DOMENICO PETARLINI LA ‘COMEDIA’ DE DANTE · las andanzas del rey arturo y sus valerosos...

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LA ‘COMEDIA’ DE DANTE La editorial Acantilado recupera en una versión de José María Micó la obra maestra del escritor florentino DOMENICO PETARLINI ENTREVISTA: PEDRO M. DOMENE CONVERSA CON JUSTO VILA. ENSAYO: ‘CAMPO DE MINAS‘, DE ELISABETH DE FONTENAY Y ALAIN FINKIELKRAUT; ‘BRUJAS AL MEDIODÍA’, DE JOSÉ LUIS REY. NARRATIVA: ‘INSÓLITAS’, DE VARIAS AUTORAS; ‘SÓLO HAY UNA CLASE DE MONOS QUE ESTORNUDAN’, DE EZEQUÍAS BLANCO. Libros A la edad de 97 años fallecía esta semana el poeta cordobés vinculado al Grupo Cántico, un modelo de clasicismo lírico que recupera Antonio Rodríguez Jiménez en una doble página, pero que también recuerdan Manuel Gahete y Francisco Morales Lomas. ADIÓS A JOSÉ DE MIGUEL PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXIII. NÚMERO 1.305 SÁBADO, 22 DE JUNIO DEL 2019

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LA ‘COMEDIA’ DE

DANTELa editorial Acantilado recupera en

una versión de José María Micó la obra maestra del escritor florentino

DOMENICO PETARLINI

ENTREVISTA: PEDRO M. DOMENE CONVERSA CON JUSTO VILA. ENSAYO: ‘CAMPO DE

MINAS‘, DE ELISABETH DE FONTENAY Y ALAIN FINKIELKRAUT; ‘BRUJAS AL MEDIODÍA’,

DE JOSÉ LUIS REY. NARRATIVA: ‘INSÓLITAS’, DE VARIAS AUTORAS; ‘SÓLO HAY UNA

CLASE DE MONOS QUE ESTORNUDAN’, DE EZEQUÍAS BLANCO.

LibrosA la edad de 97 años fallecía esta semana el poeta cordobés vinculado al Grupo Cántico, un modelo de clasicismo lírico que recupera Antonio Rodríguez Jiménez en una doble página, pero que también recuerdan Manuel Gahete y Francisco Morales Lomas.

ADIÓS A JOSÉ DE MIGUEL

PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA

SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA

DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS

COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA

AÑO XXXIII. NÚMERO 1.305

SÁBADO, 22 DE JUNIO DEL 2019

carta del sur

Posverdad y ‘fake news’la manipulación informativa con trump y en roma

el 69% de las afirmacio-nes de donald trump son falsas. el brexit triunfó en el reino uni-

do con un discurso incierto y en-gañoso. Y millones de personas ya creen que el cambio climáti-co no se está produciendo y es un invento chino. la verdad ha pasado a un segundo plano, de-rribada por las emociones. «He-mos entrado en una nueva fase del combate político e intelec-tual, donde las ortodoxias y las instituciones democráticas se ven sacudidas hasta sus cimien-tos por una oleada de alarman-te populismo. la racionalidad se ve amenazada por las emo-ciones, la diversidad por la rei-vindicación de lo autóctono, y la libertad por una deriva hacia la autocracia». Quien dice esto es Matthew d’ancona, periodis-ta colaborador de diarios como The Guardian y The New York Ti-mes que ha publicado Posverdad. La nueva guerra contra la verdad y cómo combatirla (alianza edito-rial, 2019). se trata de un libro esclarecedor, de menos de 200 páginas, en el que d’ancona analiza las raíces de la posver-dad, el colapso de la confian-za en la política y la influencia que están teniendo las redes so-ciales para crear un nuevo dis-curso de la realidad. «la verdad se descubre, no se reparte; es un ideal que hay que buscar ac-tivamente, no un derecho que debemos esperar perezosamen-te», escribe el periodista. de esa manera se puede combatir las falsedades que surgen del dis-curso de trump, que desde an-tes de ser elegido ya cuestiona-ba el calentamiento global y de-cía por twitter que «fue creado

F. Expósito

desde joven uno de los sistemas propagantísticos más desarro-llados. Nestor F. Marqués descri-birá cómo el senado romano se convirtió en uno de los grandes creadores de noticias falsas para tratar de derribar a emperadores que no le eran favorables.

el autor del libro llega a la con-clusión de que la historia no es el discurso unívoco y simplificado que se viene contando, sino que detrás hay hechos, pero también engaños, mentiras o propagan-da. también recuerda que no somos quiénes para juzgar el pa-sado, pues nuestro pensamien-to actual es muy distinto al de aquellos. Por eso, disfruten de este libro que les cuenta si real-mente fue calígula un empera-dor malvado, si Nerón incendió roma o si la historia de los ini-cios del cristianismo fue como lo cuentan las películas. ¿es verdad que Virgilio tenía como mascota a una mosca que cuando murió fue enterrada? lean y descubri-rán qué ocurrió.

por y para los chinos a fin de que la industria manufacturera estadounidense no fuera com-petitiva». cuando llegó al poder se rodeó de negacionistas del cambio climático, sigue crean-do falsedades y aspira a ser re-elegido.

Pero lo de contar mentiras no se circunscribe a la actualidad. en españa tenemos el caso de Juan Negrín, el último presiden-te del gobierno de la segunda re-pública, que fue uno de los polí-ticos que más sufrieron el discur-so inventado del fake news entre miembros de su partido (PsOe) y por el franquismo. Más atrás, en roma, Nestor F. Marqués aborda en Fake news de la antigua Roma. Engaños, propaganda y mentiras de hace 2000 años (espasa, 2019) algu-nas de las grandes manipulacio-nes ocurridas en roma y cómo contribuyeron a que llegaran al poder algunos políticos, se difun-dieran falsas imágenes de empe-radores o se divinizaran a per-sonas como augusto, que creó

seres de babel

José de MiguelManuel Gahete

«discúlpame,

señor, si yo

prefiero (...)/

un cielo a la

medida de la

tierra/ya que

en la tierra

no me diste cielo». sonaba

este poema en labios del

hermano menor de José de

Miguel y no pude reprimir

el halo de una lágrima. un

hombre cariñoso, servicial

y magnánimo, a quien estas

infrecuentes cualidades

habían deslavazado el

poderoso fuero de su

personalidad poética. Pepe

era muy fácil de querer.

Jamás le escuché decir algo

malo de nadie. Incluso

cuando pretendía ironizar,

siempre con delicado gusto,

se percibía en su voz un

tuitivo ahogo de atrición

o desasosiego. No olvidaré

mientras viva su mesura, ese

esfuerzo adiado por superar

la timidez que los sabios

sufren en silencio, pero

tampoco podré entender ese

muro amargo que impedía

el reconocimiento merecido

de su razón poética, la

soledad sonora de quien se

halló desolado cuando creyó

estar entre amigos, la pátina

oscura que desdibujaba el

sentir clamoroso de un poeta

que entendió a la perfección

la palabra de los grandes

maestros.

VeNtaNas

silverioJuana Castro

Media vida es

lo que dedicó

silverio

Gutiérrez

escobar al

estudio,

localización

e historiografía del periodo

calcolítico en los Pedroches.

carpintero de profesión, se

topó un día en el campo con

un dolmen, y desde entonces

no paró de caminar campo

a través en su tiempo libre.

apasionado de los megalitos

como testimonio de la

historia de la humanidad,

fundó y presidió la

asociación de amigos del

Museo de Historia local

de Villanueva de córdoba.

siempre entusiasta, pudo

conocer a principios de año

el nuevo local del museo,

en la antigua estación de

vía estrecha, junto a la

carretera de circunvalación.

Y pudo también ver editado,

por la diputación de

córdoba, su libro El fenómeno

megalítico en la comarca de Los

Pedroches, 325 páginas: una

obra apasionante, la más

completa sobre la Prehistoria

en nuestra provincia. silverio

se nos fue en primavera,

silenciosamente como todo

lo que hacía. Nos queda su

trabajo, su ejemplo y su

hombría de bien.

PerIOdIsMO

almudena Grandes casi nunca deja in-diferente a nadie, y mucho menos a aquellos que tene-mos la mala cos-tumbre de leerla semana tras sema-na. desde hace ya

varios años, se asoma a nuestras casas a través de una columna semanal en un diario de tirada nacional, co-lumnas que ahora tusquets ha publicado reunidas ba-jo el titulo La herida perpetua. estas casi 200 columnas, publicadas entre los años 2008 a 2018, suponen una lección de historia para el futuro, al menos para todos aquellos que sean de memoria frágil, a la par que leídas agrupadas uno tiene la sensación de haber vivido uno de los periodos más convulsos de la recuente historia der este país. Y allí está almudena Grandes para con-tarlo. semana tras semana. L. SANTILLÁN

‘La herida perpetua’. Autora: Almudena Grandes. Editorial: Tusquets. Barcelona, 2019.

leYeNda

una de las leyendas celtas más repeti-das es la que trata las aventuras de los nobles caballeros de la tabla redon-da. conocemos la narración original, las andanzas del

rey arturo y sus valerosos caballeros siempre en bus-ca del santo Grial. decir que La historia del Grial es, sin duda, la leyenda más importante de cuantas se escri-bieron en la edad Media no deja de ser cierto, pero a la vez estamos refiriéndonos a una de las más románticas de dicho tiempo. el santo Grial y su eterna custodia, por templarios, cristianos y caballeros diversos, es el origen de este maravilloso libro editado por atalanta. adéntrense en el mito artúrico, déjense rodear por el misterio y el embrujo de la dama del lago y del Mago Merlín. busquen el Grial, la eterna juventud. L.S.

‘La historia del Grial’. Autor: Joseph Campbell. Editorial: Atalanta. Gerona, 2019.

HIstOrIa

documento gráfico de uno de los perío-dos más negros de la historia de españa, tal y como se apre-cia en las diferen-tes fotografías que muestra La División Azul. Pero para ini-

ciarse en la lectura y visionado de las diferentes imágenes convendría primero trasladarse a los años treinta. años en los que toda una generación de jóvenes románticos y engañados muchos de ellos se lanzaron a una aventura a miles de kilómetros para luchar contra un enemigo a quien no conocían. cerca de 50.000 soldados españo-les conformaron la división azul y, de ellos, unos 5.000 quedarían enterrados en la estepa rusa. la división azul reconstruye un viaje al abismo a través de personas de carne y hueso, militares de renombre, que fueron a cam-biar el mapa de europa y volvieron aterrorizados. L.S.

‘La División Azul’. Autor: Carlos Caballero Jurado. Editorial: La Esfera de los Libros. Madrid, 2019.

2 Cuadernos del Sur AA Agenda Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019

Pedro M. Domene

Justo Vila nació en Helechal (Badajoz) en 1954. Maestro y licenciado en Geo-grafía e Historia, fue el primer direc-tor de la Biblioteca de Extremadura.

