Niebla en la Evolución Tematica de UnamunoAuthor(s): Ciriaco Morón-ArroyoSource: MLN, Vol. 81, No. 2, Spanish Issue (Mar., 1966), pp. 143-158Published by: The Johns Hopkins University PressStable URL: http://www.jstor.org/stable/2908461 .Accessed: 03/03/2011 13:43

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NIEBLA EN LA EVOLUCION TEMATICA DE UNAMUNO

CIRIACO MORON-ARROYO

Unamuno pretendia que al leer nosotros su obra percibiesemos en ella el pulso de su coraz6n junto a la idea de su mente.1 Desde el principio de su carrera de escritor se esfuerza por verter su alma; pero en todo momento percibe que su palabra exterior, escrita, no es expresi6n fiel de su verbo interior; por consiguiente, que mas alla de su obra queda siempre su vida.2

Entiendo aqui por obra, no un libro o un articulo concreto, sino el actuar de la persona en el mas amplio sentido; por vida entiendo ese yo insobornable, que esta siempre haciendo algo, siempre en circunstancia, pero que es yo humano, porque en medio de la cir- cunstancia se recoge en si mismo mediante la reflexion total: ensimismamiento en la alteracidn.

Circunstancia es todo ser-real, posible, imaginario, imposible- ante el cual el yo ha de tomar una posici6n refleja; yo mismo, pues, en cuanto he de decidir mi propia vida soy circunstancia para mi,

1" Yo, sefior mio, escribo con la sangre de mi coraz6n, no con tinta neutra, mis pensamientos, muchas veces contradictorios entre si, mis dudas, mis anhelos, mis sedes y hambres de espiritu" (Miguel de Unamuno, Obras completas [OC], ed. M. Garcia Blanco [Madrid-Barcelona, 1958], X, 314); cf., ib., 295; IV, 544, 579, 582-583. Cf., Carlos Claveria, Temas de Unamuno (Madrid, 1953), pp. 44-45.

2Epistolario a Clarin (Madrid, 1941), pp. 102-103; OC, III, 703; "Mi libro me creia yo mismo, que en todos los mios he puesto el hombre que soy y que no creo caber en ninguno de ellos" (OC, VIII, 586). Todos las citas de Unamuno van referidas a la edici6n citada de Obras completas. E1 unico volumen que no he podido manejar es el que contiene Niebla. Las citas de esta novela van referidas a la segunda edici6n, Obras completas, editorial Renacimiento, vol. 3 (Madrid, 1928). Se cita siempre el capitulo para que sea facil de com- probar la cita en cualquier edici6n.

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y en cuanto he tomado una posici6n concreta, ya un ideal o un

proyecto nuevo me esta incitando a negar este hombre que he

llegado a ser y aspirar a ser otra cosa. Unamuno vivio constantemente preocupado por estos problemas

de la personalidad; esta preocupacion se trasluce en su obra escrita, de ahi que la mayor parte de criticos acepten sin mas como per- sonalidad de Unamuno imagenes confusas y desmafiadas que re- sultan de gavillitas de textos faciles de recoger y catalogar en su

larga produccion. Con el mismo derecho con el que la mayor parte aceptan por

religion de Unamuno las ideas teol6gicas que el expone,3 otros ven una inconsecuencia entre su vida y su obra,4 otros, una franca

oposicion entre ambas.5 Ante esta confusion se impone volver a la obra de Unamuno, para

estudiar los elementos que objetivamente contiene, prescindiendo en lo posible de la biografia del autor. Ciencia es el estudio de la escencia y apariencia de las cosas, prescindiendo de la causa existencial que las produce; el paso del mito a la ciencia se dio el dia en que los hombres miraron a la naturaleza misma, y no huyeron de la naturaleza para explicarla desde fuera como un simple producto de la accion de los dioses.6

3En el caso de la religi6n es donde mejor se percibe el fracaso de una biografia hecha simplemente a base de los textos. Mientras la psicologia de la religi6n descubre tipos muy variados de encarnar la vivencia religiosa, y Una- muno seria, sin duda, un sujeto admirable para el estudio, la tologia no tiene mas que dos posibilidades: Dios es para todos -cat6licos o ateos- el ideal maximo de la raz6n, "id quo majus nihil cogitari potest "; en este sentido todos coincidimos; s61o que para el creyente ese ideal de la raz6n y del senti- miento humano, ademais existe personalmente, mientras que para el ateo s61o es ideal. No hay mas posibilidades.

4 " Como el professor Unamuno que decia 'agonizar' siempre con la mirada puesta en el escalaf6n, o como el profesor Heidegger, arrimado constantemente al ascua que mas calienta en nombre de la 'metafisica' angustia" (Eugenio D'Ors, Nuevo Glosario [Madrid, 1949], III, 1078-1079; cf., 405, 924). N. Gonzalez Caminero, Unamuno (Comillas, 1948), p. 40.

6 A. Sanchez-Barbudo, "La formaci6n del pensamiento de Unamuno," HR, XVIII (1950), 241. 6 "El hegelianismo es responsable de la atroz idea de ser mejor que no se sepa nada acerca del autor de una obra artistica, que esta sea vista como un momento en la 'evoluci6n' de un estilo, o como una aglomeraci6n de t6picos" (Americo Castro, De la edad conflictiva [Madrid, 1961], p. 28). El analisis de Niebla se hace aqui conforme a ese "atroz" principio hegeliano sin el cual es inexplicable la epistemologia historiol6gica de don Am6rico. "The fact remains that a fictional world can be understood without references outside itself, and that characters are Subjects we see as such; seres para si who, somehow, take

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Prescindiendo de su autor, toda obra se teje con otras obras, contribuyendo asi a formar una estructura de existencia aut6noma, a la que llamamos la cultura de un momento determinado. El trabajo del historiador tiende a abarcar lo mejor posible esa estructura y presentarla.

