EL TAUMDOR FARMACEUTICO - RANF

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EL TAUMDOR FARMACEUTICO E LA SOCIEDAD FARMACEUTICA D E S O C O l l í i G S MUTUOS Este periódico se publica ios días ÍO, 20 y último de cada rries. Se suscribe por trimestres á 10 rs. cada uno en Madrid y 12 en provincias. A los suscritores por todo el presente año, se les dará, en cualquiera de los puntos de suscricion de Madrid, en 20 reales la HISTORIA DE LA FARMACIA, y en 90 reales el TRATADO COMPLETO DE TOXICOLOGIA DE ORFILA. La primera se vende, para los que no sean suscritores ai Restaurador, á 44 rs. y la segunda á 120 rs. en Madrid. Para optar á esta rebaja ha de proceder la presentación del recibo do la suscricion anual al Restaurador. Concluidos ios ejemplares de estas obras, quedamos libres de nuestro compromiso. Las cartas, reclamaciones, etc., se remitirán FRANCAS DE PORTE (sin cuyo requisito no se reciben'i á la redacción, calle del Ave- maria, núm. 18, cuarto segundo. Resultado analítico del agua mineral de Tielrnas, obte- nido por los Sres. D. Antonio Moreno y D. Diego Ge- naro Lletget (1). El agua de Tielrnas es diafana con olor y sabor, bas- tante pronunciados de huevos podridos. Su gravedad esperifica comparada con el agua destilada es como 1, 03 siendo la temperatura de 12 centígrados y la presión barométrica de 28 pulgadas españolas. (1) Creemos de oportunidad é ínteres la publicación de este análisis, hecho por los acreditados profesores de Farmacia, Sres. Moreno y ¡Lletget; lo poco conocidas que son las aguas minerales de Tielmas, y el estarse vc-rificando sus oposiciones para la plaza de médico de las mismas, dan á este trabajo, ade- mas del mérito científico, el de actualidad. La justa reputación que gozan los Sres. Llejet y Moreno^ es la mejor garantía de la esactítud del análisis. ¿mWM yH. y - i P X M ¡SKI ¡tfiif \gp ^SoP V*W6' ^teg? Hjg| ESSi COSMORAMIL. FUNCION ORDINARIA DEL MES DE MAYO. DULCAMARA. Ello es que asi está el mundo. Lo mismo que llaman los españoles Dulcamara, lo denominan los italianos Amardolcha, sin duda porque los españoles encuentran en ello primero el gusto dulce que el amargo, á diferencia délos italianos que deberán encontrar el dulce después que el amargo Y como he dicho es una misma sustancia la que de semejante modo parece dulce y amarga. Basle lo dicho para convencer á todos de queen este picaro mun- do tales andan los gustos, que del amargor á la dulzura no hay mas diferencia sino !a que imprime el gusto de los que han de tragar las cosas Pero vamos al caso: toda vez que he empezado á ha- blar de Dulcamara, ó de amargo-dulzuras ó de dulco- ainarguras sera muy oportuno sacar á colación ciertas do- sis de Dulcamara, sino de Amardolcha, mejor aun de agenjo, que tragan los farmacéuticos pundonorosos. Fi- AKO6.0=NU>I <4. De los esperimentos hechos con el sulfhidrómelro de Dupasquier , resulta que cada libra de agua con- tiena una pulgada cúbica de gas sulfhídrico á la tem- peratura y presión ya indicadas , enteramente libre ó simplemente disuelto: y es muy probable que sea mayor en el manantial porque los esperimentos sobre cuerpos gaseosos solo pueden reputarse exactos cuandos se han hecho en la misma fuente ó manantial. Cada libra de agua deja por la evaporación un resi- duo salino, cuyo peso, después de bien seco, es 42 gra- nos. Analizado este residuo nos ha dado la composicioa siguiente. Bicarbonato íle cal . . . . . . 1 grano Bicarbonato de magnesia. . . . O. 5 Cloruro de sodio 16, 5 Cloruro de calcio . 1, gureraonos que estamos en provincias, y que llega el cor- reo de Madrid. Recibimos unos papelotes tan grandes como el Clamor Público, la España ó el Heraldo (en esta mate- ria hay uniformidad de opiniones) y al buscar la última hora que suele estar en la cuarta plaqa del periódico, encontraríamos con una porción de anuncios de medica- mentos flamantes y franceses queda gusto verlos. Ya es una culebra muy larga que entiende á las rail maravillas en la curación de ciertas enfermedades secretas, quedepu- ro secretas son demasiado publicas hasta en los papeles mas formalotes: ya es un caracol que tiene mucho mayo- res conoci.nientos y consigue (como el dice) lo que la cu- lebra no puede ni aun sofíar: ya son los hombres feos que sientan conel mayor aplomo que son los otros unos char- latanes, y ellos los únicos que tienen razón: ya es otro que para ser visto mas pronto se coloca de medio lado, como si digeramos entre bastidores, y dice cuanto se ha dicho has- ta hoyes farsa: la mentira se descubre comprando lo pre- parado por el mas sabio preparador de la época, que con perdón de todos, hasta de los repartidores del periódico soy yo (es decir el que asi habla, puesto de medio lado; ya en íin asoma otro su cráneo por algún agugero que en dicho tablado ocuartaplana del periódico dejó desocupado alguno de los ampulosos prógimos que le aventajaron en el arlede tocar el violón, y aprovechando los intervalos dice con tanto disimulo como un consueta, y con una voz tan melosa como la de l^s del eslingnido colegio de laca- 20 MAYO. = 1850.