Publicó Extremadura, la guerra civil (1983) y La guerrilla antifranquista (1986), junto li-bros de viajes: Descubrir España, Extremadu-ra (2000). Es autor de las novelas La ago-nía del búho chico (1994), Siempre algún día (1998), La memoria del gallo (2001), Lunas de agosto (2006). Mañana sin falta (2019) con-firma que estamos ante una de las figuras más destacadas de la narrativa actual.-Sus primeros tanteos literarios son en-sayos, con Extremadura y la guerra civil como telón de fondo, ¿su formación de historiador constituye la base de su pos-terior obra narrativa?-Mi formación como historiador me ayuda a documentar lo que cuento, dándole vero-similitud, pero yo no calificaría mis nove-las como históricas. No me interesa tanto la historia como la intrahistoria.

-¿En qué se diferencian, técnicamente ha-blando, la historia de la literatura?-La historia estudia el pasado desde el pre-sente, mientras que la novela establece su reino en el encuentro entre el tiempo público y el privado. La historia es ciencia, mientras que la literatura es arte y, por tan-to, libre, fruto de nuestra creatividad, de nuestra mente.

-Sus novelas recrean episodios de la con-tienda civil y el franquismo en Badajoz ¿intentaba usted, de alguna manera, ren-dir cuentas con el pasado?-El caso es que, durante la larga noche del franquismo, para unos hubo honores, fu-nerales, monumentos, un lugar adonde los familiares pudieran ir a depositar unas flo-res, encontrando en esa cercanía el bálsamo para consolar las ausencias. Para otros, sin embargo, sólo hubo desprecio y olvido, y la angustia sin medida de ignorar el paradero de sus familiares asesinados: desigualdad ante los tribunales de justicia, desigualdad ante las instituciones del Estado, lo que ha impedido hasta hoy aclarar, no sólo las cir-cunstancias de miles de muertes, sino la localización de incontables desaparecidos, así como la posibilidad para sus familiares de darles digna sepultura.

-¿De ahí la cruda realidad de una novela como ‘Lunas de agosto’ (2006)?-La toma de Badajoz fue un genocidio. Las tropas de Yagüe tenían la consigna de arra-sarlo todo desde Sevilla hasta Madrid, in-cluido Badajoz, y lo hicieron. Las matanzas de la plaza de toros de Badajoz no podían seguir en el olvido. De ahí Lunas de agosto.

-¿Nuestra vida está llena de dolor, y de al-

el escritor extremeño justo vila ha publicado recientemente

‘mañana sin falta’, una novela en la que la historia del

postfranquismo y la transición tienen un especial protagonismo

Justo Vila

los jóvenes de mi generación.

-El lector percibe un riquísimo repaso a la historia reciente del Badajoz del pos-franquismo y de las primeras décadas en libertad, ¿hay más de realidad que de fic-ción en estos hechos?-Ciertamente, la novela es ficción, pero, al cabo del tiempo, tienen más realidad Don Quijote y Sancho, por ejemplo, que ningu-no de sus contemporáneos históricos del siglo XVII. Una novela no sólo cuenta, si-no que nos permite asistir a una historia, a unos acontecimientos, a unos pensamien-tos, y al asistir, comprendemos. Y es que, en ocasiones, se entiende mejor el mundo, o a nosotros mismos, a través de esas figu-ras fantasmales que recorren las novelas, o a través de esas reflexiones hechas por una voz que parece no pertenecer del todo al autor, ni al narrador, ni a nadie. En mi caso, suelo compaginar la experiencia y la imaginación, lo real y lo fantástico, como forma de decir unas cosas que de otra ma-nera no sabría decir.

-Un dato resulta muy curioso en la zona donde se mueve Dámaso, ¿el contrabando del café existió tal y como se cuenta?-Tal cual. Durante más de medio siglo, el contrabando en la Raya portuguesa dio de comer a mucha gente: contrabandistas, cargueros, venteros, viudas de guerra e, incluso, guardias de frontera... En los años setenta, recién llegado a Badajoz, ante la falta de trabajo, yo mismo estuve a nada de hacerme contrabandista. De hecho, conocí a algunos de ellos.

-¿Toda historia personal encierra una pa-sión amorosa?-Existen diversas clases de pasiones. El Dá-maso bibliófilo, por ejemplo, siente autén-tica pasión por los libros antiguos, raros y curiosos. De hecho, ante un desengaño amoroso, encuentra refugio en los libros. «¿Una historia de amor que acabó mal?», pregunta el mismo Dámaso al viejo perio-dista-mendigo con el que coincide una no-che de agua. «Todas las historias de amor acaban mal porque todas las historias de amor acaban», responde el antiguo perio-dista.

-Cuarenta años después, el mundo de Dámaso se desmorona, ¿la historia se repite?-La historia es un constante flujo y reflujo, avances y retrocesos, un continuo vaivén. La humanidad avanza y retrocede, pero ca-da retroceso dispara con ímpetu la siguien-te etapa de avance. Cuando una civilización alcanza su apogeo, la comodidad degenera en lujo, el ingenio en falsa sutileza y se ini-cia así la decadencia. Si nos dormimos en los laureles, antes o después, volveremos al punto de partida, a los tiempos bárbaros.

-¿Seguimos viviendo, en este país, una rea-lidad de sueños incumplidos, de deseos por cumplir y la narrativa estaría para contarlos?-Los personajes de mi última novela se mueven en un país y en un tiempo don-de cada ciudadano, por el simple hecho de serlo, disfruta de una serie de derechos desde el instante mismo de su nacimien-to. Derechos que en ocasiones han costado sangre, sudor y lágrimas y que, por tanto, no crecen en los árboles ni han caído del cielo, como más de uno pudiera pensar; derechos que si no se defienden acabarán siendo mutilados, cuando no aniquilados en su totalidad, lo que conducirá a una España en que, por primera vez, al menos por primera vez en democracia, los hijos vivirán peor que sus padres.

cen de la relación del escritor con su entor-no y las hay que no tienen nada que ver. El mundo novelesco puede alimentarse de la más tajante realidad y de la más tajante fantasía. Y a veces sucede que lo real y lo imaginario se confunden. Esto es así por-que el hombre necesita saber, además de lo que ha sido, lo que pudo ser. Nuestra exis-tencia no es sólo lo que nos ha ocurrido, lo que hemos logrado y realizado. Nuestra existencia es también todo lo que se quedó en el camino, las numerosas posibilidades que nunca llegaron a realizarse. El hom-bre consiste tanto en lo que es como en lo que no ha sido; el hombre es lo que fue y también lo que pudo ser. De ahí Mañana sin falta.

-¿Dámaso Quintana tiene mucho de usted y de otros que emigraron?-A principios del siglo XX, mis tíos abuelos embarcaron hacia la Argentina. Al final de los cincuenta, cuando yo era un crío, mi familia hizo las maletas y emigramos a las cuencas mineras de Asturias (Riosa, La Foz, Las Mazas de Morcín). Luego, tras la vuelta a las raíces, mi padre marchó a Alemania. Yo mismo tuve que salir del pueblo para estudiar y, después del servicio militar, pa-ra buscarme la vida, como la mayoría de

«Durante más de cuarenta años nos durmieron la voz, pero cada día hay menos miedo y más ganas de conocer la verdad, de dignificar la memoria»

Justo Vila.

CÓRDOBA

guna manera recreamos nuestras amar-guras?-Durante más de cuarenta años nos durmie-ron la voz, pero cada día hay menos miedo y más ganas de conocer la verdad, de dig-nificar la memoria de quienes perdieron la vida por pensar de otra forma. Para olvidar, antes es necesario saber.

-¿Sus ascendentes familiares, jornaleros y emigrantes, conforman el sentido temá-tico de su narrativa? Se lo pregunto por-que su nueva entrega, ‘Mañana sin falta’ (2019), recrea la geografía de los 70 desde un punto de vista más subjetivo y perso-nal, ¿es así?-La literatura no puede estar divorciada de la vida. Entiendo que hay novelas que na-

Cuadernos del Sur AA Entrevista Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019 3

Diálogo en un campo de minasElisabeth de Fontenay y Alain Finkielkraut debaten sobre la sociedad actual

Antonio González Carrillo

EpistolArio

Campo de minas es una obra de debate esclarecedor en-tre dos intelectuales fran-ceses de primera fila, Eli-

sabeth de Fontenay y Alain Fin-kielkraut, sobre temas presentes en la sociedad francesa y euro-pea actual. la identidad nacio-nal, la integración y la exclusión en el espacio multicultural, el pa-pel de las mujeres, la escuela re-publicana laica, el islam, el co-munismo e israel y palestina, son algunos de los temas abordados. Elisabeth de Fontenay es profe-sora en la sorbona, investigado-ra con una larga carrera docen-te, que cree firmemente en el po-der de las palabras. por su parte, Alain Finkielkraut es miembro de la Academia Francesa, inte-lectual comprometido y contro-vertido que denuncia a las claras las muchas barbaries del mundo contemporáneo.

Alain y Elisabeth son amigos, y desde una perspectiva distinta del mundo, pero desde el respeto y la admiración mutua van alla-nando sus diferencias, tendiendo puentes donde sea posible, en una búsqueda paciente de puntos de encuentro, con los que reconciliar fraternalmente los sentimientos encontrados, las ideas de consen-so, en unas reflexiones que hagan pensar al lector. Estos dos pensa-dores eligen el género epistolar en un denso texto donde aparecen

El escritor y pensador Alain Finkielkraut, uno de los autores del libro.

EFE

autores como Diderot y rousseau, clásicos como pico y las figuras de peguy, ortega, Foucault y, sobre todos, Camus.

Alain Finkielkraut, autor de la celebrada La derrota del pensamiento (1987), es un judío francés tacha-do de conservador y reaccionario por sus adversarios, que fustiga decepcionado a una izquierda que justifica la opresión al no abrir los ojos ante el horror totalitario del comunismo, que alaba el heroís-mo de los disidentes. Es acusado de eurocentrista porque hace una defensa apasionada de nuestra civilización occidental frente a aquellos que quieren aniquilarla en nombre de las leyes no demo-cráticas, como el islamismo de re-vancha y conquista.

Este pensador inclasificable se opone a las teorías lepenistas, no es el representante de una Francia cerrada, ni puede considerarse un contrarrevolucionario, sino que defiende la pluralidad de ideas donde es posible avanzar juntos y se opone al declive de una so-ciedad democrática. Elisabeth de Fontenay forma parte de una izquierda que escucha a su opo-nente ideológico. Considera que la educación es importante en un país plural como Francia, donde el modelo de escuela republicana laica sigue siendo válido.

Coinciden los autores en que es deseable seguir viviendo juntos en la construcción de una nación y una sociedad entendida como una aventura colectiva.

la singularidad de Francia es el cuestionamiento permanente de su propia identidad nacional que ve amenazada por fuerzas exter-nas. Ambos están de acuerdo en la necesidad de construir una so-ciedad inclusiva, donde se dé más un cruce que no un choque de cul-turas entre los franceses de pura cepa y los nuevos franceses pro-cedentes de la emigración. En los colegios ha de impartirse un rela-to nacional de la historia de este

país para forjar el alma de Francia. Una república acogedora, con un pasado de hospitalidad, donde el apego desesperado de una mino-ría a su diferencia y de la ideología del multiculturalismo sea supera-da por una identidad de gente de sangre mezclada.

