L´ OSSERVATORE ROMANO. 05 Febrero 2012

8/3/2019 L´ OSSERVATORE ROMANO. 05 Febrero 2012

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Número suelto € 1,00. Número atrasado

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLA

Non praevalebunt

Año XLIV, número 6 (2.249) Ciudad del Vaticano 5 de febrero d

Benedicto XVI a la plenaria de la Congregación para la doctrina de la fe

Prioritaria la renovación de la fe

El viaje apostólico, del 23 al 29 de marzo

Dimensión continental y marianade la visita del Papa a México y Cu

Invocación del Santo Padre en el Ángelus del domingo 29 de enero

Paz para Tierra Santa

Invocación a una voz por el don de lapaz en Tierra Santa. Fue la exhortacióndel Papa el domingo 29 de enero, antenumerosos fieles y peregrinos en la Plazade San Pedro. Asimismo, temas centralesde las palabras del Pontífice en su alocu-ción fueron la diferenciación entre la au-

toridad según la interpretación delbre y la autoridad según la interprede Dios, la beatificación de HildBurjan y el día mundial de los enfde lepra.

P Á

Benedicto XVI llama a toda la comu-

nidad eclesial al compromiso de «ha-cer que Dios esté nuevamente presen-te en este mundo y a abrir a loshombres el acceso a la fe». En la au-diencia a los participantes en la ple-naria de la Congregación para ladoctrina de la fe señaló precisamenteen la renovación de la fe la prioridadde toda la Iglesia. En el encuentro, el27 de enero, advirtió de que «en vas-tas zonas de la tierra la fe corre peli-gro de apagarse como una llama queya no encuentra alimento».

P ÁGINA 5

Mensaje papal para la Jornada mundial de las misiones 2012

La misión, centro y horizonte de la Iglesia«Llamados a hacer resplandecer laPalabra de verdad». Es la cita de laCarta apostólica Porta fidei con laque el Papa encabeza su mensajeanual para una Jornada misioneraque «este año asume un significadoespecial». «La celebración del 50°aniversario del decreto conciliar Ad

gentes, la aper tura del Año de la fe yel Sínodo de los obispos sobre lanueva evangelización, convergen enreafirmar la voluntad de la Iglesia decomprometerse con más valentía y

celo —subraya— en la misión ad gentespara que el Evangelio llegue hasta losúltimos confines de la tierra». Mensa- je que Benedicto XVI concluye propo-niéndose y uniéndose a la oración delbeato John Henry Newman: «Acom-paña, oh Señor, a tus misioneros enlas tierras por evangelizar; pon laspalabras justas en sus labios; hazfructífero su trabajo».

P ÁGINA 3

La ciudad de León será la primeraen recibir al Papa en su 23º viajeapostólico internacional, que lellevará, entre el 23 y el 29 del pró-ximo marzo, a México y a Cuba.El 31 de enero la Oficina de infor-mación de la Santa Sede hizo pú-blico el programa oficial del queserá un viaje esencialmente reli-gioso y mariano.

A México el Pontífice vfortalecer la fe de un pueblha vinculado su historia a la ción a la Virgen de Guadalu

Y a Cuba acude a rendir hnaje a la Virgen de la CaridaCobre en el 400° aniversarhallazgo de la imagen milagr

P Á



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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 5 de febrero de 2012, núm

El arzobispo Fisichella acerca de las perspectivas de la nueva evangelización en el Año de la fe

De 12 a 72 las ciudades europeas en misión

Benedicto XVI en el Ángelus invoca la paz para Tierra Santa y pide oración por los enfermos de lepra

Autoridad significa servicio, amor y humildad

Un centro de detención alternativo a la cárcel para las menores de edaden Bolivia. Este es el regalo que ofrecen los niños de Acción Católica asus coetáneos en dificultad. Presentó la iniciativa al Papa —el domingo29, al término del Ángelus— Noemí, de 12 años. «Gracias, Noemí —ledijo Benedicto XVI—. ¡Lo has hecho muy bien! Y ahora soltamos laspalomas que los niños han traído como signo de la paz para la ciudad deRoma y para el mundo entero».

Queridos hermanos y hermanas:

El Evangelio de este domingo (Mc 1, 21-28) nos presenta a Jesús que,un sábado, predica en la sinagogade Cafarnaún, la pequeña ciudad so-bre el lago de Galilea donde habita-ban Pedro y su hermano Andrés. Asu enseñanza, que despierta la admi-ración de la gente, sigue la libera-ción de «un hombre que tenía unespíritu inmundo» (v. 23), el cual re-conoce en Jesús «al santo de Dios»,es decir, al Mesías. En poco tiemposu fama se difunde por toda la re-gión, que él recorre anunciando elreino de Dios y curando a los enfer-mos de todo tipo: palabra y acción.

San Juan Crisóstomo pone de relie-ve cómo el Señor «alterna el discur-so en beneficio de los oyentes, en unproceso que va de los prodigios a laspalabras y pasando de nuevo de laenseñanza de su doctrina a los mila-gros» (

Hom. in Matthæum25, 1 : PG

57, 328).La palabra que Jesús dirige a los

hombres abre inmediatamente el ac-ceso a la voluntad del Padre y a laverdad de sí mismos. En cambio, nosucedía lo mismo con los escribas,que debían esforzarse por interpretarlas Sagradas Escrituras con innume-rables reflexiones. Además, a la efi-cacia de la palabra Jesús unía la delos signos de liberación del mal. San

Atanasio observa que «mandar a losdemonios y expulsarlos no es obrahumana sino divina»; de hecho, elSeñor «alejaba de los hombres todaslas enfermedades y dolencias.¿Quién, viendo su poder... hubiera

podido aún dudar de que él era elHijo, la Sabiduría y el Poder deDios?» (Oratio de Incarnatione Verbi 18.19: PG 25, 128 BC.129 b). La auto-ridad divina no es una fuerza de lanaturaleza. Es el poder del amor deDios que crea el universo y, encar-nándose en el Hijo unigénito, aba- jándose a nuestra humanidad, sanaal mundo corrompido por el pecado.Romano Guardini escribe: «Toda lavida de Jesús es una traducción delpoder en humildad..., es la sobera-nía que se abaja a la forma de sier-vo» ( Il Potere, Brescia 1999, pp. 141-142).

A menudo, para el hombre la au-toridad significa posesión, poder,dominio, éxito. Para Dios, en cam-bio, la autoridad significa servicio,humildad, amor; significa entrar en

la lógica de Jesús que se inclina paralavar los pies de los discípulos (cf. Jn 13, 5), que busca el verdaderobien del hombre, que cura las heri-das, que es capaz de un amor tangrande como para dar la vida, por-que es Amor. En una de sus cartassanta Catalina de Siena escribe: «Esnecesario que veamos y conozcamos,en verdad, con la luz de la fe, queDios es el Amor supremo y eterno, yno puede desear o tra cosa que nosea nuestro bien» ( Ep. 13 en: Le Let-tere, vol. 3, Bolonia 1999, p. 206).

Queridos amigos, el próximves 2 de febrero, celebraremfiesta de la Presentación del en el templo, Jornada mundialvida consagrada. Invoquemoconfianza a María santísima,

que guíe nuestro corazón a rsiempre a la misericordia divinlibera y cura nuestra humacolmándola de toda gracia y belencia, con el poder del amor.

Después de la oración mariana, Pontífice pronunció las siguientes

p a l a b ra s :

Hoy, en Viena, es proclamadaHildegard Burjan, laica, madfamilia, que vivió entre los sigly XX, y fundadora de la Sociedlas Religiosas de la Caritas s Alabemos al Señor por este hetestimonio del Evangelio.

Este domingo se celebra la Jda mundial de los enfermospra. Al saludar a la Asociacióliana Amigos de Raúl Follquiero expresar mi aliento a las personas afectadas por esta medad, así como a quienes laten y, de diversas maneras, se ezan por eliminar la pobrezamarginación, verdaderas causaspersistencia del contagio.

Recuerdo, además, la Jornaternacional de intercesión por en Tierra Santa. En profunda nión con el patriarca latino desalén y el custodio de Tierra invoquemos el don de la pazesa Tierra bendecida por Dios.

GIANLUCA BICCINI

Será Benedicto XVI quien inauguraráel Año de la fe el próximo 11 de oc-tubre, quincuagésimo aniversario delinicio del concilio Vaticano II, conuna celebración en la que estaránpresentes los padres sinodales queparticipen en la asamblea general so-bre el tema «La nueva evangeliza-ción para la transmisión de la fecristiana». Lo refiere el arzobispoRino Fisichella, presidente del Con-sejo pontificio para la promoción dela nueva evangelización, en esta en-trevista a nuestro periódico.

El arzobispo Fisichella anticipatambién que la «misión metrópolis»se extenderá de doce a setenta y dos

ciudades europeas. Cifras que co-bran un evidente valor simbólico,pues se pasa del corto número de los Apóstoles al más amplio de los pri-meros discípulos enviados por Jesu-cristo.

El 9 de enero se tuvo en el Vaticano el segundo encuentro de responsables de la«misión metrópolis», proyecto pastoral al que se han adherido doce grandesciudades del antiguo continente. ¿A qué conclusiones se llegó?

Desde la primera reunión, que secelebró el mes de julio del año pasa-do, las doce ciudades comprometi-das en este signo de evangelizacióncomún y participado han acogido lainiciativa con entusiasmo inespera-do. Se manifiesta una gran vitalidaden todas las metrópolis presentes,que ven la misión como una posibi-lidad real de acción pastoral, capazde influir en la vida diaria de laspersonas. La Cuaresma se vio comouna feliz oportunidad, porque la lec-tura de la Palabra de Dios, las cate-

quesis del obispo, la celebración delsacramento de la Reconciliación,unidas al signo de caridad, puedenser también una señal evidente delcompromiso de los cristianos deanunciar el Evangelio de Jesús en

nuestros días. Impresiona positiva-mente la aprobación unánime queha encontrado mi propuesta de ex-tender en el año 2013 esta experien-cia a 72 grandes ciudades de Euro-pa. Y esto es importante.

Las Indicaciones pastorales publicadas por la Congregación para la doctrinade la fe el pasado 6 de enero interpelandirectamente al Consejo pontificio parala promoción de la nueva evangeliza-ción, estableciendo la institución —en el

seno del dicasterio— de una secretaría para coordinar las distintas iniciativasque atañen al Año de la fe. ¿Qué se está haciendo al respecto?

Estamos avanzando, teniendo encuenta que no hay mucho tiempo.Estamos constituyendo la secretaría,

que en cierto sentido deberá ser elalma de todas las iniciativas. Comodice la Nota, dichas iniciativas serealizarán sobre todo a nivel de Igle-

SIGUEEN LAPÁGINA9Pierluigi Bruno, «Megalópolis 6» (2



número 6, domingo 5 de febrero de 2012 L’OSSERVATORE ROMANO pá

Mensaje del Papa para la Jornada mundial de las misiones que se celebrará el próximo 21 de octubre

La misión, centro y horizonte de la Iglesi

SIGUEEN LAP

«Llamados a hacer resplandecerla Palabra de verdad»

(Carta apostólica Porta fidei , 6)

Queridos hermanos y hermanas:La celebración de la Jornadamundial de las misiones de este añoasume un significado especial. Lacelebración del 50° aniversario deldecreto conciliar Ad gentes, la apertu-ra del Año de la fe y el Sínodo delos obispos sobre la nueva evangeli-zación, convergen en reafirmar la vo-luntad de la Iglesia de comprome-terse con más valentía y celo en lamisión ad gentes para que el Evange-lio llegue hasta los últimos confinesde la tierra.

