Autor: Giorgio Vasari · PDF fileVida de los más excelentes pintores, escultores y...

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  • Vida de los ms excelentes pintores, escultores y arquitectos

    Autor: Giorgio Vasari

    Estudio preliminar, por Julio E. Payr Nota del traductor

    Vidas de los ms excelentes pintores, escultores y arquitectos Giotto, pintor, escultor y arquitecto florentino Andrea Pisano, escultor y arquitecto Simone Martini y Lippo Memmi, pintores sieneses Iacopo della Quercia, escultor Paolo Uccello, pintor florentino Masaccio, pintor de San Giovanni di Valdarno Donato, escultor florentino Fray Giovanni de Fiesole, de la Orden de los Hermanos

    Predicadores, pintor Fray Filippo Lippi, pintor de Florencia Antonello da Messina, pintor Andrea del Castagno de Mugello y Domenico Veneziano,

    pintores Gentile da Fabriano y Vittore Pisano Verons, pintores Benozzo Gozzoli, pintor florentino Iacopo, Giovanni y Gentile Bellini, pintores venecianos Domenico Ghirlandaio, pintor florentino Sandro Botticelli, pintor de Florencia Andrea Verrocchio, pintor, escultor y orfebre florentino Andrea Mantegna, pintor mantuano Pietro Perugino, pintor

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  • Vittore Carpaccio, y otros pintores venecianos y lombardos Luca Signorelli, pintor de Cortona Leonardo da Vinci, pintor y escultor florentino Giorgione da Castelfranco, pintor veneciano Rafael de Urbino, pintor y arquitecto Miguel ngel Buonarroti, pintor, escultor y arquitecto florentino Tiziano de Cadore Notas

    Estudio preliminar, por Julio E. Payr - Cargado de aos y de gloria, luego de haber servido a la mayora de los prncipes de Italia y pintado en la catedral de Orvieto aquellas inquietantes escenas del fin del mundo y del Juicio Final que haban de inspirar a Miguel ngel el clima de su gran fresco del testero de la Capilla Sixtina, Luca Signorelli, retirado en Cortona, su ciudad natal, dedic sus ltimos aos al placer de pintar slo por amor al arte, desdeando los encargos. Entonces record su mocedad y sinti renovada ternura por aquella Arezzo donde transcurriera su juventud ya lejana, cuando estudiaba arte bajo la insigne direccin del gran Pietro di Borgo a San Sepolcro, a quien nosotros llamamos Piero della Francesca. Con amor ejecut, pues, para el oratorio del convento de San Jernimo, una importante tabla en que la Virgen Mara aparece rodeada por San Nicols, San Donato, San Esteban, tres figuras bblicas y Niccol Gamurrini, auditor de la Rota. Con gran solemnidad y pompa fue llevado el cuadro de Signorelli por los monjes jernimos desde Cortona hasta el convento aretino, y el pintor, pese a sus achaques de vejez, se empe en acompaarlos para cuidar de que la obra fuera debidamente colocada en su sitio. Acaso no le animaba solamente el concienzudo propsito de velar por que la tabla quedase bien emplazada, sino tambin el sentimental deseo de volver a ver a los antiguos amigos, y a sus deudos residentes en Arezzo. Uno de stos era Antonio Vasari, cuya hospitalidad acept Signorelli, instalndose en su casa.

    Y all es donde conoci al hijo de Antonio, un nio de ocho aos, que se llamaba Giorgio Vasari y era el futuro pintor y autor de las Vite de' pi celebri Pittori, Scultori ed Architetti . El prvulo, nacido en Arezzo el 30 de julio de 1511, evidenciaba una temprana vocacin por las bellas artes y -detalle que, al parecer, no puede faltar en la biografa de artista alguno- su preceptor se quejaba de que en vez de estudiar las primeras letras, no hiciera otra cosa que borronear figuras en sus libros y

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  • cuadernos de la escuela de Santa Maria della Pieve en que lo haba inscrito su padre. El bondadoso Signorelli, to abuelo de la criatura, aconsej a Antonio Vasari que, lejos de contrariar la inclinacin artstica del nio, le hiciera ensear el dibujo. Y volvindose hacia Giorgio le dijo con ternura: Estudia, mi pequeo pariente.

    Este consejo, y el amuleto de jaspe que luego le colg Signorelli al cuello para curarle las hemorragias nasales de que sufra, comprometieron la eterna gratitud del joven Vasari, quien claramente evidencia su cario en la Vida que luego escribi del ilustre cortons. No slo por este detalle, sino por otros indicios, parece haber tenido bien arraigado el sentimiento familiar. Y tanto que, en otros lugares de sus famosos escritos, asegura que Lzaro Vasari, su bisabuelo, era pintor tan excelente que sus obras solan confundirse con las de Piero della Francesca. Y que su abuelo Giorgio era un ceramista genial, descubridor de los secretos de los alfareros etruscos y muy admirado amigo del Magnfico Lorenzo de Mdicis. Los historiadores modernos, escpticos por profesin y temperamento ante el neptico panegrico, investigaron, con el resultado de que la brillante genealoga estall como una pompa de jabn, pues sus averiguaciones demuestran que Lzaro nunca sali de su modesta condicin de talabartero, y que tanto el abuelo como el padre del autor de las Vidas fueron simples cacharreros. De donde se derivara su apellido profesional de vasari . Pero no es de extraar -y apenas merece provocar esa sonrisa que despiertan las pequeas vanidades- que el cortesano pintor y arquitecto, ya en el medio del camino de su vida, deseara proveerse de antepasados distinguidos en el ejercicio de las artes: eso ocurra en tierra latina, imaginativa y metafrica, y en los comienzos del barroco, todo capricho y exageracin.

