Accattino, Paolo, Alejandro de Afrodisia intérprete del De anima de Aristóteles, 2009

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    Estud.los ISSN 0121-3628 n40 Diciembre de 2009 Universidad de Antioquia pp. 53-77

    Alejandro de Afrodisia intrprete delDe anima de

    Aristteles*

    Alexander of Aphrodisias as an interpreter of AristotlesDe anima

    Por: Paolo Accattino

    Facultad de Literatura y FilosofaUniversit del Piemonte Orientale a Vercelli

    Vercelli, [email protected]

    Fecha de recepcin: 21 de julio de 2009Fecha de aprobacin: 1 de septiembre de 2009

    Resumen: este ensayo, dedicado a las doctrinas psicolgicas de Alejandro, se divide en tres partes: la primera

    ilustra, a travs de ejemplos tratados por el De anima, la concepcin que tena Alejandro de su actividad

    losca. Dado que Aristteles ha transmitido las doctrinas ms verdaderas, cree Alejandro, lo que hay

    que hacer es simplemente exponerlas de nuevo del modo ms claro y completo, valindose de todo lo que

    dice Aristteles respecto de las funciones psquicas, incluso en obras diferentes del tratado principal.

    La segunda parte del ensayo se centra en la seccin inicial (1-26 Bruns) del tratado alejandrino, donde

    principalmente se prueba que el alma, como cualquier otra forma, es slo la conjuncin de las capacidades

    del cuerpo, cuya forma es el alma. Ms an, argumenta Accattino, tales capacidades anmicas nunca

    pueden expresarse independientemente del cuerpo, y menos an con la desaparicin del cuerpo. Por lotanto, como forma del cuerpo, el alma es completamente mortal. La otra tesis clebre de Alejandro (la

    identicacin del intelecto activo con el dios aristotlico de Metafsica Lambda) es tratada por Accattino

    en la tercera parte de su ensayo. All examina la notica del De intellectu de Alejandro y la seccin

    dedicada a la notica en su De anima (80, 16-91, 6). En esta parte de su artculo el autor aclara, primero,

    los trminos usados en la notica alejandrina (intelecto en potencia o intelecto material, intelecto

    entendido como hbito, intelecto que viene de afuera, el intelecto agente); luego ilustra el modo

    en que Alejandro da cuenta de la actividad intelectiva del intelecto humano y, nalmente, se concentra

    en el papel diferente que atribuye al intelecto agente (o el intelecto que viene de afuera, identicado

    por Alejandro con el intelecto divino) en el De intellectu y en la seccin del De anima, respectivamente,

    de modo de mostrar que la posicin ms madura de Alejandro es la indicada en el De anima.

    Palabras clave: Alejandro, psicologa, notica

    Abstract: this essay, divided into three parts, is devoted to Alexanders psychological doctrines: the rst part

    illustrates, through some examples treated by the De anima, the conception Alexander had of his

    philosophical activity. Given that Aristotle has conveyed the most true doctrines, what it has to be done

    is simply to expose them again in the most clear and complete manner, making use of all that Aristotle

    says with regard to the psychic functions, even in works different from the main treatise. The second part

    of the essay is focused on the opening section (1-26 Bruns) of the Alexandrian treatise, where it is mainly

    proved that the soul, as any other form, is only the conjunction of capacities of the body, whose form is

    the soul. Moreover, Accattino argues, such state of mind capacities cannot be expressed independently

    * Traduccin del italiano (revisada por el autor) de Marcelo D. Boeri.

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    of the body, and less with the dissapearance of the body. Therefore, as form of the body, the soul is

    completely mortal. The other celebrated thesis of Alexander (the identication of the active intellect

    with the Aristotelian god of Metaphysics Lambda) is dealt with in the third part of this essay. There the

    noethics of the De intellectu and the section devoted to the noethics in the De anima (80, 16-91, 6) are

    examined. In this section of his paper Accatino claries rst the terms used in the Alexandrian noethics(intellect in potentiality or material intellect, intellect understood as `habit, intellect coming from

    without, the agent intellect); he afterwards illustrates the way in which Alexander accounts for the

    intelective activity of human intellect, and he nally concentrates on the different role that he attributes to

    the agent intellect (or the intellect coming from without, identied by Alexander with the divine intellect)

    in the De intellectu and in the section of the De anima respectively, in order to show that Alexanders

    most mature stance is the one pointed out in the De anima.

    Key words: Alexander, psychology, noethics

    1

    Entre los textos que han llegado en el corpus de los escritos de Alejandro yque son tiles para reconstruir su interpretacin de la psicologa aristotlica haysustancialmente dos:De anima yDe anima II. De hecho, dejar de lado aqu elComentario alDe sensu.De anima II, mejor conocido con el nombre deMantissa,es en realidad una compilacin de 25 escritos breves que slo en parte (grosso modola mayor parte de los primeros 16) tienen que ver con temticas psicolgicas; aquhablaremos solamente del segundo escrito tituladoDe intellectu1. Adems delDeanima, que es un tratado continuo, y delMantissa nosotros sabemos por las citasque de l hacen los comentadores posteriores (Temistio, Filpono, Ps. Filponoy Simplicio) que Alejandro tambin haba redactado un comentario al De animaque, sin embargo, no nos ha llegado2.

    1 De anima y De anima II estn editados en: I. Bruns. Alexandri Aphrodisiensis PraeterCommentaria Scripta Minora - De anima liber cum Mantissa . Supplementum aristotelicumII, 1. Berln, Reimer, 1887, respectivamente en las pp. 1-100 y 101-185. Traduccin italianay comentario del De anima en: Alessandro di Afrodisia. Lanima. Traduzione, introduzionee commento a cura di P. Accattino e P. L. Donini. Roma-Bari, Laterza, 1996. Trad. italiana ycomentario delDe intellectu en: Alessandro di Afrodisia.De Intellectu. Introduzione, testo grecorivisto, traduzione e commento di P. Accattino. Torino, Thlme, 2001. Trad. italiana deMantissaen: Alessandro di Afrodisia.De anima II (Mantissa). Premessa, testo rivisto, traduzione e note di

    P. Accattino, con la collaborazione di P. Cobetto Ghiggia. Alessandria, Edizioni dellOrso, 2005.Trad. inglesa y comentario en: Alexander of Aphrodisias. Supplement to On the Soul. Translatedby R. W. Sharples. London, Duckworth, 2004. Despus del borrador nal de este ensayo (Agostode 2008) apareci una nueva traduccin francesa delDe anima: Alexandre dAphrodise.De lme.Texte grec introduit, traduit et annot par M. Bergeron et R. Dufour. Pars, Vrin, 2008; y, unanueva edicin del texto de la Mantissa: Alexander Aphrodisiensis.De anima libri mantissa. Anew edition of the Greek text with introduction and commentary by R. W. Sharples. Berln-NewYork, De Gruyter, 2008.

    2 Hay una reconstruccin de los temas del Comentario en: Moraux, P.Der Aristotelismus bei denGriechen von Andronikos bis Alexander von Aphrodisias. III. Bd.,Alexander von Aphrodisias.hrsg v. J. Wiesner. Berln - New York, De Gruyter, 2001, pp. 320-353.

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    Ahora bien, en sentido propio las citas del comentario perdido registrado porestos autores, y que encuentran una vericacin puntual en elDe anima personalde Alejandro, nos permiten precisar el carcter de este tratado. Muy plausiblemente

    se puede armar que Alejandro concibi su tratado personal como una exposicincontinua y sistemtica de los resultados adquiridos con el trabajo de la exgesis 3.

    Esto, por otra parte, coincide perfectamente con la declaracin programticaque Alejandro puso al comienzo del tratado:

    Puesto que, como en las dems cuestiones, nosotros nos hacemos portavoces de lasteoras de Aristteles sosteniendo las opiniones ms verdaderas transmitidas por l quelas expresadas por otros, as lo pensamos tambin en el caso del alma: nuestro propsitose cumplir en caso de que expongamos con toda la claridad posible las armacionesque Aristteles hizo sobre el alma y ofrezcamos las explicaciones adecuadas para

    mostrar que cada una de ellas se ha hecho bien (2.4-9, ed. Bruns).Alejandro, por tanto, concibe y ejercita la propia actividad losca como

    exgesis de la herencia doctrinal del maestro: las doctrinas ms verdaderas son las deAristteles, se trata solamente de volver a exponerlas con la mayor claridad posibley de encontrar los argumentos idneos para confrontar su bondad. Exponer conla mayor claridad posible para Alejandro signica, ante todo, ofrecer de la mismadoctrina una exposicin exhaustiva y coherente que tenga en cuenta todo lo queAristteles dice del temax en su obra entera. La regla que gobierna su lectura y suinterpretacin de Aristteles es la que l tiene en comn con sus contemporneos, la

    cual haba tenido origen en la lologa alejandrina y que sera codicada ms tardepor Porrio para la interpretacin homrica: (Quaest. Hom. II, 297, 16 Schrader)4.

