PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

105
i JUAN Y LOS SINÓPTICOS RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANÍA (Mc 8,27-30; Jn 6,67-69 y Jn 11,23-27) PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA ESCUELA DE HUMANIDADES FACULTAD DE TEOLOGÍA MAESTRIA DE TEOLOGÍA MEDELLIN 2020

Transcript of PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

Page 1: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

i

JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANIacuteA

(Mc 827-30 Jn 667-69 y Jn 1123-27)

PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

ESCUELA DE HUMANIDADES

FACULTAD DE TEOLOGIacuteA

MAESTRIA DE TEOLOGIacuteA

MEDELLIN

2020

ii

JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANIacuteA

(Mc 827-30 Jn 667-69 y Jn 1123-27)

PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

Trabajo de grado para optar al tiacutetulo de Magister en Teologiacutea

Asesor

PAULA ANDREA GARCIacuteA ARENAS

Doctora en Teologiacutea

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

ESCUELA DE HUMANIDADES

FACULTAD DE TEOLOGIacuteA

MAESTRIA DE TEOLOGIacuteA

MEDELLIN

2020

iii

Junio 30 de 2020

PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

ldquoDeclaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un

tiacutetulo ya sea en igual forma o con variaciones en eacutesta o en cualquiera otra universidadrdquo

Art 92 paraacutegrafo Reacutegimen Estudiantil de Formacioacuten Avanzada

Firma

iv

CONTENIDO

RESUMEN 1

INTRODUCCIOacuteN 2

CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7

11 INTRODUCCIOacuteN 7

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS

SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16

CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71

CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE

JESUacuteS 74

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76

CONCLUSIONES 90

BIBLIOGRAFIacuteA 97

1

RESUMEN

En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los

Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y

11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del

uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es

un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se

pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del

caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia

pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo

sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten

por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero

de la vida eterna

PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS

PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO

2

INTRODUCCIOacuteN

Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios

exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las

tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la

diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se

acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado

es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro

Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto

Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El

Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad

Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional

de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de

Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los

Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La

razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo

plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994

p 32)

Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos

temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute

exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 2: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

ii

JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANIacuteA

(Mc 827-30 Jn 667-69 y Jn 1123-27)

PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

Trabajo de grado para optar al tiacutetulo de Magister en Teologiacutea

Asesor

PAULA ANDREA GARCIacuteA ARENAS

Doctora en Teologiacutea

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

ESCUELA DE HUMANIDADES

FACULTAD DE TEOLOGIacuteA

MAESTRIA DE TEOLOGIacuteA

MEDELLIN

2020

iii

Junio 30 de 2020

PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

ldquoDeclaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un

tiacutetulo ya sea en igual forma o con variaciones en eacutesta o en cualquiera otra universidadrdquo

Art 92 paraacutegrafo Reacutegimen Estudiantil de Formacioacuten Avanzada

Firma

iv

CONTENIDO

RESUMEN 1

INTRODUCCIOacuteN 2

CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7

11 INTRODUCCIOacuteN 7

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS

SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16

CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71

CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE

JESUacuteS 74

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76

CONCLUSIONES 90

BIBLIOGRAFIacuteA 97

1

RESUMEN

En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los

Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y

11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del

uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es

un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se

pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del

caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia

pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo

sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten

por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero

de la vida eterna

PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS

PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO

2

INTRODUCCIOacuteN

Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios

exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las

tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la

diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se

acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado

es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro

Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto

Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El

Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad

Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional

de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de

Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los

Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La

razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo

plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994

p 32)

Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos

temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute

exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 3: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

iii

Junio 30 de 2020

PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

ldquoDeclaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un

tiacutetulo ya sea en igual forma o con variaciones en eacutesta o en cualquiera otra universidadrdquo

Art 92 paraacutegrafo Reacutegimen Estudiantil de Formacioacuten Avanzada

Firma

iv

CONTENIDO

RESUMEN 1

INTRODUCCIOacuteN 2

CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7

11 INTRODUCCIOacuteN 7

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS

SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16

CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71

CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE

JESUacuteS 74

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76

CONCLUSIONES 90

BIBLIOGRAFIacuteA 97

1

RESUMEN

En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los

Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y

11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del

uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es

un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se

pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del

caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia

pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo

sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten

por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero

de la vida eterna

PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS

PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO

2

INTRODUCCIOacuteN

Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios

exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las

tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la

diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se

acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado

es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro

Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto

Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El

Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad

Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional

de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de

Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los

Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La

razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo

plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994

p 32)

Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos

temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute

exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 4: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

iv

CONTENIDO

RESUMEN 1

INTRODUCCIOacuteN 2

CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7

11 INTRODUCCIOacuteN 7

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS

SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16

CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71

CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE

JESUacuteS 74

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76

CONCLUSIONES 90

BIBLIOGRAFIacuteA 97

1

RESUMEN

En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los

Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y

11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del

uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es

un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se

pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del

caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia

pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo

sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten

por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero

de la vida eterna

PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS

PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO

2

INTRODUCCIOacuteN

Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios

exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las

tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la

diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se

acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado

es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro

Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto

Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El

Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad

Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional

de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de

Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los

Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La

razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo

plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994

p 32)

Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos

temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute

exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 5: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

1

RESUMEN

En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los

Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y

11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del

uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es

un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se

pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del

caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia

pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo

sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten

por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero

de la vida eterna

PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS

PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO

2

INTRODUCCIOacuteN

Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios

exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las

tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la

diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se

acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado

es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro

Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto

Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El

Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad

Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional

de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de

Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los

Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La

razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo

plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994

p 32)

Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos

temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute

exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 6: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

2

INTRODUCCIOacuteN

Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios

exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las

tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la

diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se

acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado

es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro

Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto

Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El

Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad

Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional

de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de

Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los

Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La

razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo

plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994

p 32)

Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos

temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute

exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 7: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

3

preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente

independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a

lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso

dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al

conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con

respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)

La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten

la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por

las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos

A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo

El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)

remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En

efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo

-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea

que venir al mundordquo (Jn 1127)

Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)

Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 8: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

4

Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)

Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada

asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del

Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de

mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la

Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de

su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar

ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud

propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos

los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles

de otro modordquo (p 32)

Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente

iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio

de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son

realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 9: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

5

Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el

primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los

Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se

estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las

concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios

En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos

delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres

periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve

luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico

En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se

apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con

referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de

Jesuacutes el Cristo

Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas

perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor

que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo

A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y

comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 10: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA

6

Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus

opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el

texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los

Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo

narrado por los otros tres evangelistas

7

CAPIacuteTULO 1

DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS

11 INTRODUCCIOacuteN

En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al

comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el

enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la

disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones

evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo

se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute

plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los

Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones

de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una

vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en

concreto

8

12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS

En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus

diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este

autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres

aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea

los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno

de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la

cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999

p6)

De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan

subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de

considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar

del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer

en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la

cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)

Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los

Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten

2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio

se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo

Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc

9

de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo

instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda

sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc

Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que

lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en

la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica

extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en

primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente

a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente

en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)

Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y

contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico

hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El

primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo

en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante

su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se

ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma

y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo

Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las

disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda

ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal

10

13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de

poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido

Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante

significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y

contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como

Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como

el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι

επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo

ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado

entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que

con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas

primitivas

Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica

tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)

asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada

una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida

de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias

al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie

de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue

la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como

Sinoacutepticos y de Juan

11

Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido

objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea

que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles

de fuente

Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose

cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada

ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia

de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las

muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al

mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba

respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron

especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea

posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los

textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie

Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y

diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute

pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil

respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas

con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo

esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que

algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes

planteados

Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4

12

Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro

Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de

investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos

son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y

discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su

propuesta lo que sigue es una siacutentesis

Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se

aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a

preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas

etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado

seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que

hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una

narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos

cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas

y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado

brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes

ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos

maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn

evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan

aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del

Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo

(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades

geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de

13

ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa

(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de

soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y

Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos

Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas

escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del

siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno

y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que

son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012

La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global

(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la

finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten

de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede

apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-

31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido

en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc

1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn

181-2010)

Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo

geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el

ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues

este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo

14

referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo

tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su

ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del

Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)

ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las

paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar

que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro

Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de

la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los

encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)

Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede

menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres

hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo

uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus

intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los

Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra

Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo

que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante

a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo

o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura

como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta

de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los

subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma

15

para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno

de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano

con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas

caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito

Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las

tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios

que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido

releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten

del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se

trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan

particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes

espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces

y determinada en buena medida por Marcos

Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace

plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en

relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes

faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo

tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que

Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)