La obra artistica, sin embargo, no se deja abarcar totalmente en ese entrelazamiento con otras; la obra artistica es expresi6n unica y vive en su exclusiva individualidad; de ahi que la pura relaci6n o filiaci6n de ideas en una obra literaria, sea siempre un paso previo, necesario, pero no el decisivo para comprenderla. Proba- blemente la misma experiencia llev6 a Unamuno, a Azorin y a Machado a una concepci6n del tiempo bastante similar desde el punto de vista ontologico; el primer paso para entenderlos es realizar esa misma experiencia y percibir el fondo de semejanza; el paso definitivo, es percibir la expresi6n particular de cada uno.

Este metodo "morfologico," que tan magnificos resultados ha dado, aplicado por Casalduero a Cervantes y a Calderon, ha sido tambien aplicado a Unamuno,7 pero no de una manera refleja; yo veo en este metodo perspectivas para una reordenaci6n de la obra unamuniana, que nos permita llegar a construir su " sistema."

Reconstruido el " sistema," nuestro deseo de saber no se detendra, aspirara a conocer tambien al hombre Unamuno; pero una biogra- fia seria solo la puede construir un pensador a lo Maraoi6n, a lo Stefan Zweig; tambien ellos fracasarian en cierto modo, porque habrian de empobrecer la riqueza de la vida con el esquematismo de la ciencia; pero esta es la unica posibilidad: la historiografia no abarca la historia, como la raz6n no abarca la vida.

Notas caracteristicas de la nivola frente a la novela, son la eliminaci6n de elementos descriptivos que detienen la presentaci6n

on the appearance of real Existence and thereby declare their independence from the Author" (C. Blanco Aguinaga, "Unamuno's Niebla: Existence and the Game of Fiction," MLN, LXXIX [1964], 202).

7Geoffrey Ribbans, " The Development of Unamuno's Novels Amor y Peda- gogia and Niebla," Hispanic Studies in Honour of I. Gonzdlez Llubera (Oxford, 1959), 1-17. Cf. G. Ribbans, " Estructura y significado de Niebla," Revista de la Universidad de Madrid, XIII (1965), 211-240. La identidad de tema ha con- tribuido a que el professor Ribbans y yo coincidamos en algunas cosas e incluso en la cita de algunos textos. Aunque nuestras aportaciones son distintas-no opuestas-en los rasgos esenciales, mis coincidencias con el profesor Ribbans son una carta de aval para estas paginas.

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de los dramas humanos, y la fusi6n de ficci6n y realidad.8 Pero al comparar la novela de Unamuno con la de Gald6s o Baroja, podemos inducir otra nota diferencial: las novelas de Gald6s o Baroja son como rios en que todo confluye a la corriente de un argumento unico o de una acci6n unica; en La dama errante, cada situaci6n nos expulsa de si misma hacia la siguiente, el interns de la intriga crece a cada instante hasta llevarnos a su fin con un tempo prestisimo. Las novelas de Unamuno-incluida Paz en la guerra, -dan tambien la imagen de un rio; pero de un rio formado por yuxtaposici6n de remansos; cada parrafo nos obliga a detenernos para reconstruir una experiencia epistemologica o teologica, una actitud politica o una sugerencia de interpretacion historica: el prologo de Niebla, por ejemplo, nos habla del escepticismo ham- letiano, de los ilustrados que destruyeron las creencias mas consola- doras de la humanidad y toman en serio la raz6n o la ciencia, nos habla de la sugestiva correlaci6n entre religi6n y combatividad frente a metafisica y voluptuosidad, y para documentar estas te6ricas sugestiones, se alude a la Biblia, a los Memorabilia Socratis de Jenofonte, a ideas medievales, etc.

En el primer capitulo de Niebla, se alude como de pasada, pero con clara intenci6n, a la teoria tomista de la visi6n beatifica, se nos

Vease la descripci6n formal de la nivola en Niebla cap. xvii, pp. 156-158. Para la fusi6n realidad-ficci6n, aparte del articulo de Blanco Aguinaga antes citado, cf. Donald F. Brown, "An Argentine Nivola: Unamuno and Manuel Galvez," Hispania, XLII (1959), 506-510. Por tener como leitmotiv la niebla y por la fusi6n ficci6n-realidad, podria establecerse una comparaci6n entre Niebla y La ultima niebla de Maria Luisa Bombal (2. ed., Santiago de Chile, 1941. Las diferencias entre los nucleos fundamentales de ambas obras son, sin embargo tales, que una comparaci6n de semejanzas, contribuiria a adulterar las dos.

9" Me pase cerca de diez anos apretando y volviendo a apretar el contenido de mi Paz en la guerra, concentrandolo y empefiado en reducir doctrinas abstractas a sucesos reales" (Unamuno, carta a A. Ganivet, 14 de octubre de 1898. Cit. C. Claveria, Temas de Unamuno, p. 49, nota 93). Si no supieramos nada del procedimiento oviparo y viviparo, es decir, si prescindi6ramos met6dica- mente de la biografia de Unamuno para estudiar la estructura de su obra, Paz en la guerra presentaria una sustancial afinidad con Niebla junto a diferen- cias accidentales como la extensi6n y la descripci6n de paisaje. "En Paz en la guerra habia ya una angustia sofocada, combatida. .. . " Ellos alimentarian ese antidogmatismo y anticlericalismo de Unamuno, ya antes en el despiertos, como puede verse en cartas y trabajos anteriores a 1897" (A. Sanchez Barbudo, op. cit., pp. 222-223). Acentua las diferencias de Paz en la guerra y demas novelas de Unamuno L. Livingstone, "Unamuno and the Aesthetic of the Novel," Hispania (California), XXIV (1941), 442, cit. G. Ribbans, "The De- velopment .... ," p. 1.

