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NÚMERO 14 - EDICIÓN ESPECIAL

STAFFEditora ResponsableVERÓNICA ESPINO

Director PeriodísticoDIEGO LUIS HERNÁNDEZ

Director de Arte / Diseño GráficoALFREDO MAESTRONI

Secretario de RedacciónMARIANO RIBAS

Redactores de esta ediciónGUILLERMO ABRAMSONGABRIEL BENGOCHEA

DIEGO CÓRDOBAALEJANDRO AGOSTINELLI

DIEGO GALPERIN

ColaboradoresSandra Costa, Alberto Russomando,Juan Carlos Forte, Adriana Ruidíaz,

Pablo Iskandar, Andrea Anfossi, Alexia Silva, Carlos Di Nallo,

Leonardo Julio, Enzo de Bernardini,Cristian López, Maximiliano Rocca, Héctor Lépez, Matías Tomasello,

Ignacio Díaz Bobillo, Pablo Fiszelew,Edgardo Sborlini.

CorrectoresWalter Germaná, Natalia Jaoand.

AgradecimientosESO, NASA, ESA.

AdministraciónGraciela Vázquez

ISSN 2422-8095

El 13 de junio de 1967 se llevó a cabo la función inaugural del Planetariode la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei. Un proyecto que comenzócomo una visión un tanto utópica luego de una visita al Planetario deJena en Alemania, se transformó luego de varios años en una realidad,convirtiéndose no sólo en un ícono de la Ciudad sino también en unainagotable fuente de conocimientos científicos y astronómicos.El Planetario Galileo Galilei fue desde su concepción un proyectoinnovador y disruptivo, con un diseño futurista que permitía a grandesy chicos soñar con tener el universo al alcance de las manos. Han trans-currido 50 años desde aquella primera función y hoy el Planetario locelebra con un muy importante aggiornamento para continuar siendoparte de esa visión de futuro que impulsó su creación, donde la divul-gación científica es la estrella que guía nuestro accionar diario.Gracias a las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías, elaño 2017 encuentra al Planetario en pleno proceso de renovación ypuesta en valor, tanto edilicia, como en el Domo y el Museo, lo quefacilitará el acceso a las ciencias en general y la astronomía en parti-cular a las nuevas generaciones.Es un orgullo para mí ser parte de este grupo de trabajo, donde cadauno aportará, sin duda, lo mejor de sí para que el Planetario GalileoGalilei continúe siendo un referente de la innovación y la tecnología.

Verónica EspinoPlanetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei.

Reservados todos los derechos. Está permitida la reproducción,distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, delos contenidos de esta revista, en cualquier forma o modalidad,con la condición de mencionar la fuente. Está prohibida toda re-producción, y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñaso revistas de prensa con fines comerciales, directa o indirecta-mente lucrativos. Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

Revista de divulgación científica del Planetariode la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei

Av. Sarmiento 2601 - C1425FGA - CABATeléfonos: 4772-9265 / 4771-6629

Ministerio de Modernización

Jefe de Gobierno - Horacio Rodríguez LarretaMinistro de Modernización - Andrés FreireS. S. de Ciudad Inteligente - Marcelo FunesDirección Gral. Ciencia y Tec. - Javier Cuello

GO del Planetario - Verónica EspinoCódigo QR

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Historia del Planetario.

El legado de Galileo.

El mito del Multiverso.

Enanas marrones.

Eclipse penumbral de Luna.

60 años en el espacio.

Foto central: eclipse anular de Sol.

Viaje al centro del eclipse.

Libros.

Alienígenas: ¿amigos o enemigos?

¡Santas pareidolias!

La “cara de Marte” no existe.

Actividades.

Astrofotografía.

Grupo Astronómico Osiris.

El cráter de Malvinas.

El cielo que hizo famoso San Juan.

El legadode Galileo

Eclipseanular de

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Actividadesdel Planetario El cielo que

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Un ícono de la ciudad de Buenos Aires

50 AÑOS DELGRAN SIMULADOR

Durante la década del ’60 se produjeron algunos acontecimientos icónicos. Las mi-siones Apolo llevaron por primera vez seres humanos a otro mundo, la Luna, lo queprobablemente represente el hecho más destacado de nuestra historia, junto conel dominio del fuego hace cientos de miles de años. El resto, lo cambiaron cuatrochicos de Liverpool. El mismo año que Los Beatles publicaron Sgt. Pepper’s LonelyHearts Club Band, el disco bisagra en la historia de la cultura popular; que en nues-tro país se editaba La Balsa, de Los Gatos, lo que se considera el inicio del RockNacional; que Racing se convertía en el primer equipo argentino en ser campeónmundial; que en el mundo resonaban más que nunca los ecos negativos de la Gue-rra de Vietnam; y que, como consecuencia, los movimientos pacifistas comenzabana manifestarse; en los bosques de Palermo se inauguraba un edificio con forma deplaneta, o de nave futurista. El Planetario acaba de cumplir 50 años, y en Si Muovequeremos repasar para qué estamos.

HISTORIA DEL PLANETARIO

Primera maqueta del edificio, 1960.

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HISTORIA DEL PLANETARIO

¿QUé ES UN PLANETARIO? SEGúN EL DICCIONARIO,ES UN “instrumentO que reprOduCe el CielOCOn lOs mOvimientOs de lOs planetas”, OUN “edifiCiO dOnde se instala un aparatOque representa lOs mOvimientOs del CielO”.En tiempos de internet, una definición más completa lapodemos encontrar en Wikipedia: “un planetario es unlugar dedicado a la presentación de espectáculos astro-nómicos, en el cual es posible observar recreaciones delcielo nocturno de diversos lugares de la tierra y en di-ferentes momentos del año. normalmente un planetarioconsta de una pantalla de proyección en forma de cú-pula y un proyector móvil capaz de representar las posi-ciones de estrellas y planetas”.Para algunos, es un lugar “mágico”. Nos permitimosdisentir con esa idea, porque algo mágico remite a lo“milagroso”. Nuestro Planetario se hace día a día conesfuerzo e imaginación, nada más alejado de lo sobre-natural. El Planetario es lo que es, con sus defectos y vir-tudes, por quienes lo hacen día a día. Y si eso dejara deocurrir, quedaría en evidencia y no habría varita mágicaque lo vuelva a edificar. Para nosotros y para muchos desus asiduos visitantes, es algo más.Desde sus orígenes, ha habido consenso en que la fi-nalidad del Planetario debía ser la de “una instituciónque la comuna metropolitana destina a la divulgaciónde conocimientos científicos en forma clara, amena ysencilla, de manera que cualquier persona sin una pre-paración previa sobre el tema pueda interpretarlo”(1).También, el Planetario fue ideado para ser, “en unaépoca en la que las condiciones ambientales de lasgrandes ciudades no dejan gozar de la contemplacióndel cielo nocturno”(2), una alternativa para disfrutarlo.De todas maneras, hace mucho ya que desde el Plane-tario promovemos e intentamos incentivar a observartambién el cielo real, incluso, desde la ciudad. El Plane-tario, como un maestro, te va a enseñar; no te puedellevar de la mano por la vida (o por el cielo, en estecaso), pero sí te va a dar las herramientas para poderdesenvolverte por vos mismo frente a la naturaleza.El Planetario es un ícono de la ciudad, pero muy di-ferente en capacidad al Obelisco o a la Plaza deMayo. Sorprende por su estructura y está lleno dehistorias, pero tiene como objetivo que la gente quelo visita se lleve algo más: un concepto científiconuevo, una función astronómica vista desde el arte yla actuación, un anochecer seguido de un cielo estre-llado con música que te haga emocionar tanto comomirar la Luna con un telescopio.Más de 400.000 personas visitan el Planetario cada año,entre escuelas, público y asistentes en general. Entremuchas de las actividades realizadas en estos 50 años,podríamos mencionar algunas: funciones para estudian-tes, desde el nivel inicial hasta secundario, terciario y uni-versitario; funciones para público general, renovadascada temporada, actualizando sus conceptos y destina-das a diferentes públicos; obras de teatro, musicales yrecitales en vivo; cursos, conferencias y clases magistra-les; funciones en inglés y en francés; planetario para per-sonas ciegas, sordas e hipoacúsicas; museo, exposicionesde arte, ciencia y fotografía astronómica; visitas guiadasen el interior del edificio y en la plaza astronómica; ob-servaciones de astros por telescopios y de eventos

como eclipses, conjunciones, tránsitos y cometas; ob-servación solar, charlas astronómicas y observación delcielo real desde la explanada; viajes de observación alcampo, fiestas de telescopios, cafés científicos, plane-tario itinerante; página web, facebook, twitter; activida-des especiales durante las vacaciones de invierno,verano y día del niño; noche internacional de observa-ción de la Luna; astronomía cultural; organización y asis-tencia a congresos y encuentros de ciencia, visitas aotros planetarios y observatorios, charlas en el interiordel país; visitas de astronautas y personalidades de laciencia y la cultura; ferias de ciencias, atención a laprensa y atención al público… y la revista que Ud. tieneen sus manos.Como si esto fuera poco, el parque que rodea al Plane-tario, con sus arboledas, sus aves (casi 200 especies sehan registrado en Palermo) y su lago, es un espacio consu propia historia, y también sirve para todo tipo de es-pectáculos y para que la gente se autoconvoque paracualquier tipo de actividades, desde recreativas y depor-tivas, hasta las más insólitas, como la “guerra de almo-hadas” o los hippies que le cantan a la Luna llena.La mayoría de los planetarios del mundo (hay unos2000) tiene edificios muy particulares, muchos conforma de cúpula que emulan los tradicionales obser-vatorios. Quizás, es por eso que mucha gente quellega al nuestro por primera vez, o quien vuelve des-pués de décadas de haberlo visitado con su escuela,preguntan: ¿cuándo se abre la cúpula? Para algunos,en sus recuerdos infantiles distorsionados por el pasodel tiempo, permaneció la idea de que, estando den-tro, el techo se abrió y se vio el cielo nocturno real enpleno día. Aquí sí puede entenderse lo de la supuesta“magia”. ¿Cómo ocurrió eso? Para entenderlo, seríabueno repasar un poco la historia.

Casi un siglo desde el primer PlanetarioLa historia de los planetarios comenzó en 1912, cuandoel astrónomo alemán Maximilian Wolf, pionero en utilizarla fotografía para el descubrimiento de asteroides, lepropuso a Walther Bauersfeld, un ingeniero empleadopor la Carl Zeiss Optical Works Corporation, la idea deproyectar a través de un sistema mecánico óptico uncielo artificial en el techo de una cúpula, como comple-

El edificio en construcción, 1964.

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HISTORIA DEL PLANETARIO

Planetario Zeiss modelo Mark IV. Sala de espectáculos, 1966.

mento a los observatorios astronómicos. Tras años depruebas, en 1923 se inauguró el primer Planetario en laciudad alemana de Jena, y fue ubicado en el techo deun edificio de la Zeiss. Berlín, Moscú, Milán, Hamburgo,Estocolmo y Nueva York le siguieron con sus planetariosinaugurados en los años siguientes.Durante la década del ’30 y en la medida en la que losplanetarios se hacían famosos en el mundo por la versa-tilidad de sus funciones, varias instituciones argentinas yaficionados a la astronomía comenzaron a advertir acercade la importancia de tener uno en Buenos Aires. Fueronmuchas las iniciativas, privadas y oficiales, que manifes-taron ese interés. El Dr. Bernardo Houssay, a quien se leotorgara el Premio Nobel de medicina en 1947, fue unode los primeros en reclamarlo desde la Asociación Ar-gentina para el Progreso de las Ciencias. En una ediciónde 1932 de la Revista Astronómica de la Asociación Ar-gentina Amigos de la Astronomía (A.A.A.A.) se puedeencontrar un comentario en el que se implora por la ne-cesidad de adquirir un planetario para la ciudad. Esemismo año, la municipalidad porteña formó una comi-sión para estudiar la idea de adquirir un planetario, y unode sus integrantes era el ingeniero Félix Aguilar, uno delos principales impulsores de la astronomía en el país.Pero el proyecto, que incluía la construcción del edificioque albergaría el instrumento, quedó en la nada a pesarde haberse retomado en 1936 y 1938.Para mediados de la década del ’50, Montevideo y SanPablo ya contaban con sus propios planetarios, y en 1958

se instaló uno pequeño en la Escuela Naval Militar de RíoSantiago, provincia de Buenos Aires, fabricado y com-prado en EE.UU., marca spitz a1 (la misma marca que elde Montevideo). Pero no se trataba de una entidad afína las visitas del público, sino que se empleaba para usointerno, especialmente para ayudar en la navegación.En 1956 la revista de la A.A.A.A. se lamentaba una vezmás por la falta de respuestas al respecto, e instaba a lasautoridades a tomar la senda abandonada veinte añosatrás. Finalmente, en 1958 y por una iniciativa y un plandel jurista Aldo Cocca, Secretario de Cultura de la Ciu-dad, se designó una nueva comisión asesora, integradapor miembros de la Sociedad Científica Argentina, elObservatorio de la Facultad de La Plata y la AsociaciónArgentina Amigos de la Astronomía, además de miem-bros del Concejo Deliberante, para estudiar la adquisi-ción de un planetario y su ubicación. La nueva comisióndio como resultado la redacción y aprobación de la or-denanza que creaba el Planetario de la Ciudad de Bue-nos Aires. El proyecto pasó a tener una importanciacultural relevante, y fue incorporado en el rubro de obraspermanentes a realizarse en Buenos Aires para la cele-bración del 150° aniversario de la Revolución de Mayo.El 17 de septiembre de 1959 un Proyecto de Ordenanzapresentado por tres concejales ingresó al Concejo Deli-berante de la Ciudad, en el que se facultaba al Departa-mento Ejecutivo a adquirir un planetario marca Zeiss, adiseñarse en la ciudad alemana de Oberkochen, y aconstruir un edificio que lo albergue en los bosques de

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HISTORIA DEL PLANETARIO

Palermo. Según la idea original, el edificio iba a estar enla Plaza Intendente Francisco Seeber, frente al Monu-mento de los Españoles, entre el Jardín Zoológico y laembajada de Estados Unidos. Cuenta la historia oficialque cuando se comenzaron los trabajos de movimientode tierra, apareció una importante red de cañerías deObras Sanitarias, lo que obligó a cambiar el lugar de em-plazamiento, ya que el proyecto preveía un espejo deagua y una estructura sobreelevada para la sala principal.Pero existe otra versión que dice que la embajada de Es-tados Unidos presionó para que el Planetario no se cons-truya tan cerca de su sede. Así, se trasladó el sitio unos800 metros hacia el lado del río, en su actual ubicación,en Av. Sarmiento y Belisario Roldán, en la plaza quedesde 1972 se denomina Benjamin Gould, en homenajeal astrónomo norteamericano, primer director del Ob-servatorio Nacional de Córdoba (entre 1871 y 1884).El 28 de diciembre de 1960 se aprobó el proyecto, y unaño después, tras sortear largos trámites burocráticosy problemas de costos de materiales debido a las cons-tantes inflaciones que sufría el país, se comenzó final-mente con la construcción del edificio. El proyecto fueconfiado al arquitecto Enrique Jan, que pertenecía a laDirección General de Arquitectura de la Ciudad. Paralos cálculos estructurales, Jan contactó al ingenieroCarlos Laucher, quien había trabajado en el diseñodel edificio Kavanagh y en el túnel subfluvial que uneSanta Fe con Paraná. A pesar de lo arriesgado e inno-vador que resultaban el proyecto y la estructura del edi-ficio, basado en formas esencialmente geométricas y unsimbolismo expresado en sus partes, los constructoresdecidieron llevarlo a cabo como un desafío para demos-trar sus posibilidades. La construcción comenzó en 1962y demandó 5 años. La obra arquitectónica es reconocidainternacionalmente como una tarea única y sus planosfueron requeridos de diferentes países.

Nací en el ’66… o ’67A fines de 1966 el edificio estaba casi terminado, perofaltaban algunos detalles que obligaron a demorar suinauguración oficial. De todos modos, como parte delos festejos por los 150 años de la Declaración de la In-dependencia y a sugerencia de Aldo Cocca, la munici-palidad utilizó el Planetario y lo habilitó provisoriamenteentre el 19 y el 22 de diciembre para una serie de con-ferencias acerca de “los progresos en la exploración cós-mica y sus consecuencias para la humanidad”. El Dr.Cocca fue el presentador oficial. El nuevo Secretario deCultura y Acción Social de la Ciudad, Juan Schettini1, dequien dependía el Planetario, dio el discurso inicial.Abrió los actos Teófilo Tabanera, Presidente de la Comi-sión Nacional de Investigaciones Espaciales (CONAE),y cerró el coloquio el Dr. Bernardo Houssay. Se hicierondemostraciones con el instrumento planetario a cargode Carlos Segers, presidente de la Asociación ArgentinaAmigos de la Astronomía, a quien los técnicos alemanesque montaron el instrumental habían capacitado, y tam-bién participaron docentes del Planetario de Montevi-deo, ya que contaban con una década de experienciaal respecto. La mayoría de las personas que asistie-ron durante esos días al Planetario tuvo la oportunidadde verlo en funcionamiento por primera vez.Los trabajos para completar la obra continuaron una vez

finalizado el simposio. La colocación de pisos y revesti-mientos acústicos especiales fueron realizados bajo lasestrictas normas alemanas por parte de los proveedoresdel proyector Zeiss, y hasta los muebles y el cortinadofueron diseñados especialmente por el arquitecto Jan.En un principio, el precio del proyector representaría lamitad de lo que costaría toda la obra del edificio; aun-que más adelante, debido a la inflación, el edificio ter-minó costando mucho más.El Planetario fue inaugurado dos años antes de la lle-gada del hombre a la Luna, por lo que la información as-tronáutica era de vital importancia en el interés general.Así es que con la llegada del proyector se pidieron tam-bién todas las diapositivas disponibles relacionadas a lanaciente investigación espacial.Carlos Segers había sido el elegido para llevar adelantela institución desde su apertura, pero el 1° de mayo fa-lleció. Antes había capacitado en la utilización del ins-trumento a Antonio Cornejo, jefe del observatorio delInstituto Geográfico Militar y asistente al simposio de di-ciembre, para realizar una presentación de astronomíade posición. Para el 25 de mayo estaba pautado un sim-posio organizado por la Sociedad Argentina de EstudiosGeográficos, y el Secretario de Cultura, Juan Schettini,había reservado la sala del Planetario para realizar unapresentación y mostrar la nueva maravilla porteña.Schettini se contactó con Cornejo para realizar la pre-sentación, ya que era uno de los pocos capacitados paramanejar el planetario. Días después, Schettini le pro-puso también a Cornejo hacerse cargo del Planetariocomo director, puesto que ocupó hasta 2001, cuandofue reemplazado por Leonardo Moledo.

El público aplaudió de pieUna nueva inauguración parcial y, quizás, la más simbó-lica, se produjo la mañana del martes 13 de junio de1967, fecha en la que festejamos el cumpleaños oficialdel Planetario. Ese día se realizó la primera función paraestudiantes, en carácter experimental. Alumnos de la Es-

“El nombre de GalileoGalilei para nuestroPlanetario fue una

sugerencia de laSociedad Italiana

Leonardo Da Vinci. Sematerializó a través delDecreto con fuerza deOrdenanza N° 16.990,

del 8 de octubre de 1963,y no se puede modificar”.

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HISTORIA DEL PLANETARIO

Primer espectáculo 4k full dome, 2011.

cuela de Comercio N° 1 de Banfield y del Colegio de laSanta Unión de los Sagrados Corazones del barrio deFlores, pudieron apreciar el cielo de Buenos Aires y delpolo sur. Al igual que en las presentaciones anteriores,el público debió permanecer de pie porque las butacasaún no habían sido colocadas. “es evidente el interés despertado por este hecho, yaque son numerosísimas las solicitudes presentadas porinstituciones públicas y privadas que desean conocerlas instalaciones del planetario”, expresó la Secretaríade Cultura y Acción Social por medio de una gacetilla.A partir de allí, el Planetario abrió sus puertas para losestudiantes, y recibía visitas tres días a la semana. Laapertura definitiva para el público se llevó a cabo elviernes 5 de abril de 1968, una vez que se finalizó laobra y que fueron instaladas las 360 butacas, prove-nientes de Alemania.

La “hormiga”El planetario Zeiss es un complejo de proyectores de 5metros de altura y 2,5 toneladas de peso, que reprodujoen la cúpula semiesférica el panorama del cielo con 8900estrellas, más los planetas, el Sol, la Luna y algunas ne-bulosas y cúmulos estelares, estrellas fugaces y otros ob-jetos celestes. Permitió mostrar el aspecto del cielo, talcomo se lo puede ver desde cualquier lugar del mundo,a cualquier hora y en cualquier momento del año. Fun-cionó en nuestro Planetario hasta 2010, junto a unos

pocos proyectores de diapositivas, como aquellas de loscumpleaños que vimos quienes tenemos más de 40, másunos proyectores de video multimedia que mostrabanpelículas en la cúpula. La vieja instrumentación, de todosmodos, permitía simular eclipses, nubes, las fases de laLuna, y ver el sistema solar y la Tierra en rotación desdeel espacio. Hasta un satélite surcaba el cielo raudamente. Algo que caracterizó siempre a nuestro Planetario es quelas funciones para estudiantes y algunas para público engeneral, siempre fueron en vivo. Las funciones y las clasesdel Planetario nunca fueron parecidas a una clase escolarde astronomía, ni tampoco a un documental de ciencia.En la década del ’80 se comenzaron a proyectar algunasfunciones grabadas, pero nunca se dejó la interaccióncon el público que sólo permite una función en vivo. Nohay efecto especial que supere el resultado de poderresponder en vivo la pregunta de un chico o un grandeacerca del universo, y de explicar en vivo el cielo que lagente puede observar luego desde su casa.El nuevo milenio llegó con nuevas ideas. Se adquirierontelescopios para ser utilizados con el público en la ex-planada del edificio, y el cielo real comenzó a ser partetambién de nuestras actividades. El Sol, la Luna, los pla-netas, estrellas dobles, cúmulos estelares, eclipses, co-metas, conjunciones y tránsitos pasaron a formar partede nuestra agenda de observaciones. El Planetario tam-bién comenzó a salir de su sede para llevar actividadesy observaciones a diferentes lugares.

