PBRO. GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
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JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANIacuteA
(Mc 827-30 Jn 667-69 y Jn 1123-27)
PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
ESCUELA DE HUMANIDADES
FACULTAD DE TEOLOGIacuteA
MAESTRIA DE TEOLOGIacuteA
MEDELLIN
2020
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JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANIacuteA
(Mc 827-30 Jn 667-69 y Jn 1123-27)
PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Trabajo de grado para optar al tiacutetulo de Magister en Teologiacutea
Asesor
PAULA ANDREA GARCIacuteA ARENAS
Doctora en Teologiacutea
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
ESCUELA DE HUMANIDADES
FACULTAD DE TEOLOGIacuteA
MAESTRIA DE TEOLOGIacuteA
MEDELLIN
2020
iii
Junio 30 de 2020
PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
ldquoDeclaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un
tiacutetulo ya sea en igual forma o con variaciones en eacutesta o en cualquiera otra universidadrdquo
Art 92 paraacutegrafo Reacutegimen Estudiantil de Formacioacuten Avanzada
Firma
iv
CONTENIDO
RESUMEN 1
INTRODUCCIOacuteN 2
CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7
11 INTRODUCCIOacuteN 7
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS
SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16
CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71
CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE
JESUacuteS 74
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76
CONCLUSIONES 90
BIBLIOGRAFIacuteA 97
1
RESUMEN
En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los
Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y
11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del
uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es
un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se
pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del
caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia
pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo
sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten
por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero
de la vida eterna
PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS
PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO
2
INTRODUCCIOacuteN
Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios
exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las
tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la
diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se
acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado
es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro
Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto
Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El
Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad
Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional
de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de
Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los
Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La
razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo
plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994
p 32)
Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos
temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute
exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al
3
preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
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Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
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CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
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1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
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Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
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Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
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9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
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Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
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11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
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En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
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El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
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si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
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A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
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CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
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Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
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Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
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A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
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una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
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de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
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cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
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Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
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pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
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modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
55
le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
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se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
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impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
58
Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
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(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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ii
JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
RELACIONES PROFUNDAS DE CERCANIacuteA
(Mc 827-30 Jn 667-69 y Jn 1123-27)
PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
Trabajo de grado para optar al tiacutetulo de Magister en Teologiacutea
Asesor
PAULA ANDREA GARCIacuteA ARENAS
Doctora en Teologiacutea
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
ESCUELA DE HUMANIDADES
FACULTAD DE TEOLOGIacuteA
MAESTRIA DE TEOLOGIacuteA
MEDELLIN
2020
iii
Junio 30 de 2020
PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
ldquoDeclaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un
tiacutetulo ya sea en igual forma o con variaciones en eacutesta o en cualquiera otra universidadrdquo
Art 92 paraacutegrafo Reacutegimen Estudiantil de Formacioacuten Avanzada
Firma
iv
CONTENIDO
RESUMEN 1
INTRODUCCIOacuteN 2
CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7
11 INTRODUCCIOacuteN 7
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS
SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16
CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71
CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE
JESUacuteS 74
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76
CONCLUSIONES 90
BIBLIOGRAFIacuteA 97
1
RESUMEN
En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los
Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y
11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del
uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es
un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se
pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del
caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia
pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo
sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten
por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero
de la vida eterna
PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS
PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO
2
INTRODUCCIOacuteN
Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios
exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las
tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la
diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se
acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado
es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro
Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto
Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El
Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad
Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional
de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de
Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los
Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La
razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo
plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994
p 32)
Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos
temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute
exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al
3
preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
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1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
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Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
32
Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
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Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
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Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
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en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
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proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
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En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
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cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
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Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
55
le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
57
impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
58
Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
59
(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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iii
Junio 30 de 2020
PBRO GUSTAVO ADOLFO PRADO SAAVEDRA
ldquoDeclaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un
tiacutetulo ya sea en igual forma o con variaciones en eacutesta o en cualquiera otra universidadrdquo
Art 92 paraacutegrafo Reacutegimen Estudiantil de Formacioacuten Avanzada
Firma
iv
CONTENIDO
RESUMEN 1
INTRODUCCIOacuteN 2
CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7
11 INTRODUCCIOacuteN 7
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS
SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16
CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71
CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE
JESUacuteS 74
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76
CONCLUSIONES 90
BIBLIOGRAFIacuteA 97
1
RESUMEN
En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los
Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y
11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del
uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es
un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se
pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del
caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia
pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo
sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten
por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero
de la vida eterna
PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS
PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO
2
INTRODUCCIOacuteN
Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios
exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las
tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la
diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se
acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado
es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro
Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto
Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El
Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad
Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional
de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de
Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los
Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La
razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo
plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994
p 32)
Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos
temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute
exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al
3
preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
17
1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
18
Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
32
Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
49
Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
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Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
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Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
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le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
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se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
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impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
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Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
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(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
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Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
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reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
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Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
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829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
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iv
CONTENIDO
RESUMEN 1
INTRODUCCIOacuteN 2
CAPIacuteTULO 1 DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip7
11 INTRODUCCIOacuteN 7
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS 8
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS 10
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS
SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES 16
CAPIacuteTULO 2 MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteAhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip 31
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30) 35
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669) 40
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27) 61
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN 71
CAPIacuteTULO 3 PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE
JESUacuteS 74
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA 76
CONCLUSIONES 90
BIBLIOGRAFIacuteA 97
1
RESUMEN
En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los
Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y
11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del
uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es
un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se
pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del
caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia
pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo
sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten
por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero
de la vida eterna
PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS
PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO
2
INTRODUCCIOacuteN
Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios
exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las
tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la
diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se
acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado
es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro
Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto
Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El
Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad
Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional
de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de
Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los
Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La
razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo
plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994
p 32)
Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos
temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute
exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al
3
preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
17
1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
18
Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
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Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
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11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
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En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
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El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
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Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
49
Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
55
le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
57
impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
58
Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
59
(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
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La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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1
RESUMEN
En el presente trabajo se busca poner de relieve la cercaniacutea del Evangelio de Juan con los
Sinoacutepticos particularmente analizando los pasajes de Marcos 827-30 de Juan 667-69 y
11 25-27 Sin desconocer las tradicionales diferencias entre unas y otras versiones del
uacutenico Evangelio la cuestioacuten que se intenta responder partiendo del hecho de que Juan es
un evangelio maacutes ldquoespiritualrdquo (pneumaacutetico) es iquestqueacute relaciones temaacuteticas profundas se
pueden identificar entre Juan 667-69 1125-27 y Marcos 827-30 La confesioacuten del
caraacutecter de Jesuacutes como Mesiacuteas Sentildeor Hijo y Santo de Dios nacida de la experiencia
pascual es la que hace posible percibir la imbricada relacioacuten que se da entre lo joaacuteneo y lo
sinoacuteptico Su cercaniacutea se funda en el acontecimiento histoacuterico y sublime de la Resurreccioacuten
por el que el Cristo ldquoa secasrdquo de Marcos es ahora en Juan a la luz del Espiacuteritu el venero
de la vida eterna
PALABRAS CLAVE JUAN SINOacutePTICOS DIFERENCIAS CERCANIacuteAS MESIacuteAS
PASCUA RESURRECCIOacuteN PNEUMAacuteTICO
2
INTRODUCCIOacuteN
Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios
exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las
tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la
diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se
acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado
es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro
Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto
Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El
Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad
Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional
de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de
Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los
Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La
razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo
plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994
p 32)
Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos
temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute
exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al
3
preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
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1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
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Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
32
Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
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Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
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Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
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en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
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proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
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En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
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cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
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Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
55
le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
57
impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
58
Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
59
(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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2
INTRODUCCIOacuteN
Cada vez que se busca un acercamiento a la Sagrada Escritura a traveacutes de los comentarios
exegeacuteticos se encuentra una constante en relacioacuten con los Evangelios Dos son las
tradiciones La de los Sinoacutepticos y la de San Juan Parece un dato inconcuso este sobre la
diferencia que se da entre los evangelistas Marcos Mateo y Lucas respecto de Juan Se
acepta esta disimilitud a tal punto que cualquiera que sea la obra consultada el resultado
es ideacutentico Los Sinoacutepticos van en un apartado Juan va en otro
Casi que a guisa de entretencioacuten se puede dar una ojeada a las obras de Mario Alberto
Molina Hemos visto su Gloria Ensayo de Teologiacutea de la Revelacioacuten Mercier (1994) El
Evangelio seguacuten el Disciacutepulo a quien Jesuacutes amaba Silvano Fausti (2008) Una Comunidad
Lee el Evangelio de Juan y la ponencia de Estrada (1994) en el VI Congreso Internacional
de Actualizacioacuten Teoloacutegica ameacuten de las introducciones respectivas de la Biblia de
Jerusaleacuten (2009) para constatar lo mencionado en los liminares de este escrito Los
Sinoacutepticos siempre son presentados en apartados distintos del correspondiente a Juan La
razoacuten esgrimida es que sus perspectivas son diferentes si bien como meridianamente lo
plantea el Mercier ldquoel Cristo joaacutenico no es esencialmente distinto del Cristo sinoacutepticordquo (1994
p 32)
Son diferentes queda claro No obstante iquestson tan diferentes iquestNo hay en ellos puntos
temaacuteticos no solo coincidentes en su marco general sino ideacutenticos en su fondo No seraacute
exagerado el planteamiento ofrecido por la Biblia de Jerusaleacuten (1975 p 1499) al
3
preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
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para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
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1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
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Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
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ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
32
Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
49
Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
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le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
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impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
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Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
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(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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TUNtildeI JO El Evangelio de Juan un evangelio diferente en ASOCIACIOacuteN BIacuteBLICA
ESPANtildeOLA RESENtildeA BIacuteBLICA El Evangelio de Juan Invierno Ndeg 24 Edit Verbo Divino
Navarra 1999
VAWTER B El Evangelio seguacuten san Juan en BROWN R FITZMYER J ROLAND M