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dice que Augusto es un "paseante" de la vida, lo cual es muy distinto de ser " caminante," y nos dice que " todos somos hermanos en paralisis,"10 recordandonos a aquellos encadenados de la caverna platonica, destinados a divisar sombras que toman por realidades.

Asi parrafo tras parrafo de toda la obra unamuniana. La que parece mas perfecta desde el punto de vista estructural, San Manuel Bueno, mdrtir, no es excepcion: parece como si Unamuno hubiera recortado las lineas fundamentales de cada ensayo filos6- fico o hist6rico, y hubiera enlazado los recortes con grapas.l De este modo, la nivola, nos obliga a detenernos continuamente, para bucear en nuestra propia alma y reconstruir en cada momento la verdad de lo que Unamuno propone como punto de meditaci6n.

Mas alla de estos elementos de detencion continua, hay en Niebla dos rupturas fundamentales que dividen la obra en tres partes: primera, capitulos uno al treinta (I-XXX): historia de las rela- ciones entre Augusto Perez y Eugenia; segunda, capitulos treinta y uno a treinta y tres (XXXI-XXXIII), dialogo de Augusto con Unamuno y muerte de Augusto; tercera, "oraci6n fuinebre por modo de epilogo": monologo y muerte de Orfeo.12

Aunque el capitulo treinta y uno es una continuaci6n logica de los treinta anteriores, el problema que plantea es-como veremos- de orden muy distinto, y el monologo de Orfeo es la recapitulaci6n, que da unidad a la obra de tan complicada y desordenada estruc- tura. El monologo de Orfeo tiene la misma funci6n que el de Peribafiez ante el rey en la obra de Lope de Vega.

La primera parte de Niebla presenta un maremagnum de nom- bres, historias y situaciones, curiosos impertinentes entre los cuales solo queda como hilo de unidad, la historia de amores entre Augusto y Eugenia. iComo ordenar todos esos elementos? Hay tres respuestas aparentes: simple capricho del procedimiento

10 " Todos somos exp6sitos," "Es que acaso somos mAs que unos mendigos?" (" La vida es limosna," vv. 69-70, OC, XIII, 342).

1 He pretendido mostrar este hecho en "San Manuel Bueno, mdrtir y el 'sistema' de Unamuno," HR, XXXII (1964), 227-246.

12 En un analisis de los elementos esenciales de la obra, no me parece de mucha importancia la ingeniosidad de que Augusto Perez hable con don Miguel de Unamuno; la ocurrencia no es original: cf., J. Gillet, "The Autonomous Character in Spanish and European Literature," HR, XXIV (1956), 179-190; L. Livingstone, "Interior Duplication and the Problem of Form in the Modern Spanish Novel," PMLA, LXXVIII (1958), 393-406.

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viviparo, tomadura de pelo a la " ingenuidad puiblica" 13 " chismo- grafia de cualquier casino provinciano.14 Estas respuestas son s6lo aparentes, porque el metodo y la intenci6n del autor jamas deben ser confundidos con el contenido de su obra, y los chismes no suelen ser mas que simples extremos de la realidad, casos ejemplares, en que el alma humana se presenta mas estilizada y mas clara que en la vida normal. Prescindiendo, pues, de la intenci6n o de la fuente de esas historias secundarias de Niebla, estamos obligados a indagar su contenido y sentido en la arquitectura de la obra.

Desordenadas y superpuestas, hay en Niebla las siguientes historias:

1. Una historia ontologica. Augusto es un paseante de la vida. El paseante se distingue del caminante, en que este tiene una meta clara, mientras el paseante se deja llevar sin tomar conciencia. Se da, pues, una gradaci6n de paseante a caminante: los hombres, en las circunstancias normales de la vida nos dirigimos por la luz de la raz6n; solo en las circunstancias de importancia vital, al decidir nuestra actitud religiosa, nuestra eleccion en el amor, nuestra pro- fesi6n definitiva, al decidir que forma de gobierno es la mejor, etc., es decir, en las decisiones limite, que son nuestra propia persona, la raz6n nos falla y entonces tenemos que " hacer camino al andar." Augusto esta aun lejos de esto, en el estado de paseante, caminando entre la niebla.15

De pronto le aparece una meta en la lejania, " sus ojos que son

18 Niebla, pr6logo, p. 9. " Dedicada a la ingenuidad publica," (OC, X, 321). La manera como Ruth House Webber en su articulo "Kierkegaard and the Elaboration of Unamuno's Niebla," HR, XXXII (1964), 118-134, integra las historias de Niebla es ingeniosa, pero algo forzada; en todo caso, es unintento justificable y quiza logrado de poner orden y buscar un hilo conductor en el laberinto.

14" Los relatos secundarios de Niebla ... en el fondo son capitulos de chismografia de cualquier casino provinciano" (C. Claveria, Temas de Una- muno, p. 53).

16 Todos los adjetivos que se aplican a Augusto en Niebla expresan ese estado inicial: distraido (cap. iii, p. 40); ciego, tonto (cap. xii, 112); panoli desaborido (cap. xv, p. 136); no tiene entraias (ib); sondmbulo (cap. xix, p. 178); infeliz (cap. xx, p. 186); solitario (cap. xxv, p. 232). Comparese la actitud de Au- gusto con la actitud de Maximiliano Rubin en Fortunata y Jacinta de Gald6s: " Considerabase como si hubiera estado durmiendo hasta el momento en que su destino le puso delante la mujer aquella y el problema de la redenci6n. 'Cuando yo era tonto, decia, cuando yo era tonto, 6ralo por carecer de un objeto en la vida'" (Fortunata y Jacinta, ed. F. C. Sainz de Robles [Madrid, 1942], p. 186).