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Espectáculo realizado por el equipode producción del Planetario, 2001.

Observación del cometa McNaught, 2007.

En 2006/7 llegó una protección jurídica para el edificio yse declaró como “Bien de Interés Histórico Artístico alPlanetario de la Ciudad de Buenos Aires a través de laLey 26.203” (Boletín Oficial del 17 de enero de 2007)2.En 2011 se reemplazó el viejo y cansado planetario Zeisspor un modelo Megastar japonés, que comenzó a pro-yectar estrellas muchísimo más parecidas a las reales. ElZeiss, ahora una pieza en nuestro museo, era maravillosoe impactante, tanto por lo que producía en la cúpulacomo por su extraña forma, parecido a una hormiga gi-gante. Pero cuando vimos brillar las estrellas del nuevomegastar comprendimos lo lejos que habíamos estadodel cielo real. Además, con el nuevo sistema de proyec-tores digitales full dome se utiliza la cúpula entera comopantalla, lo que logra una única imagen inmersiva, quepermite realizar todo tipo de simulaciones: viajes ysobrevuelos por el sistema solar, salir de la Vía Láctea yver cómo se van desarmando las constelaciones a me-dida que recorremos las distancias estelares, viajes a losconfines del universo y muchas cosas más. Se colocótambién un nuevo y mejor sistema de sonido, butacasmás grandes y cómodas (aunque no vayan a durar 45años como las anteriores), por lo que la capacidad seredujo a 250. La nueva instrumentación sirvió tambiénpara realizar y contratar nuevos espectáculos, y como

apoyo incondicional para nuestras funciones, cursos,conferencias, etc. El sistema 4k de nuestros proyectoresestá siendo reemplazado en estos momentos poruno superior, 8k, como una iniciativa del nuevo entegubernamental del que depende ahora el Planetario,el Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnolo-gía. El Museo también se está renovando para generarnuevos métodos de acceso al conocimiento.Desde los primeros días y a lo largo de su historia, el Pla-netario ha promovido la divulgación científica a travésde métodos no convencionales, para que el conoci-miento trascienda el mundo académico y sea accesiblea todas las personas. Ha formado y entretenido a millo-nes a lo largo de medio siglo, y ha despertado vocacio-nes, pasiones e interés por la astronomía en gente detodas las edades. Procuramos que el público puedaapreciar también el lugar por sí mismo, por lo particulardel edificio y por lo que representa y contiene. Ese lugarque los mismos medios periodísticos, a lo largo de suhistoria, han llamado de diferentes maneras: “teatro es-telar”, “plato volador de hormigón”, “el cielo encerradoen Palermo”, “bicho bolita”, “enorme pelota vecina almonumento a Urquiza”, “cárcel del cielo”, “aula de es-trellas”, “el mensajero de los astros”, “la máquina deltiempo”, “el gran simulador”. n

1 Hermano de Eugenio, intendente de facto de BuenosAires en aquel entonces, bajo la presidencia también defacto de Juan Carlos Onganía (1966-1970). 2 En la Dirección Nacional del Sistema Argentino de In-formación Jurídica (SAIJ) se puede ver la Declaración deBien de Interés Histórico Artístico al Planetario de la Ciu-dad de Buenos Aires.

Archivo: (1) recuerdos de los primeros 30 años. Libro delPlanetario editado en 1997 con el auspicio de la Asocia-ción Amigos del Planetario.(2) el planetario de Buenos aires. Ediciones CPAU/2015,Moderna Buenos Aires. Arquitecta Marta García Falcó,Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo.http://www.cpau.org/media/mp/publicaciones/planeta-rio/index.html#1recuerdo de sus orígenes. profesor antonio Cornejo.Editado en 2015 por el Planetario de Buenos Aires.Archivos de los diarios Clarín, la nación, la prensa y Crónica.revista astronómica de la Asociación Argentina Amigosde la Astronomía, ediciones de 1932, 1956 y 1977.

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El prócer que le da nombre al Planetario

EL LEGADODE GALILEOpor Guillermo abramson, Centro atómico Bariloche, COniCet e instituto [email protected], guillermoabramson.blogspot.com

En noviembre de 1609 Galileo tomó uno de los catalejos que había fabricadopara el Senado de Venecia y lo dirigió al cielo. Lo que vio transformó la cienciade la astronomía y cambió para siempre nuestra percepción del universo y denuestro lugar en él.

Un Galileo joven, retratadopor Domenico Tintoretto

entre 1605 y 1607.

EN MIS RECUERDOS INFANTILES DE NIñONATURALISTA OCUPAN UN LUGAR CENTRAL LAS VISITAS AL PLANETARIO GALILEO GALILEI.El edificio futurista, el enorme meteorito de la entrada,el reloj de Sol con la misteriosa “ecuación de tiempo”,la exhibición circular de maravillas de la exploraciónespacial, y la sala con el magnífico instrumento Zeissen el centro, oscureciéndose gradualmente para reve-lar el cielo nocturno en un anochecer de realidad vir-tual previa a la Era Digital. ¿Quién era Galileo Galilei?Todos los amantes de la ciencia conocemos aunquesea su nombre. Queremos compartir en estas líneas elvalor de su legado en nuestra cultura.Nacido en Pisa y educado en Florencia, Galileo era hijode un acomodado comerciante toscano, amante de lamúsica y el dibujo. Educado desde chico por su padreen estas artes, luego estudió medicina en la Universi-dad. Pero era pendenciero, sarcástico, y desconfiaba delas doctrinas de los antiguos que le enseñaban. Final-mente (hay que imaginar el disgusto de su padre) sededicó a la matemática y se fue a Padua, donde habíauna mejor universidad. Allí pasó Galileo 18 años, losmás felices de su vida, pero siempre soñando con re-gresar a Florencia, la que consideraba su patria. Galileo no fue el inventor del telescopio, y tal vez ni siquiera fue el primero en usarlo para observacionesastronómicas. Sus descubrimientos, sin embargo, cau-saron enorme impacto en su tiempo y resuenan aúndespués de cuatro siglos. ¿Por qué razón recordamosa Galileo, mientras que los nombres de Lipperhey (talvez el primero que fabricó uno), o de Harriot (quizássu observación telescópica de la Luna precedió unosmeses a la de Galileo), son sólo conocidos por los es-pecialistas? La clave está sin duda tanto en la precisióny sistematización de las observaciones de Galileo,como en su capacidad de transmitir, inclusive al granpúblico, sus descubrimientos y sus ideas.

Todo por descubrirHasta 1609 el interés de Galileo en la astronomía habíasido más bien marginal (si bien había mantenido corres-pondencia con Kepler acerca de la controversia geo-centrismo vs. heliocentrismo). Sin embargo, en 1609 loque había sido una afición se convirtió súbitamente en

su principal actividad. Los vidrieros holandeses, fabri-cantes de anteojos desde el siglo XIII, habían inventadoel catalejo, un instrumento que potenciaba tres vecesla visión humana. Galileo se enteró de los catalejos ho-landeses y quedó un poco escéptico sobre su utilidad.Pero cuando el Senado veneciano recibió la oferta deuno, Galileo aprovechó la oportunidad y decidió mejo-rar el instrumento para beneficio propio. Venecia, al notener murallas, dependía para su seguridad de la de-tección temprana de los barcos que se acercasen, paralo cual el catalejo era de gran utilidad.Con el conocimiento y la destreza necesarios para latarea, y el acceso al mejor vidrio veneciano, hizo un

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HISTORIA

instrumento de 8 aumentos. En agosto Galileo subiócon algunos miembros del Senado al Campanile depiazza san marco y demostró exitosamente la utilidaddel instrumento y su potencial beneficio para la ciudadinsular. (“Cannocchiale”, lo llama, literalmente: “ante-ojos en un tubo”). Los senadores quedaron encanta-dos y decidieron encargarle uno. Ni lerdo ni perezoso,Galileo lo regaló a la ciudad de Venecia.El obsequio tuvo la consecuencia buscada: los sena-

dores, agradecidos, le duplicaron el salario y le ofre-cieron un cargo vitalicio en la universidad de Padua.Era una buena oferta, pero Galileo no la aceptó. Porun lado, el aumento sería sólo al terminar su contratovigente, y no habría más aumentos sucesivos. Galileoestaba necesitado de dinero: tenía deudas con sus cu-ñados por las dotes de sus hermanas (el padre habíafallecido y la responsabilidad había recaído sobre él),y su gran casa en Padua no alcanzaba a financiarse al-quilando habitaciones a estudiantes. Por otro lado,estaba decidido a orientar su carrera hacia la inves-tigación, y a reducir el tiempo que dedicaba a la cáte-dra en la universidad. Finalmente, Galileo anhelabaregresar a su patria, Florencia, y no “resignarse a ir devisita en las vacaciones”, como cuenta en una carta.En vista de estas circunstancias, decidió viajar a Flo-rencia a ver si conseguía algo mejor. Mientras el GranDuque de Florencia, su antiguo discípulo Cosme deMedici, consideraba su oferta de convertirse en su“científico oficial”, Galileo regresó a Padua y convirtiósu taller en una fábrica de telescopios, haciendo losque finalmente usaría para observar el cielo.El 30 de noviembre de 1609, cuatro días después dela Luna nueva, dirigió su instrumento de 20 aumentoshacia la Luna. Lo que vio esa noche y en las nochesque siguieron transformó para siempre tanto la cienciade la astronomía como nuestra percepción del uni-verso y de nuestro lugar en él.

El Campanile de Piazza San Marco, en Venecia,desde donde Galileo presentó su telescopio.

“Galileo no fue el inventordel telescopio, pero sus

descubrimientos causaronun enorme impacto en sutiempo por la precisióny sistematización de lasobservaciones, y por su

capacidad de transmitir susdescubrimientos y sus ideas”.

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HISTORIA

¿Qué vio Galileo a través del telescopio? En primerlugar, vio que la Luna era como la Tierra, que teníamontañas, valles y planicies. No había nada “celestial”en ella, nada de una naturaleza distinta a la materia te-rrenal. ¡La Luna era un mundo! También vio que habíainmensamente más estrellas que las que se conocíandesde la Antigüedad. En particular la Vía Láctea, cuyanaturaleza se desconocía, fue revelada como un aglo-merado de estrellas. Por otro lado observó que, si bienlos planetas se veían como pequeños discos (contri-buyendo a la imagen de “otros mundos”), las estrellasse veían como puntos aun a través del telescopio. En

Algunas ilustraciones en acuarela realizadaspor Galileo, publicadas en el “Mensajero

de las estrellas”.

una serie de observaciones memorables en enero de1610 descubrió que el planeta Júpiter tenía cuatro“lunas” girando a su alrededor. Para Galileo, la eviden-cia de que la Tierra era “uno más” entre los planetasempezaba a ser abrumadora.Galileo comprendió inmediatamente la importanciade sus descubrimientos. Rápidamente publicó sus ob-servaciones en un librito titulado sidereus nuncius(“Mensajero de las estrellas”). Las ilustraciones origi-nales, acuarelas pintadas al claroscuro con gran maes-tría por el propio Galileo, se conservan cosidas almanuscrito. Una imagen vale más que mil palabras,

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La vista desde el Campanile en una pintura de 1895. Conel telescopio de Galileo, los venecianos podían detectar

tempranamente los barcos que se acercaban.

HISTORIA

ahora o en el Renacimiento, y estas ilustraciones sinduda contribuyeron al éxito de la obra. En su libro Ga-lileo bautizaba los satélites de Júpiter estrellas mediceas,para halagar a su potencial protector florentino. (Kepler,sin compromisos con la política toscana, sugirió llamarlos“satélites”, del griego satellos, asistente.) Mandó el libroy el telescopio (¡y los satélites!) como regalos a Cosmequien, rendido ante semejante agasajo, lo retribuyónombrando a Galileo Matemático de la Corte.sidereus nuncius se convirtió de inmediato en unbest seller, se vendía como pan caliente, y la fama deGalileo cundía por Europa. El nombre “telescopio”,también tomado del griego, fue inventado por otroastrónomo italiano, Giovanni Demisiani, para desig-nar el nuevo instrumento.Con la protección del Duque, Galileo se mudó a Flo-rencia, donde continuó sus observaciones. Todo estabapor descubrirse en aquellos días, de manera que lasmaravillas empezaron a acumularse en sus cuadernosde trabajo. Observó los anillos de Saturno (que no in-terpretó correctamente). Descubrió que el Sol teníamanchas que cambiaban de tamaño y posición (comopasaba con la Luna, no parecía haber nada de “celes-tial” en él). Cuando observó que Venus tenía fases,como la Luna, comprendió que tenía entre manos el es-paldarazo definitivo al modelo heliocéntrico: no habíamanera de incorporar las fases de Venus en el modelo

ptolemaico heredado de la Antigüedad.Galileo empezó a publicitar el copernicanismo. La-mentablemente el Papa puso a Copérnico en el indexde los libros prohibidos, y Galileo abandonó la astro-nomía, al menos públicamente, por una década. Perosu trabajo continuó en silencio y finalmente publicódiálogo sobre los dos grandes sistemas del mundo.En una época en que el latín era la lengua de la cien-cia, Galileo publicó su obra en italiano, al alcance decualquier persona alfabetizada. A pesar de tener lanecesaria autorización eclesiástica, lo denunciaron ala Iglesia. Como sabemos, Galileo fue procesado, for-zado a retractarse y condenado a arresto domiciliariode por vida. Durante los largos años de su condenasiguió trabajando, por supuesto, escribiendo final-mente los discursos sobre dos nuevas ciencias, cuyomanuscrito fue contrabandeado a Holanda para supublicación. Allí sentaba las bases de la mecánicamoderna, basada en la experimentación y la mate-mática, que vino a derrumbar la física de Aristótelesy a pavimentar el camino para la Revolución Cientí-fica del siglo XVII, que culminaría con la gran síntesisde Newton y sus principia. Una revolución que acabósiendo un punto de quiebre en la historia humana:para bien y para mal, fue el nacimiento de la cienciamoderna y desembocó en la civilización tecnológicaque tenemos hoy. n

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COSMOLOGÍA

Un análisis acerca de lo que significa esta idea

EL MITO DELMULTIVERSOpor dr. Gabriel r. Bengochea, investigador del COniCet, Grupo de teorías Cuánticas relativistas y Gravitación deliafe, instituto de astronomía y física del espacio (COniCet-universidad de Buenos aires). presidente del Caifa*.

La cosmología es una ciencia antiquísima. Como ciencia, trata acerca de cómoson la estructura y la evolución en el tiempo del universo a gran escala. Desdehace unos 100 años, con la formulación de la teoría de la Relatividad General deEinstein, existe la cosmología física moderna. Y es con esta teoría con la quehemos podido construir lo que hoy llamamos el modelo del Big Bang.

SI BUSCAMOS UNA DEFINICIÓN PARA LA PALABRA“universO”, ENCONTRAMOS POR EJEMPLO:COnjuntO de tOdO lO que tiene existenCiafísiCa, en la tierra y fuera de ella. Sin em-bargo, algunas ideas recientes sugieren que tal vezexista ahí afuera algo más, lo que desafía esa defini-ción. No sería uno, sino muchos universos confor-mando algo llamado el multiverso; y cada uno de esosposibles universos, con leyes físicas literalmente di-ferentes a las que conocemos y con las cuales expli-camos todo lo que percibimos. Por ejemplo, seríandistintas las leyes con las que describimos el átomo,el movimiento de los planetas, la electricidad, el mag-netismo y todos los experimentos de laboratorio quese nos vienen a la mente. ¿Podría ser esto posible?Quizás. Pero analicemos un poco más de cerca de quése trata esta idea.Como punto de partida resulta imprescindible des-

tacar que, al día de hoy, no tenemos evidencia ob-servacional que dé sustento de manera indudable ala hipótesis de otros universos. Y puesto que si talesuniversos existiesen no estarían conectados entreellos, una evidencia directa de su presencia sería ex-tremadamente improbable de lograr. Ciertos autoreshan propuesto que algunos efectos podrían ser detec-tados en futuras observaciones, por ejemplo, a travésdel fondo cósmico de microondas1, si nuestro universohubiera colisionado con otro.Pero, cualquier indicio que hoy sugiera tal existencia espura especulación; a la fecha, las menciones empíricasque recurren al Multiverso podemos explicarlas conotros argumentos diferentes y menos especulativos. Dehecho, hay modelos cosmológicos alternativos que sonconsistentes con las observaciones actuales y no con-templan un Multiverso. Aclarado el punto de la no evi-dencia observacional, veamos la parte teórica.

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Lo que suele denominarse a veces “teoría del multi-verso”, resulta que no es tal cosa. No es una teoría enel sentido formal. Más bien son consecuencias que sur-gen a partir de algunas interpretaciones de teorías exis-tentes, y también de teorías que aún se encuentran endesarrollo. Estrictamente hablando, y como se men-cionó arriba, no necesitamos del Multiverso para expli-car algún experimento o hecho observacional. Se tratamás bien de un dolor de cabeza que de una solución.Veamos los enfoques más mencionados en la divulga-ción que hablan de este tema: los muchos mundos deHugh Everett2, el Multiverso inflacionario y el lands-cape (paisaje) de la Teoría de Cuerdas.

Muchos mundos de Hugh EverettEl enfoque de “muchos mundos” de Everett aparececomo una de las tantas interpretaciones existentes dela física Cuántica. La física Cuántica es una de las teo-rías de fondo que abre las puertas a todo este asunto.Dicha teoría describe, a través de ecuaciones mate-máticas, cómo es la evolución en el tiempo del estadode un sistema físico. Nos permite también calcularprobabilidades de obtener ciertos resultados si lleva-mos a cabo un experimento y hacemos alguna medi-ción del sistema en estudio. Por ejemplo, nos dicecómo obtener predicciones para los niveles de ener-gía del átomo, propiedades de las partículas elemen-tales, etc. Es una teoría muy sólida y muy contrastadaexperimentalmente. De hecho, pensamos que des-

cribe la física de todo el universo. Esto significa que lafísica clásica de Newton o Einstein serían muy buenasaproximaciones macroscópicas a leyes cuánticas mi-croscópicas más generales.La cuestión es que, cuando ahondamos en la físicaCuántica, nos encontramos con que podría no estarcompleta tal como la conocemos ahora. Si bien estateoría funciona en general muy bien, y las prediccionesse observan en el laboratorio, sabemos que algunascosas no cierran. Una de ellas es lo que se conocecomo “el problema de la medición”, y tiene que vercon que si un sistema (una partícula, por ejemplo) seencuentra en una superposición de estados posiblesde la propiedad física X, para que luego X tome unvalor definido, siempre necesitamos hacer medicio-nes. Ya sea con aparatos, con observadores o con algoque actúe como tales. Pero, dentro de la teoría Cuán-tica, el concepto de qué constituye una medición noestá formalmente definido. Y además, ¿qué sucede enel caso de la cosmología, donde queremos describirel inicio del universo, cuando no había aparatos ni ob-servadores que hicieran mediciones? Volveremos aesto hacia el final del artículo.En gran parte, debido a este problema de la medición,han surgido varias interpretaciones de la física Cuántica.Una de ellas es la interpretación de “muchos mundos”de Hugh Everett, formulada a partir de fines de los ’50:dice que cada vez que se hace una medición sobre unsistema, se produce una bifurcación en el mundo. En

La física clásica de Newton o Einstein seríanmuy buenas aproximaciones macroscópicas aleyes cuánticas microscópicas más generales.

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nuestro mundo el resultado de esa medición es ciertacosa, pero los otros posibles resultados se han dado enotros universos. Lo cierto es que no está claro en esteenfoque qué constituye haber hecho una medición. Otambién, podemos preguntarnos: si no hay aparatosque midan, ni observadores presentes... ¿qué cosa esla que realiza la medición para que se bifurquen los ca-minos posibles?, ¿cuándo sucede esa bifurcación explí-citamente?, ¿para quién sucede?, ¿qué ocurre en losotros posibles universos?, ¿existían antes o fueron cre-ados después de la medición?, ¿podemos probar algoexperimentalmente acerca de si existen o no los otrosuniversos?, ¿cuáles son las predicciones calculablesconcretas?, ¿constituye todo esto una teoría predictivao es sólo un intento de explicación de algo? En conclusión, no es cierto que el enfoque de Everettresuelva el problema de la medición de la física Cuán-tica; así que la idea de que podrían existir “muchosmundos” es por el momento tan sólo otra hipótesis,que no ha conducido a la conformación de una teoríacientífica predictiva, y por lo tanto no puede corrobo-rarse experimentalmente.

El Multiverso inflacionarioSigamos con el siguiente enfoque, quizás más popularque el anterior, y a la vez técnicamente mejor plan-teado. A principios de la década de los ’80 se postulóque si el universo hubiera sufrido durante un brevísimolapso de tiempo una expansión acelerada muy rápida,conocida como inflación cósmica, ciertos problemasque tenía el modelo original del Big Bang podrían so-lucionarse.Rápidamente, algunos investigadores empezaron apensar que esa tremenda expansión inflacionaria po-dría haber generado tanto volumen disponible en el

universo, que habría espacio no sólo para el universoque vemos, sino para muchos otros diferentes, confor-mando un Multiverso.Esta posibilidad, sin embargo, hoy está descartadapor las observaciones del fondo cósmico de micro-ondas realizadas con el satélite Planck en 2015. Peroexistía otra posibilidad. Hubo quienes encontraronque ese proceso de inflación en algunos lugarespodría estar repitiéndose eternamente por efectoscuánticos, mientras que en otros sitios podría finalizar,a tiempos distintos, generándose así nuevos universosdiferentes; una vez más, formando un Multiverso.Paul Steinhardt, uno de los padres de la inflación cós-mica y ahora uno de los fervientes detractores, nosdice: ¡Cuidado! Resulta que las regiones en donde lainflación terminó y acabaron con las propiedades idén-ticas a nuestro universo, son exponencialmente supri-midas, y por ende, muy poco probables de haberocurrido, a menos que se escojan condiciones inicialesextremadamente particulares. Pero justamente evitaresto fue una de las motivaciones originales del para-digma inflacionario [1].

La Teoría de CuerdasEstas ideas podrían haber muerto ahí, si no hubiesenrecibido un nuevo impulso que las volvió a motivar.Esta reactivación vino de la mano de un problema ac-tual de la física teórica de altas energías. Desde hacemucho tiempo, existen intentos de hallar una teoríaque unifique en una sola ecuación a todas las interac-ciones fundamentales conocidas. Y en especial, hayuna búsqueda de una teoría cuántica de la gravedad.La gravitación de Einstein (1915) no posee al día de hoyuna versión cuántica para explicar eventos tales comoel interior de agujeros negros o el origen del universo.

