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7 Editorial 9 Un enfoque psicológico complementario para la investigación en el hábitat popular que redefine el tema-problema PAULA PEYLOUBET | TOMÁS O'NEILL 19 Reflexiones metodológicas sobre un trabajo de campo en Florencio Varela RICARDO DE SÁRRAGA 37 El plan de las certezas [Il piano delle certezze]. Entrevista con Maurizio Marcelloni ALFONSO VALENZUELA AGUILERA 47 Itinerarios del agua. El agua como hilo conductor de las afecciones edilicias más amplias en la arquitectura de la región pampeana argentina PABLO ANDRÉS PRONE 65 Una revisión de las prácticas de diseño industrial en relación al medio ambiente MERCEDES CHAMBOULEYRON | ANDREA PATTINI 73 La danza de la memoria y el olvido. Notas para la enseñanza en Historia de la Arquitectura MARIO SABUGO 85 El textil: lectura de la civilización GRACIA CUTULI 92 Reseña de libro 13 Universidad de Buenos Aires Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo Secretaría de Investigaciones AREA | agenda de reflexión en arquitectura, diseño y urbanismo 13 AREA AGENDA DE REFLEXIÓN EN ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO agenda of reflection on architecture, design and urbanism OCTUBRE DE 2007 | ISSN 0328-1337

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7 Editorial

9 Un enfoque psicológico complementario para la investigación en el hábitat popular que redefine el tema-problema

PAULA PEYLOUBET | TOMÁS O'NEILL

19 Reflexiones metodológicas sobre un trabajo de campo en Florencio Varela

RICARDO DE SÁRRAGA

37 El plan de las certezas [Il piano delle certezze]. Entrevista con Maurizio Marcelloni

ALFONSO VALENZUELA AGUILERA

47 Itinerarios del agua. El agua como hilo conductor de las afecciones edilicias más amplias en la arquitectura de la región pampeana argentina

PABLO ANDRÉS PRONE

65 Una revisión de las prácticas de diseño industrial en relación al medio ambiente

MERCEDES CHAMBOULEYRON | ANDREA PATTINI

73 La danza de la memoria y el olvido. Notas para la enseñanza en Historia de la Arquitectura

MARIO SABUGO

85 El textil: lectura de la civilización GRACIA CUTULI

92 Reseña de libro

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Universidad de Buenos AiresFacultad de Arquitectura, Diseño y UrbanismoSecretaría de Investigaciones

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AREAAGENDA DE REFLEXIÓN EN ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO

agenda of reflection on architecture,design and urbanism

OCTUBRE DE 2007 | ISSN 0328-1337

AREA 13

AREA

agenda de reflexión en arquitectura, diseño y urbanismo

agenda of reflection on architecture, design and urbanism

Nº 13 | OCTUBRE DE 2007

Universidad de Buenos AiresFacultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo

AREA 13

DIRECTOR

Jorge Ramos UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

EDITOR

Rodrigo H. Amuchástegui UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

CO-EDITOR

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FUNDADOR | FOUNDING EDITOR

Eduardo BekinschteinUNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN | ADDRESS

SECRETARÍA DE INVESTIGACIONESFACULTAD DE ARQUITECTURA,DISEÑO Y URBANISMO, UBACiudad Universitaria, pabellón 3,piso 4C1428BFA Buenos Aires, ArgentinaTel.: (54-11) 4789-6229Fax: (54-11) 4576-3205E-mail: [email protected]

COMITE EDITORIAL | EDITORIAL BOARD

Gastón BreyerUNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES[ARGENTINA]

John Martin Evans UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES[ARGENTINA]

Antonio Fernández Alba UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DEMADRID [ESPAÑA]

Paul Green-ArmytageCURTIN UNIVERSITY OF TECHNOLOGY[PERTH, AUSTRALIA]

Ramón Gutiérrez CONICET [ARGENTINA]

William S. Huff STATE UNIVERSITY OF NEW YORK ATBUFFALO [USA]

Tomás Maldonado POLITÉCNICO DE MILÁN [ITALIA]

Josep Muntañola ThornbergUNIVERSIDAD POLITÉCNICA DECATALUÑA [ESPAÑA]

Víctor Saúl Pelli UNIVERSIDAD NACIONAL DELNORDESTE [ARGENTINA]

José Luis CaivanoUNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES,CONICET [ARGENTINA]

INSTITUCION | INSTITUTION

FACULTAD DE ARQUITECTURA,DISEÑO Y URBANISMO,UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

DECANO | DEAN

Jaime Sorín

SECRETARIO / SECRETARY

SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN

Jorge Ramos

AREA

agenda de reflexión en arquitectura, diseño y urbanismo

ISSN 0328-1337Registro Nacional de la PropiedadIntelectual Nº 595.871 © Secretaría de Investigaciones, Facultad de Arquitectura, Diseño yUrbanismo, Universidad de Buenos Aires, Ciudad Universitaria Pab. 3, piso 4,C1428BFA Buenos Aires, Argentina

Precio del ejemplar en Argentina y Mercosur: $ 12,00Precio del ejemplar para otros países:US$ 12

CONTENIDOS | CONTENTS

7 Editorial

9 Un enfoque psicológico complementario para la investigación en el hábitat popular que redefine el tema-problema

PAULA PEYLOUBET | TOMÁS O’NEILL

19 Reflexiones metodológicas sobre un trabajo de campo en Florencio Varela

RICARDO DE SÁRRAGA

37 El plan de las certezas [Il piano delle certezze]. Entrevista con Maurizio Marcelloni

ALFONSO VALENZUELA AGUILERA

47 Itinerarios del agua. El agua como hiloconductor de las afecciones edilicias más amplias en la arquitectura de la región pampeana argentina

PABLO ANDRÉS PRONE

65 Una revisión de las prácticas de diseñoindustrial en relación al medio ambiente

MERCEDES CHAMBOULEYRON |ANDREA PATTINI

75 La danza de la memoria y el olvido. Notas para la enseñanza en Historia de la Arquitectura

MARIO SABUGO

85 El textil: lectura de la civilizaciónGRACIA CUTULI

92 Reseña de libro

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6AREA 13

AUTORIDADES DE LA FADU

DECANO

arq. Jaime Sorín

VICEDECANO

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SECRETARIO GENERAL

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COORDINACIÓN DE GABINETE

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EDICIÓN AREA

SECRETARÍA DE EXTENSIÓN

SUBSECRETARIO DE MEDIOS Y COMUNICACIÓN

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DIRECCION DE PUBLICACIONES

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DISEÑO

dg. Paula Salzmandg. Paula Martín

DISEÑO Y TRATAMIENTO

DE IMÁGENES DE APERTURA DE NOTA

dg. Paula Martín

Las imágenes de apertura de nota fueronelaboradas a partir del Espacio UnitarioRecíproco, creado por el Dr. RobertoDoberti (ver página 93).

CONSEJO DIRECTIVO

Claustro de Profesores titulares arq. Guillermo González Ruiz arq. Carlos Gil Casazza arq. Hernán Nóttoliarq. Horacio Wainhausarq. Martín Marcosarq. Luis Brunoarq. Mario Sabugodg. Mónica Pujol Romerosuplentesarq. Esteban Urdampilletaarq. César Pereyraprof. Carlos Trilnickarq. Liliana Calzonarq. Enrique Longinottiarq. Claudio Guerridra. María del Valle Ledesmaarq. Hernán Araujo

Claustro de Graduados titulares arq. Marcelo Lorellidg. Esteban Javier Ricoarq. Ariel Pradelliarq. Daniel Silberfadensuplentesarq. Damián Sanmiguelarq. Osvaldo Vicente Chiricoarq. Cecilia Amstutzarq. Matías Gigli

Claustro de Estudiantestitularessr. Pablo De los Santossr. Juan Buschsr. César Frigolsr. Guillermo Gillisuplentessrta. Daniela San Millánsrta. Nadia Nicolausr. Luis Alocattisrta. Mónica López

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Poder llegar a un nuevo número de la revista es siem-pre una satisfacción, especialmente en un período enque los problemas económicos de la Universidad deBuenos Aires, y en particular los de la FADU, hacendifícil todo aquello que suponga una erogación, porpequeña que sea. Pero la existencia de una publica-ción científica es prácticamente inevitable para unainstitución que no solo es centro de enseñanza sinotambién de investigación. La historia de la revistaAREA, como publicación de la Secretaría deInvestigaciones, desde diciembre de 1992, da cuentade esa necesidad. Este número trae cambios en su cuerpo editorial. JoséL. Caivano, que durante varios años estuvo al frentede la edición, pasa a integrar el comité editorial, mien-tras que Rodrigo H. Amuchástegui, que era el coedi-tor, se ocupa ahora de esa función junto a Sandra I.Sánchez como coeditora. Esperamos que esta nuevaetapa, al contrario de lo que significa tradicionalmenteel número 13, tenga un comienzo venturoso. Con respecto al contenido, el artículo de PaulaPeyloubet y Tomás O’Neill analiza el hábitat populardesde sus carencias y posibilidades, acentuando el roldel factor humano como generador de la dinámicatransformadora. En un horizonte afín, se encuentra elartículo de de Sárraga. La exposición de prácticas einterrelaciones en un barrio modesto de la provinciade Buenos Aires quiere acercar la mirada de un"otro" desde una perspectiva no tradicional. Como

EDITORIAL

> RODRIGO H. AMUCHÁSTEGUI

contraparte, al menos en lo que se refiere al ámbitoespacial tematizado, la ciudad de Roma, la entrevistade Alfonso Valenzuela Aguilera a MaurizioMarcelloni presenta un cambio en la mirada de laplanificación urbana, habiendo tenido su entrevistadoun rol práctico destacado para ello. Ampliando laperspectiva territorial, tenemos el artículo de Pablo A.Prone sobre los problemas que produce el agua en lasedificaciones en la región pampeana y su relación conla problemática ambiental. Esta última cuestión tam-bién está presente en el artículo de MercedesChambouleyron y Andrea Pattini, quienes reflexio-nan sobre la relación que tiene el reconocimiento deldeterioro ambiental a nivel mundial con las prácticasdel diseño industrial. Mario Sabugo muestra su preo-cupación por la formación del arquitecto, desarro-llando y cuestionando la tradición memorística que seencuentra en transición hacia otros modos de ense-ñanza de la historia de la arquitectura. Por último, elartículo de Gracia Cutuli presenta la relación entrecultura y textil, donde este último funciona comoclave de lectura e interpretación de la primera.También hemos incorporado la reseña de un libro deVíctor S. Pelli por Teresa Boselli.Como es característico de una revista que desde sutítulo alude a la reflexión, esperamos que la variedadtemática que presentamos pueda despertarla y produ-cir otros textos de calidad, que permitan engrosar ycontinuar nuestras futuras ediciones

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UN ENFOQUE PSICOLÓGICO COMPLEMENTARIO PARA LAINVESTIGACION EN EL HÁBITAT POPULARQUE REDEFINE EL TEMA-PROBLEMA

A complementary psychological approach forthe investigation in the popular habitat thatredefines the subject problemThe present article tries to contribute someaspects that characterize poverty and their rela-tion with the popular habitat, and to put a differ-ent interpretation of it from an extended visionand the recognition of new generating indicatorsof dynamics for the sector. In that sense analternative epistemological approach will appearrespect to which it is considered to be the popu-lar habitat and its relation with the poor popula-tion, in terms of its potentialities and not only ofits deficiencies, in the search of different andeffective resolutions. The individual aspects andmanifestations that contribute to the develop-ment of the collective systems from the sharedin common accomplishments will be consid-ered. The existence of human factor as a deter-minant of the progress in the habitat still inadverse situations will be considered as adeparture hypothesis.

El presente artículo* intenta aportar algunosaspectos que caractericen la pobreza y surelación con el hábitat popular, reinterpre-tándola desde una visión ampliada de lamisma y reconociendo nuevos indicadoresgeneradores de dinámica para el sector. Enese sentido se presentará un enfoque episte-mológico alternativo respecto de lo que seconsidera que es el "hábitat popular" y surelación con la población pobre, en términosde sus potencialidades, y no sólo de lascarencias, en la búsqueda de resolucionesdiferentes y eficaces. Se considerarán losaspectos y manifestaciones individuales quecontribuyen al desarrollo de los sistemascolectivos, a partir de la autorrealizaciónsolidaria. Se planteará como hipótesis departida la existencia del factor humano comodeterminante de la progresividad en el hábi-tat, aún en situaciones adversas.

enfoque psicológicoconductasnecesidadprogresividadvulnerabilidadreconceptualización

psychological approachbehavioursnecessityprogressionvulnerabilityreconceptualize

> PAULA PEYLOUBET | TOMÁS O’NEILL

Centro Experimental de la Vivienda Económica, CEVE - CONICET

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AREA Nº 13, octubre de 2007 © SI-FADU-UBA

* Este trabajo es parte de la construcción teórica de la tesisdoctoral que la autora está desarrollando en el marco del programa de doctorado bajo la modalidad tutorial, de laUniversidad Nacional de Tucumán, Facultad de Arquitecturay Urbanismo (Peyloubet 2006).

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Primera parte

Caracterizando la nueva visión dela pobreza

Redefiniciones conceptuales preliminaresLa población pobre, ¿debe caracterizarsesolo desde las carencias, o es posible recon-siderar este reduccionismo histórico y rede-finirla a partir de otras categorías que invo-lucren a la cultura, sus significados y cos-tumbres, considerando entonces sus poten-cialidades para contribuir al desarrollo yevolución de dicha redefinición?Al realizarse esta primera pregunta seadvierte que, a partir de la estructura disci-plinar de las investigaciones ortodoxas, no sepueden hallar las respuestas. Cabe aclararque estas investigaciones han sido realizadasa partir de la necesidad, en muchos casos, dediagnósticos situacionales de estado o conenfoques impositivos. Por lo tanto, se inten-tará, en este caso, construir un abordajealternativo que se acerque al interroganteplanteado inicialmente, con el objetivo dellegar a resoluciones de otro orden que arro-jen respuestas más eficaces. Para ello nosbasaremos en el estudio psicológico de losindividuos autorrealizadores de AbrahamMaslow (1968 [1989]), ampliando la filosofíageneral del problema y considerando nuevasvariables de estudio de tipo psicológicas.Este enfoque deliberadamente alternativonos llevará a explorar y originar nuevoscaminos que, seguramente, no serán el findel problema sino más bien se constituiránen una herramienta para abordar problemas.Esta construcción teórica para el abordaje delos problemas referidos a la pobreza es partede los resultados esperados, pues no se tratade la realización de un modelo que intentesólo categorizar a los grupos de estudio,sino más bien se trata de la realización deuna metodología de análisis y reinterpreta-ción diagnóstica que permita el acercamien-to a cada grupo o comunidad para el reco-nocimiento particular de los problemas encada caso, colaborando con la producción derespuestas más adecuadas y eficientes en tér-minos de resolver dichos problemas.La búsqueda de estos resultados defineentonces la preocupación profunda que posee

este enfoque psicológico por abrir nuevoscaminos y por originar nuevas preguntas queconstruyan nuevo conocimiento, más quepara validar o verificar antiguas teorías.Se intentará estructurar un enfoque psicológi-co para abordar el estudio del hábitat populardemandando nuevos aspectos que redefinanel tema, y para ello se plantearán dos nuevaspreguntas, claves para la comprensión delproblema planteado en este trabajo:1. ¿Por qué existen ciertas comunidades o

individuos que pueden realizar cambios positivos y avanzar hacia su desarrollo siendo hacedores de sus propias mejoras?

2. ¿Por qué existen otras comunidades o individuos que nada pueden hacer por mejorar su situación en determinados contextos?

La conducta es siempre motivada y motivan-te, reacciona ante los estímulos externos deacuerdo con su propia formación. Las necesi-dades motivantes del hombre no se reducen alas exigencias básicas de la subsistencia, nosdice Pichón Riviére (Pichón Riviére yPampliega 1985: 54-56). Esto nos coloca fren-te a los conceptos de progresividad y vulne-rabilidad expresados respectivamente en laformulación de ambas preguntas.Se plantea entonces la primera hipótesis apartir de este enfoque: los seres humanoscuentan con potencialidades para provocarsu desarrollo, y algunos, en determinadoscontextos, no lo logran; por lo tanto, es elcontexto social, ambiental, económico ocualquier otro el que provoca importantesinfluencias para la puesta en marcha de esaspotencialidades.Para verificar esta primera hipótesis, sedeberá realizar el análisis de las potencialida-des de los individuos y las comunidadescuyos valores y actitudes los llevan a definiracciones progresivas y acciones vulnerables.Partiendo del individuo, como la mayoría delas teorías psicológicas, se pueden determi-nar y conocer los rasgos de la persona queevoluciona y por carácter transitivo sepodría llegar a reconocer y determinar losrasgos de la sociedad que evoluciona. Laidea clave es entonces la sinergia social.La hipótesis siguiente surge entonces: losindividuos que persiguen su propia evolu-ción, colaboran con la evolución del colectivo

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social. Esto implica una influencia inversa ala que se planteaban en la primera hipótesis.Entonces, los individuos pueden provocarsobre el contexto transformaciones y evolu-ción. Pero, ¿qué es "evolución" entonces?Comúnmente se considera que es la satisfac-ción de las necesidades básicas, ya reconoci-das por todos nosotros, de característicasesencialmente materiales, la que -apoyándo-nos en la teoría de Darwin- ha ido constru-yendo un ser sobreviviente fuerte. A estaconcepción se le agrega la satisfacción denecesidades psicológicas como: seguridad,protección, amor, respeto, autoestima, iden-tidad. La satisfacción de ambos grupos denecesidades genera la autorrealización,pudiendo así contribuir como individuosfuertes al desarrollo social del conjunto.A partir de estas primeras elucubraciones teó-ricas se pueden elaborar una tercera y cuartahipótesis: la satisfacción de las necesidadesbásicas y psicológicas genera individuos auto-rrealizados, por consiguiente, genera socieda-des que pueden alcanzar la progresividad. Lainsatisfacción de las necesidades básicas y psi-cológicas genera individuos no realizados y,por lo tanto, sociedades posiblemente vulne-rables (Peyloubet 2005).Es razonable suponer que existe una voluntadactiva por ser individuos satisfechos. Es ver-dad que todos los seres humanos tenemospotencialidades, móviles hacia el desarrollo,es decir un impulso hacia el crecimiento yactualización de esas potencialidades. Sinembargo, también nos enfrentamos a pocosindividuos que lo logran. ¿Por qué aconteceque no todos lo consiguen? ¿Qué lo impide?Convendrá dilucidar estos interrogantesobservando individuos insatisfechos y comu-nidades sin riqueza, es decir vulnerables.Ahora bien, cuando se llegan a poner en mar-cha las potencialidades individuales, se pue-den reconocer estrategias para transformar larealidad y alcanzar los satisfactores. Se definela quinta hipótesis entonces: la existencia ypuesta en marcha de las potencialidadeshumanas, individuales y colectivas, es sinérgi-ca respecto de la satisfacción de necesidades.Consideremos ahora el concepto clave: lapérdida o la falta de actualización de laspotencialidades humanas no permite alcan-zar la satisfacción de las necesidades indivi-

duales y, por lo tanto, no colabora con laprogresividad colectiva. Frente a todas estas hipótesis, y en relacióncon la búsqueda de consecuencias observa-cionales, surge nuevamente la preocupaciónpor la elección de las comunidades de estu-dio que darán marcha a la investigación. Silas generalizaciones teóricas surgen del tipode comunidad seleccionada, se puede decirque si se escogen comunidades progresivas,entonces se tendrá una visión específica de lacomunidad en desarrollo: se descubrirá quélas moviliza. Por otra parte, si se escogencomunidades vulnerables, entonces se descu-brirá qué las inmoviliza. Éste es el enigmaque se quiere dilucidar 1 (Maslow 1971 [1982:271-285]). Para ello se deberá trabajar meto-dológicamente sobre comunidades progresi-vas y vulnerables dilucidando sus conductas 2

(Bleger 1973 [1983: 23-27].

Segunda parte

Impacto de la satisfacción de lasnecesidades

Diversidad disciplinarEs verdad que los métodos científicos sonmedios decisivos para acercarnos a la verdad,pero no hay razones para que la ciencia seauto-limite a los métodos de investigaciónortodoxos y que renuncie a los privilegiosdel avance científico en términos sociales(Klimovsky e Hidalgo 1998: 19), para lo cualseguramente es necesario ampliar dichosmétodos, los campos de la ciencia y lasvariables a estudiar.El hombre como objeto de estudio necesa-riamente requiere de nuevas formas de acer-carse para su análisis. La psicología, desde elestudio de la persona como individuo en unmedio social, aceptando la autonomía de lapersonalidad, debe ser considerada comouna variable de análisis a introducirse en losmétodos científicos para la investigación enel hábitat popular. La sociología, por otraparte, como estudio de los determinantesextra psíquicos de los individuos en relacióncon un medio social, debe convertirse enotra variable de análisis. Por último, laantropología entendida como "un conjunto

12. Estas hipótesis planteadas ingenuamente están soste-

nidas indirectamente por lateoría de las meta-necesidadesy meta-patologías descriptaspor Abraham Maslow en sulibro La personalidad creadora(1971).

2. El estudio de la conducta se relaciona en forma

directa con la personalidad delindividuo y es inseparable delcontexto social. La conductacomo proceso dinámico y nocomo producto "cosa".

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de símbolos, valores, actitudes, habilidades,conocimientos, significados, formas decomunicación, formas de organización socialy bienes materiales que hacen posible la vidade una sociedad, permitiéndole transformar-se y reproducirse" (Bonfil Batalla 1991: 128),constituye la tercera disciplina que debeinvolucrarse como variable si se quiere anali-zar el hábitat popular integralmente.

La progresividadEs a partir de esta perspectiva teórica con quese intentará construir la resignificación de lapobreza y su relación con el hábitat popularconsiderando para ello dos importantes ejesde análisis basados en la postura antropológi-ca de Bonfil Batalla (1991: 49-57):> La reivindicación del pluralismo

cultural, para el cual no existen respues-tas universales, únicas y absolutas, yaque dichas respuestas no son indepen-dientes ni están aisladas de un todo arti-culado que es la cultura, en donde losbienes se valoran de diferentes modos.

> La autonomía, que valora, utiliza y des-arrolla los recursos y capacidades queexisten en el conjunto social conforman-do alternativas diversas para dar res-puestas a los mismos problemas.

La producción cultural, a partir de la sim-biosis psicológica-sociológica del par indivi-duo-sociedad, es el acervo de elementos deconstrucción social, tangibles e intangibles,que una sociedad considera de su propiedady los utiliza para dar respuesta a sus necesi-dades, para alcanzar sus aspiraciones, pararesolver sus problemas y para expresarse.Según este planteamiento, la progresividadno estaría restringida a la producción mate-rial, sino que abarcaría las costumbres, losconocimientos, los significados, las habilida-des y las formas de expresión, que pocasveces son reconocidas en las acciones sobreel hábitat popular.Se involucrará entonces en el enfoque elanálisis psicológico del individuo, el socioló-gico de la comunidad y el antropológico delhombre como ser cultural, con el ánimo decomenzar a explorar y dilucidar ciertosumbrales que hacen a la comprensión deltema-problema que se espera redefinir y

reinterpretar en este trabajo. Para ello, loprimero que se intentará es esclarecer el sig-nificado material y simbólico de las necesi-dades básicas o instintivas y psicológicas, yareferidas en párrafos anteriores.¿Qué son las necesidades básicas o de tipoinstintivas? ¿Cómo se entienden en general aéstas? Desde un punto de vista psicológico,podrían comprendérselas a partir de la priva-ción de ciertas satisfacciones de orden mate-rial relacionadas con la sobrevivencia en unescenario contemporáneo, pues cuando seeliminan estas privaciones a partir de unsatisfactor adecuado la necesidad desaparece(Maslow 1968 [1989:51-52]). ¿Qué son las necesidades psicológicas o deorden superior? Son aquellas que definen laexistencia de satisfacción espiritual a partirde las contenciones profundas surgidas delafecto, la seguridad, la pertenencia, la acepta-ción, la autoestima y el respeto.Ambas necesidades satisfechas generan unhombre autorrealizado capaz de ofrecer a sucomunidad colaboración en la dinámicacolectiva de progresividad en el hábitat.Ahora bien, si se define al desarrollo como elconjunto de diversos procesos que conducena la persona hacia la autorrealización defini-tiva, se deberá considerar no sólo la satisfac-ción progresiva de las necesidades básicas ypsicológicas antes mencionadas, hasta elpunto de lograr su desaparición, sino lasmotivaciones específicas que condujeronhacia ese desarrollo por encima de las pro-pias necesidades.Se puede realizar una primera reinterpreta-ción de las necesidades hacia la autorrealiza-ción individual y hacia la progresividadcomunitaria. Se podrán reconocer comonecesidades deficitarias-básicas a las surgidasde la carencia de diversos factores, y necesi-dades de desarrollo-psicológicas a las moti-vaciones de orden superior que generandinámica en la estructura de progresividad(Maslow 1971 [1982: 335-352).Evidentemente, se podría decir que la perso-na que está dominada por las necesidadesdeficitarias se desenvuelve de manera dife-rente de aquella que se moviliza por necesi-dades de desarrollo, y sus logros por conse-cuencia también lo son. La progresividadestará signada, en una primera instancia, por

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un comportamiento motivado por la bús-queda de la satisfacción de necesidades defi-citarias, y luego a partir de la reducción deéstas, se podrá asumir un nuevo motor demarcha, el de las necesidades de desarrollo.Existe, según Maslow (1968 [1989: 51-79]),una cierta connotación en las conductas quese generan con la búsqueda de la satisfacciónde las necesidades, según sean éstas deficita-rias o de desarrollo:> La satisfacción de necesidades deficita-

rias produce una reducción en las ten-siones, con el riesgo de disminuir lamarcha de ascenso en el crecimiento y eldesarrollo hacia la progresividad.

> La satisfacción de las necesidades dedesarrollo, mantiene la tensión, lo queproduce un estímulo constante y porconsiguiente un continuo ascenso en elcrecimiento y el desarrollo hacia la pro-gresividad.

Para el primer caso –necesidades deficita-rias–, es de esperar que al alcanzar la plata-forma de la satisfacción se produzca unaausencia de motivación que paralice al indi-viduo (Figura 1).Para el segundo caso –necesidades de des-arrollo– al contrario, alcanzar la satisfacciónacelera el estado tensional y surgen nuevasmotivaciones, desapareciendo completamen-te la idea de "plataforma" de llegada, que seconvierte entonces en punto de despeguenuevamente (Figura 2).Se pueden reconocer entonces, a partir de lasexpresiones anteriores, cuáles son los prime-ros indicios de la progresividad: la motiva-ción por satisfacer necesidades de desarrollo.Otra característica a considerar, que indicaMaslow (1968 [1989: 251-282]) en el des-arrollo de su teoría, es que en las necesidadesdeficitarias el medio es un factor transforma-dor y los agentes externos se convierten en

las herramientas indispensables para reducirlas mismas. En el caso de las necesidades dedesarrollo, el medio es el transformado. Deallí el poder de acción que tienen estas últi-mas necesidades.Según Pichon Riviere, el hombre se entiendecomo configurándose en una actividad trans-formadora, modificando al mundo, y éste a él,en una relación dialéctica, cuyo motor es lamisma necesidad (Pichón Riviére y Pampliega1985: 11). A partir de esta afirmación, sepuede explicar la posición del presente enfo-que respecto de la influencia del individuoautorrealizado sobre su medio, en términosde enriquecer la comunidad y colaborar comofactor sinérgico en la consecución de la pro-gresividad del hábitat de dicha comunidad.Desde este enfoque es posible analizar lascomunidades en relación a sus actividades,sus producciones y logros, y distinguir susituación de progresividad (satisfacción denecesidades de desarrollo) o simplemente demejoras (satisfacción de necesidades deficita-rias). Se advierte que esta es una diferenciaprincipal. Alcanzar la satisfacción de necesi-dades deficitarias no hace progresiva a lacomunidad, ni al individuo y por supuestotampoco al hábitat. Es el llegar a plantearnecesidades de orden superior y satisfacerlaslo que pone en categoría de progresiva a lacomunidad, individuo o hábitat. Esto es loque se debe validar, a través de las observa-ciones de campo en una investigación, paradescubrir el hábitat popular progresivo o elvulnerable.En este andar teórico algo más se puededecir para caracterizar el enfoque, y es quelas motivaciones deficitarias que conducen asatisfacer necesidades deficitarias ponen a losindividuos frente a relaciones interpersona-les, lo que siginifica la construcción de redessociales, ya que se espera del contexto la cola-

Figura 1 y 2

14AREA 13

boración para las transformaciones. Lasmotivaciones de desarrollo que conducen asatisfacer necesidades de desarrollo son intra-personales, lo que significa la construcción dela fortaleza del individuo, en términos de cre-cimiento pleno, que contribuirá a producirlos cambios sobre el medio necesarios paraalcanzar la progresividad.¿Cuál es entonces la primera deducción fren-te a estas afirmaciones de orden teórico?Existen primero necesidades deficitarias quenos convocan como seres colectivos, luegoactuamos fortalecidos de manera individualen la transformación del medio. Otra vez laclave es la sinergia social.¿Cómo se desencadenan las motivacionesque nos impulsan a un determinado accio-nar, a la búsqueda de la satisfacción de nues-tras necesidades? Según Maslow, "la motiva-ción se desencadena por el principio quesubyace en todo desarrollo humano, quecumple con la tendencia cíclica de la apari-ción de una nueva necesidad cuando lainmediatamente inferior se ha eliminado pormedio de una satisfacción adecuada pudien-do avanzar hacia una experiencia más com-pleja" (Maslow 1968 [1989: 92]).Existe entonces una jerarquía y ordenamien-to de las diversas necesidades, y la potencia-lidad de alcanzar su satisfacción, en tantoalcancemos las de menor jerarquías. A estaaltura corresponde que se mencione expresa-mente el significado de la "autorrealización".Esta autorrealización es la liberación de lapersona de los problemas deficitarios, lo quecoloca al individuo, no en una ausencia deproblemas, sino más bien en el paso, en latransición entre un problema de orden mate-rial, a un problema de orden superior, a par-tir de la posibilidad del reconocimiento y laconcientización de dicho problema.Desde este enfoque psicológico, los signosque identifican a los individuos autorrealiza-dos y a las comunidades progresivas, podríanser (ver Tabla 1):

Si éstas eventualmente pueden ser variablesde índole psicológico que caracterizan alhábitat progresivo: ¿cuáles son las que carac-terizan al hábitat vulnerable?, ¿se puede teneruna postura "aristotélica", A o no A(Klimovsky 1994 [1997: 94]) frente a estosindicadores caracterizadores, es decir, dar porvulnerable aquel hábitat que no posea estosindicadores progresivos?Se considera que corresponde construir indi-cadores que caractericen al hábitat vulnera-ble desde el ser y no desde el no ser. Se niegala postura aristotélica en este caso, parapoder configurar con mayor certeza lascaracterísticas propias del hábitat vulnerable.Se planteará al hábitat vulnerable desde lo queobstaculiza su desarrollo, con la intención dealcanzar resultados que construyan nuevosindicadores que expresen dichas carencias.Para iniciar este planteamiento, a nivel proce-dimental y en relación a una secuencia lógicade descubrimientos, se deberán definir losvalores de orden superior hacia los que tiendeel hombre y que lo posicionan en situacionesde desarrollo, a partir de los cuales entoncesse deberán descubrir los valores que posicio-nan al hombre en situaciones de estancamien-to, que lo alejan del desarrollo e inhiben en laconstrucción de motivaciones para la búsque-da del crecimiento.Se comenzará por el estudio de las libres elec-ciones que hacen los indviduos al vivir entrelas diversas alternativas. Esto es la construc-ción de valores en relación a la búsqueda delos satisfactores que comenzarán en un ordencreciente, de necesidades deficitarias hacianecesidades de desarrollo. Se considerará quelas necesidades de desarrollo son las queconstruyen el ser social, inmerso en un con-texto colectivo, apuntalando el desarrollo delas capacidades y la actualización de laspotencialidades, indispensables para alcanzarla autorrealización y la progresividad.Volviendo al inicio de las expresiones reali-zadas en las primeras hipótesis planteadas se

Tabla 1Signos que identifican a losindividuos autorrealizados y alas comunidades progresivas.

Individuo ComunidadEstructura psicológica del individuo autorrealizado Estuctura sociológica del hábitat progresivo

Satisfacción de la necesidad de desarrollo Percepción de la necesidad de desarrolloApertura a experiencias interpersonales Conformación de redes socialesIntegración voluntaria Estructura comunitariaIdentidad Pertenencia a grupo, arraigoCapacidad autónoma Capacidad de gestiónCreatividad Búsquedas de alternativasEstructura interior democrática Distribución de poderCapacidad afectiva Comportamiento afectuosoCapacidad de expresión Participación

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puede construir ahora una hipótesis más: lasnecesidades deficitarias requieren del mediopara ser transformadas y las necesidades dedesarrollo transforman el medio, por lotanto, las relaciones interpersonales e intra-personales son indispensables para llevar acabo una evolución hacia la progresividad.

La vulnerabilidadEn esta etapa se planteará qué es lo que obs-taculiza el camino del desarrollo. A partirdel ser y no ser, A y no A según la concep-ción de Aristóteles, podría decirse prelimi-narmente que las comunidades vulnerablesse caracterizan por no poseer los indicadoresde las comunidades progresivas, es decir,presencia de vulnerabilidad desde la ausenciade progresividad. Pero sería un error en elenfoque integral, se estaría frente a un reduc-cionismo inaceptable.El desafío entonces será descubrir y definirlos indicadores específicos que caractericen ala vulnerabilidad más allá de la carencia deindicadores de progresividad. Desde unavisión psicológica se puede explicar estaantítesis progresividad-vulnerabilidad, acep-tando que existen en los individuos dos fuer-zas de acción, no sólo motivaciones positivasque empujan hacia adelante, sino tambiénfuerzas regresivas que impiden la marcha.La presencia de esas fuerzas regresivas sonlas que probablemente ocasionan debilidadindividual y vulnerabilidad social. La litera-tura de la psicología y psicopatología diná-micas constituye una información relevanteen términos de comprender estas situacionesde debilidad y temores del hombre.Apoyándonos en este tipo de teorías seintentará caracterizar la vulnerabilidad queposeen algunas comunidades que las colocaen estados de indefensión.¿Se podrá comprender porqué algunas per-sonas se rehusan 3 a avanzar hacia el desarro-llo?; ¿se podrá conocer acerca del porqué

estas comunidades obran vulnerablemente?La psicología y la psicopatología lo hanestudiado y existen respuestas para ello en elmarco de estas disciplinas.La presencia de debilidad es conocida, desdelas distintas terapias, como la inhibición,supresión y represión de la naturaleza origi-naria del hombre hacia el desarrollo conplena voluntad. Esta situación es fruto decontextos y culturas que no valoran para elcolectivo social la capacidad de elección y latoma de decisiones propias. Se puede decirentonces que es el caso de sociedades depoder y sociedades de control que no esti-mulan las libres elecciones de sus ciudada-nos. Esto es peligroso. En tal caso se estáfrente a una situación de necesidad deficita-ria -interpersonal-, tal como se había defini-do anteriormente, que se impone exógena-mente y que sólo podría ser revertida portransformaciones de ese medio. Primera con-clusión: el medio construye y es cómplice dela vulnerabilidad social. Se deberá comenzarpor definir y reconocer en las investigacio-nes del hábitat popular vulnerable los con-textos en que se mueven.La quietud y estancamiento en que seencuentran el individuo débil y la sociedadvulnerable se definen desde las siguientesnecesidades de desarrollo que, de acuerdo alas elucubraciones realizadas hasta elmomento, estarían presentes en todo serhumano, siendo éstas: la capacidad de asumirsus propias elecciones, tomar responsabilida-des, el autoconocimiento y el valor para elmejoramiento. Si éstas están ausentes, ¿sondeficiencias atribuibles a la ignorancia? Y, ental caso, ¿quién es responsable de la ignoran-cia colectiva o individual que paraliza el de-sarrollo humano y por ende del hábitat?Se podrían intentar definir, en una primerainstancia, los signos que identifican al indivi-duo débil y a la sociedad vulnerable (verTabla 2).Considerando estos signos de vulnerabilidad

3. Rehúsa, entendido de manera irónica ya que

todos poseemos la voluntad yel deseo de superación y des-arrollo, pero existen a la vezrazones psicológicas y socio-lógicas que colocan en burbu-jas a los seres humanos y queles impiden el avance. A esoirónicamente llamaré "rehu-sar", con la certeza que estoy,según las terapias psicológicasfrente a la ausencia de saludcompleta individual o social.