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refulgentes estrellas mellizas en la nebulosa de mi mundo" (cap. ii, p. 34); Augusto se enamora de Eugenia, que es la meta clara en la lejania, la niebla se disipa y Augusto se convierte en caminante, es decir ha llegado al uso de raz6n, ha nacido como persona.

Unamuno se preocupa de decirnos que el enamoramiento de Augusto "no es sino cerebral o, como suele decirse, de cabeza" (cap. x, p. 97), es decir, que el enamoramiento no es mas que una ocasi6n para hacer experimentos en el problema de la personalidad. Eugenia es en Niebla lo que Dulcinea es en Vida de don Quijote y Sancho: el ideal que da sentido a la vida. Mientras en Vida de don Quijote y Sancho todavia se aspira a la gloria, que es un bien concreto, en Niebla se aspira a conseguir alguna claridad definitiva en la vida, a lograrse en algun momento a si mismo, siguiendo un camino claramente determinado, y poder pronunciar la oraci6n yo soy yo. Este ideal se ve continuamente frustrado, hasta que en un momento descubrimos que la estructura misma de la vida es esa frustracion, luchar toda la noche en balde como Jacob con el angel. En este momento llegamos a conciencia plena de nuestra realidad, es nuestro segundo nacimiento, al cual llegamos con nuestro propio trabajo: " Eugenia me ha hecho padre de mi mismo; con esto creo haber nacido de veras. Y para sufrir, para morir. Si, el segundo nacimiento, el verdadero, es nacer por el dolor a la conciencia de la muerte incesante, de que estamos siempre muriendo" (cap. xxx, p. 266).16 " Ahora, despues de. . .esta ferocidad de burla, iahora, si! iahora me palpo, ahora no dudo de mi existencia real! (ib., p. 269).

La historia ontologica se estructura conforme a la gradaci6n paseante, caminante, viviente.

2. Historias de amores. Con su "mania de la introspecci6n" (cap. xxii, p. 202), Unamuno nos da en Niebla unos estudios sobre el amor, que abarcan los aspectos mas varios; voy a reducir estos aspectos a cinco: la dificultad de amar, patologia del amor, im- purezas del amor, amor y espiritu, amor y ley.

En momentos de amor pasional, se suefia con que la felicidad de la pasi6n dure; pero el tiempo ensefia que el autentico y mas pro- fundo amor, tiene muy poco que ver con la pasi6n momentanea; como todas las cosas verdaderamente humanas, el amor hay que

16 Para la idea del doble nacimiento vease Vida de don Quijote y Sancho, cap i, OC, IV, 92. Cf. J. Gillet-Otis H. Green, "Propalladia" and other Works of Bartolome de Torres Naharro, vol. IV (Philadelphia, 1961), p. 17.

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cultivarlo y mantenerlo con trabajo y dedicacion. La biologia humana se compone tambien de autosugesti6n y voluntad.17

Mas alla de la dificultad de amar, esta lo dificil que es amar bien: la principal enfermedad del amor es lo que llamariamos " dispersi6n de la afectividad." Las compensaciones de Augusto con la plancha- dora son un ejemplo de dispersi6n, mezcla de timidez, hombria, venganza (caps. xii, p. 116, xviii, p. 161), y celos (xxviii, p. 251).

La dispersi6n de la afectividad puede llegar a un autentico desenfreno interno. Se producen en nosotros entonces imagenes, cuya sola aparici6n en nuestra fantasia nos avergiienza: "Lleg6 a descubrir cosas fatales. .. iEsto es terrible, verdaderamente te- rriblel IMe parece que sin darme cuenta de ello, me voy enamo- rando hasta de . . Liduvina!" (cap. xxiii, p. 205; cap. xxiv, p. 227).

Las impurezas del amor llegan hasta el barbaro egoismo de dofia Sinfo en el " chisme " de don Eloino Rodriguez de Alburquerque (cap. xvii, p. 149) o del seductor seducido, raptor raptado Mauricio (cap. xxi, p. 194), imagen de don Juan, para Unamuno. Frente a todos estos ejemplos de desvio en el amor, se da un

caso de amor autentico, hijo de la carne frente a las convenciones de la ley, e hijo del espiritu frente a los lazos de la carne. Don Antonio (cap. xxi, pp. 191-198) ama honradamente a la mujer con quien vive, que es la madre de sus hijos, aunque no esta legal- mente casado con ella. El ser madre de sus hijos, la convierte en su verdadera esposa; 18 pero el amor espiritual, mas alla de los lazos de la sangre, convierte en hija suya a la que era hija de su esposa y el mazido legal de esta: " es mi hija y no del ladr6n, yo la

17" Curado de ilusiones romanticas, no creo en el amor ardiente duradero y espero mucho de mi pasi6n por los nifios," Carta a Juan Arzadun, 1890, Sur (Buenos Aires), XIV (sept. 1944), n. 119, p. 35. Cf. Peter G. Earle, Unamuno and English Literature (New York, 1960), p. 30. " Ni mi figura ni mi edad son para enamorar perdidamente a nadie; pero tampoco he creido imposible que una muchacha de juicio y bien criada llegase a quererme con aquel amor tran- quilo y constante que tanto se parece a la amistad y es el uinico que puede hacer matrimonios felices" (Leandro F. de Moratin, El si de las ninas, acto II, escena 5).

18 " Mire usted: despues que Dios me ha dado al hijo de la casa no le guardo rencor a la otra . . . porque yo soy tanto como ella por lo menos . . . como no sea mis. No le guardo rencor, y como me apuren mucho, hasta le tomare carifo . . . tres mamas va a tener este rico, esta gloria: yo, que soy la mama primera; ella, la mama segunda, y usted, la mama tercera" (B. Perez Gald6s, Fortunata y Jacinta, p. 540).