Paul Steinhardt es uno de los padres de la inflación cósmica, peroahora se ha convertido en uno de los fervientes detractores.

Andrei Linde, otro de los fundadores del modelo inflacionario,es quien impulsó las ideas de inflación eterna y Multiverso.

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El esfuerzo más difundido para realizar estas unifica-ciones es la Teoría de Cuerdas. A pesar del enormetrabajo ya hecho, aún no es una teoría terminada.La versión más prometedora de la Teoría de Cuerdas esconsistente matemáticamente si el espacio-tiempo tu-viera en realidad 9 dimensiones espaciales y no 3 (10 entotal si contamos el tiempo). Y presupone, además, quela teoría Cuántica es correcta así como hoy la conocemos.La cuestión es: ¿dónde están las otras 6 dimensionesque no vemos en la vida cotidiana? El mecanismo paraexplicar por qué no vemos las otras seis, nos lleva aque hay muchísimas maneras diferentes de lograr eso.Y cada una de esas maneras correspondería a un uni-verso, literalmente, con leyes de la física diferentes alnuestro, conformando lo que se conoce como “el pro-blema del landscape” (paisaje) de Teoría de Cuerdas.Frente a esta circunstancia, alguien podría proponerlo siguiente: “encontremos en cuál de todos esoscasos posibles las condiciones fueron tales que hoyvalen nuestras leyes conocidas y nosotros podemosvivir allí, y entonces ése corresponderá a nuestro uni-verso. y los demás, son universos diferentes que cons-tituyen el multiverso inflacionario de los ’80”.Esta línea de razonamiento parece tomar una posturaun tanto antropocéntrica, para una empresa que jus-tamente debería poder predecir cómo es que nuestrouniverso y nosotros mismos surgimos, y no dar simple-mente una explicación. Esto es un verdadero dolor de cabeza. Pretendemosque una teoría científica completa pueda predecirnoscómo es que se formó nuestro universo, y no sólodarnos una explicación en el marco de otras infinitasposibilidades. Pero es aquí donde el Multiverso infla-cionario y el landscape de Teoría de Cuerdas hicie-ron causa común, y algunos autores propusieron que“¡nuestros universos inflacionarios son todos los uni-versos que ustedes encuentran!” [2].El inconveniente con este enfoque es que ni siquierahemos terminado de entender problemas que aúnpersisten en el modelo inflacionario; no tenemos unateoría cuántica de la gravedad terminada y verdade-ramente predictiva; no existe ningún experimento uobservación que avale estas ideas de muchos univer-sos y, probablemente, jamás tengamos una predic-ción que pueda ser contrastable y nos diga de maneraunívoca que esos otros universos realmente existen.

Hacia un nuevo enfoque de la física CuánticaSaquemos algunas conclusiones. Tenemos teorías clási-cas que en lo cotidiano y macroscópico explican innu-merables situaciones extraordinariamente bien, pero enúltima instancia el universo debe ser cuántico. Y cuandouno quiere usar las ecuaciones de la física Cuántica paraentender el principio del universo, nos encontramos conproblemas. Al igual que en un laboratorio, necesitamosde algo que actúe “como una medición”, para que enel universo (por lo menos en el que sí observamos) surjanlas semillas primordiales de la materia. ¡Pero al co-mienzo del universo no había aparatos ni observadores!Una parte de la comunidad científica piensa que faltaun ingrediente en nuestro entendimiento de cómosurgió el universo que observamos, y en eso trabaja-mos particularmente. Por todo esto, la idea del Multi-

verso nos parece demasiado especulativa y enmar-cada en teorías que ni siquiera terminamos de enten-der y formular. Guiados fundamentalmente por ideasde Roger Penrose y Lajos Diósi [3-4], y más reciente-mente por Daniel Sudarsky para el caso cosmológico[5], pensamos que quizás la física Cuántica necesite sercompletada, modificando sus ecuaciones para quecosas tales como las semillas primordiales en el uni-verso temprano puedan emerger sin apelar a factoresexternos, como aparatos de medición, observadores,etc. Estas modificaciones podrían servir de nuevasguías para una teoría cuántica de la gravitación. Existenalgunas propuestas sobre cómo hacer tales modifica-ciones, y con esas propuestas algunos investigadoresen el mundo (nosotros en Argentina incluidos) yahemos hecho cálculos y predicciones contrastables conexperimentos [6-8]. n

1 Fondo Cósmico de Microondas: radiación electro-magnética que llega de todas direcciones, en el rangode frecuencias de microondas, cuyo origen se vinculaa la época de formación de los primeros átomos, unos380 mil años después del Big Bang. Predicha teórica-mente en 1948 y detectada por primera vez en 1965,constituye una de las evidencias más notables a favordel modelo del Big Bang. Las mediciones de estefondo cósmico nos permiten conocer mejor el uni-verso temprano y poner a prueba nuestros modelosacerca del origen de las estructuras en el universo. 2 Hugh Everett (1930-1982) fue un ingeniero químico,matemático y físico estadounidense, quien propuso laidea de “muchos mundos” como una de las tantas in-terpretaciones actuales de la teoría cuántica que buscadar una solución al problema de la medición.

Referencias[1]- A. Ijjas, P. Steinhardt, A. Loeb, Phys.Lett.B723 (2013), 261.[2]- A. Linde, “A brief history of the Multiverse”,https://arxiv.org/pdf/1512.01203v1.pdf[3]- L. Diósi, Phys. Lett. A 120, (1987) 377.[4]- R. Penrose, Gen. Rel. Grav. 28, (1996) 581.[5]- A. Pérez, H. Sahlmann y D. Sudarsky, Class. Quant.Grav. 23 (2006), 2317.[6]- S. J. Landau, C. G. Scoccola y D. Sudarsky, Phys.Rev. D 85 (2012), 123001.[7]- G. R. Bengochea, P. Cañate y D. Sudarsky, Phys.Lett. B 743 (2015), 484.[8]- G. León y G. R. Bengochea, Eur. Phys. J. C76 (2016), 29.

El autor: Gabriel Bengochea es Licenciado y Doctor enCiencias Físicas de la Universidad de Buenos Aires, realizóestudios post-doctorales en el Instituto de Astronomía yFísica del Espacio (IAFE, CONICET-UBA) y es Investigadordel CONICET, donde forma parte del Grupo de TeoríasCuánticas Relativistas y Gravitación del IAFE. Hizo esta-días en el Departamento de Gravitación del Instituto deCiencias Nucleares de la UNAM, México. Trabaja en cos-mología observacional, modelos de energía oscura y cos-mología inflacionaria. Es presidente y coordinador de lasactividades de divulgación del grupo de aficionados a laastronomía CAIFA (* Club de Astronomía Ing. Félix Agui-lar, fundado en 1980: www.caifa.com.ar), y conduce el pro-grama de radio Paralaje Científico.

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ENANAS MARRONES

Híbridos que no son planetas, ni estrellas

SOLES FALLIDOSpor lic. mariano ribas, planetario de la Ciudad de Buenos aires Galileo Galilei.

Ni estrellas, ni planetas. Híbridos. Enormes bolas de gas que no alcanzan elcrítico umbral de masa y temperatura que sí alcanzan los verdaderos soles.Ese umbral que permite encender los fuegos termonucleares, a pura y furiosafusión del hidrógeno en helio. Las enanas marrones, simplemente, no pueden.Se quedaron a mitad de camino, y viven largas y penosas vidas, empalideciendoy perdiendo lentamente el calor originado en sus propios procesos de formacióny en su lento colapso gravitatorio. Desde su descubrimiento hasta nuestros díases mucho lo que hemos aprendido sobre las exóticas enanas marrones.

ESO

(2006

).

Representación artística deuna enana marrón.

HASTA HACE APENAS DOS DéCADAS, LAS ENANASMARRONES, RARAS CRIATURAS SUBESTELARES, NOERAN MÁS QUE UNA RAZONABLE POSIBILIDADTEÓRICA; una suerte de nicho a llenar entre los pla-netas gigantes y las estrellas más modestas (las enanasrojas). Pero a mediados de los años ’90, tras dificulto-sas y pacientes búsquedas, los astrónomos finalmentedieron con las primeras. Actualmente ya se han iden-tificado algunos miles.

Sin embargo, los científicos tienen buenas razonespara creer que estos engendros gaseosos podrían sertan abundantes como las propias estrellas. Y no sóloeso: desde los primeros hallazgos hasta el día de hoy,las enanas marrones han demostrado ser una especieastronómica bastante más compleja e interesante delo que parecía inicialmente. Por un lado, parecen jugarroles de los más diversos: algunas giran alrededor deestrellas; otras tienen sus propios planetas; y otras,simplemente, parecen vagar a la deriva por la galaxia. Pero además, y tal como demuestran estudios recien-tes, ya no se puede hablar de una sola clase de enanasmarrones, sino de, al menos, tres subespecies. Una deellas incluye ejemplares con temperaturas externas pa-recidas a las de nuestros cuerpos, hasta con la posible

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presencia de agua, sales y compuestos orgánicos. Másallá de su rareza, el hallazgo de estas enanas marronesultrafrías tiene curiosísimas implicancias colaterales,que van desde el avance en el estudio de las atmósfe-ras de planetas extrasolares gaseosos, o la posibilidadde saber más sobre los materiales primigenios del uni-verso, hasta la no tan alocada posibilidad de “vida flo-tante”. En esta edición de si muove vamos a echarleuna mirada a la historia, a las novedades y a las curio-sidades de los soles fallidos.

Primero, la teoríaComo ha ocurrido tantas otras veces en la historia dela astronomía, antes de ser realmente descubiertas,las enanas marrones fueron extravagantes criaturasteóricas. Hace al menos medio siglo que los cientí-ficos sospechaban que, seguramente, debían existirbolas de gas más grandes y masivas que los plane-tas gaseosos (como Júpiter y Saturno), pero, aun así,sin la masa suficiente como para llegar a ser enanasrojas, la especie estelar más humilde y abundante del

universo (se estima que son más del 90% del total delas estrellas). Resultaba muy razonable pensar que dentro de lasmismas nebulosas donde nacen las estrellas hechasy derechas –mediante el colapso gravitatorio demasas de gas y polvo– también se formaran objetosmás modestos que no llegasen a tocar el preciadoumbral del estrellato. Un umbral que tiene númerosprecisos: para desatar las fusiones termonuclearesque convierten núcleos de hidrógeno en núcleos dehelio, un objeto gaseoso de escala estelar (al menos,unos cientos de miles de kilómetros de diámetro)debe tener el 7,5 u 8% de la masa del Sol. O lo quees lo mismo, unas 80 veces la masa de Júpiter. Evi-dentemente, no es poco. Pero sólo en esas condi-ciones, las presiones internas y las temperaturasson suficientes para que una verdadera estrella seencienda. Si sólo en la Vía Láctea existen entre 200 y 400 mil mi-llones de estrellas, por qué no pensar que podríanexistir incontables intentos fallidos. Así lo pensó el

El telescopio espacial infrarrojo WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer)de la NASA ha detectado más de 200 enanas marrones.

ENANAS MARRONES

NASA

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gran astrónomo indio Shiv Kumar, a comienzos de losaños ’60. Mediante cálculos y consideraciones físico-químicas, Kumar fue trazando el hipotético perfil deestas criaturas. Incluso consideró sus propiedades in-ternas y su evolución a lo largo de los millones deaños. Poco más tarde, en 1975, la famosa astrofísica JillTarter propuso el razonable e intuitivo nombre deenanas marrones (Tarter fue, además, la portavoz delproyecto SETI). Al fin de cuentas, se trataría de obje-tos más fríos y más pálidos que las estrellas enanasrojas. Y si bien es cierto que no tenían por qué serrealmente marrones, ese color parecía definir muybien su triste carácter astrofísico. Estaba la sospecha.Estaba el perfil. Y estaba el nombre. Pero faltaba en-contrarlas.

Las búsquedasLuego de soñarlas, los astrónomos se largaron a lacacería: durante los años ’80, las buscaron en las en-trañas de las nebulosas (particularmente en las zonasde rica formación estelar), dentro de jóvenes cúmulosde estrellas, e incluso alrededor de soles vecinos. Deantemano ya se sabía que la pesquisa no iba a sernada fácil, porque las enanas marrones necesaria-mente debían ser objetos bastante más fríos y, por lotanto, menos brillantes que las estrellas reales (la tem-peratura superficial depende de manera directa de lamasa). Pero además, para pegarles esa amarronadaetiqueta hacía falta medir bien sus masas. Y eso sólopuede hacerse con precisión en sistemas de dos o máscuerpos, donde el análisis de sus distancias, movi-mientos y velocidades delata cuánto “pesa” cada in-tegrante del sistema. De todos modos, se sabía bastante bien a qué cosasprestar atención y a cuáles no: si los telescopios tro-pezaban con un punto pálido y decididamente rojizo,había que clavar los frenos y ponerse a mirar con sumocuidado (el rojo delata temperaturas superficiales“bajas”). Lógicamente, hubo muchas falsas alarmas:objetos inicialmente sospechosos terminaron siendosimples enanas rojas que arañaban el límite inferior dela categoría, pero estrellas al fin. Pero en medio de las dificultades observacionales yel desconcierto, los científicos echaron mano a untruco por demás ingenioso, enteramente surgido delos modelos teóricos sobre las enanas marrones: eltest del litio. Resulta que, a diferencia de las estrellasmás modestas, que “destruyen” el litio debido a susmayores temperaturas1 (este elemento reacciona conel hidrógeno a “sólo” 1 millón de grados), los objetossubestelares son incapaces de hacerlo. Así que si seencuentra un objeto gaseoso de dudosa categoría yel análisis espectral de la luz que emite delata la pre-sencia de litio, no sería una enana roja, sino algo demenor cuantía astrofísica.Es cierto, el test del litio no es enteramente infalible,dado que las enanas marrones más grandes –aquellasque son 65 o 70 veces más masivas que Júpiter, casi allímite de la categoría estelar– bien pueden haber que-mado su litio. Y del otro lado de la barrera, las enanasrojas más modestas pueden no haber terminado elproceso de destrucción del litio. Hay una franja ambi-

gua. Así y todo, el test del litio fue fundamental paradelatar al grueso de las enanas marrones, incluyendola primera.

Finalmente, los descubrimientosLa primera fue descubierta el 14 de septiembre de1995 por un grupo de científicos españoles, encabe-zado por Rafael Rebolo. Era Teide 1, un pálido objetosituado dentro del famosísimo cúmulo estelar de lasPléyades, a casi 400 años luz del sistema solar. Reboloy su equipo del Instituto de Astrofísica de Canarias(IAC) hicieron el histórico descubrimiento con la ayudadel telescopio IAC-80 del Observatorio de Teide, enTenerife (de ahí el nombre del objeto). Inmediata-mente, los análisis espectrales realizados con el gigan-tesco telescopio Keck I, en Hawái, demostraron lapresencia de litio en Teide 1. La primera enana marrónconfirmada resultó tener unas 50 veces la masa de Jú-piter y una temperatura de unos 2000ºC. Aun así, sudébil luminosidad –básicamente infrarroja– era milesde veces menor que la de nuestro Sol.Apenas dos meses más tarde, otro grupo de investi-gadores, liderado por el japonés Tadashi Nakajima,confirmó el hallazgo de una segunda enana marrón,mediante imágenes tomadas con el Telescopio Espa-cial Hubble (que, a su vez, confirmaban otras tomadasun año antes desde el Observatorio de Monte Palo-mar). Se trataba de Gliese 229B, otro espécimen sub-estelar del tamaño de Júpiter, hallado en torno a unaestrella vecina (Gliese 229), en dirección a la constela-ción de Lepus, a tan sólo 19 años luz del sistema solar. Esta criatura, unas 30 veces más masiva que Júpiter,pero aun así también incapaz de fusionar hidrógenoen helio en su núcleo (ver recuadro), terminó siendo,hasta el día de hoy, el ejemplar mejor estudiado y másfamoso de su especie. Curiosamente, el análisis espec-

“Podría haber millones deenanas marrones ultra-frías con temperaturas

amigables para el hielo deagua, o con moléculas deagua circulando y cam-

biando de gas a líquido ya hielo. Algunas enanasmarrones hasta podríantener atmósferas aptas

para la aparición de for-mas de vida flotante”.

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Perfil, origen y evolución de las enanas marrones

Teniendo en cuenta distintos parámetros observa-cionales y teóricos, los astrónomos pudieron armarun perfil general de las enanas marrones: sonbolas de hidrógeno de 150 a 200 mil kilómetros dediámetro, con 13 a 75 veces la masa de Júpiter, ytemperaturas superficiales de hasta 2000°C. Uncalor y un brillo (pálido o casi nulo en luz visible,pero mucho más intenso en el rango infrarrojo)que esencialmente proviene de sus propios pro-cesos de formación y de su lento colapso gravita-torio, pero no de fusiones termonucleares. Pordefinición, las enanas marrones no tienen laspresiones y temperaturas internas necesarias parafusionar hidrógeno en helio en sus núcleos (paraeso hacen falta temperaturas internas de variosmillones de grados, como las que sí alcanzan losnúcleos estelares). No pueden “encenderse” real-mente, como sí lo hacen las verdaderas estrellas.Sólo logran fusionar deuterio en tritio (dos varian-tes del hidrógeno) durante sus primeros millonesde años de vida, un proceso que requiere tempe-raturas internas del orden de “sólo” 100.000ºC. Yeso las distingue de los planetas gigantes. De hechoy tal como marca el criterio adoptado por la UniónAstronómica Internacional, el límite de las 13 masasde Júpiter es la “frontera natural” que define si unaenorme bola de gas es una enana marrón modestao un súper planeta gaseoso.Pasada la temprana y breve época de fusión del

deuterio, y ya sin una fuente de energía estable yduradera, las enanas marrones, inexorablemente,se van enfriando y empalideciendo a lo largo demiles de millones de años. Su ritmo de enfria-miento y pérdida de luminosidad (esencialmenteinfrarroja), dependerá de su masa inicial. Por eso,según la masa y edad, los astrónomos clasifican lasenanas marrones en tres grandes familias: las L (lasmás jóvenes, brillantes y calientes), las T (de me-diana edad y brillo) y las más novedosas Y (las másviejas, frías y pálidas). Según la mayoría de los modelos astrofísicos ac-tuales, las enanas marrones se formarían de modosimilar a las verdaderas estrellas: a partir del lentocolapso gravitatorio de nubes de gas y polvo. Pero,en este caso, el proceso no llega a completarse, yen lugar de una estrella, se forma un cuerpo menosmasivo. Por otra parte, los científicos no descartanque las enanas marrones también puedan formarsede modo similar a los grandes planetas gaseosos:a partir de la aglutinación de gases, pero ya dentrodel disco protoplanetario que acompaña y rodea auna estrella. Dado que entre las cerca de dos milenanas marrones identificadas hasta ahora existentanto ejemplares solitarios (incluso, con planetaspropios) como otros que orbitan estrellas, la cues-tión sobre el origen de estos objetos sigue siendoun apasionante tema de debate en la astronomíacontemporánea.

ENANAS MARRONES

Max-

Plan

ck In

stitu

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gens

Sol

Estrella G2

5800K

Estrella enanaroja

3600K

Enana marrónjoven

2600K

Enana marrónvieja

950K

Enana marrónultrafría

300-500K

Planetagigante

125K

Gliese229A

Teide 1 Gliese229B

WISE1828

Júpiter

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tral de Gliese 229B delató la clara presencia de me-tano (CH4), un gas que sólo puede existir con tempe-raturas de menos de aproximadamente 1000ºC. Esedato ya daba una idea clara de su carácter subestelar. Teide 1 y Gliese 229B marcaron el comienzo de unacreciente seguidilla de descubrimientos. En 1997, porejemplo, se sumaron KELU-1 y DENIS-P J1228.2-1547,dos enanas marrones que, a diferencia de las anterio-res, eran cuerpos solitarios, no vinculados gravitatoria-mente a ninguna estrella. Y luego fueron apareciendoenanas marrones con sus propios planetas. El “amarronado” panorama creció en número y com-plejidad: hoy en día ya se han confirmado casi 2000enanas marrones en un radio de unos pocos cientosde años luz, y los astrónomos están convencidos deque estas estrellas fallidas pueden ser tan o más nu-merosas que las verdaderas. Pero además, estas cria-turas demostraron ser sumamente variadas, tanto enmasa, temperatura y otros rasgos. Y como veremos unpoco más adelante, hasta existen algunas con tempe-raturas externas tan bajas como las de los planetas.

Las tres subespecies Si bien es cierto que no son estrellas, la avalancha dedescubrimientos de enanas marrones obligó a los as-trónomos a agregar nuevas categorías (expresadascon letras) en el célebre Diagrama HR, uno de los pi-lares de la astrofísica moderna, desarrollado a co-mienzos del siglo XX y en forma independiente, porel astrónomo aficionado Ejnar Hertzsprung y el astró-nomo profesional Henry Russell. El esquema clasificay distribuye las estrellas según su brillo, color y tem-peratura, y las etiqueta con letras: las más calientesson las azuladas tipo O (25 a 40 mil grados); luego lessiguen las B, A, F, G (el Sol es de este tipo espectral),K, y las M, que son las estrellas más rojas y “frías”(unos 2500°C)2.

Las enanas rojas, justamente, son de tipo M. Así quelas fallidas enanas marrones, que son más frías, que-daron clasificadas a continuación de ellas, en el ex-tremo derecho del Diagrama HR. Pero como no sontodas iguales, se les asignaron tres letras: las de tipoL son las más jóvenes, calientes y brillantes (caracte-rísticas que van de la mano). Tienen temperaturas ex-ternas de entre 1200 y 2200ºC aproximadamente. Lessiguen las T, de mediana edad, con valores que vande los 300 a los 1200ºC. En esta categoría –a la quepertenece la famosa Gliese 229B– aparecen ejempla-res con atmósferas salpicadas con metano, amoníacoy hasta vapor de agua. Finalmente, están las Y, queson las más “frías” y ancianas (con edades de variosmiles de millones de años), cuyo primer exponentefue descubierto en 2008, por un programa de bús-queda francocanadiense (conocido como Canada-france Brown dwarfs survey), con un gran telescopioinstalado en Hawái. Se trata de una enana marrón ex-tremadamente pálida, incluso en luz infrarroja, si-tuada a sólo 40 años luz del sistema solar. Bautizadacon el poco práctico nombre de CFBDS J005910.83–011401.3, esta bola de hidrógeno resultó tener unas20 veces la masa de Júpiter. Pero lo más interesantees que posee una temperatura superficial de alrede-dor de 300ºC, producto de una larga vida de lentoenfriamiento, más o menos lo mismo que un hornocasero a toda potencia. Poquísimo, al menos en tér-minos estelares e, incluso, subestelares. Y sin em-bargo, las enanas marrones demostraron que, enmateria de temperaturas, se puede caer mucho másbajo.

