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Li» hbortnd do Impronta «o tlouo 1111U lfmltos qüo ol rospoto il la vlfln prlvnün A li» mor«l y il In piwpublloa.—Artí 7<? ílo ln Constitución. Periódico Inúepencllt nte de Gomüate. Direotor: RICARDO LORES MAGON Cumulo ln RopiMilicn iuomin<i<< bomuturuo o dlinltli.—(jlAAIUISTTA. «MIÍ Jo fe de Redacción: Juan Sarabia. AÑO L—3a KPOCA. SEORKTAKlO l)\ lililí \OOION: ANTONIO I Vil LARREAL. OFICINAS: 2645 LAFAYETTE AV.~ SAINT LOUIS, MO., H. U. A.— JUNIO 15 DK 1900. Administrador: Enrique Flores Magon TOMO' IV.-No K). PORFIRIO DÍAZ ES EL RESPONSABLE. El día lo. de este mes, oomo debon saberlo nuestros lectores por la pren- sa de información y por nuestro Al- oanoe al No. 0 de eate perlódioo, tuvo lagar en Cananea, Sonora, un levan- tamiento de los mineros que trabajan . en la "Oanauoa Oonsolidated Oopper Oompany," contra eea despótica y abusiva Negociación yankee. Esea- oonteoimiento puede haber sorpren- dido á los 1 que no ven ni quieren ver cuáles la aituaoión de esclavitud y miBeria á que están condenados los trabajadores mexicanos en nuestro país; pu<yte haber parecido extraño á loe idiotas que oreen en la felicidad del pueblo, proclamada por IOB pe- riódicos subvencionados; pero páralos que noignoramos la tiranía verdade- ramente insoportable que el gobierno y el capital ejercen sobre los pobreB, 108 BuceBos de Oananea no tienen na- da de extraordinario. Las hu- millaciones, los abusos, IOB robos de que eran víctimas los mexicanos en Cananea, no podían menos que pro- ducir la desesperada explosión de có- leraa que produjeron, y quien menos debe asombrarse del hecho, es la Dic- tadura que lo originó con sus orimi- naleB consejos de que se humillara y se robara á ios trabajadores mexica- nos de la "Oananea Oonsolidated Oopper Oompany." Dicha Compañía, como lo publica- mos hace tiempo, acostumbraba ha- cer entre americanos y mexicanos las distinciones más humillantes para nuestros compatriotas. A los ameri- canos se loa pagaba un,jome 1 de 85.00 OROÍá U»s MoyicanosWo $3.00 PLAc XA; ^ "les aJuuíjuaaoa f se les pagaba, en dinero efectivo, á los mexicanos en boletos para las tiendas de raya de la Compañía, en donde los peores e- feotos se les daban al doble ó triple de su valor. El americano, con el producto de su trabajo, tenía dinero en su mano y podía gastarlo en lo que se le antojara; el mexicano tenía qne reducirse á consumir lo qne hubiera en la tienda de raya, con el agravante de que allppagaba $1.00 ó $1.50, por lo que Bolo pagaban en el comercio in- dependiente $0.50 las personas que podían disponer de dinero efectivo, oomo los americanos, y no estaban condenadas á hacer todas sus transac- ciones oon los despreciados boletos. Cuando un obrero mexicano tenía ne- cesidad de cambiar un boleto por nu- merario, la Compañía hacía el cam merario, la Compañía hacía el ca bio», pero con nn descuento de 25 pg cuando menos D d b cuando menos. De modo que un bo- leto de esa Negociación, valía $1.00 cuando con él se pagaba á un mexica- no; pero valía $0.75 ó menos cuando Be cambiaba en efectivo. Los que tengan, no desmesurados orgullos de raza, nosupremas altive- ces, ni tremendas rebeldías, sino un ¿tomo de simple vergüenza y una noción siquiera de lo que es la digni- dad, qne contesten si era posible que nuestros compatriotas de Cananea su- frieran indefinidamente, con manse- dumbre de bueyes, las injusticias y los latrocinios que se desataban sobre ellos. Que cualquiera se ponga en el caso de esos hombres robados y hu- millados, y diga si en tan miserable situación no hubiera también perdido la paciencia hasta estallar! Los que se sientan capaceB de soportar la es- clavitud en su propia Patria y de to- lerar que loe explotadores extranje- ros los traten á puntapiés, que arro- jen la primera piedra sobre ios insu- rrectos de Oananea! Entre los mexi- canos dignos, nohabrá uno que se a- treya á condenar ese acto de reivindi- cación, que puede ser lamentable, pe- ro no abominable, porque si ha sido tremendo, también ha sido justo. Es preciso decirlo: ha sido justo. Cua- lesquiera que sean las apariencias y las consecuencias de los desborda- mientos de la cólera popular, la Jus- ticia es siempre la que preside todas esas rebeliones de la miseria y el in- fortunio contra la explotación y el despotismo. Ylo que es justo, es ine- vitable. Lo que hau hecho los deses- perados obreros de Cananea, espo- leados por las circunstancias, lo hu- bieran Jaecbo.los obreros de cualquier parte del mundo, porque en todas partes el eér humano es el mismo— tiene un límite para soportar opresio- nes—y en todas partes la iniquidad y la infamia tienen que producir odios y que provocar venganzas. En los disturbios de Oauanea, toda a responsabilidad recae irremedia- blemente en la Dictadura. Oomo lo publicamos anteriormente, el dueño de la rica empresa minera de Cana- nea, Coronel W. O. Greene, pretendió nna vez mejorar la condición de Jos trabajadores mexicanos, tal vez no por generosidad, pero probable- mente por interés propio, pues sin du- da había notado Greene el justo des- contento de los obreros y preveía que podían llegar á perder la pacien- cia si se les seguía dando el pésimo tratamiento que recibían. Pretendió, pues, para prevenir graves conflictos, como el qn6 se ha registrado, mejo- rar IR condición de los trabajadores; pero el Dictador Porfirio DÍRZ y su laoayo el Gobernador Izábal, se apre suraron á disuadirlo de BU propósito. "No convlener-dljo el ruin Tirano- pagar buenos joruales al populacho." Se alegó además, que si ee mejoraba la situación del trabajador en Cana noa, los jornaleros de campo de So- nora dejarían las haciendas, donde ue les esclaviza por $0.25 diarios, y se irían á las minas, perjudicando así á los avaros hacendados que no ten- drían á quien explotar. Tal vez Greene hizo notar sus temoreB de que los obreros se insurreccionaran si ee les seguía tratando mal y pagando poco; pero el Dictador r con la sober- bia que lo caraoteriza, ba de haber a- se'gurado que el "vil populacho" no se atrevería jamás á sublevarse con- tra sus señores. Greene se quedó, puee, con sus buenos propósitos, y los abusos y las injuaticiss^en la Cananea Oonsolidated Oopper Oompnny eiguie ron su curso, no ya tolerados ó pro- tegidos por el Gobierno, Bino expre- samente ordenados por el Dictador. Porfirio Díaz es el responsable de los disturbios de Oananea, responsable para con el pueblo y para con la Compañía. Si el pueblo sufrió robos y humillaciones, fue . debido á que Porfirio Díaz aconsejó que se le roba- ra y se le humillara; y si la Compa- ñía ba sufrido ahora pérdidas en su propiedad por valor de $500 000 y te- nido días de angustia y de terror, es porque siguió los consejos del Autó- crata y no los dictados de la razón, que exigían, mejorar la situación de los tvn|.i(ijíidoreft pcrfi "ViLr- ~~' ' fetJ futaras. ' Esta responsabilidad del Gobierno es innegable: se puede comproba con las mismas palabras de Greem en los momentos del conflicto. Todos los telegramas publicados por diferen- tes periódicos,están acordes en referir que cuando una comisión delos buel guistas fue á pedir á Greene el au- mento de jornales, "Greene accedió á aumentar los salarios, pero dijo que sería imposible para él hacer la con cesión SIN EL OO8ENTIMIENTO DE LAS AUTORIDADES MEXICANAS, y dio su palabra de que consultaría inmediatamente con el Gobernador Izábal, y si éste accedía, las deman- das serían concedidas." No se podía decir con más claridad que al Gobier- no se debían las malas condiciones del obrero en Oananea y que el Go- bierno era el único qne se oponía al aumento de salarios. Y ya se sabe que el Gobierno es el Dictador, pues los caciques inferiores no son más que instrumentos de Díaz en sus ac- tos y ecos del mismo en sus opinio- nes. Se dirigieron entonces los huelguis- tas, en perfecto orden, á la maderería de la negociación para invitar á los mexicanos que allí trabajaban, á que abandonaran sus labores y dieran ma- yor impulso á la huelga. Fuero reci- bidos á bal.izoa por americanos em- pleados de Greene que dispararon desde el interior de las oficinas y des- de ese momento la bnelga tomó un aspecto trágico. Los mexicanos qui- sieron aprehender á los yankees cri- minales que asesinaron al pueblo y, para obligarlos á rendirse, prendieron fuego á la madera que circundaba el edificio donde se habían parapetado los agresores. Ese fné el principio de la refriega. LOB americanos, dirigidos por Greene, deBde sus casas, ó desde sus antomóbiles hicieron nutrido fue- go sobre la multitud desarmada 6 in- difensa. Fue una horrorosa carnice- ría. Nuestros cotripxitriolns procura- ron defenderse y débilmente porque carecían de armas respondieron á la infame agresión. Los obreros de antemano sa- bían que el sátrapa de Sonora, fiel á la política de Porfirio Díaz, se opon- dría á que se hiciera al pueblo la me- nor concesión. Para aquellos honra- dos trabajadores no era un misterio que debían sus infortunios al Dicta- dor. Saben también que éste es im- placable en su odio al pueblo y que lo son todos sus eunucos, y por tamo, no podían dudar de que nunca se les concedería eJ aumento de salarios, s tal concesión había de depender de. Gobierno. Deci-qne se harían con- cesiones, si el Gobierno las autoriza ba, era tanto como decir que no se haría ninguna concesión. El Gobierno no podía acceder á bene- ficiar á los trabajadores, como otras veces no había accedido. ¿Oomo per- mitir que se disminuyera la miseria y que la prosperidad del pueblo viniera áser una amenaza para la Dictadura? ¿Oomo contribuir á que los señores Hacendados de Sonora perdieran sus peones de á peseta diaria? ¿Cómo dar un mal ejemplo á todos los explo- tados del resto del país, que al ver triunfar á sus hermanos de Oananea en una huelga, harían también huel- gas para triunfar? No; el Gobierno jamás podía dar su consentimiento dos los que no están oiegos, y poi OH» los decepcionó la respuesta de Oree un que no era más que una m y ;i' i ülefraztKlu, Agotiule lapaoiotioiii, exaoorbiuii y I « odios que las injusticias y las humilla ciones habían engendrado y alimen- tado por muoho tiempo, desbordada la cólera ante el sarcasmo y la uvilun tez oon que se contestaba una nolio bud justa, cinco mil hombres qiu. liat-*- ta entonces no habían sido nu'i'i qnp rebníio explotable, se oonvirtimon cu legión justiciera y se lanzaron ,i ba-, carmentar á sus verdugos. Fue un arrebato de ira, una repnn Un H explosión de furor, un movimiento do oircunstanoias, impremeditado y sin miras definidas. Siorganízao'ónypio-1 pósitos trascendentales hubiera luibi do en ese levantamiento, cotnu U pretenden algunos, otra seria 14 si tuaoión de la Dictadura en estos rno mantos. El degradado ex-Oonatituyrnto Ig naoio MariBcnl, nos atribuye partici ' paoión en IOB tumultOB de Onanoa. En la Prenea americana, ha circulado i el telegrama que traducimos a conti nuación: Washington, Junio 4.—Mr. Thomp-I son, Embajador americano en Me xico, ha telegrafiado al Departan)en-' to de Estado, en respuesta á inbtruc- ciones relativas álos disturbio*, de a , . irI0 que izábal haya solioitado el Oonanea, que el levantamiento al), tie > ailíl | Io & la8 fuerzas yankees! ,Oon- ne carácter revolucionario y esfumen- tn )t ,t« vergonzoso 1 Mientras que en tado por up Centro de Sb. Loma, Mo. | Washington los altos funcionarios Una conversación de Mr. Thompson c) ¡ cuten preocupados y no se atreven con el Ministro Mariscal, de Relució- á ^tornar una violación del territo- nes Exteriores, trajo la declaración de • ese funoionario de que una Junta re- volucionaria que trabaja eu Sb LOUIB, atizó el descontento existente entre los /mineros de Oananea, para levan- tar una revolución contra el tiobiorno de México." - Nosotros noexoitamos á IOB obreros de Cananea, con fines revolucionai IOH ni ningunos otros, á que hicieran uu levantamiento. Sencillamente hemoB estado publicando las infamias de que eran víctimas los trabajadores de ('a nanea, como los de otras partí"» y ro- ¿So» lo» mexiarOTE,-TíOu*t'fü 1 ii;-T~- se hagan motines aquí, sino clw > M \ ni iq cuidadosos do su salvación u 'i rio nuestro honor nacional, des 1' "< .iiMIii al Gobierno Mftxlcano y pl r MI ii nxilios á HU pnís ; pero que e^ ii ('ublerno Mexicano, olvidando * y íiopio decoro, pisoteando la dig u >iud üo la Nooióu y pasando por so bio provenciones expresos de la ley, tu piiHitira á mendigar el apoyo üe ios P' t..doH Unidosy trnjera fuerzas ynn- i» dentro de nuestro territorio y se i leía de las armas extranjeras para x uo ir un pequeño motín de mexica- i) H, ciño es íujustiflcable, es ínaudi- t r>B ignominioso. u loiegrama de Washington dice: 11 o totfs notable y extraordinario, ee ni ol mismo Gobernador de Sonora, M vicy, pidió directamente auxilios 1 it^ »ncír> americano Al recibirse aquí i ni (/(.-Lición, hubo violentamente una c ueuita entre el Secretario de Bela- u iiieo, ni Brigadier General Bell, el Je fo <!( 1 Estado Mayor y los aboga- . ni H i ciiMuUoies del Departamento de <•, orra, sobre el derecho de los Esta- ,(11). Unidos para mandar tropas aun ]', ido ¡imigo, asunto de por eí dudo- f De modo que los Estados UnidoR, . o i lodo y que nos tienen en poquí- 8'iui eHtima, so preocupan más por el honor de México, que nuestros m --mos gobernantes, y á los Estados Ui.idos les parece notable y extraor- d ? a,rio que Izábal haya solicitado el mexicano, el Gobernador de So- '-i pule tranquila y desoaradamen- I,UD se t cometa esa misma violación I no solo la pide, sino que contribu- elitszmente á ejecutarla, como lo icb«n estas informaciones: La fuerza armada de los Rangerg Anzona, LLEVADA POR EL QO- HNADOR 1ZABAL y ayudada por 'Jendarmería de Sonora, hizo que huelguistas huyeran á las monta- * se ocultaran. "El Gobernador ^nora, Sr. Izábal, arribó esta na- J_1. r£f djante deJBi«bee,.c9n fupr- .o ia deguritíad Jáblieaae dicbo se convenzan de lo funesta que es la Dictadura y se propongan derribarla De esto, á provocar un motín parcial y aislado, lo que sería sencillamente xU lio , V _ tropa 500 hombres per- f. Llámente armados Hay otras muchas noticias por el c- i!n, que sería inútil repetir. Todas ...