Comentario Biacuteblico ldquoSan Jeroacutenimordquo 4 Nuevo Testamento II Edit Cristiandad Madrid 1972
WIKENHAUSER A El Evangelio seguacuten san Juan Edit Herder Barcelona 1967
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preguntarse iquestRepresenta el cuarto evangelio en relacioacuten con los tres primeros una fuente
independiente y original de valor informativo propio iquestNo seraacute maacutes conveniente atender a
lo sentildealado por el P Bernardo Estrada cuando en su intervencioacuten en el citado congreso
dice ldquoRecientemente ha surgido con renovada fuerza la discusioacuten en torno al
conocimiento que teniacutea Juan de los Sinoacutepticos y a la dependencia o independencia con
respecto a ellosrdquo (Estrada 1994)
La cuestioacuten ha rondado la mente de los estudiosos y lectores de los Evangelios Tambieacuten
la de quien impulsa este trabajo En efecto con no poca frecuencia al pasar los ojos por
las paacuteginas del evangelio de Juan se puede leer en el trasfondo pasajes de los Sinoacutepticos
A continuacioacuten se ilustraraacute lo dicho con un ejemplo
El diaacutelogo de Jesuacutes con la desconsolada Martha hermana del difunto Laacutezaro (Jn 1125ss)
remite a la confesioacuten de fe de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo (Mt 1616ss) En
efecto con un ldquoropajerdquo distinto Martha y Pedro sin hesitacioacuten dicen lo mismo
-Martha dice a Jesuacutes ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios que teniacutea
que venir al mundordquo (Jn 1127)
Puede verse la amplia bibliografiacutea en GUIJARRO (2010 pp 92 y 96) Maacutes reciente ALBARES (2017 pp 61-69)
Las citas biacuteblicas a lo largo de este trabajo son tomadas de la Biblia de Jerusaleacuten Nueva Edicioacuten Totalmente revisada (2009) Bilbao Descleacutee de Brouwer
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Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
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Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
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Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
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CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
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12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
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de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
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13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
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Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
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Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
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ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
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referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
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para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
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su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
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1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
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Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
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ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
32
Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
49
Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
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le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
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impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
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Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
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(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
BIBLIOGRAFIacuteA
ALBARES MARTIacuteN JL iquestUn evangelio ldquoespiritualrdquo en REVISTA RESENtildeA BIacuteBLICA 95
(2017III) Verbo Divino Estella (Navarra) pp 61-69
ARQUIDIOacuteCESIS DE TEGUCIGALPA Dios con nosotros La Historia de Jesuacutes
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4
Pedro en Cesarea de Filipo dice ldquoTuacute eres el Mesiacuteas el hijo de Dios vivordquo (Mt 1616)
Parece evidente que el mensaje es igual La hermana del difunto llorosa y desconcertada
asiacute como Pedro emocionado y primario coinciden en percibir la condicioacuten mesiaacutenica del
Maestro de Galilea Lo cierto de la situacioacuten es que la escena joaacutenica posee un halo de
mayor profundidad puesto que se reconoce la mesianidad de Jesuacutes en el contexto de la
Resurreccioacuten en tanto que Pedro lo dice de Jesuacutes en el aacutembito de una emocioacuten propia de
su caraacutecter Mucha razoacuten entonces tiene Mercier (1994) al acotar
ldquoEn fin se constata que Juan profundiza los sinoacutepticos Efectivamente la virtud
propia del texto joaacutenico consiste en incitar a los cristianos a releer con ojos nuevos
los escritos sinoacutepticos y asiacute hacerles descubrir alliacute riquezas difiacutecilmente inteligibles
de otro modordquo (p 32)
Asiacute las cosas en el presente estudio la pregunta que se plantea es la siguiente
iquestQueacute relaciones temaacuteticas profundas se pueden identificar entre el contenido del Evangelio
de San Juan 667-69 1123-27 y el de Marcos 827-30 Cabe plantearse tambieacuten si son
realmente disiacutemiles en su contenido los relatos joaacutenicos respecto de los escritos Sinoacutepticos
5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
17
1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
18
Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
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Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
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El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
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de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
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cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
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Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
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pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
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Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
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modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
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Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
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Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
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le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
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se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
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impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
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Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
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(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
78
La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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5
Para responder a esta cuestioacuten el presente trabajo se ha dividido en tres capiacutetulos En el
primero se abordan las tradicionales diferencias que se constatan entre Juan y los
Sinoacutepticos pero al mismo tiempo con el aacutenimo de contrastar tales disimilitudes se
estudiaraacuten un total de once textos que ofreceraacuten al lector la posibilidad de apreciar las
concordancias de estilo y teacuterminos entre uno y otro evangelios
En el segundo capiacutetulo a partir de la verificacioacuten de cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos
delimitando maacutes en concreto con el evangelio de Marcos se hace el estudio de tres
periacutecopas Marcos 827-30 Juan 667-69 y Jn 1123-27 con el objetivo de poner de relieve
luego de su acucioso examen sus relaciones profundas desde el aacutembito temaacutetico
En el tercer capiacutetulo sin pretender hacer una lectura entreverada de los tres pasajes se
apunta a resolver la cuestioacuten referente a si es posible leer Jn 667-69 y 1123-27 con
referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de
Jesuacutes el Cristo
Se podraacute apreciar que lo que unifica esta lectura es la confesioacuten desde distintas
perspectivas de la verdad del mesianismo de Jesuacutes Este es el Cristo o Mesiacuteas Sentildeor
que es el Santo de Dios que teniacutea que venir al mundo
A lo largo de este empentildeo se veraacute el recurso a los distintos pareceres de los exegetas y
comentaristas de los dos principales evangelios aquiacute estudiados es decir Marcos y Juan
6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
17
1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
18
Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
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Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
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11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
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En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
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El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
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Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
33
Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
34
A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
35
una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
36
El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
37
de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
38
cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
39
opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
49
Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
55
le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
57
impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
58
Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
59
(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
76
Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
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La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
82
Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
92
posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
93
Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
94
pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
95
sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
96
En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
97
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6
Conocer sus posiciones permite no solo dialogar con ellos enriquecerse y apoyarse en sus
opiniones o disentir amablemente de las mismas siempre buscando comprender mejor el
texto revelado y aportar para que se evidencie el que siacute hay una cercaniacutea entre Juan y los
Sinoacutepticos que debe ser subrayada pues Juan es la mirada sublime o espiritual de lo
narrado por los otros tres evangelistas
7
CAPIacuteTULO 1
DIFERENCIAS Y CERCANIacuteAS TRADICIONALES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS ANAacuteLISIS DE ONCE TEXTOS CONCORDANTES ENTRE JUAN Y LOS SINOacutePTICOS
11 INTRODUCCIOacuteN
En este capiacutetulo se abordaraacute el tema de las constatables diferencias que se aprecian al
comparar el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos disimilitudes que no solo se dan en el
enfoque y estilo redaccional en el lenguaje y uso de teacuterminos sino tambieacuten en la
disposicioacuten y significado que se da en cada uno de los dos grupos de narraciones
evangeacutelicas a los hechos actitudes y palabras de Jesuacutes de Nazaret Sin embargo no solo
se reflexionaraacute acerca de lo que los hace tradicionalmente distintos sino que se buscaraacute
plasmar aquello en lo cual se da una mayor cercaniacutea de significado entre Juan y los
Sinoacutepticos Maacutes auacuten se pretende responder a la pregunta iquestEs posible identificar relaciones
de cercaniacutea de contenido entre el Evangelio de San Juan y los Evangelios Sinoacutepticos Una
vez identificado esto se presentaraacute el anaacutelisis de algunos textos concordantes once en
concreto
8
12 JUAN Y LOS SINOacutePTICOS SUS DIFERENCIAS
En realidad sobre este tema se ha insistido bastante ya que lo evidente son sus
diferencias Juan es un evangelio distinto afirma apodiacutecticamente Tuntildeiacute (1999) Para este
autor las muacuteltiples diferencias entre Juan y los Sinoacutepticos se pueden resumir en tres
aspectos lo que tiene que ver con el manejo y uso del tiempo lo relativo al espacio o sea
los lugares y finalmente el contenido de lo que se busca comunicar A su vez cada uno
de estos puntos remite a una direccioacuten en el contenido En efecto Juan organiza la
cronologiacutea al interior de su evangelio para subrayar el tema de ldquola horardquo de Jesuacutes (1999
p6)
De otra parte cuando tiene que veacuterselas con la descripcioacuten de los lugares geograacuteficos Juan
subraya a Judea y maacutes en concreto a Jerusaleacuten y dentro de esta al templo A la hora de
considerar lo que se busca comunicar Juan respecto de los Sinoacutepticos no opta por hablar
del Reino de Dios (o de los cielos) sino que deja que Jesuacutes hable de siacute mismo Hace caer
en cuenta Tuntildeiacute (1999) que ldquolas primeras generaciones cristianas no proclamaron la
cercaniacutea del Reino proclamaron la muerte y resurreccioacuten de Jesuacutesrdquo (p11)
Tambieacuten se ha de tener presente que mientras Juan solo menciona tres milagros los
Sinoacutepticos alcanzan un guarismo de veintinueve (Mercier 1994 p30 Biblia de Jerusaleacuten
2009 p 1535) y alliacute donde los Sinoacutepticos narran hechos brevemente el Cuarto Evangelio
se distingue por ofrecer largos discursos que elucidan el acontecimiento descrito A modo
Estas diferencias son generalmente mencionadas por los exegetas vb gr Wikenhauser (1967 p 44-49) Mercier(1994 pp 29-33) Gnilka ( 1998 pp 239-253) Tuntildeiacute- Alegre (2000 pp 21-30) Iona (2000 pp 13-16) Beutler (2013 pp 13-41) etc
9
de ejemplo en seguida de la multiplicacioacuten de los panes Juan ofrece un profuso diaacutelogo
instructivo sobre el Pan de Vida (cap 6) curado el ciego de nacimiento el capiacutetulo 9 ahonda
sobre la contraposicioacuten oscuridad del pecado luz de la fe etc
Solo Juan ofrece lo que se echa de menos en los Sinoacutepticos los YO SOY de Jesuacutes y que
lo identifican con YHVH del AT (Ex 314 Dt 3239 Is 428 431011 etc) a quien se nomina asiacute en
la traduccioacuten de los LXX y que ofrece para los lectores una ldquoconcentracioacuten cristoloacutegica
extraordinaria Jesuacutes dice que eacutel eshellipel pan el agua la luz la verdad la puertahellipPero lo dice en
primera persona ldquoYo Soyhelliprdquo (Tuntildeiacute 1999 p11) De esta manera Juan tambieacuten pone distancia frente
a los Sinoacutepticos al brindar en el texto una cristologiacutea maacutes desarrollada ldquoinsistiendo especialmente
en la divinidad de Cristordquo (BJ 2009 p 1535)
Evidenciar tales diferencias conduce a fortalecer lo que la exeacutegesis preteacuterita y
contemporaacutenea parecen aceptar Juan y los Sinoacutepticos son dos maneras de presentar un ideacutentico
hecho Jesuacutes de Nazaret Hijo de Dios que muerto y resucitado ofrece la salvacioacuten a todos El
primero da muestras de una reflexioacuten maacutes elaborada por ser posterior en su redaccioacuten el segundo
en su conjunto deja entrever que le interesa es mostrar la realidad humana de quien no obstante
su extraordinario poder no hace parte del aacutembito miacutetico o legendario sino que su realidad se
ofrece precisamente mediante la descripcioacuten de los hechos anecdoacuteticos y veraces que dan forma
y vida a las ensentildeanzas de Marcos Lucas y Mateo
Con todo lo que en este trabajo interesa es poner de manifiesto que maacutes allaacute de las
disimilitudes reales y constatables entre Juan y los Sinoacutepticos hay una profunda
ldquovecindadrdquo en su contenido doctrinal
10
13 EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
Luego de haber visto las ya conocidas y resaltadas diferencias parece importante tratar de
poner de manifiesto todo aquello que los acerca en su profundo contenido
Cuando se lee el inicio del Evangelio seguacuten Lucas se encuentra una expresioacuten bastante
significativa pues refleja a guisa de trasunto los esfuerzos que se han hecho antes y
contemporaacuteneamente a tal redaccioacuten sobre la vida de Jesuacutes aceptado ahora como
Salvador y ya Resucitado Aquiacute se hace referencia a la tradicional y elegante manera como
el caacutelamo lucano da apertura a su versioacuten de la Buena Nueva ldquoεπειδηπερ πολλοι
επεχειρησαν αναταξασθαι διηγησιν περι των πεπληροφορηmicroενων εν ηmicroιν πραγmicroατωνrdquo
ldquoPuesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado
entre nosotrosrdquo (Lc 11) Es consciente el ldquoquerido Meacutedicordquo (Col 414) de los conatos que
con este mismo objetivo se han venido registrando entre las comunidades cristianas
primitivas
Tal verdad es confirmada por la exeacutegesis hodierna y por la investigacioacuten histoacuterico-criacutetica
tal como lo ofrece Santiago Guijarro en su obra Los Cuatro Evangelios (2010 pp63-204)
asiacute como la copiosa bibliografiacutea que suele presentar no solo en cada capiacutetulo sino en cada
una de las partes del mismo Para Guijarro es claro que los relatos liminares sobre la vida
de Jesuacutes fueron abundantes y de iacutendole variopinta Sin embargo paulatinamente gracias
al uso lituacutergico y catequeacutetico que de su contenido se fue haciendo se llegoacute a una especie
de ldquodepuracioacutenrdquo respecto a tantas opiniones o versiones acerca de Jesuacutes El resultado fue
la consolidacioacuten hacia finales del s II de las versiones que hoy se conocen como
Sinoacutepticos y de Juan
11
Las diferencias y coincidencias que al analizarlos se empezaron a encontrar han sido
objeto ya desde san Agustiacuten de innumerables elucidaciones Este por ejemplo proponiacutea
que Mateo habiacutea sido compuesto primero que los relatos de Marcos y de Lucas sirvieacutendoles
de fuente
Con la llegada de nuevos intentos de clarificar las cuestiones que seguiacutean agolpaacutendose
cada vez maacutes en las inteligencias de los lectores de estos relatos santos surgioacute la llamada
ldquocuestioacuten sinoacutepticardquo mediante la cual se poniacutea sobre el tapete de la exeacutegesis la evidencia
de que Mateo Marcos y Lucas permitiacutean ser ldquoleiacutedos con una sola miradardquo dadas las
muacuteltiples coincidencias que se percibiacutean en sus relatos al ser comparados entre siacute Pero al
mismo tiempo se evidenciaba la diferencia que la cuarta versioacuten evangeacutelica mostraba
respecto al contenido de los Sinoacutepticos Desde luego las inquietudes surgieron
especialmente para procurar dar una explicacioacuten entre otras cosas al hecho de queacute haciacutea
posible las coincidencias que unas veces maacutes otras veces menos se registraban entre los
textos de Marcos respecto a Mateo y Lucas o cuando se les consideraba en particular ie
Mc-Mt Mc-Lc tambieacuten surgiacutean cuestionamientos acerca de las relaciones de cercaniacutea y
diferencias entre Mt-Lc iquestCoacutemo entender y dar luz sobre todas estas preguntas iquestQueacute
pasaba con Juan iquestPor queacute se asoma tan estructural y conceptualmente tan disiacutemil
respecto de cada uno de los Sinoacutepticos No obstante es tambieacuten posible hallar cercaniacuteas
con estos mismos especialmente con la versioacuten marquiana iquestQueacute ha hecho posible todo
esto iquestCoacutemo probar dados los escasos recursos con que se cuentan las hipoacutetesis que
algunas veces permiten cierto dejo de satisfaccioacuten como respuesta a los interrogantes
planteados
Agustiacuten (sf) La concordancia de los Evangelistas Libro I 4
12
Guijarro sabe brindar a lo largo de las cien primeras paacuteginas de su libro Los Cuatro
Evangelios (2010) llamativas respuestas a estas inquietudes Sin embargo en la liacutenea de
investigacioacuten que aquiacute interesa es decir la cercaniacutea de Juan en relacioacuten con los Sinoacutepticos
son de gran valiacutea las ensentildeanzas que trae al detenerse en las relaciones de cercaniacutea y
discrepancia que brotan maacutes ampliamente con el evangelio de Marcos A partir de su
propuesta lo que sigue es una siacutentesis
Es indudable entonces que aun cuando no se dan las imbricadas relaciones que se
aprecian entre los Sinoacutepticos siacute es verdad que su comparacioacuten con Juan lleva a
preguntarse ldquoacerca de la relacioacuten que pudo haber existido entre ellos en las diversas
etapas de su composicioacuten y difusioacutenrdquo (2010 p90) Clemente de Alejandriacutea ha registrado
seguacuten el testimonio de Eusebio de Cesarea que se explican estas diferencias debido a que
hubo en Juan por contraposicioacuten a los otros tres evangelistas el anhelo de ofrecer una
narracioacuten maacutes espiritual de la vida de Jesuacutes El dato es interesante por cuanto indica dos
cosas Juan aquiacute permite dar por sentado el que era conocedor de las versiones sinoacutepticas
y lo segundo sentildeala con claridad meridiana la intencionalidad del escribano sagrado
brindar una narracioacuten a guisa de complemento respecto de la corporalidad de Jesuacutes
ampliamente difundida en los Sinoacutepticos mediante una obra que sotolinee ldquolos aspectos
maacutes espiritualesrdquo Recientemente sin embargo Albares en un artiacuteculo intitulado ldquoiquestUn
evangelio ldquoespiritualrdquo (2017 pp61-68) ha invitado a cuestionar esta perspectiva tan
aceptada desde ha mucho Para eacutel la principal indicacioacuten de la verdadera espiritualidad del
Cuarto evangelio se halla en el Proacutelogo ldquoEl Verbo se hizo carne y habitoacute entre nosotrosrdquo
(Jn 114) pues viene a mostrar que lo narrado en el texto joaacutenico se ancla en realidades
geograacuteficas histoacutericas y culturales que auacuten hoy es posible verificar dando carta de
13
ciudadaniacutea al ldquoQuinto Evangeliordquo como consuetudinariamente se alude a la Tierra Santa
(Benedicto XVI ldquoVerbum Dominirdquo n89) El artiacuteculo es interesante y viene a fortalecer de
soslayo la intuicioacuten que en este trabajo se pretende poner en el tapete Los Sinoacutepticos y
Juan con ser diferentes son tambieacuten profundamente propincuos
Hay que decir tambieacuten que Juan es cercano sobre todo a Marcos no obstante hay unas
escasas coincidencias o cercaniacuteas con Lucas (ausentes en Mt) tales como la curacioacuten del
siervo del centurioacuten (7 1-10 Jn 446-53) o la narracioacuten de la otectomiacutea que precisan uno
y otro que es la oreja derecha (Lc 2250 Jn 1810) asiacute mismo concuerdan en sentildealar que
son dos los personajes en la tumba no uno como en Mc y Mt Lc 244 Jn 2012
La mirada puesta sobre Mc-Jn revela importantes similitudes tanto en su esquema global
(ambos dan inicio a la vida puacuteblica del Maestro mencionando la actividad del Bautista y la
finiquitan con su Pasioacuten) como en la secuencia de ciertos hechos vbgr La multiplicacioacuten
de los panes y la caminada sobre las aguas Mc 634-52Jn 61-21 Esto tambieacuten se puede
apreciar al considerar su actividad en Jerusaleacuten como parte de su etapa final (Mc 930-
31Jn 710-14) cuando ingresa triunfalmente a ella (Mc 11 1-19 Jn 12 12-15) es ungido
en Betania (Mc 143-9 Jn 121-8) celebra la uacuteltima cena y predice la traicioacuten de Judas (Mc
1417-26 Jn 131-30) es arrestado y resucita dejando la tumba vaciacutea (Mc 1453-168 Jn
181-2010)
Con todo Marcos y Juan dejan en el lector ldquoimportantes discrepanciasrdquo que van desde lo
geograacutefico (Galilea especialmente en Marcos Galilea y Jerusaleacuten Juan) y cronoloacutegico (el
ministerio marquiano de Jesuacutes es de un antildeo Juan posibilita el que se hable de tres pues
este guarismo corresponde a las pascuas mencionadas en 213 64 y 131) hasta lo
14
referente al vocabulario y al aacutembito teoloacutegico En efecto Jn solo hace mencioacuten del potiacutesimo
tema en los Sinoacutepticos del ldquoregnum Deirdquo en una ocasioacuten (335) mientras que brillan por su
ausencia en Marcos y los otros dos ldquotemas teoloacutegicos de Juan como la hora el enviacuteo del
Paraacuteclito o la muerte como momento de la glorificacioacuten de Jesuacutesrdquo (Guijarro 2010 p91)
ameacuten de que Juan gusta de los discursos temaacuteticos y Marcos en cambio hace uso de las
paraacutebolas y dichos En esta liacutenea de poner de relieve las diferencias es importante indicar
que cada uno de ellos contiene numerosas tradiciones que no se encuentran en el otro
Juan por ejemplo no narra el bautismo de Jesuacutes ni su transfiguracioacuten ni la institucioacuten de
