16 de marzo1

Para ti, joven, que buscas un

sentido nuevo a tu vida, te quiero

contar una historia en la que

el amor y la entrega han

llenado de luz cada una de sus

páginas.

Historia de la Congregación

Mercedarias de la Caridad

16 de marzoEste montaje no tiene

música porque su texto debe ser leído en voz alta, como un relato.

Tú ya conoces al P. Zegrí, fundador de

nuestra Congregación

mercedaria… Pues no te vamos a

contar otra vez su vida, sino su obra, la que hoy todavía pervive y en la que

tú también caminas, como personaje

importante de esta historia.



Un 16 de marzo de 1878… ¿te

suena la fecha?

Sí, un 16 de marzo de finales

del XIX, el P. Zegrí inició una

aventura apasionante,

llena de entusiasmo y

deseos de mejorar el

mundo.



Al P. Zegrí le dolía el sufrimiento del ser

humano, y en aquellos

últimos años del XIX, había grandes

injusticias en la sociedad española

del momento: pobreza,

analfabetismo, ancianos y niños desamparados,

marginación de la mujer…, y muchas otras situaciones.



Él quiso dar solución a

TODOS esos problemas,

y la inspiración del Espíritu

Santo y María de la Merced le

ayudaron a dar el paso.



De esta forma, fundó una

Congregación que atendiese TODAS

las necesidades de TODOS los lugares y

de TODOS los tiempos.

Este ideal tan ambicioso sólo se

podía llevar a cabo gracias a la

generosidad y entrega de las

personas que con él desearan colaborar.



Y esas fueron las Hermanas

Mercedarias de entonces y de

siempre.

Hoy podemos decir que

también hay laicos que

participan en este proyecto de amor y servicio,

en bien de la humanidad.



Para el P. Zegrí era muy importante

elegir como modelo de vida a Jesucristo

Redentor, que es quien ha entregado su vida para liberar

a toda la humanidad.



Por eso, el carisma mercedario busca la liberación de todas las esclavitudes a

través del amor y el servicio o ayuda a

los demás.

Esto se llama CARIDAD

REDENTORA, porque ayudamos a

las personas a encontrar su propia libertad y plenitud,

es decir, que crezcan como

personas y como hijos de Dios. Y lo hacemos

demostrándoles un gran amor, el mismo que

Jesucristo nos tiene.



Pues bien, el P. Zegrí,

entusiasmado con su proyecto, inició este camino en la ciudad de Málaga, después de haber

celebrado en Granada el

comienzo de tan largo peregrinaje.

Ya ves que Granada y Málaga están en los orígenes de la

Congregación mercedaria.



La Congregación empezaba bien, pues la primera

comunidad se dedicó a acompañar y

educar a algunas muchachas que

habían elegido un camino que no les ayudaba a crecer como personas, y además eran mal

vistas en la sociedad.

Podemos decir que las primeras mercedarias

ayudaban a los pobres más pobres de entonces. Eso es lo que la sociedad necesita: personas

entregadas y dedicadas a ayudar

a los demás de forma

desinteresada.



Sin embargo, los comienzos no

fueron fáciles, como suele ocurrir,

porque algunas de estas hermanas abandonaron la

Congregación para fundar otra. El P.

Zegrí sufrió mucho por este motivo,

pero el entusiasmo y el amor que

llenaban su corazón daban impulso a su

obra. Además, él sabía que el Señor

no le abandonaría, y así fue.



En la medida en que los años iban

pasando, la Congregación

crecía y cada vez había más

comunidades mercedarias, no

sólo en Andalucía, sino también en el

norte de España, de donde surgieron muchas

vocaciones.



Cada vez se ponía más a prueba el

amor y la generosidad de las

hermanas, pues fueron capaces de entregar su vida

hasta el martirio, en aquel año 1885, en

el que la enfermedad del

cólera azotó varias ciudades de España,

y las hermanas mercedarias

estuvieron allí, al pie del cañón,

ayudando y sanando a los

enfermos. Varias de ellas murieron por

contagio.



Pocos años después, en

1888, cuando la Congregación ascendía de

manera notable, el P. Zegrí es objeto de una calumnia que

arruinó su vida como fundador, pues fue alejado

de la Congregación injustamente.



El paso del tiempo y la mano de Dios han

demostrado la inquebrantable

santidad de este hombre que dedicó

su vida a ‘curar todas las llagas y

remediar todos los males’. Ya sabes

que él quiso entregarlo todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y

para Dios.



A pesar de la situación

adversa de su fundador, la

Congregación mercedaria

siguió creciendo cada vez más y

más. Ya en aquellos inicios, concretamente en el año 1910,

se llevó a cabo la primera

fundación en tierras de misión: en República

Dominicana.



Con el transcurso del tiempo, la

Congregación se ha ido extendiendo por todo el mundo. Esto es lo que quería el P. Zegrí, aunque él

no lo vio: una Congregación misionera que

llevara la caridad a todos los rincones

de la tierra. Él mismo decía: no dejar, si posible fuera, en todo el

mundo un solo ser abandonado,

afligido, desamparado…



A lo largo de la historia ha

habido y hay grandes

testimonios de entrega y amor por parte de las hermanas. Sería

imposible constatarlos todos aquí.



Como modelo de santidad,

encontramos muchas

hermanas que han demostrado

un amor apasionado a

Jesucristo en el carisma

mercedario.



Sor Isabel Lete se encuentra en

proceso de beatificación ,y en ella están

representadas todas aquellas

que han vivido su fidelidad hasta el

martirio.

Sólo te nombro algunos ejemplos:

Una postulante es asesinada en

Angola a causa de su fe (1982)

También en Angola fue secuestrada una comunidad (1984)



Entrega humanitaria de las hermanas en

situaciones de guerra: (República Dominicana, 1965; Angola, 1975…).

Con ocasión del huracán en República

Dominicana, las hermanas

demuestran su cercanía al pueblo y

a los más pobres (1979); también

durante la invasión de Panamá (1989);

en los ataques terroristas en Perú

(1991)…



Situaciones extremas: la Iglesia

perseguida en Burundi (1985),

guerra fratricida en Rwanda (1994)…

Entrega generosa de las hermanas en Haití, a causa de las

devastadoras consecuencias del terremoto (2010)



En definitiva, la Congregación

siempre ha deseado atender

al ser humano más necesitado.



Lo que más le importa es tener en cuenta a la persona, en primer lugar, los pobres:

fomentando los derechos humanos,potenciando un compromiso social y eclesial,viviendo la actitud del servicio entre otras,actuando siempre con misericordia,creando relaciones de comunión,generando procesos de liberación.



Y todo esto, como quería el P.

Zegrí…

EN DIOS, POR DIOS Y PARA

DIOS.

Texto y Power Point:

Pili Villegas, mc



16 de marzo1

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