    Veamos ahora cmo el programa de volver a exponer de modo claro yordenado la doctrina aristotlica del alma y de proveer la justicacin lo mscoherente posible, explicando Aristteles con el mismo Aristteles, se ha realizadoen elDe anima personal de Alejandro. Ello puede observarse en diversos niveles.En un nivel ms inmediato y supercial se puede advertir que este tratado sedivide en tres partes. Hay una primera parte que ocupa las pp. 1-26, que se dedica

    3 Cf. Donini, P. L. Testi e commenti, manuali e insegnamento: la forma sistematica e i metodidella losoa in et postellenistica, en : Temporini, I. e Haase, W. (hrsg. v.). Aufstieg und

    Niedergang der rmischen WeltII 36,7. Berlin - New York, De Gruyter, 1994, pp. 5045-5056, y:Moraux, P.Der Aristotelismus bei den Griechen von Andronikos bis Alexander von Aphrodisias,Op. cit., p. 338.

    4 Sobre el mtodo de exgesis de Alejandro, Cf. Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia e i metodidellesegesi losoca, en: Moreschini, C. (a cura di).Esegesi, parafrasi e compilazione in ettardoantica. Napoli, DAuria, 1995, pp. 107-129.

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    a mostrar cul es la esencia del alma y a justicar de modo sistemtico y coherentela denicin formal del alma de Aristteles como entelequia primera de un cuerponatural dotado de rganos5. Sobre esta primera parte muy importante para la

    interpretacin de Alejandro de la psicologa aristotlica regresaremos en breve. Lasegunda parte, que ocupa las pp. 27-94.6, sigue ms de cerca el orden del originalde Aristteles,De anima II 3 y de todo el libro III. Hay, nalmente, una tercera

    parte, una suerte de apndice, que va de 94.7 a 100.17, donde Alejandro enfrentaun tema que no tiene un paralelo preciso en el De anima aristotlico, pero que sehaba convertido en un tpico en la literatura losca, al menos del de Crisipo, esto es, cul es la sede del al interior del cuerpo. De esta

    parte no nos ocuparemos aqu, salvo para decir que tambin all Alejandro reney compendia diversos textos aristotlicos, tratados de losParva naturalia, delDe

    motu,De partibus yDe generatione animalium, para probar la tesis de que todaslas facultades psquicas incluida la facultad intelectiva ponen lo rector en elcorazn6.

    Es en la segunda parte donde mejor se puede notar el intento de Alejandrode ofrecer una exposicin ordenada y sistemtica de la doctrina aristotlica,teniendo en cuenta todo lo que dice Aristteles tambin en otras obras a propsitode los temas a medida que son tratados. El modelo est ciertamente constituido

    porDe anima II 3 - III, pero en tanto hay un caso vistoso de reordenamiento enla sucesin de los argumentos. EnDe anima III, despus de haber hablado de la

    imaginacin en el capitulo 3, Aristteles habla primero de la funcin teortica delintelecto (caps. 4-8) y sucesivamente de la funcin motriz y prctica (caps. 9-11).Alejandro (73.14-80.15) invierte el orden y hace seguir el tratamiento de la facultadapetitiva y del movimiento al tratamiento de la , porque la facultadapetitiva depende de la facultad imaginativa y es comn a todos los animales,sin ser exclusiva del hombre, como es en cambio la facultad intelectiva teortica.En esta misma seccin dedicada a la facultad apetitiva y motora se pueden notarotros dos pasajes tpicos de la exgesis de Alejandro. La referencia cruzada de

    De anima III 10, 433b19-21 a una indagacin en otras obras sobre el instrumento

    corpreo del movimiento (el ) ofrece a Alejandro la ocasin para volvera exponer en 76.18-78.2 la doctrina deDe motu animalium 7-8. El segundo punto,en cambio, es mucho ms interesante. Como se sabe, enDe anima I 3-4 Aristtelesniega que el alma pueda moverse, pero en III 10, 433b16-17 (y as tambin enDemotu animalim 6, 700b 35 ss.) arma explcitamente que la facultad apetitiva (

    5 De anima II, 1.6 Cf. el comentario en: Accattino, P. Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia. Lanima., Op. cit.,

    pp. 300-310.

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    ) es motor movido: movido por el objeto de apeticin (que ocia demotor inmvil), y motor del animal que es, en cambio, simplemente movido. Pues

    bien, en 79.21-80.2 Alejandro encuentra el modo de eliminar completamente de su

    exposicin la nocin central en Aristteles, tanto enDe anima como enDe motu,del alma como motor movido. Tal vez se vea una contradiccin con lo sostenidoclaramente enDe anima I 3-4, y considerado por Alejandro mismo en la primera

    parte del tratado con conviccin.

    Poner en orden, proveer de completitud y dar coherencia quitandoeventualmente lo que no regresa en la cuenta total parecen haber sido las palabrasde orden de Alejandro. El resultado es un aristotelismo unicado. Se podranmultiplicar los ejemplos de esta estrategia interpretativa que opera en la parte centralde suDe anima, ya sea en la seccin dedicada a la funcin vegetativa (donde elDe

    generatione et corruptione es utilizado como integracin delDeAnima), ya sea en laseccin dedicada a la facultad sensitiva, especialmente en el tratamiento del sentidodel odo con la doble explicacin del fenmeno del eco, la segunda de las cuales esrecuperada por losProblemas; del sentido del tacto, donde Alejandro encuentra elmodo, a travs de la utilizacin delDe partibus animalium, de normalizar tambinel sentido del tacto respecto de los dems sentidos al encontrar en la carne no elsimple intermediario (como quera Aristteles en De anima II 11), sino tambinel rgano perifrico del tacto, salvando as una perfecta analoga con los otroscuatro sentidos7. Podramos hacer observaciones anlogas para el tratamiento de la

    , pero quiz en este punto es mejor concentrarse en los aspectospara los cuales Alejandro es ms conocido y que han hecho de l un trmino deconfrontacin fuerte desde la antigedad tarda al Renacimiento. Me reero a latesis de la total mortalidad del alma, intelecto incluido, y a su interpretacin de ladoctrina aristotlica del intelecto.

    2

    La tesis de la completa mortalidad de cualquier alma ligada a un cuerpo

    generable y corruptible (para Alejandro las nicas almas inmortales son las de loscuerpos celestes) 8 nos ofrece la ocasin de retomar el discurso de la primera partedel tratado (pp. 1-26, ed. Bruns), donde ella encuentra fundamento. Esta partecorresponde, grosso modo, a De anima I-II 2, pero con una notable diferencia:

    7 Cf. respectivamente 34.18-26, 48.8-21e y 55.15-59.24 con el comentario de Accattino-Donini,Ibid..

    8 Cf. Accattino, P.Alessandro di Afrodisia e gli astri: lanima e la luce. Atti della Accademiadelle Scienze di Torino - Cl. Sc. mor., 126, 1992, pp. 39-62; especialmente p. 47.

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    Aristteles parte del reconocimiento y del examen crtico de las opiniones de lospredecesores, para pasar en II 1-2 a los fundamentos de la teora de la sustancia yconcluir con la denicin general de alma como entelequia primera de un cuerpo

    natural dotado de rganos. Alejandro parte, en cambio, de los fundamentos dela teora de la sustancia para llegar a la denicin general de alma y defendernalmente, en polmica con las escuelas rivales, los platnicos y los estoicos, las

    propiedades que pertenecen al alma en cuanto entelequia primera: su inseparabilidaddel cuerpo, su incorporeidad y su inmovilidad9.

    Alejandro llega a la denicin del alma como entelequia primera de uncuerpo natural dotado de rganos despus de un largo tratamiento destinadoa aclarar todos los pliegues de la nocin aristotlica de forma. Ahora bien, estetratamiento sobre la forma nace en un contexto preciso y tiene un objetivo observado

    que l explicita en las primeras pginas del tratado (2.15-18): algunos piensan quelas capacidades y las actividades del alma son ms divinas y ms amplias que lascapacidades del cuerpo. Como se sabe, ellos son Platn y los platnicos10. Se trataentonces de mostrar que el alma, al igual que cualquier otra forma, no es ms queel conjunto de las capacidades del cuerpo del cual es forma, para el cual ella, siendoidntica a las capacidades del cuerpo, nunca lo puede exceder; estas capacidades,sin embargo, no pueden expresarse independientemente del cuerpo y se vuelvenapenas perceptibles con el volverse apenas perceptible del cuerpo.