16

su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que

los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor

profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno

humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra

Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v

31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el

Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido

sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han

sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es

presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica

14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES

Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista

La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La

secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales

confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten

La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-

resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve

milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del

funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)

Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes

17

1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel

Mc 17

ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ

ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo

Mt 311

Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο

ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ

καὶ πυρίrdquo

Lc 316

ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ

ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει

ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo

Jn 1 27

ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en

10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo

Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el

plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en

Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex

18

Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no

siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten

ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los

Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos

2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra

Jn 444

ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo

Mc 64

ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν

τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Mt 1357

ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ

ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo

Lc 424

ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo

Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι

3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000

Jn 69

19

ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν

εἰς τοσούτουςrdquo

Mc 638

ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ

ο ἰχθύαςrdquo

Mt 1417

ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo

Lc 913

ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι

πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β

ρώματαrdquo

En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan

emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a

los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas

4 Doce canastos sobrantes

Jn 613

ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί

νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo

Mc 643

20

ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo

Mt 1420

ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ

οφίνους πλήρειςrdquo

Lc 917

ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν

οι δώδεκαrdquo

La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni

Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y

πλήρεις respectivamente

5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor

Jn 1213

ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε

ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo

Mc 119

ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ

νόματι κυρίουrdquo

Mt 219

21

ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ

Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo

Lc 1938

ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό

ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo

Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a

ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en

las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo

a tenor de su particular intencioacuten

6 El que ama su vida la perderaacutehellip

Jn 1225

ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού

τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo

Mc 835

ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ

τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo

Mt 1039

ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ

εὑρήσει αὐτήνrdquo

Lc 924

22

ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ

οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo

Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν

En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea

de fondo es ideacutentica

7 Anuncio de negaciones y canto del gallo

Jn 1338

ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ

ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo

Mc 1430

ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ

α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo

Mt 2634

ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ

νήσῃ μεrdquo

Lc 2234

ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι

rdquo

23

Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ

φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan

lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces

8 E inmediatamente cantoacute el gallo

Jn 1827

ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo

Mc 1472

ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ

ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo

Mt 2674

ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ

φώνησενrdquo

Lc 2260

ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ

νησεν ἀλέκτωρrdquo

Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones

ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro

24

9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute

lo has dichordquo

Jn 1833-37

ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ

Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ

πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι

ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ

κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ

ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο

ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι

ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ

πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo

Mc 152

ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ

έγει Σὺ λέγειςrdquo

Mt 2711

ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ

ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

Lc 233

ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ

ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo

25

Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en

las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos

desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan

la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos

10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo

Jn 1919

ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ

Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mc 1526

ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Mt 2737

ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο

ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo

Lc 2338

ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo

Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν

Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner

en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con

monarca del pueblo

26

11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes

Jn 1938

ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ

ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι

λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo

Mc 1543

ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ

ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ

οῦrdquo

Mt 2758

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο

δοθῆναιrdquo

Lc 23 52

ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo

La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye

todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato

entrega el cuerpo de Jesuacutes

27

En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y

cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar

detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los

Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es

dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos

han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de

Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a

contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas

Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado

como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a

los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que

se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo

de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres

en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica

Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan

antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute

y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos

recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los

Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos

del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador

de la salud (Torres 2012)

28

El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que

efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese

nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente

no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo

maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese

ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo

fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan

hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo

tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles

El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute

a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas

de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la

ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los

evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces

subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de

Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que

profundiza a aquello

Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan

I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material

comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera

Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto

29

si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo

mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado

ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el

bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)

Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube

a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte

y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da

noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata

realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten

Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se

extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que

Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello

sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de

una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten

artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)

Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que

Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan

tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual

y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se

sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los

Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo

Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter

estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es

ideacutentico el acontecimiento narrado

30

A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores

como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se

comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el

texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe

correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el

geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret

Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha

conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le

subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada

comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten

mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten

Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten

de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del

obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las

ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en

el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y

1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su

contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea

31

CAPIacuteTULO 2

MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA

Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un

solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo

ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las

diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible

encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus

contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan

especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica

Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de

Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que

en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro

en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69

y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este

que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten

de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos

Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es

de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista

(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168

Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)

32

Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en

expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227

En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en

eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque

en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta

para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el

pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que

los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro

el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da

testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme

estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio

pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no

es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el

Bautista es la voz que clama en el desierto

En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma

situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien

atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes

por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio

pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y

en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten

a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos

de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia

maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu

33

Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y

amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que

aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace

desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute

respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn

1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la

versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida

terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se

alcanzaraacute seraacute la eterna

De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y

camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten

su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada

triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-

8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010

p 91)

En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc

410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en

Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)

Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo

uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el

punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o

pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual

que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un

relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven

34

A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia

de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado

autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso

de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el

artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case

for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los

cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios

sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a

thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and

theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento

del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo

Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y

Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de

Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)

En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el

ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-

30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso

profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su

cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera

instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la

identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que

sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace

Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)

35

una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales

presentados por los sinoacutepticos

Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa

echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten

mesiaacutenica de Pedro

21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)

Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las

restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que

Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos

como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido

un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos

con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito

marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten

y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron

constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El

hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los

datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de

sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)

Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)

36

El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en

opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es

la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de

migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo

con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en

ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a

la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos

desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en

torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen

de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro

2010 p243)

Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de

paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente

Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten

es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra

se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera

respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)

Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el

lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el

Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo

El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15

37

de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan

de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto

de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha

Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la

persona de Jesuacutes la uacutenica persona

Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro

para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de

cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la

seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos

sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se

apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue

compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la

confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad

palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la

cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo

En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por

Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes

extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo

(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al

mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona

(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad

y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)

Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los

tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las

38

cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes

iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel

y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute

mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido

seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y

la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que

deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta

comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus

seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta

manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por

vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este

intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas

En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa

estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico

en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los

disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y

asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de

Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse

meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes

como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le

obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la

Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo

39

opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras

realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)

En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la

mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)

En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo

sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo

destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo

singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea

representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta

perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]

confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el

trono de su realezardquo (2Sm 712)

Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los

Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre

en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la

propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los

disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta

misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de

Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la

esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos

de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de

que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien

sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes

que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado

40

conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para

aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido

Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la

versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo

alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos

pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como

se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo

de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del

Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la

respuesta de Martha

22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)

El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En

esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio

Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)

la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor

parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde

Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten

de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)

41

Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo

6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)

Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a

sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido

estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al

mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute

siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)

A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia

De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en

Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema

de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es

factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes

de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de

un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se

halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem

vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes

vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes

vv 16-21 La travesiacutea del Lago

Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo

es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las

42

Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en

ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato

acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en

general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica

escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente

diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la

subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo

texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica

Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para

este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el

capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que

nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de

varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten

representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista

que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)

La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por

Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da

su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se

pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos

43

Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre

la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten

de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al

evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la

confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten

iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75

148-149)

En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en

los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a

Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con

esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los

Sinoacutepticos En efecto para ella

ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que

ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es

del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el

tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)

En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la

actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como

fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a

en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920

44

Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por

el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco

de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se

hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo

que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv

3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero

en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado

por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas

al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a

fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que

abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten

(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que

mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como

culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el

oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital

En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso

del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte

de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo

θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye

Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se

va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino

que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual

Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30

45

en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras

van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el

Maestro

El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten

interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a

irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria

expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J

Caba (1993)

Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican

ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)

Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes

(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra

y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al

resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)

Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco

de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia

del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales

realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su

imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al

46

proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y

otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras

de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo

En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna

Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten

que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y

Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio

Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten

Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten

de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente

a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que

La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una

verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas

reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea

suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994

p 411)

Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21

47

En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento

de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven

atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo

uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y

es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que

viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos

Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la

naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece

corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de

vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en

Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)

Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de

Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene

la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad

extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro

de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel

Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente

a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola

confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como

una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten

vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en

Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo

48

cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena

y gozar anticipadamente de la celestial

Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre

Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en

que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda

incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina

Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin

embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a

Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain

Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says

that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de

Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de

la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase

En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del

mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine

Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian

enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)

Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo

49

Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la

que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido

ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para

quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same

confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two

confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la

mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta

investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten

Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten

En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece

aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)

ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los

disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece

circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo

(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668

Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En

efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con

claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten

de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel

santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la

afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y

ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el

Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo

50

pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir

del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en

cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos

Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como

los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo

de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre

uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de

Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que

le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)

de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son

conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de

su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas

expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las

opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo

del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna

Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que

el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel

que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc

124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)

quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia

esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el

Santo de Diosrdquo

51

Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal

como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la

pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber

para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y

se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores

se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible

sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los

podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo

a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar

En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una

afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por

la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la

fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna

(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de

Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro

no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes

ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la

participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante

comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba

1993 p418)

Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave

εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula

completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este

52

modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto

de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una

experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los

habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace

movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con

la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de

Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de

Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los

cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del

lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo

espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten

paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en

el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que

rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron

escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material

y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la

preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo

cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de

la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer

en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una

vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia

apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para

los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten

de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten

firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios

53

Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten

ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de

Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo

Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa

expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de

Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en

la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy

el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas

palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como

ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se

identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla

esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto

de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el

ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de

manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha

santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes

como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes

se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el

Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas

Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute

Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)

54

Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de

Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo

acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el

que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los

Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en

favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier

(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la

confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)

en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute

como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de

Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado

comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto

del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante

una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este

autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye

su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de

Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final

del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante

del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos

disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos

Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que

una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no

55

le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown

(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de

manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena

joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y

par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica

no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto

evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn

6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto

geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)

Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre

los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se

estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles

suyos El profesor Dufour (1992) indica

La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso

La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy

yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros

(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)

En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban

hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde

Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo

56

se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama

una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo

la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de

estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes

en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado

portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel

confesioacuten (cfr v30)

Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora

decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)

reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente

espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido

que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha

destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora

no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A

esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta

ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna

Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla

en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No

es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento

abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas

(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico

que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se

confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan

57

impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma

refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de

hallar en ello la ldquovida eternardquo

Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce

los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten

(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)

En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando

Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su

persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de

eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad

de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus

exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la

vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)

(sic)

Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero

para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona

del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la

Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio

58

Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de

ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado

en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico

pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)

en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante

de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute

eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey

de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)

No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios

tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes

auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se

soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a

Jesuacutes ldquoEl Cristordquo

La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como

se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se

muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no

aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)

En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo

apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo

59

(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la

eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho

notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes

se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)

redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la

expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente

Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la

ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten

otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y

soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)

Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es

Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en

el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para

referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo

Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo

y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda

alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los

Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta

de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo

Viacuted arriba pp 32-33

60

Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan

en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina

correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se

puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho

haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto

de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones

en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros

lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios

tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el

Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro

A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten

de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan

Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra

expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa

pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la

confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo

(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que

se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo

como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de

Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios

En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)

61

Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece

demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los

Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como

ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de

tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con

Jesuacutes en Betania

23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)

Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el

ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En

ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret

un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo

ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las

perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun

cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que

Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica

y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena

la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida

Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente

en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano

Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece

62

reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo

sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)

Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del

capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos

de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la

resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo

avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia

mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para

Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo

enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el

que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace

recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos

Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la

tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron

Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo

espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por

uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten

de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y

transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)

Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)

63

Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha

distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio

No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe

un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con

respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta

una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v

8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero

que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a

la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores

acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su

adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen

en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves

alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan

con las tradiciones sinoacutepticas

Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de

los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27

aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la

confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus

respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la

resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal

como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc

64

829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de

Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro

ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος

ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja

entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a

su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo

Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El

preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo

creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad

el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como

en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten

que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017

p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la

resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien

ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene

como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta

ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del

texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la

que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten

judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4

2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa

respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de

Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc

65

espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca

de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo

el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)

y en Lucas (920)

Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se

trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos

y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por

Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden

comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las

reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que

el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano

en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por

Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige

Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la

localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho

de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea

podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar

al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)

Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes

subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo

consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de

66

Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11

La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone

en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y

confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos

Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea

ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se

debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es

enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la

gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de

relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos

llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que

habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece

no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes

Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los

Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda

de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la

ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las

cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la

ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro

Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten

lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte

67

que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como

lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea

sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su

hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus

piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)

sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas

conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente

De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias

cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar

en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)

Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su

comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se

comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-

42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha

ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha

es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace

la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los

lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los

papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto

que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo

ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su

comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre

unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de

68

fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente

estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende

esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute

con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este

Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores

una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha

y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son

junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados

asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a

presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino

como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como

ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten

de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar

en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute

que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no

rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras

ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar

maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean

ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al

modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de

Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)

Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)

69

Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran

de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a

compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que

el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de

deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas

seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta

que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)

Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso

desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro

con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir

al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva

condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las

confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular

en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto

estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que

esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner

en paralelos a unos y otro

Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten

de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel

considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este

70

comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la

liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es

otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios

Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo

dice

Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten

de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del

milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax

lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)

