universal, las provincias particulares tam-bin usan la categora sujeto. Estamos pensando en anlisis de entorno que buscanmejorar la gestin y planificacin provincial. Por ejemplo, el Plan Estratgico de la pro-vincia de Loyola recurre al anlisis DAFO,4 y vuelve a referir a un sujeto apostlico.Describe tal sujeto mediante cuatro caractersticas y seala dos esfuerzos y cincorasgos para la construccin del mismo. De estos datos podemos concluir que, almenos en el nivel de lo operativo, existe una comprensin del sujeto apostlico.

    El tercer ejemplo, en fin, es un artculo titulado El Nuevo Sujeto Apostlico unmodo nuevo de ser jesuita?5 Su autor, Carlos Cabarrs, plantea un proceso de concien-ciacin por el cual el sujeto debe pasar de ser en s a ser para s y, con fundamentoen la teora de Ignacio Ellacura sobre el sujeto histrico, apunta a una definicin yuna estrategia misionera del sujeto social a tres niveles de compromiso: social (sujetopoltico), cristiano (sujeto apostlico) e ignaciano (sujeto espiritual?).

    Estos tres ejemplos reflejan un triple recurso al sujeto apostlico. Se produce entres contextos: cooperacin, planificacin y paradigma espiritual en temas de gestin.

    Subiecto. Estos ejemplos ponen de manifiesto la actualidad del sujeto. Desde unpunto de vista espiritual que busca su fundamentacin en el pasado, nos invitan a vol-vernos en bsqueda de las primeras presentaciones que la Compaa de Jess escuchde algo parecido al sujeto actual. Sobre este tema se ha escrito poco todava.

    Durante la Edad Moderna y gracias al desarrollo de la subjetividad, se pas de estarsujeto a ser prioritariamente sujeto. La postmodernidad, despus, ha cuestionado el sujeto(en filosofa inicialmente, pero tambin en literatura, sociologa, historia y psicologa).Para ejemplificar la trascendencia del tema del sujeto podemos pensar, por ejemplo, enla frmula contemplativos en la accin, que participa tanto de aquella dependencia ypasividad mstica (estar sujeto por lo que se contempla), como de aquel protagonismoo colaboracin libre con la gracia (ser sujeto activo).

    Todava, el uso distintivo que Ignacio de Loyola hizo del concepto sujeto se escon-de bajo una tercera forma: tener sujeto. Mientras que el uso ordinario de la lengua espaoladurante la Edad Moderna oscila entre estar sujeto (depender) y ser sujeto (actuar, serportador de la accin), Ignacio habla de tener subiecto, para elegir continencia, virgini-dad, religin y toda manera de perfeccin evanglica [Ej 15]. En los Ejercicios estesujeto es individual.

    3 De hecho, el P. Peter-Hans Kolvenbach, ha reconocido que quienes trabajan en el apostoladosocial deben mantener un grado notable de comunicacin entre s y a todos los niveles, desde las baseslocales hasta los niveles internacionales de cooperacin y en todas las formas de accin (directa, atravs de movimientos, investigacin, reflexin y publicacin). Peter-Hans Kolvenbach, De apostola-tu sociali. Acta Romana Societatis Iesu 22 (2001) 636.

    4 Desafos, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades, traduccin del ingls SWOT.5 Carlos R. Cabarrs, El Nuevo Sujeto Apostlico un modo nuevo de ser jesuita? Diakona 29,

    no. 114 (2005) 62-74.

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    Sujeto colectivo. Mientras que el sujeto apostlico es un sujeto mltiple integradopor jesuitas y posiblemente tambin por no jesuitas, el subiecto de los Ejercicios es unsujeto individual. Para hablar de un sujeto entre ste y aqul, para hablar de un sujetocolectivo societario debemos remontarnos hasta Jernimo Nadal.

    En las presentaciones que Nadal hizo de modo nuestro de proceder y, en particu-lar, de los Ejercicios Espirituales, el sujeto evoluciona a travs de tres estadios ignacia-nos: a) originalmente, el subiecto de los ejercicios (individual y netamente ignaciano,caracterstico en el uso tener sujeto), b) posteriormente, el sujeto religioso-eclesiolgico(corporativo, caracterstico de la expresin nuestro modo de proceder), c) finalmente, elsujeto apostlico al cual acabamos de referir (organizativo, de extraccin ms afin con ladisciplina sociolgica y la accin institucional, propio de la planificacin estratgica). Siaceptamos esta distincin, afirmamos que el sujeto promocionado por Nadal, el religio-so-eclesiolgico, ocupa un lugar intermedio entre el sujeto apostlico actual y el subiectoignaciano original.6

    Sumariamente podemos resumir el contenido de este artculo diciendo que Nadalabri el sujeto del mbito de lo estrictamente individual al campo de lo corporativo. Elartculo lo ejemplifica mediante las referencias a las presentaciones que Nadal hizo porlas comunidades de jesuitas que visitaba y, en particular, con su doctrina sobre la ora-cin. Al formularlo, sin embargo, habra dado a la experiencia ignaciana originante losprimeros tonos ideolgicos. Procederemos presentando inicialmente a Nadal, su labore impacto en la antigua Compaa. De esta presentacin se deduce una accin positivasobre la dimensin exterior del sujeto. A continuacin plantearemos la construccin delsujeto interno mediante la oracin. Pero lo haremos despus de considerar cmo lasinstrucciones de Nadal encuentran su matriz en la oracin del mismo.

    1. Jernimo NadalJernimo NadalJernimo NadalJernimo NadalJernimo Nadal (Mallorca 1507-Roma 1580)

    1.a. Datos biogrficos ms pertinentes1.a. Datos biogrficos ms pertinentes1.a. Datos biogrficos ms pertinentes1.a. Datos biogrficos ms pertinentes1.a. Datos biogrficos ms pertinentes

    Jernimo Nadal defini los Ejercicios Espirituales como la primera entrada y puer-ta por donde se ha de entrar del siglo a la religin (Nadal 5:274), y desde luego asparece haber sido en su caso, pues Nadal dej el siglo por la Compaa de Jess.

    Nadal haba estudiado en la universidad de Alcal poco despus que Ignacio la aban-donase. Aunque Nadal hubiera oido hablar de Ignacio a otros, slo lo trat en Pars (1532).7

    Conocidos comunes a los dos, como el confesor de Ignacio, Manuel Miona, Diego La-

    6 J. Carlos Coupeau, y Jaime Emilio Gonzlez Magaa, Sujeto, en Diccionario de EspiritualidadIgnaciana, editado por Jos Garca de Castro, 1662-1668. Bilbao-Santander: Mensajero-Sal Terrae, 2007.

    7 Cf. Juan Nadal Caellas, Jernimo Nadal, vida e influjo. Bilbao - Santander: Mensajero - Sal Terrae,2007, 30-31.

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    nez o Nicols Salmern, lo invitaron a unirse al grupo de los Iiguistas pero Nadalrechaz estas invitaciones como rechaz tambin hacer los Ejercicios que Ignacio le pro-puso, precisamente el da en que Nadal haba obtenido el grado de Maestro en Artes.8

    Nadal no hara los Ejercicios ni frecuentara aquella Compaa sino aos despus.Hasta que lleg ese momento, Nadal pas por una serie de experiencias. Fue orde-

    nado al presbiterado y obtuvo un doctorado en teologa (1538), atraves una depresinde siete aos y, finalmente tuvo noticia de los progresos que Ignacio y los suyos habanhecho. Una carta de Francisco Javier le inform de la aprobacin de la Compaa. Estacarta haba llegado en copia hasta l. Leyndola, Nadal sinti vivo inters y como de-spertar de un letargo que le mova a dirigirse a Roma cuanto antes. Una vez en Roma,ahora s, frecuent a Ignacio, se inform sobre la Compaa, hizo los Ejercicios (5-23 denoviembre 1545) e ingres en la Compaa.9

    Despus de un tiempo de noviciado y de desempear ciertos oficios junto a Ignacio,ste lo destin como superior del grupo de jesuitas que marchaba a formar una comuni-dad en Mesina y a fundar un colegio en esta ciudad. Nadal organiz el programa educa-tivo de aqul centro y favoreci que se dieran los Ejercicios.10 El plan de estudios delcolegio de Mesina y la aplicacin del Modus parisiensis all serviran a Ignacio comoborrador para trazar el plan de estudios y pedagoga que distinguira al Collegio Roma-no en seguida. De aqu, los primeros candidatos sicilianos a entrar en la Compaa notardaron. Consecuentemente, Nadal organiz una casa de Primera Probacin enMesina (1550) y otra en Palermo (1551),11 dos de los cinco noviciados que inauguraradurante su vida. De este primer periodo queremos sealar por su significatividad queNadal impusiera la sotana a los novicios en Mesina12 y que tambin diera una instruc-cin sobre la oracin, la ms antigua que se conserva de Nadal.13 Ambos datos ilustransu temprana contribucin a la formacin de un sujeto colectivo.

    Ignacio llam a Nadal a Roma para que estudiara el borrador de las constitucionesde la Compaa que estaba elaborando. Tambin quera conferir con l. Ignacio le con-fi la misin de presentar este texto en Sicilia y, luego, en la pennsula ibrica. Nadal aslo hizo entre la primavera-verano de 1553 (Portugal) y el otoo del ao siguiente enEspaa (noviembre-setiembre 1554).14 Inicialmente, present el Examen de las Consti-tuciones con las notas que haba tomado en Roma y, despus que llegara una copia del

    8 Nadal 1:29.9 Joseph de Guibert, La espiritualidad de la Compaa de Jess: Bosquejo histrico, Santander: Sal

    Terrae, 1955, 149.10 No sabemos con exactitud a quines dio l personalmente Ejercicios. Sabemos que, aos ms

    tarde, los dio en Venecia, donde se detuvo un periodo largo (Iparraguirre, Historia, 2:36-37) y quecomenz a darlos a su sobrino Antonio Mora, en Roma, pero que ste no los termin (Nadal Caellas,Jernimo Nadal, vida e influjo, 193-194).

    11 Nadal Caellas, Jernimo Nadal, vida e influjo, 89-90. 91.12 Tambin se la impondra a los postulantes de Coimbra (Ibid., 106).13 De oratione en Nadal 5:25-30.14 Probablemente pertenecen a este periodo las plticas tituladas Exhortationes anni 1554, en Espaa:

    Nadal 5:31-105.