    Para alcanzar este objetivo Alejandro parte de la doctrina aristotlica de lacomposicin hilemrca de todas las sustancias sensibles generables y corruptibles.Las sustancias naturales sensibles o son cuerpos simples o son cuerpos compuestos

    por cuerpos simples. Ambos son compuestos de materia y forma, y en ambos laforma tiene el mismo estatuto y desempea el mismo papel: el de ser responsable delas operaciones de las que aquellas sustancias son capaces y que de ellas proceden.Pero, cul es la forma del cuerpo simple? Es aqu donde Alejandro ofrece un ensayode verdadera y propia exgesis creativa. EnDe gen. et. corr. II 2 (pero tambin en

    De part. an. II 2 y enMeteor. I 2) l poda leer que las cuatro cualidades elementales(calor, fro, seco y hmedo) constituyen los de los cuatro elementos e incluso

    que las otras propiedades tangibles, entre las cuales se encuentran el peso y laligereza, derivan de las cuatro cualidades elementales. Alejandro compendia yvuelve a exponer estas armaciones aristotlicas y arma (5.4-7) que la formadel cuerpo simple fuego es la ligereza, la cual deriva del calor y de lo seco.

    9 Lo que sigue inmediatamente lo retoma y compendia P. Accattino en Generazione dellanima inAlessandro di Afrodisia De anima 2.10-11.13?; en: Phronesis 40, 1995, pp. 182-201; lo cualdebe verse para una argumentacin ms puntual.

    10 Pinsese enPinsese en Teeteto 185c yLeyes 892a ss., pero tambin en tico fr. 7, 57-63 D.P.

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    Lo mismo vale para la forma simple del cuerpo simple tierra, es decir, el peso,el cual deriva de lo fro y lo seco. Sera difcil encontrar armaciones similaresexplcitas en Aristteles, pero a Alejandro le sirven para probar que ya en el nivel

    de los cuerpos simples es posible establecer una estrecha conexin entre el sustratodel cuerpo simple (la materia prima), la forma del cuerpo simple (peso o ligereza)y el movimiento simple de los cuerpos simples (hacia el centro o hacia lo alto),del cual la forma es responsable. No hay duda de que Alejandro ha elaborado unateora de las formas de los cuerpos simples con su ojo dirigido a las formas de losvivientes. Despus de haber armado que la ligereza es la forma del cuerpo simplefuego, precisa que ella est en el origen del movimiento sin estar ella misma enmovimiento: considera el caso exactamente tal como es notoriamente el alma segnla concepcin aristotlica. El mismo papel desempea la armacin (6.29 ss.) de

    que la forma de una cosa se identica con su perfeccin: ella pone las bases parala sucesiva distincin (9.19 ss.) de dos grados de la perfeccin, el primero de loscuales ser despus (16.5 ss.) identicado con la entelequia primera.

    Un aspecto de la teora de la forma simple (esto es, que la forma simplede los elementos deriva en realidad de formas todava ms simples representadas

    por cuatro cualidades elementales) es utilizado en el anlisis de las formas de loscuerpos compuestos. En efecto, cuando Alejandro pasa a hablar (7.21 ss.) de ella,

    pero teniendo presentes aquellos compuestos que son los vivientes, muestra de qumodo la multiplicidad de la capacidad de movimiento exhibida por los vivientes debe

    depender de una forma que sea principio de una multiplicidad de movimientos. As,la forma de un cuerpo compuesto es en realidad una forma en la cual se compendianlas formas y las capacidades de movimiento de los cuerpos simples que componenel sustrato del cuerpo compuesto. No slo la forma de los cuerpos compuestos esuna forma compleja, sino que los cuerpos compuestos presentan en su conjuntouna variedad de formas complejas que encuentra una explicacin razonable en elhecho de que (1) las formas de los cuerpos simples son ms de una, y (2) existeuna variada posibilidad de combinacin de los cuerpos simples.

    Sin duda, la tesis por la cual la forma de los cuerpos compuestos es una forma

    comn, resultante de las formas de los cuerpos simples, para los cuales ella es enrealidad una forma de formas, as como la doctrina que reconduce la diferenciade las formas de los compuestos a las muchas posibilidades de combinacin de loscuerpos simples, constituyen tesis peculiares del aristotelismo de Alejandro queno tienen comparacin en Aristteles. Sin embargo, esto no signica como, encambio, crea Moraux11 que aqu Alejandro sostuviese la generacin de la forma

    11 Cf. Moraux, P.Alexandre lAphrodise, Exgte de la Notique dAristote. Lige-Paris, Droz,1942.

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    a partir de la materia y, en particular, la generacin del alma a partir de la pura ysimple mezcla de los elementos12. Alejandro no est aqu delineando un procesoespontneo de generacin que, a travs de la adicin de cuerpos simples en los

    compuestos, atribuyera lo rector nada menos que al alma, sino que disea undptico. En el primer cuadro coloca los cuerpos simples, en el segundo los cuerposcompuestos, y Alejandro evidencia la constante correspondencia entre el grado decomplejidad de las formas y el grado de complejidad de los sustratos a los que lasformas inhieren. Su objetivo es mostrar que en aquellos cuerpos compuestos queson los vivientes, el alma no es ni ms ni menos que la expresada porel cuerpo. En los vegetales hay una composicin ms rudimentaria del cuerpo yhay un nmero limitado de rganos a los que corresponde un alma que solamentedesarrolla las funciones vegetativas. Respecto del vegetal, cualquier animal tiene

    una composicin ms compleja que, adems de las funciones vegetativas, tiene almenos las facultades sensitivas del tacto y del gusto. Otros animales, nalmente,presentan una estructura corprea ms compleja y un nmero mayor de rganos engrado de desarrollar tambin las funciones perceptivas de los sentidos superioresy la funcin de la traslacin. En suma, hay una proporcin directa entre los tiposde cuerpos y las formas que se presentan sobre estos cuerpos; stas formas seencuentran entre s en la misma relacin en la que se encuentran los respectivossustratos.

    Es digno de nota que Alejandro, despus de haber hablado de los vegetales y

    animales, no extienda su argumentacin tambin al hombre. Es cierto que le habrasido difcil individuar al nivel del organismo corpreo humano el correspondientea la facultad racional. Pero es bastante claro que no estaba dispuesto a hacer unaexcepcin para el alma humana respecto de cualquier otra alma y de cualquier otraforma. Las faltas de certeza y las dudas de Aristteles a propsito de la facultadintelectiva son simplemente canceladas por Alejandro. Respecto de los pasajesdelDe anima en los que Aristteles dejaba abierta la posibilidad de que el almaintelectiva pudiese constituir una excepcin, Alejandro supone, en cambio, comouna normativa a todos los niveles la denicin general de alma como entelequia

    primera del cuerpo y privilegia (12.7 ss.) aquellos pasajes, como por ejemploDeanima I 1, 403a 5 ss., en los cuales Aristteles mismo ligaba al cuerpo el desarrollode todas las facultades, incluidas las facultades superiores tpicamente humanas.Si ninguna actividad psquica puede prescindir del cuerpo concluye Alejandro

    12 Cf.Ibid., especialmente pp. 29-34, 37-43 y, de un modo ms dbil, Moraux, P.Der Aristotelismus,Op. cit., p. 356. Sobre la imposibilidad de atribuir a Alejandro la tesis de la derivacin de la formade la materia, Cf. Accattino, P. Generazione dellanima, Op. cit., p. 200 y Accattino, P., Donini,P. L. Alessandro di Afrodisia.Lanima., Op. cit., pp. 114-117.

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    (12.21-24) el alma es algo que pertenece al cuerpo y no es separable. Sera intil,en efecto, que estuviese separada porque no podra ejercitar por s ninguna de lasactividades que le son propias.

