Post on 23-Mar-2016
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Caridad Plaza
Marcio Veloz Maggiolo / Carlos Dore Cabral Mano a IIlano Fotos : Erika Santelices
Global inaugura una
sección fija de en
trevistas con un
"Illano a Illano" que realizó
en Santo DOIllingo la revista
española Quórum entre el
escritor Marcio Veloz Mag
giolo y el sociólogo y director
de Global, Carlos Dore Ca
bral. La conversación, que
tuvo lugar en la biblioteca
de Funglode, aborda teIllas
COIllO la diIllensión cultural
de la República DOIllinicana;
el aislaIlliento, por un lado,
y la hibridación, por otro; la
cuestión haitiana; la influen
cia de Estados Unidos y un
fenóIlleno IllUy peculiar: la
condición de intelectuales de
algunos de sus dirigentes .
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Marcio Veloz Maggiolo.- En
América Latina no es exLra ño en
contrar intelectua les dedicados a
la política. En Venezuela, Rómulo
G a llegos, un impona nte novelis
ta, fu e presidente de la R epública
y hay toda un a tradi ción de inte
lectuales que (orma ron pa rLe del
cuerpo diplom á lico. C reo yo que
se debe a que en sociedades semi ana lfilbelas el intelec tua l tenía un a
gran dimensión . Era una esp ecie
de represen la nte de la conciencia
popular y había un a predisposi
ción a u tili zarlo. Por ej emplo, en
la R epública D ominicana, NI a
nuel de J esús G a lván, el aulor de
EnT'iquiLLo, eue ministro de Asuntos
Exteriores, y Tulio M anuel Ceste
ro, a ulor de la excelente novela La sangre y nuestro primer a uLor mo-
dernista en la prosa, fu e político y
diplomá Li co. La tendencia a que
los intelectuales es luvieran cerca
del poder h a sido muy importan le
en nueslro país.
Carlos Dore Cabral.- y h a
bl a ndo del caso específi co de
Jua n Bosch y Joaquín Balaguer,
cu a ndo empezaron a form arse
como políli cos, la intelectualidad
jugaba un papel muy signi(i caLi vo
en toda la \·ida n acional. Era un
mome nlo en qu e el posili vismo
fi 10sóf1co tenía una gran fuerza
y h abía arra igado su iclea de que
Am érica La Lin a - y, por supues to ,
la R epública Dominicana- LenÍ a
que ser ordenada como sociedad,
a ún fu ese por un a m a no fu erle
que conclLu era a la .:\!ación. Esa
postura, la de Spencer y Com
te, de alguna manera instaba al intelectual a participar en la po
lítica. El impulso de esa postura
es evidente, sobre todo en el caso
de Bosch, pues en sus obras y en
sus actuaciones públicas aparece
muy clara una especie de guerra, de pleito, entre su vocación de intelectual y su vocación política. Bosch se formó primero como intelectual, como literato, como cuentista, y llegó a ser muy importante en los años treinta, antes de salir del país . Durante la
dictadura de Trujillo comenzó a
jugar un papel político abierto y, paradójicamente, cuando decidió
volver e integrarse definitivamen
te dejó de ser literato. M. V. M.- En efecto. Escribió
un último cuento, que le pidió el pianista y escritor Manuel Rueda,
y no volvió a la literatura. Pero Bosch fue un político y un inte
lectual muy diferente a Balaguer,
que a los 16 años ya estaba en las barricadas y fue uno de los perso
najes básicos de la primera campaña de Trujillo. Era un orador al
estilo de Castelar: ampuloso, con mucho conocimiento de la cultura hispánica - era un gran hispanista
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y tiene un libro muy importante
sobre la métrica castellana- o Por
otra parte, Bosch fue un autodi
dacto y desde joven un maestro del cuento; su vocación política
se desarrolla mucho más tarde. García Márquez lo ha reconocido como su maestro en el cuento y lo ha considerado a la altura de Horacio Quiroga y de los grandes cuentistas de América.