la eucaristiacutea mientras que Marcos desconoce el episodio de las bodas de Canaacute y los
encuentros de Jesuacutes con Nicodemo o con la Samaritana (hellip) (Guijarro 2010 p92)
Evidentemente ante estas situacioacuten de cercaniacutea-distancia la ciencia exegeacutetica no puede
menos que intentar ofrecer alguna posible explicacioacuten que Guijarro (2010) reduce a tres
hipoacutetesis Jn tuvo conocimiento de los Sinoacutepticos de ahiacute su cercaniacutea o semejanza Jn hizo
uso de tradiciones tambieacuten empleadas por los Sinoacutepticos pero cada uno a tenor de sus
intereses narrativos y teoloacutegicos llevo a cabo la relectura y Jn no obstante conocer los
Sinoacutepticos no los tuvo en cuenta como liacutenea de referencia a la hora de componer su obra
Asiacute las cosas se puede colegir que desde los liminares de la historia de la confeccioacuten de lo
que hoy tenemos como textos del uacutenico ldquoEvangeliordquo Marcos ocupa un papel preponderante
a la hora de pretender un punto de partida Tanto en la explicacioacuten del caraacutecter ldquosinoacutepticordquo
o de ldquomirada de conjuntordquo que permiten los tres primeros evangelios dada su estructura
como es sabido como en el cotejar a estos Sinoacutepticos con la versioacuten joaacutenea la propuesta
de Marcos se ofrece como la maacutes original ie como aquella a partir de la cual los
subsiguientes elaboraron su obra Marcos sin hesitacioacuten alguna ha servido de paradigma
15
para la composicioacuten de los evangelios de Mateo Lucas y Juan Evidentemente cada uno
de ellos como ya se ha destacado lo que ha hecho es reelaborar lo original marquiano
con el aacutenimo de exaltar subrayar atenuar o callar alguacuten aspecto o determinadas
caracteriacutesticas que le sirvieran a su particular propoacutesito
Un ejemplo de esto uacuteltimo que se indica es lo expresado por Guijarro hablando de las
tradiciones comunes a los Sinoacutepticos empleadas por Juan Eacutel sentildeala que ldquoen los episodios
que Marcos y Juan tienen en comuacuten se advierte que la tradicioacuten de los milagros ha sido
releiacuteda de dos formas diversas por caminos paralelos (hellip)rdquo (2010 p98) Esta constatacioacuten
del exegeta Guijarro nos permite deducir un segundo aspecto de todo este recorrido Se
trata de afirmar una vez maacutes que la divergencia de caminos en Marcos y Juan
particularmente nace del hecho de que a este uacuteltimo le interesa hacer una lectura maacutes
espiritual de los acontecimientos aprendidos de la tradicioacuten evangeacutelica de aquel entonces
y determinada en buena medida por Marcos
Hay que decir que todo este peregrinar desde ldquoEl Evangelio hasta Los Evangeliosrdquo hace
plausible darle la razoacuten a la expresioacuten clementina citada por Eusebio de Cesarea en
relacioacuten a que Juan escribioacute un ldquoeuaacuteggelon pneumatikoacutenrdquo De esta manera se elucida maacutes
faacutecilmente la motivacioacuten que se tiene desde los comienzos de este trabajo Juan al mismo
tiempo que trae dichos de Jesuacutes (tal como Marcos) busca explicarlos pero advirtiendo que
Esta prelacioacuten de Mc respecto de los otros evangelios es el primer fundamento para la aceptacioacuten de la ldquohipoacutetesis de los dos documentosrdquo El segundo nace de la constatacioacuten de un bloque de textos coincidentes entre Mt y Lc quienes de forma independiente habriacutean usado como venero para sus redacciones un escrito ahora perdido que se ha designado como ldquoFuente Qrdquo ldquoDocumento Qrdquo o ldquoFuente Sinoacuteptica de Dichosrdquo (Guijarro 2010 p 79) Tal bloque que suma 230 vv (2010 p70) tiene como peculiaridad que guarda respecto de los pasajes en los que Mc Mt y Lc son coincidentes una homogeneidad en la distribucioacuten y lo narrado relieva maacutes las palabras de Jesuacutes que sus acciones O sea el documento hipoteacutetico en mencioacuten permite elucidar los pasajes de doble tradicioacuten (Mt-Lc) y a la vez comprender el que haya otros textos de triple tradicioacuten (Mc-Mt-Lc)
16
su ldquosensus pleniorrdquo se los daraacute el Espiacuteritu (Jn 14 25-26) El Cuarto Evangelio recoge lo que
los Sinoacutepticos han brindado a la tradicioacuten cristiana naciente y desde ella narra con mayor
profundidad espiritual los hechos Siacute es menester decirlo Juan sin dejar lo terreno
humano corporal e histoacuterico de Jesuacutes ha plasmado para todos la sublimidad de su obra
Porque era este su propoacutesito al final del capiacutetulo 20 ha dejado a guisa de apotegma el v
31 ldquoEstos [los signos narrados] han sido escritos para que creaacuteis que Jesuacutes es el Cristo el
Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombrerdquo No basta hacer el recorrido
sobre los hechos se requiere el auxilio del Espiacuteritu para confesar que tales acciones han
sido llevadas a cabo por Jesuacutes el Sentildeor (cfr 1 Co 123) el mismo que sin embargo es
presentado de manera diversa en la tradicioacuten joaacutenea y en la tradicioacuten sinoacuteptica
14 RELACIOacuteN O CERCANIacuteA ENTRE EL EVANGELIO DE JUAN Y LOS SINOacutePTICOSTEXTOS CONCORDANTES
Juan tiene en comuacuten con los Sinoacutepticos unas pocas narraciones La actividad del Bautista
La vocacioacuten de los primeros disciacutepulos La expulsioacuten de los vendedores del templo La
secuencia multiplicacioacuten de los panes marcha sobre las aguas peticioacuten de sentildeales
confesioacuten de Pedro La entrada en Jerusaleacuten La uacuteltima cena con el anuncio de la traicioacuten
La prediccioacuten de la negacioacuten de Pedro Partes importantes en la historia de la pasioacuten-
resurreccioacuten Probablemente la curacioacuten del oficial de Capernauacutem De los veintinueve
milagros narrados por los Sinoacutepticos Juan soacutelo retiene tres la curacioacuten del hijo del
funcionario real la multiplicacioacuten de los panes la marcha sobre las aguas (Torres 2012)
Se empezaraacute a hacer la comparacioacuten de estos textos concordantes
17
1 El Bautista no es digno de desatar la sandalia del que viene tras eacutel
Mc 17
ldquoκαὶ ἐκήρυσσεν λέγων Ἔρχεται ὁ ἰσχυρότερός μου ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς κύψας λ
ῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦrdquo
Mt 311
Ἐγὼ μὲν ὑμᾶς βαπτίζω ἐν ὕδατι εἰς μετάνοιαν ὁ δὲ ὀπίσω μου ἐρχόμενος ἰσχυρότερός μο
ύ ἐστιν οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς τὰ ὑποδήματα βαστάσαι αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει ἐν πνεύματι ἁγίῳ
καὶ πυρίrdquo
Lc 316
ldquoἀπεκρίνατο λέγων πᾶσιν ὁ Ἰωάννης Ἐγὼ μὲν ὕδατι βαπτίζω ὑμᾶς ἔρχεται δὲ ὁ ἰσχυρότερ
ός μου οὗ οὐκ εἰμὶ ἱκανὸς λῦσαι τὸν ἱμάντα τῶν ὑποδημάτων αὐτοῦ αὐτὸς ὑμᾶς βαπτίσει
ἐν πνεύματι ἁγίῳκαὶ πυρίrdquo
Jn 1 27
ldquoὁ ὀπίσω μου ἐρχόμενος οὗ οὐκ εἰμὶ ἄξιος ἵνα λύσω αὐτοῦ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
En la frase que se analiza el Evangelio de Juan con respecto a los Sinoacutepticos coincide en
10 palabrasJ ὁ ὀπίσω μου οὗ οὐκ εἰμὶ τὸν ἱμάντα τοῦ ὑποδήματοςrdquo
Si bien es el mismo sustantivo hay que sentildealar que mientras los Sinoacutepticos emplean el
plural ldquosandaliasrdquo ya en acusativo (τὰ ὑποδήματα) ya en genitivo (τῶν ὑποδημάτων) en
Los textos han sido tomados de la versioacuten que ofrece la paacutegina electroacutenica La Parola httpswwwlaparolanetgrecoindex
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Juan se hace uso del singular en genitivo (τοῦ ὑποδήματος) Este es un detalle que no
siempre es tenido en cuenta a la hora de traducir pues siempre se emplea la expresioacuten
ldquolas sandaliasrdquo Llama la atencioacuten el que Jn use el calificativo ἄξιος en tanto que en los
Sinoacutepticos se escriba ἱκανὸς si bien son sinoacutenimos
2 Ninguacuten profeta es bien recibido en su tierra
Jn 444
ldquoαὐτὸς γὰρ Ἰησοῦς ἐμαρτύρησεν ὅτι προφήτης ἐν τῇ ἰδίᾳ πατρίδι τιμὴν οὐκ ἔχειrdquo
Mc 64
ldquoκαὶ ἔλεγεν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς ὅτι Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ καὶ ἐν
τοῖς συγγενεῦσιν αὐτοῦ καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Mt 1357
ldquoκαὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ ὁ δὲ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτοῖς Οὐκ ἔστιν προφήτης ἄτιμος εἰ μὴ ἐ
ν τῇ πατρίδι καὶ ἐν τῇ οἰκίᾳ αὐτοῦrdquo
Lc 424
ldquoεἶπεν δέ Ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦrdquo
Las palabras concordantes en esta expresioacuten son προφήτης ἐν τῇ πατρίδι
3 Cinco panes y dos peces en la multiplicacioacuten para los 5000
Jn 69
19
ldquoἜστιν παιδάριον ὧδε ὃς ἔχει πέντε ἄρτους κριθίνους καὶ δύο ὀψάρια ἀλλὰ ταῦτα τί ἐστιν
εἰς τοσούτουςrdquo
Mc 638
ldquoὁ δὲ λέγει αὐτοῖς Πόσους ἔχετε ἄρτους ὑπάγετε ἴδετε καὶ γνόντες λέγουσιν Πέντε καὶ δύ
ο ἰχθύαςrdquo
Mt 1417
ldquoοἱ δὲ λέγουσιν αὐτῷ Οὐκ ἔχομεν ὧδε εἰ μὴ πέντε ἄρτους καὶ δύο ἰχθύαςrdquo
Lc 913
ldquoεἶπεν δὲ πρὸς αὐτούς Δότε αὐτοῖς ὑμεῖς φαγεῖν οἱ δὲ εἶπαν Οὐκ εἰσὶν ἡμῖν πλεῖον ἢ ἄρτοι
πέντε καὶ ἰχθύες δύο εἰ μήτι πορευθέντες ἡμεῖς ἀγοράσωμεν εἰς πάντα τὸν λαὸν τοῦτον β
ρώματαrdquo
En esta ocasioacuten las palabras coincidentes son πέντε ἄρτοι καὶ δύο En tanto que Juan
emplea el sustantivo oψαvρια los Sinoacutepticos hacen uso de ιjχθύας- ιχθύε para referirse a
los peces o pescados Aquiacute tambieacuten como antes son palabras sinoacutenimas
4 Doce canastos sobrantes
Jn 613
ldquoσυνήγαγον οὖν καὶ ἐγέμισαν δώδεκα κοφίνους κλασμάτων ἐκ τῶν πέντε ἄρτων τῶν κριθί
νων ἃ ἐπερίσσευσαν τοῖς βεβρωκόσινrdquo
Mc 643
20
ldquoκαὶ ἦραν κλάσματα δώδεκα κοφίνων πληρώματα καὶ ἀπὸ τῶν ἰχθύωνrdquo
Mt 1420
ldquoκαὶ ἔφαγον πάντες καὶ ἐχορτάσθησαν καὶ ἦραν τὸ περισσεῦον τῶν κλασμάτων δώδεκα κ
οφίνους πλήρειςrdquo
Lc 917
ldquoκαὶ ἔφαγον καὶ ἐχορτάσθησαν πάντες καὶ ἤρθη τὸ περισσεῦσαν αὐτοῖς κλασμάτων κόφιν
οι δώδεκαrdquo
La coincidencia con los Sinoacutepticos esta vez se limita a dos teacuterminos δώδεκα κοφίνων Ni
Lucas ni Juan califican los doce canastos como siacute lo hacen Marcos y Mateo πληρώματα y
πλήρεις respectivamente
5 Bendito el que viene en el nombre del Sentildeor
Jn 1213
ldquoἔλαβον τὰ βαΐα τῶν φοινίκων καὶ ἐξῆλθον εἰς ὑπάντησιν αὐτῷ καὶ ἐκραύγαζον Ὡσαννά ε
ὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου καὶ ὁ βασιλεὺς τοῦ Ἰσραήλrdquo
Mc 119
ldquoκαὶ οἱ προάγοντες καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον Ὡσαννά Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀ
νόματι κυρίουrdquo
Mt 219
21
ldquoοἱ δὲ ὄχλοι οἱ προάγοντες αὐτὸν καὶ οἱ ἀκολουθοῦντες ἔκραζον λέγοντες Ὡσαννὰ τῷ υἱῷ
Δαυίδ Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου Ὡσαννὰ ἐν τοῖς ὑψίστοιςrdquo
Lc 1938
ldquoλέγοντες Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος βασιλεὺς ἐν ὀνόματι κυρίου ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δό
ξα ἐν ὑψίστοιςrdquo
Juan al igual que los Sinoacutepticos cita el Salmo 11826a
ldquoΕὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίουrdquo Son estas seis palabras las que estaacuten en
las cuatro versiones desde luego cada uno de los evangelistas le agrega o le suprime algo
a tenor de su particular intencioacuten
6 El que ama su vida la perderaacutehellip
Jn 1225
ldquoὁ φιλῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει αὐτήν καὶ ὁ μισῶν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἐν τῷ κόσμῳ τού
τῳ εἰς ζωὴν αἰώνιον φυλάξει αὐτήνrdquo
Mc 835
ldquoὃς γὰρ ἐὰν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσει τὴν ψυχὴν αὐ
τοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ καὶ τοῦ εὐαγγελίου σώσει αὐτήνrdquo
Mt 1039
ldquoὁ εὑρὼν τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολέσει αὐτήν καὶ ὁ ἀπολέσας τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἕνεκεν ἐμοῦ
εὑρήσει αὐτήνrdquo
Lc 924
22
ldquoὃς γὰρ ἂν θέλῃ τὴν ψυχὴν αὐτοῦ σῶσαι ἀπολέσει αὐτήν ὃς δ ἂν ἀπολέσῃ τὴν ψυχὴν αὐτ
οῦ ἕνεκεν ἐμοῦ οὗτος σώσει αὐτήνrdquo
Son comunes solo las siguientes palabras τὴν ψυχὴν αὐτοῦ ἀπολλύει ἀπολέσει αὐτήν
En la cuaacutedruple fuente son variadiacutesimas las palabras usadas por sus autores pero la idea
de fondo es ideacutentica
7 Anuncio de negaciones y canto del gallo
Jn 1338
ldquoἀποκρίνεται Ἰησοῦς Τὴν ψυχήν σου ὑπὲρ ἐμοῦ θήσεις ἀμὴν ἀμὴν λέγω σοι οὐ μὴ ἀλέκτ
ωρ φωνήσῃ ἕως οὗ ἀρνήσῃ με τρίςrdquo
Mc 1430
ldquoκαὶ λέγει αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι σὺ σήμερον ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἢ δὶς ἀλέκτορ
α φωνῆσαι τρίς με ἀπαρνήσῃrdquo
Mt 2634
ἔφη αὐτῷ ὁ Ἰησοῦς Ἀμὴν λέγω σοι ὅτι ἐν ταύτῃ τῇ νυκτὶ πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι τρὶς ἀπαρ
νήσῃ μεrdquo
Lc 2234
ldquoὁ δὲ εἶπεν Λέγω σοι Πέτρε οὐ φωνήσει σήμερον ἀλέκτωρ ἕως τρίς με ἀπαρνήσῃ εἰδέναι
rdquo
23
Son palabras concordantes en este pasaje Λέγω σοι ἀλέκτωρ ἀλέκτορα φωνήσῃ
φωνῆσαι ἀπαρνήσῃ με τρίς v Con estas siete palabras Juan y los Sinoacutepticos presentan
lo esencial del acontecimiento El gallo cantaraacute el Maestro seraacute negado tres veces
8 E inmediatamente cantoacute el gallo
Jn 1827
ldquoπάλιν οὖν ἠρνήσατο Πέτρος καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐφώνησενrdquo
Mc 1472
ldquoκαὶ εὐθὺς ἐκ δευτέρου ἀλέκτωρ ἐφώνησεν καὶ ἀνεμνήσθη ὁ Πέτρος τὸ ῥῆμα ὡς εἶπεν αὐτ
ῷ ὁ Ἰησοῦς ὅτι Πρὶν ἀλέκτορα φωνῆσαι δὶς τρίς με ἀπαρνήσῃ καὶ ἐπιβαλὼν ἔκλαιενrdquo
Mt 2674
ldquoτότε ἤρξατο καταθεματίζειν καὶ ὀμνύειν ὅτι Οὐκ οἶδα τὸν ἄνθρωπον καὶ εὐθέως ἀλέκτωρ ἐ
φώνησενrdquo
Lc 2260
ldquoεἶπεν δὲ ὁ Πέτρος Ἄνθρωπε οὐκ οἶδα ὃ λέγεις καὶ παραχρῆμα ἔτι λαλοῦντος αὐτοῦ ἐφώ
νησεν ἀλέκτωρrdquo
Dos expresiones son las que se pueden apreciar presentes en las cuatro versiones
ἐφώνησεν ἀλέκτωρ El gallo cantoacute tal como el Sentildeor anuncioacute a Pedro
24
9 La pregunta de Pilatos ldquoiquestEres tuacute el rey de los judiacuteosrdquo y la respuesta de Jesuacutes ldquoTuacute
lo has dichordquo
Jn 1833-37
ldquoΕἰσῆλθεν οὖν πάλιν εἰς τὸ πραιτώριον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἐφώνησεν τὸν Ἰησοῦν καὶ εἶπεν αὐτῷ
Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἀπὸ σεαυτοῦ σὺ τοῦτο λέγεις ἢ ἄλλοι εἶ
πόν σοιπερὶ ἐμοῦ ἀπεκρίθη ὁ Πιλᾶτος Μήτι ἐγὼ Ἰουδαῖός εἰμι τὸ ἔθνος τὸ σὸν καὶ οἱ ἀρχι
ερεῖς παρέδωκάν σε ἐμοί τί ἐποίησας ἀπεκρίθη Ἰησοῦς Ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐκ τοῦ
κόσμουτούτου εἰ ἐκ τοῦ κόσμου τούτου ἦν ἡ βασιλεία ἡ ἐμή οἱ ὑπηρέται οἱ ἐμοὶ ἠγωνίζοντ
ο ἄν ἵνα μὴ παραδοθῶ τοῖς Ἰουδαίοις νῦν δὲ ἡ βασιλεία ἡ ἐμὴ οὐκ ἔστιν ἐντεῦθεν εἶπεν ο
ὖν αὐτῷ ὁΠιλᾶτος Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι
ἐγὼ εἰς τοῦτο γεγέννημαι καὶ εἰς τοῦτο ἐλήλυθα εἰς τὸν κόσμον ἵνα μαρτυρήσω τῇ ἀληθείᾳ
πᾶς ὁ ὢν ἐκ τῆςἀληθείας ἀκούει μου τῆς φωνῆςrdquo
Mc 152
ldquoκαὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ Πιλᾶτος Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτῷ λ
έγει Σὺ λέγειςrdquo
Mt 2711
ldquoὉ δὲ Ἰησοῦς ἐστάθη ἔμπροσθεν τοῦ ἡγεμόνος καὶ ἐπηρώτησεν αὐτὸν ὁ ἡγεμὼν λέγων Σ
ὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ Ἰησοῦς ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
Lc 233
ldquoὁ δὲ Πιλᾶτος ἠρώτησεν αὐτὸν λέγων Σὺ εἶ ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ δὲ ἀποκριθεὶς αὐτ
ῷ ἔφη Σὺ λέγειςrdquo
25
Si bien Juan trae un diaacutelogo maacutes amplio de Pilato con Jesuacutes coinciden los evangelistas en
las siguientes palabras Σὺ εἶ ὁJ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων y en la breve en los Sinoacutepticos
desarrollada en Juan respuesta de Jesuacutes Σὺ λέγεις En esencia unos y otros presentan
la afirmacioacuten del reinado de Jesuacutes no por parte suya sino de un tercero Pilatos
10 El tiacutetulo de la cruz ldquoRey de los judiacuteosrdquo
Jn 1919
ldquoἔγραψεν δὲ καὶ τίτλον ὁ Πιλᾶτος καὶ ἔθηκεν ἐπὶ τοῦ σταυροῦ ἦν δὲ γεγραμμένον Ἰησοῦς ὁ
Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mc 1526
ldquoκαὶ ἦν ἡ ἐπιγραφὴ τῆς αἰτίας αὐτοῦ ἐπιγεγραμμένη Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Mt 2737
ldquoκαὶ ἐπέθηκαν ἐπάνω τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ τὴν αἰτίαν αὐτοῦ γεγραμμένην Οὗτός ἐστιν Ἰησο
ῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίωνrdquo
Lc 2338
ldquoἦν δὲ καὶ ἐπιγραφὴ ἐπ αὐτῷ Ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτοςrdquo
Solo cuatro palabras son concordantes plenamente en este pasaje ὁJ βασιλεὺς τῶν
Ἰουδαίων Es la expresioacuten que consigna Pilatos que Jesuacutes sin embargo cuida de poner
en sus labios Deja en claro con el ldquotuacute lo dicesrdquo que no ha buscado proclamarse con
monarca del pueblo
26
11 Joseacute de Arimatea pidioacute el cuerpo de Jesuacutes
Jn 1938
ldquoΜετὰ δὲ ταῦτα ἠρώτησεν τὸν Πιλᾶτον Ἰωσὴφ ἀπὸ Ἁριμαθαίας ὢν μαθητὴς τοῦ Ἰησοῦ κεκ
ρυμμένος δὲ διὰ τὸν φόβον τῶν Ἰουδαίων ἵνα ἄρῃ τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ καὶ ἐπέτρεψεν ὁ Πι
λᾶτος ἦλθεν οὖν καὶἦρεν τὸ σῶμα αὐτοῦrdquo
Mc 1543
ldquoἐλθὼν Ἰωσὴφ ὁ ἀπὸ Ἁριμαθαίας εὐσχήμων βουλευτής ὃς καὶ αὐτὸς ἦν προσδεχόμενος τ
ὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ τολμήσας εἰσῆλθεν πρὸς τὸν Πιλᾶτον καὶ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησ
οῦrdquo
Mt 2758
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ τότε ὁ Πιλᾶτος ἐκέλευσεν ἀπο
δοθῆναιrdquo
Lc 23 52
ldquoοὗτος προσελθὼν τῷ Πιλάτῳ ᾐτήσατο τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦrdquo
La cuaacutedruple concordancia se da en la expresioacuten τὸ σῶμα τοῦ Ἰησοῦ ` En ella confluye
todo cuanto se pueda decir del hecho Joseacute de Arimatea reclama el cuerpo de Jesuacutes Pilato
entrega el cuerpo de Jesuacutes
27
En estas once frases concordantes por su contenido se han podido identificar cincuenta y
cinco (55) palabras presentes en las cuatro versiones Este dato resulta asiacute de mirar
detalladamente las expresiones en las cuales San Juan tiene concordancia con los
Sinoacutepticos Es faacutecil que entre estos uacuteltimos las palabras sean las mismas por cuanto es
dato sabido y aceptado el que los hagioacutegrafos a la hora de la composicioacuten de los textos
han hecho uso de unas fuentes comunes Sin embargo a la hora de adicionar el aporte de
Juan El Evangelista la realidad nos muestra que hay una cercaniacutea que viene a
contraponerse a la tradicional presentacioacuten de disimilitud suya con Mateo Marcos y Lucas
Los exegetas (Clemente de Alejandriacutea Eusebio Epifanio Mercier etc) han planteado
como elucidacioacuten de esta situacioacuten el que se pueda tratar de un conato de complementar a
los Sinoacutepticos o de interpretarlos o incluso de suplantarlos Tambieacuten se ha pretendido que
se estaacute ante un caso en el que Juan tuvo conocimiento de la tradicioacuten sinoacuteptica o ldquobebioacuterdquo
de un material tan antiguo como el venero sinoacuteptico En efecto como indica Torres
en el 4deg ev tenemos vestigios de una tradicioacuten anterior muy semejante a la sinoacuteptica
Este primer estadio de la tradicioacuten joaacutenica seriacutea cronoloacutegicamente hablando tan
antiguo como el de la tradicioacuten sinoacuteptica El 4ordm ev persigue un fin propio y es aquiacute
y no soacutelo ni principalmente en las fuentes que haya podido utilizar donde debemos
recurrir para explicar las afinidades y sobre todo las divergencias con los
Sinoacutepticos Su fin principal es claro Poner de relieve en las acciones y discursos
del Jesuacutes terreno la figura suprema del Revelador escatoloacutegico y como tal portador
de la salud (Torres 2012)
28
El dato que se ha obtenido al comparar las once frases anteriores permite corroborar que
efectivamente hay una cercaniacutea entre uno y otros evangelistas pero al mismo tiempo ese
nuacutecleo comuacuten o sea las cincuenta y cinco palabras da cuenta de que Juan especialmente
no se limita a repetir un contenido ya sabido sino que elabora presenta ofrece uno nuevo
maacutes auacuten un mensaje remozado sublime excelso No obstante sabe mediante ese
ldquocomuacuten denominadorrdquo (las palabras cuaacutedruplemente ideacutenticas) conservar el nexo
fundamental con la tradicioacuten evangeacutelica eclesialmente anunciada De esta manera Juan
hace posible para los lectores identificarse con el contenido del mensaje pero al mismo
tiempo percibir en eacutel unas perspectivas noveles
El asiacute llamado ldquoprimer anunciordquo que caracterizoacute el quehacer predicador apostoacutelico y signoacute
a los primeros convertidos aparece como columna vertebral de las primitivas propuestas
de poner por escrito lo proclamado como fontal de salvacioacuten Esto es lo comuacuten el pilar la
ldquopiedra angularrdquo que hace posible que no obstante la variadiacutesima oferta de perspectiva los
evangelistas redunden sobre un eje y giren sobre el mismo ahondaacutendolo algunas veces
subrayaacutendolo en otras ocasiones opacaacutendolo en alguacuten momento y potiacutesimo en el caso de
Juan yendo maacutes allaacute de lo terrizo inmediato para esbozar lo sublime o espiritual que
profundiza a aquello
Brown (1999) en la introduccioacuten a su ya claacutesico comentario El Evangelio seguacuten san Juan
I-XII sabe decir esto con maacutes altura Brown es conocedor de la existencia de un material
comuacuten compartido por Juan y los Sinoacutepticos Posee un contenido kerigmaacutetico Considera
Brown que este esquema es seguido por Juan imitando a Marcos En efecto
29
si el kerigma de Marcos empieza con el bautismo de Jesuacutes por Juan Bautista lo
mismo ocurre en Juan En el kerigma sinoacuteptico al bautismo sigue un prolongado
ministerio en Galilea durante el cual Jesuacutes realiza curaciones y pasa haciendo el
bien lo mismo encontramos en Juan aunque con mayor brevedad (44654 6)
Despueacutes del ministerio en Galilea tanto en los Sinoacutepticos como en Juan Jesuacutes sube
a Jerusaleacuten donde habla en el recinto del templo siguen luego la pasioacuten la muerte
y la resurreccioacuten Juan se aparta ostensiblemente del esquema sinoacuteptico en que da
noticias de un ministerio mucho maacutes prolongado en Jerusaleacuten pero iquestse trata
realmente de una divergencia esencial de esquemas Despueacutes de todo tambieacuten
Lucas tiene sus propias variantes por ejemplo en el viaje a Jerusaleacuten que se
extiende a lo largo de unos diez capiacutetulos Asiacute pues podemos dar por seguro que
Juan contiene rasgos kerigmaacuteticos fundamentales en su esquema a pesar de ello
sin embargo tenemos que preguntarnos si esos rasgos kerigmaacuteticos proceden de
una tradicioacuten primitiva pues bien podriacutea ocurrir que se tratase de una imitacioacuten
artificiosa del estilo caracteriacutestico de los evangelios (1999 p 44-45)
Hay cercaniacutea pues en el esquema general de los cuatro evangelios tanto es asiacute que
Brown (1999) ha considerado hablar de unos ldquorasgos kerigmaacuteticos fundamentalesrdquo en Juan
tal como los hay en los Sinoacutepticos Con todo es necesario indicar que esta cercaniacutea textual
y de confeccioacuten no es la que se pretende sotolinear en esta ocasioacuten Es posible como se
sabe desde los escritos patriacutesticos anotar que San Juan gusta de ver maacutes allaacute de los
Sinoacutepticos O sea subrayar ese ldquoalgordquo espiritual o ldquoneumaacuteticordquo en los relatos que Mateo
Marcos y Lucas ofrecen a sus lectores desde una perspectiva maacutes reductiva en su caraacutecter
estricto de narracioacuten Juan sublima lo corpoacutereo de los Sinoacutepticos pero en esencia es
ideacutentico el acontecimiento narrado
30
A modo de conclusioacuten hay que decir que Juan y los Sinoacutepticos permiten tanto a los lectores
como a los estudiosos constatar unas diferencias y unas cercaniacuteas Lo primero se
comprende a partir de las intenciones de los respectivos autores a la hora de construir el
texto asiacute como de las circunstancias geograacuteficas culturales y de estadios de fe
correspondientes a los posibles destinatarios de los escritos que hoy se reconocen bajo el
geacutenero ldquoevangeliordquo y que ofrecen la Buena Nueva de Jesuacutes de Nazaret
Lo segundo surge del hecho de que hay una ldquoeximia fuente comuacuten o uacutenicardquo que ha
conducido a que el encuentro con tal venero el kerygma y la realidad personal que le
subyace Cristo Jesuacutes sea el mismo siempre y en su versatilidad para llegar a cada
comunidad y miembro de la misma genere como resultado una variopinta presentacioacuten
mutuamente enriquecedora de la alegre noticia de la salvacioacuten
Siacute hay una relacioacuten de cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos pero no es simple reiteracioacuten
de lo ya anunciado Juan ofrece una perspectiva original y maacutes neumaacutetica o espiritual del
obrar ensentildear y quehacer de Jesuacutes Leer a Juan es adentrarse en el aacutembito sublime de las
ensentildeanzas de Jesuacutes consignadas en los Sinoacutepticos En razoacuten de esto la investigacioacuten en
el capiacutetulo siguiente se orientaraacute estrictamente sobre dos pasajes de Juan 668-69 y
1125-27 y uno de Marcos 827-30 Se les consideraraacute maacutes allaacute de su literalidad en su
contenido profundo que mostraraacute su original cercaniacutea
31
CAPIacuteTULO 2
MARCOS Y JUAN SU CERCANIacuteA
Retomando lo que se ha dicho al inicio del capiacutetulo anterior acerca de que si bien hay un
solo evangelio se puede decir que hay muacuteltiples evangelios o expresiones del mismo
ademaacutes teniendo en cuenta los acentos que los hagioacutegrafos quisieron darles en las
diferentes etapas que se necesitaron en la confeccioacuten de cada uno de los relatos es factible