    Pero volvamos a la infancia de Giorgio Vasari: su padre no ech en saco roto las palabras del ilustre Luca, y envi a su hijo al taller del francs Guillermo de Marsillac (o Guillermo de Marsella, como a la sazn lo llamaban en Italia), radicado en Arezzo, luego de haber adquirido fama como artista en vitrales, y dedicado a la duradera pintura a fresco. Por frgil y efmera haba abandonado la pintura en vidrio, y los acontecimientos parecieron darle la razn cuando las hermosas ventanas que ejecutara para la antecmara de la capilla pontificia, en el Vaticano, fueron destruidas en 1527, durante el saqueo de Roma, utilizndose el plomo de los engarces para la fabricacin de balas de arcabuz.

    Hacia la poca en que Giorgio Vasari ingres en su taller, donde conoci a Battista Borro y Benedetto Spadari, sus condiscpulos, Guillermo de Marsella estaba decorando el palacio arzobispal de Arezzo. Imaginemos, pues, al nio inicindose en los arrobadores secretos del arte en la

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  • misma forma en que lo hacan todos los aprendices de la poca, es decir desempeando las ms humildes tareas de limpieza en el obrador: lavando pinceles y vasijas, moliendo colores, tamizando la arena, preparando el revoque, perforando prolijamente los contornos de las figuras de los cartones y acaso barriendo el piso mientras el francs y los alumnos ms avanzados trazaban enormes imgenes miguelangelescas en las altas bvedas del Arzobispado.

    Conclua maese Guillermo esa obra importante, en 1524, cuando acert a pasar por Arezzo, en viaje a Florencia, el cardenal Silvio Passerini, tutor de los jvenes Alejandro e Hiplito de Mdicis quienes, a pesar de sus escasos aos, haban quedado como jefes de la poderosa familia en la Ciudad de la Flor desde que Clemente VII -Julio de Mdicis- sucediera al holands Adrin VI en el trono pontificio. De ms est decir que Passerini era el verdadero amo de Florencia, donde gobernaba en nombre de sus pupilos y de acuerdo con las instrucciones del nuevo Papa. Ahora bien, los Vasari aretinos eran bienquistos de la estirpe medicea desde los tiempos de Giorgio el mayor, pues ste supo complacer a Lorenzo de Mdicis obsequindole para sus esplndidas colecciones algunas buenas piezas de cermica etrusca descubiertas por azar en el curso de excavaciones que hizo en busca de tierras convenientes para su alfarera. Y el aprendiz de Guillermo de Marsella cayle en gracia al cardenal Passerini, porque le recit agradablemente versos de Virgilio. Ofreci el purpurado proteger al joven Giorgio si lo llevaban a la capital de Toscana, y esta maravillosa oportunidad no fue desdeada: poco despus, en 1525, Antonio Vasari condujo a su hijo, que a la sazn contaba 14 aos, a Florencia, donde, por indicacin de Passerini, el mozo fue alojado en la casa de Niccol Vespucci, caballero de Rodas. All comparti Giorgio Vasari, gracias al favor del cardenal, la instruccin humanstica que reciban los prncipes Alejandro e Hiplito, cuya juvenil imagen de la poca nos es familiar a travs del retrato que pint de ellos el Pontormo, apenas regresaron de Arezzo a Florencia. Y tambin empez a estudiar pintura bajo la direccin de maestros ilustres. Durante algunos meses, fue discpulo de Miguel ngel, por quien senta una admiracin sin lmites y con el cual tuvo frecuentes contactos en el curso de su larga existencia. Al tener que trasladarse Miguel ngel a Roma para tratar con el Papa acerca de la edificacin de la biblioteca Laurenciana y el mausoleo de Julin y Lorenzo de Mdicis, confi a Giorgio Vasari al cuidado de Andrea del Sarto. Y con este pintor estuvo el joven bastante tiempo, segn da a entender en sus escritos, como para captar toda su confianza y enterarse de un peligroso secreto profesional. Pues, al parecer, Andrea copi por orden de Ottaviano de Mdicis el famoso retrato de Len X con los cardenales Julin de Mdicis y Ludovico Rossi, y envi la rplica a Mantua, desobedeciendo la orden

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  • del Sumo Pontfice y engaando a ste y al duque Federico II, mientras Micer Ottaviano se quedaba con el original...

    En la bottega de Andrea del Sarto, Vasari trab amistad con su condiscpulo Francesco Salviati, en cuya compaa iba a proseguir ms tarde sus fervorosos y eclcticos estudios artsticos en la Ciudad Eterna. Tambin fue alumno de Baccio Bandinelli, de quien no parece haber guardado buen recuerdo, pues ni siquiera lo menciona entre sus maestros en la autobiografa que cierra el libro de sus Vidas , si bien habla de l con respeto al referir la carrera de su amigo Salviati.

    La proteccin de Passerini y de los Mdicis no dur mucho, porque los acontecimientos polticos lo impidieron.