—."«•>« , ei ','in de acuerdo en que el Goberna- exponer á nuestros; correligionanos á | dC)C . lílbal solicitó categóricamente que fueran asesinados como lo han *i- quí nues tro territorio íueía invadido pnr los extranjeros, y se puso él mis- mi) á la cabeza de los invasores. He AI lo que habíamos anunciado: las I bit 'onetas extranjeras, llamadas por I nr astros déspotas, han venido á ultra JHI nuestro suelo y á regarlo con la '" gre J - por las autoridades eonorenses, sino i daderamente serios que todos de- por las fuerzas yanlcee» que IíAbal, b f { , tr¡unfo d trnjo de Anzona. Las fuerzas de la i . r "'""'" JI - Dicladiira, llegadas á ulilma hora, Ja causa. ouundo ya no había lucha, eóio sirvle- i Iliberales: á cooperar cada quien ron pnra aaesinar á ciudadanos iner- , como pueda para la mayor circu- lación del programa ó sea la ban- raes. Af í son IOB itranos ' cobardea y vacilantes nnlü el pueblo erguido; feroces y vengativos con el pueblo que Be somete, liemos de advertir que no fuC una gran empresa resta- blecer la quietud en Oananea. Los trabajadores sublevados no tenían ar- mas y, principalmente, no tenían in- tenciones de prolongar la insurrec oión.- Tasado el arrebato de furor que los poseyó, se oalmaron. No se pue- de deoir que las tropas los hayan so- metido. Si los huelguistas de Cananea hubieran sido revolucionarios y liu* bioran tenido la organización y los planes naturales en tales caaos, ] quien sabe cuál hubiera sido la suerte de los que hoy be declaran triunfadores! Los últimos telegramas anunciaban que un Coronel Kosterlitzalcy, jefe de rurales, eBtaba fusilando á loa promo- tores del movimiento, es decir, á los pgrama ó sea dera del Partido 1,ibera!. POBRES ESCLAVOS. Las fuerzas que el Gobierno sostiene en el Territorio de Quin- tana Roo, sólo sirven para prote- ger á aventureros Ingleses, judíos y negros que de Behce pasan á nuestro territorio donde roban á . ~- «-—,»'"•' los criollos y los provocan, para que dicho aseBino con galones juzKaba después calumniarlos como asal- promotoics. Se dice que el bandolero f , , , fe-^<,t«ri,f-. D ~~-i- tantes y bandoleros, siendo en realidad los asaltantes y los ban- doleros los que llegan de Belice. No hay tal guerra con los indios mayas, pero la presencia de las fuerzas federales en Quintana Roo, sirve de pretexto para que los hombres que nos gobiernan y sus favoritos, hagan negocios ex- celentes, ya suponiendo plazas de dolos obreros de Oananea, hay una gran diferencia. Por lo demás, acos- tumbramos asumir la responsabilidad de nuestros actos, y si hiciéramos una revolución, comenzajíamos por pro- clamarla con nuestro nombre y es'a- ríamos entre los combatientes. No tuvimos, pues, intervención en loa disturbios de Oananea, ni estos fue ron una revolución como lo pretendí el aterrorizado Mariscal. Esto mismo ha declarado el Secre tario de la Junta, nuestro compañero Antonio I. Villarreal, que fue entre- vistado por los repórters de la prensa local. Los diarios han publicado el verdadero origen de loa sucesos de Oananea y la exclusiva responsabili dad de Porfirio Diaz. Una vez más, hemos tenido el gusto de que la pren- sa americana, tan frecuentemente en- gañada por los satélites de Díaz, exhi- de nuestros hermanos. Los crridores qne nos gobiernan han en- tregado el cuello de nuestros compa- triotas ala cuchilla extranjera. Al- gv<\ día—si no lo remediamos—entre- ga án á toda la Nación. izábal ha cometido un delito, y ese df-üto se llama: TRAICIÓN. Sien M¿\ co Bo gobernara el crimen, se a- p'-i-nna á Izaba) este artículo del Có- di¿o Penal:—Art 1077. Se impondrán do"t? años de prisión y multa de 1,000 á 5.000 pesos; IV Ai que invite á in- di' T iíJuos de otra nación para que__in- ba sin ropajes-encubridores la repug- nante figura de nuestro Dictador, cu- yo cacareado prestigio se desploma irremisiblemente. Lo que sentimos es que e3ta oportunidad de desnudar al Tirano nos baya sido proporciona- da por acontecimientos que significan el sacrificio de muchas vidas de dig- nos y viriles mexicanos. Decíamos que ante la negativa de Greene, pues Á negativa equivalía so- , meter al Gobierno las peticiones de los trabajadores, la revuelta estalló en Oananea. Lo primero qut hicieron I los americanos amenazados, encabe- 1 zados por el Cónsul Galbraith fue di- rigirse al Gobierno Americano, pi- diéndole que enviara tropas pira pío | tegerlos. Esto prueba el desprecio oon qufc los americanos ven . : uoilro Gobierpo y la poca fe que titnen c L la fuerza del mismo. Es de obeei vai - ' le esto: los americanos, en tiempos ' lormales y cuando quieren obtener alguna concesión de la Dictadura, ce ¡ lesbordan en alabanzas al Oobieruo, ' P°< BU poder, á sn organizan ¿n, i BU a< ' s de otra nación para q vadan el territorio naciona, Cl T 4L FUERE EL MOTIV CÍJAL FUERE "EL MOTIVO O SEA TPXTÓ QÚITSÉ'TÓMEC ía invasión se verificare. sabemos que Izábal no será cartlgado. La Dictadura, traidora e- lla misma, aprueba la traición de su eu meo. No incurriremos en elcan do-j de pedir que ahora se aplique la le; álos que nos venden. No hay qo ;pn aplique la ley. Pero el día de la Justicia llegará, y entonces los traedores purgarán sus crímenes! I'or lo demás, la traición de Izábal noiMene ni la disculpa de una necesi uerentona ó de ana situación ex- onal. Si el levantamiento hubie- do en todo e] Estado de Sonora y 7<is poderosas hubieran amena- destruir en nn momento el Go- «.«j que ..*. uimuviviu koeterlitzsky, cada vez que caía una de sus víctiniaa, exclamaba: ''Asi es como mueren IOB traidores." Ah! Los que morían allí eran patriotas, mil ve- ces más dignos y más honrados, que los amos de BU manchado verdugo ¿Cuándo, los patíbulos que hoy se al- zan para la virtud, se alzarán para el crimen? ¿Cuándo treparán á las hor- cas los que deshonran á ia Patria, pa- ra que se pueda decir con justicia: Así es como mueren los traidoreB? No sabemos que otros crímenes se 'abrán cometido en Cannnea con el jretexto de restablecer el orden; pero mucho nos tememos que, como de iOBtumbre, la Dictadura huya ordéna- lo unadeesaseaturnalesde sangre con ni que cree que sehiice respetar,y con ¡i9 que en realld-i'» eólo se hace odiar, JOB asesinatos sin formación'de '•ÍIUBÍI, las prisiones arbitrarias, todo géúero de venganzas ruines de I'is autorida- des, deben ust¡ir &ln ordeD do 1 ii ; n PIV L'in.iürt. Si nu&auotí teruoi-b!» ae con-f firman y llegamos á conocer los nue- vos crímenes de la Dictadura, habla- remos como siempre lo hemos hecho, y denunciaremos al pueblo esos crí- menes, para que los tenga presentes á la hora suprema de la justicia! ua 1 j pdía dar su consentimiento para que se mejorara la condición de los trabajadores: esto lo saben per- fectamente los de Oananea, como to- lopnlaridad; pero apenas n'o ven en nn ' a, fueron enteramente locales, y iresencia de algún trastorno, «p din ' f!< 'ás, impremeditados, sin organi- , , , ". ~~ r r " —",*-' ;en á Washington en demar,'a -le ,t- i 7 -a« i previa, sin fines posteriores tas, que Ira a alumbrar el camino El día lo de Julio será promul gado el Programa del Partido Ili- beral y rogamos á todos los corre ligionarios que se interesen por hacerlo circular ellos mismos, se sirvan hacer con anticipación el pedido de los ejemplares que con- sideren que pueden distribuir. También suplicamos álos co- rreligionarios que han estado reu- niendo fondos par£ hacer un gran tiro del Programa, á que nos en- víen esos íondos á la mayor bre- vedad, para hacer con la imprenta que lo imprima el contrato respec- tivo por* la cantidad que se alcan- ce á pagar. Faltan pocos días para el día lro. y de desear es que los fondos y los pedidos estén en Saint L,ouis Mo , á más tardar para las primeras horas de ese día. Esperamos que todos los libera- les pondrán especial esmero, ya en contribuir para el mayor nú- meio de ejemplares del Frogratna, personas que les sea posible. A na die se oculta la conveniencia de una gran propaganda del Progra- i ma que irá á despertar muchas conciencias dormidas, que iráá revhir muchas esperanzas muer- al que ese cobarde sátrapa enlo- j ya en distribuirlos entre todas las qu | lera de terror y buscara, como malida desesperada, el auxilio del ei i innjero para sostenerse. Pero los J « urbios de Cananea no tuvieron, ni asomo, tan colosales proporcio- no traspasaron los limites de Oa- yudn y se olvidan del Gobu- , li-n.c fuerte, y lleno de cuahdadet-, del (u*- neral Díaz. Ya sabemos, puf, el va- lor que debemos dar á esas ailulacio nes de americanos á nuestro (.obierno, que á veces publ\pa "El Iniparcial' ya sabemos que Bon mentii'.-i^ y <|iip esos-señores en caso de apuiu, se ol vidan de que hay aquí un (i ,bu-n f 'c \ f Sil) ñu ni o uu? .idos, sin ninguno de esos carac - pudieran haberlos hecho pini , 'n | aro CL >ram >•« fa\ tan bneno como el que h;i y se apresuran á buscar el .i loa Estados Unidos. Nos al de comprobar que los yank< •' cien al Gobierno porfiirist . tanto qne tanto les sirve y I rece: es bueno que los lac. desdeñados por los mismos aiii< qui- nes se humillan. Los americanos han moBtrndo qar no tienen fe en la fuerza d<> ','>im-r no, pero lo peor es que el (loli.erno ba mostrado que no tiene le en °i mismo. El Gobierno de r- r ira ob- servó exactamente la misma r-ondoc- ta que los asustados oiudar;incM yan kees, y, oomo estos, pidió (suplió \ ion Estados Unidos para sof<->(-»r el tu multo de Gañanes. Esto «c inindito Pase que los americanos, a u>r r u r i z i bastópaia sofocar ú solo este ti de obreros que apeonas tenían cuantas armas, y tuvo que men- el auxilio délos yankeee! El IP da muy triste idea de la fuerza Gobierno, en qne nadie podrá j desde el momento en que el n o Gobierno es el primero en po- i en duda El Gobierno de un Es- qne debe estai seguro del apoyo >i frerzne federales, uo so cor'i- r/ipaz de enfrentarse con una '& de obreros encolerizados, pero mermes; se asustó basta el pám- escuebar los minores del tumul- para sofocarlo, necesitó el auxi- 1 < e fuerzas extranjeras. ,, 1 an debites aeí, y tan cobardes son | nüf- k tros opresores? ¿Dónde está la Iani IBO. omnipotencia de la Dictadu- ra? .Cómo es que se proclaman fuer- itn .uestros gobernantes, y al mismo , tien pp exhiben con sus hechos una naqf.eza insospechada? Porque el , tumulto de Cananea, no tué sofocado soldados que no existen y cuyos sueldos pasan á poder de los go- bernantes, ya por medio de las substanciosas contratas de ves- tuario, equipo y alimento para el grueso cuerpo de Ejército que hay en aquella porción de la Re- pública. sostenimiento de aq Ejército, saeiificiee hombres que solo bo" t fi u' a M. tros gobernantes y á „• s ía 1 <~>r tos. Ya que tratamos de Quintana Roo, bueno será que se sepa cómo se trata á los trabajadores en aque- lla apartada región. La negocia- ción más grande, es la Compañía Colonizadora de la Costa Orien- tal de Yucatán, que se dedica á la extracción del chicle blanco que tan buen mercado tiene en el extranjero. Esa Compañía es i- gual á todas las grandes negocia- ciones que hay en nuestro país y por las cuales están tan orgullosos los periódicos de la Dictadura. Es sórdida y no contribuye áí& riqueza pública. Consigue traba- jadores por el sistema de engan- ches, y los infelices que se contra- tan son víctimas de la más dura explotación. Los trabajadores no tienen salario fijo, sino que ga- nan por lo que hacen, y con ese sistema son robados miserable- mente. Los que logran ganar más, apenas si pueden vivir, por- que la Compañía misma es la que vende los efectos de primera ne- cesidad. Para que se tenga una idea del robo descarado que practica la tal compañía, damos en seguida los precios que se fi- jan á los efectos una libra de manteca, $() ,S,"; una libra de arroz, $0 ti"); un cuartillo de trnol negro, $0 -2ír, una gallina, ? ! fin, un hue- vo, $0.12. Los hombres que trabajan eu Quintana Roo, son \erdaderos es- clavos. Hace peco que algunos bai- H peco que viajeros pudieron vei <_nun co, con destino á Túxpani, á o- chenta y cinco hombrea de las co- li d l T o- .leí orí r; i- hu < o CO h i o por donde los humildes tendrán ¡ que pasar para convertirse dr pp - i rías en ciudadanos felices y hor..-.. i Si queremos constituir unana- ción libre v soberana y no un pro- tectorado yankee ó de cualquier , tll _ u3 . xenian perr otro gobierno extranjero, propa-1 tar con sus íamil.as un 1 guemos el Programa donde se ex- j solamente el tiempo plican los medios de la próxima - lonias del Territorio que hibían obtenido permiso para ver á sus familias. Esos hombrea iban cons- ternando á todos los qtiL- los reían casi desnudos, enfermos esquelé- ticos. Tenían permiso para e-— ue^ ódos. necesario des se regeneren por el bienestar y la libertad, haciendo que cada ciudadano sea el amo de los go- bernantes y no que cada gober- nante ó autoridad sea el amo de los ciudadanos como ahora vemos que sucede. Que no haya un solo liberal que deje de contribuir para los gastos del Programa del Partido, consi- derando que el sacrificio pecunia- río es todavía poco para los sacrifi- cios verdaderamente grandes, ver- I Quintana Roo. Kstas escenas desnadÉiUes par s el hombre son comunes en nues- tro país, todos sabemos que se e- fectúau á cada paso, y dejamos que las cosas sigan su cur^o, co- mo si tales atentados, tale^ deli- tos de lesa humanidad se cometie- ran en otro planeta v no en nues- tra Patria y en la persona de nuestros hermanos. Empero, no hay que desesperar, Pronto se hará justicia el pueblo