    Alejandro dedica un amplio tratamiento de la primera parte del tratado a lainseparabilidad del alma del cuerpo (20.26-21.24). La argumentacin pone atencinen desmentir la hiptesis de que el alma es la forma del cuerpo en el sentido de seruna sustancia autnoma, como lo es el piloto respecto de la nave. Esta hiptesisseguramente se origina en un oscuro pasaje de Aristteles:De anima II 1, 413a 6-9,donde, despus de haber establecido que algunas partes del alma son separables

    porque no son entelequia de ningn cuerpo, se adelanta la hiptesis de que el almapueda ser entelequia como el piloto lo es de la nave. Aristteles no aclara la cuestiny no sabemos que Alejandro hubiese dicho nada en el comentario perdido. Sabemos,

    en cambio, que algunos de los mismos adherentes al Peripato, como Jenarco13, sehaban apropiado de la interpretacin del alma como entelequia separada. Dichatesis le deba parecer a Alejandro un peligroso compromiso con el platonismo, alcual responde sosteniendo la total inseparabilidad del alma del cuerpo y su completamortalidad (21.22-24)14.

    Filpono, en su Comentario al De anima 10.1 ss., recuerda que Alejandrosostena que el alma humana es completamente inseparable del cuerpo y, portanto, mortal15. En esta ocasin Filpono informa todos aquellos pasajes en losque Aristteles habra armado claramente la separabilidad del alma racionaly su inmortalidad, y a continuacin en su comentario nos dice algo respecto decmo Alejandro interpretaba uno de aquellos pasajes. EnDe anima I 4, 408b 29,Aristteles arma que tal vez el intelecto es algo ms divino e impasible.

    Alejandro explicaba que aqu se habla del intelecto divino, a lo que Filponotena una buena razn para preguntarle el por qu del quiz; el intelecto divinono es quiz divino e impasible, lo es sin duda16. El escamotage que aqu adoptabaAlejandro est de acuerdo con su interpretacin de la notica deDe anima III 5.El nico intelecto separado e incorruptible es el dios aristotlico de Lambda. El

    intelecto humano, en cuanto facultad de un alma corruptible por ser una formainseparable de un cuerpo corruptible, es l tambin corruptible.

    13 Cf. Aecio IV 3,10 =DDG 388,16 ss.14 Cf. Accattino, P., Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia.Lanima, Op. cit., pp. 140-143.15 Cf. tambin 159.18-23.16 Cf. 159.14-17.

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    3

    Hemos llegado as al segundo tema sobre el cual debemos concentrarnos un

    poco ms en detalle, esto es, la interpretacin alejandrina de la teora aristotlica delintelecto. Tal vez incluso ya para la teora que equiparaba el alma a las de los cuerpos simples, que hemos examinado recin, Alejandro haba tenido unantecedente en el peripattico Boeto de Sidn, discpulo de Andrnico, pero notenemos certeza de que Porrio se reriese exclusivamente a l (ni siquiera aAlejandro mismo) en un pasaje informado por EusebioPraep. ev. XV 11, 217. Encambio, para el que considera la teora del intelecto podemos decir con certezaque Alejandro es deudor de la tradicin exegtica precedente. Como se sabe, ensu interpretacin coloca juntos tres textos:De anima III 4 y ss.,Metafsica yDe

    gen. anim.II 3, 736b 27-29, donde Aristteles indica la posibilidad de que sloel, a diferencia de las facultades vegetativa y sensitiva vehiculizadas por elsemen paterno, se introduzca desde el exterior () y que sea l slo divino.La conexin entre el texto deDe anima y el deDe generatione animalium es muyantigua y se remonta ya a Teofrasto18, en tanto que la conexin deDe anima III4-5 conLambda deba haberse difundido ya fuera del crculo de los aristotlicosya que lo volvemos a encontrar en elDidaskalikos X, 164.16 ss.

    Ms an, Alejandro mismo nos reere en el De intellectu 112.5 ss. unaversin bizarra de la notica aristotlica, que presupona una conexin entre

    aquellos tres textos e identicaba el intelecto agente con dios, que piensa siemprey que, al estar en todos lados, se introduce desde el exterior en nosotros desde laconcepcin y se sirve instrumentalmente de las facultades humanas, convirtindoseen el verdadero protagonista del pensamiento humano. Alejandro atribuye dichaversin a alguien cuyo nombre no nos dice. Yo creo que es el mismo Aristtelescitado precedentemente (110.4), que no hay que confundir con el Estagirita (citadoen 110.5), y que es el Aristteles que ciertamente fue maestro directo de Alejandro,y que podra ser el mismo que el Aristteles de Mitilene del que nos habla Galeno(De consuet. 11.4-12.12 Mller). No podemos concentrarnos aqu en esta versin

    de la notica aristotlica, vigorosamente criticada por Alejandro19

    . Ahora noscentraremos, en cambio, en las dos versiones de la notica alejandrina, la delDe

    17 Cf. Gottschalk, H. B. Aristotelian Philosophy in the Roman World from the Time of Ciceroto the End of the Second Century AD, en: Temporini, I. e Haase, W. Aufstieg und Niedergangder rmischen WeltII 36,2, Op. cit., p. 1118.

    18 Cf. Temistio in De anima 107.30 ss.19 Sobre el Aristteles maestro de Alejandro y sobre su interpretacin de la notica aristotlica,Sobre el Aristteles maestro de Alejandro y sobre su interpretacin de la notica aristotlica,

    Cf. Accattino, P.De Intellectu, Op. cit., pp. 9, 13-15 y 55-58.

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    intellectu y la delDe anima que, como veremos, son diferentes entre s en puntosque no son secundarios. Las trataremos aqu de modo sucesivo.

    ElDe intellectu, que en la edicin de Bruns leemos como un pequeo tratadocontinuo es, en realidad, el collage de tres fragmentos que contienen a mi modo dever20 apuntes personales de Alejandro; no se trata, por tanto, verosmilmente de unescrito terminado para la publicacin. La tercera parte reere la notica bizarra quehemos indicado recin, a la que Alejandro hace seguir sus crticas. En los primerosdos fragmentos, en cambio, Alejandro se pone a hablar en primera persona: en el

    primero, de modo inmediato; en el segundo, despus de haber hecho referencia auna tradicin interpretativa sobre los motivos que haban inducido a Aristtelesa introducir el . Veamos entonces cul es la interpretacin de lanotica que Alejandro propone en estas dos partes.

    En compaa de De anima III 4-5, pero utilizando una terminologa deescuela ya consolidada y que no aparece en cuanto tal en Aristteles, Alejandrodistingue tres tipos de intelecto: el intelecto material (106.19: ) o

    potencial, el intelecto que posee el hbito (107.21: 21) y el intelectoagente (107.29: ). La potencialidad del intelecto se presenta aqucomo la potencialidad respecto de los objetos de conocimiento: es la potencialidadde pensar que equivale a recibir las formas, las cuales constituyen los pensamientos.En suma, el intelecto material es la pura posibilidad de ejercitar el pensamiento y derecibir los pensamientos, o sea, las formas (

    ); ello es anlogo a la posibilidad que

    todos los hombres tienen de aprender un arte. El segundo intelecto es la capacidadefectiva de ejercitar el pensamiento, o sea, de la recibir las formas, y es anlogo aaquellos que han aprendido un arte y son, por ende, capaces de practicarla.

    Cmo resulta el paso del primero al segundo tipo de intelecto, o sea, de lapura posibilidad a la capacidad efectiva de pensar y de poner en acto el pensamiento?El De intellectu es clarsimo sobre este punto: tal transformacin es obra deltercer tipo de intelecto, el intelecto agente: este tercer intelecto hace al intelectoen potencia y material intelecto en acto, produciendo en l el habito que lo hace

    pensar (107.32-34); es productor del pensar y es l el que conduce al acto elintelecto material (108.1-2). El problema es entendercmo y cuando sucede estaintervencin y an antes quin es el intelecto agente.

    Veamos primero el siguiente punto: este intelecto es aquello que esinteligible por su naturaleza y es tal en acto, dice Alejandro en 107.34. Ahora bien,

    20 Cf.Ibid., pp. 14-15.

    21 Cf. tambin 109, 4:

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    ser inteligible por su naturaleza es solamente la forma inmaterial. Hay, en efecto,dos clases de formas: las formas nsitas en la materia y la forma inmaterial (aquhabla de una nica forma inmaterial, pero ms tarde hablar de , en

    plural; el problema, sin embargo, no cambia y, al hablar delDe anima, explicaremosel por qu de esta oscilacin). Las formas nsitas en la materia, que son inteligiblesslo en potencia, se vuelven inteligibles y llegan a ser pensamiento para la obradel intelecto humano. Pues es el intelecto al separarlas de la materia en unin conla cual ellas tienen existencia, l las hace inteligibles en acto, y cada una de ellas,cuando es pensada, entonces llega a ser inteligible en acto e intelecto, en tantoanteriormente y por su propia naturaleza no eran tales (108.3-7).