Individuo ComunidadEstructura psicoógica del hombre débil Estuctura sociológica del hábitat vulnerable

Baja capacidad de elección Elecciones y decisiones en manos de otros Baja toma de decisiones sectores. Falta de poderBajo autoconocimiento Desconocimiento de potencialidadesBaja estima Desvalorización de capacidadesPresencia de temor Indefensión, inseguridadPesimismo Desconocimiento de fortalezas

Tabla 2Signos que identifican al individuo débil y a la sociedadvulnerable.

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y de progresividad (Tablas 1 y 2), se puedenempezar a definir cuáles son las característi-cas presentes en el hábitat popular progresi-vo y cuáles son las presentes en el hábitatpopular vulnerable. Se podrá describir haciaqué valores deberán tender el ser humano ylas comunidades para alcanzar la progresivi-dad y cuáles deberán abandonar para alejarsede la vulnerabilidad.

Tercera parte

Reflexiones finales

Abriendo camino conceptualPero aún se está en la revisión de un marcoteórico y argumental que construya un enfo-que sólido en la red hipotética. 4 Es decir quehasta aquí, se ha intentado construir unnuevo enfoque epistemológico desde unavisión integral, que presenta al hombrecomo centro del análisis y comprensión delas elucubraciones teóricas referidas al hábi-tat popular y sus posibilidades de evolucióna partir de la incorporación metodológica dedisciplinas como la psicología, la sociologíay la antropología, en términos de actitudesindividuales y prácticas sociales insertas endeterminados contextos.Ya en este nivel de reflexiones, cabe formu-larse nuevamente la pregunta inicial parareorientar las dilucidaciones. ¿Es desde lascarencias o desde las potencialidades de lapobreza que podrán construirse nuevasestrategias que superen los resultados conse-guidos hasta hoy en relación a la evolucióndel hábitat popular? Y estas potencialidades,que según las hipótesis aquí planteadas sonlas hacedoras de progresividad en el hábitatpopular, ¿en qué dimensiones del problemapodrán ser halladas? Para evitar los reduc-cionismos de distintos tipos es que parecenecesario abordar el tema desde enfoquesmúltiples e integrales, de allí la validación deuna mirada sobre los aspectos psicológicos,sociológicos y antropológicos.Por otro lado, hasta este momento y desdeeste enfoque epistemológico, se han recono-cido dos ejes para la comprensión del fenó-meno de la progresividad y de la vulnerabili-dad, uno referido a aspectos estructurales y

de contexto, que se relacionan con lo que seha llamado "necesidades deficitarias" y quetambién se reconocen comúnmente comobásicas, que generan relaciones interpersona-les y que alimentan el mejoramiento de lascondiciones iniciales; otro referido a lasmanifestaciones de la espiritualidad humana,que reconoce al individuo y luego al colecti-vo social que se han llamado "necesidades dedesarrollo" o "de orden superior", que sos-tienen probablemente la progresividad y quegeneran la dinámica intrapersonal en dondeaparentemente se estructura la plenitudhumana individual y colectiva.El reto intelectual parece ser la combinaciónde estos dos ejes de análisis que permitanmanejar indicadores que midan y caracteri-cen los estados de pobreza y su relación conel hábitat popular progresivo o vulnerable,con el objetivo de hallar propuestas posiblesy viables para su evolución. Tal vez enton-ces, no solo sea un reto intelectual, sino unreto para las políticas públicas poder fundiren acciones estos dos ejes fuerza.Creo que se está atravesando un momentohistórico donde la única certeza que existe,en términos del tema-problema planteado, esla necesidad de quiebres y búsqueda de nue-vos paradigmas que expliquen y resuelvan lasituación actual. Una manera de hacerlo esenfrentarse a la clarificación de conceptos,intentando salir de los determinismos yreduccionismos que imponen los regímenesactuales, tendenciosos y equivocados.¿Será posible generar, a partir de la construc-ción de un nuevo o más completo conoci-miento del hábitat popular y la pobreza,estrategias de cambio contundentes? ¿Haysuficientes estímulos morales y simbólicospara hacerlo? (Peyloubet 2006)

4. Se hace alusión a losconceptos de "corrobora-

ción y refutación" propia delMétodo Hipotético Deductivosegún K. Popper (Klimovsky1994 [1997: 139-141]).

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CURRÍCULUM

PAULA PEYLOUBET es arquitecta y magister en desarrollo urbano

(1999) de la Universidad Nacional de Córdoba. Actualmente es

postulante al doctorado en Arquitectura de la Universidad

Nacio-nal de Tucumán con el tema: "Hábitat popular progresivo.

Reinterpretación de los factores que intervienen en su producción".

Ha desarrollado becas de investigación de CONICET desde 1997

hasta el 2003. Actualmente es investigadora de CONICET y de-

sarrolla sus actividades en el Centro Experimental de la Vivienda

Económica desde 1996. Es docente de grado de la Facultad de

Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional

de Córdoba. Es profesora invitada en cursos de posgrado nacio-

nales e internacionales.

Ha participado como invitada en congresos, seminarios, cursos

de posgrado y actualización nacionales (Córdoba, Tucumán, La

Plata, Mar del Plata) e internacionales (España, México,

Guatemala, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) presentando

diversos temas referidos al hábitat popular, el desarrollo tecnoló-

gico y las transferencias tecnológicas, resultados de sus investiga-

ciones y acciones en dicho campo.

TOMEAS O’NEILL es arquitecto de la Universidad Nacional de

Córdoba, iniciando actualmente su tesis doctoral también en la

UNC con el tema: "Diseño, desarrollo y producción de tecnología

de casapartes, a partir de maderas de crecimiento rápido, en el

marco de la adaptación de teorías estructurales existentes".

Actualmente es Becario de CONICET y desarrolla sus actividades

en el Centro Experimental de la Vivienda Económica desde 2004.

Es docente de grado de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo

y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.

Centro Experimental de la Vivienda Económica (CONICET)Universidad Nacional de Córdoba | Igualdad 3585, 5003 Villa Siburu,Córdoba.

Tel./fax: (0351) 489-4442E-mail: [email protected]

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BLEGER, José. 1973. Psicología de laconducta (Buenos Aires: Paidós, 1983).

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KLIMOVSKY, Gregorio. 1994. Las des-venturas del conocimiento científico(Buenos Aires: AZ Editora, 1997).

——. y Cecilia HIDALGO. 1998. Lainexplicable sociedad (Buenos Aires: AZEditora).

MASLOW, Abraham. 1968. Toward apsychology of being (Nueva York: LittonEducational Publishing, Inc.). Trad. espa-ñola por Ramón Ribé, El hombre autorre-alizado. Hacia una psicología del Ser(Buenos Aires: Troquel, 1989).

——. 1971. Shambhala. The farther ofhuman nature (Nueva York: Bertha G.Maslow Ed.). Trad. española por RosaMaría Rourich, La personalidad creadora(Buenos Aires: Kairos, 1982).

PEYLOUBET, Paula. 2005."Investigación en el hábitat popular apartir de la dialéctica entre sujeto cog-noscente y sujeto por conocer" en IIJornadas de Investigación. Facultad deArquitectura, Urbanismo y DiseñoIndustrial (Córdoba: Ed. UniversidadNacional de Córdoba), 341-362.

——. 2006. Hábitat popular progresivo.Reinterpretación de los factores que inter-vienen en su producción (Tucumán:Universidad Nacional de Tucumán, tesisdoctoral inédita).

PICHON RIVIÉRE, Enrique y AnaPAMPLIEGA. 1985. Psicología de la vidacotidiana (Buenos Aires: Nueva Visión).

RECIBIDO: 30 marzo 2005 ACEPTADO: 10 marzo 2006

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REFLEXIONES METODOLÓGICAS SOBRE UN TRABAJO DE CAMPO EN FLORENCIO VARELA

Methodological reflections about fieldwork inFlorencia Varela.The text synthesises aspects of a wider analy-sis concerning groups and practises, put for-ward by a fieldwork made in Florencio Varela. The starting point is the search for overcomingthe limits of my basic instruction as an archi-tect with knowledge on urbanism, in order tobe set with social-anthropological views andtrends. From such articulation, transdiscipli-narity is proposed, were the dense, sensitivedescription allows endowing architecture andurbanism a much more socialised, human andcontextualized view in the plural analysis ofpractises, acts, spatialities, life stories, dis-courses and buildings. A strong accent ismade on the interrelation of groups and prac-tises in the neighbourhood. That accent is notonly pertinent for the mentioned disciplinesbut also for the social anthropology from theproposed integrality and a social-space sense,not static but articulated and changing. Theempiric task requires a methodological sup-port were the ethnographic techniques aremade in connection with a space relief ofarchitecture and urbanism belonging to thosedisciplines.

El texto sintetiza un análisis más extensodesarrollado en base a un trabajo de camporealizado en Florencio Varela. El punto departida se sitúa en la superación de los lími-tes de mi formación básica de arquitecto conconocimientos de urbanismo, para ponerlosen juego con enfoques de antropología social. Dicha articulación promueve transdisciplina-riedad; la descripción densa y sensiblepermite devolver hacia la arquitectura y elurbanismo una mirada más socializada,humana, contextualizada en el análisis con-junto de prácticas, espacialidades, historias,discursos. Se acentúan aspectos de interre-lación de grupos y prácticas del ámbitobarrial: interior y exterior de viviendas,calles, avenidas, instituciones locales, muni-cipio. Desde la integralidad propuesta dichoacento tiene no sólo pertinencia hacia lasdisciplinas mencionadas sino también haciala antropología social. El sentido del ámbitodoméstico necesita, además del análisis teó-rico, un apoyo metodológico donde las técni-cas etnográficas se realizan en conjunto conrelevamiento espacial de arquitectura y urba-nismo comunes a esas disciplinas.

arquitecturaurbanismoantropología urbanareflexiones metodológicastransdisciplinaámbito doméstico

architectureurbanismurban antropologymethodological reflectionstransdisciplinedomestic sphere

> RICARDO DE SÁRRAGA

Universidad de Buenos Aires

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AREA Nº 12, agosto de 2006 © SI-FADU-UBA

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Introducción

Este artículo1 tiene por finalidad realizarreflexiones metodológicas sobre un trabajode campo en el barrio de San Francisco, enel partido de Florencio Varela, durante losaños 1999 y 2000.2 Parte de la inquietud desumar a la arquitectura y el urbanismo unamirada más humana y sensible, y un acerca-miento al "otro" habitante, sujeto, sobre labase de un trabajo transdisciplinar con fuer-te contenido social. Cabe destacar que teoríay descripción densa3 de campo no son escin-dibles: no sería posible aquí elaborar teoríasin describir aspectos significativos del espa-cio físico y social con los cuales ésta dialoga.Así como descripción implica categoriza-ción, estratificación, elección, es decir, mira-da distanciada en laboratorio, la teoría serealiza teniendo en cuenta que dicha des-cripción necesita la mutua implicación de losactores (habitantes, e incluso el investigador)en el campo de trabajo. Primeramente seanalizará el campo de trabajo transdiscipli-nar, para luego caracterizar el ámbitodoméstico (barrial, similar a vida cotidiana,en adelante AD) de la periferia metropolitanay finalizar con las reflexiones metodológicas.

Definición del campo de trabajo (CT)

Los objetivos generales concurren en la defi-nición de un campo de trabajo (en adelanteCT) donde se articulan las disciplinas de laarquitectura y el urbanismo (sector barrial)y aspectos del saber social basados en laantropología social con orientación urbana.Este CT se fundamenta en la necesidad dereplantear un acercamiento diferente al habi-tante (los grupos y sus prácticas) para laarquitectura y el urbanismo, dado que estasdisciplinas contribuyen a construir el hábitatsistemáticamente, geométricamente, desdeuna posición objetiva externa. El trabajoreflexivo etnográfico propuesto "con y apartir de" (Gúber 1990) la gente involucrada(vecinos, empleados, directivos municipales,el mismo investigador) representa una bús-queda, un acercamiento no encarado aún enforma suficiente por estas disciplinas; obser-vándose en este análisis colaboración mutua,

hibridación conceptual y mixtura técnica.Desde la arquitectura y con experiencia enetnografía se buscó no sólo aportar conoci-mientos hacia la arquitectura y el urbanismosino que desde el CT articulado hacia laantropología se aportaron miradas sobreespacialidades no cristalizadas (vivienda,barrio, municipio) entramadas con actuacio-nes e interpretaciones desde intereses tal vezdiferentes a los que un antropólogo estuvie-ra habituado a plantear. El tipo de análisisresultante en el contexto de este CT planteóentonces la articulación de cada disciplina,aportes, atravesamientos, rozamientosmutuos, colaboración teórica y metodológi-ca, hibridación conceptual y mixtura técnica(Figura 1).

La Figura 1 muestra que aunque, dentro delCT hay un espacio integrado por todos lossectores del círculo, es indudable que otorgamayor solidez al trabajo la articulaciónlograda desde la antropología social (sobretodo en lo urbano como objeto de estudioantropológico), gracias a la base que propor-ciona su saber sobre lo que aquí se llama"ámbito doméstico" (o "barrial"). La expe-riencia etnográfica en conceptos y teoríasaplicadas, metodologías, trabajo de terreno,entrevistas y observaciones, volcada en laorientación propuesta, posibilita en buenamedida la obtención, posicionamiento yprocesamiento de información. Pero, esjusto decirlo, las mayores especulaciones (nolas únicas) que surgieron en la formulacióndel CT consistieron en la vinculación de laexperiencia etnográfica con las disciplinasarquitectura y urbanismo. Por supuesto,ellas también aportan a la articulación con-ceptual y al trabajo en el terreno teorías,concepciones, metodologías y técnicas, fun-damentalmente el sentido del espacio, eldominio de representación gráfica (mapasurbanos, planos de viviendas) y la fuerteintención de abarcar fragmentos urbanosdesde técnicas de planeamiento.En algunos ámbitos de la arquitectura suelecircular un prejuicio, la idea de que losantropólogos no aportan demasiadas coor-denadas físicas en la investigación. Es decir,que ellos no manejan o no se interesan porcuestiones del espacio sino tan sólo de lo

1. Este artículo se basa en la tesis doctoral

con orientación hacia la antro-pología social de R. de Sárraga(2002), realizada en laFacultad de Filosofía y Letrasde la Universidad de BuenosAires, y dirigida por C.Herrán y A. Piqueras Infante.Los enfoques y casos aquíaportados son sintetizados deltexto (y descripción) mayoren San Francisco como enFlorencio Varela.

2. Florencio Varela es un par-tido del tercer cordón

urbano del área metropolitanade Buenos Aires, y SanFrancisco es un barrio aúnperiférico a ese partido en ellímite entre lo rural y lo urba-no. Las visitas se realizaronentre 1999 y 2000.

3. La descripción densa es definida por Geertz (1987)

como "una jerarquía estratifi-cada de estructuras significati-vas, atendiendo a las cuales seproducen, se perciben y seinterpretan los tics, guiños."La descripción densa es prác-ticamente el sostén del trabajoetnográfico, que forma granparte de la tradición antropo-lógica actual.

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que transcurre en su interior. Nada máserrado, dado que desde la ciencia social engeneral, tanto en la antropología social (ensu vertiente urbana, cultural, patrimonial,etc.) como en la geografía y en la sociología(no sólo la sociología urbana), ha habidomucho interés por estudiar el simbolismoespacial, la estructura económica, la historia,etc. con que ese espacio tiene su sentidoconcreto en el mundo. Sin esos aspectos, eseespacio no se hubiera construido. Es ciertoque hay demasiadas investigaciones queacentúan "lo social" dentro de un marcofísico casi prescindible, pero eso es parte deotra discusión. Es más cierto que grandescapítulos de la ciencia social han mostradointerés por ese espacio. Si bien todavía haydiscusiones por saldar (y seguramente conti-nuarán existiendo), no es posible afirmarque la ciencia social se ha desentendido delos lugares donde vivimos.A su vez, desde la ciencia social se tiene elprejuicio que los arquitectos se interesansólo por lo material, físico, color, textura ydimensiones del volumen, como únicoscomponentes de la definición profesional.También es errado. Es cierto que parte delcentro disciplinar se ubicó de forma de nodefraudar inversiones, proyectar volúmenesformalmente válidos para la academia. Estotrajo aparejado el desentendimiento profun-do de los modos de vida urbanos y de lavivienda social en general durante un lapsomuy prolongado de tiempo. La fuerte con-cepción "llave en mano" (proyecto entrega-do para uso posterior), marcó la dicotomíaentre la etapa del proyecto (muy enriquecidapor la proyectualidad disciplinar interna) yla reinscripción social del objeto, ese usoposterior. Además, la visión sociocéntricadel diseño de la vivienda social no sólo hanegado la posibilidad de ubicar como usua-rios a los destinatarios. En realidad, éstos yaeran beneficiarios de una suma de desconsi-deraciones políticas y marginaciones socialesprevias extremadamente potentes. Pero bajola dura corteza de una disciplina refugiadaen los pocos lugares que quedan para obte-ner trabajo rentado en el capitalismo brutalcontemporáneo, hay un magma escondidode trabajos contestatarios, relacionados confilosofía, arte, historia y antropología, pero

que no pueden salir a la luz debido a que elgran mercado (incluido el inmobiliario) nose interesa en ellos. Es cierto que la discipli-na arquitectura prácticamente no ha renova-do sus paradigmas de acercamiento al habi-tante desde Le Corbusier hasta nuestrosdías. Pero también es cierto que el Estado (al menos en Argentina y grandes partes deSudamérica) no participa intentando incluira los sin techo, los villeros, o los que habitanel urbanismo salvaje, el laissez faire (Torres1993), sin más estructura urbana que uncamino de tierra por el cual le cobranimpuesto o un complejo para clase media.Ante tamaño desinterés, el arquitecto no hacriticado esa situación y se quedó al margende la discusión manteniendo su ejercicio deprofesión liberal, preocupado por cuestionesmás cercanas a la definición material y eco-nómica (de los que pueden pagar).Desde la planificación urbana, en cambio, lasituación es diferente, dado que ya hacetiempo se trabaja en marcos de acercamientoal habitante, actuando en gestión e investi-gando profundamente sobre la complejísima

Figura 1 Círculo de aportes al campode trabajo (CT) planteado enla tesis.

Campo de trabajo de la tesis:Grupos y prácticas sociales en el

ámbito doméstico de la periferia metropolitana.

El caso de San Francisco en Florencio Varela

Aporte desde Arquitectura

Aporte desde Urbanismo

Aporte desde el saber social:Antropología social (enfoque urbano)

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realidad urbana. Pero se puede desconfiar,pues ese marco en principio suele estar muyligado a aspectos de la sociología cuantitati-va y a una concepción urbana más ligada a labúsqueda de ejes estructurantes objetivos,layers o capas de infraestructuras y movi-mientos sociales junto a planes de inversio-nes. De esa forma el planificador no sóloparece estar fuera del objeto de análisis sinoque tampoco contaría con tantas herramien-tas para dialogar al interior del cuerposocial, sobre todo en escalas menores depoder. Además, si bien no suele realizarejercicio liberal, muy difícilmente puedaescapar a las expresiones de la política deEstado, las promesas electorales, las falenciasde la democracia actual con poca participa-ción. Por lo tanto, los caminos más abiertosal entendimiento equilibrado entre lo microy lo macro descansan en autores responsa-bles (Robirosa, Pelli, Jáuregui) que no sue-len formar parte de la esfera oficial delconocimiento que se aplica.Desde el enfoque planteado, se buscó enbuena medida un cambio en la sensibilidaddisciplinar de partida, con la finalidad deconfigurar un perfil mixturado (que aportaraa cada sector del círculo), que abarcara demanera integral a un sector urbano, y queprodujera conocimiento sobre lugares yactuaciones más próximas y menos genera-les. El entrecruzamiento de enfoques del CT

en el terreno, produciría de esta manera unperfil de arquitecto acostumbrado a abordarla ciudad y la vivienda desde una miradasocial: que realiza trabajo etnográfico, arti-cula planos y documentación gráfica, infra-estructuras y servicios urbanos, comporta-mientos, actuaciones y significados al inte-rior de organizaciones locales y municipales,y planes de salud y vivienda del Estado.

Análisis del ámbito doméstico (AD)

En el barrio de San Francisco se buscó pri-mariamente interpretar cómo las familiasconstruyen el barrio y cómo éste a su vezmodela, transforma, y construye a las mismas familias. El interés teórico se articu-la con el empírico para intentar desentrañarde qué manera las diversas familias o unida-

des domésticas4 interaccionan entre sí y en un ámbito de intercambio barrial5

(a la vez que sus integrantes lo hacen en elpropio domicilio).En concreto, el AD del barrio de SanFrancisco corresponde a la periferia de laciudad de Florencio Varela (inmersa en elconurbano bonaerense), y refiere a un sectorurbano, conjunto de mosaicos urbanos hete-rogéneos, varios sectores de tejido físico(con poca infraestructura) y social (con fuer-te mutación) ubicados en los tramos finalesde esa ciudad. Involucra al espacio social,vecindario, en una versión independiente dela inscripción en distrito, barrio, localidad.Es el lugar significado e interactuado (porvecinos, grupos, sujetos sociales) donde sebrindan intercambios cotidianos variados yse realizan prácticas pertinentes para habi-tantes de muy diversa índole. Pareciera queel AD podría situarse en un área física deter-minada, un área administrativa llamadabarrio, aunque también podría circunscribir-se proyectando los intercambios sociales enel espacio. Sin embargo el AD es algo máscomplejo. Bastante se ha enfatizado en quelos estudios de caso de antropología urbanasobre la pobreza tienden a cristalizar la reali-dad. La complejidad del AD no es tal sólopor la multiplicidad, variación y riquezainterna, sino fundamentalmente por su dia-léctica con redes variables, su "perspectivarelacional" (Hannerz 1980, Pujadas 1996).Este AD es un submúltiplo minúsculo de lagran mancha urbana del conurbano bonae-rense. En general, este conurbano bonaeren-se presenta un entramado aluvional (nuncaidéntico entre distritos o partidos), queincluso tuvieron historias locales diferentes.La historia del partido de Florencio Varela,integrante del tercer y último cordón delÁrea Metropolitana de Buenos Aires, deten-ta un pasado de chacras y estancias que haciafines del siglo XIX estaban muy lejos deBuenos Aires y relativamente cerca delnúcleo de Quilmes, partido del cual se inde-pendizó en 1891.Tras la época de fiebres y hacinamientourbano de fines de siglo diecinueve, hubo unincipiente traslado de inmigrantes europeosy terratenientes que formó un conjuntourbano disperso y tranquilo (rodeado de

4. En la tradición social existen diferencias entre losconceptos de familia y unidaddoméstica. La "unidad domés-tica designa un grupo quecomparte una unidad residen-cial y generalmente posee unaeconomía común ... tiene unaconnotación espacial, se cir-cunscribe a los miembros quehabitan una vivienda, y estehecho se relaciona, casi siem-pre, con vínculos familiares yuna economía compartida. Lafamilia, y aún más, la parente-la, exceden generalmente elámbito espacial de la unidaddoméstica. La reproducción searticula en el seno de las uni-dades domésticas, que suelentener una olla común, perotambién las familias, indepen-dientemente de que sus miem-bros compartan una residen-cia, juegan un papel importan-te en los procesos reproducti-vos" (Margulis 1996). Aquí nose toman como sinónimos,sino convocando a espectrossimilares. Independientementeque se entreviste a la jefa deunidad doméstica, no significaque la familia quede escindidadel análisis; por el contrario,están muy vinculadas.

5. Es necesario tener en cuenta que en la actualidad laidea de barrio puede llegar aser muy ambigua por su con-notación cristalizada en secto-res centrales de la gran urbe:se la usa masificando lugaresmuy dispares. Además lasestadísticas censales en laArgentina (INDEC, InstitutoNacional de Estadísticas yCensos, dependiente delMinisterio de Economía) hancambiado tanto las referenciasgeográficas de sus guarismosentre cada censo, que resultacasi imposible para un investi-gador hacer un recorrido esta-dístico de familias y prácticasde un "barrio" como unidadde análisis, no sólo enFlorencio Varela sino en cual-quier lugar del AMBA.

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colonias de escoceses); un poblado del inte-rior, con mitos y folclore propio (OrquetaCura, Casa de Tejas). Luego de sucesivasacciones internas para valorizar las tierras, ylentos ingresos e incipiente consolidación detejido urbano, en 1948 la provincia creó elConglomerado Bonaerense que tenía aFlorencio Varela como integrante, y en 1953se declaró ciudad al centro local. La mayoríade los estancieros optaron por hacer valer latierra en el mercado y fueron seducidos porinmobiliarias quienes coadyuvaron, desde lapresidencia de Perón en adelante, al incre-mento poblacional increíblemente voraz ysostenido con provincianos e inmigrantes debajos recursos de países limítrofes.6

Así nacieron también muchos actualesbarrios del conurbano. Desde los grandesdiscursos del trabajo en la ciudad, la tierrabarata y la acción inmobiliaria se remataron,dilapidaron, trocearon las nobles chacrasproductivas, el tesoro cultural, para crearcondiciones de vida deplorables en descam-pados aparentemente urbanos, sin ningunainfraestructura previa. Esto fue resultado delurbanismo salvaje o laissez faire urbano(Torres 1993) practicado durante décadasdesde mitad de siglo pasado hasta la creaciónde la Ley de usos de suelo7 que claramenteconstriñó el desarrollo social y urbanoactual. En la actualidad, los intendentes deFlorencio Varela de perfil carismático, hanrepetido "hace patria aquel que fue inunda-do (…) y el que está desocupado (…) Patriaes cada uno de nosotros", destacando que"la familia" era "el espacio" donde se gene-raban y "desde allí" se expandían los "crite-rios de solidaridad y participación".8 Dichosdiscursos incluyentes no hacían sino genera-lizar, cristalizar y naturalizar planes deayuda, incluso fomentando la dependencia através del favoritismo. En lugar de relacionaren perspectiva, analizar en profundidad, res-catar los tesoros de la identidad sociocultu-ral, en los ámbitos de decisión política elénfasis está puesto en convocar a los sujetospero sin provisión de estructura; de talmanera que los vecinos mismos y "la ayuda"deben hacerse cargo de las insatisfaccionesbásicas cada vez más notorias.Los barrios de Florencio Varela original-mente se produjeron como fragmentos

(loteos baratos sobre chacras) a los que se ledemarcaron calles y, en el mejor de los casos,un deficiente mejorado asfáltico directosobre la tierra. Entre los años sesenta yochenta, los escasos habitantes muy reparti-dos trataron de organizarse en entidadeslocales para conseguir (casi siempre median-te rifas, reunión social, kioscos) apoyo ofi-cial y mejoramiento físico (asfalto, luz).Alrededor de 1980 estas entidades fueronracionalizadas en sectores, unificando onominando “barrio” a ciertos lugares quetenían al menos una lógica formal (sociedadde fomento, accesibilidad, tamaño, posibili-dad de hacer escuelas), y numerando callescon cifras de cuatro dígitos por decretocatastral. En los albores del 2000 habíanoventa barrios repartidos en una decena delocalidades que en el marco de la aglomera-ción no se alcanzan a diferenciar demasiado.A medida que la lejanía del centro deFlorencio Varela se acentúa, se entremezclantejido barrial degradado, sectores de casas defin de semana y grandes áreas verdes.El caso estudiado es San Francisco, un peque-ño barrio periférico de Florencio Varela quedesde un rápido recorrido parece una manchaurbana recortada entre predios rurales (culti-vos intensivos de hortalizas) con los cualespresenta una relación bastante fragmentada.9

El entorno rural da sensación de separacióncon la zona urbana central, la ciudad deFlorencio Varela, con la que se comunica através de la única red vial importante, la cintaasfáltica que los lugareños llaman La Avenida(el municipio la nomina Ruta Provincial Nº53). La falta de presencia industrial, deempresas foráneas, de barrios privados, dehipermercados, daría una espacialidad confor-mada aparentemente por entidades endógenasy lo que se llama "barrio" podría estar biendelimitado al menos físicamente.En el primer ingreso aparecen fuertes indi-cios de que el barrio no es tan definido. Ladicotomía entre los planos dados por elmunicipio (mapa) y el territorio es casi abis-mal. La avenida efectivamente divide a SanFrancisco en Oeste, o Grande, y SanFrancisco Chico, Nuevo o Este, como rezael plano; pero los lugareños relatan ampliassalvedades. Más hacia el norte aparece uncaserío que localmente llaman Villa Brown,

6. En 1955 el incremento poblacional relativo fue del

105%; en 1960 fue 85%; en1965 fue 54%, manteniéndoseasí hasta 1965. Ese incrementoes aún hoy sostenido, en casiun 20%.

7. Ley 8.912 de 1977.

8. Discurso en acto patrióti-co del 25 de mayo

(El Municipio 2000a y 2000b).Ver también la página web dela Municipalidad de FlorencioVarela,www.florenciovarela.gov.ar.

9. Pocos lugareños trabajan en esas quintas. Suelen ser

campesinos rotativos, explota-dos, de poca relación vecinal.

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sitio diferente, con sociedad de fomento, queel plano incluye en San Francisco Grande.Algunos llaman a éste San Francisco Chico,y no así al anterior. Luego, al recorrer SanFrancisco Este, Nuevo o Chico, donde elplano termina aparece un conjunto habita-cional de doscientas casas en ocho manza-nas, de las cuales el plano no daba cuenta.Los lugareños lo llaman El Protierra, y amuchos que no viven allí les parece injustoque se haya dado vivienda a unos sí y a otrosno, señalando como responsable de la situa-ción al entonces gobernador Duhalde.10

Creen que esa zona no pertenece al barrio"porque el intendente Pereira no tuvo nadaque ver". El Protierra no se situaría enFlorencio Varela dado que al "hacerloDuhalde" la jurisdicción es La Plata. Otrosllaman a ese sector San Francisco Nuevo, yno así al anterior. Pero las sorpresas conti-núan. Donde figura el límite sur de SanFrancisco Nuevo (o Este) y comienza elBarrio El Alpino (quintas y casas de fin desemana), hacia los fondos hay una gran con-tinuidad. Lejos de encontrar casaquintas, seda una considerable extensión con idénticascaracterísticas urbanas del barrio en cues-tión. Otros aclaran que en Villa Brown haciael Oeste, en zona rural hay nuevas construc-ciones que agrandan los límites en forma ile-gal. Ello es asegurado por la asistente socialdel municipio con asiento en La Salita, quiendijo que en poco tiempo, muy posiblementenuevas familias se asentarían libremente den-tro o fuera del foco urbano en ubicacionessin infraestructura donde encontraran espa-cio sin que nadie lo impidiera. En el ingresose ve que no hay límites definidos, y connuevas llegadas las fronteras se amplían. Aello se suma el "fallido" de la informaciónmunicipal que llama San Francisco Oeste alsituado en el Este. La dinámica social de SanFrancisco hacia fines de la década del noven-ta seguía en aumento y los planos municipa-les de diez años no podían reflejarla. Las personas con las cuales se mantuvoencuentros habían llegado a San Franciscoen migraciones a veces familiares, otras vecespersonales (con acompañamiento posteriorde familiares o personas allegadas). Muchosvenían rotando de otros lugares e ibanarmando y desarmando historias personales

que implicaban diferentes transacciones eco-nómicas, amorosas, trayectorias históricas(voces diferentes entre sí, acentos provincia-nos, tonalidades, costumbres distintas) queconllevan materializaciones edilicias casisiempre inconclusas, a veces sumando cons-trucciones diferentes (una pieza de chapa,otra de ladrillo al lado de una casilla prefa-bricada) que pueden ser habitadas por dis-tintos grupos en diferentes etapas evolutivas.Cada uno porta una historia personal, roza-mientos en diversas instituciones locales ytambién foráneas. Hay viajes e itinerarios(tres a cuatro horas diarias en medios detransporte a veces inseguros); van a trabajarcasi siempre afuera del área, lo que marcaingresos y actuaciones diferentes, conflicti-vas o armónicas, circulando a veces de sucasa a la sociedad de fomento o a lo de susfamiliares del interior. Del análisis preliminardel Partido y los primeros encuentros vasurgiendo la idea de que es imposible fijaraquello que muta en demasía.Cuando se les consulta qué es el barrio serecogen posiciones dicotómicas. En unextremo hay pocos pobladores antiguos (porejemplo, Villagra) que aseguran vivir enmedio del campo,11 y para ellos las posibili-dades de mejora y progreso implican ampliarel asfalto y tener mayor seguridad. Ellosmuestran una visión más abarcadora de laspersonas, no tan fragmentada. En cambio, lagran mayoría de los vecinos y habitantesnuevos dan idea clara de que eso es un sectoralejado de la ciudad de Florencio Varela.Luchan por mayor complejidad, densidad,comercios, transporte, infraestructura, quellegarían en un futuro próximo. Todos lla-man "barrio" al lugar, pero sin demasiadasposiciones concordantes ni tampoco accionescoordinadoras. Según una vecina "así esta-mos olvidados, porque si no peleamos novienen", diciendo que desde altos estamentosno se presta atención enfática, coordinada,responsable a los modos de vida de la gentey a la solución de sus necesidades básicas.En los primeros encuentros, muchas entida-des (sociedad de fomento, jardín de infantes)se presentan como voluntariado, indepen-dientes, pletóricos de sentidos domésticosendógenos: una olla común (rifas paralogros, comedores infantiles a los que asiste

10. Duhalde era en ese momento el presidente de

la República Argentina, man-dato no otorgado por eleccio-nes sino por decisión de unaAsamblea del SistemaLegislativo (Honorable Con-greso Nacional) ante la renun-cia de De la Rúa. Ejerció lagobernación provincial entre1991 y 1999 luego de ejercer elcargo de vicepresidente electoen la presidencia de Menemdesde 1987 hasta 1991.

11. Pancho, otro poblador,asegura: "San Francisco es

como mi Salta".