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Enrique Flores MagonTOMO' I V . - N o K).

PORFIRIO DÍAZ ES EL RESPONSABLE.El día lo. de este mes, oomo debon

saberlo nuestros lectores por la pren-sa de información y por nuestro Al-oanoe al No. 0 de eate perlódioo, tuvolagar en Cananea, Sonora, un levan-tamiento de los mineros que trabajan

. en la "Oanauoa Oonsolidated OopperOompany," contra eea despótica yabusiva Negociación yankee. Ese a-oonteoimiento puede haber sorpren-dido á los1 que no ven ni quieren vercuáles la aituaoión de esclavitud ymiBeria á que están condenados lostrabajadores mexicanos en nuestropaís; pu<yte haber parecido extrañoá loe idiotas que oreen en la felicidaddel pueblo, proclamada por IOB pe-riódicos subvencionados; pero páralosque no ignoramos la tiranía verdade-ramente insoportable que el gobiernoy el capital ejercen sobre los pobreB,108 BuceBos de Oananea no tienen na-da de extraordinario. Las hu-millaciones, los abusos, IOB robos deque eran víctimas los mexicanos enCananea, no podían menos que pro-ducir la desesperada explosión de có-leraa que produjeron, y quien menosdebe asombrarse del hecho, es la Dic-tadura que lo originó con sus orimi-naleB consejos de que se humillara yse robara á ios trabajadores mexica-nos de la "Oananea OonsolidatedOopper Oompany."