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E L T A U M D O R FARMACEUTICO E L A S O C I E D A D F A R M A C E U T I C A D E S O C O l l í i G S M U T U O S

Este pe r iód i co se publica ios días ÍO, 20 y ú l t imo de cada rries. Se suscribe por trimestres á 10 rs. cada uno en Madrid y 12 en provincias .

A los suscritores por todo el presente a ñ o , se les d a r á , en cualquiera de los puntos de suscricion de Madr id , en 20 reales la HISTORIA DE LA FARMACIA, y en 90 reales el TRATADO COMPLETO DE TOXICOLOGIA DE ORFILA. La primera se vende, para los que no sean suscritores ai Restaurador, á 44 rs. y la segunda á 120 rs. en Madrid.

Para optar á esta rebaja ha de proceder la p r e sen t ac ión del recibo do la suscricion anual al Restaurador. Concluidos ios ejemplares de estas obras, quedamos libres de nuestro compromiso. Las cartas, reclamaciones, etc., se r e m i t i r á n FRANCAS DE PORTE (sin cuyo requisito no se reciben'i á la r edacc ión , calle del A v e ­

maria, n ú m . 18, cuarto segundo.

Resultado analítico del agua mineral de Tielrnas, obte­nido por los Sres. D. Antonio Moreno y D. Diego Ge­

naro Lletget (1).

El agua de Tielrnas es diafana con olor y sabor, bas­tante pronunciados de huevos podridos. Su gravedad esperifica comparada con el agua destilada es como 1 , 03 siendo la temperatura de 12 cent ígrados y la presión ba romét r i ca de 28 pulgadas españolas .

(1) Creemos de oportunidad é í n t e r e s la pub l i cac ión de este anál i s i s , hecho por los acreditados profesores de Farmacia, Sres. Moreno y ¡Lle tge t ; lo poco conocidas que son las aguas minerales de Tielmas, y el estarse vc-rificando sus oposiciones para la plaza de médico de las mismas, dan á este trabajo, ade­mas del mér i to cient í f ico, el de actualidad. La justa repu tac ión que gozan los Sres. Llejet y Moreno^ es la mejor garan t ía de la esact í tud del anál is is .

¿ m W M yH. y - iPXM ¡SKI ¡tfiif \ g p SoP V*W6' teg? Hjg|

ESSi C O S M O R A M I L .

FUNCION ORDINARIA DEL MES DE MAYO.

DULCAMARA.

Ello es que asi es tá el mundo. Lo mismo que llaman los españoles Dulcamara, lo denominan los italianos Amardolcha, sin duda porque los españoles encuentran en ello primero el gusto dulce que el amargo, á diferencia d é l o s italianos que deberán encontrar el dulce después que el amargo Y como he dicho es una misma sustancia la que de semejante modo parece dulce y amarga. Basle lo dicho para convencer á todos de queen este picaro mun­do tales andan los gustos, que del amargor á la dulzura no hay mas diferencia sino !a que imprime el gusto de los que han de tragar las cosas

Pero vamos al caso: toda vez que he empezado á ha­blar de Dulcamara, ó de amargo-dulzuras ó de dulco-ainarguras sera muy oportuno sacar á colación ciertas do­sis de Dulcamara, sino de Amardolcha, mejor aun de agenjo, que tragan los farmacéuticos pundonorosos. F i -

AKO6.0=NU>I <4.

De los esperimentos hechos con el sulfhidrómelro de Dupasquier , resulta que cada libra de agua con­tiena una pulgada cúbica de gas sulfhídrico á la t em­peratura y presión ya indicadas , enteramente libre ó simplemente disuelto: y es muy probable que sea mayor en el manantial porque los esperimentos sobre cuerpos gaseosos solo pueden reputarse exactos cuandos se han hecho en la misma fuente ó manantial.

Cada libra de agua deja por la evaporación un res i ­duo salino, cuyo peso, después de bien seco, es 42 gra­nos. Analizado este residuo nos ha dado la composicioa siguiente.

Bicarbonato íle cal. . . . . . 1 grano Bicarbonato de magnesia. . . . O. 5 Cloruro de sodio 16, 5

Cloruro de calcio . 1,

gureraonos que estamos en provincias, y que llega el cor­reo de Madrid. Recibimos unos papelotes tan grandes como el Clamor Público, la E s p a ñ a ó el Heraldo (en esta mate­ria hay uniformidad de opiniones) y al buscar la últ ima hora que suele estar en la cuarta plaqa del periódico, encontraríamos con una porción de anuncios de medica­mentos flamantes y franceses queda gusto verlos. Ya es una culebra muy larga que entiende á las rail maravillas en la curación de ciertas enfermedades secretas, quedepu-ro secretas son demasiado publicas hasta en los papeles mas formalotes: ya es un caracol que tiene mucho mayo­res conoci.nientos y consigue (como el dice) lo que la c u ­lebra no puede ni aun sofíar: ya son los hombres feos que sientan conel mayor aplomo que son los otros unos char­latanes, y ellos los únicos que tienen razón: ya es otro que para ser visto mas pronto se coloca de medio lado, como si digeramos entre bastidores, y dice cuanto se ha dicho has­ta hoyes farsa: la mentira se descubre comprando lo pre­parado por el mas sabio preparador de la época, que con perdón de todos, hasta de los repartidores del periódico soy yo (es decir el que asi habla, puesto de medio lado; ya en íin asoma otro su cráneo por algún agugero que en dicho tablado ocuartaplana del periódico dejó desocupado alguno de los ampulosos prógimos que le aventajaron en el arlede tocar el violón, y aprovechando los intervalos dice con tanto disimulo como un consueta, y con una voz tan melosa como la de l^s del eslingnido colegio de laca-

20 MAYO. = 1850.

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Cloruro dü magnesio, Sulfdto de sosa. Sulfato de cal. . Sílice. . ^ L I L / Materia orgánica. .