El concilio ecuménico Vaticano II,con la participación de los obisposcatólicos de todos los rincones de latierra, fue un signo luminoso de launiversalidad de la Iglesia, reunien-do, por primera vez, un númeromuy elevado de padres conciliares

procedentes de Asia, África, AméricaLatina y Oceanía. Obispos misione-ros y obispos autóctonos, pastoresde comunidades esparcidas entre po-blaciones no cristianas, que llevarona las sesiones del Concilio la imagende una Iglesia presente en todos loscontinentes y que se hicieron intér-pretes de las complejas realidadesdel entonces llamado «tercer mun-do». Con la riqueza de la experien-cia derivada de ser pastores de Igle-sias jóvenes y en vías de formación,animados de celo por la difusión delreino de Dios, contribuyeron signifi-cativamente a reafirmar la necesidady la urgencia de la evangelización ad

gentes y, por tanto, a poner en elcentro de la eclesiología la naturale-za misionera de la Iglesia.

Eclesiología misioneraHoy esta visión no ha perdido su

valor; más aún, ha experimentadouna fructífera reflexión teológica ypastoral, y, al mismo tiempo, vuelvecon renovada urgencia, ya que haaumentado el número de aquellosque aún no conocen a Cristo: «Loshombres que esperan a Cristo sontodavía un número inmenso», co-mentó el beato Juan Pablo II en suencíclica Redemptoris missio sobre lavalidez permanente del mandato mi-sionero, y agregaba: «No podemospermanecer tranquilos si pensamos

en los millones de hermanos y her-manas nuestros, redimidos tambiénpor la sangre de Cristo, que vivensin conocer el amor de Dios» (n.86). Yo también, al convocar el Añode la fe, escribí que Cristo «hoy co-mo ayer, nos envía por los caminosdel mundo para proclamar su Evan-gelio a todos los pueblos de la tie-rra» (Carta apostólica Porta fidei, 7);proclamación, que, como dijo tam-bién el siervo de Dios Pablo VI en su

exhortación apostólica Evangelii nuntiandi , «no constituye para laIglesia algo de orden facultativo; es-tá de por medio el deber que le in-cumbe, por mandato del Señor, convistas a que los hombres crean y sesalven. Sí, este mensaje es necesario.Es único. De ningún modo podríaser reemplazado» (n. 5). Por eso, ne-cesitamos retomar el mismo fervorapostólico de las primeras comuni-dades cristianas, que, pequeñas e in-defensas, fueron capaces, con elanuncio y el testimonio, de difundirel Evangelio en todo el mundo en-tonces conocido.

No sorprende, por lo tanto, que elconcilio Vaticano II y el magisterioposterior de la Iglesia insistan demodo especial en el mandato misio-nero que Cristo ha confiado a susdiscípulos y que debe ser un com-promiso de todo el pueblo de Dios:obispos, sacerdotes, diáconos, reli-giosos, religiosas y laicos. El encargode anunciar el Evangelio en todaslas partes de la tierra compete prin-cipalmente a los obispos, principalesresponsables de la evangelizacióndel mundo, sea como miembros delcolegio episcopal, sea como pastoresde las Iglesias particulares. De he-cho, ellos «han sido consagrados nosólo para una diócesis, sino para la

salvación de todo el mundo» (JuanPablo II, Carta encíclica Redemptorismissio, 63), «mensajeros de la fe, quellevan nuevos discípulos a Cristo»( Ad gentes, 20) y hacen «visible el es-píritu y el celo misionero del pueblode Dios, para que toda la diócesis sehaga misionera» (ib., 38).

La prioridad es evangelizarEl mandato de predicar el Evan-

gelio no se agota, por lo tanto, paraun pastor, en la atención hacia laparte del pueblo de Dios que se haconfiado a su solicitud pastoral, o enel envío de algún sacerdote, laico olaica Fidei donum. Ese mandato debeimplicar todas las actividades de laIglesia local, todos sus sectores, esdecir, todo su ser y su trabajo. El

concilio Vaticano II lo indicó conclaridad y el Magisterio posterior loha confirmado con fuerza. Esto im-plica adecuar constantemente estilosde vida, planes pastorales y organi-zación diocesana en esta dimensiónfundamental del ser Iglesia, especial-mente en nuestro mundo que cam-bia continuamente. Y esto vale tam-bién para los institutos de vida con-sagrada y las sociedades de vidaapostólica, al igual que para los mo-vimientos eclesiales: todos los com-ponentes del gran mosaico de laIglesia deben sentirse fuertementeinterpelados por el mandato del Se-ñor de predicar el Evangelio, paraque Cristo sea anunciado en todaspartes. Nosotros los pastores, los re-ligiosos, las religiosas y todos los fie-les en Cristo, debemos seguir las

huellas del apóstol san Pablo, quien,«prisionero por Cristo Jesús en favorde los gentiles» ( Ef 3, 1), trabajó, su-frió y luchó para llevar el Evangelioa los paganos (cf. Col 1, 24-29), sinahorrar energías, tiempo y mediospara dar a conocer el mensaje deCristo.

También hoy la misión ad gentesdebe ser el horizonte constante y elparadigma de toda actividad eclesial,porque la identidad misma de laIglesia está constituida por la fe enel misterio de Dios, que se ha revela-do en Cristo para traernos la salva-ción, y por la misión de testimoniar-

lo y anunciarlo al mundo, hastvuelva. Como san Pablo, debdirigirnos hacia los que están hacia los que todavía no conoCristo y no han experimentapaternidad de Dios, con la cción de que «la cooperación nera se debe abrir hoy a nuevamas, incluyendo no sólo laeconómica sino también la partción directa en la evangeliza(Juan Pablo II, Carta encíclicdemptoris missio, 82). La celebdel Año de la fe y del Sínodo obispos sobre la nueva evangción serán ocasiones propiciasun nuevo impulso de la coopemisionera, sobre todo en esta sda dimensión.

La fe y el anuncioEl afán de predicar a Crist

lleva también a leer la historiadescubrir los problemas, las aciones y las esperanzas de la hnidad, que Cristo debe curar, pcar y llenar con su presencimensaje, efectivamente, es sieactual, se introduce en el comismo de la historia y es capdar una respuesta a las inquiemás profundas de todo hombreesto la Iglesia, en todos sus conentes, debe ser consciente d«el inmenso horizonte de la meclesial, la complejidad de la ción actual, requieren hoy nformas para poder comunicar emente la Palabra de Dios» (Beto XVI, Exhort. apostólica posdal Verbum Domini , 97). Esto en primer lugar, una renovada sión de la fe personal y comunal Evangelio de Jesucristo, «emomento de profundo cambioel que la humanidad está vivie(Carta apostólica Porta fidei, 8)

Uno de los obstáculos parapulso de la evangelización, dcho, es la crisis de fe, no sólmundo occidental, sino de grate de la humanidad, que sin ego tiene hambre y sed de Dios be ser invitada y conducida ade vida y al agua viva, como

Basílica romana de San Pablo Extramuros,estatua del apóstol. En la imagen superior,detalle de la fachada: el Cordero místicocircundado por cuatro ríos que simbolizan loscuatro Evangelios, y por doce corderos que representan a los doce Apóstoles




Benedicto XVI a una delegación ecuménica de Finlandia

Cristianos unidos en las cuestioneséticas y antropológicas

Mensaje del Papa para la Jornada mundial de las misionesVIENEDE LAPÁGINA 3

La unidad entre los cristianos debe realizarse tambiénrespecto a las cuestiones éticas y antropológicas, para

poder «ayudar a la sociedad y a los políticos atomar decisiones sabias y acertadas». Lo dijo el Papa a una delegación ecuménica de Finlandia, a laque recibió en audiencia en la mañana del jueves 19de enero con ocasión de la fiesta de san Enrique.

Querido monseñor Sippo, querido monseñorHäkkinen, estimados amigos de Finlandia:

Con gran alegría os doy la bienvenida, miem-bros de la delegación de Finlandia, con ocasiónde vuestra peregrinación ecuménica anual a Romapara celebrar una vez más la fiesta de hoy de sanEnrique, santo patrono de Finlandia. Al recordara nuestros santos patronos damos gracias por laacción del Espíritu Santo, que ha modelado ytransformado la vida de cuantos nos han dejadoun ejemplo extraordinario de fidelidad a Cristo yal Evangelio.

La visita anual de una delegación ecuménica deFinlandia testimonia el aumento de la comuniónentre las tradiciones cristianas representadas en

vuestro país. Tengo la profunda esperanza de queesta comunión siga creciendo, dando ricos frutosentre los católicos, los luteranos y todos los de-más cristianos en vuestra amada nación. Nuestraamistad cada vez más profunda y nuestro testimo-nio común de Jesucristo —especialmente ante elmundo actual, que tan a menudo carece de unaorientación auténtica y desea escuchar el mensajede salvación— tiene que apresurar nuestros pro-gresos hacia la solución de las diferencias que aúnpermanecen entre nosotros, y también de todoslos temas sobre los que los cristianos están dividi-dos.

Recientemente, las cuestiones éticas se han con-vertido en uno de los puntos de divergencia entrelos cristianos, especialmente en lo que concierne ala correcta comprensión de la naturaleza humana

y de su dignidad. Es necesario que los crislleguen a un acuerdo profundo en las cuesantropológicas, que puede ayudar a la sociea los políticos a tomar decisiones sabias y adas sobre temas importantes en las esferasvida humana, de la familia y de la sexualida

A este respecto, el reciente documento dlogo ecuménico bilateral en el contexto finlasueco no sólo refleja un acercamiento entrecos y luteranos en lo que atañe a la comprede la justificación, sino que exhorta a los cnos a renovar su compromiso de imitar a

en la vida y en las obras. Confiamos en eldel Espíritu Santo para que haga posible lpuede parecer todavía fuera de nuestro aluna amplia renovación de la santidad ypráctica pública de la virtud cristiana, segejemplo de los grandes testigos que nos hacedido.

Durante la Semana de oración por la ude los cristianos de este año, la segunda lde los textos sugeridos para la jornada de hcuerda la paciencia de creyentes fieles como ham (cf. Hb 6, 15), que han sido premiadosu fe y confianza en Dios. La convicción dDios interviene amorosamente en nuestra hnos enseña a no poner un énfasis inoportuaquello que podemos hacer con nuestros pesfuerzos. Nuestro deseo de una unidad pvisible de los cristianos requiere una esperciente y confiada, no con un espíritu de impcia o de pasividad, sino con una profundafianza en que la unidad de todos los cristianuna sola Iglesia es de verdad un don de Dno un logro nuestro. Esta espera paciente, evota esperanza, nos transforma y nos preparauna unidad visible no como la programamosotros, sino como nos la concede Dios.

Tengo la ferviente esperanza de que vuessita a Roma ayude a hacer más profundas lasciones fraternas existentes entre luteranos ycos en Finlandia. Agradezcamos a Dios toque nos ha concedido hasta ahora y pidáque nos colme del Espíritu de la verdadguiarnos hacia un amor y una unidad cadmayores. Sobre vosotros y sobre todos vuconnacionales invoco las bendiciones abundde Dios.

maritana que va al pozo de Jacob yconversa con Cristo. Como narra elevangelista san Juan, la historia deesta mujer es particularmente signifi-cativa (cf. Jn 4, 1-30): encuentra a Jesús que le pide de beber, luego lehabla de un agua nueva, capaz desaciar la sed para siempre. La mujeral inicio no entiende, se queda en elnivel material, pero lentamente elSeñor la conduce a realizar un cami-no de fe que la lleva a reconocerlocomo el Mesías. A este respecto san Agustín afirma: «después de haberacogido en el corazón a Cristo Se-ñor, ¿qué otra cosa hubiera podidohacer (esta mujer) sino dejar el cán-taro y correr a anunciar la buena no-ticia?» ( Homilías 15, 30). El encuen-

tro con Cristo como Persona vivaque colma la sed del corazón nopuede menos de conducir al deseode compartir con otros el gozo deesta presencia y de darlo a conocerpara que todos lo puedan experi-mentar. Es necesario renovar el entu-siasmo de comunicar la fe para pro-mover una nueva evangelización delas comunidades y de los países deantigua tradición cristiana, que estánperdiendo la referencia a Dios, deforma que se pueda redescubrir laalegría de creer. La preocupación deevangelizar no debe quedar nunca almargen de la actividad eclesial y de

la vida personal del cristiano, sinoque debe caracterizarla fuertemente,conscientes de ser destinatarios y, almismo tiempo, misioneros del Evan-gelio. El punto central del anunciosigue siendo el mismo: el kerigma deCristo muerto y resucitado para lasalvación del mundo, el kerigma delamor de Dios absoluto y total a ca-da hombre y a cada mujer, que cul-minó en el envío del Hijo eterno yunigénito, el Señor Jesús, quien nodudó en compartir la pobreza denuestra naturaleza humana, amándo-la y rescatándola, a través del ofreci-miento de sí mismo en la cruz, delpecado y de la muerte.