Estos pensadores, desde sus dis-crepancias tienen voluntad de construir una idea común que supere a las de ambos consideran-do que la Historia es una ciudad

común entre los vivos y las gene-raciones muertas. Defienden un patriotismo de valores humani-tarios en favor de los oprimidos y están de acuerdo en que hay que potenciar la escuela desde la exi-gencia y la excelencia. salvar la lengua, con el francés como len-gua obligatoria y salvar la madre tierra, desde el compromiso con la naturaleza. se muestran pesi-mistas ante la modernidad, al de-nunciar los aspectos destructivos del progreso que nos trae la actual hegemonía de las tecnociencias en el mundo presente, pero, por otro lado, señalan que no somos capaces de entender un mundo sin anestesias y antibióticos. Úni-camente políticas de reparación y preservación ecológica pueden salvaguardar una idea positiva de progreso y más humanitarismo hacia los demás. De lo que se trata es de pensar el presente desde un diálogo basado en la generosidad mutua que requieren los peligros éticos y políticos a los que nos en-frentamos de este campo de minas en que nos movemos, logrando que el tren de la historia no avan-ce en dirección equivocada, sino en la senda de la ilustración.

‘Campo de minas’. Autores: Élisabeth de Fontenay/Alain Finkielkraut. Editorial: Alianza editorial. Madrid, 2018.

tu vida puede cambiar en segundos

Novela de ritmo intenso y vertigi-noso. Ya desde el primer párra-fo un mensaje de wasap rompe el mundo de felicidad, aparen-

temente sólido, que se había forjado la protagonista. todo es inconsistente y frá-gil incluso a sus cincuenta años. su esta-bilidad económica y familiar se derrum-ba en segundos con el sonido de dos bits y la pantalla iluminada del móvil de su hi-jo, donde descubre que mantiene una tó-rrida relación sexual con una mujer trein-ta años mayor que él. intentar descubrir quién es esa mujer arranca todo el hilo na-rrativo. sara es ahora como un nuevo Edi-po que investiga desde la superioridad de su maternidad militante y quiere conocer a quién ha enamorado a su hijo. su obliga-ción será proteger a su vástago, aún ino-cente e inexperto, de las garras del sexo y la obsesión. Y será ella, la mujer madura y experta, la que, investigando el lugar de

pretamos las consignas de una trama que no conocemos» (pág. 216). Un vuelco inespe-rado lo cambia todo. Y la protagonista se ve, ahora sin remedio, encerrada en una espi-ral peligrosa y sórdida que supondrá la des-trucción y voladura incontrolada de todo su universo vital. la muerte del marido, el alejamiento del hijo, y el amante, que aho-ra la atenaza y no la deja salir de ese carru-sel sexual en que se ha convertido su vida, la llevarán a un descenso a los infiernos que la consumirá sin remedio. Desesperada, tendrá que tomar la decisión más trascen-dental de su vida, como Edipo, en trágico vaivén, o como un personaje de Dante que ha comenzado su descenso a los infiernos. los acontecimientos se dispararán como un torbellino para no dar al lector una tregua: no podrá abandonar la novela hasta leer la última línea.

jores virtudes como escritor: estilo directo, original, sorprendente, donde se mezcla el thriller de suspense con la novela negra, erótica y psicológica. El autor consigue pegar al lector a sus páginas con giros sor-prendentes y una trama envolvente que se-duce por el ritmo y los diálogos vertiginosos pero también por una hondura psicológica que hace muy verosímiles a los personajes. sara es una mujer de cincuenta años que descubre la pasión de una forma abrupta y radical. sus pensamientos, los diálogos, sus dudas y certezas son los de una mujer de carne y hueso y esa hondura psicológica del personaje consigue llenar y dar más empu-je a la trama. la personalidad arrolladora de rodri arrasará la tranquilidad y la sere-nidad que sara había ganado con el paso de los años. Esa estabilidad aparece truncada violentamente por una pasión desorbitada que la arrastra con la fuerza de un fatum inapelable, como si sara fuera la marione-ta de ese destino infalible e inexorable que ahora la zarandea a su antojo: «la respuesta me llegaba con retraso: las personas inter-

donde partió el wasap, se enamorará per-didamente de rodri, seductor, diez años más joven que ella, un hombre que la im-presiona desde el principio y al que desea con una pulsión sexual desaforada. «De re-greso, me deleité con el hermoso potencial de la libertad recién estrenada. No se trata-ba solo de rodri, él solo constituía una par-te de aquel mundo mágico. El resto prove-nía de mí. Del nuevo modo con que afron-taba la vida» (pág. 37).

Diálogos vibrantes, rápidos, con gran introspección, con hondura psicológica y muy veraces nos introducen abruptamente en esa transformación que sufre sara. Ya no le importa el hijo ni el marido, el dinero ni la estabilidad. se ha asomado a otro mundo que desconocía y que la seduce. se enamora perdidamente de rodri y sufre una meta-morfosis que le hace romper con toda su vida anterior.

Vicente Marco (Valencia 1966) ha publica-do ensayo, cuento, novela y drama. Ha reci-bido numerosos premios de teatro y novela. Ahora, en La mujer geométrica reúne sus me-

Alberto Monterroso

‘La mujer geométrica’. Autor: Vicente Marco. Editorial: Almuzara. Córdoba, 2019.

NoVElA

4 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019

En 2021 se cumplirán setecientos años del fallecimiento de Dan-te Alighieri, autor de una de las obras literarias más influyentes

de la historia universal de la literatura: la Divina comedia, o, simplemente, Comedia, como propone José María Micó, traduc-tor de la última versión en lengua espa-ñola, publicada recientemente en Acan-tilado. El profesor y poeta barcelonés nos advierte en su prólogo de que con ello se recupera el título original, el que le dio el propio Dante, ya que el adjetivo «divina» fue una expresión nacida del entusiasmo de Boccaccio, que se incorporó a una edi-ción veneciana del siglo XVI y se ha man-tenido hasta nuestros días.

Micó nos presenta el resultado de un esfuerzo que ha sostenido durante cinco años. El origen de su fascinación con la obra maestra del florentino viene de le-jos e implica su propio viaje, que se inició cuando, siendo aún adolescente, se aven-turó a leer el texto en lengua original sin estar familiarizado con el italiano. En esa experiencia germinaría un deseo: el de traducirla en el futuro, cuando conociera el idioma en profundidad. Desde aquellos años hasta la presente edición, Micó ha ad-quirido solvencia literaria (es especialista en el Siglo de Oro español y Renacimiento italiano) y tal dominio de este idioma que en 2006 se alzó con el premio nacional a la mejor traducción por su versión de otro clásico italiano imprescindible: Orlando fu-rioso, de Ludovico Ariosto. El propósito de juventud estaba ya al alcance de la mano, llevándolo finalmente a cabo entre 2014 y 2018.

Esta nueva versión de la Comedia repre-senta un importante esfuerzo de supera-ción o, al menos, actualización, de una de las traducciones más celebradas en len-gua española: la que en los años sesenta del pasado siglo publicó Ángel Crespo. El poeta de la generación del 50 puso su em-peño, entre otras cuestiones, en respetar la rima de los tercetos encadenados, a lo largo de los 14.233 versos que conforman esta aventura poética. Cuarenta años más tarde, Micó prescinde de dicha rima, ya que, afirma, forzaba el uso de soluciones artificiosas y extemporáneas. El autor sí mantiene los tercetos endecasílabos (op-ción que había utilizado a finales de la década de 1980 Luis Martínez de Merlo) y prioriza la pulsión narrativa del original, que Dante condujo con magistral natura-lidad y fluidez. Micó, en definitiva, se pro-pone acercar la portentosa imaginación de Dante hasta el lector actual, despejan-do el camino de cualquier estridencia que pueda entorpecerle en su cometido. El objetivo es facilitar la penetración, siete siglos más tarde, del mayor número de ca-pas posibles de este poema poliédrico, vi-vo y apasionante. Por este motivo suprime las notas a pie de página y coloca en este espacio el texto original, para que, quien quiera seguirlo, o cotejarlo con la traduc-ción, como él mismo hizo en su juventud, se atreva sin cortapisas. Además, las notas

como recoge Micó en el prólogo, precur-sora de lo que venimos llamando «autofic-ción». Dante es autor y protagonista de es-te viaje que le lleva a la salvación, primero de la mano de su admirado Virgilio, y pos-teriormente de Beatriz, la idolatrada -para Bloom el mayor logro de toda la obra-, que le conducirá a las puertas de Dios. El uni-verso dantesco es, además, un tratado del saber medieval más allá de los personajes de la Florencia de la época: papas, banque-ros, políticos, poetas o pintores, su mane-ra de levantar el complicado andamiaje que los contiene nos coloca en el umbral del Renacimiento.

Pero si hubiese que quedarse con un so-lo logro de la Comedia este sería, sin duda, el de anticiparse a cualquier tiempo por venir, pues como afirma Micó: «Es el úni-co libro en el que todos somos personajes sin saberlo».

ble, pese a sus 942 páginas- como la cali-dad del papel «el mejor que se ha utiliza-do nunca», en palabras de Sandra Ollos, su editora, así como una tipografía cuyo cuerpo permite seguir el relato sin que su-ponga un problema para la vista.

Micó nos recuerda que estamos tratan-do con uno de los clásicos canónicos por excelencia y subraya que este estatus no se adquiere reuniendo las mejores carac-terísticas del estilo de su época, sino «por-que no se parecen a sus contemporáneos, porque trasgredieron las normas», y eso les convirtió en inclasificables.

Resulta apabullante enumerar todas las innovaciones que reunió la Comedia. El au-tor florentino, que había dado luz previa-mente en latín a Vita nuova y De vulgari elo-quentia, decide escribir primero el Infierno y, a lo largo de los quince años siguientes, Purgatorio y Paraíso, en lengua vulgar, en toscano, adentrándose como zapador en terreno virgen. Sin el soporte de una tra-dición previa, ha de dotar de corporeidad, elasticidad y fondo a un idioma nuevo, cu-yos límites va transgrediendo en función de sus necesidades expresivas. Este lengua-je por él creado, con el correr del tiempo, se tomará de base para la arquitectura del italiano literario. También es la Comedia,

«Esta nueva versión representa un importante esfuerzo de superación o, al menos, actualización, de una de las traducciones más celebradas...»

El libro infinitoCLÁSICO unIVERSAL

Acantilado recupera en una versión de José María Micó la ‘Comedia’ de Dante Alighieri

José García Obrero

Dante Alighieri.

CÓRDOBA

‘Comedia’. Autor: Dante Alighieri (prólogo, traducción y comentarios de José María Micó). Edita: Acantilado. Barcelona, 2018.

introductorias a cada uno de los cantos ayudan a desentrañar el contenido de los versos que le siguen. no se quedan ahí los elementos que allanan el camino a la in-teligibilidad de la obra: un doble prólogo, así como grabados y mapas del universo de la Comedia y un índice donde consta una breve descripción de personajes, luga-res y obras citados en el relato, completan los recursos puestos a disposición del lec-tor para la interpretación de sus noventa y nueve cantos. También son sobresalientes las soluciones empleadas para facilitar la legibilidad de esta edición -muy maneja-

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019 5

LA HISTORIA DEAMOR MÁS POÉTICALa gestación de la ‘Comedia’ transcurre

en paralelo a la vida del autor, un

político relevante que a causa de las

luchas intestinas que sacudían la

Florencia de los siglos XIII y XIV se vio

forzado al exilio hasta el fin de sus días.

