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IV IV Centenario Centenario de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos Celebración Celebración Eucarística Eucarística de la apertura de la apertura
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IVIV Centenario Centenario de la Provincia de San Nicolás de Tolentino
de la Orden de Agustinos Recoletos
Celebración Celebración Eucarística Eucarística
de la aperturade la apertura
ÍNDICEEntrada y ritos iniciales ......................................................................................................... 3
Liturgia de la Palabra ................................................................................................................ 7
Bendición de los panecillos de san Nicolás de Tolentino, profesión de fe y oración de los fieles ............................................................... 13
Liturgia Eucarística .................................................................................................................. 19
Oración oficial del IV Centenario de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de la Orden de Agustinos Recoletos .................................................................. 25
Textos: Comisión para el IV Centenario • Provincia de San Nicolás de Tolentino Diseño: Comisión de Comunicación y Publicaciones • Provincia de San Nicolás de TolentinoImpresión: Campillo Nevado • Madrid© 2020 • Agustinos Recoletos • Provincia de San Nicolás de Tolentino
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Entrada y ritos
inicialesEntrada y ritos
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MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos hermanos a la Eucaristía en la que queremos celebrar 400 años de historia de los Agustinos Recoletos de la Provincia de San Nicolás de Tolentino.La Provincia de San Nicolás fue creada en el primer Capítulo Gene-ral, celebrado en Madrid en noviembre de 1621, y desde el primer momento adquirió un perfil peculiar. Mientras que en las demás provincias prevalecía el aspecto conventual, en la de San Nicolás de Tolentino reinó siempre un espíritu misional.Durante casi tres siglos Filipinas fue su único campo de actuación, fuera de algunos pequeños periodos de tiempo en Japón y Guam. En el siglo XIX la crisis de las provincias españolas la obligó a abrir colegios apostólicos propios en España, pero su campo de actividad continuó reducido al archipiélago.En estos casi 400 años han trabajado en Filipinas más de 2.000 re-coletos. Fueron especialmente numerosos durante la segunda mi-tad del siglo XIX. Solo en el siglo XX se abrió al apostolado en otras naciones: primero Panamá, Venezuela, Brasil y España; luego China e Inglaterra; y posteriormente Perú, México, Taiwán, Costa Rica, Es-tados Unidos, Sierra Leona e Italia.Hoy celebramos a la Provincia y al mismo tiempo a su titular san Ni-colás de Tolentino, primer religioso canonizado de la Familia Agus-tiniana. Tras el fulgor de su estrella fueron nuestros misioneros a llevar la semilla del evangelio a lugares remotos.Damos gracias a Dios por su infinita misericordia con nosotros por-que, a pesar de las dificultades y adversidades a lo largo de estos cuatrocientos años, la estrella de Nicolás fulgura desde el cielo y acompaña a sus hijos para seguir extendiendo en el mundo el Reino de Dios.Preside la Eucaristía [nombre y cargo]. Nos acompañan también [indíquese quien se crea conveniente]. A todos, sacerdotes, religio-sos, religiosas, seglares que comparten con nosotros la vida de fe y a todos los fieles damos la bienvenida y agradecemos de todo corazón su presencia y su amistad.
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CANTO DE ENTRADA
Himno a san Nicolás de Tolentino
Venimos, Nicolás, con alegría a cantar tu constante protección; venimos a pedirte, santo amado, que cuides a los tuyos con amor.
Serviste con bondad y con ternura, ardiente como brasa el corazón; queremos repetir tu misma historia, sirviendo en los humildes al Señor.
Nos muestran lirios cándidos tus manos que brotan del misterio de la cruz; brilla en tu pecho el fuego de una estrella que guía nuestros pasos con su luz.
Tu Provincia te venera agradecida, tu nombre canta y clama con fervor; y va contigo alegre por el mundo y anuncia el Evangelio del Señor.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que manifestaste en san Nicolás, presbítero, las maravillas de tu santidad y de tu misericordia, y nos diste en él un ejemplo de entrega a ti y de servicio apostólico; te suplicamos que, por su intercesión, consolides tu Iglesia en la unidad y en la paz. Por nuestro Señor Jesucristo…
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Liturgia de la
PalabraLiturgia de la
Palabra
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MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
La confianza plena en el Señor nos prepara para superar las pruebas difíciles de la vida. Sabemos que necesitamos ser transformados y no dudar nunca de la misericordia de Dios.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico (2, 1-9).
Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente, no te asustes en el momento de la prueba; pégate a él, no lo abandones, y al final serás enaltecido. Acepta cuanto te suceda, aguanta enfermedad y pobre-za, porque el oro se acrisola en el fuego, y el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza. Confía en Dios, que él te ayudará; espera en él, y te allanará el camino.
Los que teméis al Señor esperad en su misericordia, y no os apartéis para no caer; los que teméis al Señor confiad en él, que no retendrá vuestro salario hasta mañana; los que teméis al Señor esperad bie-nes, gozo perpetuo y salvación; los que teméis al Señor, amadlo, y él iluminará vuestros corazones.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
El oro se acrisola en el fuego
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SALMO RESPONSORIAL (SAL 15, 1-2.5-9).