Caridad Plaza.- ¿Qué apor
taron uno y otro a la cultura
dOlninicana?
M. V. M.- La obra de Bosch es más densa, más coherente. Bala
guer es un escritor con muchas
fallas. Es un poeta execrable, con
perdón de la palabra, y no fue un literato aceptable. Fue un biógra
fo, un conocedor de la crónica, de la literatura clásica. Se metió en la
antropología, aunque con pocos aciertos. Es un escritor con una
visión atrasada de la cultura, de
derechas, en la mayoría de los ca
sos racista. Mientras que Bosch es un hombre de avanzada, primero
de izquierda moderada y luego,
tras el golpe de estado que lo de
rrocara, de posiciones más radicales. Yo creo que, además, Bosch es
un ideólogo, un hombre que creó el primer texto sobre las clases dominicanas, en el que refleja cómo era la sociedad. Pero también escribió El Pentagonismo, Jase superior del imperialismo, que es un libro contra la intervención norteame
ricana. Es un teórico que escribió
sobre Bolívar y la guerra venezo
lana. Bosch, para mí, es cultural
mente y sin altibajos una figura
relevante, y Balaguer no lo es.
C. D. C.- Para establecer esa
diferencia entre Bosch y Balaguer,
diríamos que Balaguer se empina sobre la política, se sirve de ella,
para hacer que su obra literaria
se conozca y se reconozca, mIen
tras que Bosch se empina sobre
su obra literaria, conocida y reconocida internacionalmente y
prácticamente terminada cuando vuelve al país, para dar fuerza a su labor política; la que inició pos
teriormente estuvo dedicada a la sociología y a la historia. Cuando uno lee algunos de sus cuentos, sobre el campesinado o sobre la
condición de la mujer, se queda
asombrado. En un país con una
sociedad completamente pre-moderna, esos cuentos pueden com
pararse con los de los mejores
escritores.
C. P.- Se puede afirlIlar que
uno era sólo un erudito y el
otro, adelIlás, era un genio.
M. V. M.- Se puede hacer esa
interpretación porque Bosch, además de un genio, era un hombre
muy culto, no con una cultura
académica, sino adquirida como
estudioso y porque era un gran lector y un hombre con una visión
clara de la sociedad. Son figuras muy diferentes, aunque tengan cierto paralelismo. La creatividad
es, digamos, un punto clave para diferenciarlos.
C. D. C.- Balaguer era un
erudito, sin duda, pero las cosas que hizo al final niegan su condi
ción de tal. Por ejemplo, hizo un
trabajo que tituló la Isla al revés y
que trata de las relaciones domi
nico-haitianas, que es una reedi
ció n del que había escrito en los
años cuarenta llamado La realidad
dominicana; y no se tomó siquiera la molestia de actualizar la biblio-
grafía. Es un libro reescrito en la década de los años ochenta con
una bibliografía de finales del siglo XIX.
M. V. M.- No se puso al día y tiene un libro que se llama La raza
inglesa, que es un disparate. No hay raza inglesa, las razas no tie
nen nacionalidad. Y cuando habla de los haitianos, de los negros, ha
bla de razas inferiores y superiores
y dice que el pueblo de Baní, que fue fundado por canarios blancos,
es al que hay que imitar porque allí está la flor de la racialidad.
Cuando pones en una balanza la obra de Balaguer te das cuenta
de que hay mucho desperdicio,
basura. Bosch, sin embargo, es un escritor moderno, al día, que
piensa y analiza los problemas cotidianos.
C. D. C.- Bosch estuvo muy influenciado por Eugenio María
de Hostos, un escritor puertorriqueño que vivió mucho tiempo en
la República Dominicana y que fue el que difundió el positivismo en nuestro país. Fue alumno de
profesores que habían sido educados por Hostos y, cuando salió
del país, dirigió una edición de
la obra de este escritor en Cuba.