Esta condena será determinante para la

escritura del ‘Infierno’, primero de los

tres libros que conforman la ‘Comedia’

y que concluirá quince años más

tarde con la publicación del ‘Paraíso’,

poco antes de morir. La ‘Comedia’ le

servirá de refugio, de ajuste de cuentas

con sus enemigos y de expiación

y perfeccionamiento personal. El

cambio continuo de residencia, por la

permanente búsqueda de protección de

distintos señores, obligaba a Dante a una

planificación exhaustiva de su escritura

del particular y complejo universo que

estaba creando, una realidad, como dice

Micó, «completa y autónoma». En la

base se erige su extraordinaria historia

de amor por Beatriz, que impulsa la

escritura de una obra sin precedentes,

de un espacio donde volver a verla y

encontrar en ella su propia salvación.

una alegoría que sigue alimentando los

estudios dantológicos de todo el mundo.

José de Miguel fue tan del Grupo Cán-tico como lo fue Vicente Núñez o Ma-rio López. Siempre se han querido es-tablecer categorías. La crítica suele

actuar con crueldad, pero al final se hizo justicia. Si en un momento determinado -y no voy a citar nombres para no herir los egos- se estableció un núcleo inicial de Cántico con Pablo García Baena, a la cabe-za, y Ricardo Molina, al que se le añadió un poeta menor como Juan Bernier -per-sona entrañable que trabajó hasta su fa-llecimiento por la cultura cordobesa pero como poeta nunca levantó el vuelo nece-sario-, a Julio Aumente -un poeta discre-to, elegante, soñador, aristocrático de for-mas y necesario en el tablero de las esté-ticas sofisticadas-, y se añadió, para darle solidez al grupo, a Mario López, gran per-sona, excelente amigo, pero que tampoco estaba a la altura de los dos primeros a pe-sar de ser un grandísimo poeta. De una u otra forma se creó ese mágico grupo de la revista más interesante y de calidad de la segunda mitad del siglo XX. Cántico fue-ron todos: Ricardo Molina, Pablo García Baena, Julio Aumente, Juan Bernier, Ma-rio López, Vicente Núñez y José de Miguel, sin que se olviden los artistas plásticos Gi-nés Liébana -aún vivo y creativo, según sé desde Jalisco- y Miguel del Moral. Ese gru-po es un todo y ahora que las jóvenes ge-neraciones los estudien y digan quién era más y quién menos. Lo cierto es que Pe-pito de Miguel, que se reía de la seriedad de sus amigos, siempre escribía sonetos perfectos y poemas. Él publica aquí y allí, aunque no le hicieran caso en las edito-riales del régimen democrático. Él se reía de la poesía oficial y escribía sin cesar con una calidad sorprendente.

Aunque la prensa diga que Pepe de Mi-guel ha fallecido eso no es cierto, sus ver-sos están ahí y lo desmienten. Quizás ha pasado a otra dimensión de la existencia, pero es imposible que un poeta así fallez-ca. De modo que vigilen en las tardes por las calles de Córdoba y véanlo cargados sus tobillos de plomo para hacer ejercicio pe-sado y para no fatigar a su corazón de 97 años. Era un genio y tenía gracia, chiste, frescura y se reía hasta de sí mismo.

En definitiva, representó siempre a esos artistas de una calidad extraordinaria que por no figurar en el momento justo des-aparecieron de la foto. Pero estamos ante un poeta culto, barroco en la forma y en el fondo que pertenece a eso que se llamó segunda generación de Cántico. A Vicente Núñez lo recuperaron y lo introdujeron en el grupo, pero a José de Miguel no, porque comenzó a publicar en los años 80, cuan-do sus coetáneos lo hicieron en los años cincuenta. Publicó más de una decena de

hiperactivo que no dejaba de leer y de es-cribir. Hay tanta tesis esclerótica sobre poe-tas ilegibles, sobre poetas sociales y sobre mujeres u hombres que ni uno de sus ver-sos se salvan, que Pepe de Miguel se mere-ce cientos de estudios en las universidades norteamericanas y europeas, tan dadas a la investigación científica de la nadería, al arte del copia y pega, que le llaman inves-tigación, donde la originalidad y la creati-vidad brillan por su ausencia.

Es sorprendente cuando se examinan sus versos y se descubre a un poeta culto en esa línea que avanzaba anteriormen-te y que trae a la memoria a poetas como Lucano, Herrera, Carrillo de Sotomayor o Góngora, entre muchos otros. Entre los elementos que lo unen con Cántico está el lenguaje, emparentado como García Bae-na, con Aumente o con Molina cuando en algunos momentos aparecen los términos litúrgicos (incensario, ungido, etc.). Respec-to a su estilo, también señala De Villena su gusto por el esdrújulo, por el neologismo y el arcaísmo, «con lo cual en sus poemas la palabra siempre resulta nueva, fresca, como recién creada, a pesar de su sabor y prestigio antiguo. Y al contrario de otros poetas de Cántico que se dejan arrastrar por su verbosidad, y a pesar de maravillo-sa inclinación hacia el difícil párrafo largo, con frases intercaladas, que José de Miguel maneja con auténtica pericia, nos halla-mos ante un poeta extremadamente con-ciso, en cuyos poemas jamás falta ni sobra una sílaba».

Ya desde su primer libro, A orillas de la vida, se habla del intento de crear el poeta un mundo diferente. Será el propio Juan Bernier el que diga en el prólogo de ese li-bro que la obra literaria es una forma de interpretar, traspasado por el tamiz de la belleza, lo que el poeta piensa de sí y de la jaula cósmica en que está encerrado, por la necesidad que siente de crear un mun-do distinto donde la vida sea plenamente posible, aunque esto cueste morir en el in-tento. En este libro evocará De Miguel las ciudades de Córdoba y Málaga, cantadas desde la nostalgia, donde sus versos recuer-dan a los componentes de Cántico, pero ya marca De Miguel una voz propia e incon-fundible que se acrecienta con el paso de los años.

El tiempo será el tema esencial de su li-bro Autumnalia. La lamentación del tiem-po que se escapó (tempus fugit) y que ya no volverá nunca. Aquí derrocha el poeta su barroquismo y crea unos versos repletos de oropeles y ruinas pero frescos a la vez. En ningún momento -y esa es la diferencia con otros que han intentado escribir en el siglo XX y XXI como poetas del siglo XVI y XVII- se observa a un poeta demodée, sino que estamos ante alguien que sabe poner el punto de humor y de ironía en el mo-

orillas de la vida (1983), Autumnalia (1984), Pentacordio (1986), Lagar de Dionysos (1988), Sonetos de amante (1988), Tres elegías anda-luzas (1991), Insidias en las termas (1995), Un vuelo hacia la luz (1997), Al itálico modo (2000), Pastores de Belén (2002) y Dulce plan-tel y canon (2003).

ENTRE LOS MEJORESEl poeta y crítico Fernando de Villena afirma que estamos ante un escritor que no solo es de los mejores de Cántico, sino que se trata «de una figura mayor dentro de su generación». Considera que le ha perjudicado mucho publicar tardíamen-te su obra ahora que tanto se observa y premia a la juventud. Ya entonces -el ar-tículo lo escribía en 1997- auguraba que su nombre se abriría paso en la historia literaria (no lo ha hecho, pero induda-blemente lo hará cuando el neorrealis-mo desaparezca de los mapas de la falsa poesía y queden los García Baena, Núñez, Ricardo, López, y hasta los Clementson si me apuran, etc.). En este sentido, estamos ante un poeta que llegó hasta los 97 años, y escribió una obra más que digna que merece estar entre los mejores poetas es-pañoles del panorama contemporáneo, incluyendo a los latinos, es decir, a todos los de habla hispana. Pero lo más curioso fue siempre que de Miguel fue un poeta

«José de Miguel representó siempre a esos artistas de una calidad extraordinaria que por no figurar en el momento justo desaparecieron de la foto»

La calidad indiscutible José de Miguel Rivas

PoESíA

Las letras cordobesas despiden a uno de los poetas andaluces más grandes del habla hispana en las últimas décadas

Antonio Rodríguez Jiménez

CÓRDOBA

libros y es sorprendente observar en sus versos tan vasta cultura que cinceló su obra poética. En sus libros está la romana y arábigoandaluza, pero también se obser-va el influjo de Garcilaso, Góngora, Fray Luis de León, Quevedo, Bécquer, Baudelai-re, Rimbaud, Verlaine, Rubén Darío, Ma-nuel Machado, Aleixandre, Dámaso Alon-so, Gerardo Diego y hasta Ricardo Molina y Juan Bernier. Decía Aquilino Duque que «estamos ante un poeta rico en recursos y en registros, que toca todos los palos y eje-cuta todas las suertes y no hay gran tema que le sea extraño».

José de Miguel Rivas nació en Córdoba en 1922 y ha muerto en junio de 2019 (¡qué poquito le faltó para cumplir el si-glo!). Estuvo estrechamente ligado al Gru-po Cántico tanto por estética y calidad como por amistad con los componentes del colectivo. Ha publicado libros como A

mento poemático exacto y sus versos crepi-tan frescura y actualidad.

MUSICALIDAD EN SUS VERSOSY esto conecta con otra característica de su poesía que es la musicalidad, la sonoridad manifiesta de sus versos, que consigue por su habilidad en el manejo de las paranoma-sias, aliteraciones, hipérbatos complicados y toda una suerte de juegos verbales que, sin embargo, son utilizados con una natu-ralidad pasmosa. Pero sobre todo es nece-sario que se destaque su fino oído musical.

6 Cuadernos del Sur AA Homenaje Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019

CÓRDOBA

fluctuantes de la existencia. Y ello desde la atalaya del ser que demanda una respuesta al silencio del cosmos, al deshabitado pa-raje que late en el interior de la conciencia inerte del universo a la sombra del miedo y a la luz, traicionera tantas veces como en sueños, del espejismo reincidente de la historia». En este volumen el poeta sigue la festiva tradición satírica romana: «Há-blase Livia de tus liviandades/porque te alivias con un lábil libio,/liberto hábil que libidinoso/tu voluntad entibia, y con las-civia/tu virtud -leve, débil- solivianta./¿Es compasión o envidia?,/dice Livia/a quien la planta como suripanta».

José de Miguel construye sus epigramas con endecasílabos para darles musicalidad y ritmo, aunque utiliza también heptasíla-bos, y en menor medida, alejandrinos. En general muestra su preferencia por la ri-ma asonante, aunque utiliza igualmente la consonante.

