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OSVALDO JOSE GREGORIO GIRIBALDI D.N.I. 7.652.122, CI 107.890. Nació el 4 de Junio de 1949 en Santiago del Estero. Ingresó a la Facultad de Agronomía en 1967 (L.U. 1030/67) y se inscribió como alumno hasta 1972. Hasta el momento de su secuestro tenía aprobadas 18 materias (5º año). También era empleado del Ing. Ledesma. Fue secuestrado de su lugar de trabajo el 28 de mayo de 1976 en El Talar, Jujuy. En el momento de su secuestro y en forma paralela fue allanada su casa (donde vivía con su mujer y sus dos hijos) por personal de las fuerzas de seguridad que se trasladaba en una camioneta del Ingenio Ledesma. Un informe (a todas luces fraguado, por las fechas…) suministrado por la División Antecedentes Personales de la Policía de Jujuy y adjuntado al juicio a las juntas (causa 13/84), indica que Giribaldi había sido detenido legalmente el 1º de junio de 1976, por infracción a la ley 20.840, habiendo sido liberado el día 10 de tal mes y año, por falta de mérito. (La Ley 20840 del 30 de septiembre de 1974 llamada de “Seguridad Nacional” sanciona a quienes preconizan la sustitución del orden económico, político y social de la Nación por vías no establecidas en la legislación vigente.) Lo cierto es que Giribaldi fue visto en la Cárcel de Gorriti el 14 de junio de ese mismo año por los santiagueños Julio Bravo y Mario Condorí. También se encuentra en calidad de desaparecido el hermano menor de Osvaldo, Mario A. Giribaldi (estudiante de abogacía de la UCSE, una hija), secuestrado junto a Cecilio Kamenetsky en Santiago del Estero a principios de 1976. Un compañero de cautiverio de Mario pudo hablar mucho con él mientras estaban cautivos en la prisión de la Calle Alsina de Santiago del Estero y Mario le contó que lo habían llevado al campo de concentración de Arsenales en Tucumán, donde le mostraron a su hermano Osvaldo torturado. Efectivamente, en octubre de 1976 Osvaldo fue visto en el Campo de Exterminio de la Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, junto a otros secuestrados de Jujuy. Los testigos de su secuestro en Arsenales son los santiagueños Héctor “Pito” Galván, Miguel A. Scat y su propio hermano Mario, quienes lo vieron junto al soldado Concha, Gloria Figueroa y su hermano Miguel Ángel (todos santiagueños desaparecidos en Tucumán). Osvaldo estaba casado y al momento de su desaparición tenía 27 años de edad, dos hijos y su mujer embarazada de una tercera hija (no lo sabía Osvaldo) a la que no pudo conocer aunque se enteró de su existencia en Arsenales. (nº CONADEP 02191). Su madre interpuso los recursos de hábeas Corpus Nº 888/83 y 1239/81, ambos ante el Juzgado Federal de Jujuy. Osvaldo Giribaldi integra la lista de casos de desaparecidos de origen italiano denunciados en el escrito presentado el 15 de Abril de 1994 en Roma. El 14 de agosto de 2006 se presentó querella penal acusando al Comandante del IIIer cuerpo de Ejercito (Menéndez), Bussi, jefe de la subzona 32 (Salta, Tucumán y Jujuy) la Guarnición Militar de de Jujuy y el R.I.M 20 comandado por el Coronel Néstor Bulacio, el Servicio Penitenciario de SS de Jujuy, el Comisario Ernesto Haig (Jefe del Centro de Operaciones Policiales de Jujuy) y José Américo Lezcano (LE 8194882- Ex comisario General y del grupo de tareas de El Talar, San Pedro y Ledesma).

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OSVALDO JOSE GREGORIO GIRIBALDI D.N.I. 7.652.122, CI 107.890. Nació el 4 de Junio de 1949 en Santiago del Estero. Ingresó a la Facultad de Agronomía en 1967 (L.U. 1030/67) y se inscribió como alumno hasta 1972. Hasta el momento de su secuestro tenía aprobadas 18 materias (5º año). También era empleado del Ing. Ledesma. Fue secuestrado de su lugar de trabajo el 28 de mayo de 1976 en El Talar, Jujuy. En el momento de su secuestro y en forma paralela fue allanada su casa (donde vivía con su mujer y sus dos hijos) por personal de las fuerzas de seguridad que se trasladaba en una camioneta del Ingenio

Ledesma. Un informe (a todas luces fraguado, por las fechas…) suministrado por la División Antecedentes Personales de la Policía de Jujuy y adjuntado al juicio a las juntas (causa 13/84), indica que Giribaldi había sido detenido legalmente el 1º de junio de 1976, por infracción a la ley 20.840, habiendo sido liberado el día 10 de tal mes y año, por falta de mérito. (La Ley 20840 del 30 de septiembre de 1974 llamada de “Seguridad Nacional” sanciona a quienes preconizan la sustitución del orden económico, político y social de la Nación por vías no establecidas en la legislación vigente.) Lo cierto es que Giribaldi fue visto en la Cárcel de Gorriti el 14 de junio de ese mismo año por los santiagueños Julio Bravo y Mario Condorí. También se encuentra en calidad de desaparecido el hermano menor de Osvaldo, Mario A. Giribaldi (estudiante de abogacía de la UCSE, una hija), secuestrado junto a Cecilio Kamenetsky en Santiago del Estero a principios de 1976. Un compañero de cautiverio de Mario pudo hablar mucho con él mientras estaban cautivos en la prisión de la Calle Alsina de Santiago del Estero y Mario le contó que lo habían llevado al campo de concentración de Arsenales en Tucumán, donde le mostraron a su hermano Osvaldo torturado. Efectivamente, en octubre de 1976 Osvaldo fue visto en el Campo de Exterminio de la Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, junto a otros secuestrados de Jujuy. Los testigos de su secuestro en Arsenales son los santiagueños Héctor “Pito” Galván, Miguel A. Scat y su propio hermano Mario, quienes lo vieron junto al soldado Concha, Gloria Figueroa y su hermano Miguel Ángel (todos santiagueños desaparecidos en Tucumán). Osvaldo estaba casado y al momento de su desaparición tenía 27 años de edad, dos hijos y su mujer embarazada de una tercera hija (no lo sabía Osvaldo) a la que no pudo conocer aunque se enteró de su existencia en Arsenales. (nº CONADEP 02191). Su madre interpuso los recursos de hábeas Corpus Nº 888/83 y 1239/81, ambos ante el Juzgado Federal de Jujuy. Osvaldo Giribaldi integra la lista de casos de desaparecidos de origen italiano denunciados en el escrito presentado el 15 de Abril de 1994 en Roma. El 14 de agosto de 2006 se presentó querella penal acusando al Comandante del IIIer cuerpo de Ejercito (Menéndez), Bussi, jefe de la subzona 32 (Salta, Tucumán y Jujuy) la Guarnición Militar de de Jujuy y el R.I.M 20 comandado por el Coronel Néstor Bulacio, el Servicio Penitenciario de SS de Jujuy, el Comisario Ernesto Haig (Jefe del Centro de Operaciones Policiales de Jujuy) y José Américo Lezcano (LE 8194882- Ex comisario General y del grupo de tareas de El Talar, San Pedro y Ledesma).