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    texto ntegro a Lisboa, platic tambin sobre el resto del Instituto, dejando reglas parala vida de comunidad en los lugares por los que pasaba; mantendra esta prctica envisitas futuras. En aquel viaje, Nadal tambin interpret el texto de los Ejercicios, porentonces, nico documento del Instituto en manos de un grupo importante de jesui-tas.15 Sus constantes movimientos, sin embargo, le impediran dar Ejercicios. Llegandoa Valladolid, Nadal concibi un plan para responder por escrito a una censura que eldominico Pedroche acababa hacer contra los Ejercicios; no sera capaz de empezar aescribirla, sin embargo, hasta dos aos ms tarde (febrero de 1556).16 En sus visitas a loscolegios del norte de Italia, Nadal continu insistiendo en la oracin, que ya se habaconvertido en un captulo destacado en su proyecto de presentacin del Instituto. Seentrevistaba con los jesuitas y dejaba sumarios de las constituciones que explicaba.

    Habiendo ya regresado a Roma, Ignacio lo envi a Espaa por segunda vez (1555).Ahora su misin era encontrar fondos y nuevos profesores para el Collegio Romano.Durante el viaje, Nadal comenz un proyecto de comentario a las constituciones que nocompletara.17 La noticia del fallecimiento de Ignacio aconsej a Nadal dejar todo comoestaba y regresar a Roma. En esta ciudad fue nombrado superintendente y, despus,rector del Collegio Romano (1557). Siendo rector, Nadal dio comienzo a una prcticaque luego se extendera y acabara establecindose: predic un triduo para renovacin delos votos de los que se preparaban para entrar en la Compaa. Al llegar las vacaciones,tambin exhort a los alumnos del Collegio a la prctica estival de ejercicios espirituales.

    A finales de 1557, Nadal pudo haber concluido su Apologa contra la censura de laFacultad de Pars. Tambin particip activamente en las preparaciones de la primeraCongregacin General y, eminentemente, en la resolucin de la crisis institucional quesigui a la muerte de Ignacio.

    Durante los generalatos de Diego Lanez (1558-1565) y Francisco de Borja (1565-1572), Nadal continu escribiendo sus explicaciones del Instituto, ejerciendo como su-perintendente del Collegio Romano y visitando a los jesuitas por las provincias europe-as. Fue nombrado Asistente para las provincias de Austria y Germania Superior, y msadelante visitador con plena autoridad a las provincias de Alemania, Austria y Renania.Como anterioremente en el Collegio Romano, sigui promoviendo los Ejercicios entrelos estudiantes de otros colegios que visitaba (1561-1567).18 Tambin visit los colegiosde Flandes, Blgica y Francia. Despus de regresar a Roma, Borja lo nombr Asistentede Espaa (1568) y, durante la ausencia de Borja en viaje por Espaa, Portugal y Fran-cia, ste lo nombr su Vicario General para la Compaa (1571). Al regresar Borja y

    15 Ignacio Iparraguirre, Prctica de los ejercicios de San Ignacio de Loyola en vida de su autor, 1522-1556, Bibliotheca Instituti Historici S.I. ; v. 3. Bilbao: El Mensajero del Corazn de Jess, 1946, 105(Abreviado como Historia de los Ejercicios vol.1, a partir de ahora).

    16 El texto se puede recomponer a partir de estas ediciones parciales: Nadal 4:820-826 + Chron Pol3:525-573 + Nadal 4:826-873.

    17 Annotationes in Constitutiones en Nadal 5:106-130 y Annotationes in Examen en Nadal5:131-205.

    18 Cf. Mon Paed 772.849; Iparraguirre, Historia de los Ejercicios, 2:137.

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    morir en Roma, Nadal tom parte activa en la Congregacin General 3 (1573), como yahaba hecho en las Congregaciones precedentes. Desde la conclusin de sta, Nadal seretir a Hall para dedicarse a revisar sus obras escritas acerca del Instituto y a componery procurar la edicin de las Adnotationes et Meditationes (1594), o texto que acompaa-ba 153 imgenes (las Historiae evangelicae imagines). Estas imgenes describan escenasde los evangelios y acabaran publicndose separadamente de aquellas notas y medita-ciones.19 Nadal habra compuesto estas meditaciones y hecho dibujar las lminas que lasacompaan con intencin de dar materia a los estudiantes jesuitas para que pudiesenhacer su oracin, segn afirma Nadal Caellas.20 Nunca lleg a ver el libro, sin embargo,que apareci despus de su muerte.

    Qu fin tenan estas meditaciones e imgenes? Nadal Caellas y algunos historiado-res subrayan el valor que stas tenan para transmitir el evangelio. Las imgenes, sinembargo, haban tenido otros usos tambin. Estos militan dentro del esfuerzo de la Con-trareforma. El primer uso era la propaganda, algo bien conocido y practicado por losReformistas alemanes. El segundo uso era la formacin. Nadal concibi sus notas y medi-taciones con un objetivo formativo y en esto no es ajeno al contexto contemporneo alque pertenece el decreto sobre las representaciones artsticas del Concilio de Trento.

    Las imgenes de la Historia Evanglica, gracias a la unin indisoluble de la estampa grabaday el texto escrito, fueron en su tiempo de una innegable originalidad. Por un lado actualizabanel mtodo ptico-intuitivo de oracin personal que, encontrado por la devotio modernamedieval, haba perfilado san Ignacio de Loyola. Por otro, contribuan eficazmente aladoctrinamiento de las masas conforme a las orientaciones del Concilio de Trento, explotandoa fondo la tcnica de reproduccin y multiplicacin de la imagen en virtud del grabado....El libro de Jernimo Nadal constituye una de las contribuciones, a nuestro entender, msnotables, al espritu y al arte de la Contrarreforma Catlica.21

    Los grandes comentaristas de la espiritualidad ignaciana dieron a Nadal una aten-cin creciente a lo largo del siglo pasado. Joseph de Guibert, los hermanos Rahner yMiguel Nicolau concedieron a Nadal un lugar propio en la teologizacin de la espiritua-lidad ignaciana. Trabajos de naturaleza ms histrica como aquellos de Ignacio Iparra-guirre, Dennis Pate, William Bangert, John OMalley o Joan Nadal Caellas muestransu relevancia para la Compaa, como grupo social, y apuntan en la direccin de laformacin de una identidad.

    19 Jernimo Nadal. Adnotationes et Meditationes in Evangelia quae in sacrosancto Missae sacrificiototo anno leguntur. Antverpiae, 1594.

    20 Nadal Caellas, Jernimo Nadal, vida e influjo, 223-224. La afirmacin del bigrafo toma al pie dela letra y acrticamente la declaracin del secretario de Nadal en su introduccin a las Annotationes. Enseguida, sin embargo, se apresura a aadir que no es menos cierto que Nadal era consciente que aquel-las obras, especialmnte los grabados, podan servir de instrumento para la prediccin (sic.) catlica entierras amenazadas por la hereja protestante.

    21 Jernimo Nadal, Imgenes de la Historia Evanglica, con un estudio introductoria por AlonsoRodrguez de Cevallos, de la Universidad de Comillas, Barcelona 1975, p. 14-15, citado por Nadal Caellas,Jernimo Nadal, vida e influjo, 225.227.

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    1.b. Aproximacin teolgico-dogmtica a Nadal.1.b. Aproximacin teolgico-dogmtica a Nadal.1.b. Aproximacin teolgico-dogmtica a Nadal.1.b. Aproximacin teolgico-dogmtica a Nadal.1.b. Aproximacin teolgico-dogmtica a Nadal.

    Joseph de Guibert dedic todava poca atencin a Nadal en La espiritualidad de laCompaa de Jess. Esta obra pstuma vio la luz despus de un proceso de censura. Esconocido que el General Ledockowski no la encontr totalmente de su agrado y queantes de su publicacin fue retocada dejando marcas bajo las que algn autor no hadudado en descubrir una doble autora.22 En particular, el tratamiento que Nadal recibeen la obra de de Guibert ilustra esta cuestin de dos autores.

    De Guibert se interes en mostrar cmo la experiencia ignaciana vino a perpetuarse,transmitirse y crecer. En este contexto, de Guibert afirma de Nadal dos cosas aparente-mente contradictorias. Por un lado y significativamente en las pginas finales, el libroreconoce a Nadal como verdadero heredero del pensamiento de Ignacio sobre la ora-cin.23 Por otro lado, Nadal habra favorecido una postura diversa de la de Ignacio enmateria de oracin cuando acept alargar el tiempo de oracin para el caso del colegiode Alcal, durante su visita en Espaa.24

    Los hechos los relata Gonzlez de Cmara; sucedan dos aos despus de que sen-das cartas de Polanco e Ignacio afirmasen que Nadal tena absoluto conocimiento de lamente de Ignacio.25 Gonzlez de Cmara y el mismo Nadal recuerdan vivamente aquellacorreccin (capello) que Nadal acept con humildad.26 El hecho podra representar ciertadificultad en comprender este tema de la oracin ignaciana.27

    Miguel Nicolau era el hombre en quien de Guibert pona su esperanza que el dficitbiogrfico sobre Nadal sera finalmente resuelto.28 El Jernimo Nadal de Nicolau publi-ca los contenidos de la tesis doctoral que haba defendido en Innsbruck. En realidad,Nicolau ley la doctrina nadaliana sobre la oracin en s misma y a partir de la neo-escolstica.29 Su estudio de Nadal, sin embargo, no ha sido superado todava.

    22 Joseph Veale, Saint Ignatius Asks: Are You Sure You Know Who I Am? Studies in the Spiritua-lity of the Jesuits 33, no. 4 (2001) 35-38.

    23 Joseph de Guibert, La espiritualidad de la Compaa de Jess, 406.24 Ibid., 54, 133, 405; cf. FN 1:676-677, Memoriale [256].25 Mentem nostram omnino noverit Nadal 1:144 (10 de abril 1553) y Epp 5:109 (7 de junio 1553).26 Con mi insistencia inoportuna e irrevernte acerca de que el tiempo de la oracin deba incremen-

    tarse, molest al P. Ignacio. El mismo Nadal explica la reprensin que por ello recibi das ms tarde.Nadal 2:32.

    27 Huic ministerio P. Ignatius tantum tribuit, quantum potuit. Maxima arma solebat haec nostrapraedicare, quibus ad ipsius servitium Deus tantam dederat efficaciam, neque aliam methodum voluitunquam orationis vel dare vel permittere (Nadal 4:669).

    28 El mismo de Guibert lo reconoce as: Una buena vida de Nadal es uno de los desiderata mssensibles de la historia de la Compaa La espiritualidad de la Compaa, p.141, n.53. La biografa deNicolau abarca las pginas 15-70 de su Jernimo Nadal (1507-1580): obras y doctrinas espirituales, Ma-drid: Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, 1949.

    29 Philip Endean, Karl Rahner and Ignatian Spirituality, Oxford Theological Monographs. Oxford:Oxford University Press, 2001, 71, n.13.