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buena parte del barrio), lazos de consangui-nidad, afectivos y desencontrados en tareasconjuntas de solidaridad y recíprocas.12

Algunas son parte de una esfera institucionalindudablemente mayor: escuela, sala de pri-meros auxilios (La Salita), centro de desarro-llo infantil (CDI).13 Y es muy claro ver quebuena parte de nuestro trabajo de campoconsiste en desentrañar cuánto hay devoluntariado e independencia, y descubrirlas contradicciones y detalles que permitanver cómo se relacionan los vecinos haciaadentro, hacia fuera y hacia arriba, con quéclaridad se lo hace y qué se esconde tras loque se naturaliza, por ejemplo en las relacio-nes de poder superior.Al profundizar en el análisis se nota que LaSalita (Centro de Salud de San Francisco) escabecera de otros centros situados varioskilómetros al sur de Florencio Varela. Lahistoria de la construcción de ese edificio esfragmentaria. Muchos vecinos participaronen la donación de ladrillos para edificar elmodesto salón donde comenzaron a funcio-nar. Luego se amplió en sucesivas etapas, aveces con apoyo oficial. Esto le dio un senti-do de pertenencia y referencia muy fuerte. Asólo seiscientos metros de allí, del lado oestese erigió pocos años más tarde el CDI Rayitode Sol, donde la base fundacional previa(rifas, ligas de madres colaborando en laescuela local) se vio claramente superada porla potente relación entre la señora Mecha(puntero14 local) y el intendente, quien favo-reció el arraigo y desarrollo de la influenciapartidaria de ésta, decidiendo la construccióndel edificio con financiamiento internacionaly dotándolo de modernas instalaciones.La Salita debe comandar muchas acciones,dado que es el centro de un radio geográficomuy amplio donde el CDI queda incluido,subsumido. Sin embargo, son pocas lasacciones que han podido mancomunar albarrio durante el extenso período de las visi-tas. Lamentablemente lo que se rescata,tanto en Florencio Varela como en variospuntos del conurbano, no es el desarrollolocal sino las específicas modalidades de cre-cimiento de los caudillos. Años después, laseñora Mecha alcanzó el cargo de concejal,mientras que la mayoría de los beneficiariosde esa zona quedaron en iguales o peores

condiciones. La aplicación del favoritismopolítico tan directo promovió la competen-cia por las influencias y el poder, contraria-mente a implementar las condiciones necesa-rias para armonizar el desarrollo.15

Es sugestiva la calidad edilicia del CDI Rayitode Sol: un diseño profesional, racional ymoderno, con buen mantenimiento, una rejaprolija, piso de mosaicos en la galería y unacuidada pintura con colores pastel celeste yamarillo, que se destaca de las popularescasas precarias autoconstruidas (blanco sinentonar, simplemente revoque o a veces nisiquiera revoque). Esta institución es lidera-da por madres con trayectoria política localque declararon "hacer política sana", reci-biendo instrucciones directas del intendente.Una fuerte seguidora aseguró ser simple"chusma", interesada en la "política delhacer", y consideraba pago natural obtenerración doble de planes para desnutridos ("a mí me consiguen dos por política").Pero no sólo desde el CDI se organizabanómnibus para encabezar manifestacionespartidarias, mezclando Mecha a su institu-ción con la política partidaria; también se vio a las punteras recibir por la ventana aun bebito para cuidarlo, dado que su madredebía hacer un trámite. También se notó que,si bien el listado del comedor del CDI no serelacionaba con los datos aportados desdeLa Salita, era muy claro que ellas daban decomer a todos los niños que se acercaran porturnos. Es necesario destacar que muy posi-blemente otros no se acercaran porque suspadres los aleccionan para no sentirse vincu-lados políticamente, aunque Mecha no seenterara de esas ausencias. Pero desde lavisión de Mecha, la cantidad de comensalessuperaba por mucho el presupuesto de lo queella estaba obligada a hacer, con lo cual todoslos días hacía grandes esfuerzos para conse-guir comida para las grandes ollas del CDI.El CDI contrasta con la humilde calidad edi-licia de La Salita (sus piezas agregadas desdeun sentido popular, pintura blanca, fondo degalpones viejos), que guarda relaciones deapropiación vecinal y maneras diferentes dehacer política partidaria no necesariamentesiempre transparentes. Silvia, una de las diri-gentes de mayor peso de La Salita, antes deser empleada municipal trabajaba como

12. "La reciprocidad es descripta, en la tradición

antropológica, en sociedadesno capitalistas. Su lógica es laopuesta a la lógica mercantil, yse basa en dar, en ceder, enregalar, en un marco de coope-ración, solidaridad y confian-za, y no en apropiarse, en qui-tar, en explotar, sobre la basede la competencia y la igual-dad" (Margulis 1996).

13. El CDI y la sala de primeros auxilios son

dependientes de programas desalud. Ver programas de desa-rrollo en la Argentina(Provincia de Buenos Aires1995).

14. Referente político, caudi-llo local que maneja diver-

sos hilos y contactos haciaarriba con las máximas estruc-turas partidistas, recibiendoórdenes o intentando ser escu-chado; y hacia abajo, ademásde sus seguidores, con la gentecomún. Algunos punteros sonbien mirados y otros no, pordiferentes causas. Por tanto, lacercanía de un vecino con ellosimplica referencias tanto posi-tivas como negativas.

15. Se ha acercado al munici-pio un brevísimo plan

jerarquizando propuestas ytareas, vinculando galpones ygrupos sociales existentes paradesarrollar mejoramiento deviviendas. Sin embargo, la pro-puesta fue recibida por secre-tarios técnicos (conocidos deasistentes partidarios) que noviabilizaron ni buscaron discu-tir esa propuesta.

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enfermera voluntaria. Desde que logró sumerecido puesto se mudó a varios kilóme-tros de allí, con lo cual la visión cercana quetenía en un principio se modificó. Se ve ensu referencia a "La Junta": conjuntos aisla-dos de "muchachotes" adolescentes, untanto agresivos, que se dirigen al transeúntevecino o no, interpelándolo con mensajestales como "dame pal faso, pa la birra", yque suelen agruparse bajo un árbol, contra lazanja de tierra que colecta aguas pluviales,en un costado de la calle, riendo entre ellos,y agazapados, esperando que alguien pasepara victimizarlo. Silvia decía que no sabíaque fueran drogadictos como los demásdeclaraban. Luego se comprobó que variosde La Junta también ganaban un peso depropina cuidándoles el coche a los médicos,vendiendo objetos robados, denotando uncontrato tácito aunque criticado. Además,aunque la tarea de enfermería de Silviaimplicaba una cobertura general, ella mismaportaba visiones recortadas del ámbito: sien-do empleada municipal contratada para elcontrol sanitario, se verificaba la existenciade sectores donde no le era permitido acce-der o denunciar ("me cuesta cruzar del otrolado… me gusta más acá").Era muy claro ver que desde el poder supe-rior se promovía la falta de armonía entreinstituciones locales, contribuyendo a repro-ducir fragmentación social y urbana. Ese erauno de los factores más fuertes que fomenta-ban el voto como moneda, el tráfico deinfluencias que otorgaba confianza y porcio-nes de poder. Esta situación colocaba a losque se posicionaban positivamente en esaguerra como acumuladores de poder y ven-cedores. Entretanto, en cualquier recorridode campo, se podía ver a los perdedoresabsolutos divididos (o no) en bandos, acu-mulando desprotección y angustia, margina-dos de las responsabilidades del Estado. Sibien no es posible pensar que un planifica-dor pueda cambiar prácticas de poder ins-tauradas (incluso con el voto), a partir delAD se busca al menos enriquecer, comple-mentar, ajustar, acercar, la visión distanciadaclásica.16 Se podría citar que tradicionalmentesuele analizarse el radio de influencia de cadacentro de salud según la jerarquía institucio-nal, la letra escrita, a efectos de relacionarlo

con una estrategia general y planes de inver-siones. Complementar con la mirada microimplica optimizar el diagnóstico, conjugan-do aspectos fundamentales para la reproduc-ción social que forman parte de la dinámica;aspiraciones de grupos desde datos de pri-mera mano que muestran un territorio dife-rente. La colaboración de ambas miradaspermite además cuestionar la existencia deestructuras urbanas fijas, layers sólidos, endonde leer objetivamente a fin de actuar. Nosólo debe considerarse que las capas no sontan sólidas sino que la distancia objetiva esuna pretensión inexistente: siempre haymayor o menor compromiso, distante o no.Finalmente el AD implica una construccióncolectiva, con pesos decisorios distintos, endonde el habitante ingresa a un espacio endeterminadas condiciones históricas, admi-nistrativas, legales, y elige determinadosespacios y los modifica con determinadosintereses. El resultado de esa construcciónenmarca, determina, afecta su vida. Pero enel terreno concreto, el espacio social se cons-truye tanto como se destruye (o volatiliza).Las acciones de los habitantes parecen serpositivas pero a veces tienen corto alcance,pueden ser contradictorias, resultar presaincluso hasta de malos entendidos, accionesincorrectas o perversidades. En el análisis, elAD tanto se sitúa como se deslocaliza. La des-localización y el carácter itinerante muestraal AD como soporte físico de significacionescompartidas o dicotómicas, que sirven a losefectos de observar formas simbólicas detransición e interacción con fronteras queseparan, aproximan, nivelan, jerarquizan.

Características del ámbito domés-tico: mundo intradoméstico y universo extradoméstico

Ya se ha señalado que uno de los interesesdel análisis hacía foco en indagar cómo elmundo intradoméstico construía y era cons-truido a su vez por todo un universo institu-cional externo. Ambos (mundo y universo)caracterizan el AD. Un sector del conurbano,aún periférico, suscita un complejo de rela-ciones mayores que sobrepasan la evocacióndoméstica.17 La evocación puede verse como

16. Podemos suavizar las críticas a la planificación.

Hay muchas cosas graves quetécnicos locales pueden ver,pero poco puede hacerse sien-do empleado de la mismaentidad que detenta objetivi-dad y favoritismo al mismotiempo ¿Ahora, por qué notrasladar la crítica al menos alinterior disciplinar? Además,¿por qué no profundizar oenfatizar en alternativas detrabajo técnico por fuera delas entidades que emplean ycontratan asesores?

17. En sectores de la ciudad de Buenos Aires más

heterogéneos podría parecer aprima facie que el sentido delAD quedaría descartado. Sinembargo, sería razonablecreer que en mayor o menormedida ese AD existe, pues lasunidades intradomésticas enla cultura latinoamericananunca o casi nunca se circuns-criben sólo al espacio exactode la vivienda que "alberga" ala unidad doméstica.Justamente la existencia de eseámbito –sea grande o peque-ño su desarrollo– es lo que sebusca articular en la construc-ción sistemática.

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simplificante y metafórica ya que en estesector existe una densidad bastante más ele-vada y compleja que la existente en unadomus privada. Sin embargo, vale la metáfo-ra de generalizar como ámbito doméstico atodo aquello que los habitantes denominan"su barrio", que es la mancha urbana quedefine su lugar.El concepto de intradomesticidad o mundointradoméstico contiene a la unidad domésti-ca tradicional, pues aquí se incluye el desa-rrollo urbano de ésta. Además de modificar yser modificado por su propio domicilio, elmundo intradoméstico va ramificándosehacia fuera de la vivienda y se amplía en elexterior hacia organizaciones sociales que sevan complejizando en grado creciente. Estasorganizaciones aún forman parte de la intra-domesticidad, y algunos componentes de launidad doméstica conservan en conjunto oseparadamente ciertas actividades indepen-dientes. Los vecinos suelen cultivar verdurasen su predio, alimentar animales, arreglarlavarropas en el jardín, lavar la ropa a la vistaen grandes tachos. Pero hay prácticas exter-nas: ir a buscar los chicos a la escuela, rela-cionarse con otros vecinos, hacer las com-pras, jugar a la pelota, arreglar cuestiones defamilia o vecindad, compartir comidas con elfamiliar o vecino cercano; es decir, todo loque se relacione con la reproducción de launidad en el espacio externo y que tiene sen-tido urbano (Figura 2).Por "extradomesticidad" o "universo extra-

doméstico" entiendo el cúmulo de organiza-ciones sociales con intereses complejos yamplios hacia un sector urbano, que soncontenidas en él y a su vez sufren un proce-so de mutua modificación. Con este concep-to pretendo abarcar el conjunto de las uni-dades en su nivel institucional, donde lofamiliar se va diluyendo o, aún existiendo,pierde pertinencia, dado que su relevancialocal sitúa a los grupos extradomésticos enun nivel de importancia distinta, más gene-ral, pública; importancia de la que careceríanlos grupos intradomésticos. Aunque puedanrelacionarse con lo doméstico interno, fami-liar, las relaciones extradomésticas intentanproducir acciones decididas hacia el exteriordel satélite domiciliario, y desarrollan fuerteinfluencia en el ámbito donde los gruposintradomésticos suelen reclamar cierta perte-nencia. Los grupos extradomésticos suelentener relación con esferas de mayor ampli-tud: política, educación, comercio, empren-dimientos, salud, religión, ayuda a la niñez,desnutrición, grupos de madres, etc.Las prácticas extradomésticas se realizan (einteraccionan nuevamente) con las mismaspersonas de los satélites domiciliarios reo-rientadas en un universo barrial junto conotras tantas foráneas que también puedendesenvolverse, tener influencia decisiva.Cuando se plantea la extradomesticidadtambién se intenta que las unidades domésti-cas o intradomésticas (y la vivienda) no que-den fuera de la interrogación, dado que

Figura 2La unidad intradoméstica (o doméstica) está incluida en la intradomesticidad.

unidad doméstica

ounidad

intradoméstica intradomesticidad

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ambas pueden fluir en forma variable. Estasdenominaciones se refieren directamente a lavinculación mutua de esos términos paradefinir lo local desde un sentido más domés-tico. Hay vida intradoméstica (en propor-ción variable) en el universo barrial, asícomo se filtra extradomesticidad en el satéli-te domiciliario: no hay universo sin satélites,y viceversa (Figura 3).La investigación apuntó a relacionar o bus-car aquellos grupos que intentaban armoni-zar y desarrollar el crecimiento social yurbano local, aún con visiones dicotómicas ycontradictorias entre sí. Hay grupos de todotipo con sentidos diferentes con los cualessería harto difícil tomar contacto: delincuen-cia, malvivir, estafa, etc. Existe un interesanteborde ambiguo, dada la dificultad para enca-sillar en intradoméstico o extradoméstico aalguna que otra vendedora ambulante o a LaJunta. Hablar de caracterización intradomés-tica o extradoméstica implica necesariamenteuna mirada contextualizadora, relacional. Retomemos uno de los sectores del ámbitodoméstico. Había destacado que en los fon-dos del barrio San Francisco había un case-río, un conjunto habitacional que allí llaman"El Protierra" y que no figuraba en los pla-nos municipales. La operatoria Protierra ori-ginariamente formaba parte de planes dedescentralización de vivienda de la provinciade Buenos Aires destinados a sectores desfa-vorecidos. En Florencio Varela en total serealizaron cuatro emprendimientos

Protierra. Para ello la gobernación provincialadquirió lotes de cultivos agrícolas sin cons-truir inicialmente infraestructura (además, larealizada posteriormente fue muy escasa) enla última década. Con Duhalde como gober-nador provincial, estos planes derivaron enautoconstrucción asistida, en conjunto habi-tacional. Desgraciadamente el área agrícolaprevia tenía problemas hidráulicos severos,con lo que los "beneficiarios" hoy habitancomo intrusos18 zonas inundables en chaletsde mantenimiento costoso. Además, si bien,los índices de deserción escolar, desnutri-ción, inseguridad, desempleo, enfermedades,etc. son similares en todo el ámbito barrial(se trate de El Protierra o no), los que habi-tan los Protierra tienen el agravante de queson mal mirados por sus vecinos, dado quesus chalets fueron concreciones otorgadasgracias a movilizaciones que buscaron elfavor de la esposa del gobernador Duhalde,que no incluyeron al resto más antiguo delbarrio de San Francisco. Gracias al favoritis-mo partidario, las presiones hacia la gober-nación y a coimas aisladas en el municipio(que originaron varios dueños del mismoterreno), se complejizó no sólo la soluciónfinal sino la relación en San Francisco en sutotalidad, en un marco de medios técnicosdeficientes. Tanto en este caso como enmuchos otros, es clave que el Estado actuóopacando las posibilidades de desarrollo. Enépoca de elecciones presidenciales el gober-nador mostraba en televisión sus "hechos",

Figura 3Ámbito doméstico y sus componentes.

18. Terminan siendo intrusos, dado que sin aprobación

hidráulica no pueden tener untítulo de propiedad. Pero ade-más de esa "falencia legal"tuvieron el problema de que,en la medida que los benefi-ciarios adquirían lotes por elplan Protierra, empleadosmunicipales inescrupulososvendían a personas que notenían nada que ver con losplanes unos papeles de tenen-cia provisoria, con lo cual ha-bía más de un dueño porterreno y en general el de latenencia provisoria (que habíapagado coima) tenía másderechos que el que habíaempezado a adquirirlo connormalidad.

Grupos intradomésticos

Grupos extradomésticos

satélite domicilio

universo barrial

ámbito doméstico

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especie de mecano que esperaba ser armado.Esa custodia y guarda es una tarea funda-mental: están construyendo a la vez su casay su familia, pues esta pareja es reciente, ycederán los fondos con la casilla de chapa aMaría. Entonces resulta escaso el espacioexterno libre. Los acopios son observablesdesde la mesita de la cocina de la casilla, enel fondo, donde muchas veces se la ve a Inésvigilándolos. La práctica de ser centinela esreforzada por la ubicación de la caseta paralos tres pequeños perritos, todos muy amis-tosos. Esta caseta está donde termina el con-trapiso y comienza la pila de ladrillos, ade-lante del pozo negro. "Lo que importa es quete avisen cuando viene alguien y que mar-quen el límite del terreno; ellos lo conocenbien", comenta Inés. Ella saluda a la gente dela calle desde allí. La posición de centinela esmuy marcada, y se ve mucho a la parejabarriendo el contrapiso del costado de laconstrucción, manguereando agua por sobrelas tapas de la cámara de inspección y lacámara séptica. El contrapiso tiene ubicaciónestratégica, ya que desde allí se tiene unafranca perspectiva de la calle, que es donde ladueña de casa, la jefa del hogar, entabla rela-ciones con la comunidad para el armado delbarrio. Ese puesto vigía tiene sentido franca-mente urbano: vigilar y construir las institu-ciones locales, dar lugar a entablar relaciones–positivas o negativas– con sus convecinos yarmar el barrio.

Cierre del trabajo de campo

El mundo intradoméstico y el universoextradoméstico no son escindibles uno delotro, están imbricados. Ambos brindan fuer-tes sentidos hacia lo urbano, armando el AD.Esto se evidencia en casi todos los casos visi-tados: al consultar a sus habitantes por suunidad, su casa, sus intereses, etc. ellos inevi-tablemente hacen referencia a sus relacionescon instituciones, problemas colectivos einfraestructuras, dando detalles de ampliacio-nes desde su unidad hacia el universo hetero-géneo vecinal. La permeabilidad no suele seridéntica a la inversa; los personajes que clara-mente se posicionan como relevantes o influ-yentes en el ámbito doméstico (punteros,

de los que estos conjuntos forman parte, loque él ha dado en llamar "récord históricoen construcción de viviendas".19

Ciertas evidencias del mundo intradomésticopueden observarse en parte de la descripciónde la unidad de Inés y su esposo José, en ElProtierra. Ella es oriunda de la provincia deCorrientes, con cuatro hijas de una parejaanterior. Tiene 48 años, jovial, robusta, concuerpo similar a las matronas inmigrantesalemanas o italianas que vinieron a mitad delsiglo XX, acostumbradas al trabajo duro, decabello ligeramente rubio y pajoso o hirsutoy piel ligeramente mate, curtida por el sol.Había sido vendedora ambulante y actual-mente no trabaja. José es de la provincia deTucumán, callado y muy bajo, de rasgosopuestos. Su ocupación actual es busca, ven-dedor de golosinas en colectivos. Están en lazona desde hace nueve años y vivieron elproceso del Protierra. Mientras se edifica suchalet en la parte delantera de su mismoterreno, se cobijan en una casilla prefabrica-da trasera con instalaciones y terminacionesmuy deficientes. Su hija María es la dueña deesa casilla y la dio en préstamo a su madre.Al resultar Inés afectada al emprendimientoy autoconstrucción fue obligada a demoler lacasa modesta que tenía en el actual predio.María vivía en dicha casilla ubicada en unaquinta cercana y optó por desarmarla y pres-társela, mientras consiguió habitar el garajedel dueño de la quinta. En devolución, lamadre le cederá legalmente la parte traserade su predio, donde se asienta esa casilla. Porlo tanto, la casilla representa una compleji-dad de bienes prestados y contraprestadossobre la que se asienta una historia familiar.Durante el proceso de edificación del chalet,ellos deben cuidar y acopiar materiales deconstrucción en su terreno: son entregadoscon anterioridad para que estén prontos nibien llegue la cuadrilla. Esto obliga a dispo-siciones internas muy curiosas: el predio y lacasilla de chapa donde habitaban transitoria-mente (hace varios años) se asemeja a unobrador familiar y la pareja habita comopuede en medio de mucho machimbradoapilado, listones, cabios, gran cantidad dechapas, puertas, ladrillos y una cantidadenorme de bolsas de cemento, cal y arena agranel. Ellos guardaban y custodiaban una

19. "La provincia de Buenos Aires sigue batiendo

records históricos en materiade construcción de viviendasde interés social mediante pro-gramas oficiales ejecutados porel Instituto Provincial de laVivienda. A partir de 1992fueron construidas y entre-gadas en toda la Provincia83.573 unidades, … se estruc-turaron programas de descen-tralización operativa que posi-bilitaron … la utilización detecnología innovadora parareducir costos y lograr la par-ticipación familiar en auto-gestión en varios distritosbonaerenses, con utilizaciónde insumos locales yregionales" (GobernaciónDuhalde 1999a y 1999b).

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referentes locales) no siempre prefieren des-cribir su satélite (ver Figura 3). Hacia allí nohay tanta apertura. Estos personajes o refe-rentes prefieren que sean otros vecinos, posi-cionados en una jerarquía de poder relativa-mente más baja, quienes den acceso a su saté-lite. Entonces lo que resulta materia opinabley contrastable debido a la permeabilidadtemática del universo extradoméstico, resultamás opaco o inasequible hacia el mundo de loíntimo. Otra prueba de ello es que para llegara las casas, al satélite minúsculo, se partiósiempre desde las instituciones. Desde allí fueabierto el campo y luego los vecinos ibanrecomendando la visita de una casa a otra. Ennuestra investigación siempre buscamos alejarla influencia del discurso institucional, hastaobtener cierto grado de saturación. Nunca elcamino ha sido inverso. Esta falta de permea-bilidad desde el universo hacia el mundointradoméstico daría tal vez un llamado deatención a gestiones que ponen el acento fun-damental en instituciones "representativas";pues bien, aquí se demuestra que ellas son tansólo la punta de un iceberg de base muyamplia, donde las complejidades se multipli-can, y lejos de explicarse se tornan mutables,intrincadas, volátiles.El caso analizado muestra la interconexiónentre mundo intradoméstico y universoextradoméstico: connota, interactúa en y conel ámbito doméstico. Lo urbano debe sercaracterizado entonces no como una entidadaislada sino dentro de una enorme red,región, trasfondo político, económico, admi-nistrativo, relaciones internacionales. Si bienel análisis de los ámbitos domésticos de laperiferia metropolitana debe hacer especialénfasis en esta perspectiva relacional, en esteámbito doméstico en particular se ve algoextremadamente complejo: las ampliacionesde cada unidad, cada satélite domiciliario,conforman el entramado del mundo intrado-méstico. Esto sucede con tal peso que tanto eluniverso extradoméstico como el ámbitodoméstico son deudores en demasía de esasampliaciones físicas y sociales, reunionesespontáneas o programadas, obras realizadaspor los mismos vecinos (veredas, donacionesde materiales para La Salita, etc.). Puedeinterpretarse que en el caso del barrio SanFrancisco prácticamente existe poco por fuera

de la intradomesticidad, pues los habitantesestán constreñidos por una red que existe yno los aísla, pero les deja las mayores respon-sabilidades para salir de "su" crisis, que es endefinitiva gran parte de la crisis en la región.La red no los aísla, pero el discurso de losresponsables políticos es claro. Desde esascimas se folcloriza y naturaliza una realidadque día tras día va materializando cada vezmás una sensación muy dura: que hay enor-mes sectores sociales excluidos que tendránextremas dificultades no ya para colocarse enposición armónica frente a la circulación yadquisición de bienes y servicios sino simple-mente para satisfacer necesidades básicas yque sus hijos tengan mejores posibilidades. Elbarrio San Francisco muestra que las redesque manejan poder, los fuertes intereses (par-tidistas, económicos, de manejo de la comu-nicación) ganan terreno gracias a una fortísi-ma acción ligada al conocimiento del campoque utilizan para su provecho. Sin embargo,contradictoriamente, la "escucha" que estasredes de poder realizan sobre el campo esintencionada (y por lo tanto muy restringida),y la "devolución", además de ser lejana, aveces puede ser injusta, arbitraria e incomple-ta, incluso aplicada con medios técnicos defi-cientes. Es cierto que los planes habitaciona-les tienen reparticiones al menos discutibles, oque muchas aplicaciones favorecedoras deldesarrollo descansan en medios no técnicos,en personas de influencia social e intuitivassin formación (que existen en todos los nive-les jerárquicos regionales). Desde las cimaspolíticas se hace incluso propaganda de aque-llo en lo que se participó a distancia, tanto seaen vivienda, operatoria o plan, mostrándolocomo ejemplo de éxito. Quienes se conside-ran autores de ese éxito (escondiendo defec-tos que conocen pero que creen evitables enuna nueva gestión) son los máximos acumula-dores, con sus delfines, que trazan huellas queel mar del tiempo tardará mucho en cambiar.Ante esa dura realidad es justo reconocer lafalta de articulación en la academia, encargadade la reflexión. Las respuestas arquitectónicasson muy duras y llevaría mucho espacio desa-rrollarlas. Hay sobredeterminación en losproyectos destinados a estos sectores: tabica-ciones, métrica espacial, prejuicios sobreprácticas y usos en ambientes, detalles de ter-

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minación en muebles y carpinterías, equipa-miento inadecuado. Se verifica un diseño decasa con patio capitalina, sociocentrista, demantenimiento difícil y poco relacionada conlos escasos recursos de sus reales ocupantes.Estos actores más bien buscan tendido desombra simple, contrapiso en lugares sin sol,lugares de lavado amplios, algunos elementosaparentemente relacionados con un pasadocampero (huerta doméstica con su depósito,tablones de cultivos y almácigos). Aportan ala complejidad urbana con cartelitos (porejemplo: "enfermera"), usos intensivos en lavereda, intercambios y comunicaciones queafanosamente buscan el desarrollo para miti-gar la dura subsistencia. La alta variabilidadfísica y social interna dista de la supuestaaspiración de clase media que tienen las ope-ratorias de vivienda. Esta variabilidad seexpresa en: alta significación de la tenencia dela tierra, espacialidad a veces polifuncional,sobre todo en espacios más públicos como elpatio, sentido de apertura de la vivienda, otralógica de orden y equipamiento, sentido par-ticular de la higiene, necesidad de cocinasamplias, etc.Los preconceptos disciplinares colaborannegativamente para el óptimo aprovecha-miento de los costosos recursos empleados.Ello no significa que estos sectores de habi-tantes no se apropien de esos recursos que seles brindan; por el contrario, no tienen mar-gen para el desaprovechamiento de nada y seapropian de absolutamente todo lo que esté asu alcance, al máximo de sus posibilidades.Pero eso no quita que ese aprovechamientono sea forzoso, dado que desde la disciplinano se reflexiona suficientemente sobre estosmodos de habitar. Siempre debe estar impli-cada por parte de los planificadores la respon-sabilidad de facilitar la habitación y no lapeyorativización subliminal de suponer brin-dar docencia a través de la implementación enaparatos supuestamente útiles sólo a sectoressociales estadísticamente promedios, gruposque en verdad no existen. Por otro lado, pare-ciera que la planificación no estuviera prepa-rada para realizar al menos un relevamientoproblematizador, articulando unidades depoder y sujetos mínimos (familias, realidadesde vecinos). El habitante se aborda interdisci-plinariamente pero su representatividad se

diluye en la generalidad del abordaje. En laagenda académica, sobre todo en las universi-dades centrales, hay un claro posicionamientoerrado y cómodo, que impide al menos cues-tionar a fondo los resultados de su aplicaciónprofesional. Ya hay ejemplos que brindan unacáscara externa de vivienda, sistema construc-tivo, buscando consensuar con vecinos ubica-ciones convenientes de tabiques divisorios,exteriores; "las obras deben ser útiles paramantener el tejido social" (Víctor Pelli, en LaNación 2003). Hay camino recorrido al res-pecto (Robirosa 2002, Jáuregui 2002), peroparecen ser opciones que aún no han podidoemerger. Un análisis de escala de sector urba-no, conjunto de viviendas, debe necesaria-mente articular gestión, sistematicidad dearquitectura y urbanismo con la etnografía, laantropología social. Se debe partir desde losocial analizando sectores urbanos, la cons-trucción del espacio social, en parte teniendoen cuenta edificación física, casa y barrio, dis-posiciones espaciales, como un claro cristalque reflejan prácticas sociales, aspiracionesindividuales y colectivas. Se debe abarcar lamutabilidad y evaporación del cristal que jue-gan al interior del análisis empírico y teóricosituando y deslocalizando el mismo campo.20

Reflexiones finales

El regreso a la tarea analítica del laboratoriopermite reflexionar sobre las devoluciones acada sector del círculo planteado en el CT yplantear miradas o instancias con un contex-to conceptual y descriptivo híbrido,21 mixtu-rado, sensible, que buscan caminos para sal-dar estas falencias (Tabla 1).La necesidad de aplicar un perfil más sensi-ble que el otorgado en nuestras escuelas tra-dicionales y una orientación urbanísticaacostumbrada no sólo al trabajo con layers yactores sociales colectivos sino a un encuen-tro directo con habitantes de diferenteextracción social y cultural llevó a visitasextensas, entrevistas en profundidad, obser-vaciones, registros en varios momentos cru-zando información entre diferentes institu-ciones y hacia adentro de cada una buscan-do contradicciones discursivas, articulandocon la gráfica, expresión básica de los profe-

20. Es posible –sin manipular ni entregar información

densa a personal político parti-dario– jerarquizar aspiraciones yestructurarlas en posibles accio-nes, planes sintéticos, estrategiastendientes al desarrollo local y laarmonía social. Aunque es justodecirlo, realizar dichas jerarqui-zaciones en áreas donde el mane-jo político partidario tendencio-so "supervisa" áreas técnicas enforma tan ostensible y directa(con clientelismo muy visible),puede llevar a plantear estrate-gias sobre lo imposible, dadoque va directamente contra altosintereses de poder. El tema escomplejo. Es posible, además,conjeturar la existencia de dis-cursos e intencionalidades dife-rentes (entre la academia con laantropología incluida y áreas degestión y de administraciónmunicipal). Se abre aquí uncampo de trabajo arduo. Uno delos objetivos académicos es laproducción de saber, lo cualresulta contrapuesto a una enti-dad ejecutora y administrativa,de gestión municipal. La acade-mia muchas veces está centradaen que esa producción sea lo máscrítica y renovadora posible.Mientras que en gestión –másallá de los criterios personales–se hace foco en resolver proble-mas, muchos de ellos urgentes yclaves, donde pueden llegar adefinirse cuestiones vitales. Estose acentúa en municipios conaltos índices de necesidades bási-cas insatisfechas y muy bajospresupuestos. Incluso hay tiem-pos de gestión que no son los dela investigación (mucho más alláde los tiempos reducidos yextensivos para unos y otras). Enrealidad el antropólogo investigalo que arquitectos y urbanistasconstruyen; el investigador socialanaliza las apropiaciones realiza-das, mientras que los que gestio-nan, actúan sobre esa apropia-ción, sobre la que luego habráefectivas desviaciones casi siem-pre no tenidas en cuenta.

21. "Es este cruzamiento, esta amalgama de lo físico, loeconómico, lo cultural y losocial, que se torna imprescin-dible pensar, desde las interac-ciones entre PlaneamientoUrbano y Diseño Urbano con-siderados al mismo tiempocomo campo de intersecciónteórico-disciplinar, como prácti-ca ordenadora de carácterestructurador y como accionesque implican la intersección devarias disciplinas" (Jáuregui 2002).

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sionales del hábitat. Se consultó institucio-nes (centro barrial, municipio), nivel fami-liar o doméstico: cómo perciben, constru-yen, modifican y son modificados a su vezpor el ámbito doméstico. Se interrogó porprácticas, historias, vinculaciones familiares,motivaciones, aspiraciones (concienciasocial y política),22 migración. Se buscó laidentidad como sentido de proyecto de lamisma gente a través de prácticas –tanto "loque se hace o es" como "lo que buscaríahacer o ser".En la realización de este trabajo se tuvo encuenta que el antropólogo, el arquitecto y elurbanista portan diferentes procesos de cap-tación del dato. Pero ninguno escapa a cues-tiones centrales en los recortes urbanos enla escala del ámbito doméstico descripto yque se encuentran en la base de aportes delCT planteado:a. El ingreso al campo. En esta cuestión la

ciencia social históricamente ha instaladoun debate sostenido; en la etnografía selo trabaja con especial cuidado. En estetrabajo se desarrollaron herramientastales como la reflexividad, es decir, laconsideración del punto de vista del nati-vo. Estas son cuestiones básicas que elinteresado en estos temas no debería sos-layar. El modo de ingreso define el senti-do de las presencias; instala la negocia-ción entre actores, quienes ven conve-niencias, pertinencias, aceptaciones(incluso rechazos o ausencias), coopera-ciones. El "qué se va a hacer", el "paraqué" define la labor inmediata y futuraen cada ingreso: el investigador comoreceptor de presentaciones y a su vezcomo sujeto que se presenta.

b. La propia presentación del investigadory su rol (independiente de la disciplina).Quién soy, qué hago. Este texto (en suafán de síntesis) está soslayando el casode este investigador cronicando una gue-rra invisible de efectos evidentes.

c. El análisis de la reflexividad. La reflexivi-dad como herramienta implica explicitarcomportamientos y motivaciones. Elinvestigador maneja actitudes reflexivasy los informantes se conducen reflexiva-mente. Se da un proceso de interacción,diferenciación y reciprocidad entre la

reflexividad del sujeto cognoscente (sen-tido común, teoría, modelo explicativo)y la de los sujetos de investigación.

d. La perspectiva del actor. Desde el ingre-so en el campo y en forma sucesiva se vaconstruyendo la perspectiva del actor;qué relaciona lo que hacen los actores ylo que el investigador entiende o encuen-tra como significativo. No es una sensa-ción directa sino una construcción orien-tada teóricamente por el investigador,quien busca dar cuenta de la realidadempírica, tal como es vivida y experi-mentada por los actores. Ésta tiene exis-tencia en el campo, pero su formulaciónes producto del laboratorio, de la teoría.Estas nociones (y otras, como sociocen-trismo, etc.) se amplían en extensos ynumerosos manuales (Gúber 1990, yotros); aquí se intenta extractar muy bási-camente que ingresar y participar en unsector urbano (más aún con indicadoresde desprotección) es una cuestión delica-da para la cual hay que portar experienciay preparación. Ingresar desplegando pla-nos o en una camioneta municipal muyposiblemente dé indicadores y prejuiciosmuy claros a los habitantes.

e. Definición de objetivos. Se deduce quelo anteriormente dicho (reflexividad,perspectiva del actor, etc.) influye en ladefinición específica de objetivos. Estosresuenan entre la construcción empíricay el desarrollo teórico. Lo real no apare-ce sino interactuando en la construcciónmultiactoral.

f. El recorte empírico. En este caso se haplanteado la necesidad de relacionar el"campo amplio" (el Partido inserto en elAMBA) y el "campo específico" (el barriode San Francisco), que aquí se definecomo "ámbito doméstico". La perspecti-va relacional (Pujadas 1996) suponenecesariamente no cristalizar el barrio yenriquecer el ingreso en él (y el estudioen sí). Son herramientas útiles el conoci-miento del contexto sociopolítico gene-ral, las modalidades de construcciónsocial, cómo se relacionan materialmentecon esa historia. No basta sólo la infor-mación secundaria y la historia consagra-da u oficial, sino el cruce con historias de

22. "Por conciencia social entiendo a la conciencia

que los seres humanos tienende la estructura social en laque están inmersos y desar-rollan sus vidas. ... Por con-ciencia política me refiero nola filiación política, sino comosentido de apropiación delmundo con el fin de modifi-carlo" (Piqueras 1997: cap. 4).