LOS EPIGRAMASLos epigramas propiamente dichos ven-drían incluidos en Insidias en las termas, un libro de versos que introduce al lector en el mundo clásico, donde el poeta, más que un divertimento o un juego, que po-dría parecer a primera vista, lo que hace es sumergir al lector en su obsesión por el paso del tiempo y la fugacidad de la vi-da, donde también se refiere a la libertad y a la vida que canta desde una perfección formal donde la belleza se hace reina del poemario. De Villena calificará su canto de «poesía celebraticia de la belleza del mundo,... auténtica fiesta pagana y litúr-gica de sensaciones, …versos para el derro-che»: «Como potro cerril que bebe el vien-to/alada libertad,/como el esquivo/esclavo fugitivo quiebra el hierro/que encadena la llaga de su vida,/quisiera yo abolir tu ten-so yugo/de ¿amor?, que me yugula;/tenaz doma doméstica que siembra/de amarillas

José de Miguel, con miembros del Grupo Cántico. Abajo, a la derecha, con Pablo García Baena.

del Beatus ille o del locus amoenus. «¿Cómo asumir que un ser omnipotente,/que se proclama bueno, creara del vacío/donde la nada agota su yerma inanidad/ esa flor tu-mefacta del sufrimiento humano/y la acia-ga congoja de la desesperanza?», dirá en uno de los poemas del libro. Este poemario fue calificado por Miguel Ávila como una de las propuestas más elocuentes de su tra-yectoria, «otra luz sin edad que enfrenta a sus propias ruinas, rescatándolas del olvi-do al que tal vez todo esté desde siempre ya definitivamente condenado, las aguas

arenas desoladas/mi clausurado huerto, donde un día,/verde flecha de luz,/el árbol de la dicha floreciera» (De Un vuelo hacia la luz). Al itálico modo habla de la celebración de la naturaleza, que protagonizan los ár-boles, las flores, los pájaros, como emble-mas del entorno vital del poeta; un entor-no sublimado y frecuentemente alegórico. Es lo exterior vivo que penetra en el alma del creador y que le brinda motivos de re-flexión o le invitan a la celebración inten-samente lírica de cuanto existe fuera. José Lupiáñez escribe que el poeta se embelesa en la contemplación de la palmera, de la encina, de la adelfa o sigue el vuelo del ne-blí o del cóndor, ofreciéndonos su viñeta, su estampa emocionada que alterna des-cripción lujosa, sensitiva y redonda junto con otros planos meditativos en los que, a veces, se implica él mismo y resume para sí la lección de singularidad que aquellas realidades le ofrecen. «Así por ejemplo, y tras el lema bellísimo de Gautier que presi-de la composición y que da pie a la misma, en el soneto dedicado a la palmera, vemos al árbol convertirse en símbolo vital, muy próximo, por cierto, al sentir del grupo Cántico» -añade Lupiáñez-: «Al amor de tu sombra, yo quisiera/apacentar mi vida, descuidado/de ambiciones y gloria volan-dera;/que no podrá sentirse desgraciado/quien vive, ni envidioso ni envidiado,/bajo el grato dosel de la palmera».

Pastores de Belén es una muestra de la ver-satilidad del poeta, donde aparecen cuar-tetas, redondillas, serventesios, quintillas, tercerillas, sextillas, septillas, y muchos re-cursos más que acreditan a José de Miguel como un maestro de los recursos líricos y de los metros tradicionales heredados de Góngora.

Todo eso encaja en su concepción barroca del poema donde el conceptismo y el cul-teranismo se agita con la agudeza, la fina ironía y mezclados con la cultura romana, lo que le hace manejar la sátira y el epigra-ma con maestría, «con la misma maestría que Horacio o Marcial». También hay que destacar el uso y dominio del soneto.

Pentacordio gira en torno al desamor, donde no falta la amargura adornada con filigranas. El poeta utiliza la ironía a la que no le falta el humor. Lagar de Dionysos habla de la vida retirada, del hombre primitivo,

LAS AUDACIAS VERBALES DEL POETA CORDOBÉSEn 2003 publicó una interesante antología de sus versos titulada ‘Dulce

plantel y canon’, de la que destaca Luis García Jambrina, entre sus notas

dominantes, el fino humor y una cierta religiosidad. Sobre su lenguaje

subraya que es extraordinariamente plástico, musical, sensorial, lleno de

cultismos y preñado de audacias verbales.

Si hace veinte años Fernando de Villena decía que José de Miguel era un

poeta casi desconocido en la feria de las vanidades del mundillo literario, lo

doloroso es que aún hoy, cuando el poeta ha muerto y posee una dilatada

trayectoria, es un vate poco leído y poco estudiado. Porque como el propio

José de Miguel decía en un poema: «Abandonadme, amigos,/como a pecio en

deriva,/pues que mi nombre opaco no luce en el altivo/palmarés cortesano de

los éxitos».

No importa demasiado, sólo los versos importan verdaderamente y los poemas

de Pepe de Miguel estarán ahí siempre y serán requeridos, leídos y estudiados

por su originalidad, por su autenticidad, por su diferencia.

Para mí fue un orgullo contar con su amistad y leerlo constantemente. Era

tan prolífico que seguro que habrá dejado dos docenas de libros sin publicar.

No todos sus amigos lo tomaban en

serio porque la calidad de sus versos

eran poco creíbles, pero había en ellos

majestuosidad y calidad a raudales.

Ha muerto, pues, uno de los poetas

más grandes de España. Si alguien lo

duda solo tiene que abrir uno de sus

libros y comenzar a leerlo. Ni se creerá

que exista tanta belleza en esta era de

poetas-políticos que piensan sólo en la

vulgaridad del efímero triunfo.

Cuadernos del Sur AA Homenaje Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019 7

infantil y juvenil

‘‘Los escribido-res de cartas’. Autor: Beatriz Osés. Premio Barco de Vapor. Editorial: Ediciones SM. 2019.

el río, o la culebra, cruza el pe-queño pueblo de noaberri. fe-derico, el cartero, está a pun-to de perder su empleo. iria, su nieta, tiene un plan para salvarlo. Pero don isidoro, el alcalde, odia el río y también a federico. Mientras las cartas se están muriendo, todos ellos esconden un secreto.

relatos

Bartleby el escribiente se ha convertido en un clásico de Melville. el libro se completa con otros tres relatos: La mesa de madera de manzano, El cam-panario y Jimmy Rose. lectura muy recomendable para el verano.

‘Bartleby el escribiente y otros relatos’. Autor: Herman Melville. Editorial: La Isla de Siltolá. Sevilla, 2019.

novela

esta novela es una reivindica-ción de la luz que la historia ofrece en momentos de zozo-bra. a caballo entre el thriller, la ciencia ficción y el ensayo, Mar Moreno regresa a la nove-la con este libro publicado por Berenice.

‘El día que nos obliguen a olvidar’. Autora: Mar Moreno. Editorial: Berenice. Córdoba, 2019.

iluminada salvaciónel poeta cordobés josé luis rey interpreta la poesía de Claudio rodríguez

Antonio Moreno Ayora

CrÍtiCa literaria

Quienes admiren a josé luis rey lo admirarán seguramente en su to-talidad, porque no es

frecuente que de una fecunda ve-na poética (recuérdese sus libros La luz y la palabra, Barroco o La Epi-fanía) surja a la vez, y comple-mentándose, una arteria tan vi-tal y henchida de conocimiento como la del ensayo. esto último se puso de manifiesto en su estu-dio Caligrafía del fuego: la poesía de Pere Gimferrer (1962-2001) y ha per-manecido pujante con otros tí-tulos como el reciente En el blan-co infinito. Juan Ramón Jiménez. sin duda, estos días empieza a ser ya actualidad Brujas al mediodía. Ano-taciones a la poesía de Claudio Rodrí-guez, libro en el que, como suce-diera con el citado sobre juan ra-món, josé luis rey interpreta la poesía de Claudio rodríguez a la luz y en comparación con su pro-pia poética, pero atendiendo en-seguida a la primera calificación que de aquel se hace apenas ini-ciado el prólogo: la de que Clau-dio rodríguez es el poeta «mejor de la segunda mitad del siglo XX, junto a otros como Blas de otero o Pere Gim ferrer», advirtiendo al mismo tiempo -porque en rey la sinceridad crítica lleva de la mano a la fidelidad- que «este li-bro no pretende ser más que una lectura personal y agradecida de un poeta de otra generación, ya del siglo XXi».

Pero será una lectura perso-nal con toda la profundidad, amistad y tributo que se pueden rendir a un hombre admirado y leído en detalle, como revela este consejo: «todos los que hablamos español deberíamos leerlo, pues él nunca se olvidó de cantar con y para los demás. Creo que no ha habido un mejor ni mayor poeta social que Claudio, el visionario y el místico».

Con su estilo de prosa reducida a breves textos, de prosa ejemplo de minimalismo lírico, de con-tención que deriva de una expan-sión previa del sentimiento, josé luis rey bebe a pequeños sorbos la poesía de rodríguez y, casi sin decirlo pero sugiriéndolo, se em-parenta con él al achacarle este pensamiento: «venid, venid, par-ticipad del milagro de la palabra hecha luz, de una palabra que no muere, la de Claudio rodríguez». y con esa rapidez que es intuición reconvertida en seguridad litera-ria, que es comentario recreado poema tras poema, que es relec-tura gozosa desde el propio con-vencimiento crítico, el poeta cor-dobés conjunta 112 reflexiones

José Luis Rey.

que acaban siendo una magna y concatenada exposición de ese incontinente pintor de almas que fue Claudio rodríguez.

Como ya hizo en su precioso ensayo sobre juan ramón, rey va eligiendo significativos poemas de rodríguez implicando su voz y sus creencias en ellos, lastrándo-los pues con sus personales ideas líricas: «y lo cierto es que el bebe-dor puede morir o dejar de beber, pero la bebida nunca acabará. la bebida, la poesía, el ser: eso es lo inmortal».

DOS POETAS, FRENTE A FRENTEleyendo a Claudio leemos a dos poetas, él y josé luis rey, pero también a otros muchos, porque el ensayista revisa, repiensa, re-estructura la materia poética del zamorano («Conjuros se titula el segundo libro de Claudio. Pero así deberían titularse todos los libros de poesía, máxime de poe-sía órfica como la suya») y de pa-so va haciendo conexiones con otros poetas (john Donne, rilke, Colinas, Dickinson, eliott) e in-sistiendo y compartiendo que la aspiración del poeta debe ser la salvación por la poesía: «salva-ción por la poesía y para todos es dejarnos sumergir en ella; dejar que el mundo, la belleza, abril nos lleve en su riada».

Del poeta que firmó El vuelo de la celebración (1976) y Aventura (2005) asegura josé luis rey: «en absolu-to es una poesía solo de palabra (¿pero cuál que sea verdadera lo es?) la de Claudio. Hay siempre una gran idea, un gran argumen-to, una cosa muy importante que

decir». y es interesante ver cómo va josé luis rey, capítulo a capí-tulo, delineando el pensamiento del poeta de la celebración y de la ebriedad, cómo lo comprende y reinterpreta, cómo lo deja ante nuestro intelecto temblando en su lirismo «en la víspera de la re-velación» y en su palabra «siempre resplandeciente de blancura».

es admirable, por ejemplo, el abanico de posibilidades de lec-tura que se le abren al ensayista cuando comenta el poema «las golondrinas», que le llevan a Hui-dobro, a rilque, a unamuno y valente, y la sutil crítica y admi-rable sabiduría del comentarista los emparenta precisamente en la diferencia, destacando que en Claudio son mensajeras de paraí-so y entroncan, pues, con el pen-samiento de rey, que también vi-ve en la «esperanza de subir algún día» y en quien igualmente «lo ele-gíaco se torna en celebratorio».