Poema de Rosana Giribaldi (hija menor de Osvaldo, a quien no conoció) para su abuela materna, leído 1º de Junio de 2007 en el Acto por la Memoria, en el Aula Magna de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT. Mujer Mientras una paloma abraza tu cien Rezas Marchas tus ojos, no ven otra cosas que la búsqueda, el sueño de amamantar sus huesos con una lápida. Amor y el amor amor que nos sobra, en vertientes te derramas. Son dos tus cielos perdidos y a mis ojos trasciende tu esperanza vana. Amor y el amor amor que nos falta el cáliz el cirio y la alfombra en tus pies se hacen migajas, pero el tamaño de tu sombra será más grande que las cúpulas y el silencio que por debajo descansa. Pienso en los niños quietos que en las noches te esperaban y entiendo más inocencia se consume en la espera que aquella escondida en la voz de sus causas. Cómo apretar tus párpados con los míos para saber de su olor y su enseñanza. Cómo acariciar las fotos en blanco y negro sin buscarme en algo de su forma antigua y petrificada. Bebiendo voy bebiendo de néctar y rocío de verso a vino, bebiendo voy bebiendo la vida en la misa la pausa y la extrañeza la otredad, Y sin embargo su presencia en mí, en esta prisa se encuentra y desencuentra se toca y resbala. Mientras ellos aparecen Nuevas palomas blancas al cielo se levantan,

Que no seas tú y que descanses que aguantes, y lleguen a tus brazos tus niños dormidos que te quedes aquí y que te marches. Cómo jurar, como prometerte que haré tu llanto mío. Para que alcances el asilo en sus mundos pequeños en sus rodillas rojas y sus palmas perforadas. Cómo pedir que te quedes Cómo rezar por que te vayas. Si eres el nido abuela mía, si eres la cuna de aquellas alas que nos precipitaron a la búsqueda interminable para la justicia un Vacío y para la utopía una Garganta. Meciéndote en mis brazos nuevos bailaría sobre las babas del tremendo monstruo si lo venciéramos hallándote en mis palabras recogidos sobre el mundo en la bandera de un sueño donde el hombre y la mujer en un nuevo canto desnudos y al cielo se lanzan, y decir en la Belleza de la vida está la vida con sus misteriosas formas de alabanza, en Sacrificio humano y Brutal por la belleza de mártires ciegos por vislumbrar la esperanza, que destella los cielos y más cielos que acongoja a los mortales y a los muertos abraza. Y a los santos derramados por su pueblo por el pan y el cuchillo por la savia que en las raíces sumergidas aguarda su canto de gracia. Concede la vibración permanente de una plegaria en resonancia con los pulsos de la vida, entre los músculos tensos de la humana batalla. Mientras aguardan el polvo de otro suelo para sepultarse en una segunda y circular alabanza, donde las curvas armoniosas del tiempo todo lo encuentran. Y en el florecimiento de las pieles nuevas, Resurja la poesía y renazca la esperanza. Para sosegar el horror de aquellos criminales, Para que duerman tranquilos en sus celdas con sus pupilas rancias y recupere la forma de especie este Bestiario donde me lanzo a la Súplica de un cielo digno más transparente que estos ojos y mas fugaz y eterno que el batir de sus alas.

HUGO ANTONIO NARVAEZ HERRERA DNI 10.742.086, CI 120.184. Nació el 17 de Julio de 1953 en Jujuy. Ingresó a la Facultad en 1973 y se inscribió por última vez en 1976 (L.U.1972/73). Tenía 5 materias aprobadas. Alquilaba, junto a otros estudiantes jujeños, un departamento en la Calle 9 de Julio 89 5º Piso de la Capital. Desapareció en la madrugada del 17 de julio de 1976 en la Peña “El Alto de las Lechuzas”, de 24 de Septiembre y Marco Avellaneda, en oportunidad en que festejaban su cumpleaños con otros estudiantes de Ledesma (Jujuy).

A la medianoche, mientras los jóvenes se divertían en la peña Alto La Lechuza, un grupo de encapuchados allanó el departamento. Buscaban a Eduardo Cáceres, pero no lo encontraron; sólo estaban Osvaldo Jayat, Gerardo Herrera y Víctor Lemme, quienes se habían quedado estudiando. Obligaron a éstos, mediante amenazas, a decir dónde se encontraban los otros; luego los dejaron, en calzoncillos, en medio de los cañaverales de un paraje llamado El Manantial. A las 2 de la mañana entraron 6 encapuchados armados al local, encerrando a los presentes en una habitación del fondo, a excepción de un oficial del Ejército (vestido de civil) que al identificarse como tal fue autorizado a permanecer en su sitio. En esa ocasión secuestraron también a Juan Gerardo Jarma, José Manuel Cabrera, Rubén Molina y Rubén Canseco, todos de Ledesma, Jujuy. Fueron llevados en un Ford y un Torino Negros y sin patentes, sin que se tengan hasta ahora noticias de sus paraderos. Ese día, también fueron detenidos dos jujeños en San Miguel de Tucumán: Juan Carlos Espinoza, estudiante de Derecho y Ciencias Exactas, y Roberto Alejandro Polanco, estudiante de Medicina. Existen indicios de que en los secuestros de “El Alto de las Lechuzas”, así como en otros de estudiantes jujeños estaría relacionada Leoni Susana Auad, conocida como “La Piturra”, acusada de colaborar con los servicios de inteligencia del Ejército. Habría participado en tareas de inteligencia dentro del CCD “El Arsenal Miguel de Azcuénaga” e integrado grupos de tareas, secuestrando a estudiantes de la Facultad de Arquitectura y otros oriundos de Ledesma, Provincia de Jujuy, de donde ella proviene. Hilda Figueroa secuestrada - detenida durante el denominado “Apagón de Ledesma” recuerda haberlo escuchado quejarse, hablar o gritar a Hugo en el Centro Clandestino de detención (CCD) Guerrero (una hostería ubicada en el pueblo del mismo nombre, sobre la ruta provincial Nº 4 a catorce kilómetros de San Salvador de Jujuy). En el año 1976 era una hostería que usaba el Obispado para hacer retiros espirituales, se supone que era propiedad de la empresa Ledesma. Luego pasó a ser la Escuela de Policía y en la actualidad es un sitio recreativo de los sindicatos de SMATA, UPCN y UOCRA. Durante el juicio por la verdad histórica llevado a cabo en la Provincia de Jujuy, se deduce que el centro estuvo activo durante 30 a 60 días entre los meses de Julio y Agosto del 76, que coinciden con los denominados “apagones de Ledesma”. Se estima que por él pasaron de 120 a 150 personas, provenientes principalmente de Calilegua y el Departamento Ledesma, o que habían sido traídas de Tucumán. El CCD Guerrero estaba custodiado por la mañana por la policía provincial, por la tarde por el Ejército y por la noche por la Gendarmería. Raúl Bartoletti detenido en el CCD Guerrero declara: “Cuando llegamos era de noche. Ellos habían concentrado a los que detuvieron en Ledesma y en Calilegua y los compañeros que estaban estudiando en Tucumán pero que eran de la zona... Yo gracias a Dios no tuve picana, sí trompadas y patadas; pero sentía como torturaban a los compañeros y compañeras”. Datos no confirmados indican que Hugo fue visto tiempo después en el Campo de Exterminio de la Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán.