encontrar puntos de coincidencias que hacen plausible hablar de cercaniacutea en sus
contenidos Particularmente esto es verificable en el parangoacuten entre los Sinoacutepticos y Juan
especialmente al detallar la propuesta marquiana con la joaacutenica En realidad como indica
Guijarro considerando las semejanzas de los Sinoacutepticos en general con el evangelio de
Juan ldquocasi todos los contactos se dan con el Evangelio de Marcosrdquo (2010 p 90) por lo que
en esta investigacioacuten se enfocaraacute la mirada sobre las periacutecopas de la confesioacuten de Pedro
en Mc 8 27-30 su respuesta al final del discurso eucariacutestico en Cafarnauacutem en Jn 668-69
y la afirmacioacuten de Martha hermana de Laacutezaro en el episodio de la reanimacioacuten de este
que se narra en Jn 1125-27 De esta manera se buscaraacute evidenciar la cercaniacutea y relacioacuten
de contenido entre el evangelio de Juan y los Sinoacutepticos
Los evangelios presentan la vida puacuteblica de Jesuacutes como eje de sus respectivos relatos Es
de notar que tanto Marcos como Juan comienzan estos con la presencia de Juan el Bautista
(Mc 12-914 Jn 16-819-35) y los finiquitan con la pasioacuten y resurreccioacuten (Mc 1443-168
Santiago Guijarro prefiere hablar de evangelio Tetramorfo es decir un solo evangelio presentado desde cuatro puntos de vista distintos (2010 p203)
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Jn 181-2010) Coinciden tambieacuten en episodios aislados Mc 1111-17Jn 213-22 y en
expresiones Mc 835 Jn 1225 Mc 1434-36 Jn 1227
En cuanto a la presencia liminar del Bautista en Marcos y Juan ambos consideran que en
eacutel se cumple la palabra del deacuteutero-Isaiacuteas En efecto esto es presentado asiacute ya sea porque
en la versioacuten marquiana el evangelista hace uso del versiacuteculo 3 del capiacutetulo 40 del profeta
para identificar al Bautista como la ldquovoz del que clama en el desierto (hellip)rdquo ya porque en el
pasaje joaacuteneo el mismo Juan Bautista se lo apropie para dar respuesta a la pregunta que
los levitas y sacerdotes enviados por los judiacuteos le hacen (cfr Jn 11923) Para uno y otro
el mismo texto isaiano permite ser leiacutedo como cumplido en la obra del Bautista Marcos da
testimonio de que esto es asiacute de que la persona del Bautista aparece bautizando ldquoconforme
estaacute escritordquo ldquocomo estaacute escritordquo (kathoacutes geacutegraptai) en el designio sacro Juan en cambio
pone en boca del Bautista el ldquoegordquo ldquoyordquo que se identifica con ldquola vozrdquo Ahora el Bautista no
es simplemente uno que obra a tenor de lo escrito para el Cuarto Evangelista Juan el
Bautista es la voz que clama en el desierto
En la escena de la purificacioacuten del templo si bien se narra esencialmente la misma
situacioacuten Marcos se limita a registrar la reaccioacuten de indignacioacuten por parte de Jesuacutes a quien
atribuye el citar el final del versiacuteculo 7 de Isaiacuteas 56 Se sotolinea pues el dolor de Jesuacutes
por la casa de su Padre Juan en cambio aprovecha la narracioacuten para hacer un anuncio
pascual en el sentido de su muerte y resurreccioacuten En efecto el ldquodestruid este santuario y
en tres diacuteas lo levantareacuterdquo (Jn 219) en labios de Jesuacutes es elucidado por Juan con la alusioacuten
a su resurreccioacuten ldquoCuando fue levantado de entre los muertos se acordaron sus disciacutepulos
de esto que habiacutea dicho (hellip)rdquo (Jn 222) Es el mismo acontecimiento pero con una presencia
maacutes neumaacutetica ie maacutes sublime prentildeada del Espiacuteritu
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Marcos y Juan coinciden en el uso de las contraposiciones salvarperder-perdersalvar y
amarperder-odiarguardar En uno y otro caso la idea madre es que aquello que
aparentemente permite conservar la existencia en realidad la disminuye o la hace
desaparecer Uacutenicamente la actitud de entregadonacioacuten a cuya base estaacute
respectivamente el negarse a siacute mismo (Mc 834) y el morir a guisa de grano de trigo (Jn
1224) hace posible que la vida se mantenga o perviva Una vez maacutes sin embargo la
versioacuten de Juan apunta a lo maacutes sublime En efecto Marcos deja el sabor de esta vida
terrena temporal mientras que en Juan se afirma meridianamente que la vida que se
alcanzaraacute seraacute la eterna
De otra parte Marcos y Juan narran episodios en ideacutentico orden multiplica los panes y
camina sobre las aguas Mc 634-52 Jn 61-21 Ameacuten de que uno y otro ldquorelatan tambieacuten
su actividad en Jerusaleacuten en la uacuteltima etapa de su vida (Mc 930-31 Jn 710-14) su entrada
triunfal en la ciudad (Mc 111-19 Jn 1212-15) su uncioacuten en Betania (Mc 143-9 Jn 121-
8) la uacuteltima cena y la predicacioacuten de la negacioacuten de Judas (Mc 1417-26 Jn 13-14)rdquo (2010
p 91)
En lo relativo a los dichos es llamativa la disposicioacuten de Marcos y Juan por explicarlos Mc
410-11 21-22 Jn 737-39 1151-52 1232-33 etc No se aprecia esto ni en Mateo ni en
Lucas ya que en ellos ldquolas palabras de Jesuacutes se explican por siacute mismasrdquo (2010 p98)
Tales coincidencias o cercaniacuteas hacen pensar que Juan conocioacute a los Sinoacutepticos haciendo
uso especialmente de Marcos Sin embargo quiso redactar con independencia hasta el
punto de reelaborar aquello que consideraba escaseaba en el aspecto espiritual o
pneumaacutetico Ademaacutes no se puede echar en saco roto la posibilidad que tuvo Juan al igual
que Mateo y Lucas de acceder a otras tradiciones que le facilitaron la disposicioacuten de un
relato tan original como el suyo En esta ideacutentica liacutenea se aprecia la propuesta de Steven
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A Hunt (2011) para quien es irrefragable decir que Juan tuvo conocimiento y dependencia
de los Sinoacutepticos a la hora de elaborar su texto evangeacutelico No considera el mencionado
autor que el cuarto evangelista haya ldquocopiadordquo a los otros tres redactores sino que hizo uso
de sus planteamientos a tenor de sus intereses redaccionales y teoloacutegicos En efecto en el
artiacuteculo intitulado ldquoRewriting the Feeding of the Five Thousand John 61-15 as a Test Case
for Johannine Dependence in the Synoptic Gospelsrdquo( ldquoReescribiendo la alimentacioacuten de los
cinco mil Juan 61-15 como una prueba de la dependencia joaacutenea de los Evangelios
sinoacutepticosrdquo) Hunt (2011) busca ldquoto show that Johnacutes narrative is best understood as a
thorough rewriting of the Synoptic accounts in keeping with the authoracutes thematic and
theological interests [hellip]rdquo (Hunt 2011) Enseguida el exegeta puntualiza como fundamento
del desarrollo de su escrito que ldquoJohn depends at various points on each of the Synopticsrdquo
Pero el acento en esta investigacioacuten se le daraacute a la cercaniacutea que se descubre en Marcos y
Juan hasta aceptar la propuesta de Guijarro de designar esta relacioacuten (asiacute como la de
Mateo y Lucas) con el sugestivo nombre de ldquoevangelios bioacutepticosrdquo (2010 p 527)
En la necesidad de delimitar la tarea que esta obra exige se ha seleccionado hacer el
ejercicio de la ldquobioacutepticardquo sobre tres periacutecopas muy concretas tomadas de Marcos (8 27-
30) y de Juan (666-69 y 1123-27) respectivamente Esto permitiraacute en cada caso
profundizar en su contexto significado interpretacioacuten etc con el fin de subrayar su
cercaniacutea Se trataraacute de poner de manifiesto que los tres pasajes tan disiacutemiles en primera
instancia en realidad expresan ideacutentico contenido de fe llevan al lector a decantar la
identidad de Jesuacutes tanto en su inmediatez humana como en su profundidad divina Lo que
sostiene esta pretensioacuten es el hecho planteado en los liminares acerca de que Juan hace
Juan depende en varios puntos de cada uno de los Sinoacutepticos (traduccioacuten personal)
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una relectura desde la perspectiva espiritual de los contenidos maacutes humano-terrenales
presentados por los sinoacutepticos
Parece adecuado como primer paso para llevar a cabo el parangoacuten que aquiacute importa
echar una mirada al ldquocentrordquo teoloacutegico y estructural del evangelio de Marcos La confesioacuten
mesiaacutenica de Pedro
21 JESUacuteS TUacute ERES EL CRISTO (Marcos 827-30)
Este pasaje hace parte del evangelio que es reconocido como el que estaacute a la base de las
restantes versiones del uacutenico ldquoEvangeliordquo Cada vez maacutes se acentuacutea la conviccioacuten de que
Mateo Lucas y Juan por lo menos conocieron versiones iniciales de lo que ahora tenemos
como el texto marquiano Esto supone casi como una verdad irrecusable el que ha habido
un largo proceso de elaboracioacuten y reelaboracioacuten del texto hasta llegar al que ahora tenemos
con sus 16 capiacutetulos y sus 661 versiacuteculos En el decurso de confeccioacuten del escrito
marquiano el disciacutepulo de Pedro ha hecho una labor interesante de seleccioacuten ordenacioacuten
y reelaboracioacuten (Guijarro 2010 p213) de las tradiciones que acerca de Jesuacutes se fueron
constituyendo a lo largo de los antildeos maacutes propincuos a la hora de su Misterio Pascual El
hilo conductor para obrar seleccionando ordenando y dando una nueva estructura a los
datos orales y escritos recibidos ha sido su afaacuten de abroquelar en la mente y el corazoacuten de
sus futuros lectores la identidad de Jesuacutes como el Cristo e Hijo de Dios (cfr 11)
Es importante lo que se dice en la Introduccioacuten a Marcos en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1410) en esta misma liacutenea se encuentra Guijarro (2010 p 244)
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El relato sobre el que se paran mientes en este capiacutetulo hace parte de una seccioacuten en
opinioacuten de Guijarro (2010) en la que se sotolinea lo relativo al pan en efecto no solo es
la doble narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes (630-44 y 81-10) sino la mencioacuten de
migajas comer hartarse pureza e impureza de alimentos etc que eacutel lo aprecia en viacutenculo
con la problemaacutetica que fue surgiendo paulatinamente en las comunidades cristianas en
ciernes acerca de la participacioacuten de los judiacuteos y paganos en la mesa comuacuten del Reino a
la que en contra de la mentalidad cerrada hebrea tambieacuten estaban invitados estos Marcos
desea comunicar ahora el mensaje de que judiacuteos y paganos estaacuten llamados a reunirse en
torno a la persona del Mesiacuteas a quien Pedro identifica con Jesuacutes ldquoEacutesta (sic) es la imagen
de Jesuacutes a la que han llegado tras acompantildearle durante su ministerio en Galileardquo (Guijarro
2010 p243)
Nuacutentildeez en la edicioacuten espantildeola 2009 de la Biblia de Jerusaleacuten comenta en la nota a pie de
paacutegina de Mc 8 27 lo siguiente
Durante toda la primera parte del evangelio viene planteaacutendose la cuestioacuten de quieacuten
es Jesuacutes de Nazaret 127+ En razoacuten de su ensentildeanza y de los prodigios que obra
se presiente su personalidad misteriosa v 28 pero soacutelo (sic) Pedro da la verdadera
respuesta v29 ldquoTuacute eres el Cristo es decir el Rey mesiaacutenico (BJ 2009)
Nuacutentildeez ubica este pasaje como un momento clave en el evangelio de Marcos para que el
lector alcance a formarse una clara nocioacuten de la identidad de la persona de Jesuacutes Es el
Ungido el Cristo el Mesiacuteas anunciado por los profetas y largamente esperado por el pueblo
El asunto estaraacute a la base de la primera asamblea o ldquoconciliordquo de la Iglesia que registra Lucas en Hechos 15
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de Israel Juan en su relato posterior pondraacute esta misma idea al final del discurso del Pan
de Vida (669) y en el diaacutelogo de Jesuacutes con Martha la hermana de Laacutezaro (1127) ldquoSanto
de Diosrdquo aparece en los labios del Pedro joaacuteneo y ldquoCristo el Hijo de Diosrdquo en los de Martha
Uno y otro Marcos y Juan en esencia estaacuten contribuyendo a des-velar el misterio de la
persona de Jesuacutes la uacutenica persona
Por su parte Gnilka (1993) sentildeala que el uso del tiacutetulo ldquoCristordquo del que echa mano Pedro
para referirse a Jesuacutes no deja lugar a dudas sobre su contenido religioso maacutes allaacute de
cualquier connotacioacuten poliacutetica A traveacutes de la expresioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo (v 29) y la
seguida ensentildeanza de Jesuacutes sobre su pasioacuten muerte y resurreccioacuten (vv 31-32 a) Marcos
sentildeala el auteacutentico mesianismo de Jesuacutes Este solo se puede comprender cuando se
apunta hacia la cruz Por eso es posible pensar que este relato que nos ocupa fue
compuesto en una etapa posterior y cuando ya Jesuacutes habiacutea resucitado Es decir ldquoen la
confesioacuten que Pedro hace de Cristo percibimos la expresioacuten de la fe de la comunidad
palestiniana pospascualrdquo (1993 p20) lo cual asiacute considerado viene a fortalecer la
cercaniacutea entre Marcos y Juan como se intenta demostrar en este trabajo
En opinioacuten distinta Cardona (2014) considera que el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo (Cristo) dado por
Pedro a Jesuacutes en nombre del grupo constituye ldquouna de las declaraciones maacutes
extraordinarias de la eacutepoca dada las expectativas de los judiacuteos y la fuerte opresioacuten romanardquo
(p99) Ve en tal confesioacuten una esperanza de mejoramiento socio-poliacutetico por lo que al
mismo tiempo que Jesuacutes no rehuacutesa el tiacutetulo exige el silencio En efecto acota Cardona
(2014) ldquoseguacuten Jesuacutes es muy pronto para identificarlo como ldquoMesiacuteasrdquo dada la ambiguumledad
y las connotaciones del tiacutetulo en su eacutepocardquo (p 99)
Es llamativa la identificacioacuten que en la mencionada obra de Cardona (2014) se hace de los
tiacutetulos ldquoMesiacuteasrdquo e ldquoHijo del hombrerdquo Para eacutel este ldquoseriacutea un sinoacutenimordquo de aqueacutel Asiacute las
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cosas hay a los oiacutedos de los judiacuteos una particular contradiccioacuten en el discurso de Jesuacutes
iquestCoacutemo es simultaacuteneamente ldquoMesiacuteasrdquo ie esperanza liberadora (en sentido lato) de Israel
y un fracasado al que las autoridades religiosas rechazaraacuten Tal ldquoconfusioacutenrdquo se clarificaraacute
mediante el novel mesiaacutenico que Dios en la obra de Jesuacutes mostraraacute al Pueblo elegido
seraacute un ldquoMesiacuteasrdquo enviado por el Dios que privilegia la ternura el perdoacuten la misericordia y
la piedad por encima de los ldquoactos de poder fuerza o violenciardquo (p 100) El Cristo que
deberaacute confesarse en adelante dona su vida (ldquoseraacute asesinadordquo v31) En esta
comprensioacuten surge espontaacuteneamente la voz joaacutenea de Jesuacutes quien ha indicado a sus
seguidores ldquoNo hay amor maacutes grande que dar la vida por sus amigosrdquo (1513) De esta
manera hay que decir casi a guisa de cantinela que se hallan Marcos y Juan por
vericuetos distintos frente a frente diciendo en definitiva ideacutentica verdad similitud que este
intento acadeacutemico propende evidenciar en el desarrollo de las advenientes paacuteginas
En el anaacutelisis linguumliacutestico y exegeacutetico que Mateos-Camacho (1993) ofrecen de esta periacutecopa
estaacuten de acuerdo en que el pasaje maacutes allaacute de incoar la segunda parte del texto evangeacutelico
en realidad ofrece la culminacioacuten de una ldquotemaacutetica iniciada en 4 41 por la pregunta de los
disciacutepulos sobre la identidad de Jesuacutes con ocasioacuten de la primera travesiacutea (cf 829) y
asimismo la inclusioacuten abierta en 614s al exponerse las opiniones populares acerca de
Jesuacutes (cf 827s)rdquo (1993 p251) Esta identidad sin embargo no logra colegirse
meridianamente por parte de Pedro quien a modo de portavoz del grupo declara a Jesuacutes
como ldquoMesiacuteasrdquo pero el concepto no se pronuncia ldquopurificadordquo del lastre cultural que le
obnubila En consecuencia ldquola respuesta de Pedro representa pues un avance sobre la
Citando a Hawkin ldquoThe Incomprehensionrdquo (sf p 499) Mateos ndashCamacho (1993) indican en la nota a pie de paacutegina n 22ldquoEl teacutermino Mesiacuteas en boca de Pedro viene culturalmente cargado de un significado del cual Jesuacutes se distanciardquo
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opinioacuten de la gente pero auacuten es inadecuada pues no integra el sentido de las obras
realizadas por Jesuacutesrdquo (1993 p260)
En el comentario que hacen estos autores Mateos-Camacho se identifica en la
mentalidad petrina el tiacutetulo de ldquoMesiacuteasrdquo con el de ldquoHijo de Davidrdquo (cf Mc 1047 48 1235)
En efecto detraacutes de las palabras de Pedro es posible descubrir el anhelo judiacuteo de sentildeoriacuteo
sobre las demaacutes naciones y la humanidad por ser los elegidos de YHVH Estaacute viendo
destacan los autores en el empleo del artiacuteculo ldquoὁrdquo para referirse al Mesiacuteas ldquoun individuo
singular que no comparte su misioacuten con ninguacuten otro Es el Mesiacuteas de la tradicioacuten judiacutea
representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidadrdquo (1993 p259) En esta
perspectiva la mente con facilidad trae a colacioacuten la promesa de Nataacuten a David ldquo[hellip]
confirmareacute despueacutes de ti a la descendencia que saldraacute de tus entrantildeas y consolidareacute el
trono de su realezardquo (2Sm 712)
Es esta comprensioacuten de Mesiacuteas la que hace que Jesuacutes le pida a Pedro y al resto de los
Doce que guarden silencio pues han entendido mas no suficientemente Ronda siempre
en esta mentalidad el afaacuten de triunfo de poder y de superioridad Nada maacutes disiacutemil de la
propuesta mesiaacutenica que guarda Jesuacutes en su interior y sin embargo tal concepcioacuten de los
disciacutepulos en Marcos es posible rastrearla en el relato de Juan En efecto iquestno seraacute esta
misma percepcioacuten triunfalista la que se vislumbraraacute posteriormente en el pasaje de
Cafarnauacutem cuando Pedro habla de las ldquopalabras de vida eternardquo (Jn 668) y en el de la
esperanza de Martha (Jn 11 212427) respecto de la resurreccioacuten al final de los tiempos
de su difunto hermano Eacutexito sobre los que desanimados se apartaron y confirmacioacuten de
que ellos privilegiados de aquella hora estaban con el ldquoRey triunfadorrdquo confianza de quien
sabe como Martha que ldquoEl Cristordquo estaacute en casa y todo saldraacute a pedir de boca Son actitudes
que en ambos casos en Marcos y en Juan dejan notar que el Cristo confesado
40
conceptualizado e imaginado auacuten no ha alcanzado la depuracioacuten indispensable para
aceptarlo tal como Dios y su Enviado lo han comprendido
Dejado el recorrido por el pensamiento de Marcos la mirada se quiere anclar sobre la
versioacuten joaacutenea de dos escenas distintas inmediatamente entre siacute y de antuvioacuten sin viacutenculo
alguno con la confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro presentada por el caacutelamo de Marcos
pero que ayudan al lector a percibir lo ldquoneumatoloacutegicordquo de aquella Se consideraraacute como
se ha indicado desde el inicio el relato del discurso de Cafarnauacutem concretamente el diaacutelogo
de Jesuacutes con los Doce encabezados por Pedro y un segundo diaacutelogo el de Betania del
Maestro con Martha quien recibe de Aqueacutel la revelacioacuten de ser Eacutel la resurreccioacuten y la
respuesta de Martha
22 CAFARNAUacuteM LA GRAN DECISIOacuteN (Juan 669)
El versiacuteculo hace parte del final del gran discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem En
esencia como indica Cardona (2015) en su comentario al cuarto evangelio
Hacen parte de Jn 6 el ldquosignordquo de los panes y de los peces abundantes (Jn 61-15)
la travesiacutea nocturna del lagomdashen medio de un fuerte viento y un mar picadomdashpor
parte de los disciacutepulos (616-21) y el anuncio testimonial del ldquoPan de Vidardquo donde
Jesuacutes clarifica el sentido del signo (622-59) donde la respuesta final es la decisioacuten
de ldquodejarrdquo (666) o ldquoseguirrdquo (668-69) a Jesuacutes (2015 p71)
41
Para la monografiacutea que ha confeccionado Caba (1993) Cristo Pan de Vida este capiacutetulo
6 ldquoestaacute a la base de toda orientacioacuten eucariacutestica en la teologiacutea de San Juanrdquo (1993 p 21)
Esto quiere decir que en este capiacutetulo Juan concentra y elucida cuanto quiso comunicar a
sus lectores sobre la Eucaristiacutea Caba concluye que a tenor de la manera como ha sido
estructurado este discurso ldquoal dinamismo de una revelacioacuten en aumento acompantildea al
mismo tiempo el dramatismo de una respuesta de oposicioacuten o de adhesioacuten quedando asiacute
siempre Jesuacutes al centro como objeto de aversioacuten o como polo de atraccioacutenrdquo (1993 p33)
A Jesuacutes se le acoge o se le desprecia
De otra parte Caba (1993) apoyaacutendose en la propuesta de Leenhardt (como se cita en
Leenhardt 1959) cree que es posible ver en la estructura interna de Juan 6 el esquema
de Mc 81-10 y su paralelo en Mt 1532-39 fortaleciendo de esta manera la idea de que es
factible descubrir un substrato de tradicioacuten sinoacuteptica en aqueacutel En efecto Marcos despueacutes
de la multiplicacioacuten de los panes indica la exigencia que los fariseos le hacen a Jesuacutes de
un signo luego el evangelista narra la travesiacutea por el Lago Esta parecida presentacioacuten se
halla en los liminares del gran discurso de la sinagoga de Cafarnauacutem
vv 1-13 Multiplicacioacuten de los panes
vv 14-15 La muchedumbre quiere hacer rey a Jesuacutes
vv 16-21 La travesiacutea del Lago
Tambieacuten trae a colacioacuten Caba (1993) la propuesta del mencionado autor acerca de coacutemo
es posible estructurar el discurso del Pan de vida desde la perspectiva sinoacuteptica de las
42
Tentaciones Intuicioacuten que si bien es interesante no es indispensable profundizar ahora en
ella aunque siacute contribuye a abroquelar la tesis de cercaniacutea joaacutenea sinoacuteptica de este conato
acadeacutemico tal como lo ha explicitado Caba en su monografiacutea ldquoel cuarto evangelio en
general y este c 6 en particular se considera ldquocomo una obra profundamente sistemaacutetica
escrita bajo el teloacuten de fondo de los sinoacutepticos elaborado con medios literarios totalmente
diferentesrdquordquo (1993 p50) Desde luego esos medios diversos no son otra cosa sino la
subjetividad con que el redactor maacutes reciente ha impregnado la composicioacuten del nuevo
texto que para el caso que aquiacute atantildee se ha designado como lectura neumaacutetica
Un autor que parece coincidir con la liacutenea de trabajo que aquiacute se lleva es Rivas (1984) Para
este exegeta en el capiacutetulo 6 de san Juan maacutes allaacute de un conato de transposicioacuten con el
capiacutetulo 5 en orden a buscar una mejor organizacioacuten del texto hay que comprender que
nos encontramos con un texto profundamente elaborado compuesto a partir de
varias tradiciones o fuentes algunas de ellas muy cercanas a las que estaacuten
representadas en los sinoacutepticos pero cuidadosamente redactadas por el evangelista
que les ha impuesto su estilo peculiar y sobre todo su enfoque teoloacutegico (1984 p8)
La referencia a las fuentes que han ayudado a confeccionar el texto joaacuteneo calificadas por
Rivas (1984) de cercanas a los sinoacutepticos aunado esto al estilo peculiar de Juan que le da
su caraacutecter espiritual a la interpretacioacuten de los hechos dan fuerza al argumento que se
pretende ofrecer en este trabajo Hay una cercaniacutea entre Juan y los Sinoacutepticos
43
Tambieacuten se aprecia en Leacuteon-Dufour (1992) esta simpatiacutea por sentildealar el paralelismo entre
la manifestacioacuten de fe de Pedro al final del pasaje del discurso de Cafarnauacutem y la confesioacuten
de fe a lo largo del camino de Cesarea de Filipos en los Sinoacutepticos En su comentario al
evangelio de Juan Leacuteon-Dufour dice ldquoComo la tradicioacuten sinoacuteptica Jn hace oiacuter al lector la
confesioacuten solemne de fe por boca de Pedro que responde aquiacute a Jesuacutes ldquoSentildeor iquesta quieacuten
iriacuteamos Tuacute tienes las palabras de vida eternahelliptuacute eres el santo de Diosrdquordquo (1984 pp75
148-149)
En similar forma Annie Jaubert (1987) al abordar sinteacuteticamente el capiacutetulo 6 de Juan en
los vv 68-69 ve en la expresioacuten de Pedro la misma confesioacuten que Lucas 920 paralela a
Mc 829 Para la exegeta una y otra confesioacuten se equiparan no tiene duda en sintoniacutea con
esta propuesta acadeacutemica de la cercaniacutea que se intenta poner de relieve entre Juan y los
Sinoacutepticos En efecto para ella
ldquoEl santo de Diosrdquo es el equivalente al ldquoTuacute eres el cristo de Diosrdquo (Lc 920) ya que
ldquocristordquo significa ungido consagrado pues bien el teacutermino ldquosantordquo evoca lo que es
del dominio propio de Dios lo que estaacute santificado y finalmente consagrado Es el