Bosch siempre decía que Hostos
había jugado un papel cultural de tal envergadura en la República
Dominicana que había sido como llevar un Buick moderno a un
país donde todavía se trasladaban en burros y caballos. Hostos llegó
a una sociedad premoderna con un pensamiento moderno y así
mismo cuando Juan Bosch volvió del exilió a inicios de la década de
1960, jugó un papel semejante al
que había jugado Hostos. Trajo un
pensamiento nuevo a una socie-
dad muy atrasada en todo sentido;
uno de sus aportes principales fue aplicar las ciencias sociales de la
época al análisis de las cuestiones
políticas de entonces, así ayudó
a que los dominicanos y domini
canas dejaran de ver la situación
política de entonces a través del
estrecho prisma de trujillistas (se
guidores del dictador Rafael L. Trujillo) y antitrujillistas (quienes se oponían al tipo de régimen que Trujillo mantuvo en el país por más de treinta años) y pasaran a verla a través de las estructuras sociales sobre las cuales estaba montada la sociedad de entonces.
Fue el primero que habló de cla
ses sociales, utilizando términos muy sencillos y muy entendibles
para los dominicanos: llamó hijos
de Machepa a los pobres y tutum
potes a los ricos, yeso hizo comprender a muchos jóvenes, entre
los que nos encontrábamos, que lo que se debatía en el país no era si
eras trujillista o no, sino quién poseía la riqueza y quienes no tenían nada.
M. V. M.- Bosch se convirtió
en un maestro de escuela y nosotros encendíamos la radio - estoy hablando del año 61- para oírle
y aprender tras 30 años de oscurantismo. Hablaba en términos
simples, sabiendo que se dirigía a
analfabetos , a campesinos que de
bían entenderle. No hablaba como
un teórico y ese fue su éxito. Como
dice Carlos, utilizaba el término
hijo de Machepa, porque una ma
chepa aquí es una persona a la que nadie conoce. Y el vocablo tutum
pote lo usan los dominicanos para
definir a alguien que tiene mucho
poder, que tiene dinero. Viene del
latín viejo y se quedó entre el pue-
blo. La literatura de Bosch tam
bién es así y en su novela La mañosa
utiliza ese mismo vocabulario, una prosa un poco costumbrista,
que hace que la gente aprenda y lo interiorice.
C. D. C.- Bosch cambió la
tónica y con ella el auditorio. Los políticos ampulosos, al uso, se dirigían a un auditorio muy re
ducido, a personas educadas que podían entenderles. Él, sin embargo, se dirigió a todo el pueblo y su gran aporte fue el de un educador
popular. Cuando los extranjeros preguntan por qué a los domini
canos les gusta tanto la política y
hablan tanto de política, yo creo
que la respuesta hay que encon
trarla enJuan Bosch y en su labor
de educación política popular.
M. V. M.- Yeso es positivo.
El que está interesado en la polí
tica está interesado en sí mismo
y en los demás. En este país hay unas confrontaciones terribles y es
natural y ¡ojalá! continúe así por
que si nos callamos la boca, volve
mos al pasado. C. D. C.- Esto ha sido muy
importante para el mantenimiento de la democracia en la Repú-
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blica Dominicana. El hecho de
que los dominicanos siempre estén dispuestos a defender sus puntos
de vista es, en parte, el ejemplo de Bosch, una herencia boschiana,
que se propuso conscientemente que fuera así.
c. P.- ¿Hay una manera de
ser caribeño y, por tanto, una cultura caribeña?
M. V. M.- Es una pregunta difícil. El Caribe es una conformación colonial: España, África, los
grupos indígenas -que estaban hibridados ya desde hacía 4,000 años antes de Cristo- , los dane
ses, los franceses , los holandeses, los españoles, todos marcaron
el Caribe con la presencia de un
fenómeno que fue el de la escla
vitud. Nosotros somos mestizos.