0 ,5 8, 4 o *»»

0, 5 5

36, 4

La diferencia que aparece entre el peso del residuo salino y el de sus componenles, debemos atr ibuir la al agua contenida en dicho residuo.

Influencia de las sustancias estrams contenidas en el agua potable, sóbrela '¿aítíd. D . Antonio Casares.

Por el Dr .

En lo ios tiempos han atribuido los médicos á la diver­sa naturaleza de jas aguas que se destinan para beber, una influencia muy marcada sobre la salud; influencia que con razón le conceden también las personas que no tienen co­nocimientos en medicina, pero sin que se pueda dar una razón satisfactoria de ella. Cierto es que tampoco se han estudiadocomodebieran las aguas notables; tanto ios q u í ­micos como los médicos se han contentado por lo común con señalar los caractéres de las que parecen mas apro-posito para este uso. Cuando un agua es ligera, esto es, no tan pesada como la destilada, cuece bien las legumbres, no corta el agua de jabón , y deja muy poco residuo al eva­porarse, se tiene por buena para beber. Y no obstante, pue­de muy bien haber grandes diferencias en la composición de las que presenten estos caracteres. El análisis detenido de las aguas potables, se ha descuidado mucho y se descui­da, y no por eso deja de ser importantisimo, aunque á primera vista parezca que la pequeña cantidad de los p r i n ­cipios que contienen, no debe llamar la atención del m é ­dico.

Las aplicaciones que de la química se han hecho, hace

lie de Leganitos esta Dios nos libre) ¡Ecce homo! l í a caja se halla la verdad pura.

Y yo pregunto á todos, quién de vds. es el que dice verdad?., quien el que falta á ella?.. Si el caracol c ú r a l o que no pudo ni aun sospechar la culebra? Si los hombres feos analizando escrupulosisimamente los artefactos de es­tos dos viches, encontraron que é r a l a farsa el elemento mas principal que entraba en su composición? Si el que fi­gura demedio lado dice con la mayor modestia del mundo que es el único que no se vale de farsas? Y si el que se com­para a un consueta dice muy fresco que el no farsante es él: á qu ién creeremos? Quién tendrá razón? Yo, yo, yo, yo yo. . . . ;lodosl Es decir que ahora individualmente pregun­tados, todos son la verdad en persona. Y vean vds. aquiya la Dulcamara: ellos creen, ó dicen aunque no lo crean, que en lo suyo no hay farsa; y yo creo aunque no lo he d i -

ho hasta ahora que" tanta farsa debe ser lo uno corno lo otro. Y en cuanto á la publicación de los tales anuncios preciso será apelar otra vez á la Dulcamara. Ellos son los españoles que encuentran el dulzor, y los otros son ó so­mos los italianos que encontramos la amargura, pero tal que con ella no puede compararse la de la Amardolcha, ni la del Agenjo ni la áellAcibar sino que es|un misto de to­dos los amargores en que se encuentra este sabor elevado a la 1500 potencia. Y tienen que tragarla porque asi anda el mundo; lo que parece muy amargo á estos, parece muy dulce aquellos, es decir á los que chapan la breba, á los

algunos años , ála fisiología vegetal y animal, y las verdades que con ellas se han demostrado prueban muy bien la i n ­teresante acción que sobro los seres vivos egerCen los cuer­pos que, aunque en proporciones al parecer insignilicantes están obrando continuamente sobre ios órganos , ó son absorvidos por estos. ¿Se creería á principios de este s i ­glo que la sílice que contienen las aguas que sirven para regar las praderas, y que al analizarlas cuesta trabajo re-cojer en cantidad apreciable, contribuye notablemente al crecimiento de las g ramíneas que las forman? Podría sos­pecharse en la misma época, que la potasa procedente de la descomposición délas rocas de algunos terrenos, tanlen-ta que se necesitan años para ser perceptible á nuestros ojos, era no obstante necesaria para el desarrollo de a l ­gunas plantas, y que para adelantarlo o hacerlas mas pro­ductivas conviene mezclar con el terreno alguna sustan­cia que pueda suminisirarsela en mayor cantidad? No se­guramente, porque no se sabia conexactitud ni la compo­sición de aquellas plantas, ni se habían cuidado de buscar el origen de sus principios componentes.

Convencidos hoy los fisiólogos deque el ser vivo nada crea, y que cuanto necesita para su desarrollo y creci­miento debe venirle de afuera, han estudiado con deten­ción la composición de las sustancias alimenticias, dedu­ciendo de su estudio verdades luminosas y degrande tras­cendencia. Pero los alimentos tomados del reino orgánico, elaborados perlas plantas ó los animales, presentan casi siempre la misma composición, si son de una misma espe­cie, en todas las partes del mundo: los mismos elementos se hallan en la carne, aquí que en Alemania, en Europa, que en América; por consiguiente las observaciones he­chas cu cualquiera punto del globo acerca del influjo que en el hombre tiene un régimen animal ó vegetal, de las enfermedades á que aquel ó este predispone, etc; pueden considerarse comunes á todos los países: solo habrá necesi­dad de repetirlas para advertir las variaciones que la t em­peratura, el régimen de vida ó el hábi to pueden ocasionar en él. No sucede otro tanto con el agua que se bebe: aun cuando los elementos que la forman son siempre los mis­mos y en las mismas proporciones: las sustancias qne d i ­suelve en los diversos terrenos por donde corre, pueden variar de un punto en otro, é influir mucho en sus pro-

que asi encuentran el bus i l i s , á costa del abatimiento de la cíase á que les hicieron el honor de dejarlos perte­necer. ¡Cosas del mundo! no me cansaré de repetir, mise­rias humanas que inducen á prosternar á los pies del ído­lo del siglo el honor facultativo á muchos que caminan muy derechos al alma del negocio, y nada se les importa de cuanto se diga ó se haga con tal que ganen pesetas.