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    Para Nicolau, Nadal es puente muy principal entre San Ignacio y los primerosautores ascticos como Gonzlez Dvila (1532-1596), Francisco Surez (1548-1617) oLuis de la Puente (1554-1624). Pero Nadal tambin es el telogo desconocido por laCompaa.30 Nicolau confirma el slido fundamento escriturstico y la erudicin de Nadal,pero, sobre todo lo considera un telogo. Tambin reconoce que Nadal ha sido un autordesconocido fuera de la Compaa y an dentro de sta, pues a finales del siglo XIX suobra permaneca casi indita.

    Nicolau quiere recuperar a Nadal por su accin y por su doctrina. Este doble mbitoes el campo en que estudia sus obras y en que percibe una suma equilibrada de compo-nentes opuestos.31 En efecto, Nicolau concluye su obra notando que Nadal habla demstica... pero su lenguaje subraya la asctica, que

    el cuerpo de sus doctrinas sobre la oracin se sita plenamente dentro de los Ejercicios desan Ignacio, e insiste en orar segn el modo de la Compaa. Pero tampoco tiene concepcionesestrechas sobre ese modo, como aparece en su manera ordinaria de practicar y entender lospreludios.32

    Nicolau reconoce que las Meditaciones de Nadal revelan un factor intuitivo e ima-ginativo pero que su propio diario espiritual es de tendencia preferentemente ab-stracta y afectiva (Jernimo Nadal, 459). En su formulacin ms popular, Nadal conci-be la doctrina de la vida apostlica como el resultado de una tensin entre accin ycontemplacin.33

    Sera demasiado arriesgado interpretar tal polarizacin caracterstica como la con-secuencia de una defectuosa integracin entre, por una parte, la prctica personal du-rante aos antes de entrar en la Compaa y, por otra, la doctrina aprendida por obser-vacin de Ignacio y estudio de textos? Tambin podemos preguntarnos crticamentelas contradicciones apuntadas por estos telogos son tales o proceden de un tipo deinterpretacin teolgica? En realidad sorprende que estos estudios se hicieran en au-sencia de una biografa crtica de Nadal donde su autoridad como intrprete de Ignaciohaya sido estudiada rigurosamente. El resultado de esta aproximacin teolgica nosinvita a interesarnos por la mirada de los historiadores, a continuacin.

    30 Nicolau, Jernimo Nadal, 445.31 Ibid., 461.32 Ibid., 460.33 A la ambivalente naturaleza de la influencia ignaciana que de Guibert y Nicolau percibieron en

    Nadal en materia de oracin, debemos aadir la percepcin ambiguamente mstica que los hermanosRahner destacaron. Los escritos de Nadal estn llenos de paradojas y apuntaban en la direccin de larealidad trascendente, ms all de distinciones como contemplativo/activo, mstico/asctico, Ende-an, Karl Rahner and Ignatian Spirituality, 68-70.

    34 Jernimo Nadal, Ratio vocationis en Nadal 5:723-733 y la transcripcin de Del modo de pro-ceder de la Compaa en Nadal 4:614-619, en Nadal 5:722-725 (a pie de pgina).

    35 Ignacio Iparraguirre, Estilo espiritual jesutico (1540-1600), Bilbao: Mensajero, 1964, 147.

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    1.c. Nadal segn los historiador1.c. Nadal segn los historiador1.c. Nadal segn los historiador1.c. Nadal segn los historiador1.c. Nadal segn los historiadoreseseseses

    Ignacio Iparraguirre, Dennis Pate y John OMalley han reconocido a Nadal un lugarestratgico en la construccin del sujeto colectivo jesutico. La descripcin nadalianadel Modo de proceder, en realidad, constituye la promulgacin de un sujeto moderno.34

    Ignacio Iparraguirre consider a Nadal el primer terico de la oracin jesutica.35 Lereconoci el mrito de haber sabido recoger las prcticas ignacianas, observadas yasimiladas por l directamente, y haberlas despus dado cauce en avisos y normas con-cretas, cuya prctica determinaba y urga en sus visitas.36

    Para contextualizar esta afirmacin nos ayuda comprender que Iparraguirre habapuesto la espiritualidad en el centro de su investigacin histrica sobre la Compaa deJess. Nadal es el terico de una espiritualidad que se vio sumida en una crisis de iden-tidad a la muerte de Lanez, y este conflicto no se resolver hasta el final del generalatode Acquaviva. La ambigedad que ya hemos referido favorecer que ambas posturasencuentren apoyo en las presentaciones del instituto de Nadal.

    Iparraguirre se refiere a la espiritualidad jesutica en trminos de materia y forma.Solo aparentemente filosfica, esta terminologa le sirve para introducir la cuestin cen-tral del periodo 1540-1600: Haba pasado el tiempo en que, como deca el P. Mercuria-no, la Compaa necesitaba ms de forma que de reforma.37 Mientras que la formade la espiritualidad jesutica estaba consolidada en los Ejercicios, los contenidos de stasiguieron creciendo con reglamentaciones e instrucciones y la re-forma vendra comoreaccin ante lo que algunos perciban como un dficit espiritual. Durante los generala-tos de Francisco de Borja y Everardo Mercuriano, se consolid una intensificacin delascetismo. Lo ilustra, por ejemplo, el establecimiento de la hora de oracin para losescolares,38 la standarizacin de una asctica en los noviciados o la descalificacin dealgunas formas de oracin porque no procedan de los Ejercicios.

    En resumen, al movimiento inicial de expansin dentro de la Compaa habra se-guido otro de organizacin paulatina. Nadal contribuy especialmente a esta estabili-zacin de costumbres y creacin de formas adecuadas.39 Iparraguirre llama a Nadal elprimer terico de la oracin jesutica e ilumina la trascendencia de su obra escrita conla polmica entre dos facciones: los recoletos y los apostlicos. En este contexto secomprende la trascendencia de la hora de meditacin y de las Meditationes HistoriaeEvangelicae.40

    36 Ignacio Iparraguirre, Historia de los Ejercicios 1: 71.37 Iparraguirre, Estilo espiritual, 29.38 En realidad, una hora matutina, de oracin mental toda ella en una sola sesin. El proceso que

    condujo a esta opcin no est claramente definido pero no discrepa con la enseanza de Nadal; cf.Pedro de Leturia, La hora matutina de meditacin en la Compaa naciente AHSI 3 (1934) 47-108.

    39 Iparraguirre, Estilo espiritual, 13.40 Iparraguirre se interesa por las dos grandes tendencias en materia de oracin: la ms afectiva y la

    ms intelectualista. Iparraguirre desenmascara la ausencia de dimensin prctica de algunos escritos,Ibid., 157.

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    El segundo autor que quiero considerar es D. Pate. Este autor obtuvo su doctoradoen Historia con una tesis que presentaba a Nadal en la matriz del desarrollo que laCompaa experiment en el medio siglo que sigui a la muerte de Ignacio.41 SegnPate, nadie contribuy tanto a la institucionalizacin de una orden en el proceso haciasu estabilizacin.42

    Nadal dej una impronta ms sutil que la ejercida por Diego Lainez y Francisco deBorja, los sucesores de Ignacio. Nadal fund el primer colegio de la Compaa paraexternos en Mesina, e inaugur la aplicacin del modus parisienses en manera eclcticacaracterstica de la Compaa ms tarde. All, Nadal dio fundamento a la pedagoga de laorden que la Ratio Studiorum acabara desarrollando. Nadal estableci el primer novi-ciado exento de la Compaa, en Mesina. Luego abrira otro en Palermo, otro en Portu-gal y otros dos en Espaa. En stas y otras visitas, Nadal estableci abundantsimasreglas.43 Otra contribucin original fueron sus cuestionarios para los jesuitas. Actual-mente conservamos 1250 respuestas a tales cuestionarios. Eran dos bateras de pregun-tas pensadas para explorar el fuero externo y el fuero interno de las nuevas vocaciones.Por supuesto, los cuestionarios proporcionaron informacin a Roma, pero tambin cre-aron una conciencia: Nadal hizo que la obediencia y observancia que cada uno tena alas Constituciones fuera ms autnticamente una cuestin de la conciencia personal.44

    Nadal formul el principio teolgico espiritual que superaba la tensin entre con-templativos y activos. Estamp el sello del carisma obteniendo el relato autobiogrficodel fundador. Con su propia aproximacin, determin que la espiritualidad de la ordeny sus prcticas de oracin girasen teolgicamente en torno a los Ejercicios.45 Se asegurque la mayora de los novicios hicieran Ejercicios en su totalidad y con correccin encuanto al mtodo. Para ello, hizo corregir y hasta corrigi personalmente las copias deEjercicios que encontr en los colegios. Para ello tambin procur en Viena una nuevaedicin del texto y dispuso que fuera distribuido a toda la Compaa. Comenz y pro-mocion la repeticin de los Ejercicios, su ritmo anual y su esquema predicado.

    41 Dennis Edmond Pate, Jeronimo Nadal and the Early Development of the Society of Jesus, 1545-1573, PhD dissertation, University of California, 1980.

    42 The labor of maintaining these ideas [the principles of centralization, strict hierarchy, discipline,dedication to the papacy, independence of non papal authority, a flexible uniformity and active apostoli-cism] and putting them to the best and most widespread practical effect ... was the task of the Societysfounder and his successors ... In this respect no person ... was more important than Nadal, Ibid., 385.

    43 Algunos jesuitas se quejaron de lo que juzgaban un genio excesivamente organizador. Por ejemplo,el provincial de Aragn, Antonio Cordeses escriba al P. Lanez acerca de Nadal: en su visita, dejmuchos avisos e instrucciones. En verdad, que dej tantas, que hacen un gran volumen, y creo que subenpoco menos de 30 cuadernos, lo que cierto espant a muchos, porque parece que es imposible poderseponer tanto en la cabeza, despus de constituciones, reglas, declaraciones de constituciones, acta congre-gationis. Y aunque a sus avisos no los intitula deste nombre, pero tanta fuerza tienen como reglas, porqueha dejado ordenado que se ejecuten todos con exactitud y que nadie lo pueda mudar sino l mismo oV.P. (12/09/1562; Nadal 1:816). A la muerte de Lanez, la CG 2 discuti sobre la obligatoriedad y laabundancia de reglas a que Nadal haba contribudo, (Nadal Caellas, Jernimo Nadal, vida e influjo, 195.

    44 Pate, Jernimo Nadal and the Early Development, 390.45 Ibid., 387.

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    John OMalley, finalmente, ve a Nadal como al intrprete para las nuevas comunida-des que se iban creando. Nadal supo interpretar a Ignacio y su Instituto a las dos prime-ras generaciones de jesuitas revelndoles qu significaba ser jesuita pero infundiendo enellos a la vez el esprit de corps.46

    En visitas que alcanzaron a la casi totalidad de las comunidades en Europa occiden-tal, Nadal conoci ciertamente a muchos ms jesuitas que Ignacio. Nadal se detena porun tiempo, presentaba el instituto y exhortaba a los jesuitas all reunidos y se esforzabapor mantener entrevistas con cada uno particularmente. Luego dejaba tras de s reco-mendaciones y normas, a menudo en forma de reglas.