V/. Dichosos los que se refugian en el Señor.
R/. Dichosos los que se refugian en el Señor.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: “Tú eres mi bien.”
R/. Dichosos los que se refugian en el Señor.
El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.
R/. Dichosos los que se refugian en el Señor.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
R/. Dichosos los que se refugian en el Señor.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena.
R/. Dichosos los que se refugian en el Señor.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
La limosna o la donación de los bienes temporales, incluso de la vida, a favor de los hermanos atrae las bendiciones de Dios, como las atrajo sobre san Nicolás.
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SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9, 6-11).Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia; no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios.Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras de caridad.Como dice la Escritura: “Reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta.” El que proporciona “semilla para sembrar y pan para comer” os proporcionará y aumentará la semilla, y multi-plicará la cosecha de vuestra caridad. Siempre seréis ricos para ser generosos, y así, por medio nuestro, se dará gracias a Dios.Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Jesús envía a otros setenta y dos a anunciar el Reino de Dios en comunidad. Los manda sin equipaje para el camino y a lugares difí-ciles, pero como portadores de paz. Recibamos la buena noticia con el canto gozoso del Aleluya. De pie.
ALELUYA (Mt 11, 5)
R/. Aleluya.
V/. Los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan lim-pios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia.
R/. Aleluya.
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EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 1-11).
En aquel tiempo designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares donde pensaba ir él. Y les decía:
“La mies es abundante y los obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. Poneos en camino. Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, vol-verá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios”.
V/. Palabra del Señor
R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.
La mies es abundante
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Bendición de los
panecillos, profesión de fe y oración de los
fieles
Bendición de los
panecillos, profesión de fe y oración de los
fieles
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MONICIÓN
Vamos a proceder ahora a la bendición de los panecillos de san Ni-colás. Nuestro santo permaneció treinta años en el convento de To-lentino dedicado a visitar a los enfermos, consolar a los afligidos y socorrer a los pobres. Declaró que, en una ocasión, hallándose gra-vemente enfermo, tuvo una visión de la Virgen María que le daba de comer unos bocados de pan, con lo que quedó repentinamente sano. En memoria de ello, se bendicen en este día de su festividad, y hoy también lo hacemos en su recuerdo.
INVITACIÓN
El presidente con las manos juntas dice:
Oremos a Cristo, el Señor, que pasó haciendo el bien y cu-rando a todos los oprimidos, para que derrame con largueza sobre la iglesia los dones de su amor.
Se hace un momento de silencio.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que eres el dueño de todas las cosas, bendice E estos panes y a quienes los toman con devoción en honor de san Nicolás de Tolentino, y concédeles salud de alma y cuerpo, y perseverancia en tu amor. Por Je-sucristo nuestro Señor.
Se rocían los panes con agua bendita y se distribuyen al final de la Misa.
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CREDO AGUSTINIANO
El presidente invita al Pueblo a proclamar su fe del siguiente modo:
Proclamemos nuestra fe con la fórmula que se usaba en Hipona en tiempos de san Agustín.
Todos:
Creo en Dios Padre omnipotente, creador de todo, Rey de los siglos, inmortal e invisible.
Creo también en su Hijo, el Señor nuestro Jesucristo, nacido por obra del Espíritu Santo de la Virgen María, crucificado bajo Poncio Pilato; muerto y sepultado, al tercer día resucitó de los muertos, subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre, de allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo también en el Espíritu Santo, la remisión de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eter-na por medio de la santa Iglesia Católica.
Amén.
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ORACIÓN DE LOS FIELES
En la fiesta de san Nicolás de Tolentino, patrono de nuestra Provincia religiosa, elevemos nuestro corazón a Dios, Padre misericordioso, y supliquémosle diciendo:
V/. Escucha, Señor nuestra oración.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios, Padre eterno, que elegiste a tu pueblo y estableciste con él un pacto de amistad, ten misericordia de tu Iglesia y llénala con la fuerza de tu Espíritu. Oremos.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios, Padre bueno, te pedimos que bendigas a la Orden de Agusti-nos Recoletos para que todos los religiosos sean auténticos promo-tores de buenas obras. Oremos.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios, Padre nuestro, haz que los religiosos de la Provincia, a ejem-plo de san Nicolás de Tolentino vivan en unión fraterna y santidad. Oremos.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios, Padre entrañable, que por medio de Jesucristo hiciste de to-dos los hombres una sola familia, haz que todos los pueblos y sus gobernantes sean solidarios en la actual situación de pandemia. Oremos.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
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Dios Padre misericordioso, que te compadeciste de tu Hijo muerto en la cruz, mira con bondad a los enfermos, a los afligidos y a los pobres. Oremos.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios, Padre misericordioso, por intercesión de san Nicolás de To-lentino, acoge en tu seno, a todos los religiosos difuntos para que descansan en tu paz. Oremos.
R/. Escucha, Señor, nuestra oración.
Oremos
Oh Dios, te pedimos nos concedas aquello que con fe te he-mos suplicado, y haz que, por intercesión de san Nicolás de Tolentino, nuestras vidas caminen por senderos de paz y de entrega a favor de todos los hombres. Por Jesucristo.