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Tabla 1 Devoluciones hacia cada dis-ciplina desde el campo detrabajo (complemento del cír-culo de aportes, Figura 1).

vida, el trato con los habitantes notableso claves, la lectura de los diarios locales,el conocimiento de la participación delos mismos habitantes de San Franciscoen la edificación del Partido, las memo-rias de escuelas, los registros policiales ojudiciales. Estos son marcos más hetero-géneos para que el investigador, habitan-te urbano, realice un ingreso menos pre-juiciado.

g. La mixtura de métodos. Las excelentesherramientas que devienen de lo socialno impiden que se las mixture con unadefinición o registro depurado del espa-cio físico, las construcciones, el sector,las calles, etc. El arquitecto ha construi-do, en cambio, en el espacio físico sudesarrollo capital, así como el urbanistatrabaja con layers que a veces pueden serdemasiado sólidos, pero que captan cier-ta forma de estructura urbana, teniendoen cuenta relevamientos variados y fuen-tes secundarias, más ligado a un actorcolectivo. La producción gráfica, talcomo la producen arquitectos, planifica-dores, es una modalidad de registro tam-bién excelente que debe ser articulada.

Para aprovechar su potencial es necesarioese ingreso reflexivo, es decir, una nego-ciación adecuada que refleje una dialécti-ca sujeto-objeto poco prejuiciosa. Unavez ingresado en el campo, el desarrollode la producción gráfica facilita estadíasprolongadas y una captación del datocomo registro evolutivo. Al hacerse endías diferentes a las primeras instanciasposibilita la re-pregunta, el contraste, larenovación de la consulta de algo que sepodía dar por sabido. La combinación detécnicas permite un acopio y elaboracióndiferente a la entrevista sola o el planocon una memoria técnica rudimentaria.Ejemplo: en cambios de mobiliario o decamas en una vivienda, el uso de lascalles y accesos a edificios públicos, etc.

h) La relatividad de la documentación gráfi-ca. Tampoco se debe tener en cuenta a ladocumentación gráfica como un releva-miento exacto, sincero, transparente alinfinito. Al volver al laboratorio aparecendudas y desconocimiento pues no sepuede preguntar todo. El espíritu delproyectista aparece representando yjugando en la relación teórico-empírica,

Disciplinas

Instancias Arquitectura (1) Urbanismo (2) Antropología (3)

[a] Interrelaciones. Afectación Vincular el espacio vivienda Perfil antropológico Correlato espacial (vivienda, en cada disciplina desde con el saber social. de las relaciones barriales. barrio, municipio) y social. el campo de trabajo Del usuario al habitante. Del actor colectivo Perspectiva del nativo.

a la mirada del vecino.

[b] Aspectos técnicos Mixtura de entrevistas Lectura más sensible Mixtura del método etnográfico y metodológicos con planos. Lectura (entrevistas, registros) con planos, infraestructuras,

de objetos, mobiliarios, del área de diagnóstico urbano. fotos de conformaciones.con actuaciones in situ.

[c] Aspectos salientes Crítica al aislamiento del objeto. Aspectos propositivos Interrelación en el ámbitoen cada disciplina Conocimiento sobre actuaciones Pequeñas escalas. doméstico (y de éste hacia

generales dentro y fuera de la Enfoque micro en problemáticas fuera) a través de la intrado-vivienda. amplias. Mirada cualitativa mesticidad y extradomesticidad.Mundo intradoméstico. sobre el ámbito barrial.

Universo extradoméstico.

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aportando su definición.23 El dibujo, asícomo la entrevista, vuelven a presentar elobjeto según los intereses del investiga-dor. Estas combinaciones naturalmentepueden darse en la práctica habitual de unarquitecto o planificador muy avezado,conocedor, baqueano de un municipio.Nuevamente, ¿cómo acercar formas dis-tintas de captar el dato? En esta escala desector los intereses pueden coincidir(análisis del barrio, vivienda, institucio-nes, etc.). Pero en general se necesita unespíritu sensible, un entrenamiento en elcampo, de índole comprensiva, que per-mita ingresar lo más reflexivamente posi-ble, con la menor cantidad de prejuicios,dispuesto a observar, registrar, graficar ymapear. Participar –de alguna manera– enla vida social

23. Los planos son diferentes también de las fotografías;

éstas congelan un momentoque también debe ser explica-do en sus condiciones de pro-ducción.

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CURRICULUM

RICARDO DE SÁRRAGA se graduó de arquitecto en 1987 y obtuvo

su doctorado en la Universidad de Buenos Aires en 2002, con

una tesis con orientación en antropología social. Desde 2002 es

integrante de la Red ULACAV (Red Latinoamericana de Cátedras

de Vivienda Social). Dirige proyectos de investigación en el

CIHaM-FADU-UBA y en la Universidad Abierta Interamericana. En

la FADU-UBA es docente en el Taller Libre de Proyecto Social (JPT,

coordinador en Villa 15) y jefe de trabajos prácticos en

Planificación Urbana (anteriormente fue docente en Teoría de la

Arquitectura, Historia de la Arquitectura, Teoría del Habitar y

Diseño Arquitectónico), además de dictar clases especiales como

docente invitado. En la UAI es titular de la cátedra de Métodos

Cualitativos de Investigación. Ha integrado varios equipos de

investigación y es autor de numerosos artículos, publicaciones,

conferencias y comunicaciones en congresos.

Centro de Investigaciones Hábitat y MunicipioFacultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo,Universidad de Buenos Aires | Ciudad Universitaria Pab. 3, piso 4C1428BFA, Buenos Aires, Argentina

Teléfono particular: (54-11) 4572-0758. E-mail: [email protected]

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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RECIBIDO: 6 mayo 2003ACEPTADO: 29 diciembre 2004

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EL PLAN DE LA CERTEZA

“IL PIANO DELLE CERTEZZE”Entrevista con Maurizio Marcelloni

Planning certainties. Interview with MaurizioMarcelloniThis interview addresses key issues regardingthe new Master Plan of Rome in which innova-tive tools and instruments were developed inorder to overcome the constrains of traditionalplanning. Flexible zoning, collaborative plan-ning, tissues definition, sphere and environmen-tal planning are reinterpreted heading to achange of paradigms in which systemic thinkingproves to be crucial for the revitalization of anhistoric city.Maurizio Marcelloni held directive positions inthe renovation of Rome under major FrancescoRutelli’s office (1993-2001). He had a centralrole in conceiving both the "Piano dellecertezze" (Plan of certainties) and the newMaster Plan of Rome. He has been an urbanand environmental planning professor at theInstitute of Architecture at the University ofVenice, Italy.

La presente entrevista aborda cuestionescentrales en relación con el nuevo PlanRegulador de Roma, en donde se desarrolla-ron herramientas e instrumentos de van-guardia para superar las restricciones quepresenta la planificación tradicional. La zoni-ficación flexible, la planificación cooperativa,la definición de tejidos y ámbitos así como laplanificación ambiental fueron reinterpreta-dos con el fin de plantear un cambio de para-digmas en donde el pensamiento sistémicose demuestra como un elemento clave en larevitalización de una ciudad histórica.Maurizio Marcelloni impulsó la renovaciónurbana de Roma ocupando cargos directivosy técnicos durante la administración delalcalde de Roma Francesco Rutelli (1993-2001). Intervino de manera decisiva en la ela-boración del "Piano delle certezze" (Plan delas certezas) y del nuevo Plan Regulador deRoma. Ha sido profesor de planificaciónurbana y ambiental en el InstitutoUniversitario de Arquitectura de Venecia,Italia.

planificación urbanarevitalizaciónreurbanizacióncentros históricoszonificaciónestrategias urbanas

urban planningrevitalizationredevelopmenthistoric centerszoningurban estrategies

> ALFONSO VALENZUELA AGUILERA

Universidad Autónoma del Estado de Morelos

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AREA Nº 13, octubre de 2007 © SI-FADU-UBA

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Alfonso Valenzuela Aguilera [AVA] En el nuevoplan regulador de Roma ustedes se propusie-ron ir más allá de la zonificación de los pla-nes anteriores, articulando la ciudad median-te tejidos urbanos; ¿cómo funcionan y cómofueron delimitados dichos tejidos?

Maurizio Marcelloni [MM] Nosotros decidimosno hacer una zonificación funcional típica dela planificación tradicional en que se diseñanáreas con funciones específicas para vivienda,oficinas, industria, etc., en virtud de que

consideramos que este tipo de planificaciónes algo demasiado prescriptivo para efectosdel plan. Si una actividad es definida demanera rígida y después con el tiempo esnecesario hacer operaciones que no corres-ponden exactamente con los usos del suelopara determinada área que define el plan,entonces uno se ve obligado a hacer unaserie de operaciones burocráticas larguísimasde variantes, adendas, etc.Dado que la ciudad actual es a tal puntodinámica, mixta y diversa en sus funciones,consideramos más oportuno definir unaserie de ámbitos que denominamos "teji-dos", estableciendo para cada uno de ellosunas normas generales de intervención. En elcaso de cada proyecto de transformación, separte de la base que existen algunos criteriosfijos, ya determinados por el plan, y el restose discute con gran elasticidad. Se otorga unamayor importancia al plan y al procedimien-to más que a la norma, los cuales deben serde la mayor transparencia y con la mayorparticipación para lograr un consenso sobrela operación que va a realizarse (Figura 1).El plan determina entonces solo las condi-ciones generales del modo de operar, pero almismo tiempo proporciona una ampliadocumentación, una especie de sistema deinformación con una gran cantidad de datosimportantes sobre la calidad urbana, que sedeben tener presentes en el momento en quese hace el proyecto. Por ejemplo, nosotroshicimos una cartografía muy importante endonde tenemos el mapa de la calidad, endonde son referidos todos los signos de lamemoria, que van de los restos antiguos ehistóricos (desde el Coliseo hasta elementosmenores), y todos aquellos elementos queno necesariamente tienen un valor arquitec-tónico específico, que van desde los barriosdiseñados entre los treinta y cuarenta, pasan-do por los edificios de los sesenta y setentaque tienen un cierto valor histórico impor-tante en relación con los lugares simbólicosde la ciudad e incluso la producción contem-poránea significativa. Se presentan entonces no solo el conjunto deelementos en sentido puntual, sino tambiénse identifican las relaciones entre ellos. En elcaso de Roma, cobra importancia porque elpatrimonio se encuentra tan difuso como su

Figura 1Ámbitos de programaciónestratégica.

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Figura 2Plano de sistemas y regulaciones

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historia y se encuentra esparcido sobre todoel territorio: si la ciudad histórica es inclusomás grande que la ciudad contemporánea,entonces se extiende por todos lados; por locual, cualquiera que va a hacer un proyectoconsulta el mapa de valores, y sabe que en elárea de intervención o en sus alrededoresexisten una serie de elementos a consideraren el proyecto.1

Por tanto, la historia y la memoria se con-vierten en factores que deberán cualificar2 elproyecto de restauración, mediante un proce-dimiento que no sea prescriptivo, y en el queel proyectista debe demostrar que ha entradoen relación con los lugares sobre los que eldirector del plan va a proveer la información.Del mismo modo que tenemos el sistemahistórico, también tenemos el ambiental devalores, etc., de manera que el plan se con-vierte en un gran sistema de información enconstante actualización. Hay que destacarque todo este sistema cartográfico es inten-cionalmente no restrictivo, para evitar así eltener que hacer una variante –por ley- cadavez que se agregaran o eliminaran elementos. Por lo tanto, tuvimos que inventar un meca-nismo que obliga, sin que necesariamente losplanes sean formalmente el instrumento jurí-dico y administrativo prescriptivo (al sersancionado como leyes), con la intención dedejar pocas cosas muy restrictivas –perosobre las cuales no se discute–, una granriqueza de información, y muchas reglas deprocedimiento en términos de consenso enrelación con los proyectos propuestos. Estosería la síntesis de la estructura del plan(Figura 2).

[AVA] ¿Cómo se articula la ciudad en el PlanRegulador y cómo interactúan los tejidosurbanos?

[MM] Dentro del esquema que mencionabaanteriormente, articulamos la ciudad sustan-cialmente en cuatro tejidos:Inicialmente hicimos una división preliminar,que se apoya de cierto modo en la experienciaespañola de los años ochenta con [Giuseppe]Campos Venuti (él en Madrid y yo enBarcelona), en donde trabajamos bastantedurante esta fase del urbanismo español, enque existía una Ley del Suelo en la que se cla-

sificaba el uso del suelo para la segunda mitadde los años setenta, mientras que en Italiatodavía no existía una ley de este tipo. Hicimos entonces una distinción preliminar:dónde se puede intervenir y dónde ello noestá permitido, la ciudad de la transforma-ción y la de la no transformación, lo cualtiene que ver con el sistema ambiental, queen Roma es inmenso pues a nivel de superfi-cie, es la comuna más grande de Europa.Como resultado, tuvimos que cancelar per-misos de urbanización que afectaban unaserie de parques maravillosos, para crear unsistema en donde la primera regla fija eraque las operaciones de transformación enestas áreas serían de tipo paisajístico y activi-dades compatibles que podían ser incluso deescala mayor (como actividades agrícolas, deproducción, turismo, etc.), o bien, funcioneseconómicas afines al sistema (Figura 3).A partir de esta gran división fundamentaldel territorio, entramos a la parte donde sí sepodría intervenir, la cual fue dividida en cua-tro tejidos: la ciudad histórica, la ciudadconsolidada, la ciudad de la reestructuracióny la ciudad de las nuevas intervenciones. La cuestión sobre los criterios para identifi-car los cuatro tejidos se discutió ampliamen-te: de manera sintética, la ciudad histórica esaquella a la que el grupo de expertos atribui-mos un valor particularmente importantedesde el punto de vista de su configuración,de la calidad del espacio, de los edificiosmismos, etc.Como antecedente de la ciudad histórica hayque recordar que en Italia, por ley, es nece-sario identificar en el plan regulador elCentro Histórico. A este respecto, nosotrosintrodujimos el concepto de "ciudad históri-ca" que es una cosa completamente diferen-te, pues no es meramente una ampliación delcentro histórico, sino que implica todo elconjunto, por lo que en una ciudad comoRoma implica un área mucho más difusa yextensa que llega a todos lados, incluso a laperiferia (Figura 4).Entonces, en esta cuestión nos enfrentamos auna situación mixta: es posible tener una por-ción de ciudad histórica importante, que qui-zás se encuentre en la periferia, y por tantotendrás una relación de esta porción de valorhistórico con el tejido de la periferia, la que

1. Al respecto consultar Valenzuela, A. 2004. "The citywithin the city: Infill develop-ment strategies in Barcelona,Paris and Rome", enArchitecture, Culture, and theChallenges of Globalization,Proceedings of the 2002 ACSA

International Conference(Wáshington DC: ACSA).

2. Utilizamos esta palabra para distinguirla de la

recalificación, en el sentidoque no sólo se da una nuevacalificación, sino que se resti-tuyen una serie de cualidadesal territorio.

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Figura 3. Plano de la red ecológica

sería necesario restaurar para consolidarla.Nosotros consideramos la ciudad históricaen un sentido amplio, lo cual puedes imagi-nar que generó discusiones muy fuertes en elmomento que comienzas a introducirmuchas cosas dentro de la ciudad histórica, ydonde el criterio no es la datación (en la ciu-

dad histórica tradicional están todas lascosas hasta 1900). Por lo tanto, intervienenconceptos de valoración subjetiva –que sondel todo discutibles–, pero nosotros asumi-mos esto de manera incluso provocativa ysosteniendo esta caracterización de la ciudadhistórica como un concepto amplio.

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Figura 4 Del centro histórico a la ciudad histórica.

Después tenemos la ciudad consolidada, queentendemos como toda aquella parte de laciudad que no tiene un valor particular (endonde no pedirías un peritaje de laSuperintendencia de Bienes Arqueológicospara determinar su valor), pero que no obs-tante es parte de la ciudad configurada, esdecir, que tiene una estructura propia, unaretícula particular,3 o que de alguna maneraha estado planificada dentro de un sistema, yque, a fin de cuentas, se puede reconocer,entender y que en general funciona a pesarde algunas carencias.En tercer lugar, tenemos la ciudad de la rees-tructuración, que es la categoría más impor-tante, y en donde se ubica la periferia comoel lugar donde existe de todo, llena de vacíosy de incongruencias, un poco de casas abusi-vas por una parte, de edificios públicos por

la otra, naves industriales, etc. Es decir, unverdadero caos.En este caso, identificamos que las únicasdos maneras de intervenir son: cuando la redurbana no funciona y genera un pedazourbano incongruente (que imagino que en laciudad de México ocurran cosas similares);entonces, en la periferia el reto es hacerintervenciones de tipo estructural, es decir,algunas intervenciones fuertes dadas sustan-cialmente por la viabilidad de un sistemageneral que ponga en circulación estos teji-dos, que reconecte la movilidad y las nuevascentralidades (Figura 5).La ciudad de la transformación se sobreponeno de manera complementaria, sino que lasintervenciones se realizan sobre algunosvacíos urbanos que permanecieron casual-mente baldíos, y que, sin embargo, están

3. Puede ser parte de la ciudad decimonónica, de la

ciudad de entre guerras, inclu-so de la ciudad reciente.

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Figura 5 Infraestructuras estratégicas: el cinturón ferroviario.

colocados en puntos en que el sistema demovilidad les consiente tener un papel anivel urbano e incluso metropolitano.Entonces estamos ante esta inyección defunciones fuertes, nuevas direccionalidades,transformación de edificios públicos, locali-zación de nuevas actividades terciarias,públicas, privadas, etc., que constituyen elverdadero proyecto urbano-arquitectónicocomo intervención estructural dentro de laperiferia. Después tenemos el tejido a rees-tructurar que llamamos los proyectos inte-grados de recalificación (Figura 6).Por lo tanto, no estamos en la actualidaddefiniendo el lugar exacto en el plan paraubicar el jardín urbano, o el vacío urbanopara una intervención específica; nosotrosdamos un tejido y una modalidad o procedi-miento de intervención –lo que significa un

gran proceso de descentralización– dentro deeste proceso de transferencia de atribucionesa los municipios. Roma es la primera ciudaditaliana que ha comenzado a transferir demanera efectiva los poderes a los municipios,y entonces se está dando un debate sobre sitodo lo estructural se mantiene en manos delgobierno de la ciudad mientras que todo lorelacionado con programas y actuacionesdebe estar descentralizado.Entonces, yo te doy un procedimiento alinterior de este "color" que hemos definido–en este caso, la ciudad de la reestructura-ción–, en donde puedes hacer sub-períme-tros que deciden ustedes localmente paso apaso, dentro de ciertas condiciones. Ahora,para obtener los permisos de recalificación,es claro que no puedes especular con laintervención, por lo que los topes en la den-

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Figura 6Escenarios distritales.

sificación habitacional no te permite hacer,digamos, rascacielos.Por consiguiente, debe quedar clara la rela-ción entre público y privado: yo te autorizoproyectos, pero a cambio el constructordebe hacer aquel tramo de calle que falta, elservicio que no existe, o el arreglo al parquepúblico; por tanto, se debe hacer evidente unobjetivo local holgado, para lo cual existe unproceso en que se realiza un concurso y losoperadores privados pueden participar, dis-cutir con la gente, los comités vecinales, elmunicipio, y así se construye un programade transformación colectivo.En síntesis, tenemos la ciudad histórica quese convierte en un elemento estructural, laciudad consolidada que en Roma no repre-senta una gran extensión y que está mediana-mente bien tal y como está. Después tene-mos la verdadera periferia que en mi opi-nión, debes recalificar con esta doble opera-ción: realizar tanto operaciones fuertes,como operaciones difusas.Las intervenciones fuertes comprenden elsistema integral de la movilidad y estas nue-

vas centralidades que son, no precisamentede nueva expansión (que en realidad no estáprevista), sino que eran parte del viejo planregulador, como asentamientos, demandaresidencial, etc.Es importante destacar que como autoridadcorresponde fijar las condiciones y estable-cer los procedimientos. También nos corres-ponde –y eso esta facultado por la ley nacio-nal– el demoler o reestructurar edificiosespecíficos (manteniendo la misma densidadconstructiva), por lo que en realidad se tratade una intervención de mantenimiento y derecalificación del espacio urbano.

Roma, 15 de Abril de 2002

Agradecemos al comité editorial de la revistaUrbanística el permiso para reproducir las imáge-nes del Plan Regulador de Roma.

45

CURRÍCULUM

ALFONSO VALENZUELA AGUILERA es arquitecto con maestría en

planificación urbana y territorial por el Instituto Universitario de

Arquitectura de Venecia, doctorado en Urbanismo por la

Universidad Nacional Autónoma de México y postdoctorado en

revitalización urbana por el Instituto Francés de Urbanismo de

París. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores de

México y ha dirigido y colaborado en varios proyectos de inves-

tigación en planificación urbana y territorial como consultor en

revitalización urbana para la Comisión Económica para América

Latina y el Caribe (CEPAL). Profesor invitado por el Instituto de

Tecnología de Massachussets y la Universidad de Tokio, fue invi-

tado a ocupar la Cátedra Alfonso Reyes en la Universidad de

París-Sorbona en 2005. Actualmente es profesor investigador de

la Facultad de Arquitectura en la Universidad Autónoma del

Estado de Morelos, México.

Universidad Autónoma del Estado de Morelos |Av. Universidad 1001, Colonia Chamilpa, Cuernavaca, Morelos62209, México

Tel.: +52 777 3297000 ext. 6114E-mail: [email protected]

RECIBIDO: 2 febrero 2004 ACEPTADO: 28 diciembre 2004

46AREA 13

ITINERARIOS DEL AGUA. EL AGUA COMO HILO CONDUCTOR DE LAS AFECCIONES EDILICIAS MÁSAMPLIAS EN LA ARQUITECTURA DE LAREGIÓN PAMPEANA

Los desequilibrios hidroclimáticos en laregión pampeana argentina produjeron unimpacto ambiental moderado en la región ysevero sobre las construcciones de bajo pesoconstructivo. El trabajo tiene por objeto otor-gar un marco técnico-científico sobre elimpacto producido durante varios periodosclimáticos donde los itinerarios del agua nospermiten inferir el porqué de las fatigasestructurales y de los materiales en lasconstrucciones. Se corroboró que los itinera-rios del agua, por el interior de los mam-puestos, producen afecciones patológicascausadas por: la dependencia de las cons-trucciones respecto al comportamiento delsuelo, la disolución y precipitación infinita deiones hidrosolubles provenientes del suelo yla humectación secado en los mampuestos.

Itineraries of the water. The water like conduc-tive thread of the constructive affections in theArgentine Pampeana regionThe hydro-climatic imbalances in the ArgentinePampeana region generate a moderate environ-mental impact in the region, and a serious oneon the low-weight buildings. The aim of thispaper is to present the technical-scientificframe obtained related with the impact pro-duced by the itineraries of the water during several climate periods, in order to infer thereasons of the fatigues of the structures andmaterials. It was corroborated that the itine-raries of the water for the interior of the brick-work’s generates pathologies caused by thesoil’s changes, the presence and dissolution ofsoluble ions and humidity dried in brickworks.

itinerarios del aguacambio climáticohumedad de ascención capilarinteracción suelo-estructuradegradación de mampuestosregión pampeana argentina

water itinerariesclimate changecapillary humiditysoil-structure interactionbrickwork’s degradationArgentine Pampeana region

> PABLO ANDRÉS PRONEUniversidad Nacional de Córdoba

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AREA Nº 13, octubre de 2007 © SI-FADU-UBA

48AREA 13

Introducción

El agua es el elemento y fuente necesariapara la vida en la tierra, pero en la regiónpampeana argentina se investigan crítica-mente los procesos patógenos que ocasionaésta en la arquitectura.Para reconstruir sus procesos es necesarioacudir a los constituyentes que los desenca-denan, para ello el trabajo transita por losvectores más relevantes del medio físico querepercuten en el urbano.Teniendo presentes estos constituyentes ylas potenciales transformaciones que enellos se producirán al desencadenarse losprocesos hídricos, estamos en posición deapreciar los itinerarios del agua en las edifi-caciones de la región.Edificaciones de una arquitectura buena,regular o mala que tiene valor como prácticasocial, es decir sus ocupantes esperan habitary desarrollar en ella una vida sana y en comu-nidad. La interrelación se da a partir de cadauna de las obras individuales que se van ins-

talando y hacen ciudad a lo largo de su desa-rrollo histórico, de la configuración resultanteen el entorno construido y sobre todo delmedio ambiente en el que se insertan.Por este motivo se eligió para los análisis yobservaciones patológicas la técnica cons-tructiva más vulnerable, conformada pormampuestos de ladrillos cerámicos cocidos ymezcla de asiento de barro. Estos compo-nentes de la arquitectura son los más sensi-bles, e interactúan actualmente con elentorno como preexistencias físicas respectoa los desequilibrios generados por el aguacomo agente degradante.Se observó que los itinerarios del agua sondependientes de las acciones climáticas,intermitentes pero recurrentes en el tiempo,que desencadenan procesos de degradacióny de desorden en la arquitectura y el entor-no. Aunque esto último también puede con-siderarse como un proceso deauto-eco-organización que adhiere al segun-do enunciado de la termodinámica.

Figura 1Comparación de deficiencia yexceso de precipitacionespara la localidad de LasVarillas respecto a la regióndel sudeste de Sudamérica.

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Desarrollo: medio físico

ClimaA partir de las últimas décadas del siglo pasa-do, se manifiestan fuertes anomalías de lavariabilidad climática, como sequías e inunda-ciones en diversas partes del planeta, porefecto del fenómeno de El Niño.Durante el siglo XX se ha observado sobre laregión sudeste de Sudamérica un cambio sus-tancial en las precipitaciones hacia mayoresvalores durante los últimos 30 años de dichoperiodo (Figura 1). La precipitación experi-mentó un ascenso durante la década de losaños 1970, que se mantuvo durante los años1980 y 1990. Posteriormente a finales de ladécada de 1990, a pesar de que se produce unligero descenso, la tendencia general ha sidocreciente durante el último siglo (Bidegain yDeshayes 2005: 163). En la Figura 1 se com-para la deficiencia y exceso de precipitacionespara la localidad de Las Varillas, ubicada en elCentro Este de la provincia de Córdoba,1 conel de las anomalías de la precipitación para laregión del sudeste de Sudamérica.Se menciona que los fenómenos causantes deeste desequilibrio son de orden global en laregión, por ejemplo, el calentamiento de latierra; no respondiendo a fenómenos particu-lares que lo produzcan.En el centro de la región pampeana argenti-na, el principal indicador que marca un cam-bio en las condiciones climáticas es el de lasprecipitaciones. El promedio históricopuede encuadrarse entre 700 y 800 mmanuales con picos de precipitaciones cadadiez años. En las últimas décadas del sigloXX se observa esta paulatina elevación delos porcentajes de precipitaciones (Ravelo,Irastorza y Luque 2002: 69) estableciéndoseactualmente en 900 mm anuales con regis-tros particulares que observan picos de hasta1100 mm anuales en los períodos 1989 a1991. Estos picos de precipitaciones presentanconsistencia respecto a una mayor repeticiónde años cuando ocurren, pero no se observauna frecuencia relativa del fenómeno como lahistórica (Ovando y de la Casa 2005: 289).Consecuentemente, el ecosistema de la regiónpasó desde un clima semi-árido hacia otrosemi-húmedo. Debido a ello, se observó que,desde la década del cincuenta hasta nuestros

días, existe un corrimiento de 200 km hacia eleste de las isoyetas de precipitación anualmedia (Figura 2). Las temperaturas constitu-yen otro índice importante, no evidenciandoalteraciones significativas y repercutiendo enel potencial de evapotranspiración (Ovando,de la Casa y Rodríguez 2002).

Hidrología superficial y subterráneaEstudios realizados en el marco del convenioargentino-alemán para la factibilidad de aguasubterránea potable en la región pampeanaargentina (IFGRN 1976: Tomo 1) indican que:la zona central pampeana es una cuencacerrada, por lo que la recarga de sus napassuperiores se debe exclusivamente a las preci-pitaciones. La recarga dada a través del flancooriental de la cadena de las sierras cordobesasse infiltra hasta llega por debajo de la forma-ción Puelches, a un manto confinado. En lazona central esta formación geológica tomaprofundidades de unos 80 a 120 m, teniendocontacto solo con la laguna Mar Chiquita(Figura 3).

Figura 2 Isoyetas de precipitaciónanual media. Período normal(trazo en guiones). Década de1970-79 (trazo continuo).

1. Los datos fueron tomados por el sr. Ricardo

Palmero y su análisis fue reali-zado en la Cátedra deClimatología y Fenología de laFacultad de Ciencias Agrope-cuarias de la UniversidadNacional de Córdoba.

50AREA 13

Los acuíferos libres 2 históricamente se esta-blecen entre los 5 m y 10 m de profundidad,dando una idea de la existencia de mantosarcillosos impermeables que impiden lapenetración del agua a mayores profundida-des. En periodos cortos de tiempo, las preci-pitaciones generan su recarga y porconsiguiente su ascenso a partir de este hori-zonte. Bajo estas circunstancias y con elaumento de las precipitaciones, los acuíferossuperiores ascendieron a principio de ladécada de 1990 causando anegamientos enamplias extensiones. La imagen satelitaria3

(Figura 4) para el sector de Las Varillas,tomada el 12 de enero de 1993, permite infe-rir la total coincidencia de los hechos y apre-ciar el desequilibrio en un área más extensa;se observan las áreas anegadas representadaspor manchas oscuras y alargadas.

GeomorfologíaLos suelos que ocupan la región centro-estede la provincia de Córdoba, en su granmayoría, fueron conformados por deposicio-nes eólicas y fluviales muy ricas en limos, degran uniformidad, de color pardo claro conintercalaciones de arenas finas, lo que generael llamado "loam pampeano" o "loess".4

Los ríos discurren erráticamente y modifi-can la homogeneidad de los depósitos eóli-cos originales encontrándose arenas en lospaleocauces y limos en las planicies de inun-dación. Este cambio de materiales se reflejaen la forma del paisaje superficial, pero tam-bién en la naturaleza de los suelos que pasana integrar complejos heterogéneos con unaalta variabilidad espacial y un intrincadopatrón de asociación, que le impiden caracte-rísticas distintivas a determinados sectores dela región. La Figura 5 muestra la correlacióngeológica típica para un suelo del sector.El comportamiento depende de su estructura.En estado primigenio, la estructura del sueloen general se presenta macroporosa siendoautocolapsible (loess original), pero con elcorrer del tiempo se transforma en potencial-mente colapsibles (loéssico); este último antevariaciones de carga y/o humedad colapsa demanera generalizada (Redolfi y Zeballos1996), efectos que se denominan "subsiden-cia"5 (Custodio y Llamas 1983: 2142). El proceso de subsidencia que comprendeun ciclo completo de humedecimiento-suc-ción en los suelos fue incorporado al estu-diado de los suelos pampeanos (Blundo1997) en el Laboratorio de Geotecnia de LaFacultad de Ciencias Exactas, Físicas y

Figura 3 Mapa esquemático del flujode aguas subterráneas parala zona central pampeana.

2. Denominados así en el CAAAS a aquellos que fluc-

túan por recarga exclusiva deprecipitaciones en la regiónpampeana argentina.

3. Imagen satelitaria, Las Varillas 3163-34, fuente

Instituto Geográfico Militar.

4. Loess, vocablo de proce-dencia alemana, indica

sedimentos eólicos formadospor limos finamente reparti-dos de estructura abierta yautocolapsible.

5. "Subsidencia" se suele aplicar al hundimiento de

la superficie en un área exten-sa. La palabra "asiento" o"asentamiento" se aplica conpreferencia al descenso delnivel del terreno a causa desobre cargas u acciones locali-zadas, aunque es frecuentetomarlas como sinónimos.

51

Figura 4 Imagen satelitaria para elsector de Las Varillas, 12 de enero de 1993.

SATÉLITES LANDSAT12 de enero de 1993

Las Varillas 3163-34Provincia de Có rdoba

Carta de imagen satelitariade la República Argentina

Instituto Geográfico MilitarEscala 1:100.0002 km 10 km0 2 4 6 8

35º 40º 45º 50º 55º 4440363228242016120604

35º 40º 45º 50º 55º 4440363228242016120604

55º

50º

45º

96

90

88

84

80

76

72

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-32º0

-31º40

55º

50º

45º

96

90

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84

80

76

72

68

64

-32º0

-31º40

Figura 5Correlación geológica típicapara un suelo del sector.Llanura Pampeana.

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Naturales de la Universidad Nacional deCórdoba. Marcelo Blundo explica que sebasó en la teoría de Alonso y colaboradoresde 1987, que le permitió establecer asenta-mientos de 150 mm en un solo ciclo (ascen-so y descenso de los niveles freáticos)siendo éste solo un valor promedio, nopudiendo establecer en condiciones de labo-ratorio los asentamientos que se produciríanen el transcurso de varios ciclos.Estas son las condiciones específicas de lossuelos en la pampa loéssica plana (denomi-nada: "de los derrames"). Su ubicación geo-gráfica se observa en la Figura 6, juntamentecon dos muestras inalteradas de suelosdonde se observa su estructura abierta.La Carta de suelos, confeccionada por elINTA en el Plan Mapa de Suelos Córdoba -Hoja 3163-34 Las Varillas (Convenio INTA –MAGYRR 1997: 31), indica las principalesunidades de agrupación de los suelos y elperfil geomorfológico típico para un áreadeterminada. Además, arroja datos adicio-nales sobre suelos superficiales y condicio-nes climáticas locales: éstas son valiosasherramientas para predecir las futuras afec-ciones edilicias.

Estudios de contaminabilidadEl extracto de la Serie El Pino correspon-diente al sector de Las Varillas, que seencuentra en la Carta de suelos (ConvenioINTA-MAGYRR 1997: 31), permite observarlos datos del perfil de suelos y su capacidadde intercambio catiónico a través de varia-bles como la estructura del suelo y la canti-dad de iones hidrosolubles presentes en elmismo (Tabla 1).Indica en los sectores aplanados y onduladosde este ambiente suelos con distinto gradode afectación salina en profundidad, con tex-turas normalmente gruesas consideradascomo suelos escasamente desarrollados ylimitados por la falta de estructura y bajaretención de humedad. En los sectores leve-mente deprimidos dominan suelos pesados,salino sódicos, con horizonte superficialdegradado y drenaje moderado a imperfecto;se presenta acumulación de sodio intercam-biable a partir de los 0,30 m de profundidad.Por otro lado, en el convenio argentino-ale-mán de aguas subterráneas (IFGRN 1976:Tomo 8), se presentan los resultados referi-dos al balance químico de las aguas subterrá-neas en relación a los suelos y se indica queel ión que existe en demasía es el sulfato ysus posibles combinaciones, y que en casitoda la parte central de la región pampeana

Figura 6Ubicación geográfica de lapampa loéssica plana y dosmuestras inalteradas de suelos.