Con respecto á estos, escomo debo yo preguntar. De qué sirven esos subdelegados de farmacia de Madrid? Será preciso que el pobre Catalina sacando por el solano del RESTAURADOR la cabeza de muy distinto modo que el suso­dicho la sacaba por la cuarta plana del periódico, les con­vide también con una dosis del dulci-amargo vegetal y les hable un poco mas serio?

No creo preciso demostrar, aunque lo haré en caso necesario, que losSres. qne asi xna reorganizando la far­macia infringen los reglamentos con sujeción á los que úni­camente pueden ponerse en venta las sustancias medica­mentosas; y que vds. por la primer obligación que se les ha impuesto en el articulo 7.° del reglamento de subdelega-ciones tienen el deber de vigilar porque se llenen las con­diciones con que esto ha de hacerse. Ahora bien: si ellos faltan á la ley vendiendo esos géneros , vds tampoco la cumplen tolerando que asi se haga, y que los farmacéut i ­cos probos sean victimas del empirismo mas atroz. De consiguiente para que jamas pueda tildarse á vds. con la mas minima nota deben dejar á un lado todo miramiento

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piedades. I k s t a ahora no hay bastantes datos, ni bastan-Ies análisis y observaciones, para que pueda decirse cua­les deben ser y en que cantidades los cuerpos que há de tener en disolución una buena agua potable. Cuanto sobre esto se ha dicho, es á mi modo de ver iufundido: no hasta encontrar en el agua de dos, seis ó veinte fuentes, un com­puesto cualquiera, y saber que aquella agua se digiere bien, y que los habitantes del pais en que se bebe no es­tán espuestos a enfermedades endémicas , para deducir que una buena agua potable debe contener aquel compuesto. Examinemos las diferentes sustanciasque se bailan comun­mente en las aguas potables, y veamos cuules podemos mirar como necesarias para que se tengan como buenas.

Las aguas potables pueden contener aire atmosfér ico, y ácido carbónico; cloruros, carbonatas y sulfates alcalinos; cal y magnesia, silice y alumina.

El contacto del agua con la atmosfera, y la solubilidad de los gases que la componen, son la causa de que en to ­das haya aireen disolución, y un aire mas rico en oxigeno que el de la atfosmera.Es indudable que una buena agua potable debe contener aire y cuanto mascontenga tanto my-jur será su calidad. No se sabe que papel desempeña este gas, pero lo cierto es que un agua que de él carezca, es insípida, pesada é indigesta, y su continuo uso debilita el es tómago. Boussingault atribuye el bocio, el raquitismo, el cretinismo y otras enfermedades que padecen los habi­tantes de las atas moni añas de los Andes á la corta canti -dad de aire que se halla disuelto en el agua que usan. No sé que verdad habrá en esta opinion, que como luego ve­remos no está acorde con las observaciones hechas ultima-mente en algunos puntos de Europa; pero es innegable que el uso continuo de un agua poco aireada debe ocasionar graves daños en la economía, aun cuando no sea mas que por la pesadez que con ella se esperimenta en el estómago y por que le falta la acción estimulante del oxigeno. Asi se observa que los que hacen frecuente uso de aguas cocidas se quejan de no poder digerir bien los alimentos, porque el agua al hervir pierde el aire que tenia en disolución, y no lo adquiere si no después de estar con él largo tiempo en contacto.

Apenas hay agua alguna que no tenga acido carhórüco en disolución, porque como en la atmosfera existe este gas,

con quien tan poco acreedores se manifiestan á que se les tenga, y cumpliendo con su obligación propinarles una buena dosis de amardolcka concentrada ai vapor, ya que tanto tiempo tomaron la Dulcamara y volviéndoles la ora­ción por pasiva les hagan cambiar de gusto ya que no de paladar y lo que tan dulce les ha sabido empiece á amar­garles, y por el contrario, que los que hasta ahora apura­ron hasta las heces la copa de la amardolcha, vayan toman­do una poquita Dulcamara.

Es indispensable recordar los tiempos que podemos llamar heroicos de la farmacia, y asi como los colegios de farmacéuticos que por desgracia ya no existen hicieron á los frailes meterse únicamente en rezar, y cerrar las bo­ticas que para si y sus bienhechores habían abierto en sos conventos; las subdelegaciones de farmacia que aun exis­ten hagan que los franceses tengan las suyas allende los Pirineos y no en Madrid. Es necesario que en esta cruzada se inscriban todos los hombres de buena fé que tengan en­tusiasmo para sostener su profesión, y valor para arros­trar los compromisos que pueden surgir.