    En ausencia de otro texto institucional que el de los Ejercicios, podemos compren-der que a los inicios de la Compaa, aquellas reglas ayudasen a establecer un estilo devida en las comunidades. Para ellas, an la comprensin de los Ejercicios qued media-da por la autoridad de Nadal y, en especial, por su presentacin de dos meditaciones (ElRey Temporal, Dos Banderas). Nadal interpret cada aspecto de lo que se denominnuestro modo de proceder durante tres generalatos.

    Para OMalley, el modo era, en realidad, el estilo, la manifestacin del carcter, de losvalores ms profundos y de las prioridades de la organizacin que afirma: le style estlhomme mme.47 Por supuesto, la esencia de este estilo inclua una parte institucionalorganizativa propia, pero tambin otra espiritual, afectiva y prctica (spiritu, corde, prac-tice) que no sera tan exclusiva de la consagracin y en el centro de la cul estaba laoracin que hoy llamaramos ignaciana.

    Antes de pasar al siguiente apartado y a modo de conclusin de ste podramosresumir que Nadal jug un papel clave en la formacin del sujeto de la Compaa. Lainfluencia de Nadal sobre la joven Compaa abarc desde las exhortaciones e instruc-ciones a los mtodos de oracin. Sea como quien acert a dar una serie de pasos por loscuales la Compaa vino a institucionalizarse, que como intrprete de Ignacio y de sucarisma para las nuevas comunidades o como terico de su espiritualidad y en particularde su modo de oracin, Nadal comenz a formar un sujeto societario.

    2. La formacin del sujeto

    Por un lado, lo hemos visto, Nadal se empe en dar forma a la dimensin externa ypor decir as ms institucional del sujeto; por otro lado, Nadal tambin se esforz en laformacin del sujeto interior.

    Las acciones institucionales militaban ms a la formacin exterior del sujeto en losnuevos miembros de la Compaa. Las acciones que ya hemos enumerado segn unorden ms cronolgico podran ilustrar lo que M. Foucauld ha llamado practiques divi-

    46 John W. OMalley, Los primeros jesuitas, Bilbao y Santander: Mensajero y Sal Terrae, 1995, 85-95.47 Ibid., 448.

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    santes: Por ejemplo, que Nadal prescriba que uno tenga en general superintendencia delas cosas espirituales de todos o que delegue en el oficio del rector y del maestro denovicios tanto prescribir como exigir que se controle la oracin,48 la reglamentacin dela vida en comunidad que no poda ser alterada o la aplicacin de dos cuestionarios oexmenes (generales y particulares) preparados por l mismo y que orientaban lapercepcin de quienes los administraban.49 Seguimos identificando esta actitud regla-mentista en declaraciones como: querra yo que cada uno se tuviese toda la vida pornovicio,50 especialmente en los noviciados que abri y en el acento puesto para quedurante los aos de noviciado se manifestase la propia conciencia y, a partir de ello, secelebrase la confesin general semestral; algo que justific as: Tiene esta regla princi-pio y fundamento en los Ejercicios...51 Tambin la identificamos en sus explicacionesdel Instituto en general, en sus exhortaciones sobre el modo nuestro de proceder, enparticular, en sus Meditaciones y en las Imgenes de la Historia del Evangelio que lasacompaaban, que junto con la metodologa para utilizarlas constituyen un programapara el uso de la imaginacin en la oracin.52

    Si contribuy a la institucionalizacin del sujeto mediante el acento puesto sobre vir-tudes especficamente societarias como la mortificacin, humildad, simplicidad, pacien-cia, obediencia, etc., adems, para llevarlas al grado de perfeccin confi en la oracin.

    Con Nadal apunta y se desarrolla el proceso por el que se fue construyendo unaidentidad moderna, la del jesuita. La Congregacin General 2 que acababa de elegir a

    48 El mismo Nadal prescribe que uno tenga en general superintendencia de las cosas espirituales detodos. Y, en particular, delega en el oficio del rector y de maestro de novicios tanto prescribir comoexigir que se haga control de la oracin (Cfr. Orden de oracin 1553-1554 en M Const 4:487-491, [3]).

    49 Nadal 2:789-795; Aqu se examinaron todos... despus se examinaron todos por otro examenparticular y secreto, ...previne al principio (por haber aqu tanta multitud, y tantas otras cosas en quentender) que lo hiciesen los confesores, no a manera de confesin, sino familiarmente, in secreto tamen.El tercero fue que confes a todos generalmente sub compendio, para tomar razn de la consciencia decada uno, y acabadas las confesiones, renovaron los votos (Nadal 2:495); envi los exmenes generalesa los rectores, para que hiciesen examinar por ellos a todos, y se le enviasen, con informacin de todas lasfundaciones, sujetos y ministerios de todos los colegios (Nadal 2:641); Nadal enviaba al P. Gil Gonzleza preparar estos exmenes para que estuviesen listos antes de su visita (Nadal 2:649.652)

    50 Nadal, Plticas espirituales, 111.51 Nadal vincula esta prctica con las Reglas de Discernimiento de la Primera Semana [Ej 325-327]):

    Tiene esta regla principio y fundamento en los Ejercicios ...y como cosa importante para la salud de lasnimas y aumento de la devocin y conocimiento propio procur que nos quedasen con la aprobacinde la Sede Apostlica (Nadal, Plticas espirituales, 112-116), Es sumamente importante a los novi-cios, y no solamente a ellos, pero a todos los de la Compaa y creedme que va mucho en ello, y es queuno tenga de todo su conciencia descubierta al superior o a quien l ordenare (Ibid., 111). Sabemos deun caso en el cual Nadal encontr oposicin: En 1562, el P. Adriano Adriaenssens se neg a rendereconto di sua conscientia disculpndose, porque haca mucho que haba dejado de ser novicio. Nadal lerecord que se la peda como a profeso, una cosa que explicaba en su exposicin de las Constitucionesy sola exigir. (Nadal 2:608-610).

    52 Carlos Coupeau. Un aspecto de la Teologa Espiritual: Ejercicios de Oracin, en Anuario delInstituto Ignacio de Loyola, n. 15, ed. Ignacio Cacho Nazabal, 59-90. San Sebastin: Universidad deDeusto, 2008, 72-75.

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    Francisco de Borja como Prepsito General, aprob una determinacin sobre la ora-cin de los escolares. Discutiblemente Nadal haba jugado un papel importante en laproposicin del tema a la discusin; indudablemente, jug un papel clave en la discu-sin misma que condujo a la aprobacin en el aula de la Congregacin.53 Como conse-cuencia, el nuevo General envi una instruccin (publicada el 5 de noviembre de 1565)determinando que los escolares practicaran una hora de oracin en las provincias deEspaa (adems del tiempo dado a los dos exmenes).54 A continuacin, Nadal en cali-dad de visitador de casi todas las provincias entonces, favoreci que la instruccin fueraadoptada. En realidad, esta era una postura maximalista sobre la oracin. Reinterpre-taba los deseos de Ignacio (segn Memoriale 256)55 y el texto de las Constituciones, antelas nuevas circunstancias. Es interesante comparar este decreto con el texto de la in-struccin sobre la oracin que Nadal dio en su tercera visita a Espaa.56

    2.a. Influjo despus de su muerte2.a. Influjo despus de su muerte2.a. Influjo despus de su muerte2.a. Influjo despus de su muerte2.a. Influjo despus de su muerte

    La influencia de Nadal se puede apreciar tambin indirectamente despus de sumuerte. Su autoridad sobre la Compaa sigui presente gracias a la CG 4 y al nuevopadre general que sta eligi. Hagamos un poco de historia.

    La doctrina de Nadal: conciliatoria entre dos posturas espirituales. Iparraguirre ha expli-cado cmo al movimiento inicial, de expansin de la Compaa, necesariamente tenaque seguir otro movimiento de organizacin.57 Por el ministerio de Nadal en modo yadestacado, la Compaa pas de la experiencia de oracin a las instrucciones sobre la

    53 Aunque se haya atribuido a Borja el inicio de la discusin en el aula, el dato no nos es cierto.Leturia, por ejemplo, no cierra la posibilidad que hubiera sido Nadal, Ibid., 71, n.160 y 72.

    54 Leturia La hora matutina de meditacin en la Compaa naciente, 47-108.55 Memoriale seu Diarium patris Ludovici Gonzalez de Camara en Fontes Narrativi de S. Ignatio

    de Loyola, edd., Cndido de Dalmases et alia. 4 vols., 527-741, Roma: Monumenta Historica Soc. Iesu,1943, 1:676-677.

    56 Y as, por ordinario, el tiempo de la oracin ser una hora ultra de or la missa; y en ella divididase han de hacer dos veces examen brevemente, y el resto ocuparse en su meditacin o oracin vocal,como mejor pudieren. El sacerdote, tamen escolar, o obligado a decir las horas, tendr media hora ultrade las horas cannicas y aunque sea la consuetudo que los sacerdotes, etiam escolares, digan cada damisa, y la obligacin que ms a menudo la digan que de ocho en ocho das, tamen de los sacerdotesescolares se podr sufrir que no siendo por obediencia, o bien comun o gran devocin, celebren a lomenos dos veces en la semana, ultra los domingos y fiestas. Aunque la ordinaria oracin, como se hadicho, haya de ser una hora cada da ultra de la misa, para los estudiantes tamen podrse tener una horaa la maana de oracin, o cerca de ella, y dos exmenes, uno antes de comer, y otro antes de ir a la cama,con un breve recoleccin y preparacin para ir a dormir; en modo que entre todo, por ahora, no seexceda una hora y media M Const 4:487-488. Cf. Leturia, La hora matutina de meditacin en laCompaa naciente, 62-64, 70-72. 93, n. 17. Leturia data esta instruccin sobre la duracin de la ora-cin en 1554, mientras que Nicolau la retrasa a 1562, convirtindola en posterior al capello de Ignacio,aunque anterior en dos aos a la instruccin de Borja.

    57 Ignacio Iparraguirre, La oracin en la Compaa naciente. Archivum Historicum Societatis Iesu25 (1956) 455-87.

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    oracin. Las primeras monografas llegaran aos despus, con publicaciones como lasAdnotaciones et meditationes de Nadal.