Sus familiares hicieron gestiones ante la policía Provincial, Federal, Cdo. De Brigada V, Juzgado Federal, Ministerio del Interior, Cdo. Del III Cuerpo de Ejército (Córdoba) y CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos-OEA) Su madre Enriqueta Herrera lo recuerda así: Después del festejo se venía a Jujuy porque se casaba mi sobrino que estaba en ese momento; por eso yo me aferro a la idea que es el Ejército el que ha secuestrado a mi hijo, porque le dice “perdóneme mayor”. Le faltaba un año para recibirse de ingeniero agrónomo. Con el secuestro casi nos morimos todos, porque lo conocían que era rebueno. Que podemos hacer, llorar nada más, de mi hijo no nos olvidamos. El era cuidadoso, llegaba del baile y se sacaba el traje, cepillaba bien el pantalón, lo doblaba y colgaba. Para vestirse era de primera, yo le compraba la ropa en Tucumán, en Modart; trabajaba en la telefónica en Libertador, le encantaba vestirse bien. Cuando se recuerda el apagón, lloró toda la noche, no tengo ni que vivir... yo digo “Voy a dar mi último suspiro pensando en mi hijo”. Mi marido se ha muerto con pena del hijo porque ese día que estaba muy grave me dijo “Esta noche me muero a las nueve y mirá si aparece Hugo” y se murió como a la hora que dijo. Espero que si hay un Dios, espero la justicia de Dios, porque ya del hombre no creo nada; que la justicia de Dios me la haga ver que estén todos presos los asesinos, que me la paguen, que paguen lo que han hecho. Que no sean tan cobardes; para mí, son cobardes, ¿por qué una persona que no es cobarde, va a encapuchar, va a ir con armamentos a sacar a los chicos que están en una peña o que están en la cama durmiendo? Para mí son cobardes, para mí no son personas, y yo creo que para nadie. Hugo Narváez Herrera perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos: De ellos, cuatro eran estudiantes universitarios de la UNT. El día de su secuestro Hugo festejaba su cumpleaños número 23. (Nº CONADEP 03575) DOMINGO FAUSTINO REALES

DNI 11.965.049. (L.U. 2562/75). Ingreso a la Facultad en 1975 y se inscribió por última vez en 1976. Nació el 15 de febrero de 1957 en Calilegua, Jujuy. Lo secuestraron el 10 de julio de 1976 junto con Leandro Córdoba, Rubén Carrazana y Luís Burgos en la calle Alsina 1518. Se realizaron trámites y recursos de Hábeas Corpus en el Juzgado Federal, Ministerio del Interior, Nunciatura Apostólica, Cruz Roja y CIDH.

Sus familiares hablaron con Monseñor Emilio Graselli en Prov. de Buenos Aires, diciéndoles éste que rezaran porque algo malo habría hecho. Su hermana Marta Gladis lo recuerda así: Mi hermano, era un chico inquieto, que le gustaba investigar y compartir lo que sabía con sus amigos. Estudiaba Ingeniería civil en Tucumán. Estudiaba y trabajaba para pagarse los estudios. Siempre fue buen alumno y de chico era abanderado de la escuela. Compinche y cariñoso con sus hermanas. Fue secuestrado y desaparecido el 10 de julio de 1976. Mi madre estuvo desde el principio junto a Olga* y marchaba. Todos los jueves. Solía traer a mi hijita Agustina con un pañuelito en la cabeza. Y cuándo ya su enfermedad no la dejo venir a las marchas, se quedaba en casa llorando. Fue una luchadora, fue Sixta Tejerín de Reales. Mi hermano y mi madre nos acompañan y nos dan fuerzas para seguir buscando justicia. Para todos, no sólo para mi hermano, para los treinta mil. Yo tengo fe y confianza que, con el tiempo, la justicia ha de llegar...”

Su hermana María del Milagro comenta: Domingo o Mingo como le decíamos en casa, fue mi único hermano varón, fue mi gran amigo y cómplice de miles de travesuras cuando niños. De adolescentes, fue el confidente incondicional. Fue poeta que plasmaba en un papel, todas las ensoñaciones que su tierna juventud le inspiraba, las que se basaban en un mundo de justicia, de equidad y de verdad. Cuando se lo llevaron, la vida se detuvo, de golpe y bruscamente el cielo anocheció. La desesperada incertidumbre de mi madre le robó para siempre la sonrisa. Entonces, junto a ella, mi padre y mis hermanas emprendimos el interminable, infinito camino de la búsqueda. Tocamos miles de puertas, esperanzados en la posibilidad imaginada de que alguna vez, brillará la luz de su voz, de su presencia. Sin embargo, no encontramos nada más que el eterno silencio. Nada más que la oscura espalda de aquellos que desconocen desgraciadamente el respeto por la vida, de esos que se creen los “dueños del perdón”. Y aquí estoy amado hermano... Aún después de tantos años, después de tanta vida recorrida. Hoy como siempre, digo presente, aunque vientos nuevos refrescaron mi rostro y aliviaron mis húmedos ojos. No pasó ni pasará jamás un solo día sin recordarte Mingo, sin hablar de ti, sin sentir tu vida pura junto a mi camino, sin cansarme de decir de gritar que ni aún el recuento de tantos años borrarán tus pasos. ¡¡¡ Mingo Reales, amado hermano, estás siempre presente!!! Como están presente, ahora y siempre los treinta mil detenidos desaparecidos. Su amigo Guillermo Sergio Quispe con quien compartió la facultad y la pensión por algún tiempo nos dice: Era alegre bromista, no dejaba de sonreír... era un buen compañero. El Flaco está presente en cada día y se que alguna vez volveremos a encontrarnos. Por eso lucho, por él y su recuerdo y por mis hijos, para que tengan un país mejor. Un país donde no haya impunes. Domingo Reales fue visto en “Guerrero” por H. Campos el 1-8-76. (Leg. 2545 CONADEP). Tenía 20 años. * Se Refiere a la Señora Olga de Arédez luchadora incansable por los derechos humanos, fundadora del grupo de Madres de Plaza de Mayo de Ledesma.

LEANDRO RODOLFO CÓDOBA LE 10.008.469. También figuraba inscripto en la Facultad de Ciencias Exactas. Nació el 8 de febrero de 1952 en Calilegua, Jujuy. Fue secuestrado de su domicilio de estudiante, en Alsina 1518, San Miguel de Tucumán en la madrugada del 10 de Julio de 1976 junto con Carrazana, Burgos y Reales. Sin embargo el testimonio de su hermana contradice la edad y el lugar de secuestro de Leandro (ver más abajo).