D ecía un poeta que todos tenemos
el negro detrás de la oreja y no es
verdad, tenemos el blanco detrás
de la oreja, o tenemos algún color
de piel parecido al blanco, porque
España era igualmente mestiza, no totalmente blanca. Somos una
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sociedad mestiza conformada por muchos valores: los valores de la
presión colonial, que se impusieron, y los valores de la defensa,
la pervivencia de unos valores lo
cales, la respuesta de la gente. Yo creo que las migraciones fueron
el factor fundamental de lo que
llamamos el Caribe, en donde se
habla inglés, francés, español y varias lenguas criollas, y en don
de la unidad viene dada por la
historia, más que por la cultura. Tenemos cosas en común, pero
el hombre caribeño de las costas
colombianas es diferente al deJamaica o al de Cuadalupe. Incluso pueblos con historia parecida, como Jamaica y Trinidad Tobago, tienen grandes diferencias. Yo creo que lo que caracteriza al Ca
ribe es el gran mestizaje y, desde luego, la hibridación. El coloniaje
nos definió históricamente, pero
la diversidad es un elemento que
no podemos desechar.
C. D. C.- Eso se puede enten
der mejor diferenciándolo del en
torno en el que nos encontramos
y al cual estamos geopolíticamente
adheridos, que es América Lati
na. El Caribe es una conforma
ción que se diferencia de América
Latina porque el colonialismo no se dio de igual manera. Práctica
mente en todas las islas los aborí
genes desaparecieron y no fueron
una parte importante de la cultura del área del Caribe ni de su historia. Sin embargo, en otros lugares
de América Latina la situación es diferente. Los aborígenes son una
parte central y los negros, los es
clavos, no jugaron un papel clave.
C. P.- ¿Son diferentes los
países latinoamericanos que
tiene un fuerte componente indio de aquellos que lo tie
nennegro?
M. V. M.- Sí, y lo son también
sus manifestaciones musicales. En el Caribe lo fundamental es el
tambor, el ritmo, la percusión, y
eso es africano. y la hibridación.
¿Qué es el bolero o el merengue? Un híbrido en el que entra
el tambor africano, la güira, el
acordeón, que es alemán, y antes
la guitarra española. Esa mezcla se da en la zona costera. E n
la zona andina todavía se bailan ritmos muy indígenas, donde no
hay movimiento de cintura. E l llamado "bacunao", que es total
mente africano. El ritmo africano
está en la cintura, en las nalgas
de la mujer, y ese es el mundo
antillano, caribeño, el de la cos
ta colombiana desde la Cuyana
hasta Belice, y el de Brasil.
C. D. C.- Lo fundamental es
la variedad de las dos proceden
cias básicas, que son Europa y
África, y la transformación que
se produce al unirse. Pero, ade-
más, en el curso de la historia hay
otra influencia importante, la de
Estados Unidos que, por la proximidad, ha entrado con mucha
violencia y ha ido imponiendo sus
modelos y sus valores. El Caribe es una zona abierta, muy expues
ta y nuestras migraciones son mayoritariamente hacia Estados Unidos.
M. V. M.- La guerra hispanoamericana fue un factor
importante en el dominio norteamericano. En Cuba no duró tan-
no con formas personali zadas y
tradicionales. C. D. C.- H ay que entender la
nacionalidad de forma moderna,
no tradicional, y ampliar la con
cepción de lo que es ser domini
cano para que no sea sólo el que
habla español y ni siquiera el que vive en nuestros límites territo
riales. Es también dominicano el
de la diáspora yeso conformaría una nacionalidad , a mi modo de ver, no más débil, sino más fuerte, más amplia, con mayores re-
Nosotros SOItlOS Itlestizos, teneltlos el blanco detrás de la oreja o algún color de piel parecido al blanco.