Bernardo Catalina, aunque se considera el último de todos, inscribe desde luego su nombre, é invita á los de-mas á que le sigan, empeñando su palabra de honor deque siempre se le vera en primera 61a, no dejando de animar desde el sótano del Restaurador (ó desde otra parte) á los que crea que lo necesitan; y pone en coDocimicnlo de los subdelegados que ha establecido una gran fabrica de esen-

el agua lo disuelve al paso que disuelve el aire, pero Ifl canlidad de los gases que se disuelven en el agua es pro­porcional al poderdisolventede esta y á las cantidades res­pectivas de los gases que entran en la mezcla, con la cual se pone aquella en contacto; y la del acido carbónico en la atmosfera es muy pequeña , asi es que apenas puede descu­brirse su presencia con los reactivos en muchas aguas po­tables. Ks digno de notarse que en las análisis de Francia que se ven insertas en los andes de Química y en varias obras aparece siempre entre las suslacias gaseosas una porción no pequeña de ácido carból ico , pues á veces es igual ó superior á la del aire atmosférico, y yo no hé podi­do encontrar este gas en cantidad apreciable en algunas que hé analizado, y principalmente en las de las fuentes de Santiago, cuya coínposicion examiné con cuidado; y si el hallar el acido carbónico en un líquido fuese un problema de difícil resolución, dudar ía de la exactitud de los resul­tados que obtuve. Por lo que debe presumirse que las aguas analizadas en París atravesando un terreno cretáceo, cual es el de las inmediaciones de aquella fcapítal, se cargan de ácido carbónico, no solo disolviendo alguno de la a t m ó s ­fera, sinotarabie;s el que se desprenda d é l a descomposi­ción delcarbonato calcáreo, por causas que no seria difícil adivinar: mientras que deben contener muy poco de dicho gas las aguas que corren por terrenos primitivos formados por rocas graníticas ó anfibolicas donde no se encuentra ni una veta de carbonato calizo- La presencia del ácido car­bónico en el agua es muy importante para las plantas por­que presenta á sus raicillas un alimento muy necesario para el vegetal; pero no creo que importe tanto á los an i ­males, aun cuando no sea esta la opinion de Dupasquier y otros químicos, opinion para mi muy respetable, pero que no está conforme con los hechos que se observan en este país. La importancia concedida por ellos al ácido ca rbón i -do la fundan principalmente en que da al agua la propiedad do disolver una pequeña canlidad de carbonato de ca!, sin el cual dicen, no puede haber una buena agua potable. Ve­remos luego las razones en que apoyan su opinion, y las que a mi modo de ver las desvanecen completamente.

Son muy frecuentes los clorures en las asnas potables, y princ pálmente el da sodio: no he hallado un a (naque no se enturbiase mas ó menos con el nitrato argéntico que in -

cia de amardolcha concentrada al vapor y fuerte presión, ala que por un procedimiento que le es peculiar ó s e a (hablando á la moda) que nadie ha inventado antes que é l , na privado del principio dulce; y no tendrá reparo a lgu­no en suministrar sendas cucharadas ó cantaros de ella al que guste consumirla, ó al que por prudencia, por miedo, ó por cualquier otro motivó no se declare abiertamente contra ese padrón de ignominia de la farmacia.

Pero yo he variado de tono a! variar de sugetos á quien dir igir mis palabras. Como al principio no hablaba direc­tamente con nadie, pintaba á. mi modo la forma con que son recibidos fuera de Madrid los anuncios de los medi­camentos específicos y franceses; y al dirigirme á los sub­delegados he debido hablar con mas formalidad y asi lo he hecho. Asi tiene que ir el mundo. Tan pronto hay quo to­mar de la parle amarga como de la dulce, y como yo he querido d a r á probar de mi nueva gran fabrica, he tratado de que supiera dulce á la generalidad, y amargase un po-quillo á los que podían irle consumiendo, y á los que de­seo recomendar eíicacísímarnenle á los mismos.

Pero han pasado las horas de reglamento y preciso se­rá rae despida de todos diciendo por íiu de íiesta.

Qué indicará, Baldomcro, tal ponerte en el diario..? Que eres hombre eslraordinario... ó . . . qué le falta dinero?

Bernardo Catalina.

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dica la cxisloncia do aquellas sales: y si mo fuese permi­tido deducir do mis observaciones alguna consecuenciadi-ría que las aguas que Contienen en disolución cortas canti­dades do cloruro sódico son mejores para beber que las puras porque llevan á la oconomia animal una sal que se baila en los liquidos contenidos en diversas partes del cuerpo, y que se segrega también por la orina. Pero si se considera la pequeña cantidad de sal que hay en la agua que se bebe en un Jia, que no equivale á la que en el mis­mo espacio de tiempo se agrega, es necesario confesar que la procedencia de laque contienen los diversos humo­res del cuerpo noes del agua sino del alimento. De todos los cloruros que se hallan en las aguas, los que no las ha­cen Impropias para beber son los de sodio y potasio: pero los de calcio y magnesia las dan mal gusto, y con ellos el agua se vuelve impropia para disolver el iabon y co­cer las legumbres; y aun el de magnesio pareco que le co­munica propiedades nocivas según luego d i ré .

Alguna vez contienen las aguas potables carbonatos de sosa ó potasa, que siendo en pequeñas cantidades, les dan la propiedad de escitar y favorecer el trabajo de la diges­t ion. El carbonato calcico se halla en muchas de las aguas potables analizadas en Francia, y Dupasquier dice que es la sustancia mas útil que puede hallarse en ellas, y casi llega á asegurar que no debe considerarse como buena la que no contenga dicha sal, que solo puede disolverse á fa­vor del ácido carbónico que se halla en el agua. A ella atribuye un papel importante en la economía, corno que supone que sirve para la osiíicacion; apocándose en los espenmenlos de Boussin^ault, que son muy curiosos, y con los cuales se demuestra que el alimento dado á los cerdos, q u e s u g e l ó á sus observaciones, no contenia bas­tantes sales de cal para reemplazar las que se segregaban con la orina y escrementos, y las que se necesitan para el acrecentamiento de los huesos; y que por lo mismo las sa­les calizas disueltas en el agua que bebian, eran las que supl ían tal folla. Sin que sea mi ánimo dudar de la esac-ti tud de los esperimeutos hechos por un sábio tan d i s t in ­guido como Boussingault, no puedo menos de es t rañar que de ellos se deduzca la consecuencia de que las sales de calson necesarias en una buena agua potable. Aunque no hubiere hechosquelacontradigesen,la sola razón en que se apoya no es bastante fuerte para sostenerla. Que son necesarias las sales de cal para la osiíicacion, es induda­ble; pero la cantidad que de ellas puede contener una buena agua potable es suficiente para dar á la economía as que necesita? No encuentra esta en los alimentos mas