tiacutetulo que confesaban con estremecimiento los demonios en Mc 124 (1987 p50)
En la lectura detallada del c 6 cree Caba (1993) que en los vv 353740444547 la
actitud de fe de parte de los disciacutepulos oyentes del discurso del Maestro es puesta como
fontal para acoger lo que adviene Tales versos son una provocacioacuten a acogerlo a Eacutel a
en la nota a pie de paacutegina cita Mt 1616 Mc 829 Lc 920
44
Jesuacutes como ldquosegurordquo o ldquoclaverdquo para tener vida para siempre Es por este contenido y por
el presupuesto ya indicado que llegado al teacutermino del relato en el v68 Juan recoge el eco
de la sentildealada actitud de fe El versiacuteculo presenta a uno que oyendo acepta lo oiacutedo se
hace disponible se adhiere a su contenido De igual manera dice el profesor Caba en lo
que tiene que ver con el tema de la vida de modo semejante ya indicado en los vv
3335404748 y 51 la confesioacuten petrina refirieacutendose a la vida eterna que tiene su venero
en los labios de Jesuacutes no hace maacutes que hacer resonar el tema de la vida A lo expresado
por el Sentildeor a lo largo de su discurso se da una respuesta de plena acogida Asiacute las cosas
al teacutermino de la propuesta eucariacutestico dos grupos de disciacutepulos se han revelado los que a
fuerza de su incredulidad (v 60) se apartaron de Jesuacutes y de otra aquellos que
abanderados por la confesioacuten de Pedro la de los Doce descubren que no hay otra opcioacuten
(v68) que permanecer con Eacutel De ahiacute que para J Caba (1993) ldquoes obvia pues la unioacuten que
mantiene esta uacuteltima escena con todo el proceso anterior soacutelo se entiende como
culminacioacuten del itinerario seguidordquo (sic) (1993 p419) La fe que empieza a gestarse en el
oiacuter (cfr Rm 1017) y llega a convertirse en opcioacuten vital
En la pregunta de Jesuacutes a los Doce J Caba (1993) tiene una intuicioacuten interesante en el uso
del verbo απήλθον (=se volvieron) en aoristo (v 66) La accioacuten ya estaacute terminada por parte
de quienes lo han dejado Pero a la hora de cuestionar a los Apoacutestoles el uso del verbo
θελετϵ ὑπᾴỹἑῐṿ (=quieren irse) denota una decisioacuten personal en siacute mismo Con ello intuye
Caba que es en ldquoel proceso que se va fraguando en su interiorrdquo (1993 p413) en donde se
va a tomar la opcioacuten de elegirlo como a su Sentildeor No es algo ya decidido y no maacutes sino
que se va gestando paulatinamente paso a paso como es iacutensito a todo lo procesual
Subrayado asiacute se puede apreciar maacutes claramente la cercaniacutea con el relato de Mc 827-30
45
en cuanto que la opcioacuten de los Doce narrada por el primero de los Sinoacutepticos se da mientras
van de camino (viacuted v 27) por Cesarea de Filipo o sea en tanto van avanzando con el
Maestro
El punto de arribo de este ldquoperegrinaje piacutesticordquo lo plasma el evangelista Juan en la expresioacuten
interrogativa paradoacutejicamente dada como respuesta del osado Pedro ldquoiquesta quieacuten vamos a
irrdquo Cuestionamiento que es contestado sin solucioacuten de continuidad con la lapidaria
expresioacuten ldquoTuacute tienes palabras de vida eternardquo (v68) Elucidando este verso escribe J
Caba (1993)
Pero las palabras de Jesuacutes no soacutelo proclaman un mensaje de vida comunican
ademaacutes vida al acoger la palabra en actitud de fe ya se tiene la vida (vv45-47)
Esa vida que se participa es ldquoeternardquo en cuanto es participacioacuten a traveacutes de Jesuacutes
(3152031) de la misma vida divina la vida se posee ya ahora al acoger la palabra
y creer (vv40-47) se poseeraacute sin fin en un estadio de escatologiacutea futura al
resucitar en el uacuteltimo diacutea y vivir para siempre (v58) (1993 p416)
Miradas asiacute las cosas ese sentildealamiento que Pedro hace de Jesuacutes rememora o hace eco
de la expresioacuten de Marcos ldquoTuacute eres el Cristordquo es decir el Ungido quien por la presencia
del Espiacuteritu que le nimba puede ofrecer vida luz oiacutedo gozo a todo el que carente de tales
realidades pareceriacutea abocado a la muerte De este ldquocristordquo un judiacuteo del comuacuten teniacutea en su
imaginario una clara figura pues no pocas veces lo habriacutea escuchado en la sinagoga al
46
proclamarse el texto de Isaiacuteas 611-2 No es pues descabellado considerar que una y
otra expresioacuten petrinas ya en Marcos ya en Juan son equivalentes ldquoTuacute tienes palabras
de vida eternardquo no es sino la versioacuten prentildeada del neuma de la confesioacuten ldquoTuacute eres el Cristordquo
En efecto quien reconoce a Jesuacutes como Cristo tiene la Vida eterna
Flower (1927) Leacuteon-Dufour (1992) y Mercier (1994) tambieacuten hacen sus aportes y permiten
que se atienda el que tambieacuten es posible apreciar tal cercaniacutea en los textos de Marcos y
Juan a tenor de sus comentarios sobre este pasaje del sexto capiacutetulo del cuarto evangelio
Asiacute ellos toman la palabra a continuacioacuten
Comenta Mercier (1994) que esta unidad final del discurso de Cafarnauacuten refleja la posicioacuten
de quienes apostataron de Jesuacutes (vv 60-66) y la de quienes se adhirieron absolutamente
a Eacutel (vv67-71) Indica Mercier que
La catequesis eucariacutestica de Jesuacutes sobre el pan de vida provoca una
verdadera crisis en el seno de los disciacutepulos Anticipa asiacute las repetidas
reacciones opuestas de incredulidad y de fe que el misterio de la Eucaristiacutea
suscitaraacute en el corazoacuten de los hombres a lo largo de las generaciones (1994
p 411)
Maacutes expliacutecito fue el caacutelamo lucano en el cap 4 16-22 Alliacute Jesuacutes manifiesta que tal pasaje isaiano se cumple en eacutel v 21
47
En la liacutenea de este trabajo la mirada de Mercier (1994) viene a confirmar el planteamiento
de la cercaniacutea de Juan con Marcos En efecto es posible percibir en los que se vuelven
atraacutes en la narracioacuten joaacutenea (66166) a los que simplemente catalogan a Jesuacutes ldquocomo
uno de los profetasrdquo de que habla el relato marquiano (828) (Leoacuten-Dufour 1992 p 149) Y
es plausible considerar a los que permanecen al final del discurso eucariacutestico con los que
viniendo de Cesarea de Filipo alliacute como aquiacute liderados por [Simoacuten] Pedro como ideacutenticos
Son el mismo gremio que con los dos verbos ldquocreemos y sabemosrdquo reconocen la
naturaleza de Jesuacutes como Mesiacuteas y Santo de Dios Pedro al decir el ldquoTuacute eresrdquo (su ei) parece
corresponder al ldquoYo soyrdquo (ego eimi) por el que Jesuacutes se ha autorrevelado como el ldquopan de
vida o vivordquo (v353841) (1992 p 150) Es algo comparable al ldquoYo soyrdquo (HYH) de Dios en
Ex 314 y ldquoEacutel esrdquo (YHVH) de Moiseacutes al presentarlo al pueblo (Ex3 15)
Siempre aparece Pedro como el que identifica o sentildeala la profundidad del ser de Jesuacutes de
Nazaret En Marcos es el Mesiacuteas esperado en Juan siempre maacutes sublime no solo tiene
la ldquocargardquo poliacutetica y religiosa de los peripateacuteticos de Cesarea de Filipo sino la profundidad
extraiacuteda de quien ldquolo sondea todordquo (cfr 1Co 210b) el Espiacuteritu para descubrir en el Maestro
de Galilea el venero de ldquovida eternardquo y la razoacuten misma para optar definitivamente por Eacutel
Con Leoacuten-Dufour viene bien anotar que ldquola apelacioacuten acuteSanto de Diosrdquo supera ampliamente
a la de acuteMesiacuteasacute (hellip)rdquo (1992 p151) Con razoacuten como comenta R Mercier (1994) ldquola
confesioacuten de Pedro contiene la profesioacuten de fe firme de todo aquel que ha descubierto como
una novedad absoluta que Jesuacutes es el uacutenico que no hay otro y se exclama iquestDoacutende quieacuten
vamos a irrdquo(1994 p422) En esto Juan concuerda con Marcos y los demaacutes Sinoacutepticos en
Mercier (1994 p414) los considera como ldquocasi sinoacutenimosrdquo
48
cuanto que reconocer al Cristo de Dios era simplemente hallar el rumbo de la vida terrena
y gozar anticipadamente de la celestial
Flowers (1927) escribe en referencia a la comparacioacuten que es plausible hacer entre
Marcos y Juan especiacuteficamente en lo relativo al pasaje de las tentaciones la manera en
que este uacuteltimo presenta esta escena sin hacer uso del teacutermino tentacioacuten sino duda
incertidumbre En efecto en Jn 1227 Jesuacutes se muestra dubitativo sobre lo que se avecina
Asiacute mismo indica Flowers (1927) Juan jamaacutes dice de ldquouna tentacioacuten en Jesuacutes sin
embargo hay un asomo de ella en la narracioacuten de la multiplicacioacuten de los panes junto a
Cafarnauacutem cuando quisieron hacerlo rey ldquoJn 1227 shows that Jesus could be uncertain
Jn never speaks of Jesus being tempted but he describes a real temptation when he says
that the Jews tried to make Jesus kingrdquo (Flowers 1927 p 211) Esta manera de hablar de
Jesuacutes refleja en la opinioacuten de Flowers (1927) el deseo de Juan de presentar la realidad de
la condicioacuten humana suya y simultaacuteneamente su caraacutecter sublime o ideal divino dijeacuterase
En la perspectiva que mueve este trabajo se comprende que es la lectura ldquoneumaacuteticardquo del
mismo acontecimiento En palabras del autor ldquomany seem to forget that the Johannine
Christ is after all depicted in an historical narrative and that the author was historian
enough to make Jesus real as well as idealrdquo (Flowers 1927 p211)
Traduccioacuten propia Jn 1227 presenta que Jesuacutes estariacutea dudoso Jn nunca habla de Jesuacutes siendo tentado pero eacutel describe una tentacioacuten real cuando dice que los judiacuteos trataron de hacerlo reyrdquo Traduccioacuten propia ldquoMuchos parecen olvidar que el Cristo joaacuteneo estaacute despueacutes de todo descrito sobre una narrativa histoacuterica y que el autor fue lo bastante historiador como para presentar a Jesuacutes tan real como divinordquo
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Flowers (1927) cree encontrar un paralelo entre la confesioacuten de Pedro en Jn 668-69 y la
que recoge Marcos en 8 27-30 maacutes auacuten considera que siendo la misma ha sido
ldquoretocadardquo una vez se ha dado el reconocimiento con lo cual se distancia de Westcott para
quien no obstante haber puntos de contacto los dos textos son diferentes ldquoIf it is the same
confesssion it has been altered beyond recognition And Westcott says therefore that two
confessions are different But there are points of contactsrdquo (Flowers 1927 p 219) De la
mano de Flowers se intentaraacute sotolinear tal cercaniacutea tal como es lo que direcciona esta
investigacioacuten Cinco son los puntos de contacto que se dan en una y otra narracioacuten seguacuten
Flowers a saber 1) El lugar que ocupan respectivamente en el conjunto de la narracioacuten
En Mc se da tal confesioacuten luego de la multiplicacioacuten de los panes (la segunda que parece
aceptarse hoy por hoy que viene a ser un duplicado de la primera) al igual que en Jn 2)
ambas situaciones responden a un deseo de ldquoconsolarrdquo el desconcierto que hay en los
disciacutepulos respecto de Jesuacutes una especie de ldquomimordquo ante el desaacutenimo que parece
circundarlos 3) Flowers valora como equivalentes despueacutes de una ldquoreestructuracioacutenrdquo
(recasting en el texto original) las frases de Jesuacutes en Mc 827 y las de Pedro en Jn 668
Este aspecto en lo maacutes interesante de cara a la propuesta que orienta este trabajo En
efecto Flowers permite entender que la cercaniacutea entre Marcos y Juan se ofrece aquiacute con
claridad meridiana cercaniacutea sin embargo que se halla mediada por la ldquonueva disposicioacuten
de los ldquopapelesrdquordquo que caracteriza el estilo joaacuteneo respecto del Sinoacuteptico4) La expresioacuten ldquoel
santo de Diosrdquo que solo trae Mc 124 en boca del endemoniado es paralela con la
afirmacioacuten petrina de Jn 669 Es de notar que Flowers destaca los verbos ldquocreiacutedordquo y
ldquoconocidordquo que preceden a la confesioacuten en Cafarnauacuten por cuanto hacen posible vincular el
Traduccioacuten propia ldquoSi es la misma confesioacuten ha sido retocada ademaacutes de reconocida Y Westcott dice sin embargo que las dos confesiones son diferentes pero hay puntos de contacto entre ellasrdquo
50
pasaje con el concepto Sinoacuteptico de que el discipulado se estructura o acrecienta a partir
del conocimiento y cercaniacutea a Jesuacutes 5) Las dos escenas son praacutecticamente ideacutenticas en
cuanto que ofrecen a Jesuacutes la oportunidad de hacer una ldquocribardquo en los seguidores suyos
Al hablarles de la ldquocruzrdquo en un caso (Mc 831ss) y al plantearles si desean apartarse como
los demaacutes (Jn 667) el Maestro de Galilea ldquodepurardquo ldquohace una purgardquo al interior del grupo
de sus seguidores Hay que sentildealar que lo que hace posible evidenciar el paralelo entre
uno y otro pasaje es consecuencia de la manera novel en que se estructura la narracioacuten de
Juan respecto de Marcos Es la intencionalidad del evangelista posterior en el tiempo la que
le induce a disponer el texto recibido (suponemos con la exeacutegesis tradicional el de Marcos)
de una forma maacutes neumaacutetica o espiritual Dado que para Juan los disciacutepulos son
conocedores de quieacuten es Jesuacutes eacutel prefiere plantear la posibilidad de que aun sabiendo de
su identidad se puedan marchar El paralelo se configura con Marcos en cuanto que ambas
expresiones reclaman un conocimiento del Maestro En Marcos por contraste con las
opiniones de los circundantes en Juan a partir de la experiencia de tratarlo (ldquosabemosrdquo
del v 69) y percibir en Eacutel la matriz de la vida eterna
Jesuacutes es el ldquoSanto de Diosrdquo para Pedro que ahora lo conoce y le cree (v 69) al igual que
el resto de los diez pues Judas ldquoes un diablordquo Quizaacutes el Traidor lo reconoce al mismo nivel
que el endemoniado al que se refiere Flowers al hacer el parangoacuten de este pasaje con Mc
124 En este caso tambieacuten es un ldquodemoniordquo (uno que estaacute bajo la hegemoniacutea del diablo)
quien expresa forzado por la envergadura de quien le amedrenta con su sola presencia
esta misma verdad que Simoacuten hijo de Jonaacutes a guisa de colecta manifiesta ldquoTuacute eres el
Santo de Diosrdquo
51
Desembocar en esta asercioacuten pone de manifiesto el ejercicio del caminar junto a Jesuacutes tal
como antes se ha hecho notar El paso a paso ha favorecido la conviccioacuten de que vale la
pena creer en Eacutel mediante lo cual su instruccioacuten va maacutes allaacute de un aprendizaje o un saber
para devenir en el aseguramiento de la vida eterna Se conoce tambieacuten en profundidad y
se llega a la certeza de que al Maestro no se le puede abandonar En tanto los desertores
se regresaron (v66 απήλθον) los Once deciden permanecer con Jesuacutes en una ostensible
sentildeal de que el periacuteodo transcurrido les ha asegurado una informacioacuten tal que ya nada los
podraacute convencer de apartarse de su lado En efecto la vida la que es perenne es conocerlo
a Eacutel J Caba tiene a este respecto no poco que elucidar
En el texto concreto que ahora nos ocupa (v69) hay por parte de Pedro una
afirmacioacuten de la fe y del conocimiento de los que integran el grupo de los Doce Por
la mencioacuten del ldquocreerrdquo se alude a la aceptacioacuten de la palabra de Jesuacutes mediante la
fe esa palabra de vida se acoge y al acogerla por la fe el que cree tiene vida eterna
(vv 4047) Al hablar tambieacuten de ldquoconocerrdquo se subraya que esta palabra de vida de
Jesuacutes se ha profundizado se ha asimilado con el conocimiento como fruto maduro
no soacutelo del discurso oiacutedo sino sobre todo de la aceptacioacuten de la fe de cuanto Jesuacutes
ha dicho con sus palabras de vida Este conocimiento pone auacuten maacutes de relieve la
participacioacuten en la vida que comporta la palabra de vida de Jesuacutes maacutes adelante
comentaraacute el evangelista refirieacutendose a Jesuacutes la vida es conocerlo (173) (Caba
1993 p418)
Al analizar el texto griego de este versiacuteculo ldquoκαί ήμείϛ πεπιστεύκαμεν καί εγνώκαμεν őτι σugrave
εί ὁ άγιος τοugrave Ɵεοucircrdquo J Caba destaca que ldquola confesioacuten de fe estaacute introducida por la partiacutecula
completiva ldquoquerdquo (őτι) indicando asiacute el objeto mismo de la fe y del conocimiento de este
52
modo queda patente la centralidad de la profesioacuten de ferdquo (1993 p419) Identificar al ldquoSanto
de Diosrdquo es algo que solo ofrecen el creerle y el relacionarse con eacutel mismo Es una
experiencia omniacutemodamente sobrenatural atendiendo a las futuras palabras de Pablo a los
habitantes del puerto griego ldquo(hellip) nadie puede decir ldquoiexclJesuacutes es Sentildeorrdquo si no lo hace
movido por el Espiacuteritu Santordquo (1 Co 123) Y maacutes en la liacutenea de relacionar esta escena con
la propuesta sinoacuteptica seriacutea coacutensono recordar las palabras de Jesuacutes en el camino de
Cesarea de Filipos a su privilegiado interlocutor ldquoBienaventurado eres Simoacuten hijo de
Jonaacutes porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre sino mi Padre que estaacute en los
cielosrdquo (Mt 1617 Mc 829) Ni la carne ni la sangre es meridiana alusioacuten en el aacutembito del
lenguaje hebreo al hombre considerado en su limitacioacuten material por oposicioacuten a lo
espiritual Destaca de esta manera el evangelista Mateo a guisa de la ya citada expresioacuten
paulina que la vertiente de la que mana tal confesioacuten es neumaacutetica Similarmente haraacute en
el Proacutelogo el evangelista Juan al elucidar el camino diferente hacia el que se dirigen los que
rechazaron a la Palabra (v11) del que asumieron quienes siacute la recibieron y le creyeron
escalaron hasta el estatuto de la filiacioacuten divina pero no sostenido tal viacutenculo por lo material
y humano de lo saacuterquico y hemaacutetico sino por la voluntad de Dios εκ Ɵεοucirc ex Deo Aquiacute la
preposicioacuten es clave pues significa ldquoa partir derdquo ldquodesderdquo ldquoque proviene derdquo Dios con lo
cual el texto en su materialidad se aliacutea con el propoacutesito de iluminar la sobrenaturalidad de
la que se viene hablando Es exclusiva obra de Dios el ldquototalmente Otrordquo aceptar y creer
en la Palabra hecha carne confiar y conocer que es el Santo de Dios En este punto una
vez maacutes el riacuteo sinoacuteptico parece encontrarse con el caudal joaacuteneo Tal coincidencia
apreciable para el lector atento se evidencia sin embargo en el hecho de que tanto para
los Sinoacutepticos como para Juan el trato y la relacioacuten con Jesuacutes orientan hacia la percepcioacuten
de ese halo de santidad que permite barruntar al comienzo y luego desembocar en asercioacuten
firme su caraacutecter de Hijo y Santo de Dios
53
Continuando con la mirada sobre el texto del v 69 de Juan 6 se aprecia que la expresioacuten
ldquoTuacute eresrdquo o ldquoσugrave εἱrdquo se halla en relacioacuten con el ldquoYo Soyrdquo caracteriacutestico de Jn en boca de
Jesuacutes (Caba 1993) Pedro y con eacutel los otros Once responden al ser iacutentimo de Jesuacutes o Yo
Soy con el ldquoσugrave εἱrdquo Mercier al comentar este mismo versiacuteculo opina de manera ideacutentica ldquoLa
expresioacuten griega su ei es la respuesta de fe al egộ eimi (Yo Soy) de autorrevelacioacuten de
Jesuacutes egộ eimi ge su eirdquo (1994 p414) Espontaacuteneamente surge la situacioacuten del Horeb en
la revelacioacuten del nombre de Dios a Moiseacutes (Eacutex 313ss) Dios dice al presentarse ldquoYo soy
el que soyrdquo Cuando su enviado se dirija a los esclavizados de Egipto les referiraacute con estas
palabras ldquoEacutel esrdquo (YHVH) me enviacuteardquo (Eacutex 319) Por eso Pedro distinguiraacute a su Maestro como
ldquoSanto de Diosrdquo que en la elucidacioacuten de Mercier (1994) es un tiacutetulo mesiaacutenico que se
identifica con ldquoEnviado Elegido de Dios Consagradordquo (1994 p 414) R Brown (1999)ancla
esta identificacioacuten un poco maacutes atraacutes en el sentido de que vincula la designacioacuten de ldquoSanto
de Diosrdquo con aquellos personajes que como Sansoacuten fueron dedicados a Yhvh por el
ldquonazireatordquo (cfr Jc 137 1617) En esta perspectiva el mencionado escriturista pone de
manifiesto el que Jesuacutes en Jn 1036 se autodenomine como ldquoaquel a quien el Padre ha
santificadoconsagradordquo y tambieacuten destaca que Pedro en los Hechos se refiere a Jesuacutes
como el ldquoSantordquo el ldquoJustordquo y el ldquosanto siervordquo (314 427) De esta manera una vez maacutes
se abre el espacio para comprender la cercaniacutea con el pasaje de Marcos 8 29 ldquoTuacute eres el
Cristordquo o si se quiere ldquoTuacute eres el Consagradordquo que a tenor de lo expuesto por los exegetas
Mercier (1994) y Brown (1999) es legiacutetimo comprender asiacute
Este autor da luces respecto de este tema Bortoloni (2008 p 81)
54
Sin embargo aun aceptando que la escena de Cafarnauacutem remite inevitablemente a la de
Cesarea de Filipo Mercier (1994) se cuestiona ldquoiquestSe trata en ambos casos del mismo
acontecimientordquo (1994 p417) Responde antes de ofrecer un cuadro comparativo en el
que es posible apreciar algunos puntos comunes entre el relato joaacuteneo y el de los
Sinoacutepticos asiacute como visualizar los puntos distintos que ldquomuchas diferencias abogan en
favor de la distincioacuten de las dos confesiones de Pedrordquo (1994 pp417-418) Para Mercier
(1994) por ejemplo la distancia cronoloacutegica que se da en los relatos Sinoacutepticos de la
confesioacuten petrina con respecto a la multiplicacioacuten de los panes (vid Mt 1616ss y Mc 829ss)
en parangoacuten con la manera propincua que establece Juan entre estos dos eventos asiacute
como las distintas localidades en las que unos y otros ubican las escenas (Cesarea de
Filipo los Sinoacutepticos Cafarnauacutem San Juan) le llevan a escribir en su ponderado
comentario ldquoLas numerosas y significativas diferencias entre Juan y los sinoacutepticos respecto
del relato de la confesioacuten de Pedro impiden concluir que en el IV evangelio estariacuteamos ante
una transposicioacuten de la confesioacuten de Cesarea de los sinoacutepticosrdquo (1994 p418) Para este
autor pues no hay la defendida cercaniacutea de Juan con los Sinoacutepticos al contrario concluye
su comentario al capiacutetulo 6 poniendo de relieve que tal como eacutel concibe la confesioacuten de
Pedro en contraposicioacuten con el abandono de los no pocos que ldquodesde entonces (hellip) se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutel (Jesuacutes)rdquo (v 66) lo que se halla en esta parte final
del discurso de Cafarnauacutem ldquono pertenece a ninguna otra tradicioacuten Forma parte integrante
del c VI sirvieacutendole de conclusioacutenrdquo (1994 p421) En otras palabras son dos hechos
disiacutemiles Cesarea y Cafarnauacutem no cercanos
Quien es de opinioacuten contraria es R Brown (1999) pues afirma de manera inconcusa que
una y otra escenas son paralelas Comentando el bloque final de Jn 6 ie los vv 67-71 no
55
le cabe duda de que estos se refieren a la misma situacioacuten de Cesarea de Filipos R Brown
(1999) lo indica asiacute ldquoLos vv 67-71 dirigen la atencioacuten sobre los Doce que reaccionan de
manera distinta y creen en Jesuacutes Apenas pueden caber dudas de que eacutesta es la escena
joaacutenica paralela de la escena sinoacuteptica que tiene lugar en Cesarea de Filipo (Mc 8 27-33 y
par)rdquo (p582) pues le parece que el argumento de las diferencias cronoloacutegica y geograacutefica
no son suficientes dada la actitud intencional redaccional tan caracteriacutestica del cuarto
evangelista Al respecto dice ldquoYa hemos visto que desde un punto de vista cronoloacutegico Jn
6 combina escenas que originalmente iban separadas lo mismo ocurre con el aspecto
geograacuteficordquo (Brown 1999 p583)
Para Leacuteon-Dufour (1992) es importante dejar en claro las diferencias que se perciben entre
los dos escenarios marquiano y joaacuteneo a pesar de considerar que tanto aquiacute como allaacute se
estaacute cerrando un ciclo de decisioacuten u opcioacuten por Jesuacutes de parte de los seguidores y apoacutestoles
suyos El profesor Dufour (1992) indica
La escena tiene lugar al parecer en el mismo lugar en que se pronuncioacute el discurso
La pregunta de Jesuacutes no se refiere a su persona (ldquoiquestQuieacuten deciacutes vosotros que soy
yordquo) sino a la decisioacuten que los Doce van a tomar por siacute mismos ldquoiquestQuereacuteis iros
(hypago) tambieacuten vosotrosrdquo (1992 p149)
En el caso de los Sinoacutepticos el diaacutelogo es en aacutembito peripateacutetico mientras se encaminaban
hacia Cesarea de Filipo En Juan el Maestro los cuestiona en Cafarnauacutem alliacute mismo donde
Jesuacutes al modo como lo haciacutea Aristoacuteteles ensentildeaba mientras caminaba (peripateo caminar andar) De ahiacute el apelativo ldquoperipateacuteticosrdquo con el que se distinguiacutea a los discentes del Filoacutesofo
56
se ha multiplicado el alimento Pero lo maacutes diferente es que el Cuarto Evangelio reclama
una perentoria decisioacuten por o lejos de Jesuacutes No cabe otra opcioacuten En Marcos por ejemplo