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he criado," dice don Antonio (cap. xxi, p. 198).19 Este poder del espiritu sobre la sangre lo aprendi6 Unamuno en El Banquete de Plat6n, es uno de los pilares del sistema unamuniano, y tuvo su mejor expresi6n en La tia Tula.

Ordenando ahora todas las subhistorias de amor narradas en Niebla extraeriamos la siguiente definici6n: el amor es. . .el amor (parte indefinible) y una mutua entrega, fecunda, alimentada en la unidad de un llanto comun y un sueno comun-suefio de sofiar y sueiio de dormir-y constelada de egoismo, sensualidad, complejo de dominio y ansia de proteccion.

3. Don Fermin. El tio de Eugenia es un anarquista mistico, esperantista y partidario de la escritura fonetica. A todos estos elementos de la caricatura habia Unamuno dedicado articulos de prensa afnos antes. Anarquista mistico es uno de tantos hombres que a las dificultades de la circunstancia reaccionan con la huida total. Don Fermin es un extravagante, "no es mas que . . no se ccmo decirlo . . . no es mas que mi tio. Vamos, asi como si no existiese de verdad" (cap. xv, pp. 138-139).

4. Don Avito Carrascal. En el capitulo trece, Augusto se en- cuentra con don Avito Carrascal, el hombre que se propuso vivir deductivamente y producir un genio siguiendo las leyes de la pedagogia. Don Avito era un racionalista; ahora el suicidio del genio en potencia, Apolodoro, le ha llevado a superar el raciona- lismo, convirtiendose a la doctrina suprarracionalista que Una- muno habia expuesto en el ensayo " Adentro " (1898), teoria a la que se convertia por aquellos dias de 1914 Ortega y Gasset y que versifico A. Machado:

Caminante, son tus huellas el camino y nada mas; caminante, no hay camino, se hace camino al andar.20

No hay teoria para aprender a vivir; no hay consejo y luego decisi6n, sino que la decisi6n en el vacio es el origen de la luz. " Se

19 Para entender la frase de don Antonio hay que conocer el siguiente texto: " No sabras qui6n eres hasta que al verte un dia . . . deformado por el espejo te preguntes: ' ~pero este soy yo?' y empieces a dudar de que ti seas tu, em- pieces a dudar de tu existencia real y sustancial. Aquel dia empezaras a vivir de veras.. Y si eso me lo debieras, podria yo decir, lector, que te habia criado. Lo que es mucho mas que haberte engendrado " (OC, X, 318). Subrayados mios.

20 A. Machado, Poesias, CXXXVI, xxix. Edici6n Oreste Macri (Milano, 1961), p. 562.

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aprende a virvir, viviendo" (cap. xiii, p. 123), y la funci6n de la raz6n es tomar conciencia de la vida, a trasmano, a posteriori. La misma idea esta expresada en el conocido acertijo de A. Machado:

Luz del alma, luz divina, faro, antorcha, estrella, sol. . . Un hombre a tientas camina; lleva a la espalda un farol.21

5. Victor Goti. Victor Goti se caso y al principio de su vida matrimonial sofi6 con tener un hijo. El descendiente no vino y despues del consiguiente disgusto, se acostumbr6 a la soledad, organizandose una vida comoda con su esposa. Pasados unos afios esta comodidad se encuentra rota por un embarazo inesperado de su mujer. Victor no quiere ya el hijo. Cuando el hijo nace, Victor se vuelve a ilusionar y prohibe a Augusto que llame a su nifio " el intruso," calificaci6n que le habia ensefiado a Augusto el mismo Victor. Por de pronto, Victor es un hombre qe no sabe lo que quiere. Pero el caso de Victor no es un "chisme curioso"; su problema debe de ser tan humano, y las complicaciones animicas que causa eso de tener o no tener un hijo deben de ser tales, que el caso se encuentra varias veces llevado a la literatura: yo recuerdo ahora las reacciones tan similares de don Baldomero y Barbarita en Fortunata y Jacinta de Gald6s, y La visita que no toco el timbre de Joaquin Calvo Sotelo.22

6. Antolin S. Paparrigopulos (cap. xxiii, p. 206ss). Como ha mostrado L6pez Morillas,23 Paparrig6pulos es la personificaci6n de una serie de ideas que Unamuno habia expuesto muchas veces en sus ensayos. Paparrig6pulos es casticista, purista y formalista, siguiendo el esquema del primer ensayo de En torno al casticismo; tiene un hermano muy parecido en aquel abogado joven de Paz en la guerra, que lee a Aparisi; Paparrig6pulos repite muchas ideas del Menendez y Pelayo que escribi6 La ciencia espahola y ademas pule su lenguaje como los modernistas. Cuando Augusto va a con- sultarle su problema, Antolin no le resuelve nada. Antolin es una personificaci6n de la timidez del intelectual. Retirarse a desenterrar las glorias pasadas y a preparar la gloria futura de su patria, es

21 A. Machado, Poesias, CXXXVI, li (51), p. 574. 22 Fortunata y Jacinta, pp. 152-153. J. Calvo Sotelo, La visita que no toc6 el timbre en Teatro Espanol 1949-1950 (Madrid: Aguilar, 1951), pp. 214-215.

23 J. L6pez Morillas, "Unamuno y sus criaturas, Antolin S. Paparrig6pulos," CA, VII (n. 4, 1948), 244-249.

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simplemente sucumbir al miedo que nos da enfrentarnos con nuestro presente.