    Slo recuerdo brevemente por qu las formas nsitas en la materia, adems devolverse inteligible, tambin se vuelven intelecto. Para Aristteles22 el conocimiento

    terico se reduce y se identica totalmente con el propio objeto. Dicho de otromodo, en el caso del pensamiento se tiene la identicacin de pensante y pensado.Pero si esta identicacin es total, debe valer tambin la recproca. sta es la tesis,ausente en Aristteles, que Alejandro hace valer aqu y se explicita claramente en108.12-13: el contenido del intelecto es l mismo intelecto, para el cual las formasnsitas en la materia, una vez pensadas por el intelecto y hechas inteligibles enacto, se vuelven ellas mismas intelecto. Esto es tambin lo que permite decir queel intelecto humano, cuando piensa los objetos propios, se piensa a s mismo. Si,en efecto, l mismo no es ms que los propios objetos, cuando piensa, se piensa

    a s mismo23. As explica Alejandro las armaciones de Aristteles enDe anima429b 9 y 430a 2-5.

    Las propiedades de ser inteligible y de ser intelecto, que pertenecen por vamediata y transitoriamente a las formas nsitas en la materia, pertenecen en cambio

    por sysiempre al otro tipo de forma, la forma inmaterial. La forma inmaterial espor su naturaleza y por s inteligible, porque no tiene necesidad de ser separada dela materia para volverse tal y dada la identidad de lo inteligible y lo inteligible enacto ser tambin un intelecto siempre en acto:

    Ahora bien, si un ente es por su naturaleza inteligible en acto y tiene por s el ser talporque est privado de materia, y no lo es por obra de un intelecto que lo separe de lamateria, tal ente es siempre un intelecto en acto. Lo inteligible en acto es, en efecto,un intelecto (108.16-19).

    En este punto comienza a ser claro que aquella forma inmaterial que estambin un intelecto que puede funcionar de intelecto agente no es otra que eldios deLambda. Esto se vuelve todava ms claro en el examen sucesivo del texto,

    22 Cf.De anima III 4, 430a 2-5; 19-20; III 7, 431a 1.23 Cf. 109.4 ss.

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    donde Alejandro explica tambin en el inciso de las lneas 10-22 (aqu abajo encursiva) otra de nuestra cuestiones, o sea, de qu modo el intelecto agente escausa del hbito del intelecto material.

    Y bien, este inteligible por su naturaleza e intelecto en acto que se vuelve causapara el intelecto material del hecho de que, gracias a la referencia a una forma de

    aquel tipo, separe, reproduzca y piense tambin cada una de las formas nsitas en

    la materia y la haga inteligible es el intelecto agente llamado intelecto que vienedel exterior, el cual no es una parte y facultad de nuestra alma, sino que llega a seren nosotros desde el exterior, cuando lo pensamos si exactamente el pensar tienelugar con la recepcin de la forma y ello es por s una forma inmaterial, que nuncaest conectada con la materia y que no est separada de ella en el momento en quees pensada. Obviamente, al ser tal, est separado de nosotros, ya que no le sucedeser intelecto por el hecho de ser pensado por nosotros, pero es tal por su naturalezay es intelecto en acto e inteligible en acto. Pero la forma de este tipo tambin es la

    sustancia incorruptible privada de materia. Por lo tanto, aquel que es en acto desdefuera tal forma tambin es intelecto agente: justamente Aristteles lo llama intelectoinmortal (108.19-109.1).

    El dios deLambda es el intelecto agente del cual Aristteles habla en Deanima III 5 y tambin es el de Generatione animalium II 3, el quellega a nuestro intelecto cuando lo pensamos. Por tanto, la sustancia incorruptible

    privada de materia otra clara reaparicin de 6, 1071b 20-21 tambin es aquelloque enDe anima III 5 llama intelecto separado (430a17) e inmortal (430a23).

    Veamos ahora de qu modo l es causa del hbito del intelecto material, o sea,cmo permite al intelecto humano operar una vez que se introduce como una forma

    pensada, y regresemos entonces al inciso 108.20-22. Son lneas particularmenteenigmticas, pero me parece que quieren decir esto: una vez que haya pensadola forma inmaterial, nuestro intelecto la asume como modelo y trata de construiralgo similar a ella a partir de los entes sensibles en los cuales la forma y la materiaexisten indisolublemente ligados. Para obtener esto, separa la forma de la materiay as reproduce la forma (me parece que ste es el sentido que hay que dar a)24. Se trata de una reproduccin hecha por el intelecto, la cual, si secompara con la forma inmaterial, es imperfecta como todas las reproducciones; no

    existe, en efecto, como forma separada de la materia fuera del intelecto y, solamentesubsiste por el tiempo en que es pensada25.

    24 Cf. LSJ s.v. II, as como el uso aristotlico en Potica 2, 1448a1 y 18, dondex no quiere decir asumirx como modelo de algo diferente, sino representar y reconstruirdirectamentex. Cf. tambinEth. Nic. III 5, 1113a8.

    25 Cf. tambin 108.3-7.

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    Como hemos visto, el intelecto agente puede llegar al intelecto humanoy volverse causa del hbito a condicin de ser pensado Cuando entiende esteacontecimiento? ste es el tercer punto que todava nos queda por aclarar y que en

    elDe intellectu aparece en 110.30 ss.:...Existe algo que tambin es inteligible por s porque es tal por su propia naturaleza.Ahora bien, el intelecto en potencia, en tanto va perfeccionndose y creciendo, piensapropiamente esto. En efecto, tal como la facultad de caminar que el hombre tienedesde el nacimiento es puesta en actividad con el proceder del tiempo mientras l vaperfeccionndose sin experimentar nada, del mismo modo tambin el intelecto, unavez que llega a la perfeccin, piensa los inteligibles por naturaleza y hace inteligiblesa s mismo las cosas sensibles, precisamente porque es activo.

    Para el De intellectu existe, por tanto, un desarrollo natural del intelectoque conduce al pensamiento del dios aristotlico. Es anlogo al desarrollo de lacapacidad de caminar que el hombre posee desde el nacimiento, pero se pone enacto solamente a partir de una cierta edad. Del mismo modo tambin el intelecto,una vez que se ha perfeccionado (111.1: ), piensa los inteligibles pornaturaleza y hace inteligibles a s mismo los objetos sensibles. Es difcil decir en quconsiste el desarrollo del intelecto. La analoga con la explicacin de la capacidadde caminar, que enDe fato 198.9 Alejandro equipara al crecimiento de los dientesy de la barba, deja entender que se trata de un acontecimiento que se producenaturalmente a una cierta edad del hombre (que el texto no precisa), pero que nocomporta ninguna dedicacin por parte del hombre26. Como veremos, elDe anima

    registra a propsito la tesis opuesta. La idea de que el intelecto humano va hacia uncrecimiento y perfeccionamiento, y que una vez que se perfecciona piensa ya sealos inteligibles por naturaleza, ya sea los inteligibles construidos por l mismo, serearma ms adelante (112.2-4) para la conclusin de un paralelo entre la facultadintelectiva y la percepcin visual27, lo que tal vez puede sugerir una explicacinde cmo deba representarse el asunto Alejandro. Aqu debe haber pensado en lafacultad intelectiva potencial como en el anlogo de una facultad visual latente que,

    por una suerte de inmadurez suya, queda inmersa en las tinieblas. Cuando llega ala madurez ve la luz y, gracias a la luz, llega a ser capaz de reunir conjuntamente

    tambin los objetos sensibles. De manera anloga, cuando el intelecto ve la luz28se vuelve capaz de reunir las formas inteligibles de los objetos sensibles.

    En este punto conviene recapitular brevemente los trminos de la noticadelDe intellectu. El intelecto humano, que al comienzo es una simple posibilidad

    26 Cf. tambin Aspasio, in Eth. Nic. 38,11-14.27 Cf. 111.32 ss.28 Cf.De anima III 5, 430a 15.

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    de recibir las formas y los pensamientos (107.17-19), al trmino de un desarrollonatural y espontneo recibe con un acto de pensamiento aquella forma que no haynecesidad de que est separada de la materia porque subsiste por s separada. Es esta

    forma pura la que, siendo inteligible es tambin intelecto, funciona como intelectoagente; es decir, conere al intelecto humano el hbito, la capacidad consolidada depensar, la que consiste esencialmente en reproducir, a partir de los entes sensibles ysobre el modelo de las formas inmateriales, formas inteligibles en acto, separndolasde la materia con la cual existen. En el desarrollo de la inteligencia humana, portanto, el pensamiento que tiene por objeto el dios es el primer pensamiento y es lacondicin indispensable para concebir todos los dems pensamientos.