La fe en Dios, en este designio deamor realizado en Cristo, es ante to-do un don y un misterio que tene-mos que acoger en el corazón y enla vida, y del que hemos de estarsiempre agradecidos al Señor. Perola fe es un don que se nos ha dadopara compartirlo; es un talento reci-bido para que dé fruto; es una luzque no debe quedar escondida, sinoiluminar toda la casa. Es el don másimportante que se nos ha dado ennuestra existencia y que no podemosguardar para nosotros mismos.

El anunciose transforma en caridad

«¡Ay de mí si no anuncio el Evan-gelio!», decía el apóstol san Pablo (1 Co 9, 16). Estas palabras resuenancon fuerza para cada cristiano y paracada comunidad cristiana en todoslos continentes. También para lasIglesias en los territorios de misión,Iglesias en su mayoría jóvenes, fre-cuentemente de reciente fundación,el carácter misionero se ha vueltouna dimensión connatural, inclusocuando ellas mismas aún necesitanmisioneros. Muchos sacerdotes, reli-giosos y religiosas, de todas partesdel mundo, numerosos laicos y hastafamilias enteras dejan sus países, suscomunidades locales y se van a otrasIglesias para testimoniar y anunciar

el Nombre de Cristo, en el cual lahumanidad encuentra la salvación.Se trata de una expresión de profun-da comunión, de compartir, y de ca-ridad entre las Iglesias, para que to-do hombre pueda escuchar o volvera escuchar el anuncio que cura y, así,acercarse a los sacramentos, fuentede la verdadera vida.

Junto a este gran signo de fe quese transforma en caridad, recuerdo yexpreso mi agradecimiento a lasObras misionales pontificias, instru-mento de cooperación en la misiónuniversal de la Iglesia en el mundo.Por medio de su actividad el anun-

cio del Evangelio se conviertebién en una intervención paradar al prójimo, en justicia pamás pobres, en posibilidad dtrucción en las aldeas más peren asistencia médica en lugarmotos, en emancipación de laria, en rehabilitación de los mados, en apoyo al desarrollo dpueblos, en superación de lassiones étnicas y en respeto a len cada una de sus etapas.

Queridos hermanos y herminvoco para la obra de la evangción ad gentes y, en particularsus agentes, la efusión del EsSanto, para que la gracia de Dhaga caminar más decididamenla historia del mundo. Con el John Henry Newman re

«Acompaña, oh Señor, a tus neros en las tierras por evangpon las palabras justas en sus lhaz fructífero su trabajo». QVirgen María, Madre de la IglEstrella de la evangelización, pañe a todos los misioneroEvangelio.

Vaticano, 6 de enero de 201lemnidad de la Epifanía del Se




Discurso del Papa a la plenaria de la Congregación para la doctrina de la fe

Prioritaria la renovación de la fe

El saludo del cardenal Levada

En el signo de la continuidad

pósito de la fe, sino hacer que surjade él la estructura interna, la organi-cidad de esta única estructura. Asi-mismo, tienen gran relevancia losdocumentos de estudio producidos

por los diversos diálogos ecuméni-cos. Esos textos no se pueden igno-rar, pues constituyen un fruto im-portante, si bien provisional, de lareflexión común madurada duranteaños. No obstante, hay que recono-cerlos en su justo significado comocontribuciones ofrecidas a la autori-dad competente de la Iglesia, que esla única llamada a juzgarlos de mo-do definitivo. Atribuir a tales textosun peso vinculante o casi conclusivode las espinosas cuestiones de losdiálogos, sin la debida valoraciónpor parte de la autoridad eclesial, enúltima instancia no ayudaría al cami-no hacia una unidad plena en la fe.

Una última cuestión que deseomencionar es la problemática moral,que constituye un nuevo desafío pa-ra el camino ecuménico. En los diá-logos no podemos ignorar las gran-

des cuestiones morales acerca vida humana, la familia, la sedad, la bioética, la libertad, lacia y la paz. Será importante hde estos temas con una sola

acudiendo al fundamento encritura y en la tradición viva Iglesia. Esta tradición nos aydescifrar el lenguaje del Creadsu creación. Defendiendo los vfundamentales de la gran trade la Iglesia, defendemos al hodefendemos la creación.

Como conclusión de estas xiones, deseo una colaboraciótrecha y fraterna de la Congregcon el competente Consejo pcio para la promoción de la ude los cristianos, a fin de proeficazmente el restablecimientounidad plena entre todos los cnos. La división entre los cristen efecto, «contradice clara y tamente la voluntad de Cristo, escándalo para el mundo y perja la causa santísima de predi

Evangelio a toda criatura»Unitatis redintegratio, 1). Así puunidad no sólo es fruto de la fetambién un medio y casi unpuesto para anunciar de formavez más creíble la fe a aquellono conocen aún al Salvador. oró: «Como tú, Padre, en míen ti, que ellos también sean unosotros, para que el mundoque tú me has enviado» ( Jn 17

Renovando mi gratitud por tro servicio, os aseguro mi concercanía espiritual y a todos oparto de corazón la bendición tólica. Gracias.

La renovación de la fe es la prioridad de toda la Iglesia. Esta ha sido laindicación de Benedicto XVI al recibir a los participantes en la plenaria de laCongregación para la doctrina de la fe

el viernes 27 de enero, en audiencia, enla sala Clementina.

Señores cardenales, venerados her-manos en el episcopado y en el sa-cerdocio, queridos hermanos y her-manas:

Para mí es siempre motivo de ale-gría poder encontraros con ocasiónde la sesión plenaria y expresaros miaprecio por el servicio que lleváis acabo por la Iglesia y especialmentepor el Sucesor de Pedro en su minis-terio de confirmar a los hermanos enla fe (cf. Lc 22, 32). Agradezco alcardenal William Levada su cordialsaludo, en el que ha recordado algu-nos compromisos importantes resuel-tos por el dicasterio en estos últimosaños. Y estoy particularmente agra-decido a la Congregación, que, en

colaboración con el Consejo pontifi-cio para la promoción de la nuevaevangelización, prepara el Año de la

fe, percibiendo en él un momentopropicio para volver a proponer atodos el don de la fe en Cristo resu-citado, la luminosa enseñanza delconcilio Vaticano II y la valiosa sín-tesis doctrinal brindada por el Cate-cismo de la Iglesia católica.

Como sabemos, en vastas zonasde la tierra la fe corre peligro deapagarse como una llama que ya noencuentra alimento. Estamos anteuna profunda crisis de fe, ante unapérdida del sentido religioso, queconstituye el mayor desafío para laIglesia de hoy. Por lo tanto, la reno-vación de la fe debe ser la prioridaden el compromiso de toda la Iglesiaen nuestros días. Deseo que el Año

de la fe contribuya, con la colabora-ción cordial de todos los miembrosdel pueblo de Dios, a hacer queDios esté nuevamente presente eneste mundo y a abrir a los hombresel acceso a la fe, a confiar en eseDios que nos ha amado hasta el ex-tremo (cf. Jn 13, 1), en Jesucristocrucificado y resucitado.

El tema de la unidad de los cris-tianos está estrechamente vinculadoa esta tarea. Por eso, quiero detener-me en algunos aspectos doctrinalesrelativos al camino ecuménico de laIglesia, que ha sido objeto de unaprofunda reflexión en esta plenaria,en coincidencia con la conclusión dela anual Semana de oración por launidad de los cristianos. En efecto,el impulso de la obra ecuménica de-be partir de ese «ecumenismo espiri-

tual», de esa «alma de todo el movi-miento ecuménico» (Unitatis redinte- g ra t i o , 8), que se halla en el espíritude la oración para que «todos seanuno» ( Jn 17, 21).

La coherencia del compromisoecuménico con la enseñanza del con-cilio Vaticano II y con toda la Tradi-ción ha sido uno de los ámbitos alque la Congregación, en colabora-ción con el Consejo pontificio parala promoción de la unidad de loscristianos, siempre ha prestado aten-ción. Hoy podemos constatar no po-cos frutos buenos producidos porlos diálogos ecuménicos, pero debe-

mos reconocer también que el riesgode un falso irenismo y de un indife-rentismo, del todo ajeno al espíritudel concilio Vaticano II, exige nues-tra vigilancia. Este indiferentismo es-

tá causado por la opinión, cada vezmás difundida, de que la verdad nosería accesible al hombre; por lo tan-to, sería necesario limitarse a encon-trar reglas para una praxis capaz demejorar el mundo. Y así la fe seríasustituida por un moralismo sin fun-damento profundo. El centro delverdadero ecumenismo es, en cam-bio, la fe en la cual el hombre en-cuentra la verdad que se revela en laPalabra de D ios. Sin l a fe todo elmovimiento ecuménico se reduciría auna forma de «contrato social» alcual adherirse por un interés común,una «praxiología» para crear unmundo mejor. La lógica del concilioVaticano II es completamente distin-ta: la búsqueda sincera de la unidadplena de todos los crist ianos es undinamismo animado por la Palabrade Dios, por la Verdad divina que

nos habla en esta Palabra.Por ello, el problema cru-

cial, que marca de modotransversal los diálogos ecu-ménicos, es la cuestión de laestructura de la Revelación—la relación entre la SagradaEscritura, la Tradición vivaen la Santa Iglesia y el Mi-nisterio de los sucesores delos Apóstoles como testimo-nio de la verdadera fe—. Yaquí está implícita la cuestiónde la eclesiología que formaparte de este problema: cómollega la verdad de Dios a no-sotros. Aquí, por lo demás, esfundamental el discernimien-to entre la Tradición con mayúsculay las tradiciones. No quiero entraren detalles; sólo una observación.

Un paso importante de ese discerni-miento se dio en la preparación yaplicación de las medidas para gru-pos de fieles procedentes del angli-canismo, que desean entrar en la co-munión plena de la Iglesia, en launidad de la Tradición divina, co-mún y esencial, conservando las pro-pias tradiciones espirituales, litúrgi-cas y pastorales, que son conformesa la fe católica (cf. Const. An g l i c a n o -rum coetibus, art. III ). Existe, en efec-to, una riqueza espiritual en las di-versas confesiones cristianas que esexpresión de la única fe y don quehay que compartir y encontrar jun-tos en la Tradición de la Iglesia.

Hoy, además, una de las cuestio-nes fundamentales está constituidapor la problemática de los métodosadoptados en los diversos diálogos

ecuménicos. También esos diálogosdeben reflejar la prioridad de la fe.En todo diálogo verdadero el inter-locutor tiene derecho a conocer laverdad. Lo exige la caridad hacia elhermano. En este sentido, es necesa-rio afrontar con valentía también lascuestiones controvertidas, siemprecon espíritu de fraternidad y de res-peto recíproco. Es importante, ade-más, ofrecer una interpretación co-rrecta de ese «orden o “jerarquía” delas verdades en la doctrina católica»,puesto de relieve en el decreto Uni-tatis redintegratio (n. 11), que no sig-nifica en modo alguno reducir el de-

Al comienzo de la audiencia, elcardenal Levada, después de agra-decer al Papa la convocatoria del Año de la fe, ilustró la «Nota conindicaciones pastorales para esteaño de gracia», cuyo objetivo es«promover lo que es esencial en lamisión de la Iglesia hoy —esp ecifi-có—: la fe personal en el Señor re-sucitado, el redescubrimiento delrico patrimonio del concilio Vatica-no II y el conocimiento cada vezmayor del Catecismo de la Iglesiacatólica».