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se extienden aguas subterráneas muy saladas. El catión de mayor importancia en el aguasubterránea es el sodio con el 82% de losequivalentes de cationes, el calcio y el mag-nesio forman el resto en un 50 y 50%.Los aniones más importantes en un 80% sonlos sulfatos y cloruros, un poco más de sul-fatos, los iones carbonatitos dan un 19%, elnitrato apenas tiene importancia.La relación Cl a SO4 aumenta de oeste aeste. En el sector oeste de la pampa 1:2, en elsector central 1:1, en el sector este de lapampa 1:0,6. En la misma dirección aumentala relación Na con Ca.La preferencia de adsorción en los suelosarcillosos y limos de granulometría menor al20% libera muchos iones sodio (Na+1)dejando un suelo inerte con característicosmanchoneos negruzcos. Siguiendo la líneapropuesta por la serie liotrópica de Wayman,tenemos que la capacidad de adsorción

Serie El Pino. Datos analíticos del perfil típicoSituación: Latitud 15º 55´s, Longitud 23º 55´w, Altitud 120 m.s.n.m.

Horizonte A1p B2 B3 C1 C2ca

Profundidad de la muestra (cm) 0-22 22-57 57-90 90-118 118-140

Materia Orgánica 2,5 1,0 0,3 0,0 0,1Carbono Orgánico, % 1,43 0,56 0,18 0,02 0,06Nitrógeno total, % 0,19 0,09Relación C/N 7,5 6,2

Arcilla, 2, % 24,1 28,7 25,9 20,4 16,0Limo, 2-50, % 53,0 48,4 47,4 56,2 6,9Arena m.f., 50-100, % 12,5 6,2 14,8 15,8 10,3Arena f., 100-250, % 9,9 16,0 9,5 7,3 10,3Arena m., 250-500, % 0,3 0,2 0,2Arena g., 500-1000, %Arena m.g., 1-2 mm, %

Calcáreo, CaCO3, % 0,0 0,0 0,0 0,0 5,5Equiv, de Humedad, % 25,1 26,7 24,8 23,6 22,8pH en pasta 5,5 6,2 6,8 7,5 8,5pH en agua 1:2,5 5,8 6,8 7,0 8,7 8,9

Cat. Cambio, me/100 gr:Ca ++ 4,9 9,9 9,8 10,0Mg ++ 3,8 2,2 2,4 2,4Na + 0,4 0,4 0,4 0,5 0,9K + 2,7 1,9 1,9 1,9 2,0H + 3,1 1,2 1,0Na +, % del valor t 2,6 2,4 2,6 3,5 6,4Conduct. (mmhos/cm)

Suma/bases, me/100 gr (S) 11,8 14,4 14,5 14,8Cap.inter.cat. Me/100 gr (T) 15,3 16,7 15,3 14,3 14,0Sat. con bases, % (S/T) 77,1 86,2 94,8 103,5

encontrados en los suelos de esta regiónsigue: Al3+ > Ca2+ > Mg2+ > K+ >= NH4+>= Na+

Técnica constructivaComo se comentó, las construcciones mayo-res de 40 años son las más afectadas por losposteriores sucesos hidroclimáticos. En esetexto sin palabras (Moreno 1998: 33), esdecir en esas construcciones, se relevó aque-lla técnica constructiva más generalizada queestá compuesta por mampuestos de ladrilloscerámicos cocidos asentados en morteros debarro. Los mampuestos se apoyan sobre unacimentación corrida del mismo materialcuyo horizonte de fundación se da solo a0,30 m de profundidad (Figura 7). En sumayoría los techos se conforman por losasplanas macizas o alivianadas con luces varia-bles de entre 4,50 y 6,00 m.

Tabla 1Serie El Pino. Datos analíti-cos del perfil típico.

54AREA 13

Inferencias

Bajo este sistema complejo en busca de unnuevo equilibrio, el proceso de transforma-ción debe entenderse en el sentido dinámicoy no estático. Se lo considera como diversosmicro–estados de algo, donde se reconoce unestado inicial y una serie de sucesos que con-ducen a otro último o actual. Son fases suce-diendo en un determinado tiempo y espacio.

Características del estado inicial> Clima semi-árido, precipitaciones entre

700 y 800 mm anuales (Ravelo, Irastorzay Luque 2002: 69). Acuíferos libres entre5 y 10 m de profundidad (IFGRN 1976: Tomo 1 y 8). Baja humedad natural delsuelo (W=~12%), peso unitario de 1,40kg/cm3, presión de fluencia a humedad natural de ~1,80 kg/cm2 y saturada de~0,45 kg/m2 (Rocca 2003). Presencia deiones hidrosolubles en distintos horizon-tes de suelos (IFGRN 1976: Tomo 2,Gorgas y Tassile 2002: 48).

> Organización espacial irregular en una sola planta. Técnica constructiva basadaen una cimentación corrida (~0,30 m), mampuestos de ladrillos cerámicos coci-dos, mortero de asiento de barro, e ine-xistencia de capas aisladoras horizontales.

Consecuencias de la variación climáticaEl aumento de precipitaciones se evidenciaen los marcados excesos hídricos de laregión pampeana central al constituir éstauna cuenca cerrada6 (IFGRN 1976: Tomo 1).

Consecuencia de los desequilibrioshídricos relacionados con la geomorfologíaLas amplias variaciones de los horizontes deacuíferos libres generan un cambio en loscontenidos de humedad de los suelos, hume-decimiento y posterior desecación, promo-viendo un efecto de esponjamiento que serepite sistemáticamente y que lleva a dosacciones asociadas:> Por un lado, la denominada subsidencia

que es el hundimiento de la superficie enáreas extensas (Custodio y Llamas 1983:2142), producto del colapso de sueloscomo lo demuestran estudios de humede-cimiento-succión en laboratorio7 (Blundo1997), y estudios in situ de fluencia lentade suelos que simulan variaciones deniveles freáticos y llegan a establecer unadependencia intrínseca entre las condicio-nes de humedad y el estado tensional delsuelo (Prone 2005a).

> Por el otro, el arrastre de iones hidrosolu-bles contenidos en el suelo8 que llegan demanera intermitente a la superficie y a lasconstrucciones por el fenómeno de capi-laridad, luego al evaporarse el agua, los

Figura 7Técnica constructiva de construcciones mayores de 40 años.

6. La recarga de sus napas superiores se produce exclusi-vamente a través de precipita-ciones.

7. Estudiado por Alonso y colaboradores en 1987 e

incorporado a los suelos pam-peanos por Marcelo Blundo(1997).

8. Los iones hidrosolubles provenientes del suelo se con-sideran una fuente de pro-visión infinita.

55

iones precipitan y cristalizan formandosales. Por preferencia química en laadsorción de los suelos (Al3+ > Ca2+ >Mg2+ > K+ >= NH4+ >= Na+) se libe-ran iones sodio (Na+1) dejando superfi-cies inertes con característicosmanchones negruzcos (Convenio INTA-MAGYRR 1997: 31, IFGRN 1976: Tomo 8).

Características del estado actual> Clima semi-húmedo, precipitaciones

entre 900 a 1100 mm anuales a igualescondiciones de temperaturas (Ravelo,Irastorza y Luque 2002: 69, Ovando y dela Casa 2005: 289). Humedad natural delsuelo que varía entre 12 y 35%, y unarelación presión de fluencia/peso unitarioque define diferente porcentajes decolapso y una deformación comprobablede hasta un 14% (Rocca 2003). Acuíferoslibres que llegan o llegaron en algunosperíodos a nivel de superficie y cambiode los horizontes de iones hidrosolublesen los suelos (Gorgas y Tassile 2002: 48,IFGRN 1976: Tomo 1 y 8, Convenio INTA-MAGYRR 1997: 31).

Consecuencias en la arquitectura

En las construcciones se observan procesosde deterioros físicos y químicos en los mate-riales, cuya resultante se observa en toda laplanta edilicia. Estos efectos son subsidiariosde lo inferido pudiendo diferenciarlos bajo laobservación de tres lesiones características:1. Daños estructurales a nivel de configura-

ción arquitectónica (Eldridge 1982: 137).Evidenciando reincidentes fisuras y grie-tas generalizadas además de distorsionesen los niveles de solados, que puedeninterpretarse como una continua interac-ción entre el suelo y la estructura (Pizzi1986: 35, Prone 2005a).

2. Daños en los materiales por procesosfísico-químicos. Denotan una degrada-ción generalizada, en toda la planta edili-cia de los mampuestos afectados porhumedad de ascensión capilar (Massari1962: 155) en combinación con el arras-tre y precipitación de iones hidrosolu-bles (Prone 2005b).

3. Daños en los materiales por procesos físi-co-mecánicos. Denotan una marcadadesagregación de los ladrillos y el morte-ro de asiento sobre el límite de humede-cimiento capilar (Lozano Apolo,Santolaria Morros y Lozano Martínez-Luengas 1995: 15).

El agua es en las tres lesiones el elementoque genera los diversos tipos de asociacionesentre las variables causales que, de un modou otro, disparan procesos adversos sobre lasedificaciones. Las posibles combinacionescomprometen los mampuestos a través deprocesos naturalmente diferentes y, por lotanto, cada uno asume su propio modeloexplicativo, Figura 8 y Tablas 2, 3 y 4.

Técnicas de investigación

Cada una de las lesiones observadas secorrobora bajo técnicas procedimentalespropias, debido a que las posibles combina-ciones de las variables independientes gene-ran enfermedades a través de procesosnaturalmente diferentes.

Figura 8El agua como desenca-denante de diversos procesospatológicos.

56AREA 13

Proceso crítico Interacción suelo – estructura

Asociaciones causales Suelo Balance hídrico Clima

Modelo explicativo adoptado En este proceso actúan las variaciones de humedad; dependiente los ciclos de recarga de los acuíferos libres; sobre la constitución, formación y estado tensional de los suelos (arcillosos-limosos) presentes en la pampa loéssica plana (Blundo 1997). Las construcciones siguen el comportamiento cíclico observado en los suelos.9 Las solicitacionesgeneradas por el suelo son absorbidas elásticamente por los materiales (Baglioni y Guarnerio 1988:114). Si después de concluido el ciclo, los materiales son capaces de soportar las solicitaciones, vol-verán a su posición original. Pero sucede que ya sea por un estado de fatiga que lleva al agotamientode los materiales, producto de muchos ciclos en construcciones mayores a 50 años; o porque las soli-citaciones son mayores que la tensión de trabajo, se produce la desvinculación estructural entre laspiezas que componen la construcción, volviendo luego solo parcialmente a su estado original. No existe un concepto neto de actividad e inactividad en las construcciones y suelos, sino más bien unconcepto de ciclo continuo (apertura-cierre) dependiente del clima y tipo de suelo (Figura 9).

Figura 9Comportamiento cíclico entrela línea de contacto del suelocon la estructura.

9. Corroborado a través de toma de niveles y

amplitud de grietas en tresconstrucciones, períodos2002-2005.

Tabla 2

57

Proceso crítico Acción físicoquímica

Asociaciones causales Balance hídrico Clima Suelo

Modelo explicativo adoptado La manifestación es denominada haloclastia (Lozano Apolo, Santolaria Morros y Lozano Martínez-Luengas 1995: 16). Primeramente se genera la migración por difusión y/o capilaridad de diferentes iones hidrosolubles disueltos por el agua de ascensión capilar proveniente desde el subsuelo.Al acumularse dichos iones o evaporarse el agente aguoso, el soluto se satura produciéndose en la pre-cipitación la combinación de iones. En este proceso se forman estructuras cristalinas que se expandenen porcentajes diferentes, dependiendo de las combinaciones producidas (Font-Altaba 1965).Estas estructuras cristalinas son las denominadas sales y se depositan en forma de eflorescencias(sobre la superficie de los mampuestos) o de criptoeflorescencias (en el interior de los poros de losmateriales) (Figura 10). Esta última forma de deposición resulta en una tensión interna que lleva a pro-ducir en distinto grado la disgregación de los materiales (Sanjuán Barbudo y Castro Borges 2001: 15-23).

Nota: el proceso es cancerígeno, va atacando primero a las piezas más débiles. Desde de la primer descamación enla superficie suceden otras hacia el interior de la masa.

Figura 10Microfotografías que mues-tran criptoeflorescencias.

Tabla 3

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Proceso crítico Acción físico – mecánica

Asociaciones causales Balance hídrico Clima

Modelo explicativo adoptado Durante el transcurso de sucesivos ciclos de humedecimiento y secado, producidos por humedad de ascensión capilar, se provoca la alteración de la masa del material, presentándose la aparición de retracciones ligeramente superiores a la dilatación por humedecimiento (Figura 11) (Lozano Apolo, Santolaria Morros y Lozano Martínez-Luengas 1995: 16).Las manifestaciones comienzan con microfisuras, evidenciando la disminución de las característicasmecánicas.Luego se manifiestan desprendimientos de las partículas gruesas, que es la discontinuidad de laestructura del material.En un estado último de agotamiento, los materiales se disgregan en forma pulverulenta.

Nota: por la homogeneidad de un ladrillo la disgregación de sus partículas se sueltan desde afuera hacia adentro enforma de hojuelas muy finas que copian la micro estructura arcillosa.

Figura 11Se observa la acción físico-mecánica sobre el límitecapilar.

Tabla 4

59

Técnicas de corroboración para lalesión 1 (Figura 12)Para evolucionar los signos en los mampues-tos se utilizó un conjunto de sistemas (Maña1978: 47-53):> a. Testigos de yeso en puntos clave.> b. Medición directa de la amplitud

de grietas.> c. Medidas del asiento mediante toma de

niveles relativos.Para el estudio de los suelos se realizaronensayos de fluencia lenta (Terzariol yAbbona 1997, 1998) en distintos puntos dela ciudad. Los puntos presentan diferencianen su composición mineralógica. En ensayosconsiste en simular variaciones de acuíferoslibres y observar el comportamiento de lossuelos durante varios ciclos (Prone 2005a).

Técnicas de corroboración para lalesión 2 (Figura 13)En suelos y mampuestos, se rastrearon vesti-gios de cristales producidos por la precipita-ción de iones hidrosolubles; estos últimos

podrían ser los causantes de las degradacio-nes. Se aplicaron dos técnicas con el objeto depoder comparar los resultados y validarlas demanera semi-cuantitativa. Esto aportó ade-más el valor de un procedimiento de campoeconómico y eficiente para la determinaciónde cristales inorgánicos que son los causantesde las degradaciones (Prone 2005b). Los pro-cedimientos aplicados fueron:> Procedimiento cuantitativo (difracción de

rayos X). > Procedimiento semi-cuantitativo

(papel pH, ácido clorhídrico, micro-observaciones).

Técnicas de corroboración para lalesión 3 (Tabla 5)En este caso, los procedimientos de corrobo-ración comprenden ensayos contempladosen las normas del Instituto Argentino deRacionalización de Materiales (IRAM). Losensayos de compresión, succión, absorción yresistencia a las heladas evalúan la acción delagua y de la humedad, y comprueban la

Figura 12Técnicas de corroboraciónpara evaluar la interaccióndel suelo con la estructura.

1. Previamente Se colocan testigos de yeso en puntos claves.

2. Hipótesis Los repetidos agrietamientos generales en los mampuestos y las distorsionesen los solados están relacionados con un primer estado de colapso y posteriormente con una continua interacción suelo-estructura, que es dependiente del estado climático, humedad y estado tensional del suelo.

3. Mampuestos > Agrietamientos Se evolucionan a través de un conjunto degenerales > exámenes complementarios (Maña 1978:47-53):

a. Testigo de yeso*

b. Amplitud de grietas*

c. Toma de niveles**

a-b-c // d

Suelos > Estado tensional d. Ensayos de colapsibilidad in situ*(arenosos, limosos Humedad (W)>y arcillosos)

* Presentan antecedentes | ** Se realizó un ajuste metodológico

60AREA 13

1. Previamente Se observa la humedad capilar desde los suelos, en combinación con la degradación en los mampuestos.

2. Hipótesis La migración, precipitación y cristalización de diferentes iones hidrosolublesen los mampuestos es proveniente de los suelos y materiales constructivos.

3. Exámenes complementarios tienen por objeto

Evaluar la presencia de cristales(iones hidrosolubles precipitados)

> Procedimiento de laboratorio*(difracción de rayos X)

> Procedimiento observacional de campo*

* Ensayos realizados bajo los procedimientos del Departamento de Física-Química, Facultad de Ciencias Químicas de la UniversidadNacional de Córdoba, Argentina | ** Ensayos realizados bajo los procedimientos de campaña que se ajustaron para tal fin.

durabilidad de los materiales a través de laperdida de su masa. La visibilidad del cambiose realiza a través de micro-observaciones.

Observaciones

Bajo un análisis de orden cualitativo sobretodos los vectores estudiados podemos afir-mar que:El impacto es irreversible en tanto se man-tenga dependiente del factor climático, dadoa que no es posible intervenir sobre un fac-tor de origen natural.El impacto comprende áreas extensas de laregión pampeana argentina, afectando a sec-tores de las provincias argentinas de Santiagodel Estero, Córdoba, Santa Fe, BuenosAires, San Luis y La Pampa. Agudizándoseen los sectores deprimidos y sobre los que seha detectado el cambio en los niveles pluvio-métricos.El clima produce un efecto intermitente perorecurrente en el tiempo. Se evidenció que alcambiar sus componentes de flujo fueronafectadas las características del ambiente quí-mico, modificando la habitabilidad en éste,como así también la estabilidad de los com-

ponentes constructivos. Estas condicionesson ocasionadas por complejas interrelacio-nes entre las variaciones de los acuíferoslibres y un soporte loéssico muy sensible, enmuchos casos inalterado.La magnitud del impacto es severa en lossectores urbanos con una degradaciónadversa donde, sumado a la falta de poten-cial de evaporación, se agregan a la napa ele-vados porcentajes de aguas servidas a travésde pozos ciegos. Pero la magnitud delimpacto es moderada en los campos dondeactúa fuertemente la evapotranspiración.Las observaciones y análisis realizados coin-ciden con las explicaciones dadas en la litera-tura sobre las degradaciones producidasdurante varios ciclos intermitentes de hume-decimiento – secado.El trabajo brinda una respuesta técnico-científica dentro de una investigación mul-tidisciplinar y en el marco de un estudio decaso real.

Conclusiones

Si bien el agua siempre está presente comouno de los mayores agentes degradantes para

Figura 13Técnicas de corroboraciónpara evaluar la acción físico-química.

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las construcciones, ha sido a partir de ladécada de 1970 hasta la actualidad cuando sehan producido los procesos más trascenden-tales. Esto es lo que se ha intentado demos-trar en los itinerarios que ella puede recorrer.Es en el interior de la masa del mampuestodonde se observa su activa interacción. En surelación con el exterior y su traspaso alambiente es donde se hace claramente visiblela degradación. Estos efectos, visibles actual-mente, son los que se desencadenaron haceya 40 años y aún hoy siguen en proceso.Por otra parte, dentro de los efectos en lasedificaciones, encontramos fenómenos quepodrían establecerse como discusiones res-pecto a la literatura más clásica: por un lado,la continua interacción entre el suelo y laestructura que genera reincidentes agrieta-mientos generales, muy por el contrario delo que se esperaba respecto a una actividady posterior inactividad. Por el otro, lastransformaciones físicas y químicas que sonmencionadas en la literatura como un pro-ceso de cristalización y formación de sales,y que logramos desdoblar además en unsegundo proceso de degradación netamentefísico-mecánico.Por lo tanto, se observa que existe un proce-

so en vías de desintegración y, al mismotiempo, de organización (ciclo continuo yrecursivo), dependiente del factor climático.Desde lo físico, se produce un principiohemorrágico de degradación y de desorden(segundo principio de la termodinámica)

Tabla 5Ensayos para evaluar laacción físico-mecánica sobrelos materiales.

Propiedades Físicas

Ensayos Norma Nº de piezas Objeto

> Compresión IRAM 12586 10 Determinar la resistencia a compresión de bloques de piezas expuestas y sanas.

> Absorción IRAM 12588 10 Determinación de la resistencia a la intemperie,de agua dependiente de las características mineralógicas

y del grado de cocción del bloque.

> Succión IRAM 12589 10 Determinar la capacidad de imbibiciónde agua a corto plazo en el seno de la masa por el fenómeno capilar.

> Resistencia IRAM 12591 10 Determinar fallos de fabricación, especialmentea las heladas de cocción, que puedan afectar la durabilidad de

los mismos.

62AREA 13

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RECIBIDO: 6 junio 2005 ACEPTADO: 26 marzo 2006

63

CURRÍCULUM

PABLO ANDRÉS PRONE es arquitecto. Fue abanderado durante el

período lectivo 1998, en la Facultad de Arquitectura y

Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, de la que

egresó en 1999. Durante el período 1999-2001 fue asistente de la

Maestría en Diseño Arquitectónico Avanzado de la Facultad de

Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos

Aires y colaborador en el estudio de arquitectura lúdica, Pfeifer

& Zurdo arquitectos de Buenos Aires. Desde el 2002 al 2006 fue

becario doctoral del cONICET con sede para investigación en

TIDE, FAUD, Universidad Nacional de Córdoba. Actualmente

prepara su defensa de tesis doctoral en la Facultad de

Arquitectura de la Universidad de Mendoza.

Taller de Investigación de Diseño Estructural (TIDE)Facultad de Arquitectura, Urbanismo y DiseñoUniversidad Nacional de Córdoba |Ciudad Universitaria, Ciudad de Córdoba, Argentina.

Dirección particular: Mariano Moreno 179, 5940 Las Varillas,Córdoba, ArgentinaTel.: (03533) 42-0146, (0387) 15-684-5629 E-mail: [email protected]

64AREA 13

UNA REVISIÓN DE LAS PRÁCTICAS DE DISEÑO INDUSTRIAL EN RELACIÓNAL MEDIO AMBIENTE

A revision of the practices of industrial designin relation to the environment.This paper explains the way the environmentalproblem has become an industrial design problem. It analyzes the way facts and actorsshaped the environmental debate from the 60’sto present times. In this analysis special atten-tion has been paid to the environmental techno-logical dimension in order to understand theway industrial design activities are incorporatedinto the environmental debate. Although thisevolution in industrialized countries has shapedindustrial design activities into Ecodesign activities, it is not possible to affirm that thesame has happened in non industrialized countries.

El presente trabajo explica cómo el problemaambiental se ha ido transformando con elcorrer del tiempo en un problema de diseñoindustrial. En el mismo se analiza el conjuntode hechos y actores que fueron configurandoel debate ambiental desde los años 60 hastala actualidad. En dicho análisis se observaparticularmente la dimensión tecnológica delproblema ambiental a fin de comprendercómo las actividades de diseño se incorpora-ron al debate ambiental. Si bien esta evolu-ción en países industrializados derivó ennuevas prácticas de diseño, conocidas comoEcodiseño, no es del todo evidente que lomismo haya ocurrido para países no indus-trializados.

contaminación ambientaldiseño industrialprácticas profesionales de diseño

environmental pollutionindustrial designprofesional design work

> MERCEDES CHAMBOULEYRON | ANDREA PATTINI

Instituto de Ciencias Sociales Humanas y Ambientales, INCIHUSA-CONICET

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AREA Nº 13, octubre de 2007 © SI-FADU-UBA

66AREA 13

Introducción

Varios economistas se ocuparon de analizarlos problemas que la escasez de recursosnaturales podía traer en sociedades en cons-tante expansión y crecimiento. Entre ellos seconocieron los estudios de Thomas Malthusquien vinculó el problema de escasez derecursos naturales al índice de crecimientode la población. Según este autor, sólo a tra-vés de la preservación de los recursos natu-rales el hombre podría garantizarse suexplotación económica en el futuro. Si bienlas predicciones de Malthus han resultadono ser del todo ciertas, sus estudios hantenido una notable incidencia en la discusiónambiental surgida casi un siglo después(Rosenberg 1979). Así y todo, el surgimien-to del ambientalismo como movimientopolítico popular no puede atribuírsele a él,sino a un conjunto de manifestacionespopulares surgidas durante el siglo XX en ladécada de los sesenta (Drengson 1997).La publicación en los Estados Unidos dellibro Silent spring [Primavera silenciosa] deRachel Carson en 1962 conmocionó el inte-rés público de una manera inédita hasta eseentonces. La autora realizaba una descrip-ción meticulosa de cómo el DDT entraba enla cadena alimenticia, acumulándose en lostejidos grasos de los animales y seres huma-nos, causando cáncer y daños genéticos. Enrespuesta a la repercusión del manuscrito, elpresidente John F. Kennedy ordenó al presi-dente del Comité Asesor de Ciencia exami-nar el libro. Como resultado de la revisióndel documento, el DDT quedó bajo estrictocontrol gubernamental siendo posterior-mente prohibido. Denuncias y manifestacio-nes populares como la descrita pusieron enevidencia, por primera vez, la necesidad decontrolar la industria para proteger ya nosolo la salud del medio ambiente sino la de lapoblación (NRDC 1997). Dada la repercusiónque el hecho tuvo a nivel político y social,algunos autores señalan a Rachel Carsoncomo la propulsora del ambientalismo, elcual fue definido más tarde como: "Unmovimiento político que demanda al estadono solo la preservación de la tierra, sino tam-bién la acción regulatoria y el castigo paraaquellos que lo contaminan" (EPA 1995).

Diferente a la percepción de Malthus, dondeel problema ambiental era para él un proble-ma demográfico, para Rachel Carson el pro-blema ambiental constituía una amenazapara la salud humana. Sin embargo, con elpaso del tiempo, esta percepción del proble-ma cambió y no todos los ambientalistascoincidieron en la búsqueda de soluciones,lo cual derivó en una confrontación entreambientalistas eco-céntricos y tecno-céntri-cos. Los primeros, alineados con las ideasneomalthusianas, entendían los problemasambientales como producto de la expansiónde las sociedades industrializadas, mientrasque los segundos entendían que los avancescientífico tecnológicos permitían el desarro-llo de nuevas tecnologías más eficientes ymenos contaminantes (Madge 1997). Si biencada grupo de actores terminó enrolado conel desarrollo y promoción de distintas tec-nologías, este trabajo se ocupa de analizar eldesarrollo de aquellas tecnologías que inci-dieron en la resignificación de las prácticasdel diseño industrial, o sea, el proceso evolu-tivo que explica cómo los problemasambientales de los tecno-céntricos se trans-formaron en problemas de diseño.

De las controversias tecnológicas entreecologistas al consenso tecnológico entreorganismosDentro del grupo de los eco-céntricos seencontraban los miembros del Club deRoma, 1 quienes en la publicación de suinforme en 1972 denominado The limits togrowth [Los límites al crecimiento] adver-tían como amenaza la escala a la que sereproducía el mundo subdesarrollado y elpeligro de que éste siguiera los patrones dedesarrollo de las sociedades industrializadas.Los miembros del Club de Roma postula-ban que si el crecimiento exponencial carac-terístico de los años 70 continuaba, el outputindustrial, la actividad agrícola, el consumode recursos y la contaminación producidapor todos ellos, traería como consecuenciaun severo desabastecimiento global de recur-sos alrededor del 2050 (Simmons 2000). Estepunto de vista conservador consideraba quela naturaleza contenía reservas limitadas dematerias primas útiles para las actividades

1. El Club de Roma es un centro global de pen-

samiento en innovación.Como una organización nogubernamental sin fines delucro, convoca científicos,economistas, empresarios,funcionarios públicos detodos los continentes:http://www.clubofrome.org.

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productivas del hombre. Por lo tanto, estosrecursos necesitaban ser controlados con elfin de transmitir el inventario más amplioposible a las futuras generaciones (Rosenberg1979), entendiendo el problema ambientalcomo la falta de conservación de los recursos. Dentro del segundo grupo, NacionesUnidas, o también conocida como la ONU,comenzó a construir consenso en torno alconcepto de "desarrollo sustentable" a travésde la convocatoria de distintos equipos dediscusión sobre crecimiento económico ymedio ambiente. Dicho concepto fue adop-tado por la Comisión Brundtland en suinforme "Nuestro futuro común" publicadoen 1987 (Spangenberg 2001) el cual fue defi-nido como "progreso que satisfaga las nece-sidades del presente sin comprometer lacapacidad de las futuras generaciones parasatisfacer las propias" (WCED 1987). Enapoyo a los logros de la Comisión, esemismo año el Programa de Naciones Unidaspara el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó unapropuesta llamada "Programa de Producciónmás Limpia", el cual estaba encargado depromocionar el uso de tecnologías limpias yde construir capacidades institucionales paraimplementar su uso en todo el mundo (UNEP

2002). A través de la circulación de su pro-grama ambiental y del nuevo concepto dedesarrollo, Naciones Unidas vinculó el pro-greso tecnológico al cuidado ambiental pro-moviendo la idea de que el legado que unageneración transmite a la otra no está forma-

do únicamente por recursos naturales sinotambién por otros componentes importan-tes, tales como conocimiento científico, tec-nología, capacidad institucional, etc. Así, la premisa de los conservadores de queel crecimiento económico encontraba untecho, a menos que los recursos naturalesfueran preservados, no era cierta para unmundo en constante progreso. Por lo tanto,la solución para la ONU ya no radicaba en lapreservación de los recursos naturales, sinoen la necesidad de difundir el progreso técni-co en el mundo, sobre todo en las sociedadesmenos desarrolladas. Según este organismo,el problema del planteo de Malthus era queel autor no sólo consideraba limitados losrecursos naturales, sino también las capaci-dades tecnológicas y de innovación de unasociedad para sustituir los recursos escasos.La posición conciliadora de la ONU entrecrecimiento económico y cuidado ambientala favor del progreso técnico encontró en elmundo empresarial un fuerte aliado. En1990, Maurice Strong lanza una convocato-ria para conformar el World BussinessCouncil for Sustainable Development 2 oWBCSD [Consejo Empresario Mundial para elDesarrollo Sustentable] con el fin de analizarlos desafíos del crecimiento económico y delmedio ambiente (Schmidheiny 1992). Elconsejo publicó ese mismo año un informellamado "Cambiando el rumbo" en el cual sedestacaba a las nuevas tecnologías para satis-facer la creciente demanda de bienes de

Este trabajo se ocupa de analizar el desarrollo

de aquellas tecnologías que incidieron en la

resignificación de las prácticas del diseño

industrial, o sea, el proceso evolutivo que

explica cómo los problemas ambientales de los

tecno-céntricos se transformaron en problemas

de diseño.

2. El Consejo Empresario Mundial para el Desarrollo

Sostenible es un grupo de 48líderes empresariales prove-nientes de todo el mundo.Cada miembro del consejocolabora en forma privada yno como representante oficialde una empresa. Dicho conse-jo fue creado por StephanSchmidheiny, empresariosuizo, consejero principal parael Comercio y la Industria deMaurice Strong, secretariogeneral de la Conferencia delas Naciones Unidas para elMedio Ambiente y elDesarrollo en junio de 1992(Schmidheiny 1992).

68AREA 13

manera más eficiente y racional, al sistema demercados abiertos y competitivos que reflejelos costos del medio ambiente como princi-pal fuerza dinamizante para la creación denuevas tecnologías eficientes; y a la inversiónextranjera directa como gran oportunidadpara la transferencia de tecnologías desdeaquellos que la tienen hacia aquellos que larequieren (Schmidheiny 1992). Estos nuevos actores incorporados al debateentendían que el problema ambiental estabaasociado a las distorsiones de los precios quetenían los recursos naturales, producto de laprotección de los mercados. La protecciónde los mismos impedía que las fuerzas deoferta y demanda actuaran como incentivopara el desarrollo, comercio y transferenciade nuevos materiales y tecnologías ahorra-doras de recursos a otros países menos desa-rrollados. Por lo tanto, la solución radicabaen el libre comercio de tecnologías eficien-tes, lo cual, según el consejo, conduciría a lapromoción de la "ecoeficiencia":

La ecoeficiencia se alcanza por medio dela oferta de bienes y servicios a precioscompetitivos, que satisfacen necesidadeshumanas y crean calidad de vida, al tiem-po que reducen paulatinamente los impac-tos ecológicos y el uso intensivo de losrecursos,… a un nivel al menos igual a lacapacidad de carga del ecosistema. (CEADS 1998)

Así configurado el nuevo debate ambientalsobre crecimiento económico, progreso téc-nico y medio ambiente, Naciones Unidasconvocó La Cumbre de la Tierra celebradaen Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992.Los participantes del encuentro asumieronun importante compromiso global de imple-mentación de los principios difundidos en eldocumento oficial llamado "Agenda 21". Lasnaciones adheridas serían monitoreadas porla Comisión Internacional de DesarrolloSustentable e incentivadas a promover anivel regional políticas que regularan el cui-dado del ambiente. Entre los principiosdifundidos por la cumbre se conoce el prin-cipio "Contaminador Pagador" acordadopor la Organización de Cooperación yDesarrollo Económico (OECD) (Schmidheiny1992). Dicho principio establecía que lasempresas contaminadoras debían asumir loscostos de tratamiento de sus efluentes y resi-duos a fin de no trasladar los costos ambien-tales a la sociedad sino a los precios. Este principio tuvo importantes implicanciascomerciales, ya que los empresarios conta-minadores que no estuvieran asumiendo loscostos ambientales estarían compitiendo des-lealmente con aquellos que sí lo hacían. Amenos que se incorporaran tecnologías efi-cientizadoras del proceso productivo, elaumento de los costos generado por el trata-miento de los efluentes reduciría las posibili-dades de competencia en el mercado contraaquellos productos fabricados sin tratamien-to de sus residuos. Si bien la adopción detecnologías eficientes permitía reducir loscostos ambientales, no solucionaba el pro-blema de competencia desleal. Por lo tanto,la adopción de este principio transformaba elproblema ambiental en un problema decompetitividad.La redefinición del problema ambiental llevóa la búsqueda de nuevas soluciones.Nuevamente Naciones Unidas convoca a laInternational Standard Organization o ISO

[Organización Internacional deNormalización] para el diseño de un están-dar ambiental que fomentara el comerciojusto entre empresa responsables ambiental-mente. Así la ISO diseña en 1996 el estándarde gestión ambiental ISO 14000 para que lasempresas certificadas pudieran aparecer en el

El consenso construido en torno a la

importancia del cambio tecnológico en el

aumento de productividad de los recursos

escasos y la eliminación de la contaminación

permitió dejar de lado la idea de crecimiento

y desarrollo incompatible con el cuidado

ambiental.

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mercado con un sello distintivo que las posi-cionara como "responsables ambientalmen-te" frente a las empresas que no tuvieran sucertificación. El desarrollo de dichos están-dares fue significativo ya que no sólo permi-tió la diferenciación en el mercado, sino queademás brindó al sector empresarial herra-mientas para evaluar las mejoras de sudesempeño ambiental de manera voluntariay atendiendo a sus posibilidades tecnológicasy presupuestarias (Schmidheiny 1992). Resumiendo, los estudios dentro del campode la economía centrados en una mirada eco-nómica estática de los recursos naturales,como los estudios de Malthus, han subesti-mado las posibilidades que la innovacióntecnológica abre hacia el desarrollo de nue-vos sustitutos tecnológicos y de tecnologíaseficientizadoras de procesos y ahorradorasde recursos. El consenso construido entorno a la importancia del cambio tecnológi-co en el aumento de productividad de losrecursos escasos y la eliminación de la conta-minación permitió dejar de lado la idea decrecimiento y desarrollo incompatibles conel cuidado ambiental. Fue entonces, a partirde esta idea que comienza una nueva etapade reflexiones para la agenda del diseñoindustrial. Esta mirada permitió resignificarlas actividades de diseño. Las mismas deja-ron de ser vistas como prácticas promotorasde un consumismo contaminante y pasarona ser entendidas como nuevas herramientasde sustitución de materiales escasos y conta-minantes por nuevos materiales e insumosmás eficientes, biodegradables y menos tóxi-cos. Sin embargo, ¿cómo se llevó a cabo esteproceso de transformación tecnológica?,¿cómo comienzan las industrias de países endesarrollo a incorporar estas nuevas prácti-cas?