La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da

entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los

Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre

el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica

De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en

Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues

Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro

lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)

Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir

en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los

71

Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y

para los posteriores

25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN

Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una

elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes

gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas

ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se

encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que

dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico

contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas

ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o

con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de

Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o

humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el

evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo

Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos

previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos

especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada

evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del

texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de

Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147

72

genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del

evangeliordquo (1999 p73)

Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los

relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos

827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que

Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a

la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea

en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad

de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y

Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de

cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que

se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos

relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad

respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz

del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del

Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn

2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten

sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos

Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas

comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la

Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute

73

(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia

pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean

vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten

inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la

resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y

significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el

recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso

mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea

Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan

respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion

pneumatikoacutenrdquo

74

CAPIacuteTULO 3

PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS

Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son

distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro

evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran

cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es

posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan

distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo

presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret

Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para

presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo

capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de

Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe

que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo

sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas

comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo

esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian

unaacutenimes en la verdad de la fe

Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo

75

Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y

1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena

Nueva de Jesuacutes el Cristo

Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la

manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el

Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de

explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se

busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que

es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute

de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las

confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el

camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de

Juan con los Sinoacutepticos

Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta

investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de

O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos

76

Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce

en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo

Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en

Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea

hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes

se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo

de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador

Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende

abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel

escribe

Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos

de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de

la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus

relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)

Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a

que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto

en sus manos

31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA

77

Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro

ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de

fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos

cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten

mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida

por la pluma marquiana se viene anunciando

Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos

que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto

de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo

de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer

al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los

estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo

que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta

fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el

resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que

sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto

es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar

Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite

ldquover a Diosrdquo (Mt 58)

Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)

78

La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de

Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al

escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de

Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir

andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de

la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que

atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923

224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el

ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales

circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que

atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros

iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de

la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin

comprometerse en modo alguno

De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de

manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura

De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san

Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten

En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo

79

La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute

eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado

por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)

Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo

al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas

novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada

como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso

brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido

exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada

individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto

existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre

Cardozo (2018) ensentildea al respecto

La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente

y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las

esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como

Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y

esfera de gobierno

Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de

Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde

por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los

escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos

80

neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo

paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los

griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH

Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el

yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute

El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento

y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en

el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX

connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se

unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir

que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten

igual al Dios Yahveacute

Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante

haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio

prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente

del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812

de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino

de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien

va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para

el aludido autor el hecho de que

en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de

Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a

81

39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos

discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje

de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y

resurreccioacuten (p 241)

A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)

tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de

Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten

que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se

ha presentado en el hombre de Nazaret

Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos

hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de

parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las

opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a

los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no

puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la

mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia

de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer

anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo

liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe

padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios

82

Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece

Schnackenburg (1980)

La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba

sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un

conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era

ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de

Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de

Dios (p112)

Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo

bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que

se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico

de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta

del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha

concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de

Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la

verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar

en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de

ayer y de hoy)

Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11

sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de

adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este

83

aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar

el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador

haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser

suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido

antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido

teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten

del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz

del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes

Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del

evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27

resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa

brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto

Evangelio (2000 p936)

En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia

valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la

confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino

de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de

este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro

respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial

de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la

confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente

entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de

ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas

84

de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha

comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba

a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este

empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo

y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios

Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae

principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre

este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la

cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito

el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten

de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas

el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con

toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el

minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv

27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste

da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general

del Evangelio (2000 p933)

A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista

Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto

denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante

ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una

cercaniacutea con los Sinoacutepticos

85

Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena

de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de

los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido

discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque

coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En

efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar

la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso

del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se

volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar

la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo

advierte en su comentario

De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la

confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida

puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe

de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni

acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo

(pp148-149)

En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es

notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge

el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este

mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado

equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea

de Filipo Cafarnauacutem y Betania

86

La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No

ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto

de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este

apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo

concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch

227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad

que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le

escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto

sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser

Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis

autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo

El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas

palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo

nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes

y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal

y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus

mismas palabras

La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad

cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea

Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la

expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad

iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes

sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los

judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios

87

Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido

original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad

con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)

En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem

Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha

haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo

El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha

solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su

identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre

todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en

Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de

Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo

En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del

ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los

caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es

tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo

La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la

narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual

ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica

porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo

hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel

88

tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma

particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)

Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime

espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al

mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o

antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn

667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de

la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible

Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya

ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo

Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una

lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda

para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la

Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar

en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino

que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8

Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el

esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que

se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y

Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)

89

resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como

Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios

comunicador de Palabras de Vida eterna

90

CONCLUSIONES

Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las

relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan

y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes

Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo

inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les

vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos

destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan

el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan

distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una

mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su

estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al

considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un

primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta

antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos

Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del

capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes

por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador

comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones

evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y

91

caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten

de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas

diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas

Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse

de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea

asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que

coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda

de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha

podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30

Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre

los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar

tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es

unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de

Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es

legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de

Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan

disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la

neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de

Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no

simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su

originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba

nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de

Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho

92

posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello

una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al

Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la

maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su

presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o

Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten

de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de

Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y

por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos

y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten

que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra

joaacutenea

La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia

pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en

los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido

iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de

Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero

no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la

memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no

se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida

la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo

Hijo y Santo de Dios

93

Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los

dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la

confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones

joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten

paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel

y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que

coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes

confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan

heterogeacuteneos

Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de

significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente

hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo

como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los

Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten

propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz

neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida

eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida

perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)

Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la

senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay

que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos

94

pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico

y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena

Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente

1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar

la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que

aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos

2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la

tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte

decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en

su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto

de los Sinoacutepticos

3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada

pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo

6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o

Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final

del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se

descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y

allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo

de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que

puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial

y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad

Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de

ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el

95

sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que

ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo

captaron

4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica

que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de

un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora

vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la

contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo

soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y

concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo

para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se

aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania

en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o

actualiza

5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva

la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es

ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida

eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede

constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el

relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone

delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del

mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida

eterna

96

En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables

diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo

que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por

tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer

hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel

es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son

factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final

del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con

Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)

97

BIBLIOGRAFIacuteA

ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95

(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69

ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes

contada por Mateo Marcos Lucas y Juan Edit Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute Tegucigalpa-

Honduras 2017

BEUTLER J Comentario al Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2013

BLANK J El Evangelio seguacuten Juan Capiacutetulos V y VII-XII Edit Herder Barcelona 1984

BORTOLONI J Coacutemo leer el Evangelio de Juan El Camino de la Vida Edit San

Pablo Bogotaacute 2008

BROWN R El Evangelio seguacuten san Juan I-XII Edit Cristiandad Madrid 1999

CABA J Cristo Pan de vida Teologiacutea Eucariacutestica del IV Evangelio Edit BAC Madrid

1993

CARDONA R H El Evangelio seguacuten san Marcos rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2014

---------------------- El Evangelio seguacuten san Juan Rasgos biacuteblicos y teoloacutegicos Edit UPB

Medelliacuten 2015

98

CARDOZO MINDIOLA C Trasfondo del tiacutetulo Kyrios Un debate revisitado en REVISTA

CUESTIONES TEOLOacuteGICAS 45 (103) enero-junio 2018 97-125

CARRILLO ALDOY S El Evangelio seguacuten San Juan El evangelio del camino de la verdad

y de la vida Edit Verbo Divino Estella (Navarra) 2017

DELORME J Cuadernos biacuteblicos 15-16 Edit Verbo Divino Navarra 1990

ESTRADA B VI Congreso Internacional de Actualizacioacuten Teoloacutegica Bogotaacute julio 18-22 de

1994

FAUSTI S Una comunidad lee el Evangelio de Juan Edit San Pablo Bogotaacute 2008

FLOWERS HJ Mark as a source for the Fourth Gospel in Journal of Biblical Literature

Vol 46 Ndeg 34 1927

GNILKA J El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 11-826) I Edit Siacutegueme Salamanca

1999

---------------- El Evangelio seguacuten san Marcos (Mc 827-1620) II Edit Siacutegueme

Salamanca 2001

---------------- Teologiacutea del Nuevo Testamento Edit Trotta Madrid 1998

GUIJARRO S Los Cuatro Evangelios Edit Siacutegueme Salamanca 2010

99

HAAG H VAN DEN BORN A AUSEJO S Diccionario de la Biblia Edit Herder

Barcelona 1966

HUNT S Rewriting the Feeding of the Five Thousands John 6 1-15 as a Test Case for

Johannine Dependence in the Synoptic Gospels en Studies in Biblical Literature Vol 125

IONA H El Evangelio de Juan El relato El ambiente La ensentildeanza Edit Claretiana