«A partir de la misma perspecti-va de tutela de la fe y de la moral,la Congregación ha procedido enel delicado empeño de juzgar los

casos de graviora delicta—conti-nuó—. En este ámbito se han ac-tualizado las normas en vigor. Seintensifica también la colaboracióncon las Conferencias episcopales, alas cuales se ha dirigido una cartacircular con ruego de preparar laslíneas guía para estos casos».

Entre los motivos de satisfac-ción, el prefecto indicó también la«reencontrada unidad plena en lafe con un número creciente de cris-tianos procedentes de otras confe-siones», en particular con «gruposde fieles anglicanos que desean en-trar en plena comunión con la

Iglesia católica, según la conción apostólica Anglicanorumbus». «Hasta ahora —apunpurpurado— se han erigidoOrdinariatos personales, unoel territ0rio de la Conferenciacopal de Inglaterra y Gales,para el de la Conferencia dobispos de Estados Unidos».

Con la misma intención «uportante trabajo lo realiza la Csión pontificia Ecclesia Dei questrecha colaboración con escasterio, sigue el desarrollo delogo con la Fraternidad saceSan Pío X».

Los trabajos de la plenaria

mo expresó igualmente el cap re f ec to — se han centrado ediversas cuestiones relaciocon la búsqueda de la unidady el camino ecuménico. Entproyectos indicó la continuidla promoción de la enseñanzaconciliar asegurando una dimás amplia, también a travInternet, de los documentosde «llegar a cada vez más fiediversas partes del mundo, qunen el derecho y el deber decer la enseñanza de la Iglesialas grandes cuestiones de nép o ca».



número 6, domingo 5 de febrero de 2012

A los profesores y alumnos del Almo Colegio Capránica, el Papa indica a santa Inés como modelo de testimonio

Virginidad y martirio de una joven romexclusiones ni parcialidad. Del caminode santidad del presbítero forma partetambién su elección de elaborar, con laayuda de Dios, la propia inteligencia yel propio compromiso, una cultura per-

sonal verdadera y sólida, fruto de unestudio apasionado y constante. La fetiene una dimensión racional e intelec-tual que le es esencial. Para un semina-rista y para un sacerdote joven, queaún se dedica al estudio académico, setrata de asimilar aquella síntesis entre

perfecto (cf. Rm 12, 1-2

Queridos alumnos pránica, vuestro compmino de la santidad, tsólida formación cultu

a la intención originarición, fundada hace 555denal Domenico Casiempre un sentido protoria y de la tradiciónhecho de estar en Rom

El ejemplo y el testimonio de santa Inés,virgen y mártir, fue el modelo que propuso

Benedicto XVI a los docentes y alumnosdel Almo Colegio Capránica, al recibirlosen audiencia el viernes 20 de enero en la

sala Clementina.

Señor cardenal, excelencia, queridoshermanos:

Es siempre motivo de alegría para míencontrarme con la comunidad del Al-mo Colegio Capránica, que desde hacemás de cinco siglos constituye uno delos seminarios de la diócesis de Roma.Os saludo a todos con afecto, en parti-cular naturalmente a su eminencia elcardenal Martino y al rector, monseñorErmenegildo Manicardi. Y agradezco asu eminencia sus amables palabras.Con ocasión de la memoria de santaInés, patrona del Colegio, quiero ofre-ceros algunas reflexiones que me sugie-re precisamente su figura.

Santa Inés es una de las famosas jó-venes romanas que han ilustrado la be-

lleza genuina de la fe en Cristo y de laamistad con él. Su doble título de vir-gen y mártir recuerda la totalidad delas dimensiones de la santidad. Se tratade una santidad completa que os pidentambién a vosotros vuestra fe cristianay la vocación sacerdotal especial con laque el Señor os ha llamado y os vincu-la a él. Ma r t i r i o —para santa Inés— que-ría decir la aceptación generosa y librede entregar su vida joven, en su totali-dad y sin reservas, para que el Evange-lio fuera anunciado como verdad y be-lleza que iluminan la existencia. En elmartirio de santa Inés, aceptado convalor en el estadio de Domiciano, res-plandece para siempre la belleza depertenecer a Cristo sin vacilaciones,confiándose a él. Todavía hoy, a cual-

quiera que pase por la plaza Navona laimagen de la santa desde el frontispiciode la iglesia de Santa Inés in Agone lerecuerda que nuestra ciudad está fun-dada también sobre la amistad con

Cristo y el testimonio de su Evangelio,de muchos de sus hijos e hijas. Su ge-nerosa entrega a él y al bien de los her-manos es un componente primario dela fisonomía espiritual de Roma.

Con el martirio Inés sella también elotro elemento decisivo de su vida, lav i rg i n i d a d por Cristo y por la Iglesia.El don total del martirio se prepara, dehecho, con la decisión consciente, librey madura de la virginidad, testimoniode la voluntad de ser totalmente deCristo. Si el martirio es un acto heroicofinal, la virginidad es fruto de una pro-longada amistad con Jesús maduradaen la escucha constante de su Palabra,en el diálogo de la oración y en el en-cuentro eucarístico. Inés, todavía joven,había aprendido que ser discípulos delSeñor quiere decir amarlo poniendo en juego toda la existencia. Este título do-

ble —virgen y mártir— recuerda a nues-tra reflexión que un testigo creíble dela fe debe ser una persona que vive porCristo, con Cristo y en Cristo, transfor-mando su vida según las exigenciasmás altas de la gratuidad.

También la formación del presbíteroexige integridad, perfección, ejercicioascético, constancia y fidelidad heroica,en todos los aspectos que la constitu-yen; en el fondo debe haber una vidaespiritual sólida animada por una in-tensa relación con Dios a nivel personaly comunitario, con particular cuidadoen las celebraciones litúrgicas y en lafrecuencia de los sacramentos. La vidasacerdotal exige una aspiración crecien-te a la santidad, un claro sensus Eccle-

siae y una apertura a la fraternidad sin

alcanzarse no conformándose a estemundo, sino dejándose transformar porCristo, renovando el modo de pensar,para poder discernir la voluntad deDios, lo que es bueno, agradable a él y

os tiene que hacer parsibles a la profundidacatólica. Vosotros ya historia del edificio qumás, vosotros vivís estoción con una cercaníasor de Pedro: ello os

con una claridad partsiones universales de lseo de que el Evangellas gentes. Aquí tenéisabrir los horizontes code la internacionalidaddo, respiráis la catolicilo que se os ofrece, paturo a la diócesis de Rdiócesis de procedencique surge en la convivconocer las diferentes snaciones y de las Iglesy a formaros en la visparaos a estar cercaque encontréis, sin decultura pueda ser unabra de vida de la que stambién con vuestra vi

Queridos amigos, lmucho de los sacerdo

obra de evangelizacióevangelización. Os anel esfuerzo diario, enralleza de la tradición aprofundamente a Crisde llevarlo a vuestras cverdad y alegría.

Que vuestro comprola intercesión de santmártir, y de María sade la evangelización, ccundidad de vuestro mrazón os imparto a votros seres queridos la blica. Gracias.

«El martirio de santa Inés», Vicente Mas

fe y razón que es propia del cristianis-mo. El Verbo de Dios se hizo carne yel presbítero, auténtico sacerdote delVerbo encarnado, debe ser cadavez más un reflejo, luminoso yprofundo, de la Palabra eter-na que nos ha sido dada.Quien es maduro tambiénen esta formación culturalglobal puede ser más efi-cazmente educador y ani-mador de aquella adora-ción «en Espíritu y ver-dad» de la que habla Je-

sús a la samaritana (cf. Jn 4, 23). Esta adoración,que se forma en la escu-cha de la Palabra de Dios yen la fuerza del EspírituSanto, está llamada a ser, so-bre todo en la liturgia, el «ra -tionabile obsequium», del que noshabla el apóstol san Pablo, un cultoen el que el hombre mismoen la totalidad de su ser do-tado de razón, se vuelveadoración, glorificación delDios viviente, y que puede



ROMANO pá

Benedicto XVI a los profesores y alumnos de los seminarios pontificios de Campania, Calabria y Umbria

Antes aún que cultossacerdotes santos y santificadores

En el actual contexto histórico y eclesial,a experiencia de los seminarios regionalesonstituye una gran escuela de formación y

un gimnasio eficaz de comunión. Lo dijol Papa dirigiéndose a los rectores,

profesores y alumnos de los seminarios

talianos de Campania, Calabria yUmbria, a los que recibió en audiencia el ueves 26 de enero por la mañana concasión del centenario de su fundación.

Señores cardenales, venerados herma-nos y queridos seminaristas:

Me alegra mucho acogeros con oca-ión del centenario de la fundación deos seminarios pontificios de Campania,

Calabria y Umbria. Saludo a mis her-manos en el episcopado y en el sacer-docio, a los tres rectores juntamenteon sus colaboradores y profesores, yobre todo os saludo con afecto a voso-ros, queridos seminaristas. El naci-

miento de estos tres seminarios regiona-es, en 1912, se debe comprender en la

obra más amplia de incremento de laormación de los candidatos al sacerdo-io llevada a cabo por el Papa san Pío

X, en continuidad con León XIII. Parafrontar las crecientes exigencias forma-ivas, se emprendió el camino de unifi-ar los seminarios diocesanos en nuevoseminarios regionales, juntamente cona reforma de los estudios teológicos,

que produjo un sensible aumento delnivel cualitativo, gracias a la adquisi-

ión de una cultura de base común aodos y a un período de estudio sufi-ientemente largo y bien estructurado.

A este respecto, la Compañía de Jesúsdesempeñó un papel importante. Enfecto, a los jesuitas se les encomendóa dirección de cinco seminarios regio-

nales, entre los cuales el de Catanzaro,desde 1926 hasta 1941, y el de Posillipo,desde la fundación hasta hoy. Pero noólo se benefició la formación académi-a, ya que la promoción de la vida co-

mún entre jóvenes seminaristas prove-

nientes de realidades diocesanas dife-entes favoreció un notable enriqueci-miento humano. Es singular el caso deleminario campano de Posillipo, que

desde 1935 se abrió a todas las regionesdel sur, después de que se le reconocióa posibilidad de otorgar los gradoscadémicos.

En el actual contexto histórico yclesial la experiencia de los seminariosegionales sigue siendo muy oportuna y

valiosa. Gracias a la conexión con fa-ultades e institutos teológicos, permiteener acceso a itinerarios de estudio de

nivel elevado, favoreciendo una prepa-ación adecuada al complejo escenario

cultural y social en el que vivimos. Además, el carácter interdiocesano serevela como un eficaz «gimnasio» decomunión, que se desarrolla en el en-cuentro con sensibilidades diversas quehay que armonizar en el único servicio

a la Iglesia de Cristo. En este sentido,los seminarios regionales dan una con-tribución incisiva y concreta al caminode comunión de las diócesis , favore-ciendo el conocimiento, la capacidadde colaboración y el enriquecimientode experiencias eclesiales entre los futu-ros presbíteros, entre los formadores yentre los mismos pastores de las Igle-sias particulares. Asimismo, la dimen-sión regional es una valiosa mediaciónentre las líneas de la Iglesia universal ylas exigencias de las realidades locales,evitando el riesgo del particularismo.Vuestras regiones, queridos amigos, sonricas en grandes patrimonios espiritua-les y culturales, a la vez que viven mu-chas dificultades sociales. Pensemos,por ejemplo, en Umbria, patria de sanFrancisco y de san Benito. Impregnadade espiritualidad, Umbria es meta decontinuas peregrinaciones. Al mismotiempo, esta pequeña región sufre co-mo otras, e incluso más, la desfavorablecoyuntura económica. En Campania yen Calabria la vitalidad de la Iglesia lo-cal, alimentada por un sentido religiosoaún vivo gracias a sólidas tradiciones ydevociones, debe traducirse en una re-novada evangelización. En aquellas tie-rras, el testimonio de las comunidadeseclesiales debe afrontar fuertes emer-gencias sociales y culturales, como lafalta de trabajo, sobre todo para los jó-venes, o el fenómeno de la criminalidado rg a n i z ad a .