    Segn Iparraguirre, Nadal habra contribuido especialmente a esta estabilizacinde costumbres y creacin de formas adecuadas.58 Durante el generalato de Franciscode Borja, comenzaron a multiplicarse los avisos e instrucciones. Insistan en la necesi-dad de la oracin. Tal actitud parece al historiador ser opuesta aquella de los inicios.Paradigmticamente en Espaa y su Levante, Ignacio se haba preocupado de refrenarlos deseos de largas oraciones.

    Con Nadal presenciamos una tendencia por la cual el acento se estara trasladandode lo apostlico a lo jesuitico identitario. La experiencia inicial haba sido el predominiodel carcter prctico de las obras.59 Ahora se planteaba la cuestin por la identidad. Ladcada de 1570 presenci una reflexin sobre la prctica anterior, tan febril aparente-mente: Por su gnero de vida, se deca que los jesuitas estaban ms expuestos que losdems a muchas tentaciones.

    A las instrucciones prcticas, siguieron las primeras monografas espirituales. Final-mente, llegaron los primeros tratados. Era una lgica consecuencia de la determinacinque los jesuitas deban aplicarse diariamente a una hora de oracin, meditada; dehecho, la oracin se haba convertido en oracin mental.60 La necesidad de materialesque ayudasen a la meditacin de los nuevos miembros se dej sentir. Estos escritosvenan a responder a tal necesidad. Se especializaban segn dos tendencias: la medita-ciones que hacan de las virtudes el objeto de su atencin (la tendencia ms apostlico-prctica) o las meditaciones sobre los misterios (la tendencia ms mstica-especulativa).Para los unos y para los otros, el Nadal de las Meditaciones de la Historia Evanglicavena a llenar el respectivo vaco complementario.

    Las exhortaciones de Nadal y las Meditaciones sirvieron como una referencia autori-zada en lnea con otras dos obras autorizadas -dice Iparraguirre- los Ejercicios, por supue-sto, y las Meditaciones sobre los Evangelios del domingo de Francisco de Borja. Al ponerel acento en la Escritura y en la utilsima reflexin de los evangelios asociados con elritmo litrgico, estas tres obras se convirtieron en terreno comn a las dos posturas quedesde la segunda Congregacin General (CG2) cada vez se alejaban ms.61

    Con sus Meditaciones y, particularmente, con las Imgenes de la Historia del Evange-lio, Nadal provey a la Compaa de un instrumento de alcance, algo as como unaplataforma y sntesis para las posturas divergentes. El impacto visual de las imgenesdetermin una apropiacin de Jesucristo, descrito en trminos realistas, bien funda-mentado, concreto histricamente, presentado como objeto de oracin. Pronto se ree-ditaron y llegaron a copiarse en las misiones, donde fueron muy apreciadas.

    58 Ignacio Iparraguirre, Estilo espiritual jesutico (1540-1600). Bilbao: Mensajero, 1964, 13.59 Ibid., 21.60 Ibid., 37.61 Ibid., 36-38.

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    Nadal, por tanto, sigui ejerciendo su influjo sobre la Compaa an despus demuerto. Tambin podemos afirmarlo por el hecho que la CG 4 adoptase la extensindel tiempo dado a la oracin definitivamente y, adems, porque las Reglas comunes,cuya redaccin ms antigua se deba a Nadal, acabaran debiendo ser observadas portodos.62 La Congregacin General instituy para toda la Compaa prcticas cuyo ori-gen hemos sealado en Nadal. Por ejemplo, para los escolares, un Triduo obligatorioprecedente a la Renovacin de los votos; para todos, los Ejercicios anuales de repeti-cin,63 que Nadal haba promocionado en otros lugares segn la costumbre del Colle-gio Romano.64

    Finalmente, el legado de Nadal perdur a travs de un novicio de segundo ao conquien convivi al final de la vida; les una una relacin de admiracin mutua. En efectola admiracin que Claudio Acquaviva (1543-1615), cuarto General de la Compaa,sinti por Nadal le llev a conservar consigo el manuscrito de las Orationis observatio-nes de aqul.65 Debemos recordarlo, la primera carta de Acquaviva sobre la vida espiri-tual: Quis sit orationis et poenitentiarum usus in Societate iuxta nostrum institutum66

    presenta como justa entre las posturas enfrentadas aquella de Nadal (aqul hombre devenerada memoria, de espritu no inferior a la prudencia).

    Todos estos datos pueden ser interpretados como esfuerzos que militaron de hechoa la construccin de lo que hoy identificamos como un sujeto social; ms adelante serareconocido como el jesuita. La radicacin ms ntima del mismo estaba en un mododistintivo de relacionarse con Dios como sujeto activo-pasivo de oracin: aqul que seencierra en los Ejercicios. En cierta medida y hablando de la construccin del sujeto,podemos interpretar esta escuela de oracin como una tecnologa del sujeto colectivo,un camino de formacin, control y subjetivizacin comn.

    Veamos ahora en particular cmo haremos oracin al modo de la Compaa; porque le hadado Dios N. Seor especial modo de orar en los Ejercicios aprobados por la Sede Apostlica.

    62 CG 4, decreto 22. For Matters of Greater Moment: The First Thirty Jesuit General Congregations,a Brief History and a Translation of the Decrees, ed. John W. Padberg, St. Louis, MO: The Institute of theJesuit Sources, 1994, 173.

    63 Cf. [Co 546], Pol Compl 2:598-622; CG 6, decreto 29, en For Matters of Greater Moment: The FirstThirty Jesuit General Congregations, a Brief History and a Translation of the Decrees, ed. John Padberg,St. Louis: The Institute of the Jesuit Sources, 1994, 232.

    64 Cf. Ignacio Iparraguirre, Historia de los Ejercicios de San Ignacio : Desde la muerte de San Ignaciohasta la promulgacin del Directorio oficial, 1556-1599, Bilbao: El Mensajero del Corazn de Jess, 1955,306-307 (Abreviado como Historia de los Ejercicios vol.2, a partir de ahora). Se dieron estos ejercicios a 50escolares en dos grupos: 16-23 y 23-30 a finales de agosto de 1557 (Pol Compl 2:604). Los colegios de Pragay Viena adoptaron esta costumbre al ao siguiente, el colegio de Coimbra en 1561 y el de Colonia, en 1562.

    65 Nicolau, Jernimo Nadal, 448-449. Nadal habra predicho que Acquaviva acabara siendo elegidoSuperior General de la orden, cf. Sacchini, Historia Societatis liber 8, n. 32.

    66 Claudio Acquaviva, Della orazione e delle penitenze. Lettera del R. P. Claudio Acquaviva Gene-rale ai Padri e Fratelli della Compagnia di Ges (Roma 8 maggio 1590). In Lettere dei prepositi generalidella Compagnia di Ges, 91-105. Roma: Marini e compagno, 1845.

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    Os deca el otro da que cuando uno viene del siglo a la Compaa, no solamente ha de dejarlos hbitos e inclinaciones malas, ms an los modos particulares que tiene de proceder enlos ejercicios de virtud, cuando no son conformes con los de nuestro Instituto; y as, ha deser en esto que toca a la oracin, si tenais algn modo particular de hacerla. Y por esto enla Compaa, en cuanto uno entra, le dan los Ejercicios para instruirlo en el modo de proce-der en la oracin. En los Ejercicios se nos ensea el camino de la oracin: caminad por ellos,por la meditacin de los pecados por los misterios de la vida, pasin del Seor, por dondems ayuda y provecho encontraris.67 (acento aadido).

    Para Nadal, los Ejercicios servan a que uno deje las malas costumbres con que vienedel mundo y a que se iniciase en la oracin.68 Nadal defina los Ejercicios Espiritualescomo la primera entrada y puerta por donde se ha de entrar del siglo a la religin.69 Esaqu donde entran sus catequesis sobre la virtud de la oracin y su promover ms prcti-cas orantes como la repeticin anual de los Ejercicios y los triduos de renovacin.

    2.b. El hombr2.b. El hombr2.b. El hombr2.b. El hombr2.b. El hombre interiore interiore interiore interiore interior, ... con ms razn... tiene que ser formado, ... con ms razn... tiene que ser formado, ... con ms razn... tiene que ser formado, ... con ms razn... tiene que ser formado, ... con ms razn... tiene que ser formado

    Del orar al instruir. Las Orationis observationes son testigo del proceso por el queNadal se apropia, a partir de su experiencia anterior, de la gracia de la vocacin propiaa todos los jesuitas, como ensear en sus instrucciones por las comunidades que visita.

    Algunos de los prrafos de este diario de oracin nos dan una pista para interpretarcmo sus exhortaciones pudieron ir transformndose en instrucciones cada vez ms aser-tivas, a medida que el visitador ejerca de comisario. Estas notas reflejan al menos tresactitudes del autor respecto de los dems: a) Prrafos en tercera persona parecen evocarexperiencias espirituales; b) Prrafos en dilogo con un hipottico t, parecen apuntara preocupaciones pastorales; c) Prrafos en imperativo o principios espirituales parecenreflejar un rea de convicciones de naturaleza ms doctrinal. Como ejemplo de cada unade estas tres actitudes, quisiera ofrecer una seccin del texto.

    a) Prrafos en tercera persona. Son prrafos de estilo narrativo, muy frecuentes, queparecen referir a la propia experiencia de Nadal en el pasado. Algunos vienen encabeza-dos as: s de uno. Discutiblemente, por uno debemos entender que Nadal esthablando de s mismo. Por ejemplo, estos prrafos:

    Oraba uno atentamente al ngel de la guarda; y primero sinti que Dios habitaba en l,como si viese una imagen viva de la Trinidad. Despus le pareci que le introduca en unaluz suavsima ... [OO 462]

    Cuando uno peda a Cristo en la comunin de la misa que le concediese imitar a los PP.Ignacio, Fabro y Javier, le pareci oir internamente a Cristo que le conceda imitarle a l[OO 431].

    67 Plticas de Alcal, 1561 citado por Nicolau, Jernimo Nadal, 131. Nicolau avisa, no obstante, queestas afirmaciones no pueden ser tomadas rgidamente.

    68 Nadal, Plticas Espirituales, 100.

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    b) Prrafos en que Nadal habla a un t. El segundo tipo lo componen prrafos dondeparecera que su personalidad se desdobla o donde Nadal se sita ante un interlocutorficticio (por ejemplo: un luterano sin especificar, en [OO 511]). Estos prrafos incluyencontenidos ms catequticos, como la presentacin del Padrenuestro.

    Aunque te sobrevengan grandes dones de espritu, lleves a cabo grandes obras y tengasconsolaciones, mantnte siempre en el lugar donde te encontraron, es decir, en la miseria yel pecado [OO 461].

    c) Prrafos en que afirma una conviccin. El tercer tipo de prrafos usa verbos imper-sonales que transforman sus contenidos en especie de enunciados teolgicos: Hay que,se debe, es provechoso. Estos prrafos expresan una conviccin.