la intervencioacuten de Pedro es maacutes elucubrativa o nocional Se ha dado la comprensioacuten de
estar frente al Mesiacuteas gracias a la intervencioacuten de ldquomi Padre del cielordquo como acuntildea Jesuacutes
en la narracioacuten de Mateo (1617) Sin embargo no pasa de alliacute De hecho el ldquoimprovisado
portavozrdquo del grupo recibe una perentoria notificacioacuten de guardar silencio sobre la novel
confesioacuten (cfr v30)
Pero en la narrativa joaacutenea todo parece apuntar a una opcioacuten vital e inmediata Es la hora
decisiva y la construccioacuten de la interrogacioacuten (ya citada) advierte Leacuteon-Dufour (1992)
reclama una ldquorespuesta negativa o vacilanterdquo (1992 p149) O sea Juan efectivamente
espera que en tan criacutetica circunstancia cada uno opte por Jesuacutes de quien han percibido
que ofrece ldquovida eternardquo La decisioacuten petrina es en esta clave interpretativa como se ha
destacado ya por parte de Leacuteon-Dufour (1992) vital por una persona Ha llegado la hora
no simplemente de vivir con un nuevo conocimiento sobre Jesuacutes sino de elegirlo a Eacutel A
esta altura toda vacilacioacuten se neutraliza y lo que se mostroacute inadmisible para la turbamulta
ldquoPedro lo acepta sin reservasrdquo dado que ldquocree y saberdquo que hay en su contenido vida eterna
Pero es una fe y un viacutenculo existencial A diferencia de la manifestacioacuten del Pedro que habla
en Marcos aquiacute es expresioacuten dicho saber (ginosko) de una dimensioacuten maacutes sublime No
es mera informacioacuten no es cuestioacuten mental En realidad no es ya un conocimiento
abstracto sino una revelacioacuten existencial como la que une al buen pastor con sus ovejas
(1014s cf 173) (Leoacuten-Dufour 1992) Hay que percibir en todo ello el motivo neumaacutetico
que catapulta la obra de Juan en parangoacuten con los Sinoacutepticos y Marcos en particular Se
confiesa al mismo Mesiacuteas o Cristo en una y otra versioacuten pero en la pluma de Juan
57
impregnada y guiada por el Espiacuteritu siempre hay un ldquoplusrdquo un algo maacutes allaacute que el idioma
refleja en el ldquocreemos y sabemosrdquo pero que la realidad refleja en la experiencia uacutenica de
hallar en ello la ldquovida eternardquo
Para los comentaristas Mateos y Barreto (1982) la pregunta que Jesuacutes dirige a los Doce
los concita a tomar una decisioacuten que compromete la propia existencia pues sin la relacioacuten
(no solo el conocimiento) con Eacutel todo es fracaso en ideacutentica opinioacuten de Leoacuten-Dufour (1992)
En efecto Mateos-Barreto (1982) cierran la exeacutegesis sobre el v 68 acotando
Las exigencias de Jesuacutes no son un mero mensaje oral son inseparables de su
persona en ellas expresa su propia actitud No son una doctrina que separada de
eacutel produzca vida no pueden constituir un sistema teoacuterico dependen de la realidad
de Jesuacutes Eacutel es el proyecto de Dios realizado (114a Lect) y al proponer sus
exigencias se estaacute explicando a siacute mismo ellas remiten a la vida que eacutel posee la
vida definitiva que los suyos pueden tener asimilaacutendose a eacutel (Jn 654) (1982 p352)
(sic)
Quizaacutes para el relato de Marcos fue suficiente un saber sobre Jesuacutes como Mesiacuteas pero
para los cristianos contemporaacuteneos del neumaacutetico Juan la confesioacuten-adhesioacuten a la persona
del Maestro pediacutea un trato maacutes existencial que justificara las palabras suyas de cara a la
Vida eterna prometida y a la realidad ya indicada de que sin Eacutel la vida es agobio
58
Siente Juan la imperiosa necesidad de caracterizar a su Maestro con el tiacutetulo de
ldquoconsagrado de Diosrdquo o ldquoSanto de Diosrdquo que Marcos solo pone en boca del endemoniado
en la sinagoga de Cafarnauacuten (124) La expresioacuten es netamente de contenido mesiaacutenico
pues el Sal 267 era leiacutedo a partir de la promesa mesiaacutenica de Nataacuten a David (2 Sm 7)
en esta perspectiva El ldquoconsagrado reyrdquo del que YHVH se da el gusto de presentar delante
de sus adversarios en los liminares del Salterio es a continuacioacuten distinguido como ldquoTuacute
eres mi hijordquo Ungido e Hijo ldquoAmbos tiacutetulos (Mesiacuteas e Hijo de Dios) que se aplicaban al rey
de Israel (Sal 227) se verifican en Jesuacutes de manera uacutenicardquo (Mateos-Barreto 1982 p353)
No obstante esta connotacioacuten mesiaacutenica que se le puede atribuir a la expresioacuten ldquoho haacutegios
tou Theourdquo es decir mesianismo y filiacioacuten hay que sentildealar que los paralelos maacutes
auteacutenticos se han de rastrear en el texto de Mateo 1616 relacionado con 1433 que se
soslayan por desbordar el marco de este estudio A Marcos le ha sido suficiente llamar a
Jesuacutes ldquoEl Cristordquo
La clara alusioacuten mesiaacutenica que se percibe en la frase ldquoconsagrado o santo de Diosrdquo como
se ve es comuacutenmente aceptada por la exeacutegesis si bien Alfred Wikenhauser (1967) se
muestra proclive a otra opinioacuten Para el exegeta ldquoPedro escoge un tiacutetulo honoriacutefico que no
aparece entre los teacuterminos generalmente en uso para designar al Mesiacuteasrdquo (1967 p203)
En realidad y desafortunadamente para Wikenhauser la expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo
apoyaacutendose en Mc 124 y Lc 434 es seguacuten eacutel de uso exclusivo de los espiacuteritus malignos
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) nota a Salmo 27 p679 y nota a Mt 1616 p 1444 Son importantes las variantes que se hallan en los manuscritos de Jn 669 buscando ldquoarmonizarrdquo con Mt 1616 y que ofrece el aparato criacutetico de la obra del Prof ENestle (1932 p 251)Tambieacuten mencionan Brown (1999 p578) y Biblia de Jerusaleacuten (2009 p1556 ) Asiacute Mercier (1994 p414) Leacuteon-Dufour (1992 p150) Schnakenburg (1965 p49) donde habla de ldquovenerable tiacutetulordquo al referirse al ldquoSanto de Diosrdquo
59
(1967 p203) Afirmaacutendose en su idea de que el teacutermino ldquomesiacuteasrdquo no es tan familiar para la
eacutepoca en la que se relata el texto de Juan antes al comentar el pasaje de 141 ha hecho
notar que uacutenicamente alliacute y en 425 el autor sagrado emplea tal grafiacutea En el resto de pasajes
se prefiere la forma Χριστός Con todo es importante decir que Wikenhauser (1967)
redirecciona su comentario en la liacutenea tradicional al finiquitar su comentario sobre la
expresioacuten ldquoSanto de Diosrdquo de la manera siguiente
Siendo el ldquoSanto de Diosrdquo Jesuacutes no pertenece a la esfera terrestre sino a la
ultraterrena al mundo de lo divino y se encuentra con Dios en relacioacuten que ninguacuten
otro ser tiene porque Dios lo ldquosantificoacute y envioacute al mundordquo (Jn 1036) Por eso eacutel y
soacutelo eacutel puede dar la vida eterna (sic) (1967 p 203)
Quien no estaacute interesado en relacionar el tiacutetulo de ldquoConsagradordquo con el de ldquomesiacuteasrdquo es
Brown (1999) pues en su comentario destaca sobre todo que aqueacutel tiacutetulo hace alusioacuten en
el AT a consagrados al Sentildeor como Sansoacuten (Jc 137 1617) y en el Salmo 1066 para
referirse a Aaroacuten Vinculaacutendolo con Jesuacutes opina que lo maacutes propincuo es el texto del mismo
Jn 10 36 donde aluacutedese a que el Padre lo ldquoha consagradosantificado y enviado al mundordquo
y en los discursos de Pedro que trae Hch 314 42730 O sea Brown (1999) no tiene duda
alguna del paralelo del conjunto del pasaje del final del cap 6 de Juan con la escena de los
Sinoacutepticos en Cesarea de Filipos tal como ya se ha indicado pero no favorece la propuesta
de que ldquoconsagrado de Diosrdquo se avenga con la idea de ldquomesiacuteasrdquo
Viacuted arriba pp 32-33
60
Una imbricacioacuten de esta naturaleza aparece maacutes evidente en las variantes que se hallan
en Jn 669 tal como lo ofrece el profesor Nestle (1932) en la nota a pie de paacutegina
correspondiente Alliacute se indica la existencia de un manuscrito de Bohemia en el que se
puede leer la confesioacuten petrina no como ldquoho haacutegios tou Theourdquo sino como ldquoho Jristoacutes ho
haacutegios tou Theourdquo y tambieacuten ofrece como variante ldquoho Jristoacutes ho Yios tou Theourdquo del texto
de la Vulgata y un palimpsesto de alrededor del s IV o V (Nestle 1932) Tales variaciones
en los escritos preteacuteritos ofrecen un rastro de los conatos llevados a cabo por los primeros
lectores de los evangelios para ldquoarmonizarrdquo la fe en Jesuacutes como Cristo y como Hijo de Dios
tal como sin hesitacioacuten la atribulada Martha manifestoacute en la intimidad del diaacutelogo con el
Maestro presente en su casa en la hora de la muerte de su hermano Laacutezaro
A quien apenas le cabe un miacutenimo de duda sobre la equivalencia entre una y otra confesioacuten
de fe de Pedro en Marcos y Juan es a Vawter (1972) en el Comentario Biacuteblico ldquoSan
Jeroacutenimordquo Para el exegeta solo las circunstancias marcan diferencia entre una y otra
expresioacuten En efecto comentando los versiacuteculos 68-69 de Juan 6 brevemente dice ldquoa
pesar de que las circunstancias no son las mismas Juan entiende probablemente la
confesioacuten de Pedro como equivalente del episodio sinoacuteptico narrado en Mc 827ss parrdquo
(1972 pp 398-529) Vawter (1972) pues se situacutea en el aacutembito de pensamiento en el que
se enmarca este trabajo Lee la confesioacuten de Pedro ldquoTuacute eres el Santo de Diosrdquo al modo
como en el camino de Cesarea de Filipo este mismo Apoacutestol le expresoacute al Maestro de
Galilea ldquoTuacute eres el Cristordquo o sea el Consagrado el Santo de Dios
En ideacutentica opinioacuten se halla Salvador Carrillo (2017 p 246)
61
Asiacute entre los vaivenes de las opiniones respetables cada una de ellas una liacutenea parece
demarcarse sobremanera la ensentildeanza de Juan el Evangelista es la doctrina de los
Sinoacutepticos desde una perspectiva original y nueva que aquiacute se ha distinguido como
ldquoespiritualrdquo o nimbada por el pneuma Esta ideacutentica situacioacuten se espera percibir a la hora de
tomar en consideracioacuten la escena de Martha la hermana del difunto Laacutezaro en diaacutelogo con
Jesuacutes en Betania
23 LA CONFESIOacuteN MESIAacuteNICA EN BETANIA (Juan 1123-27)
Jesuacutes es identificado o confesado por Simoacuten Pedro como el ldquoCristordquo o ldquoMesiacuteasrdquo y como el
ldquoSanto de Diosrdquo portador de ldquopalabras de vida eternardquo tanto en Marcos como en Juan En
ambas escenas la del camino de Cesarea de Filipo como a la orilla del lago de Genesaret
un ideacutentico personaje se ha referido al Maestro de Galilea como el ldquoUngidordquo ldquoConsagradordquo
ldquoElegidordquo de Dios Asiacute se ha colegido que es posible considerar su cercaniacutea si bien las
perspectivas son diversas Marcos y Juan se refieren a la misma realidad por eso aun
cuando su oacuteptica les diferencia su ensentildeanza es la misma El Mesiacuteas esperado es el que
Marcos pone en boca de Pedro El Cristo que vendriacutea a hacer una transformacioacuten poliacutetica
y social para Juan siempre maacutes neumaacutetico el ldquoSanto de Diosrdquo que provee la vida plena
la que anhela todo corazoacuten humano y que no tiene medida
Ahora se trata de parar mientes en la escena de la resurreccioacuten de Laacutezaro particularmente
en el diaacutelogo iacutentimo entre Jesuacutes y Martha acongojada por el oacutebito de su querido hermano
Es una narracioacuten que si bien no es probable desde el punto de vista histoacuterico si parece
62
reflejar una tradicioacuten del pueblo judiacuteo sobre la vuelta a la vida de un enfermo seguacuten lo
sostiene Leoacuten Dufour (1992 pp 323-324)
Wikenhauser (1967) en su comentario al evangelio de Juan concretamente hablando del
capiacutetulo 11 considera que los disciacutepulos tuvieron en esta escena la ocasioacuten de ser testigos
de un hecho portentoso que supera la simple curacioacuten de un enfermo y les conecta con la
resurreccioacuten de un muerto ingrediente que robusteceraacute su fe (1967 p324) Sin embargo
avanzando con este exegeta en el texto de la resurreccioacuten de Laacutezaro no le da la relevancia
mesiaacutenica a la expresioacuten de Martha que se busca mostrar en esta investigacioacuten Para
Wikenhauser(1967) la hermana de Laacutezaro no ve en Jesuacutes maacutes que al salvador del mundo
enviado por Dios y sin el cual no es posible la vida verdadera (1967 p328) Es llamativo el
que no aluda en su comentario a la expresioacuten ldquotuacute eres el Cristo el Hijo de Diosrdquo que hace
recordar espontaacuteneamente al aacutembito de los Sinoacutepticos en la viacutea de Cesarea de Filipos
Leoacuten-Dufour (1992) considera una cuestioacuten importante referente al hecho de que la
tradicioacuten sinoacuteptica no trae este relato iquestCuaacutel es la razoacuten Eacutel apunta como lo entendieron
Oriacutegenes y exegetas como Shelby Spong (sf) a la fuerte vinculacioacuten que se hizo
espontaacuteneamente con el dato de la paraacutebola de Lc 1619-31 en la que se menciona por
uacutenica vez a un Laacutezaro Para Leoacuten-Dufour (1992) Juan habriacutea transformado una narracioacuten
de una curacioacuten en un dato simboacutelico de la resurreccioacuten Es decir ldquoJn habriacutea utilizado y
transformado una tradicioacuten marginal en funcioacuten de su perspectiva teoloacutegicardquo (1992 p324)
Seguacuten Leoacuten-Dufour en las notas 14 y 15 de su comentario (1992 p324)
63
Esta perspectiva es la que interesa considerar en Jn respecto de los Sinoacutepticos y que se ha
distinguido en este trabajo como la mirada neumaacutetica del Cuarto Evangelio
No obstante vale la pena destacar con Leoacuten-Dufour (1992) que al interior del pasaje existe
un comportamiento paralelo de los disciacutepulos con la narracioacuten de Cesarea de Filipo con
respecto a la decisioacuten de su Maestro de ir a Betania En efecto aquiacute como allaacute se presenta
una oposicioacuten de los Doce a la propuesta de Jesuacutes de ponerse en marcha hacia Judea (v
8) de ideacutentico modo como Pedro hizo el conato de evitar que Jesuacutes asumiera el sendero
que lo llevariacutea a traveacutes del maltrato y los golpes de parte de los ancianos y sacerdotes a
la muerte (Mc 832 Mt 1622) Marcos tambieacuten registra el temor con que los seguidores
acompantildean a Jesuacutes hasta Jerusaleacuten luego del primero y segundo anuncio de su
adveniente pasioacuten (1032) lo que hace tambieacuten paralelo con el recuerdo que le proponen
en Juan los disciacutepulos a Jesuacutes ldquoRabbiacute hace poco los judiacuteos queriacutean apedrearte iquesty vuelves
alliacuterdquo (118) Destacando esto se pretende fortalecer la ldquofamiliaridadrdquo y cercaniacutea de Juan
con las tradiciones sinoacutepticas
Lo anterior va a quedar maacutes diaacutefano al considerar el comentario que Leoacuten-Dufour hace de
los vv 17-27 del relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro Particularmente los vv 26-27
aparecen comentados por el profesor Leoacuten-Dufour (1992) desde la perspectiva de la
confesioacuten de fe petrina narrada en los Sinoacutepticos De hecho seguacuten eacutel Martha en sus
respuestas a Jesuacutes va pasando de sus convicciones judiacuteas que aguardaban la
resurreccioacuten al final de los tiempos (v 24) a la expresioacuten de una fe con visos cristianos tal
como fue confesada entre otros por Pedro Pablo y los disciacutepulos de Juan (Mt 1616 Mc
64
829 Ga 44 1Jn 55) La hermana del difunto despueacutes de escuchar la lapidaria frase de
Jesuacutes ldquoyo soy la resurreccioacuten y la vidardquo (v25) responde a la inquietud final del Maestro
ldquoiquestcrees estordquo(v26) de una manera apodiacutectica ldquoκυριε εγω πεπίστευκα οτι συ εί ό χριστος
ό υίος του Ɵεου ό είς τόν κόσμον ερχόμενοςrdquo (v27) La respuesta en su literalidad deja
entrever una ldquoconfesioacuten de fe que se refiere no ya al poder escatoloacutegico de Jesuacutes sino a
su identidad Comenzando con un ldquoyo creordquo muy firme como indica el perfecto del verbo
Marta reconoce en su interlocutor al Cristo y al Hijo de Diosrdquo (1992 pp 331-332) El
preteacuterito perfecto pepiacutesteuka ldquohe creiacutedordquo ldquocreiacuterdquo es traducido habitualmente por un ldquoyo
creordquo que debe sin embargo comprenderse mucho maacutes allaacute de un presente En realidad
el tiempo perfecto del griego antiguo no comporta el contenido remoto de una accioacuten como
en el espantildeol sino que es menester tener en cuenta que eacutel estaacute manifestando una ldquoaccioacuten
que ha acontecido en el pasado y sus efectos perduran en el presenterdquo (Marcolongo 2017
p45) Martha sin hesitacioacuten alguna ha meditado y parado mientes en el hecho de la
resurreccioacuten desde antes del encuentro con Jesuacutes en tan infausta hora por eso dice bien
ldquopepisteukardquo pero en el sentido de que tal creencia asentada en lo profundo de su ser tiene
como consecuencia la asercioacuten firme traducida en el hoy de su experiencia concreta
ldquocreordquo Con todo pues hay que dar la razoacuten a quienes traducen el preteacuterito perfecto del
texto en cuestioacuten por el presente ldquoyo creordquo pues como ensentildea Marcolongo (2017) ldquoes la
que mejor reproduce la idea del final como resultado de un comienzordquo Hija de la tradicioacuten
judiacutea Martha ha bebido desde antes la ensentildeanza sobre la futura resurreccioacuten (Dn 122-4
2M 79 1238-46) y la puede ver y oiacuter en el hoy de su inmediato presente en la inconcusa
respuesta de su amigo y maestro ldquoYo soy la resurreccioacutenrdquo (1125) El pasado judiacuteo de
Cf Biblia de Jerusaleacuten (2009) La Biblia para el pueblo de Dios de ediciones San Pablo Santos Evangelios de editorial Verbo Divino Dios Habla Hoy Traduccioacuten en lenguaje actual (TLA) La Palabra (Espantildea) (BPL)etc
65
espera deja lugar al presente cristiano de realizacioacuten De esta manera Juan pone en boca
de Martha su confesioacuten de fe con visos Sinoacutepticos ldquoSiacute Sentildeor yo creo que tuacute eres el Cristo
el Hijo de Dios (hellip)rdquo al modo como lo expresara Pedro en Marcos (829) en Mateo (1616)
y en Lucas (920)
Brown(1999) por su parte en los liminares de su comentario al episodio del que ahora se
trata carga tintas respecto de los rasgos cercanos que es plausible hallar en los Sinoacutepticos
y la narracioacuten de la resurreccioacuten de Laacutezaro Para eacutel la mencioacuten de Betania atestiguada por
Marcos (1111 143) y Lucas (1038) asiacute como los nombres de Marta y Mariacutea en ese orden
comuacuten con Lucas (1038 Jn 11519) vienen a constituir una muestra concreta de las
reminiscencias de aqueacutellos en la tradicioacuten joaacutenea Adiciona a esto la consideracioacuten de que
el pasaje de Marta y Mariacutea en Lucas estaacute antecedido por la paraacutebola del Buen Samaritano
en la que se indica el desplazamiento de Jerusaleacuten a Jericoacute que exigiriacutea el paso por
Betania ldquodescrita en Juanrdquo De ello Brown (1999) colige
Puede haber por tanto en el relato lucano una reminiscencia latente de la
localizacioacuten de la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea cerca de Jerusaleacuten El hecho
de que Juan identifique la poblacioacuten como la aldea en que viviacutean Marta y Mariacutea
podriacutea indicar que el lector que hasta ahora nada sabe de Laacutezaro deberiacutea ya estar
al corriente de los nombres de las dos hermanas (p741)
Ciertamente es una cercaniacutea pero no de fondo Muestra las tradiciones comunes
subyacentes al conjunto de los relatos evangeacutelicos y particularmente la ldquovecindadrdquo
consuetudinaria entre Lucas y Juan Brown (1999) tambieacuten subrayaraacute esta ldquofamiliaridadrdquo de
66
Juan con los Sinoacutepticos a la hora de echar una mirada sobre el v 27 de este capiacutetulo 11
La expresioacuten en boca de Marta es para eacutel muy afiacuten con la de Pedro en Mt 1616 y la pone
en contraste con Jn 669 Asiacute casi a guisa de cantinela hay que reiterarlo se avizora y
confirma la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos
Sin embargo vale la pena atender la advertencia que Brown (1999) hace sobre la extrantildea
ausencia de Laacutezaro en los Sinoacutepticos Ante esta realidad el exegeta considera que todo se
debe al intereacutes didaacutectico y teoloacutegico de Juan Para el evangelista la muerte de Jesuacutes es
enlazada con la resurreccioacuten de Laacutezaro (cf 1145-53) en tanto que para los Sinoacutepticos la
gente alaba a Dios por las obras portentosas de Jesuacutes tal como Lucas 19 37 lo pone de
relieve ldquoCerca ya de la bajada del monte de los Olivos toda la multitud de los disciacutepulos
llenos de alegriacutea se pusieron a alabar a Dios a grandes voces por todos los milagros que
habiacutean vistordquo Opina Brown (1999) que la generalizacioacuten que el texto acabado de citar ofrece
no tiene la suficiente relevancia para considerar que por ello se deacute la muerte de Jesuacutes
Eleva entonces la dramatizacioacuten de entre todos los milagros testimoniados por los
Sinoacutepticos selecciona el correspondiente a la resurreccioacuten de un hombre (el hijo de la viuda
de Naiacutem la hija de Jairo etc) puesto que este hecho se aproxima maacutes y mejor a la
ensentildeanza sobre la vida eterna que quiere brindar Juan en este capiacutetulo once Asiacute las
cosas son los acentos y propoacutesitos respectivos de los evangelistas los que elucidan la
ausencia en los Sinoacutepticos y la relevancia en Juan de la figura de Laacutezaro
Para Brown (1999) las figuras de Martha y Mariacutea en Juan son afines con la presentacioacuten
lucana de las dos hermanas visitadas por Jesuacutes en Betania (1038-42) En efecto advierte
67
que Martha en Juan estaacute muy atenta para salir al encuentro del Maestro (v20) tal y como
lo registra Lucas ldquoMarta lo recibioacute en su casardquo (1038b) mientras que Mariacutea continuacutea
sentada en la casa (vv 20b29) Maacutes auacuten cuando se levanta ante la indicacioacuten de su
hermanamdashldquoel Maestro estaacute ahiacute y te llamardquo (v28) mdashva hacia donde estaacute Jesuacutes y ldquocayoacute a sus
piesrdquo (v32) expresioacuten que hace asonancia con la que ofrece el Meacutedico evangelista ldquo(hellip)
sentada a los pies del Sentildeor (hellip)rdquo (Lc 1039) Asiacute pues una y otra las dos hermanas
conservan las caracteriacutesticas de los perfiles con que han sido reconocidas tradicionalmente
De ahiacute que Brown (1999) pueda inferir ldquoEs obvio que en todo esto hay varias influencias
cruzadas entre los retratos lucano y joaacutenico de las dos mujeres pero lo difiacutecil es determinar
en queacute direccioacuten van las influenciasrdquo (p755)
Por su parte y en contraste con Brown Rivas (2006) tocante a estos versiacuteculos en su
comentario deja en claro que la presentacioacuten que hace Juan de la manera en que se
comportan Martha y Mariacutea ldquodifiere de la que se encuentra en el evangelio de Lucas (1038-
42) donde Marta estaacute ocupada en los quehaceres de la casa mientras Mariacutea escucha
ldquosentada a los pies del Sentildeorrdquordquo (2006 p322) En efecto para Juan seguacuten Rivas Martha
es presentada como de maacutes relieve respecto de Mariacutea y en este marco es ella la que hace
la confesioacuten de fe respecto de Jesuacutes ldquomientras que Mariacutea se encerraraacute en el llanto y los
lamentos por la muerte de su hermanordquo (2006 p322) Parece indicar Juan con ello que los
papeles se han invertido Mariacutea ha elegido la parte indebida (llorar sin consolacioacuten) en tanto
que Martha es la que identifica a su Maestro como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo escogiendo
ldquola parte mejorrdquo En esta misma liacutenea pero maacutes radical aparece Blank (1984) en su
comentario al texto de Juan 11 pues ni siquiera menciona que haya relacioacuten alguna entre
unos y otros es decir entre Juan y los Sinoacutepticos en el caso especiacutefico de la confesioacuten de
68
fe de Martha respecto de Jesuacutes como ldquoel Cristo el Hijo de Diosrdquo que puntualiza el presente
estudio Para Blank (1984) todo el relato de la resurreccioacuten de Laacutezaro se comprende
esencialmente como un preludio de la pasioacuten del Maestro que como gran sentildeal culminaraacute
con la glorificacioacuten y resurreccioacuten de este
Aun teniendo en cuenta cuanto se ha expresado y contrastado en los mencionados autores
una cosa se asoma con meridiana claridad La narracioacuten joaacutenea en la que aparecen Martha
y Mariacutea no tiene la misma perspectiva que en los Sinoacutepticos si bien se percibe que son
junto a su hermano las mismas mujeres que Lucas presenta pues los perfiles ya indicados
asiacute lo permiten deducir No obstante Juan en su atmoacutesfera maacutes neumaacutetica no se limita a
presentar a las reconocidas feacuteminas como paradigmas de la accioacuten y la contemplacioacuten sino
como testigos oculares de la irrupcioacuten en el hoy suyo de la esperada resurreccioacuten Como
ha ensentildeado Brown (1999) siguiendo la intuicioacuten de Dodd ante la escasa comprensioacuten
de Marta respecto de las palabras de Jesuacutes en los vv 25-26 el evangelista para subsanar
en ella esta falta de claridad sobre el poder que tiene el Maestro para dar la vida ldquotendraacute