to, pero se quedó en Puerto Rico, y en Filipinas ni siquiera se habla
ya el tagalo, ni el español, que fue lengua colonial, sino el inglés. H a
sido un golpe muy fuerte , sobre todo para el idioma, y ahora es
mucho más por la presencia de Internet y de los 200 ó 300 canales de televisión. y nosotros es tamos
incapacitados para bloquear esa
fuerte influencia porque es muy difícil contrarrestar la globalizaci
ón. En mi opinión, la única mane
ra de enfrentar este fenómeno es
incrementando los factores de la nacionalidad, de identidad, pero
con una política transformadora y no sólo con el tradicional uso
del espectáculo y el carnavalismo. Para la cultura se necesita un ca
pital humano de nuevo cuño. Y
eso tiene que ser un proyecto con
estudios sociológicos de fondo , y
cursos, con más posibilidades. En
Estados Unidos hay dominicanos
que forman parte de gobiernos locales y siguen siendo dominicanos. Nuestra sociedad es una sociedad transnacional, que existe más allá de nuestras fronteras.
M. V. M.- Es necesario fo mentar la identidad dominicana
en Estados Unidos, por razones políticas y culturales, pero tam
bién económicas, por la importan
cia de las remesas en la economía
dominicana. Si se pierde la identi
dad, si no se consigue que el nieto
mantenga una sensibilidad domi
nicana, las remesas se disolverán.
Por eso, entre otros puntos que
pueden parecer interesados, hay que crear un ámbito-de recupera
ción de lo dominicano. En Nueva
York, por ejemplo, la gente come
mondongo, yuca sancochada, se
oye merengue en las calles. La
identidad dominicana es fuerte. El dominicano transformó Manhattan.
C. D. C.- Los dominicanos
son el grupo de emigrantes más importante de Nueva York y de
Nueva J ersey. H ay un millón de
dominicanos y, además, están
concentrados en un barrio de
Manhattan, el Washington H eig
hts, que fue un barrio judío y en el que hoy los dominicanos son más del 70 por ciento. Las remesas son ,
dependiendo de los años, el primero, el segundo o el tercer recurso de divisas de la República Dominicana. Nunca han dejado de es
tar entre los tres primeros . D e ahí
la importancia de la identidad. En la medid a en que esa identidad se
refuerce y pueda trasmitirse a los
descendientes seguirá existiendo
ese elemento tan importante para la economía dominicana.
C. P. ¿Hay una literatura caribeña?
M. V. M.- Tal vez sí, pero se re
fl eja de diferentes formas. H ay autores, como Patrick Chamoiseau o
R afael Confiant, que creen en la creo lité, en la criollidad , y plantean
la necesidad de una lengua criolla.
H ay otros como V. S. Naipaul que
parece renegar un poco de su ori
gen trinitario (Trinidad-Tobago);
son dos altas figuras, y la última,
el autor de Omeras, D erek Walcott, es tan inglés como caribeño, y son
ambos modelos de la lengua inglesa y no de la lengua criolla. El
primero tiene ancestros hindúes, el otro africanos. Nosotros no
tenemos lenguas créole. Estamos directamente ligados a España.
Pero hay una manera de deci~ y
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entender las cosas que tal vez sea
caribeña. Dice Carcía Márquez
en El general y su laberinto que el
Caribe es "el centro de gravedad de lo increíble".
c. P.- Y, volviendo a la diás
pora. ¿Hay alguna diferencia entre los dOIllinicanos que escriben en Estados Unidos y los que escriben aquí? M. V. M.- Son dominicanos los que escriben aquí, en español, y los que escriben en Estados Unidos,
que pueden hacerlo en inglés o en
español. La lengua ha sido tradicionalmente uno de los elementos
de unificación de una nación, pero,
en este caso, se ha producido el fenómeno del dominicano que escribe en inglés. y quizá haya también
alguna diferencia, en cuanto a los
temas. Julia Álvarez o José Acosta -que acaba de ganar aquí el premio de cuentos- hablan, sobre
todo, de la vida de los dominicanos
en los callejones de las ciudades de Estados Unidos. Pero siguen la tra
dición del cuento, que aquí, en la República Dominicana, es mayor
que la de la novela. C. D. C.- y fue precisamen
te Marcio Veloz Maggiolo uno de los que rompió con esa tradición.