Ide las que emplea para la formación de los huesos? Me contraigo, al hablar de esta manera, al hombre. Las semi­llas de las cereales, las legumbres, las carnes que emplea para alimentarse, contienen sales de cal, fosfatos, carbo­natos, cloruros, en fin, todas las sales, y en bastante p ro ­porción, para satisfacer las necesidades de sus órganos. Por otra parte, si se examina la composición de las aguas analizadas por los mismos químicos que adoptan la o p i ­nion deque las potables deben contener carbonato de cal, se vé que la que mas, tiene en disolución grano y medio en cada libra; y no me parece que tan pequeña cantidad de­ba mirarse como muy importante en el trabajo de la osifi­cación.

Las aguas potables de Santiago, en nada ceden respec­to en bonclad á !as de otros puntos: son ligeras, de fácil di­gestion y con todos los caracteres que se asignan á las me­jores; y" no contienen cantidades apreciables de ácido car­bónico ni de carbonato d e c a í . Otro tanto puede decirse de muchas de las de Galicia; pues aun cuando no las ana­licé cuantitativamente, á algunas las ensayé con los reac­tivos, y estoy convencido deque no hay en elllas carbo­nato calizo, y sin necesidad de hacer añal is , desde luego se puede asegurar que muchas de las que se beben en varios puntos del glovo se hallan en el mismo caso que las de Galicia, por que corriendo por terrenos formados

por rocas donde no hay carbonato calcáreo no pueden te­nerlo en disolución, y son sin embargo do mui buena ca­lidad, y no creo que los huesos de los que las beben de continuo tengan menos sales calizas que los que usan otras en cuya composición entra aquella sal.

Mi Deville, que ha encontrado casi constantemente en las aguas que analizó en Francia pequeñas cantidades de sílice, hierro y alumina: supone también que es necesario que una buena agua potable tenga tales cuerpos en diso­lución, porque se encuentran en la economía animal; los huesos contienen silíce, también se halla en las cenizas de los humores y l íquidos del cuerpo humano acompañada de hierro y alumina. Creo que la opinion de Deville no puede sostenerse mejor que la de Dupasquier. Muy bue­nas aguas potables se encuentran libres de sílice, y para dar razón de la que entra en la composición de los huesos basta solo observar los alimentos que se usan, y de se­guro se encontrará en ellos cantidad bastante para satis­facer las necesidades de la economía animal.

De todos los cuerpos que se han creído y creen nece­sarios en las aguas potables, el único que puede conside­rarse como realmente tal , es el aire atmosférico, según hemos indicado.

En las aguas que corren por algunos países hay en disolución cloruro de magnesia ó carbonato de la misma base y según las observaciones interesantes de un químico francés, los que las beben habitualmente se hallanespues-los á padecer bocios, escrófulas y el albinismo. En varios puntos de los Alpes y en algunos de los pirineos se en­cuentran lalsquistos,"serpentinas, dolomias y otras rocas raagnesianas, que ceden parte de los óxidos que contienen al agua que corre por entre sus capas, y en los valles por donde después circulan es en donde se ven de preferencia mul t i tud de infelices aquejados do las enfermedades refe­ridas, que indican que una causa poderosa, ó por su ac­ción violenta sobre la economía, ó por un modo de obrar lento, pero continuo, ha ocasionado alteraciones conside­rables y profundas en la organización. Boussingault cuando en sus viages por los Andes observó la frecuencia de las mismas enfermedades, las atr ibuyó á la falla de aire en el agua que usaban los habitantes de aquellas regiones, pero precisamente en las mismas ahondan rocas que con­tienen magnesia, y es muy probable que alguna porción de este oxido se halle disueíto en alguna que las atraviesa. Aunque hasta ahora no sea cosa demostrada que el uso en pequeñas dosis, pero continuo, de las sales magnesia-uas sea causa del albinismo, de las escrófulas y de los bo­cios, no deja por eso de ser muy notable que dominen es­tas enfermedades donde abundan aguas que tienen en d -solución algunas de aquellas sales. Esta particularídaíd debe llamar la atención no solo de los hombres entrega­dos á la práctica de la ciencia de curar, sino tanibien de las autoridades celosas por la salud de sus goberna­dos. En Galicia hay puntos donde se ven con frecuencia personas que padecen bocios; tal es entre otros el Valle de Leraos; y seria muy curioso é importante analizar las aguas que en él se beben. El valle esta formado por arcillas, margas, alguna cal, y terrenos de acarreo, y no será es-traño que en la composición de aquellas entre algo de magnesia. También no muy lejos de Santiago a h ó n d a l a serpentina, y aun al norte de la ciudad se hallan esteatitas rocas todas que contienen magnesia: pero la contienen las aguas? yo no la encontré en las que anal icé; mas debe tenerse en cuenta que las de las fuentes de la ciudad no atraviesen los terrenos magnes íanos ; tal vez se halle en algunas que se usan en sus inmediaciones. Las enferme­dades escrofulosas no son raras en la provincia, y pue­den influir en su desarrollo las aguas que coatienen ma­gnesia.