El contexto cultural de hoy exigeuna sólida preparación filosófico-teoló-gica de los futuros presbíteros. Comoescribí en mi Carta a los seminaristas, al

final del Año sacerdotal,«no se trata solamente deaprender las cosas mera-mente prácticas, sino de co-nocer y comprender la es-tructura interna de la fe en

su totalidad, que no es unsumario de tesis, sino un or-ganismo, una visión orgáni-ca de manera que se con-vierta en una respuesta a laspreguntas de los hombresque, aunque cambian exte-riormente en cada genera-ción, en el fondo son losmismos» (cf. n. 5). Además,el estudio de la teología de-be tener siempre un vínculointenso con la vida de ora-ción. Es importante que elseminarista comprenda bienque, mientras se aplica a es-te objeto, hay en realidadun «Sujeto» que lo interpela, el Señorque le ha hecho oír su voz, invitándoloa dedicar su vida al servicio de Dios yde los hermanos. Así podrá realizarseen el seminarista hoy, y en el presbítero

mañana, la unidad de vida rec om e nd a-da por el documento conciliar P re s b y t e -rorum ordinis (cf. n. 14), la cual tiene suexpresión visible en la caridad pastoral ,«el principio interior, la virtud que ani-ma y guía la vida espiritual del presbí-tero en cuanto configurado con Cristo»(Juan Pablo II, Pastores dabo vobis, 23).De hecho, es indispensable la integra-ción armoniosa entre el ministerio, consus múltiples actividades, y la vida es-piritual del presbítero. «Para el sacer-dote, que deberá acompañar a otros enel camino de la vida y hasta el momen-to de la muerte, es importante que ha-ya conseguido un equilibrio justo entrecorazón y mente, razón y sentimiento,cuerpo y alma, y que sea humanamente“í n t e g ro ”» (Carta a los seminaristas, 6).

Estas son las razones que imprestar mucha atención a la dhumana de la formación de lodatos al sacerdocio. De hecho,tra humanidad nos presentam

Dios, para ser ante nuestros hauténticos hombres de Dios. En quien quiera llegar a ser sacerdser ante todo un «hombre dcomo escribe san Pablo a su Timoteo (cf. 1 Tm 6, 11). Pormás importante en el caminodocio y durante toda la vida saes la relación personal con Disucristo (cf. Carta a los seminar

El beato Papa Juan XXIII, allos superiores y a los alumnosnario campano con ocasión deversario de su fundación, en del concilio Vaticano II, expfirme convicción así : «A estvuestra formación, a la espera dsión que se os confiará para la Dios y para la salvación de laformar la mente, santificar la vEl mundo espera santos, sobre

to. Antes aún que sacerdoteelocuentes, actualizados, se rsacerdotes santos y santificadotas palabras siguen siendo porque en toda la Iglesia, al ien vuestras regiones particuproveniencia, hoy es más fununca la necesidad de obrEvangelio, testigos creíbles y pres de santidad con su vidaQue cada uno de vosotros resesta llamada. Para ello os aseoración, mientras os encomienguía materna de la santísimaMaría, y de corazón os impartpecial bendición apostólica. Gr

«El beato Papa Juan XXIII , al recibir a los superiores y a losalumnos del seminario campano conocasión del 50º aniversario de su

fundación, en vísperas del concilioVaticano II , expresó esta firme convicción así: “A esto tiende vuestra

formación, a la espera de la misiónque se os confiará para la gloria de Dios y para la salvación de lasalmas: formar la mente, santificar lavoluntad. El mundo espera santos, sobre todo esto. Antes aún que sacerdotes cultos, elocuentes,actualizados, se requieren sacerdotes santos y santificadores”».




El universo dentro y fuera de nosotros

Historias de otro mundo

Una respuesta a las acusaciones de oscurantismo

La voz libre de la Iglesia

«Galileo Galilei ciego», detalle. Titto Lessi, 1892(Instituto y museo de historia de la ciencia, Florencia).

miento más actualizado del universo, este estácompuesto sólo por el 4% de materia «normal», osea, formada por átomos, mientras que el 23% es-tá constituido de materia oscura y el 73% de ener-gía oscura.

La exposición, si bien está abierta al gran pú-blico, se dirige sobre todo a los jóvenes. Hablan-

do a los estudiantes durante la visita pastorlizada en septiembre de 2010 al Reino Unidnedicto XVI dijo: «En vuestras escuelas cathay un horizonte más amplio (“a big picmás allá de las materias concretas que estudde las diferentes habilidades que aprendéis..recordad siempre que cuando estudiáis unaria, es parte de un horizonte mayor. No otentéis con ser mediocres» ( L’Osservatore Redición en lengua española, 3 de octubre dep. 9). Una invitación que suena familiar a los astrónomos, que trabajan y estudian anim

por la convicción de que su tarea es abrir a manidad horizontes cada vez más amplios.

JOSÉ G ABRIEL FUNES

De pequeños nos acostumbramos a oír historiasque explican el origen de las cosas dentro y fuerade nosotros. Cuando nos hacemos adultos apren-

demos también nosotros a contarlas. Y conserva-mos el placer de aprender otras nuevas. Como as-trónomos tenemos la tarea de narrar a la humani-dad una historia: la del universo. ¡Un universoque tiene catorce mil millones de años!

Desde sus orígenes, el ser humano ha sentidola necesidad de buscar una explicación racionalque le permita comprender el sentido más profun-do del cosmos que le rodea. Normalmente pensa-mos en el universo fuera de nosotros. Pero nos ol-vidamos de que la materia de las cosas de nuestromundo cotidiano y de nuestros propios cuerposestá producida por el núcleo de las estrellas.

En el «Himno a la materia», Teilhard de Char-din la cantaba como «triple abismo de las estre-l las, de los átomos y de las generaciones, tú queatravesando y disolviendo nuestras angostas medi-das, nos revelas la dimensión de Dios». He aquíque el conocimiento del universo ensancha nues-tro corazón.

Tres instituciones han decidido relatar su con-

tribución a este itinerario de conocimiento de lamateria: el Instituto nacional de física nuclear(INFN ), el departamento de física de la Universi-dad de Pisa y el Observatorio astronómico vatica-no. Mientras que este último se ocupa de astrono-mía teórica y observativa, el INFN y el departa-mento de física se ocupan de aquellas temáticasque son indispensables para unificar el conoci-miento del cosmos. En efecto, si los telescopiosnos permiten conocer lo infinitamente grande, losaceleradores de partículas nos ayudan a conocerlo infinitamente pequeño. Que, por lo demás, esla semilla de la cual lo infinitamente grande flore-ció. ¡Ya este singular acercamiento entre «grande»y «pequeño» debería suscitar nuestra maravilla!

La historia del universo no se podría contar sinnuestras «pequeñas» historias humanas.En esta encrucijada de historia cósmica ehistoria humana, Pisa es un lugar privile-giado. Fue cuna de Galileo Galilei y tam-bién la ciudad donde, de 1903 a 1931, de-sempeñó su ministerio pastoral el arzobis-po Pietro Maffi, desde 1907 cardenal de lasanta Iglesia romana.

Maffi fue un apasionado divulgador deastronomía. Era unánime la estima que ob-tenía en el ambiente científico. Tanto que,en 1904, Pío X lo nombró presidente delObservatorio astronómico vaticano con elencargo de reorganizarlo y de encontrar unnuevo director (elegido después en la per-sona del jesuita Johann G. Hagen) en unmomento delicado de la historia de la ins-titución. Maffi vivió su doble pertenencia—al mundo de la Iglesia y al de la cien-cia— como ocasión para favorecer el diálo-go y la colaboración entre estos dos ámbi-tos de la experiencia humana, pensados noya como conflictivos, sino como cooperan-tes en la búsqueda del significado más pro-fundo de la existencia humana.

La exposición «Historia del otro mun-

do: el universo dentro y fuera de noso-tros», que tendrá lugar en Pisa la próximaprimavera, se ocupa de la naturaleza de loselementos que componen el universo ytambién de los seres vivientes. Se muevedesde el inmaterial fotón que nos trae laluz hasta las partículas que se encuentranen el origen de la masa, como el bosón deHiggs. Este viaje cósmico a las profundidades dela materia prosigue en el sistema solar, las estre-llas de la Vía Láctea, hasta las galaxias lejanas.

Con todo, no olvidemos que en nuestra aventu-ra cósmica existen aún cuestiones sin resolver, alas que la ciencia intenta responder. Por ejemplo,¿qué es la materia oscura y la energía oscura? Va-le la pena recordar que, según nuestro conoci-

del discurso sobre la ausente modeción italiana a causa de la Contrarrefotro lugar común que la investigaciótórica, en las últimas décadas, ha refampliamente.

¿De verdad es tan difícil pensar qaplicaciones de las tecno-ciencias o la tación jurídica de las uniones homoles no constituyen sólo un test de modad, sino que abren problemas antrogicos porque transforman nuestra cuy que por lo tanto es bueno que seanto de reflexión y discusión, y tal vuna prudente suspensión de juiciopiensan muchos filósofos laicos y cicos, católicos y no católicos. No lo pen cambio las industrias farmacéuticinvestigadores que quieren una rápidtoriedad y fondos para sus actividade

Ciertamente la Iglesia católica es lca institución mundial que osa expres juicio crítico sobre una tendencia «psista» intencionadamente superficiaúnica que osa denunciar las posibles ccuencias negativas de estas innovacQue se atreve, en sustancia, a estiuna discusión, a hacer reflexionar y

respuestas verdaderas. Y es curiosoprecisamente por este ser libre y pen—en algunos temas la única voz críticpuede hacerse oír en todo el mundotachada de oscurantismo y de incapapara afrontar la modernidad.

Los intelectuales que afrontan conda crítica las cuestiones —por ejemplo

LU C E T TA SCARAFFIA

El tema se da por descontado —la Iglesia queinvade los espacios públicos de libertad—, comodescontado es también el punto de vista delpanfleto de Sergio Romano y Beda Romano«La Chiesa contro» («La Iglesia en contra»). Así que habría sido más correcto titularlo «Con-tro la Chiesa» («Contra la Iglesia»). Al ser un

panfleto, el libro presenta las características delgénero: superficialidad de las fuentes (tanto his-tóricas como bioéticas) e imprecisión de las noti-cias, como en el caso de las relativas al Comiténacional de bioética italiano, respecto a las cua-les un sencillo control habría evitado muchasinexactitudes.