Poemas como «Perro de poeta», «Cantata del miedo» o «la ventana del juego» -por no poder citar tan-tos otros de la obra claudiana que comprime josé luis rey en libro tan detallado como este-, reflejan

a un poeta que revisó con su verso innumerables estados emociona-les del ser humano para reencon-trarse en ellos con lo sentido por otros y llegar, en una palpitación ecuánime y dilatada, hasta la pro-pia vivencia lírica que exalta josé luis rey y que en tantos pasajes de los comentarios vibra porque lo que de siempre ha sido admi-ración por Claudio ahora se ins-taura como una prolongada coin-cidencia de escritura vivencial y de comprensión suprema de sus versos, tan sencillos unas veces y tan simbólicos otras, pero siem-pre tan profundos y vibrantes. y esas vibraciones nos llegan por la lectura y la exégesis crítica tan acertada de las 250 páginas tan suculentas, argumentadas y lúci-das de este ensayo que se lee con absoluta fluidez.

si para josé luis rey «Claudio fue un poeta mago, entregado a la magia de la poesía, un poeta visio-nario y poderoso, poderosísimo·, los análisis críticos que le dedica confirman que desde el principio de su obra hasta las postrimerías de ella Claudio rodríguez es siem-pre el poeta salvado por la poesía, el poeta cuyos versos «alcanzan lo mítico desde lo humilde, desde la mortal, pero también maravillo-sa, condición humana».

a.j. GonZÁleZ

«...será una lectura personal con toda la profundidad, amistad y tributo que se pueden rendir a un hombre admirado...»

‘Brujas al mediodía.Anotaciones a la poesía de Claudio Rodríguez’. Autor: José Luis Rey. Edita: Berenice. Córdoba, 2019.

8 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019

novela

el autor de El lector vuelve con Olga, la historia de una mujer que nace a finales del siglo XiX, sobrevive a dos guerras y muere en extrañas circunstan-cias. la historia se narra desde tres ángulos distintos.

‘Olga’. Autor: Bernhard Schlink. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2019.

Lo que el tiempo se lleva

Este libro de Alejandro Martín Navarro viene marcado por ese discurrir de un lenguaje plácido, sin brusquedades, si-lencioso también en su llegada y en su

propuesta pero no vacío de contenido: «Todas las cosas vibran y susurran/un viento, una canción, porque en el otro lado/del tiempo las escucha la eternidad con ojos/de niña silenciosa». Se traza un recorrido, un ir mirando y recopilando la se-cuencia del presente con algunos vestigios del pasado, y en ese cotejo, esa mirada que se vuel-ve, se recupera algo de lo de antes en el ahora: «Nada ha cambiado y sin embargo el rostro/que veo en los espejos me parece/como un borrón de tinta sobre una hoja en blanco».

Antonio Luis Ginés

‘El oro y la risa’. Autor: Alejandro Martín Navarro. Edita: Cálamo. Palencia, 2019.

No se trata de saldar cuentas, sino más bien un ejercicio de memoria, una memoria que establece su propia cronología en este trazado tan singular, en el que la pérdida aparece en el centro de la es-cena como un tiempo y un espacio solo recupera-ble desde la palabra, y esa pérdida se convierte en el eje de dicha acción poética: Brindo por el trozo de tiempo que he vivido. Hay conciencia clara de la fugacidad del instante, y es luminosa y a un tiempo también dolorosa, sobre todo en la prime-ra parte del libro.

En la segunda parte, hallamos poemas en cier-ta manera homenajes a artistas y cuadros, así que desfilan Rembrandt, Rafael Botí, Giorgone, Klimt, etcétera; se conserva el tono, pero es otra la perspectiva sobre obras y sensaciones. Y en la tercera, ese regreso a lo terrenal, al misterio de los elementos y de la vida y a la evolución de esta última, el retorno al origen, cerrando un itinera-rio, una apuesta, con ese tono vital e íntimo: «Y cuando cruce el último pórtico de la noche,/des-pertaré en los brazos de mi madre».

PoESíA

Alejandro Martín Navarro.

Teresa López-Pellisa, profesora de literatura de la Universidad de Baleares y miembro del Grupo de Estudios sobre lo Fantástico de la

UAB, responsable de la antología junto al crítico Ricard Ruiz Garzón, se hace una pregunta que puede describir a la perfec-ción el status quo de la mujer en la litera-tura de ficción: «a ver ¿cuántos nombres de escritoras hispanoamericanas de fic-ción conocen?». En la respuesta reside la perfecta radiografía de la situación. La si-tuación tal vez sea desmoralizante ante el resultado alcanzado. Podemos lanzar otra pregunta después de una reflexión. Si algunas de las autoras que escriben ficción en Hispanoamérica han sido pre-mios nacionales, por ejemplo, y cuentan con un largo recorrido de publicaciones, ¿por qué no las conocemos? La respuesta, tal vez reída en una doble condición. Por un lado, el canon de género que ha rele-gado la ficción históricamente a un lado o un peldaño inferior, salvo contadas ex-cepciones; por otro, la escritura firmada por mujeres hasta ahora que comienza a sobrepasar líneas, también ha queda-do relegada. Hablamos, pues, de un fre-no considerable para el acceso y difusión a este tipo de escritura.

En Inglaterra la primera antología en este sentido se produjo en el año 1974 Women of Wonder: Science Fiction Stories by Women about Women, a cargo de Pamela Sargent. En España hasta el año 2012 no tuvimos un acercamiento en tal sentido con el trabajo de Alucinadas, de Cristina jurado y Leticia Lara. Pensar en Mary She-lley resulta casi un ejercicio de paleonto-logía literaria. La tradición a este lado del océano era casi inexistente por descono-cimiento, a diferencia de allá donde nos llegó el masculino boom hispanoamerica-no o donde Borges no tenía ningún repa-ro en la entrega a la ficción, tal vez por la carga sajona de su educación literaria. La

denominador común en algunos relatos de América en los cuales la violencia y la represión políticas están presentes. Pero no existe elemento aunador o aglutinador más allá del binomio género en sus dos vertientes. Aunque pareciera lógico por actualidad y convencimiento, la antóloga nos aclara un concepto que discierne el campo que se abre ante la posible lectura: «Hay muchas autoras que no forzosamen-te se deben sentir identificadas con el fe-minismo, aunque muchas sí lo hagan». Y así es. No se trata de una obra feminista, aunque contenga piezas feministas, acla-ración que cada día está más cerca de ser innecesaria, por fortuna.

Desde lo personal, ha sido un descubri-miento la escritura de ficción escrita por mujeres hispanoamericanas de forma glo-bal y aunada, un buen muestrario de un género arrinconado y silencioso, al que casi siempre se accede de forma fraccio-nada, salvedades hechas de Gioconda Be-lli o Isabel Allende, que no aparecen en la antología. Sería injusto destacar o recha-zar algún nombre, puesto que el botón de muestra es un solo relato. No obstante, y desconociendo el criterio de orden tanto editorial como de los responsables de la antología, el libro alcanza un importante crescendo final con las aportaciones de Pe-ri Rossi y Laura gallego, que nada entre sí tienen que ver, salvo la ficción, tan diverso es el espectro representado. La sensación que planea tras la lectura es la de haber so-brepasado un línea divisoria, la última pá-gina está en el lado de la visibilidad, tras el largo periodo de sombra que mujeres, escritoras y de ficción han padecido.

curioso -no sorprendente- que las autoras que aparecen en la antología, 28 nombres, estén vivas; tan corto es el recorrido que la relación entre ellas no alcanzaría más allá de abuela-nieta.

Sería difícil realizar una pormenorizada reseña de las autoras participantes, hecho que dejamos para la lectura particular. No existe un denominador común porque las temáticas son variadas y personales. Des-de el estudio preliminar se destaca algún

Insólitas de la literaturaNARRATIvA

Páginas de Espuma reúne en un libro los relatos de 28 escritoras de habla hispana

Manuel Molina

Cristina Fernández Cubas, una de las escritoras que aparecen en el libro.

DANNY CAMINAL

‘Insólitas’. Autoras: VVAA. Coordinación: Teresa López Pellisa/Ricard Ruiz Garzón. Editorial: Páginas de Espuma. Madrid, 2019.

argentina Silvina ocampo tal vez era el mirlo blanco, otro ejemplo arqueológico. En España quizás hasta la aparición de las publicaciones de Cristina Fernández Cubas, tras un enorme esfuerzo de noes editoriales como ha reconocido la propia autora, unida al aterrizaje de la urugua-ya Cristina Peri Rossi, no comenzó una difusión de literatura de ficción escrita por mujeres que encontrara un cauce adecuado de difusión. De ahí que sea

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019 9

Sólo el humor nos salvaEzequías Blanco se divierte con ‘Sólo hay una clase de monos que estornudan’

José Antonio Sáez

rElatoS

la amenidad es un don que no todos los escritores sa-ben administrar con sabi-duría. Y ello porque susci-

ta en el lector el interés por el li-bro que devora con fruición y lo engancha a él hasta que finaliza su lectura, dejándolo con ganas de algo más. tal cualidad posee el último libro del escritor Eze-quías Blanco (Paladinos del Va-lle, Zamora, 1952), tan conocido por sus obras en verso como por sus obras en prosa, entre las que destacan los libros de relatos Me-morias del abuelo de un punk, Tie-nes una cabeza apuntando a tu pis-tola y las novelas Tres muñecos de vudú e Islandia 2004. El nombre de Ezequías Blanco es también sobradamente conocido por ha-ber sido fundador y director, du-rante treinta años, de la revista de creación literaria Cuadernos del Matemático, uno de los baluar-tes libres más celebrados entre las publicaciones periódicas en nuestro país desde la restaura-ción democrática.

Sólo hay una clase de monos que es-tornudan es, así mismo, un libro de relatos que contiene 19 histo-rias, en su mayoría nacidas de la cotidianidad, pero a las que no es-

Ezequías Blanco.

CÓRDOBA

casea tampoco el uso de la fanta-sía y de la imaginación creadora. Blanco escribe relatos audaces, distintos en su concepción, sin-gulares en su percepción de la realidad y del mundo, en los que el humor y la ironía son factores esenciales para dotar de interés y amenidad a unos textos que el lector disfruta con voracidad insaciable. En no pocos de ellos esbozará una sonrisa o incluso reirá con las oportunas ocurren-cias del autor. Se trata de histo-rias muy diversas en su concep-ción y en su temática, muchas de ellas con esa chispa de realidad que las hace cercanas en su coti-dianidad y siempre con la gracia y el buen humor inteligente con que una concepción positivista de la existencia acierta a dotar-las de singular atractivo. Sobre este compendio de relatos que componen el volumen se destila, además del humor y la ironía y el sarcasmo, la ternura, la com-pasión y la bonhomía sobre unos personajes marcados a menudo por la pobreza, las condiciones de vida o las circunstancias en que se ven inmersos; pero a los que a menudo se les da la oportuni-dad de redimirse haciendo uso de su libertad, su inteligencia y su audacia instintiva. No reparan en los personajes desvalidos e in-

significantes sino quienes tienen ojos para observarlos y corazón para dolerse con ellos. Del mismo modo, cabría destacar en algunos de los relatos que se integran en el libro Solo hay una clase de monos que estornudan (frase que decía la abuela al nieto convertido en narrador y título del primero de los relatos que da nombre al vo-

lumen) un sostenido ánimo de re-beldía contra el mundo injusto, una sociedad a la que desenmas-cara hábilmente de su hipocresía y a la que critica con ánimo de contribuir a alcanzar un mundo más solidario en el que los seres humanos puedan aspirar, con mayor posibilidad y realismo, a la felicidad.

abundantes frases hechas, juegos de palabras, distorsiones, clichés lingüísticos sabiamente utilizados, dilogías, calculada ambigüedad (quizá cabe apun-tar a una subrepticia admiración por Quevedo) y un claro castella-no (aquí fray luis de león), que fluye transparente al hilo del re-lato, son características que sabrá apreciar el lector. Diría que tam-bién el escritor debe haber disfru-tado escribiendo unos relatos que hurgan en la condición humana y nos transmiten una sutil mira-da de delicadeza y comprensión sobre el mundo en que vivimos. textos como el que da título al libro o «Un Cristo saliendo del ar-mario», «Puerto Hurraco no está tan lejos de titulcia», «Gato ence-rrado», «la melé», «El otro cuervo» o «El club británico» son algunos de esos relatos que harán las de-licias del lector que se atreva con esta suerte de humorismo anár-quico y tierno, al que nos convo-ca Ezequías Blanco.