¿Cómo el problema ambiental se trans-forma en un problema de diseño?Las denuncias llevadas a cabo por losambientalistas sobre los efectos en la saludhumana de la contaminación industrial,como las de Rachel Carson en su libro, mos-traban el problema ambiental como un pro-blema para la salud pública. Por ello, los pri-meros intentos gubernamentales por regular

el problema de la polución ambiental enEstados Unidos estuvieron vinculados a pro-gramas de salud. Los ciudadanos e industriasque se encontraban litigando por conflictosambientales, impacientes ante la falta deestándares ambientales tanto legales comocientíficos, exigían al estado federal que seexpidiera en torno a los niveles tolerables depolución para la salud humana que la indus-tria debía respetar. La aprobación en 1970 deThe Clean Air Act [Acta de Aire Limpio]fue uno de los primeros intentos de regula-ción de la calidad del aire a través de lapublicación de estándares ambientales decuidado del aire que la industria debía respe-tar (Ruckelshaus 1998). La obligatoriedad en el cumplimiento deestas nuevas normativas indujo a los indus-triales a trasladar los costos de la contamina-ción hacia adentro de sus plantas invirtiendoen la instalación de nuevos dispositivos tec-nológicos para la purificación y tratamientode sus efluentes, emisiones y residuos.Dentro del sector manufacturero del mueble,uno de los primeros problemas de sanea-miento enfrentados por este sector fue el dereducción de las emisiones de los solventes(compuestos orgánicos volátiles o VOCs)derivados de las operaciones de recubrimien-to, pintura y acabado de muebles (Klassen2001). Tradicionalmente, este tipo de proce-sos intensivos en el uso de solventes se apli-caba con pistolas de rocío dentro de cabinaspara controlar la dispersión de las partículasde pintura. Algunos de los sistemas de con-trol de la contaminación desarrollados eranlos de filtrado húmedo. Éstos consistían enla incorporación de cortinas de agua dentrode las cabinas de rocío, produciendo ladecantación de las partículas de pintura enuna corriente de agua, la cual debía ser puri-ficada con otro sistema de control antes deser devuelta al ambiente (EPA 1995). La instalación de estos sistemas sí permitíamejorar la calidad del aire devuelto a laatmósfera una vez utilizado por la firma ensus cabinas de pintura. Sin embargo, no efi-cientizaba el uso de los recursos, ya que aluso del aire y del agua contaminada habíaque agregarle otro proceso de tratamiento ynuevos insumos para purificar la contamina-ción producida. Es decir que las prácticas

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industriales siguieron siendo las mismas conla única diferencia que todas las emisiones yefluentes que salían por las chimeneas ytuberías de la planta eran tratadas con unproceso posterior al proceso productivo. Deaquí que estas tecnologías fueran denomina-das como end of pipe technologies [tecnolo-gías de final de tubo] o "tecnologías de con-trol de la contaminación".Esta respuesta tecnológica de las firmas fueproducto de la rápida adecuación que exigióel gobierno para cumplir las nuevas leyes.Como resultado, los empresarios instalaronfiltros, tamices, catalizadores, piletas dedecantación, etc. para ajustarse a la normati-va, pero sin alterar sus prácticas tradiciona-les. Este incremento de procesos instaladospara el control de la contaminación, si bienpermitió mejorar el desempeño ambiental dela firma, no mejoró su desempeño económi-co, ya que los costos de tratamiento deefluentes elevaban los precios de los produc-tos finales afectando la competitividad de lasempresas. Así planteado, el problemaambiental de los empresarios dejó de ser unproblema normativo para pasar a ser un pro-blema de competitividad. Las primeras respuestas tecnológicas para elcontrol de la contaminación brindaron pocasposibilidades de ahorro de costos ambienta-les para los fabricantes de muebles, ya quedejaban intactos sus procesos productivos yproductos (Klassen 2001). Con el tiempo,los nuevos esfuerzos de innovación tecnoló-gica de los proveedores de materiales e insu-mos tecnológicos para la industria del mue-ble se fueron diversificando y orientando ala búsqueda de nuevas soluciones que per-mitieran a los fabricantes disminuir sus cos-tos ambientales. Así, por ejemplo, el desa-rrollo de nuevas pinturas al agua y de secadopor exposición a los rayos ultravioletas per-mitió al fabricante recubrir muebles singenerar emisiones tóxicas (EPA 1995). La uti-lización de este tipo de insumos dejó obsole-tas las operaciones de tratamiento del aire ydel agua provenientes de las cabinas de pin-tura. De este modo, estas tecnologías, tam-bién conocidas como "Tecnologías dePrevención de la Contaminación", ayudaronal empresario a cumplir con la normativa, adisminuir sus costos ambientales y a mejorar

su competitividad en el mercado. La necesidad del estado americano de pro-mover estas nuevas prácticas para mejorar lacompetitividad de la industria americanallevó a la creación de nuevas normativas parainducir de manera voluntaria a la incorpora-ción de "Tecnologías de Prevención" dentrode la industria. Así en 1990, el gobiernonacional lanza el "Acta de Prevención de laContaminación" (Browner 1993) a través dela cual se establecieron montos de dineropara la implementación de programas deprevención de la polución voluntarios y parala asistencia técnica de pequeñas empresas,con el fin de inducirlas a invertir en sistemastecnológicos preventivos. Sin embargo, almismo tiempo, el estado nacional siguió exi-giendo el cumplimiento del principio "con-taminador pagador" mediante la aplicaciónde la normativa obligatoria que forzaba a lasempresas a aumentar sus costos por descar-gas producidas al agua, aire y suelo. Un caso interesante fue el de la firma ameri-cana Herman Miller, fabricante de mueblesde oficina. En 1991, la empresa, frente a lanecesidad de reducir sus costos por descargade residuos a los vaciaderos municipales,crea su primera política ambiental estable-ciendo el objetivo de reducir a cero sus des-perdicios en los rellenos sanitarios. Para ello,la firma implementó una política de recupe-ración de sus muebles rediseñando los com-ponentes de las sillas para que éstas fueranfácilmente desmontables y recicladas. Entrelos resultados obtenidos la firma redujo enun 90% la cantidad de residuos sólidosencontrados en los vaciaderos municipalesreduciendo los costos por disposición dedesechos con una ganancia estimada de3.000.000 de dólares (Pichi 1997). Por suparte, la EPA, como parte de los incentivosimplementados por los programas de pre-vención de la contaminación, decide en 1995reconocer a Herman Miller por su logro enla reducción de residuos con el premioWA$TE WI$E Award.Finalmente se observa cómo los nuevosestándares ambientales, los nuevos costosambientales asumidos por los empresarios,los nuevos incentivos y programas guberna-mentales, más los avances tecnológicos reali-zados en la industria proveedora de materia-

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les e insumos para el sector del mueble,generaron toda una nueva gama de requeri-mientos que el nuevo profesional tuvo quecontemplar a la hora de diseñar muebles. Lasnuevas pinturas con base agua restringíaneste insumo al uso de piezas de madera,mientras que las pinturas ultravioletas esta-ban restringidas a piezas planas ya que losintersticios no podían ser expuestos demanera exitosa a la radiación ultravioleta(EPA 1995). Por su parte, la existencia previade programas de reciclaje incentivó aHerman Miller a diseñar componentes desillas desmontables con una identificaciónpor tipo de material para facilitar su poste-rior reciclado. Finalmente, a partir de losejemplos mostrados, se muestra cómo lasdistintas respuestas tecnológicas, y en parti-cular las de diseño, fueron el resultado detodo un conjunto previo de cambios surgi-dos en otros campos profesionales y dimen-siones sociales.

Conclusiones

Los cambios tecnológicos, ejemplificados alinterior de la industria manufacturera demuebles y de proveedores americanos, dancuenta de un proceso evolutivo no sólo anivel tecnológico sino también a nivel social,político, normativo, industrial, económico einstitucional. Las manifestaciones populares,al poner en evidencia la contaminaciónambiental, y la respuesta del poder políticoen el diseño de normativas e institucionespara operativizar un cambio que trajerabeneficios ambientales y económicos a lasempresas, dan cuenta de toda una complejatrama existente en torno al desarrollo de losnuevos muebles reciclables de HermanMiller. Del mismo modo, tuvieron que darseciertas circunstancias políticas, económicas,sociales a nivel mundial para que pudieraconstruirse consenso en torno a la idea deque el progreso técnico produce beneficiosal medio ambiente y beneficios económicosa la industria promoviendo así el desarrollosustentable. Por lo tanto, a la hora de enten-der cómo el problema ambiental se transfor-

ma en un problema de diseño que afecta susprácticas profesionales, no es posible hacerlosin analizar previamente el contexto socio-técnico dentro del cual se producen estoscambios.La resignificación de las prácticas profesio-nales dentro del campo del diseño industrialproducto de la percepción de nuevos proble-mas sociales, tales como la contaminaciónambiental, son el resultado de un conjuntode circunstancias que vinculan fuertementelas prácticas al contexto donde se desarro-llan. La descripción del proceso de cambiotecnológico al interior de la industria demuebles americana, así como la descripcióndel proceso de cambio en el discurso cons-truido sobre progreso y medio ambiente,dan cuenta de lo sucedido en las prácticasprofesionales dentro de contextos de paísesdesarrollados. La escasa documentaciónsobre el proceso de cambio de las prácticasde diseño industrial, producto de problemasambientales en países en desarrollo, impideanalizar su evolución como un problemadiferente. Sin embargo, esta falta de docu-mentación no debería tomarse como excusapara adoptar lo sucedido en otros contextoscomo explicación de cambios locales ymucho menos como un nuevo deber ser delas prácticas profesionales. La tendencia auniversalizar el problema ambiental tiene lainmediata consecuencia de universalizar lassoluciones. Es preferible por ahora entender la fuertevinculación que las prácticas de diseño tie-nen con el contexto donde se desarrollan

Las distintas respuestas tecnológicas,

y en particular las de diseño, fueron el resultado

de todo un conjunto previo de cambios surgidos

en otros campos profesionales y dimensiones

sociales.

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con el fin de dejar abiertas algunas preguntaspendientes que deberán ser respondidas ensubsiguientes trabajos. Dicho de otro modo:¿el proceso de resignificación de las prácticasde diseño industrial llevado a cabo en paísesen desarrollo puede extenderse a distintoscontextos?, cuánto de lo aprendido por lospaíses en desarrollo en materia de diseñoindustrial es aplicable a nivel local cuandopercibimos un problema ambiental?, ¿hastaqué punto pueden ser transferidas sus res-puestas tecnológicas y su conocimiento cien-tífico cuando el contexto social, político,económico, científico y tecnológico local esdistinto?

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CURRÍCULUM

MERCEDES CHAMBOULEYRON es diseñadora industrial, egresa-da de la carrera de Diseño de la Facultad de Artes y Diseñode la Universidad Nacional de Cuyo. Ex becaria de posgradode CONICET, master en Ciencia, Tecnología y Sociedad de laUniversidad Nacional de Quilmes y actual doctoranda delprograma de doctorado de la Facultad Latinoamericana deEstudios Sociales (FLACSO). Ha escrito varios artículos sobrediseño y desarrollo sustentable.

ANDREA PATTINI es diseñadora industrial, egresada de laFacultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional deCuyo. Tiene su doctorado en Medio Ambiente Visual eIluminación Eficiente, por la Universidad Nacional deTucumán. Actualmente es investigadora adjunta del CONICET

y Directora del Instituto de Diseño (INDI) de la Facultad deArtes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo. Hapublicado en revistas nacionales e internacionales.

Instituto de Ciencias Sociales Humanas y Ambientales (INCIHUSA)Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas(CONICET) |Av. Ruiz Leal s/n, Parque General San Martín, 5500 Mendoza,ArgentinaTel.: (54-0261) 524-4054 int. 270E-mail: [email protected]

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RECIBIDO: 18 marzo 2004ACEPTADO: 23 noviembre 2004

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LA DANZA DE LA MEMORIA Y EL OLVIDO.NOTAS PARA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA DE LA ARQUITECTURA

The dance of the memory and the forgetfulness.Notes for the teaching in Architectural historyThe transition between a traditional model ofeducation of History of the Architecture basedon the memorization, and a new model basedon the understanding and invention, invites to doan exploration through history of the ideas aboutthe memory and the forgetfulness, taking notefrom its main images, concepts and connota-tions. In the conclusions of the work severalproposals of revision of the traditional criteriaand didactic procedures.

La transición entre un modelo tradicional de enseñanza de Historia de la Arquitecturabasado en la memorización, y un nuevomodelo basado en la comprensión e inven-ción, invita a hacer una exploración a travésde la historia de las ideas acerca de lamemoria y el olvido, tomando nota de susprincipales imágenes, conceptos y connota-ciones. En las conclusiones del trabajo se hacen varias proposiciones de revisión de los tradicionales criterios y procedimien-tos didácticos.

enseñanzahistoria de la arquitecturamemoriaolvido

educationarchitectural historymemoryforgetfulness

> MARIO SABUGO

Universidad de Buenos Aires

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AREA Nº 13, octubre de 2007 © SI-FADU-UBA

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Las pálidas sombras de la memoria luchanen vano con la vida y la libertad del presente(G. W. F. Hegel) 1

Mandato de la memoria, amenazadel olvido

En un pasado no muy remoto, que no se hadesvanecido por completo, los cursos deHistoria de la Arquitectura se basaban prin-cipalmente en la memorización. Los alumnos debían ante todo recibir y fijaren su memoria los contenidos del programa,y posteriormente demostrar en el examenfinal, instancia crucial del proceso, la reten-ción de los mismos. Este mandato daba lugar a tradicionalesreglamentos y procedimientos docentes,entre ellos la clase magistral o teórica enten-dida como el discurso a retener, la rigurosatoma de apuntes durante las mismas, sussucedáneos por medio de la grabación y des-grabación, la posible intervención de losprofesores en la corrección de la misma, suedición y venta por parte de los centros deestudiantes o librerías, e incluso la reitera-ción de algunos tramos de estos circuitos eninstitutos privados de apoyo. Los trabajosprácticos representaban un procedimientocomplementario que debía contribuir al pro-ceso de memorización por medio de ejerci-cios particulares, como la repetición explica-da de la misma teórica o la confección defichas específicas de las obras. En este contexto pedagógico, no debe extra-ñar que, desde otras asignaturas, se cuestio-nara (y aún se cuestione actualmente) la lla-mada "tallerización" de los cursos deHistoria, pues si se asume que su tarea noera ni más ni menos que la memorización,bastaría que la misma se cumpliera en baseal procedimiento principal de las teóricas ysus mencionados accesorios. Hemos escu-chado a un destacado profesor de proyectodeclarar en una reunión académica formal:"yo he visto en Milán a tal profesor dictan-do su clase ante centenares de alumnos conun megáfono... y con éso es suficiente".Probablemente su juicio también derivara desus propios recuerdos como alumno. Y debeagregarse la aún irresuelta desarticulación

entre áreas, que no ha permitido difundir losnuevos criterios y procedimientos queactualmente empleamos en los cursos deHistoria. Por fin, venía la hora de la verdad: el exa-men. Se asignaban los temas por vía arbitra-ria o aleatoria (mediante bolillero u otrosmedios), como muestras representativas dela memorización completa del programa,prueba a veces intensificada mediante algúnsádico paseo por temas inicialmente no asig-nados. Asimismo debía cumplirse la repre-sión de diálogos entre alumnos, y la de acce-sorios ilegales (fotocopias, los impresenta-bles machetes y hasta los propios libros) enun ambiente generalmente angustioso dentrodel cual la amenaza mayor para el alumnoera la aparición sorpresiva del olvido. Estas modalidades pedagógicas repercutían yaún repercuten en algunas discusiones curri-culares atinentes a los exámenes libres, lascorrelatividades, y los lapsos de vigencia delos trabajos prácticos. Y si bien en nuestrostalleres de Historia partimos de otrossupuestos, necesitamos todavía explorar laproblemática de la memoria y el olvido.

Ideas de la memoria y el olvido

Etimológicamente, "memoria" es una vozque se relaciona con el verbo latino memo-rare, vinculado al término mens (mente) 2

(Corominas 1983). Las mismas raíces tienentérminos como "reminiscencia" y "remem-branza". Del griego mnemonika derivan lasvoces próximas de "amnesia" y "amnistía".A su vez "recordar" o "acordarse" derivandel latín recordari, derivado de cor, "cora-zón", llamativa asignación orgánica que rea-parece en la lengua inglesa, en la cual"aprender de memoria" se dice to learn byheart y "registrar" o "recordar" se traducecomo record. 3

"Olvido" surge del latín oblivium, derivadodel verbo oblitare, "abolir" o "borrar". Como lo destaca Weinrich (1997), las dosnociones adquieren expresiones lexicalesvariadas y significativas en diversos idiomas."Recuerdo" es en francés souvenir (algo quesurge desde abajo). "Olvidar" en italiano esdimenticare (algo así como "perder la

1. Cit. en White (1973:103).

2. Para la Real Academia Española, "mente" es

(a) potencia intelectual delalma, (b) designio, pensamien-to, propósito, voluntad, y (c)conjunto de actividades y pro-cesos psíquicos conscientes einconscientes, especialmentede carácter cognitivo.

3. La observación del learn by heart se debe a Diego

Armando. El supuesto de lamemoria "cordial" informa aArmando Manzanero en subolero “Inolvidable”: "En lavida hay amores,/ que nuncapueden olvidarse./Imborrables momentos,/ quesiempre guarda el corazón".

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memoria"), y en inglés forget (una negaciónde get, "obtener"). En el mito griego, la memoria está personifi-cada por Mnemósine, una titánide hija deGea y Urano que según la Teogonía deHesíodo se convierte, al unirse con Zeus, enmadre de las nueve Musas; una de las cualeses Clío, la musa de la historia (Graves 1948).Mnemósine también era el nombre de unafuente o río del Hades del que bebían los ini-ciados en los misterios cuando morían pararecordar todo y alcanzar la omnisciencia.Inversamente, del río Leteo bebían los muer-tos para no recordar sus vidas anteriores alreencarnarse. Dos aguas, una del olvido, otrade la memoria (Weinrich 1997). 4

En la Odisea (Homero c. siglo VIII a.C.),hay tres episodios vinculados al olvido.Tanto la ninfa Calipso como Circe, la hechi-cera, suministran a Ulises mágicas bebidasque anulan su memoria. En el restante episo-dio, sus marineros se pierden entre los come-dores de loto, un fruto de olor a miel quecausa el mismo efecto. Otro recurso seme-jante, el vino, es bien considerado por losgriegos, cuyos poetas lo llaman "la mejordroga" (pharmakon ariston); su fama nodecae con los siglos, y por eso se vuelca, conlas mismas intenciones, en la "Copa del olvi-do", tango de Alberto Vaccarezza (1921):"¡Mozo! Traiga otra copa/ y sírvase de algoel que quiera tomar... / Quiero alegrarme coneste vino / a ver si el vino me hace olvidar". 5

La memoria es tema relevante en la visión delos grandes filósofos antiguos, y su metáforacentral es la "huella". Platón imagina lamemoria como un bloque de cera afectadopor una impronta (typos) o marca (semeia).El olvido sería la destrucción de esas huellas,o bien la interposición de un obstáculo paraacceder a ellas. 6

Por añadidura, el trabajo de la rememoración,o reminiscencia (anamnesis), es entendida porPlatón, a contracorriente del Leteo, comobúsqueda dirigida a readquirir el saber prena-tal que se olvida en el instante del nacimiento. La primera historia propiamente dicha surgeprecisamente con el propósito de evitar elolvido, como lo declara Herodoto (c. 444a.C.: 14) en el inicio de su primer Libro: "Lapublicación que Herodoto de Halicarnaso vaa hacer de su Historia se dirige principal-

mente a que no llegue a desvanecerse con eltiempo la memoria de los hechos públicos delos hombres". 7

En cuanto a la huella materializada en losescritos, Platón los tiene por contraprodu-centes frente a la huella grabada propiamenteen el alma, pues aquellos harían descuidar elcultivo de la memoria. 8

Aristóteles (en De memoria et reminiscentia)también se basa en la metáfora de la impron-ta en la cera, subrayando que tal inscripciónsiempre genera una doble lectura, pues esella misma (phantasma) y a la vez la repre-sentación (eikon) de otra cosa, abriendo laproblemática de la vinculación entre estímu-lo externo y semejanza interna (Ricoeur2000). Por lo demás, el Estagirita propone ladistinción entre el propio recuerdo (mneme)y la rememoración (anamnesis); el primeroes una evocación simple, la segunda es unabúsqueda activa. Uno deriva del hábito, laotra de la necesidad; esta distinción aparece-rá posteriormente en Bergson. Y el hábito,como dice Hegel (1837 [1976: 94]), es elaccionar sin la presencia de lo antagónico. La antigüedad clásica confía en la memoriza-ción como procedimiento central de la edu-cación (paideia) y de la retórica, constitu-yendo para ello el ars memoriae, cuyo lejanoeco actual son las mnemotecnias. Su inven-ción se atribuye tradicionalmente aSimónides de Ceos (poeta del siglo VI a.C.)que, habiendo sido convocado a un banque-te para hacer el panegírico de un pugilistavictorioso, a continuación es llamado fueradel salón por Cástor y Pólux, y muy opor-tunamente, pues se libra de un derrumbeque sepulta a los que siguen en el festejo.Cuando los deudos van a sepultar a losmuertos, que han quedado irreconocibles,solamente Simónides puede ayudarlos aidentificarlos, pues recuerda en que sector dela mesa se hallaba cada invitado. La reglaque se deduce del episodio, que constituirála base del antiguo arte de la memoria, es larigurosa asociación de nombres y de imáge-nes a una precisa secuencia de lugares.Según Cicerón, posteriormente el mismoSimónides habría ofrecido entrenar en sunuevo arte a Temístocles, el célebre militarque había derrotado a los persas en la batallade Salamina, que sorprendentemente le res-

4. Entre otras imágenes hídricas, también es fre-

cuente la del olvido como"laguna". El Leteo reapareceen el canto XIV de la DivinaComedia; en su potente tra-ducción por Bartolomé Mitredice: "El Leteo verás, donde searroja, para lavarse, el almaarrepentida, cuando la culpaya no la acongoja."

5. El cancionero popular está ampliamente poblado por

imágenes pertinentes, sean “Lanave del olvido” (Dino Ramos)o “Candombe del olvido”(Alfredo Zitarrosa). En“Volver” (1935 Carlos Gardely Alfredo Le Pera), el olvido esel "que todo destruye".

6. Platón lo explica en el Teeteto "Sócrates: Pues

bien, digamos que es un donde la Memoria, la madre de lasMusas (Mnemosine): aquellode que queremos acordarnosde entre lo que vimos, oímos opensamos, lo imprimimos eneste bloque como si imprimié-ramos el cuño de un anillo. Ylo que se imprimió, lo recorda-mos y sabemos en tanto suimagen permanezca ahí; perolo que se borre o no se pudoimprimir, lo olvidamos, esdecir, no lo conocemos" (cit.en Ricoeur 2000 [2000: 25]).

7. O, como dice poéticamente Hegel, "los historiadores

eslabonan lo que pasa fugaz-mente y lo depositan en el tem-plo de la mnemosis, para suinmortalidad" (1837 [1976: 33]).

8. Platón en el Fedro, relata un diálogo en Tebas entre

el rey Thamus y el diosTheuth, que presenta al prime-ro la invención de la escritura:"‘Este conocimiento, oh rey,hará más sabios a los egipcios yaumentará su memoria. Pues seha inventado como un remedio(pharmakon) de la sabiduría yla memoria’. Y aquél replicó:‘Oh, Theuth, excelso inventorde las artes… como padre queeres de las letras, dijiste porcariño a ellas el efecto contra-rio al que producen. Pues esteinvento dará origen en lasalmas de quienes lo aprendanal olvido, por descuido del cul-tivo de la memoria, ya que loshombres, por culpa de su con-fianza en la escritura, serán traídos al recuerdo desde fuerapor unos caracteres (tipoi) aje-nos a ellos, no desde dentro,por su propio esfuerzo’" (274b- 275b, destacado nuestro).

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pondió que prefería, por el contrario, que leenseñaran como olvidar, o sea un arte delolvido (Weinrich 1997). 9

La memoria y la interioridad subjetiva soncondensadas en las Confesiones de SanAgustín, que califica a la memoria de

campo grande y palacio maravilloso,donde se almacenan los tesoros de innu-merables y variadísimas imágenes acarrea-das por los sentidos. En ella se almacenacuanto pensamos –acrecentando, disminu-yendo o variando de cualquier modo, loadquirido por los sentidos– y cualquierotra cosa confiada a la memoria y que aúnno ha sido tragada y sepultada por el olvi-do... Mi memoria retiene también laspasiones de mi alma... el alma y la memo-ria son una y misma cosa... Grande es elpoder de la memoria... Y esto es el alma...Aquí están los campos de mi memoria ysus innumerables antros y cavernas, llenosde toda clase de cosas imposibles de con-tar. (397-398 [1997: Libro X, 8 y ss., itáli-cas nuestras])

Estas potentes metáforas espaciales usadaspor San Agustín se explican naturalmentepor su familiaridad, en tanto retórico, conel arte de la memoria, que prescribe la aso-ciación mental de imágenes y lugares. Como lo ha estudiado brillantementeFrances Yates (1966), la Edad Media harádecidido uso del arte de la memoria,siguiendo a Cicerón, Quintiliano y el anó-nimo texto denominado Ad Herennium. Lapropia Divina Comedia puede ser interpre-tada como un artefacto mnemotécnico,pues la recorrida por sus círculos se aseme-ja a la técnica memorística de coordinaciónde imágenes y lugares (Alighieri i. 1304-1321). En el momento de la escolástica,Alberto Magno y Tomás de Aquino fundenel arte de la memoria con las ideas aristoté-licas, desplazando la memoria de recurso dela retórica a recurso de la predicación. 10

En el Renacimiento, Giulio Camillo, con suTeatro de la memoria, Raimundo Llull, ysobre todo Giordano Bruno, aproximan elarte de la memoria a las vertientes cabalísti-cas, neoplatónicas y ocultistas. Al mismotiempo, en el polo opuesto, reformadores

protestantes como Pierre de la Ramée pro-ponen un nuevo arte de la memoria despoja-do de imágenes y que por tanto descansaexclusivamente en el orden dialéctico de lasideas, con lo que abren las puertas al método. En efecto, con los filósofos racionalistasmodernos, como Descartes y Bacon, triunfadefinitivamente tal noción de "método" ycomienza el eclipse de la memoria, al menosen su significación antigua y medieval. DiceDescartes, refutando a Schenkel, un discí-pulo de Giordano Bruno, que es suficientecon remitir las cosas a sus causas, pues"para las ciencias en su conjunto no es pre-cisa la memoria" (cit. en Weinrich 1997[1999: 106]); más aún, es prudente una espe-cie de olvido sistemático a fin que todas lasideas adquiridas de carácter errado o enga-ñoso sean desalojadas de la conciencia. Siguiendo los mismos criterios, en su trata-do sobre la educación, Rousseau (1761)prescribe que su Emilio "no aprenderánunca nada de memoria, ni siquiera fábulas,ni siquiera las de La Fontaine, por ingenuasy encantadoras que sean." En época romántica, la memoria recobravalor y es asociada a la arquitectura. JohnRuskin dedica su "sexta lámpara" precisa-mente al recuerdo, enseñando que,

la arquitectura es como el hogar y la pro-tección de esta influencia sagrada, y atítulo de ello debemos consagrarle nues-tras más graves meditaciones. Podemosvivir sin ella, pero no podemos sin ellarecordar... No hay más que dos grandesconquistadores del olvido de los hombres:la poesía y la arquitectura. (1849 [1956:233, itálica nuestra]).

También que "la mayor gloria de un edifi-cio no depende, en efecto, ni de su piedra,ni de su oro... (sino) en su testimonio dedurabilidad ante los hombres, en su con-traste tranquilo con el carácter transitoriode las cosas" (1849 [1956: 246]). No es difí-cil entrever en este discurso la base de lastodavía influyentes fundamentaciones patri-monialistas. A la vez, puede aquí reaparecerla crítica platónica del Fedro (385-371 a.C.)a los escritos, por ser también la arquitectu-ra un registro exterior a la conciencia.

9. En la antigua Roma, cerca de Puerta Colinia, hay una

divinidad del amor leteico, ala que se concurre para olvi-dar las penas respectivas.Weinrich (1997) comenta queUmberto Eco se ha ocupadode demostrar que un arte delolvido (ars oblivionis) es semi-óticamente imposible porquelos signos nunca pueden con-stituir ausencias sino sola-mente presencias.

10. Acerca de las mnemotec-nias y la semiosis herméti-

ca, véase Eco (1990 [1992: 65y ss.]).

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Luego vendrán tiempos menos favorables ala memoria y a la historia. FedericoNietzsche defiende provocativamente alolvido en "De la utilidad y los inconve-nientes de la historia para la vida" (1874).Critica la historia monumental, ceñida a loshechos de los héroes, y la historia anticua-ria, que encuentra venerable cualquierobjeto por su simple antigüedad y postulauna historia crítica, que tenga el coraje decondenar al pasado. Pero la principal máxi-ma nietzscheana es la de olvidar, en la justamedida humana que permita romper lascadenas del pasado e impedirle que se con-vierta en el "sepulturero del presente". 11

Imaginemos –dice Nietzsche– el casoextremo de un hombre que careciera de lafacultad de olvido y estuviera condenadoa ver en todo un devenir: un hombresemejante no creería en su propia existen-cia, no creería en sí, vería todo disolverseen una multitud de puntos móviles...Toda acción requiere olvido: como la vidade todo ser orgánico requiere no solo luzsino también oscuridad... Es pues posiblevivir y aun vivir felizmente, casi sinrecordar, como vemos en el animal; peroes del todo imposible poder vivir sinolvidar.

Tal imaginario "hombre sin olvido" deNietzsche se puede asimilar al fantásticoIrineo Funes de Jorge Luis Borges (1944).Funes es un gaucho uruguayo de FrayBentos, que al caer de su caballo pierde elconocimiento y que, al recobrarlo, descu-bre un presente intolerable, en el cual

sabía las formas de las nubes australes delamanecer del treinta de abril de mil ocho-cientos ochenta y dos y podía comparar-las con las vetas de un libro en pastaespañola que sólo había mirado una vez ycon las líneas de la espuma que un remolevantó en el Río Negro la víspera de laacción del Quebracho.

Anota Borges que "Funes no sólo recordabacada hoja de árbol de cada monte, sino cadauna de las veces que la había percibido, oimaginado" y que precisamente por eso, "noera muy capaz de pensar. Pensar es olvidardiferencias, es generalizar, abstraer. En elabarrotado mundo de Funes no había sinodetalles, casi inmediatos" (itálica nuestra). 12

Por su parte, Sigmund Freud (1898) desa-rrolla una indagación sobre el olvido impe-dido, no por la disolución de las "huellas",sino por los obstáculos en el acceso a las

mismas. Analiza una desmemoria propiaque, mientras pasea por Bosnia yHerzegovina, le impide recordar el nombrede Signorelli, pintor del Juicio Final en lacatedral de Orvieto. Infructuosamente tro-pieza con otros nombres que le vienen a lamente, como Botticelli y Boltraffio, hastaque alguna otra persona se lo revela. Luegode meditar sobre la cuestión, y admitiendoque había asuntos (de sexo y de muerte)que lo habían estado afectando, elabora unared explicativa de temas, sitios y nombresque le permiten dar cuenta del bloqueosucedido, que considera "un modelo de losprocesos patológicos a que deben su géne-sis los síntomas psíquicos de las psiconeu-rosis". 13 Este sería un olvido "de reserva",latente y de origen inconsciente, diferenteal "olvido profundo" debido a la destruc-ción de las huellas. Henri Bergson, en Materia y memoria(1896), distingue entre el cuerpo que actúacomo órgano de acción (cuyo centro orga-nizador es el cerebro) y la memoria que esel agente de la representación. ParaBergson, hay una supervivencia de lamemoria de tipo inconsciente (no incon-gruente con el freudiano), que esquematizamediante una figura de cono invertido encuya base se halla la totalidad de los recuer-dos acumulados en la memoria, mientrasque en el vértice se da el contacto con elplano de la acción, dónde actúa la memo-ria-hábito, que empleamos para las activi-dades motrices y las destrezas cotidianas.Distinta es la memoria-recuerdo, que buscaintencionalmente la huella de un dato oacontecimiento. En la culminación de larememoración, se cumple el acto mnemóni-co por excelencia, el reconocimiento, quesemeja la célebre anagnóris del canon trági-co antiguo. A su vez, este reconocimientopuede ser el fruto de una elaboración traba-josa, mediante un esquema dinámico, quecontiene no las imágenes sino la indicaciónde lo que hay que hacer para reconstituir-las, a la manera de una guía que indica cier-ta dirección del esfuerzo. O bien, el recuer-do es un destello instantáneo, como el quedescribe Marcel Proust (1919-1927) en suEn busca del tiempo perdido, obra que des-pliega narrativamente las ideas de Bergson. 14

Paul Ricoeur (2000), cuyo tratado sobrehistoria, memoria y olvido es excelente guíaen todo este asunto, delinea otras facetascientíficas, sociales y políticas. Debate conlas ciencias neuronales, que se basan en elconcepto de "huella mnésica", lejano avatarde la huella platónica, de connotacionestopográficas y funcionales, enfoque que

11. Sigue Nietzsche: "El hombre pregunta

acaso al animal: ¿por qué nome hablas de tu felicidad y telimitas a mirarme? El animalquisiera responder y decirle:esto pasa porque yo siempreolvido lo que iba a decir –perode repente olvidó también estarespuesta y calló: de modoque el hombre se quedó asom-brado. Pero se asombró tam-bién de sí mismo por el hechode no aprender a olvidar yestar siempre encadenado alpasado: por muy lejos y muyrápido que corra, la cadenacorre siempre con él" (desta-cado nuestro).

12. Borges introduce, adicionalmente, una refe-

rencia a Plinio, que en el capí-tulo 24 de su HistoriaNatural, menciona aSimónides y pasa revista aotros prodigios de memoria.

13. Continúa Freud: "De igualmanera, y por medio de

unas asociaciones de parecidasuperficialidad, una ilación depensamiento reprimida se apo-dera en la neurosis de unaimpresión reciente inofensiva,y la atrae hacia abajo, junto aella, a la represión. El mismomecanismo que desde"Signorelli" hace generarse losnombres sustitutivos"Botticelli" y "Boltraffio", lasustitución por representacio-nes intermedias o de compro-miso, gobierna también la for-mación de los pensamientosobsesivos y de los espejismosparanoicos del recuerdo".Véase también Pontalis (1997)acerca de Freud, la memoria yel olvido.

14. A su vez, Umberto Eco, en su reciente novela La

misteriosa llama de la reinaLoanna (2004), imagina unpersonaje novelístico que pier-de su memoria individual y sinembargo retiene la memoriaintersubjetiva.