Punto es este que hasta ahora no está claro, pero por su importancia merece que se estudie detenidamente.

Por ahora creo que deben considerarse como buensa

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a^uas potables las que tengan mucho aire en disolución, v0no sustancias es t ruñas; que no es circunstancia nece­saria que contengan ácido carbónico, ni carbonato calizo, n i sílice, ni cloruro sódico, aun cuando estos cuerpos en pequeñas cantidades no les comuniquen propiedades no­civas: y que otras sustancias diferentes de las que acabo de nombrar pueden hacer insalubres las aguas, modifi­cando lentamente la consti tución de los que las usan.

COLEGIO D E FARMACÉUTICOS DE MADRID.

E l dia 11 del presente, celebró la junta mensual ordinaria que sus nuevos estatutos señalan. Ln comi ­sión de reglamento interior p resen tó su proyecto, él cual fué leido en dicha sesión. A pesar de que una simple lectura, no es suficiente para formar una idea esacta del méri to de este trabajo, advertimos en algunos ar­t ículos un plan de reforma , que esperamos ha de dar \ i d a y prestigio á esta corporac ión . E l proyecto quedó sobre la mesa, para que los socios que quisieran, lo estudiasen despacio, para la primera sesioa eu que se ha de discutir .

Los individuos de la junta de gobierno, llevados de un celo exagerado y de una delicadeza sumamente p u ­ritana, presentaron la dimisión de sus cargos, alegan­do que habiendo tomado grande incremento el número de colegiales, entre los que se contaban personas muy respetables, deseaban que el colegio llamase á aquellos puestos á otros individuos. E l colegio reconociendo la delicada mira de los de la junta de gobierno, manifestó lo dignos que eran los individuos que presentaban la dimisión y lo injusto que seria el admitirla. Se dijo que los profesores podían ser tan út i les y prestar tantos ser-•vicios al colegio ya siendo simples socios, ya siendo individuos de la junta de gobierno; y finalmente que si un sentimiento de deferencia y delicadeza de parte de los antiguos socios hác ia los nuevamente admitidos, había dictado esa reso luc ión , el mismo sen iraiento de­ferente y delicado, obligaba á los nuevos á no admitir tal renuncia; y en efecto por unanimidad no fue ad­mitida la dimisión.

Se aplazó para otra junta la lectura de un proyecto presentado por un individuo de la junta de gobierno.

Ofrecemos á nuastros lectores informarles de cuantos acuerdos de alguna importancia en beneficio de la profesión, se tomen en el colegio de Fa rmacéu t i cos de Madrid , esperanza de nuestra regeneración social y científica.

Falsificación del yoduro de potasio por el cloruro sódico,

por SR. H. RONNEWYN.

Tiempo hace, que obligado á comprar yoduro de po­tasio á un droguero, no tardé en reconocer, después de un detenido examen, que la sal havidea que aquel me remitió

estaba sofisticada; supuesto que el frasco contenía, ademas del yoduro de potasio cristalizado en cubos bastante vo lu ­minosos, otra sal, que sospeché ser cloruro de sodio. He aquí mi procedimiento para el análisis de dicho producto.

Después de haber disuelto en agua destilada, perfec­tamente pura, una porción del yoduro de potasio sospe­choso, le añadí luego una solución de azoato argént ico, que dió lugar e spon táneamen te á un precipitado abun­dante de cloruro de plata con yoduro de la misma base. Recogido el precipitado, páse le en contacto con el amo­niaco, que tiene la propiedad de disolver el cloruro ar­gént ico formado, dejando intacto el yoduro: después , co­mo el licor amoniacal tenia en disolución el cloruro a r g é n ­tico, lo sa turé de ácido sulfúrico debilitado. La combina­ción del amoniaco con el ácido sulfúrico no se hizo esperar resultando un sulfato de amoniaco soluble, que abandonó, por precipi tac ión, el cloruro de plata en estado puro. Entonces pesé el cloruro de plata obtenido, y pude apre­ciar la cantidad de el cloruro de sódio contenida en el y o ­duro potásico analizado.

Es por lo tanto de suma necesidad que el farmacéutico prepare él mismo el yoduro de potasio: ó por lo menos, si se vé obligado á tomarlo en el comercio, debe con toda escrupulosidad examinar ese medicamento que tan bellos resultados d á e a manos de los prácticos sabios de nuestra época .

BOLOS DE PRINGLE.

Triaca de Venecia 2 esc rúpulos . Ipecacuana en polvo fino. . . 4 granos. Carbonato de cal preparado. . c. s. para hacer 8 bolos.

BOLOS DIAFORÉTICOS INGLESES.

Flores de azufre lavadas. . . 2 escrúpulos . Bitartrato de potasa. . . . 2 i d . Resina de guayaco. . . . 1 id . Jarabe simple e s . para hacer 4 bolos.

CERATO ANTIIIERPÉTICO DE ALIBERT.

Sulfuro rojo de mercurio. . . 1 dracma 1 escrúpulo. Alcanfor 3 granos. Cerato simple l o n z a T e s c r ú p . Mézclese

AGUA CLOROFORMIZADA.

Cloroformo puro. Agua destilada.

20 gotas. 40 onzas.

Agítese fuertemente para que se disuelva. De este modo se obtiene un líquido transparente, de

un sabor azucarado, algo picante, de un olor etéreo muy agradable.

En la práctica se puede aumentar ó disminuir la cant i ­dad de cloroformo, ó mezclarlo con diferentes jarabes, para obtener medicaciones diferentes.

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1'A.VF.L AM'IREUMATICO DE STEKOK.