Escucha, Señor, nuestra oración.
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Liturgia
EucarísticaLiturgia
Eucarística
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PROCESIÓN DE OFRENDAS
REGLA DE SAN AGUSTÍN Y CORREA PARA EL HÁBITO
Traemos al altar la Regla de San Agustín, la que profesó san Nicolás en el siglo XIII y con ella la correa que es distintivo de nuestra Familia religiosa.
PERDIZ Y ESTRELLA
Presentamos los signos característi-cos de san Nicolás de Tolentino: una perdiz en un plato y una estrella.
PAN Y VINO
Presentamos el pan y el vino que después serán para nosotros el Cuer-po y Sangre del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, estas ofrendas que te presentamos en la festividad de san Nicolás, y concédenos, en virtud de tu sa-crificio, estar siempre prontos a consagrar nuestras vidas a tu gloria y al servicio de los hermanos. Por Jesucristo, nues-tro Señor.
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PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque en san Nicolás nos has dado un ejemplo admirable de vida apostólica: era alegría para los tristes, paz para los desunidos, amparo para los pobres, admirable salud para los enfermos, siempre buscando no las cosas suyas, sino las de Jesucristo.
Para poder contemplar a Dios se preocupó constantemente de mantener puro su corazón.
Por eso, Señor, te damos gracias y proclamamos tu grandeza con los ángeles:
Sanctus, Sanctus, Sanctus…
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, nos has dado a gustar las delicias de tu mesa en la fiesta de san Nicolás; concédenos, por esta participación en los misterios, vivir siempre para ti y para nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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BENDICIÓN SOLEMNE
El Dios, autor de todos los dones, os llene de la gracia celes-te, para que, a ejemplo de san Nicolás, edifiquéis su pueblo santo con las obras de vuestra vida y la santidad de vuestras costumbres.
R/. Amén.
Él mismo, que os ha concedido celebrar los cuatrocientos años de la Provincia agustino-recoleta de san Nicolás de To-lentino, os haga testigos y signo de la caridad divina en me-dio del mundo.
R/. Amén.
Él, que se ha dignado llamaros en la tierra al perfecto segui-miento de Cristo, al final de vuestra vida os reciba bondado-so en el cielo.
R/. Amén.
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso E Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R/. Amén.
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CANTO FINAL HIMNO DEL IV CENTENARIO
Alégrate, Provincia misionera de San Nicolás de Tolentino, porque Dios con su amor te ha bendecido y te ha enviado a proclamar la buena nueva. Siempre en misión con Cristo y con la Iglesia, hijos de Agustín y Recoletos; Señor, haznos profetas de tu Reino, comunidad que muestre al mundo tu presencia.
Tu gracia y compañía en nuestra historia con cantos de alabanza agradecemos, ayúdanos a ser humildes siervos, reflejo de tu gran misericordia.
Danos cumplir de Agustín el santo sueño de crear comunión de amor fraterno, danos pasión cada día por tu pueblo y abrazar el mañana esperanzados.
Alégrate, Provincia misionera de San Nicolás de Tolentino, porque Dios con su amor te ha bendecido y te ha enviado a proclamar la buena nueva. Siempre en misión con Cristo y con la Iglesia, hijos de Agustín y Recoletos; Señor, haznos profetas de tu Reino, comunidad que muestre al mundo tu presencia.
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Oración del
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ORACIÓN OFICIAL DEL IV CENTENARIO [1621-2021] DE LA PROVINCIA DE SAN NICOLÁS DE TOLENTINO DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
¡Señor, nuestro Dios y Padre! Te alabamos y te bendecimos por tu inefable Providencia. Tú te dignaste formar y acompañar a tus hijos recoletos para ser “pescadores de hombres”.
Tú les llevaste en la frágil barca de la Provincia de San Nicolás de Tolentino a los lugares de misión.
Hoy cumplimos 400 años de navegación peligrosa pero apasionante. Agradecidos, proclamamos:
¡Gloria a Ti, Padre bondadoso!
Nuestros religiosos sellaron su historia, siguiendo las huellas de Jesús. Admiramos su perseverancia en la ascesis, sus deseos de contemplación y su exigente vida misionera. Cautivados por la obra del Maestro, proclamamos:
¡Gloria a Ti, Jesús, nuestro hermano!
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El Espíritu confirmó como hijos de Dios y trabajadores del Reino a nuestros hermanos. Él les impulsó también a vivir una experiencia única: buscar a los excluidos, a los humillados, a los pobres y desvalidos. ¡Y volvieron enamorados, Señor! Nosotros, emocionados, aclamamos:
¡Gloria a Ti, Espíritu Santo, que actúas siempre por Amor!
Te suplicamos, Señor Dios nuestro, que bendigas a nuestra Familia Agustino-Recoleta; que nos ayudes a convivir en fraternidad en el seno de la Trinidad y a comprometernos en servirte, llenos de pasión, en la misión de la Iglesia.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
Siempre en misión
Always in mission
Sempre em missão過去未來福傳永續
