XXII Domingo Ordinario Ciclo C

10
XXII tiempo ordinario - ciclo C (domingo 28 de agosto de 2016)

Transcript of XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Page 1: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

XXII tiempo ordinario - ciclo C(domingo 28 de agosto de 2016)

Page 2: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Jesús estaba invitado para comer un sábado, día defiesta, en casa de un fariseo rico. En variasocasiones nos narran los evangelios situacionesparecidas. Ello debía ser porque, aunque algunasveces nos cuentan palabras terribles de Jesúscontra ellos, normalmente les trataría con muchabondad y cortesía. Ellos sabían que su charla eraamena y provechosa y se sentían halagadosinvitándole, por ser Jesús muy famoso.

Lc 14, 1.7-14

Page 3: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Jesús aceptaba porque era la ocasión para dar a los fariseos y a sus discípulos alguna enseñanza interesante.

Hoy da dos consejos: uno para los invitados y otro para quien invita.

Page 4: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

El primero nos cuenta el evangelio que se debió porque Jesússe dio cuenta de lo que pasaba entre los invitados: todosquerían estar entre los puestos principales. Es una actitudmundana: querer ser más que los demás y eso se manifestabaen el puesto a ocupar. Hoy normalmente en los banquetes decierta categoría todos los puestos están ya señalados segúncierto protocolo; pero esa actitud de vida vale para otrosmuchos momentos. Hasta en las cosas religiosas o los quecreemos que vivimos como discípulos de Cristo, tenemos unagran tentación de comportarnos como los fariseos o losmundanos de actuar casi “pisando” a los demás.

Page 5: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Jesús da un consejo que parecería como de prudenciahumana o una norma de educación para sacar provechomaterial. En realidad, si uno lo usa así sólo por lo material,es posible que te quedes en el último puesto sin conseguirnada. Pero Jesús habla como en parábola buscando ypidiendo un bien mayor. Si hay que buscar el último puestoes por una verdadera humildad, huyendo de las alabanzas,porque toda alabanza debe ser para Dios. Por eso no tienehumildad quien dice que no sirve para nada, pensando que ledigan que vale para mucho. Siempre debemos dar gracias aDios por todo y no envanecernos, sabiendo que hay otros quevalen mucho más.

Page 6: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

De ahí que “buscar el último puesto”es tener caridad, como Cristo, que,siendo Dios, bajó del cielo por nuestroamor y se rebajó hasta la muerte encruz. Para el mundo quien busca elúltimo lugar será un “tonto”, pero, si sehace por amor, para Dios merece unabienaventuranza

Page 7: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Humildad no es desprecio de nosotros ni aceptar comociertos los desprecios de los demás, sino saber que la vida noes competencia, sino realizar una tarea común, viviendo comohermanos en familia. Y dentro de la familia de Dios, losprivilegiados deben ser los más pequeños y los más débiles.Jesús les diría a los apóstoles: “Quien quiera ser el másgrande, sea vuestro servidor...” Y la Virgen María diría en el“Magníficat” que Dios humilla a los potentados y enaltece alos humildes. Jesús termina este consejo diciendo: “El que seensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”.

Page 8: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Luego Jesús se dirige a quien invitó, y aotros potenciales invitadores, y da unconsejo que, mirado con mentalidadmundana, parece una locura. Resulta quees mucho más productivo para nuestrasalvación invitar no a los familiares yamigos, sino a los pobres y enfermos.

Page 9: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

A veces encontramos a ricos que, para quedar bienen algún ambiente, organizan comidas para lospobres. Pero eso no es exactamente lo que Jesúsestá diciendo. Se trata de tener una actitud deservicio hacia todos, en especial para los másnecesitados y aquellos que no nos lo van arecompensar. Termina Jesús con unabienaventuranza: “Dichoso si cuando convidas aalguien, no te lo pueden recompensar”, porque, si lohaces con amor, la recompensa será grande en elcielo

Page 10: XXII Domingo Ordinario Ciclo C

Todo ello sigue a la ley de la caridad y también de lasinceridad. Una de las cosas que más molestaba a Jesúsera la hipocresía: el querer aparentar lo que no es.Muchas veces hasta en la parte humana, cuando unoquiere subir más arriba, sin tener los méritossuficientes, se cae en el ridículo como el de aquelabogado que al comenzar, creyendo que llegaba uncliente, comienza a hablar cosas grandiosas por elteléfono, y resulta que el “cliente” era quien le iba ainstalar la línea telefónica.