    Tal vez a la base de la tesis por la cual el primer pensamiento es nada menosque el pensamiento del dios aristotlico se encuentra lo que se puede leer en Deanima III 4, 429a29 ss., donde Aristteles, continuando la comparacin entresensacin y pensamiento, arma que, a diferencia de la facultad sensitiva, la cualdespus de haber percibido un sensible demasiado intenso no es capaz de percibiruno menos intenso de la misma especie, el intelecto, cuando ha pensado una cosafuertemente inteligible, no piensa peor sino mejor aquellas cosas de rango inferior.Alejandro debe haber identicado tout courtla cosa fuertemente inteligible con elobjeto ms alto de la realidad y del conocimiento, el dios deLambda y, sobre todo,debe haber ledo en la armacin aristotlica la condicin necesaria de satisfacerse

    para poder pensar los inteligibles de rango inferior. El resultado, ms bien ingenuo

    y paradjico, es que el primer pensamiento del hombre debe ser nada menos que eldios. Tambin sobre este punto elDe anima ve las cosas de manera diferente.

    4

    La notica delDe anima utiliza los mismos ingredientes delDe intellectu,pero los reordena de diferente modo. Despus de haber examinado las facultadesirracionales del alma, Alejandro enfrenta aqu (80.16 ss.) el tema de la facultad

    propia del hombre, la facultad racional. Siguiendo el texto de Eth. Nic. VI 2,

    1139a 8-11 que reproduce casi a la letra a partir de 81.2 Alejandro arma que lafuncin racional se dirige a dos campos: el campo de la accin, caracterizado por lacontingencia, y el campo del conocimiento de los aspectos necesarios y eternos dela realidad. La facultad racional es, por ende, doble y, dependiendo de si se dirija auno u otro campo, se podr hablar de intelecto prctico o de intelecto terico29.

    29 Cf. 80.16-81.13.

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    Cuando el hombre nace no posee el intelecto prctico o terico como facultadde la cual pueda provenirtout courtla actividad. Si, por ejemplo, la facultad sensitivaen el nacimiento es una capacidad efectiva que se puede traducir en la actividad

    sensitiva, esto no vale para la facultad intelectiva. Cuando el hombre nace solamentetiene una simple potencia y aptitud ( ) para adquirirla capacidad efectiva de la cual procede la actividad. Para describir las etapas deldesarrollo de la facultad intelectiva Alejandro recurre a la clebre distincin deAristteles30, distincin que es tambin presupuesta porDe anima III 4, 429b5-9,y que ya hemos visto operando en el De intellectu: 1 el hombre que tiene laaptitud de aprender un saber; 2 el hombre que ha aprendido un saber, pero que nolo ejercita en acto; y 3 el hombre que ejercita en acto el saber que ha aprendido(hago notar incidentalmente que este tercer estadio no se identica con el tercer

    tipo de intelecto del cual hablaba elDe intellectu, o sea, el intelecto agente). Laaptitud natural la llama tambin aqu Alejandro intelecto potencial o material ( ), se lo llama material en el sentido en que, por analoga, se

    puede decir materia de una cosa todo aquello que tiene la aptitud de recibir dichacosa. Esta simple aptitud tambin la llama Alejandro intelecto natural (81.26),en la medida en que ella es poseda, si bien de un modo diferente, por todos loshombres que no tienen discapacidades congnitas. Sern, por tanto, personas ms omenos bien dotadas para desarrollar la facultad intelectiva. La capacidad de pensarse desarrolla a partir de esta aptitud gracias a la enseanza y a los hbitos. En estesentido Alejandro llama a la segunda etapa del desarrollo del intelecto intelectoadquirido (82.1: ), esto es, el hbito (), la perfeccin del intelectonatural. A diferencia de este ltimo, el intelecto como hbito no se encuentra msen todos los hombres, sino slo en aquellos que se han ejercitado y han aprendidodel modo en que tambin es propio de las ciencias31. Se encuentra aqu una primeragran diferencia con elDe intellectu, donde el desarrollo del intelecto era visto comoun proceso espontneo, igual que el desarrollo de la facultad de caminar. Aqu seutiliza el mismo ejemplo para probar la tesis opuesta:

    En el caso de las ciencias y del intelecto en acto las cosas no son como para elcaminar: en el caso del caminar, en efecto, como la facultad de caminar est presente

    en nosotros por naturaleza y la poseemos de inmediato ni bien nacemos, as tambin laactividad sucede naturalmente en nosotros con el proceder de los aos y del desarrollo;en cambio, para la ciencia y el intelecto las potencias estn presentes naturalmente,pero ni los hbitos ni las actividades estn entonces por naturaleza. Es por eso queno decimos ms que este intelecto lo tienen todos, sino solamente decimos que elhombre educado tiene inteligencia (82.5-11).

    30 Vase sobre todoVase sobre todoDe anima II 5, 417a21 ss.31 Cf. 81.13-82.3.

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    Pero, cmo se produce entonces la adquisicin de la facultad intelectivacomo hbito, o sea, como una verdadera capacidad que se puede traducir en acto?Es necesario decir ante todo que en lo que sigue Alejandro estudia solamente el

    intelecto terico y no dice ms nada del intelecto prctico. El hombre escribeAlejandro 83.2 ss. posee desde el nacimiento los sentidos, gracias a la actividadde los cuales recibe las imgenes (). Las sensaciones repetidas dejanrastros, improntas. El hombre, por ende, se habita ante todo a recordar conservandoestas improntas, luego, sobre la base de la memoria () y de la continuaactividad de los sentidos en torno de los objetos sensibles, se produce en l unasuerte de pasaje, gracias a la experiencia () de esto aqu individual ( ) a aquello que es de tal gnero y universal ( ). Por ejemplo, despus de muchas percepciones repetidas de objetos

    blancos, el hombre llega a aprehender el universal blanco. Esta comprensin,esto es, el aferrar el universal mediante la semejanza de los objetos sensiblesindividuales, es pensar (): porque el reunir conjuntamente los casos similareses ya obra del intelecto (83.11-13). La facultad intelectiva se constituye entonces a

    partir de la facultad cognoscitiva ms simple, la percepcin, y se desarrolla graciasa la memoria y la experiencia, como haba dicho Aristteles enMetaph. 1 y en

    Analticos Segundos 19, que sin duda son textos de referencia de Alejandro.

    Aprehender el universal dir enseguida Alejandro no es ms que aprehenderla forma inteligible independientemente de la materia:

    El que capta la forma de algo separadamente de la materia obtiene lo que es comn yuniversal, ya que quien capta la forma del hombre separadamente de las circunstanciasmateriales obtiene aquello que es comn en el hombre. En efecto, la diferencia de loshombres individuales entre ellos procede de la materia, porque al menos sus formas,gracias a las cuales ellos son hombres, no tienen ninguna diferencia. Y, por otraparte, el que abarca con su mirada lo que es comn a los casos individuales capta laforma separadamente de la materia: ella, en efecto, es lo que hay en ellos de comne idntico (85.14-20).

    Tambin la sensacin aprehende una forma, pero la forma sensible (porejemplo, la forma sensible blanco aprehendida con la vista) es, en primer lugar,

    la forma de un objeto particular y adems siempre est acompaada de otraspropiedades sensibles, tales como el tamao y la gura. El intelecto vice versa captalas solas formas, despojndolas de todo soporte sensible y contemplndolas en suesencia. Cuando el intelecto piensa la forma inteligible blanco, o sea, la esenciade blanco, no piensa una forma acompaada de un tamao y de una gura32.

    32 Cf. 83.13-84.10.

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    Una vez encontrados los objetos propios del intelecto en las formas inteligibles,Alejandro puede entonces redenir las primeras dos etapas del desarrollo de lafacultad intelectiva respecto de sus objetos; aqu puede seguir de ms cerca lo que

    encontraba en AristtelesDe anima III 4. Si antes el intelecto material, o intelectoen potencia, era visto como el estadio anterior a la adquisicin de la facultad, ahorael es presentado como la disponibilidad a recibir todas las formasinteligibles sin poseer ninguna de ellas. Desde este punto de vista

    el intelecto material es solamente una suerte de aptitud a albergar las formas y seasemeja a una tabla no escrita o, mejor, al no ser escrita de la tabla, pero no a la tablamisma. Porque la tabla ya es, por s, una cosa existente (84.24-26).