Si de estas seis historias que corren superpuestas en la primera parte de Niebla, inducimos el elementa comun, lo podriamos titular: estudios sobre la inconsistencia humana. Todas las situaciones y ejemplos que dan a esta parte su aparente desorden, se articulan en ese fin ultimo de mostrar la intima tragedia del hombre, cuyo ser es estar en constitutiva contradicci6n consigo mismo, no saber definitivamente lo que quiere, y por consiguiente no poder nunca recogerse plenamente para decir con verdad yo soy yo. A este continuo derramamiento en tiempo y espacio, que es nuestra personalidad, le ponemos cadenas pronunciando, por ejem- plo, una palabra que una vez pronunciada nos obliga a decidirnos por dentro (cap. xx, p. 179) o tomando como punto de partida para conocernos, el esquema definido de nosotros que nos presentan los demas (cap. xx, p. 189). Creo que esta inconsistencia es el punto mas esencial de la visi6n barojiana del hombre, y si pretendemos extraer un elemento comun de todos los volumenes de Teatro espaiol contempordneo publicados por Sainz de Robles, ese elemento es la constitutiva escisi6n del hombre.

La vida humana consiste en la agonia, en la lucha por llegar a ser un yo perfecto, como lo han sido don Quijote o el Cristo-hombre. Tender sin conseguir, caminar hacia los ojos de Eugenia que son u-topicos, inasequibles y saberlo a ciencia cierta, es lo que consti- tuye la esencia del hombre.

Cuando hemos logrado saber lo que somos y nos queda por lo menos la alegria de disponer de nosotros mismos en actos de absoluta libertad, suicidandonos para cambiar de una vida a otra mejor, nos encontramos con algo mas pavoroso y es que toda esa lucha por ser algo definido se basaba en un hilo muy fragil, en la convicci6n de que existiamos, pero este hecho tenue y minimo no va a durar ya nada; dentro de un momento nos vamos a morir, a dejar de existir. Unamuno ha pasado en el capitulo treinta y uno del problema de le esencia al problema de la existencia en sentido medieval, en el sentido de ser fuera de la causa que nos crea, en el sentido de inmortalidad.24 Toda la lucha por adquirir una per-

24 "( Es su idea fija, monomaniaca, de que si su alma no es inmortal y no lo son las almas de los demAs hombres y aun de todas las cosas, e inmortales en el sentido mismo en que lo creian ser los ingenuos cat6licos de la Edad Media entonces, si no es asi, nada vale nada, ni hay esfuerzo que merezca la pena" (Niebla, pr6logo, p. 13).

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sonalidad mereceria la pena, si fueramos a seguir existiendo en el mismo sentido en que lo admitian "los ingenuos catolicos medie- vales." El encuentro de Augustro Perez con Unamuno en Sala- manca es, pues, el paso del problema de la personalidad al problema religioso; del tema de la esencia, al tema de la existencia.25

Como este problema de la inmortalidad no presenta pista de soluci6n, la unica reacci6n humana posible es agonizar de muerte. Augusto se pudo suicidar, disponiendo libremente de su vida; en realidad, se muri6 de un hartazgo; no importa, para morir, cual- quier metodo es bueno y facil, matan las penas, como matan las alegrias. Entonces, queda Orfeo, el perro, para hacer una recapitulaci6n de lo ocurrido y un comentario.

Orfeo tiene dos hermanos entre las criaturas de Unamuno: en La tia Tula, Manolita se identifica de tal manera con su madre espiritual, que al seguir viviendo Manolita, la tia Tula en realidad sigue viviendo en la familia. El alma de Manolita es el vivero de la tia.26 Mais parecido a Orfeo es Blasillo el bobo en San Manuel

25 " Aquellas angustias de mi Augusto Perez al ver que le negaba yo, su pre- sunto autor, existencia real e independiente y sus esfuerzos por sobrevivir" (" Pirandello y yo," OC, X, 545; Cf. C6mo se hace una novela, OC, X, 843). Como se ve, el concepto de existencia aqui es el clasico, anterior al celebre aforismo de Heidegger: "Das Wesen des Daseins liegt in seiner Existenz" (Sein und Zeit [9. ed. Tfibingen, 1960], p. 42); Cf. Uber den Humanismus (Frankfurt, 1947), p. 15. Mario J. Valdes, Death in the Literature of Unamuno (Urbana, Ill., 1964), pp. 87-90 y Ricardo Gull6n, Autobiografias de Unamuno (Madrid, 1964), pp. 83ss, tienen divisiones parecidas a la propuesta aqui, pero no resultan tan nitidas quiza por la preocupaci6n existencialista.

26 Para la distinci6n camposanto y vivero cf., OC, X, 1041-1042. "Lo que hay es que mi publico, el mio, el que he acabado por hac6rmelo [sic]mi trabajo me ha costado-, ha aprendido mi habla. Que para servirle me la he hecho" (" Saludo a mi antiguo publico," OC, X, 1039). Esta semejanza entre Tula-Manolita, Don Manuel-Blasillo y Augusto-Orfeo,

que yo habia intuido mediante una comparaci6n de textos y de la funci6n que representan las tres correlaciones en la ontologia de Unamuno, se ve reforzada desde el punto de vista psicologico por el estudio de Rof Carballo, "El ero- tismo en Unamuno," Revista de Occidente, segunda 6poca, II, n. 19 (octubre, 1964), 71-96. En p. 83 se dice: "Orfeo es una pieza central de esta novela. Sobre 1l vierte Augusto su sexualidad amparadora, maternal." Comparese el texto con el cap. xxi de La tia Tula (OC, IX, 614-619) y con el siguiente de San Manuel Bueno, mdrtir: "Como hubiera en el pueblo un pobre idiota de nacimiento, Blasillo el bobo, a 6ste es a quien mas acariciaba y hasta lleg6 a ensefiarle cosas que parecia milagro que las hubiese podido aprender. Y es que el pequefo rescoldo de inteligencia que aun quedaba en el bobo se le encendia en imitar, como un pobre mono a su don Manuel" (Ed. B.P. Patt- M. Nozick, The Generation of 1898 and After [New York-Toronto, 1963], p. 34). Naturalmente, el punto de vista ontol6gico es mas virtual para comprender la obra de Unamuno, que el puramente medico y psicol6gico.