‘Sólo hay una clase de monos que estornudan’. Autor: Ezequías Blanco. Prólogo de Juan C. Galán. Editorial: Huerga & Fierro. Madrid, 2019.

Últimos paraísos

la Edad de Plata transcurre durante el primer tercio del siglo XX y se ca-racterizará por la calidad y el pro-tagonismo de los intelectuales, los

literatos y los artistas del período. Un bri-llante grupo de gente de la cultura y de las artes fueron tradicionalmente clasificados en generaciones, la primera la de 1898, le seguirá la de 1914 y, finalmente, la cono-cida como Generación del 27. la Institu-ción libre de Enseñanza y otras institucio-nes ligadas a ella como la residencia de Estudiantes y el Instituto-Escuela, fueron protagonistas indiscutibles en esta eclo-sión cultural que convocó a intelectuales y a políticos: antonio Machado, Juan ra-món Jiménez, Julián Besteiro o Fernando de los ríos que, como tantos otros, proce-den de estas instituciones. la generación del 98 se mantuvo activa durante todo el periodo, y con Baroja, azorín, Unamuno, Machado, Valle-Inclán o Maeztu daría pa-so a la generación de 1914, con Juan ra-món Jiménez, ortega y Gasset, Pérez de ayala, Marañón o Gómez de la Serna. Y en la segunda mitad de los años veinte, em-pezará a destacar una tercera generación,

dad que nos trasmite ese lector singular, Carlos Clementson, que nos devuelve a la memoria tantos versos leídos y sentidos de Cernuda, aleixandre, alberti, Dámaso alonso. libro para recordar, para revivir momentos de incuestionable talento, poe-mas escritos por el cordobés al margen de una simple lectura, la de una pasión que vuelve ante nosotros y reproduce en este Retablo para una Edad de Plata, nos hace sen-tir el latido indeleble de su fuerza, se sirve del concepto y de la música como la mejor virtud textual, ofrece un curioso y ameno viaje lírico que profundiza en nuestro co-razón, mejora nuestros sentimientos, o se concreta como esa revelación de la gracia, como apunta el propio Clementson. Son palabras y son hechos, evocaciones de tiempos y de paisajes, versos que imitan sonidos, imaginan espacios que inevita-blemente han desaparecido, que el poe-ta recupera y nosotros leemos a través de poemas llenos de toda una lección vida, enmarcados en la mejor tradición de la literatura.

versos la sabiduría ejercitada durante años de docencia y apasionada lectura, porque este es un libro dedicado a los que le prece-dieron y forjaron su raza de poeta, el valor de una palabra digna y noble, virtuosa en la forma.

HOMENAJEa Clementson le ha llegado la hora de ma-nifestar públicamente su homenaje a los escritores que más huella le han dejado, y los agrupa en esa terminología profesoral que la historia de la literatura ha clasifi-cado como Edad de Plata, que arranca con Miguel de Unamuno y recuerda a Santaya-na o Maragall; el eco unamuniano susten-ta los poemas «Paz en la tierra», «Desalien-to» o, sobre todo, «El rostro de Dios»; y a medida que avanzamos en esta selva varia de la mejor lección lírica versos como los sonidos de un mirlo en Gerardo Diego o palabras reivindicativas y comprometidas como las de antonio Machado a final de su vida, en momentos de lucha y de triste-za, subrayan la belleza inigualable de sus poemas; y las palabras de fiesta en los ver-sos de Gerardo Diego y Fernando Villalón, invocación y memoria para esa edad que sustenta lo mejor de la lírica española en el primer tercio del siglo XX; poesía y ver-

la de 1927, que alcanzará su plenitud inte-lectual durante la Segunda república.

Retablo para una Edad de Plata (2017) invi-ta, desde las primeras páginas, a vivir la li-teratura y a sentir su presencia en nuestro cotidiano existir, como conviene advertir y, parafraseando al prologuista y profesor Díez de revenga de esta singular mues-tra, ofrece la mejor visión de lírica clási-ca, forma parte de la magia vivida por el poeta, que siente de cerca la herencia re-cibida. Hablamos de Carlos Clementson (Córdoba, 1944) uno de esos autores de raza, un agudo crítico, profesor y lector, que a lo largo de su trayectoria ha confi-gurado su obra con la más exquisita de las sensibilidades poéticas, asumiendo la lección de los clásicos que ahora traduce en un espléndido muestrario donde deja sentir la huella de lo más granado de nues-tra poesía del siglo XX. Carlos Clementson ofrece esta singular colección de poemas donde se percibe la huella de los clásicos y los contemporáneos; la vanguardia y las reminiscencias de la poesía actual. Buena parte de estas características convierten a la poesía de Clementson en singular, no se trata de una equívoca mimesis para salvar una pretendida obra lírica sino una firme y fehaciente necesidad de volcar sobre sus

Pedro M. Domene

‘Retablo para una edad de plata’. Autor: Carlos Clementson. Edita: Diputación Provincial de Córdoba. Córdoba, 2017.

PoESÍa

10 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019

La lengua de las zarzasMaribel Andrés gana el premio Hiperión con ‘Autobús de Fermoselle’

Alejandro López Andrada

poesíA

Aún me asombra sentir la forma del silencio como una espiga movi-da por la brisa en el co-

razón del páramo o la ausencia volando a la orilla del cauce de un poema como si fuese una epi-fanía. La poesía verdadera nun-ca tuvo edad ni entendió de mo-das efímeras y vacuas. A veces la voz de una poeta joven puede en-cerrar en sus versos más estilo y más madurez que muchos vates afamados que escriben de asun-tos fútiles e intranscendentes. en el caso de Maribel Andrés Llame-ro (salamanca, 1984) la poesía da alcance al vuelo de la luz y, a la vez, penetra en el corazón mag-mático que borbotea en la hon-dura de la tierra. en muy pocas voces jóvenes de hoy –tal vez en ninguna- percibimos en su pala-bra esa magia telúrica tierna y portentosa que nos conmueve por su autenticidad y la sublime elegancia que desprende: «este alma de pizarra ha soñado/otra vez con el mar; y con el trigal tan dulce/que fue playa dorada en mi recuerdo» (pág. 28). Mientras algunos y algunas oportunistas han querido poner de moda el mundo rural sin haberlo vivido y ni siquiera conocido, Maribel An-drés en Autobús de Fermoselle de-muestra que tiene atadas las pu-pilas a una geografía campestre ya olvidada que reverbera y ful-ge como el cuarzo en la emoción

Maribel Andrés Llamero.

CÓRDOBA

desnuda de este libro, Autobús de Fermoselle, con el que ha obteni-do el premio Hiperión de poesía, ex aequo con el poeta Carlos Ca-tena Cózar, con su libro Los días hábiles, un poemario este último de tono diferente aunque pleno también de autenticidad.

La mirada limpia y sintética, sencilla, de Claudio Rodríguez y la hondura emocionada de Antonio Machado son pilares sustanciosos a los que se amarra la voz de una poeta que trasciende la realidad del mundo agrario convirtiendo en materia mágica y fluida una cultura rural áspera y seca: «Mi pasado de amapolas y zarzales/se rompe en cuatro sensaciones/y un par de olores que hacen que me salten las entrañas» (pág. 28), fragmento extraído del poema «No habrá más verano».

en la onda telúrica y sobria de estos versos destellan otros mu-chos de este mágico poemario, donde el amor a la tierra y los ma-yores se conjuga y se funde con la modernidad y el entusiasmo eró-tico juvenil, como podemos ver en este fragmento del poema «La tarde es caliente»: «Tócame,/veras que soy del barro/que arrullaron mis abuelos» (pág. 33).

Y ese cálido amor delicadamen-te erótico conecta, al final, con la raíz de los ancianos, esos que entienden la lengua de las zar-zas y la áspera luz que abriga las dehesas, sentimiento que habita los versos de este libro donde ha-llan cobijo, a partes casi iguales, la ternura y el frío, el respeto y la

nostalgia, el cariño y la bruma, la esperanza y el sosiego, como si el poemario en el fondo y en la for-ma fuera una límpida ofrenda de amor puro a los seres queridos que nos antecedieron y acabaron siendo un modelo para aquellos que admiramos en su día la lucha

y la fatiga que sus vidas humildes debieron soportar.

Ahí, en esa línea de ofrenda lu-minosa, puede incluirse el poema titulado «origen y linaje», que Ma-ribel Andrés Llamero dedica a su abuela Isabel: «estas mujeres son la memoria/de una vida que no

existe/en los mapas del gobierno (pág. 41). olvido y memoria, do-lor, templanza, lejanía, chopera e intemperie, ternura, zarza y heno son señales y conceptos que atra-viesan la materia de este genuino y sólido poemario creando una urdimbre hermosa y ancestral donde muchos llegamos a ver nuestros orígenes, la esencia de un mundo que nos perteneció y al cual, sin saberlo quizá, pertene-cimos aunque el presente nos ha-ya desterrado. por eso uno entra en el libro con sigilo, recorriendo descalzo las horas del centeno y las del trigo doblado en la tor-menta, la luz de la tarde en las orillas del pantano donde bullen los peces verdosos de agua dulce y brilla la infancia abrasada por un sol que la magia poética de Maribel Andrés con un tacto ex-quisito logra resucitar. Hacía mu-cha falta en la era de Marwan y de la poesía abrupta e indigesta de Loreto sesma, y otros de su on-da, un poemario como este donde hallamos estos destellos: «Nuestra es la luz del mediodía/solo ella es-pantará todas mis sombras» (pág. 52). Y es en ese fulgor que siega el abandono de las casas vacías y los campos derrotados donde la voz de Maribel Andrés Llamero conec-ta con el murmullo de las zarzas, y en su lengua telúrica conversa con el viento cenital de Castilla y viaja a Fermoselle en un autobús lentísimo buscando la mirada y el tacto de quienes nos dejaron la herencia de un mundo pobre y campesino al que aún sigue liga-da nuestra identidad.