    Alejandro cree que debe precisar mejor la clebre comparacin de Aristteles(De anima III 4, 429b31-430a2) entre el intelecto en potencia y la tabla sobre la cual

    no hay nada escrito en acto. Si, como quiere Aristteles (429a 18ss.), el intelecto,por ser receptivo de todas las formas, no debe tener ninguna de ellas que sea suya,porque sera un obstculo a la recepcin de las dems formas, entonces no puedeser comparado con una tabla que es un objeto con una materia y una forma. Elintelecto en potencia ser entonces el anlogo de la ausencia de escritura o inclusoel anlogo de la aptitud de la tabla para ser escrita33.

    Como ya se ha visto, el intelecto como hbito es una facultad que se adquierea partir de la facultad sensitiva. Gracias a la constante actividad sobre los objetossensibles el intelecto adquiere gradualmente una suerte de capacidad visual quelo conduce a contemplar el universal34. Cuando el intelecto llega a aprehender eluniversal incluso sin la ayuda de la facultad sensitiva, entonces ha adquirido elhbito de pensar y es capaz de pensar por s solo. La actividad del pensamientoes entonces la tercera etapa del desarrollo de la facultad intelectiva: se tiene asel intelecto en acto ( ) que es el anlogo del hombre queejercita en acto el saber que ha aprendido. En relacin con esta ltima etapa, la etapa

    precedente del intelecto como hbito puede entonces ser vista como una suerte deaparador del pensamiento en reposo35.

    Pero, dado que los objetos de pensamiento no subsisten en cuantopensamientos fuera del intelecto que los piensa, el acto del intelecto se identicacon los propios pensamientos. El intelecto en acto no es nada ms que la forma

    pensada dice Alejandro 86.14. Si luego el intelecto en el momento en que piensadeviene lo que piensa, o sea, si en el acto del pensamiento hay identidad del sujeto

    33 Cf. 84.27-85.6.34 Cf. 85.20ss.35 Cf. 85.25-86.6.

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    con el propio objeto, entonces al intelecto en acto le sucede el pensarse a s mismo,porque l mismo no es otra cosa que la forma pensada. Alejandro explica as, comoya haba hecho en elDe intellectu, las armaciones de Aristteles en De anima,

    429b9 y 430a 2-5.El desarrollo y el funcionamiento de la facultad intelectiva que Alejandro ha

    descrito hasta este punto de su tratado son absolutamente autnomos respecto dela intervencin del intelecto agente: son fruto de la enseanza y del esfuerzo delindividuo; en suma, son fruto de la iniciativa exclusivamente humana. El intelectoadquiere gradualmente, apoyndose en la facultad sensitiva, la capacidad de abstraerlas formas nsitas en la materia. Con sus solas fuerzas el intelecto como hbito llegaluego a pensar por s solo estas formas incluso sin la ayuda del sentido. Parece claroque en elDe anima, de modo diferente que en elDe intellectu, el intelecto agente

    no interviene directamente en la constitucin del hbito de la facultad intelectiva.Ciertamente, no es el responsable directo e inmediato de la transformacin delintelecto material en el intelecto como hbito. Como se ver, la causalidad delintelecto agente opera a otro nivel ms remoto.

    Por elDe intellectu ya sabemos que los objetos posibles de pensamientono son slo las formas nsitas en la materia, que el intelecto humano llega a aislardespojando las cosas sensibles de todos sus soportes materiales para aprehender lasola esencia sustancial de ellas. Adems, para las que existen conla materia de las cosas en las cuales estn nsitas y que se vuelven inteligibles enacto en la medida en que son pensadas por el pensamiento humano en acto existenformas que subsisten como tales independientemente de todo sustrato material y queson, por tanto, inteligibles por su propia naturaleza; inteligibles independientementedel hecho de ser pensadas. Pero si estos inteligibles son tales por su naturaleza,son siempre inteligibles en acto. Adems, la identidad de inteligible e intelectoque, como se ha visto, se realiza para el intelecto humano cuando piensa, valdr a

    fortiori para estos inteligibles siempre en acto, que sern por tanto los intelectossiempre en acto. Por consiguiente, la forma inmaterial ( ) concluyeAlejandro ser el intelecto en sentido propio y siempre en acto36.

    Cules sean estos intelectos siempre en acto Alejandro no lo dice claramenteen el pasaje que he resumido recin; agrega, en cambio, una dicultad porque

    primero habla de ellos en plural (87.25-29), luego pasa al singular (un slo : 88.2-3), para volver nalmente al plural (88.6). La misma oscilacin aparece,como se ha visto, en elDe intellectu. La solucin del problema es provista en parte

    por lo que sigue, cuando Alejandro identica lo inteligible por propia naturaleza con

    36 Cf. 87.24-88.3.

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    el , el cual a su vez es identicado con la causa primera, es decir,con el deLambda, esto es, con el dios de Aristteles, como ya sabemos porelDe intellectu. Pero la prueba ms segura de que la forma inmaterial es el dios

    deLambda es provista por la Quaestio I 25, donde esta identicacin es explcita.Adems, esta misma Quaestio enfrenta tambin el problema de la unidad o dela pluralidad de las formas privadas de materia, al recurrir a un argumento quese encuentra en Aristteles Lambda 8, 1074a 31-38: las sustancias privadas demateria no slo son especcamente idnticas, sino que tambin son numricamenteidnticas porque, a diferencia de las sustancias materiales, que son especcamenteidnticas pero numricamente diferentes, ellas no tienen las diferencias de las que esresponsable la materia37. En realidad, este argumento debera impedir hablar de una

    pluralidad de , pero enLambda 8 Aristteles continuaba, no obstante,

    hablando de una pluralidad de motores inmviles. Es tambin sta, probablemente,la razn de la falta de certeza de Alejandro entre el singular y el plural.

    A partir de 88.17 Alejandro muestra que el intelecto agente del que hablaAristteles enDe anima III 5 debe ser identicado con el inteligible en sentido

    propio. Aparentemente Alejandro sigue muy de cerca el comienzo del texto deAristteles (430a10ss.) pero se aparta de l en un punto muy delicado. Mientrasque para Aristteles la distincin entre el factor materia y el factor causa-agenteest al interior del alma ( : 430a13), para Alejandro esta diferenciase encuentra en el caso del intelecto ( : 88.22), esto es, se trata de

    una diferencia al interior de la especie intelecto, donde se podr distinguir entreun intelecto humano similar a la materia y un intelecto divino que opera comointelecto agente. Este escamotage permite a Alejandro proveer una explicacin

    plausible a muchas otras propiedades que Aristteles atribuye al que hacetodo. Los adjetivos , y que calican a este intelecto,el hecho de ser por su esencia acto ( : 430aa17-18), laactividad ininterrumpida de pensamiento ( : 430a22) y, nalmente, su inmortalidad y eternidad38 son todas propiedadesque solamente pueden pertenecer al intelecto divino39. Estas caractersticas no

    pueden pertenecer a la facultad intelectiva humana, la cual, en cuanto entelequiade un cuerpo corruptible, comparte el destino de l, como ha mostrado Alejandroen la primera parte del tratado40.

    37 Cf. Quaest. I 25, 40.3-8.38 Cf. 43023.39 Cf. Alejandro de Afrodisia.De anima 89.11-18.40 Vase la conclusin de 21.22-24.Vase la conclusin de 21.22-24.

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    Pero, qu hace el intelecto agente? Alejandro comienza diciendo que les la causa de la , del hbito, del intelecto material (88.24), sin agregar otro.Sera, sin embargo, temerario de nuestra parte concluir que el intelecto agente

    opera directamente sobre el intelecto material conrindole la facultad de pensar.Como hemos visto arriba, el hombre adquiere la facultad de pensar slo a partirde la facultad sensitiva, ejercitndose y empendose. En efecto, en las lneas quesiguen inmediatamente, en vez de explicar en los particulares cmo el intelectoagente causa el hbito del intelecto material, Alejandro enuncia un principio generalde la causalidad. Leamos ante todo el texto 88.24-89.11:

    ste (scil. el intelecto agente) ser la forma en sentido propio y mximamenteinteligible, y tal es la que est separada de la materia. En efecto, en todos los casos loque posee en mximo grado y en sentido propio una cierta propiedad es tambin causapara las dems cosas de que ellas posean tales propiedades. Lo que es mximamente

    visible (y tal es la luz) es causa de que sean visibles los dems objetos visibles; perotambin lo que es mximamente y en sentido primero bien es tambin causa para losdems bienes de que sean tales: en efecto, los dems bienes se juzgan en razn de sucontribucin a ste. Por tanto, es razonable que tambin lo que es mximamente y porsu propia naturaleza inteligible sea causa de la inteleccin de los dems inteligibles.Pero si hay una naturaleza tal, deber ser el intelecto agente ( ). Enefecto, si no existiese un inteligible por naturaleza, ni siquiera alguna de las demscosas se volvera inteligible, como se ha dicho, ya que en todos los casos en los quehay algo que tiene en sentido propio una propiedad dada y otra cosa que la tiene ensegundo grado, lo que es en segundo grado tiene tal ser de aquello que es en sentidopropio. Adems, si tal intelecto es la causa primera, que es causa y principio del ser

    para todas las dems cosas, ser agente tambin en este sentido, en cuanto l es lacausa del ser para todas las cosas pensadas.

