Recension de La Infancia de Jesus de Ratzinger - Escudero Freire

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    Redaccin de Atrio, 23-Diciembre-2012

    ha escrito un libro sobre . Pretende ser historia y teologa.

    En las mltiples incertidumbres histricas opta por de entender la fe, su teologadesde una Iglesia poderosa. Otros, con todo derecho, hacen lo mismo, pero desde

    , con la atencin fija en el . es uno de

    ellos. Y en este largo escrito tomadlo con calma, a dosis, en estas fiestas ofrecido

    por dialoga con Ratzinger (lo resaltaremos en rojo) pero sobre todo expone

    su

    He ledo con la atencin debida el libro de Benedicto XVI sobre la infancia de Jess (Mateo

    1-2 y Lucas 1-2). Los dos evangelios de la infancia utilizan fuentes muy distintas, con

    relatos y escenas cuya finalidad teolgica es tambin muy diversa. Como conozco mejor la

    obra lucana, slo voy a hacer la recensin de Lucas 1-2. Seguro que algn experto enMateo 1-2 nos obsequiar con otra resea.

    Uno de los criterios a tener en cuenta para entender mejor el contenido teolgico de estos

    pasajes es que

    Lucas presenta a Juan como el ltimo profeta del Antiguo Testamento, y a Jess

    como Mesas, pero con unos ttulos que desbordan totalmente las previsiones y los

    anuncios del Antiguo Testamento sobre l:

    La Ley y los profetas llegaron hasta Juan, a partir de ah se anuncia el reinado de

    Dios(Lc 16,16).

    Ah se produce un corte, una verdadera ruptura, porque Jess no viene a completar la

    Antigua Alianza, sino a iniciar algo radicalmente nuevo y definitivo: la llegada del reinado

    de Dios. Querer mezclar y hacer componendas entre el Antiguo y Nuevo Testamento

    llevara a la ruina de ambos:

    Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque, si no, el vino nuevo revienta los odres;

    el vino se derrama y los odres se echan a perder. No, el vino nuevo hay que echarlo en

    odres nuevos(Lc 5,37-38).

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    Sera bueno tambin recordar que, aunque el Mesas haba sido anunciado de distintas

    maneras y por diversos profetas, el contenido de estos anuncios difiere cualitativamente de

    los ttulos y prerrogativas con que est adornado Jess, no slo despus de la resurreccin;

    estas prerrogativas le pertenecen ya desde su concepcin y nacimiento. As el

    ttulo Santo, aplicado slo a Yahv en el AT, se le atribuye tambin a Jess en Lucas 1,35; el

    deSeor, propio de la resurreccin, Lucas se lo aplica a Jess en muchos pasajes de suEvangelio; tambin se lo atribuye en el Evangelio de la infancia (Lc 1,17; 2,11). El ttulo Hijo

    de Dios, con el que culmina la cristologa de la Anunciacin (Lc 1,35), es trascendente y

    est de acuerdo con las primeras palabras de Jess(Lc 2,49), donde Jess contrapone su

    Padre celeste a su padre terrestre, Jos. El ttulo de Mesas, siguiendo el linaje de David y

    con la connotacin de poder y dominiosobre todas las naciones de la tierra, es rechazado

    frontalmente por todos los evangelistas: el mesianismo de Jess es de servicio y

    solidaridad con los ms pobres y necesitados, no de dominio y poder.

    Estas contraposiciones entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y entre Juan Bautista y

    Jess, tienen que ser examinadas con rigor, para entender adecuadamente la teologa delEvangelio de la infancia de Lc.

    Lc, despus de un pequeo prlogo a toda su obra (Lc 1,1-4), comienza el Evangelio de la

    infanciacon el anuncio de la concepcin y nacimiento de Juan Bautista (Lc 1,5-25). Antes

    de examinar algunas afirmaciones de Benedicto XVI sobre el contenido de esta narracin,

    comprobemos las circunstancias que la rodean.

    - Esta escena nos introduce en un ambiente marcadamente sagrado: Zacaras

    es sacerdote(Lc 1,5). Mientras presta su servicio sacerdotal, entra en el santuario a ofrecer

    el incienso, pero la muchedumbre del pueblo est fuera (Lc 1,8-10). Es decir, Zacaras se

    encuentra en lugar sagrado, celebrando uno acto de culto sagrado, que slo podan

    celebrar los sacerdotes: est en el lugar oficial de las manifestaciones divinas. El

    pueblo, que no cuenta para nada, permanece fuera, haciendo su propia

    oracin. Zacaras, en claro contraste con el pueblo,representa lo sagrado; el pueblo, lo

    profano, lo que pertenece a su vida cotidiana. Pues bien, en este ambiente sagradoes

    donde se le aparece el ngel del Seor a Zacaras y le anuncia el nacimiento de Juan, a

    pesar de que l es mayor, y su esposa Isabel mayor y estril. Anuncia tambin el carcter

    proftico de Juany afirma que ser precursor de Jess, el Seor(Lc 1,11-17).

    Zacaras, a pesar de ser sacerdotey de estar inmerso en el mbito de lo sagrado, se

    muestra incrduloante el anuncio del ngel:

    Qu garanta me das de eso? Porque yo ya soy viejo y mi mujer de edad avanzada(Lc

    1,18).

    Lo que podra considerarse como una simple objecin de Zacaras ante el anuncio del

    ngel, requerida por el gnero literario de anuncios, aqu se convierte en falta de fe en el

    mensaje divino, porque Zacaras conoca sin duda otras concepciones del Antiguo

    Testamento, similares a la que le haba anunciado el ngel: anuncio del nacimiento de Isaac

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    (Gn 18,10-14); anuncio del nacimiento de Samuel (I Sam 1). Por eso esta incredulidadante

    el anuncio del ngel lleva consigo un castigo ejemplar:

    Pues mira, te vas a quedar mudo y no podrs hablar hasta el da en que eso suceda, por

    no haber dado fe a mis palabras, que se cumplirn en su momento(Lc 1,20).

    La conclusin es clara: Zacaras, sacerdote, celebrando un acto sagrado en el santuario, no

    tiene fe, no se fa del mensaje del Seor. Puesto que l aparece como el ltimo sacerdote

    del Antiguo Testamento, antes de la concepcin de Jess, el castigo de quedarse mudo

    tiene carcter simblico: Lucas hace enmudecer a toda la casta sacerdotal, porque hacer

    gala de lo sagradopara distinguirse y distanciarse del pueblo, encumbrarse, ser objeto de

    honores y celebrar ritos sagrados, sin tener fe;es un verdadero fraude. Al salir del

    santuario ya no pudo comunicarse de manera normal con la multitud que estaba fuera, slo

    por seas. De hecho Zacaras volver a hablar despus del nacimiento de su hijo Juan, pero

    no como sacerdote, sino como profeta por la irrupcin del Espritu Santo sobre l:

    Zacaras, su padre, lleno de Espritu Santo, profetiz: Bendito sea el Seor Dios de

    Israel (Lc 1,67-68).

    As pues, Lucas, desde la primera pgina de su Evangelio, afirma que el

    sacerdocio del Antiguo Testamentoya no tiene nada que comunicar al pueblo, a pesar de la

    tradicin sagrada seculary del respeto que esta institucin le mereca a la gente. Fiarse de

    Dios es lo fundamental, y la fe no est relacionada con el sacerdocio, sus ritos y los lugares

    sagrados.

    pasa por alto estas conclusiones sobre lo sagrado y la falta de fe del

    sacerdote Zacaras, y, sobre todo, llama la atencin que considere sacerdote a JuanBautistaen este relato. Escribe: el sacerdocio de Juan Bautista va hacia Jess; en Juan

    todo el sacerdocio de la Antigua Alianza se convierte en una profeca de Jess . Y ms

    adelante: Juan que se llenar de Espritu Santo ya en el vientre materno(Lc 1,15), vive

    siempre, por as decirlo, en la Tienda del Encuentro, es sacerdote no slo en determinados

    momentos, sino con su existencia entera, anunciando as el nuevo sacerdocio que

    aparecer con Jess .

    Con este tipo de afirmaciones, la exgesis se resiente a causa de ideas preconcebidas,

    porque ni Juan Bautista aparece en esta narracin como sacerdote, ni anuncia ningn

    sacerdocio de Jess, que nunca aparece como sacerdoteen la obra lucana. Llenarse de

    Espritu Santo ya en el vientre materno(Lc 1,15) se refiere a la condicin profticade Juan,

    que ir por delante del Seor, con el espritu y poder de Elas preparndole al Seor un

    pueblo bien dispuesto(Lc 1,17). Juan aparece, pues, como el ltimo profeta del Antiguo

    Testamento,con el espritu y poder de Elas. As es tambin presentado por su padre

    Zacaras en el Benedictus:

    A ti, nio, te llamarn profeta del Altsimo, porque irs delante del Seor, a preparar sus

    caminos. (Lc 1,76).

    se apoya en el hecho de que no beber ni vino ni licor(Lc 1,15) para afirmar

    que Juan essacerdote , pero esta afirmacin no se refiere a su sacerdocio, sino a su vidaaustera en el desierto,privndose de bebidas alcohlicas, en sintona con su vestimenta y

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    alimentos: Juan iba vestido con pelo de camello, con una correa de cuero a la cintura y

    coma saltamontes y miel silvestre(Mc 1,16). Su voz proftica, desde el

    desierto, constituye un claro desafo a los sacerdotes y al templo. La afluencia masiva para

    recibir el bautismo de Juan en el Jordn indica claramente que el templo, con todo lo que

    representaba, ya estaba desprestigiado en esta poca. Pero los mayores ataques contra el

    templo y los sacerdotesno vinieron de Juan Bautista, sino del mismo Jess. Los profetasfueron anunciando la reforma del culto;Jess, su abolicin.

    En el anuncio de la concepcin de Jess, como contrapunto y contraste dialctico,

    captaremos todo lo afirmado con mayor claridad, porque la historia de Jess corre paralela

    a la de Juan Bautista en el Evangelio de la infancia;este paralelismo es antittico, es decir,

    de contraste y confrontacin, y resalta de manera muy plstica las prerrogativas de Jess, y

    otros aspectos relevantes del Evangelio. Este paralelismo nos lleva a descubrir en Jess una

    personalidad misteriosa y compleja: no hay personaje alguno en el Antiguo Testamento que

    se le pueda aproximar; nos quedamos, pues, sin puntos de referencia. La figura de Jess

    con sus prerrogativas desborda tambin cualitativamente la de Juan Bautista. De hecho,Lucas afirma que con Jess empieza algo radicalmente nuevoy en su Evangelio lo va

    resaltando de diversa forma.

    Lucas 1,26-38.

    Veamos, pues, los rasgos ms caractersticos del anuncio de la concepcin y del nacimiento

    de Jess (Lc 1,26-38). Al leer detenidamente esta narracin, lo primero que salta a la vista

    de manera global es que la escena de Zacaras y Juan Bautista tiene como paralelo la de

    Isaac, y la de otros personajes importantes del Antiguo Testamento, cuyos hijos nacieron

    de madres estriles y de padres de edad avanzada. La narracin de Jess, por el contrario,

    apunta directamente, a travs del Espritu creador, a la creacin de Adn, realizada

    directamente por Dios. Esta primera creacin ha fracasado, y Jess aparece como la nueva

    creacin, es decir, con l se realiza un nuevo comienzo. Este paralelismo juega a favor de

    Jess, nacido tambin de Dios (de su Espritu), y principio, no slo de una nueva

    creacin, sino tambin de una nueva humanidad . El paralelismo que Lucas establece con

    Adn exime a Jess de pertenecer al Antiguo Testamento, y para l cesa la obligacin de

    someterse a los ritos, leyes y lugares sagrados que han ido apareciendo a lo largo de la

    historia de Israel. Otra cosa es que sus padres, como buenos judos, hayan cumplido con

    Jess los ritos que ordenaba la Ley mosaica.

    prescinde de detalles importantes, dignos de resaltar en esta narracin. Poreso vamos a detenernos, en primer lugar, en aquellos aspectos significativosque

    establecen una clara contraposicin entrelo sagrado y lo profano. El ngel Gabriel, al

    aparecerse a Mara, lo hace en Nazaret, poblacin desconocida en el Antiguo Testamento, y

    por tanto no ligada a las promesas mesinicas. Adems, Nazaret se encuentra en Galilea,

    provincia alejada del poder poltico-religioso de las ms importantes instituciones judas,

    cuyo centro era Jerusaln (Judea). No hallamos nada de carcter sagradoen esta escena: no

    hay sacerdotes intermediarios, ni templo, ni ofrenda ritual, como en el caso de Zacaras.

    Mara est en su casa y all tiene lugar el anuncio del ngel. Es una doncella sin

    renombre, una desconocida, pero es la agraciada del Seor. As, por pura gracia, iniciativa y

    gratuidad de Dios, Mara queda integrada en lo trascendente; irrumpe de manera directa ycon fuerza en la historia de la salvacin, inaugurada por Jess como reinado de

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    Dios, quedando Jos, padre del nio, y de la estirpe de David, en un discreto segundo

    plano. El anuncio del nacimiento de Jess aparece as enmarcado en el desarrollo de una

    vida normal, en el devenir de lo cotidiano y sin relieve especial alguno: lo sagrado no

    aparece aqu por ninguna parte.

    Llama tambin la atencin que el ngel le diga a Mara:

    Algrate, favorecida, el Seor est contigo(Lc 1,28).

    As se refleja la alegraasociada siempre a la venida y al encuentro con Jess. Tambin se

    refleja esa alegra mesinicaen el anuncio del nacimiento de Jess; el ngel les dice a los

    pastores: Tranquilizaos, mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegra (Lc

    2,10). Favorecida, es lo mismo que agraciada; entre tantas mujeres israelitas que habran

    podido ser elegidas como madre de Jess, Dios, por iniciativa propia, escoge gratuitamente

    a Mara sin mrito especial alguno. Era una joven normal de su tiempo, desposada con Jos;

    eso s, una gran desconocida para la clase dirigente y dominante de Israel que esperaba la

    venida del Mesas con un esplendor y grandeza inusitados, y, por supuesto, con una

    manifestacin apotesica en el templo, lugar sagrado por excelencia. Mara proclamar

    profticamente esta predileccin de Dios por ella en el Magnificat:

    Proclama mi alma la grandeza del Seor,

    Se alegra mi espritu en Dios mi Salvador,

    Porque se ha fijado (Lc 1,46-48).

    Y en el mismo himno Lucas afirma:

    Derriba del trono a los poderososY exalta (Lc 1,52).

    Esta idea de que Dios elige a la gente sencilla, a los que no cuentan para los grandes de

    este mundo, es recurrente en el Evangelio de Lucas.

    Mara escucha el anuncio de Gabriel:

    Pues mira, vas a concebir, dars a luz uno hijo y le pondrs de nombre Jess. Ser

    grande, se llamar Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de David su

    antepasado; reinar para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendr fin(Lc 1,31-

    33).

    El ttulo principal de este pasaje es Hijo del Altsimo. Qu alcance tiene? Est claro que Hijo

    del Altsimose contrapone al ttulo de Juan, profeta del Altsimo(Lc 1,76). En qu sentido?

    Tanto H. H. Oliver , como R. Laurentin afirman la superioridad mesinicade Jess

    sobre el carcter profticode Juan, ya que Jess nunca aparece como profeta en el

    Evangelio de la infancia de Lucas. Pienso que el mismo Lucas, en el versculo 33, contexto

    inmediato en que se encuentra el ttulo Hijo del Altsimo(Lc 1,32), da la respuesta

    adecuada: se trata del ttulo mesinicoque corresponde a Jess, y que es superior a la

    condicin proftica de Juan. Lo mismo pasa con el ttulo grande, aplicado a Juan (Lc 1,15) y

    a Jess (Lc 1,32): grandeza proftica de Juan y grandeza mesinica de Jess. Estos ttulos

    no son trascendentes.

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    Terminado el anuncio, Mara pone una objecin :

    Cmo suceder eso si no vivo con un hombre?

    El ngel le contest:

    El Espritu Santo bajar sobre ti y la fuerza del Altsimo te cubrir con su sombra; por eso

    el que va a nacer ser llamado Santo, Hijo de Dios(Lc 1,34-35).

    En este anuncio de Gabriel se encuentra la cristologa ms avanzada de toda la obra

    lucana. Los ttulos abiertos a la trascendencia se deben a la irrupcin del Espritu Santo

    sobre Mara(Lc 1,35): son los ttulos Santo e Hijo de Diosen sentido trascendente.

    La novedad radical respecto al Antiguo Testamentono estriba en que Jess aparezca

    como Mesas, en la lnea de la grandeza de David, sino en que se le atribuya el

    ttulo Santo, slo aplicado de Yahv, y que aparezca como Hijo de Diosen sentido

    misterioso, estricto y trascendente . No hay ningn personaje de la Antigua Alianza con

    estos ttulos. La irrupcin del Espritu Santo sobre Mara est relacionada con estos ttulos

    trascendentes, aplicados a Jess, que sealan y marcan un nuevo comienzo.Jess, pues,

    desborda los anuncios y previsiones sobre el Mesasdel Antiguo Testamento.

    En Lc 2,49, Jess haba llamado a Dios: mi Padre, contraponiendo y sobreponiendo esta

    paternidad, a la paternidad natural de Jos: Mira con qu angustia te buscbamos tu

    padre y yo(2,48). Hay tambin una conexin teolgica innegable con Lc 10,21-22. El

    versculo 22 dice as:

    Mi Padre me lo ha enseado todo. Quin es el Hijo, lo sabe slo el Padre. Quin es el

    Padre, lo sabe slo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar(Lc 10,22).

    Este versculo trata, pues, de manera directa sobre el conocimiento nico y recproco entre

    el Padre y el Hijo.Podemos, por eso, afirmar que el conocimiento exclusivo que Jess, el

    Hijo, tiene de su Padre entraa una relacin profunda, nica y misteriosa con l, en sentido

    trascendente.

    Mara recibe este secreto, lo guarda en su corazn, y lo acepta por la fe, es decir, se fa de

    Dios, ya que todava no est capacitada para comprender la profundidad del misterio de su

    hijo. Es decir, Mara es presentada como creyente: acepta los acontecimientos que se van a

    desencadenar sobre la personalidad y la misteriosa condicin de su hijo. sta es su

    grandeza y en esto se diferencia de Zacaras. El padre de Juan, sacerdote, no cree en elanuncio del Seor (Lc 1,18-20); Mara, por el contrario, acepta el mensaje de Dios y

    responde al ngel:

    Aqu est la esclava del Seor; cmplase en m lo que has dicho(Lc 1,38).

    Su confianza en Dios es total; cree que para Dios no hay nada imposible(Lc 1,37), y por

    eso da su consentimiento al anuncio de Gabriel. sta es la verdadera grandeza de

    Mara, haber sido la primera creyente en el misterio de Jess; por eso la primera

    bienaventuranzadel Evangelio de Lucas es para ella (Lc 1,45) .Entr en casa de Zacaras

    y salud a Isabel(Lc 1,40). Zacaras queda en un discreto segundo plano, y, en la escena,

    que tiene una riqueza teolgica importante, las protagonistas son las dos mujeres, Mara e

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    Isabel . Mara salud a Isabel, y su hijo dio un salto en su vientre(Lc 1,41).

    Isabel, llena de Espritu Santo, proclama a voz en grito: Bendita t entre las mujeres y

    bendito el fruto de tu vientre!(Lc 1,41-42). Y un poco ms abajo sale de su boca la

    primera bienaventuranza:

    t que has credo! Porque lo que te ha dicho el Seor se cumplir(Lc 1,45).

    El objeto de nuestra fe, como la de Mara, es Jess, su persona, su actividad y su mensaje.

    El reinado de Dios se identifica con l.

    no distingue con nitidez entre los ttulos mesinicos y los trascendentes de

    Jess (Lc 1,32-35). Parece darle a los ttulos mesinicosun mayor realce del que en

    realidad tienen. Tampoco establece ningn contraste entre lo sagradode la escena de

    Zacaras, y lo profano, inaugurado por Mara en la escena de la Anunciacin. Nadie se lo

    podra pedir, siendo l, en este momento, Pontifex Maximus;detenta, por tanto, todoel

    poder sagradoen su persona. Tampoco nadie espera de l que cambie de opinin en el

    tema de la virginidad de Mara, ya que, desde el siglo IV, y, sobre todo desde el s.

    V, Concilio de Calcedonia(451), la Iglesia oficial y la teologa tradicional durante siglos han

    venido afirmando que Mara no concibi por medio de varn, como toda mujer que ha sido

    madre, sino por obra del Espritu Santo.

    Por eso, una vez examinada la posicin de Benedicto XVI sobre la virginidad de Mara,

    quiero ofrecer una respuesta sencilla y lo ms completa posible sobre este tema, ante las

    dudas de muchos cristianos que estn desorientados por lo que escuchan en reuniones,

    crculos privados, opiniones aisladas, etc., sin saber cmo explicar y poder aceptar lo que

    va siendo normal en la teologa ms avanzada de nuestro tiempo, es decir, que la

    concepcin de Jess se ha realizado por obra de varn, como sucede en el caso decualquier otra persona.

    en el apartado que titula: El nacimiento virginal, mito o verdad histrica?, p.

    57, contiene algunas afirmaciones que, a mi juicio, convendra matizar. Refirindose a la

    Anunciacin, afirma: Es la obediencia de Mara la que abre la puerta a Dios. La Palabra de

    Dios, su Espritu, crea en ella al nio. Lo crea a travs de la puerta de su obediencia De

    este modo se produce una nueva creacin, que, no obstante, se vincula al s libre de la

    persona humana de Mara . Dos veces habla de cuando lo mscorrecto es hablar que renglones ms abajo es proclamada dichosa por

    haber credo(Lc 1,45). Tampoco contrapone la fe de Mara, a la incredulidad del sacerdote

    Zacaras. Con l enmudece el sacerdocio del Antiguo Testamento.

    Ms adelante, escribe: Karl Barth ha hecho notar que hay dos puntos en la

    historia de Jess en los que la accin de Dios interviene directamente en el mundo material:

    el parto de la Virgen y la resurreccin del sepulcro, en el que Jess no permaneci ni sufri

    la corrupcin. Estos dos puntos son un escndalo para el espritu moderno. A Dios se le

    permite actuar en las ideas y los pensamientos, en la esfera espiritual, pero no en la

    materia. Esto nos estorba .

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    Lo primero que nos sorprende es que se equiparen dos acontecimientos, la resurreccin de

    Jessy la virginidad de Maraque tienen poco que ver entre s: mientras que la

    resurreccincentr el inters, por una necesidad vital de las primeras comunidades

    cristianas, la virginidadde Mara ni se plantea en este primer estadio de las comunidades

    cristianas. Adems, Karl Barth habla de la historiade Jess, y el hecho de la resurreccinno

    pertenece a la historia, ya que no hubo testigos oculares; hay que hablar ms bien delmisterio de la resurreccin, que pertenece a la meta-historia;habla tambin de la

    resurreccin del sepulcro, pero los relatos sobre el sepulcro vaco, que van surgiendo en

    diversos lugares, tienen como finalidad expresar la fe en la resurreccin. Adems, una cosa

    es que Dios puedaactuar en la materia y, otra es que lo haya hecho. Por lo dems, en la

    Anunciacin no se habla de parto virginal, sino de concepcin virginal. Por eso, no

    podemos admitir esta afirmacin tajante de Benedicto XVI: estos dos puntos el parto

    virginal y la resurreccin real del sepulcro son piedras de toque de la fe Por eso la

    concepcin y el nacimiento de Jess de la Virgen Mara son

    y un signo luminoso de esperanza . La resurreccin de Jess s es piedra de

    toque o fundamento de nuestra fe; la concepcin y el parto virginal de Mara, no. Loveremos a continuacin.

    1. En relacin con la concepcin virginal de Mara, conviene saber que las comunidades

    cristianas primitivas no se presentaron este problema. Les fue totalmente ajeno. Pablo, que

    escribe sus cartas a partir de unos veinte aos desde la muerte de Jess, no habla

    de virginidad de Mara;escribe:

    Pero cuando se cumpli el plazo envi Dios a su hijo, nacido de mujer(Gl 4,4).

    2. Es verdad que Mateo y Lucas usan fuentes hebreas distintas sobre la infancia de Jess, y,

    para algunos telogos, slo coinciden en que Mara concibi sin obra de varn, por la

    accin del Espritu Santo. Al comentar Lc 1,35, ya hice ver que la actividad del Espritu

    Santo en Mara est relacionada, no con la virginidad, sino con las prerrogativas de su hijo,

    al que se aplica el atributo Santo, exclusivo de Yahv, y del que se afirma que esHijo de

    Dios en sentido trascendente.

    3. Las mitologas antiguas, desde Egipto hasta Mesopotamia, para destacar la grandeza de

    un personaje ilustre, afirmaban que dicho personaje haba nacido de la unin sexualentre

    su madre y un dios. Esto se afirma de algunos faraones en Egipto, de emperadores asirios,y de grandes guerreros como Alejandro Magno. Tambin se aplica a algunos emperadores

    romanos como a Octavio Augusto. En la Palestina del tiempo de Jess y en Asia Menor se

    conocan estas tradiciones mitolgicas, y Lucas, pagano, de formacin helenista, y que

    escribe para paganos, la utiliza tambin para resaltar la grandeza y excepcionalidad de

    Jess. Eso s, en la narracin de la Anunciacin no hay vestigio alguno de la relacin sexual

    de Mara con ningn dios. Se trata de la fuerza y el poder creativo del Espritu Santo, que

    interviene en su seno, para indicar que Jess desde su concepcin tuvo la plenitud de ese

    Espritu, y aparece as, con atributos sorprendentes, como la nueva creacin(Lc 1,34-

    35). La referencia a la primera creacin y al poder creador del Espritu de Diosresulta aqu

    determinante (Gn 1,1-2).

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    4. Este planteamiento teolgicono niega que Jess haya nacido, como los dems seres

    humanos, por concurso de un varn, en este caso de Jos. Con frecuencia encontramos en

    los evangelios pasajes con un marcado contraste, pero el hecho de ponderar la grandeza o

    excelencia de uno de esos dos trminos no anula la realidad o el contenido del otro. Es

    evidente que en la escena de la Anunciacin se establece un claro contraste entre nacido de

    varn y nacido del Espritu. Predomina nacido del Espritu, por las prerrogativas con queviene adornado Jess, el Hijo de Dios, pero no se niega la realidad del primer trmino, es

    decir, la paternidad de Jos.

    A manera de ejemplo, para clarificar este contraste en la Anunciacin, leemos en el

    Evangelio de Lucas que una mujer dijo a voz en grito:

    Dichoso el vientre que te llev y los pechos que te criaron! Pero Jess repuso:

    Mejor: Dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen!(Lc 11,27-28).

    Es evidente queJess no niega la primera bienaventuranza referida a su madre, pero le da

    ms importancia a la segunda. Mara cumpli con creces esta segunda

    bienaventuranza, findose totalmente de la palabra de Dios en la escena de la Anunciacin.

    Algo semejante encontramos en el Prlogo del Evangelio de Juan. Hablando el cuarto

    evangelista de la Palabra, escribe:

    Vino a su casa, pero los suyos no la recibieron.

    Pero a los que la recibieron, los hizo capaces de ser hijos de Dios. A los que le dan su

    adhesin, y stos no nacen de linaje humano, ni por impulso de la carne, ni por deseo de

    varn, sino que nacen de Dios(Jn 1,11-13).

    Aqu tambin se afirma que nacer de Dioses ms importante que nacer de varn. En

    otro pasaje, Juan afirma lo mismo de otra manera. En conversacin con Nicodemo, Jess

    afirma:

    Te aseguro que si uno no nace de nuevo no podr gozar del reinado de Dios(Jn 3,3). En el

    contexto (Jn 3,4-8) se asegura que este segundo nacimientoest relacionado con nacer

    del Espritu.El Espritu, creador de algo nuevo, con carcter definitivo, aparece

    constantemente en los evangelios.

    En relacin con el dogma de la virginidad de Mara, que se puede aplicar tambin a otrosdogmas, es conveniente aclarar algunos trminos:

    En cuanto a la virginidad de Marasostenida en los primeros concilios de la Iglesia, hay que

    decir, ante todo, que en esos concilios se discutieron fundamentalmente verdades, sobre

    todo, las relacionadas con los ttulos y las prerrogativas de Jess, que, evidentemente

    implicaban tambin a Mara. Estas verdades se debatieron con pasin y con ardor, y

    siempre hubo vencedores y vencidos. Los vencedores se llamaron a s mismos ortodoxos, y

    a los vencidos les pusieron la etiqueta de heterodoxos o herejes. Los ortodoxos

    proclamaban los dogmas, y alos as llamados herejesse les condenaba o anatematizaba, y

    eran separados de la comunin de esa Iglesia triunfante. Pasados algunos siglos de la

    historia de la Iglesia, el concepto de hereje se fue ampliando, y muchos eran torturados por

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    orden de la Santa Inquisicin, o mandados al patbulo, el ms frecuente el de la hoguera.

    Muchos siglos despus, algunas de estas herejasdejaron de ser tales porque estaban ms

    conformes con los puntos centrales de los evangelios. As las cosas, conviene afirmar lo

    siguiente:

    - En los evangelios y el resto del Nuevo Testamento no hay dogmas, es decir, nohay verdades derivadas de una teologa especulativaque, a su vez, se apoya en conceptos y

    argumentos filosficos, tomados de la filosofa clsica griega, sobre todo de Aristteles, y

    de las diversas filosofas contemporneas a los escritos del Nuevo Testamento, entre las

    que destaca la influencia del estoicismo.

    - Tambin influyeron en la elaboracin de los dogmas las circunstancias histricas

    concretas, casi siempre las de carcter poltico-econmico, que condicionaron incluso el

    comienzo y la finalizacin de algunos concilios .

    Los argumentos sacados de los Evangelios o del resto del Nuevo Testamento y del Antiguo,

    son con frecuencia inconsistentes, por estar distorsionados o sacados de contexto. Como

    contrapunto, y, dado el avance de la teologa en el siglo XX y en lo que va del XXI, algunos

    de los dogmasque han ido surgiendo a lo largo de la historia de la Iglesia, han sido

    sometidos a revisin, por la poca consistencia que tenan, al no encontrar un apoyo serio

    en el Nuevo Testamento, o al chocar frontalmente contra las tendencias teolgicas ms

    actuales y renovadas .

    La Anunciacin y el marcado contraste con Zacaras, en lo tocante al tema de lo

    sagrado, podramos resumirlo as:

    En la Anunciacin, que tiene como centro la concepcin de Jess con sus prerrogativas

    trascendentes, no hay vestigio alguno de lo sagrado. Tanto el lugar, la casa de Mara, como

    la ciudad, Nazaret, como la regin, Galilea, estn lejos de los lugares y las instituciones

    sagradas de Israel. Mara es a su vez una joven sencilla, de linaje desconocido, pero es la

    escogida gratuitamente por Dios. Nos encontramos, pues, en el terreno de lo secular, de la

    vida normal, de lo profano.

    El contraste con Zacaras no puede ser mayor. En el anuncio al padre de Juan lo

    sagradobrilla con todo el esplendor: el anuncio del ngel a Zacaras tiene lugar en eltemplo; l es sacerdote, y estaba prestando su servicio sacerdotal junto al altar; era una

    ceremonia sagrada: ofreca el incienso. Este contraste alcanza su culminacin cuando

    percibimos que, en medio de este ambiente sagrado, Zacaras no tiene fe.

    Mara, por el contrario, fuera de todo ambiente sagrado, haciendo su vida normal y sin

    llamar para nada la atencin, acepta el mensaje de Gabriel, da su consentimiento y es

    proclamada dichosa por haberse fiado de Dios. La grandeza de Mara est en su fe, y la fe

    es un acto humano libre de adhesin a Dios, y no pertenece al terreno de lo sagrado. Mara

    es la primera creyente en Jess, pero, aunque su vida diaria discurre en la rutina y la

    normalidad, tendr que seguir renovando, da a da, su fe ante el desconcierto causado por

    su propio hijo, debido a su misteriosa personalidad. En esta escena tan importante de laAnunciacin ha intervenido directamente Dios, con una revelacin gratuita y trascendente,

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    y ha tomado partido, no por el mbito de lo sagrado, sino de lo profano, de lo cotidiano, de

    lo secular.

    En la siguiente narracin, en la que Mara visita a Isabel, todo encaja de nuevo en el mbitode lo profano, de lo cotidiano y de la normalidad. A pesar de que Mara va a la casa de

    Zacaras, ste queda relegado en la escena. Todo sucede entre Mara, su prima Isabel, y los

    dos nios que estn en el vientre de sus madres. Pero la presencia de Jess en el seno de

    Mara hace que Isabel se llene de Espritu Santo y llame dichosa a Mara por haber credo(Lc

    1,41-45). No hay templo ni mediacin alguna sacerdotal. El Espritu se ha presentado de

    nuevo al margen de lo sagrado.Jess posee la plenitud del Espritu de Dios, y lo derrama

    aqu sobre Isabel con sola su presencia. El evangelio de Lucas seguir insistiendo en este

    hecho, porque con Jess aparece siempre el influjo del Espritu Santo, en l y en las

    personas que lo circundan y le prestan su adhesin. Ni el templo ni los sacerdotes

    contemporneos de Jess podan proporcionar el don del Espritu, porque a esossacerdotes les faltaba la fe, como a Zacaras, y realizaban actos de culto llenos de ritos,

    pero vacos de contenido.

    Mara proclama luego el Magnificaty, terminado este himno, volvi a su casa(Lc 1,56).

    A continuacin, Lucas narra el nacimiento de Juan Bautista(Lc 1,57-66). Cuando van a

    circuncidarlo le quieren poner el nombre de su padre, Zacaras. Interviene la madre

    diciendo que se va a llamar Juan. Como los acompaantes insistan en que ninguno de los

    parientes se llamaba as, preguntaron a su padre por seas cmo quera que se llamara. l,

    tomando una tablilla, escribi: su nombre es Juan. Todos se maravillaron y slo entonces

    se desat su lengua y empez a hablar bendiciendo a Dios. Se haba cumplido lo anunciado

    por el ngel, y Zacaras, lleno de Espritu Santo, (Lc 1,67). En su propia casa, sin

    ritos ni ceremonias,desaparece el sacerdote de la escena, y, por iniciativa de Dios, surge el

    profeta. Zacaras entona el Benedictus.Avanzado el himno, habla de la misin de su propio

    hijo: Y a ti, nio, te llamarn , porque irs , a preparar

    sus caminos(Lc 1,76).

    Juan aparece, pues, como profeta, y su misin es ir delante del Seor, a preparar sus

    caminos. Este es uno de los pasajes importantes del Evangelio de la infancia en que Lucas

    aplica el ttulo de Seor, propio de Yahv, a Jess, antes de que ste naciera.

    Esta escena termina hablando de Juan: El nio iba creciendo y su personalidad se

    afianzaba; vivi en el desierto hasta que se present a Israel(Lc 1,80).

    Estas afirmaciones : vivi en el desierto, lejos del

    templo y de todo contexto sagrado, y desde el desiertocomienza su misin de precursor

    de Jess. Es decir, Juan vive en el desierto, alejado de todo el aparato religioso y sagradode

    su tiempo. Ya no se habla ms de l en el Evangelio de la infancia. Lucas lo vuelve a poner

    en escena con una introduccin solemne (Lc 3,1-2), y afirmando que le lleg un mensaje

    de Dios a Juan, hijo de Zacaras, en el desierto(Lc 3,3). De nuevo, por iniciativa divina, se

    establece lnea directa entre Dios y Juan, sin ningn tipo de mediacin sagrada, y en el

    desierto. Aunque el desierto tenga reminiscencias bblicas, el lugar no es sagrado. El

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    bautismo administrado por Juan tampoco tena carcter sagrado. Lo realizaba recorriendo

    toda la comarca del Jordn para que se arrepintieran y se les personaran los pecados(Lc

    3,3-4).

    Esta sencilla y grandiosa escena sobre el nacimiento de Jess, su significado profundo, y

    sus principales destinatarios, discurre por los caminos de la vida normal de Mara y

    Jos, sometidos, como toda la nacin juda, al decreto del emperador Augusto. A su vez,

    este decreto imperial sita la narracin del nacimiento de Jess, no dentro del estrecho

    marco del judasmo, sino dentro del panorama universal representado por el Imperio

    romano. De este modo,Jess queda insertando en el marco de la historia universal.

    sita perfectamente el marco histrico y teolgico del nacimiento de

    Jess(pp. 65-71). Incluso da los detalles fundamentales de la inscripcin de Priene, ao 9

    a. C., sobre el Emperador Augusto en una fusin de divinidad-humanidad (pp. 66-67); ydestaca la pax augusta(pp.67-68). A continuacin se refiere al censo para cobrar los

    impuestos (pp. 68-70), y, aunque histricamente, este censo est en

    discusin,teolgicamentese acomoda a la profeca de Miqueas 5,1-3, sobre el nacimiento

    de Jess en Beln (pp. 71-72). Luego se refiere a la abundante datacin histrica,

    relacionada con el comienzo de la vida pblica de Jess (Lc 3,1s), (pp. 70-71). Me parece,

    pues, acertado lo que escribe en esta seccin: Jess no ha nacido y comparecido en

    pblico en un tiempo indeterminado, en la intemporalidad del mito. l pertenece a un

    tiempo que se puede determinar con precisin y a un entorno geogrfico indicado con

    exactitud: lo universal y lo concreto se tocan recprocamente .

    Es verdad que va a nacer en Beln, ciudad de David, pero el marco de su nacimiento est

    configurado por los paganos, representados aqu por el emperador Augusto y el Imperio

    romano, indicando Lucas, de este modo, queJess no viene a restablecer el reinado de

    David, sino que su misin se extender hasta los confines del mundo(Hechos 1,8).

    A continuacin aparece Jos, slo para indicar que, como cabeza de familia, toma con l a

    su esposa, que estaba encinta, y que se dirigen a Beln, ciudad de David, porque Jos

    era de la estirpe y familia de David(Lc 2,4). Jess queda, pues, simblicamente

    entroncado con la familia de David, pero no va a nacer colmado de honores en la ciudad

    santa, Jerusaln, sino en medio de una pobreza severa y rodeado de gente pobre, los

    pastores.

    El amplio comentario de sobre el NACIMIENTO DE JESS , a mi manera de

    ver, deja mucho que desear. No podra ser de otra manera, ya que este relato de Lucas

    encierra uno de los pilares ms slidosque fundamenta la Teologa de la liberacin, y bien

    sabemos que el cardenal Ratzinger fue durante 25 aos el incansable fustigador de esta

    teologa, censurando con dureza a muchos telogos y sus escritos. No obstante, vamos a

    discurrir por su comentario, antes de ofrecer el punto de vista de la Teologa de la

    liberacinsobre este pasaje, que tanto nos puede interpelar y enriquecer.

    comentando no haba sitio para ellos en la posada, primero saca las

    conclusiones de una breve elucubracin teolgica, y luego afirma: Esto debe hacernos

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    pensar y remitirnos al cambio de valores que hay en la figura de Jesucristo, en su mensaje.

    Ya desde su nacimiento, l no pertenece a ese ambiente que segn el mundo es importante

    y poderoso . Estoy de acuerdo con esta afirmacin, que se me antoja tmida y aislada,

    dado los comentarios que hace sobre otros textos de esta misma escena. As, comentando

    que Mara puso a su nio recin nacido en un pesebre, y siendo este texto parte de la

    sealdada por el ngel a los pastores, se limita a afirmar que est en consonancia con latradicin de las grutas que haba en estos parajes (p. 74). Al comentar Mara envolvi al

    nio en paales, afirma que se trata de una referencia anticipada de la hora de su muerte

    (p. 75). En esta misma pgina, recurre a la interpretacin alegricade San Agustn, que no

    tiene nada que ver con este texto (p. 75). Luego, con diversas citas del Antiguo

    Testamento, afirma que el pesebre sera de algn modo el Arca de la Alianza, en la que

    Dios, misteriosamente custodiado (por dos querubines) est entre los hombres (p. 76).

    Est claro que esto es una sublimacinde lo que representa el pesebre.

    habla a continuacin de los pastoresy afirma: Jess naci fuera de la ciudad,

    en un ambiente en que por todas partes en sus alrededores haba pastos a los que lospastores llevaban sus rebaos. Era normal por tanto que ellos, al estar ms cerca del

    acontecimiento, fueran los primeros llamados al pesebre (pp. 78-79). Benedicto XVI, a

    quien tanto le gustan las elucubraciones teolgicas, despoja a los pastores de la profunda

    carga teolgicaque tienen en este relato. Un poco ms abajo, para enmendar un tanto la

    plana, afirma: ellos los pastores representan a los pobres de Israel, a los pobres en

    general: los predilectos del amor de Dios (p. 79). De acuerdo, pero qu trabajo le ha

    costado llegar a esta breve constatacin, por lo dems incompleta! Al final vuelve a recurrir

    a Augusto para poner de relieve la pax romana, pp. 84-85; la contrapone a la paz de Jess

    que el mundo no puede dar (Jn 14,27), y termina con esta afirmacin certera: Augusto

    pertenece al pasado; Jesucristo en cambio es el presente y es el futuro: el mismo ayer yhoy y siempre(Heb 13,8, p. 85). En el ltimo prrafo de esta seccin (p. 86) habla de la

    sealdada por el ngel a los pastores,encontraris a un nio envuelto en paales y

    acostado en un pesebre, y, como veremos, la despoja tambin del fuerte y profundo

    contenido teolgico que encierra.

    Estando en Beln, le lleg a Mara el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primognito; lo

    envolvi en paales y lo acost en un pesebre, porque no encontraron sitio en la

    posada(Lc 2,7). Jess fue, pues, hijo primognitode Mara, ya que tuvo otros hermanos

    como nos consta en Lc 8,19-21 .

    Como est cerca, y la teologa que se contiene en la revelacin celesteesexigente, nos interpela y nos llama al compromiso cristiano, ofrezco otra reflexin sobre el

    nacimiento de Jess.

    La persona de Jess se convierte en el centro de esta narracin y aparece como novedad

    radical y definitiva. En un buen nmero de pasajes Lucas nos manifiesta que los nuevos

    tiempos, inaugurados por Jess, son precisamente nuevos, porque con Jess llegan a su

    cumplimiento las promesas fundamentales del Antiguo Testamento. sta es la razn

    principal por la que el Antiguo Testamento, poca importante de salvacin, ha llegado a su

    fin. Slo est en vigor lo nuevo, lo definitivo, inaugurado por Jess. Ya hemos comprobado

    que, en torno al HOY de Lc 2,11, palabra clave en su Evangelio, se encuentran unos ttulos

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    o atributos de Jess trascendentes, que establecen un claro contrastecon su condicin

    de debilidad humana.

    Lo envolvi en paales y lo acost en un pesebre(Lc 2,12) es la seal de pobreza y

    debilidad, dada por el ngel, para que los pastoresreconozcan al nio. A travs del

    nacimiento de Jess en un pesebre, por no tener sitio en una posada, intuimos la condicinde Mara y Jos, como gente normal y corriente. A la aldea de Beln, ciudad de David,

    habra ido mucha gente a empadronarse, y slo los pudientes pudieron pagar los precios

    excesivos para pernoctar en las pocas posadas que haba.

    Pero este hecho tiene adems un significado real y teolgico para el recin nacido: naci

    pobre entre los pobres(los pastores). Esta narracin del nacimiento de Jess constituye un

    contraste ntido y claro con las celebraciones de la Navidad en las distintas catedrales,

    templos y baslicas de todo el mundo cristiano: ministros sagrados, ornamentos con

    bordados primorosos, ritos y ceremonias ampulosas, vasos sagrados deslumbrantes,

    entradas y salidas hierticas de los ministros, lmparas artsticas, incienso Todo estoagrada y entusiasma a la gente, pero tiene muy poco que ver con la sobria narracin

    evanglica, y puede distraernos de lo esencial de esta celebracin. A travs de los siglos, se

    han ido celebrando casi imperceptiblemente estas ceremonias grandiosas, olvidando el

    mensaje central del nacimiento de Jess, porque la suntuosidad de lo sagradoha ido

    absorbiendo, casi sin darnos cuenta, la realidad cotidiana, sencilla y profana de la vida de

    Mara y Josy del crudo nacimiento de Jess en un estado de pobreza dura. Pero para

    entender todo esto con mayor claridad, examinemos la revelacin celeste que el ngel de

    Seor hace a los pastores.

    La revelacin celeste(Lc 2,8-12) nos manifiesta, de manera desconcertante, el alcance de

    esta escena, porquelos principales destinatariosdel nacimiento de Jess son los pastores,gente marginada y despreciada en ese tiempo. En Lc 2,11 encontramos tambin el trmino

    griego smeron(HOY). Ya hemos visto que no es un simple adverbio de tiempo; tiene una

    carga teolgica profunda, ya que el tercer evangelista lo usa en once ocasiones y, con su

    uso, se refiere siempre al nuevo comienzo, relacionado con Jess y su misin, as como a

    su nuevo modode actuar. El pueblo llano o sencilloaparece tambin aqu como destinatario

    de la revelacin celeste.

    As pues, el ngel del Seorcomunica el mensaje celestea los pastores. Este mensaje habla

    de las prerrogativas con que viene adornado Jess y encierra una seal desconcertantey de

    difcil interpretacin. Se trata, pues, de una revelacin del mismo DiosEl contenido de este mensaje, el primero sobre la persona de Jess ya presente en

    nuestra historia, reviste una importancia extraordinaria. Hay que destacar de inmediato

    que los pastores, al entrar en contacto con la divinidad, se asustaron mucho(Lc 2,9). Por

    eso el ngel les dijo: no temis(2,10). As, y de manera tan sencilla, se nos presenta un

    cambio radical entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: cesa el temor en contacto con la

    divinidad. A travs de Jess, el encuentro con Dios va a resultar normal, porque Jess de

    manera inequvoca nos va a revelar a Dios como Padre a lo largo de toda su vida. Pero hay

    ms. El temor normal en la poca anterior, se va a convertir ahora en gozo profundo: Os

    traigo una buena noticia, una gran alegra(Lc 2,10). Se trata de la alegra causada por la

    venida de Jess, y por los nuevos tiemposque l inaugura. Se acab la poca de un Dios

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    lejano que infunda temor y hasta terror. En Jess, Dios se manifiesta cercano, por eso el

    que se adhiere a Jess ya no tiene motivos para el temor, sino para rebosar de alegra.

    En este pasaje Lucas utiliza el verbo (Lc 2,10), que significa traer o anunciar

    una buena noticia. Lo ms importante es que esta buena noticia se identifica con el

    nacimiento de Jess. Es decir, Lucas establece una clara identidadentre esta buena noticiay la persona de Jess. Es el momento de recordar que en Lc 4,18 se utiliza este mismo

    trmino evangelizar, aplicado a la actividad liberadoraque Jess va a llevar a cabo durante

    su vida pblica. As pues, tanto la persona de Jess, como su actividad liberadoraquedan

    sealadas como la buena noticiaen favor de los marginados y oprimidos, representados en

    este pasaje por los pastores, pobres entre los pobres. Por eso stosestn presentes al

    aplicarse Jess a s mismo la cita importante de Isaas (Lc 4,18):

    El Espritu del Seor descansa sobre m. Me ha enviado

    (evangelizar) a los pobres, a poner en libertad a los oprimidos(Isaas 61,1-2).

    El trmino evangelizar, con la carga teolgica que comporta, lo volvemos a encontrar en los

    versculos que cierran las escenas de Nazaret y Cafarnan, en las que Jess

    presenta el programa de su mensaje y actividad. Es importante constatar que aqu el

    trmino evangelizarest relacionado explcitamente con el reinado de Dios.Este reinado

    encierra caractersticas de novedad absoluta.Jess, enviado por Dios Padre, tiene el

    privilegio de inaugurarlo y proclamarlo. El gento quera retener a Jess en Cafarnan, pero

    l les dijo:

    Tambin a las otras ciudades tengo que (evangelizar) del reinado de

    Dios, pues para eso he sido enviado(Lc 4,43).

    La buena noticiaes, pues, que Jess ya est proclamando el reino de Dios. Esta

    proclamacin y su realizacin constituyen el centro de su misin.

    Veamos ahora el contenido de los ttulos atribuidos a Jess por la revelacin celeste:

    Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesas, el Seor(Lc 2,11).

    La revelacin celeste atribuye a Jess unas prerrogativas que llaman poderosamente la

    atencin. Dos de estos atributos pertenecen exclusivamente a Dios en el Antiguo

    Testamento: Salvador y Seor. El otro ttulo, Mesas,es propio de Jess y est relacionado

    con su misin terrestre. Por otra parte, la seal dada por Dios a los pastores esdesconcertante:

    Un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre(Lc 2,12). Esta seal resulta

    paradjica y desconcertante, al compararla con los ttulos atribuidos al recin nacido.

    El ttulo de Salvadorlo emplea slo Lucas entre los sinpticos. El tercer evangelista estaba

    impregnado de la cultura greco-romana, por lo que es probable que conociera la

    clebre Inscripcin de Priene, referida a Csar Augusto, en la que se descubre unparalelismo innegable con la narracin del nacimiento de Jess de su Evangelio. En la

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    narracin del nacimiento de Jess, el tercer evangelista ha recurrido al gnero

    literariode losanuncios imperialespara que sus destinatarios paganos comprendieran que

    Jess es el nico Salvador y Seor.

    En efecto, Lucas nombra exclusivamente a Csar Augusto, prototipo de emperador

    divinizado, en el marco de la cronologadel nacimiento de Jess (Lc 2,1). Pero hay uncontraste significativo: los ttulos de salvador y seor, atribuidos a Augusto

    Inscripcin de Priene-, corresponden a Jess, no por decreto de ningn tipo,

    sino (Lc 2,9-11). Por otra parte, el tiempo de paz, asociado

    al nacimiento del emperador Augusto, para Lucas es el tiempo de la benevolencia divina

    para con el gnero humano, a causa del nacimiento de Jess:

    Gloria a Dios en lo alto, y paz en la tierra a los hombres que Dios tanto ama!(Lc 2,14).

    Este texto se refiere sin duda a la paz mesinicaque llegar a las personas que se abran a

    la accin de Dios a travs de Jess.

    Pero lo ms importante es que el ttulo de Salvadorcorresponde al nombre mismo de Jess,

    dado por el ngel en la Anunciacin (Lc 1,31). Que en el nombre deJessest ya indicada

    su misin es evidente si recurrimos a la etimologa hebrea Yeshua (Jess), quees la

    abreviacin de Yehoshua: Yahv es salvacin. Adems Lucas, que era pagano y escribe

    para ellos, est anticipando el tema de la salvacin destinada a todas las naciones, propio

    del libro de Hechos de los Apstoles.

    As pues, la revelacin celesteatribuye a Jess el ttulo de Salvador. El trasfondo de

    los anuncios imperialesy la comparacin implcita entre Csar Augusto y Jess le confieren

    a este ttulo y a la actividad que representacarcter universal.Jess desde su nacimientoaparece como Salvador, tambin de los paganos.

    Personalmente, me parece que esta situacin se puede aplicar al mundo de hoy. El as

    llamado Occidente cristianoha dejado masivamente de ser cristiano. Sus dioses son el

    dinero, el consumo desenfrenado, y el bienestar refinado a toda costa. No importa que a su

    lado haya gente sin techo y pasando hambre. Este primer mundoignora a la mayor parte de

    la humanidad, postrada, oprimida y humillada por la pobreza y todo tipo de marginacin, a

    la que los ricos y poderosos la han sometido. Probablemente a estos marginados,

    oprimidos y excluidospor los poderosos y opulentos, est destinada en un

    futuro inmediato la liberacin, proclamada y realizada por Jess y por sus seguidores, de

    parte de Dios.

    .

    Otro ttulo de Jess en Lc 2,11 es el de Mesas. En la escena de la Anunciacin, Lucas ya

    haba subrayado dicho ttulo a travs de la profeca de Natn, que alude explcitamente a

    David como antepasado de Jess:

    steJess ser grande, lo llamarn Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de

    David su antepasado (Lc 1,32-33). En la narracin del nacimiento, el evangelista hace

    alusin a Beln como ciudad de David (Lc 2,4). Es ms, en el versculo 11 que estamoscomentando, estn asociados el trmino Mesasy la expresin en la ciudad de David.

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    Es evidente que el ttulo de Mesasencierra un carcter particularista, ya que est

    relacionado solamente con el pueblo de Israel. Adems, el ttulo de Mesas, aplicado a

    Jess, no responde a las expectativas del pueblo y de sus dirigentes, que esperaban una

    manifestacin espectacular del Mesas con carcter poltico y guerrero en el Templo.

    Un Mesascon poder poltico-religioso, capacitado para derrotar y expulsar a los romanos y

    devolverle a Israel el poder y esplendor de antao, teniendo como punto de mira el reinadode David, paradigma de la grandeza de Israel. Esta perspectiva, que no era la de Jess,

    constituy su gran tentacin mesinicadurante toda su vida pblica (Lc 4,1-13).

    .

    El ltimo ttulo que encontramos en Lc 2,11, y que ayuda a comprender la personalidad de

    Jess, es el de Seor,en griego Kyrios. Este ttulo es propio deJess resucitado, por eso se

    halla profusamente en el libro de Hechos de los Apstoles, pero Lucas tambin lo atribuye

    a Jess durante su vida pblica, y hace ver que Jess ya eraSeordesde su nacimiento.

    Las primeras comunidades cristianas reconocen e invocan a Jess como Seor. Lucas

    transfiere a Jess el ttuloKyrios, propio de Yahv, en una especie de sntesis teolgica. Con

    este procedimiento literario-teolgico el evangelista nos indica que, a partir de su

    nacimiento, las prerrogativas propias de Dios pertenecen tambin a Jess.

    Llegados a este punto, conviene sealar que en el Antiguo Testamento Kyrios, ms que un

    ttulo, era el nombre mismo de Yahv. Que Lucas emplea el procedimiento literario-

    teolgico ya reseado, el de aplicar Kyrios, el nombre de Yahv, a Jess, parece cosa

    manifiesta, porque en el Evangelio de la infancia (Lc 1-2), Kyriosaparece en algunos

    pasajes aplicado a Dios, y en otros se refiere a Jess. De esta manera, Lucas nos hace ver

    que las prerrogativas de Dios en el Antiguo Testamento pertenecen ahora a Jess desde su

    nacimiento(Lc 2,11), algo impensable e inaudito, a no ser por la revelacin celeste. Por eso

    Jess, adornado con estos atributos divinos, aparece como novedad absoluta, e inaugura

    los nuevos tiempos. El cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento en Jess

    desborda con creces la perspectiva y el contenido de dichas promesas.

    Aunque Jess era ya Kyriosdesde su nacimiento, comenz a manifestar y a ejercer las

    prerrogativas propias de este ttulo, a partir de la resurreccin. Las comunidades cristianas

    comprendieron tambin que Dios haba transferido a Jess no slo su nombre

    de Kyrios, sino tambin todas las prerrogativas que este nombre entraaba: influjo sobre la

    historia de la humanidad y dominio sobre el universo.Jess resucitado, libre ya de loslmites espacio-temporales, est presente en la historia de salvacin del nuevo pueblo de

    Dios, que es la humanidad entera. Es decir, su nueva forma de vida junto al Padre, sin

    lmites espacio-temporales, le permite estar en contacto con los que creen en l y con la

    gente de buena voluntad en cualquier tiempo y lugar.

    Jess, como Seorque es, est presente en la historia humana, no para someternos ni

    esclavizarnos, sino para dignificarnos, abrindonos un horizonte de trascendencia. Los

    seres humanos somos los protagonistas de nuestra propia historia. Jess, presente en ella,

    por medio de su Espritu nos va concediendo capacidad de amar, abrindonos as

    radicalmente a las necesidades de los dems. Tambin nos infunde sabidura y fortaleza

    para que actuemos con honestidad y justicia sin desfallecer. De esta manera contribuimos a

  • 7/30/2019 Recension de La Infancia de Jesus de Ratzinger - Escudero Freire

    18/30

    devolverles a los marginados, oprimidos y excluidos de la sociedad la dignidad que nunca

    tuvieron o que, en algn momento, les fue arrebatada por los jefes y los poderes

    econmicos, polticos y religiosos de nuestro tiempo.

    As pues, los ttulos de Salvador y Seorde Lc 2,11, al mismo tiempo que equiparan las

    prerrogativas de Jess a las de Dios, indican tambin quines son los destinatarios de sumisin terrestre: todos los pueblos de la tierra.El ttulo de Mesas, aunque se refiere de

    manera directa al pueblo de Israel, al estar en conexin con los deSalvador

    y Seor, trasciende tambin ese mbito. No ha habido ningn personaje ni profeta del

    Antiguo Testamento con los ttulos y prerrogativas que son propios de Dios. El hecho de

    que las promesas de la Antigua Alianza se fueran a realizar en Jess, el Mesas, tampoco

    haca prever la hondura, el misterio y la trascendencia de su personalidad. Por eso es

    correcto hablar de novedad absoluta, al referirnos a Jess. La revelacin celeste,hecha a los

    pastores, nos indica, como veremos en breve, que el Mesasno viene slo para Israel, sino

    tambin para los paganos. Su misin va a ser universal y eficaz. La universalidad le viene

    dada por los ttulos de Salvador y Seor. La eficacia queda vinculada al hecho de que Jess,desde su nacimiento, recibe la transferencia de los atributos y prerrogativas propios de

    Yahv, en relacin con la salvacin-liberacin del gnero humano.

    Jess se presenta, pues, como novedad radical, y propuso un mensaje

    totalmente innovadorpara la sociedad en que vivi. Debido a ese mensaje y a su

    realizacin, Jess choc frontalmente con las autoridades poltico-religiosas de su tiempo.

    Los creyentes, que le hemos prestado nuestra adhesin, debemos reflexionar sobre su

    mensaje en profundidad, para trasladarlo, adaptarlo, e intentar dar respuesta a los

    acuciantes problemas de muchas personas de nuestra sociedad. La confrontacin que se

    pueda originar con las autoridades religiosas o civiles por ser fieles al Evangelio, no nos

    debe preocupar, a tenor de la ltima Bienaventuranza:

    Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad, porque sos tienen a Dios por

    rey(Mt 5,10).

    La revelacin celeste hecha por el ngel del Seor (Lc 2,8-12), interpreta de manera

    desconcertante el nacimiento de Jess, al indicar quines son los destinatarios primordiales

    de este nacimiento, as como los ttulos divinos con que est adornado el recin nacido. Ya

    hemos reflexionado sobre los ttulos divinos. Qu nos dice, pues, este relato sobre lospastores y el pueblo llano en estrecha relacin con ellos? (Lc 2,10). Dios mismo

    proporciona una seal desconcertante como garanta de lo anunciado (Lc 2,12), que resulta

    paradjica, sobre todo, si la cotejamos con los ttulos trascendentes atribuidos al recin

    nacido por la misma revelacin: Salvador y Seor (Lc 2,11). El texto que nos atae dice as:

    En las cercanas de Beln donde haba nacido el nio (Lc 2,4-7) haba unos pastores que

    pasaban la noche a la intemperie velando el rebao por turno. Se les present el ngel del

    Seor, la gloria del Seor los envolvi de claridad y se asustaron mucho. El ngel les dijo:

    Tranquilizaos; mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegra que lo ser para

    todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesas, el Seor. Y

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    os doy esta seal: encontraris un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre(Lc

    2,8-12).

    Este es el texto de Lucas que incluye la revelacin celestey sus principales destinatarios,

    los pastores, a los que se les da una sealpara que reconozcan al recin nacido. Para

    comprender el alcance de esta revelacin, habr que preguntarseen este relato. Por otra parte, puesto que ya hemos

    analizado los ttulos que corresponden a Jess desde su nacimiento y la seal dada por

    Dios,brota espontnea esta pregunta: los pastoresy la seal dada por Dios, estn en

    consonancia con las prerrogativas atribuidas a Jess?Enseguida veremos que el hecho de

    que los pastores sean los destinatarios directos de la revelacin celeste produce sorpresa y

    desconcierto, pero es Dios mismo quien se dirige a ellos para hablarles sobre el nio. Hay

    otros textos importantes en el Evangelio de Lucas entre los que destaca Lc 4,18-21, al que

    ya hemos aludido por los que se puede comprobar que el contenido de esta manifestacin

    celeste est anticipando y otorgndole credenciales divinas a Jess, y a su actividad y

    mensaje durante su vida pblica.

    .

    Quines son y a quines representan, pues, los pastores en esta narracin? Es verdad que

    hay una tradicin bblica favorable a los pastores, que refleja el honor debido a los

    patriarcas o al mismo David, porque todos ellos fueron pastores. Dios mismo ha sido

    considerado pastor de Israel . Nuestro texto, sin embargo, no recoge estas tradiciones.

    El contexto inmediato, otros pasajes de Lucas, en clara conexin con los pastores, y el

    horizonte de su propio Evangelio estn a favor de la interpretacin peyorativade los

    pastores. La historia, la sociologa y otras fuentes, contemporneas a Jess, vienen en

    nuestra ayuda.

    Para los contemporneos de Jess, los pastores eran gente peligrosa, siempre dispuesta al

    atropello. Por eso eran menospreciados y estaban totalmente marginados por la sociedad

    de su tiempo , ya que no tenan derechos civiles ni religiosos. Eran considerados como

    delincuentes habituales, dispuestos siempre al robo y al pillaje, por lo que no merecan

    confianza alguna . De aqu que no pudieran testimoniar en juicio. En este sentido, eran

    equiparados a los recaudadores de impuestos, considerados por los judos como gente

    pagana e indeseable. stos tampoco podan testimoniar en juicio .

    Para Lucas y las comunidades cristianas primitivas, con las que comparta la fe enJess, esta gente pobre y despreciada, de manera especial por los dirigentes del pueblo, es

    precisamente la elegida por Dios para recibir la revelacin celeste sobre el recin nacido,

    como destinatarios privilegiados. A ellos va dirigido en primer lugareste mensaje de

    Dios, llamado buena noticia, y por eso destinado a causar gran alegra. Estamos tratando

    uno de los puntos que conforman el corazn del Evangelio y que fundamentan la Teologa

    de la liberacintan denostada y combatida por el Vaticano desde su nacimiento, all por

    los aos sesenta . Los pastores pertenecan sin duda a la amplia y variada categora

    de los pobres de Yahv. Los fariseos adems los despreciaban porque, dada su vida

    nmada, no podan observar las prescripciones de la Ley .

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    Hay un contraste manifiesto entre la sociedad juda del tiempo de Jess, con sus

    complicados mecanismos socio-econmicos, con criterios selectivos y excluyentes por

    parte de los jefes del pueblo, dado el tenor de vida de esta clase dirigente, por una parte,

    y el proyecto definitivo de Dios en Jess, por otra, que, a travs de una revelacin celeste,

    escoge y seala a los pastores como destinatarios privilegiados del Evangelio. Este

    contraste resulta desconcertante y hasta escandaloso. Los pastores, prototipo de la gentemarginada, vilipendiada y menospreciada, son precisamente los elegidos por Dios para

    recibir los primeros, de manera directa, la buena noticia del nacimiento de Jess. ste,

    adornado de prerrogativas divinas, viene a devolverles la dignidad perdida a los pastores, y

    a las clases marginadas, oprimidas y explotadas de todos los tiempos, a quienes los

    pastores representan.

    Hemos visto que los pastoreseran una clase socialcompletamente marginada y

    despreciada. Ahora vamos a conocer otro aspecto importante. Por no cumplir la Ley, eran

    excluidos del pueblo de Dios, eran considerados . En la prctica eran tenidos

    como paganos o gentiles. Los dirigentes religiosos tambin considerabana los recaudadorescomo gente excluida del pueblo de Israel. Por colaborar con los

    romanos, cobrando sus impuestos y enriquecindose con la extorsin que practicaban

    habitualmente, eran consideradospecadores pblicos. As pues, tampoco ellos formaban

    parte del pueblo elegido. Lucas, que era pagano, de manera velada, sutil e irnica est

    afirmando queJess viene en primer lugar para ofrecer su salvacin-liberacin a los

    gentiles. Por otra parte, al aadir () una gran alegra que lo ser para todo el pueblo(Lc

    2,10), est considerando tambin al pueblo de Israelcomo destinatario de la revelacin y

    salvacin que ha venido a traer Jess, aunque en un segundo plano .

    Por lo comentado hasta ahora, en esta escena la revelacin celeste y el nacimiento de

    Jesstienen lugar en un mbito marcadamente profano;no hay atisbo alguno de ambiente

    sagrado. Sin duda alguna, se trata de unarevelacin divina, gratuita y trascendente, por

    provenir de Dios, pero la categora de sagradono se puede aplicar a Dios. Lo sagrado ha

    sido creado por el ser humano para hacerse intermediario entre lo divino y lo humano. As

    van surgiendo en todas las religiones los sacerdotes, personas sagradas,

    intermediariosentre Dios y el pueblo, con un variado escalafn entre ellos; se

    levantan templos y santuariospara realizar los sacrificios, las ofrendas y los diversos actos

    de culto con una enorme variedad de ritos. En la revelacin celeste de esta narracin, no

    aparece ningn intermediario con carcter sagrado. Dios se comunica directamente con los

    pastoresque, como hemos visto, era la clase ms menospreciada y marginada de su

    tiempo. Lo sagrado est completamente ausente de esta escena. Por lo dems, el nioacostado en un pesebre en el escenario y ambiente de los pastores, dista de lo sagrado

    como el cielo de la tierra;se trata de un lugar y de un ambientemarcadamente profanos.

    Llegados a este punto es importante conocer el mensaje que el ngel del Seor -Dios

    mismo-, transmite a los pastores:

    Tranquilizaos; mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegra, que lo ser para

    todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesas, el Seor. Y

    os doy esta seal: encontraris un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre(Lc

    2,10-12).

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    Los pastores se asustaron al contactar con lo divinomentalidad del Antiguo Testamento,

    y el ngel los tranquiliza. A partir de la venida de Jess, podemos ponernos directamente

    en contacto con Dios sin miedo alguno, y sin necesidad de intermediarios sagrados. A

    continuacin les dice que les trae una buena noticia, motivo de una gran alegra. La

    palabra Evangeliosignifica buena noticia, y, al proclamarla en el nacimiento de Jess,

    All donde est Jess, su personadevuelve la dignidad perdida a la gente marginada, atropellada y oprimida por los ricos y

    las clases dirigentes poltico-religiosas. El Evangelio slo se convierte en buena noticia si

    causa la liberacin a los excluidos, oprimidos y sometidos. La presencia de Jess y su

    actividad as lo demuestran, ya que durante toda su vida pas haciendo el bien:

    Me refiero a Jess de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espritu Santo, que pas

    haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con

    l(Hechos 10,38).

    Adems, como hemos visto, en este pasaje se le aplican a Jess prerrogativas divinas, esdecir, se le atribuyen dos ttulos que en el Antiguo Testamento pertenecan slo a

    Yahv: Salvador y Seor . Por otra parte, la seal dada, para que los pastores reconozcan

    al nio, es desconcertante y paradjicasi la cotejamos con esos ttulos. Lo acabamos de

    decir: slo a Yahv, Dios de Israel, se le atribuan esas dos prerrogativas, y ahora se

    transfieren a Jess. No olvidemos que el Evangelio de la infancia contiene la cristologa ms

    desarrollada de toda la obra lucana, porque es lo ltimo que l aade a su Evangelio que

    empezaba en el captulo tercero.

    Por lo dems, los pastores, de evangelizados por el ngel, se convierten en

    evangelizadores(Lc 2,15-20): la gente se admiraba de lo que decan los pastores;

    slo Mara conservaba el recuerdo de todo esto, meditndolo en su interior(Lc 2,19). Estole iba a dar la posibilidad de ir comprendiendo mejor y aceptando la personalidad

    misteriosa y desconcertante de su propio hijo, y poder revelarla en su momento. Por eso

    Mara es, sin duda alguna, una de las fuentes del Evangelio de la infancia. Lucas luego ha

    tratado esta y otras fuentes, que ha tenido en sus manos, con la libertad teolgica que le es

    caracterstica.

    No hay vestigio alguno de lo sagradoen toda esta narracin del nacimiento de Jess. La

    relacin se establece con la esfera de lo celeste o lo divino, pero ya hemos visto que este

    mbito es gratuito e inalcanzable, por ser trascendente;no pertenece a lo que

    nosotros entendemos por sagrado. As pues, lo secular, lo profano, la vida normal, sacadaa veces de la rutina cotidiana por acontecimientos y avatares imprevistos, es decir, la vida

    tranquila y cotidiana de Mara y Jos, condicionada en esta escena por el Edicto imperial, ha

    ido marcando el rumbo de sus vidas de manera natural y progresiva. En su vida pblica, el

    contacto con su hijo, Jess, les ha ido apartando, poco a poco, del mbito sagrado y

    cerrado del judasmo, para compartir, despus de la resurreccin, la adhesin a Jess con

    gentes de todas las razas y naciones, movidos por el Espritu Santo, que termin echando

    por tierra todas las barreras sagradas del judasmo.

    Probablemente el Dios de Israel ya estaba cansado de tantos intermediarios

    sagrados, pero sin fe, y de tantos actos de culto vacos de contenido, y quiso que con Jess

    se fuera estableciendo una relacin fluida entre lo celeste y lo terrestre sin que esta

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    relacin quedara lastrada por sacerdotes descredos, por gran nmero de lugares sagrados,

    por templos en los que se ofrecan mecnicamente un sinfn de sacrificios de animales, y

    por mltiples y variados actos de culto, celebrados siempre en lugares sagrados.

    Otra conclusin manifiesta: los grandes de este mundo, los ricos y poderosos no son

    precisamente los ms capacitados para aceptar y vivir el Evangelio. Los privilegiados delreinado de Diosson los pobres, los marginados, los excluidos y despreciados por la

    sociedad, los oprimidos, la gente sencilla, el pueblo llano. El Evangelio, al mismo tiempo

    que libera al ser humano de la marginacin, explotacin u opresin a las que con

    frecuencia se ve sometido, a su vez lo capacita para elegir con libertad una vida sencilla

    que pueda dar en rostro a los valores del mundo este. As, de persona marginada y

    oprimida, una vez liberada, puede convertirse enpersona liberadora, contribuyendo a

    devolver a otros la dignidad maltrecha o perdida.

    Este plan de Dios, por lo novedoso, gratuito, desconcertante y paradjico, choca

    frontalmente contra losvalores establecidosde la sociedad en general, y por gran parte dela Alta jerarqua en particular, ya que esos valores son con frecuencia idnticos. Es inaudito

    y desconcertante que lo dbil de este mundosea revestido de la fortaleza y sabidura de

    Dios para llevar adelante sus planes. No hay duda de que el Evangelio va contra corrienteal

    afirmar que la gente sencilla, el pueblo llano, los sin nombreson los privilegiados

    del reinado de Dios(Lc 10,21-22). Son, en efecto, los elegidos por Dios gratuitamentepara

    adherirse a Jess, y luego llevar a cabo la salvacin de Dios por medio de su Hijo. sta es la

    gran paradoja y la novedad radical de Jess y de su Evangelio: en lo dbil, en lo que no

    cuenta para este mundo, se manifiesta la benevolencia, la sabidura y el poder de Dios (I

    Cor 1,20-29).Jess de Nazaret, que rechaz como tentacin el poder religioso, y el

    poltico-econmico, l mismo es la benevolencia, la sabidura y el poder de Dios para la

    humanidad.

    Ya hemos hecho alusin al paralelismo entre Lc 2,8-12 y Lc 4,18-21 y contexto. Quizs sea

    conveniente profundizar un poco ms, para comprobar mejor la estrecha relacin que

    existe entre estos dos pasajes. En Lc 2,10-11 el Evangelio se identifica con la persona de

    Jess desde su nacimiento. Dios mismo anuncia esta buena noticiaa los pastores. En la

    escena de Nazaret (Lc 4,18-21) el Evangelio se identifica con el mensaje y la actividad

    liberadora de Jess. l mismo anuncia esta buena noticia a los pobres y oprimidos,

    destinatarios directos de su mensaje y actividad:

    El Espritu del Seor descansa sobre m. Me ha enviado a dar la buena noticia a lospobresa poner en libertad a los oprimidos (Lc 4,18).

    Una vez que hubo ledo el texto de Isaas, con un breve comentario Jess se lo aplica a s

    mismo:

    Hoy, en vuestra presencia, se ha cumplido este pasaje(Lc 4,21).

    De nuevo resuena este que indica el nuevo comienzo. Es evidente, pues, que el

    Evangelioes y significabuena noticia, en primer lugar, para las clases oprimidas y

    marginadas de la sociedad. Jess ha sido enviado para liberar a estas personas de toda

    clase de injusticia, que pesa como una losa sobre ellas, y para devolverles sus derechos, ladignidad, y la alegra de volver a sentirse personas libres. Sin libertad, inherente a todo ser

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    humano, y sin los derechos fundamentales que le pertenecen, se vive en una situacin

    infrahumana.Jess entabl una lucha sin cuartel, siempre con medios pacficos, para

    devolverle a todo ser humano la libertad y la dignidadque le pertenecen. El reino de Dios

    se construye con personas libres, porque somos hijos de Dios, hermanos de Jess, y

    hermanos unos de otros; no con personas esclavas.

    Sabemos por los evangelios que Jess puso todo su empeo en devolverles la libertad y la

    dignidad a las personas sometidas o esclavizadas de su entorno. Querer alcanzar o

    recuperar la libertad perdida, es un requisito importante para integrarse conscientemente

    en el reino de Dios. Al contrario que Jess, las diversas religiones de la humanidad

    incluido el cristianismo cuando funciona como una religin ms, a travs de muchos de

    sus dirigentes, y multiplicando leyes y normas, han sometido las conciencias de sus

    respectivos creyentes en nombre de Dios, impidiendo as que mucha gente

    alcanzara la libertad y la responsabilidadinherentes a toda persona adulta.

    As pues, el Evangelio se identifica con la persona, actividad y mensaje de Jess. Quedatambin claro que los primeros destinatarios de esta buena noticiason los pobres, los

    oprimidos, los explotados, en una palabra, los menospreciados por los dirigentes y las

    clases acomodadas de la sociedad, porque estos seres abyectosno cuentan en absoluto

    para ellos. Para Dios s cuentan, y son seres privilegiados, porque a travs de Jess les ha

    llegado este mensaje de liberacintan esperado. Dios lo ha querido as, y as lo ha

    revelado: por medio de una revelacin celeste a los pastores, en Lc 2,10-12; por medio del

    mismo Jess en Nazaret, en Lc 4,18-21. Estos dos pasajes, con un contenido teolgico y

    humano tan profundo, no hacen sino anticipar, como programa, y ratificar, como

    compendio, la actividad liberadora de Jess durante su misin terrestre. Nos encontramos,

    pues, ante una novedad absoluta y radical, la del cambio cualitativo de valores que

    comporta el reinado de Dios, proclamado y llevado a cabo por Jess.

    hunde, pues, sus races en estos pasajes fundamentales del Evangelio.

    Al cumplirse los ocho das, cuando tocaba circuncidar al nio, le pusieron de nombre

    Jess, como lo haba llamado el ngel antes de su concepcin (Lc 2,21).

    afirma que Pablo alude a este rito al escribir: Cuando se cumpli el tiempo,

    envi Dios a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban

    bajo la Ley, para que recibiramos el ser hijos por adopcin (Gl 4,4s.) .

    Efectivamente, Jess queda incorporado al pueblo de Israel, pero habra que especificar que

    la circuncisin obliga al cumplimiento de la Ley mosaica, y que Jess en su vida pblica se

    desentiende de ella o la contraviene con su conducta y enseanza: el precepto del sbado,

    las tradiciones de Israel, los alimentos impuros, comer con gente indeseable, la abolicin

    del culto y del templo El motivo es que, en tiempo de Jess, la Ley mosaica atentaba

    contra los valores y derechos esenciales de las personas. Pero Jess coloc al ser humano

    en el centro de su actividad y mensaje. Por eso sabemos que las comunidades cristianas

    primitivas, siguiendo las enseanzas y el quehacer de su Maestro, ,

    declarando que para ser cristiano, no haba que pasar por el judasmo (Hch 10,1-11,18;

    Hch 15). Es decir, este rito religioso y sagrado, que obligaba al cumplimiento de la Ley

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    mosaica, queda abolido. Como dice Pablo con frecuencia, no estamos bajo la Ley, sino bajo

    el influjo del Espritu de Dios.

    afirma que este segundo episodio es ms complejo, porque encierra tresacontecimientos: la purificacin de Mara, el rescate del hijo primognito y la

    presentacin de Jess en el templo (p. 87). Todo esto est mandado por la Ley del Seor

    (Lc 2,22). Luego Benedicto XVI analiza a fondo las leyes del Antiguo Testamento que tenan

    que ver con estos acontecimientos . Pero reconoce que lo singular de esta narracin es

    que no habla del rescate de Jess, sino de su presentacin (p. 89). En efecto, el tercer

    evangelista aprovecha esta prescripcin legal para poner de relieve el hecho de la

    presentacin. Benedicto XVI vuelve a insistir en que sobre el acto del rescate prescrito por

    la Ley, Lucas no dice nada (p. 89). Luego, afirma que para Lucas es esencial precisamente

    esta primera entrada de Jess en el templo como lugar del acontecimiento (p. 89), para

    terminar afirmando que a este acto cultual, en el sentido ms profundo de la palabra,sigue en Lucas una escena proftica (p. 90). Vamos a ver, sin embargo, que Lucas no hace

    alusin a ningn acto cultual, y menos en sentido profundo.

    En la presentacin, nos encontramos con una pequea narracin, seguida por un himno. En

    la narracin destacamos lo siguiente:

    Simen es un israelita piadoso, pero vive al margen del templo y de sus

    funciones, porque no es una persona sagrada.

    Este personaje cobra importancia cuando Lucas afirma que el Espritu Santo estaba con

    l, que lo haba avisado que no morira sin ver al Mesas, y que fue al templo impulsado porel Espritu. Es decir, el temploqueda en un segundo plano, como algo circunstancial, y

    Lucas centra el episodio en el tema del Espritu. La presencia de Jess hace que irrumpa el

    Espritu de Dios, y Simen, bajo su influjo, habla como profeta.

    Aunque Mara y Jos haban ido al templo para cumplir la Ley de Moiss, no se habla del

    rito de la presentacin de Jess; la presentacinqueda desdibujada y pierde su importancia

    ante la profeca de Simen sobre el nio. No se narra, pues, acto de culto alguno. Como

    este himno encierra temas importantes de la teologa lucana, sera bueno terminar esta

    seccin con una reflexin sobre su contenido.

    Este pequeo himno(Lc 2,29-32), puesto en los labios de Simen, es el pasaje con mayor

    alcance universal de todo el Evangelio de Lucas. Con el ahora, que lo encabeza, subraya

    Lucas el comienzo de la novedad mesinica. Segn tu promesa, relaciona al nio que tiene

    en sus brazos con el cumplimiento de las promesas de Dios. El anciano profeta, guiado por

    el Espritu Santo, descubre en este nio al salvador de todos los pueblos , y lo

    proclama, ante todo, luz para alumbrar a las naciones (los gentiles), y slo luego lo

    considera tambin gloria de su pueblo, Israel. El estrecho horizonte judo se ensancha

    desde los comienzos de la vida de Jess. Estaprofeca se abre al universalismo de Hechos

    de los Apstoles: Recibiris el Espritu Santo para ser mis testigos en Jerusaln y hasta

    los confines de la tierra(Hch 1,8).

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    La experiencia de las comunidades cristianas primitivas, recogida en el libro de Hechos, ha

    sido dura y polmica, porque los judos han ido rechazando la salvacin de Jess. Por eso la

    apertura a los gentilestiene carcter polmico, de confrontacin, porque histricamente es

    fruto del rechazo de los judos. Pablo y Bernab, de hecho, se dirigieron en primer lugar a

    los judos, pero, al ser rechazados por stos, empezaron a anunciar el mensaje de la

    salvacin de Dios a los paganos:

    Era menester anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios; pero como lo rechazis y

    no os consideris dignos de la vida eterna, sabed que vamos a dedicarnos a los

    paganos(Hch 13,46).

    Lucas, que era pagano, y que adems haba vivido de manera intensa y dramtica esta

    situacin, presenta a Jess en primer lugar como salvador de los paganos;a continuacin,

    tambin de Israel: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel .

    En la obra lucana y en las cartas de Pablo el tema del Espritu le gana la batalla al de la Ley

    mosaica. Aqu se establece lnea directa entre el Espritu Santo y Simen, y el rito de la

    presentacindesaparece de la escena. El tema de lo sagradouna vez ms cede el paso a la

    comunicacin del Espritu de Dios que no depende de intermediarios. Es la fuerza de lo

    divino frente a lo sagrado. Lucas va dejando cada vez ms claro que con Jess y con el

    Espritu de Dios estamos en el horizonte del Nuevo Testamento, mbito de lo secular y

    profano, no del Antiguo, mbito de lo sagrado.

    Simen, sosteniendo al nio, afirma que ser Se trata de la actitud

    que se toma ante Jess. En el mismo Evangelio, el pueblo est pendiente de sus

    labios, mientras que los jefes del pueblo,desde el comienzo de su vida pblica, buscan la

    manera de quitarlo de en medio. Un buen comentario de este pasaje lo hace el mismo Jesscuando recibe a dos emisarios de Juan; despus de hacer alusin a las palabras de Lc 4,18,

    y de curar a los que lo necesitaban, afirma: Dichoso el que no se escandalice de mi!(Lc

    7,23). Escandalizarse de Jess es rechazarlo. Luego le dice a Mara: una espada te

    traspasar el alma.

    comenta acertadamente: La teologa de la gloria est indisolublemente unida

    a la teologa de la cruz . A continuacin, Lucas nos presenta a una mujer piadosa, que

    ante la presencia de Jess, profetiza, atribuyndole al nio la liberacin de Jerusaln. El

    horizonte es el judo, pero Lucas hace ver que tambin las mujeresse benefician del

    contacto con Jess. Aqu presenta a Ana como profetisa.

    Por ltimo, habla de la escena que cierra el Evangelio de la infancia (Lc 2,41-

    52), y la titula: Jess en el templo a los doce aos (p. 125). Destaca que la obligacin de la

    familia era llevar los hijos al templo, a partir de los trece aos. A veces se adelantaba la

    edad para que se acostumbraran a cumplir con laTor. El nio se queda en Jerusaln, en el

    templo, y los padres se dan cuanta de que no est con ningn miembro de la caravana, y

    deciden volverse a Jerusaln. A los tres daslo encuentran en el templo, sentado entre los

    doctores, respondindoles y preguntndoles (Lc 2,46). admite que los tres

    das puede ser lenguaje simblico y referirse al periodo entre la muerte y la resurreccin de

    Jess(p. 128). Recalca la importancia del templo para Israel y para la Sagrada Familia desde

    la infancia de Jess(p. 126-127), pero creo que exagera cuando afirma: Jess no est en

    el templo por rebelin a sus padres, sino justamente como quien obedece, con la misma

  • 7/30/2019 Recension de La Infancia de Jesus de Ratzinger - Escudero Freire

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    obediencia que lo llevar a la cruz y a la resurreccin (p. 129). Adems, Jess no va a la

    cruz por obediencia al Padre, lo arrastran a la cruz los sacerdotes y los jefes del pueblo,

    porque lo consideran una persona subversiva, un malhechor y un blasfemo. El Padre,

    resucitando a Jess, confirma tu actividad y su mensaje durante su vida pblica.

    Ante el reproche de Mara: Hijo, por qu te has portado as con nosotros? Mira con quangustia te buscbamos tu padre y yo!(Lc 2,48), Jess le responde: Por qu me

    buscabais? No sabais que debo ocuparme de lo que pertenece a mi Padre?(Lc

    2,49). comenta as este pasaje: En esta respuesta hay sobre todo dos

    aspectos importantes. Mara haba dicho: Tu padre y yo te buscbamos angustiados. Jess

    la corrige: yo estoyen el Padre. Mi padre no es Jos, sino otro: Dios mismo . El texto no

    dice que Jos no sea su padre. Aqu hay una manifiesta contraposicin entre tu padre, en

    labios de Mara, y mi Padre, en boca de Jess. Es decir, Jess no niega que Jos sea su

    padre terrestre, pero, a esta paternidad, contrapone otra paternidad, para l ms

    importante: con la expresin mi Padre, referido a Dios, se est proclamando Hijo de

    Dios, como en la Anunciacin (Lc 1,35), y como en el pasaje de Lc 10,22: Mi Padre me loha enseado todo; quin es el Hijo lo sabe slo el Padre; quin es el Padre lo sabe slo el

    Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

    Quiero terminar, poniendo de relieve que , comentando La infancia de

    Jess, en algunas ocasiones afirma queJess es Dios. En esta narracin, hablando de que

    Jess creca no slo en edad, sino tambin en sabidura, y ponderando el misterio que

    encierra su persona, escribe: Se manifiesta concretamente que l es verdadero hombre y

    verdadero Dios, como lo formula la fe de la Iglesia . El credo de algunos concilios as lo

    formula, pero en el Evangelio de Lucas nunca encontramos esa afirmacin. Lucas s habla

    de Jess como el Hijo de Dios, que, en algunos pasajes, tiene sentido trascendente.

    Es un libro cmodo de leer y uno se siente tranquilo al leerlo, ya que no hay un solo

    comentario que inquiete al lector o lo ponga delante de los problemas lacerantes de

    nuestro tiempo; demuestra una gran erudicin y conocimiento de las

    Escrituras. La teologa que encierra su libro tiene normalmente presente, como trasfondo,

    el statu quode la Iglesia jerrquica, y hace interpretar errneamente algunos textos

    importantes, o bien, omite el comentario de otros pasajes que podran llevar a una seria

    confrontacin entre el Evangelio y elstatu quode la Iglesia jerrquica, al que hemosaludido.

    De hecho, nunca ofrece la confrontacin dialcticaentre los dpticos de Juan Bautista y los

    de Jess, porque a travs de esta contraposicin, se pone de manifiesto la supremaca de

    loprofano, referida a Mara y a Jess, frente a la decadencia de lo sagrado, relacionada

    con el sacerdociode Zacaras. Mara acepta el mensaje del Seor, a pesar de lo novedoso,

    fe de Mara frente a la incredulidad del sacerdote Zacaras; otra contraposicin pone de

    manifiesto la novedad radical de Jess, que aparece como la nueva creacin, frente a la

    desaparicin de las principales instituciones sagradasdel Antiguo Testamento. Jess las va

    declarando obsoletas, a lo largo del Evangelio de Lucas. Slo queda en pie el profetismo, yaque Juan aparece como el ltimo profeta de la Antigua Alianza;hay tambin un marcado

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