Las más fríasDesde comienzos de esta década, diferentes gruposde investigadores, pertenecientes al Instituto de Tec-nología de California y a la Universidad de Toronto,

Los 3 tipos de enanas marrones.

ENANAS MARRONES

NASA

L Dwarf Y DwarfT Dwarf

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entre otros, han realizado varias pesquisas con el te-lescopio espacial infrarrojo WISE (Wide-field infraredsurvey explorer), de la NASA, luego reforzadas yampliadas con la ayuda del Telescopio Espacial Spit-zer (también infrarrojo) y del Observatorio Keck deHawái.Estos estudios dieron como resultado el descubri-miento de cientos de nuevas enanas marrones (y mu-chas más por confirmar). La lista incluye una decenade ejemplares del tipo Y, todas aisladas (o sea, sin or-bitar ninguna estrella verdadera) y muy cercanas, adistancias de entre 10 y 30 años luz del sistema solar. Uno de los casos más curiosos fue WISE 1828+2650,detectada en 2011, que batió todos los récords debajas temperaturas en materia de enanas marronesultrafrías: apenas 27ºC, menos temperatura que ladel cuerpo humano. En su momento, el dato fue ver-daderamente impactante. Sin embargo, tres añosmás tarde, el mismo programa de búsqueda dio portierra con aquella marca: el 25 de abril de 2014 loscientíficos descubrieron WISE 0855-0714, una enanamarrón con una temperatura estimada en torno a los-30ºC, a tan sólo 7,2 años luz del sistema solar.

Enanas marrones y atmósferas exoplanetariasTodos estos descubrimientos no hacen más que di-fuminar las borrosas fronteras entre las enanas ma-rrones más modestas y los planetas gigantes (comonuestro Júpiter). Es cierto que, por una cuestión física(la fusión del deuterio), existe un umbral mínimo paralas enanas marrones y un techo para los planetas: 13masas de Júpiter. Pero también es cierto que hay pla-netas extrasolares que arañan ese límite, y enanasmarrones que orbitan estrellas, como los planetas, yhasta cosas “sueltas” que no son ni una cosa ni laotra y reciben el extraño mote de “objetos aisladosde masa planetaria” (también conocidos por su siglaen inglés IPMOs).Teniendo en cuenta todo lo anterior, no resulta nadasorprendente que los astrónomos utilicen las enanasmarrones más frías y modestas como modelo paraestudiar las atmósferas de los planetas gaseosos másgrandes. En definitiva, unas y otros no son tan distin-tos. Pero la ventaja de las enanas marrones es quepueden observarse directamente, y eso permite ana-lizar sus espectros, a diferencia de los exoplanetas,que suelen estar “hundidos” en el resplandor de susestrellas. De hecho, ya hay muchas observacionesque revelan la presencia de nubes de metano en va-rias enanas marrones; e incluso, otros compuestos,como el amoníaco (NH3), sales y hasta formas líquidasy sólidas de agua en capas internas. Eso, por su-puesto, abre otro capítulo apasionante. Tanto, quemerece un párrafo aparte.

¿Vida flotante? “podría haber millones de enanas marrones ultrafríascon temperaturas amigables para el hielo de agua,incluso, para ciclos de agua en sus atmósferas”, diceAdam Burgasser (Universidad de California, SanDiego), codescubridor de WD 0806-661B. Y agrega:“probablemente, haya moléculas de agua circulandoy cambiando de estado continuamente: de gas a lí-

quido, y luego a hielo, mientras ascienden y se en-frían; y luego, nuevamente en estado gaseoso al hun-dirse”. Basándose en la posible presencia de agua, sales ycompuestos orgánicos, el doctor Davy Kirkpatrick(California institute of technology, Caltech), uno delos descubridores de WISE 1828+2650, va un pasomás allá: “algunas enanas marrones hasta podríantener atmósferas aptas para la aparición de formasde vida flotante”. Seres nacidos en atmósferas, flo-tando a la deriva y a merced de corrientes de gases.Es una asombrosa posibilidad soñada hace varias dé-cadas por dos grandes: Arthur Clarke y Carl Sagan.

Reliquias cósmicasLas enanas marrones tienen otro costado fascinante:muchas de ellas podrían funcionar como “cápsulasdel tiempo” químicas. Su propia naturaleza de estre-llas fallidas podría ser toda una virtud a la hora de re-velar los materiales y condiciones primigenias de supropia formación, y del universo mismo.“una de las consecuencias de no fusionar el hidró-geno es que las enanas marrones conservan los regis-tros originales de la abundancia química del ambienteen que nacieron”, dice Burgasser. Como mayormenteson objetos de carácter convectivo (sus materialesgaseosos circulan continuamente, enfriándose alsubir y calentándose al bajar), los análisis espectralespueden revelar prácticamente toda su composición.Y esa composición es esencialmente la misma ahoraque hace cientos o miles de millones de años. “lasenanas marrones son reliquias de aquellos tiempos”,concluye el científico. A tan sólo dos décadas de su descubrimiento, estossoles fallidos han dejado de ser aparentes penuriascósmicas, para revelarse como objetos absoluta-mente fascinantes. Ni estrellas, ni planetas. Algo enel medio. Algo nuevo. Algo que confirma, una vezmás, ese inagotable potencial de la astronomía parasacudirnos, sorprendernos, hacernos pensar y echarabundante leña fresca a nuestra curiosidad por losavatares del universo. n

1 Las estrellas enanas rojas menos masivas son com-pletamente convectivas, razón por la cual sus interio-res están muy mezclados, y el litio se fusiona juntocon el hidrógeno en cuestión de algunos millones deaños.

2 Los tipos espectrales son fruto de un extenso catá-logo estelar realizado en el Harvard College, dirigidopor Edward Charles Pickering y confeccionado porlas astrónomas Wilhelmina Fleming, Antonia Maury yAnnie Cannon.

ENANAS MARRONES

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OBSER VACIÓN

El pasado 10 de febrero se dio un eclipse penumbral de Luna, visible desde Europa, África y, parcial-mente, Sudamérica. En este tipo de eclipses, en los que la Luna atraviesa la penumbra de la Tierrapero no su sombra, es poco lo que se puede apreciar. La Luna no se ve rosada, ni roja, ni gigante. Sim-plemente, y si se presta mucha atención, su brillo se atenúa levemente. Además, en este caso, pudoapreciarse un muy pequeño sector de nuestro satélite ligeramente oscurecido, ya que la Luna “mordió”apenitas la sombra terrestre. Estas imágenes tomadas por Mariano Ribas desde Florianópolis, Brasil,donde el eclipse fue apenas mejor que en Buenos Aires, muestran ese leve oscurecimiento en el sectornoreste (abajo a la izquierda). El próximo eclipse de Luna visible por completo desde nuestro país seproducirá el 21 de enero de 2019.

ECLIPSE PENUMBRAL DE LUNA

21:40 h 22:15 h 22:44 h(máximo)

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ASTRONÁUTICA

Un repaso de los hechos más notables

60 AÑOS EN EL ESPACIOpor lic. diego Córdova, prensaespacial.blogspot.com.ar

Mientras que la conquista del aire fue completada en un tiempo equivalente alde una vida humana, la del espacio no se considerará lograda mientras haya mun-dos por descubrir y explorar. En estos primeros 60 años de exploración espacial,la humanidad puso un pie en otro mundo y estiró su mano hacia los rincones delsistema solar, con la promesa de avanzar hacia ellos.

El transbordador Atlantis se acopla a laestación espacial rusa Mir en 1995.

NASA

EL LANZAMIENTO DEL SPUTNIK 1 DESDE LASESTEPAS RUSAS EN OCTUBRE DE 1957, ES CON-SIDERADO POR MUCHOS COMO EL INICIO DELA ERA DEL HOMBRE EN EL ESPACIO. Sin em-bargo, una serie de acontecimientos precedentes per-miten situar ese inicio sobre el fin de la Segunda GuerraMundial.Las potencias vencedoras de Alemania habían tomadoposesión de los misiles A4, también llamados bombas

voladoras (V2). Fue así que tanto Estados Unidos comola Unión Soviética utilizaron esos vectores para llevar car-gas a gran altitud para estudios atmosféricos. El primerofue lanzado en 1946 desde White Sands (Nuevo México,EE.UU.), con total éxito.Los soviéticos comenzaron a obtener sus logros en 1951.Mikhail Tijonranov, diseñador de cohetes, afirmó que sutecnología estaba a la par de la estadounidense, y quetenía como objetivo colocar un satélite en órbita. En

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1956, durante la celebración del Año Geofísico Interna-cional, en Barcelona, volvió a anunciar sus intencionesde lanzamiento para el año siguiente.

Comienza la carrera espacialLos anuncios no habían sido tomados en serio hastaque, el 4 de octubre de 1957, el mundo quedó sorpren-dido con el lanzamiento y la puesta en órbita del Sputnik1, el primer satélite artificial de la Tierra. Se trataba deuna esfera de aluminio, con un diámetro de 58 cm y unpeso de 83 kg. Contenía unos simples instrumentos que,indirectamente, permitieron estudiar la temperatura y ladensidad atmosféricas.El cohete lanzador del Sputnik fue un misil balístico in-tercontinental, denominado R 7. Fue el origen de unagran familia de lanzadores soviéticos muy similaresentre sí, pero con distintas prestaciones, que han per-manecido a lo largo de estos 60 años brindando susservicios para vuelos tripulados y hasta para cargas pe-sadas. Esta familia de vectores fue diseñada bajo la di-rección del ingeniero Sergei Korolev, considerado elpadre de la cohetería soviética.Antes de que Estados Unidos pudiera recuperarse dehaber sido superado por la Unión Soviética, recibiría, esemismo año, otro golpe. El 3 de noviembre de 1957 des-pegó el Sputnik 2 con la perra Laika, el primer ser vivoen el espacio.El satélite, además de la esfera con los instrumentospara medir la radiación solar, contenía un habitáculopara alojar a Laika, que estaría monitoreada por medio

de electrodos, que medían las frecuencias respiratoria ycardíaca. La historia oficial dice que Laika murió al ago-tarse la provisión de aire, aunque es muy posible quehaya muerto antes, debido al gran estrés y al calor quese provocó apenas producido el lanzamiento. Aún nohabía sido perfeccionada la aislación térmica de lacápsula y, como no tenía forma de ser recuperada,ardió en la atmósfera.De todos modos, el vuelo de Laika aportó mucho paraque luego viajaran al espacio otros seres vivos (perros ymonos), y que regresaran sanos y salvos, lo que dejóabierto el camino para que el hombre conquistara elcosmos. Mientras tanto, en Estados Unidos se hallaban desespe-rados por ponerse a la par de la Unión Soviética. En di-ciembre de 1957 habían padecido un fracaso al intentarcolocar en órbita un satélite del programa denominadoVanguard. El cohete explotó en la plataforma de lanza-miento y, a raíz del desastre, la tarea de desarrollar unnuevo vector fue puesta en manos del ingeniero alemánWernher Von Braun.La réplica estadounidense llegó el 31 de enero de 1958,cuando por medio de un cohete llamado Juno, se lanzóel Explorer 1, el primer satélite artificial norteamericano.El Explorer realizó un interesante descubrimiento cien-tífico: los cinturones de radioactividad de Van Allen querodean la Tierra, delimitados por el campo magnético.Ese mismo año Estados Unidos decidió centralizar todossus esfuerzos espaciales en una única agencia guberna-mental dedicada a tal efecto, la NASA.

Un ingeniero soviético explicael funcionamiento del Sputnik 1.

Un cohete Vanguard de EE.UU. explota al despegar en 1957.

ASTRONÁUTICA

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Más alto y más lejosCon la carrera espacial en marcha, ambas potencias con-tinuaron con sus respectivas líneas de satélites orbitales,cosechando logros tecnológicos y científicos. El Sputnik3 prosiguió con la investigación del cinturón de radia-ción descubierto por el Explorer, y Estados Unidos con-siguió poner en órbita algunos satélites Vanguarddurante 1958 y 1959, para estudiar los micrometeoritospresentes en la alta atmósfera. En agosto de 1959, elExplorer 6 consiguió transmitir las primeras imágenesde televisión a nuestro planeta.La Unión Soviética decidió arremeter una vez más, amenos de dos años de iniciada la carrera espacial: logróhacer llegar a la Luna el primer objeto construido por elhombre. El 12 de septiembre de 1959 la sonda Lunik 2,una esfera de 390 kilos, impactó contra la superficielunar tras haber comprobado la ausencia de camposmagnéticos en nuestro satélite. Un mes más tarde, la Lunik 3, destinada a sobrevolarnuestro satélite natural, consiguió las primeras fotos desu lado oculto. La misión se programó para el momentoen que ese sector de la Luna estuviera iluminado por elSol, y la sonda fue arrojada, como por una onda, devuelta a la Tierra. Durante el regreso transmitió las imá-genes por radio, aunque una falla provocó la pérdidade datos y varias fotos resultaron borrosas.Todos estos esfuerzos perseguían un fin: el hombremismo deseaba conquistar el cosmos y hacer realidadun sueño de generaciones de científicos, inventores,filósofos y poetas: poner un pie en la superficie lunary, luego, llegar a los planetas del sistema solar.

El Hombre en el espacioEntre 1959 y 1960 ambas potencias seleccionaron can-didatos para volar al espacio. Las diferencias entre unosy otros se hicieron notar: los norteamericanos los llama-ron astronautas y presentaron ese primer grupo de sieteintegrantes con un espectáculo mediático sin preceden-tes. En cambio los soviéticos se comportaron de unamanera mucho más cerrada, con sus veinte aspirantes,a los que denominaron cosmonautas.De todas formas, la flamante NASA perdió su impactosobre el público. Los soviéticos habían tomado la delan-tera una vez más: el 12 de abril de 1961 la nave Vostok 1llevó a Yuri Gagarin a bordo, quien se convirtió en el pri-

mer ser humano en el espacio, y completó una órbita en90 minutos. Al poco tiempo, en agosto del mismo año,German Titov fue el primer hombre en pasar 24 horasen el espacio.La NASA estaba en problemas, su rival se había adelan-tado y no conseguía poner a punto el cohete Atlas, ne-cesario para que sus astronautas alcanzaran la órbita conla nave Mercury. Apenas pudieron realizar dos vuelossuborbitales, con los astronautas Alan Shepard, en mayode 1961, y Virgil Grissom, en julio del mismo año.Para atenuar este aspecto negativo, el presidente de Es-tados Unidos, John Kennedy, pronunció el célebre dis-curso en el cual se comprometía a enviar un hombre ala Luna y traerlo de regreso a salvo antes del fin de ladécada del ’60.

La conquista del espacio orbitalEstaba claro que parte de la Guerra Fría, entre ambaspotencias, se había trasladado a un nuevo escenario: lacarrera espacial. El vencedor sería quien llegara primeroa la Luna, y esa competencia fue el principal motor. Lossiguientes vuelos tripulados apuntarían a resolver todosy cada uno de los interrogantes que se presentaron a lahora de decidir enviar un hombre a la Luna.El 20 de febrero de 1962 el astronauta John Glenn logró,con su cápsula Mercury 5 (Friendship 7), llegar a órbitaterrestre y completar tres revoluciones. Los soviéticoscontinuaron con novedosas misiones que buscaban,además de explorar el campo tecnológico, crear impac-tos mediáticos. En agosto de 1962 lanzaron las naves Vostok 3 y 4, pilo-teadas por Adrian Nikolaiev y Pavel Popovich respecti-vamente. Aunque los cosmonautas no poseían controlde sus naves y el vuelo conjunto sólo se dio por las leyesde la física, no dejó de ser un gran acontecimiento.En 1963 se realizaría el último de los programas individua-

Réplica del Explorer 1.

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Primera imagen de la carano visible de la Luna.

ASTRONÁUTICA

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les. El 15 de mayo el astronauta Gordon Cooper com-pletó 24 horas en su cápsula Mercury 9 (Faith 7), mientrasque los soviéticos realizaron otro vuelo conjunto, en junio:las naves Vostok 5 y, piloteada por Valentina Tereshkova,la primera mujer en el espacio, la Vostok 6.

Caminando por el espacioEl camino hacia la Luna seguía siendo la prioridad. LaNASA estaba por comenzar el programa Gemini, quecontemplaba misiones orbitales con dos astronautas,pero la Unión Soviética lanzó en octubre de 1964 laVoskhod 1, primera nave multiplaza, tripulada por trescosmonautas, Vladimir Komarov, Konstantin Feoktistovy Boris Yegorov, en un vuelo de 24 horas.En 1965 el cosmonauta Alexei Leonov abandonó sunave, la Voskhod 2, y se convirtió en el primer caminanteespacial. Su actividad duró 12 minutos y fue televisada.Ese mismo año, la NASA puso en marcha el programaGemini, que se extendió por dos años y tuvo diez mi-siones tripuladas. La réplica a la caminata de Leonovllegó con la Gemini 4, y Edward White, el primer norte-

En cuanto a la exploración lunar, los soviéticos lograronel primer alunizaje suave con la sonda Lunik 9, en enerode 1966, y la NASA obtuvo mayores éxitos con las son-das Surveyor.

El camino hacia la LunaEl proyecto Apolo ya era un hecho. La primera tripula-ción debía realizar un vuelo de dos semanas para testearla cápsula en órbita terrestre, pero un mes antes la tra-gedia golpeó al programa lunar. El 27 de enero de 1967un incendio se desató dentro de la cápsula del Apolo 1durante un entrenamiento, y mató casi de inmediato asus tres ocupantes. Esto motivó un retraso de dos añospara el programa espacial. Los soviéticos no estuvieron exentos de sufrir tragediasen la carrera espacial. En abril del mismo año, el cosmo-nauta Vladimir Komarov falleció cuando su cápsulaSoyuz 1 se estrelló al enredarse su paracaídas. Fue la pri-mera víctima en vuelo espacial.La NASA se repuso de su golpe trágico. En octubre de1968 consiguió poner en órbita terrestre el Apolo 7, laprimera misión tripulada del programa, y en diciembrerepetiría la hazaña, pero ahora en órbita lunar. Con unvuelo circunlunar tripulado, el camino del hombre a laLuna ya estaba allanado.

Un salto gigante para la humanidadEn la mañana del 16 de julio de 1969 todo estaba listopara el inicio del histórico viaje. En la plataforma de lan-zamiento del Centro Espacial Kennedy se hallaba elcohete Saturno V, de 111 metros de altura; el másgrande y poderoso de la historia. En su cima estaba elmódulo de mando Columbia, en honor a la nave ideadapor Julio Verne en su célebre novela de la tierra a laluna; debajo, el módulo lunar Eagle (Águila). Juntosconformaban el Apolo 11, primero de su serie destinadoa posarse, con astronautas, en nuestro satélite natural.Los tres protagonistas eran el Comandante NeilArmstrong, el único civil; el piloto del módulo lunarEdwin Aldrin, Coronel de la Fuerza Aérea; y el pilotodel módulo de mando Michael Collins, Teniente Co-ronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.Puntualmente a las 9:31 (11:31 en Argentina), el SaturnoV se elevó rugiente ante un millón de personas apostadasen las cercanas playas de Cocoa Beach y Cabo Cañaveral,al tiempo que era televisado para casi todo el mundo. Elvuelo ya se inscribía en las páginas de la historia.Por fin, el 20 de julio llegó el gran momento: Armstrongy Aldrin se trasladaron del módulo Columbia al Eaglepara descender en la zona llamada Mar de la Tranquili-dad, mientras Collins los aguardaba, en órbita lunar,hasta su regreso.A las 23:56 hora argentina, Armstrong descendió por laescalerilla del módulo, y así la humanidad entera puso,por primera vez, su pie en la Luna. Luego bajó Aldrin.Para ese entonces Armstrong ya había tomado una pe-queña muestra de roca lunar.Los viajes lunares tripulados pronto serían consideradosrutina. Sin embargo, en abril de 1970, la misión Apolo 13demostraría que no hay rutina en un viaje espacial. Lan-zada en medio de una total indiferencia, sufriría dos díasdespués un grave percance. Uno de los tanques de oxí-geno del módulo de servicio estalló como consecuencia

Alexei Leonov en 1965,“caminando” en el espacio.

americano en dar un paseo espacial, controló sus movi-mientos con una pistola de gas, para que su “caminata”fuera más prolija que la de su par soviético.Las siguientes misiones realizaron permanencias cer-canas a las dos semanas en el espacio, con encuentrosen órbita (Gemini 6 y 7) y acoples con misiles balísticosAgena (Gemini 8 a 12), lo que perfeccionó la experien-cia de vuelo de cara al programa Apolo.

Las sondas interplanetariasEn forma paralela al programa tripulado, las potenciasespaciales cosecharon sus éxitos en la exploración pla-netaria. En junio de 1964, la NASA obtuvo fotos de am-plias zonas de la Luna, por medio de la sonda Ranger 7.La Mariner 4 llegó a Marte en noviembre, y transmitióuna gran cantidad de fotos y datos científicos.Los soviéticos se dedicaron a la exploración de Venus.En marzo de 1966, la sonda Venera 3 penetró en su at-mósfera y, en octubre de 1967, la Venera 4 se posó ensu superficie, aunque sin poder mantener el contacto.

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de un cortocircuito, y eso dejó la nave sin energía.Los tres astronautas, James Lovell, Jack Swigert y FredHaise, debieron hacinarse en el módulo lunar y emple-arlo como bote salvavidas, y regresaron a salvo el 17 deabril en lo que fue el primer rescate espacial.El desinterés del público y la baja en el presupuesto ter-minaron con las exploraciones lunares tripuladas. Los as-tronautas Gene Cernan y Harrison Schmitt, del Apolo17, fueron, hasta el día de hoy, los últimos caminanteslunares, en diciembre de 1972.