(íoraa ¿iinoaiaco 8 onzas. Trcmenlina dc Venecia. . . 2 id . Sebo y cera amarilla de cada

cosa 1 id . l l ágase licuar, cuélese por cs-

presion y añádase á cada 9 partes- tartrato dc potasa y antimonio 1 p;írte.

Est ióndase la mezcla encima de papel que tenga poca

La aplicación de este tópico puede ser útil contra el reu­matismo en todos ios casos en que por una irritación local, sea necesaria una revulsion en la piel: determina en la parte donde se aplica una ligera sensación de escozor y la aparición de pús tu las serosas que desaparecen á poco tiempo. Se lleva puesto hasta que se despega e spon tánea ­mente.

POMADA DE STEEGE CONTRA LA ALOPECÍA. Pomada de cacao, (preparada

coa manteca de cacao una onzaaceite deolivasunaonza) 2 onzas,

Tanino disuelto en un p o c o t e agua 10 granos.

Quinina 8 id . Disuélvase en alcohol aroma­tizado 2 dracmas.

Méz. s. a. Se usa mañana y tarde, y con frecuencia de­tiene lacaida de los cabellos á los pocos d ías .

V A R I E D A D E S .

Sabemos que en las juntas provinciales de la socie­dad farmacéut ica de S. M . celebradas en Barcelona y Zaragoza ha sido aprobado el proyecto de reforma, que la Comisión fiscal sujetó á discusión. En la junta de Barce­lona ha sido aprobado sin ninguna alteración y en la de Zaragoza con ligerisimas variaciones que en nada afectan á lospuntos principales de la r e f o r m a .

Esto confirma mas y mas lo que digimos sobre este asunto en el n ú m e r o anterior. Esperamos pronto la defi­nit iva resolución de la comisión fiscal para que cuanto antes empiecen á regir los es ta tu tos r e fo rmados .

— E l tesorero de la sociedad f a r m a c é u t i c a nos suplica hagamos presente á los socios, que se s i r v a n r e m i t i r l e las comunicaciones franca de p o r t e , e v i t á n d o l e asi los gastos

que esto le ocasiona, d e s p u é s del t r aba jo que le acarrea el tener que cobrar las l ib ranzas que le r e m i t e n para pago de los respectivos dividendos. H o y que los sellos de franqueo ecsisten en todas partes no pueden disculparse, los que envían las cartas sin este requisito.

— E l viernes 19 del corriente, el S r . D . Pedro Mata dio una leccioivpública de Mnemotecnia ó arte de ayudar la memoria á cuya esplicacion asistió una numerosa y lucida concurrencia, en la que se contaban personas no­

tables en medicina, farmacia, teología, literatura y ar­tes.

Espuso la utilidad que reportar ía la adopción del arto mnemotecnico, á quien comparó con algún lazarillo, que sirve de guía á un ciego. Resolvió el problema de retener por su orden numérico cincuenta palabras inconexas, por medio de sus equivalentes, ya desde el principio al fin ya desde el fin al principio. Lo mismo hizo con 25 cantida­des de u ¡o, dos, tres y cuatro n ú m e r o s . Los concurrente» íe manifestaron su aprobación con espontáneos aplausos, y el Sr. Mata confesó que en media hora se compromet ía á que cualquiera persona regular resolviese aquel proble­ma. Nosotros asi lo cre ímos , desde que le oímos la clave de su método.

Parafechas, para citas his tór icas , nombres propios y aun juegos de entretenimiento, creemos que ha de repor­tar la mnemotecnia mas utilidad que aplicada á las c ien­cias.

—En la semana pasada fue obsequiado con un banque­te dispuesto por algunos catedrá t icos , el Sr, Moyano, ac­tual rector de la universidad literaria de esta corte.

E l celo que ha demostrado en el poco tiempo que hace ocupa este distinguido lugar, confirma lasjustas esperan­zas que las personas sensatas concibieron al saber su nombramiento. Lo mismo la universidad que los colegios de farmacia y medicina son constantemente visitados por tan esacto huésped , enseñando á los morosos el modo de cumplir con el sagrado deber que sus cargos' les imponen. Mucho e s t r aña ran algunas personas la asiduidad del Sr. Moyano ,enseñadas como estaban á ver transcurrir los me­ses sin que el anterior rector pisase los umbrales de los edificios de enseñanza .

Los indolentes y perezosos es tán que trinan al ver la incansable actividad del actual rector. Los que dicen que será como la justicia de enero no conocen al Sr. Moyano, que tan bellos recuerdos de su esactitud rectoral ha dejado en la universidad de Valladolid.

—Los medicos y cirujanos andan de poco tiempo á esta pane reclamando jwicio, de quien se lo puede propor­cionar. Los redactores d é l a Gaceta medica celebraron juicio de conciliación con los del Eco de la medicina, y los subdelegados de dicha ciencia lo han reclamado también de los redactores de la f/mon. Según vemos en los res­pectivos periódicos, el ju ic io consiguió aplacar el fuego d é l a s palabras, dando á estas una esplicacion satisfacto­ria, para los que reclamaban ju ic io y para los que eran llamados á juicio. Es tá visto que con ju ic io se terminan-felizmente las cuestiones.

—También hemos oido que los homeópatas van á re­clamar juicio de los a lópa tas , aunque otros aseguran que son estos los que lo v a n é ecsigir de los primeros. E l p ú ­blico lo está esperando de unos y otros.

A N U N C I O . Se halla vacante una regencia en la villa de Epila pro­

vincia de Zaragoza; informará de ella D . Julian Alv i r a , residente en dicho pueblo.

Director D. PEDRO CALVO ASENSIO.

Imp. á cargo de Manuel Gil, c. de los Estudios n. 9.