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Bueno, mdrtir. Blasillo es la caja de resonancia de la voz de don Manuel; la identificaci6n entre ambos es tal, que la muerte del uno es la muerte del otro. Orfeo como Blasillo, son los 6nicos que en realidad han entendido a sus sefiores, porque han entendido la musica de su voz, aunque no hayan entendido la letra. Son aquellos cabreros que oyeron ensimismados el discurso de don Quijote. Los que se atienen a la letra, son los carboneros. Orfeo es ese publico que con trabajo se ha creado Augusto y que muere cuando el muere. Solo le sobrevive un momento para hacer la reflexi6n ultima sobre este compuesto de esencia y existencia que es el hombre. ~Que es el hombre? " jUn animal que habla, que se viste y que almacena sus muertos! iPobre hombre!" (epilogo, p. 307).

" dD6nde estara aquello que en el hablaba y sofiaba? . . . Alli, en el mundo puro platonico, en el de las ideas encarnadas, esta el perro puro, el perro de veras cinico. 1Y alli esta mi amo!" (p. 308).27

La obra entera de Unamuno se puede distribuir en torno a tres problemas: interpretaci6n de la historia de Espafia, tema de la inmortalidad y tema de la personalidad.28

27 iEl otro mundo! . . . iEl otro mundo es el del puro espiritul 1Del espiritu puro! iOh, terrible pureza, inanidad, vacio! vv. 51-55

(" Elegia a la muerte de un perro," OC, XIII, 348-352). "Hace poco, en un rapto bellisimo de brutal materialismo el rector de la Universidad de Salamanca componia unos versos declarando su inequivoca decisi6n de no salvarse si no se salva su perro, si no le acompafia al empireo y corre con el de nube en nube lamiendole la mano de su alma" (J. Ortega y Gasset, "El hombre mediterra- neo," 1911, OC, I, 200). Esta idea de la utopia del espiritu puro, frente a la vida que es impurificarse conviviendo con una circunstancia, es la clave de la teologia de Ortega y Gasset: "La vita beata es un delicioso cuadrado redondo que el cristianismo propone consciente de su imposibilidad (J. Ortega y Gasset, OC, IV, 53; cf. ib., 426, 493).

28 Para las distintas ordenaciones de la obra de Unamuno que los criticos han propuesto, cf., Mario J. Valdes, op. cit., p. 4. "En 1897 se cierra un periodo de la vida de Unamuno y se abre otro en el cual su obra mostraria un especial caracter religioso" A. Sanchez Barbudo, op. cit., p. 224); Me adhiero a la visi6n del Sr. Sanchez-Barbudo; he puesto el tope en 1901 por incluir el discurso de Bilbao sobre el separatismo, que tantas ramificaciones tiene en la concepci6n unamuniana de la lengua, sangre del espiritu, en la supremacia de lo espiritual, en su concepto de la universalidad, etc.

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Los tres temas estan presentes en todas sus obras capitales: en Paz en la guerra encontramos lo sustancial de la teologia que ha de exponer sistematicamente en Del sentimiento trdgico de la vida; de ahi que no me parezca importante la crisis religiosa de 1897 para explicar la obra posterior de Unamuno.

En las primeras cartas a Clarin (1895) escribe un hombre de 31 anios, muy seguro del valor de sus articulos y muy seguro de su obra futura, pero que pide como una limosna, el que le lean, le reconozcan y le aseguren desde fuera. Alli esta ya en ciernes toda la lucha para lograr su yo.

En Niebla, el tema historico esta casi ausente, pero no del todo. Paparrigopulos encarna el modo tradicionalista de ver la historia espafiola; y en la caricatura que ridiculiza a Paparrigopulos, se contiene implicita la afirmaci6n de la visi6n liberal de la historia, expuesta en En torno al Casticismo; por otra parte, al mismo tiempo que Niebla escribia Unamuno Del sentimiento trdgico en que se funden el problema personal y el historico. Asi podriamos seguir, viendo c6mo estos temas se repiten y superponen en las principales obras posteriores.

Sin embargo, admitiendo lo anterior, la obra de Unamuno se puede agrupar cronologicamente en torno a ciertos nucleos de pre- dominio,29 que son los siguientes: de 1895 a 1901, predomina el tema historico, no solo por la cantidad de paginas a el consagradas, sino porque en esas fechas Unamuno acufia las ideas historiologicas que ya no superara nunca de modo definitivo. Cuando escriba en el destierro contra Primo de Rivera y Martinez Anido, y cuando escriba en 1935 contra los falangistas y derechistas de todas las castas, Unamuno no hara mas que repetir ideas de En torno al casticismo y Paz en la guerra.

Desde "Nicodemo el fariseo" (1899) y "La fe" (1900) pre- domina el tema religioso en su forma concreta de inmortalidad. La Vida de don Quijote y Sancho (1905) contiene los tres temas, pero es un intento de definir el cristo espafiol, frente al dulce galileo de Renan o el dulce Francisco de Asis de P. Sabatier,30 demasiado suaves para el temperamento de don Miguel, frente a

29 Se entendera correctamente lo que quiero decir, teniendo en cuenta la doc- trina orteguiana de que los temas tienen en la cabeza su propria biografia (Ortega, OC, IV, 384).

80 E. Renan, Vie de Jesus. La primera edici6n es de 1863; en 1864 se publica la edici6n 13. Paul Sabatier, Vie de Saint Francois (Paris, 1894). En ese mismo afio se hacen cuatro ediciones y se publica traducci6n inglesa en New York. De 1881 es San Francisco de Asis de Emilia Pardo Bazin.