    Hay que dedicarse plenamente a los Ejercicios, las Constituciones, los privilegios apostlicos,las reglas, los hechos del P. Ignacio y de la Compaa; en sustancia: a todo el instituto y a loque es peculiar de nuestro carisma en Cristo Jess ... . Otro principio que por lo general hayque establecer es actuar no tanto con la fuerza del corazn, sino con dulzura y mansedumbrede espritu [OO 459-460].

    2.c. Una oracin propia2.c. Una oracin propia2.c. Una oracin propia2.c. Una oracin propia2.c. Una oracin propia

    Esta misma oracin personal nos permite pensar en Nadal experimentando, perotambin recibiendo en momentos msticos lo que decide dar a sus oyentes. A partir de lapropia, Nadal estableci principios ms o menos generales para la formacin en la ora-cin de los nuevos admitidos a la Compaa.70

    De la oracin en comn a nuevas conceptualizaciones ms subjetivas. Para contextua-lizar la doctrina de oracin de Nadal quiero recordar un aspecto de la contribucinignaciana. La oracin ignaciana es caracterstica de un periodo de cambio. Ignacio con-cibi un mtodo de oracin laico (en cuanto que Ignacio lo haba experimentado ydesarrollado antes de ser ordenado) e individual (algo ms manifiesto cuando compara-mos esta oracin con oraciones litrgicas como el rezo monstico de las Horas y lacelebracin del sacrificio de la misa). La oracin ignaciana adopta formas distintiva-mente subjetivas. Es caracterstica del momento de transicin: entre la oracin vocal y lalectura silenciosa, entre aquella verbalidad y los nuevos modos de conceptualizacin.71

    69 Nadal 5:274.70 Desde una aproximacin crtica, sin embargo, debemos notar que este tipo de notas en las Orationis

    observationes contrasta con las notas de oracin que de Ignacio han llegado hasta nosotros. Ignacio man-tena su oracin a un nivel personal durante largas semanas antes de decidir un solo principio de esanaturaleza. Nadal es ms rpido, dogmtico, tiende ms a generalizar y a objetivizar en principios espiri-tuales de aplicacin. Por el contario, sus oraciones no recogen el grado de sensibilidad ignaciana, si nosreferimos al discernimiento, ni la bsqueda de las confirmaciones de que el Diario Espiritual da testimonio.

    71 Por ejemplo, ver el acento que Nadal pone en la oracin mental en un documento datado en 1551,cf. Nadal 5:26-27.

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    La transformacin de los modos de orar entre medioevo y modernidad ha sido com-parada a una revolucin psicolgica. Los Ejercicios habran contribuido a esta tran-sformacin como una gramtica devocional.72 Los Ejercicios sustituyeron las formas vo-cales standard con una conceptualizacin imaginativa, mucho ms densa.73 Introducana una experiencia de oracin afectiva e interiorizada, que no distingua espacios parahombres o para mujeres, para religiosos o para laicos. Los Ejercicios se constituyeron,adems, en agente de propagacin de la oracin mental, cuyo nico testigo es el director.

    Despus de haber enumerado algunas acciones formativas del sujeto y de interpre-tar las notas de oracin como una tensin hacia la formacin de otros, me detendr acontinuacin en considerar brevemente la doctrina de Nadal sobre la oracin y, particu-larmente, sobre la oracin distintiva de la Compaa, como Nadal llam a los Ejerci-cios.74 La oracin, en efecto, es uno de los tres grandes temas que identificamos en lasexhortaciones de Nadal como orientados a la formacin de un nuevo sujeto apostlico.Otros temas son el Instituto propio de la Compaa y la distincin de miembros y domi-cilios de la Compaa.75 No podemos deternos aqu.

    Nadal enmarca su presentacin de la oracin en una interpretacin providencialistade la historia y de la realidad. Segn su cosmovisin, Dios inspir en los fundadoresde las grandes rdenes religiosas las soluciones a los impasse eclesiales del pasado (nor-malmente la situacin provocada por una hereja). Nadal llama a la forma concreta deesta inspiracin gracia de la vocacin particular.76

    Una oracin propia. Este esquema teolgico le sirve para introducir el tema de unaoracin ms propia a los miembros de esta nueva orden religiosa, la Compaa de Jess, ensus plticas de 1554, de Coimbra y de Alcal, en sus Adnotationes in Constitutiones, etc.Nadal explica los conceptos de gracia y gracia de la religin antes de llegar a la graciadel Instituto, y antes de ejemplificarla mediante un esbozo de la vida de Ignacio (graciadel fundador), en la inteligencia de que de sus experiencias [de Ignacio] aprendimosnosotros y en su vida se prefiguraron las probaciones de los miembros de la Compaa.77

    Los Ejercicios como parte de esta gracia. Junto con la vida del fundador, Nadal po-stul que los Ejercicios Espirituales de Ignacio y la oracin distintiva que de ellos se

    72 Lucien Fabvre llam revolucin psicolgica a esta transicin que sucedi a finales del siglo XVIen Francia pero durante la primera mitad del siglo XVI en el rea mediterrnea. Lucien Fabvre, As-pects mconnus dun renouveau religieux en France entre 1590 et 1620, Annales. Economies, socits,civilisations 13/4 (1958) 639-50.

    73 Adrien Demoustier, Loriginalit des Exercises spirituels, en Les Jsuites lge baroque (1540-1640), edd. Luce Giard y Louis de Vaucelles, 23-35. Grenoble: Jrme Millon, 1996.

    74 Coupeau, Un aspecto de la Teologa Espiritual, 61-70.75 Nadal 5:226.227.76 Diego Mirn la defini como la lumbre sobrenatural y gracia y muy Santo Espritu que el Seor a

    todos estos que en su santa Compaa perseveran, da (citado por Iparraguirre, Estilo espiritual, 12, n.2).77 Miguel Nicolau, Los escritos espirituales de Jernimo Nadal (1507-1580), Archivo Teolgico

    Granadino 5 (1942), 21. Cfr. J. Carlos Coupeau, Los Dialogos de Nadal: Contexto histrico-literario yhecho retrico. www.ignaziana.org, n. 3 (2007) 3-80.

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    sigue constituan parte sustancial de esta gracia de la vocacin.78 Desafortunadamente,no aclar a qu se refera, llegando en una ocasin a reconocer No s qu de aquellagracia.79 Aunque Nadal afirme que cada individuo participa del carisma del cuerpo,80

    no llega a desarrollar esta idea.Cmo interpretar el lugar de los Ejercicios en la vocacin propia. Para explicar cmo el

    individuo puede llegar a participar de esa gracia propondr cuatro hiptesis y a conti-nuacin reflejar el lugar que los Ejercicios juegan para cada una. La primera hiptesissera el don natural al jesuita seguido de la vocacin a la Compaa: Dios, que ha dado eldon de esta oracin a la persona, al menos en potencia, la llamara despus a la Com-paa. La segunda hiptesis sera la adquisicin de la virtud de la oracin mediante laformacin. La tercera, sera la adquisicin de la misma ms tarde, mediante el ejerciciode los ministerios propios. En fin, tambin es posible una apropiacin del don medianteuna profundizacin teolgica.

    Y en este esquema de hiptesis, qu lugar ocupan los Ejercicios? Los Ejerciciosaparecen relacionados con valores religiosos, apologticos, y de conservadores-msticossegn ejes de naturaleza ms teolgica, eclesiolgica y espiritual respectivamente.

    Nadal sita los Ejercicios en el mismo origen de sus enseanzas sobre la oracin.81

    Por oracin ignaciana, entiende aquella virtud consolidada que Dios habra concedidoa Ignacio de modo distintivo, la virtud de sentir y contemplar la presencia de Dios entodas las cosas.82 Ahora bien, en la medida que los Ejercicios son precisamente eso,ejercicio, Nadal los comprenda como prctica hacia la adquisicin de un estado; lollama Oracin propia de la Compaa.83 Podramos decir que Nadal vio los Ejercicioscomo la forma para adquirir la gracia particular y, correspondientemente con las cuatrohiptesis ya adelantadas, los Ejercicios se convierten en 1) una prueba de la vocacin, 2)una escuela de oracin donde desarrollar aquel don, 84 3) un arma espiritual, que el jesuita

    78 Los Ejercicios son consustanciales con la Compaa y principio de su vida y gracia (JernimoNadal, Scholia in constitutiones Societatis Iesu, ed. Manuel Ruiz Jurado, Granada, 1976, 187 [648]. Estemodo de oracin lo concibi el Padre Ignacio con gran privilegio de forma selectsima; pero ademsste: que en todas las cosas, acciones, coloquios senta y contemplaba la presencia de Dios y el afecto delas cosas espirituales, al mismo tiempo contemplativo en la accin (lo cual sola explicar as: hay queencontrar a Dios en todas las cosas) Nadal 5:162 [81].

    79 Nadal 5:162-163.80 Nadal 5:46.81 Pero no por la novedad de sus contenidos Hinc fit ut major me admiratio plerumque subierit,

    quid sit tandem quod, cum sciamus exercitia nostra nihil reconditum habere, nihil quod ex medio evan-gelio et doctrina non sit sanctorum desumptum, quid enim prima hebdomade tradimus, nisi commu-nem quamdam methodum ad comparandam peccatorum contritionem; quid 2, et 3, et 4 quam medi-tationes vitae, mortis et resurrectionis Christi? (Ibid.).

    82 Nadal 5:162 [81].83 Iparraguirre, Estilo espiritual jesutico, 147-149.84 Por supuesto, Nadal no olvida la eleccin en los Ejercicios Tambin se pueden dar ... sin las

    elecciones, a aquellos que no tienen por qu dudar o consultar sobre el estado de vida (Nadal 4:480), cf.Alfredo Sampaio Costa, Cuando no somos suficientemente libres para elegir Aprendiendo de laexperiencia singular de Jernimo Nadal Studies in Spirituality 18 (2008) 261-287.

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    se apropia a medida que la usa en su apostolado,85 4) una fuente de principios para queel jesuita siga avanzando en su perfeccin particular y 5) una fuente de fuerza pararegenerarse despus que el ministerio lo debilite.86

    Las observaciones que Nadal nos ha dejado de los Ejercicios pueden agruparse entres mbitos: las que proceden de sus explicaciones teolgicas del Instituto, las queconstituyen una apologa eclesiolgica contra quienes atacaban los Ejercicios dentro dela Iglesia y las que proceden de su propia opcin espiritual (su devocin por Ignacio atravs de los Ejercicios).