Las estaciones orbitalesLa Unión Soviética fue la precursora de las estacionesorbitales. Con el tiempo fueron prolongando las esta-días de sus cosmonautas en el espacio, con el objetivode probar la capacidad de trabajo en períodos cada vezmás largos. Sin duda los rusos contemplaban, a me-diano plazo, vuelos tripulados a los planetas.Con el programa lunar definitivamente abandonado en1971, los soviéticos encararon la creación de su primeraestación espacial, Salyut 1. En junio de ese mismo año lanave Soyuz 11 se acoplaba a la Salyut. Los tres cosmo-nautas, Georgi Dobrovolski, Viktor Patsaiev y VladislavVolkov, se trasladaron al interior de la estación y perma-necieron allí 25 días, el primer récord espacial.

Finalizada la misión, la Soyuz se separó de la Salyut pararegresar a la Tierra. Durante el reingreso en la atmósferauna válvula del módulo orbital se abrió y dejó escaparel aire de la cabina. La Soyuz aterrizó perfectamente,pero los tres cosmonautas fueron encontrados muertos.No llevaban trajes espaciales porque la cabina era muyestrecha; de haberlos tenido, se habrían salvado.Los estadounidenses, apenas finalizado el programalunar, colocaron en órbita su única estación espacial, elSkylab, que permaneció entre 1973 y 1979 y fue visitadapor tres tripulaciones durante sus dos primeros años deservicio. La primera tripulación permaneció 28 días; lassiguientes, 59 y 84 días respectivamente. El Skylab co-menzó a perder altura rápidamente, y en julio de 1979cayó sobre territorio desértico en Australia.Las siguientes estaciones soviéticas Salyut permitieronque los cosmonautas tuvieran estadías cada vez másprolongadas en el espacio. La revolucionaria Salyut 6,lanzada en 1977, contaba con dos puertos que permitíanel acople simultáneo de dos naves Soyuz; o de un car-guero no tripulado, llamado Progress, ideado para llevarsuministros a la estación y regresar con desechos queluego ardían en la atmósfera junto con la nave.En este marco se gestó el programa Interkosmos, con-sistente en sumar a las tripulaciones soviéticas cosmo-

Edward White fue el primer norteamericano en dar un paseo espacial.Su “caminata” fue más prolija porque controló sus movimientos con

una pistola de gas.

NASA

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nautas de otras nacionalidades. En principio, se trataronde países alineados a la política soviética, como Hungría,Rumania y Bulgaria; pero luego se sumaron otros es-tados no comunistas, como Francia. Vladimir Remekfue, en 1978, el primer hombre de un tercer país(Checoslovaquia) en ir al espacio; y en 1980, el cubanoArnaldo Tamayo Méndez se convirtió en el primer la-tinoamericano en volar al espacio.

La cooperación internacionalDurante la segunda mitad de la década del ’70 se habíaproyectado una serie de misiones conjuntas internacio-nales. Sin embargo, la desconfianza, producto de la en-tonces vigente Guerra Fría, truncó esa iniciativa y sólopudo concretarse una única misión, que consistió en uniren órbita una nave Apolo con una Soyuz.La empresa, más política que científica, se realizó en juliode 1975. La cápsula Apolo, tripulada por Tom Staford,Vance Brand y Deke Slayton, se acopló a la Soyuz, tripuladapor los cosmonautas Alexei Leonov y Valery Kubasov. Elclima entre ambas tripulaciones fue muy cordial pero, la-

mentablemente, hubo que esperar 20 años para volver aver tripulaciones rusas y americanas juntas en el espacio.Luego de este vuelo internacional, los soviéticos pro-siguieron con el desarrollo de las estaciones Salyut,batiendo récords de permanencia, mientras los norte-americanos, abocados al desarrollo del transbordadorespacial, estarían 6 años sin vuelos tripulados.

La era del transbordadorLa década del ’80 sería la del inicio de la era del trans-bordador espacial, la primera nave tripulada reutilizable,multifunción y utilizada tanto para fines civiles como mi-litares. Fue el mayor exponente de un intento de aliviarcostos en el programa espacial. Despegaba como uncohete y aterrizaba como un avión, para luego ser utili-zado en otra misión.Tras muchos retrasos, el 12 de abril de 1981 el transbor-dador espacial Columbia realizó su primer vuelo, con losastronautas John Young y Robert Crippe. Además delColumbia se sumaron a la flota el Challenger, el Disco-very, el Atlantis y, más tarde, el Endeavour (que reem-

El módulo lunar Águila del Apolo 11 se acerca al módulo de mando Columbia para regresar a la Tierra.

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plazó al Challenger), cada uno con la capacidad de rea-lizar 100 vuelos. Durante la primera mitad de la década del ’80 se llevarona cabo misiones con tripulaciones compuestas por cincoa siete astronautas, que incluían participantes de otros países, como Francia, Alemania, Holanda y Canadá.El 28 de enero de 1986 se produjo uno de los accidentesmás resonantes de la historia espacial. El transbordadorChallenger se desintegró a sólo 73 segundos de haberdespegado; sus siete tripulantes murieron en el acto,entre ellos, la maestra Christa McAuliffe, quien formabaparte del programa Maestro en el Espacio, concretadofinalmente en 2007 con el vuelo de quien fuera su su-plente de aquel entonces, Barbara Morgan.Además de la negligencia y falta de previsión que origi-naron esta tragedia, el transbordador comenzó a ser ob-jeto de las más duras críticas. Los costos no bajaban, apesar de ser una nave reutilizable, y la NASA no daba

signos de tener un plan que llevara al hombre más alláde la órbita terrestre. A partir de esto, Estados Unidos revisó sus planes y pro-movió una unión de esfuerzos con Rusia, para encararjuntos la construcción de una estación espacial y elabo-rar un plan sostenido de exploración a los planetas. Así,el transbordador cumplió su verdadera función desde1995, relevando astronautas en la hoy desaparecida es-tación rusa Mir durante la primera fase de cooperacióninternacional. Luego se encargó de llevar módulos a laEstación Espacial Internacional y tripulantes de relevo,hasta su salida de servicio en 2011.Su último revés lo sufrió el 1° de febrero de 2003, cuandoel Columbia, luego de una exitosa misión científica de 15días, se desintegró en la atmósfera, producto del ingresode aire a altas temperaturas en el borde de su ala izquierda,la cual había sido perforada en el lanzamiento por un frag-mento de espuma del tanque externo. Sus siete tripulantespasaron a engrosar la lista de víctimas espaciales.Con tres transbordadores en la flota, la NASA aceleró ladecisión de darlo de baja para encarar el proyecto lunarConstellation, el cual quedaría trunco. Desde 2011 laNASA no cuenta con vehículos espaciales tripulados, yencaró un 2017 con la promesa de realizar vuelos orbi-tales de la mano de empresas privadas.

Recorriendo los planetasEl hombre siguió extendiendo su mano, a través de lassondas espaciales no tripuladas, a los planetas del sis-tema solar. Los soviéticos continuaron con la exploraciónsostenida de Venus durante la década del ’80 por mediode las sondas Venera, con aterrizajes y mapeos del pla-neta que, luego, completaría la sonda norteamericanaMagallanes, en los ’90.La superficie de Marte recibió los aterrizadores Viking 1y 2, en 1976; y la Pathfinder, en 1997, el primer vehículorodado sobre otro planeta. Les siguieron, en 2004, losRover Spirit y Opportunity; este último sigue operando,aunque de manera errática. El último vehículo rodadoen llegar fue el Curiosity, en 2012.Las sondas Voyager 1 y 2 ampliaron el conocimiento delos planetas exteriores. Para eso se aprovechó unasuerte de alineación entre ellos. Fueron lanzadas en1977 con distintas trayectorias. En 1979 pasaron porJúpiter y descubrieron su tenue sistema de anillos yuna gran cantidad de lunas. Al año siguiente llegarona Saturno, donde hallaron una mayor complejidad ensus anillos y también nuevas lunas.La Voyager 2 prosiguió su camino hacia los planetas máslejanos. En 1986 pasó por Urano, y en 1989 por Nep-tuno, para abandonar luego el sistema solar1. Llevan unmensaje de toda la humanidad, plasmado en imágenesy sonidos de la Tierra.Nuevas sondas llegarían a los planetas gigantes paraampliar conocimientos, como la Galileo a Júpiter, en1995, y la Cassini a Saturno, en 2004, que incluyó el ate-rrizador Huygens, que descendió sobre su luna Titán.Con la llegada de la New Horizons a Plutón y la misiónRosetta/Philae a la superficie de un cometa, ya quedanpocos rincones de nuestro sistema solar por explorar.

MIR: puesto avanzadoLa estación Mir, lanzada en febrero de 1986, fue la ter-

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Estación espacial Skylab,en órbita entre 1973 y 1979.

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cera generación en estaciones espaciales soviéticas.Tenía cinco puertos de acople en la proa, más un sextoen la popa, que permitían ensamblar varios módulospara ampliar su capacidad.A lo largo de su vida, la Mir se amplió con otros cincomódulos, desde donde se realizaron observacionesastronómicas, experimentos biológicos y con mate-riales industriales de todo tipo. A bordo se lograronlos récords de permanencia más largos, como el deMusa Manarov y Vladimir Titov, que estuvieron 365días ininterrumpidos en el espacio, en 1987. Luego elmédico Valery Poliakov los superaría, con una estadíade 438 días, en 1995.La Mir soportó embates económicos y políticos de supaís, que terminaron con la caída de la Unión Soviéticaen 1991. En ese momento, Sergei Krikalev y AnatolyArtsebasky se encontraban a bordo. La economía per-mitió entrenar sólo a un relevo, por lo que Krikalev viosu estadía ampliada de seis a diez meses, hasta queretornó a un país que ya no era el que había dejado.Ante la imposibilidad de poner en órbita una nueva esta-ción espacial, la Mir extendió su vida útil hasta fines delaño 2000, más del triple de lo planeado. Luego fue derri-bada, de manera controlada, sobre el Océano Pacífico.

La Estación Espacial InternacionalLa Estación Espacial (ISS por sus siglas en inglés) fueconcebida a partir de la necesidad de Estados Unidosy Rusia de contar con un complejo orbital para seguirexplorando las posibilidades de viajes tripulados ex-tendidos.Con el acuerdo en marcha, la primera fase del pro-yecto consistió en realizar una serie de misiones deltransbordador norteamericano a la estación Mir, entre1995 y 1997, y llevó astronautas de la NASA a formarparte de las expediciones rusas para sumar expe-riencia. El primer norteamericano en una estación es-pacial rusa fue Norman Thagard, y Shannon Lucid fuela mujer que más tiempo permaneció (188 días), unrécord individual que ya fue ampliamente superadoen la actual Estación Espacial.En diciembre de 1998 el transbordador Endeavour llevóel primer componente de la Estación Espacial Interna-cional, el Nodo 1, para ser acoplado al módulo rusoZarya, lanzado unos días antes por un cohete Protón2.Las agencias espaciales europea y japonesa han apor-tado módulos y astronautas para sumarse a las expedi-ciones que la habitan. Hoy la ISS es el objeto espacialtripulado más grande de la historia, con un largo de 88metros, un ancho de 104 y una masa de 410 toneladas.Desde la llegada de la expedición 1, en noviembre de2000, la presencia del hombre en el espacio es perma-nente e ininterrumpida.

China, el nuevo actor en el espacioEn los comienzos del año 2000, China hizo pública su in-tención de enviar sus propias naves tripuladas. En 2003,para sorpresa de muchos, el primer astronauta chino,Yang Liwei, llegó al espacio a bordo de la Shenzhou V,una nave que remite mucho a las Soyuz rusas. Liwei realizó un vuelo de 21 horas, pero marcaría el co-mienzo de una incipiente nueva carrera espacial. Desdeese entonces hasta hoy, sólo consiguieron realizar seis

vuelos tripulados, pero cada uno de ellos con notablesmejoras. Realizaron paseos espaciales y acoplaron mo-destas pero estables estaciones espaciales (Tiangong1 y 2). Sin dudas, China avanza a los saltos, decidida adar batalla a los grandes y viejos rivales, manteniendovigente la posibilidad de llegar a la Luna.

60 años en el espacioSi bien aún estamos lejos del futuro imaginado por Ar-thur Clarke en 2001: Odisea del espacio, es notoria lagran cantidad de logros concretados en un plazo in-ferior al de una vida humana. Vista desde esa óptica,la gesta espacial resulta asombrosa. El hecho de llegartan alto y tan lejos obedece al destino que el hombresiempre siguió, y fue puesto de manifiesto en estas cé-lebres palabras del científico ruso Konstantin Tsiolkovsky:“la tierra es la cuna de la Humanidad, pero no sepuede vivir para siempre en la cuna”. n

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Astronautas reparando el TelescopioEspacial Hubble desde el Transbordador

Atlantis, en 2009.

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ECLIPSE ANULAR DE SOL

Sarmiento y Facundo, Chubut, 26 de febrero de 2017

VIAjE AL CENTRODEL ECLIPSEpor diego Hernández, planetario de la Ciudad de Buenos aires Galileo Galilei.

Familias enteras, chicos de diferentes grupos de astronomía, maestros y profesores,astrónomos profesionales y amateurs, aficionados locales y extranjeros, astrofotó-grafos, físicos, divulgadores científicos… Todos, desde donde pudimos, observamosel evento astronómico del año, un eclipse anular de Sol, un fenómeno extraordinarioy poco habitual. Nuestro centro de actividades fue la localidad de Sarmiento, en Chubut, cuyo municipio desplegó un operativo impresionante. Otros lugares de convocatoria fueron la localidad de Facundo, hacia el oeste, y Camarones, sobre lacosta atlántica chubutense. En el resto del país el eclipse se pudo ver en forma par-cial, y en Buenos Aires la Luna cubrió un 73% del diámetro solar y un 66% de su área.

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EL PLANETARIO DE BUENOS AIRES PARTICIPÓ ENSARMIENTO, PROVINCIA DE CHUBUT, DE LAOBSERVACIÓN DEL ECLIPSE ANULAR DE SOLPRODUCIDO EL 26 DE FEBRERO PASADO. El evento,al que asistieron más de 400 personas, muchos deellos extranjeros que llegaron al país exclusivamentepara presenciar el fenómeno astronómico, fue organi-zado en conjunto con el Grupo Astronómico Osiris, elInstituto de Formación Docente de El Bolsón (RíoNegro) y el Instituto Copérnico de San Rafael (Men-doza), y fue auspiciado por la Secretaría de Turismo dela Municipalidad de Sarmiento. Se organizaron charlas

previas, una visita al Bosque Petrificado (desde dondetambién realizamos observaciones nocturnas) y la bús-queda de un buen lugar para ver el eclipse en sumayor esplendor. Así viajamos 40 km al norte de laciudad de Sarmiento, a orillas del lago Musters, pordonde pasó la fina franja de sombra que recorrió laprovincia de oeste a este, sector fundamental en elque debía uno encontrarse si pretendía disfrutar delevento completo.La actividad comenzó muy temprano. Con un cieloabsolutamente despejado y el Sol asomando sobreel horizonte, una caravana partió de Sarmiento y re-

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corrió unos 40 km de ripio y tierra por la ruta provin-cial 24, entre los lagos Musters y Colhué Huapi, esteúltimo, un gigantesco lago que ha quedado comple-tamente seco debido al mal manejo de los recursoshídricos. En esos autos, camionetas y micros, viajabantambién telescopios, filtros, anteojos especiales, cá-maras fotográficas y una gran cantidad de aparatoscaseros inventados para proyectar el eclipse de ma-nera segura.

Crepúsculo a media mañanaDurante el eclipse, se destacaron algunos fenómenosque sorprendieron especialmente a quienes obser-vaban por primera vez este tipo de evento. La Lunacomenzó a cubrir el Sol a las 09:25, y lentamente ibaavanzando hasta producir la anularidad a las 10:38. ElSol volvió a verse por completo a las 12:01. Un rato antes de la anularidad, la luminosidad co-menzó a bajar cada vez más. En realidad, el brillogeneral del cielo descendió apenas un pequeño por-centaje de lo habitual, y nunca llegó a “hacerse denoche”. El ambiente era muy particular, parecía quefaltaban colores en las montañas, en el cielo, en ellago; como si el Sol apenas estuviera asomando. Eracomo una suerte de crepúsculo, pero con el Sol amedia altura sobre el horizonte y sin los colores típi-cos de un amanecer o atardecer, los que se producendebido a la refracción de la luz solar en la atmósferaterrestre cuando el Sol está bajo.A las 10:38:56 comenzó la fase de anularidad, esdecir, cuando la Luna se interpuso completamentedelante del Sol. Esa etapa finalizó apenas 62 se-

La cámara y el telescopio apuntan al eclipse,y por encima, unos anteojos especiales para

la observación solar.

Una mancha solar que pudo observarsetambién durante el eclipse.

gundos después. Para algunos, ese tiempo parecióeterno; para otros, se escapó como el agua entre lasmanos; para todos los que lo observamos, quedó re-gistrado en nuestra memoria para siempre, y en milesde fotografías. Durante ese minuto, además de producirse la partemás espectacular, se pudo comprobar por qué estetipo de eclipses se llama “anular”. Como la órbita dela Luna alrededor de la Tierra es elíptica, en determi-nados momentos nuestro satélite se encuentra unpoco más cerca o un poco más lejos de nuestro pla-neta. En este eclipse, se dio que la Luna estaba unpoco más lejos; entonces, su diámetro en el cielo pa-recía un poco menor al diámetro del Sol (ambos as-tros ocupan casi el mismo espacio en nuestro cielo,con muy leves variaciones producto de las distanciascambiantes). Entonces, en el momento de la anulari-dad, la Luna no alcanzó a tapar por completo el Sol;

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temperatura un rato antes de produ-cirse la anularidad. Quienes teníamospuesto apenas una remera y un panta-lón corto, ya que era verano, estába-mos en un lugar desértico y no habíaviento, tuvimos que abrigarnos e, ins-tintivamente, comenzamos a realizaresos típicos movimientos para calentarel cuerpo.Algunos viajamos 2000 km para ver unfenómeno que duró menos de treshoras, aunque lo que más queríamosobservar duró apenas 62 segundos. Anuestro regreso, lo primero que hici-mos fue tomar el último número de si muove, volver a mirar el mapa delos próximos eclipses de Sol visiblesen nuestro país, y confirmar que hastamitad de siglo tendremos la oportu-nidad de observar unos seis eclipsessolares más, entre totales y anulares(habrá varios más parciales). El próximoserá muy pronto, el 2 de julio de 2019(con un gran eclipse de Luna el 21 deenero del mismo año); casi nada, encomparación con las décadas que es-peramos por el gran eclipse anular alsur de Chubut. n

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ECLIPSE ANULAR DE SOL

Lo que viene...Región central del próximo eclipse total de Solvisible desde nuestro país, el 2 de julio de 2019.El eclipse finaliza en la franja amarilla, por loque si uno se encuentra allí, verá la totalidadcon el Sol ocultándose bajo el horizonte, y nopodrá observar el resto del evento. Por eso, esconveniente viajar hacia el oeste, a Córdoba,San Luis o San Juan, para tener el Sol un pocomás elevado a la hora de la totalidad. Desde laciudad de Buenos Aires el eclipse no será total,sino parcial en un 99%. Algunas localidades quealcanzará la totalidad son Lobos, Chivilcoy yJunín (provincia de Buenos Aires); Venado Tuerto(Santa Fe), Río Cuarto (Córdoba) y Merlo (SanLuis), siempre con el Sol muy bajo, cerca de ocul-tarse. Mientras más alejado se encuentre uno dela franja oscura, menor será la superficie del Soltapada por la Luna.

El equipo del Planetario observó el eclipse alnorte del lago Musters, cerca de Sarmiento,

Chubut.

Durante la anularidad del eclipse, hubo también otro fenómeno no-table. El limbo del Sol (el “borde”) se fragmentó durante los dosmomentos de contacto con la silueta de la Luna, al comenzar y alterminar la fase anular, debido a la superficie irregular plagada decráteres, valles y elevaciones de nuestro satélite. El relieve de laLuna hizo que la luz del Sol pudiera colarse por los valles mientraslas montañas la tapaban. A medida que la Luna se movía, distintospuntos del relieve iban haciendo contacto. Aquí hay una secuenciade cuatro imágenes del segundo contacto, tomadas desde Fa-cundo por Guillermo Abramson, con algunos segundos de diferen-cia, en donde se aprecia el movimiento de la Luna, de arriba haciaabajo, mientras deja visible el borde del Sol, comparada con unasimulación superpuesta del relieve de la Luna.

Limbo recortado por la superficie lunar

10:37:59

10:37:56

10:37:53

10:37:40

y quedó, alrededor de la Luna, un anillo de luz prove-niente del Sol, que muchos llaman “anillo de fuego”(aunque el Sol no sea de fuego). Ese anillo fue muyfino, y se puede apreciar bien en varias de las fotogra-fías que publicamos de ese momento. Otra cosa que se notó claramente fue cómo bajó la

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Relieve lunar

Limbo solar

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ECLIPSE ANULAR DE SOL

Momentos previos al eclipse, con parte del operativo montado a orillas del lago Musters.

Un mural con motivo del eclipse en el centrode artesanos de Facundo.

Una extraña imagen en el momento de la anularidad, con la cámara sin filtro y el

diafragma casi cerrado. Aun así, la luminosi-dad es tal que provoca esa falta de definición

y “quema” la foto. El efecto de rayos se produce al pasar la luz por cada hueco entre

hoja y hoja del diafragma al cerrarse.

Antes, durante y después de la anularidad a través de un telescopio H-Alpha.

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En el cielo las estrellasMitos, historias y ciencia en una astronomía para todos

Guillermo AbramsonCon ilustraciones de andrés Casciani.2016. editorial ediunc, mendoza.Guillermo Abramson nos sugiere detenernos a mirar el cielo con asombro.Se entrecruzan los mitos y las historias con la ciencia de los astros y las leyesque los rigen. El libro se divide en tres grandes partes: la primera presentamitos e historias de las constelaciones y las estrellas. La segunda se detiene ennuestro sistema solar, sus planetas y satélites. Y la tercera cuenta momentosimportantes en el desarrollo de la ciencia de la astronomía. Numerosas fotos, imágenes y dibujos enriquecen la lectura. Las abundantes yoportunas referencias a autores y personajes de nuestra cultura, tanto clásicoscomo modernos, nos permiten entender hasta qué punto es importante co-nocer y reconocer lo que el cielo quiere decirnos.