Tú eres uno de nuestros mejores novelistas y de los primeros que
decidiste hacer novela, siendo to
davía un muchacho.
M. V. M.- Yo escribo novelas desde principios de los sesenta
y hay algunos elementos que in
fluyeron en ello. Primero porque me gustaba hacer algo novedoso,
desde el punto de vista de la creatividad. La literatura dominicana,
que yo estudié, era una literatura anecdótica porque en el país había
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temor a abordar temas universales.
En el año 1960, tal vez porque ha
bía leído mucha novela bíblica - mi
madre era evangélica y mi padre librepensador- se me ocurrió escri
bir un relato largo, que salió novela, titulado El buen ladrón. Comencé a trabajar y se me transformó en novela. y entonces pensé que podía seguir haciéndolo. Yo tenía vocación de escritor e intenté romper con las viejas tradiciones de la no
vela dominicana, con el realismo, y hacer experimentación. Escribí Los
ángeles de hueso, cuyo protagonista es
un personaje alucinado que habla de un hermano guerrillero muerto
en las montañas.
C. P.- ¿Cuál es su novela IIlás
querida? M. V. M.- Uno siempre cree que
la última es la mejor. Me gusta mucho Materia prima, y también
La mosca soldado, que acaba de salir con Siruela en España.
C. P.- ¿Por qué IIloIllento
pasa la literatura dOIllinica
na?
M. V. M.- Me parece que marcha muy bien. Hay muchas publi
caciones, muchas traducciones.
Tenemos un cuentista, José Alcántara Almánzar, que me parece magnífico. Los novelistas Andrés L. Mateo, Carlos Esteban Davis y Efraín Castillo son excelentes, lo mismo que Pedro Peix y Ángela Hernández.
C. D. C.- Y, además, cosa iné
dita hasta hace poco, hay varios
escritores dominicanos que están
siendo publicados por editoras in
ternacionales. M. V. M.- Alfaguara edita
aquí pero sólo publica el libro en
el país, y si la novela tiene una
gran dimensión la distribuye en
todos los países de lengua caste
llana. Yo creo que eso no es bueno
porque parece que es como una prueba. Si un libro es bueno para
su publicación, es bueno aquí y
allá. Yo nunca acepté eso. Cuan
do pude publicar fuera lo hice con Siruela, que es un editorial que no tiene empresas locales. Pero
las editoriales son un negocio y, además, los hispanohablantes no tenemos la tradición de los an
glosajones, a los que lo único que
les interesa es la lengua en la que se escribe. Tienen escritores a los
que promocionan internacionalmente, isleños, hindúes, de cual
quier sitio, porque tienen la visión
de la lengua más que del país de origen. Los hispanos tenemos una
visión segmentada, fronteriza. A mí me dijo una vez Carlos Fuen
tes que en Chile había entre siete
y diez novelistas, de gran fuerza,
y que sabía que no todos saldrían de Chile. Eso pasa en cada uno
de los países latinos. Los escrito
res escriben para su país y para su cultura, no escriben pensando en
los españoles, pero eso no significa que su literatura sea local. Si
es buena literatura, es universal. ¿Qué hay más local que Balzac,
que se pasó la vida escribiendo sobre el mismo barrio? Es un pro
blema de mentalidad y de nego
cio. y yo creo que España no lo
está haciendo muy bien.