    Desde el punto de vista teolgico, Nadal interpreta los Ejercicios como una graciadivina para que la Compaa se oriente hacia Dios y asmismo oriente a otros. Ademsde contra herejes y alumbrados, Nadal est pensando en la desorientacin que procedede teologas deficientes, de teologas que no ponen en juego los afectos.87

    Una contemplacin que slo es especulativa, no es verdadera contemplacin. Es necesarioque lleve la marca del espritu, gracias a los sentidos o gustos interiores, o por lo menos, quevenga acompaada de buenas disposiciones segn los casos ... Por eso prestamos ms atenciny reverencia a los actos y a los sentimientos que proceden de la voluntad que a las operacionesde la inteligencia pura.88

    Desde un punto de vista eclesiolgico, el carisma propio distingue esta orden religiosa(o religin como l la llama) de aquellas otras monsticas. Nadal pone a la oracindentro de un esquema un tanto ideolgico (mesianista), segn una doble componente:la reforma eclesial y la contrareforma.89 La oracin de la Compaa, mezcla elementosde la oracin activa y de la oracin pasiva. Por esto se diferencia de la oracin puramen-te contemplativa. Nadal recurre al concepto tomstico de vida activa superior, quesera el tipo de vida propio de quien ayuda a otros a su salvacin y perfeccin en lasvirtudes (como quienes ostentan el oficio de obispos y presbteros).90

    85 Nadal tambin da importancia a los Ejercicios como mtodo de instruccin de otros en la oracin.Los Ejercicios son un ministerio propio para ayudarse y ayudar a los prjimos a travs de la doctrina y elmtodo de meditacin, contemplacin y oracin. Nadal lleg a llamarlos el ministerio primario de laCompaa en una ocasin (Nadal 4:598). En este sentido, los Ejercicios son un mtodo: Dedit nobis ...Deus, attribuit sedes apostolica, insigne illud ministerium iuvandi et nos et proximum per exertitiaspiritualia, id est per doctrinam et methodum meditationis (Nadal 4:666; 5:842).

    86 Los Ejercicios seran el medio de renovarla y rejuvenecerla [la Compaa de Jess] si alguna vezdecayera del fervor primitivo (cf. Miguel Nicolau, El P. Jernimo Nadal (1507-1580) y los EjerciciosEspirituales de San Ignacio. Estudios Eclesisticos 16, no. 60 (1942) 122; cf. Scholia 187 [648]).

    87 Juan A. de Polanco, Chronicon 3:568.88 Nadal 4:863-864.89 La Compaa es como una reforma del estado clerical y un ejemplo para otros institutos de

    religiosos Nadal, Orationis Observationes, 204-205 [698]; Por ejemplo: Nadal 5:313-321.780; Nadal,Plticas espirituales, 74, etc.

    90 Aquella vida primeramente descrita es, sin duda, la vida activa superior que hemos visto ponde-rada con tanto encarecimiento en los escritos del asceta jesuita. Miguel Nicolau, Jernimo Nadal (1507-1580): obras y doctrinas espirituales. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, 1949; 338;comparar con Miguel Lop, Contemplativo en la accin es quien halla a Dios en todas las cosas.Manresa 79, n. 313 (2007) 342-345.

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    En realidad, aqu reaparece el paradigma teolgico caracterstico de Nadal, porquelo que Nadal est haciendo es reivindicar la oracin de la Compaa para la restauracinde la vida de oracin y contemplacin en la Iglesia.91 Por eso, el reconocimiento que laautoridad eclesial hizo del carisma y de los Ejercicios se convierte en lugar comn de susplticas. As, afirma:

    Videmus fere que la oracin est por los suelos casi, que la devocin yace inerme, que lacontemplacin se ignora, que el sentido espiritual ha emigrado, que apenas hay cristianosy an los que se tienen por buenos (cristianos) son (solo) especulativamente piadosos, estnvacos (agotados, sin nada que ofrecer).92

    Por encima de lo anterior, desde un punto de vista espiritual, Nadal vio un mtodo deoracin y de introduccin a las realidades espirituales en los Ejercicios.93 Es decir, Nadalva ms all del mtodo haciendo del ejercicio o tcnicas del mtodo, el objeto central deuna devocin. Favorece as el nacimiento de una forma de espiritualidad, al menos encuanto a su argumentacin terica. Nadal recurre a la autoridad del fundador afirman-do que Ignacio

    quera que viviramos vida espiritual por los Ejercicios; que furamos instruidos por mediode ellos; que el espritu y devocin en nosotros se conservara y aumentara por medio deellos; porque aunque debamos retirarnos alguna vez para hacer los Ejercicios con ms fruto,debe, sin embargo, ser perpetuo el uso de los Ejercicios en nuestras meditaciones y oracionescotidianas.94

    Resumiendo: A nivel teolgico, Nadal define los Ejercicios como un don de Dios; anivel eclesiolgico, en cambio, los define como un ministerio concedido por la SedeApostlica para ayudarse y ayudar a los prjimos95; en fin, a nivel espiritual propio dela Compaa en el contexto de otras rdenes religiosas, los define como el cauce paraadquirir el sensus interior. Para el jesuita, los Ejercicios son imprescindibles en tanto queconstituyen la ocasin para que ste reciba la gracia particular de nuestra vocacin einstituto.96 En general, y como nota Iparraguirre, sin embargo, Nadal no sistematiza.Es decir, Nadal no se gua por un inters teolgico-espiritual en el sentido disciplinarque el trmino tiene en nuestros das. Por este motivo, ms que describir el mtodo delos Ejercicios se refiere al modo [de oracin] de los Ejercicios. Nadal se aproxima

    91 Miguel Nicolau, El P. Jernimo Nadal (1507-1580) y los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.Estudios Eclesisticos 16, no. 60 (1942) 123; cf., Nadal 4:668. Ntese los verbos con que Nadal se refiereal fruto de los Ejercicios: restitui, refici, recreari, spiritum conservari et augeri. Pedro Fabro describe esefruto con palabras similares como reaedificatio, reparatio, restitutio, resuscitatio, etc.

    92 Nadal 4:668; 5:844.93 Nadal 4:668-669; 5:613.690, etc.94 Nadal 4:669. Nicolau no deja de recordarnos que no debemos entender esta afirmacin demasia-

    do radicalmente, pues Nadal tambin recomienda a los superiores in domino bono spiritu in orationiprogredi, illi nihil praescribant (Nadal 4:652).

    95 Per doctrinam et methodum meditationis, contemplationis et orationis (=un mtodo de oracin,ratio meditationum) (Nadal 5:842 [36]. Doctrina, qua ad oraciones et nos instrueremus et proximus.)

    96 Nadal 5:843 [38-39].

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    funcionalmente a la oracin. No debemos olvidar, sin embargo, la trascendencia institu-cional de esta oracin: de ella nace el modo de proceder y, consecuentemente, elsujeto apostlico tambin.

    3. Reflexiones finales

    Decamos al comenzar que Nadal habra abierto la experiencia ignaciana y el con-cepto de subiecto del mbito de lo personal individual al mbito de lo personal colec-tivo, introducindolo en la Edad Moderna. Al hacerlo, sus presentaciones del Institutohabran adquirido primeros tonos ideolgicos (cierto ignacianismo, mesianismo y jesu-itismo). En particular, me refiero a presentaciones centrales en sus exposiciones sobre laoracin y sobre los Ejercicios. En Nadal encontramos un triple prejuicio (o modo depercepcin) operativo. Primero, Nadal pospuso su experiencia de los Ejercicios, y suaceptacin del grupo de Paris, a una aprobacin extrnseca, la aprobacin oficialpontificia. Segundo, pens la contemplacin como superior a la accin. Tercero, pre-sent a posteriori lo que en realidad haba sido una aventura bien frgil hasta Pars, lavinculacin de unos primeros compaeros en torno a Ignacio, bajo una precompren-sin Teolgica: la gracia de la religin. Consecuentemente, tambin present a Igna-cio a la luz de la misma, como un fundador de corte medieval (franciscano-dominico);aqu es donde entra el inters de Nadal por obtener un relato autobiogrfico.

    En realidad, Nadal identifica acrtica y quiz tambin apresuradamente el don per-sonal de Dios a uno (Ignacio) con el carisma del Fundador (el don de Dios para todoslos admitidos).

    El privilegio hecho a Ignacio, creemos que ha sido concedido a toda la Compaa de Jess, yconfiamos que la gracia de la oracin y contemplacin de aqul ha sido preparada para todoslos de la Compaa, y confesamos que est unida con nuestra vocacin.97 (nfasis aadido)

    En qu tipo de evidencia se apoyaba para hablar as? Cabe preguntarse si sto no esponer el carro delante de los bueyes, forzar al Espritu Santo en una manera que contra-dice el propio itinerario de Ignacio e incluso su propia manera de legislar para la Com-paa. Obsrvese que las Constituciones nada dicen sobre las formas y mtodos de ora-cin que cada uno deber tener. Las cartas e instrucciones de Ignacio, por otra parte,ponen el acento en la pragmaticidad, en la moderacin que a superiores e instructoresde probacin corresponde hacer en vista del individuo particular (cf. cartas a Araoz,Borja, etc.). Es decir, mucho de las instrucciones sobre la oracin de Nadal son unainterpretacin de algo que Ignacio mismo dej a la libre adaptacin de los superiores einstructores y que, desde entonces ha dado lugar a un rico dilogo, por ejemplo, condisciplinas como la sicologa y escuelas de oracin.98

    97 Nadal 4:652.98 Pinsese en las varias entradas que en el Diccionario de Espiritualidad Ignaciana refieren a temas de

    oracin y en la diversidad entre ellas. Por ejemplo, vanse las voces representadas en los anexos, dentrodel mapa n. 7, Aplicacin de Ejercicios y Adaptacin: Zen, Diario intensivo, Focussing, Gestalt, etc...