El volumen revela enseguida una arraigadaxenofilia: así, Beda Romano ha afrontado horasde coloquio con la secretaria del Comité bioéti-co francés, que es una fuente muy de parte —talvez entrevistar al científico que lo ha presididopor años, Didier Sicard, le habría ayudado aelaborar un discurso más crítico—, pero jamás seha reunido con un miembro del organismo ita-

entre Estado e Iglesia en los distintos paísropeos, y sobre todo en la segunda parte novedosa e interesante— el hecho de abordclaves bioéticas sin examinar las cuestionerales y filosóficas sobreentendidas, pero zando la realidad de los comportamientolas cuestiones tecno-científicas en discusióncada país Beda Romano opta por profunen el tema en el que se ha demostrado

avanzado a sus ojos: los trasplantes de óren España, los PA C S para las convivencias hsexuales en Francia, la inseminación artificDinamarca, la clonación en el Reino Unieutanasia en Suiza. Tal vez, a los ojos de ltores, el país ideal sería aquel donde todas«cumbres de progresismo» estuvieran reuEn cambio Italia es lo contrario, pues ncuentra puesto en ninguna clasificació«buenos», de «modernos», de «científicos»

La culpa naturalmente —con escasa origdad— se imputa a la Iglesia, conocida porrantismo desde los tiempos de Galileo en slidad institucional y en los maléficos efectbre la burguesía italiana. Con una reanud

liano correspondiente. Por su parte, Sergio Ro-mano escribe que la separación entre Estado eIglesia está lograda en todos los países europeospero no en Italia, basándose en una interpreta-ción muy parcial tanto del Resurgimiento comodel Concordato.

Pero el libro presenta también aspectos nue-vos: la comparación histórica de las relaciones

más de Jonas y Habermas, Testart y Agaciquedan fatalmente confinados a un ámbittringido de interlocutores, frecuentementeintelectuales que hablan su lengua. La Iglecambio habla de modo más fácil, y se hapor doquier. Estorbando, y no poco, el r—tan apreciado por muchos— de una felidernidad que avanza sin mancha.



número 6, domingo 5 de febrero de 2012 L’OSSERVATORE ROMANO pág

Dimensión continental y marianade la visita del Papa a México y Cuba

Se hace público el programa del viaje apostólico

Perspectiva de la catedral mexicana de León

Peregrinación de la Virgen de la Caridad del Cobre con ocasión del año jubilar en Cuba

La ciudad de León será la primeraen acoger al Papa en su vigésimo

tercer viaje apostólico internacional,que lo llevará, entre el 23 y el 29 delpróximo mes de marzo, a México ya Cuba. El programa oficial de la vi-sita se hizo público el martes 31 deenero en la Oficina de informaciónde la Santa Sede.

Se tratará de un viaje esencial-mente religioso y mariano. A Méxi-co el Papa va para fortalecer la fe deun pueblo que ha vinculado su his-toria a la devoción a la Virgen de

Guadalupe. Y a Cuba acude pararendir homenaje a la Virgen de la

Caridad del Cobre en el 400° aniver-sario del hallazgo de la imagen mila-g ro s a .

Benedicto XVI saldrá de Roma alas 9.30 del viernes 23 de marzo des-de el aeropuerto internacional Leo-nardo da Vinci. La llegada a Leónestá prevista a las 16.30, hora local.En el aeropuerto internacional deGuanajuato (en la localidad de Si-lao), dará la bienvenida al Papa elpresidente de la República, Felipe

presentantes de todas las diócesismexicanas. Por la tarde, presidirá elrezo de vísperas con los obispos deMéxico y de América Latina en lacatedral de la Madre Santísima de la

Luz de León.El lunes 26, a las 9.00, tendrá lu-gar la ceremonia de despedida en elaeropuerto internacional de Guana- juato y la partida hacia Santiago deCuba, a donde llegará cerca de las14.00. El presidente Raúl Castro re-cibirá al Papa en el aeropuerto inter-nacional Antonio Maceo.

A las 17.30 Benedicto XVI celebrarála misa en la plaza Antonio Maceode Santiago de Cuba, con ocasióndel 400° aniversario del hallazgo dela imagen de la Virgen de la Caridaddel Cobre.

Al día siguiente, martes 27, a las9.30 el Papa acudirá a rezar al san-tuario de la Virgen de la Caridad delCobre en Santiago de Cuba, antes

de partir hacia La Habana. Dede la visita de cortesía al presidel Consejo de Estado y del Code Ministros de la República,palacio de la Revolución, Bene

XVI se reunirá con los obispos cnos en la nunciatura apostólica nará con ellos.

Por último, el miércoles 2marzo, por la mañana, el Ponpresidirá la celebración eucaren la plaza de la Revolución Martí de La Habana, la mismade celebró la misa Juan Pablo Irante su histórica visita a la isla beña del 21 al 26 de enero de 19

La ceremonia de despedidCuba está prevista a las 16.30 aeropuerto internacional de Labana, antes de partir hacia RomPapa llegará al aeropuerto romde Ciampino alrededor de las del jueves 29 de marzo.

Calderón. Inmediata-mente después, elSanto Padre se trasla-dará al colegio Mira-flores, donde se hos-pedará durante su es-tancia en León.

La primera cita ofi-cial de la segunda jornada, a las 18.00,

será una visita de cor-tesía al presidenteCalderón en la Casadel Conde Rul deGuanajuato.

A continuación, elPapa se dirigirá a laplaza de la Paz paraencontrarse con losniños. Este será el úl-timo acto de la jorna-da.

El domingo por lamañana, el Pontíficepresidirá, en el Par-que del Bicentenariode León, la celebra-ción de la misa en laque participarán re-

Audiencias pontificiasEL S ANTO P ADREHA RECIBID O EN AU D I E N C I A:

Jueves 26 de enero

A los obispos de Estados Unidos en visita«ad limina Apostolorum»:

—Monseñor Thomas John Rodi, arzo-bispo de Mobile.

—Monseñor Gregory Michael Aymond,arzobispo de Nueva Orleans, con el auxi-liar, monseñor Shelton Joseph Fabre, obis-po titular de Pudenziana, y con el arzo-bispo emérito, monseñor Alfred Clifton

Hughes.—Monseñor Roger Paul Morin, obispode Biloxi.

—Monseñor Robert Joseph Baker, obis-po de Birmingham, con el obispo emérito,monseñor David Edward Foley.

—Monseñor Joseph N. Latino, obispode Jackson, con el obispo emérito, monse-ñor William Russel Houck.

—Monseñor David R. Choby, obispo deNashville.

—Monseñor Ronald Paul Herzog, obis-po de Alexandria.

—Monseñor Robert William Muench,obispo de Baton Rouge.

—Monseñor Sam Gallip Jacobs, obispode Houma-Thibodaux.

—Monseñor Charles Michael Jarrell,obispo de Lafayette.

—Monseñor Glen John Provost, obispode Lake Charles.

—Monseñor Michael Gerard Duca,obispo de Shreveport.

Viernes, día 27

—Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., pre-fecto de la Congregación para los obis-p os.

—A monseñor Francesco Gravina, obis-po de Carpi (Italia), con sus familiares.

Lunes, día 30

—A monseñor Fernando Filoni, arzobis-po titular de Volturno, prefecto de laCongregación para la evangelización delos pueblos.

—A monseñor Javier Echevarría Rodrí-guez, obispo titular de Cilibia, prelado delOpus Dei.

—Al padre Richard Schenk, O.P., presi-dente del «Katholische Universität Eiehst-tät-Ingolstadt».

Entrevista al arzobispo Fisiche

sia universal, especialmente aquí en Roma con la presenciPapa. Además, habrá comunicación y participación entque se realice en las distintas Iglesias locales o a nivel deciaciones y movimientos. Ya tenemos programada una prireunión con los jefes de los dicasterios implicados más dirmente en el Año de la fe, para poder fijar un calendario co.

En el documento se lee también que la secretaría deberá abrinueva página web. ¿Se está preparando?

Estamos trabajando en una página web que pueda otoda clase de informaciones útiles para vivir de modo efic Año de la fe y para poner en comunicación las diversasdades implicadas. A mediados de enero comenzamos eldio con algunos expertos de comunicación a fin de pre

oportunamente el portal. ¿Qué otras citas tiene previstas el Consejo pontificio para 201

Ante todo podemos anticipar que el inicio del Año decoincidirá con la solemne celebración del Santo Padreque se recordará el quincuagésimo aniversario de la apedel concilio Vaticano II. Se trata de un momento muy sicativo dado que el Papa firmó la Carta apostólica el 11 dtubre de 2011, como para reafirmar que las fechas son tanportantes que merecen no sólo recordarse, sino también brarse. Es la mejor manera de conmemorar ese acontecimque caracterizó ciertamente el siglo XX de la historia Iglesia, y por eso merece una celebración totalmente pecconsiderando que estarán presentes también todos los psinodales que participen en la asamblea sobre la nuevagelización y transmisión de la fe.

VIENE DELA PÁGINA2




Colegio episcopal

Lutos en el episcopado

Curia romanaEl Santo Padre ha nomsubsecretario de la Congregpara los obispos a monseñorBREITBACH, hasta ahora jeoficina del mismo dicasterio

Udo Breitbach nació en Pdiócesis de Tréveris (Alemel 13 de julio de 1960. Reciordenación sacerdotal el 28nio de 1986. Es doctor en decanónico por la Pontificia versidad Gregoriana de RDesde 1992 presta servicio Santa Sede en la Congregpara los obispos, donde2006 era jefe de oficina.

Monseñor José Bonello, obispo de Juticalpa (Honduras)Monseñor Luis José Rueda Aparicio, obispo de Montelíbano (Colombia)Monseñor Juan María Huerta Muro, obispo prelado de El Salto (México)

Monseñor José Manuel Romero Barrios, auxiliar de la diócesis de Barcelona (Ve n e z u e l a )

R ENUNCIAS:

El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la diócesis de Juticalpa (Honduras) que monseñorTOMÁS ANDRÉS M AU R O MULD O ON,O.F.M., le había presentado en con-formidad con el canon 401 § 2 delCódigo de derecho canónico.

Le sucede en el gobierno pastoral dela diócesis el coadjutor, monseñor JOSÉ BO N E L L O, O.F.M.

Tomás Andrés Mauro Muldoon,O.F.M., nació en Boston (EstadosUnidos) el 8 de agosto de 1938. Re-cibió la ordenación sacerdotal el 11de junio de 1966. Juan Pablo II lonombró prelado de la entonces pre-latura territorial de la InmaculadaConcepción de la BienaventuradaVirgen María en Olancho el 1 de fe-brero de 1983. Lo nombró obispo

prelado de dicha circunscripcióneclesiástica el 24 de julio de 1984; re-cibió la ordenación episcopal el 8 deoctubre sucesivo. El mismo Papa,tras elevar dicha sede a la categoríade diócesis, con el nombre de Juti-calpa, lo nombró primer obispo dela nueva diócesis el 31 de octubre de1 9 8 7.

José Bonello, O.F.M., nació enXaghra, diócesis de Gozo (Malta),el 4 de abril de 1961. Recibió la or-denación sacerdotal el 7 de julio de1985. Benedicto XVI lo nombró obis-po coadjutor de Juticalpa el 22 denoviembre de 2010; recibió la orde-nación episcopal el 12 de febrero de2011.

El Papa ha aceptado la renuncia a la

función de auxiliar de la diócesis deZielona Góra-Gorzów (Polonia) quemonseñor P AW E Ł SO CHA, C.M., obis-po titular de Tunigaba, le había pre-sentado en conformidad con los cá-nones 411 y 401 § 1 del Código dederecho canónico.

Pa w e ł Socha, C.M., nació en Wo- jsławice, diócesis de Radom, el 10 deenero de 1935. Recibió la ordenaciónsacerdotal el 22 de mayo de 1958. ElPapa Pablo VI lo nombró obispo ti-tular de Tunigaba y auxiliar de Zie-lona Góra-Gorzów el 20 de noviem-bre de 1973; recibió la ordenaciónepiscopal el 26 de diciembre delmismo año.

EL P A PA HA NOMBRAD O:

—Patriarca de Venecia (Italia) amonseñor FRANCESCO MORAGLIA,hasta ahora obispo de La Spezia-Sa r za na - Bru g na to.

Francesco Moraglia nació en Gé-nova el 25 de mayo de 1953. Recibióla ordenación sacerdotal el 29 de ju-nio de 1977. Benedicto XVI lo nom-bró obispo de la diócesis de La Spe-zia-Sarzana-Brugnato el 6 de di-ciembre de 2007; recibió la ordena-ción episcopal el 3 de febrero de2008.