que dar una expresioacuten dramaacutetica a sus palabras haciendo que Laacutezaro resucite Jesuacutes no
rechaza los tiacutetulos tradicionales pero habraacute de poner en claro la verdad profunda que tras
ellos se ocultardquo (1999 p 757) Eacutel es ahora la resurreccioacuten y la vida No hay que aguardar
maacutes La esperanza que se empezoacute a gestar desde el s II de que los muertos resucitariacutean
ha hecho su aparicioacuten en aquel a quien Marta ha identificado casi inconscientemente al
modo que en el camino de Cesarea de Filipo lo hiciera Pedro como ldquoel Cristo el Hijo de
Dios el que iba a venir al mundordquo (Jn 1127)
Brown se inspira en la obra Interpretation de CH Dodd (sf p364)
69
Curiosamente Mateos-Barreto (1982) en su comentario al evangelio de Juan consideran
de tal manera particular esta obra que a la hora de comentar su contenido renuncian a
compararlo con otros textos del NT En efecto opinan Mateos-Barreto (1982) que
el estudio paralelo de periacutecopas aisladas en diferentes escrito corre peligro de
deformar su sentido pues aunque la temaacutetica sea comuacuten se encuentran integradas
seguacuten la obra de que formen parte en un conjunto o estructura teoloacutegica distinta
que puede imprimirles un significado o matiz particular (p17)
Por esta razoacuten aun cuando es claro para el autor que en el caso de Martha hay un progreso
desde su fe judiacutea en la resurreccioacuten (que habriacutea de darse en el uacuteltimo diacutea) hasta el encuentro
con Jesuacutes que le permite reconocerlo como ldquoel Mesiacuteas el Hijo de Dios que teniacutea que venir
al mundordquo (1127) y esto es para Mateos-Barreto (1982) una manifestacioacuten de su nueva
condicioacuten de disciacutepula de Jesuacutes sin embargo en modo alguno hace alusioacuten a las
confesiones mesiaacutenicas de los Sinoacutepticos ni de Marcos 827-30 que interesa en particular
en este trabajo No cabe que sea de otra manera en los mencionados exegetas por cuanto
estaacuten siendo coherentes con el principio de la particularidad de cada autor evangelista que
esquiva no obstante el contenido ideacutentico en cuanto al tema cualquier posibilidad de poner
en paralelos a unos y otro
Para Moloney (2005) la confesioacuten de Martha respecto de Jesuacutes no es maacutes que la expresioacuten
de la fe mesiaacutenica de aquel entonces y por tanto distinto a la opinioacuten de la mayoriacutea eacutel
considera que ldquoen el mejor de los casos es bastante parcialrdquo (p 329) O sea para este
70
comentarista cuando Martha dice de Jesuacutes que es el Cristo el Hijo de Dios no estaacute en la
liacutenea de la plenitud de revelacioacuten que los Sinoacutepticos otorgan a las palabras de Pedro Es
otro pues que estaacute en la direccioacuten de que no se entrecruzan uno y otros evangelios
Schucircssler (1992) en la obra ldquoPero ella dijo Praacutecticas feministas de interpretacioacuten biacuteblicardquo
dice
Seguacuten el cuarto evangelista el ministerio puacuteblico de Jesuacutes culmina con la revelacioacuten
de que eacutel es la resurreccioacuten y la vida (111-54) Mientras que en la fuente original del
milagro la resurreccioacuten de Laacutezaro era el nuacutecleo del relato en el evangelio el cliacutemax
lo constituyen la confesioacuten y el diaacutelogo cristoloacutegicos de Marta y Jesuacutes (p96)
La expresioacuten de la biblista es importante por cuanto hace pensar en la cercaniacutea que se da
entre el pasaje mencionado y la confesioacuten de Pedro en Cesarea de Filipo que cuentan los
Sinoacutepticos Alliacute como aquiacute lo destaca Schucircssler se produce una y la misma confesioacuten sobre
el mesianismo de Jesuacutes ideacutentica confesioacuten de fe calificada de apostoacutelica
De hecho la confesioacuten de Marta tiene todo el sentido que la confesioacuten petrina en
Cesarea de Filipo tiene en los Sinoacutepticos especialmente en Mt 1615-19 Asiacute pues
Marta representa la plena fe apostoacutelica de la comunidad joaacutenica al igual que Pedro
lo hace con la comunidad de Mateo (1992 p96)
Asiacute las cosas ambas confesiones hacen posible seguacuten entiende la citada autora coincidir
en la uacutenica fe que la comunidad cristiana desde los oriacutegenes anuncioacute y que Juan y los
71
Sinoacutepticos dejando ver su cercaniacutea profunda han ofrecido para los lectores de su eacutepoca y
para los posteriores
25 A GUISA DE CONCLUSIOacuteN
Entre Juan y Marcos y los relatos que en particular se han venido estudiando existe una
elocuente relacioacuten de cercaniacutea manifiesta a la hora de analizar sus componentes
gramaticales e intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos Juan el Evangelista sin lugar a dudas
ha tenido acceso a las tradiciones que coadyuvaron a la elaboracioacuten de los relatos que se
encuentran en Marcos Pero no se ha limitado a transcribirlas aseacutepticamente sino que
dado su mirar pneumaacutetico o espiritual ha buscado expresar desde esta oacuteptica el uacutenico
contenido evangeacutelico Bajo este principio o poliacutetica es como se entiende que en no pocas
ocasiones una misma y uacutenica ensentildeanza aparezca expresada con disiacutemiles contenidos o
con un ldquoropajerdquo maacutes sublime Tal es el estilo joaacuteneo que ya ha sido calificado por Cirilo de
Alejandriacutea como ldquoevangelio espiritualrdquo por contraposicioacuten al ldquoevangelio histoacuterico o
humanordquo hallado en los textos Sinoacutepticos Autores como Brown (1999) consideran que el
evangelio de Juan ha pasado por unas cinco etapas para llegar a su estadio definitivo
Ademaacutes es clara la influencia que ha recibido de ambientes y grupos filosoacuteficos y religiosos
previos y contemporaacuteneos Es tambieacuten clara la relacioacuten que muestra con los Sinoacutepticos
especialmente con Lucas pero no hay duda alguna de su distancia Si bien cada
evangelista posee una intencioacuten teoloacutegica que configura el contenido y la estructura del
texto la gran verdad es que ldquohemos de reconocer al cuarto evangelista una capacidad de
Es Eusebio de Cesarea quien trae este comentario en Hist Ecl 6147
72
genio teoloacutegico que puso algo propio algo de su peculiar mentalidad en la composicioacuten del
evangeliordquo (1999 p73)
Si bien no hay unanimidad en los exegetas huelga decir que la mayoriacutea opina que en los
relatos joaacuteneos aquiacute considerados existe una clara alusioacuten a los pasajes sinoacutepticos Marcos
827-30 es plasmado neumaacuteticamente en la narracioacuten que Juan trae de la opcioacuten vital que
Pedro fungiendo como representante del grupo de los Doce en Cafarnauacutem hace frente a
la inquietud de Jesuacutes y asimismo la azorada Martha en el diaacutelogo con su amigo de Galilea
en el evento de la muerte y reanimacioacuten de Laacutezaro (Jn 1125-27) confiesa la misma realidad
de fe que Simoacuten Pedro de manera que se explicita y se comprueba que entre Marcos y
Juan en particular y Juan y los Sinoacutepticos en general es posible apreciar una relacioacuten de
cercaniacutea no obstante la existencia de sus irrefragables diferencias Diferencias con las que
se debe contar tal como en su momento ha advertido XL Dufour (1992) ldquolos sinoacutepticos
relatan cada uno a su manera los acontecimientos pasados de los que cada comunidad
respectiva conservaba el recuerdo Jn por su parte se esforzoacute en darles un sentido a la luz
del Espiacuteritu Santo y en una perspectiva claramente pospascualrdquo (pp 13-14) Es la luz del
Espiacuteritu la que ayudaraacute a una comprensioacuten maacutes plena de los hechos escogidos (cfr Jn
2030) ella es la que haraacute plausible descubrir en los datos comunes con la tradicioacuten
sinoacuteptica ese ldquosaborrdquo original que se halla en los escritos joaacuteneos
Sin lugar a dudas tanto los Sinoacutepticos como Juan tienen al igual que las priacutestinas
comunidades cristianas una luz interpretativa clave en el acontecimiento de la
Resurreccioacuten y de la glorificacioacuten de Jesuacutes De esto da testimonio el trabajo de Bernabeacute
73
(2017) quien a propoacutesito esto escribe ldquo[los disciacutepulos] tuvieron que tener la experiencia
pascual tras la muerte de Jesuacutes para llegar a desarrollar la trascendencia de lo que habiacutean
vivido de lo que habiacutean visto y oiacutedordquo (p 5) Y la citada biblista agrega ldquoLa comprensioacuten
inmediata de un hecho del pasado es reconfigurada a la luz de la experiencia posterior la
resurreccioacuten-glorificacioacuten que descubre un horizonte significativo mucho maacutes profundo y
significativordquo p7) O sea el Misterio Pascual es aquello que hace plausible comprender el
recuerdo histoacuterico tan vastamente presentado por los Sinoacutepticos seleccionado por eso
mismo por sus autores y ldquopneumatizadordquo por la propuesta joaacutenea
Habraacute que explicitar en un subsiguiente capiacutetulo esta perspectiva novel de lectura en Juan
respecto de los Sinoacutepticos surgida precisamente de su condicioacuten de ldquoeuaggelion
pneumatikoacutenrdquo
74
CAPIacuteTULO 3
PROPUESTA DE LECTURA UNIFICADA DE LA BUENA NUEVA DE JESUacuteS
Si bien los intereses catequeacuteticos y teoloacutegicos de cada uno de los Evangelistas son
distintos el anaacutelisis y conocimiento de sus escritos que constituyen los textos de los cuatro
evangelios que son un uacutenico Evangelio permiten fortalecer la idea de que hay una gran
cercaniacutea o relacioacuten entre cada una de las versiones de la Buena Nueva de Jesuacutes Esto es
posible constatarlo si se parte del hecho ya indicado previamente de que Juan tan
distinto en su apariencia inicial de los Sinoacutepticos es en realidad una ldquoneumatizadardquo
presentacioacuten del ser y quehacer del Salvador Jesuacutes de Nazaret
Se podriacutean abordar muchos textos tanto desde los sinoacutepticos como desde Juan para
presentar una propuesta unificada de la buena nueva de Jesuacutes pero en este tercer y uacuteltimo
capiacutetulo se ha querido centrar la atencioacuten en estos textos que presentan la confesioacuten de
Pedro por un lado y de Marta por el otro porque en particular la doble confesioacuten de fe
que se rastrea en los capiacutetulos 6 67-69 y 11 23-26 del Cuarto Evangelio refleja este halo
sublime del aspecto neumatoloacutegico que mueve al maacutes reciente de los evangelistas
comparado con el aporte maacutes primigenio de Marcos 827-30 pero que coinciden en lo
esencial Jesuacutes es el Cristo el Ungido e Hijo de Dios Distintos en sus detalles se aprecian
unaacutenimes en la verdad de la fe
Cf Lo dicho en el cap 1 en el apartado que lleva el tiacutetulo ldquoEl Evangelio y los Evangeliosrdquo Cf cap 2 de este trabajo
75
Jalonaraacute esta parte de la investigacioacuten la siguiente cuestioacuten iquestEs posible leer Jn 667-69 y
1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de la Buena
Nueva de Jesuacutes el Cristo
Antes es menester advertir que unificada no significa compuesta o armonizada a la
manera como en otro tiempo el sirio Taciano quiso ofrecerla a traveacutes de su obra el
Diatessaroacuten Ni tampoco se pretende una concordia de los evangelios como si de
explicar o disminuir las diferencias se tratara aquiacute De ninguna manera por otra parte se
busca contar la historia de Jesuacutes entreverando los pasajes de uno y otro evangelistas que
es un magniacutefico esfuerzo catequeacutetico ofrecido recientemente por la Fundacioacuten Ramoacuten Pareacute
de la Arquidioacutecesis de Tegucigalpa (2017) Aquiacute se apunta es a leer en los relatos de las
confesiones de Pedro y Martha en la versioacuten joaacutenea la confesioacuten mesiaacutenica de aqueacutel en el
camino de Cesarea de Filipo a partir del hecho ya verificado de la relacioacuten de cercaniacutea de
Juan con los Sinoacutepticos
Para llevar a cabo tal propoacutesito se haraacute una lectura de los tres pasajes que enmarcan esta
investigacioacuten a saber Marcos 827-30 Jn 667-69 y 1123-27Se comentaraacute el texto de
O sea un evangelio formado de cuatro De hecho su etimologiacutea remite a este significado ldquoa traveacutes de cuatrordquo (dia-tessares) En esta obra compuesta por Taciano en el 170 este ldquoofrece el texto de los cuatro evangelios (y seguacuten parece tambieacuten de una quinta fuente apoacutecrifa) en narracioacuten continuada tal vez intentaba establecer un Consensus Evangelistarumrdquo (Haag van den Born et Ausejo 1966 p 471) En el citado Diccionario vid la voz ldquoconcordia de los evangeliosrdquo (p 361-2) en la que se ofrece una resentildea de los conatos hechos por los escritores antiguos en la liacutenea de exponer sinfoacutenicamente los relatos evangeacutelicos
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Marcos con el aacutenimo de poner de manifiesto su caraacutecter de expresioacuten de la fe de los Doce
en cabeza de Pedro respecto de Jesuacutes como el Cristo
Luego a la luz de lo anterior se buscaraacute ofrecer la lectura de los pasajes de Pedro en
Cafarnauacutem y Martha en Betania poniendo de relieve que en uno y otro casos Juan desea
hacer que el lector ingrese en el ldquotorrenterdquo confesional de los primeros cristianos quienes
se inspiraron para hacerlo en la confesioacuten de fe de Pedro tal como lo ofrece el maacutes antiguo
de los evangelios Jesuacutes Hijo de David es el Mesiacuteas Esta proclamacioacuten opina Salvador
Carrillo (2017) hablando de la finalidad del cuarto evangelio es la que se pretende
abroquelar en la mente y el corazoacuten de quienes entren en contacto con su contenido Eacutel
escribe
Los lectores deben creer que Jesuacutes es el Mesiacuteas el Hijo de Dios Estos dos tiacutetulos
de Jesuacutes son fundamentales el primero lo coloca en la liacutenea veterotestamentaria de
la expectacioacuten mesiaacutenica y de la salvacioacuten esperada el segundo lo descubre en sus
relaciones muy personales con Dios el Padre que le ha enviado (2017 p53)
Pedro y Martha uno en Cafarnauacutem la otra en Betania con sus expresiones contribuiraacuten a
que la claridad llegue sobre quienes lean acerca del personaje central del Evangelio puesto
en sus manos
31 LA PROFESIOacuteN DE FE DE PEDRO Y MARTHA
77
Al comparar estos dos relatos uno ofrecido por el evangelio de Marcos (8 27-30) y el otro
ofrecido por el evangelio de Juan (11 23-27) y al hacer el parangoacuten entre la profesioacuten de
fe puesta en boca de los dos personajes Pedro por un lado y Marta por el otro nos daremos
cuenta de que en uacuteltimas se estaacute llevando a cabo el mismo reconocimiento de la condicioacuten
mesiaacutenica y soterioloacutegica que desde los liminares de la predicacioacuten kerigmaacutetica ofrecida
por la pluma marquiana se viene anunciando
Marcos 8 27-30 es considerado como la bisagra de los 16 capiacutetulos y los 661 versiacuteculos
que constituyen este evangelio es decir es como el centro del texto tanto desde el punto
de vista de su estructura como por su contenido Desde el comienzo (11) el maacutes antiguo
de los hagioacutegrafos evangelistas ha procurado conducir a quien lea su escrito a reconocer
al hombre Jesuacutes de Nazaret como Cristo y como Hijo de Dios A lo largo de los siglos los
estudiosos y lectores de Marcos estaacuten de acuerdo en designar a este pasaje con el tiacutetulo
que abre este apartado Es Pedro quien en nombre de los Doce profesa o confiesa esta
fe en Jesuacutes quizaacutes lo hace maacutes impulsado por su primaria personalidad que por el
resultado de sus ldquocavilaciones miacutesticasrdquo No sabe no entiende en profundidad todo lo que
sus palabras han venido a decir y a significar para las advenientes generaciones pero esto
es lo que su ldquocorazoacutenrdquo henchido de buenos sentimientos hacia su maestro le dicta hablar
Como cumplieacutendose en eacutel la bienaventuranza de los limpios de corazoacuten que les permite
ldquover a Diosrdquo (Mt 58)
Basta mirar a este propoacutesito la divisioacuten consuetudinaria que hacen los comentaristas de Marcos en dos tomos 11-826 y 827-1620 Gnilka (1999) y (2001) Delorme(1990) Schmid (1967) Marcus (2011) etc El guarismo lo ofrece Santiago Guijarro (2010 p 70) Vid nota a Mc 827 en la Biblia de Jerusaleacuten (2009 p 1477)
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La escena que pertenece al bloque o sesioacuten de los periplos realizados por Jesuacutes fuera de
Galilea aparece en sus inicios con un caraacutecter dinaacutemico concretado por el evangelista al
escribir ldquosalioacute Jesuacutes con sus disciacutepulos hacia los poblados de la regioacuten de Cesarea de
Filipo y por el camino (hellip)rdquo (Mc 827) Todo aquiacute sentildeala movimiento peregrinacioacuten un ir
andando un estar haciendo el camino Descripcioacuten que designa muy bien la experiencia de
la fe cristiana desde cuando estaba en ciernes ldquoEl caminordquo que es la denominacioacuten que
atestigua Lucas en los Hechos para referirse al cristianismo (cf Hch 92 182526 19923
224 241422) Los disciacutepulos lo estaacuten haciendo Se halla el grupo de los Doce en el
ejercicio anticipado de ser caminantes Seraacute precisamente en estas existenciales
circunstancias en las que Jesuacutes plantearaacute a estos ldquoDoce caminantesrdquo dos cuestiones que
atantildeen a su persona ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (v27) y ldquo(hellip) vosotros
iquestquieacuten deciacutes que soy yordquo (v 29) A la primera Marcos pone como respuesta una copia de
la opinioacuten popular que eacutel mismo ha consignado en 614-15 Solucioacuten a la cuestioacuten sin
comprometerse en modo alguno
De ahiacute que el evangelista en sintoniacutea con su propoacutesito inicial (cf 11) lanza la inquietud de
manera personalizada iquestqueacute soy yo para Uds Es la hora de definirse De tomar postura
De comprometerse con el Maestro En nombre del grupo ldquoPedro le contestoacuterdquo anota san
Marcos iquestQueacute respondioacute Esta es la cuestioacuten
En su etimologiacutea per a traveacutes de por ager agri campo
79
La contestacioacuten es apodiacutectica Exacta Precisa Ha dicho bien el intempestivo Pedro ldquoTuacute
eres el Cristo (El Mesiacuteas)rdquo (v 29) La respuesta permite arribar al lector al puerto deseado
por el evangelista Confesar a Jesuacutes como Sentildeor (Kyrios) y Cristo (Mesiacuteas)
Ambos tiacutetulos son de vital trascendencia en los liminares de la Iglesia Se iraacuten revistiendo
al tiempo que despojaacutendose esos conceptos de excrecencias rancias y de nefastas
novedades o arandelas surgidas de la eacutepoca de turno Asiacute al final apareceraacute depurada
como se podraacute apreciar a continuacioacuten la ensentildeanza que Dios en Jesuacutes el Cristo quiso
brindar a los hombres La salvacioacuten por la adhesioacuten plena a su persona que ha ido
exigiendo por lo mismo que al aceptar a Jesuacutes como Kyrios no solo lo sea para cada
individuo sino en cuanto que arropa su sentildeoriacuteo sobre el universo todo Es decir cuanto
existe estaacute sometido al nuevo Kyrios Jesuacutes exaltado y sentado a la diestra del Padre
Cardozo (2018) ensentildea al respecto
La esfera de dominio de Jesuacutes entonces incluye al individuo la comunidad creyente
y el universo entero su sentildeoriacuteo es completo eacutel es el Kyrios absoluto en todas las
esferas de la realidad Este tiacutetulo guarda relacioacuten con la dignidad real de Jesuacutes como
Mesiacuteas puesto que ambos estaacuten asociados a las palabras dominio autoridad y
esfera de gobierno
Pero la investigacioacuten de Cardozo (2018) apunta a concluir que el venero de tal sentildeoriacuteo de
Jesuacutes se halla en la versioacuten de los LXX particularmente en la redaccioacuten tardiacutea en donde
por influencia del aacutembito helenizado se fue acogiendo maacutes frecuentemente de parte de los
escribas judiacuteos la grafiacutea kyrios para referirse a YHVH Fue de aquiacute de donde los hagioacutegrafos
80
neotestamentarios y predicadores recibieron el contenido del teacutermino para aplicarlo
paulatinamente a la persona de Jesuacutes Eacutel es el Kyrios de los LXX no el entendido por los
griegos y luego los romanos aplicado a los reyes y emperadores Jesuacutes Kyrios es YHVH
Sebaot de los judiacuteos de Jerusaleacuten y de los descendientes de Abraham que vivieron bajo el
yugo poliacutetico y cultural de los helenos En palabras de Cardozo (2018) esto se dice asiacute
El lenguaje de la LXX provee el trasfondo del teacutermino Kyrios en el Nuevo testamento
y que el sentildeoriacuteo de Cristo en este fue moldeado de acuerdo al sentildeoriacuteo de Yahveacute en
el Antiguo Testamento Debido a que Kyrios era el nombre de Dios en la LXX
connota divinidad al ser aplicado a Jesuacutes las nociones divinas de Jesuacutes pronto se
unieron y se expresaron por medio del uso de este teacutermino asiacute podemos concluir
que Kyrios no solo denota sentildeoriacuteo o funciones divinas sino que evoca una posicioacuten
igual al Dios Yahveacute
Schnackenburg (1965) considera que al inicio de la predicacioacuten apostoacutelica no obstante
haberse dado una continuacioacuten de la tarea de Jesuacutes por parte de sus enviados se dio
prontamente un ldquonuevo contenidordquo a la ensentildeanza es decir ya no se hablaba uacutenicamente
del ldquoReino de Diosrdquo sino ademaacutes de la persona de Jesuacutes como lo atestigua Lucas en 812
de los Hechos ldquoPero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo (hellip)rdquo Seraacute Jesuacutes entendido como Mesiacuteas y Sentildeor quien
va a estar en boca de los Apoacutestoles Prueba de este desplazamiento de contenido es para
el aludido autor el hecho de que
en los discursos misionales ya no se vuelve a citar en lo maacutes miacutenimo el reino de
Dios soacutelo lo hallamos siete veces a traveacutes de toda la obra de los Hechos frente a
81
39 veces en el evangelio de Lucas Por el contrario el nuacutecleo de todos estos
discursos estaacute integrado por la predicacioacuten sobre Cristo concretamente el mensaje
de los milagros y curaciones de Jesuacutes desde su bautismo de su crucifixioacuten y
resurreccioacuten (p 241)
A quien se predica entonces es a Jesuacutes comprendido como ldquoSentildeor y Cristordquo (Hch 236)
tiacutetulos que en el camino de Cesarea en Cafarnauacutem y Betania han aparecido en boca de
Pedro y Martha hermana del difunto Laacutezaro En ello ya se puede percibir la penetracioacuten
que ha tenido esta conciencia y aceptacioacuten generalizada de que el Mesiacuteas aguardado se
ha presentado en el hombre de Nazaret
Pero atencioacuten que seguacuten este mismo autor en un comentario al evangelio de Marcos
hablando de la confesioacuten en Cesarea de Filipo esta amerita maacutes bien una respuesta de
parte de Jesuacutes En efecto ante los rumores (cf 6 14s) de la gente replicados por las
opiniones traiacutedas a cuento por los interrogados apoacutestoles (828) Marcos desea ofrecer a
los lectores una posicioacuten de parte de Jesuacutes No puede negar que sea el Mesiacuteas pero no
puede aceptar que lo sea con la carga semaacutentica que la tradicioacuten judiacutea iacutensita a la
mentalidad de Pedro le atribuye al concepto ldquoMesiacuteasrdquo De ahiacute que aparezca la exigencia
de guardar silencio (el tema del secreto mesiaacutenico) y la elucidacioacuten subsiguiente del primer
anuncio de la Pasioacuten del ldquoHijo del hombrerdquo Asiacute pues para los lectores del cristianismo
liminar Jesuacutes es sin duda el Cristo pero lo es en cuanto es el Hijo del hombre que debe
padecer sufrir morir y resucitar confirmando con esta accioacuten ulterior que es Hijo de Dios
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Hay que dar la razoacuten al final comentario de esta escena de Cesarea de Filipo que ofrece
Schnackenburg (1980)
La confesioacuten mesiaacutenica de Pedro necesitaba auacuten de un esclarecimiento necesitaba
sobre todo de la revelacioacuten del misterio del dolor Auacuten debiacutea madurar en un
conocimiento maacutes profundo que durante el ministerio de Jesuacutes en la tierra ya era
ciertamente accesible a los ojos creyentes aunque solo tras la resurreccioacuten de
Jesuacutes llegariacutea a la plena certeza de que este Mesiacuteas es verdaderamente el Hijo de
Dios (p112)
Esta iluminacioacuten que Marcos pretende ofrecer a los lectores de la priacutestina hora es lo
bastante potente como para alcanzar al uacuteltimo de los evangelistas lo cual hace posible que
se perciba el contenido profundo de esta manifestacioacuten de fe en el mesianismo auteacutentico
de Jesuacutes en las palabras finales de Pedro en la respuesta que este ofrece ante la pregunta
del Maestro ldquoiquestTambieacuten vosotros quereacuteis marcharosrdquo El primero de los Apoacutestoles ha
concluido apodiacutecticamente ldquoy nosotros creemos y sabemos que tuacute eres el Santo [Hijo] de
Diosrdquo (Jn 66769) El paso del tiempo entre uno y otro texto ha permitido decantar la
verdadera nocioacuten del Mesiacuteas que Jesuacutes durante su ministerio en Galilea quiso abroquelar
en la mente y en el corazoacuten de sus disciacutepulos y posteriores seguidores (los cristianos de
ayer y de hoy)
Para Meier (2000) en su claacutesica obra sobre el Jesuacutes histoacuterico refirieacutendose al capiacutetulo 11