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    Nadal interpreta hacia 1551, por ejemplo, el hecho que la Compaa no tuvieraprescripciones ms exactas en materia de oracin. Por aqul entonces, todava espera-ba que la publicacin de las Constituciones determinara ms este punto, como declaraAntonio Vinck.99 Pero cuando lleva ya consigo un borrador adelantado de las mismas,en Alcal (1554), interpreta el silencio de las Constituciones en funcin de una expe-riencia supuestamente comn a quienes hacen los Ejercicios! En realidad, nos atreve-ramos a hablar de una expectativa que Nadal tena puesta en las Constituciones y questas defraudaron en parte. Por ello Nadal argumenta de modos diferentes: Sea antesus oyentes en Alcal, sea ante s mismo. En Alcal, se ve forzado a explicar por qu laCompaa da tan poco tiempo de oracin al escolar.100 Lo apoya con una batera derazones. Al final se refiere a una continua oracin, debe computarse todo comotiempo de oracin.101

    La Compaa pretende en todas las cosas tener oracin y hallar a Dios y la devocin. Y laCompaa no sigue la oracin al modo de soledad y eremtico, sino que lo extiende y unecon la prctica y ejercicio de su vocacin y la obediencia.102

    En cuanto a s mismo, podemos rastrear una progresin de la oracin propia en susnotas entre 1551 y 1561. A lo largo de este desarrollo, el elemento afectivo parece irganando lugar, hasta ponerse a la altura del elemento cognoscitivo.103 Otro aspecto enevolucin, Nadal habra introducido cada vez ms referencias a los Ejercicios, a medidaque segua familiarizndose con su texto.104 Todava, sus comentarios descontextuali-zan las meditaciones (ejercicios de oracin) de su emplazamiento en un continuo (esoque Ignacio llam modo y orden de aplicar los ejercicios). En otras palabras, suscomentarios ofrecen una visin fragmentaria de estos. De mayor trascendencia, Nadalproyecta la teora espiritual de las Tres Vias sobre los Ejercicios e inicia as una tenden-cia. En realidad, Nadal recompone algo que Ignacio no hizo, pues jams se refiere a unavia unitiva.105

    99 Nadal 1:755-756.100 Nadal 5:95-96 [159.160].101 Cuando Nadal visit el colegio de Alcal, los jesuitas hacan dos horas de oracin, entre la maa-

    na y la tarde. Nadal la redujo a hora y media. Al comentarlo a Ignacio de regreso en Roma, recibi deeste cappello (reprensin) ya referido ms arriba. Ignacio estaba decididamente contra una duracintotal superior a una hora de oracin.

    102 Nadal 5:97 [161]. Tambin afirma que uno puede aprovecharse mucho en la misa y por eso dejde dar ms tiempo a la oracin Plticas del P. Jernimo Nadal en Coimbra, ed. Miguel Nicolau, Grana-da: Facultad Teolgica Granadina, 1945, 202.

    103 Comprese por ejemplo la definicin que dio en 1554 en Espaa: actuacin de las potencias enla consideracin de las cosas segn su verdad con la pltica 14 de Alcal n. 260 en 1561

    104 Debemos notar que no conocemos cul fue la prctica concreta de dar Ejercicios que pudo tener.En realidad, encontramos que sus continuos viajes por paises donde desconoca la lengua (Portugal,Francia, Alemania, Austria, Pases Bajos) le incapacitaron para este ministerio en gran medida.

    105 Sobre este punto, cf. el comentario de Adrien Demoustier, Les exercices spirituels de S. Ignace deLoyola. Paris: Editions Facults Jsuites, 2006, 183-184.

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    Nadal polariz la comprensin de Ignacio, no slo con su comprensin segn lasviae, sino tambin cuando lo llam contemplativo. Sea por el contexto y audiencia antequien pronunci sus exhortaciones, sea por una inclinacin personal suya, Nadal desvila atencin de la devocin que debiera guiar al jesuita hacia el encuentro con Dios entodas las cosas y as, por ejemplo, Emilio Anel afirm:

    si Nadal no llega a ser influenciado por la palabra contemplacin, hubiera prestado unservicio muy grande a la claridad. Si dice, por ejemplo, que San Ignacio era in actioneunitus cum Deo, la frase resultara mucho ms trasparente y no hubiera creado tantaconfusin. Porque, al fin, cuando se habla de contemplacin de qu se habla sino de oracin?Pero la oracin en el siglo XVI se consideraba el medio por excelencia para estar unido conDios. Y muchos, an jesuitas (Oviedo, Onfroy, borja,) no vean otro.

    Sin embargo, esta postura polariza o moviliza al servicio de la contemplacin (que es unmedio de unin con Dios) una realidad ms alta como es la unin misma con Dios Mientrasque san Ignacio piensa porque l mismo lo haba experimentado y lo hizo ejercitar despus-que estar unido con Dios puede lograrse tambin por una unin activa.106

    Ignacio no se preocup de sistematizar su teologa. Lo cual tena sus inconve-nientes, si alguien como Nadal quera formar un tipo de ejrcito con un ala paracombatir la Reforma y otra ala para evangelizar las Indias. Ignacio, sin embargo,respondi a los casos que se le presentaban, concretamente y, en materia de oracin,remiti los sujetos a la discrecin de acompaantes (superiores o instructores). Ignacioapunta hacia un vnculo instrumental, ms que a un estado mstico. As parece afirmaruna unin para nada esttica, sino afectiva, de los sentidos, de la obediencia y de lavoluntad en la accin.

    Conclusiones

    Los comentaristas de la espiritualidad ignaciana buscaron en Jernimo Nadal el ex-planador de la mente de Ignacio; se volvieron a Nadal un tanto dogmticamente.Decimos dogmticamente porque, en ausencia de una biografa crtica, no parece quelos autores consideraran la posibilidad de una evolucin en tal conocimiento, evolucinque para el propio Nadal la lectura de sus Orationis observationes nos permite apuntar.As, por ejemplo, siguen pendientes estudios sistemticos que demuestren hasta qupunto el conocimiento de la mente de Ignacio se refleja en los modos de orar queencontramos por un lado en las Observationes y, por el otro, en el Diario espiritual deIgnacio (un argumento suficiente para una tesina).

    106 Emilio Anel, Relacin a la ponencia de P. Gervais Dumeige, S.I.: El problema de la accin y dela contemplacin: la solucin ignaciana. In I cursus internationalis exercitiorum spiritualium in hodiernaluce ecclesiae (Romae 1 oct.-8 dec. 1968) 192/1-192/7. Roma: Sec. Exercitiorum Spiritualium, 1968, 192/6. Su opinin tambin la compartieron otros autores como P. Sanson y P. Mollat.

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    La figura y tarea desempeadas por Nadal en favor de la Compaa son enormes;nadie lo niega. Todava, en la expresin: Difcilmente se puede sintetizar la labor deJernimo Nadal como creador de la imagen del jesuita perfecto, ... en este punto, nadieen la Compaa hizo ms que l107 subrayamos perfecto. En realidad, a la influencia deNadal sobre sus contemporneos y a la impronta que dej en novicios como ClaudioAcquaviva, que acabara siendo general de la Compaa, se sum la fascinacin queejerci sobre los hombres de gobierno y formadores de la Compaa restaurada. A fina-les del siglo XIX, no antes, la Compaa recuper, transcribi y edit la obra de Nadal.ltimos entre toda ella, aparecieron las exhortaciones y su diario de oracin hace casicincuenta aos. Aquellos restauradores precedieron a los telogos de inicios del sigloXX, que nos hablaran de Nadal y repetiran su doctrina. Era el momento cuando elmito romanticista que se haba fijado la mente del autor como un horizonte de estudioposible comenzaba a declinar.

    Finalmente, tanta atencin a las exhortaciones sobre el Instituto, dej en la sombrala experiencia, doctrina e influjo de Nadal sobre el lugar de los Ejercicios. As por ejem-plo, en relacin con la formacin del sujeto, tampoco se ha sopesado el carcter eminen-temente teolgico-parentico de las exhortaciones y su relativamente escaso fundamen-to emprico al hablar del Instituto (si exceptuamos los datos biogrficos sobre Ignacio).Se ha subrayado el valor teolgico y doctrinal de estas presentaciones. En ellas, la Com-paa y cada uno de sus miembros son gracia y providencia antes que, por ejemplo,historia, accin social o crnica de un testigo de excepcin. En relacin con esta gra-cia, adems, Nadal destacaba el factor afectivo (no hemos reflexionado suficientemen-te sobre el hecho que recurriese a exhortaciones sobre cualquier otro gnero literario).Parafraseando a Emmanuel Levins, podramos afirmar que por gracia de Dios uno esjesuita antes de ser conspicuo pero que no deja de serlo despus de haber olvidadomucho.108 El conocimiento que Nadal expandi, por tanto, no es un conocimiento delsujeto de la accin como resulta de la investigacin, sino ms bien un re-conocimiento,presentado segn categoras bien concretas y datadas en la teologa tridentina.

    Sin duda, en Nadal observamos aquel movimiento ascendente, teolgico, apriorsti-co y criticado por la postmodernidad. La historia del retorno del sujeto se ocupa deinvertir tal movimiento de ascenso para construir una nueva subjetividad. Cuando aho-ra la Compaa de Jess se interesa en el nuevo sujeto apostlico, conviene preguntarsequ lugar ocupa la oracin, tambin desde un punto de vista sociolgico, como factorintegrador y constituyente del cuerpo. Se trata de descender al estudio de prcticasconcretas como la oracin, por las que el sujeto es construido en la inmanencia de undominio de conocimiento, por las que se lleva a cabo la construccin social de la reali-dad (procesos como la innovacin social, la institucionalizacin, la formacin y transmi-sin de una ideologa identitaria).

    107 Nadal Caellas, Jernimo Nadal Morey, 117.108 Emmanuel Lvinas, Fuera del sujeto, Madrid: Caparrs, 1997, 16.

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    Nadal ha contribuido a la formacin del sujeto jesuita como un sujeto moderno.Pero el sujeto nadaliano no es el nico y debe ser puesto en contexto y compararse conel estilo formador del mismo Ignacio, que se fundament en el acompaamiento perso-nalizado (sujeto fundador) o, tambin, con el estilo de Francisco Javier (sujeto misione-ro), fundamentado en la experiencia.

    AbrAbrAbrAbrAbreviaturaseviaturaseviaturaseviaturaseviaturas

    [Co xxx] Con esta expression nos referimos al prrafo numerado xxx en el texto Constitu-ciones de la Compaa de Jess segn las ediciones al uso actualmente.

    [Ej xxx] Con esta expression nos referimos al prrafo numerado xxx en el texto de losEjercicios Espirituales segn las ediciones al uso actualmente.

    [OO xxx] Con esta expression nos referimos al prrafo numerado xxx en el texto Orationisobservationes segn la edicin crtica de M. Nicolau.

    AHSI Archivum Historicum Societatis Iesu (Roma: 1932-).CG xx Congregacin General de la Compaa de Jess nmero xxChron Pol Juan Alfonso Polanco, Vita Ignatii Loiolae et rerum Societatis Iesu historia, Madrid,

    1894-1898 en Coleccin MHSI nn. 1, 3, 5, 7, 9, 11.Epp Coleccin Monumenta Ignatiana Series Prima Epistolae et Instructiones: nn. 22,

    26, 28, 31, 33, 34, 36, 37, 39, 40 y 42 de MHSI.FN Coleccin Monumenta Ignatiana Series Quarta Scripta de Sancto Ignatio de Loyola:

    nn. 25 y 26 de MHSI.M Const Coleccin Monumenta Ignatiana Series Tertia Sancti Ignatii de Loyola Constitu-

    tiones So