Testigos oculares que no se identificaron por razones de seguridad manifestaron que en ese procedimiento actuó personal uniformado, fuertemente armado (que al parecer sería de la Federal o del Ejército) que ingresaron volteando puertas y ventanas, llevándose a los estudiantes con rumbo desconocido en un patrullero y un celular. Trasladados los familiares al lugar de los hechos sólo encontraron vestigios de lucha y toda la ropa despedazada a tirones. En la Central de Policía de Tucumán les dijeron a los familiares que habían sido detenidos por orden del Coronel Carlos Néstor Bulacio, Jefe del R.I.M. 20 (Regimiento de Infantería de Montaña 20) de Jujuy. Denuncia uno de los familiares que en ocasión de relatar los hechos a Monseñor José Miguel Medina (Obispo de Jujuy), detrás de unas cortinas se encontraban dos militares grabando la conversación. Medina les dijo que rezaran y que fueran más a misa, diciendo que la desaparición de Leandro se debía a la mala crianza y que en algo estaría metido. Su hermana Gloria Córdoba los recuerda así: mis hermanos eran Leandro Rodolfo y Germán Tomás. Ellos como toda persona joven estudiaban, trabajaban y tenían amigos. Leandro tenía 27 años. Desaparece de acá (Calilegua), se lo llevan de mi casa. Vino la policía. Entraron a la casa amenazando a toda la familia, nos apuntaban con unas ametralladoras así como si fuéramos unos delincuentes, unos asesinos. Era de madrugada, nos levantaron de la cama a toda la familia, nos hicieron poner cabeza sobre la pared, me acuerdo que mi Papá estaba descalzo y uno de mis hermanos desaparecido, tenía un solo zapato. Revolvieron todo, tiraron todo, mi madre solía tener dinero, cosas de oro, todo se robaron. Decían que el Sr. Germán Córdoba en la comisaría. Se lo llevaron. Mi mamá decía “Che, no vienen tu hermano y tiene que ir a trabajar”. Mis dos hermanos fueron hasta la comisaría, cuando llegaron ya lo estaban subiendo a la camioneta. Se lo llevan a Jujuy, después nunca más. Siempre nos decían” están incomunicados”. Nosotros le dejábamos cigarrillos, jabón, galletitas pero nunca nos han dejado verlo. Nunca los vimos, nunca más. Mi madre desde que desaparecieron mis hermanos lloró todos los días de cada día. Fue muy doloroso. Todos se apartaron, en el pueblo nos decían “los hermanos son subversivos .Nosotros nos preguntábamos “Dios, ¿Qué hicimos? Nada, nada, nada”. A nosotros nos costó muchos años superar, yo veía un policía en la calle y se me deformaba la cara aunque yo creo que uno nunca olvida... Lo bueno de estas marchas es que hay mucha gente. En cambio antes nadie nos apoyaba, sólo las madres y los hermanos. Íbamos marchando y todos nos miraban como sapo de otro pozo. Pienso que por fin la gente está tomando conciencia, a mí me parece bien que sea pacífico. Ellas marchan calladitas, y con su pañuelito blanco. Yo a mis hermanos siempre los voy a llevar en el corazón, son hermanos aunque no estén. Yo siempre los he criado a mis hijos con la idea de esos dos hermanos, de sus tíos. Siempre les hablo de esos dos hermanos desaparecidos y lo que causó a mis padres que nunca lo superaron. Mi madre llora y llora todas las noches y ella tenía la esperanza de que sus hijos iban a llegar, pero nunca han llegado. Su hermano Germán Tomás también detenido desaparecido perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos.

Fue visto por última vez en el Campo de Concentración de Guerrero, Jujuy, por Ernesto Samán. Su legajo no se encontró en la facultad. Tenía 24 años (Nº CONADEP 01222, Decl.No:4891)

RUBÉN HORACIO CARRAZANA

LE 10.375.974. (L.U. 1865/73). Ingreso a la Facultad en 1973 y se inscribió por última vez en 1976. Nació el 27 de agosto de 1952 en Ledesma. Encontrándose en un asado en calle Alsina 1518, su domicilio en Tucumán, fue secuestrado por un grupo de la Policía Federal el 10 de Julio de 1976 a las 2 de la mañana, junto a sus compañeros Córdoba, Reales y Burgos (todos de Jujuy). Se realizaron trámites ante Policía Federal, Cdo. De Brigada V, Policía de Jujuy, Ministerio del Interior y CIDH. (Nº

CONADEP 00941, Decl.No:4892). Su madre Amanda Murillo de Carrazana lo recuerda así: Yo tuve seis hijos, tres varones y tres mujeres. Mi hijo Rubén estudió en la Escuela Normal de Ledesma y de ahí se fue a la Universidad de Tucumán. Estudiaba Ingeniero Agrónomo. Mi esposo, que hace dos años murió, era un hombre ejemplar, me decía “Amanda tenés que viajar a Tucumán a pagar todo lo que Rubén estudiaba”. Él era el más chico, tenía 24 años. Mi hijo, le digo, y que Dios sabe era estudioso. Cuando yo iba a Tucumán él me decía “mamita voy a clase y espérame a que yo salga”. Íbamos al parque y ahí comíamos los dos. Él estaba conmigo y yo le preguntaba “¿Cómo es tu vida, papito, cómo

andás? Y el me decía “mamita, no te hagas problema, ya me falta poquito, quizás en un año ya me reciba, mamita de ingeniero agrónomo”. Cuando lo llevan de Tucumán y me avisan me enloquecí en ese rato. Ha sido a las 12 del día, en que yo estaba sirviendo la comida a mi esposo. Dicen que ellos porque estaba con unos compañeros de Jujuy, era de tardecita, un 9 de julio habían idos a ver el desfile. Mi hijo estaba con Domingo Reales, Burgos y con Córdoba, que son de san Pedro, que también son desaparecidos. Yo en esos días le había hecho un giro para que se venga porque era el bautismo de su sobrino. Me contaron que dicen “Che, que les parece si vamos a comer algo en la puza”. No habían comenzado a comer que el hombre que ha hecho el asado (un viejito del frente) salió a la puerta y ha visto que toda la cuadra la habían tapado los milicos y ahí se lo han llevado a mi hijito. Después cuando me avisaron salí como loca a Tucumán. Anduve por ahí solita. Después fuimos con las chicas Reales. Hemos andado allá, por dónde no hemos andado. Donde había un ejército íbamos a la puerta. Nos habían contado que era la federal la que lo habían llevado, también hemos ido allí. Después salen al rato y dicen “No, no está” y Ud. sabe que entrábamos y nos apuntaban con armas y nos preguntaban “¿Qué buscan?” Y Yo les dije “Ay señor, por favor, mi hijo no ha sido un delincuente, nunca en la vida ha sido un delincuente”. “Bueno” dice “ya le vamos a buscar y cuando lo encontremos, le avisamos” con eso nos han largado. Una vez decían que estaba en la frontera de Jujuy, Paraguay por ahí. Me fui con una señora, mis hijos me dieron cada uno un poquito para que yo pueda viajar. Yo digo como siempre la Doña Olga*, pobre ella siempre quería salir, antes éramos poquitos los que íbamos a las marchas, no se animaban a salir. Yo se lo juro por Dios que no tenía miedo ¿sabe que pensaba?, si mi hijo no va a aparecer, que me maten de un tiro. Decía yo “Por Dios, no voy a poder seguir viviendo” pero yo iba a mi casa tenía mis tres nietos criando. Así que yo tenía mis tres chicos chiquitos. Ahora siento que hay más gente, más apoyo esa gente que viene que he visto de Bs. As. Cuándo estaba Alfonsín que hicimos una marcha grandísima yo he estado ahí, en Bs. As., he estado debajo de la bandera donde decía “los desaparecidos de Ledesma”. Yo mientras viva voy a estar al lado de todos, porque es una búsqueda más intensa. Y tenerlo siempre presente. Día y noche penaba y de lo bien que estaba decía “Ay, mi hijo ¿dónde estaría?” Usted sabe como es una cosa que me imagino que yo lo voy a ver, pero ... ya no, pero verlo, siquiera a los huesos de él. Cuando murió mi esposo, hice hacer un nichero para mi hijito, que algún día si estoy viva me lo entreguen y quizás muera yo con tranquilidad. Rubén Horacio Carrazana perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos. De ellos, cuatro eran estudiantes universitarios de la UNT. * Se Refiere a la Señora Olga de Arédez luchadora incansable por los derechos humanos, fundadora del grupo de Madres de Plaza de Mayo de Ledesma. No hay testimonios de su paso por un Campo de Concentración. Tenía 23 años. JUAN CARLOS PASTORI