Dicha Compañía, como lo publica-mos hace tiempo, acostumbraba ha-cer entre americanos y mexicanos lasdistinciones más humillantes paranuestros compatriotas. A los ameri-canos se loa pagaba un,jome 1 de 85.00OROÍá U»s MoyicanosWo $3.00 PLAcXA; ^ "les aJuuíjuaaoa f se les pagaba,en dinero efectivo, á los mexicanosen boletos para las tiendas de raya dela Compañía, en donde los peores e-feotos se les daban al doble ó triplede su valor. El americano, con elproducto de su trabajo, tenía dineroen su mano y podía gastarlo en lo quese le antojara; el mexicano tenía qnereducirse á consumir lo qne hubieraen la tienda de raya, con el agravantede que allppagaba $1.00 ó $1.50, por loque Bolo pagaban en el comercio in-dependiente $0.50 las personas quepodían disponer de dinero efectivo,oomo los americanos, y no estabancondenadas á hacer todas sus transac-ciones oon los despreciados boletos.Cuando un obrero mexicano tenía ne-cesidad de cambiar un boleto por nu-merario, la Compañía hacía el cammerario, la Compañía hacía el cabio», pero con nn descuento de 25 pgcuando menos D d bcuando menos. De modo que un bo-leto de esa Negociación, valía $1.00cuando con él se pagaba á un mexica-no; pero valía $0.75 ó menos cuandoBe cambiaba en efectivo.

Los que tengan, no desmesuradosorgullos de raza, no supremas altive-ces, ni tremendas rebeldías, sino un¿tomo de simple vergüenza y unanoción siquiera de lo que es la digni-dad, qne contesten si era posible quenuestros compatriotas de Cananea su-frieran indefinidamente, con manse-dumbre de bueyes, las injusticias ylos latrocinios que se desataban sobreellos. Que cualquiera se ponga en elcaso de esos hombres robados y hu-millados, y diga si en tan miserablesituación no hubiera también perdidola paciencia hasta estallar! Los quese sientan capaceB de soportar la es-clavitud en su propia Patria y de to-lerar que loe explotadores extranje-ros los traten á puntapiés, que arro-jen la primera piedra sobre ios insu-rrectos de Oananea! Entre los mexi-canos dignos, no habrá uno que se a-treya á condenar ese acto de reivindi-

cación, que puede ser lamentable, pe-ro no abominable, porque si ha sidotremendo, también ha sido justo. Espreciso decirlo: ha sido justo. Cua-lesquiera que sean las apariencias ylas consecuencias de los desborda-mientos de la cólera popular, la Jus-ticia es siempre la que preside todasesas rebeliones de la miseria y el in-fortunio contra la explotación y eldespotismo. Y lo que es justo, es ine-vitable. Lo que hau hecho los deses-perados obreros de Cananea, espo-leados por las circunstancias, lo hu-bieran Jaecbo.los obreros de cualquierparte del mundo, porque en todaspartes el eér humano es el mismo—tiene un límite para soportar opresio-nes—y en todas partes la iniquidad yla infamia tienen que producir odiosy que provocar venganzas.

En los disturbios de Oauanea, todaa responsabilidad recae irremedia-

blemente en la Dictadura. Oomo lopublicamos anteriormente, el dueñode la rica empresa minera de Cana-nea, Coronel W. O. Greene, pretendiónna vez mejorar la condición de Jostrabajadores mexicanos, tal vez nopor generosidad, pero sí probable-mente por interés propio, pues sin du-da había notado Greene el justo des-contento de los obreros y preveíaque podían llegar á perder la pacien-cia si se les seguía dando el pésimotratamiento que recibían. Pretendió,pues, para prevenir graves conflictos,como el qn6 se ha registrado, mejo-rar IR condición de los trabajadores;

pero el Dictador Porfirio DÍRZ y sulaoayo el Gobernador Izábal, se apresuraron á disuadirlo de BU propósito."No convlener-dljo el ruin Tirano-pagar buenos joruales al populacho."Se alegó además, que si ee mejorabala situación del trabajador en Cananoa, los jornaleros de campo de So-nora dejarían las haciendas, donde ueles esclaviza por $0.25 diarios, y seirían á las minas, perjudicando así álos avaros hacendados que no ten-drían á quien explotar. Tal vezGreene hizo notar sus temoreB de quelos obreros se insurreccionaran si eeles seguía tratando mal y pagandopoco; pero el Dictadorrcon la sober-bia que lo caraoteriza, ba de haber a-se'gurado que el "vil populacho" nose atrevería jamás á sublevarse con-tra sus señores. Greene se quedó,puee, con sus buenos propósitos, y losabusos y las injuaticiss^en la CananeaOonsolidated Oopper Oompnny eiguieron su curso, no ya tolerados ó pro-tegidos por el Gobierno, Bino expre-samente ordenados por el Dictador.Porfirio Díaz es el responsable de losdisturbios de Oananea, responsablepara con el pueblo y para con laCompañía. Si el pueblo sufrió robosy humillaciones, fue . debido á quePorfirio Díaz aconsejó que se le roba-ra y se le humillara; y si la Compa-ñía ba sufrido ahora pérdidas en supropiedad por valor de $500 000 y te-nido días de angustia y de terror, esporque siguió los consejos del Autó-crata y no los dictados de la razón,que exigían, mejorar la situación del o s t v n | . i ( i j í i d o r e f t p c r f i " V i L r - ~ ~ ' 'fetJ futaras. '

Esta responsabilidad del Gobiernoes innegable: se puede comprobacon las mismas palabras de Greemen los momentos del conflicto. Todoslos telegramas publicados por diferen-tes periódicos,están acordes en referirque cuando una comisión de los buelguistas fue á pedir á Greene el au-mento de jornales, "Greene accedió áaumentar los salarios, pero dijo quesería imposible para él hacer la concesión SIN EL OO8ENTIMIENTO DELAS AUTORIDADES MEXICANAS,y dio su palabra de que consultaríainmediatamente con el GobernadorIzábal, y si éste accedía, las deman-das serían concedidas." No se podíadecir con más claridad que al Gobier-no se debían las malas condicionesdel obrero en Oananea y que el Go-bierno era el único qne se oponía alaumento de salarios. Y ya se sabeque el Gobierno es el Dictador, pueslos caciques inferiores no son másque instrumentos de Díaz en sus ac-tos y ecos del mismo en sus opinio-nes.

Se dirigieron entonces los huelguis-tas, en perfecto orden, á la madereríade la negociación para invitar á losmexicanos que allí trabajaban, á queabandonaran sus labores y dieran ma-yor impulso á la huelga. Fuero reci-bidos á bal.izoa por americanos em-pleados de Greene que dispararondesde el interior de las oficinas y des-de ese momento la bnelga tomó unaspecto trágico. Los mexicanos qui-sieron aprehender á los yankees cri-minales que asesinaron al pueblo y,para obligarlos á rendirse, prendieronfuego á la madera que circundaba eledificio donde se habían parapetadolos agresores. Ese fné el principio dela refriega. LOB americanos, dirigidospor Greene, deBde sus casas, ó desdesus antomóbiles hicieron nutrido fue-go sobre la multitud desarmada 6 in-difensa. Fue una horrorosa carnice-ría. Nuestros cotripxitriolns procura-ron defenderse y débilmente porquecarecían de armas respondieron á lainfame agresión.

Los obreros de antemano sa-bían que el sátrapa de Sonora, fiel ála política de Porfirio Díaz, se opon-dría á que se hiciera al pueblo la me-nor concesión. Para aquellos honra-dos trabajadores no era un misterioque debían sus infortunios al Dicta-dor. Saben también que éste es im-placable en su odio al pueblo y quelo son todos sus eunucos, y por tamo,no podían dudar de que nunca se lesconcedería eJ aumento de salarios, stal concesión había de depender de.Gobierno. Deci-qne se harían con-cesiones, si el Gobierno las autorizaba, era tanto como decir que no seharía ninguna concesión.

El Gobierno no podía acceder á bene-ficiar á los trabajadores, como otrasveces no había accedido. ¿Oomo per-mitir que se disminuyera la miseria yque la prosperidad del pueblo vinieraáser una amenaza para la Dictadura?¿Oomo contribuir á que los señoresHacendados de Sonora perdieran suspeones de á peseta diaria? ¿Cómodar un mal ejemplo á todos los explo-tados del resto del país, que al vertriunfar á sus hermanos de Oananeaen una huelga, harían también huel-gas para triunfar? No; el Gobiernojamás podía dar su consentimiento

dos los que no están oiegos, y poi OH»los decepcionó la respuesta de Oree unque no era más que una m y ;i' iülefraztKlu,Agotiule lapaoiotioiii, exaoorbiuii y I «

odios que las injusticias y las humillaciones habían engendrado y alimen-tado por muoho tiempo, desbordadala cólera ante el sarcasmo y la uviluntez oon que se contestaba una noliobud justa, cinco mil hombres qiu. liat-*-ta entonces no habían sido nu'i'i qnprebníio explotable, se oonvirtimon culegión justiciera y se lanzaron ,i ba-,carmentar á sus verdugos.

Fue un arrebato de ira, una repnn Un Hexplosión de furor, un movimiento dooircunstanoias, impremeditado y sinmiras definidas. Siorganízao'ónypio-1pósitos trascendentales hubiera luibido en ese levantamiento, cotnu Upretenden algunos, otra seria 14 situaoión de la Dictadura en estos rnomantos.

El degradado ex-Oonatituyrnto Ignaoio MariBcnl, nos atribuye partici 'paoión en IOB tumultOB de Onanoa.En la Prenea americana, ha circulado iel telegrama que traducimos a continuación:

Washington, Junio 4.—Mr. Thomp-Ison, Embajador americano en Mexico, ha telegrafiado al Departan)en-'to de Estado, en respuesta á inbtruc-ciones relativas álos disturbio*, de a , . i r I 0 q u e izábal haya solioitado elOonanea, que el levantamiento al), tie > a i l í l | I o & l a 8 fuerzas yankees! ,Oon-ne carácter revolucionario y esfumen- tn)t,t« vergonzoso 1 Mientras que entado por up Centro de Sb. Loma, Mo. | Washington los altos funcionariosUna conversación de Mr. Thompson c)¡ cuten preocupados y no se atrevencon el Ministro Mariscal, de Relució- á ^ t o r n a r una violación del territo-nes Exteriores, trajo la declaración de •ese funoionario de que una Junta re-volucionaria que trabaja eu Sb LOUIB,atizó el descontento existente entrelos /mineros de Oananea, para levan-tar una revolución contra el tiobiornode México." -

Nosotros noexoitamos á IOB obrerosde Cananea, con fines revolucionai IOHni ningunos otros, á que hicieran uulevantamiento. Sencillamente hemoBestado publicando las infamias de queeran víctimas los trabajadores de ('ananea, como los de otras partí"» y ro-

¿So» lo» mexiarOTE,-TíOu*t'fü1ii;-T~-se hagan motines aquí, sino clw

> M \ ni iq cuidadosos do su salvaciónu 'i rio nuestro honor nacional, des1' "< .iiMIii al Gobierno Mftxlcano y pl

r MI ii nxilios á HU pnís ; pero que eii ('ublerno Mexicano, olvidando

*yíiopio decoro, pisoteando la digu >iud üo la Nooióu y pasando por sobio provenciones expresos de la ley,tu piiHitira á mendigar el apoyo üe iosP' t..doH Unidosy trnjera fuerzas ynn-

• i» dentro de nuestro territorio y sei leía de las armas extranjeras parax uo ir un pequeño motín de mexica-i) H, ciño es íujustiflcable, es ínaudi-t r>B ignominioso.

u loiegrama de Washington dice:11 o totfs notable y extraordinario, eeni ol mismo Gobernador de Sonora,M vicy, pidió directamente auxilios

1 it »ncír> americano Al recibirse aquíi ni (/(.-Lición, hubo violentamente unac ueuita entre el Secretario de Bela-u iiieo, ni Brigadier General Bell, elJe fo <!( 1 Estado Mayor y los aboga-

. ni H i ciiMuUoies del Departamento de<•, orra, sobre el derecho de los Esta-

,(11). Unidos para mandar tropas aun]', ido ¡imigo, asunto de por eí dudo-

f De modo que los Estados UnidoR,. o i lodo y que nos tienen en poquí-8'iui eHtima, so preocupan más porel honor de México, que nuestrosm --mos gobernantes, y á los EstadosUi.idos les parece notable y extraor-d? a,rio que Izábal haya solicitado el

mexicano, el Gobernador de So-'-i pule tranquila y desoaradamen-

I,UD setcometa esa misma violación Ino solo la pide, sino que contribu-elitszmente á ejecutarla, como loicb«n estas informaciones:La fuerza armada de los RangergAnzona, LLEVADA POR EL QO-

HNADOR 1ZABAL y ayudada por'Jendarmería de Sonora, hizo quehuelguistas huyeran á las monta-* se ocultaran. "El Gobernador

^nora, Sr. Izábal, arribó esta na-J_1. r£f djante deJBi«bee,.c9n fupr-.o ia deguritíad Jáblieaae dicbo

se convenzan de lo funesta que es laDictadura y se propongan derribarlaDe esto, á provocar un motín parcialy aislado, lo que sería sencillamente

xU

lio, V

_ tropa 500 hombres per-f. Llámente armados

Hay otras muchas noticias por elc- i!n, que sería inútil repetir. Todas

...—."«•>« , ei ','in de acuerdo en que el Goberna-exponer á nuestros; correligionanos á |dC)C. lílbal solicitó categóricamenteque fueran asesinados como lo han *i- q u í n u e s t r o territorio íueía invadido

pnr los extranjeros, y se puso él mis-mi) á la cabeza de los invasores. HeAI lo que habíamos anunciado: las

I bit 'onetas extranjeras, llamadas porI nr astros déspotas, han venido á ultraJHI nuestro suelo y á regarlo con la

' " gre J -

por las autoridades eonorenses, sino i daderamente serios que todos de-por las fuerzas yanlcee» que IíAbal, b f { , t r ¡ u n f o dtrnjo de Anzona. Las fuerzas de la i . r " ' " " ' " JI-Dicladiira, llegadas á ulilma hora, J a causa.ouundo ya no había lucha, eóio sirvle- i Iliberales: á cooperar cada quienron pnra aaesinar á ciudadanos iner- , como pueda para la mayor circu-

lación del programa ó sea la ban-raes. Af í son IOB itranos ' cobardea yvacilantes nnlü el pueblo erguido;feroces y vengativos con el puebloque Be somete, liemos de advertirque no fuC una gran empresa resta-blecer la quietud en Oananea. Lostrabajadores sublevados no tenían ar-mas y, principalmente, no tenían in-tenciones de prolongar la insurrecoión.- Tasado el arrebato de furor quelos poseyó, se oalmaron. No se pue-de deoir que las tropas los hayan so-metido. Si los huelguistas de Cananeahubieran sido revolucionarios y liu*bioran tenido la organización y losplanes naturales en tales caaos, ] quiensabe cuál hubiera sido la suerte de losque hoy be declaran triunfadores!

Los últimos telegramas anunciabanque un Coronel Kosterlitzalcy, jefe derurales, eBtaba fusilando á loa promo-tores del movimiento, es decir, á los

p g r a m a ó seadera del Partido 1,ibera!.

POBRES ESCLAVOS.Las fuerzas que el Gobierno

sostiene en el Territorio de Quin-tana Roo, sólo sirven para prote-ger á aventureros Ingleses, judíosy negros que de Behce pasan ánuestro territorio donde roban á

. ~- «-—,»'"•' los criollos y los provocan, paraque dicho aseBino con galones juzKaba d e s p u é s calumniarlos como asal-promotoics. Se dice que el bandolero f , , ,fe-^<,t«ri,f-.Dw« ~~-i- tantes y bandoleros, siendo en

realidad los asaltantes y los ban-doleros los que llegan de Belice.

No hay tal guerra con los indiosmayas, pero la presencia de lasfuerzas federales en QuintanaRoo, sirve de pretexto para quelos hombres que nos gobiernan ysus favoritos, hagan negocios ex-celentes, ya suponiendo plazas de

dolos obreros de Oananea, hay unagran diferencia. Por lo demás, acos-tumbramos asumir la responsabilidadde nuestros actos, y si hiciéramos unarevolución, comenzajíamos por pro-clamarla con nuestro nombre y es'a-ríamos entre los combatientes. Notuvimos, pues, intervención en loadisturbios de Oananea, ni estos fueron una revolución como lo pretendíel aterrorizado Mariscal.

Esto mismo ha declarado el Secretario de la Junta, nuestro compañeroAntonio I. Villarreal, que fue entre-vistado por los repórters de la prensalocal. Los diarios han publicado elverdadero origen de loa sucesos deOananea y la exclusiva responsabilidad de Porfirio Diaz. Una vez más,hemos tenido el gusto de que la pren-sa americana, tan frecuentemente en-gañada por los satélites de Díaz, exhi-

de nuestros hermanos. Loscrridores qne nos gobiernan han en-tregado el cuello de nuestros compa-triotas a la cuchilla extranjera. Al-gv<\ día—si no lo remediamos—entre-ga án á toda la Nación.

izábal ha cometido un delito, y esedf-üto se llama: TRAICIÓN. SienM¿\ co Bo gobernara el crimen, se a-p'-i-nna á Izaba) este artículo del Có-di¿o Penal:—Art 1077. Se impondrándo"t? años de prisión y multa de 1,000á 5.000 pesos; IV Ai que invite á in-di'TiíJuos de otra nación para que__in-

ba sin ropajes-encubridores la repug-nante figura de nuestro Dictador, cu-yo cacareado prestigio se desplomairremisiblemente. Lo que sentimoses que e3ta oportunidad de desnudaral Tirano nos baya sido proporciona-da por acontecimientos que significanel sacrificio de muchas vidas de dig-nos y viriles mexicanos.

Decíamos que ante la negativa deGreene, puesÁ negativa equivalía so- ,meter al Gobierno las peticiones delos trabajadores, la revuelta estallóen Oananea. Lo primero qut hicieron Ilos americanos amenazados, encabe-1

zados por el Cónsul Galbraith fue di-rigirse al Gobierno Americano, pi-diéndole que enviara tropas pira pío |tegerlos. Esto prueba el despreciooon qufc los americanos ven . : uoilroGobierpo y la poca fe que titnen c Lla fuerza del mismo. Es de obeei vai - 'le esto: los americanos, en tiempos 'lormales y cuando quieren obtener

alguna concesión de la Dictadura, ce ¡lesbordan en alabanzas al Oobieruo, ' P°<

BU poder, á sn organizan ¿n, i BU a< '

s de otra nación para qvadan el territorio naciona,ClT4L FUERE EL MOTIVCÍJAL FUERE "EL MOTIVO O

SEA

TPXTÓ QÚITSÉ'TÓMEC BÍ ía invasiónse verificare.

sabemos que Izábal no serácartlgado. La Dictadura, traidora e-lla misma, aprueba la traición de sueu meo. No incurriremos en el cando-j de pedir que ahora se aplique lale; álos que nos venden. No hayqo ;pn aplique la ley. Pero el día dela Justicia llegará, y entonces lostraedores purgarán sus crímenes!

I'or lo demás, la traición de IzábalnoiMene ni la disculpa de una necesi

uerentona ó de ana situación ex-onal. Si el levantamiento hubie-

do en todo e] Estado de Sonora y7<is poderosas hubieran amena-destruir en nn momento el Go-

«.«j que ..*. uimuviviukoeterlitzsky, cada vez que caía unade sus víctiniaa, exclamaba: ''Asi escomo mueren IOB traidores." Ah! Losque morían allí eran patriotas, mil ve-ces más dignos y más honrados, quelos amos de BU manchado verdugo¿Cuándo, los patíbulos que hoy se al-zan para la virtud, se alzarán para elcrimen? ¿Cuándo treparán á las hor-cas los que deshonran á ia Patria, pa-ra que se pueda decir con justicia:Así es como mueren los traidoreB?

No sabemos que otros crímenes se'abrán cometido en Cannnea con el

jretexto de restablecer el orden; peromucho nos tememos que, como deiOBtumbre, la Dictadura huya ordéna-lo unadeesaseaturnalesde sangre conni que cree que sehiice respetar,y con¡i9 que en realld-i'» eólo se hace odiar,JOB asesinatos sin formación'de '•ÍIUBÍI,

las prisiones arbitrarias, todo géúerode venganzas ruines de I'is autorida-des, deben ust¡ir & ln ordeD do1 ii;n PIVL'in.iürt. Si nu&auotí teruoi-b!» ae con-ffirman y llegamos á conocer los nue-vos crímenes de la Dictadura, habla-remos como siempre lo hemos hecho,y denunciaremos al pueblo esos crí-menes, para que los tenga presentesá la hora suprema de la justicia!

ua1

j pdía dar su consentimientopara que se mejorara la condición delos trabajadores: esto lo saben per-fectamente los de Oananea, como to-

lopnlaridad; pero apenas n'o ven en nn ' a, fueron enteramente locales, yiresencia de algún trastorno, «p din ' f ! < 'ás, impremeditados, sin organi- , , , ". ~~rr " —",*-';en á Washington en demar,'a -le ,t- i 7-a« i previa, sin fines posteriores tas, que Ira a a lumbrar el camino

El día lo de Julio será promulgado el Programa del Partido Ili-beral y rogamos á todos los correligionarios que se interesen porhacerlo circular ellos mismos, sesirvan hacer con anticipación elpedido de los ejemplares que con-sideren que pueden distribuir.

También suplicamos á los co-rreligionarios que han estado reu-niendo fondos par£ hacer un grantiro del Programa, á que nos en-víen esos íondos á la mayor bre-vedad, para hacer con la imprentaque lo imprima el contrato respec-tivo por* la cantidad que se alcan-ce á pagar.

Faltan pocos días para el día lro.y de desear es que los fondos y lospedidos estén en Saint L,ouis Mo ,á más tardar para las primerashoras de ese día.

Esperamos que todos los libera-les pondrán especial esmero, yaen contribuir para el mayor nú-meio de ejemplares del Frogratna,

personas que les sea posible. A nadie se oculta la conveniencia deuna gran propaganda del Progra-

i ma que irá á despertar muchasconciencias dormidas, que iráárevhir muchas esperanzas muer-

al que ese cobarde sátrapa enlo- j ya en distribuirlos entre todas lasqu | lera de terror y buscara, comomalida desesperada, el auxilio delei i innjero para sostenerse. Pero losJ « urbios de Cananea no tuvieron, ni

asomo, tan colosales proporcio-no traspasaron los limites de Oa-

yudn y se olvidan del Gobu- , li-n.cfuerte, y lleno de cuahdadet-, del (u*-neral Díaz. Ya sabemos, puf , el va-lor que debemos dar á esas ailulaciones de americanos á nuestro (.obierno,que á veces publ\pa "El Iniparcial'ya sabemos que Bon mentii'.-i^ y <|iipesos-señores en caso de apuiu, se olvidan de que hay aquí un (i ,bu-n

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\ fSil)ñuni ouu?

.idos, sin ninguno de esos carac- pudieran haberlos hecho

pini , 'n| aro CL> r a m >•«

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tan bneno como el que h;iy se apresuran á buscar el .iloa Estados Unidos. Nos alde comprobar que los yank< •'cien al Gobierno porfiirist .tanto qne tanto les sirve y Irece: es bueno que los lac.desdeñados por los mismos aiii< qui-nes se humillan.

Los americanos han moBtrndo qarno tienen fe en la fuerza d<> ','>im-rno, pero lo peor es que el (loli.ernoba mostrado que no tiene le en °imismo. El Gobierno de r- r ira ob-servó exactamente la misma r-ondoc-ta que los asustados oiudar;incM yankees, y, oomo estos, pidió (suplió \ ionEstados Unidos para sof<->(-»r el tumulto de Gañanes. Esto «c ininditoPase que los americanos, a u>r r u r i z i

bastópaia sofocar ú solo esteti de obreros que apeonas teníancuantas armas, y tuvo que men-• el auxilio délos yankeee! El

IP da muy triste idea de la fuerzaGobierno, en qne nadie podráj desde el momento en que elno Gobierno es el primero en po-i en duda El Gobierno de un Es-qne debe estai seguro del apoyo

>i frerzne federales, uo so cor'i-r/ipaz de enfrentarse con una

'& de obreros encolerizados, peromermes; se asustó basta el pám-escuebar los minores del tumul-para sofocarlo, necesitó el auxi-

11» < e fuerzas extranjeras.,, 1 an debites aeí, y tan cobardes son

| nüf-ktros opresores? ¿Dónde está laIani IBO. omnipotencia de la Dictadu-ra? .Cómo es que se proclaman fuer-itn .uestros gobernantes, y al mismo

, tien pp exhiben con sus hechos unanaqf.eza insospechada? Porque el

, tumulto de Cananea, no tué sofocado

soldados que no existen y cuyossueldos pasan á poder de los go-bernantes, ya por medio de lassubstanciosas contratas de ves-tuario, equipo y alimento para elgrueso cuerpo de Ejército quehay en aquella porción de la Re-pública.

sostenimiento de aqEjército, saeiificieehombres que solo bo" t fi u' a M .tros gobernantes y á „• s ía1 <~>rtos.Ya que tratamos de Quintana Roo,bueno será que se sepa cómo setrata á los trabajadores en aque-lla apartada región. La negocia-ción más grande, es la CompañíaColonizadora de la Costa Orien-tal de Yucatán, que se dedica ála extracción del chicle blancoque tan buen mercado tiene en elextranjero. Esa Compañía es i-gual á todas las grandes negocia-ciones que hay en nuestro país ypor las cuales están tan orgullososlos periódicos de la Dictadura.Es sórdida y no contribuye áí&riqueza pública. Consigue traba-jadores por el sistema de engan-ches, y los infelices que se contra-tan son víctimas de la más duraexplotación. Los trabajadoresno tienen salario fijo, sino que ga-nan por lo que hacen, y con esesistema son robados miserable-mente. Los que logran ganarmás, apenas si pueden vivir, por-que la Compañía misma es la quevende los efectos de primera ne-cesidad. Para que se tenga unaidea del robo descarado quepractica la tal compañía, damosen seguida los precios que se fi-jan á los efectos una libra demanteca, $() ,S,"; una libra de arroz,$0 ti"); un cuartillo de trnol negro,$0 -2ír, una gallina, ? ! fin, un hue-vo, $0.12.

Los hombres que trabajan euQuintana Roo, son \erdaderos es-clavos. Hace peco que algunos

bai-H peco que

viajeros pudieron vei <_n unco, con destino á Túxpani, á o-chenta y cinco hombrea de las co-l i d l T

o-

.leíorír; i-

h u< oCO hi o

por donde los humildes tendrán¡ que pasar para convertirse dr pp -i rías en ciudadanos felices y hor..-..i Si queremos constituir una na-ción libre v soberana y no un pro-

tectorado yankee ó de cualquier , t l l_u 3 . xenian perrotro gobierno extranjero, propa-1 tar con sus íamil.as un

1 guemos el Programa donde se ex- j solamente el tiempoplican los medios de la próxima -

lonias del Terr i tor io que hibíanobtenido permiso para ver á susfamilias. Esos hombrea iban cons-ternando á todos los qtiL- los reíancasi desnudos, enfermos esquelé-ticos. Tenían permiso para e-—

ue^ ó dos.necesario

des se regeneren por el bienestary la libertad, haciendo que cadaciudadano sea el amo de los go-bernantes y no que cada gober-nante ó autoridad sea el amo delos ciudadanos como ahora vemosque sucede.

Que no haya un solo liberal quedeje de contribuir para los gastosdel Programa del Partido, consi-derando que el sacrificio pecunia-río es todavía poco para los sacrifi-cios verdaderamente grandes, ver-

I Quintana Roo.Kstas escenas desnadÉiUes par s

el hombre son comunes en nues-tro país, todos sabemos que se e-fectúau á cada paso, y dejamosque las cosas sigan su cur^o, co-mo si tales atentados, tale^ deli-tos de lesa humanidad se cometie-ran en otro planeta v no en nues-tra Patria y en la persona denuestros hermanos.

Empero, no hay que desesperar,Pronto se hará justicia el pueblo

Page 2: PORFIRIO DÍAZ ES EL RESPONSABLE.archivomagon.net/wp-content/uploads/e3n10.pdfLi» hbortnd do Impronta «o tlouo 1111U lfmltos qüo ol rospoto il la vlfln prlvnün A li» mor«l y

listamos viendo, en loagneutos sucesos de Catmucn, losresultados que producen la tira-nta del Gobierno y las extorsionea de las ricas empresa» sobre ladesventurada clase trabajadora.V, desgraciadamente, Cananea noea la excepción en nuestra Patrio;Cananea no es el único lugar endonde el capital lUranjeio, <ilamparo de la DiUndura, xob.i altrabajador meMcano, y lo humi-lla y lo exaspera Olrns pobla-ciones hay cu iguales ó peorescondiciones que la ciudad sono-reüse hoy sublevada, y una de e-llas es Concepción del Oro, delEstado de Zacatecas, donde la"\[a¿apil Copper Cüinpany" ejer-ce la explotación y la tiranta en elmismo grado que la "CananeaConsolidated Copper Company,"cuyos abusos provocaron el le-vantamiento de los mineros

Desde hace largos ofios, la Ma-¿apil Coppti Co. viene cometien-do á la sombra del Gobierno todogénero de abusos con los opera-rios. Esta Compañía, como todas.las que existen en México, ha re-cibido la recomendación del Dic-tador Porfirio Díaz, de que no sepague bien á los trabajadores, ycumple al pie de la letra con lasinstrucciones del Tirano, robando d los obreros á más no poder.

A medida que el tiempo pasamás se extralimita en sus abusosla porfirista Compañía. Porejempio, en un principio, pagabala raya semanariamente; despuéscada mes, y ahora, cuando se leantoja al Gerente Brannig. An-tes pagaba un precio regular porquintal de mineral extraído, pe-ro temerosa de disgustar al Autó-crata si mantenía ese precio y de-seosa á. la vez de enriquecerse, hallegado á pagar solamente cin-cuenta ó sesenta centavos porquintal de mineral. Y lo peor esque esos cincuenta ó sesenta centavos no los da en efectivo, sinoen artículos de sus tiendas de ra-ya, donde el trabajador recibe loefectos con un recargo que fluctúa entre treinta y siete y DOSCIENTOS CINCUENTA PORCIENTO Las tres tiendas de ra-ya que tiene la Compañía, le producen una ganancia de muchIÜÍS de Jen mil pesos anuales.

La Comtraía no declara cate-. ,< > í-iv^ue los ira'J»i¡ad..rtb'

erse en sus tiendasj hace algo peor: seo

, .-iainente no les paga lo que hanganado á. aquellos operarios que,en vez de proveerse en las tiendasde raya, compran sus efectos enlos otros comercios de Concep-ción del Oro. Si un barretero enun mes de duro y peligroso tra-bajo ha extraído mineral por va-lor de $50 00, pero no ha pedidonada en la tienda de raya, pierdeirremisiblemente su jornal. LaCompañía declara dogmáticamen-te que el mineral extraído no tie-ne ley, y con tal pretexto no pa-ga un solo centavo y se roba cíni-ca y brutalmente el trabajo de unhombre que, por ganar el susten-to de su familia, estuvo duranteun mes luchando con la durezade la roca y poniendo en peligrosu existencia en las obscuras ga-lerías de la mina. Y cuando laCompañía ha declarado que el mi-neral extraído por algún barrete-ro no tiene ley, nada valen lasmejores pruebas en contrario; nopermite al interesado probar quesu mineral sí tiene ley, y cuandoel interesado prueba tal cosa, ápesar de todo, sencillamente nole hace caso. Hay en esto un de-talle curioso: aunque la Compa-ñía declara que algún mineral notiene ley, que no sirve, que nadavale, y que por eso no lo paga, nopermite al que extrajo ese mine-ral llevárselo y venderlo por otrolado. La Compañía se empeña enconservar el mineral que declarasin ley, y es que no hay tal faltade ley, pues el mineral es tan ri-co como el mejor, sino que losexplotadores quieren robar de esemodo al obrero lo que no le pu-dieron robar en la tienda de rayaUna vez sucedió que como 600 o-perarios de las minas de Promon-torio, Catarroyo y otras, habíansacado como tres mil metros cú-bicos de mineral; pues bien; comoestos obreros se abastecían en ecomercio independiente y no enlas tiendas de raya, la Compañíales declaró sin ley su metal, noles pagó un solo centavo y se robódescaradamente el trabajo de esos6oo hombres, representado por 1;enorme extracción de tres mimetros cúbicos de mineral. Elmineral era bueno: los barreterosson peritísimos en el conocimientode los metales, y no habían dtrabajar en balde sacando piedrasmótiles. En todo caso, podríanhaberse equivocado algunos hombres, pero no seiscientos. Y lueg<¡ qué casualidad que los barrete-ros saquen mineral malo cuandno se dejan robar en las tiendasde raya, y sólo lo saquen buen

san-1 cuando se resignan d ser consumidores de esos establecimientosdo explotnción! Lo mismo quecon esos seiscientos obreros, ypor el mismo motivo, hizo la Com-pañía con los mineros de Avanza»/ú; y otra ve/ lo hl/.o cou loa deSon liligio, revistiendo entoncesla injusticia tnles proporciones,que poco faltó pai\i un pronun-ciamiento en masa de IOH traba-jadores, como el que ahora se havisto cu Cananea.

Así es como la Mazn¡.il CopperCompany obliga á los trabajadores

comprarlo todo en las tiendas denya á precios exagerados, reei-

bieudo los efectos con un recargo

y bárbaros," como dieerlnuestro» explotadores rublos; pe-ro, por fortuna, tío tardaremos endejar de serlo.

En treinta años, nos ha cansadoel yugo, que nuestros amos secmpeílan en hacer cada día má|>pesado; yn no queremos, ya ínj»podemos aguantarlo; yai i d t

p g ysintiendo que nos trunsCoruiamliBcíe uebtlas en hombres;'"Va tcnV-moa aspiraciones, ya queremosser libres y Felices, ya estamosImpacientes de saber lo que cjaalzar la frente, sin yugos y sin o-probios, y sentir en torno un am-biente de fraternidad y de justi-cia. Queremos ber hombres: sé-panlo los señores del machete ydel dinero; pero si ellos se empe-ñan en que sigamos siendo bes-tias, ai no nos quitan los grilletes

condenado á morir dehambrei ypara ngravar el ultraje, las autori-dudea obligan ú loa ciudadanos ár d trabajar con los extranjeros,

encerrando en la cárcel d los quenvocan el artículo 5 de nuestra

destrozada Constitución y se nie-an A trabajar en perjuicio de BU

pueblo.¿Que" otra coaa merecen estos'

atentados, si no un severo escar-miento? Confiemos en que lo ha-brá. Ya los pueblos de la Repu-

37 á 25O7Í, y así es como la sór-;1 ida Empresa hace que vuelvaápidamentc a sus cajas el dinero:¡ue distribuye ostentosamenteos días de raya. Esos famososmiles de pesos que la ladronaNegociación alardea de desparra-mar los días de pago, no entran

la circulación general ni nadasignifican para el pueblo trabaja-dor: van á dar inmediatamente alas tiendas de raya, donde todoslos obreros han sido obligados áadeudarse, y en resumen, todo elmovimiento que tienen esos di-n*eros, es salir déla Compañía poruna puerta y entrar á la Compa-ñía por otra puerta.

Los obreros son, directamente,víctimas déla bribona' Empresaque sigue los consejos de PorfirioDíaz de explotar al trabajador to-do lo posible y basta lo imposible;pero indirectamente, hay otra víc-tima, y es el oomercio de Conoep-ción del Oro, que se arruina, a-plastado por la influencia ilegalde la Mazapll Copper Company

ue monopoliza los consumidoresla fuerza. En vano es que el

comercio independiente vendamucho más barato que las tiendasde la Compañía porfirista: no en-cuentra compradores. Los obre-ros, naturalmente, bien quisieranproveerse en donde se les ofrecen,efectos buenos y baratos y nomercancías malas y caras; perono lo hacen, porque en tal casola Compañía no les pagana sutrabajo, y de que les roben todosu jornal a que les roben una par-te en la tienda .!(, "aya, los obre-ro ^refieren esto último

con que tanto nos han humillada,

blica rebozan de"amargurnfya lascóleras dcfícUwente se contienen,y cuando se entere el pueblo,cuando comprenda que son unoscuantos los dominadores y que lafuerza está en los oprimidos porser el mayor número, no ae con-formará con destruir los tabla-zones y cortar las reatas») sinoque liará lo que debe hacerse,castigar á los tiranos que nosazotan y nos escupen. *

Re gene rae ionJune 15, 11)06,

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Editor and Proprlotor 1 ANTONIO I,

no ICÍ cxtrañe que nosotros mis-mos nos los arranquemos, cuandollegue la hoia en que la copa denuestras amarguras se desbor-de

Lo que ha pasado en Cannmjes una elocuente lección que \¿-ben aprovechar los que oprimeny explotan al pueblo. Vean ádonde conducen las tiranías y losrobos, y dejen de cometer con tipueblo esos crímenes que tarde6 temprano, se pagan muy caro.Lo de Cananea no es un excco0popular ni un tumulto injustifi-cado1 es sencillamente una expíosión de desesperación de un piie-blo por largo tiempo ultrajado, alque se le cerraron todos los cami-nos de la justicia pacífica.

Que aprovechen los opresoresesta lección; y si no la aprove-chan, |peor para ellos!

POPULAR.El pueblo tiene que cansarse

alguna vez de sufrir los ultrajesde los poderosos, y por su propiamano hará justicia—¡desgraciandode nuestro país si no lo hicieraf¿-como ha sabido hacerlo, y coijaolo haría otro pueblo cualquiej-a,cuyas aspiraciones estuviesen enpleno desacuerdo con el interésparticular de una casta de escogi-dos y de picaros que á pesar deformar una minoría insignifican-te, pesan como una inmensa mo-le sobre la masa total de la pobla-

\más _eras. El Gerente de la Mazapil

C. es también Jefe del F. C.Coahuila y Zacatecas, y hace too lo posible para que no se lesiroporcionen á las pequeñas com-)añías mineras, furgones para:onducir sus minerales fuera deConcepción. De este modo laspequeñas empresas son obligadasa vender sus minerales á la Maza-pil Copper Company, natural-mente á precios bastante bajos.

Todo quiere abarcarlo la Ma-apil Copper Company, á todos

quiere dominar, ensoberbecida ca-da día más por la impunidad quele garantiza el Gobierno para susabusos y por la resignación conque soportan sus víctimas los a-tentados más escandalosos. Nadaa detiene en sus excesos, no co-

noce freno para sus desmanes, ti-aniza y roba á sus operarios, a-

rruma al comercio, impone con-diciones á las empresas más débi-es, ejerce la soberanía del despo-

tismo y del latrocinio, y quien sa-be hasta donde podrá llegar si unacontecimiento extraordinario nosurge á detenerla en su marchabrutalmente arrolladora.

Tal vez por la paciencia conque los trabajadores han toleradoos robos y extorsiones de que loshace víctimas la poderosa Nego-ciación minera de que hablamos;tal vez por la mansedumbre conque los comerciantes ,han sufridolos perjuicios que les ocasiona lamisma Negociación con su mono-polio inicuo; tal vez por la sumi-sión con que otras empresas sesometen á su poder, los principa-les representantes de la MazapilCopper Company han llegado áprofesar—y externar—sobre losmexicanos, un juicio que, si esinjurioso, no deja de ser hastacierto punto merecido. "Oh—di-cen esos señores—los mejicanosson muy bárbarosl"

En efecto; estupidez de nos-otros los mexicanos es tolerarmansamente que los extranjerosvayan á esclavizarnos y robarnosen nuestra misma Patria, á enri-quecerse con nuestra miseria, connuestro sacrificio, con nuestro agotamiento, é injuriarnos despuésde exprimirnos y á ser los aliadosde la Dictadura que hoy nos des-honra, para preparar el terreno ála muerte de nuestra nacionalidady á la ilusoria dominación extran-jera. Si; hemos sido demasiadoestúpidos los mexicanos aj dejar-nos oprimir y saquear por el trai-dor PoTfirio Díaz y por los extran-jeros á quienes nuestro tirano nosha entregado como manada de o-vejas para esquilmar; hemos sido

Según sabemos por nuestroscorresponsales, eil Ixtaltepec, Es-tado de Oaxaca, hubo un motínhace pocas semanas, originadopor la rapacidadad de Emilio Pl-mentel, Fernando de Gyves,—elarbitrario Jefe Político que tantriste fama está adquiriendo*—y Nicanor Gutiérrez, un rábulaque no teniendo pleitos que de-fender se ha dedicado al oficio defuncionario que tan provechosopara los bribones ha sido en estosúltimos treinta años de desenfre-no porfirista.