    Esta es una de las pginas ms discutidas del De anima. El ensayo deMoraux41 inaugur una interpretacin ms tarde retomada por Merlan42, segn lacual Alejandro adoptaba aqu un principio de causalidad propio del platonismo,convertido ms tarde en neoplatnico, el cual implicara la nocin de participacin.Al extender adems la comparacin entre el intelecto agente y la luz, que seencontraba en Aristteles hasta incluir en ella el bien (que no aparece en el Deanima), Alejandro habra estado inuenciado por la pgina platnica deResp. VI

    508c ss.

    No han faltado reacciones a tal interpretacin: A. C. Lloyd43 ha hechonotar que el principio de causalidad enunciado por Alejandro ya est presente en

    41 Alexandre lAphrodise, Exgte de la Notique dAristote, Op. cit., pp. 89-92.42 Cf. Merlan, Philip.Monopsychism, Mysticism, Metaconsciousness: Problems of the Soul in the

    Neoaristotelian and Neoplatonic Tradition. The Hague, M. Nijhoff, 1963, p. 39.43 Cf. The Principle that the Cause is greater than its Effect, en: Phronesis Vol. 21, No 2, 1976,

    pp. 149-151.

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    Aristteles44. Sharples45 ha sugerido que Alejandro poda estar inuenciado tambinporLambda 7, 1072a 26-b 1; b 18-9; 10, 1075a 12 ss., donde Aristteles admita laexistencia de un , que en realidad se identicaba con el motor

    inmvil y que, por ende, no era necesario pensar en la Repblica. As, para larelacin bien-bienes, cuya descripcin en el texto (los otros bienes se juzgan enrazn de su contribucin [] con el primero) resultara incongruentecon la participacin, es, en cambio, congruente conEEI 8, 1218b7, donde el bien

    primero representa la causa nal de los dems bienes que contribuyen a l comohan hecho notar Accattino-Donini.46 Pero entonces el principio de causalidadenunciado aqu por Alejandro es demasiado general para ser utilizable en mssentidos: dicho principio se limitara a armar la dependencia de aquello que tienela propiedadx de modo derivado de aquello que tiene la misma propiedad en grado

    sumo o primero.Para proponer una explicacin plausible del sentido en que el intelecto agente

    puede ser causa del hbito del intelecto material se puede partir de la base deltexto referido, donde se lee que si tal intelecto es la causa primera, que es causa y

    principio del ser para todas las dems cosas, ser agente tambin en este sentido, encuanto l es la causa del ser para todas las cosas pensadas. Desarrollando puntosque ya estaban presentes en Moraux47 y Sharples48, Donini y yo hemos adelantadola hiptesis de que Alejandro tambin recurre en este caso a la clebre doctrina de

    De generatione et corruptione II 10 para hacer depender de la regularidad de los

    movimientos de los cuerpos celestes, y particularmente del sol, la continuidad delos procesos de generacin y corrupcin, y la permanencia de las formas () enel mundo sublunar49. La causa primera del movimiento de los astros, el intelectodivino, es, por tanto, la causa primera de la eternidad de las formas ligadas a lamateria. Si esta interpretacin es plausible, es entonces en un sentido muy remoto,aunque siempre primero, que el intelecto agente es la causa del hbito del intelectomaterial. l es la causa primera de la permanencia de las formas y, por ende, de lainteligibilidad de los seres que, en razn de su estructura compuesta de materia yforma, podrn ser objeto de pensamiento por parte del hombre que aprehende la

    forma abstrayndola de la materia50

    .44 Cf.Metaph. a 1, 993b 24-26 yAn.Post. I 2, 72a 29-30.45 Cf. Alexander of Aphrodisias: Scolasticism and Innovation, en: Temporini, I. e Haase, W.

    Aufstieg und Niedergang der rmischen WeltII 36,2, Op. cit., p. 1206, n. 97.46 Accattino, P., Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia.Accattino, P., Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia.Accattino, P., Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia.Alessandro di Afrodisia.Lanima., Op. cit., p. 291.47 Alexandre lAphrodise, Exgte de la Notique dAristote, Op. cit.48 Alexander of Aphrodisias: Scolasticism and InnovationAlexander of Aphrodisias: Scolasticism and InnovationAlexander of Aphrodisias: Scolasticism and InnovationAlexander of Aphrodisias: Scolasticism and Innovation, Op. cit.49 Cf. Quaest. I 25, 41.4-19; II 19, 63.22-28; III 5, 89.20-22.50 Cf. Accattino, P., Donini, P. L. Alessandro di Afrodisia.Lanima, Op. cit., pp. 292-293.

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    Regresemos ahora rpidamente al ltimo aspecto de la notica alejandrinay veamos sus declaraciones a propsito del . Varias veces en su

    De anima51 Alejandro arma que nuestro , y sa es nuestra facultad

    de pensar plenamente desarrollada (lo cual excluye automticamente que el tenga el papel de formar el hbito, como suceda, en cambio, en elDe intellectu, y que constituye adems el primer pensamiento), cuando llega apensar en acto la forma inmaterial que es inteligible por su propia naturaleza y esun intelecto siempre en acto, entonces por todo el tiempo en que piensa en actoeste intelecto, se identica con l. La razn es siempre la misma: nuestro intelectoen acto no es otra cosa, sino el propio objeto. Por tanto, cuando su objeto es aquelintelecto incorruptible que es el dios aristotlico, entonces llega a ser l mismoaquel intelecto incorruptible. Pero se trata, por supuesto, de una incorruptibilidad

    transitoria que solamente dura el tiempo en que dura en acto el pensamiento de talobjeto: Este intelecto dice Alejandro 90.19-20 es el que en nosotros viene delexterior y es incorruptible, pero su incorruptibilidad Alejandro tiene cuidado de

    precisarlo no toca la facultad intelectiva humana que, en cuanto facultad de unalma inseparable del cuerpo, perece con el cuerpo52. Concluyendo su exposicinde la teora de la facultad intelectiva, Alejandro subraya que la posibilidad dealcanzar una suerte de inmortalidad y de divinidad es un objetivo al cual el lsofoaristotlico debe apuntar en su vida: los que se cuidan de tener en s algo divino

    escribe en 91.5-6 debern tener cuidado de llegar a pensar algo de tal tipo.Nuestra alma muere cuando se separa del cuerpo, pero mientras est unida alcuerpo su facultad intelectiva formada (y, por tanto, quien ha estudiado y se haempeado sustancialmente el lsofo aristotlico) puede esforzarse por alcanzarmomentos de inmortalidad pensando en dios. Es superuo subrayar la distanciade tales expresiones de las opiniones ingenuas delDe intellectu. Es por eso que,contra la opinin de Bazn 53, pienso que elDe anima nos ofrece la versin msmadura de la notica alejandrina54.

    51 Cf. 88.5-11; 89.21- 91.6.52 Cf. 90.14-16; 91.2-4.53 Cf. Bazn, B. C. Lauthenticit du de intellectu attribu Alexandre dAphrodise, en:

    Revue Philosophique de Louvain Vol. 71, 1973, pp. 468-487.54 As se expresa tambin Moraux (Cf. Der Aristotelismus bei den Griechen von Andronikos

    bis Alexander von Aphrodisias, Op. cit., pp. 392-393). Este ensayo es la versin revisada de laleccin dictada en la semana de formacin organizada en Pisa (11-13 de Febrero de 2008) por elCentro di studi GRAL (Greco Arabo Latino) Incontri di culture suIlDe anima di Aristotele:esegesi greche, arabe e latine. Agradezco aqu a Cristina DAncona, Gianfranco Fioravanti y atodos los que intervinieron en la discusin. Agradezco a Marcelo Boeri por haber acogido estapublicacin y por haber cuidado la traduccin espaola.

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