LE. 11.909.139. (L.U. 1987/73). Registra su última inscripción en la facultad de Agronomía en 1974. Al parecer luego se pasó a la facultad de Arquitectura. Existen indicios de que en su secuestro estaría relacionada Leoni Susana Auad conocida como “La Piturra” acusada de colaborar con los servicios de inteligencia del Ejército. Habría participado en tareas de inteligencia dentro del CCD “El Arsenal Miguel de Azcuénaga” e integrado grupos de tareas, secuestrando a estudiantes de la Facultad de Arquitectura y

otros oriundos de Ledesma, Provincia de Jujuy, de donde ella proviene. Unos días después del secuestro de Pastori fue secuestrada su novia NORA CAJAL, también estudiante de arquitectura, liberada posteriormente a los 40 días, la cual estando en cautiverio pudo ver a Juan Carlos en el Arsenal. Juan Carlos estaba incorporado como soldado conscripto a la Compañía de Comunicaciones V desde el 22 de abril de 1975. Su desempeño como soldado le valió el ascenso a dragoneante. Hoy es uno de los 129 soldados desaparecidos por la dictadura que José Luís D'Andrea Mohr describe en su libro “El Escuadrón Perdido” (Los genocidas le agregaron a sus desapariciones la cobarde acusación de “desertores”). Según las autoridades de la V Compañía de Comunicaciones, con sede en Tucumán, Juan Carlos salió en comisión el 25 de septiembre de 1976 y a las 20.45 fue agredido por una patota después de lo cual regresó al cuartel haciendo conocer tal novedad a su superior inmediato. Este le indicó que fuera a hacerse curaciones y que se retirara a su domicilio. A partir de entonces está desaparecido; pero la familia cree que todo el episodio fue urdido por personal militar. Esa teoría está reforzada por la “baja por deserción”, sin búsqueda militar ni policial en el domicilio. Los militares responsables de la Compañía en esa época son: Jefe: Mayor Alfredo Francisco ANDUJAR Comandante de Zona: General Luciano Benjamín MENENDEZ Comandante de Subzona: General Antonio Domingo BUSSI Jefe de Área: Teniente coronel Ernesto ALAIS Jefe del Destacamento de Inteligencia 142: Teniente coronel Eusebio GONZALEZ BREARD. El señor Andrés PASTORI, padre del soldado desaparecido, realizó trámites ante el mayor Alfredo Francisco ANDUJAR, jefe de su hijo; ante el Comando en Jefe del Ejército, el Ministerio del Interior, la Gobernación de Tucumán, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas. Además, intentó el camino de la Iglesia católica. En marzo de 1979 el señor PASTORI recibió una carta de sor Beatriz GUTIERREZ que terminaba así: "Cuando se espera con FE, sin esperar o indagar demasiado, rezando con serena esperanza y sin temer, perdonando a quienes obraron sin luz, entonces Dios y la Virgen se complacen en escucharnos". Juan Carlos fue visto tiempo después en el Campo de Exterminio de la Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, donde muere a causa de las torturas recibidas. Juan Carlos Pastori perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos. De ellos, cuatro eran estudiantes universitarios de la UNT. Tenía 23 años. (Nº CONADEP 03871). JOHNNY VARGAS OROZCO

LE 11-826.622. (L.U.2049/73). Ingreso a la Facultad en 1973 y se inscribió por última vez en 1976. Nació el 29 de Abril de 1952 en Cochabamba, Bolivia y se había nacionalizado como argentino tres meses antes de ser secuestrado. Estando en su domicilio de Ledesma, Jujuy, se apersonó el 17 de Julio de 1976 a la una de la mañana, el Comisario Américo Lezcano (jefe de la seccional de policía Nº 24 del Dpto.

Ledesma) con ropa de civil, el Cabo Sánchez y un Alférez de la Gendarmería Nacional afectado al Ingenio Ledesma. Le indicaron que lo dejarían en libertad luego de algunas averiguaciones, conduciéndolo a la Seccional 24 de Ledesma, a cargo de Lezcano.

Al amanecer fueron su madre y esposa a quienes les dijeron que lo habían llevado a la Central Policial de Jujuy. Allí los recibió el Comisario Ernesto Haig, quién confirmó su detención en ese lugar diciendo que estaba incomunicado. Al día siguiente les dijo que sería muy difícil que recuperara jamás la libertad pues estaba a disposición del Coronel Carlos Néstor Bulacio (Jefe del RIM 20) y que se hicieran a la idea de que no lo verían más. Luego se enteraron de que fue visto en el Campo de Concentración de Guerrero junto a los estudiantes desaparecidos en Tucumán. Denuncias en la OEA (CIDH) y Hábeas Corpus con resultados negativos. Fue visto por Ernesto Samán (leg. 4841 CONADEP) en “Guerrero” en Julio de 1976. Su hermano José Vargas lo recuerda así: Mi hermano en esa época estudiaba Agronomía en la UNT, y como hermano, por supuesto, ha sido una buena persona. Nunca ni hemos imaginado lo que ha pasado cuando lo han detenido, no pensamos que iba a ser un desaparecido. Nosotros vivíamos en Ledesma desde el año 1973. A él lo vienen a buscar en la casa, vino el ejercito inclusive estuve yo. El que lo llevó fue el comisario (José Américo) Lescano, en una oportunidad tuvimos ocasión de hablar, casi nos vamos a las manos, decía “no sé”, negaba rotundamente que él había sido, pero él participó porque nosotros lo vimos. Se lo llevan esa noche del apagón, uno no tomaba conciencia lo que había pasado, era como un apagón cualquiera. Al otro día tampoco nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando. A la semana recién se empezó a comentar de todos los detenidos, de todo lo que había pasado. Después vamos a averiguar y nadie nos quería decir nada. Inclusive amenazaban que si yo seguía averiguando me hacían desaparecer. Nosotros empezamos a venir al RIM 20 (Regimiento de Infantería de Montaña) porque decían que acá los tenían detenidos. Decían que estaban bajo el poder de los militares que no daban a conocer nada porque era sumario secreto. Entonces les decían a las madres que no se preocupen, las reunían a las pobres madres y les decían que en cualquier momento podían aparecer que era nada más que para una investigación. Venimos de Ledesma (a San Salvador de Jujuy) cada día por medio pero nunca se supo nada, nadie quiso dar ninguna noticia real. ... Nosotros hemos sido una familia chica, estaba mi madre y yo, nada más, el resto de la familia estaba en Bolivia. Mi madre fue la que se puso al frente con el tema de la búsqueda. Inclusive fue a Bolivia, a Norteamérica, a las Naciones Unidas, hizo cartas pero no hubo caso. ... Se empiezan a hacer reuniones, para ver si se podía organizar una marcha de repudio. Y creo que después del año la gente había tomado conciencia de lo que había pasado. Pero realmente al principio no se sabía con exactitud si ellos eran realmente desaparecidos o estaban detenidos. Mi madre murió en 1995 ella ha estado siempre presente en las marchas. .... Mi hermano nació en Bolivia pero se nacionalizó tres meses antes de que lo detengan. Nosotros nos vinimos de chicos, nos criamos en Córdoba. Con mi hermano nos llevamos cuatro años de diferencia. Mi hermano era de carácter distinto al mío. Era más sumiso, medio callado, el apodo de el era el “Trunchi”, así le decían sus compañeros de la Escuela Normal, inclusive en el curso de él hay como diez desaparecidos. Hay anécdotas de irse a bañar al río, cosas de esas (...) En Ledesma decían que había tirado una bomba a las máquinas, era mentira eso era una patraña de los de Ledesma con los mismos policías y el ejercito. Eso yo me enteré después, por los mismos empleados de Ledesma. Mi hermano nunca trabajo para Ledesma, el siempre estudió, yo trabajaba en una casa de repuestos. Hay una anécdota, había un jefe de gendarmería, (Mario) Patanes, era muy allegado al negocio, no era amigo mío, pero había cierta confianza y me dijo una vez que si yo tenía un hermano que estudiaba en Tucumán, que tenga cuidado porque lo iban detener, que si se podía ir a otro lado se vaya, el me decía “ustedes son bolivianos” ¿Cómo no se va tu hermano a Bolivia? Decía que lo iban a detener nada más, no decían otra cosa, que iban a tomar medidas tan grandes como la han tomado. Me acuerdo que viajamos con otro muchacho a Tucumán y lo quisimos traer para