—Arzobispo metropolitano de Pitts-burgh de los bizantinos (Estados

Unidos) a monseñor WILLIAM C.SKU R L A, hasta ahora obispo de Pas-

saic.William C. Skurla nació en Du-luth, eparquía de Parma de los rute-nos, el 1 de junio de 1956. Recibió laordenación sacerdotal el 23 de mayode 1987. Juan Pablo II lo nombróobispo de Van Nuys de los rutenosel 19 de febrero de 2002; recibió laordenación episcopal el 23 de abrildel mismo año. Benedicto XVI lotrasladó a la sede de Passaic el 6 dediciembre de 2007.

—Vicegerente de la diócesis de Roma(Italia), promoviéndolo a la digni-dad arzobispal, a monseñor FILIPPOI ANNONE, O.CARM., hasta ahora obis-po de Sora-Aquino-Pontecorvo.

Filippo Iannone, O.CARM., nacióen Nápoles el 1 3 de diciembre de

1957. Recibió la ordenación sacerdo-tal el 26 de junio de 1982. Juan Pa-blo II lo nombró obispo titular deNebbi y auxiliar de la archidiócesisde Nápoles el 12 de abril de 2001;recibió la ordenación episcopal el 26de mayo del mismo año. BenedictoXVI lo nombró obispo de la diócesisde Sora-Aquino-Pontecorvo el 19 de junio de 2009.

—Obispo de Montelíbano (Colom-bia) al presbítero LUIS JOSÉ R UEDA APA R I C I O.

Luis José Rueda Aparicio nacióen San Gil, diócesis de Socorro ySan Gil, el 3 de marzo de 1962. Re-cibió la ordenación sacerdotal el 23de noviembre de 1989. Ha desempe-ñado su ministerio pastoral comopárroco en diversas parroquias; pro-

fesor en el seminario mayor, dondetambién fue director del año prope-déutico; subdirector del Secretariadodiocesano para la pastoral social;rector del Instituto técnico para eldesarrollo social y vicario episcopalpara la pastoral diocesana.

—Obispo prelado de El Salto (Méxi-co) al padre JUA N M ARÍA HU E R TAMU R O, O.F.M.

Juan María Huerta Muro,O.F.M.,nació en Guadalajara el 9 de abrilde 1962. Ingresó en la Orden deFrailes Menores, donde recibió la or-denación sacerdotal el 1 de julio de1989. Obtuvo la licenciatura en dere-cho civil en la Universidad de Tijua-na. Ha desempeñado su ministeriocomo formador, administrador pa-rroquial, decano del colegio presbi-teral de Tijuana; desde 2006 era mi-nistro provincial y, además, vicarioepiscopal para la vida consagrada dela archidiócesis de Tijuana.

—Obispo titular de Materiana y au-xiliar de la diócesis de Barcelona(Venezuela) a monseñor JOSÉ M A-NUEL R OMERO B A R R I O S .

José Manuel Romero Barrios na-ció en Pariaguán, diócesis de Barce-lona, el 9 de abril de 1955. Recibió laordenación sacerdotal el 1 de diciem-bre de 1979. Inició su ministerio pas-toral en su diócesis de origen como

vicario parroquial, vicerrector y pre-fecto de disciplina del seminario me-

nor, donde más tarde fue rector; ypárroco. En Caracas fue vicerrectordel seminario interdiocesano, rectordel teologado del mismo seminario yvicerrector de la Universidad «SantaRosa de Lima». Luego, en Barcelo-na desempeñó su ministerio comopárroco y capellán militar; y, desde2007, era vicario general.

—Obispo titular de Villanova y auxi-liar de la diócesis de Roma a monse-ñor M AT T E O M ARIA ZUPPI.

Matteo Maria Zuppi nació en Ro-ma el 11 de octubre de 1955. Recibióla ordenación sacerdotal el 9 de ma-yo de 1981, incardinado en la dióce-sis suburbicaria de Palestrina. El 15de noviembre de 1988 se incardinóen la diócesis de Roma. Obtuvo lalicenciatura en filosofía y letras en la

Universidad de Roma. En su minis-terio pastoral ha desempeñado, entreotros, los siguientes cargos: rector dela iglesia de la Santa Cruz en laLungara de Roma, miembro delconsejo presbiteral, vicario parro-quial, consiliario eclesiástico generalde la Comunidad de San Egidio ypárro co.

—Obispo titular de Cittanova y auxi-liar de la diócesis de Roma a monse-ñor LORENZO LEUZZI.

Lorenzo Leuzzi nació en Trani,archidiócesis de Trani-Barletta-Bisce-glie, el 25 de septiembre de 1955. Re-cibió la ordenación sacerdotal el 2de junio de 1984, incardinado en ladiócesis de Roma. Obtuvo el docto-

rado en teología moral en la Pcia Universidad Gregoriana d

ma y la licenciatura en derechnónico en la Pontificia UniveLateranense. Ha desempeñado,otros, los siguientes cargos: corio eclesiástico de la Universidtólica del Sagrado Corazón dma; director de la Oficina ppastoral universitaria del vicariRoma; secretario de la secciónversitaria de la Comisión de casis, escuela y universidad del C jo de Conferencias de obispEuropa; encargado de la Compara la universidad de la Concia episcopal del Lacio; y cade la Cámara de diputados delamento italiano.

—Monseñor R OBERT FORTUNES ÁNCHEZ, arzobispo emérito deSanta Fe (Estados Unidos), fallecióel 20 de enero. Nació en Socorro,archidiócesis de Santa Fe, el 20 demarzo de 1934. Era sacerdote desdeel 20 de diciembre de 1959. El Pa-pa Pablo VI lo nombró arzobispode Santa Fe el 1 de junio de 1974;recibió la ordenación episcopal el25 de julio del mismo año. JuanPablo II aceptó su renuncia al go-bierno pastoral de dicha archidió-cesis el 6 de abril de 1993.

—Monseñor JUA N FREMIOT TO-

RRES OLIVER , obispo emérito dePonce (Puerto Rico), falleció el 26de enero. Nació en San Germán,diócesis de Mayagüez, el 28 de oc-tubre de 1925. Era sacerdote desdeel 10 de abril de 1950. Pablo VI lonombró obispo de la diócesis dePonce el 4 de noviembre de 1964;recibió la ordenación episcopal el21 de diciembre sucesivo. Juan Pa-blo II aceptó su renuncia al gobier-no pastoral de dicha diócesis el 10de noviembre de 2000.

—Monseñor ELADIO AC O S TA AR -TEAGA, C.I.M., arzobispo emérito de

Santa Fe de Antioquia (Colomfalleció el 30 de enero. Nació América, archidiócesis de Meel 9 de abril de 1916. Era sacdesde el 7 de agosto de 194Papa Pablo VI lo nombró ode Santa Fe de Antioquia elmarzo de 1970; recibió la oción episcopal el 12 de abrmismo año. Juan Pablo II, travar dicha sede a la categoría chidiócesis, lo promovió a ladad arzobispal el 18 de jun1988. El Papa aceptó su renungobierno pastoral de la archisis el 10 de octubre de 1992.

—Monseñor G ABRIEL L AW RSENGOL, obispo emérito de chirapalli (India), falleció elenero. Nació en Mandaladiócesis de Tanjore, el 18 detiembre de 1928. Era sacerdotde el 17 de abril de 1955. Juablo II lo nombró obispo dechirapalli el 6 de octubre derecibió la ordenación episco30 de diciembre sucesivo. El Padre aceptó su renuncia al gno pastoral de dicha diócesisde octubre de 1997.




En la audiencia general del miércoles 1 de febrero Benedicto XVI habla de la oración de Jesús en Getsemaní

Aquel «sí» que libera«No siempre es fácil abandonarse a la voluntad de Dios»

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy quiero hablar de la oración

de Jesús en Getsemaní, en el Huertode los Olivos. El escenario de la na-rración evangélica de esta oración esparticularmente significativo. Jesús,después de la última Cena, se dirigeal monte de los Olivos, mientras ora juntamente con sus discípulos. Narrael evangelista san Marcos: «Despuésde cantar el himno, salieron para elmonte de los Olivos» (14, 26) . Sehace probablemente alusión al cantode algunos Salmos del ’hallél con loscuales se da gracias a Dios por la li-beración del pueblo de la esclavitudy se pide su ayuda ante las dificulta-des y amenazas siempre nuevas delpresente. El recorrido hasta Getse-maní está lleno de expresiones de Jesús que hacen sentir inminente sudestino de muerte y anuncian la pró-xima dispersión de los discípulos.

También aquella noche, al llegar ala finca del monte de los Olivos, Je-

sús se prepara para la oración perso-nal. Pero en esta ocasión sucede algo

nuevo: parece que no quiere quedar-se solo. Muchas veces Jesús se retira-ba a un lugar apartado de la multi-tud e incluso de los discípulos, per-maneciendo «en lugares solitarios»(cf. Mc 1, 35) o subiendo «al mon-te», dice san Marcos (cf. Mc 6, 46).En Getsemaní, en cambio, invita aPedro, Santiago y Juan a que esténmás cerca. Son los discípulos quehabía llamado a estar con él en elmonte de la Transfiguración (cf. Mc 9, 2-13). Esta cercanía de los tres du-rante la oración en Getsemaní es sig-nificativa. También aquella noche Jesús rezará al Padre «solo», porquesu relación con él es totalmente úni-ca y singular: es la relación del HijoUnigénito. Es más, se podría decirque, sobre todo aquella noche, nadiepodía acercarse realmente al Hijo,

que se presenta al Padre en su iden-tidad absolutamente única, exclusi-

para expresar, en cierta manera, lasintonía con él en el momento enque se dispone a cumplir hasta elfondo la voluntad del Padre; y esuna invitación a todo discípulo a se-guirlo en el camino de la cruz. Elevangelista san Marcos narra: «Sellevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y empezó a sentir espanto yangustia. Les dijo: “Mi alma está

triste hasta la muerte. Quedaos aquíy velad”» (14, 33-34). SIGUEEN LAP

La fiesta del Encuentro del Señor en la tradición bizantina

Hoy el Anciano se vuelve niño

«Encuentro de Cristo», detalle (icono ruso, siglos XVIII - XIX )

Jesús, en la palabra que los tres, una vez más se expreel lenguaje de los Salmos: «Mestá triste», una expresión del43 (cf. Sal 43, 5). La dura deteción «hasta la muerte», luegreferencia a una situación vivmuchos de los enviados de Del Antiguo Testamento y expen su oración. De hecho, no

M ANUEL NIN

E n las Iglesias orientales la fiesta del 2 de fe-brero es una de las doce grandes fiestas delaño litúrgico. Atestiguada ya en la segunda

mitad del siglo IV, subraya el encuentro entre lahumanidad, representada por los ancianos Si-meón y Ana, y la divinidad, el mismo Cristo Se-ñ o r.

La iconografía tiene pocas variantes, desde losmosaicos romanos de Santa María en Trastévere

hasta los Balcanes, con Cristo, María y Simeóncomo figuras centrales, y José y Ana en segundoplano. El altar con manteles y ciborio transformael templo de la antigua alianza en edificio de cul-to cristiano. Así la presentación de Jesús cuarentadías después de su nacimiento se transforma en lafiesta del Encuentro de la humanidad envejecidacon el hombre nuevo, Cristo. En algunos iconosMaría lleva al Niño en sus brazos; en otros es Si-meón quien lo sostiene, recordando la gran proce-sión de entrada en la Divina Liturgia bizantina,cuando el obispo recibe los dones preparados delpan y del vino para depositarlos sobre el altar.