C. D. C.- Hubo un momen
to en que sí hubo una literatura
latinoamericana, en la época del
boom, un proyecto de Carlos Barral, que funcionó y que demos
tró que había gente escribiendo
bien, pero eso se acabó. Además,
nosotros somos una isla e, inclu
so, el boom no incluyó a ningún escritor dominicano. No se en
tiende, porque hay personas muy
buenas. Cuando uno lee libros aparentemente importantes, muy ponderados, y ha leído a autores
dominicanos, piensa que no hay
diferencia, y que si hay, a veces es a favor del dominicano.
vecll1as. Son dos naClOnes que
se conformaron en una pequeña isla, con una constitución cultu
ral muy diferente - debido a lo
que hablábamos cuando nos referíamos al Caribe- , a que fuimos
colonizados por dos potencias
extranj eras diferentes, con dos
lenguas distintas y en Haití se ge
neró una religión muy propia, el
Cuando uno lee libros aparenteD1.ente iD1.portantes, y ha leído a autores dOD1.inicanos, piensa que no hay diferencia, y que si la hay, a veces es a favor del dOD1.inicano.
M. v. M.- Sin embargo, el
escritor antillano de lengua francesa ha tenido siempre una gran
oportunidad en Francia. Todos
los antillanos que escriben buena literatura han sido publicados en
las grandes editoriales francesas.
c. P.- En una isla tan pe
queña, ¿CÓIllO conviven dos
cOIllunidades tan distintas,
con diferente lengua, con di
ferente nivel de desarrollo,
con diferente religión?
C. D. C.- El problema haitiano
es uno de los grandes temas del
país, una de nuestras situaciones problemáticas, por no deci r
traumáticas . Signa toda nuestra historia, a partir de la división
de la isla, y genera una relación
muy conflictiva, mucho más
conflictiva que aquellas de la generalidad de las comunidades
vudú, mientras que la Republica
Dominicana, en sentido general, adoptó el catolicismo. Es distinta
la percepción que tenemos sobre
nuestras respectivas etnias. Pero, además, tenemos una historia común muy conflictiva. La R epública Dominicana es el único país de América Latina que adquirió su independencia, no
de una potencia metropolitana, de España, sino de una antigua
colonia que había padecido la
misma situación que él, Haití. Y,
hoy en día, somos un país más
próspero, desde el punto de vista
económico, social, político. H aití
es el país más pobre de América
Latina y compite por ser uno de
los más pobres del mundo. Todos
esos factores explican la comple
jidad del proceso migratorio do
minico-haitiano y las múltiples tensiones nacionales, insulares
e internacionales que se produ
cen a su alrededor. Además, en la República Dominicana hay
una ideología antihaitiana muy
fuerte (yen Haití una de igual
fortaleza antidominicana), que se
originó alrededor de esos hechos
históricos que mencioné. Aquí
ha habido otras migraciones: la árabe, la cocola -negros del Ca
ribe del este- que, en sus inicios,
fueron problemáticas p ero que, finalmente, encontraron vías de integración. Pero esa historia común conflictiva, con matanzas en ambos lados de la isla, h ace la integración haitiana muy difícil , y hasta la regularización de esa
presencia. Es que Haití nos envía
una mano de obra muy barata, ilimitada, sumisa y poco cuali
fi cada, que no goza de ninguna
protección, que en la forma que existe hoy - llena de ilegales- es
más rentable para quienes la usan y para todo el país, que regularizándola. Con esto que acabo de decir corro el riesgo de ser acu
sado de antipatriótico ... y ese tipo de acusaciones también dificulta la búsqueda de una solución,
pues dificulta o imposibilita el debate sobre el tema.
M. V. M.- Se maneja políti
camente. Hay partidos que lo uti
lizan, como lo utilizó Trujillo en
su día. Cuando yo estudié en la
escuela secundaria, los haitianos
eran negros, pero, además, eran seres atrasados y primitivos. Esa
era la idea. Y en la universidad,
algún profesor de Derecho nos decía que había que tirarlos al mar.
Caridad Plaza es directora de Co
municación de la Fundación General
de la Universidad de Alcalá.
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