llevarlo a Bolivia y él no quiso viajar. Yo realmente no supe ni nunca me contó nada pero después me enteré por los muchachos que estuvieron detenidos y liberados que en Tucumán se juntaban, se reunían, que ha estado participando pero no sé de qué partido. (...) Con mi mamá siempre estuvimos participando de las marchas. Después cuando me vine para acá (a San Salvador de Jujuy) ya no. No fui ni el año pasado ni el anteaño. Pero a todas las marchas sí (...) Rufino Lizárraga detenido y secuestrado en el CCD Guerrero reconoce las voces de Johnny Vargas cuando se encontraba secuestrado en Guerrero. Raúl Bartoletti (detenido – secuestrado en el CCD de Guerrero) le rindió un reconocimiento y homenaje público recientemente en la Escuela Normal de Libertador. ... “Un compañero que estuvo conmigo en el CCD de Guerrero; un día cuando me llevan para interrogarme él estaba presente y le preguntan ¿Lo conocés, es tu amigo? Sí, contesta. ¿Él en qué andaba, que grado tiene en la organización? No en nada. Pero ¿Él era? No, en nada. Si él en ese momento por miedo o por dolor, hubiese dicho algo, a lo mejor hoy yo no estaría acá.” Johnny Vargas Orozco perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos, de los cuales cuatro eran estudiantes universitarios de la UNT. Estaba casado y al momento de su desaparición tenía 24 años. (Nº CONADEP 05241).

GLORIA CONSTANZA CURIA

DNI 12.414.552. Nació el 10 de abril de 1953 en Tucumán. Era bachiller Egresada de la Escuela Sarmiento. Tenía estudios de la Licenciatura de Artes Plásticas. Ingresó a la FAZ en 1976 (L.U. 2618/76) siendo a la vez empleada de oficina. Registra su última inscripción el 30/03/76. Pero sólo sería alumna de nuestra facultad por un mes y medio. A las 0.30 del 12 de Mayo de 1976, irrumpió en su domicilio familiar de esta ciudad, un grupo de 5 enmascarados, con armas largas y uniformes de guerra, preguntando por Constanza y su Hermano Fernando (20 años, también

desaparecido) a los que encañonaron y vendaron los ojos, llevándolos por la fuerza. Se fueron en dos vehículos y a pesar de todas las diligencias ante autoridades militares, policiales, judiciales y eclesiásticas, nunca se supo su posterior destino (Policía Federal, CIDH y varios Hábeas Corpus ante el Juez Federal). Constanza y su Hermano fueron vistos por Juan Martín en el Campo de Concentración de la Jefatura de Policía en Agosto de 1976. Tenía 23 años. (Nº CONADEP 01324, Decl.No:5545).

OSCAR RAMÓN CABRAL

L.E. 11.157.376. (L.U. 2374/75). Ingresó a la Facultad en 1975 y se inscribió por última vez en 1976. Desapareció el 2 de febrero de 1977 en Aguilares, donde residía, cuando se dirigía a una reunión en casa de amigos. En circunstancias en que transitaba en el auto de su padre (aproximadamente a las 22 hs.) fue interceptado por un automóvil que se cruzó, bajando dos hombres con armas, quienes lo obligaron a subir al vehículo de ellos, secuestrándolo. Todo esto ocurrió en pleno centro de Aguilares y en presencia

de transeúntes. Denuncia radicada en Comisaría local y Juzgado Federal (causa: “Autores desconocidos S/secuestro”). Era muy alto (medía 1,90 m) y fue visto muy delgado en su cautiverio. Fue visto en 1977 en el Campo de Concentración del Ex-Ingenio Nueva Baviera por Juan Martín y en la Comisaría 4ª de Mar del Plata (En testimonios Nos: 9013, 3596 y 00440). (Nº CONADEP 00767, Decl. No:5885). Tenía 24 años. Carta para Oscar Cabral leída por su hermana el 1º de junio de 2007 en el Acto por la Memoria, en el Aula Magna de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT. Oscar, querido hermano: Hacía tiempo que no pronunciaba tu nombre en voz alta… Quizás por no tener a quién hablarle de vos. Pero vos sabes que yo siempre te hablo, porque desde siempre y para siempre estás en mi pensamiento y en mi corazón. Hablar de vos, hermano mío, es hablar de la alegría, de la esperanza hecha sonrisa y canción, es hablar de los sueños por un mundo distinto, es hablar de las ansias de justicia, pero de justicia vivida dentro de uno, trabajada día a día, hombro a hombro, con sacrificio, con entrega, con solidaridad. Tu amor por la vida, y por la vida digna, te hizo sembrar en todos lo que te conocieron, semillas de bondad, de templanza, de paz. Fuiste un constructor de sueños. Desde tu guitarra y tu dulce voz, llenabas los oídos de los que te rodeaban con un canto de esperanza, de fe, de ilusión. Si,….creías que era posible, que devolverle la sonrisa a aquel niño que sufre, era posible. Que abrigar con tu abrigo a aquel que tiembla de frío, era posible. Y te ocupaste de hacerlo. Desde mi fresca adolescencia te vi procurar el bienestar de otros. Tu vida no pasaba por encontrarte con la miseria y mirar para otro lado. Tu vida consistía en preocuparte y ocuparte. Así es como de pronto tenías una remera menos o de menos un pantalón, porque estaban de seguro, y a tu criterio, en mejores manos. No sé el por qué de tu desdichado destino. Se lo pregunto a Dios a cada instante. Si tu mirada era limpia, transparente, generosa. Si era tan limpio y noble tu corazón… Ni un rasgo de violencia, de rencor, de mezquindad empañaba tus actos. Fuiste un hijo ejemplar, un hermano cariñoso y sobre protector, un amigo leal, un muchachito simple, lleno de sueños que recién comenzaba a transitar y construir su vida.

Seguramente estarás en algún lugar del cielo. Allí fueron a buscarte mamá y papá, que jamás bajaron los brazos y que se fueron en un viaje eterno, tranquilos sonrientes, tal vez con el deseo de encontrarte y abrazarte. Te rindo mi homenaje, hermano de mi corazón; le rindo homenaje a la vida que viviste y a la memoria que hoy nos convoca. Que sea YA NUNCA MÁS pero también un Nunca más a la violencia., Que el Fin JAMÁS JUSTIFIQUE LOS MEDIOS. Que el odio y el rencor no nos hagan cometer más errores. Honremos la vida, cuidemos La Vida. Por nuestros hijos y por los que vienen detrás. Construyamos un mundo de paz. LUIS BURGOS

DNI 12.007.023, CI 8.302.576. (L.U. 1853/73). Se inscribió por última vez en 1976. Nació el 17 de abril de 1950 en Jujuy y residía en Bolívar 1975, Barrio Ciudadela. Estando en un asado en la calle Alsina 1518, donde residían otros compañeros, se presentó a las dos de la mañana del 10 de Julio de 1976 un grupo de la Policía Federal y lo detuvo junto con los compañeros Córdoba, Reales y Carrazana, también de nuestra facultad.