Manual del Astrónomo AficionadoLa guía más completa para iniciarse en la observaciónastronómica

Enzo De Bernardini2016. disponible en duoptic telescopios, maizal ediciones y Óptica saracco.Conozca el cielo nocturno, sepa dónde encontrar los planetas, identifique las prin-cipales constelaciones y sus estrellas. Sepa cómo utilizar sus binoculares y su teles-copio, conozca los accesorios más utilizados. Cuándo ver las lluvias de meteoros,cómo se producen los eclipses, cómo buscar y observar cúmulos estelares, nebulosasy galaxias. Un manual completamente ilustrado, ideal para todos los que gusten delas noches estrelladas, pensado tanto para los que recién se inician como para losobservadores avanzados, con particular atención al hemisferio sur pero igualmenteútil para el hemisferio norte.

La Luna del 1 al 10Ciencia para contar

Mariano Ribas2016. editorial iamiqué.Los números del 1 al 10 son la excusa perfecta para contar,explicar y mostrar toda clase de datos, imágenes y curiosidadessobre nuestro satélite. De las fases a los eclipses, de los cráteresde impacto a los “mares” y cordilleras, de las “dos caras” de laLuna a las otras “súper lunas” del sistema solar, del telescopiode Galileo al primer viaje tripulado. De todo eso y mucho másse ocupa “La Luna del 1 al 10”, un libro de divulgación científicaespecialmente destinado a los chicos, pero pensado tambiénpara el disfrute de sus padres y abuelos. Narrado de principio afin con textos breves, claros y amenos, acompañados de atrac-tivos gráficos e ilustraciones, y astrofotografías lunares tomadaspor el propio autor.

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A 70 años del primer “plato volador”*

ALIENíGENAS:¿AMIGOS O ENEMIGOS?por alejandro agostinelli, editor de factor 302.4 (factorelblog.com).

La probabilidad de establecer comunicación con presuntos extraterrestres es remo-tísima. Pero hace varias décadas que estamos expuestos a ficciones y mitologías quenos lo hacen perder de vista. Miles de años de antropocentrismo nos nublan la vista,nos hacen ver humanoides en Marte, algo así como pareidolias** alienígenas apare-cidas en el fondo húmedo y oscuro de la Vía Láctea. Dicho esto, Stephen Hawkinginsiste en que hay que tener cuidado con el contacto extraterrestre.

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ALLÁ POR 2010 STEPHEN HAWKING LO DIJO CONTODAS LAS LETRAS: MÁS VALE EVITAR EL CON-TACTO CON EXTRATERRESTRES. No “anticipó unainvasión alienígena”, como tituló el portal de msnargentina y reiteraron otros medios hasta la enaje-nación. La “recomendación” fue parte de un show,más precisamente un ciclo que protagonizó el mismoHawking en discovery Channel.Las palabras de Hawking, jubilado de la cátedra quesupo ocupar Isaac Newton en la Universidad de Cam-bridge, fueron filtradas por una gran cadena de tele-visión. “no tenemos más que mirarnos a nosotrosmismos para ver cómo la vida inteligente podría con-vertirse en algo que no quisieras encontrar”, asegu-raba el cable que afirmó el cosmólogo. Imperturbable, el científico consideró “perfectamenteracional” la hipótesis de la existencia de inteligenciasextraterrestres. Ahora bien, si llegara a darse un en-cuentro entre alienígenas y humanos, Hawking no es

optimista. Ellos podrían invadir la Tierra para abaste-cerse; y si te he visto, no me acuerdo.“si nos visitaran, los resultados serían similares acuando Cristóbal Colón desembarcó en américa, algoque no terminó del todo bien para los nativos”, de-claró el autor de una breve historia del tiempo (1988),el libro de divulgación científica más vendido (y quizá,el menos leído) de la historia. “para evitar el desastre–sigue el cable– el gran reto consiste en saber a quése pueden parecer estos alienígenas”.¿Quién sabe cuán a fondo argumenta a favor de la po-sibilidad de la existencia de vida en el sistema solar ymás allá? Hasta ahora, Hawking sólo había especuladosobre la existencia de vida extraterrestre microbiana. Elprograma de discovery imagina herbívoros amarillos dedos patas, depredadores lagartiformes y bípedos concabeza de sopapa. También muestra otras especies conun aspecto menos ofensivo a nuestra sensibilidad terrí-cola, como unos grises bioluminiscentes, que nadan

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CIENCIA, MITO Y F ICCIÓN

bajo los hipotéticos océanos helados de Europa, elmenor de los cuatro satélites más conocidos de Júpiter.El contexto no es, como fue dicho, el de un paper aca-démico. Pero Hawking ha aconsejado tomar con pin-zas un posible contacto interplanetario, y su consejo(no importa si bien o mal argumentado) ya ha sido di-seminado por doquier gracias al efecto multiplicadorque proporciona la autoridad de ser el científico másfamoso del mundo después de Albert Einstein.

No hables con desconocidosLas declaraciones que se le atribuyen a Hawking tuvie-ron eco porque van a contrapelo de una idea con amplioconsenso social: en nuestra cultura no hay nada más ru-tinario que imaginar extraterrestres bienhechores. Estacreencia no sólo atraviesa grupos minoritarios, como las

religiones ufológicas o buena parte de los aficionadosal tema. Si cerca del 80 por ciento de los norteamerica-nos, por ejemplo, cree en la existencia de vida extra-terrestre, el 77 por ciento acuerda en que podríanhaber visitado la Tierra y entre ellos, un 30 por cientocree que el gobierno ha ocultado las pruebas.Por lo demás, ésta es una búsqueda que hacemos mi-rándonos al espejo: esta ilusión de hallar extraterrestresque se nos parecen (catequizadores en el caso de loscontactados, ceñudos exploradores en el caso de loscientíficos), también alcanza, da sentido a su vida y quiénsabe si no asegura el entusiasmo a cientos de investiga-dores científicos empeñados en escuchar alguna señalque conjure el pavoroso silencio cósmico.Algunos ufólogos han recibido las declaraciones deHawking con una mezcla de gratitud y perplejidad:“¡Bien! al menos admite la posible existencia de alie-nígenas”. En realidad no sólo eso, de sus palabras seinfiere que podría aceptar que entre dos civilizacionescuyas culturas son radicalmente dispares podría sucederalgo parecido a la comunicación. O no, pues su dificul-tad (o, para decirlo con menos diplomacia, su casi se-gura imposibilidad) bien puede estar entre las causas deuna posible conflagración.Ahora bien, ¿qué puede saber Hawking sobre las in-tenciones de “ellos”?, preguntará, escéptico, el buenufólogo. No faltará quien le reclame al cosmólogo“embarrarse las botas” (o las ruedas) antes de sembrarel pánico sobre el real objetivo de los inmaculadosalienígenas. Otros, a favor de una misión patriarcal dela ciencia, aducirán que el consejo de Hawking no esdistinto al que le puede dar un padre a su hijo: “nohables con desconocidos”.

¿Y si vienen en son de guerra?El documental es una forma de entretenimiento y susestrategias publicitarias son parte de la sociedad deconsumo. Razón de más para ir en búsqueda de ayudaal cine. El relanzamiento de los lagartos de v, invasión

Stephen Hawking sugirió “evitar” el contactoextraterrestre, en una estrategia publicitaria

para un programa de TV.

Bajo los hielos deEuropa podría haberagua líquida, lo que

sumado al calorinterno del satélite de

Júpiter representaríaun hipotético nicho

biológico.

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extraterrestre, los descendientes de Diana que haceunos años pasaron por cable con más pena que gloria,podría llevar a pensar que discovery aprovechó el im-pulso que la serie le dio al alienígena beligerante que,dicho sea de paso, supo ser el clásico invasor de la cien-cia ficción de los años ’50. Contra esta suposición, ahítenemos a los ETs muertos de miedo de district-9(N. Blomkamp, 2009) y a los vulnerables pieles rojasgalácticos de avatar. No, la dictomía lagartos terrorí-ficos versus crustáceos desprevenidos, a merced delpeor régimen terrestre posible, no aclara las cosas.Hay tres escenas emblemáticas y convergentes del cinedel siglo XX que pueden echar algo de luz en torno a estacuestión. Una, el sacerdote que cayó fulminado en la pri-mera versión de la Guerra de los mundos (B. Haskin,1953) justo antes de exhibir el crucifijo. Otra, aquellos fe-lices contactados que, sobre la terraza del empire state,elevaban plegarias de bienvenida a los “Hermanos Su-periores” antes de acabar con sus cuerpos pulverizadospor la nave insignia de independence day (R. Emmerich,1996). Y, por último, la suelta de palomas chamuscadaspor los marcianos de Tim Burton (mars attack!, 1996).El cine ironizó sobre la ilusión del buen marciano antesy mejor. Si bien no hay por qué dudar a priori de lasbuenas intenciones de los buscadores del contacto,¿a cuento de qué tanta confianza? Quizá todas estasreflexiones están teñidas de una humana dosis deingenuidad. En el mismo tren especulativo, ¿valemedir con la misma vara las primeras generacionesde radioastrónomos y científicos del espacio con lassiguientes? ¿Podría suceder que las generaciones fu-turas resulten ser víctimas de nuestra presente curio-sidad? ¿O acaso el error descansa en prejuzgar que

todo lo extraño representa una amenaza potencial?

Al enemigo, ni justiciaEntre la ficción y la ciencia tenemos 70 años de mitologíaufológica por desmenuzar. No voy a resumir aquí lo queme costaron 347 páginas de invasores. Historias realesde extraterrestres en la argentina (2009). Pero sí recordarque, allá por 1965, el astrónomo inglés Martin Ryle, pre-sidente de la Comisión de Radioastronomía de la UniónAstronómica Internacional, estuvo entre los primeroscientíficos en manifestarse escépticos respecto de labúsqueda de vida extraterrestre. Más interesado en lainvestigación radioastronómica tradicional, Ryle rechazóuna propuesta de cooperación con sus pares de laUnión Soviética. Como se advierte, las nuevas genera-ciones le pasaron por encima. Pero en 1974, cuando elradiotelescopio de Arecibo, en la caribeña isla de PuertoRico, apuntó su antena a la constelación de Hérculespara transmitir el primer saludo a una eventual civiliza-ción extraterrestre, Ryle sembró la duda: “¿qué es estode andar ventilando más allá del sistema solar nuestraposición? ¿y si son violentos? ¿y si tienen hambre y vie-nen por nosotros?”.En su respuesta a Ryle, el astrónomo Frank Drake1 le dijoque su inquietud llegaba con atraso: las señales de radioy televisión se habían disparado hacía décadas, y po-drían alertar a eventuales alienígenas sobre nuestra pista(un tema que Contacto, la novela de Carl Sagan, tratacon exquisita imaginación, conocimiento y sentido delhumor). Además, el mensaje de Arecibo había sido en-viado a 25 mil años luz de la Tierra, es decir, iba a tomarse25 mil años en llegar a destino. Con todo, el cacareo delas coordenadas de la Tierra en el espacio –y la consi-

Una escena de la película District-9 (N. Blomkamp, 2009), en la que losextraterrestres quedan varados en la Tierra y no la pasan nada bien.

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guiente responsabilidad científica– fue tema de pelia-gudos debates.

El ABC de la diplomacia cósmicaEn 1957, el jurista norteamericano Andrew Haley, en elprimer tratado de Derecho del Espacio, postuló una leysegún la cual los seres humanos “deberíamos tratar alos extraños como ellos desean ser tratados y no comonosotros pensamos que deberían serlo”. En 1970, su co-lega Ernst Fasan, en su libro relaciones con inteligenciasalienígenas, escribió once reglas del llamado “metade-recho”:

1. Toda acción capaz de ocasionar perjuicio a otra espe-cie es absolutamente inadmisible.2. En caso de perjuicio, el que provoca el daño deberáofrecer indemnización plena.3. Cada especie tiene derecho a la defensa propia.4. Todas las especies inteligentes del universo gozan deigualdad de derechos.5. Cada uno de los sujetos del metaderecho tiene el de-recho de la propia libre disposición.6. Cada especie tiene el derecho de reivindicar el propioespacio vital.7. El principio de conservación de una especie no tendrápreferencia frente a la evolución de la otra.8. Ninguno de los sujetos del metaderecho podrá exigiralgo imposible.9. Las estipulaciones del metaderecho son de cumpli-miento obligatorio.10. Ninguna de las normas del metaderecho debe serrespetada si su observancia tuviera por consecuenciael aniquilamiento de la especie comprometida por laobligación.11. Es más un principio ético que legal, el que una es-pecie venga en auxilio de otra en caso de necesidad (1).

La complejidad de estos conceptos quizá es algo impo-sible de transmitir a una forma de inteligencia total-mente ajena a las inteligencias conocidas. Por cierto, sila probabilidad del contacto es baja, las posibilidadesreales de comunicación aun lo son mucho más.Pero entre los investigadores del derecho espacial, labúsqueda de un marco jurídico y legal para fijar posiblesrelaciones interplanetarias era un hecho a comienzos delos años ’70.Entre los argentinos, el jurista Aldo Armando Cocca,gestor del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Ga-lileo Galilei, escribió en 1957 una de las primeras Teoríasdel Derecho Interplanetario (2). Las ideas de Cocca secristalizaron en 1987 en el primer Protocolo Internacionalelaborado sobre el tema, titulado xii tablas para inves-tigadores en inteligencia extraterrestre. Sus autores,entre quienes se destacaron el diplomático MichaelMichaud y el astrónomo argentino Jorge Sahade, con-cluían que: a) “si bien la humanidad no está lista parainiciar comunicaciones interestelares (…) para evitar elimpacto negativo que podría suceder a la recepción deuna señal artificial desde el cosmos (…) es necesario quela humanidad esté informada y prevenida” y b) “el có-digo de conducta para investigadores debe contenerguías precisas que respondan, al menos, al siguienteprincipio: prudencia, verificación, verdad, lealtad y res-

puesta inmediata. la conducta a observar por los res-ponsables de contestar ha de ajustarse a los principiosde respuesta universal, amistosa bienvenida, entendi-miento y no agresión, cooperación, respeto y preserva-ción de la vida y de la propiedad”.En el curso de toda discusión sobre cómo manejar unaeventual relación con extraterrestres, el acento está enlas acciones humanas. La razón es sencilla: nadie puedeadivinar los modales de una civilización alienígena. Tenerconsciencia de esa ajenidad también supone un enigmade primera magnitud sobre cuál es el modo adecuadode presentarse ante inteligencias no humanas. En 1973,las sondas pioneer arrojaron fuera del sistema solar unaplancha de aluminio con el dibujo de un hombre y unamujer desnudos. Sólo el hombre “saludaba” (como si elgesto pudiera significar algo para otra cultura) y –parahorror de Hawking– ¡se ventilaban las coordenadas dela Tierra en la galaxia!

No confíes en nadieHace cuarenta años que los integrantes del proyectoBúsqueda de Inteligencias Extraterrestres (por sus siglasen inglés, SETI) rastrean el cielo. Si llegasen a tropezar

El radiotelescopio de Arecibo, Puerto Rico, de 305metros de diámetro, fue utilizado para transmitir

el primer saludo a una eventual civilizaciónextraterrestre, en 1974.

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con algo parecido a un mensaje inteligente alienígena,¿cuál sería el siguiente paso? Una de las eminencias delproyecto SETI, el cosmólogo y astrobiólogo Paul Davies,dijo: “mi consejo enérgico será mantener en secreto lascoordenadas de la entidad transmisora hasta que la co-munidad mundial evalúe con qué estamos tratando. noqueremos que nadie dirija su radiotelescopio al cielo ymande sus propios mensajes a la fuente”. Vale la penatranscribir un delicioso fragmento de la entrevista del re-portero Jon Ronson, publicada por el periódico britá-nico the Guardian (3).

Ronson: -¿entonces le dirán al mundo que los extrate-rrestres nos están mandando señales, pero renunciarána decir de dónde?Davies: -exacto.Ronson: -le matarán. le atraparán y le torturarán parasacarle la información.Davies: -pero, ¿cuál es la alternativa? imagine que vamosa las naciones unidas… que son tan “expertas” en en-contrar soluciones armoniosas a los problemas delmundo… sería un completo desastre. ¿y cuáles son lasagencias que pueden representar realmente a la huma-nidad? no acudiría a la iglesia Católica, ¿verdad? ni alejército de ee.uu.”.

El curso de acción más prudente, siguió Davies, “serácrear una especie de parlamento de la ciencia como elcreado para supervisar la exploración científica de la an-tártida”. El periodista de the Guardian insistió: queríasaber qué mensaje transmitirán.

Davies: -Creo que debemos decir algo sobre nuestroslogros científicos y sobre nuestra comprensión acercade cómo funciona el mundo. algo de física fundamental,biología. pero, sobre todo, de física y astronomía.Ronson: -¿y algo de música clásica?

Davies: -Bueno, podemos, pero no va a significar grancosa para ellos.Ronson: -¿y por qué no significa nada para ellos?Davies: -No hay nada seguro en este juego, pero nuestraapreciación del arte y la música está muy relacionada connuestra arquitectura cognitiva. No hay ninguna razón porla cual otras especies inteligentes compartan nuestrosvalores estéticos. La teoría de la relatividad general esimpresionante y, sin duda, ellos la entenderán. ¿Les mos-trarías un Picasso, la Mona Lisa? No les interesaría.

El disco de oro que la NASA envió a bordo de las sondasvoyager contenía discursos de los ex presidentes KurtWaldheim (Austria) y Jimmy Carter (Estados Unidos).“eso es un mundo de distancia con lo que deberíamoshacer”, respondió Davies. Y, con visible franqueza, concluyó que intentaría decir a los extraterrestres queen el planeta no hay un gobierno unitario, que la Tierra“es un gran lugar de libertad, incluso una anarquía… aunque decir esto a los alienígenas, si sólo tenemos lasmatemáticas en común, será una especie de desafío”.

El pistolero interplanetarioEn la década del ochenta, cuando el mundo se conmovíaante la Iniciativa de Defensa Estratégica (un sistema demisiles intercontinentales antinucleares conocido comostar Wars) y capeaba una política anticomunista y neo-conservadora que sería un juego de niños comparadacon las que estaban por venir, Ronald Reagan, por enton-ces presidente de los Estados Unidos, protagonizó unbrulote que enseña a no minimizar el rol de las creenciasde los políticos capaces de definir el destino del mundo.El 4 de diciembre de 1989, en su primer encuentro cum-bre en Ginebra, Reagan le propuso a su par soviético,Mijail Gorvachov, la siguiente suposición: “si el mundosufriera una amenaza del espacio exterior; ¿no cree quenuestros países olvidarían sus diferencias para unirse

El personaje encarnado por Stephen Lang en la películaAvatar (James Cameron, 2009), nos refresca cuál es elpredador más destructivo que existe sobre la Tierra.

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frente al enemigo común?”. En 1986, durante el primer encuentro sobre Posibilida-des de Vida Extraterrestre organizado por la Facultad deCiencias Exactas de la UBA, el difunto sociólogo Gui-llermo Magrassi dijo que, si el dilema se da en esos tér-minos, “juro luchar codo a codo… junto a los invasores”.El conductor de la aventura del Hombre no había con-vivido en vano largas temporadas con chiriguanos, tobasy mapuches. Ese día dio una lección de realismo moralque se anticipó varias décadas a los crustáceos de district-9 o a los pandorianos que refrescan cuál es elpredador más destructivo que existe sobre la Tierra.Gorvachov, a la sazón secretario general del Partido Comunista de la URSS, desestimó la oferta de Reaganporque “no tenía clara la posición de la teoría marxista-leninista acerca de la legitimidad de cooperar con los im-perialistas contra una invasión interplanetaria”, en clarademostración de que el líder soviético nunca leyó lasconferencias del líder trotskista argentino J. Posadas2.Pero, ups, la apelación de Reagan no figuraba en elmemo oficial del gobierno norteamericano para lacumbre: el presidente había improvisado. Al regresarde Ginebra, Reagan se jactó de haberse anotado unporoto ante Gorbachov. Colin Powell, su consejero deseguridad, se interesó en el asunto y averiguó queaquel día Reagan –fanático de la ciencia ficción desdesus tiempos en Hollywood– había buscado inspiraciónen el film the day the earth stood still (El día que pa-ralizaron la Tierra, R. Wise, 1951).De ahí en más, Powel vigiló cada vez que Reaganamagó mencionar posibles invasiones alienígenas. Susrecaudos no impidieron que las declaraciones delviejo cowboy de mentirita fogonearan la hogueraconspirativa durante los siguientes veinte años (4).Ronald Reagan fue un apasionado por los ovnis desde1981. En 1986, visitamos con el periodista J. AntonioHuneeus al coronel húngaro Colman VonKeviczky, pre-sidente del grupo de investigación ovni Icufon, en sucasa en New York. VonKeviczky nos mostró la correspon-

dencia que intercambió con Reagan y nos reveló susintentos por influir al Secretario General de las Nacio-nes Unidas, U Thant, para que la ONU creara unaagencia de vigilancia de la actividad ovni. Su predica-mento alcanzó al presidente de la isla caribeña de Gre-nada, Eric Gary, quien en 1978 dio un discurso en laAsamblea General de la ONU sobre la necesidad deproteger la vida de “alguna criatura ultramundana queviniese a despedazarnos, a desollarnos la piel de nues-tras espaldas como nosotros hacemos con los árboles”.Para VonKeviczky, los ovnis eran “una fuerza de tareasintergaláctica resuelta a destruir el planeta, a menos quelos líderes del mundo pongan fin a sus hostilidades”.Y vos, ¿de qué lado estás? n

1 En 1960, el astrónomo y astrofísico estadounidenseFrank Drake lanzó el pionero proyecto Ozma, dedi-cado a la búsqueda de inteligencias extraterrestres. Espresidente emérito del instituto SETI.2 J. Posadas (Homero Cristalli, 1912-1981) fue un dirigentetrotskista convencido de que la Tierra estaba siendo visi-tada por “seres superiores” con alto grado de desarrollotecnológico, ya que en su planeta habían alcanzado “unaorganización social parecida a la socialista”.