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II Santo (1905) de Luigi Fogazzaro etc. La Vida de don Quijote y Sancho adquiere pleno sentido hist6rico en aquella atmosfera de modernismo teologico, que llev6 a Gald6s a escribir Nazarin, Hal- ma y Misericordia y que dio derecho a cada individuo a fabricarse un dios y un cristo en consonancia con sus secreciones hormonales.31 La culminaci6n de este periodo es Del sentimiento trdgico de la vida. No creo que despues de esta obra pueda hallarse algo sustancialmente nuevo en la ideologia teologica de Unamuno.

El tema de la personalidad es tambien constante desde los primeros escritos. Ya he citado el epistolario a Clarin; en el liltimo capitulo de Paz en la guerra, Pachico (Unamuno) se encuentra ante dos posibilidades de vida contradictorias: contemplaci6n pura o accion pura. Cualquiera de los dos extremos es mas facil que la sintesis. Pues bien, Pachico en lugar de aceptar lo uno o lo otro, acepta ambos, reduciendolos a unidad en la unidad de su vida y procurando que de los dos resulte " seriedad fecunda." 32

A partir de Niebla estas contradicciones humanas ocupan la atenci6n de Unamuno de un modo casi exclusivo. Niebla es el primer experimento; el deseo de densidad le hace superponer problemas y situaciones; de esa manera, el resultado es desordenado y la obra fracasa en todos los sentidos como intento de obra artistica; la perfecci6n la lograra suprimiendo elementos secundarios y con- centrandose en uno presentado con claridad y proporci6n. Asi surgen Abel Sdnchez, La tia Tula, Tres novelas ejemplares, etc. La iunica excepci6n de importancia o la unica tesis frente a este

31 El introductor en Italia de Vida de don Quijote y Sancho es G. Papini, que con motivo de esta obra inici6 relaci6n epistolar con Unamuno (M. Garcia Blanco, "Unamuno y Papini," Anali, VI [1964], 133-161), y que en 1921, con- vertido al catolicismo public6 la Vita di Cristo, exageradamente sujetivista.

32 La arquitectura del ultimo capitudo de Paz en la guerra es id6ntica a la estructura ag6nico-contemplativa que mantendra toda su vida. Los elementos esenciales del capitulo son: 1. "Se sacude pronto del todo o nada de la tenta- ci6n luciferina" (Paz en la guerra, 5. ed. [Madrid, 1956], p. 245). 2. Eternidad- tiempo, paz-guerra, tristeza intima-alegria de vivir, extraversi6n-intraversi6n: "hasele fundido en la montafia la eterna tristeza de las honduras de su alma con la temporal alegria de vivir, brotandole de esta fusi6n seriedad fecunda" (p. 248). 3. Yo-mundo, contemplaci6n-trabajo social: " La contemplaci6n serena le da resignaci6n trascendente y eterna, madre de la irresignaci6n temporal, del no contentarse jamas aqui abajo, del pedir siempre mayor salario . . ." (p. 249). Para mostrar que no hay un Unamuno contemplativo frenta a un Unamuno ag6nico, es necesario tener en cuenta que la esencial diferencia entre la dialectica unamuniana frente a la hegeliana consiste en que 6sta no tiene fin, mientras que en la de Unamuno existe siempre un " tertium quid" en que los contradictorios coexisten sin que uno suprima al otro como en Hegel; ese tertium quid es la vida humana; coexisten, pues, contemplaci6n y agonia.

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intento de ordenaci6n seria El Cristo de Veldzquez comenzado a escribir en 1913 y publicado en 1920.

El Cristo de Veldzquez es la eliminaci6n de don Quijote como dios de la religion nacional de Espafia; solo que en este momento las posiciones teologicas de Unamuno estan ya muy definidas y ajenas a todo rescoldo mistico en sentido autenticamente religioso. La definici6n de ese cristo esta en el cantar sexto de la primera parte:

ijT eres el Hombre-Dios, Hijo del hombre! La humanidad en doloroso parto de uiltima muerte que salvo a la vida te dio a luz como luz de nuestra noche, que es todo un hombre el Dios de nuestra noche y hombria es su humanidad divina. Tu eres el hombre, la Raz6n, la Norma, tu cruz es nuestra vara, la medida del dolor que sublima, y es la escuadra de nuestra derechura; ella endereza cuando caido al coraz6n del hombre Tu has humanado al universe, Cristo, ique por Ti es obra humana! iVedlo todo! " He aqui al Hombre! ", por quien Dios es algo.33

Estos versos demuestran que El Cristo de Velazquez mas que un poema religioso es ya un intento de cantar al hombre ideal que se quisiera ser. La culminaci6n de este periodo seria Como se hace una novela (1927).34

Niebla trata el problema mas radical de la persona humana: ser o no ser, estructurada conforme a los elementos de la filosofia clasica, anterior al existencialismo; estos elementos eran esencia (quod est), existencia (esse), hombre (ens). En la obra total de Unamuno, Niebla es el punto de encrucijada en que se pasa a tratar explicitamente un nuevo nucleo de temas: los problemas de la personalidad.

University of Pennsylvania CIRIACO MOR6N-ARROYO

33El Cristo de Velazquez, VI, w 168-182 (OC, XIII, 660-661). 34 En un escrito de 1924, " Extracciones fotograficas," aparece una vez mas con

nitidez su viejo tema: visitando el manicomio de Sarria un recluso le habia preguntado: "'El Sefor don Miguel de Unamuno?'-'El mismo'---' Pero el autentico eeh?, el de verdad y no el que viene reratado en los papeles....' ~Por que le conteste al pensionado de Sarria que si, que yo era el autentico Unamuno? ?Estaba yo mismo seguro de ello? <No seria el autentico el otro, el que viene de vez en cuando retratado en los papeles? ... .Mi Unamuno, el mio, sera el autentico?" (OC, X, 695-697).