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aún no se logra conciliar con las aproxima-ciones fenomenológicas. En este contextoneurológico, como en Freud, el olvido esuna disfunción, en una zona fronterizaentre lo normal y lo patológico. 15

Ya en un plano político, señala ademásRicoeur la existencia de memorias manipu-ladas, en la zona de cruce entre la concien-cia, la ideología y la autoridad, cuya mani-festación típica es el frenesí de ritos y con-memoraciones. También se refiere al olvidoimpuesto, más conocido por "amnistía",cuyo imperativo es el deber de no recordar,situado del lado de la utilidad y distante dela verdad histórica. 16

La ilusión de inmanencia

La recorrida por las ideas acerca de la memo-ria nos puso reiteradamente ante metáforasfísicas que van de la huella platónica a lamoderna huella mnésica. Ante ellas surge laprotesta bergsoniana: "La memoria... no esuna facultad de clasificar los recuerdos en uncajón o de inscribirlos en un registro. Nohay registro, no hay cajón" (en La evolucióncreadora, cit. en Deleuze 1957). A esas figuras pueden agregarse muchasotras, asemejando la memoria a recipientes,tanques, envases, o depósitos. En unareciente oposición de concurso en nuestrafacultad, un profesor prometió que lo pri-mero que haría sería "meter en la cabeza delos estudiantes" determinados contenidos.Las discusiones acerca de la enseñanza estánplagadas de este género de imágenes. Serechaza "ocupar la cabeza" con asuntosirrelevantes que quitarían sitio a otros másvaliosos, o se compara la memoria a losregistros grabados en discos duros y memo-rias virtuales, que al fin y al cabo renuevanla imagen platónica de las huellas en la cera.Se sugiere llenar un cierto "vacío" o peoraún, desalojar lo incorrecto para colocar ensu lugar lo correcto. Y ese supuesto espaciode la memoria tiene sus "puertas" ya que sedice que algo "ha entrado por un oído y hasalido por el otro", o que se tiene algo "enla punta de la lengua." La crítica más aguda a esta ilusión fue for-mulada por Jean-Paul Sartre en Lo imagina-rio. Su fundamento es que la imagen es unaconciencia. La imagen no es un objeto aloja-do en la conciencia, sino "una manera deter-minada que tiene el objeto de aparecer a laconciencia o, si se prefiere, una determinadamanera que tiene la conciencia de darse unobjeto" (1940 [1964: 18]). La conciencia noes un espacio preexistente a sus objetos; más

aún, no es un espacio de ningún tipo. Lailusión de inmanencia deriva del hábito depensar las cosas en términos de distribuciónespacial. 17

En el marco de esta ilusión, lo que vale parael objeto, vale para su imagen, y por tantose asume que esta última conserva las cuali-dades, incluso materiales, del primero.Sartre insiste en que, fenomenológicamente,no hay más que conciencias sucesivas: unaes conciencia de la percepción, otra es con-ciencia de la imaginación, en relación deter-minada con la primera. 18

En suma, conviene renunciar a la metáforaespacial de la ilusión de inmanencia y atodas sus reapariciones en los criterios yprocedimientos de enseñanza. 19

Memoria y olvido; comprensión einvención

Estamos discutiendo estas cuestiones por-que atravesamos una transición entre dosmodelos de enseñanza. Un modelo tradicio-nal que se basa en el supuesto de la transmi-sión, recepción y fijación de determinadoscontenidos. El otro, al cual nos orientamos,en el supuesto de su comprensión e inven-ción (Sabugo 2004).Va de suyo que existe una conexión entre elmodelo transmisivo, la ilusión de inmanen-cia, la memorización y los roles de docente-emisor y alumno-receptor. No descartamosque en su momento sucediera un determi-nado aprendizaje bajo las condiciones ope-rativas del modelo transmisivo. Pero, en talcaso, se habría cumplido en gran medida almargen de los procedimientos y la percep-ción del docente. El proceso real de aprendizaje, entendidocomo adquisición de capacidades de saber yde hacer, se ejercita en la estructuración,por parte del alumno, de un sistema para elcual algunos conocimientos deberán serretenidos, y otros olvidados, según sucedanla comprensión y la invención. 20

De ello deducimos la pertinencia de la apli-cación didáctica de la heurística, entendidacomo "teoría de la invención", puesto quesi el aprendizaje descansa en la invención, laheurística pasa a constituir su respaldo teórico. Henri Bergson sostiene que toda estructura-ción de un pensamiento es desatada por una"intuición negativa", un sentimiento que difi-culta a su portador adherir a alguna argu-mentación corrientemente aceptada. La intuición negativa es la instancia verdade-ramente disparadora del proceso de aprendi-zaje y, por añadidura, su única dimensión

15. El debate sobre la memo-ria entre las visiones psi-

coanalíticas y las neurobioló-gicas (y sus posibilidades deconciliación) tiene actualmen-te una gran vivacidad, encar-nado respectivamente porpersonajes como FrancoisAnsermet y Eric Kandel,Premio Nobel de Medicina en2002 por sus trabajos en tornoa la neurotransmisión y lamemoria. En muy diferenteregistro, la película “EternalSunshine of the SpotlessMind” [Eterno resplandor deuna mente sin recuerdos] (deMichael Gondry 2004), imagi-na un procedimiento de remo-ción de la memoria individualpor anulación de las áreascerebrales que van siendo acti-vadas por la percepción deobjetos o fotografías queremiten a las experiencias vivi-das. Es decir, por un borradode las huellas mnésicas.

16. Una amnistía característica se sanciona en el Edicto de

Nantes, dado por Enrique IVen 1598 a raíz de los conflictoscon los hugonotes, que reza:"la memoria de todas las cosaspasadas... quedará extinguida yapaciguada como cosa noadvenida... Prohibimos a todosnuestro súbditos de cualquierestado y condición que reavi-ven su memoria" (cit. enRicoeur 2000 [2000: 577]).

17. Acerca del alcance de las categorías de espacio,

tiempo y número, véaseCassirer (1923).

18. Define la "percepción" (siguiendo a Husserl)

como el acto por el cual laconciencia se pone en presen-cia de un objeto temporal-espacial. El tercer tipo de con-ciencia es la "conceptual", quese atiene a esencias y relacio-nes, y es indiferente a la per-cepción.

19. En consecuencia, caerían los programas de Historia

de la Arquitectura entendidoscomo listados de objetosmemorizables y las consi-guientes discusiones acerca dela factibilidad de "dictarlos"en tiempos determinados.

20. "Las funciones esenciales de la inteligencia consisten

en comprender e inventar...Mientras las teorías más anti-guas de la inteligencia... poní-an todo el énfasis sobre lacomprensión... y considera-ban la invención como el sim-ple descubrimiento de realida-des ya existentes, las teoríasmás recientes, por el contra-rio, ... subordinan la com-prensión a la invención, con-

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realmente crítica, ya que ésta no se puedeimplantar desde fuera en los alumnos, si sepretende que no sea una simulación.Agudamente advierte Max Weber que "en elaula es el profesor el que habla en tanto quelos oyentes han de callar" (1919: [2005: 110])y por eso no es sitio propicio para los cues-tionamientos. Conviene meditar severamenteacerca de la diferencia entre lo que los alum-nos dicen en el curso, sometidos a la autori-dad docente, y lo que dicen ya liberados deobligaciones fuera del mismo; ésto es, lo queBonfil Batalla (1987) llamaría sus "discursosocultos", reveladores de esa faceta del apren-dizaje que, por su propia naturaleza, quedavedada al docente como tal, ya que apareceen los pasillos y nunca en el taller. Surgida la intuición negativa, los movimien-tos pedagógicos deben ser inicialmente desor-ganizativos de los sistemas preexistentes, pre-cediendo a una selección y reorganización deaquellos componentes que serán finalmenteasimilados en un nuevo esquema. Porque"toda asimilación es una reestructuración ouna invención" (Piaget, cit. en Sabugo 2004).Así, muchos de los contenidos puestos a con-sideración necesariamente serán olvidados;aunque desde luego no se trata aquí de con-traponer al criticado "deber de memoria" unimposible "deber de olvido". A la luz de este modelo, se deben transfigu-rar los procedimientos tradicionales. Lamajestuosa clase teórica o magistral mantie-ne su valor como expresión de los puntos devista del profesor, pero debe también esti-mular los procesos comprensivos e inventi-vos por medio del debate in situ, lo querequiere que el expositor y demás docentesden lugar y presten debida atención a loscomentarios de los alumnos. La experienciadel diálogo, como afirma el Fedro platónico,no puede suplantarse con la lectura de tex-tos. En esta instancia de la clase teórica, enfin, el olvido es bienvenido. Los trabajos prácticos, al ser entendidoscomo conjunto de actividades programadaspara su ejecución predominantemente autó-noma por parte de los alumnos, si bien conla debida atención y asistencia docente, quedeben ante todo percibir y tomar nota de laemergencia de las intuiciones negativas,representan la instancia crucial del aprendi-

zaje. Se los puede distinguir entre "heurísti-cos" y "organizativos". En los primeros(inclinados a la invención), se buscan ideas eintenciones, utilizando procedimientos espe-cíficos, que pueden adquirir carácter lúdico.En los segundos (inclinados a la compren-sión), se busca la estructuración de los cono-cimientos por parte de los alumnos, pudien-do tomar como base diversos modelos expli-cativos (White 1973), los mapas argumenta-les (empleados por Rafael Iglesia), los"esquemas simbólicos" (Sartre 1940) o los"esquemas dinámicos" (Bergson 1896). Dice Piaget:

Se postula que el éxito en los exámenesconstituye una prenda de adquisiciónduradera, mientras que el problema, noresuelto en absoluto, consiste en establecerlo que después de algunos años queda delos conocimientos testimoniados gracias alos exámenes superados, y en qué consistelo que subsiste independientemente deldetalle de los conocimientos olvidados.(cit. en Sabugo 2004) 21

En los exámenes finales, el objetivo básicoconsiste en evaluar el aprendizaje, es decir, laconstitución de un sistema que demuestre ala vez la adquisición de las capacidades res-pectivas. En esta instancia, la memoria valetanto como esté regida por un esquema quela guíe en su trabajo. 22

La memoria y el olvido tienen papeles com-plementarios que debemos reconocerles ensu justa proporción. O compensar en susdesajustes (Doberti 1997). Es posible recor-dar que en algún momento hemos olvidado,e inversamente olvidar que hemos recorda-do. A veces somos atormentados por una, aveces por el otro; ambos nos espantan y nosfascinan. Cumplen así su pas de deux en lasconciencias que aprenden y desaprenden. Enfin, digamos, a coro con el Martín Fierro,que "Es la memoria un gran don,/ calidámuy meritoria;/ y aquellos que en esta histo-ria/ sospechen que les doy palo,/ sepan queolvidar lo malo/ también es tener memoria"(Hernández 1879 [1999: 148]) 23

siderando ésta como la expre-sión de una construcción con-tinuada de estructuras de con-junto" (Piaget, cit. en Sabugo2004).

21. La experta en pedagogía Edith Litwin advierte ade-

más que "muchas prácticas sefueron estructurando en fun-ción de la evaluación, trans-formándose ésta en el estímu-lo más importante para elaprendizaje. De esta manera,el docente comenzó a enseñaraquello que iba a evaluar y losestudiantes aprendían porqueel tema o problema formabauna parte sustantiva de lasevaluaciones" (cit. en Sabugo2004).

22. Hay mucho por hacer en cuanto a mecanismos e

instructivos de evaluación,incluso saliendo del restringi-do marco de una simple asig-natura. Asimismo convendríareplantear la discusión acercade los exámenes individuales ygrupales, asumiendo la cues-tión de la memoria individualy colectiva (o intersubjetiva),para lo cual vale remitir a lostrabajos específicos deMaurice Halbwachs.

23. Debemos el recuerdo de esta estrofa a Manuel

Torres Cano.

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RECIBIDO: 12 junio 2006ACEPTADO: 25 junio 2007

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CURRÍCULUM

MARIO SABUGO es arquitecto, egresado de la Universidad de

Buenos Aires (UBA) en 1976. Es profesor titular regular de la

asignatura Historia I, II, III en la carrera de Arquitectura de la

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo ( UBA). En la

misma institución también es profesor del Curso de

Especialización en Historia y Crítica de Arquitectura y

Urbanismo, desarrolla investigaciones en el sistema UBACyT, se

encuentra preparando su tesis de doctorado y es consejero por el

claustro de profesores en el Consejo Directivo. Ha sido consejero

del Plan Urbano Ambiental y subsecretario de Planeamiento en

el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ha publicado varios

libros y más de doscientos artículos acerca arquitectura, teoría e

historia urbana, sitios, barrio y medio ambiente.

Facultad de Arquitectura, Diseño y UrbanismoUniversidad de Buenos Aires | Ciudad Universitaria Pab. 3, piso 4C1428BFA, Buenos Aires, Argentina

Dirección particular: Vuelta de Obligado 1545, Buenos Aires, ArgentinaTel.: (54-11) 4783-4545E-mail: [email protected]

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EL TEXTIL: LECTURA DE LA CIVILIZACIÓN

The textile: reading of the civilizationTextiles have exerted a deep cultural pene-tration as elements of orientation along thecivilizations. As materials, objects, furniture,and flexible architecture, textiles are alwayspresent in private life. In addition, they are ameans of collective expression in all levels,religious, political, or cultural ones. As ametaphorical reference to a social skin,clothes suggest a communicational code.Clothes are part of a code that achieves pro-tagonism within a social context. The textilelanguage, created before writing, continues tobe a means that allows a dynamic reading ofthe development of the culture of people.

El textil ha ejercido una penetración culturalprofunda a lo largo de las civilizaciones comoun elemento de orientación. Material, objeto,mobiliario y arquitectura flexible, esomnipresente en la vida privada a la vez queun medio de expresión colectiva en todos losniveles, tanto religiosos como políticos o cul-turales. La vestimenta, como referenciametafórica de una piel social, sugiere uncódigo de comunicación, las ropas son partede un código que logra protagonismo dentrode un contexto social. El lenguaje del textil,creado antes que la escritura, se mantienecomo un medio que permite una lecturadinámica del desarrollo de la cultura de lospueblos.

textilcivilizaciónculturacontextotejidotelacódigo

textilecivilizationculturecontextweaveclothcode

> GRACIA CUTULIUniversidad de Buenos Aires

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AREA Nº 13, octubre de 2007 © SI-FADU-UBA

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Intentamos poner el acento, de modo par-ticular, por lo que se refiere a las culturas,sobre su dimensión ética (que forma partedel componente normativo de una cultura)y sobre su dimensión estética (que formaparte del componente expresivo de unacultura).... y la estética constituye el lugar de apari-ción de las disposiciones afectivas más sig-nificativas, que determinan, en últimainstancia, el perfil concreto de una cultura.Jean Ladrière (1977 [1978: 17])

Culture is not a power, something towhich social events, behaviors, institutions,or processes can be causally attributed; it isa context, something within which theycan be intelligibly-that is, thickly-descri-bed [La cultura no es un poder, algo quepuede ser considerado como causa de loseventos sociales, las conductas, las institu-ciones o los procesos; la cultura es un con-texto, algo dentro de lo cual esos eventospueden ser descritos de manera inteligible,es decir, en profundidad.]Clifford Geertz (1973: 14)

Textil transmisor de cultura

El tejido ha ejercido en el desarrollo de lacivilización una penetración cultural másprofunda que otros soportes de signos,debido sobre todo a su flexibilidad, que loconvierte en materia/objeto nómade ymobiliario por excelencia. Por la capacidadde comunicación de su propio lenguaje, suinfluencia sobre las civilizaciones ha conti-nuado sin cesar.Gaston Migeon (1929: 40) asevera que en loscomplejos fenómenos de penetración artísti-ca, los tejidos, de naturaleza portátil, hansido agentes de transmisión de signos. 1

El textil y su estructura han servido deorientación en la evolución de las civiliza-ciones, pero durante los últimos siglos enOccidente la percepción de su importanciase fue disipando y no fue ya suficientementereconocida; en ciertos círculos aún se le asig-na con ligereza un erróneo matiz de banali-dad. En tanto se privilegió por sobre todo ala escritura como medio de difusión, se

comenzaron a desestimar sus propias facul-tades. Sin embargo, en nuestros días el poderde la imagen acrecienta la importancia otor-gada a la investidura y a la transformación,en donde el textil despliega su más inmediatacapacidad de comunicación.Nuestras reflexiones sobre la relación delsujeto y el objeto textil en la evolución de lacultura podrían parecer tanto contradictoriascomo complementarias. Distinguimos diver-sos aportes puntuales de historiadores dearte, de antropólogos y de etnógrafos, a finde acceder a diferentes redes de significacióndel contexto cultural de la sociedad. Entreellos Geertz, uno de los más conocidosantropólogos simbólicos, quien ha propues-to una antropología semiótica, que es "notan experimental science in search of law butan interpretative one in search of meaning[no es una ciencia experimental en búsquedade leyes, sino una (ciencia) interpretativa enbúsqueda de significados]" (1973: 5).Uno de los indicadores de la revalorizacióndel textil en su carácter de comunicador, loconstituyen los aportes de los artistas, yasean plásticos, cineastas o escritores, que sonconcientes de la multifacética carga expresivade la fibra a través de las civilizaciones(Cutuli 1998).

En el principio, el textil

Los científicos acuerdan en ubicar a nuestrosancestros desde hace unos 2,5 millones deaños. Dado que la antropogénesis requiereun número de habilidades básicas, una de lascuales es producir intencionalmente textilescon fines de supervivencia, se puede asumirque la cultura textil acompaña al ser humanodesde esa época.De acuerdo a investigaciones basadas en evi-dencias halladas en Moravia, se tiene conoci-miento de una cultura textil que existió 7000años antes de lo que hasta ahora se presumía(Adovasio, Klima y Soffer 1996)."Más allá de lo natural, el tejido lleva a laconexión con lo demás. Metáfora primordialque viene quizá del cordón umbilical, uniónde madre e hijo" (Vicuña 1994). Volver alorigen del primer textil es imaginar el primerenramado imitando un nido para dar a luz, o

1. Signos tejidos: Los moti-vos o signos solo pueden

inscribirse en el tejido si suestructura lo permite.Ligamentos, ritmos y repetiti-vidad (dimensiones de rapporten urdimbre y trama) deberánresponder a la coherencia delas reglas que determinan suconfiguración y que modelansu significación.

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realizar la primera torsión de una fibra vege-tal imitando una liana natural. La reiteraciónde la alusión a la araña como maestra detejedoras en los mitos de diferentes etnias,sobre todo a lo largo de América, revelaría ala telaraña como una fuente de inspiración(Cutuli 2001a). Rykwert (1971 [1975: 138]) hace referencia ala obra de H. Diels, Demócrito (1903), dondese afirma que "Diodoro Sículo conserva frag-mentos de la cosmogonía de Demócrito queHecateo de Abdera condensa así: según él, loshombres aprendieron a hilar de la araña, aconstruir de la golondrina y a cantar del cisney del ruiseñor" (LXVIII: 144).Rykwert describe la visión positivista deSemper sobre los procesos primitivos deconstrucción formulados desde lo material ylo simbólico (1971 [1975: 35]). Semper daprioridad al tejido, "elástico, tenaz, resistenteal desgarro, de la máxima estabilidad", luegose remite a la cerámica, a lo "tectónico" (car-pintería) y a la "estereotomía" (albañilería). Élsostiene que los comienzos de la construccióncoinciden con los del tejido: un desarrollodesde las cañas trenzadas al cáñamo tejido.El nudo, que es "quizá el más antiguo sím-bolo técnico de la expresión de las primerasideas cosmogónicas surgidas de los pueblos"(Semper, citado por Rykwert 1971 [1975:177]), nace de la voluntad del ser humano deordenar y de juntar, de recrear el mundo pormedio de la construcción y la miniaturiza-ción, de estructurar el universo en el espacioy en el tiempo. Así como el apilar algunaspiedras, como plantar un poste en la tierra,como los diseños geométricos trazados en elpiso, el nudo pertenece al inventario de losprimeros signos de la construcción, en tantoes la operación de unión que posibilita laligazón de las ramas arqueadas para elaborarel primer modelo de la choza primitiva. Perola acción de anudar y desanudar encierraarticulaciones más complejas. Según Pirson,"le noed fixe et écrit l’expression de l’indivi-du ou du groupe, sur lui-même ou sur autreélément [el nudo fija y escribe la expresióndel individuo o del grupo, en sí mismo o enotro elemento]" (1984: 51). Pirson señala que en numerosas culturascazadoras-recolectoras del Pacífico, pormedio de la ligadura alrededor del poste se

simboliza la unión de mitos y realidades y sehace referencia a la sociedad. Los maoríesutilizan los nudos como almacenamiento dela memoria: las palabras se recuperanmediante la cuerda del narrador (más adelan-te recordamos a los khipus precolombinos).La etimología de "tejer" en su forma pro-

toindoeuropea más antigua es teks, "arma-zón de varillas para los muros de barro"(Vicuña 1994). De allí proviene el latín texe-re: tejer, texto, textura, contexto, y teks-la:tela, urdimbre, red (Cutuli 1999).

"Hábito-habitable": capa-cama-casa

Teks es, para nosotros, la alusión a lasarquitecturas flexibles, efímeras, nómades,donde el textil no es decoración ni vesti-menta, sino materia de trabajo. Las haycomo arquitecturas portátiles que en losmomentos gratos son circo o kermessetanto como ámbito de reuniones extraor-dinarias o exposiciones temporarias; en lascatástrofes son hábitat transitorio, en laguerra son campamento y hospital.(Cutuli 1996)

La estera o la manta son elementos delmobiliario nómade. Delimitan un espaciohabitado en el piso. Esos textiles cubren elpiso pero también cubren el cuerpo, sonindumentaria a la vez que alfombra y techo,constituyen un hábito-habitable (Thomas1983). Es notable cómo, en una sociedadavanzada como la de Japón donde no se hanabandonado los lazos con la tradición, eltatami, la estera que se utiliza para sentarse ocomo base para dormir en el piso continúasiendo además una unidad de medida. Aúnse habla de cuántos por cuántos tatamismide una habitación de un departamento.Las "sábanas nupciales y mortajas" (así estáncatalogadas) del Museo de la Patagonia enSan Carlos de Bariloche son quillangos, cue-ros pintados con armónicos diseños por laetnia aonikenk. Para nosotros, corporizan loque constituyó el textil, o el cuero flexibleutilizado como textil, en la etapa primigeniade la humanidad. Los signos inscriptos enellas indican la pertenencia genealógica y

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grupal, diferente según cada tribu (Palavecino1981: 30); esto obedecía a la creencia de quepor medio de esos signos serían reconocidosen el Más Allá por la divinidad Elal. 2

Devienen capa-cama-casa, protegen en la viday en la muerte.El tejido está presente en nuestra vida priva-da así como es un agente de expresión colec-tiva, gestual y simbólica, dotado de unapregnancia comunicacional (Hughes 1996).Es un mediador entre el adentro y el afuera,entre lo íntimo y lo público. En la vida priva-da, los textiles están presentes en la esceno-grafía cotidiana, donde permanece inscriptauna memoria táctil y emocional. Tabique,mampara, cortinado, tapiz, alfombra: el textiltransforma el entorno, delimita, marca, cen-tra, separa, protege del calor y del frío(Cutuli 1969), 3 incorpora materia cálida ytextura mórbida en las carpas nómades deldesierto de arena y en las frías estructuras deldesierto de cemento. El toldo instalado bajoel Arco de La Defensa en París marca el deli-berado contraste de una estructura flexible aescala humana en el entorno de la rígidaarquitectura monumental de escala urbana(Cutuli, 1999), (Figura 1). En el afuera, en los festejos populares o en elboato, aparece en banderolas o carteles departidos políticos, en camisetas de un equipode fútbol intercambiadas como trofeos, enbanderas para animar los equipos de unacontecimiento deportivo, en banderas nacio-nales que son un símbolo al que obligada-mente se le debe reverencia. En las crisis,estos signos nacionales están cargados de unvalor diferente: las banderas de los regímenesde represión son volteadas y pisoteadas comomanifestación en contra de los opresores. Yasí resurgirán nuevas banderas símbolo denuevas nacionalidades o de nacionalismos.Los pañuelos de las Madres de Plaza deMayo conforman un signo textil muy elo-cuente que se cita y se interpreta más allá denuestras fronteras.

Tomemos una tela contemporánea... Enesta tela, como en toda organización, lasfibras no están dispuestas al azar. Estánorganizadas en función de un tejido simple,de una unidad sintética en la que cada partecontribuye al conjunto. Y la tela misma esun fenómeno perceptible y cognoscible,que no puede ser explicado por ningunaley simple. (Morin 1990 [1997: 121-122])

Edgar Morin acude a la metáfora textil, comotantas veces ha sucedido a lo largo de lossiglos (Cutuli 1999a). En este caso es paraesclarecer estrategias organizativas. El pensa-

miento multidimensional del autor es unmétodo cognitivo útil para nuestro objeto deestudio en su multiplicidad, en su realidad deagente civilizador.

Disimula, o por el contrario, revela la pre-sencia de los seres... Amplifica el gesto y lapalabra. Su lenguaje tiene facultades uni-versales naturalmente transmisibles y semantiene a través de los siglos, ya sea en eldominio de lo sagrado como en el de laceremonia. (Hughes 1996)

Códigos tejidos

Desde la cultura andina precolombina, dondeel textil como arte mayor ha ejercido influen-cia en las otras artes, se da lugar a una persis-tencia cultural a la que se refierenFranquemont, Franquemont e Isbell:

Los tejedores andinos están reproduciendolas estructuras de su cultura, no su historia;son reproductores de cultura, no escribas...En términos de las teorías practicadas en laactualidad, el tejido en el mundo andino esel resultado de las prácticas culturales quesirven como base para generar relacionescon el mundo exterior. En la cultura andi-na, el tejido representa una victoria especí-fica del espacio sobre el tiempo. (1992: 50)

Verónica Cereceda, en su extensa investiga-ción sobre "los códigos tejidos", de los cualesme he explayado en otro texto (Cutuli 2002),estudia las diferencias entre sombra y luz que"constituyen la base del único diseño textilque parece persistir a través de los siglos ...una suerte de condensación plástica de todoslos valores atribuidos al presente que desa-rrolla el mito":

Es evidente que, junto a una memoriaoral, que conserva y repite grandes imáge-nes mentales que pueden expresar conprecisión sentidos codificados en ellas,como las aldeas sumergidas, las lluvias defuego, etc., existe una memoria visual quefija relaciones entre formas, colores, espa-cios, contornos, etc. cuando ellos hanlogrado la expresión perfecta de un conte-nido. En un momento dado de la historiade los Andes se cristaliza una imagen plás-tica que parece convertirse en el emblemade una ideología (de un sistema de valo-res). (Cereceda 1990: 81)

Cereceda se refiere en este trabajo, entreotros signos, a las imágenes de "igualación"

2. Elal es la divinidad por quien los aonikenk esperaban ser recibidos en

el "Más Allá".

3. En los castillos y en los palacios de las comarcas frías se instalaban

"habitaciones de tapices", es decir quelos tapices delimitaban la alcoba y pro-tegían del aire gélido del ambiente.

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y de "confusión", que traduce el términopolisémico pampa (1990: 92 y ss.). Esto es, lo"continuo uniforme", lo "discontinuo cultu-ral" en un sentido de desconocer jerarquías,de nivelación en lo social. Esta imagen men-tal se presenta en los tejidos como signocontradictorio, por ejemplo un diálogoentre lo "continuo vs. lo discontinuo, loindiferenciado vs. lo diferenciado". Se mani-fiesta como un diálogo conceptual semisimbólico entre dos posiciones opuestas. En el mismo trabajo, Cereceda señala queen Chipaya las franjas blancas que rodean elurku (traje femenino), así como el talo (elmanto que portan las mujeres) tienen lamisión de protegerlas "para que no se pier-dan", es decir para evitar que se les vayan"los pensamientos". Para que no divaguen,o como ellas agregan "para estarse despier-tas". Los hombres también llevan unas bor-las de contraste de color, un allqa (vozaymara) es para conservar "la memoria",para "entender y comprender". El allqa,que expresa contraste, entre otros significa-dos, que introduce diferencias marcadamen-te perceptibles, es

el plano significante que permite codificar

contenidos relacionados con la concienciay el intelecto. (Estos) rasgos del lenguajeplástico ... (forman) parte de códigos rela-cionados ... con la capacidad de entender,de razonar con profundidad, e incluso,relacionados con valores culturales, como actuar con ponderación. (Cereceda1990: 85-87)

Los artistas precolombinos llevaron a la per-fección la conciencia aguda del espacio textil.La maestría en el color y en las imágenes jue-gan en complicados procesos de ligamentosque proveen el fundamento de las estructurasdel tejido, así como su significado simbólicotransmite la idea de género, identidad, clase,ocupación, rango, pertenencia: un reflejo deconceptos culturales, mediante un intensoritmo de multiplicaciones rigurosas que evi-dencian un profundo proceso cognitivo(Cutuli 1999a: 31). Las estrictas concordan-cias provienen de la solución de reglas fun-damentales de las matemáticas. En la cuerdaanudada llamada khipu se almacenaban com-plejas informaciones dispuestas según unformato. En muchos casos, estos datos sedisponían simétricamente, de modo que,

Figura 1Toldo en Arco de La Defensa,París.

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mediante una disposición aparentementecompleja resultante de un pequeño núcleo deinformación, ésta se expandía sistemática-mente (Ascher 1981: 136). Pero estas referen-cias no eran sólo numéricas, sino que ademásse han registrado informaciones históricas ymitológicas por medio de los khipus, queeran interpretados por el khipukamayuq(lector de khipus) (Murúa, citado porCereceda, 1984 [1988: 290-293]). Asimismo,según Palavecino las tejedoras tehuelchesrealizaban la "notación de los dibujos pormedio de nudos hechos en una cuerda"(1981: 31). Franquemont, Franquemont e Isbell insisten:"Entonces, como ahora, la gente andinausaba el medio de la fibra para explorar ymodelar la experiencia humana tanto objeti-va como subjetiva" (1992: 75).Podemos percibir al textil como un lenguajeque teje nociones, conceptos: el incariopuede definirse como una ‘cultura textil’, nosólo por la alta tecnología desarrollada, sinopor el papel socioeconómico que el textilrepresentó dentro del sistema. Es mensajerosocial en la actualidad, fue mensajero ante losdioses y ante los hombres en el Perú preco-lombino. En los Andes, el textil, elemento dealianza política y tributo, era, más aún, pre-ciosa ofrenda para quemar en el altar de lossacrificios (Murra 1958 [1975]). Los sacrifi-cios constituyen otro medio para medir losvalores culturales.

Metáfora de una piel social

Al cubrir el cuerpo desnudo, la vestimentadistingue al ser humano del mundo natural mediante un producto de la cultura.(Cutuli, 2001).Marshall McLuhan sostuvo que "clothing, asan extension of the skin can be seen ... as ameans of defining the self socialty [la ropacomo una extensión de la piel puede verse ...como un medio para definir el ser social]"(1964: 114). La vestimenta, como referenciametafórica de una piel social, sugiere unafunción de código de comunicación. Lo pri-mero que percibimos frente a otro o frente anosotros mismos en el espejo es la mirada, elrostro, y la silueta cubierta de textiles. Estánpresentes desde el nacimiento hasta la muer-

te, desde los pañales hasta la mortaja.Desnudo, en ciertos contextos (no precisa-mente en los desfiles de moda de la actuali-dad), puede ser sinónimo de salvaje, de abandono, de esclavo, de vencido(Corcuera 1987). El traje es un "textil en funcionamiento"(Thomas 1985), "es una arquitectura enmovimiento". Es la expresión de mi yo, lotransformo y me transforma (Cutuli 1996).Las ropas son parte de un contexto que lograprotagonismo dentro del contexto social aso-ciado con la cultura. Según el pensamientodel antropólogo Clifford Geertz, cultura seconceptualiza como un contexto de significa-dos compartidos (1973). Kaiser, de acuerdocon estas ideas, escribe: "Culture may beregarded as a context within which indivi-duals manage, perceive, and interpret appea-rances. Social processes can be interpreted andexplained within this context [La culturapuede considerarse como un contexto dentrodel cual los individuos manejan, perciben einterpretan las apariencias. Los procesossociales pueden interpretarse y explicarsedentro de ese contexto]" (1993: 39).Remarcamos que el lenguaje propio del tex-til, creado antes que la escritura, se mantienecomo medio expresivo que permite una lec-tura dinámica del desarrollo de la cultura delos pueblos. Por medio del manejo de la apa-riencia y de la percepción, las identidades seestablecen, se sustancian y se transformanvisualmente. En la sociedad postmoderna,mediante estereotipos de apariencia, los indi-viduos pueden tratar de representar identi-dades preferidas y más aún participar en laadaptación de su significado. Baudrillardseñala: "No se trata ya de ‘ser’ uno mismosino de ‘producirse’ uno mismo" (1975: 19)

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CURRÍCULUM

GRACIA CUTULI es graduada de las Escuelas Nacionales de Artes

Visuales de Buenos Aires. Realizó estudios de posgrado en las

Universidades de París y de Buenos Aires. Es profesora titular de

Diseño Textil en la FADU-UBA, dirige el proyecto de investigación

de la programación científica de la UBA, "El textil como transmi-

sor de cultura", tema sobre el que dicta un seminario de posgra-

do en la FADU y en la UNLP. Publica libros y artículos en revistas

del país y del exterior. Diseñadora textil y artista plástica, ha sido

distinguida con importantes premios nacionales. Ha realizado 47

exposiciones individuales y 220 de grupo en museos y galerías de

América, Europa y Asia.

Facultad de Arquitectura, Diseño y UrbanismoUniversidad de Buenos Aires | Ciudad Universitaria Pab. 3, piso 4C1428BFA, Buenos Aires, Argentina

Dirección particular: Soldado de la Independencia 1490, 11º B,C1426BTV, Buenos Aires, ArgentinaTel./fax: (54-11) 4783-7480E-mail: [email protected]

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RECIBIDO: 17 octubre 2002ACEPTADO: 27 septiembre 2005

Para quienes analizan el problema de la vivien-da de los sectores de menores recursos, leer aPelli resulta siempre esclarecedor. Es un refe-rente en el tema y una figura respetada y con-sultada por su vasta experiencia. Víctor Saúl Pelli desarrolla su actividad desdehace cerca de 40 años en la UniversidadNacional del Nordeste (Chaco), donde en laactualidad preside el Instituto deInvestigación y Desarrollo de la Vivienda. Como Horacio Berretta en Córdoba, halogrado crear un ámbito de reflexión, com-promiso, investigación y acción, en torno altema de la vivienda social, en el que se hanformado varias generaciones de estudiantes yde profesionales de la arquitectura y otras disciplinas concurrentes.Desde el título de este último libro suyo,como certeramente define Grossman:"Varios infinitivos y el hombre que conju-ga", nos introduce en las ideas que durantetoda su carrera ha postulado. El propósitodel mismo, nos dice Pelli, ha sido reunir enun solo volumen el contenido de una serie desus trabajos de los últimos años en torno aideas para él clave para encarar el problemahabitacional de los sectores en situación depobreza estructural.Recuerda en el inicio las primeras etapas desu actividad, señalando que "la teoría alcomienzo era una parte del desarrollo decada caso", pero el tiempo le permitió ver latrama general que se insinuaba por detrás delas particularidades.A partir de aquí pasa a analizar una a unaexpresiones y/o conceptos, como ser lasnecesidades (tangibles e intangibles): "Lanecesidad toma vigencia social sólo cuandoes puesta en evidencia públicamente, y asumeun carácter institucional y operativo cuandose especifica como demanda." Por otra partedice: "La demanda, puede no ser una expre-sión genuina ni aceptable de la necesidad".