Se realizaron trámites ante la Central de Policía de Tucumán y Cdo. De Brigada V. Al momento de su secuestro tenía 26 años (Nº CONADEP 09182) SUSANA IRENE MACOR DE DÍAZ

LC. 11.116.530. Nació el 15 de Diciembre de 1954. Era egresada en 1972 de la Escuela Sarmiento, e ingresó en 1973 a la carrera de zootecnia (L.U. 2088/73) donde cursaba el 1er año. Se inscribió por última vez en 1974. Desapareció el 27 de Mayo de 1976 en Tucumán, fue vista por última vez, en compañía de su esposo, “Parche” Díaz, y un hermano, en el Campo de Concentración de la Jefatura de Policía de Tucumán por Juan Martín el 1-8-76 Tenía 21 años. (Nº CONADEP 08786).

RAMÓN ANTONIO JIMENEZ Desapareció con sus documentos el 19 de Diciembre de 1976. Salió de la facultad y nunca regresó a su hogar en Banda del Río Salí. Cursaba 4º año de Agronomía. Su legajo no se encontró en la Facultad. Tenía 27 años. (Nº CONADEP 02618).

RODOLFO ALBERTO RUSSO DNI 11.065.614, CI 388.999. Nació el 7 de Abril de 1954. Ingresó a la F.A.Z. en 1973 (L.U. 2019/73) y tenía 10 materias aprobadas (4º año). Registra su última inscripción el 22/3/79. Además de estudiar trabajaba vendiendo libros. Desapareció el 17 de Julio de 1979. En el ANEXO del Informe de la CONADEP se cita a una persona de apellido Ruso (con una sola “s”) vista en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el 1-8-79, época coincidente con la desaparición de Rodolfo. Tenía 25 años cuando desapareció. (Nº CONADEP 09124).

RAMÓN AMÉRICO AMAYA “Mori”

LE 10.857.437. (L.U. 1824/73). Ingreso a la Facultad en 1973. Nació en Aguilares el 25/7/53. Además de estudiante, era empleado en el Ingenio Aguilares (sección laboratorio). A las 6 hs. Del 15 de octubre de 1976, un grupo de personas de civil que se identificaron como policías lo sacaron de su lugar de trabajo sin dar explicaciones. Se denunció en Policía Provincial y Federal, Cdo. De Brigada V, Ministerio del Interior, Presidencia de la Nación, Cruz Roja internacional y Hábeas Corpus ante el Juez

Federal. Fue visto por el detenido (y luego liberado) Juan Martín, en el Campo de Concentración del Ex-Ingenio Nueva Baviera: “A mediados de Diciembre de 1976, a siete u ocho prisioneros entre ellos Leandro Fote (dirigente sindical y ex senador provincial), Fernando Ojea y Ramón Amaya, nos ordenaron salir del laboratorio celda y nos subieron a una camioneta Ford. Durante dos horas circuló por caminos de tierra, ingresando luego nuevamente a Nueva Baviera. Por comentarios de la guardia supimos que se habría hecho una inspección al Ingenio, organizados por miembros de algún organismo internacional. El propósito de Bussi y Arrechea era claro: volviendo a secuestrar a los prisioneros ya secuestrados alojados en el campo de concentración podían demostrar que no había ningún campo ilegal de reclusión, ni se torturaba”. En Nueva Baviera se vio al General Bussi (Gobernador y Cdte. De la V Brigada), al Coronel Cattáneo (2º Cdte. De la Brigada), al Tte. Cnel. Arrechea (Jefe de Comando de Zona de Operaciones) y al Mayor Augusto Neme. El “Grupo Operativo” para secuestros y tortura estaba integrado por 25 o 30 policías liderados por el Cabo Iº Héctor Calderón. “En una reunión en el Comando participaron integrantes del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. Presidía la reunión Bussi, quien presentaba a los prisiones con nombre y apellido y realizaba un breve historial de cada uno antes de instar a los oficiales presentes a que nos interrogaran. Entre los que fueron llevados allí, todos esposados con las manos a la espalda, estaba, Julio Abad, Rodolfo Lerner, Leandro Fote, Ramón Amaya, Aída Villegas y un correntino de apellido Mauri”. “otra reunión similar (también en el Comando) se hizo con oficiales del Estado Mayor del Tercer Cuerpo, presidida por su Comandante, General Luciano Benjamín Menéndez. Los prisioneros interrogados en esa oportunidad fuimos Fernando Ojea, Ramón Amaya y yo. Esta vez nos llevaron con los ojos vendados hasta el recinto. Al quitarnos las vendas, lo primero que vimos fue a los oficiales del Ejército y un cartel colgado a nuestros cuellos donde se consignaba nuestro nombre, apellido y edad”. Con anterioridad, en octubre de 1976, Mori fue visto en la Comisaría 4ª de Mar del Plata (ANEXO CONADEP). A fines de 1977 se disuelve el Campo de Nueva Baviera siendo trasladados los detenidos a otros centros de reclusión y tortura. Leandro Fote por ejemplo fue visto en Febrero e 1977 en el Campo de exterminio del Arsenal Miguel de Azcuénaga en Ruta 9. Julio Abad, que también estuvo en la

Comisaría 4ª de Mar del Plata fue visto a fines de 1976 en Arsenal. También Rodolfo Lerner fue visto en 1977 en el Arsenal. Sin embargo no hay más noticias sobre Amaya. Al momento de su detención Mori tenía 23 años. (Nº CONADEP 00214). SANTIAGO OMAR VICENTE

L.E. 10.020.107; C.I. 8.698.183 (Pol. Fed.). Nació el 25 de Julio de 1952 en Santiago del Estero. Ingresó a la Facultad en 1970 (L.U. 1364/70). Se inscribió por última vez en 1973. Había sido detenido en Santiago en 1974, ocasión en la que el CEAZ, con la firma de Horacio Olmos, Manolo Juárez y Pablo López pide por su libertad y denuncia las torturas a las que fue sometido, siendo luego liberado. Desapareció el 1º de Febrero de 1976 (antes del golpe militar) en San Miguel de Tucumán, cuando salió de casa de sus suegros para hacer unas compras. A pesar de haber

ocurrido en la vía pública no se conocen testigos del secuestro. El mismo día secuestran a su esposa (que hacía poco había tenido familia) en Santiago del Estero, a la que posteriormente trasladan a Tucumán. Santiago y su esposa se reconocen mutuamente en un Campo de Concentración (posiblemente en la Jefatura de Policía) a pesar de no poder verse por estar “tabicados”, es decir con los ojos vendados. Son trasladados juntos a varios centros clandestinos de detención (3 o 4) en el lapso de un mes donde se comunican por toses y por los gritos provocados por los golpes y torturas. Recién tienen oportunidad de hablar brevemente en el Campo de Concentración de “La Escuelita” en Famaillá, desde donde son trasladados nuevamente a la Jefatura. Entre el 10 y el 14 de Marzo de 1976 su esposa es “legalizada”, siendo trasladada a disposición del P.E.N. a la prisión de Villa Urquiza, donde se alojan luego sus dos hijas con ella. De esa fecha guarda la última imagen de Santiago, con el pantalón destrozado, descalzo y sin camisa, abatido por los golpes y la tortura. La respuesta que recibía su esposa en Villa Urquiza era que Santiago estaba prófugo, pero que lo matarían en el lugar en que lo encontrasen y que se olvidara de él. Sin embargo supo por otras detenidas que había sido visto en otro Campo de Concentración y que había preguntado por sus hijas. En la época de la detención, los familiares fueron a la casa donde vivían, encontrando sólo el contrapiso. Todos los muebles y artefactos fueron saqueados por las fuerzas de “seguridad”. En la Jefatura, su esposa reconoció el sonido particular de su heladera y vio a detenidos vendados y vestidos con sus ropas. Al solicitar agua, le fue servida en sus propios vasos. La esposa de Santiago fue trasladada a Villa Devoto donde pasó dos años sin ver a sus hijas. Salió en libertad en Mayo de 1979 sin que se le haya abierto ninguna causa. Nunca hubo respuesta oficial sobre la situación de Santiago, a pesar de haberse presentado Hábeas Córpus, denuncia ante la Policía Provincial (de donde desapareció toda constancia) y ante la Cruz Roja Internacional. Al momento de su desaparición Santiago tenía 23 años. (Nº CONADEP 05322). El Periódico de Tucumán, informó recientemente que la ex Presidenta de la Nación, María Estela Martínez de Perón, procesada por el juez federal Norberto Oyarbide por la represión ilegal previa al golpe militar de 1976 podría ser citada a declarar en los tribunales federales de Tucumán por la causa de Santiago Omar Vicente que figura como uno de los hechos en los cuales se presentó como querellante ante el fuero federal tucumano el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Luís Eduardo Duhalde.

Estudiantes detenidos en una toma de la Quinta Agronómica en 1974. El que encabeza la fila es Santiago Vicente. El Segundo es Domingo Reales. Texto leído por Andrea Vicente en homenaje a su padre el 1º de Junio de 2007 en el Acto por la Memoria, en el Aula Magna de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT. El 1ro de febrero de 1976 era secuestrado en la vía pública Santiago Omar Vicente, “Santi” le llamaban sus amigos, y yo, para ese entonces, ya había aprendido a decirle “papá”. Tenía 23 años, era estudiante de la carrera de agronomía en esta facultad. En aquel momento en Tucumán se habían cerrado 11 ingenios y el comedor estudiantil había dejado de funcionar, la crisis se había profundizado y muchos estudiantes, obreros, docentes y dirigentes sindicales llegaron a la conclusión de que “había que poner el mundo del derecho, que se logra paradójicamente por la izquierda”. (Como diría años después desde la selva chiapaneca un Sub-Comandante). Mi papá, como muchos jóvenes de esa época, luchaba por una Argentina distinta, por una Argentina con Justicia Social, donde la tierra fuera de los que la trabajaran, donde tener hambre fuera igual al derecho a comer, donde la palabra trabajo fuera sinónimo de dignidad. Por un país con una Universidad al servicio del pueblo y no de los grandes capitales, con escuelas para todos; por una educación democrática, plural y que sirviera como una herramienta para la transformación de la sociedad. Luchaba por una Argentina con salud para todos. Es ese proyecto de país el que lo llevó a que dejara sus estudios, que renunciara a sus comodidades para ir a vivir con los más empobrecidos de ese entonces. Mi papá y muchos que hoy no están, creían fehacientemente en que un verdadero militante debía trabajar duro y tener una vida sencilla. Es por eso que cuando yo era todavía una bebé nos mudamos al interior de la provincia, y mientras mi papá aprendía los oficios en el Ingenio la Esperanza mi mamá tenía

que caminar un trecho largo hasta llegar a la bomba donde sacaba el agua para lavar, a mano, el montón de pañales o para preparar mi leche y el mate cocido de ambos. No hubo en su militancia o en su vida cotidiana ni un ápice de egoísmo. Mi abuela suele contar que él siempre llevaba algún compañero a la casa, porque sabía que no había comido. Y dice mi mamá que era capaz de regalar su campera un día de frío si veía que había alguien que la necesitaba. Y esto fue tan así, que cuando alguien alguna vez le pregunto- después de las corridas y enfrentamientos con la policía- en medio de la dictadura- de lo que hoy se conoce como el “QUINTAZO” ¿porque hacen todo esto? Mi papá respondió que lo hacía porque su padre le había enseñado que es mejor morir de pie que vivir de rodillas. Porque militar significaba eso, entregar sin egoísmos ni mezquindades aún hasta la propia vida en pos de una Argentina sin explotadores ni explotados. La dictadura vino a aplastar todo eso. Pero aún en medio de la peor noche de nuestra historia retoñaron nuevamente las banderas de esa Argentina. Primero los pañuelos blancos de las madres y luego un sinnúmero de luchas que se fueron propagando y permitieron terminar con ese horror. Pero la dictadura dejo sus resabios en un sistema económico que aún no hemos podido cambiar, en un aparato represivo que aún no ha sido desmantelado. Como dijeron los estudiantes de la Reforma del 18 –los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan- porque es una aberración dolorosa que un profesor que entregaba listas al SIDE y quemaba libros hoy pueda aspirar a retirarse con honores de la Universidad o que ese misma SIDE no haya sido desarticulada, que los asesinos caminen por las calles, que los militares de la dictadura sigan teniendo rango o cobren jubilaciones de privilegio, que algunos de sus secuaces hoy ocupen cargos públicos en el gobierno, en la justicia o en la universidad. Esa semilla de país con lo que soñaba esa generación podemos verla en la lucha de los docentes, de los pueblos originarios, de los campesinos sin tierras, de los desocupados que exigen trabajo genuino, en los trabajadores que se unen para defender su dignidad, en los HIJOS, en las MADRES, en las ABUELAS y en los familiares de desaparecidos que continúan luchando por la justicia, la verdad y la identidad. El 1ro de Febrero de 1976 era secuestrado en la vía pública Santiago Omar Vicente, “Santi” le llamaban sus amigos, y yo, para ese entonces ya había aprendido a decirle “papá”. 29 años después, el primero de Febrero de 2005 nació mi hijita Ana Lucía. Esa fecha que hasta ayer fuera el sinónimo de muerte, de pérdida, de dolor, hoy es sinónimo de alegría porque cuando la veo no puedo evitar pensar que la sangre de mi papá corre por sus venas, porque la veo como él sueño con una Argentina mejor, porque la miro y pienso que es verdad que: “PODRAN ARRANCAR TODAS LAS FLORES PERO NUNCA PODRAN DETENER LA PRIMAVERA”. MARIANA HAYDEE CISNEROS Se incorpora oficialmente en la lista de personas desaparecidas ahora, pues su padre se oponía a hacer ningún tipo de denuncia; fue su madre la que tomó la decisión de hacerlo una vez que su esposo falleció. Nació en Buenos Aires, trasladándose junto a su familia a Catamarca. Luego vino junto a su hermano a estudiar en Tucumán. Residían en una pensión para estudiantes ubicada en calle Bolívar 1975 de esta Ciudad. Su novio también está desaparecido René Humberto Cruz "Tucho" estudiante de 4º año de Arquitectura, oriundo de Jujuy. El 1º de Junio de 1977 ambos salieron de la pensión y no se supo nada más. Los familiares del joven Cruz denunciaron la desaparición de ambos como si hubiese sido en Jujuy. Mariana estaba relacionada con otros estudiantes de Agronomía: Oscar Ramón Cabral y con Luís Burgos, quien vivía en la misma pensión que Mariana.