Bibliografía consultada(1) Lemarchand, Guillermo A. el llamado de las estrellas.Búsqueda de inteligencia extraterrestre. Ed. Lugar cien-tífico. 1992.(2) De León, Pablo. Historia de la actividad espacial enla argentina. 2008.(3) Jonson, Jon. first contact: the man who’ll welcomealiens. the Guardian. 6-03-2010.(4) Villanueva Prieto, Francisco Darío. el apocalipsis dela realidad, en Lámpara Azul. Revista del Instituto deEstudios Clásicos Occidentales y Orientales. 2010.

* El 24 de junio de 1947 un piloto vio sobrevolar una es-cuadrilla de nueve objetos brillantes cerca de Mount Rai-nier, Washington, EE.UU. Las declaraciones del testigo,Kenneth Arnold, fueron recogidas por un periodista quebautizó esos objetos como “platillos voladores”. Desdeentonces la polémica evolucionó hasta volverse uno delos más perdurables fenómenos de la cultura popular.La idea de que la Tierra es visitada por extraterrestresse instaló con fuerza. Ayer y hoy, las noticias sobre ovnissiguen siendo tomadas con fascinación o escepticismo.** Pareidolias: ver el artículo siguiente.

El autor: Alejandro Agostinelli, periodista especiali-zado en creencias y misterios, comenzó su carrera afines de los ’80 como redactor de las revistas Conozcamás, misterios, enciclopedia popular magazine yGente, y de los diarios la prensa y página/12. En 1990cofundó la fundación Cairp y fue asesor de su revista,el Ojo escéptico. También fue productor de televisión,documentalista y editor de las revistas de divulgacióndescubrir, neO, pensar, el escéptico y newsweek.Creó el sitio dios! (dios.com.ar) y los blogs magiacrítica, Ciencia Bruja (yahoo!) y factorelblog.com. Esautor de invasores. Historias reales de extraterrestresen la argentina (Random House, 2009).

El f ísico inglés Paul Davies es una de laseminencias del proyecto SETI, y sugieremantener en secreto las coordenadas si

llegara algún supuesto mensaje extraterrestre.

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Dos típicas pareidolias astronómicas. La NebulosaCabeza de Caballo (Barnard 33) es una nube os-

cura y fría, parte del complejo de nubes molecula-res de Orión, y se observa en fotografías (no portelescopios ya que es demasiado tenue) porqueestá delante de una nebulosa brillante (la rojiza

IC 434). A la izquierda, la Cabeza de Bruja (NGC 1909), una nebulosa de reflexión muy pálida, iluminada por la cercana estrella azul Rigel, todo

en la constelación de Orión.

Nuestro cerebro obra de formas misteriosas

¡SANTAS PAREIDOLIAS!por diego Hernández, planetario de la Ciudad de Buenos aires Galileo Galilei.

Una pareidolia es un fenómeno psicológico que consiste en que un estímulo indefi-nido y aleatorio es percibido erróneamente como una forma reconocible, muy gene-ralmente, una cara, aunque también puede parecer una figura humana, un personajehistórico o ficticio, un animal o un elemento cotidiano. La astronomía también esfuente de la imaginación y la sugestión.

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ASTRONOMÍA Y PSEUDOCIENCIA

EL FENÓMENO DE LAS PAREIDOLIAS ES UTILIZADOEN EVALUACIONES PSICOLÓGICAS, COMO ELTEST DE RORSCHACH, UN FAMOSO MéTODOQUE CONSISTE EN VER UNA SERIE DE FIGURASAMBIGUAS Y SIMéTRICAS, E IMAGINAR, A TRAVéSDE LA SUGESTIÓN, ALGO FAMILIAR. Es un métodoque carece de rigor científico. Nubes, montañas, grifos,tostadas, relojes, bolsos, casas y hasta animales o plan-tas pueden adquirir, aparentemente, una figura cono-cida, una imagen religiosa o fenómenos paranormales.Hasta hay quienes encuentran connotaciones sexualesen los dibujitos de Disney. Algo muy divertido es escri-bir “pareidolias” en un buscador de Internet y ver lacantidad de imágenes que aparecen (incluso, “gatosparecidos a Hitler” o “personas parecidas a objetos”).Cuando aplicamos estos métodos en astronomía,muchas nebulosas y ciertas configuraciones en cráte-res y montañas, pueden convertirse en pareidolias. Elmáximo exponente de esto es la famosa “Cara deMarte” (ver artículo siguiente): una foto tomada por lasonda Viking 1 en 1976, en la que muchos vieron unrostro. Una imagen posterior, con mayor resolución ydesde otra perspectiva, develó que sólo se trataba deun fortuito juego de luces y sombras en una formacióngeológica común del terreno marciano.Las constelaciones son otro ejemplo clásico, aunqueen este caso hay que emplear muchísimo más la ima-ginación y la sugestión para ver figuras donde sólo haypuntos luminosos, aunque intentemos unirlos con lí-neas imaginarias.

Las nebulosas son más generosas. Así tenemos la famosaCabeza de Caballo (llamada también Barnard 33, por sunúmero de catálogo) y la Cabeza de Bruja (NGC 1909)en la constelación de Orión; o el Mañic, un gran ñandúque formaban los mocovíes del Chaco y otros pueblosoriginarios con las manchas oscuras y brillantes de la VíaLáctea, entre la Cruz del Sur y el Escorpión. Incluso hay quienes ven una liebre entre las manchasoscuras, llamadas mares, de la Luna. Pero todo estono tiene más valor que un juego mental, de la mismaforma que cuando imaginamos figuras con las nubes,o con las manchas de humedad del baño.

Qué te has creídoNuestros sentidos no son una guía completamentefiable. Muchas veces son engañados por sus propiaslimitaciones. Pero tenemos una cualidad muy intere-sante en el reconocimiento de patrones, que muchasveces puede ser falsa. Desde bebés somos capacesde reconocer caras fácilmente; y ya de grandes, pode-mos identificar un rostro conocido entre millones de

Una pareidolia autóctona: una figura animal(un cerdo, un delfín, o quizás, un manatí) en una

rica empanada casera.

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personas. Nuestro cerebro detecta también imágenessemejantes a rostros o figuras donde en realidad sólohay una sombra o una mancha de grasa.A veces, no somos capaces de distinguir uno de estospatrones a simple vista. Pero con un pequeño estímuloy un poco de sugestión, como el de alguien que nosindique cómo es y dónde está la figura, podemos lle-gar a ver algo que realmente no existe. El Mañic es unclásico de este tipo. Cuando vamos al campo a obser-var el cielo, especialmente en las noches de marzo ajunio, lo podemos ver, pero sólo si alguien que ya co-noce la figura nos lo muestra.No deja de sorprender la capacidad de la mente hu-mana para imaginar cosas que no existen. Nuestras

Marte da para todo: Pie Grande, una cucharay la carita feliz del cráter Galle.

Spirit / NASA (2004). Curiosity / NASA (2016). Mars Global SurveyorNASA (2008).

percepciones pueden estar distorsionadas por la edu-cación, la cultura o los prejuicios, o por las limitacionesde nuestros órganos sensoriales, que sólo percibenuna parte muy pequeña de la realidad. Tendemos ahumanizar lo desconocido. Por eso, entre otras cosas,los extraterrestres siempre son físicamente parecidosa los humanos: son bípedos, tienen una columna ver-tebral, cuatro extremidades, una cabeza, dos ojos. Enrealidad, ésas son las cualidades y estrategias evoluti-vas de los vertebrados: mamíferos, aves, reptiles, anfi-bios y peces. El resto, la enorme mayoría de los seresvivos de nuestro planeta, es muy diferente, como se-guramente lo sean los seres vivos que, si es que loshay, existen en otros mundos. n

Salvador Dalí tenía clarísimo el tema de las pareidolias. En 1940 pintó el“Mercado de esclavos con aparición del busto invisible de Voltaire”, en el que la

figura del gran filósofo francés aparece y desaparece entre las ruinas de laguerra y un par de mujeres vestidas según el estilo del siglo XVII.

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Un mito que nació, creció y murió

LA “CARA DE MARTE”NO ExISTEpor lic. mariano ribas, planetario de la Ciudad de Buenos aires Galileo Galilei.

Hace cuatro décadas, una tosca foto en blanco y negro, tomada por la nave Viking I(NASA), disparó una de las fantasías pseudocientíficas más famosas de todos lostiempos. La imagen mostraba una formación geológica que, favorecida por la pers-pectiva y un juego de luces y sombras, se parecía a un rostro humano. De poco sir-vió que los científicos explicaran, una y otra vez, que era una simple estructuranatural. La otra versión, la de los desinformadores de siempre, resultó mucho másvendible: la “cara”, decían, era un monumento construido por marcianos de antaño.Lo que sigue es una breve crónica sobre el curioso nacimiento, el rápido ascenso yla estrepitosa caída de la “Cara de Marte”.

NASA

La imagen tomada en 1976 por la sonda Viking 1 fue archivada y encontradade casualidad en 1980, cuando se disparó el mito de la “Cara de Marte”.

Vikingos en MarteEn 1976, la NASA se anotó uno de los hitos más espec-taculares en la historia de la exploración planetaria: losmódulos de descenso (landers) de las Viking 1 y 2 lo-graban posarse con éxito en la superficie de Marte.Mientras ambos robots trabajaban separados por milesde kilómetros en el hemisferio norte, sus respectivasnaves “madre” (los orbitadores) daban vueltas alrede-dor del planeta a 2000 km de altura. Así tomaron milesde fotografías que, por primera vez (más allá de algunasmisiones previas, como las Mariner 4, 6, 7 y 9), revelaroncon lujo de detalles los desoladores paisajes marcianos:

grandes llanuras, cráteres erosionados, lomas, barran-cos, fisuras, tierras altas y bajas, y hasta largos y sinuosossurcos que parecían lechos de ríos extintos. Colada enmedio de esa catarata de fotos que viajaba a la Tierratransmitida por radio, venía una sorpresita…

Cabeza y pirámidesTodas las fotos eran almacenadas digitalmente en losdiscos del national space science data Center de laNASA, en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos. Peroeran tantas, que los científicos sólo podían mirar la ter-cera o cuarta parte. En medio del montón de imágenes

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desatendidas, había una tomada el 31 de julio de 1976por la Viking 1, catalogada como 35A72, pero con unrótulo más informal y juguetón: “Cabeza”. Para los ex-pertos, era una imagen más, y nunca imaginaron queprovocaría tanto revuelo.La foto quedó archivada hasta que, en 1980, fue encon-trada casi por casualidad por Vincent Di Pietro, un ex-perto en informática que, en un rato libre, se habíapuesto a revisar una pila de fotos de las Viking. Al verla,Di Pietro quedó hipnotizado: en plena región de Cydo-nia, a 40° de latitud norte, creyó ver la cara de unamujer. A partir de la escala de la fotografía, dedujo que

vocada por una fortuita combinación de factores: acci-dentes del relieve marciano, el ángulo de iluminaciónsolar y las sombras proyectadas. Y las ganas de creer,por supuesto. Pero no hubo caso. El mito creció descontroladamentea principios de los años ’80, alimentado por todo tipode rumores: que la NASA quería esconder pruebas (unfalaz y repetido argumento pseudocientífico), que habíauna ciudad marciana y que las Viking habían fotogra-fiado diez o doce caras más. Los embaucadores recu-rrieron a supuestas fotos secretas, y dijeron y escribierontoda clase de mentiras para defender sus fábulas. Peroes sabido: las mentiras, en Marte o en la Tierra, tienenpatas cortas.

El principio del finLa “Cara de Marte” comenzó a desdibujarse en 1998,cuando mars Global surveyor (MGS), una nave orbita-dora de la NASA, examinó la curiosa formación deCydonia. A diferencia de las legendarias Viking, la MGStomó fotos cinco veces más cerca (a sólo 444 km de al-tura) con una cámara de mayor resolución. Mientras quelas fotos de 1976 mostraban detalles nunca menores a50 metros de largo, las vistas de la MGS revelaban cosastan chicas como un auto. Además, fueron tomadasdesde distintos ángulos, y con iluminación y sombrasdiferentes. Así, con una contundencia demoledora, lanave de la NASA reveló que la “Cara de Marte” no eramás que una meseta rocosa de 1500 metros de largo,ondulada y fracturada por algunas fisuras. En 2001, laMGS volvió a desmenuzar, con lujo detalles, la capri-chosa formación geológica. El mito estaba herido demuerte.

Mars Express y la imagen 3DEl golpe de KO llegó en julio de 2006, cuando la marsexpress (la nave europea que está en órbita marcianadesde 2003, y aún funciona) apuntó su Cámara Estéreode Alta Resolución (HRSC) a la zona de Cydonia. Susimágenes 3D revelaron como nunca antes la verdaderanaturaleza de la “Cara de Marte” y de las supuestas pi-rámides. Tal como era de esperar, sólo se trata de unos

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En 1998, la sonda Mars Global Surveyor, con tec-nología mejorada, tomó imágenes mucho más

cercanas y comenzó a develar el misterio.

Carl Sagan posa con un modelo de los landers(módulos de descenso) de las naves Viking.

NASA

NASA

medía unos 1500 metros. El técnico, intrigado por suhallazgo, siguió revisando más fotos, y así tropezó conotra toma (la 70A13), del 4 de septiembre de 1976: otravez el enigmático rostro femenino. Pero había algo más:a unos 15 km parecía insinuarse un grupo de… ¿pirá-mides? El cóctel era explosivo. Y claro, explotó.

El boom de la “cara”Ambas fotos llegaron a manos de la prensa, y una vezpublicadas, estalló la locura: todo el mundo comenzóa ver la “Cara de Marte”, tal como fue bautizada me-diáticamente. En todas partes, incluso en Argentina,ufólogos y “especialistas” aseguraron que el “rostro demujer” y las “pirámides” eran monumentos construidospor una antigua civilización marciana. Se publicaron in-contables artículos sensacionalistas en diarios y revistas,y hasta libros enteros, como el best seller leben aufdem mars (Vida sobre Marte), del “investigador” ale-mán Johannes von Buttlar. Los verdaderos expertos (astrónomos, geólogos y pe-riodistas especializados) intentaron aclarar el asunto, yexplicaron que sólo se trataba de una ilusión visual pro-

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montículos sedimentarios, dispersos y erosionados porel medio ambiente marciano durante millones de años.Fue el final de una fábula pseudocientífica que duró dé-cadas y que, en cierto modo, funcionó como una espe-cie de Test de Rorschach masivo: mucha gente vio loque quiso ver; a veces, con toda inocencia. Comocuando una parte de una montaña nos despierta la ima-

gen de un animal, una persona o un zapato (ver artículoanterior, las pareidolias). O cuando jugamos a dibujarformas en las nubes. Otras veces, con toda la mala fe ylas trampas que suelen poner en práctica los partidariosde las pseudociencias a la hora de defender sus recla-mos disparatados. Pero ya está. Ciencia mediante, seacabó el cuento. n

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Ilustración de la sonda Mars Express con su Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC).

Imagen de “la cara” tomada en 3D por Mars Express en 2006.

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ACTIV IDADES

Planetario para personas ciegasNuestro cielo táctil y auditivo, conocido desde hace 15años como “El cielo para todos”, inaugura una nueva

etapa de desarrollo. Apoyado en los dispositivos hápti-cos (a través del tacto) y en los recursos sonoros de su

tercera versión, lleva la adaptación táctil del cielo deBuenos Aires y brinda una descripción sonora de los colores y el brillo de las estrellas. Ahora también nosacercamos al barrio, a la escuela y a las instituciones dirigidas a las personas con discapacidad visual. Los

primeros objetivos fueron la asociación sin fines delucro ASAC (Asociación de Ayuda al Ciego), la escuela

especial Nro. 505 de la localidad de Merlo y la Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC).

Música en el RosedalDurante el otoño nuestro Planetario realizó actividadesen el Rosedal de Palermo, en donde fusionamos en unpaseo clásico de Buenos Aires, la música con la astrono-mía. Quienes se acercaron pudieron disfrutar de la música de PIGS Pink Floyd Experience (un grupo argentino que realiza un tributo a la gran banda britá-nica), y de Sophos, una banda de “música electrónicaespacial”. Ambos actuaron sobre el escenario flotantedel lago del Rosedal. Además, hubo telescopios monta-dos por el personal del Planetario, a través de los cualespudimos observar la Luna y Júpiter.

Cursos en Estación FederalEn mayo, junio y julio nuestro Planetario brindó cursos dedivulgación científica en la sede de Estación Federal,bajo los arcos del ferrocarril, en los bosques de Palermo.“El Sistema Solar: novedades de nuestros mundos veci-nos”, “Descubrir, Observar y Disfrutar el Cielo”, “Estruc-turas Cósmicas”, “Conociendo las estrellas”, “Crónicasde un Eclipse Anular de Sol” y “Taller de Telescopios”fueron las propuestas para compensar parte del tiempoen el que el Planetario estuvo cerrado por las obras deremodelación y mantenimiento.

Planetario ItineranteEl Planetario Itinerante vuelve al ruedo y qué mejor

manera de hacerlo que visitando el Jardín de infantesSueños Bajitos del Barrio 31 Bis. Una tarde entre plane-

tas, estrellas, pintorcitos y galletitas que nos endulza-ron el corazón. Agradecemos la invitación de los

docentes para compartir y disfrutar de la curiosidad delos chicos al ritmo de nuestro espectáculo “María

Chiquita”, un cuento sobre las distintas formas demirar el universo. Además, con el apoyo de la Comuna14, visitamos la Escuela Normal N° 4 y la Escuela para

niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad mental Dr. Rafael Luis Arcone.

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ASTROFOTOGRAFÍA

Una fusión de dos imágenes en dos fases diferentes de la Luna, una del 2 de julio en cuarto creciente, más la Luna llena siguiente. Cada una fue obtenida a partir de 25 fotos de cada fase, que luego se

“apilaron” y “fusionaron” mediante Photoshop y algo de trabajo, ya que costó mucho hacer coincidir loscráteres debido al movimiento de libración lunar. La particularidad de esta foto es que normalmente, en

cuarto creciente no puede observarse la luz cenicienta. Pero al unirla con la de la Luna llena pudimoshacer visible esa zona oscura.

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ASTROFOTOGRAFÍA

Nebulosa oscura IDN 1622 y Bucle de Barnard.

Nebulosa NGC 6334, Pata de Gato, en Escorpio.

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Campo amplio, medio y profundode la galaxia de Andrómeda. Ma

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ASTROFOTOGRAFÍA

Nebulosas Cabeza de Caballo y la Flama, en Orión.

Cometa McNaught desdeel Planetario (2007).

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ASTROFOTOGRAFÍA

Puesta de Venus y Marte sobre Acassuso.

Una secuencia de la puesta de Venus (el más brillante), Marte y varias estrellas, en la que puede verse cómo elbrillo baja y el color se enrojece mientras disminuye la altura, debido a la refracción atmosférica. Todas son tomassuperpuestas de 2 segundos de exposición cada una.

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Grupo Astronómico Osiris: la observación a simple vistacomo punto de partida para la enseñanza de la astronomía

MIRANDO DESDEOTRA ÓRBITApor dr. diego Galperin, proyecto de extensión miradas al cielo, universidad nacional de río negroe instituto de formación docente Continua de el Bolsón.

Muchas personas piensan que necesitan comprar un telescopio para comenzar aaprender astronomía. Sin embargo, en Bariloche y El Bolsón se desarrolla el pro-yecto Miradas al cielo, que propone enseñar y difundir esta temática sin mayor ins-trumental que nuestros propios ojos.

EDUCACIÓN

EN 1999, DESDE EL INSTITUTO DE FORMACIÓNDOCENTE CONTINUA DE EL BOLSÓN (RÍO NEGRO),COMENZAMOS A ORGANIZAR OBSERVACIONESDEL CIELO Y OTRAS ACTIVIDADES ASTRONÓMICAS,con el fin de lograr que alumnos y docentes de los dis-tintos niveles educativos se aproximen a este campo delsaber de las Ciencias Naturales, de escasa inserción enel currículum escolar. Unos años más tarde quedó en evi-dencia la escasa participación del nivel medio en estaspropuestas, lo que motivó la implementación de un pro-yecto dirigido especialmente a esos chicos. El proyectotiene como propósito la inclusión paulatina de la astro-nomía observacional como parte de los contenidos cu-rriculares en las instituciones escolares, y se encuentraen desarrollo ininterrumpido desde 2005.Para llevarlo a cabo, se conformó un equipo de lide-razgo del proyecto, el Grupo Astronómico Osiris, inte-grado por estudiantes de secundaria y docentes. Estegrupo se reúne en horario extraescolar todos los viernes

de 18:30 a 20:30 para aprender astronomía y, al mismotiempo, generar acciones para su enseñanza en las es-cuelas y para su divulgación hacia la comunidad. Coneste fin se realizan capacitaciones para docentes, charlasde divulgación, clases y talleres en las escuelas, funcio-nes de planetario, observaciones del cielo, concursosastronómicos, “Encuentros de Jóvenes Astrónomos”(E.J.A.) y muchas propuestas más. De este modo se busca que los estudiantes del grupoincrementen sus conocimientos sobre la temática yque, al mismo tiempo, aprendan algo que conside-ramos más importante: que el conocimiento propiotiene sentido en la medida en que podemos utilizarlopara que otros también aprendan, intentando buscarque estos aprendizajes queden ligados a vivencias pla-centeras en relación a la astronomía. En 2013, Miradas al cielo fue aprobado como proyectode extensión de la Universidad Nacional de Río Negro,lo que hizo posible la prolongación de sus actividades

Encuentro de Jóvenes Astrónomos (E.J.A.) de Malargüe 2014.

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EDUCACIÓN

a la ciudad de Bariloche, donde comenzó a funcionaren simultáneo otro núcleo de trabajo del Grupo Astro-nómico Osiris. A su vez, el interés en el proyecto porparte de alumnos de otros niveles educativos ha gene-rado la creación de los grupos “Osiris Kids”, integradopor alumnos de nivel primario, y “OSIRISup”, con estu-diantes de nivel superior. Este último grupo ha centradosu desarrollo en la realización de actividades en escue-las y centros barriales, y procura que la astronomía ob-servacional llegue a una mayor cantidad de niños.Como es posible percibir en las diversas propuestasque llevamos a cabo, la observación a simple vista delcielo constituye una actividad muy motivadora para es-tudiantes de todas las edades, e incluso para gran partede los adultos, debido a que puede realizarse desde lacasa de cada uno, y a que su estudio promueve la ge-neración de gran cantidad de cuestionamientos en re-lación a los fenómenos astronómicos cotidianos, a lascaracterísticas de nuestro universo y a nuestra presenciaen él. En este sentido, observar el cielo es una actividadque despierta infinidad de preguntas fascinantes y quela humanidad ha tratado de ir respondiendo de dife-rentes modos a lo largo de la historia.