sobre la resurreccioacuten o reanimacioacuten considera que el relato ha sido ldquoretocadordquo a fin de
adaptarlo a las intenciones redaccionales del autor Llega Meier (2000) a calificar en este
83
aspecto a Juan como ldquoadaptador haacutebilrdquo Para Meier (2000) Juan tiene la virtud de ajustar
el texto a su gran contexto es decir convertirlo a su propoacutesito Tal papel de ldquoadaptador
haacutebilrdquo se puede apreciar en particular en los vv 9-10 donde estos versos pueden ser
suprimidos del escrito y no lo afectariacutean sustancialmente precisamente porque han sido
antildeadidos pero suponen dos cosas que el hecho esteacute narrado anteriormente y su contenido
teoloacutegico haya sido explicitado En este caso 9-10 hace alusioacuten al cap 9 de la curacioacuten
del ciego de nacimiento y a la ampliacioacuten ulterior del evento para insistir en Jesuacutes como ldquoluz
del mundordquo (95) Sin embargo para Meier hay algo maacutes
Si los vv 9-10 tienen sentido tan soacutelo dentro del maacutes amplio marco teoloacutegico del
evangelio el magniacutefico diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta de los vv 21-27
resume el contenido de este marco y lo lleva a nuevas alturas Pese a su relativa
brevedad Jn 11 21-27 es una de las grandes piezas maestras teoloacutegicas del cuarto
Evangelio (2000 p936)
En esta concepcioacuten resulta muy uacutetil para el intereacutes de esta investigacioacuten la eximia
valoracioacuten que este autor concede a los vv 21-27 por cuanto es aquiacute donde se halla la
confesioacuten cristoloacutegica de Marta como en los Sinoacutepticos se descubre en el relato del camino
de Cesarea de Filipo O sea en la propuesta de Meier (2000) se da la razoacuten al propoacutesito de
este trabajo por cuanto lo que Marcos narra como confesioacuten mesiaacutenica por parte de Pedro
respecto de Jesuacutes aquiacute Juan lo utiliza para justificar el retoque que ha hecho al relato inicial
de la resurreccioacuten de Laacutezaro La luz del mundo permite que se supere a la tiniebla como la
confesioacuten cristoloacutegica de Martha ilumina las caliacutegines que se cerniacutean sobre su mente
entristecida por la muerte de su hermano Ahora que Martha ve la luz del mundo delante de
ella no tropieza y no estaacute yacente Maacutes auacuten ahora su diacutea (su momento) tiene doce horas
84
de luz ha superado la oscuridad que la muerte ineluctable de su hermano le trajo Ha
comprendido y creiacutedo que el amigo de su hermano es ldquoel Cristo el Hijo de Dios el que iba
a venir al mundordquo (Jn 11 27) Se puede agregar para subrayar como se aspira en este
empentildeo acadeacutemico que Martha en sintoniacutea con el Pedro de Cafarnauacutem puede decir creo
y seacute que tuacute eres el Cristo el Hijo de Dios
Asiacute pues en el cuarto Evangelio no es Pedro sino Marta la persona en quien recae
principalmente la funcioacuten de expresar la fe cristoloacutegica Para no dejar dudas sobre
este punto Juan repite justo al final de su Evangelio (2031) la formulacioacuten de la
cristologiacutea tradicional puesta en labios de Marta Al explicar la razoacuten de haber escrito
el Evangelio Juan se hace eco de 1125-27 laquoEstas sentildeales [incluida la resurreccioacuten
de Laacutezaro] han sido recogidas por escrito para que creaacuteis que Jesuacutes es el Mesiacuteas
el Hijo de Dios y para que creyendo tengaacuteis vida en su nombreraquo Por tanto con
toda probabilidad el diaacutelogo teoloacutegico entre Jesuacutes y Marta (vv 21-24) el
minidiscurso de revelacioacuten de Jesuacutes (vv 25-26) y la profesioacuten de fe de Marta (vv
27) constituyen una composicioacuten densa y profunda del evangelista con la que eacuteste
da a conocer el significado esencial del relato sobre Laacutezaro en el contexto general
del Evangelio (2000 p933)
A Meier (2000) le queda claro que Martha ha sido un ldquoinstrumentordquo para que el evangelista
Juan presente la fe en Jesuacutes Mesiacuteas vinculada con el hecho de la resurreccioacuten Este punto
denota ese ldquoplusrdquo que la visioacuten neumatoloacutegica de Juan lleva consigo y que no obstante
ofrecer una novedad o profundizacioacuten sobre un acontecimiento no deja de propiciar una
cercaniacutea con los Sinoacutepticos
85
Leoacuten-Dufour (1992) advierte de la unidad de contexto que es posible percibir entre la escena
de la confesioacuten cristoloacutegica en Cesarea de Filipo y la decisioacuten que pide Jesuacutes al grupo de
los Doce en Cafarnauacutem al terminar el relato de la multiplicacioacuten de los panes y su consabido
discurso eucariacutestico Para eacutel este pasaje remite a aquella periacutecopa empezando porque
coinciden en ubicarse despueacutes de un ldquofracasordquo de Jesuacutes en medio de sus oyentes En
efecto Marcos ubica el diaacutelogo peripateacutetico del Maestro con los Doce luego de experimentar
la incredulidad de los galileos (66 811-13) de la misma manera que Juan cierra el discurso
del Pan de Vida con ideacutentica sensacioacuten ldquoDesde entonces muchos de sus disciacutepulos se
volvieron atraacutes y ya no andaban con eacutelrdquo (666) Es en esta circunstancia en que se va a dar
la pregunta de Jesuacutes que halla la respuesta confesional de Pedro Leoacuten-Dufour (1992) lo
advierte en su comentario
De este modo Jn se une a la tradicioacuten comuacuten el episodio enlaza con el de la
confesioacuten de Simoacuten Pedro en Cesarea que marca el punto culminante de la vida
puacuteblica de Jesuacutes despueacutes del fracaso de su misioacuten en Galilea Tambieacuten en Jn la fe
de Pedro sucede al rechazo de la mayoriacutea ademaacutes al no ir precedido ni
acompantildeado por el disciacutepulo amado Pedro aparece como el responsable del grupo
(pp148-149)
En las corrientes sinoacuteptica y joaacutenea seguacuten la opinioacuten anterior la relevancia de Pedro es
notable Eacutel habla en una y otra escena en nombre del grupo Aquello que expresa recoge
el sentir de la pequentildea comunidad de creyentes que luego seraacute la ldquoecclesiardquo la cual este
mismo Pedro pastorearaacute como vicario de su real Cabeza Jesuacutes confesado
equivalentemente como Mesiacuteas o Cristo Santo de Dios e Hijo de Dios tanto en Cesarea
de Filipo Cafarnauacutem y Betania
86
La fuerza de la tradicioacuten fue ayudando a comprender quieacuten era realmente Jesuacutes No
ldquosimplementerdquo el mesiacuteas esperado quizaacute con amplio ropaje poliacutetico y social sino el ldquosanto
de Diosrdquo como lo entendieron los traductores de la Biblia de los LXX al colocar este
apelativo en el Salmo 1610 ldquoNi permitiraacutes que tu santo experimente la corrupcioacutenrdquo
concepto que Pedro tiene delante de siacute en su inaugural discurso en Pentecosteacutes (Hch
227) El Santo de Dios es equiparable a Hijo de Dios pues refleja con creces la intimidad
que Jesuacutes habiacutea mostrado en su relacioacuten con YHVH a quien familiarmente los Doce le
escuchaban invocarlo como iexclAbba Dios es Padre pero en Jesuacutes lo es de un modo distinto
sublime particulariacutesimo como quiera que Eacutel es el Consagrado o Santo de Dios que es ser
Hijo Ratzinger (1968) lo ha condensado excelentemente a partir del aporte y anaacutelisis
autorizado de J Jeremiacuteas en su Introduccioacuten al Cristianismo
El anaacutelisis esmerado de Joachim Jeremiacuteas ha puesto en evidencia coacutemo las pocas
palabras que el Nuevo Testamento griego nos ha conservado en el original arameo
nos indican muy bien la forma de hablar de Jesuacutes Impresionaron tanto a los oyentes
y expresan tan bien lo particular del Sentildeor y su singularidad que se conservaron tal
y como sonaban entonces por eso podemos nosotros dirigirnos ahora a eacutel con sus
mismas palabras
La invocacioacuten Abba ldquoPadrerdquo es una de las pocas joyas literarias que la comunidad
cristiana primitiva dejoacute sin traducir por la importancia que para ella revestiacutea
Tambieacuten en el Antiguo Testamento se le llamoacute a Dios Padre pero la
expresioacuten Abba se diferencia de las del Antiguo Testamento por la familiaridad
iacutentima que supone con Dios (se podriacutea comparar con ldquopapaacuterdquo pero es mucho maacutes
sublime que eacutesta) La familiaridad expresada en la palabra Abba impidioacute que los
judiacuteos la aplicasen a Dios al hombre no le estaacute permitido acercarse tanto a Dios
87
Cuando la primitiva comunicacioacuten cristiana conservoacute esta palabra en su sentido
original afirmoacute que asiacute oraba Jesuacutes que asiacute hablaba con Dios y que esa intimidad
con Dios le perteneciacutea personalmente a eacutel (1968)
En esta misma liacutenea de comprensioacuten del ser de Jesuacutes se entiende el que en Cafarnauacutem
Pedro le haya percibido como fuente de donde brotan palabras de vida eterna y Martha
haya podido aceptar que siacute Eacutel era el que habiacutea de venir al mundo
El Pedro que responde colegialmente a Jesuacutes en Cafarnauacutem no solo es el mismo que ha
solucionado la inquietud propuesta por este por cuanto coincidan con respecto a su
identidad No que se pueda decir ldquoEs la misma persona que habloacute aquiacute y allaacuterdquo sino sobre
todo es la uacutenica y misma concepcioacuten sobre Jesuacutes que se tiene en Cesarea de Filipo y en
Cafarnauacutem Son dos expresiones de una sola verdad El de Nazaret es el Cristo el Hijo de
Dios Sentildeor que por ello comunica ldquopalabras de vida eternardquo
En Betania surge el mismo fenoacutemeno La hermana del difunto ha penetrado el ropaje del
ldquoamigordquo de la familia y superada esta ldquoindumentariardquo Martha se encuentra a guisa de los
caminantes de Cesarea de Filipo con la uacutenica realidad del ldquoCristordquo que entonces es
tambieacuten ldquoHijo de Dios el que iba a venir al mundordquo
La confesioacuten petrina en el camino de Cesarea de Filipo estaacute patente e inspirando la
narracioacuten doble que en Cafarnauacutem y en Betania Juan con su sublime estilo espiritual
ofrece a los lectores de ayer y de hoy En palabras de Guijarro (2010) esto se explica
porque si bien Juan echoacute mano de una fuente marquiana como tambieacuten en su momento lo
hicieran Mateo y Lucas ldquoasumioacute el modelo biograacutefico de Marcos pero introdujo en eacutel
88
tradiciones desconocidas para los otros evangelios y lo que es maacutes importante una forma
particular de recordarlas e interpretarlasrdquo (2010 p 10)
Esta forma singular de recordar e interpretar es lo que ha dado origen al caraacutecter sublime
espiritual o pneumatizado del evangelio de Juan respecto de los Sinoacutepticos pero que al
mismo tiempo asegura entre ellos una cercaniacutea que no una disimilitud malsana o
antagoacutenica La pregunta que subyace a la confeccioacuten de este capiacutetulo iquestEs posible leer Jn
667-69 y 1123-27 con referencia a Mc 827-30 y sugerir asiacute una lectura maacutes unificada de
la Buena Nueva de Jesuacutes el Cristo reclama una respuesta afirmativa Siacute siacute es plausible
Los tres pasajes apuntan al mismo personaje cuando lo sentildealan ya ldquoSanto de Diosrdquo ya
ldquoHijo de Dios que teniacutea que venir al mundordquo ya ldquoel Cristo (Mesiacuteas)rdquo
Quizaacutes sea oportuno indicar que la percepcioacuten de la cercaniacutea y la factibilidad de hacer una
lectura como la que se ha ofrecido en particular con los tres textos seleccionados se brinda
para otras periacutecopas La clave para obtener una tal mirada como se ha indicado es la
Pascua ie el acontecimiento de la Resurreccioacuten de Jesuacutes que hace realizable el captar
en profundidad o pneumatoloacutegicamente las narraciones sinoacutepticas Es un ejercicio paulatino
que reclama aferrarse a la luminaria que trae el ldquoSepulcro vaciacuteordquo (cf Jn 201-10 Mt 281-8
Mc 161-8 Lc 241-10) la ldquogarantiacuteardquo de que el Cristo de Marcos Mateo y Lucas es el
esplendoroso Sentildeor de la Gloria que presenta Juan Esta es la maacutexima metodologiacutea que
se ha de proseguir o sea creer y aceptar que quien murioacute en la cruz fue sepultado y
Carrillo (2017) dice esto taxativamente al hablar en su comentario al Evangelio de Juan de la relacioacuten entre este y los Sinoacutepticos ldquoTanto Juan como los sinoacutepticos tienen sus raiacuteces maacutes profundas en los ldquohechosrdquo y en las ldquopalabrasrdquo de Jesuacutes y en el kerygma primitivo postpascualrdquo (p 57)
89
resucitoacute es el mismo y uacutenico capaz de dar sentido a la vida del que decide al modo como
Pedro en Cesarea de Filipos y en Cafarnauacutem confesarlo como el Cristo el Hijo de Dios
comunicador de Palabras de Vida eterna
90
CONCLUSIONES
Llegado al teacutermino de esta andadura en la que se pretendioacute poner de manifiesto las
relaciones profundas de cercaniacutea que son posibles de apreciar entre los evangelios de Juan
y los llamados Sinoacutepticos se ha constatado sin embargo que son claramente diferentes
Este fue el punto de partida como lo expresa el contenido de la primera parte del capiacutetulo
inicial Sus caracteriacutesticas originadas en el lugar tiempo y circunstancias histoacutericas que les
vieron hacer su surgimiento refrendan esta constatacioacuten Sus giros intenciones propoacutesitos
destinatarios capacidades sicoloacutegicas y humanas de quienes los confeccionaron elucidan
el que tanto de antuvioacuten como de manera concienzuda se les pueda considerar tan
distintos Muestra de lo anterior es lo que en primera instancia se percibe al echar una
mirada a los pasajes evangeacutelicos seleccionados en las paacuteginas precedentes En su
estructura externa no ofrecen aspectos similares faacutecilmente detectables Asiacute ocurre al
considerar en su conjunto la propuesta joaacutenea y la sinoacuteptica Diferentes Hay que dar en un
primer nivel la razoacuten a quienes desde siempre han puesto en lugares separados (y hasta
antagoacutenicos) al evangelio de Juan de los evangelios sinoacutepticos
Los once textos coincidentes entre Juan y Sinoacutepticos analizados en la segunda parte del
capiacutetulo 1 han hecho posible que tambieacuten se pueda percibir el uso de teacuterminos comunes
por parte de unos y otros evangelistas 55 en total Tal cifra refrenda un ldquodenominador
comuacutenrdquo en la predicacioacuten kerygmaacutetica fundamental a partir del cual las tradiciones
evangeacutelicas se dispusieron seguacuten las intencionalidades teoloacutegicas de sus fautores y
91
caracteriacutesticas culturales de sus destinatarios Por esto hay que iterar que en el parangoacuten
de los textos de Juan respecto de los Sinoacutepticos es evidente la presencia de diaacutefanas
diferencias pero tambieacuten de finas y firmes cercaniacuteas
Sin embargo cuando se ldquobuceardquo en aguas maacutes profundas las realidades parecen revestirse
de tonalidades no solo nuevas sino insospechadamente maacutes sublimes Lo que no se veiacutea
asiacute ahora ofrece riquezas conceptuales y revelaciones teoloacutegicas maacutes plenas que
coadyuvan a que el mensaje contenido en una especie de estado comprimido se expanda
de un modo que sorprende y llena al que a eacutel se acerca Esto es justamente lo que se ha
podido hallar en el capiacutetulo 2 donde se ha hecho el estudio de tres pasajes Mc 827-30
Jn 667-69 y Jn 1123-27 Examinados minuciosamente es paladina la idea de que entre
los mencionados textos existe una elocuente relacioacuten de cercaniacutea apreciable al considerar
tanto su estructura gramatical como sus objetivos catequeacuteticos y teoloacutegicos Si bien no es
unaacutenime un considerable nuacutemero de estudiosos afirma que en las palabras de Pedro y de
Martha que Juan narra en las escenas de Cafarnauacutem y Betania respectivamente es
legiacutetimo percibir una alusioacuten a la tradicional confesioacuten de fe en el camino de Cesarea de
Filipos que traen los Sinoacutepticos y Marcos 827-30 en particular Las perspectivas tan
disiacutemiles han sido aunadas por el hecho de que Juan ha dispuesto su evangelio desde la
neumatologiacutea ie la sublimidad que a los datos histoacutericos da el caacutelamo del testigo de
Patmos y los miembros de su escuela Juan es respecto de los Sinoacutepticos uno que no
simplemente narra hechos veriacutedicos sino el que disponiendo esas facticidades con su
originalidad venida del Santo Espiacuteritu consigue que el lector preteacuterito y hodierno reciba
nuevas y maacutes profundas ensentildeanzas Es necesario reconocer en esta etapa la obra de
Juan como subsiguiente a la vivencia pascual y pentecostal El Santo Espiacuteritu ha hecho
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posible que lo histoacuterico de Jesuacutes se vea nimbado de lo neumatoloacutegico obteniendo con ello
una profundizacioacuten sobre las realidades Una exigencia de toma de decisioacuten frente al
Maestro ldquofracasadordquo y la escena de una desconsolada que aspira hallar aunque sea la
maacutes miacutenima aacutencora donde sostener su esperanza de vida cuando la muerte ha hecho su
presencia en la ausencia del hermano son ocasiones para afirmar el caraacutecter de Mesiacuteas o
Cristo que se avizora en Jesuacutes Ahora bien la riada espiritual que acompantildea la concepcioacuten
de la realidad del Cuarto Evangelista es la razoacuten por la cual el aspecto manifestado de
Mesiacuteas o Cristo no se aherroja a lo poliacutetico y tradicional judiacuteo Por quien Pedro se define y
por quien Martha se consuela es el Cristo penetrado de la luz fucilante del Resucitado Ellos
y los lectores de todas las eacutepocas advenientes son beneficiarios de la copiosa iluminacioacuten
que a las escenas narradas ofrece este distintivo neumatoloacutegico que atraviesa toda la obra
joaacutenea
La lectura unificada de estos pasajes hace posible que se conserve en ellos la diferencia
pero que simultaacuteneamente se pueda gustar del profundo origen pascual que subyace en
los tres Es esto lo que ha puesto sobre el tapiz el tercer capiacutetulo En eacutel la cuestioacuten ha sido
iquestes posible leer las periacutecopas aludidas de Juan 667-69 y 1123-27 con referencia a la de
Mc 8 27-30 La respuesta obtenida es asertiva Juan asumioacute la tradicioacuten marquiana pero
no la copioacute simplemente La enriquecioacute o sublimoacute con su forma particular de traerla a la
memoria y de interpretarla con la ldquolaacutemparardquo pneumatoloacutegica que le es propia Asiacute Juan no
se deslinda de la corriente primigenia kerygmaacutetica y evangeacutelica de los Sinoacutepticos y valida
la propuesta de una lectura maacutes unificada de la Buena Nueva de Jesuacutes el Ungido o Cristo
Hijo y Santo de Dios
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Dado todo lo anterior la cuestioacuten liminar sobre las relaciones temaacuteticas profundas entre los
dos grupos de narraciones evangeacutelicas aquiacute considerados orienta a sentildealar que es la
confesioacuten de Jesuacutes como el auteacutentico ldquoMesiacuteasrdquo aquello que vincula a las narraciones
joaacuteneas y marquianas de modo tan cercano Sin embargo no es solo esto La comprensioacuten
paulatina del mesianismo del Maestro de Galilea por el trato cotidiano de los Doce con Eacutel
y la luz pascual que les ilumina luego de la Resurreccioacuten son los ingredientes que
coadyuvaraacuten a que siendo orillas conceptuales y propuestas teoloacutegicas diferentes
confluyan en una misma afirmacioacuten subyacente no obstante hallarse en escenarios tan
heterogeacuteneos
Un uacutenico acontecimiento histoacuterico y sobrenatural la resurreccioacuten del Cristo llena de
significancia relevancia y trascendencia suma lo que de otra manera posiblemente
hubiera sido una aneacutecdota prentildeada de emotividad de poca consistencia Sin embargo
como se ha mencionado arriba la celebracioacuten de la Pascua y la experiencia viacutevida de los
Apoacutestoles reviste de un sublime y eximio significado la peripateacutetica encuesta de opinioacuten
propiciada en Cesarea de Filipo por el Maestro de Galilea De tal modo que por la luz
neumatoloacutegica joaacutenea el Mesiacuteas a secas es el Santo de Dios fuente de palabras de vida
eterna o es Aqueacutel que habiacutea de venir al mundo y ofrece por acogerlo en fe la vida
perdurable pues aunque muere viviraacute (Jn 1125)
Este conato de respuesta a la pregunta por la cercaniacutea de Juan y los Sinoacutepticos abre la
senda para que se ensentildee que las dos tradiciones evangeacutelicas son diferentes pero hay
que ponerle el bemol de que no son principalmente distintos sino profundamente cercanos
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pues desde una y otra maacutergenes es fantaacutesticamente posible dirigir la mirada sobre el uacutenico
y verdadero riacuteo Cristo Resucitado Sentildeor y Mesiacuteas Santo de Dios que da la vida plena
Con base en lo ya mencionado puede decirse que ha quedado claro lo siguiente
1 Los 11 pasajes concordantes entre Juan y los Sinoacutepticos han servido para refrendar
la tesis sabida y aceptada casi omniacutemodamente por la exeacutegesis referente a que
aqueacutel tuvo acceso a un primitivo texto del que se sirvieron los Sinoacutepticos
2 Las 55 palabras que son comunes a los 11 textos escogidos si bien fortalecen la
tesis aludida en el numeral inmediatamente precedente no representan un aporte
decisivo o determinante en el propoacutesito de este trabajo Ninguna palabra ofrece en
su contenido una luz o abre una ventana que signifique un avance en Juan respecto
de los Sinoacutepticos
3 La confesioacuten de Pedro en el camino de Cesarea de Filipo es ldquoelaborada
pneumaacuteticamenterdquo por Juan en Cafarnauacutem y en Betania En la escena del capiacutetulo
6 de Juan este no trae solo la comprensioacuten epistemoloacutegica de que el Mesiacuteas o
Cristo de Dios estaacute delante de los Doce sino que el Cuarto Evangelio plantea al final
del discurso del Pan de Vida una opcioacuten vital por el hombre Jesuacutes en quien se
descubre la Vida por antonomasia Asiacute las cosas si bien es el mismo Pedro aquiacute y
allaacute quien tomando la voceriacutea de los Apoacutestoles identifica al SantoConsagradoCristo
de Dios en Cafarnauacutem hay un ldquoplusrdquo que supera lo nocional o elucubrativo que
puede percibirse en el camino de Filipo a fin de dar paso a lo confesional existencial
y experiencial que desde el ldquocreemos y sabemosrdquo direcciona hacia la inmortalidad
Ahora Pedro y con eacutel los Once optan por una persona esta que se halla delante de
ellos maacutes que por su tiacutetulo Lo que expresa el Pedro joaacuteneo es la adhesioacuten por el
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sujeto Jesuacutes sublimando asiacute al Pedro deslumbrado por haber descubierto al que
ostenta el tiacutetulo de Mesiacuteas con visos poliacuteticos tal como muy seguramente lo
captaron
4 Martha es en Betania lo que Pedro es Cesarea O sea la manifestacioacuten cristoloacutegica
que se halla en Marcos en el aacutembito de ofrecer claridad respecto de la identidad de
un personaje (ldquoiquestQuieacuten dicen los hombres que soy yordquo (Mc 827b)) es ahora
vinculada con una nocioacuten y vivencia escatoloacutegica la Resurreccioacuten En efecto la
contestacioacuten de Martha estaacute antecedida de la lapidaria identificacioacuten de Jesuacutes ldquoYo
soy la Resurreccioacuten y la vidardquo (Jn 1125) Martha va despojaacutendose de una espera y
concepcioacuten que la tradicioacuten judiacutea ensentildeaba como parte del ldquofinal de los tiemposrdquo
para disponerse a aceptar en el ahora de su historia la realidad de lo que se
aguardaba en el tiempo adveniente Cree ante la presencia del Amigo de Betania
en el Cristo e Hijo de Dios garantiacutea de la Resurreccioacuten pues Eacutel mismo la realiza o
actualiza
5 El ldquoevangelio espiritualrdquo del que habloacute san Cirilo lo es porque desde esa perspectiva
la confesioacuten de Jesuacutes como el Mesiacuteas o Cristo que comunicaron los Sinoacutepticos es
ahora ldquocomplementadardquo y ldquosublimadardquo por la realidad de la Resurreccioacuten y la Vida
eterna que tal anuncio sobre Jesuacutes conllevan los escritos joaacuteneos Esto puede
constatarse en los relatos pascuales de los cuatro evangelios pero sin duda en el
relato de Cafarnauacutem se estaacute ante la gran decisioacuten y en Betania Martha pone
delante del lector la fe plena de la comunidad eclesial que por encima del
mesianismo judiacuteo ha comprendido y creiacutedo en el Sentildeor Resucitado venero de Vida
eterna
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En definitiva Juan es maacutes cercano a los Sinoacutepticos que lo que las constatables
diferencias parecen opacar sobre todo en una mirada superficial Son propincuos Lo
que los unifica es la confesioacuten aquiacute y allaacute de que Jesuacutes es el Cristo el Mesiacuteas por
tanto el Santo y Consagrado de Dios que por su filiacioacuten divina es capaz de hacer
hodierna la Resurreccioacuten y la Eterna Vida pues no es uno que la anuncia sino que Eacutel
es la resurreccioacuten y la vida Estas son las relaciones temaacuteticas profundas que son
factibles de hallar al comparar el relato de Cesarea de Filipo (Mc 827-30) con el final
del discurso del Pan de Vida en Cafarnauacutem (Jn 667-69) y el diaacutelogo de Martha con
Jesuacutes en Betania (Jn 11 23-27)
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