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    LA

    RELACIN ENTRE FILOSOFA Y TEOLOGA

    EN M.J. SCHEEBEN.

    Desde el modelo de la ancilaridad hacia

    una

    analoga encarnacionista

    GIUSEPPE TANZELLA-NITII

    En

    el

    pensamiento teolgico contemporneo la relacin entre

    fi-

    losofa y teologa parece presentarse con una doble connotacin. Por

    un lado, el estudio de esa mutua relacin parece haber perdido actua

    lidad. Esto

    es

    debido tanto a la parbola experimentada por

    el

    saber

    filosfico desde el optimismo de la modernidad hasta la crisis del

    tema de la verdad, sobre todo a partir de

    Heidegger

    como a la su

    puesta emancipacin de la teologa respecto a todo saber ajeno a la

    palabra divina aspecto radicalizado en la posicin de

    Karl Barth .

    En este ltimo autor, como

    es

    sabido,

    se

    llegar a desconfiar de todo

    discurso sobre Dios hecho

    al margen de la Revelacin. Por otro lado,

    el

    dilogo entre teologa y filosofa parece revitalizarse en el actual

    contexto de una nueva evangelizacin. En realidad, una teologa que

    quiera subrayar la significatividad de la Revelacin tendr que expli

    car en qu radica su perenne capacidad de apelacin

    y

    por lo tanto,

    seguir dialogando de alguna forma con la filosofa.

    La

    teologa de la segunda mitad de siglo XX ha vuelto a mirar al

    misterio de la Encarnacin del Verbo, plenitud y resumen de

    la

    Reve

    lacin misma, como punto de referencia para comprender la relacin

    que en

    el

    nico plan divino hay entre creacin y salvacin, entre lo

    que

    es humano

    y lo que

    es

    cristiano, entre naturaleza y gracia. Este

    marco cristocntrico, sin embargo, tuvo

    sus

    inicios en la teologa del

    siglo anterior. Por

    lo

    tanto, no deja de tener inters considerar un au

    tor comq Matthias Joseph Scheeben 1835-1888), que ya hacia la

    mitad del siglo XIX supo delinear un itinerario

    donde

    la compren

    sin de

    la

    relacin entre razn y

    fe

    filosofa y teologa,

    se

    mova des

    de

    el

    esquema de

    la

    ancilaridad para llegar a una analoga encarnacio

    nista, es decir, a tener por modelo la unin hiposttica de las dos

    naturalezas

    l a

    humana la

    divina

    en la persona del Verbal. In-

    l.

    Para una introduccin

    l

    pensamiento de

    ese

    autor nos permitimos remitir a nuestro

    trabajo Mistero

    trinitario ed

    economa

    della graza JI personalismo soprannaturale di

    M J

    Scheeben

    Armando, Roma 1997.

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    LA RELACIN ENTRE FILOSOFlA y TEOLOCIA EN M.J. SCHEEBEN 5

    Scheeben no considera dicho aforismo escolstico como la mejor

    manera de entender la relacin entre raz.n y fe sino slo como

    un

    punto de arranque. Afirma que hay otros modelos que aclaran de for

    ma mucho ms profunda y completa esa relacin y propone

    al

    res

    pecto tres analogas segn tres planos progresivos: antropolgico, ma

    riolgico y cristolgic0

    El

    primer modelo, el antropolgico,

    se

    refiere a la relacin entre

    una esposa y su esposo. Ambos son principios distintos, pero con afi

    nidades de naturaleza, origen y finalidad; ambos estn destinados a

    una unin y a la produccin de un fruto que pertenece a los dos

    5

    La

    unin de la esposa razn) con

    el

    esposo fe) supone

    una

    dignifica

    cin de la primera que,

    al

    mismo tiempo, no es vista como un simple

    principio receptor pasivo, sino como un sujeto activo que custodia,

    alimenta y desarrolla el fruto comn. La unidad alcanzada en esas

    nupcias no se limita

    al

    terreno propiamente teolgico, sino que invo

    lucra toda la actividad de la razn. Con palabras de Scheeben, la ra

    zn

    en

    su propia actividad tampoco puede proceder como si estuvie

    se

    sola, aislada; no ha de formar ningn juicio contrario a

    las

    leyes de

    su esposo, y como esposa fiel debe procurar seguir tambin en sus

    propios asuntos

    los

    caminos indicados por la sabidura ms alta de su

    esposo. En adelante no

    le

    es lcito

    considerarse como aislada porque ya

    no

    lo

    est; mucho menos ha de considerar la limitacin de su libertad

    como una prdida, porque

    el

    goce de su libertad no

    es

    por eso impe

    dido sino asegurado y fomentado6.

    En

    las

    nupcias entre la Madre de Dios y el Espritu Santo, la ana

    loga de la unin esponsal alcanza su culminacin? La revelacin del

    verdadero sentido del servicio como fuente de libertad y de reinado

    se hace aqu ms explcita. La predestinacin de Mara y la dedica

    cin de toda su vida

    al

    servicio de la redencin ponen de relieve la vo

    cacin fontal de la razn a razonar con la fe y dentro la

    fe. Lo

    que all

    ahora

    se

    genera ya no

    es el

    fruto de

    un

    saber creado, sino la misma

    Sabidura increada, el Verbo divino hecho palabra humana:

    As

    como Mara, desposada con

    el

    Espritu Santo, concibi

    por

    obra del

    mismo

    eL

    Verbo personal de la sabidura eterna, para darle de

    ex)

    su

    seno carne suya, para formar

    en

    su seno, bajo la influencia del Espri

    tu Santo, la carne vivificada por ste y presentar el Verbo encarnado y

    4.

    Sobre

    el

    tema que aqu nos ocupa.

    vase

    tambin: A

    PIOLANTI.

    Ragione e

    fide

    in

    M.j.

    Seheeben en M.j. Seheeben te go eatto/ieo di ispirazione tomista lib. editrice Vaticana,

    Citra

    del

    Vaticano 1988. pp. 41-61.

    5

    Cfe. Katolische Dogmatik.

    l.

    53.

    n.

    993.

    6. Die Mysterien

    des

    Christentums 109,

    n.

    2.

    7. Cfe. Die Mysterien des Christentums 109,

    n.

    3.

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    LA RELACIN ENTRE FILOSOFIA y TEOLOclA

    EN

    M.J. SCHEEBEN 337

    menoscabada la libertad natural de la naturaleza

    humana

    y no ms

    bien elevada y glorificada? O se dir acaso que la naturaleza humana

    cuando obra

    por

    s

    misma lo que le

    es

    propio,

    aunque en armona

    con la naturaleza divina, deja de ser

    una

    naturaleza verdaderamente

    humana? ( .. ) Por qu su actividad ha de dejar de ser puramente filo

    sfica y verdaderamente filosfica, al esforzarse e n el desarrollo y

    exposicin de los principios que Dios puso en el la por ponerse y

    permanecer en armona con la sabidura de Dios que la

    fe

    revela con

    la mayor certeza?

    l.

    As entendida, la actividad de la teologa

    es

    parangonada

    por

    Scheeben a una accin tendrica del Hombre-Dios: no slo cada rec

    to conocimiento teolgico

    es por

    s mismo cristiano, sino

    que tam-

    bin cada conocimiento

    cristiano, por

    ser conocimiento de Cristo,

    aparece en su fundamento como conocimiento profundamente teo

    lgico.

    Ya no estamos delante de una visin instrumental del trabajo fi

    losfico, de una filosofa frente a la f o amiga de

    la

    f como pun-

    tualizara

    oportunamente

    Giuseppe Colombo 2, glosando la visin

    que, con pocas excepciones, caracterizar ms adelante buena parte

    de los comentadores neoescolsticos de la

    Aeterni

    atrir

    sino esta

    mos delante del deseo de concebir un saber filosfico que se mueva

    en su origen junto a la fe, y no en un momento sucesivo, como mani

    festacin de una exigencia instrumental. El motivo de inters, en

    nuestra opinin,

    es

    que Scheeben llega a esta conclusin movindo

    se

    dentro

    de un marco de inspiracin tomista, aunque enriquecido

    por

    la reflexin de san Buenaventura, seal de que la teologa medie

    val estaba constitucionalmente inclinada a concebir la razn como

    no separada de la fe.

    Una ltima reflexin que queremos ofrecer atae la naturaleza

    misma de la teologa. Entre la teologa y la Sabidura encarnada en

    Cristo existe, segn Scheeben, la ms alta analoga y afinidad.

    Con

    la

    generacin en nosotros del discurso teolgico, el Lagos divino pro

    longa su misma encarnacin

    en

    nuestra mente

    yen

    nuestro corazn:

    As

    como en la Encarnacin

    la

    Sabidura personal

    es

    enviada a la na

    turaleza

    humana

    para la unin hiposttica, de un

    modo

    anlogo Dios

    la enva oo.) a

    las

    almas para que brille mediante la gracia y la

    fe,

    y

    las

    llene con su propia luz. Y as como la Sabidura personal asumi car

    ne y sangre

    humana

    en el seno de Mara

    oo.),

    de

    un modo

    anlogo

    en

    11.

    bid.

    12. Cfr.

    G. COLOMBO, Filosofia

    e

    teologia

    nell Aeterni Patris , en

    La ragione teologica,

    o.c., pp.

    367-387.

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    L

    RELACION ENTRE FlLOSOFIA TEOLOGIA EN M.J. SCHEEBEN

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    en los aspectos dogmticos, como en los que determinan el mtodo y

    los criterios del quehacer teolgico.

    En la teologa de Scheeben

    no

    existe el riesgo, presente en otros

    enfoques tpicos del cristocentrismo objetivo, de llegar a una identifi

    cacin entre Cristo y la realidad pancristismo), proyectando la per

    sona del Hijo hacia una idealizacin ya no meta-histrica, sino a-his

    trica: cuanto ms grande fuera la parte de realidad que el Verbo

    encarnado tendra que resumir y expresar, tanto ms

    se

    acerca Cristo

    a la categora de una idea. La teologa de Scheeben, al contrario, est

    en constante relacin vital y personal con su objeto; de modo que su

    cristocentrismo, en lugar de constituir un mero principio hermenu

    tico abstracto, est continuamente sustentado

    por

    una dimensin

    personalista, alimentada

    por

    la fe y el amor hacia el Hombre-Dios.

    En resumen, Matthias Joseph Scheeben nos ofrece

    un

    ejemplo de

    cmo la contemplacin del misterio del Verbo encarnado puede fa-

    vorecer una mejor comprensin de la relacin entre filosofa y teolo

    ga, encuadrndola en un marco antropolgico-personalista, donde la

    razn encuentra en su

    unin

    con la

    fe

    el sentido y la

    plenitud

    de su

    obrar libre. Se trata de una visin que puede favorecer tambin una

    mejor auto-comprensin de la misma teologa, entendida como pro

    longacin de la encarnacin de la Sabidura increada en la mente y en

    el corazn de la razn creyente. Son ejemplos de cristocentrismo par

    ticularmente fecundos, quiz poco comunes en la

    mitad

    del siglo

    XIX, pero ahora muy apreciados, especialmente

    por

    la teologa fun

    damental.

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    CUESTIONES TEOLGIC S

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