Simeón, como el obispo, acogiendo a Cristo seconvierte en uno que profesa la fe de la Iglesia:«Ahora he quedado liberado, pues he visto a miSalvador. Este es el que fue dado a luz por la Vir-gen: es el Verbo, Dios de Dios, el que por noso-tros se ha encarnado y ha salvado al hombre. Quese abra hoy la puerta del cielo: el Verbo eternodel Padre, asumido un principio temporal, sin sa-lir de su divinidad, es presentado por voluntadsuya en el templo de la Ley por la Virgen Madrey el anciano lo toma entre sus brazos».

La profesión de fe de los cuatro primeros conci-lios ecuménicos se pone en boca de Simeón.También en el momento de la presentación delcandidato a la ordenación episcopal, este pronun-cia tres profesiones de fe vinculadas a los cuatroconcilios. Simeón mismo en un texto se convierteen figura de Cristo en su descenso a los infiernos:«Ahora deja que me vaya, oh Soberano, paraanunciar a Adán que he visto al Dios que existeantes de los siglos, sin cambio convertido en ni-ño».

Varios troparios subrayan que el niño presenta-do en el templo es también aquel que había ha-blado en el Antiguo Testamento: «Acoge, Si-

meón, a aquel que Moisés vio antes, en medio dela nube, cuando le daba la Ley en el Sinaí, y queahora, convertido en niño, se somete a la Ley. Es-te es aquel que David anunció; este es aquel quehabló por los profetas, aquel que se encarnó pornosotros y que habla en la Ley».

El encuentro entre la humanidad envejecidasimbolizada por Simeón y Ana y la nueva huma-nidad en Cristo, impulsa a retomar un versículodel profeta Daniel (7, 9) en clave cristológica: «El Anciano, que en la carne se ha hecho niño, es lle-

vado al santuario por la Madre Virgen. Se haceniño por mí el Anciano; el Dios purísimo se so-mete a las purificaciones, para confirmar que esrealmente mi carne la que asumió de la Virgen.Simeón, iniciado en los misterios, reconoce aDios mismo, aparecido en la carne». Aquel que lavisión del profeta ve como un anciano ahora apa-rece como un «niño nuevo», como lo canta la li-turgia de Navidad.

Los textos litúrgicos presentan a María, la Ma-dre de Dios, como aquella que lleva a Cristo.Uno de estos ( Adorna thalamum tuum Sion ) haentrado en la liturgia oficial romana: «Adorna tutálamo, oh Sion, y acoge al rey Cristo; abraza aMaría, la puerta celestial, porque ella se ha con-vertido en trono de querubines, ella lleva al rey de

la gloria; es nube de luz la Virgen, porquen sí, en la carne, al Hijo que existe anteestrella de la mañana».

En un largo tropario de Andrés de Crbrazos que llevan a Cristo no son los de Mno los del anciano Simeón; ambos son figla Iglesia que lleva a Cristo a los hombresduciendo de modo discreto la figura de Jsegundo plano también en la iconografía:que es llevado por los querubines y celebra

los serafines, presentado hoy en el santosegún la Ley, tiene por trono los brazos deciano; de manos de José recibe dones digDios: bajo forma de una pareja de tórtoaquí la Iglesia incontaminada y el nuevo elegido de los gentiles, juntamente con dolas para significar que él es príncipe de la ay de la nueva alianza. Simeón, acogiendo eplimiento del oráculo que había recibido, ba la Virgen Madre de Dios María, simbólicprediciéndole la pasión de aquel que había de ella, y le pide ser liberado de la vida, gr Ahora deja que me vaya en paz, oh Soberamo me habías predicho, porque ya te heLuz eterna, y Señor salvador del pueblo Cristo toma su nombre».

va. Sin embargo, Jesús, in-cluso llegando «solo» al lu-

gar donde se detendrá a re-zar, quiere que al menostres discípulos no perma-nezcan lejos, en una rela-ción más estrecha con él.Se trata de una cercanía es-pacial, una petición de soli-daridad en el momento enque siente acercarse lamuerte; pero es sobre todouna cercanía en la oración,




Aquel «sí» que libera

veces seguir la misión que se les en-comienda significa encontrar hostili-dad, rechazo, persecución. Moiséssiente de forma dramática la pruebaque sufre mientras guía al pueblo enel desierto, y dice a Dios: «Yo solo

no puedo cargar con todo este pue-blo, pues supera mis fuerzas. Si mevas a tratar así, hazme morir, por fa-vor, si he hallado gracia a tus ojos»( Nm 11, 14-15). Tampoco para el pro-feta Elías es fácil realizar el servicioa Dios y a su pueblo. En el Primer

Libro de los Reyes se narra: «Luegoanduvo por el desierto una jornadade camino, hasta que, sentándosebajo una retama, imploró la muertediciendo: “¡Ya es demasiado, Señor!¡Toma mi vida, pues no soy mejorque mis padres!”» (19, 4).

Las palabras de Jesús a los tresdiscípulos a quienes llamó a estarcerca de él durante la oración enGetsemaní revelan en qué medidaexperimenta miedo y angustia enaquella «Hora», experimenta la últi-ma profunda soledad precisamente

mientras se está llevando a cabo eldesignio de Dios. En ese miedo yangustia de Jesús se recapitula todoel horror del hombre ante la propiamuerte, la certeza de su inexorabili-dad y la percepción del peso del malque roza nuestra vida.

Después de la invitación dirigidaa los tres a permanecer y velar enoración, Jesús «solo» se dirige al Pa-dre. El evangelista san Marcos narraque él «adelántandose un poco, ca-yó en tierra y rogaba que, si era po-sible, se alejara de él aquella hora»(14, 35). Jesús cae rostro en tierra: esuna posición de la oración que ex-

nía, nos proporcione un poco de luzen el camino de la vida.

Jesús continúa su oración: « ¡ Ab b á ! ¡Padre!: tú lo puedes todo, aparta demí este cáliz. Pero no sea como yoquiero, sino como tú quieres» (Mc 14, 36). En esta invocación hay trespasajes reveladores. Al comienzo te-

nemos la duplicación del términocon el que Jesús se dirige a Dios:« ¡ Ab b á ! ¡Padre!» (Mc 14, 36a). Sabe-mos bien que la palabra aramea Ab -bá es la que utilizaba el niño paradirigirse a su papá, y, por lo tanto,expresa la relación de Jesús conDios Padre, una relación de ternura,de afecto, de confianza, de abando-no. En la parte central de la invoca-ción está el segundo elemento: laconsciencia de la omnipotencia delPadre —«tú lo puedes todo»—, queintroduce una petición en la que,una vez más, aparece el drama de lavoluntad humana de Jesús ante lamuerte y el mal: «Aparta de mí estecáliz». Hay una tercera expresión dela oración de Jesús, y es la expresióndecisiva, donde la voluntad humanase adhiere plenamente a la voluntad

divina. En efecto, Jesús concluye di-ciendo con fuerza: «Pero no sea co-mo yo quiero, sino como tú quieres»(Mc 14, 36c). En la unidad de la per-sona divina del Hijo, la voluntadhumana encuentra su realizaciónplena en el abandono total del yo enel tú del Padre, al que llama Ab b á .San Máximo el Confesor afirma quedesde el momento de la creación delhombre y de la mujer, la voluntadhumana está orientada a la voluntaddivina, y la voluntad humana es ple-namente libre y encuentra su realiza-ción precisamente en el «sí» a Dios.Por desgracia, a causa del pecado,

este «sí» a Dios se ha transformadoen oposición: Adán y Eva pensaronque el «no» a Dios sería la cumbrede la libertad, el ser plenamente unomismo. Jesús, en el monte de losOlivos, reconduce la voluntad hu-mana al «sí» pleno a Dios; en él lavoluntad natural está plenamente in-tegrada en la orientación que le dala Persona divina. Jesús vive su exis-tencia según el centro de su Persona:

su ser Hijo de Dios. Su voluntadhumana es atraída por el yo delHijo, que se abandona totalmente alPadre. De este modo, Jesús nos diceque el ser humano sólo alcanza suverdadera altura, sólo llega a ser«divino» conformando su propia vo-luntad a la voluntad divina; sólo sa-liendo de sí , sólo en el «sí» a Dios,se realiza el deseo de Adán, de to-dos nosotros, el deseo de ser com-pletamente libres. Es lo que realiza Jesús en Getsemaní: conformando lavoluntad humana a la voluntad divi-na nace el hombre auténtico, y noso-tros somos redimidos.

VIENEDE LAPÁGINA 11

presa la obediencia a lavoluntad del Padre, elabandonarse con plenaconfianza a él. Es ungesto que se repite al

comienzo de la cele-bración de la Pasión, elViernes Santo, así co-mo en la profesión mo-nástica y en las ordena-ciones diaconal, presbi-teral y episcopal, paraexpresar, en la oración,también corporalmen-te, el abandono com-pleto a Dios, la con-fianza en él. Luego Je-sús pide al Padre que,si es posible, aparte deél aquella hora. No es

El Compendio del Ca-tecismo de la Iglesia ca-tólica enseña sintética-mente: «La oración de Jesús durante su ago-nía en el huerto deGetsemaní y sus últi-mas palabras en la cruzrevelan la profundidadde su oración filial: Je-sús lleva a cumplimien-to el designio amorosodel Padre, y toma so-bre sí todas las angus-tias de la humanidad,todas las súplicas e in-tercesiones de la histo-ria de la salvación; las

presenta al Padre, quien las acescucha, más allá de toda esperesucitándolo de entre los mu(n. 543). Verdaderamente «engún otro lugar de las Escriturademos asomarnos tan profundte al misterio interior de Jesúsen la oración del monte de lovos» ( Jesús de Nazaret II , 186).

Queridos hermanos y hermcada día en la oración del Pnuestro pedimos al Señor: «htu voluntad en la tierra comocielo» (Mt 6, 10). Es decir, recomos que existe una voluntaDios con respecto a nosotros ynosotros, una voluntad de Dionuestra vida, que se ha de concada día más en la referencnuestro querer y de nuestro sconocemos, además, que es «cielo» donde se hace la volde Dios y que la «tierra» solase convierte en «cielo», lugarpresencia del amor, de la bondala verdad, de la belleza divinaella se cumple la voluntad de En la oración de Jesús al Padaquella noche terrible y estude Getsemaní, la «tierra» se ctió en «cielo»; la «tierra» de sluntad humana, sacudida por edo y la angustia, fue asumida pvoluntad divina, de forma que luntad de Dios se cumplió en rra. Esto es importante tambinuestra oración: debemos aprenabandonarnos más a la Providdivina, pedir a Dios la fuerzalir de nosotros mismos para renle nuestro «sí», para repetirl«se haga tu voluntad», para cmar nuestra voluntad a la suyuna oración que debemos hacedía, porque no siempre es fácil

sólo el miedo y la angustiadel hombre ante la muerte,sino el desconcierto delHijo de D ios que ve la te-rrible masa del mal que de-berá tomar sobre sí para su-

perarlo, para privarlo de po-d e r.Queridos amigos, tam-

bién nosotros, en la oracióndebemos ser capaces de lle-var ante Dios nuestros can-sancios, el sufrimiento deciertas situaciones, de cier-tas jornadas, el compromisocotidiano de seguirlo, de sercristianos, así como el pesodel mal que vemos en noso-tros y en nuestro entorno,para que él nos dé esperan-za, nos haga sentir su cerca-

donarse a la voluntaDios, repetir el «sí»sús, el «sí» de Marírelatos evangélicos desemaní muestran dolmente que los tres dlos, elegidos por Jesúque estuvieran cerca no fueron capaces decon él, de compartir sción, su adhesión aly fueron vencidos psueño. Queridos amigdamos al Señor que scapaces de velar con éoración, de seguir la vtad de Dios cada día so cuando habla de crvivir una intimidad cadmayor con el Señor,traer a esta «tierra» uco del «cielo» de Gracias.

L´ OSSERVATORE ROMANO. 05 Febrero 2012

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