Buenos Aires 2000

JAUBERT A El Evangelio seguacuten san Juan Cuadernos Biacuteblicos 17 6 Edit Verbo

Divino Estella (Navarra) 1987

LA PAROLA (Octubre de 2018) Nuevo Testamento Griego Obtenido de La Parola

httpswwwlaparolanet rsaquogreco

LEENHARDT FJ La Structure di Chapitre 6 de lrsquoevangile de Jean RHPR 39 (1959) 1-13

LEacuteON-DUFOUR X Lectura del Evangelio de Juan Juan 5-12 II Edit Ediciones Siacutegueme

Salamanca 1992

MARCOLONGO A La Lengua de los Dioses Nueve razones para amar el griego Edit

Taurus Barcelona 2017

MATEOS J-BARRETO J El Evangelio de Juan Anaacutelisis linguumliacutestico y Comentario

Exegeacutetico Edit Cristiandad 2 Ed Madrid 1982

MATEOS J-CAMACHO F El Evangelio de Marcos Anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico 2 Edit

El Almendro Madrid 1993

100

MEIER J Un judiacuteo marginal Nueva visioacuten del Jesuacutes histoacuterico II-2 Edit Verbo Divino

Navarra 2000

MERCIER R El Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba I Edit San Pablo

Bogotaacute 1994

MOLINA MA Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Edit San

Pablo Bogotaacute 1998

MOLONEY Francisco El Evangelio de Juan Edit Verbo Divino Pamplona 2005

NESTLE E Novum Testamentum et Graece et Latine Edit Privilegierte Wurttembergische

Bibelanstalt 11 ed Stuttgart 1932

RATZINGER J (sf) Introduccioacuten al cristianismo Obtenido de httpsmercabaorg rsaquo

FICHAS rsaquo Religion rsaquo introduccion_cristianismo_

RIVAS LH ldquoLas Tradiciones sobre el manaacute y el capiacutetulo VI del Evangelio de San Juanrdquo

en Encuentro Teoloacutegico sobre la Eucaristiacutea organizado con motivo del VIII Congreso

Eucariacutestico Nacional Buenos Aires (8-11 de oct) 1984

----------------- El Evangelio de Juan Introduccioacuten Teologiacutea Comentarios Edit San Benito

Buenos Aires 2006

SCHMID J El Evangelio seguacuten san Marcos Edit Herder Barcelona 1967

SCHNACKENBURG R Reino y reinado de Dios Estudio biacuteblico-teoloacutegico Edit Ediciones

Fax 4Ed Madrid 1965

------------------------------ El Evangelio seguacuten san Marcos I Edit Herder Barcelona 1980

101

SCHUumlSSLER E ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo Edit Trotta

Madrid 1992

SHELBY SPONG J (sf) Laacutezaro y el Disciacutepulo amadoOrigenNT34 Obtenido de Origen

NT34 httpsjohnshelbysponges

SOTO C ldquoMemoria y escritura en el evangelio de Juanrdquo RESENtildeA BIacuteBLICA 95 III Verbo

Divino Estellla (Navarra) 2017

TORRES A (13 de septiembre de 2012) Juan y los Sinoacutepticos 2 Obtenido de Slideshare

https esslidesharenet AlejandroTorres20juan y los sinoacutepticos-parte-2-14567422

TUNtildeIacute J- ALEGRE X Escritos joaacutenicos y Cartas catoacutelicas Edit Verbo Divino 4Ed Estella

(Navarra) 2000

TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA

ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino

Navarra 1999

VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M

Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972

WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967

Page 11: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 12: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 13: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 14: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 15: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 16: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 17: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 18: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 19: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 20: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 21: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 22: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 23: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 24: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 25: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 26: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 27: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 28: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 29: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 30: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 31: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 32: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 33: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 34: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 35: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 36: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 37: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 38: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 39: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 40: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 41: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 42: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 43: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 44: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 45: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 46: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 47: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 48: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 49: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 50: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 51: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 52: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 53: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 54: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 55: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 56: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 57: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 58: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 59: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 60: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 61: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 62: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 63: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 64: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 65: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 66: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 67: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 68: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 69: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 70: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 71: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 72: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 73: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 74: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 75: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 76: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 77: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 78: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 79: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 80: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 81: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 82: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 83: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 84: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 85: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 86: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 87: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 88: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 89: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 90: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 91: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 92: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 93: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 94: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 95: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 96: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 97: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 98: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 99: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 100: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 101: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 102: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 103: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 104: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Page 105: PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA