en la Casa del Anfiteatro

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EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN ESPAÑA 49 Informe sobre las casas romanas de Mérida y excavaciones en la "Casa del Anfiteatro" Memoria redactada por Eugenio García Sandoval MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. DIRECCION GENERAL DE BELLAS ARTES SERVICIO NACIONAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS

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E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S E N E S P A Ñ A

49 Informe sobre las casas

romanas de Mérida y excavaciones en la "Casa del Anfiteatro"

Memoria redactada por

Eugenio García Sandoval

M I N I S T E R I O D E E D U C A C I O N N A C I O N A L . D I R E C C I O N G E N E R A L D E B E L L A S A R T E S

S E R V I C I O N A C I O N A L D E E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S

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RECIENTES PUBLICACIONES DE LA INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS

EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN ESPAÑA

1. LANCIA, por FRANCISCO JORDÁ CERDA.

2. H E R R E R A DE PISUERGA, por A . GARCÍA Y BELLIDO, A . FERNÁNDEZ DE AVILES, ALBERTO

B A L I L Y MARCELO VICIL .

3. MEGALITOS DE E X T R E M A D U R A , por M A R T Í N ALMACRO BASCH.

4. MEGALITOS DE E X T R E M A D U R A (II), por M A R T Í N ALMACRO BASCH.

5. TOSSAL D E L MORO, por JUAN MALUQÜER DE M O T E S .

6. AITZBITARTE, por JOSÉ M I G U E L DE BARANDIARÁN.

7. SANTIMAMIÑE, por JOSÉ M I G U E L DE BARANDIARÁN.

8. L A ALCUDIA, por ALEJANDRO RAMOS FOLQUES.

9. AMPURIAS, por M A R T Í N ALMACRO B A S C H .

10. T O R R A L B A , por F . C. H O W E L L , W. BUTZER y E. ACUIRRE.

11. LAS NECROPOLIS DE MERIDA, por ANTONIO GARCÍA Y BELLIDO.

12. CERRO D E L R E A L (GALERA), por M A N U E L PELLICER y W I L H E L M SCHÜLE. 13. L A S FORTIFICACIONES D E L MONTGO, CERCA DE DENIA (ALICANTE), por HER-

MANFRID SCHUBART, DOMINCO FLETCHER V A L L S Y JOSÉ OLIVER Y DE CÁRDENAS.

14. NECROPOLIS Y CUEVAS ARTIFICIALES DE S'ON SUNYER ( P A L M A DE MALLOR­CA), por GUILLERMO ROSSELLÓ BORDOY.

15. EXCAVACION ES E N "ES VINCLE V E L L " ( P A L M A DE MALLORCA) , por GUILLERMO ROSSELLÓ BORDOY.

16. ESTRATIGRAFIA PREHISTORICA D E L A CUEVA DE NERJA, por M A N U E L PELLICER CATALÁN.

17. EXCAVACIONES E N L A NECROPOLIS PUNICA " L A U R I T A " , DEL CERRO DE SAN CRISTOBAL (ALMUÑECAR, GRANADA), por M A N U E L PELLICER CATALÁN.

18. INFORME PRELIMINAR SOBRE LOS TRABAJOS REALIZADOS E N CENTCELLES, por H E L M U T SCHLUNK Y THEODOR HAUSCHILD.

19. LA VILLA Y E L MAUSOLEO ROMANOS DE SADABA, por ANTONIO GARCÍA y BELLIDO. 20. EXCAVACIONES E N SEPULCROS MEGALITICOS DE VALDOSERA (QUEROL, TA­

RRAGONA), por JUAN MALUQUER DE M O T E S , P. GIRÓ y J . M . MASACHS.

21. C U E V A D E L A S CHIMENEAS, por JOAQUÍN GONZÁLEZ ECHEGARAY.

22. E L C A S T E L L A R (VILLAJIMENA, P A L E N CIA), por M . A . GARCÍA GUINEA, P . JOAQUÍN GONZÁLEZ ECHEGARAY y BENITO MADARIACA DE LA CAMPA.

23. UNA CUEVA S E P U L C R A L DEL B A R R A N C O D E L A G U A DE DIOS, EN TEGUESTE (TENERIFE), por Luis DIECO CUSCOY.

24. L A NECROPOLIS DE "SON R E A L " y la " I L L A DELS PORROS", por M I C U E L TARRADELL. 25. POBLADO IBERICO DE E L M A C A L O N (ALBACETE) , por M . A . GARCÍA GUINEA y

J . A . SAN M I C U E L RUIZ .

26. C U E V A DE L A CHORA (SANTANDER), por P . J . GONZÁLEZ ECHECARAY, Dr. M . A. GAR­CÍA GUINEA, A . BECINES RAMÍREZ (Estudio Arqueológico); y B. MADARIACA DE LA CAMPA

(Estudio Paleontológico). 27. EXCAVACIONES E N L A PALAIAPOLIS DE AMPURIAS, por M A R T Í N A L M A C R O . 28. POBLADO P R E R R O M A N O DE SAN M I G U E L V A L R R O M A N E S (MONTORNES, BAR­

CELONA), por E . RIPOLL P E R E L L Ó , J . BARBERA FARRAS y L . MONREAL A C U S T Í .

29. FUENTES TAMARICAS, V E L I L L A D E L RIO CARRION (PALENCIA), por ANTONIO GAR­CÍA BELLIDO y AUGUSTO FERNÁNDEZ DE A V I L E S .

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49 Informe sobre las casas

romanas de Mérida y excavaciones en la "Casa del Anfiteatro"

Memoria redactada por

Eugenio García Sandoval

MINISTERIO DE E D U C A C I O N N A C I O N A L . D I R E C C I O N G E N E R A L DE B E L L A S A R T E S

S E R V I C I O N A C I O N A L DE E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S

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INFORME SOBRE LAS CASAS ROMANAS D E MERIDA Y EXCAVACIONES E N L A «CASA D E L ANFITEATRO»

Excavaciones autorizadas por Orden de 6-11-64.

Financiadas por el Servicio Nacional de Excavaciones.

Director: EUGENIO G A R C Í A SANDOVAL

E l material fue depositado en el Museo Arqueológico de Mérida.

Depósito legal: M . 8.763-1966.

Langa y Cía.—Tahona de las Descalzas, 6.—Madrid, 1966.

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a LA MEMORIA DEL MAESTRO

C A Y E T A N O DE M E R G E L I N A

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P R E A M B U L O

Cuando en el año 1947 se hizo el hallazgo de la llamada «Casa Roma­na del Anfiteatro», parecía a simple vista como si por un momento fuera ésta la primera construcción privada de época romana con que nos enfrentábamos. Sin embargo, antes de comenzar la descripción de lo que hasta ahora se conoce de la citada Casa, así como de las distin­tas etapas y vicisitudes por las que ha pasado su excavación, sería con­veniente que apoyándonos en descubrimientos anteriores y en datos sueltos, referentes a los distintos pavimentos musivos que han apare­cido en diferentes puntos de la ciudad, tratemos de "recapitular estos datos, a fin de poder contar no solamente con un breve resumen de lo que a este aspecto edilicio de la Mérida Romana se refiere, sino que actualizando estos datos podamos ofrecer juntamente con la descrip­ción de este trabajo el estado actual —en cuanto sea posible— de estas otras casas romanas.

Los restos de las casas romanas de Mérida han aparecido ante el primer golpe de vista en forma de mosaicos o pavimentos musivos más o menos conservados; así, los extremos han variado desde bellas com­posiciones multicolores a simples puñados de teselas, según las vicisi­tudes que hayan intervenido desde su descubrimiento casual hasta el estudio científico y su consolidación.

L A S CASAS R O M A N A S D E M E R I D A

L A CASA ROMANA DE L A C A L L E DE SAGASTA

Los datos más antiguos que poseemos de un pavimento de este tipo fue el que apareció en el año 1834 en la calle del Portillo (hoy Sagasta, n ú m e r o 47) y que posteriormente ha sido divulgado y estudiado bajo el nombre de «Mosaico de Séleukos y Anthos» y cuyos datos descrip­tivos tomamos de Mélida (1).

(1) M É L I D A , J . R.: Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 748, pág. 181.

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«Se trata de restos de una habitación grande, rectangular y con un ábside al fondo. De los muros se conserva muy poco, pero en cambio subsiste su pavimento de mosaico, cubierto de tierra desde hace años, y que fue descubierto al hacer un pozo en el corral de dicha casa, en noviembre de 1834.» Tal y como hemos indicado, se trata de una habita­ción rectangular que mide 5,88 X 11,76 m., que lleva adosado un semi­círculo de 2,52 m. de largo. Este mosaico fue dibujado, según nos dice el mismo Mélida, por M . Albo y por Antonio M . Carri l , indistintamente. E l dibujo que reproducimos es el de Carri l , habiendo sido igualmente reproducido con anterioridad por Forner, Mélida y García y Bellido (Lá­mina I).

L a parte semicircular representa, sobre fondo blanco y en tesela negra, una crátera de tipo helenístico —tema harto frecuente en com­posiciones musivas— de la cual salen una serie de tallos vegetales cuyos extremos son hojas de hiedra, los cuales están alternados por otros tallos, también vegetales, que finalizan en racimos de tres frutos re­dondos cada uno. Todo el semicírculo está enmarcado por una simple franja de teselas negras de unos 6 cm. de ancha.

L a parte rectangular del mosaico tiene inscrito en su interior otro de menor t a m a ñ o y enmarcado por una línea de greca. S i dentro de este rectángulo más pequeño, realizamos su estudio en diagonal, obser­varemos que el motivo geométrico principal es una «cruz patada» de brazos cóncavos e iguales con un medallón circular. Este medallón cen­tral tiene como tema figurativo a dos personajes teatrales; uno de ellos, sentado, sostiene con la mano izquierda una máscara teatral y con la derecha sostiene un báculo que se apoya en el suelo; el otro personaje de pie, a su lado, sostiene con la mano izquierda una l i ra y con la dere­cha un objeto tal vez relacionado con ella. E l medallón está enmarcado con una línea de espigas formada por rombos blancos y negros. Los brazos de lo que hemos convenido en llamar «cruz patada» están for­mados por una serie de figuras aladas, todas iguales, y que portan una corona de laurel y una palma en sendas manos, con temas vegetales en tres de los ángulos del recuadro para compensar espacios.

Los cuatro tr iángulos que se forman entre los extremos de esta cruz y el marco de greca del rectángulo menor, están cubiertos por cua­tro figuras de las que sólo se conservan tres, pudiera tratarse de las alegorías de las cuatro estaciones del año, ya que una de ellas tiene la figura de un fauno desnudo entre racimos de vid ¿el otoño? Los espa­cios semicirculares que quedan entre los brazos cóncavos de la cruz y la greca del rectángulo menor están formados por grupos de dos perso­najes, cada uno que Mélida identifica como las 8 musas.

Rodeando este rectángulo menor ya descrito, existe la siguiente com­posic ión: Sirviendo de pie al rectángulo menor hay una especie de marco rectangular que, según la descripción de Mélida, representa al dios Apolo y al caballo «Pegaso» en un paisaje agreste, juntamente con otros animales y árboles. Este cuadro debió de tener diversos colores. A ambos lados del mismo hay dos figuras de personajes en distintas actitudes. Los otros tres lados que cont inúan rodeando al rectángulo menor están decorados por una serie de motivos de tipo africano o niló-

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tico formando diversas escenas, tales como la navegación fluvial, danzas de pigmeos y la caza del cocodrilo; todos de tipo grotesco.

E l resto del mosaico está formado por motivos geométricos como círculos, lazos de greca, rombos, etc.

E n el extremo opuesto al semicírculo se encontraba una cartela con la siguiente inscripción (2):

C. A. E . F. SELEVCVS. ET. A N T H V S

C.(OLONIA) A.(UGUSTA) E . (MERITA) F . (ECERUNT) SELEVCVS E T A N T H V S

Este mosaico, debidamente consolidado y en el estado en que puede apreciarse por las fotografías que se incluyen en este trabajo (Lám. II, 1, 2, 3 y 4), se encuentra instalado provisionalmente en la Alcazaba Arabe de Mérida, en espera de su instalación definitiva.

C A S A DE L A C A L L E DE S A N SALVADOR

Las notas que poseemos con referencia a este pavimento de mosaico son única y exclusivamente las que nos da el profesor Mélida en su catá­logo monumental (3), las cuales transcribimos a cont inuación:

Pavimento de mosaico.—Subsiste en parte en lo que hoy es bodega de la casa-habitación de don Baldomero Soto, calle de San Salvador, núme­ro 1. E l hallazgo ocurrió al cimentar la bodega en 1866.

Lo que en el sitio se conserva aún, consiste en restos de la cenefa de adornos geométricos de una láurea de un medallón y, según la reconsti­tución que pude hacer por las indicaciones que a su vista me hicieron, dichos medallones eran cuatro iguales, de los que subsisten tres, los cuales fueron arrancados del pavimento, y describiremos seguidamente.

Medallón A.—Lo conserva montado en un velador el dicho señor Soto, en su casa. La láurea es de colores azul y negro. E n medio de ella aparece sobre fondo blanco, subido en una rama de árbol, una especie de loro, de perfil, mirando a la izquierda, hecho con piedrecillas y pasta vitrea de colores azul, verde, rojo claro y amarillo las plumas, y rojo tostado las patas y el pico. E l loro aparece representado en más de un monumento debido a los romanos que debieron traerlos de Asia, acaso de los que se crían en el Océano Indico. E l trabajo del mosaís ta es muy fino, su arte no tanto y lo más débil es la figura. Diámetro, 0,88 m. (Lám. III).

Medallón B.—De mosaico, de fina labor, compuesto de piedrecillas y pastas de variados colores. Su asunto es, dentro de una láurea, un pavo real haciendo la rueda. Diámetro, 0,89 m. (Lám. IV).

Medallón C.—Con igual asunto, diferenciándose solamente en que el pavo real está de perfil sobre una rama. Diámetro, 0,96 m. Los dos prime­ros fueron publicados en el tomo I X del Museo Español de Antigüedades, págs. 562-573, Madrid 1878. Se desconoce el paradero actual de los meda­llones B y C.

( 2 ) H Ü B N E R , 4 9 2 . (3) M É L I D A , J . R . : Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 7 5 1 ,

pág. 184.

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C A S A ROMANA DE L A C A L L E DE P I Z A R R O

Este pavimento fue descubierto en la casa núm. 4 de la actual calle de Pizarro, el día 16 de noviembre de 1907 (Lám. V ) .

Para su descripción también tenemos que atenernos a los datos que facilita el profesor Mélida en su Catálogo Monumental de la provincia de Badajoz (4).

«De los muros solamente hay algunos trozos del zócalo. L o que del mosaico subsiste muestra parte de la cenefa, cuyo motivo ornamental es la típica trenza romana y una ancha faja que encuadra una composición de figuras. E l asunto representado se refiere a las deidades marinas. Una figura que deberá ser de Neptuno y de la que sólo se ven las piernas, apa­rece en un carro tirado por caballos marinos. E n derredor campean trito­nes con remos y caracolas por bocinas, nereidas en otros e hipocampos, delfines y peces. Todo esto y la ornamentación antedicha está dibujado con suma corrección, en negro sobre fondo blanco, formado todo con pe­queñas teselas. La faja de adornos por los costados contiene estrellas dentro de círculos y octógonos rodeados de la labor continua de la trenza. Interrumpen estas fajas otras que, bordeando por su parte interior el recuadro anterior, encierra otro en las cuales se desarrolla un bello mo­tivo de roleos con hojarascas y florones con figuras de animales y en las enjutas, sendas figuras de la Victoria.

Del recuadro que estas fajas realzan no se conserva más que su parte superior, y es lástima, porque sin duda contenía la composición principal. De ella solamente se ven, sobre fondo negro, los desnudos brazos por alto y muy poco de las cabezas de dos figuras grandes, al parecer de Nereidas, de sus colores y t amaño natural.

Es un mosaico que por su fina labor y dibujo revela ser de buena época.»

E l estado actual de este mosaico consiste en siete trozos aislados y montados sobre planchas de hormigón, cuyo motivo decorativo consiste en nereidas, tritones y figuras geométricas, todo ello realizado en tesela negra sobre fondo blanco y de todos los cuales se insertan fotografías en este trabajo. E n el momento de esta publicación, varias de estas piezas se encuentran depositadas en la Alcazaba Arabe (Láms. V I , VI I , VII I y IX) y el resto en el Teatro Romano (Láms. V I , VI I , VI I I y I X ) .

C A S A ROMANA DEL M U S E O ARQUEOLÓGICO DE M É R I D A

L a descripción de este hallazgo también la tomamos del profesor Mé­lida (5), «Pavimento de mosaico, conservado en el sitio de su hallazgo, en el corralillo del Museo de Mérida. Corresponde a una habitación romana y está formado con cubitos blancos, negros, rojos, carmesíes y amarillos. Aunque no está completa, permite apreciar un cuadro central en el que

(4) M É L I D A , J . R.: Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 749, pág. 183.

(5) M É L I D A , J. R.: Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 750, pág. 184.

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campean peces de distintos tamaños y sus orlas compuestas de varios trazados geométricos con fajas de roleos, hojas y otros motivos.»

Mide lo descubierto: de longitud, 3,92 m., y de ancho, 2,95.

C A S A ROMANA DE LA C A L L E DE L A CONCORDIA

También seguimos a Mélida en lo que se refiere a este hallazgo (6). Trozo de pavimento de mosaico, de 6,44 X 7,30 m. Entre dos anchas fajas, por las que corre un elegante meandro blanco con trenzado blanco, negro y rojo en los huecos, aparece un espacio rectangular en el que campea un trazado continuo de hexágonos formando estrellas de cuatro puntas y cua­drados en los intermedios, todo ello compuesto de líneas blancas y tren­zados blancos y negros entre los espacios intermedios descubierto en febrero de 1911 en la calle de la Concordia, fue luego cubierto (Lám. X ) .

C A S A BASÍLICA ROMANO-CRISTIANA

Seguimos en esta descripción, a grandes líneas, al profesor Mélida (7). «Junto al muro occidental y lateral del pórt ico, que medio destruido se ve detrás de la postscaena del Teatro Romano, los avances de la extracción de tierra dejaron al descubierto un muro semicilíndrico de mala construc­ción, de mamposter ía que, desde luego, entendimos no tenía nada de co­mún con el teatro, sino que pertenecía a otra edificación independiente y distinta. Aunque el dicho muro aparecía incompleto por su parte supe­rior, apreciábamos en él tres ventanas, y por la parte interior, que toda la superficie del muro estaba decorada con pinturas. Este ábside nos hizo pensar que, desde luego, tal ruina debía corresponder a una basílica romano-cristiana, por lo que consideramos de gran importancia el hallaz­go. A l lado izquierdo de este ábside, según se le mira por la parte interior, arranca otro poco menor, pero idéntico, el cual carece de decoración pintada.

Continuada la exploración de este edificio, pronto se pudo apreciar que dichos ábsides correspondían a dos recintos en comunicación uno con otro, por una puerta lateral pequeña; que el recinto mayor tiene ancha puerta de ingreso que da a un atrio típico de casa romana el cual comunica con varias habitaciones de las que quedan pocos restos, siendo la mayor una que se ofrece a la izquierda.

También encontramos la entrada o portal (fauces) abierta hacia el Poniente, y una calle cuyo pavimento se conserva, no dejando lugar a du­das sobre el particular.

Toda la fábrica de este edificio es la típica de la arquitectura civi l y urbana. Es de mamposter ía , formada de piedras regulares, en su mayoría pequeñas, unidas con mortero de cal, alternada con algo de ladrillos, como fue costumbre de los constructores emeritenses (Láms. X I y XI I ) .

(6) M É L I D A , J. R.: Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 752, pág. 185.

(7) M É L I D A , J. R.: Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 753, pág. 185, tomo I (texto) Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Madrid.

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E l Impluvium que hay en el centro del atrio, con sus canales de desagüe, está fabricado con duro cemento, formado de menudos pedazos de ladrillos, unidos con mortero de cal, y aún se añade un reborde de mármol en el cuadro receptáculo. De mármol hay también en el mismo atrio algunas basas de columnas.

La técnica de la pintura es la forma de la pompeyana y las demás roma­nas descubiertas en restos de edificios, incluso en España. Sobre una gruesa capa doble de enlucido de cal se aplicó la pintura al fresco, tal como lo practicaron los antiguos, consiguiendo una superficie lustrosa en los fondos sobre los cuales, con color espeso, fueron ejecutadas las figuras y los ornatos.

Donde mejor se conservan las pinturas es en la habitación grande absidal. Su decoración consiste en un zócalo corrido, imitando tableros de mármoles veteados o jaspes, con círculos oscuros a distancias propor­cionales. Este zócalo se interrumpe al lado derecho, en el arranque del ábside, por una pintura en perspectiva que simula ser un cuerpo desta­cado deí mismo ábside, por cuadrado y de mármol , figurando un pedes­tal, con sus molduras en la base y en los bordes superiores, como también en los recuadros de los lados visibles, en cada uno de cuyos centros resalta un círculo, y sobre este zócalo se eleva una columna, también imitando ser de mármol blanco con su basa de dos toros y su fuste de estr ías salomónicas, no conservándose la parte del capitel. Esta columna y su compañera del lado opuesto, por desgracia perdida, correspondían al arco, que simulando sostener, en que se abr ía el ábside.

E n los cuatro macizos que quedan entre las tres ventanas del ábside, fueron pintadas en cada uno de ellos una figura de t amaño natural, de las que, por desgracia, sólo se conserva cuando más la mitad inferior y muy borradas las de los extremos. Es de notar que todas están de pie, sobre pedestales marmóreos , cuadrados en perspectiva. Las figuras, y nos referimos especialmente a las menos mal conservadas, que son las del fondo, adornan sus tobillos con ajorcas de oro; la de la izquierda lleva sandalias adornadas con esmeraldas. Visten túnicas blancas, con guarni­ciones de pú rpura y oro. E l fondo es liso, de color rojo carmesí .

Bajo las ventanas, y sobre el zócalo pintado, hay un recuadro que también fue decorado, reconociéndose tan sólo en el correspondiente a la ventana central, parte de un caballo y de una pantera marinos. Decora­dos estuvieron también los cercos achaflanados de las ventanas, con me­dallones longos en que se ven copas de oro y otros adornos sobre fondo negro.

Junto a la dicha columna, por la parte del ábside, hay una faja verti­cal de fondo azul oscuro con ornamentación amarilla de espirales.

La decoración de los muros laterales de la basílica apreciable, sobre todo en el de la derecha, consiste en tres recuadros rojos sobre fondo azul gris. Cada recuadro lleva una cenefa de roleos o espirales enlazadas, ama­rillas, entre rayas blancas, y en el medio hay un recuadro pequeño azul.

A l exterior, junto a la puerta, al lado izquierdo, en el muro que da al atrio, se descubrió en la parte baja un resto de pintura en la que se ven, sobre fondo rojo, adornos de espirales verdes, y una paloma encima de un medallón en el que, sobre fondo negro, hay una figura de niño mon-

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tado en un animal, que por lo borroso que está no es posible precisar si es un delfín.

E n la segunda habitación absidal no quedó resto de pintura ni de enlucido.

Los pavimentos eran, a lo que se ve, de mosaicos de labor ornamental geométrica y de manufactura corriente, compuesto de cubitos de mármol blanco, negro, azul, rojo y amarillo. Los conservan la nave o parte cuadra­da de la habitación absidal, las galerías del atrio y la habitación pequeña situada al lado de aquélla por el S E .

E l pavimento de la dicha habitación absidal ocupa un cuadrado divi­dido en dos rectángulos, uno estrecho, bordeando la línea de la entrada y que termina en la puerta de la segunda habitación absidal, y otro ancho, en el que son apreciables los recuadros. Forma cenefa entre todos ellos una trenza continua, motivo frecuentísimo en mosaicos romanos. Los espacios así divididos son cuadrados (4 X 8 en todo el rectángulo), me­nos uno seis veces mayor y rectangular, no colocado en el centro, sino al lado derecho, y en el cual el motivo central es un rombo, viéndose debajo en otro compartimiento una copa con dos asas (cantharus). Los motivos geométricos de los espacios cuadrados son diferentes: ora estrellas, ora cuadrados y tr iángulos, ora ajedrezados, etc.

De las galerías del atrio, los mosaicos que mejor se conservan son los que corresponden a la oriental y a la septentrional, los cuales son de labor diferente. E n la primera se desarrolla un motivo de estrellas enla­zadas, de a cuatro puntas romboidales, y entre ellas, cuadrados con tren­zas, svásticas y otras combinaciones Una cenefa de trenza encuadra el conjunto. Por igual modo el mosaico del N . , que es el mayor, pues ocupa la galería en toda su longitud de 13,17 m., está dividido en serie de pe­queños octógonos y cuadrados. Falta el pavimento de la galería occi­dental.

E n la del S. hay un mosaico que difiere de todos, por ser grande el motivo, una estrella de ocho puntas, recuadrada, y aún hay otro trozo que, como el que conserva la habitación de SO., tan sólo ofrece combi­naciones rectilíneas.

Por su estilo, todos estos mosaicos son idénticos a la mayoría de los ornamentales descubiertos en Mérida, también divididos en recuadros, y por fajas y con iguales motivos.

La segunda habitación absidal conserva un resto de pavimento, no de mosaico, sino de cemento.

C A S A ROMANA DE LA C A L L E LEGIÓN X

Con motivo de llevarse a cabo las prospecciones señaladas en esta zona, a fin de que, antes de emitir la autorización definitiva de edificable, explorar el subsuelo y recuperar los hallazgos de interés si los hubiere, según las normas dadas por la Dirección General de Bellas Artes. Así, el 12 de agosto de 1958, en el número 28 de la calle indicada más arriba, apareció un mosaico de 4,60 X 3,20 m., formado por teselas blancas y negras, que forman una serie de hexágonos blancos que tienen inscritos estrellas de cuatro puntas en negro con un pequeño rombo en blanco que tiene una especie de hoja de trébol, formada por cuatro hojitas de

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forma acorazonada. A la altura de la mitad inferior de este rectángulo existe otro más pequeño formado por una línea de teselas negras que rodean otra igualmente de teselas negras sobre fondo blanco, decorada con tr iángulos escalonados. E l interior de este recuadro representa la escena del «Rapto de Europa», donde una figura femenina semidesnuda y cubierta con velo está montada sobre un toro en el momento de cruzar el mar camino de Creta, la orilla está cubierta de florecillas. Estos dos recuadros están rodeados por otro mayor formado por dientes de sierra con la base hacia fuera, y rodeados de un listel formado por teselas blan­cas y negras alternadas. Este úl t imo recuadro lleva adosada en su parte inferior una franja rectangular formada por figuras geométricas en for­ma de pequeños cuadrados y otras en forma de T en diversas posiciones, que forman una especie de ajedrezado sobre el fondo blanco de este rectángulo. Es digno de destacar el colorido perfectamente logrado de la carnación femenina de la figura, en contrastes con los tonos más grises del toro y las azules de las aguas del río que cruza, ya que únicamente en esta composición figurada es donde aparecen las teselas en sus colores correspondientes, siendo el resto del mosaico tal como hemos indicado de teselas blancas y negras.

E n el ángulo superior derecho de este mosaico aparece una parte sa­liente de forma rectangular, cuyas medidas son 0,97 X 0,20 m., al parecer correspondiente a un escalón o umbral de entrada a la habitación cuyo pavimento consti tuyó este mosaico.

E l hallazgo del pavimento musivo indicado, tuvo como antecedente el descubrimiento por las mismas causas y en solar colindante y de dis­tinto dueño del que nos hemos ocupado, la recuperación de otro mosaico de teselas blancas y negras de 2,55 X 1 90 m., cuya temática en lo que conocemos del mismo consiste en un rectángulo enmarcado por una línea de teselas negras, cuyo interior está decorado de la siguiente forma: los lados menores del rectángulo están ocupados en su parte central por dos cráteras , de las llamadas A-40 (8) o de columnitas —forma típica de la cerámica precampana o helenítica de los siglos I V y I I I a. de J . C , que llevan en su parte carenada una svástica, a ambos lados de estas cráteras y orientados en el sentido del lado mayor del rectángulo, hacia el que dirigen la cola hay sendos peces, al parecer delfines. La parte central del lado mayor está ocupada por otros dos peces en sentido longitudinal, al parecer carpas. E l medallón central se desconoce como fuera, ya que falta por completo. Rodeando este rectángulo hay una franja en teselas blancas, decorada a intervalos por rombos escalonados, teniendo en uno de los ángulos una parte saliente de 1,10 x 0,45 m., que pudo corresponder igualmente que en el anterior mosaico a un escalón o umbral de entrada a la habitación, con el dato interesante de llevar una inscripción que dice lo siguiente: «Bari t to. Coloniae. Boni...», esta ú l t ima palabra está incom­pleta por encontrarse el mosaico mutilado en esta parte.

Entre una de las cráteras y el delfín que la franquea existe también la palabra Félix. Este mosaico fue arrancado y consolidado en el año 1957 por Juan Antonio Díaz Pintiado y Francisco Cruzado.

(8) LAMBOGLIA, NIÑO: Per una classificazione preliminare delta cerámica cam­pana, Bordighera (Italia). 1952.

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E l mosaico del rapto de Europa fue arrancado y consolidado por Juan Antonio Díaz Pintiado. Estos dos mosaicos se encuentran en el momento de esta publicación en depósito e instalado provisionalmente en la A l ­cazaba Arabe (Lám. XI I I ; Lám. X I V , 1, 2, 3 y 4, y Lám. X V ) .

C A S A ROMANA JUNTO A LA E S T A C I Ó N DEL F E R R O C A R R I L

Los únicos datos que poseemos de este yacimiento son los que recoge­mos del profesor Mélida (9), los cuales transcribimos a cont inuación: «Gran cuadro de mosaicos de pavimento. Longitud, 2,60 m.; latitud, 2. Es tá compuesto de teselas blancas, negras, rojas y otros colores. Asunto báquico. A la izquierda del espectador aparece una figura varonil, con manto, que deja descubierto el desnudo torso y se halla como recostada en el triclinio, teniendo el rostro apoyado sobre su mano derecha, y por bajo, al alcance de ella, una copa (centharus) y un pan o bollo redondo. A l lado de estas figuras aparece la del dios Pan con un odre en la mano derecha. A su lado y un poco más alta, se ve una ménade bailando, con una nebride o piel terciada por el cuerpo y coronando con la mano iz­quierda al dios Baco, el cual aparece en pie con la túnica blanca adornada con la faja roja (clavus), manto ceñido y calza sandalias. Está representa­do juvenil e imberbe con un tirso a modo de cetro en la mano izquierda y con la derecha vierte de un jarro (capis) para que beba una pantera. E n varios sitios del fondo se ven estrellas de seis puntas dentro de círcu­los y otros adornos.

E n el ángulo superior izquierdo se lee esta inscripción, inédi ta :

E X OFFICINA ANNIPONI

Del taller de Annio Ponió

L a cabeza de la pantera ha sido torpemente restaurada. Este mosaico es una obra de arte popular y como tal de imperfecto

dibujo y no fina factura; pero es interesante por el asunto, por el t amaño y por estar firmada.

A l pie de este gran cuadro se ven trozos de su cenefa, con estrellas iguales a las indicadas y una faja compuesta de tr iángulos de dos colores alternados.»

Hallado junto a la Estación del Ferrocarril, en Mérida. Se encuentra instalado en el Museo Arqueológico de Mérida (Lámi­

na X V I ) .

L A CASA ROMANA D E L ANFITEATRO

Situación

Los restos arqueológicos que constituyen esta casa romana, llamada al principio de su descubrimiento —por el emplazamiento del solar donde apareció— Casa de la Madre y en la actualidad, de acuerdo con su pro-

(9) M É L I D A , J . R . : Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, núm. 1.125, pág. 316, tomo I.

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ximidad, «Casa del Anfiteatro». Están situados en el sector S E . de la ciudad de Mérida, al final de la calle del General Aranda y al E . del An­fiteatro Romano. Por tanto, podemos considerar este monumento como enclavado materialmente dentro del casco urbano de la ciudad, que se prolonga en sus edificaciones por sus lados O., S. y N E .

Antecedentes

Los datos más antiguos que poseemos en relación con este monumen­to, son los de una nota existente en la Dirección de Excavaciones Arqueo­lógicas, de Mérida, donde se da cuenta con fecha 12 de noviembre del año 1947 del descubrimiento y de la cual copiamos lo siguiente:

«El motivo de los hallazgos han sido unas prospecciones ordenadas por la Dirección General de Bellas Artes en unos terrenos, precisamente de propiedad municipal, situados al final de la calle del General Aranda, y de las que se hizo cargo el organismo científico estatal dedicado a estos estudios, la Comisaría General de Excavaciones, quien las puso bajo la dirección del doctor J . de C. Serra Ráfols, Comisario-Director de las Ex­cavaciones Arqueológicas del Plan Nacional, en Mérida. Allí, a una pro­fundidad de más de tres metros, han aparecido los restos, en excelente estado de conservación, de una magnífica casa romana. Lo descubierto hasta ahora es el peristilo o patio central de la misma. L a zona destinada a jardín está rodeada por tres de sus lados por una atarjea, más allá de la cual se extiende una galería de cerca de tres metros de ancho, admi­rablemente pavimentada con mosaicos de colores. E n uno de los lados, junto a la atarjea, que dibuja allí un semicírculo o exedra, se encuentran los basamentos de cuatro columnas. Es probable que por este lado se halle el tablino o salón principal de la casa y tal vez en el opuesto la entrada a la misma. Más allá se han descubierto paredes revestidas de estucos de colores, pavimentos de hormigón y de mosaicos, etc. L a rique­za del peristilo permite creer que las habitaciones principales de la casa sean de gran magnificencia en sus pavimentos y paredes. No se trata de un edificio público sino de una vivienda privada.

E n la primera decadencia de Mérida, bien en la segunda mitad del siglo n i , como consecuencia de la invasión franca que asoló la Galia y gran parte de la Hispania, bien ya en los comienzos del siglo v, la ciudad reduce su extensión. Probablemente en una de estas épocas se construye la muralla de la que se han descubierto restos en la zona de ensanche (y que es la misma que tapona algunas de las puertas del anfiteatro), restos que, por cierto, han merecido desgraciadamente muy poco respeto, y la zona donde se elevó la casa ahora descubierta, y seguramente muchas otras que deben estar allí sepultadas, fue abandonada y empezó a servir de cementerio. Efectivamente, por encima de los restos romanos han sido descubiertas varias sepulturas cuyos ajuares las fechan en época visi­gótica.

Estos descubrimientos y muchos otros que se realizan continuamente, tales como el que se hizo el año pasado de un magnífico brocal de pozo esculturado, que figura ya en nuestro Museo, el de la inscripción paleo-cristiana más importante descubierta en Mérida, que ha sido extraída el día en que escribimos esta nota, 12 de noviembre...»

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La parte descubierta de este monumento, según la nota mencionada, fue posteriormente cubierta de tierra para su protección.

Los datos siguientes que tenemos en relación con este monumento son de 21 de enero del año 1957, donde bajo la dirección del ayudante del profesor Almagro, el doctor don Alejandro Marcos Pou, se llevó a cabo una campaña de excavación que, según las notas tomadas del diario de excavaciones de dicho arqueólogo, finalizaron en 26 de marzo del mis­mo año, siendo prolongados estos trabajos del 1 de abril al 6 de mayo por el señor Alvarez Sáenz de Buruaga, quien finalizó la campaña (Lá­mina X V I I I , 3 y 4).

Durante estos trabajos mencionados, se consiguió conocer todo el re­cinto enmarcado por el canal del peristilo, que constituye el ja rd ín de la casa, así como el ángulo S E . de la casa donde aparecieron algunas pin­turas, igualmente el comienzo de dos pavimentos de mosaicos a ambos lados del ángulo N E . También, y esto fue lo más importante, se hizo la excavación de la necrópolis visigoda que cubría casi totalmente este yacimiento, cuyo estudio detallado, así como las fotografías que de este nivel arqueológico poseemos, las debemos al meticuloso trabajo realizado por el Doctor Marcos Pou.

La úl t ima etapa de excavaciones llevadas a cabo en este monumento, dio comienzo el día 30 de noviembre bajo mi dirección y siempre con la supervisión del profesor Martín Almagro Basch y del i lustrísimo señor Director General de Bellas Artes, profesor Gratiniano Nieto Gallo.

Area

E n estos momentos, se puede precisar mucho más que en anteriores campaña, sobre la forma y extensión de este yacimiento, pues los trabajos que aún continúan en el momento de redactar estas líneas cam­bian un poco la fisonomía de lo que veníamos considerando como una casa romana con peristilo o patio porticado, pues va aumentando por momentos la personalidad del conjunto que conocemos por sector N E .

E n el ángulo N E . del peristilo de la casa, nace un pasillo en L , que desemboca en lo que, más que un anexo, es un complemento importan­tísimo de la casa. E l conjunto, consiste en cuatro piezas conectadas entre sí y que forman, de una parte, dos pasillos laterales entre los que existe un gran tablinum, uniendo estas tres piezas por su cabecera N . se en­cuentra una estancia alargada que consideramos como un «atrio de tránsi to». E n la parte E . de la pieza descrita existe un pasillo que avanza en esa dirección para luego torcer en ángulo y tomar la dirección N .

E l área que ocupa el yacimiento en estos momentos es de 2.629 me­tros cuadrados aproximadamente, incluido el sector de las termas.

Descripción general de los restos descubiertos

Si bien durante los párrafos anteriores no hemos dejado de hablar de «Casa Romana» como si se tratara de un edificio de alzado completo, cuando en realidad no podemos dejar a un lado que estamos en presencia de ruinas arqueológicas, queremos resaltar que si bien en algunos secto­res como el ala S., nos encontramos con muros de mamposter ía de cierta

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altura por los que podemos percibir incluso la sensación de volumen y que la riqueza de los mosaicos del peristilo, pasillos y habitaciones nos van marcando las partes más esenciales y ricas de una vivienda de la mejor época romana, los restos que la casa nos ofrece van desde unos pocos cent ímetros de muro de mamposter ía o tapial hasta la simple línea de los cimientos por debajo incluso del pavimento que contemplamos. Así, pues, queda claro que ruina, casa y monumento son tres términos que no se pueden separar en el momento de realizar la excavación, el estudio de lo hallado y la visita al lugar.

Estratigrafía

a) E l nivel de enterramientos. Tal como indicábamos al hablar de los antecedentes y excavaciones

realizadas en este yacimiento, una de las facetas más característ icas del mismo ha sido la de encontrarnos a unas profundidades que varían entre los 1,40, 1,70 y hasta 2,50 m., con claro buzamiento S.-N., una serie de enterramientos, al parecer de época visigoda (Láms. X V I I I , 1; X I X , X X y X X I , 1, 2, 3 y 4) que cubría casi de una manera completa toda el área de este yacimiento ampliada al S. y E . principalmente. Este tipo de enterramientos, lo mismo respondía a una serie de cistas que forma­ban agrupamientos de dos en dos o de tres en tres, unas junto a otras, como dispersas y separadas entre sí; y en cuanto a sus materiales lo mis­mo la hemos encontrado en cistas de piedra, fabricadas éstas con sillares y bloques de granito y mármol procedentes de los edificios y monumentos de la ciudad romana, como otras en forma del típico enterramiento de tégulas planas característ ico de los enterramientos más pobres de la época romana (Láms. X X I I , 1, 2, 3 y 4, y X X I I I , 1 y 2). E l dato que ofre­cemos de profundidad de los 2,50 m. corresponde a uno de estos enterra­mientos ú l t imamente mencionados de tégulas, por lo que cabría pensar incluso en dos épocas diferentes de enterramientos en este lugar, la más antigua tardorromana.

b) E l nivel romano. Este nivel se nos ofrece ante la vista de la siguiente forma: (Lámi­

na X V I I ) . Un gran patio central en el que podemos distinguir un ja rd ín de tierra

vegetal en el mismo centro, rodeado de un canal por tres de sus lados, éste está hecho de «Opus signinum», o sea una mezcla de cal y polvo de ladril lo y luego espatulado. Alrededor del canal aparece un pavimento musivo de diversos colores, entre los que predominan el rojo, amarillo, blanco y negro. E l cuarto lado, que corresponde a una de las entradas de la casa, tiene un pavimento de «Opus signinum», pero de calidad infe­rior a la del canal del peristilo, ya que los trozos de ladrillos son mayores. Entre el pavimento de mosaico y el canal del peristilo, existe urt múre te de mamposter ía que en su lado O. presenta los basamentos con parte del fuste de cuatro columnas, los otros dos lados presentan en dicho m ú r e t e los huecos y cimentaciones de otras tantas columnas. E l cuarto lado, en la parte correspondiente a esas columnas, presenta los mismos

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huecos que el pavimento, en los que se ha podido comprobar también se encuentran los cimientos correspondientes a las columnas. Los cuatro ángulos del canal, presentan, por el contrario, huecos de cimentación, ya no circulares, sino rectangulares, por lo que suponemos que en estos puntos las columnas estarían sustituidas por pilastras de base cuadrada o rectangular. Aleo descentrado a la derecha del eie longitudinal del jar­dín y al fondo del mismo, un pozo (Lám. X X I V ) cuyo brocal se nos presentó formado por bloques irregulares de granito, algunos de ellos asientos del graderío del Teatro o Anfiteatro, y que una vez desmontados nos presentaron un anillo circular al nivel del pavimento por su parte interior, y rodeando éste se puede ver al mismo nivel los restos del bro­cal, que según lo descubierto estaba formado por tableros de mármol y tenía forma cuadrada con las siguientes dimensiones en sus cuatro lados: 0,91 X 0,98 y 0,94 X 0,98 m.

Los restos que aparecen rodeando el peristilo, que acabamos de des­cribir, son los de una serie de habitaciones que por tres de sus lados y parte del cuarto, que está en proceso de excavación, forman una serie de estancias con entrada directa y en algunos casos huecos para luces hacia el peristilo, donde con diversas alturas y a base de muros de mam­postería en algunos casos y en otros simplemente el cimiento de «Opus cuadra tum», como podemos comprobar en varios puntos sobre este mam­puesto se elevaban muros de tapial con enlucido de cal y decoración pic­tórica. Sin embargo, fuera del recinto del peristilo y posiblemente ajeno a él en el momento de construcción del mismo, se encuentran los restos de un edificio termal cuyo hipocausto era de arcos de medio punto de ladrillo; se conservan piscinas, muretes de mamposter ía y otros de blo­ques de granito, advirt iéndose por todas partes gran abundancia de ma­teriales reaprovechados, siendo el más elocuente de ello el de la dovela de la clave de un gran arco de granito, entre otros. Lo que hemos conve­nido en llamar «sector NE.», nos presenta unos materiales de peor cali­dad, abundando los muros de tapial, si bien la riqueza musiva sigue siendo muy interesante.

Finalmente tenemos que mencionar tres estancias con pavimentos mu­sivos correspondientes respectivamente a los mosaicos de «El Otoño», de «Los Peces» y «Las Estrellas».

c) E l nivel inferior. Este, debajo de los pavimentos, presenta poca variedad y se ajusta casi

por completo a la topografía general del terreno, que es la de un suave declive —prolongación por el lado N . de la colina del Anfiteatro— que, con buzamiento en dirección S.-N., nos da el siguiente resultado: de Sur a N . los cimientos de la casa están apoyados práct icamente en la tosca, excepto en el lado N . del peristilo, donde debajo del pavimento de mosai­co nos aparecieron unos muros de fábrica mucho más tosca que los que nos ocupan, compuestos de guijarros gruesos y cal, así como también dos pequeños receptáculos de función hidrául ica de «Opus signinum», pero lo principal fue el hallazgo de diversos fragmentos de cerámica de relleno entre estos muros. Esta cerámica, principalmente «térra sigillata», constituye uno de los datos fundamentales para el estudio cronológico de

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este yacimiento. También han aparecido fragmentos cerámicos debajo del «Mosaico del Otoño» y en algunos otros puntos diversos de la casa.

d) Los tres niveles apreciables en el corte estratigráfico de la casa.

De la potente capa de tierra que cubre las ruinas de este monumento, variable entre los 2,80 y los 1,40 m. en dirección E.-O., y los 2,90 y los 1,60 metros en dirección S.-N., que en profundidad separan el nivel actual del terreno con el de los restos cuya descripción estamos realizando, ofrece a simple vista tres niveles diferentes. E l superior, según los datos de diversas personas de la época, corresponde a la segunda fase de las gran­des excavaciones del Teatro y Anfiteatro Romano, concretamente de la excavación del Anfiteatro, igualmente el nivel medio será el correspon­diente a la primera fase, o sea a la excavación del Teatro; ya que sabemos que éstas se llevaron a cabo, en cuanto a la evacuación de tierra se refiere, a base de un tren de vagonetas que iba desde el Teatro y Anfiteatro espar­ciendo la tierra procedente de allí por las zonas más bajas que se en­cuentran a su alrededor. Los hallazgos arqueológicos de estos niveles son muy pobres, y los escasos hallazgos nos demuestran que se trata de desechos de excavaciones anteriores y casi únicamente tierra vegetal. No obstante, hemos encontrado esporádicamente algunas monedas de bronce que estudiaremos en el lugar oportuno.

E n cuanto al tercer nivel, que se nos ofrece de un color rojo-amari­llento, mezclado muchas veces con fragmentos de cal, tégulas e ímbrices, así como en algunos puntos cenizas, clavos y trozos más o menos recono­cibles de hierro, constituyen el verdadero nivel romano consecuente a la destrucción de la casa. E l nivel que constituye los enterramientos de la fase alto-medieval, por tratarse de enterramientos dispersos se indica de acuerdo con los datos fotográficos que poseemos.

Materiales

1) Los muros.—Del estudio realizado, salvo excepciones que señala­remos en el estudio particular de los diversos sectores de la casa, respon­den al siguiente orden en altura. La cimentación de la casa está realizada a base de bloques de regular t amaño, perfectamente escuadrados y asen­tados sobre lechada de cal e igualmente cementados en sus juntas de unión. Sobre éstos y variando su altura de mayor a menor en direc­ción S.-N., aparecen muros de mampos te r ía de 0,40 a 0,50 m. de grosor y alturas que van desde los 1,60 a los 0,24 m. Sobre éstos existen en muchas ocasiones las señales de los tableros que sirvieron para fraguar el tapial y en otros casos el mismo muro de tapial sobre el de mampos­tería. También hemos encontrado muros que arrancan desde el cimiento de piedra granít ica hasta la altura que conserva en la actualidad, fabrica­dos con ladrillo y con estucos pintados de igual forma que los anteriores. También hemos encontrado estos mismos materiales, pero con evidentes signos de ser reaprovechados en diversas rectificaciones que se observan en algunas habitaciones de la casa.

2) Pavimentos.—Estos responden a dos tipos: E l del peristilo, pasi­llos y estancias de mayor categoría, son de mosaico; el otro tipo, corres-

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pondiente a los sectores de función hidráulica, terrazas al aire libre y al­gunos otros lugares de menor categoría de la casa son de «Opus signi-num». También se han encontrado habitaciones con pavimento de tierra, si bien en algunas de ellas hemos hallado vestigios de haber estado pa­vimentada con anterioridad a su destrucción por alguno de los dos tipos mencionados.

3) Cubierta.—Los elementos que hemos encontrado de la techum­bre son tégulas e ímbrices (Lám. X X V ) , algunas de ellas de grandes di­mensiones, como las que indicamos en este trabajo. Por los restos car­bonizados que han aparecido, así como por los diferentes canales y la disposición general de las habitaciones, creemos que la techumbre es­taría dispuesta a dos aguas, siendo los lugares de su evacuación dos, el canal del peristilo para recoger las aguas de la cubierta del peristilo y otro exterior, en el ala S., que recogería las aguas de las habitaciones situadas en su torno. Igualmente debe haber en el ala N . aún sin resol­ver totalmente la excavación. Todo ello montado sobre viguería de ma­dera que tal vez en algunas de ellas tendría hacia la parte de las habita­ciones una superficie plana que por su magnificencia podr ía estar deco­rada con pinturas del mismo estilo que las que se observan en los restos de las paredes.

El peristilo como eje de la Casa: Estudio.

E l peristilo o patio porticado de la casa, constituye el centro o núcleo en torno al cual funcionan las diferentes habitaciones. A l carecer las casas romanas de los huecos necesarios al exterior, que hoy son habituales en las construcciones modernas, era necesario que aparte de las pequeñas «saeteras» que se habr ían hacia el exterior, hubiera otras capaces de suministrar la luz y la ventilación necesaria de la casa. Por tanto, es el peristilo que, a través de su evolución de atrio a jardín va a desempeñar esta función. Por otra parte tampoco dejará en olvido la de ser el centro de la vida doméstica, ya que si la helenización fue dando mayor amplitud al desarrollo de la planta de las viviendas y a la calidad de las mismas, no fue obstáculo para que se siguiera conservando la intensa vida familiar de los romanos, que al no poder expansionarse en las calles y plazas, habr ía de buscar un lugar adecuado.

Así pues, una vez expuesta esta doble función constructiva y familiar del peristilo, vamos a pasar al estudio más detallado del mismo. Sus di­mensiones son proporcionadas a la casa. Esta, cuya verdadera orientación es N E . SO., para mayor comprensión vamos a tomar a partir de ahora la fórmula convencional de designar al N E . por el N . , al S E . por S. y así respectivamente. Por tanto, de la dimensión aproximada de 30 m. que presenta la casa en sentido N.-S., 18,10 m. corresponden al peristilo y de la dirección E.-O., de unos 25 m., 17,70 corresponden también al peristilo. Este en sí, no presenta forma perfectamente cuadrada n i rectangular, si no que su forma es la de un trapecio cuya base corresponder ía al llama­do lado N . , que mide junto al muro divisorio de las habitaciones 19,75 me­tros; mientras que su oponente en el lado S. y medida igualmente en el muro divisorio de las habitaciones da solamente 16 m. E l lado O., me­dido de igual forma, nos da 17,50 m . y el lado E . 13,80 m., por tanto su

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figura no presenta lados iguales. Su anchura es de 2,50 m. en los lados norte y E . , mientras que el S. mide 2,80 m. de ancho. Estos tres lados están pavimentados con mosaico de diversos colores, mientras que el lado O., que también mide en su centro 2,50 m., está recubierto por un pavimento de «Opus signinum».

El pavimento de mosaico es de temática uniforme en toda su super­ficie. Siendo el tema principal una serie de svásticas desarrolladas en doble hilera y formadas por dos filas de teselas negras que enmarcan una tercera de color amarillo. Las uniones de una svástica con la siguiente se realiza mediante una svástica menor que consti tuiría un pequeño em­blema entre cada agrupación de cuatro svásticas, formándose unos espa­cios de separación de forma cruciforme que es tán ocupados por rectángu­los de los mismos colores que las svásticas, pero que encierran en su interior cuatro tr iángulos alternados de colores rojo y negro unidos en sentido de espiga. Cada uno de los lados del peristilo está a su vez en­marcado dentro de una línea de greca a la que bordea por su parte exte­rior una franja doble de teselas negras. Todo esto realizado sobre fondo blanco.

E n el pavimento de mosaico se observa en los lados N . y S. (Lámi­na X X I I I , 1) tres huecos semicirculares y dos rectangulares que tiene los simétricos correspondientes en un múre te de mamposter ía que en el lado este, donde se conserva más completo tiene un enlucido de «Opus signi­num» y que sirve de separación entre el pasillo del peristilo y el canal del mismo. E n los lados E . y O. el número de huecos semicirculares y cir­culares respectivamente es de cuatro. E l lado O. (Láms. X V I I I , 1 y 2 y X X X I I , 2) que también corresponde al pavimento de mosaico, conserva dentro del múre te que separa el pasillo del canal del peristilo los ba­samentos y parte inferior de cuatro columnas de granito, que si hoy están desnudas presentan abundantes restos de haber sido estucadas con la parte inferior en color rojo. E n cuanto al lado O., ya hemos indicado que su pavimento es de «Opus signinum» y se presenta un poco más ele­vado que los otros tres lados, siendo menor el desnivel por el lado sur que por el N . , debido a que la corriente del pavimento de mosaico va con una ligera pendiente desde el ángulo SO. al NO.

El canal del peristilo presenta los tres lados de que consta desiguales, ya que, siguiendo la configuración general del peristilo, responde a una figura geométrica irregular. E l lado N . , tiene una longitud interior de 13,80 metros y una anchura también interior de 0,65 m. E l lado S. tiene de longitud interior 10,35 m. y la anchura la misma que el lado N . E l lado oeste, cuya longitud también interior es de 12 m. y la misma anchura, presenta, como particularidad, que a la mitad de su longitud presenta una anchura semicircular en dirección O. por un radio de 1,05 m., lo cual hemos designado con el nombre de ninfeo. Este canal, que tiene una altura media de 0,50 m., presenta una moldura a todo lo largo de 0,15 me­tros por su parte superior y otra a modo de filete en la parte superior de 0,10 m. Los ángulos están redondeados en segmento de círculo con la parte convexa hacia el interior del canal. Junto al ninfeo, pero ya dentro del terreno vegetal destinado a jardín , se encuentra el pozo de que ya hemos hecho mención anteriormente, cuyo centro se encuentra a 2,25 me-

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tros del centro de la circunferencia que marca el semicírculo del ninfeo, siendo el d iámetro interior del pozo de 0,90 m. E l resto del terreno vegetal destinado a jardín, que hoy se encuentra con arbustos, en el momento de su descubrimiento no presentaba absolutamente ninguna característ ica especial ni resto alguno de pavimento.

Las habitaciones en torno al peristilo

a) Lado O.: Sector SO.

Lo que conocemos en este momento como una de las entradas de la casa, coincide casi con el eje O.-E. de la casa. La anchura de tres metros que presenta este hueco del muro, que tiene a ambos lados unos sillares escuadrados de granito, conduce a una estancia de 5,85 m. de larga por 6,50 de ancha, con pavimento de «Opus signinum». A esa longitud que hemos mencionado se encuentra un muro de maniposter ía muy pobre que corta la uniformidad del pavimento indicado que interrumpe la con­tinuidad de éste con el del lado O. del pasillo del peristilo, con el que for­maba una unidad, en su día, y, por tanto, estamos en presencia de un aditamento posterior. Una vez situados en el peristilo —lado O.—, hacia la derecha nos encontramos con una serie de habitaciones de diferentes dimensiones. La primera, que ya da sobre lo que hemos considerado lado sur con pavimento de mosaico, son dos pequeñas habitaciones, una que se abre directamente sobre el peristilo de 2,65 X 3,80 m., junto a ésta, pero hacia el muro exterior de la casa en el lado O., se encuentra otra habitación interior de 2,60 X 3,85 m. E n dirección S. y en el mismo sec­tor que estamos estudiando, pero a un nivel algo más elevado (0,47 m.), nos encontramos con una especie de pasillo en L que da paso a una ha­bitación que limita con el muro S. de las dos que acabamos de indicar, pero cuyo ángulo NO. está ocupado por un rectángulo interior de 1,15 X 0,90 m., el resto lo ocupa una habitación de 5,70 X 4,70 m. A con­tinuación y también en sentido O. nos encontramos otra habitación de 3 X 2,40 m. A continuación y con entrada en dirección S. por un hue­co de 1,10 m. y a nivel ligeramente superior al de las otras indicadas, penetramos en las llamadas habitaciones de las pinturas; se trata de una habitación rectangular de 4,45 X 8,60 m., que presenta un muro divi­sorio apoyado en el muro S. y a 4 m. del muro E . , que señalamos con la letra A, y el resto lo ocupa la designada con la letra B , siendo el hueco de unión existente entre estas dos habitaciones de 0,90 m., v en el muro N . , este muro divisorio tiene una longitud de 1,28 m. y de 2,67 en el lado S. Estas habitaciones, que designamos con el nombre de habitaciones de las pinturas, son las que presentan mayor altura de muros, los cuales se encuentran recubiertos por una serie de estucos pintados en diversos colores que han dado lugar a su denominación (Lám. X L V I I , 1, 2, 3 y 4). Estas pinturas, de las que por desgracia sólo conservamos la parte in­ferior de las mimas, presentan un zócalo imitando mármoles , donde se han representado una serie de rombos apaisados y círculos. E n lo poco que conservamos de la parte superior aparecen una especie de grandes marcos, a modo de cuadros que debían representar el tema principal de la decoración de las habitaciones, que hemos interpretado semejantes

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a las correspondientes al segundo estilo pompeyano. Su estado de con­servación es bastante regular, ya que no solamente ha influido en el pro­ceso de descomposición de las mismas su situación respecto a la orien­tación de los diferentes muros, si no que también las materias colorantes de su composición han influido de manera decisiva, pues si los negros y rojos salvo sectores excepcionales están bastante bien conservados, por lo que respecta a los amarillos y a los verdes su estado de conservación deja mucho que desear. No obstante, se han tomado medidas que expon­dremos más adelante para evitar su degeneración progresiva.

E l pavimento de estas habitaciones es de «Opus signinum» y lleva adosada una moldura a modo de rodapié entre dicho pavimento y el arranque del muro con las pinturas, probablemente para evitar que la limpieza del pavimento afectara a las pinturas.

b) Lado S.

E l ala S. está formada por dos habitaciones, resultantes éstas de una serie de modificaciones efectuadas con posterioridad a la construcción primaria de la casa. Constó de cuatro divisiones en este mismo espacio, cuyas tres líneas de muros han sido cortadas intencionadamente a ras del suelo (Lám. X X X , 4). Unicamente en el ángulo NO. de este ala, o sea en la habitación situada más al O., hemos encontrado un fragmento de pavimento de «Opus signinum». Esta primera habitación por tener el muro que la separa del pasillo del peristilo parcialmente arrasado, no po­demos precisar el punto exacto por donde tenía el acceso, pero que indu­dablemente debió de ser el peristilo. E n el muro S., han aparecido unos restos de pinturas cuyo estado de conservación es más bien deficiente. Su longitud es de 4,10 m. de larga por 7,45 de anchura máxima, ya que tiene forma ligeramente trapezoidal.

L a segunda estancia de este ala S. está formada sobre tres de los antiguos departamentos con muros arrasados de traza primitiva, ocupan­do dos completos y la mitad de otro de ellos; coincidiendo el muro divi­sorio O., que la separa de la otra habitación, con el centro del hueco de una ventana que, de las antiguas estancias, daba directamente sobre el peristilo. Este muro O. se presenta en dos trozos, como si en el centro hubiera habido un hueco de unión entre las dos estancias: E l acceso al peristilo lo tiene por el lado N . , donde existe un hueco de 1,10 m. y dos escalones para salvar el ligero desnivel entre el pavimento de estas ha­bitaciones y el del peristilo. Las dimensiones de esta habitación, que tiene forma rectangular, son 3,95 m. de larga por 4,70 de ancha. E n el ángu­lo S.-E., tiene restos de pinturas (Lám. X L V I I I ) . Casi toda la parte pos­terior de estas dos habitaciones, está ocupada por una especie de terra-cil la o solarium descubierto y con pavimento de «Opus signinum» in­completo. Tiene forma casi triangular, cuyos lados rectos son, de una parte, 9,40 m., correspondientes al muro S. de las dos habitaciones que acabamos de indicar, y la base de este rectángulo está formada por 8 m. de longitud, de los cuales 6,25 m. corresponden al muro E . de la habi­tación de las pinturas. E l tercer lado está formado por dos tramos en ángulo de 160°, que miden respectivamente 8,40 y 2,95 m. Apoyado en el muro S. de las habitaciones que acabamos de describir y sobre el pavi-

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mentó de esta terracilla, hay un canalillo que debió servir para las aguas que vert ían del tejado por esa parte y que lleva una dirección E.-O., hasta desembocar en un conducto subter ráneo que cruza la casa en sentido S.-N., exactamente por debajo del lado O. del peristilo. E l muro en án­gulo que acabamos de mencionar como correspondiente al lado S. de la terracilla, presenta en el ángulo SO. unos escalones que llevan a un punto más elevado, probablemente hacia el exterior de la casa, también en el mismo muro encontramos precisamente en la parte exterior de este ángulo una prolongación del mismo en dirección S.-E., aún no determi­nada por la excavación.

E n el ángulo S E . del peristilo y en sentido S.-N. nos encontramos, en primer lugar, con un conjunto rectangular que consta de cuatro compar­timientos, siendo el situado más al E . y de forma triangular un impluvium o habitación destinada a la recogida de agua de lluvias (Lám. X X X I I , 1), y que lleva a todo lo largo de su muro S. un canalillo que luego gira en codo y toma la dirección S.-N. en la parte posterior del ala E . de la casa. Este conjunto mide en sus tres lados 10, 11,50 y 5,80 m., respectivamente. Las otras tres estancias tienen todo el aspecto de pequeñas habitaciones con acceso por el peristilo.

c) E l ala E .

Está formada por un conjunto de tres habitaciones rectangulares que en sentido S.-N. describimos: la primera, que si bien conserva el umbral granítico por el cual tenía acceso directo desde el peristilo, fue posterior­mente cortado por un muro de fábrica de ladrillo, en su mayor parte fragmentos y otros restos reaprovechados. Sus dimensiones son 9,50 X X 3,40 m. E l acceso se realiza a través de la habitación inmediata por el muro divisorio mutilado, conserva un tercio de su superficie con pavimento de «Opus signinum» y asimismo al fondo tiene restos de pin­turas en las paredes. Es en esta parte, donde vemos que los muros son en su mayor altura de ladrillos. L a segunda habitación, que por sus di­mensiones debe ser una de las principales de la casa, tiene 9,25 m. de lar­ga por 6 m. de ancha, posee acceso directo por el peristilo, a t ravés de un umbral de 3,60 m. de anchura, éste es de granito y presenta labradas en él las cajas de los goznes de hierro de sus puertas. E l pavimento, tal como apareció en la excavación, era totalmente de tierra, pero con señales y restos de haber tenido mosaico. Los muros, conservan suficientes restos de estuco con pinturas para poder conocer dos estilos diferentes de deco­ración, el más antiguo, que es precisamente el más abundante, presenta sobre un fondo negro aves zancudas, al parecer cigüeñas, encontrándose entre ellas y a su alrededor plantas de rivera. E n estuco exterior, presenta por el contrario un motivo decorativo imitando mármoles de colores. L a habitación siguiente podr ía haber sido perfectamente el tridinium, es la mejor conservada y una de las más ricas de todas cuantas existen en la casa, el acceso se realiza igualmente a través del peristilo y por un umbral de granito con idénticas señales o cárceres de los engranajes de la puerta perfectamente visibles y una anchura de 1,80 m. Tiene 9,15 m. de larga por 5,80 m. de ancha. E l pavimento es un maravilloso mosaico que hemos bautizado con el nombre de «Mosaico del Otoño» (Lám. X X X V ) , aten-

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diendo a su temática. Este mosaico, que cubre por completo toda la su­perficie de la habitación, salvo pequeñas faltas que no le afectan vital­mente a su estado de conservación, es extraordinario. E l contorno está formado por una ancha faja que, en la parte de la entrada o pie del mo­saico, así como en ambos laterales, mide 1,20 m. de ancha, mientras que al fondo su anchura es de 2,34 m. Esta zona exterior o faja- que rodea totalmente al mosaico está formada por una serie de rectángulos rojos y negros, superpuestos angularmente sobre un fondo de teselas blancas. Más interior que ésta, existe otra segunda faja que rodea igualmente todo el interior del mosaico, formada por circunferencias de tesela negra que llevan inscritas estrellas blancas de cuatro puntas con un mo­tivo vegetal en el centro, todo ello igualmente sobre fondo blanco, cuya anchura es de 0,36 m. Finalmente, nos encontramos con dos grandes emblemas de composiciones humanas, el que podr íamos considerar in­ferior por ser el más próximo a la puerta está formado por un marco de 0,17 m. de ancho y compuesto de tr iángulos que se apoyan unos sobre las bases de los otros respectivamente. Este marco ocupa tres de sus lados, siendo el motivo central de una superficie prác t icamente cuadra­da, ya que sus medidas son 2,40 X 2,41 m. E l cuarto lado del marco es común al emblema superior.

E l tema central de este primer emblema lo constituyen tres persona­jes masculinos, dos imberbes y uno barbudo, este ú l t imo en el centro y apoyado en las manos de los otros dos, que a su vez se apoyan en nudosos bastones (Lám. X X X V I ) . Es tán efectuando una «pisa de uva» sobre un lagar que tiene en su base tres orificios de salida por los que el mosto va llenando tres recipientes situados a su pie. Rodeando este grupo, hay tallos de vid y racimos de uva. Más hacia el exterior, y formando cuatro ángulos que nos lanzan foco de atención descrito, hay cuatro cráteras helenísticas de la forma 42-A, de las que salen unos vastagos en torno a los cuales y apoyados en sus asas hay pájaros multicolores. Más hacia el exterior, aparecen escenas algo mutiladas por una mala restauración de época, son cuatro pequeños sátiros, dos en actitud de alcanzar racimos con una escalera y otros dos transportando los frutos en unas cestas.

E l segundo emblema, tiene como foco central una representación de Venus semidesnuda, con un manto que cuelga de sus hombros, lleva una granada en la mano derecha. A la altura del antebrazo, tiene un torques, en su día recubierto por teselas por finísima lámina dorada. E n el brazo izquierdo, un largo cetro. Lleva de la mano a Eros niño. A éste, le falta un trozo de la cabeza, muestra una sola ala (Lám. X X X V I I ) . Rodean este grupo una serie de motivos de tipo vegetal que forma con sus trazos figuras acorazonadas, otras son, al parecer, flores de tres pétalos. Los ejes correspondientes a la cabeza, pies y ambos costados, están ocupados por cuatro máscaras de león, siendo la situada en el eje de la cabeza de menor t amaño que las otras. Los cuatro ángulos que debían indicar el foco de atención del emblema lo consti tuían cuatro bellísimos pájaros multicolores dentro de un marco romboide, pero de los que lamentable­mente, debido a una mala restauración de época tardía, solo conservamos dos. La forma de este emblema es también práct icamente un cuadrado, ya que sus lados miden 2,43 X 2,42 m. Todo el conjunto descrito está

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rodeado por una gruesa línea de greca de 0,17 m. de anchura, que tiene el lado inferior común al medallón descrito más arriba.

Es interesante destacar que todas las figuras y elementos vegetales descritos están realizados en teselas de diversos colores, los cuales res­ponden a la realidad de lo representado, existiendo incluso diferencias al tratar la carnación de las figuras femenina e infantil con las pertene­cientes a los personajes masculinos. Las primeras, mantienen los tonos rosados característ icos, mientras las segundas no dan el de una piel tos­tada y un tanto rojiza como correspondiente a figuras varoniles.

d) Lado N .

E n este ala del edificio tenemos que distinguir dos partes: la primera, consiste en un pasillo con pavimento de mosaico situado propiamente en el ángulo N E (Lám, X X X I X , 1 y 2) y que trataremos en el apartado de las habitaciones situadas fuera del peristilo. La otra parte, está prácti­camente en período de excavación, aunque podemos anticipar que se tra­ta de estancias de poca importancia y con pavimento de tierra, corres­pondiente probablemente a dependencias complementarias de la casa.

e) Lado O., sector N E . Este sector de la casa está constituido por una sola habitación, que

corresponde, sin duda alguna, a la cocina de la casa. Tiene unas dimensio­nes de 5,90 X 4,90 m. E n el ángulo S E . de esta habitación existe un horno de 1,20 m. de diámetro exterior y 1 m. de diámetro interior. E n esta habitación han aparecido, aparte de una magnífica reja de hierro que mencionaremos más adelante, algunos elementos de cocina, tales como unas trébedes triangulares de hierro. A través de su lado E. , y por un hueco de 1,15 m. de anchura, esta habitación se comunica directamente con el lado N . del peristilo.

Las habitaciones situadas fuera del peristilo

a) Las habitaciones del sector N E .

E n el momento de hablar de esta parte de la casa nos encontramos ante lo provisional que resulta decir nada de un punto en el cual los trabajos de excavación no han terminado, sin embargo, en el ángulo nor­deste del peristilo de la casa existe un umbral de 1,75 m. de anchura con dos escalones que nos llevan a un nivel de la casa un poco más bajo del que hemos hablado; hasta el momento, aquí nos encontramos con un pasillo de 10 m. de longitud y 2,25 de anchura, que tiene un pavimento de mosaico a base de cuadrados, rojos y negros sobre fondo blanco. Este pasillo, está limitado a ambos lados por muros de maniposter ía pobre y tapial, teniendo el situado a la izquierda un umbral que lo pone en comunicación con el ala N . de la casa, mientras que el situado a la derecha presenta dos salientes equidistantes que semejan medias columnas, que tienen su correspondencia en la parte exterior, todo ello de mamposter ía y estucos pintados. Este úl t imo muro tiene únicamente 7 m. de longitud, ya que a esa altura tuerce en ángulo recto como igualmente el pasillo.

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Este pasillo, se presenta ahora en el mosaico, con motivos de rombos rojos y negros sobre fondo blanco (Lám. X L , 1, 2, 3 y 4). Su longitud es de 14 m. y su anchura oscila entre los 3 y los 2,60 m., ya que si el lado derecho y S., respectivamente, de este pasillo está limitado por un muro de tapial, casi en su totalidad, en el lado opuesto carece de muro, por ello la an­chura del mosaico ha sufrido algunas variaciones. Casi perpendicular a este pasillo, que tal como lo hemos descrito tiene la forma de una L partiendo desde el peristilo central de la casa, aparece otro pasillo, cuyo pavimento tiene una decoración de círculos blancos con un pequeño mo­tivo cruciforme en el centro, rodeando estos círculos aparecen una espe­cie de dobles hechos en tesela negra (Lám. X L I , 1). Este pasillo forma parte de otra unidad complementaria de la casa, pero con personalidad perfectamente definida. Así, pues, estamos en presencia de un conjunto formado por dos pasillos laterales casi idénticos y con pavimento mu-sivo gemelo. Entre ambos pasillos, un gran tablinum. E l pavimento de este gran tablinum (Lám. X L I I I , 1, 2, 3 y 4), que tiene una superficie de 133 metros cuadrados, está constituido por el «Mosaico de los Peces» Lám. X L I , 2, 3 y 4). Las dimensiones de los pasillos laterales son de 13,80 metros de largo por 2,60 de ancho, existe una pequeña divergencia de an­chura en algunos puntos del pasillo O. con respecto al E . E l tablinum, cuya superficie total acabamos de decir, presenta la forma de un rectángulo cuyo sentido mayor es S.-N., donde mide 13,30 m.; su anchura es de 10 m. Estas medidas están tomadas por el interior de los muros. E l pavimento de mosaicos de este gran salón presenta una variada fauna marina y fluvial, donde cada ejemplar está enmarcado dentro de un medallón, formando un conjunto de medallones múltiples enlazados en forma de red por líneas de greca, apareciendo así pentágonos, hexágo­nos, etc., uniendo el conjunto (Lám. X L I V , 3 y 4). Los huecos de acceso de este tablinum son tres. Las dos puertas están situadas al fondo de los dos muros de separación entre los pasillos y el tablinum y su altura es de 1,20 m. La puerta principal situada en la cabecera N . mide 2,50 m. y da acceso a una gran pieza que enlaza aquí precisamente los dos pasillos laterales descritos. Esta pieza que consideramos como un atrio de trán­sito es rectangular y su lado mayor, situado en sentido E.-O., mide 17 me­tros, mientras su anchura es de 5,60. E l pavimento de esta pieza es tam­bién de mosaico y presenta tres grandes círculos, de los dos círculos laterales, el situado al O. consiste en una serie de rombos decrecientes de mayor a menor, cuyos colores son el rojo, el blanco y el negro alternati­vamente. E l centro está formado por una rosácea de cuatro pétalos en­marcados por línea de greca (Lám. X L I V , 1). E l círculo exterior está formado por una línea de greca y en los cuadrantes angulares hay situa­das cuatro cráteras con asas y tallos que acaban en volutas circulares sobre el campo blanco.

E l otro círculo situado hacia el E . del salón responde a un tipo idén­tico, pero donde los rombos han sido sustituidos por tr iángulos rectángu­los, también tiene cráteras en los sectores angulares del mismo tipo. E l círculo central está formado por cuartos de círculo en línea de greca que dejarían un espacio cruciforme en el centro. Los sectores angulares están formados por cuatro construcciones en forma de torres con techumbre a dos aguas y dos ventanas gimenadas; el color de las torres es amarillento

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con líneas de almohadillados trazadas con tesela roja. E n el campo, detrás de las torres, aparecen árboles (Lám. X L I V , 2).

E n los lados exteriores de los círculos laterales existen dos rectángulos rellenos de «peltas» que limitan el mosaico por ambas partes. E l mosaico está recubierto por una línea de greca y otras más exterior de «svásticas» entrelazadas. A l lado O. de esta habitación existe un umbral de 1,70 m. que da paso a un pasillo cuyas dimensiones se desconocen en el momento actual de la excavación. A l lado E . existe también un pasillo con pavimen­to de mosaico a base de pequeños rombos de colores rojo, negro y blanco. Este pasillo avanza en sentido E . durante 17,10 m. para torcer en ángulo recto en sentido N . durante 6,10 m. E n donde está interrumpida en este momento la excavación.

b) Las termas.

Junto a la actual entrada de la casa, o sea en el ángulo NO. de la misma, nos encontramos con una serie de dependencias de tipo ter­mal (Lám. X X X I , 1, 2, 3 y 4). Este conjunto, del que en estos momentos sólo conocemos parte, ya que el resto de lo que queda por excavar se en­cuentra bajo el pavimento actual de la calle del General Aranda, forma en su conjunto unas termas de tipo privado. Es casi seguro que en el momen­to de la construcción de la casa, no se hiciera su trazado, e incluso es pro­bable que las termas y la casa no formaran una unidad. Lo descubierto consiste en dos habitaciones de 5 X 3,20 m. y 5,20 X 3 m., respectiva­mente, que constituye el hipocausto. L a primera de estas habitaciones, tiene un pasillo de 2 X 0,90 m. y constituye la boca del horno. Las dos habitaciones tenían una serie de arcadas de ladrillo distribuidas en tres filas para conjugar los contrarrestos laterales y de las que se conservan las zarpas de cimentación, un arco completo y restos de otros dos. E l pasillo de entrada, está situado en dirección S. A l E . de estas dos habitaciones descritas, que están orientadas en dirección S.-N., se encuentran ado­sadas otras dos dependencias de menor tamaño, la situada más al S., que mide 1,70 X 2,60 m., contiene un baño o piscina que ocupa toda su ex­tensión y que tiene adosado un escalón en toda su longitud en el muro O., teniendo en cuenta que existen restos de un tabique que dividía en dos esta piscina. La otra habitación, situada más al N . , que mide 1,90 X 3,05 metros, comunica con el exterior por su lado E. , tiene pavimento de tierra y hasta el momento se desconoce su utilización. De la piscina antes des­crita y por dos aberturas situadas en su base, salían las aguas que, por un canalillo que parte de la misma y después de un ligero recodo, toma la dirección S.-N. A l N . del hipocausto y a un nivel más elevado se encuentra una habitación de 2,90 X 5,60 m., un espacio descubierto de mayor super­ficie y dos piscinas semejantes a la anteriormente descrita, o sea con un banco adosado y situadas una junto a la otra, cuyas dimensiones son 1,20 X 2 y 1,60 x 2 m., respectivamente. A lo largo del lado O. de esta parte ú l t imamente descrita, existen los restos de un pavimento empedra­do, posiblemente una calle.

Todo este conjunto que constituye las termas, en cuanto a sus mate­riales, en su mayor parte son reaprovechados, ya que los sillares de gra­nito de sus muros, los cimientos y los arcos presentan labra correspon-

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dientes a gradas, a arcos de construcciones públicas, etc., sus materiales latericios son también de distintos gruesos, en su mayor parte fragmen­tos reaprovechados. La argamasa de su cal es pobre, sin embargo, hemos de destacar que el «Opus signinum» o cemento impermeable usado para el revestimiento de las piscinas es de buena calidad y del mismo tipo de fábrica que el empleado en otros puntos y pavimentos de la casa. Finalmente, tenemos que señalar que todo este conjunto termal se en­cuentra a nivel superior al de la casa, que si en algunos puntos se ajusta a la topografía del lugar, en otros, por el contrario, hay una potente capa de tierra vegetal de relleno bajo los pavimentos, por tanto consideramos que estas dependencias es difícil que estuvieran vinculadas a esta casa, dada la cronología que sostenemos para la misma en estos momentos. Más bien el nexo de las termas esté en los sectores que las rodean y aún por excavar.

La entrada de ¡a casa

Si bien es cierto que en estos momentos estamos utilizando como en­trada de la casa un umbral situado junto a las termas y en el ala O. de la casa, no podemos de otra parte asegurar que ésta fuera ni la única n i tampoco la entrada principal de la casa, tan sólo cuando quede resuelto el gran problema que tenemos planteado en el ángulo N E . de la casa, donde unas veces en sentido N . y otras en sentido E . los pavimentos de mosaicos siguen avanzando casi sin interrupción, y donde después de cada campaña los metros cuadrados de mosaicos aumentan considerablemente, hasta entonces no será posible determinar con exactitud lo referente a la entrada de la casa, si bien nuestras esperanzas de hallar la entrada principal se cifran ahora en este sector.

TRABAJOS DE EXCAVACIÓN

La referencia de que va a ser objeto de este trabajo, únicamente abar­ca desde el 30 de noviembre de 1962 hasta la fecha.

L a perspectiva que ofrecía este yacimiento al momento de iniciarse los trabajos era la de un gran agujero de unos 140 metros de per ímetro aproximado, donde la capa de tierra que lo cubría para protegerlo, así como diversos restos arrojados por el vecindario lo hacían irreconocible como tal (Lám. X X V I , 1, 2, 3 y 4).

Trabajos

La primera labor fue la de colocar una cerca adecuada a lo que en aquellos primeros momentos considerábamos área del yacimiento, la cual fue modificada varias veces al tenor de la marcha de los trabajos. De esta manera protegíamos el yacimiento del uso inadecuado que del mismo se había hecho.

De la casa, conocíamos por los anteriores trabajos: el peristilo y dos habitaciones incompletas del ala S., así como parte del hipocausto de

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unas termas situadas en el ángulo N . - O . (aproximadamente), separadas de la casa unos 14 metros.

Así dimos comienzo a continuación a los trabajos encaminados a l i ­berar, más que a excavar, esta parte de la casa, fruto de las dos anteriores campañas . Esta se hallaba cubierta por una capa de tierra que oscilaba entre los 0,40 y los 0,60 m. de altura, siendo en algunos puntos incluso algo superior.

Desde el punto de vista mecánico, estos trabajos llevaron una direc­ción E.-O. , habiendo dividido previamente el área supuesta del yacimien­to en dos mitades, mitad N . y mitad S . Así, poco a poco fue apareciendo el peristilo de la casa (los mosaicos fueron arrancados con anterioridad y consolidados después, se guardaban en los talleres de la Alcazaba Arabe) y aquellas habitaciones del primer cuerpo del ala S . que se ha­bían excavado con anterioridad.

A pesar de todo esto, tenemos que señalar desde un primer cuerpo del ala S . que se habían excavado con anterioridad.

A pesar de todo esto, tenemos que señalar desde un primer momento el hallazgo del comienzo de un mosaico en uno de los ángulos del pe­ristilo (ángulo N O . ) que más adelante sería una pieza de excepcional categoría (Lám. X X X I V , 1).

Todos estos trabajos de reexcavación, fueron llevados a cabo con toda normalidad (Lám. X V I I I , 1, 2, 3 y 4), si bien a causa de la lluvia hubo que superar diversas dificultades de orden técnico. Así, el día 31 de diciembre del año 1962, teníamos perfectamente delimitado otra vez más el área anteriormente excavada, incluidos canal del peristilo, ja rd ín y po­zo (Lám. X X V I I , 1, 2, 3 y 4).

Una vez resuelto del modo expuesto los trabajos de la casa, nos ocu­pamos seguidamente del área de Las Termas. E l objeto principal, sería también el de liberar el hipocausto, lo cual hicimos mediante diversos estratos artificiales a fin de no dañar los arcos que quedaban de éstas y las coronaciones de los muros, todo punto que ignorábamos a la altu­ra en que se encontraban tanto los arcos como las coronaciones de los muros.

NUEVOS TRABAJOS

A fin de facilitar una visión clara de los trabajos de excavación, los expondremos ordenándolos en los mismos sectores que hemos iniciado para la descripción general de la casa, si bien lo referiremos a modo de resumen para no hacer una monótona repetición del diario de excava­ciones.

Sector Centro-Oeste del peristilo.—A pesar de que todo el peristilo co­rrespondió a los trabajos de reexcavación, en el lado O . del mismo hubo que hacer nuevos trabajos que dieron lugar al descubrimiento de un ca­nal de drenaje que llamamos «canal inferior de las fauces» (Lámi­na X X I X , 1 y 2).

Encont rándose en este punto la cota más baja conocida del yacimien­to, fue una de nuestras primeras labores la de poner en servicio este canal que cruza bajo el pavimento de las «fauces», para ello fue preciso ampliar

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la excavación del mismo en dirección N . mediante una trinchera de 5 m. de largo por 1,75 de anchura. Así, quedó resuelto el problema de drenaje de la casa para la parte del peristilo y de aquellas habitaciones que des­embocan directamente en él. Los hallazgos arqueológicos en este punto no revistieron interés especial.

A l O. del canal que acabamos de describir se encontraba un espacio que en su día debió ser complemento muy directo del peristilo. Y a que constituía un ancho pasillo en eje con el peristilo que enlazaba a éste con el exterior a través de un hueco de 3 m. de anchura. L a necesidad de con­seguir un acceso directo al exterior nos llevó a resolver la excavación de este sector, al cual designamos en aquel momento con el nombre de «fauces». Así nos encontramos con un pavimento de «Opus signinum» de­limitado por cuatro muros. E l situado al O. es el que tiene el umbral de 3 m. al exterior. Los muros N . y S. presentan restos de pinturas corres­pondientes, al parecer, al Segundo Estilo Pompeyano, ya que existen un rondo amarillento con estereatomía de «Opus incertum» y sobre él gran­des svásticas de color oscuro (Lám. X L V , 1). E l cuarto muro situado a 5,90 m. de su opuesto, cortó el pavimento de «Opus signinum» en ese punto convirtiéndolo mediante un muro de pobre maniposter ía y actual­mente casi arrasado este pasillo en una habitación rectangular de 6,50 m. de ancho. A través del tercio N . de este muro y cortado nuevamente a la altura del pavimento se efectúa de nuevo el acceso al peristilo.

Sector N. del peristilo.—Este sector corresponde a un ámbi to rec­tangular de 5,95 X 4,80 m. Es tá limitado por 4 muros y en el situado en el lado E . existe un umbral de 1,20 m. que lo pone así en comunicación con el lado correspondiente del peristilo. Aproximadamente en su ángu­lo S E . existe una construcción circular de 1,90 m. de diámetro exterior con un hueco de entrada que corresponde indudablemente al horno de la casa. Su ángulo SO. está ocupado por un rectángulo del ladrillo ligera­mente elevado sobre el pavimento de la habitación que nos han hecho pensar en una especie de hogar cuyas dimensiones son de 2 X 1 m. Sin comunicación directa con esta habitación pero dentro de este mismo sec­tor, separado 1,90 m. del muro N . de la misma, existe otro pararelo del que parten dos en ángulo recto en dirección N . Por las característ icas y materiales aparecidos, la primera debía corresponder a la cocina y la segunda aún sin determinar a una dependencia complementaria de la misma.

La excavación de esta habitación nos presentaba cubriendo su pavi­mento un estrato formado por numerosos fragmentos de tégulas e ímbri-ces de barro cocido.

Su descubrimiento fue una consecuencia de ampliar nuestros traba­jos partiendo de la primera habitación indicada anteriormente hacia el N . ya que por primera vez es tábamos en presencia de sectores que no habían sido escalados con anterioridad y podíamos recoger datos iné­ditos (Lám. X X X , 1).

Los hallazgos han sido: Una reja de ventana, está hecha de pletina de hierro y dividida en

20 cuadros de 0,10 X 0,10 m. Cada cuadro presenta cuatro lanzas angula­res. Resto de un molino de piedra. Una pieza de hogar de hierro de forma

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triangular, conservando la pata de uno de los ángulos (Lám. X L I X , 3). Los lados del tr iángulo miden 0,20 m., la pata 0,25 m.; conserva asimismo el arranque de las otras dos patas, se trata pues de unas trébedes de co­cina y otras piezas de hierro.

Esta habitación debió de estar subdividida en dos partes por un muro en dirección N.-S. del que conservamos los fragmentos de los extremos. Debajo de estas piezas y estrato antedichos existía una densa capa de ceniza y restos carbonizados y a continuación un pavimento de tierra de poco grueso y bajo el mismo, la «tosca» o tierra estéril sobre la que se asienta la casa.

Después de esta excavación acotamos un sector de aproximadamente las mismas dimensiones del anterior, pero situado inmediatamente a su O. Los trabajos en este punto, dieron lugar al hallazgo de un nivel ligeramente superior al que presenta el área general de la casa. Aquí los hallazgos consistieron únicamente en un canal de drenaje que hacía el servicio de las termas y que como dato de interés presenta, el que des­pués de seguir una dirección más o menos O.-E. toma repentinamente la dirección N . , o sea, la misma que presenta el llamado canal inferior de las fauces.

La fábrica del canal es de material de poca calidad abundando trozos de piedra caliza, ladrillos y algún trozo de granito, estos dos úl t imos ma­teriales son generalmente reaprovechados. La cobertura del canal, pre­senta las mismas característ icas de fábrica que el resto, a pesar de ello no son grandes los sectores cubiertos y aquellos que los poseen, tienen fragmentos irregulares de los materiales anteriormente dichos sin guar­dar orden n i prelación alguna.

Sector de las termas

Después de los trabajos expuestos más arriba con relación a la libera­ción de la parte excavada del hipocausto de las termas. La marcha de la excavación nos llevó a ampliar el área de este sector en dirección N . E n esta dirección seguimos avanzando hasta alcanzar un muro que delimita­ba una de las salas del hipocausto en esta dirección. De esta manera el área excavada era de 1,20 m. más en dirección N . , con relación a lo cono­cido anteriormente. Los resultados fueron plenamente satisfactorios, ya que conseguimos hallar los restos casi completos de tres arcos —uno de ellos a falta escasamente de la parte de la clave—, en el ángulo NO. De esta forma, tenemos tres salas aparte de lo que sería el baño . Dos de estas salas tienen vestigios abundantes de los arcos que sostenían la cu­bierta del hipocausto, la otra no está todavía bien determinada su fun­ción.

E n cuanto a resultados científicos, ya que no hubo hallazgos de obje­tos, hemos de considerar algunas observaciones. E n aquellos puntos, tales como el de la ampliación en dirección N . , hemos hallado un estrato virgen al parecer, y cuyos componentes casi en proporciones iguales eran: restos de carbón vegetal y arena. Los restos de carbón vegetal nos indican, al parecer, que en el momento de la destrucción de las termas, no hacía mucho que estuvieron en uso; en cuanto a la arena, dada la configuración

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del terreno que sigue una sensible inclinación S.-N., pueden proceder de los derribos de la parte alta, como consecuencia del arrastre de las lluvias.

Sector habitaciones de las pinturas

A continuación de los trabajos que acabamos de describir, acotamos otro nuevo sector en el ángulo SO. del peristilo, que si en principio fue más extenso, quedó luego reducido a un pasillo de 6,50 X 2,50 m. aproxi­madamente, cuya anchura fue ampliándose hasta alcanzar los 5 m. Este sector se nos presentaba como un pasillo situado a un nivel algo más ele­vado que el del peristilo y con pavimento de «Opus signinum». E n este sector también tuvimos que desmontar dos tumbas de las llamadas «visi­godas», consistentes en cistas de piedra fabricadas con bloques de grani­to reaprovechados. L a primera de ellas se exhumó al final de la campaña del año 1963 y la segunda a principios del año 1965. Las dos, aparte de los restos existentes presentaban como ajuar cada una, una pequeña vasija de cerámica tosca situada junto a la parte superior izquierda de la cabeza. Después de escavado el recinto descrito se nos presentó un umbral hacia el S. que mediante un escalón nos condujo a las llamadas habitaciones de las pinturas ya descritas en otro lugar de este trabajo. Tampoco en estas habitaciones encontramos restos mobiliares de ningún tipo.

Ala E. del peristilo

Los trabajos del ala E . tomaron una dirección N.-S. partiendo propia­mente del ángulo N E . del peristilo.

A l hablar de los trabajos realizados para poner de nuevo al descubier­to la parte excavada en esta casa, ya decíamos que en el ángulo N E . del peristilo habíamos dado con el inicio de un mosaico, que por aquellos en­tonces y dada la situación de los trabajos, volvimos a cubrir con una ligera capa de arena a fin de, en su momento oportuno, realizar la exca­vación del mismo.

Este sector, desde el punto de vista mecánico y dado el espesor de la tierra que lo cubría —en algunos puntos superior a los tres metros—, re­vistió gran cantidad de tiempo. A l momento de realizar los trabajos, toda el ala E . era desconocida para nosotros, por ello, hicimos una elección un tanto convencional de lo que podr ía ser el sector ocupado por el mo­saico y tomando como centro la parte descubierta en su día, escogimos una longitud de 4,50 m. que más adelante sufriría ciertas modificaciones y una anchura de 1,50 m. y así avanzando sucesivamente con esas anchu­ras, tomando como módulo los 1,50 m. y siempre en dirección E . , fuimos dando comienzo a la excavación de la habitación y principalmente a la búsqueda del mosaico. Las diversas etapas de este recorrido lento de la excavación, están reflejadas en las fotografías que insertamos al final. Así en la primera aparece simplemente un sector ajedrezado con colores rojo, negro y blanco. E n la segunda, ya los motivos de tipo vegetal donde predominan los racimos de uva y unas créteras con aves afrontadas, nos dieron grandes esperanzas e incluso pudimos denominarlo como «El mo­saico de los pájaros» (Lám. X X X I V , 2, 3 y 4). Finalmente llegó un día en

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que pudimos contemplar una superficie de 58 m. cuadrados de mosaico donde el tema principal no iba a ser el de «los pájaros». Por fin teníamos ante nosotros «el mosaico del Otoño» (Lám. X X X I I I , 2), el cual hemos descrito anteriormente, y que quedó descubierto totalmente a principios de mayo de 1963.

De acuerdo con el plan trazado pasamos a continuación al gran salón situado en eje con el centro del peristilo, de 8,70 X 6,15 m. que tiene un umbral de 3,60 m. que le pone en comunicación con el lado E . del peris­tilo y frente al ninfeo del canal. Su excavación, no revistió caracteres al­gunos de importancia ni hallazgos mobiliares de ningún género. Eso sí, una gran decepción al comprobar que pese a sus monumentales dimen­siones, a los motivos de aves y plantas acuáticas de sus pinturas y a la gran anchura de su umbral, el pavimento era de tierra si bien se recogió abundante cantidad de teselas de diversos colores, restos tal vez de un pavimento musivo.

La tercera habitación que completa este ala de la casa, tiene forma alargada en sentido O.-E., cuya longitud es de 8,70 m. mientras que su an­chura es de 3,20. Sólo su mitad E . presenta restos de un pavimento de «Opus signinum», el resto es de tierra. L a comunicación se hace a través del peristilo mediante un umbral de 1,90 m. de ancho.

E l sector correspondiente al ángulo SE. , que como hemos indicado en lugar oportuno tiene en su conjunto forma triangular (Lám. X X I I , 1), tam­poco presentó restos de ningún tipo, únicamente y formando parte del canal que nace en la habitación que situada en ese punto suponemos para la recogida de agua de lluvia, existe un filtro de plomo consistente en una lámina del mismo metal troquelada con agujeros circulares.

Sector SO. del peristilo

Corresponde este sector al conjunto formado por las tres habitaciones situadas inmediatamente a la derecha del peristilo por su entrada del lado O.

De estas tres piezas, las dos primeras son casi de las mismas dimen­siones, como ya dijimos en el lugar oportuno, de unos 7 m. aproximada­mente. Los muros son de mamposter ía y los pavimentos de tierra. Pre­sentan los muros huellas de haber tenido pinturas de tipo geométrico más bien tosco.

E n cuanto a hallazgos mobiliares, la primera (la más próxima a las «fauces») no presentó absolutamente nada. La habitación inmediata a ésta por el contrario dio varios fragmentos de té r ra sigillata clara tipo C, que una vez recompuestos dieron lugar a una gran pá tera de fondo ligera­mente plano y de 40 cm. de diámetro y otros objetos. L a tercera estancia de este grupo dio un fragmento de un capitel de mármol consistente en una voluta de tipo jónico cuya longitud máxima es de 12 cm.

Las habitaciones situadas fuera del peristilo

Sector NE.—Cuando dimos fin a los trabajos del ala E . , reparamos que en el extremo N . del lado E . del peristilo y casi formando ángulo recto con el umbral de la habitación del «mosaico del Otoño», había otro

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umbral que daba paso a lo que suponíamos una pequeña habitación con pavimento de mosaico, consistente éste en rectángulos alternados de co­lores rojo, negro y blanco, limitado por muros y cuya anchura era de 2,20 m. Así, seguimos avanzando durante 6 m. E l muro de la derecha pre­sentaba medias columnas en estuco adosadas, el de la izquierda era liso, ambos con pinturas. A l llegar a la altura de los 6 m. indicados y siempre con dirección N . el pasillo tuerce en ángulo recto tomando la direc­ción E . E n este punto la anchura de lo que ya vamos confirmando, se trata de un pasillo en L , adquiere 2,40 m. y así cont inúa durante una lon­gitud de 10,80 m., donde nos encontramos con otro pasillo transversal a éste, pero con cierto modo paralelo al primero y en cuya primera etapa excavamos una longitud de 5,30 m. siendo aquí su anchura de 2,60 m. Este pasillo estaba limitado por restos apreciables de muro de tapial en su lado E . , donde en el punto situado más al S. se descubrió un umbral de 1,20 m. E l pavimento de este pasillo es el que hemos descrito con el nombre de «mosaico de las hachas». Movidos por el interés que presentaba este umbral que parecía llevarnos al punto final de este continuo seguir de pasillos, nos hizo penetrar abiertamente con nuestra excavación a tra­vés del mismo hasta descubrir una superficie triangular de algo más de 20 m 2 que nos permit ía apreciar los motivos decorativos de este nuevo pavimento que por ser el principal, el de diferentes peces dentro de me­dallones enlazados geométr icamente con líneas de greca, bautizamos in­mediatamente con el nombre de «mosaico de los peces». E l muro O. que era el que nosotros conocíamos en estos momentos aparecía a partir del nivel del pavimento hecho de fábrica de tapial, si bien revestido en casi toda su longitud por estucos pintados. Con estos terminaron práctica­mente los trabajos de excavación del año 1964.

Tras un espacio de tiempo dedicados a diversos trabajos de consolida­ción, y ya metidos en el año 1965 fue nuestra primera y más acuciante preocupación tratar de aclarar qué significaban, de una parte el pasillo del «mosaico de las hachas», y de otra la habitación del «mosaico de los peces».

Reanudados los trabajos, éstos se hicieron en sentido S.-N. y con una anchura de 8,50 m. aproximadamente, de los que 5 correspondían al «mo­saico de los peces» y el resto al «mosaico de las hachas» existiendo un muro de separación entre el pasillo y la habitación. Así avanzamos en una primera etapa unos 13 m. de longitud. Visto el nuevo giro que toma­ban los trabajos y después de estudiar detenidamente los resultados ex­puestos, y ya mediante excavadora mecánica, ampliamos nuestro corte hasta una anchura de 14 m. aproximadamente y avanzando siempre en la misma dirección obtuvimos una longitud de 21 m. E l área excavada pre­sentaba en principio, aparte del pasillo de las hachas que ya medía 14 m. de largo por 2,60 de ancho, a su derecha, la habi tación del «mosaico de los peces» presentaba unas dimensiones de 13,30 X 10 m. Uniendo al pasillo y a la habitación por el lado N . teníamos otra especie de pasillo o habi tación de paso que presentaba unas dimensiones de 18 m. de larga por unos 5,50 de ancha.

La tercera parte de excavación en este sector, consistió en avanzar en dos direcciones a partir del punto más extremo en que nos encontrába-

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mos, una en dirección S. y paralela al muro E . de la habi tación del «mo­saico de los peces» dio como resultado el hallazgo de un pasillo semejante al que tiene como pavimento el «mosaico de las hachas» y que también a la misma altura que el primero una puerta de comunicación con dicha habitación. L a segunda dirección ha sido en sentido E . proporcionando así un pasillo de 3,20 m. de anchura que, con pavimento de mosaico de tipo geométrico a base de cuadrados y rombos de colores blanco, rojo y negro y muros de tapial, avanza durante 17,10 m. para torcer en ángulo recto y en dirección N . en ese punto donde presenta la misma anchura durante una longitud de 6,10 m. Punto donde en los momentos de redac­tar estas líneas se encuentra el final de la excavación (Lám. X L I I , 1,2, 3 y 4).

Trabajos de consolidación

Generalidades.—Una de las mayores preocupaciones que se sienten cuando se está excavando un yacimiento arqueológico, es saber cuál será el futuro de lo descubierto. Movidos por esa preocupación, es, por lo que sentimos de una manera imperante la necesidad de colocar en su lugar correspondiente, aquellos objetos no susceptibles de la vitrina de un museo. Esto nos lleva en ocasiones a simultanear la consolidación con la excavación en intervalos que no pasan de horas; otras, al terminar la ex­cavación de un sector y las ú l t imas , al finalizar una campaña .

Entre las primeras, nos encontramos con las pinturas y estucos, ya que apareciendo muchas veces en muros de mediana altura, cuyo podium es de mamposter ía y el resto de tapial, es urgente en primer lugar coger las juntas de la terminación de este estuco por su línea más exterior de fractura, llegando en algunos casos a realizar vaciados parciales de muro de tapial susti tuyéndolo por relleno de cal y ladrillo. Esta ha sido la labor más urgente que hemos llevado a cabo en estos trabajos arqueológicos de la Casa Romana del Anfiteatro.

E n cuanto a los mosaicos, hay sectores en los que el pavimento pre­sentaba roturas, bien por destrucción intencionada o bien como muchas veces ocurre, por que los materiales duros caídos sobre el mismo en el momento de su destrucción, tales como tejas y cascote de la techumbre, unidos a la enorme presión que presenta el tener encima dos o tres me­tros de tierra, hacen que se produzcan hundimientos y roturas en el pavi­mento. Por eso, muchas veces y simultaneado con los trabajos de exca­vación hemos efectuado la llamada «cogida de juntas» en los puntos que por las causas expuestas existe un sector terminal de mosaico. También nos ha ocurrido que en vez de encontrarnos con hundimientos del mo­saico hayan sido convexidades del mismo, sobre todo si se excava duran­te el verano y se producen dilataciones en el pavimento, cosa frecuente en este clima. Entonces hemos procedido al «parcheado» del mosaico mediante un nuevo asentamiento de las teselas de la parte afectada, lle­gando incluso a haber tenido que levantar plantillas provisionales y cal­cos ouando se trataba de motivos decorativos de cierta delicadeza. Todo esto se ha realizado siempre sin alterar en absoluto cualquier circunstan­cia estilística o técnica que haya experimentado el mosaico en el trans­curso de su historia.

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A l final de cada campaña hemos realizado los trabajos definitivos de arranque y consolidación de los mosaicos. Esta medida que en el yaci­miento que nos ocupa no se puede demorar por la fuerte variación del clima invernal al estival, representa una de las partes donde se unen la destreza técnica con el esfuerzo físico. Una vez provistos de amplia do­cumentación fotográfica y planimétrica, se lleva a cabo un estudio pre­liminar de líneas de fractura sobre el plano que más tarde se señala asi­mismo en el mosaico numerándolas correlativamente. Una vez numera­das las divisiones del mosaico se coloca una plantilla de igual forma y dimensión de una tela basta llamada «crinolina», que adherida firme­mente con cola caliente al mosaico, una vez seca se puede arrancar. Cuan­do las piezas son de dimensiones regulares es conveniente cubrir la cri­nolina con otra tela del tipo de arpillera igualmente con cola. La línea de fractura se corta con cincel y el arranque se hace con palancas y rodillo y en los trozos pequeños solamente con palanca.

Este trabajo de consolidación de los mosaicos es el que hemos realiza­do en todos los mosaicos descubiertos en este yacimiento y actualmente ya en planchas de hormigón se encuentra en su mayor parte reinstalados en su lugar primitivo.

Respecto a los muros hemos empleado procedimiento de enrasar las coronaciones por alturas máximas, tratando de dar a los mismos una línea horizontal, a veces incluso buscando crear unidades de altura por habitaciones, tal ha sido el caso de las «habitaciones de las pinturas».

Los materiales que hemos empleado son ladrillo macizo, el cual hemos dejado sin enlucir, para que de esa manera destaque sobre el muro ro­mano de mamposter ía o en el fondo de los que tienen estucos. L a única excepción ha consistido en las «habitaciones de las pinturas», donde se han enlucido estos muros, pero existiendo un profundo llagueado de di­ferenciación entre la parte romana y la recrecida actualmente. Finalmen­te para evitar posibles filtraciones a través de las coronaciones de aque­llos muros que conservan pinturas en la actualidad, hemos protegido las mismas mediante un tejadillo a dos aguas conseguido con tejas planas de fabricación moderna.

Consolidaciones en el peristilo

a) Los mosaicos. Siguiendo el procedimiento descrito más arriba se hizo la consolida­

ción de los mosaicos. Este trabajo fue hecho entre los años 1957-59, sien­do únicamente objeto de esta etapa la reinstalación definitiva de los mis­mos en su lugar correspondiente, colocando un firme apropiado de hor­migón y entre las planchas de mosaicos y el hormigón del firme una capa de hormigón-mixto, susceptible de un posible arranque posterior.

b) E l canal. L a parte terminal del mismo en el ángulo NO. fue completada si­

guiendo las líneas de lo existente, pero el alma del mismo en vez de ser de mampos te r ía es de ladrillo macizo, para evitar que desentonara del conjunto fue recubierto de una capa de «Opus signinum» moderno hecho

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con cemento blanco, cal y ladrillo machacado y después pulido con piedra de esmeril, también se le hizo un rebosadero en su pared del fondo y un desagüe en la parte inferior correspondiente. La única clferencia aparente que existe entre este trozo reconstruido y el anterior es a simple vista el de ser ligeramente más oscuro y menos poroso que el resto.

c) Las columnas. Cuando se realizó la excavación de esta parte de la casa no aparecie­

ron ninguno de los elementos correspondientes a la columnata que exis­tió en su día. Esto lo atribuimos a que si exceptuamos la parte inferior de algunos fustes, el resto debió de ser de ladrillo recubierto de estuco, que a sus excavadores anteriores posiblemente les pasar ía desapercibido o acaso consideraron el dato sin interés y no lo mencionaron. Unicamen­te en el lado E . del peristilo han aparecido la parte inferior de 4 tambo­res correspondientes a las columnas centrales de ese lado. Las de los ex­tremos únicamente conservan las huellas dejadas en el contorno del mo­saico, igualmente ocurre con la de los otros tres lados. Estos tambores inferiores de las columnas que acabamos de mencionar son de granito, estando recubiertos de una gruesa capa de estuco pintada de rojo en lo que todavía puede apreciarse de ellos, sus diámetros oscilan entre los 53 y 57 cm., ya que no todos tienen la misma anchura. Aquí y de una manera provisional, se han colocado fustes incompletos de granito de un diámetro, lo más ajustado a los huecos existentes, si bien éstos tienen únicamente carácter provisional en espera de ser sustituidos en breve por piezas artificiales (Lám. X X X , 3).

d) Fauces. E n el actual ingreso de la casa se han completado las partes de pavi­

mento que faltaba. E n primer lugar se ha fabricado un umbral de «Opus signinum» moderno, igualmente el comienzo del pavimento. Este ú l t imo puede distinguirse fácilmente por ser su nivel ligeramente inferior al del auténtico, así como, también por las característ icas ya indicadas.

e) Lado O.: Sector SO. Se han pavimentado de cemento dos habitaciones, estas úl t imas con

carácter provisional y que serán igualmente recubiertas de «Opus signi­num» moderno. E n el pasillo de acceso a las «habitaciones de las pinturas» se han hecho dos escalones y se ha completado la parte anterior del pa­vimento. E n las «habitaciones de las pinturas», se han recrecido los mu­ros hasta la altura más elevada de lo existente en uno de ellos, siguiendo el procedimiento de enrasar alturas máximas por estancias. La parte nue­va se distingue perfectamente de la romana por ser sus muros de menor grosor por la parte inferior habiéndosele hecho además un llagueado para más fácil distinción. Las coronaciones de los muros se han protegido con tejas planas modernas.

/ ; Ala S. Tiene dos accesos directos desde el peristilo de dos escalones cada

uno, el primero de ellos es totalmente nuevo, en cuanto al segundo sólo

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ha sido consolidado. E l muro de separación entre este ala de la casa y el peristilo ha sido enrasado hasta su altura máxima existente, pero con la­dril lo visto. E n el ángulo S E . del ala S. y siguiendo la línea de lo que fue una habitación con restos de pintura, también se ha hecho una corona­ción de alturas máximas con materiales modernos, siguiendo la misma técnica que en las «habitaciones de las pinturas».

g) A l a E . E n la habi tación central, como carecía de pavimento, también se le

ha fabricado uno de hormigón que más tarde se recubr i rá de «Opus sig­ninum» moderno y cuyo listel entre el umbral y el pavimento del mo­saico del peristilo ya está terminado en estas condioiones. Los muros se han enrasado en sus alturas máximas por tramos y sin guardar unidad de altura unos con otros e igualmente se les ha protegido las coronaciones de los muros por tejas planas. E l triclinium, el pavimento de mosaico se ha consolidado por el procedimiento ya indicado, y en los muros se ha seguido exactamente el mismo procedimiento que en la habitación an­terior.

h) Sector NO.

E n la parte que consideramos como la cocina de la casa, a tenor del horno existente y otros objetos hallados, ha sido necesario también pa­vimentarla de hormigón, que igualmente será recubierto de «Opus sig­ninum» moderno y al horno se le ha inyectado cemento líquido mezcla­do con cal y polvo de ladrillo en aquellos puntos que amenazaban ruina inminente quedando perfectamente consolidado.

i) Las termas.

Tomando como medida la de un arco de hipocausto que se pudo sal­var en el momento de la excavación se han construido cinco nuevos arcos.

)) Sector N E .

E n el pasillo en L que parte del peristilo se han hecho consolidacio­nes a los muros de ambos lados, buscando su horizontalidad y cubrién­dolos en su coronación por tejadillo de tejas planas. E l pavimento de mosaico montado en plancha de hormigón ha quedado reinstalado defi­nitivamente, quedando únicamente por resolver los trabajos relaciona­dos con la res tauración y complemento de la línea de fractura. E n el «pasillo de las hachas» también se ha consolidado el muro divisorio que lo separa del tablinum. L a consolidación de este muro ha tenido que hacer­se desde el mismo nivel del pavimento, para lo cual y tomando el máximo de precauciones se ha ido vaciando los restos del tapial contenido entre los estucos y sust i tuyéndolo por ladrillo y cal, de esta manera y sin que los estucos hayan sufrido el menor desplazamiento ni deterioro de ningún género han quedado en perfectas condiciones debidamente consolidados. Los otros muros que limitan esta habitación también se encuentran en el momento de redactar estas líneas en proceso de consolidación.

Los pavimentos de los dos pasillos laterales, del tablinum y del «atrio

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de tránsito» se encuentra en este momento montándose sobre planchas de hormigón una vez que se ha finalizado su arranque.

De los 629 m 2 de mosaico de los que habr ía que descontar las pe­queñas y a veces regulares mutilaciones que presentan algunos, las dos terceras partes, aproximadamente, corresponden a mosaicos de tipo geométrico y el resto a las dos habitaciones en las que actuando como cenefas y enlaces los tipos geométricos, el resto, presenta los motivos de figuras humanas y animales que hemos ido describiendo en su lugar co­rrespondiente.

Respecto a los mosaicos de tipo geométrico son harto frecuentes en los tipos musivos de los siglos II y n i , nosotros, y teniendo en cuenta además de la parte estilística los pequeños índices cerámicos que hemos podido recoger bajo su superficie hemos aventurado una cronología para los mosaicos de esta casa y que vamos a exponer a continuación, para los de tipo geométr ico :

a) Mosaico del peristilo. E n el relleno existente bajo este pavimento, en el lado N . encontramos

elementos cerámicos fechables todos en el ú l t imo tercio del siglo i , por lo que no podemos dar una modernidad excesiva a la cronología de este mosaico. Así, nos situamos a principios del siglo l l .

b) Mosaico del pasillo en L .

Los restos cerámicos de este mosaico han sido negativos. Su estilo es sin embargo más decadente.

c) Mosaico de las hachas.

Bajo el pavimento de este mosaico, aparte de fragmentos insignifican­tes de «térra sigillata», ha aparecido una pequeña lucerna de canal abier­to, sin usar y casi colocada allí intencionadamente. Este elemento cerá­mico sabemos que es posterior al año 100, pero que su uso es normal du­rante el siglo n . Por tanto consideramos no alargar para más allá de finales del siglo n o principios del n i la cronología de este mosaico.

d) Mosaico del Otoño.

E l porcentaje de restos cerámicos aparecidos bajo este pavimento nos da un índice abundante de cerámica tosca juntamente con otros de «térra sigillata y sudgállica» y cerámica de «paredes finas». Estamos en presencia de un mosaico con abundantes restauraciones y que conside­ramos no debió de colocarse en el lugar en que se halla en fecha dife­rente al del mosaico del peristilo.

e) Mosaico de los peces. Los fragmentos cerámicos son escasísimos y responden a pequeños

trozos de «térra sigillata sudgállica». Sin embargo, para este mosaico tenemos abundantes datos en el norte de Africa, principalmente en el inventario de los mosaicos de Sousse, donde se da una cronología que abarca todo el siglo n no va más allá de principios del n i .

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E n resumen, aventuramos la hipótesis de que los mosaicos del pe­ristilo y del Otoño serían del primer tercio del siglo n , mientras que los del pasillo en L y el conjunto formado por el gran «tablinum» y los pasillos laterales y atrio de t ránsi to serían de su úl t imo tercio. E n cuan­to a las restauraciones existentes en el «mosaico del Otoño» sería de prin­cipios del siglo n i .

Las pinturas

Existen restos desiguales en cuanto a la superficie decorada y tam­bién en cuanto a las habitaciones que las poseen en los siguientes lu­gares : Pasillo o «fauces» de la entrada actual de la casa; las llamadas «habitaciones de las pinturas»; el sector S E . del ala S. y las tres habitacio­nes del ala E .

Todos estos restos de pinturas parecen corresponder sin duda algu­na al II estilo pompeyano, sin embargo, tenemos que señalar, en cuanto a la temática, algunas ligeras diferencias.

a) Pasillo de entrada o «fauces». Sobre un fondo de «opus incertum» marcado en color siena sobre

fondo amarillo hay unas grandes svásticas de color grisáceo sobre el mismo.

b) Habitaciones de las pinturas. Sobre fondo de «opus incertum» existe una decoración de rombos

rectángulos y círculos que quieren dar la apariencia de revestimiento de placas marmolesas de diferentes colores.

c) Ala E . E n la habi tación S. hay una decoración de jaspeados. E n la habitación central debieron existir dos etapas, la más reciente

semejante a la anterior; la más antigua sobre un fondo gris plomo hay un paisaje de plantas acuáticas y aves zancudas.

E n la habitación del «mosaico del otoño» el tipo de decoración es también a base de «opus incertum». Sobre fondo amarillento y retícula de color vinoso hay una decoración de grandes basas. Existe en el ángu­lo SO. de dicha habitación una pequeña inscripción dividida en dos par­tes que dice: QVIN-TOSVS (Láms. X L V y X L V I , 1, 2, 3 y 4).

E l resto de las pinturas que existen en el conjunto conocido por «sec­tor NE.», responde a tipos parecidos, pero de menor calidad artísti­ca; sin embargo, en estos momentos se está realizando una limpieza a fondo de las mismas que podría proporcionar nuevos datos.

Hallazgos mobiliares

Las diversas circunstancias que han concurrido en este yacimiento, como han sido la excavación y reexcavaciones sucesivas del peristilo, el haber sido lugar de enterramiento de época altomedieval, el haber sido cubierta en sus partes más elevadas y estratos superiores por tierra pro-

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cedente de las excavaciones del Teatro y del Anfiteatro y otros históri­cos como el que nos hace pensar un abandono en esta zona ya a partir de la segunda mitad del siglo n i , han hecho que, en realidad, cuando el yacimiento ha empezado a conocerse científicamente, éste se nos haya presentado casi totalmente arrasado de hallazgos mobiliares. Así pues y a tenor de lo expuesto, únicamente podemos considerar como hallaz­gos de superficie «in situ» en el nivel romano, las piezas procedentes de la cocina de la casa y las de la segunda habitación del sector SO. del peristilo.

a) Cocina. Parte inferior de un dolium. Reja de pletina de hierro de 0,76 m. de lado, formada por 20 cuadros

de 0,10 X 0,10 m. Trébedes de cocina de 0,28 m. de lado (Lám. X L I X , 3). Restos de vasija de hierro de unos 13 cm. de diámetro máximo por

15 cm. de altura. Gozne de puerta, al parecer de hierro, de 14,5 cm. de diámetro má­

ximo, vastago de 5,5 cm. de largo y rombo en ángulo recto de 9 cm. de longitud máxima. Sección rectangular de 1,5 X 1 cm.

Abrazadera de hierro de 16 cm. de diámetro máximo. 5 fragmentos de hierro de una abrazadera. 2 piezas en forma de letra omega con vastago en ángulo recto de

17 cm. de largo. Restos de un molino de piedra de 0,43 m. de diámetro.

b) Sector SO. E n la segunda habitación apareció una gran pátera de «térra sigilla­

ta clara-C», de 0,40 m. de diámetro (Lám. X L I X , 2). 2 piezas de mármol . Piezas de mármol de 52 cm. de larga. Sección rectangular de 8,5 X 5

cent ímetros . Completa. 1 voluta de capitel (Lám. LII) . Pieza de mármol de 55 cm. de longitud, fragmentada. Sección rectan­

gular de 7,8 X 5 cm. 4 fragmentos de mármol . Punta de alabarda de hierro fragmentada de 28 cm. de longitud. 1 trozo de hierro en forma de U . 7 fragmentos de hierro y 3 clavos.

Niveles inferiores

E l resto de los objetos que vamos a mencionar a continuación corres­ponden a los hallazgos efectuados debajo de los pavimentos de mosaico.

Lado norte del peristilo (Debajo del pavimento de mosaico). (Lám. X X X , 2).

Copa de «térra sigillata sudgállica». Drag. 29. Taller de Silvano. Diá­metro, 19 cm.; altura, 8,5 cm. (Láms. X L I X , 1; L U I y L I V ) .

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Copa incompleta de «térra sigillata sudgállica». Drag. 27. Diámetro 12 cm., altura 5,5 cm.

Copa de «térra sigillata sudgállica». Drag. 24/25. Diámetro, 11 cm. 6 fragmentos de «térra sigillata sudgállica» decorada. 31 fragmentos de «térra sigillata sudgállica». 4 fragmentos de «térra sigillata aret ina». 1 fragmento de una copa de paredes finas. 13 fragmentos de una pá tera de «térra sigillata marmora ta» vitr i­

ficada. 1 lucerna de volutas, incompleta (Lám. L , 1). 1 fragmento de «térra sigillata marmora ta» . 3 fragmentos de cerámica común. 1 cuenta y mitad de otra de collar de pasta vitrea. 3 fragmentos de vidrio. 3 fragmentos de hierro.

Pasillo primero de las hachas

1 lucerna de canal abierto (Lám. L , 2). 3 fragmentos de «térra sigillata sudgállica». 1 fragmento de paredes finas. 1 martillo de hierro.

Mosaico de los peces

17 pequeños fragmentos de «térra sigillata sudgállica». 8 fragmentos de cerámica de paredes finas. 4 fragmentos de lucerna. 21 fragmentos de cerámica común. 4 fragmentos de vidrios. 1 fragmento de una cuenta de collar de pasta vitrea. 2 botones (uno blanco y otro negro) de pasta. 2 trozos de punzón de hueso.

Mosaico del Otoño

2 fragmentos de «térra sigillata aret ina». 18 fragmentos de «térra sigillata sudgállica». 1 trozo de una copa Drag. 29 «sigillata hispánica». Decorada. 26 fragmentos de cerámica de paredes finas. 1 fragmento de lucerna. 14 fragmentos de cerámica común. 2 fragmentos de vidrio. 1 moneda de bronce en mal estado de conservación. 1 fragmento de hierro.

Sector NE. pasillo en L segundo tramo lado N.

Mitad inferior de una pata de un perro en bronce, sobre una basa. Fíbula. Figura de arco de bronce (Lám. X L I X , 4).

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Niveles superiores

Procedente del ajuar de los enterramientos situados delante de las habitaciones de las pinturas tenemos dos jarritas de cerámica tosca, una con asa y otra sin ella.

Procedente del nivel visigodo tenemos una jarrita sin asa. Procedente del sector exterior O. de la casa tenemos lo siguiente: Lucerna de disco de dos mecheros. Incompleta. 3 fragmentos de lucernas de disco. 1 fragmento de lucerna de volutas. 1 fragmento de «térra sigillata sudgállica» con marca ...io CARI . 1 moneda romana.

Interior del pozo del jardín

Retrato romano femenino en mármol blanco (Lám. L I , 1, 2 y 3).

Nivel de la terraza del ala S.

Fragmento de retrato romano de mármol . Mano con sistro.

CONCLUSIONES

Estamos, indudablemente, ante una casa de atrio y peristilo, cuyos paralelos podemos encontrar en VOLUBILIS . L E QUARTIER NORD-EST, donde entre otras la «Casa de los Trabajos de Hércules», nos da, un tablinum con dos pasillos laterales exactamente igual al del sector N E . , por no citar más paralelos.

Respecto a los mosaicos y a las pinturas también hemos expuesto en los lugares correspondientes nuestras conclusiones. Por tanto, únicamen­te nos queda decir algo tan difícil como es datar de una manera absoluta este yacimiento, donde por supuesto aún cont inúan los trabajos de ex­cavación. Así pues, sin que nuestras conclusiones tengan el carácter irre­vocable de definitivas, consideramos que esta casa debió de trazarse en la parte correspondiente al peristilo a finales del siglo i y que el sector Noreste debió de ser obra de principios del siglo I I , existiendo unas res­tauraciones en el «mosaico del Otoño» de finales del n o principios del n i . E n cuanto a la destrucción consideramos hay que relacionarla con las invasiones de los franco-alamanos en la segunda mitad del siglo n i . Que con posterioridad a ese suceso esta casa debió de quedar fuera del recinto murado que pasa junto a la torre del agua y tapona algunas de las puertas del anfiteatro, y como dato importante los enterramientos de regulas aparecidos en diversos puntos aislados de la excavación a pro­fundidades de 2,50 m.

A P E N D I C E

E X P L A N A D A D E L ANFITEATRO

Este sector situado al N . del Anfiteatro, fue explorado a fin de co­nocer su posible valor arqueológico. Estos trabajos dieron comienzo

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el 23 septiembre de 1963. Se consiguieron diversos hallazgos por medio de una serie de «calicatas» realizadas sobre el terreno.

Aunque como bien sabemos este tipo de excavación exploratoria da unos resultados incompletos, aquí, a pesar de ello pudimos encontrar pequeños recintos situados unos junto a otros, que dieron la impresión de ser pequeñas «tabernas». Sin embargo, los mayores resultados se ob­tuvieron en el sector N . de dicha explanada, allí encontramos un mag­nífico monumento de gran interés dentro del mundo romano, ya que se trata de una «torre de agua». La misión de este aparato hidráulico era la de servir en este punto de estación distribuidora y decantadora del agua, que procedente del acueducto romano de San Lázaro, proveía a la ciudad por ese punto de agua potable. La altura máxima de este mo­numento es de 4,80 m. y de 4,15 m. desde el pavimento a la altura infe­rior de la bóveda. Su anchura a la entrada de la galería O. es de 2,31 m., anchura que se repite en la galería E . Estas galerías, se encuentran a 0,50 m. de altura de la base de la torre, y su anchura es de 0,70 X 1,82 m. de altura, teniendo ambas un «speculum» para el agua, situado en el cen­tro de la galería y de 1,25 cm. de anchura en su aforo. Tenemos que des­tacar que la galería del lado O., en cuanto a tal, está destruida, conser­vándose en perfecto estado todo el tramo del lado O. hasta rebasar la altura del lugar donde está situado el Anfiteatro. E l interior de esta gale­ría tiene de altura 1,60 X 1,33 m. de anchura, conservándose en perfecto estado y teniendo tres chimeneas de ventilación.

C A S A DE LA T O R R E D E L A G U A

Los trabajos de ampliación recientemente efectuados al N . de la To­rre del Agua han dado por resultado el hallazgo de una habitación con pinturas y, sobre todo, adosada en dicho punto al canal del acueducto una cabeza tosca de león que, a modo de gárgola, debió servir de fuente en dicho punto.

Como en el momento de redactar estas líneas los trabajos de excava­ción cont inúan en dicho sector, únicamente adjuntamos en este trabajo la información gráfica que poseemos.

E n el momento de finalizar este trabajo, queremos expresar a través de él, nuestro agradecimiento a todas aquellas personas y entidades que han colaborado en su realización. Especialmente a la Dirección General de Bellas Artes, Diputación Provincial de Badajoz, Ayuntamiento de Mé­rida y al Patronato de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Ar­queológica de Mérida.

Mérida, 24 de julio de 1965.

44

Page 47: en la Casa del Anfiteatro

B I B L I O G R A F I A

A L M A G R O , M A R T Í N : Ampurias. «Historia de la ciudad y guía de las excavaciones». Madrid, 1965.

A L M A G R O , M A R T Í N : Mérida. «Guía de la ciudad», 1965. B A L I L , A L B E R T O : La Casa Romana en España. Extracto. Madrid, 1959. C A P U T O , G I A C O N O y D R I S S , A B D E L A Z I Z : Tunisia. «Ancient Mosaics». Publihed by

the New York Geographic Society- by Arrangement with UNESCO. C O N D E - V A L V I S F E R N Á N D E Z , F R A N C I S C O : Dos villas romanas de la Cibdá de Armea en

Santa Marina de Aguas Santas. Guimaraes, 1959. E T I E N N E , R O B E R T : Le Quartier Nord-Est de VOLUBILIS. París, 1960. F O U C H E R , Louis: Sousse. «Inventaire des mosaiques». TUNIS, 1960. G A R C Í A Y B E L L I D O , A N T O N I O : Los mosaicos de Alcolea (Córdoba). «Bol. R. A. de

la H.», tomo CLVI . Madrid, 1965. G R I M A L , P I E R R E : Les villes romaines. Paris Presse Universitaires, 1961 . M A I U R I , A M A D E O y P A N E , ROBERTO : La Casa di Loreio Tiburtino a la Villa di Dio-

mede in Pompei. Roma, 1947. M E N É N D E Z , J O S É : Excavaciones arqueológicas de Puelles. La villa hispano-romana

de Boides. Oviedo, 1957. P A C E , B I A G I O : / mosaici di Piazza Armerina. Gherardo Casini Editore. Sicilia. R A G O N A : Antonio II Propietario ¿ella Villa Romana di Piazza Armerina. Sicilia. R E V I L L A V I E L V A , R A M Ó N ; DE P A L O L , PEDRO, y C U A D R O S S A L A S , A N T O N I O : Excavaciones

en la villa romana del «Cercado de San Isidro». Parcela «Villa Possidica» Due­ñas (Palencia). Madrid, 1964.

Rizzo G I U L I O , E N M A N U E L : Le pitture della «Casa dei Grifi». «Palatino». Roma. T A R A C E N A Y A G U I R R E , B L A S : El mosaico romano de Baco descubierto en la bode­

ga cordobesa de Cruz Conde. «Publicaciones de la Facultad de Letras de Grana­da», 1937.

Z E V I , F A U S T O : La Casa Reg. IX, 18-21 a Pompei e le sue pitture. Roma, 1964.

45

Page 48: en la Casa del Anfiteatro
Page 49: en la Casa del Anfiteatro
Page 50: en la Casa del Anfiteatro

DIRECCION GENERAL DE BELLAS ARTES

"CASA ROMANA DEL ANFITEATRO " MERIDA

38 OSO

Escala aprox. 1:15C

N O T A : Se ha tomado como plano de refencla, /a cota 100,000 en si terreno natural (Perfil fj.