¿Cómo funciona Osiris?El Grupo Astronómico Osiris es abierto y horizontal, y sepuede ingresar en cualquier momento del año. Está in-tegrado por alumnos de nivel medio, quienes decideny sostienen la mayor parte de las propuestas que se lle-van a cabo. El grupo debe su nombre al planeta extra-solar HD 209458b, llamado extraoficialmente Osiris, elcual representa el espíritu del grupo: Osiris constituyeun mundo nuevo por descubrir, que está ubicado en unlugar lejano de los centros astronómicos más conocidos,donde se desarrolla la astronomía con un enfoque ob-servacional y topocéntrico, muy distinto al presente enla mayoría de los libros y materiales curriculares sobre latemática. De ahí proviene la frase que caracteriza algrupo: “mirando desde otra órbita”.En Osiris, la predisposición y los intereses de sus inte-grantes determinan la mayoría de las propuestas que serealizan, y como meta fundamental se intenta que losestudiantes organicen y coordinen actividades dirigidasa sus pares y a la comunidad. De este modo, los alum-nos de nivel medio llevan a cabo talleres en las escuelas,manejan los telescopios en las observaciones, realizanmicroprogramas radiales que se difunden en los medioslocales, organizan campañas para disminuir la contami-nación lumínica y, recientemente, han producido videospropios que se muestran en “OSIRIS Divulgación”, uncanal creado en YouTube.A su vez, la presencia de alumnos muy interesados pro-vocó la participación en las Olimpíadas Nacionales deAstronomía, donde se obtuvieron primeros puestosentre los años 2010 y 2014, y en las Olimpíadas Latinoa-mericanas de Astronomía, con medallas de bronce y deoro en 2012 y 2013, respectivamente.Toda esta actividad ha provocado que el proyecto seareconocido ampliamente a nivel local, aunque tambiénen el ámbito provincial y nacional. En este sentido, elGrupo Astronómico Osiris ha sido declarado de interéseducativo, social y cultural por la Legislatura de la Pro-vincia de Río Negro y por el Concejo Deliberante de El

Bolsón. A su vez, el proyecto ha recibido los premiosEducar-Intel 2007 y Clarín-Zurich 2011, y fue seleccio-nado en las convocatorias de subsidios de la FundaciónYPF 2007 y de Petrobrás Socioambiental 2013.

¿En qué consisten los E.j.A.?Más allá de la extensa cantidad de propuestas que se lle-van a cabo, existe una actividad anual que despierta graninterés y motivación en los estudiantes: los “Encuentrosde jóvenes Astrónomos” (E.J.A.). Estos encuentrosconstituyen “minicongresos” de astronomía dirigidos aniños y jóvenes de entre 11 y 18 años, en los cuales sellevan a cabo diferentes propuestas de divulgación de latemática, siempre en un marco donde las vivencias agra-dables y significativas potencian las ganas de aprenderde los participantes. Para ello se convoca a especialistasprovenientes de diversos puntos del país para realizar lasactividades, aunque una parte importante de las mismasson coordinadas, como es habitual, por los estudiantesdel Grupo Astronómico Osiris.

Miradas al cielo: un balance de estos 12 añosEl proyecto ha permitido desarrollar propuestas innova-doras de enseñanza de la astronomía relacionadas conla observación del cielo a simple vista, lo que ha hechoposible que estudiantes de todas las edades y tambiénadultos, puedan acercarse a esta área de la cual granparte de la población posee escasos conocimientos o,muchas veces, concepciones alternativas que dificultanla comprensión de los fenómenos celestes. En este sen-tido, estamos convencidos de que una proporción im-portante de los más de 25.000 destinatarios de nuestrasactividades ha comenzado a prestar atención y a pre-guntarse sobre lo que sucede en el cielo cotidiana-mente, tanto de día como de noche. A su vez, el funcionamiento continuo de Osiris evidenciaque es posible nuclear a estudiantes de distintas eda-des, responder a su necesidad de encontrar marcos depertenencia, generar buenos vínculos entre docentes yalumnos, aprender ciencia a partir de estrategias y re-cursos no convencionales, estar a gusto haciéndolo y, asu vez, lograr un compromiso importante con la tarea. En este sentido, el modo de funcionamiento de Osirises totalmente motivador para los alumnos participantes,

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EDUCACIÓN

dado que todos los años ingresan nuevos integrantes algrupo, lo que provoca gran disparidad de edades yconocimientos. Pese a esto, los vínculos que se generanentre pares son muy positivos, lo que se potencia en lasdiferentes tareas y en la heterogeneidad de intereses,necesidades y conocimientos. Los alumnos con mayorantigüedad dentro del grupo asumen posiciones deliderazgo en las actividades que se llevan a cabo, yhacen que los más nuevos se integren paulatinamentea la dinámica de trabajo que caracteriza al grupo. Por todos estos motivos, no es casualidad que los par-ticipantes en el proyecto se expresen así:“espero que todo esto dure muchos años, que siemprevaya y vuelva gente como la que conocí en este grupo,que se convirtió en una segunda familia cada vez másgrande” (Hernán, alumno de Osiris, El Bolsón).“para mí Osiris fue muy importante porque estuve allídurante toda mi secundaria, y el 95% de las cosas quehice y de los lugares a los que llegué fueron gracias algrupo. es un espacio genial. ¡Gracias por ser parte demi secundaria y una parte tan importante de mi vida!”(Abril, alumna de Osiris, El Bolsón).“Osiris es un lugar especial donde cada uno puede serquien es. aprendemos cosas sin querer, sin darnos cuentalo valioso que es ‘estudiar’ con gente que te quiere. acáme siento realmente feliz. me queda un año y estoy se-guro de que va a ser casi tan bueno como cuando nos co-nocimos, cuando empezábamos a transitar ese lúgubremundo de la secundaria, y que ustedes aparecieron consus linternitas rojas para alumbrarnos la mejor época denuestras vidas. ah, por si no entendieron: ¡GraCias!”(Nico, alumno de Osiris, El Bolsón).“muchas gracias por brindarnos la posibilidad de par-ticipar en el taller y de conocer el planetario móvil. loschicos se entusiasmaron con lo que vieron. diariamentecharlo con ellos sobre lo que podemos observar por lasnoches, ahora que comenzamos a tomarle la mano alstellarium” (Beto, docente de primaria, Bariloche).Las evaluaciones de los E.J.A. son también muy positivas:“fue una experiencia hermosa, llena de risas, estrellas ycosas que aprender. no me voy a aburrir nunca de estosencuentros” (Agostina, alumna de Osiris, El Bolsón).“quedé encantada con todo el trabajo y lo comenté

con otros docentes, que preguntaron cómo puedenparticipar el año próximo. ¡Gracias por todo lo quehacen, por hacer cosas tan lindas y buenas para loschicos” (Rita, docente participante, Buenos Aires).“¡Gracias a todo Osiris por enseñarles a nuestros hijosla pasión por la astronomía y el conocimiento!” (mamáde Josefina, una alumna del Grupo Osiris, Bariloche).“fue la primera participación de mi hija en un congresode esta índole y regresó fascinada, no sólo por la orga-nización sino por la calidad de los expositores, los talle-res, el cuidado en todos los detalles y la buena onda detodos” (mamá de una alumna participante, Bariloche).“una de las más lindas experiencias compartidas du-rante el 6º e.j.a., tan bien organizado por Osiris en lasGrutas, fue la expedición al salar del Gualicho, donde400 chicos de distintos puntos del país, junto a docen-tes, amigos y colegas de la enseñanza y divulgación delas ciencias, pudimos disfrutar de un impresionante cielonocturno” (Mariano, tallerista invitado, Buenos Aires).Para finalizar, desde el Grupo Astronómico Osiris tene-mos un mensaje para brindar: “más allá de la temáticaque se aborde, que en este caso es la astronomía, es im-portante que los jóvenes participen en propuestas queles permitan poner en juego sus potencialidades e inte-reses, y que hagan posible que ellos mismos descubrantodas las cosas que, si se lo proponen, son capaces derealizar” (extracto del video del proyecto, año 2007). Los invitamos a ser parte de alguna de las actividadesdel proyecto Miradas al cielo, y del espíritu que carac-teriza al Grupo Astronómico Osiris, cuya canción sos-tiene en su estribillo: “por eso llegué un día a Osiris...¡y aquí me quiero quedar!1”. n

1 La canción del Grupo Osiris fue escrita, grabada yfilmada en 2012, y puede verse en nuestra página web:www.miradasalcielo.com.ar, al igual que todas laspropuestas y distinciones obtenidas. Las actividadesy fotos actualizadas pueden consultarse en la redsocial: www.facebook.com/grupoastronomicoosiris.El proyecto también está presente en Instagram (as-troosiris) y en Twitter (@gruposiris).

Los Encuentros de Jóvenes Astrónomos (E.J.A.) lleva-dos a cabo fueron: El Bolsón, Río Negro (2009); LaPlata, Buenos Aires (2011); Chivilcoy, Buenos Aires(2012); La Punta, San Luis (2013); Malargüe, Mendoza(2014); Las Grutas, Río Negro (2015); Bariloche, RíoNegro (2016); y San Rafael, Mendoza (2017).

El autor: Diego Galperin es Doctor en Enseñanza de lasCiencias (UNCPBA) y Profesor de Enseñanza Media y Su-perior en Física (UBA). Vive en El Bolsón (Río Negro),donde ha desarrollado actividades formales y no forma-les de enseñanza de las ciencias en todos los niveleseducativos, incluyendo la formación de futuros docen-tes, especializándose en la enseñanza de la astronomía.Es autor de textos escolares sobre la temática, de ar-tículos de investigación y del libro de divulgación“astronomía para chicos y no tan chicos. aprender acontemplar el cielo” (Novedades Educativas). Es direc-tor del Proyecto de Extensión miradas al cielo (Universi-dad Nacional de Río Negro e I.F.D.C. de El Bolsón) ydesde 2005 coordina el Grupo Astronómico OSIRIS.

Los chicos de Osiris observan el eclipse anular deSol del 26 de febrero desde Sarmiento, Chubut.

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DESCUBRIMIENTOS

El paper en la revista científica TerraNova, de Oxford, es nota de tapa.

GRAN AVANCE EN LA INVESTIGACIÓNDEL SUPUESTO CRáTER DE MALVINAS

Hace poco publicamos el producto de un trabajo deun grupo de especialistas en estudios de cráteres deimpacto en nuestro planeta: el redescubrimiento, aná-lisis y puesta en valor de una enorme estructura circu-lar de 250 km de diámetro al noroeste de las IslasMalvinas, sepultada bajo sedimento y tapada por elocéano. Esa estructura podría indicar la existencia deun cráter de impacto de tamaño colosal producidohace 250 millones de años, con la posibilidad de estarconectado a la peor extinción en masa de la historiade la Tierra.

LA ESTRUCTURA, LA HISTORIA DEL DESCUBRI-MIENTO Y LAS CONSECUENCIAS EN LA VIDA ENLA TIERRA DE AQUEL ENTONCES, SON SIMILARESA LAS DEL CRÁTER DE CHICXULUB, EN MéXICO,PRODUCIDO HACE 65 MILLONES DE AñOS. Si seconfirma que un impacto se produjo en Malvinashace 250 millones de años, este trabajo podríaquedar en la historia de la geología mundial.El paper profesional fue desarrollado entre Maxi-miliano C. L. Rocca (the planetary society), MichaelRampino (Universidad de Nueva York) y Jaime BáezPresser (geólogo y geofísico de Asunción del Para-guay). Fue enviado a la revistaterra nova de Oxford, ReinoUnido, para el peer review (“revi-sión por pares” o “arbitraje”) enoctubre pasado. Normalmente,los trabajos tardan dos mesesen ser revisados, para luego seraceptados o rechazados. La revi-sión de “Geophysical evidencefor a large impact on the fal-kland/malvinas plateau” (“Eviden-cia geofísica de un gran impactoen la meseta de Malvinas”) tardóseis meses hasta ser aceptado,tras pedir unos cambios menoresen las figuras del artículo. Los edi-tores de terra nova reconocieronque había sido un tiempo extraor-dinariamente largo. Manuscritosextraordinarios requieren evalua-ciones en tiempos extraordina-rios.La prensa científica mundial se

está haciendo eco del hallazgo: ha salido un comu-nicado de prensa de la new york university acercade este trabajo, y existe un gran interés desde elWashington post. Por su parte, el penguin news, eldiario semanal de las Islas Malvinas, ha publicado unartículo referido al tema, y existe un contacto amenoentre Rocca, los editores del penguin y el legisladordel parlamento del gobierno de las islas, Mr. G.Short. El trabajo de Rocca y sus colegas ha puesto lasIslas Malvinas en las noticias mundiales, por primeravez en la historia, no por un conflicto político, sinopor un descubrimiento científico impresionante. n

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ACTIV IDADES

Visita al Observatorio Carlos U. Cesco, en el PN El Leoncito

EL CIELO QUE HIZO FAMOSO SAN jUAN

En el Parque Nacional El Leon-cito, San juan, funcionan doscomplejos astronómicos deimportancia internacional: laEstación de Altura Carlos U.Cesco, creada por las universi-dades norteamericanas de Yaley Columbia, y el CASLEO, delCONICET y las universidadesde San juan, Córdoba y La Plata.

EN 2016 NUESTRO PLANETARIO DIO INICIO A UNASERIE DE COLABORACIONES CON LA ESTACIÓNASTRONÓMICA DE ALTURA CARLOS U. CESCO, SI-TUADA EN EL PARQUE NACIONAL EL LEONCITO,EN LA PROVINCIA DE SAN JUAN, Y PERTENE-CIENTE AL OAFA, OBSERVATORIO ASTRONÓMICOFéLIX AGUILAR, DE LA UNIVERSIDAD NACIONALDE SAN JUAN. Participamos de las jornadas de Tu-rismo Astronómico Accesible bajo la organización delprofesor Héctor Lépez y con la colaboración del Mu-nicipio de Calingasta y de la Delegación de ParquesNacionales. Ofrecimos charlas de divulgación astro-nómica y mostramos cómo el Planetario de BuenosAires trabaja con la accesibilidad, las dificultades

que se presentan y cómo podemos solu-cionarlas. Presentamos nuestro planetariopara personas ciegas, realizamos un tallerde fotografía astronómica, colaboramosen las visitas nocturnas y realizamos ob-servaciones desde la plataforma. Ade-más, asistimos a la presentación querealizó el director del OAFA, Dr. RicardoPodestá, acerca del convenio entre Ar-gentina y China para la instalación de unradiotelescopio en el predio del Obser-vatorio (ver recuadro).

Investigación, docencia y turismoastronómicoEl Observatorio Astronómico Félix Agui-lar (OAFA) es un instituto de investigaciónque depende de la Facultad de CienciasExactas, Físicas y Naturales de la Univer-sidad Nacional de San Juan. Tiene a sucargo el Observatorio Astronómico Dr.Carlos U. Cesco, que se encuentra en la

localidad de Barreal del Departamento de Calingasta,a 2330 metros sobre el nivel del mar, dentro del ParqueNacional El Leoncito. Realiza importantes programasde observación e investigación, de docencia, divulga-ción y turismo astronómico.La Estación Astronómica fue inaugurada el 31 demarzo de 1965, gracias a las gestiones del astrónomoargentino Carlos Ulrrico Cesco y a un convenio condos universidades norteamericanas, Yale y Columbia,que necesitaban su propio observatorio en el hemis-ferio sur. Desde entonces, este observatorio ha de-terminado el movimiento propio de más de cienmillones de estrellas australes, lo que representa unafuente fundamental de información para el estudio

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ACTIV IDADES

CART, un radiotelescopio queChina instalará en El LeoncitoRecientemente fue presentado el inicio de la obrapara la construcción de un radiotelescopio de 40metros de diámetro en el predio de la Estación deAltura Cesco, en colaboración con China, comoresultado de un acuerdo entre la UniversidadNacional de San Juan y la Academia China deCiencias. El CART realizará investigaciones degeodesia1, en conjunto con otros radiotelescopiosdel mundo, para estudiar, entre otras cosas, eldesplazamiento de las placas tectónicas, nubes yondas magnéticas, galaxias que sólo se ven desdeel hemisferio sur, etc. Funcionará a través de latécnica de interferometría de muy larga base(VLBI), lo que permite apuntar varios radioteles-

copios a un mismo objeto y que actúen como sifueran un único instrumento gigante. China yacuenta con el radiotelescopio más grande delmundo, de 500 metros de diámetro. Pero necesi-taba otro en Sudamérica, ya que mientras mayorsea la distancia entre los equipos, mejores seránlos resultados. En El Leoncito ya se ha colocado la piedra basal, ytras el estudio y aprobación de los proyectos, laconstrucción comenzaría a principios de 2018. Seespera que para el segundo semestre de 2019 elradiotelescopio CART esté en funcionamiento.

1 La geodesia describe y representa la superficie te-rrestre a través de estructuras geométricas, lógicas,analíticas y computacionales. Estudia fenómenosque tienen lugar en el interior de la Tierra, derivadosdel campo gravitacional, del campo magnético y,muy especialmente, de las ondas sísmicas.

de la Vía Láctea. Actualmente, el proyecto se en-cuentra en la etapa de análisis de los datos para laelaboración del catálogo SPM en su quinta y últimaversión. La determinación de posiciones de cometasy asteroides que se desplazan por el hemisferio surha sido otro programa con resultados altamente sa-tisfactorios, al punto que el observatorio tiene acre-ditados más de 100 asteroides descubiertos y unadecena de cometas.

Instrumental y objetivosLa Estación cuenta con programas de Astrometría Vi-sual Meridiana, con instrumentos como un CírculoMeridiano Repsold Automático, un Astrógrafo doble(único en su tipo en el hemisferio sur), telescopios so-lares (Hasta y Mica) y programas de mantenimiento ydesarrollo electrónico. Posee un telescopio MATE(magnetic activity and transiting exoplanets) robóticode 40 cm de apertura, que realiza fotometría de altaprecisión para la detección de tránsitos de exoplane-tas, y opera con el grupo de Actividad Estelar, Planetasextrasolares y Astrobiología del Instituto de Astrono-mía y Física del Espacio (IAFE-CONICET) de BuenosAires. Y un telescopio 30 tera Hertz de espejos, queobserva el disco solar en el infrarrojo lejano, cuyo ob-jetivo es detectar emisiones repentinas originadas enfulguraciones, y opera por convenio con la Universidadde Mackenzie, Brasil.

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El telescopio principal del ObservatorioCesco es un astrógrafo doble de doslentes de 51 cm de diámetro cada una.

El telescopio MICA (Mirror Coronagraph forArgentina) se dedica a estudios de la corona solar.

El equipo Máster/OAFA es un telescopio robotizado instalado por la Universidad Estatal de Moscú, Rusia, en la Es-tación Astronómica Carlos Cesco, en junio de 2016. Con él trabajan astrónomos rusos, junto a los del ObservatorioFélix Aguilar y del Instituto de Ciencias Astronómicas de la Tierra y el Espacio (ICATE/UNSJ y CONICET). Forma parte

de una red global de telescopios automáticos y cámaras distribuidas en Rusia, España, Sudáfrica y Argentina.

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Desde la plataforma de observación del Cesco, que cada noche recibedecenas de turistas, tomamos imágenes como las de la nebulosa

Roseta (página 66) y la Nube Mayor de Magallanes (arriba).

Entre los programas de extensión, capacitación y di-vulgación, se destacan los trabajos acerca de la Ac-cesibilidad, el Turismo Astronómico y la EducaciónAmbiental como estrategia para preservar la estéticade los paisajes. El programa por un cielo sin conta-minación se basa en charlas a alumnos de escuelaprimaria en las que se les brindan recomendacionespara proteger el cielo de la contaminación lumínica,además del cuidado del medio ambiente.Existe también un programa de Turismo Estudiantil,destinado a universidades nacionales e internacio-nales, que busca el intercambio de conocimientosgeográficos, sociales y culturales; y un programa decapacitación en Turismo Astronómico para estu-diantes de las carreras Técnico Guía y Licenciaturaen Turismo. También se realizan talleres de fotografíanocturna y astrofotografía.Además del instrumental profesional, el ObservatorioCesco cuenta con una plataforma de observaciónque recibe todas las noches a los turistas. Allí sepuede observar un cielo espectacular a simple vista,pero también con telescopios montados especial-mente para las visitas nocturnas. Finalmente, en elCentro de Visitantes y Museo se pueden ver imáge-nes e instrumentos antiguos que cuentan la historiadel observatorio y de la astronomía. Muy cerca del Observatorio Cesco funciona el CAS-LEO (Complejo Astronómico El Leoncito), inaugu-

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ACTIV IDADES

Desde el observatorio se percibe un paisaje cordillerano en el que se destacael cerro Mercedario, de 6770 metros de altura, la Pampa del Leoncito y el

Camino del agua, marcado por la vegetación.

Muy cerca del Cesco funciona el CASLEO, Complejo Astronómico El Leoncito. Allí se encuentra el telescopioJorge Sahade, el más grande del país, con 215 cm de diámetro.

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rado en 1986 con el telescopio más grande del país,por convenio entre el CONICET y las universidades deLa Plata, Córdoba y San Juan. Ambos observatorios seencuentran dentro del Parque Nacional El Leoncito,creado especialmente para conservar ambientescomo el monte, la puna y los altos Andes, y de esamanera contribuir al mantenimiento del cielo oscuroy a reducir las consecuencias de las actividades hu-manas que generan luces y polvo atmosférico. Estelugar fue elegido para montar una serie de observa-torios debido a que cuenta con alrededor de tres-cientas noches despejadas al año. n

NdeR: el título de este artículo hace referencia a unavieja publicidad de principios de la década del ’80:“resero blanco sanjuanino: el vino que hizo famosoa san juan”. Tras algún malestar de las autoridadeslocales, la publicidad quitó la “a” y quedó: “… el vinoque hizo famoso san juan”. Se pueden encontrar lasdos versiones en YouTube.

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