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Compara las situaciones de carencia yexclusión. Dice de esta última que se tratade una inserción imperfecta, desventajosa yprecaria en el tejido y en la estructura delconjunto social.La expresión participación, anticipa Pelli,con todas sus posibles definiciones, ocupaun lugar predominante en el libro. "La pro-puesta de una intervención activa del habi-tante concreto en el proceso de definiciónde necesidades es parte de una propuestamayor y más abarcadora, que apunta a queesta intervención se extienda a lo largo detodo el proceso".Sus ideas siempre se orientan a aportar o ainfluir en la acción concreta: "Se trata delograr una situación habitacional permanenteque no resulte en una constante marcación,hacia adentro y hacia fuera, de inferioridad ysubordinación social. En algunos contextos aesto se lo llama gueto".Continúa su análisis abordando los modelosde gestión, e introduciendo aspectos comoser: equidad, asistencia y redistribución, parti-cipación y concertación, estética e identidad.En resumen, una lectura imprescindible paraacercarnos a la comprensión de un problemaque atañe no sólo a los especialistas, sino a lasociedad en su conjunto

“HABITAR, PARTICIPAR, PERTENECER.ACCEDER A LA VIVIENDA, INCLUIRSE EN LA SOCIEDAD”

> VÍCTOR SAÚL PELLIBuenos Aires: NOBUKO, 2007ISBN-13: 978-584-077-5236 páginas

RESEÑA DE LIBRO

Teresa BoselliFacultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universiad de Buenos Aires

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El Espacio Unitario Recíproco (EUR) es lapropuesta de un espacio particular. Estaespacialidad se distingue, y en cierto modose opone, al espacio cartesiano que eshabitual y convencionalmente aceptado. Laoperación de reciprocidad posibilita elejercicio técnico para su construcción yfunciona como instrumento para controlary visualizar la noción de infinitud. El EUR incide sobre las nociones de lugar yde contexto, habla de la diferenciación delos sitios, de la especificidad variable de lamirada y las formas, posibilita la concre-ción de un isomorfismo con un espacio ili-mitado, produciendo estos efectos de sig-nificación en el marco de una geometríarigurosa. Predispone a la generación deformas y habilita utilizaciones múltiples ydiversas. Asimismo contiene y propicia lavaloración conjunta del goce estético de suoperabilidad y la verificación de una siste-mática estricta.El EUR es una lectura y representación crí-tica de las condiciones de ilimitación yhomogeneidad del espacio cartesiano. Lainterpretación que propone se diferenciaprecisamente en esos dos rasgos.Pasamos así de una uniformidad inextin-guible que subsume en un desierto sinmarcas, a un modelo que habilita diferen-cias y centralizaciones que pueden regu-larse voluntariamente. Asimismo es alen-tador verificar que numerosas formas quefueron utilizadas intuitivamente en el dise-ño contemporáneo son correspondientescon formas que se generan y determinande manera simple y rigurosa en él.

ESPACIO UNITARIO RECÍPROCO

Roberto Doberti

HipérbolasUn haz de rectas centrado se curva hacia los infinitos horizontales y verticales cuando emerge del sector unita-rio u homogéneo. Solo las medianas y diagonales del cuadrado conser van su imagen habitual y conducen la lectura. El corrimiento del origen del haz genera nuevas y variadas interpretaciones. Entrelazamiento de cálculo e imaginería.

HipérbolasLa aproximación entre hipérbolas ortogonales y rectas proviene de su reciprocidad; en consecuencia en elEspacio Unitario Recíproco la proximidad se hace claramente visible.Las hipérbolas centradas confluyen hacia los infinitos positivos y negativos de los ejes coordenados.Lo hacen ocupando todo el cuadrante. Algunas cercanas a los ejes y otras acercándose a los límites del EUR.. Lógicamente en el conjunto se inscriben rectas a 45º que constituyen las instancias de pasaje.El desplazamiento respecto del origen de coordenadas, unido a las improntas de ese movimiento o al creci-miento desde esa posición no central son alternativas de operaciones que articulan de manera sutil e imprevista el plano del EUR.

ConoEl cono extendido en el EUR, con su vértice en el centro del mismo construye una síntesis con la pirámide debase cuadrada. El comienzo del proceso de transformación se inicia cuando el cono va más allá del sectorhomogéneo y culminaría en sección cuadrada en los infinitos superiores e inferiores.La proyección del cono permite ver superpuestas la gráfica del haz de rectas (correspondiente a las generatri-ces) y la gráfica de las circunferencias concéntricas (correspondiente a los paralelos circulares).

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ParábolasEl caso de la parábola es particularmente notable y ha sido tratado con principios de visualización distintos a losaplicados a las demás líneas. Se puede visualizar la infinitud de la parábola. Cuando se trata de la que pasa porel centro y por los puntos de valor unitario, la totalidad de sus puntos es un sector de la línea que puede cons-truirse mediante una simple rotación del segmento homogéneo con empalme perfecto de las tangentes.Las recíprocas de ella (hipérbolas de segundo grado) se pueden construir por reflexión especular de los segmen-tos componentes de la parábola. La armonía y la asociación entre ambas líneas se manifiestan en plenitud.Nuevas armonías simétricas se hacen presentes en el plano del EUR si se utilizan coeficientes mayores o meno-res que la unidad que producen parábolas más cerradas o más abiertas En los límites, la curva se deslizaría por el eje vertical para abrirse en horizontal al bordear el infinito, o se desli-zaría por el eje horizontal y se levantaría en vertical al abordar ahora los infinitos horizontalesOcupación armónica del plano del EUR conjugando el cálculo y las simetrías básicas.

EsferaUna esfera a la que se le ha extraído un casquete para observar también su interior. Una esfera que en su crecimiento produce, como consecuencia de la lógica del EUR, todo el pasaje de transfor-maciones que la llevan al cubo infinito.

VolátilEn el EUR la volátil sigue desplegando su entrelaza-miento de líneas con inflexión y líneas con puntoscuspidales, pero ahora su configuración se extiendebuscando los límites rectilíneos del infinito recípro-co. En consecuencia, la interrelación entre las cur-vaturas y lo rectilíneo aquí cobra nuevas expresio-nes. Lo recto se percibe curvo y las curvaturas tien-den a lo recto. Si los enlaces entre recto y curvoestán ya en los más elementales teoremas y cons-trucciones euclidianas, la elaboración de superficiesle imprime nueva y esencial profundidad conceptualy multiplicidad productiva.

EUR lógica de generaciónEl EUR se organiza según ejes ortogonales que paralos puntos con coordenadas inferiores a 1 (tomadosen valor absoluto) mantienen el criterio de homoge-neidad habitual. Para los valores absolutos superio-res los puntos se ubican siguiendo el principio de lareciprocidad. De esta manera los puntos que tiendena infinito en el EUR se representan tendiendo al valor2 de la métrica habitual. El Espacio Unitario Recíproco contiene y estructuralugares o sitios diferenciados. Es una espacialidaddonde pueden representarse íntegras entidades infi-nitas. Las nociones de recto y curvo se entrelazan ysuperponen.

Nota: Las figuras han sido elaboradas por LilianaGiordano y Leonard Echagüe.

Objetivos y alcancesAREA es una publicación periódica dedi-cada a cuestiones teóricas, epistemoló-gicas y metodológicas en cualquiera delas disciplinas del diseño: urbanismo,arquitectura, diseño industrial, gráfico,de indumentaria y textil, de imagen ysonido, etc. Dentro de estas temáticasgenerales no se prioriza ningún enfoqueen particular; los artículos pueden tra-tar de aspectos ambientales, históricos,sociales, técnicos, morfológicos u otros,pero, en todo caso, se da preeminenciaa trabajos de investigación que puedanresultar un aporte original a la discipli-na o campo correspondiente.Se invita al envío de manuscritos que seencuadren dentro los objetivos y alcan-ces mencionados. Cada trabajo enviadoserá evaluado mediante un sistema dearbitraje, por el cual dos especialistasdeterminarán la factibilidad de su publi-cación. Los trabajos enviados debenconstituir material inédito en el idiomade publicación. El idioma principal de larevista es el español pero se aceptantambién artículos originales en inglés.En todos los casos los artículos iránacompañados de un resumen (en loposible de no más de 150 palabras) y unlistado de palabras clave en los dosidiomas, cuya redacción será responsa-bilidad de los autores. En casos espe-ciales, y con la aprobación del autor, sepublicarán traducciones al español deartículos originales en otro idioma.Se alienta asimismo a autores y edito-riales a someter a consideración lapublicación de reseñas de libros que seencuadren dentro de las temáticas yobjetivos mencionados. Estos casos setratarán según dos modalidades: 1) elautor o editor podrá hacer llegar unejemplar del libro y, previa evaluación,el editor de AREA invitará a un especia-lista a redactar la reseña correspon-diente; 2) un segundo autor podrásometer a evaluación la reseña yaescrita, siguiéndose entonces el mismoprocedimiento que en el caso de losartículos.

Instrucciones para la presentaciónde manuscritosLos manuscritos se enviarán en hojastamaño carta o A4, por triplicado y conmárgenes amplios. Cada hoja estaránumerada y llevará el apellido del autor.Los artículos podrán tener una exten-sión de 2.500 a 6.000 palabras y lasreseñas de libros de 500 a 1.000 pala-bras, incluyendo texto principal, notas ybibliografía. Los gráficos e ilustracio-nes, si los hubiese, no excederán la pro-porción de texto escrito.

> Envío electrónico: En la primera ins-tancia, para evaluación, puede enviarseuna copia impresa, y, en lugar de lasotras copias, un disquete, o el archivopor correo electrónico. Se aceptanarchivos en Microsoft Word. Enviar elarchivo con los gráficos incluidos, conbaja resolución (para que no ocupedemasiados bytes). Recién en la instan-cia de publicación, luego de la evalua-ción, se requerirían los gráficos conmuy buena resolución.

> Datos a incluir y cuestiones tipográfi-cas generales: Luego del título del tra-bajo, junto con el nombre del autor, seindicará la institución u organismo aque pertenece, domicilio, teléfono ydirección electrónica. En el caso devarios autores se mencionará una únicacontraparte epistolar. Al final del artícu-lo se proporcionará una breve nota bio-gráfica de cada autor, incluyendo activi-dad académica y publicaciones. Lassecciones de texto se encabezan consubtítulos, no números. Los subtítulosde primer orden se indican en negrita,los de segundo orden en bastardilla ylos de tercer orden, si los hay, en carac-teres normales. Las palabras o expre-siones que se quiere enfatizar, las pala-bras extranjeras y los títulos de librosvan en bastardilla.

> Citas y envíos a referencias bibliográ-ficas: Las citas textuales de tres líneaso menos se incluyen en el mismo pará-grafo identificando el texto citado por

INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES

medio de comillas dobles. Las comillassimples sólo se utilizan para una citadentro de otra cita. Las citas de cuatrolíneas o más se escriben en un pará-grafo aparte con sangría continua. Esaconsejable citar en el idioma original,si este difiere del idioma del artículo seagrega a continuación, entre corchetes,la traducción. Los envíos a bibliografíase hacen mediante el sistema autor-fecha, con el apellido del autor seguidodel año de publicación y el número depáginas, todo entre paréntesis, porejemplo (Bohm 1968: 140). En ocasio-nes suele resultar apropiado colocar elnombre del autor fuera del paréntesispara que el discurso resulte más fluido.Si se ha utilizado una edición que no esla original (traducción, reedición, etc.)se coloca el año de la edición originalentre paréntesis y, dentro del parénte-sis, el año de la edición utilizada y elnúmero de páginas entre corchetes, porejemplo (Nicolle 1957 [1961: 24]). Estasreferencias se utilizan siempre que sehace una cita o una paráfrasis.

> Notas: Las notas pueden emplearsecuando se quiere ampliar un concepto oagregar un comentario sin que estointerrumpa la continuidad del discurso.No se utilizan notas para colocar labibliografía. Los envíos a notas se indi-can en el texto por medio de un supra-índice. La sección que contiene lasnotas se ubica al final del manuscrito,antes de las referencias bibliográficas.

> Figuras y tablas: Las figuras puedenser dibujos o fotografías. Para la instan-cia de evaluación, enviar los gráficos ytablas en papel, o en formato electróni-co con baja resolución, incluidos en elarchivo Word. Sólo para la instancia depublicación de la versión final del artí-culo se requerirán archivos electrónicoso copia en papel de calidad apta parareproducción: originales (que serándevueltos a los autores luego de lapublicación), copias láser o fotografíasen papel brillante. Para la etapa depublicación, los archivos electrónicos

aceptables para gráficos y figuras (imá-genes en general) son JPG, TIF o EPS conuna resolución de 300 dpi al tamañofinal de impresión (se recomienda nomandar archivos menores a 18 cm. x 18 cm). No enviar gráficos incrusta-dos en Word en esta segunda etapa.Las tablas pueden estar en Word (.DOC)o Excel (.XLS). Si se reproduce materialgráfico protegido por copyright debeobtenerse autorización escrita y pre-sentarse junto con el manuscrito. Tantolas figuras como las tablas se numerany llevan epígrafes explicativos.

> Listado de referencias bibliográficas:Todas las citas deben correspondersecon una referencia bibliográfica. Porotro lado, no debe incluirse en la listabibliográfica ninguna fuente que noaparezca referenciada en el textomediante envío por autor y fecha.La lista bibliográfica se hace por ordenalfabético de los apellidos de los auto-res. El apellido va en mayúsculas,seguido de los nombres en minúscula.A continuación va el año de publicación.Este debe corresponder —por unacuestión de documentación histórica—al año de la edición original o, en elcaso de primeras ediciones póstumas,al año de escritura como mejor puedaser determinado. Esto se cumple aun-que la fuente utilizada concretamentesea una edición posterior, lo cual seaclara. Si de un mismo autor se listamás de una obra dentro del mismo año,las subsiguientes a la primera se iden-tifican con el agregado de una letra pororden alfabético, por ejemplo, 1984,1984a, 1984b, etc. Luego se escribe eltítulo de la obra y los datos de edición.Si se trata de un libro, el título va enbastardilla. Si se usa una edición tradu-cida, se colocan en primer lugar todoslos datos de la edición original, luego vael nombre del traductor y todos losdatos de la edición traducida. El lugarde publicación y la editorial van entreparéntesis. Si la edición utilizada no esla original, luego de la editorial va elaño correspondiente. El año a tomar en

cuenta es el de la última reedición revi-sada o aumentada. Meras reimpresio-nes se ignoran.

EJEMPLOS:MAGARIÑOS DE MORENTIN, JuanAngel. 1984. Del caos al lenguaje(Buenos Aires: Tres Tiempos).——.1984a. El mensaje publicitario(Buenos Aires: Hachette).NICOLLE, Jacques. 1957. La symétrie(París: Presses Universitaires deFrance). Trad. española por RodolfoAlonso, La Simetría (Buenos Aires:Compañía General Fabril Editora, 1961).

Si se trata de un artículo en una revistao periódico, el título del artículo va encaracteres normales y entre comillas.Luego va el nombre de la revista operiódico en bastardilla, volumen,número, y números de páginas.

EJEMPLO:JULESZ, Bela. 1981. "Perception oforder reveals two visual systems",Leonardo 14 (4), 315-317.

Si se trata de un artículo publicado enuna antología, el título del artículo va encaracteres normales y entre doblescomillas. Luego de una coma va la pala-bra "en" y el nombre del libro (en bas-tardilla). Luego va el nombre del compi-lador o editor. A continuación, como enel caso de un libro, la ciudad y editorial,pero al final se agregan las páginas queocupa el artículo.

EJEMPLO:LOEB, Arthur L. 1966. "The architectureof crystals", en Module, proportion, sym-metry, rhythm, ed. Gyorgy Kepes (NuevaYork: George Braziller), 38-63.

Si lo que se cita no es una parte de la anto-logía, sino todo el libro, entonces se ponecomo autor al compilador o editor, acla-rándolo. Así, para el caso anterior sería:KEPES, Gyorgy, ed. 1966. Module, pro-portion, symmetry, rhythm (Nueva York:George Braziller).

Si se trata de una ponencia publicadaen las actas de un congreso, el modeloes similar, pero se incluye el lugar yfecha en que se realizó el congreso.Nótese en el ejemplo, que el año quefigura luego del autor es el de realiza-ción del congreso, ya que el año depublicación puede ser posterior.1

MALDONADO, Tomás. 1974. "Does theicon have a cognitive value?", enPanorama semiotique / A semiotic lands-cape, Proceedings of the First Congressof the International Association forSemiotic Studies, Milán, junio 1974, ed.S. Chatman, U. Eco y J. Klinkenberg (La Haya: Mouton, 1979), 774-776.

Si se cita material inédito, se describeel origen.

EJEMPLOS:HOLLISTER, Warren. 1983. Carta perso-nal del 2 de septiembre de 1983.RANSDELL, Joseph. 1966. The idea ofrepresentation (Nueva York: ColumbiaUniversity, tesis doctoral inédita).

Cuando se trata de autores antiguos, enlos cuales no es posible proveer defechas exactas, se utilizan las abrevia-turas "a." (ante), "p." (post), "c." (circa)o "i." (inter).

EJEMPLO:VITRUVIO. i.43 a.C.-14 d.C. De architec-tura libri decem. Trad. inglesa porMorris Hicky Morgan, The ten books onarchitecture (Cambridge,Massachusetts: Harvard UniversityPress, 1914).

ProcedimientosLa aceptación de un manuscrito para supublicación implica la transferencia de losderechos de autor a la revista. Los autoresconservan el derecho de usar el materialen libros o publicaciones futuras y deaprobar o vetar la republicación de su tra-bajo, así como los derechos derivados depatentes u otros.

Los autores serán notificados de la acep-tación, rechazo o necesidad de revisióndel manuscrito junto con los comentariosde los evaluadores. Una vez aceptado elartículo, para la instancia de publicaciónse requerirá una copia impresa y un dis-quete o CD con el archivo de texto y losarchivos de los gráficos por separado.Previo a la publicación, el autor recibiráuna prueba de imprenta que deberá revi-sar cuidadosamente y devolver en el tiem-po estipulado. En esta instancia no seadmitirá el agregado de material nuevo nicambios que vayan más allá de lascorrecciones de imprenta. Luego de lapublicación el autor recibirá dos ejempla-res de la revista.

1. Esto es coherente con la idea de tomar siempre la fecha

más antigua documentada deaparición de un texto o un concepto.

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Aims and scopeAREA is a journal devoted to theoretical,epistemological, and methodologicalaspects in any discipline of design:urbanism, architecture, industrial, graphic, textile and clothing design, film& video, etc. Within these general sub-jects, no particular focus is favored; articles may deal with environmental,historical, social, technical, morphologi-cal, or other aspects, but, in any case,preeminence is given to research worksthat may result in an original contribu-tion to the discipline or field in question.Manuscripts framed in these aims andscope are welcome. Each submitted arti-cle will be evaluated by two referees.Submitted works must be unpublishedmaterial in the language of submission.The main language of the journal isSpanish, but original articles in Englishare also welcome. In any case, articlesshould include an abstract (150 words,approximately) and a list of key-words inboth languages. In special cases, andwith the author’s approval, Spanishtranslations of original articles in otherlanguages will be published.AREA also encourages authors and publishers to send review articles orbooks for review. These cases will be considered according to two modalities:1) the author or publisher may send acopy of the book and, after evaluation, theeditor of AREA will invite a specialist towrite the review article; 2) a secondauthor may directly submit the reviewarticle already written, in which case thesame procedure as with regular articleswill be followed.

Instructions for manuscript submissionManuscripts should be submitted in A4or letter size, in three copies, and with generous margins. Each page will benumbered carrying also the author’s lastname. Regular articles may have anextension of 2,500 to 6,000 words, whilereview articles should be in the range of500 to 1,000 words, including main text,notes, and bibliography. Graphics and

illustrations, if they exist, should notexceed the proportion of written text.

> Diskette submission: The manuscriptmay be sent in a computer diskette. Inthis case, only one printed copy isrequired. Text files or Microsoft Word indiskettes formatted for IBM-PC are accepted or by e-mail .

> Data to be included and typographicaspects: After the title, besides eachauthor’s name, indicate the supportinginstitution, address, phone, and e-mail. In the case of various authors only oneaddress and phone is necessary. At theend of the article, include a short biogra-phical note of each author, mentioningacademic activity and publications.Sections of text should be divided byheadings, not numbers. First order head-ings are indicated by wave underlining (orbold typeface), second order headingswith single underlining (or italic), andthird order headings, if they exist, withoutunderlining. Relevant words or expres-sions, foreign words, and titles of booksare underlined (italics).

> Quotations and bibliographical references:Quotations of four lines or more arewritten in a different paragraph with continuous indentation. It is advisable toquote in the original language, if it differsfrom the language in which the article iswritten, a translation -enclosed in brackets- should be provided. Within thetext, bibliographical references are madeby the author-year system, with theauthor’s last name followed by the yearof publication and page numbers, allwithin parentheses; for instance, (Bohm1968: 140). Sometimes, to make the discourse more fluent, it is appropriate toplace the author’s name outside theparentheses. If an edition which is notthe original one has been used (a translation, republication, etc.) the yearof the original edition is given within theparentheses, and the year of the usededition and page numbers within brackets inside the parentheses, for

INFORMATION FOR AUTHORSAND CONTRIBUTORS

instance, (Nicolle 1957 [1961: 24]). Thesereferences are applicable every time aquotation or a paraphrases is made.

> Notes: Notes may be used when an ideais to be developed or a comment addedwithout interrupting the main discourse.Notes are not used to place bibliography.Within the text, references to notes aregiven by superscript Arabic numerals. Thesection that contains the notes is placed atthe end of the manuscript, before the bibliographical references.

> Figures and tables: Figures can bedrawings or photographs. For the evalua-tion process graphics must be send inpaper or electronic shape with low reso-lution, included in the word file. Only forthe final publication electronics files arerequired or paper copies in a quality as tobe reproduced: originals (which will bereturned to authors upon publication) orlaser copies, and photographs in glossyfinish. For the final publication, the elec-tronic files for graphics and figures (general images) are JPG, TIF or EPS with a300 dpi resolution (we recommend not tosend files under 18 cm x 18 cm). Do notsend incrust graphics in Word files. The tables files can be in Word (.DOC) orExcel (.XLS).If material protected under copyright is tobe published, writing authorization fromthe copyright holder should be obtainedand submitted along with the manuscript.Both, figures and tables are numberedand carry the corresponding captions.

> List of bibliographical references:Every work cited in the text must have abibliographical reference, and no biblio-graphy should be given that does nothave an in-text reference by means ofthe author-year system. The biblio-graphical listing is arranged in alphabetical order by the author’s lastname. Write last names in uppercaseand names in lowercase.After the name, comes the year of publi-cation. For historical documentation, itshould be the year of the original publi-

cation or, in the case of posthumous edi-tions, the year of writing as it can be better determined. This applies even ifthe actual source used is not the originalpublication, mentioning in this casewhich edition has ben used. If there ismore than one item for a certain authorin the same year, the items following thefirst one are identified by adding to theyear a lowercase letter in alphabeticalorder, for instance, 1984, 1984a, 1984b,etc. After that, comes the title of thework and the editorial information. If thesource is a book, the title is underlined(italics). If a translation is used, give thedata of the original publication first, andthen the name of the translator and thedata of the translated edition.The place of publication and the publisheris included in parentheses. If the editionused is not the original one, provide theyear of this edition after the publisher. Theyear to be taken into account is the year ofthe last revised or enlarged edition; mererepublications are ignored.

EXAMPLES:MAGARIÑOS DE MORENTIN, JuanAngel. 1984. Del caos al lenguaje (BuenosAires: Tres Tiempos).——. 1984a. El mensaje publicitario(Buenos Aires: Hachette).NICOLLE, Jacques. 1957. La symétrie(París: Presses Universitaires de France).Trad. española por Rodolfo Alonso, LaSimetría (Buenos Aires: CompañíaGeneral Fabril Editora, 1961).

If the source is an article published in ajournal or a periodical, the title of the arti-cle is written in normal characters andwithin double quotations. Then comes thename of the journal or periodical (in italics), the volume (bold typeface), number (in parentheses), and pages.

EXAMPLE:JULESZ, Bela. 1981. "Perception of orderreveals two visual systems", Leonardo 14(4), 315-317.

If the source is an article published in an

anthology, the title of the article goes innormal characters and enclosed in double quotes. After a comma, write theword "in", the title of the book (in italics)and the name of the compiler or editor.Following that, as in the case of a book,provide the place of publication and publisher, but at the end, give the pagesoccupied by the article.

EXAMPLE:LOEB, Arthur L. 1966. "The architectureof crystals", en Module, proportion, sym-metry, rhythm, ed. Gyorgy Kepes (NuevaYork: George Braziller), 38-63.

If the reference is not just to a part of ananthology but to the whole book, then theeditor or compiler is placed as author.Thus, for the previous case, the entryshould be:KEPES, Gyorgy, ed. 1966. Module, propor-tion, symmetry, rhythm (Nueva York:George Braziller).

If the source is a paper published in theproceedings of a congress, the style issimilar, but the date and place of thecongress are included. Note that the yearafter the author is the year of realizationof the congress, because the year of publication could be a latter one.1

MALDONADO, Tomás. 1974. "Does theicon have a cognitive value?", enPanorama semiotique / A semiotic land-scape, Proceedings of the First Congress ofthe International Association for SemioticStudies, Milán, June 1974, ed. S.Chatman, U. Eco y J. Klinkenberg(La Haya: Mouton, 1979), 774-776.

f unpublished material is used, describeits origin.

EXAMPLES:HOLLISTER, Warren. 1983. Personal let-ter, September de 1983.RANSDELL, Joseph. 1966. The idea ofrepresentation (Nueva York: ColumbiaUniversity, unpublished doctoral disser-tation).

When antique authors are cited, forwhose writings no exact date of publica-tion can be provided, indicate the pre-sumed or approximate dates along withthe abbreviations "a." (ante), "p." (post),"c." (circa), or "i." (inter), as appropriate. EXAMPLE:VITRUVIUS. i.43 BC-14 AC. De architecturalibri decem. English translation by MorrisHicky Morgan, The ten books on architec-ture (Cambridge, Massachusetts: HarvardUniversity Press, 1914).

ProceduresThe acceptation of a manuscript for publication implies the transfer of theauthor’s rights to the journal. However,authors keep the right to use the materialin books or future publications, the rightto approve or veto the republication oftheir work, as well as the patent rights.Authors will be notified of the acceptance,rejection, or necessity of revision of themanuscript, along with the comments ofthe referees. Before the publication, anauthor will receive the printed proofs,which should be carefully revised andreturned in the stipulated time. At thisstage, no new added material or changesgoing beyond the proofreading will beadmitted. After the publication, theauthor will receive 30 reprints and a copyof the issue in which the article appeared.

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1. This is coherent with the idea of always taking the first

documented date of appearanceof a text or a concept.

Aires, 1920-1930: simbolizaciones de lopúblico y lo privado".

> AREA 12, agosto 2006. ETULAIN "Las ciudades centrales y la trans-formación de lo urbano en espectáculo",CASTELLANO "Incorporación y estructuraciónde asentamientos urbanos precarios: víasde intervención para su rehabilitación", KULLOCK "Gestión ambiental metropolitana:aportes conceptuales y aproximaciones alcaso de Buenos Aires", NIZZERO "Las estra-tegias de naturación de superficies iner-tes: un enfoque alternativo para el proble-ma de la falta de espacios verdes en laciudad de Buenos Aires", CUENYA "Cambios,logros y conflictos en la política de viviendaen Argentina hacia fines del siglo XX", "Modalidades de intervención de viviendasocial en la ciudad de Buenos Aires: ladécada del noventa", GALLONI DE BALMACEDA

"La seguridad de las personas con disca-pacidad en los sistemas de transporte".

Precio en Argentina: un número $ 12,(más envío).Precio para otros países: un númeroUS$ 12, (más envío).

> AREA 1, diciembre 1992 (agotada).Versión digitalizada enhttp://www.fadu.uba.ar/extension/publicaciones/cat_are.html? KULLOCK "Proyecto Campana, hacia nuevasestrategias de gestión del habitat",AMENGUAL "Relevamiento de barreras arqui-tectónicas”, EVANS "Energía y vivienda",NOVICK "Técnicos locales y extranjeros en lagénesis del urbanismo argentino. BuenosAires, 1880-1940", MARIÑO "Movilidad dediscapacitados", ALIATA "La lengua de lascosas: cultura material e historia", DOBERTI

"El espacio unitario recíproco", GUEVARA

"Algunas observaciones sobre el significa-do de los símbolos del poder en las nuevastendencias de la historia urbana", SARQUIS

"La creatividad arquitectónica entre laconstrucción y la expresión", RABINOVICH

"Degradación del entorno construido einnovación arquitectónica", ROSSEL

"Expérimentation d’une domotique ‘orien-tée usager’: le cas de la REX ‘La domotiqueau service de l’habitat social collectif enMoselle’", AMPHOUX "L’effet d’ubiquité sono-re”, PEDRAZZINI "La métropolisation conflic-tuelle de Caracas".

> AREA 2, julio 1995. ARNHEIM "La senda de las artesanías", SARQUIS "Investigar en arquitectura",KULLOCK "Política y realidad urbana", CATENAZZI "Vivienda y bien público", ALMANSI

"Mejoramiento habitacional", DUNOWICZ

"Conservación y apropiación del barrio porsus habitantes".

> AREA 3, febrero 1996 .SPINADEL "El Modulor de Le Corbusier", IBAÑEZ "Estructuración del espacio públi-co", MURILLO "Pautas bioambientales apli-cadas al diseño", ROZÉ "Arquitectura regio-nal", MIGNAQUI "Formación del arquitecto ypráctica profesional", Bibliografía sobreteoría del color.

> AREA 4, agosto 1996 (agotada).. MATTIELLO "Historia del lux y el lumen", PAIVA

"La ciudad bajo la lente del higienismo",KULLOCK "Sistemas de ciudades y desarrolloregional", BERRETTA "Tecnología apropiada yvivienda para las mayorías", DUNOWICZ

"Calidad en la producción del hábitat", GASTRÓN "Auditoría tecnológica en panelescerámicos".

> AREA 5, agosto 1997 [1999]. PANDO "Xavier Zubiri y la técnica", TELLA "Lazonificación urbana", CATENAZZI "Arquitectosproyectistas y políticas de vivienda", GARCÍA

ALVARADO "Nuevas tecnologías de represen-tación arquitectónica", DORIA "Indumentaria

de trabajo", BLANCO "Inspiración, influen-cias y copia en diseño industrial: la silla".

> AREA 6, agosto 1998 [1999]. ABALERON "Calidad de vida", LOMBARDI

"Migraciones internas y asentamientospoblacionales", BURGOS "Normalización dedatos de infraestructura de la ciudad", PÉRGOLIS "Lenguaje urbano y arquitectónicoen ciudades latinoamericanas", VIARENGHI

"Leyes armónicas y arquitectura", ALDASORO

"Perfil del arquitecto en el proceso de inser-ción profesional".

> AREA 7, agosto 2000. BERMÚDEZ "Ontología, lugar y construcciónen el ciberespacio", VILA ORTIZ "Complejidadformal en el diseño de productos", BENZO

"Cama mecatrónica de alta complejidad",VELÁSQUEZ "Instrumento para el estudio delas plazas", TELLA "Modernización tardía deBuenos Aires", KULLOCK "Servicios de aguay saneamiento en el AMBA".

> AREA 8, diciembre 2000. SARQUIS "Investigación proyectual", CASAKIN

"Representaciones visuales en problemasde diseño", DE SARRAGA "La proyectación parauna familia normal", BARROSO "Urbanismo decentro y urbanismo de borde", PAIVA "Medioambiente urbano", ALDASORO "Situación pro-fesional de los arquitectos".

> AREA 9, agosto 2001. ROZE "Ciudades y acción sobre las ciuda-des", AINSTEIN "Sustentabilidad urbana",SZAJNBERG "Centralidades suburbanas:Pilar y Tigre", SABUGO "Voces para un dic-cionario del habitar", CUTULI "La indumenta-ria como código cultural".

> AREA 10, agosto 2002. DOBERTI "Hablar y habitar a través delmétodo de la sensibilidad", BARRETO "Laarquitectura como emblema de procesosurbanos", PEYLOUBET "Investigación en elcampo del hábitat popular", BARBIROTTO

"Contribuciones de la tecnología al espaciodoméstico", CHAMBOULEYRON "Diseño sus-tentable de productos: el mueble", SCHWEITZER "Proyectos de transporte parael cono sur".

> AREA 11, agosto 2003. AINSTEIN "Planificación y gestión del aglo-merado metropolitano de Toronto", PELLI

"La necesidad como basamento de la ges-tión habitacional", ENET "La evaluación en lainnovación tecnológica", IGLESIA "Espaciovivido doméstico", SABUGO "Procedimientosdidácticos en historia de la arquitectura",SÁNCHEZ "Modernidad y consumo en Buenos

NÚMEROS ANTERIORES

> Nº 17. La suburbanización, D. SZAJNBERG

> Nº 18. Asimetrías urbanas, L. AINSTEIN.

SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO

Precio por ejemplar, $ 5 (Argentina yMecosur), US$ 5 (otros países)

> Nº 1. La SICyT reflexiona sobre la ciudad

> Nº 2. Qué es investigar en la FADU.Actas de las X Jornadas de Investigación

> Nº 3. Hábitat y vivienda: el gran desafío

> Nº 4. Notas sobre Buenos Aires. Territorio,espacio público y profesionales de la ciu-dad

> Nº 5. Investigaciones de Becarios UBA

en la FADU, 1997

Otras publicaciones. Precio por ejemplar, $ 6 (Argentina yMercosur), US$ 6 (otros países)

> INVESTIGACIONES DE BECARIOS UBA EN LA

FADU, 1994> INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DE LA TÉCNICA,

H. PANDO

OTRAS PUBLICACIONES DE LA SECRETARÍA DE INVESTIGACIONES, FADU-UBA

SERIE DIFUSIÓN

(ISSN 0328-2252). Precio por ejemplar, $ 8 (Argentina yMercosur), US$ 8 (otros países)

> Nº 1. El proceso de la ciencia: introduccióna la investigación científica, J. SAMAJA

> Nº 2. Informática en arquitectura, diseño y urbanismo, M. NÍSTAL, A. MONTAGU,M. MARIÑO

> Nº 3. El mapa social de Buenos Aires, H. TORRES

> Nº 4. Sol y viento: de la investigación al diseño, A. FERNÁNDEZ, S. DE SCHILLER

> Nº 5. El dibujo objetual, R. DOBERTI, L. GIORDANO

> Nº 6. Usuarios, técnicos y municipios en la rehabilitación del hábitat, R. DUNOWICZ ET AL.

> Nº 7. El proyecto de puente Buenos Aires-Colonia, O. SUÁREZ

> Nº 8. La formación de los arquitectos, A. SAN SEBASTIÁN

> Nº 9. Planificación y medio ambiente: caso San Martín de los Andes, D. KULLOCK ET AL.

> Nº 10. Los CIAM y América latina, A. BALLENT

> Nº 11. Mega-ciudad Buenos Aires:¿Profundización de la segmentación?, L. AINSTEIN

> Nº 12. Sistemas de orden del color, J. CAIVANO

> Nº 13. Programa del conjunto habitacional "Ciclo vital", J. SARQUIS ET AL.

> Nº 14. Arquitectura. Formación y realidad profesional, E. BEKINSCHTEIN, A. ALDASORO

> Nº 15. Ambiente y ciudad, J. EVANS ET AL.

> Nº 16. Estrategias y articulación urbana, J. JÁUREGUI

Cantidad publicación precio

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> Envío dentro de Argentina (+10%, mínimo $ 2)

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> Envío a otros países (+20%, mínimo US$ 4)

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