‘Autobús de Fermoselle’. Autora: Maribel Andrés Llamero. Editorial: Hiperión. Madrid, 2019.

Leer después de quemar

Rafael soler un es novelista y poe-ta nacido en Valencia en 1947. Durante muchos años fue profe-sor y ahora se dedica por comple-

to a escribir. Hubo un largo paréntesis de no publicación en su vida, pero resurgió y volvió con fuerza a la palabra escrita. si Los sitios interiores fue publicado en 1980, no fue hasta el 2009 cuando volvió a la poesía con Maneras de volver, a la que si-guieron Las cartas que debía, en 2011 y Áci-do almíbar, en 2014, libro que le dio el pre-mio de la Crítica Valenciana en el 2015. Además, también ha publicado dos anto-logías: La vida en un puño (2012) y Pie de página, también en ese año. Llega ahora Leer después de quemar, un repaso a sus li-bros publicados, con un sugerente títu-lo que nos viene a decir que toda litera-tura nace de lo que vamos excluyendo, para luego leer y cultivarse. el esfuerzo

lado y podamos acariciarla cada día. Una gran selección este libro, una antología que refleja lo mejor de Rafael soler como poeta que es también el hombre que deja destellos de luz y sombra en sus poemas, el hombre que transita por la vida con la duda existencial a cuestas.

Un paso más en la aventura poética de soler, ese canto a la lectura como base pa-ra crear otra vida, quizás mejor que esta o simplemente una lectura más de la que tenemos.

soler lo consigue con una obra poética original y con el ágil ritmo de unos versos siempre apasionados por la vida.

rio de secuencia cinematográfica, donde se suceden las imágenes o las palabras co-mo fogonazos que nos ciegan.

en esta selección de poemas reside el mundo de soler, su visión de la vida, su ironía pero también su apego cariñoso a las cosas, a los seres, al lenguaje, patria que tenemos todos y que no es de nadie en realidad. en el poema «el viaje es lo que importa», cito los cuatro primeros versos, en ese escenario parisino, con el ser ama-do: «Vamos al sena me dijiste/sin apretar la boca/y yo acepté/pues siempre fuimos dos y somos uno».

en estos versos vemos ese espacio que siempre queda entre dos seres, ese hueco invisible donde uno no puede llegar al fon-do del otro, como lo vimos en las primeras novelas de soler y en la excelente El grito o la muy lograda novela El último gin-tonic. La vida se constituye también de esas lagu-nas, de esos espacios intransitables, como en el Cortázar de Rayuela, la Maga siempre nos quedará lejos, aunque la tengamos al

del poeta en crear un mundo propio na-ce de esa vocación interior por la litera-tura, a veces más importante que la pro-pia vida. si leer nos salva de un mundo real donde apenas encajamos, en la crea-ción uno puede encontrar el camino pa-ra escuchar su voz en el eco que deja en los otros cuando leen nuestros textos. La selección de este libro es muy buena, porque los poemas nos dejan ese univer-so que ha ido creando soler, donde el ver-so es también confesión, consejo, lectura del mundo, en definitiva.

en el poema «Ningún precio es terrible», nos dice el escritor valenciano: «si tu vida no cabe en una vida/redacta un testamen-to prematuro/ordena los besos que has perdido/y desanda la fila que conduce/a cuanto tiene de honorable la rutina».

sin duda, la vida para soler es ese espa-cio donde caben muchas más vidas y es la del poeta y, por ende el escritor, un cofre que se abre siempre para releer el mundo. el estilo poético de soler tiene ese escena-

Pedro Garcia Cueto

‘Leer después de quemar. Autor: Rafael Soler. Editorial: Olé Libros. Valencia, 2019.

poesíA

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO22 DE JUNIO DEL 2019 11

José de Miguel Rivas nació en Cór-doba en 1922 y falleció a los no-venta y siete años el pasado 17 de junio, siendo bastante desconoci-

do para un público mayoritario, aca-so por su timidez y desidia para pro-mocionarse, como él mismo confesa-ba. La última vez que tuve ocasión de hablar con él en Córdoba hace unos años me decía que llevaba viviendo tantos años gracias a las abejas, ya que todos los días tomaba al menos una cucharada de miel. No sé la rela-ción de la miel con la longevidad, pe-ro sí es seguro que su trabajo escru-puloso de orfebre de la literatura ha sido suficientemente revelador en su quehacer diario. Es un poeta que pre-serva la palabra y sus contingencias ofreciendo gozosas destrezas.

Al poeta solo lo enaltece o lo fulmi-nan las palabras, y la habilidad o im-pericia que tenga para colocarlas en el orden adecuado, en esa especie de cuentas de rosario en que se organi-za nuestra existencia. De ahí que di-jera en su poema «Un libro» del libro Dulce plantel y canon (2003): «El libro esculpe, fija, proclama y eterniza/la cálida palabra,/la fecunda palabra,/la creadora palabra,/la Palabra,/quizá el mayor presente/que a los hombres los dioses concedieron./Al principio fue el verbo». José de Miguel, pues, llevó una labor más bien silenciosa, construyen-do una obra de precisión, juiciosa y propicia al cuidado del significante y a la construcción de una sonoridad adecuada en cada caso. Por ese motivo decía que «la poesía es la palabra, toda palabra puede ser poética. La forma es fundamental y de lo más insignifi-cante puede resultar un poema genial porque lo importante es cómo se ex-prese».

Aunque vinculado al Grupo Cántico de Córdoba (estuvo especialmente li-gado a Pablo García Baena con el que convivió la aventura malagueña) no es hasta muy tarde, cuando anda por los sesenta años, cuando publicó cuatro poemarios casi consecutivamente, con una diferencia de pocos años: A orilla de la vida (1983) y Autumnia (1984), Pen-tacordio (1986), Lagar de Dionisos (1986) y Sonetos de amante (1988). Lo explicaba diciendo que antes se había dedicado a «quemar la vida» porque en su frontis-picio existía una máxima de Horacio que siempre siguió: «En todos los actos de tu vida pon un punto de locura».

Es una lírica con claras reminiscen-cias clásicas que procede directamente de una lectura bien asumida del Ro-mancero español y las lecturas rena-centistas que llegan desde Fray Luis de León, Fernando de Herrera, la mística, San Juan de la Cruz, la escuela ante-querano-granadina, Lope de Vega y Luis de Góngora, donde la nostalgia y la naturaleza se aúnan para crear una poesía dúctil, pero bien construida,

El virtuosismo poéticoLa lírica preservada del cordobés José de Miguel Rivas

Francisco Morales Lomas

José de Miguel.

sonora y llena de matices sensoriales que proyectan diversos estados de áni-mo en una aleación significativa entre la trascendencia de consuno con el op-timismo o la ironía o la intimidad más sonora. En algunos casos como García Baena o Juan Bernier en una línea cla-ramente pagana donde los elementos referenciales se apoderan del poema con una sofisticada fuerza.

Ya en la década de los 90 publicó tres nuevos libros: Tres elegías andaluzas (1991) Insidias en las termas (1995) y Un vuelo hacia la luz (1997), en cuyos versos asoma ese paganismo clásico tan pre-sente desde los primeros versos: «En las termas romanas/donde bronces y mármoles preciados enaltecen/de Ca-racalla, la munificencia,/el azar de los dados/jugaste, caro Licio,/aquel excel-so libro, compendio de belleza».

Ya en el nuevo milenio escribió Al itálico modo. Cuaderno de sonetos (2000), Pastores de Belén (2002) y Dulce plantel y canon (2003). Sobre el primero, del que Fernando de Villena realizó la intro-ducción, decía José Lupiáñez que era una obra densa y plural, luminosa, que muestra el embelesamiento del poeta ante la contemplación de la na-turaleza: la palmera, la encina, la adel-fa o sigue el vuelo del neblí o el cóndor ofreciéndonos su viñeta, una estampa emocionada que alterna con otros pla-nos meditativos en los que, a veces, se implica él mismo y resume para sí la

lección de singularidad que aquellas realidades le ofrecen. También surge el amor con fortaleza, como una ben-dición fatal que encumbra y abate al corazón del hombre.

Sobre Pastores de Belén, yo decía que el octosílabo (el más empleado) ad-quiere especial preponderancia en múltiples formas retóricas en torno a la temática navideña, a la que trata de insuflar una perspectiva más humani-zadora. El villancico navideño adopta en la horma de Miguel una diversidad de registros que pueden ir desde la re-dondilla, las tercerillas, los dodecasíla-bos en serventesios, las quintillas, las octavillas quebradas...

Toda una versificación que acredita la soltura en el manejo del metro tra-dicional en la línea neopopularizante que tanta fuerza adquirió en boca de Lope de Vega, del que toma la cita ini-cial del libro. Una lírica de corte inge-nuista y mistérico en el que los instru-mentos retóricos de la tradición han sido bien asumidos, con una delicada ternura y una especial sensibilidad.

Un discurso, además, netamente so-lidario y yo diría que socializador en el que el escritor cordobés ha sabido conjugar con habilidad instrumentos de la tradición para desde la horma, siempre difícil, de la temática navide-ña ofrecernos una perspectiva original y comprometida con los miserables u olvidados de la historia.

A.J. GONZÁLEZ

DESDE LA ALMEDiNA

El último ejemplarFrancisco Expósito

Solo las librerías que

pasan páginas de historia

y se sienten imbricadas a

la cultura de una ciudad

te entregan el espíritu

de los libros, no solo el

espacio bidimensional

que ocupan. Buscaba Dulce plantel y

canon, de José de Miguel, publicado en

2003 por la Diputación. Y allí estaba.

En la calle Jesús y María se encuentra

la librería Luque, regentada por Javier

Luque y otros cuatro compañeros para

felicidad de la cultura de Córdoba

en tiempos de crisis del papel. En

sus estanterías descansaba el último

ejemplar. «En la última Feria del Libro

se acercó José de Miguel y se extrañó de

que tuviéramos Dulce plantel y canon»,

me dijo uno de sus empleados mientras

cobraba. «¿97 años?», se extrañó cuando

le hablé de la dilatada vida que había

disfrutado el poeta cordobés.

Abrí el libro. «Aún no está malescrito

todo el bloc de mi vida;/aún, el yerto

azabache de la palabra «fin»/no está

engarzado/en el último broche de este

rosario estéril/de sueños no cumplidos,/

que encadenan la noria sin agua de mis

días./Aún la loca esperanza verdece en

mi declive/y aligera mi pulso al compás

de deseos/estrenados de nuevo, casi

obstinadamente,/como un traje que

viene de la tintorería...» («Los últimos

renglones», de Autumnalia).

En poco más de un año se han ido Pablo

García Baena, Mariano Roldán y ahora

José de Miguel, bastiones de la mejor

poesía cordobesa de las últimas décadas.

Y llega la noticia en el último ejemplar

de Cuadernos del Sur antes de las

vacaciones, en un curso literario en el

que el suplemento de Diario CÓRDOBA

sigue diversificando en géneros,

uniendo a nuevos compañeros,

aportando los comentarios sobre

grandes libros de Córdoba, de Andalucía

y del resto del país, de clásicos

universales como la Comedia, editada

por Acantilado hace unos meses y que

nos invita a volver a los clásicos, como

hacía una y otra vez José de Miguel.