Page 51: en la Casa del Anfiteatro

C A S A DEL ANFITEATRO LAOO NORTE DEL PERISTILO ~ NIVEL INFERIOR

SECCION C - D

Page 52: en la Casa del Anfiteatro

i x c A v A t n H i S > « a u í O n t i c « s ÍH L« ICH> t i HEIIOA

CASA ROMANA DEL ANFITEATRO

Escala aprox. 1:170

Page 53: en la Casa del Anfiteatro

v i CASA R O M A N A DEL ANFITEATRO / /

Canaca 1964-1.965 I I

Page 54: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A S

Page 55: en la Casa del Anfiteatro
Page 56: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A I

La Casa Romana de la calle de Sagasta. Mosaico de Seléukos y Anthos en el año 1834.

Page 57: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A II

3 4

Cas

as R

oman

as d

e la

cal

le d

e Sa

gast

a. E

stad

o ac

tual

del

Mos

aico

de

Selé

ukos

y A

ntho

s. E

n de

pósi

to e

n L

a A

lcaz

aba

Ara

be.

Page 58: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A III

1..... .„ _ . : ,

La Casa Romana de la calle de San Salvador. Medallón A.

Page 59: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A IV

La Casa Romana de la calle de San Salvador. Medallón B.

Page 60: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A V

La

Cas

a R

oman

a de

la

cal

le

de

Piz

arro

. E

stad

o de

l pa

vim

ento

de

m

osai

co

en

el

mom

ento

de

su

des

cubr

imie

nto

en e

l añ

o 19

07.

Page 61: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A VI

La Casa Romana de la calle de Pizarro. Placa consolidada del mosaico anterior de 0,92 por 0,66 m. Depósito Alcazaba Arabe.

Page 62: en la Casa del Anfiteatro

Placa consolidada del mosaico anterior de 0,70 por 0,53 m. en depósito en el Teatro Romano.

Page 63: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A VIII

3 4

1. P

laca

con

soli

dada

del

mos

aico

ant

erio

r de

0,8

5 x

0,ó6

m.

en d

epós

ito

en L

a A

lcaz

aba

Ara

be.—

2. P

laca

con

soli

dada

del

mos

aico

an­

teri

or d

e 0,

49 x

0,8

3 m

. en

dep

ósit

o en

La

Alc

azab

a A

rabe

—3.

Pla

ca c

onso

lida

da d

el m

osai

co a

nter

ior

de 1

,13

x 0,

92 m

. en

dep

ósit

o en

el

Tea

tro

Rom

ano.

—4.

Pla

ca c

onso

lida

da d

el m

osai

co a

nter

ior

de

1,55

x 0

,92

m.

en d

epós

ito

en e

l T

eatr

o R

oman

o.

Page 64: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A IX

Placa consolidada del mosaico anterior de 1,56 por 1,20 m. Depósito Teatro Romano.

Page 65: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X

Casa Romana de la calle de la Concordia. Estado del mosaico en el año 1911. Se encuentra «in situ».

Page 66: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XI

Casa Basílica romano-cristiana. Planta de la Casa

Page 67: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XII

Cas

a B

asíli

ca r

oman

o-cr

isti

ana.

Int

erio

r de

la

mis

ma.

Page 68: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XIII

Cas

a R

oman

a de

la

call

e L

egió

n X

. M

osai

co d

el R

astr

o de

Eur

opa.

Med

alló

n ce

ntra

l.

Page 69: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X I \

3 4

1. M

osai

co

del

rapt

o de

E

urop

a.

Vis

ta g

ener

al

en

el

luga

r de

l ha

llaz

go.—

2. D

etal

le d

e la fi

gu

ra an

teri

or.—

3. M

osai

co d

el

rapt

o de

E

urop

a.

Vis

ta

gene

ral

de

su

cons

olid

ació

n.—

4.

El

mos

aico

in

stal

ado

en

La

Alc

azab

a A

rabe

.

Page 70: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X V

Cas

a R

oman

a de

la

call

e L

egió

n X

. M

osai

co d

e lo

s Pe

ces.

Ins

tala

do e

n L

a A

lcaz

aba

Ara

be.

Page 71: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X V I

Cas

a R

oman

a ju

nto

a la

E

stac

ión

del

Fer

roca

rril

. M

osai

co

de

Bac

o y

Ari

adna

. In

stal

ado

en

el

Mus

eo

Arq

ueol

ógic

o de

M

érid

a.

Page 72: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XVII

Cas

a R

oman

a de

l A

nfit

eatr

o. V

ista

gen

eral

de

la C

asa

y el

Per

isti

lo.

Page 73: en la Casa del Anfiteatro

LAMIN"A XVII I

1.

Cas

a R

oman

a de

l A

nfit

eatr

o.

Ent

erra

mie

nto

visi

godo

. C

ampa

ña

1957

.—2.

C

asa

Rom

ana

del

Anf

itea

tro.

V

ista

de

l ca

nal.

Cam

­pa

ña 1

957.

—3.

Cas

a A

nfit

eatr

o. V

ista

del

mos

aico

del

per

isti

lo.

Cam

paña

195

7.—

4. C

asa

Anf

itea

tro.

Cor

te d

el a

la E

ste.

Al

pie,

el

mo­

saic

o de

l pe

rist

ilo

del

mis

mo

lado

. C

ampa

ña 1

957.

Page 74: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X I X

I.

Niv

el v

isig

odo.

E

nter

ram

ient

o co

n p

laca

s d

e m

árm

ol.-

2. N

ivel

vis

igod

o. E

nter

ram

ient

o d

e bl

oque

s de

gra

nito

y m

árm

ol-

3

Niv

el

visi

godo

. A

pare

jo i

nter

ior

de

la

sepu

ltur

a .-A

. N

ivel

vis

igod

o. A

juar

es d

e se

pult

uras

.

Page 75: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X

3 4

1 V

ista

ge

nera

l de

la

ex

cava

ción

de

l ni

vel

de

ente

rram

ient

os.—

2. V

ista

de

un

en

terr

amie

nto

tipo

ci

sla

con

gran

des

bloq

ues.

3.

Otr

o ti

po

de

ente

rram

ient

o de

ci

sta.

—4.

V

ista

de

l co

rte

estr

atig

ráli

co

y de

l ni

vel

de

ente

rram

ient

os.

Page 76: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X I

1, 2,

3

y 4.

C

uatr

o as

pect

os

dife

rent

es

de

la e

xhum

ació

n de

un

en

terr

amie

nto

visi

godo

.

Page 77: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X I I

3 4

1.

Ent

erra

mie

nto

de

tégu

las

en

el

jard

ín

de

la

Cas

a.—

2.

Det

alle

de

la

figu

ra a

nter

ior.

—3.

E

nter

ram

ient

o de

tég

ulas

en

la h

abit

ació

n B

de

las

Pin

tura

s.—

4. D

etal

le d

e la

fig

ura

ante

rior

.

Page 78: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X I I I

1. Po

sici

ón

de

los

rest

os

enco

ntra

dos

en

la

habi

taci

ón

B

de

las

Pint

uras

.—2.

D

etal

le

de

la

figu

ra

ante

rior

.

Page 79: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X I V

Anillo y restos de brocal del pozo del jardín de la Casa.

Page 80: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X V

Tégulas e ímbrices de la cubierta de la Casa

Page 81: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X V I

3 4

1. A

la O

este

de

la C

asa

al p

rinc

ipio

de

los

trab

ajos

.—2.

El

al

a E

ste

del

peri

stil

o al

com

ienz

o de

los

tra

bajo

s de

ree

xcav

ació

n.—

3. A

s­pe

cto

de l

as h

abit

acio

nes

del

ala

Sur

ante

s de

ini

ciar

se l

os t

raba

jos.

—4.

D

etal

le d

e la

fig

ura

ante

rior

.

Page 82: en la Casa del Anfiteatro

I , A M I N A X X V I I

3 4

1. V

ista

gen

eral

de

los

tr

abaj

os e

n di

ciem

bre

de

1962

.—2.

Los

tra

bajo

s en

el

ala

Sur.

Año

19

62.—

3. A

la

Nor

te

del

peri

stil

o y

cana

l co

rres

pond

ient

e. T

raba

jos

de r

eexc

avac

ión.

—4.

A

la

Nor

te

del

peri

stil

o.

Tra

bajo

s de

re

exca

vaci

ón.

Det

alle

.

Page 83: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X V I I I

3 4

1. V

ista

gen

eral

de

los

trab

ajos

del

ala

Sur

. C

ampa

ña

1962

-63.

—2.

Los

tra

bajo

s en

las

hab

itac

ione

s de

las

Pin

tura

s. C

ampa

ña 1

962-

63.

3. V

ista

gen

eral

del

sec

tor

Sur

este

de

la C

asa

desp

ués

de l

os t

raba

jos

de r

eexc

avac

ión.

—4.

Vis

ta g

ener

al d

el p

eris

tilo

y d

e la

ter

raza

de

l al

a Su

r, d

espu

és d

e lo

s tr

abaj

os d

e re

exca

vaci

ón.

Page 84: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X I X

1 y

2.

Dos

as

pect

os

del

cana

l de

la

s «f

auce

s».

Ala

O

este

de

l pe

rist

ilo.

Page 85: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X

1 Se

ctor

N

oroe

ste.

R

eja

de h

ierr

o v

uten

sili

os

de c

oeir

.:-..-

2. L

aclo

Nor

te

del

pe

rist

ilo.

N

ivel

in

feri

or.-

.?.

Vis

ta

del

pe

rist

ilo

desd

e el

se

ctor

Nor

oest

e.—

5.

Hab

itac

ione

s de

l al

a S

ur

de

la C

asa.

Page 86: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X I

3 4

1. V

ista

gen

eral

de

la

s Te

rmas

.—2.

Am

plia

ción

de

las

Ter

mas

. L

ado

Nor

te.—

3. D

etal

le d

e lo

s ar

cos

del

hipo

caus

to d

e la

s T

erm

as.—

4.

Lad

o N

orte

del

hip

ocau

sto

de l

as T

erm

as.

Vis

ta g

ener

al.

Page 87: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X I I

1. A

ngul

o Su

rest

e de

la

C

asa—

2.

Lad

o O

este

de

l pe

rist

ilo.

C

ampa

ña

1962

-63.

Page 88: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XXXII I

1. L

ado

Sur

del

peri

stil

o. M

osai

co.—

2. M

osai

co d

el O

toño

. V

ista

gen

eral

. C

ampa

ña

1962

-63.

Page 89: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X I V

3 4

1.

El

mos

aico

del

Oto

ño e

n di

ciem

bre

de

1962

.—2.

El

mos

aico

del

O

toño

. M

otiv

os

de

pája

ros,

cr

áter

as

y ra

cim

os.

Pri

ncip

io

de

su

desc

ubri

mie

nto.

—3.

Asp

ecto

de

la h

abit

ació

n de

l M

osai

co d

el O

toño

al

fina

l de

su

exca

vaci

ón.—

4. D

etal

le d

e un

o de

los

páj

aros

de

l m

osai

co a

nter

ior.

Page 90: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X V

Vis

ta

gene

ral

de

la

habi

taci

ón

del

Mos

aico

de

l O

toño

.

Page 91: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X V I

Mos

aico

de

l O

toño

. E

mbl

ema

infe

rior

. Pe

rson

ajes

pi

sand

o uv

a en

un

la

gar.

Page 92: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X V I I

Mos

aico

de

l O

toño

. M

edal

lón

supe

rior

. V

enus

y

Her

os.

Page 93: en la Casa del Anfiteatro

LAMINA X X X V I I I

1.

Mos

aico

de

l pe

rist

ilo.

L

ado

Oes

te—

2.

Mos

aico

de

l pe

rist

ilo.

A

ngul

o N

ores

te.

Page 94: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X X X I X

1 M

osai

co d

el p

eris

tilo

en

el á

ngul

o N

ores

te y

pri

mer

a pa

rte

del

pasi

llo

en

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. D

etal

le

del

umbr

al

de

paso

de

l pe

rist

ilo

al

sect

or N

ores

te a

tra

vés

del

pasi

llo

en

L.

Page 95: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X L

1.

El

pasi

llo

en

L de

l se

ctor

Nor

este

vi

sto

desd

e el

pe

rist

ilo.—

2.

Det

alle

de

l m

uro

Oes

te

de

la

figu

ra

ante

rior

.—3.

E

l al

a E

ste

de

la

Cas

a.—

4. V

ista

par

cial

del

per

isti

lo y

sec

tor

Nor

este

.

Page 96: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X L I

3 4

1. V

ista

par

cial

de

l Pa

sill

o de

la

s H

acha

s y

habi

taci

ón

del

Mos

aico

de

los

Pece

s al

com

ienz

o de

la

exca

vaci

ón.—

2. V

ista

de

la m

itad

O

este

de

la h

abit

ació

n de

l M

osai

co d

e lo

s Pe

ces.

—3.

Mot

ivos

geo

mét

rico

s y

de p

eces

de

l m

osai

co

ante

rior

.—4.

D

etal

le

de

los

pece

s.

Page 97: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XI.11

3 4

1.

Vis

ta d

e lo

s tr

abaj

os c

on

máq

uina

exc

avad

ora

en e

l se

ctor

Nor

este

—2.

Vis

ta g

ener

al d

e lo

s tr

abaj

os d

el s

ecto

r an

teri

or.—

3. P

ri­

mer

Pas

illo

de

las

Hac

has

y ha

bita

ción

del

Mos

aico

de

los

Pece

s al

fin

aliz

ar l

a ex

cava

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.—4.

C

onju

nto

del

Atr

io

de T

ráns

ito,

Gra

n T

abli

num

y P

asil

lo d

e la

s H

acha

s al

fin

aliz

ar s

u ex

cava

ción

.

Page 98: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XI.III

3 4

1. V

ista

de

l co

njun

to

de

habi

taci

ones

y

mos

aico

s de

l se

ctor

N

ores

te.—

2. D

etal

le p

arti

cula

r de

l G

ran

Tab

linu

m.—

3.

Mit

ad

Nor

te d

el

Gra

n T

abli

num

y A

trio

de

Trá

nsit

o.—

4. D

etal

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Page 99: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XLIV

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Page 100: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X L Y

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Page 101: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N ' A X L V I

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Page 102: en la Casa del Anfiteatro

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Page 103: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A XLV11I

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Page 104: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A X L I X

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Page 105: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A L

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Page 106: en la Casa del Anfiteatro

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57.

Page 107: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A LII

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Page 108: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A L U I

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Page 109: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A LIV

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Page 110: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A L V

Perspectiva cónica de la «Torre del Agua».

Page 111: en la Casa del Anfiteatro

L A M I N A L Y I

1.

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ción

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Page 112: en la Casa del Anfiteatro

30. E L POBLADO IBERICO DE ILDURO, por MARIANO RIBAS BERTRÁN. 31. LAS GANDARAS DE BUDIÑO, PORRINO (PONTEVEDRA), por EMILIANO ACÜIRRE. 32. EXCAVACIONES EN LA NECROPOLIS DE SAN J U A N DE BAÑOS (PALENCIA), por

PEDRO DE P A L O L .

33. EXCAVACIONES EN L A V I L L A ROMANA D E L "CERCADO DE SAN ISIDRO", DUEÑAS (PALENCIA), por el RVDO. D. RAMÓN REVILLA VIELVA, ILMO. SR. D . PEDRO DE

P A L O L SALELLAS y D . ANTONIO CUADROS SALAS.

34. C A P A R R A (CACERES), por J. M . BLÁZQUEZ. 35. EXCAVACIONES EN E L CONJUNTO TALAYOTICO DE SON OMS (Palma de Mallorca,

I«!a de Mallorca), por GUILLKRMO ROSSELLÓ BORDOY.

36. E L TESORO DE V I L L E N A , por JOSÉ MARÍA SOLER GARCÍA.

37. TRES CUEVAS S E P U L C R A L E S GUANCHES (TENERIFE), por Luis DIECO CUSCOY. 38. L A CANTERA DE LOS ESQUELETOS (TORTUERO, G U A D A L A J A R A ) , por EMETERIO

CUADRADO, M I G U E L FUSTE y R A M Ó N JUSTE, S . J .

39. E L COMPLEJO ARQUEOLOGICO DE TAURO A L T O , E N M O G A N (ISLA DE G R A N CANARIA), por SEBASTIÁN JIMÉNEZ SÁNCHEZ.

40. POBLADO DE PUIG C A S T E L L A R (SAN VICENTE DELS HORTS, BARCELONA), por E. RIPOLL PERELLÓ, J . BARBERA FARRAS y M . LLONCUERAS.

41 . L A NECROPOLIS CELTIBERICA DE LAS MADRIGUERAS (CARRASCOSA D E L CAMPO, CUENCA), por M A R T Í N ALMAGRO GORBEA.

42. L A E R E T A D E L P E D R E G A L (NA V A R R E S - V A L E N CIA), por DOMINCO FLETCHER V A L L S , ENRIQUE P L A BALLESTER y ENRIQUE LLOBREGAT CONESA.

43. EXCAVACIONES E N SEGOBRIGA, por H E L E N A LOSADA GÓMEZ y ROSA DONOSO GUERRERO.

44. MONTE BERNORIO, por JULIÁN SAN VALERO APARISI .

45. M E R I D A : L A G R A N NECROPOLIS R O M A N A DE L A SALIDA D E L P U E N T E (Memoria segunda y última), por ANTONIO GABCÍA Y BELLIDO.

46. E L CERRO DE L A VIRGEN, por W I L H E L M SCHÜLE Y M A N U E L PELLICER.

47. L A V I L L A R O M A N A DE L A TORRE L L A U D E R DE M A T A R O , por MARIANO RIBAS BERTRÁN.

48. S'ILLOT, por GUILLERMO ROSSELLÓ BORDOY Y OTTO HERMANN F R E Y .

NOTICIARIO ARQUEOLOGICO HISPANO Tomo VIL Año 1963

Dirección:

INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS Medinaceli, 4. Apartado 1.039, MADRID

Precio: 215 ptas.