Esos tres tiranuelos concerta-ron con unos extranjeros, la ven-ta de las aguas que corren por losterrenos denominados en zapoteo"Lu-gullsa," y que el puebloutiliza para regar sus sembradu-ras, para mover una planta eléc-trica que había de surtir de alum-brado á varios pueblos vecinos.El pueblo nada sabía de las ma-quinaciones de los tiranuelo.% yal darse cuenta de ellas mont(' encólera,—como que se le quita >anlas aguas sin las cuales los tr¡ ba-jos agrícolas son imposibles r lamiseria se agravaría en benenciode los extranjeros, y de PimeE tel,de Gyves y Gutiérrez,—y al re-pique de la campana de la iglesia,se reunieron los vecinos, que lanzando los reivindicadores .ri-tos de ¡Viva Juárez] '.Viva el se-gundo libertador! se dirigieron alugar de los trabajos docrlel los

extranjeros habían estancado yael agua y á machetazos destri ye-ron las tablas y cortaron las rea-

Si exhibiéramos, punto por pun-to, todas las corrupciones, injus-ticias y despóticos excesos de laAdministración campechana quelioy regentea el ambicioso y de-pravado Aznar Cauo; si detallá-ramos todos los perjuicios que de-be el pueblo á este sátrapa sórdi-do y penertido, necesitaríamoscoosagrar por completo este pe-riódico a los asuntos de Campe-che. No podemos hacer tal cosa,porque otros asuntos reclamantambién nuestras columnas; peroaunque sea en globo, á grandesrasgos, delinearemos la situaciónde aquel mísero Estado y fustiga-remos á los viciosos mercaderesque lo arruinan.

En donde primero resalta la co-rrupción del Gobierno campe-chano, es en el delicado ramo deJusticia, Los Tribunales sonmercados; las Magistraturas sonun negocio para quienes las ejer-cen; los que visten toga, del pri-mero al ultimo, envilecen en to-dos sus actos la majestad de laLey, y rinden impúdicamente suconciencia ante el peso de la con-signa ó del dinero. Los Magis-trados de Campeche son á la vezlitigantes y juzgadores: Valentínde la Torre litiga por conductodel Lie. Cristóbal Dorantes; JuanH. Brito dirige testamentarías porconducto del mal boticario Leo-poldo Pérez Abreu; los Moranodirigen al esclavista Joaquín Bom-bat; Santiago Martínez Alomiadirige negocios por conducto de sucuñado Juan de la R. Pérez, quienhasta barcos tiene con la "profe-sión. "Naturalmente que los nego-cios de estos señores son los úni-cos que marchan, pues se despa-chan solos en los Juzgados. Se

al Magistradoir persone J<OJ en to del

los Juzgados á dictarlos fallos favorables en sus nego-cios.

Con bribones de esta clase tie-nen que entenderse los ciudada-nos de Campeche, y claro estáque los hombres honrados siem-pre salen perdiendo. D. Fernan-do Mayans, por ejemplo, que eshonrado y por tanto desafecto áAznar Cano y su camarilla de ne-gociantes, ha sido siempre contra-riado en cuantos asuntos ha lle-vado ante los llamados Tribuna-les, y aun ha sufrido atropellos ensu persona por parte de las auto-ridades Un rufián, en connivencia con un gendarme, acusó al Sr.Mayans por "ultrajes á un fun-cionario" (el gendarme); la acu-sación carecía de todo fundamen-to legal; pero el Juez Arturo Sales Díaz, uno de los más distin-guidos eunucos de Aznar, le dioentrada sin escrúpulo, y se com-plació en encarcelar arbitraria-mente al Sr. Mayans. Este señorno se conformó con el atentado ypresentó acusación contra SalesDíaz, por ataques á la libertad in-dividual, ante el Presidente delS. Tribunal de Justicia. El Sr.Mayans y su patrocinante el Sr.Gaspar Trueba Mac-Gregor pu-blicaron en hoja suelta el texto dela acusación, y con tal motivo lasautoridades cometieron un nuevoatentado: dichos ciudadanos fue-ron encarcelados, apenas comen-zó á circular la hoja.

Éntrelos abogados respetablesno encuentra A^nar quien quieradesempeñar cargos judiciales; los

por el sátiro Bouregard, pero nose quejan con el Gobierno, porquesaben que entre el Gobernador yel Inspector existe la complicidaddel vicio, y temen que Aznar, envez de protegerlas, las destitu-ya porque no ceden alas exigen-cias del bellaco Bouregard.

Sin embargo de estos detallesque dan asco, Aznar alardea demoralidad. Contra las cantinas ytiendas de abarrotes en que se ex-penden licores, dictó Azuar medi-das tremendas, estúpidas: quenohubiera música en esos estableci-mientos; que se quitaran las me-sas y bancas; que nadie pudieratomar más de una copa; que seprohibieran los grupos y conversaciones; que los comerciantesllevaran por separado las cuentasde las ventas de alcohol' y las deotros efectos; y sobre todo, impuso contribuciones excesivas, insoportables, que materialmente nopuede pagar el comercio. La pretendida moralidad de Aznar, e.una verdadera persecución al comere», un pretexto para cobraimpuestos brutales y llenarse lo,bolsillos con avidez'de Harpagóná costa de los intereses generalesMoralidad había de tener el asqueroso sátrapa en su conducta; envez de robarse el dinero del pueblo y repartírselo con los favoritos encargados de satisfacer susrepugnantes depravaciones; envez de prostituir la Justicia y co-rromper la Instrucción con unInspector lujurioso; en vez de hacer un negocio de cada ramo de laAdministración, debería practicarla honradez pública y privadamente, disminuir las contribucio'nes, impulsar y no aniquilar eprogreso del Estado, respetar la;libertades públicas, y en final d:iteo,tas, no permanecer

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NOTK.rjo SE SERVIRK NINGÚN PEDÍ.DO SI NO VIENE ACOMPAÑADO DE SU

tas, de todo lo cual hicieron ana - - .hoguera. Hecho eso, regresión hombres honrados no pueden pres-al pueblo á reclamar al Presiden- tarse á ser instrumentos del co-dente Municipal, Nicanor Gutié-' rrompido sátrapa, y este para

haber perniHido que ! completar su gente, ha tenido quer ! hacer abogados á todo vapor,rrez, por

construyeran esas obras tan per-judiciales á la población Gutié-

todoestudiantinos nulos y serviles co-

temblando como un azoga- mo Sales Díaz Dorantes, Acosta,rrez,do, prefirió esconderse por temorde ser justamente lynchado por elpueblo.

El miedo le dura á Nicanor,quien no puede separarse de unholgazán, su compadre. EutimioOrozco, que hace veces de jen-darme por lo que gana an s eldoque ninguno puede soñar cu i.quelinfortunado pueblo; pero 1 ornocobarde, Nicanor está vcng.'ir'losevilmente. Los ciudadanos (. ismePérez, Félix T. Marín \ oíros,así como el Sr. Gilberto Caví, deJuchitan, han sido apiebenoidosy conducidos á Oaxaca } esasaprehensiones tienen J»OI objetodejar al pueblo sin un uud?danoque levántela voz é .impida quelas aguas sean vendidas.

El pueblo, por esa \enta será

Rojas yOtro de 1os que se distinguen

entre los favoritos de Aznar, es elInspector de Instrucción PúblicaJ,uis Bouregard, que por dedicarse á empresas amorosas desatien-de los deberes de su cargo. Unempleado de la Gendarmería, icuya mujer trató de seducir Bouregard, correteó vergonzosamen-te al tenorio por las calles de Campeche. El despechado amador sequejó con Aznar, y el Gobernadoren vez de reprender al torpe enamorado, llamó al empleado de laGendamería, lo regañó groseramente y lo destituyó de su cargosencillamente porque no se dejóultrajar por el Inspector de Ins-trucoión Pública. Las profesoras

mortificadas constantemente

qínica-mente en un puesto1 del que lo re .haza la voluntad popular. En es-o consistiría la moralidad, y no

en perseguir á las cantinas, po-iéndolas casi en estado de sitio.

Eso no es moralidad: eso es bru-alidad, es tiranía, y con razón D.

Enrique Mayans, que fue llevadopreso porque no corrió de su tien-da á un cliente, como lo previe-nen las* disposiciones de Aznar,dijo al Gobernador, que mejor lecerraran de aína yez su estableci-miento. Las palabras del Sr. Mayaus fueron estas: Si Ud., Sr

obernador, no revoca sus dispo-siciones, mande recibir con Notario Público mi establecimiento yproceda a su liquidación, que yome iré de aquí á trabajar dondehaya garantías.

En Campeche, y bajo la protec-ción de Aznar Cano, los esclavis-tas trafican impunemente y cometen infamias con los trabajado-

es. Entre los peores negreros fi-;ura Jua,n Bombat, ranchero sór-

dido y cruel, cuyo mal adquiridocapital tuvo por base el ejerciciodel contrabando en épocas pasa-das. Bombat funge de Juez en elReal de Salinas, y con motivo desu autoridad, más se excede ensus abusos. Paga á sus sirvientes$8.00 al mes y un poco de maíz.Estos infelices" tienen que traerdel interior del monte hasta la ori-lla del mar (trayecto de una legua cuando menos) 200 rajas deleña de mangle 6 botoncillo, y enesta faena se ocupan desde lasprimeras horas del día hasta lasseis de la tarde, ¡ por una pesetay un puñado de maíz! En las saliñas roba todavía más Bombat.Obliga á los trabajadores á sacarquince faneg-as de sal por $0.50 yun poco de pozole!

En las fincas del Partido deChampoton es común que se co-metan atrocidades con los traba-jadores. En San Dlmas, anexa áYohaltum, de La Montaña, S. A.,se aplicaron 50 palos al albañiAntonio del Río, y después, paraque no huyera á quejarse, fuepuesto por muchos días en el ce-po. Este último suplicio se aplicó también á los tres hermanosCorrea, trabajadores de la mismafinca. Todo esto lo sabe perfectamente Aznar, pero lo solapa porque es tan malvado como sus amig-os los negreros, y porquebe, además, que el Autócrata Porfirio Díaz es un decidido piotectorde los esclavistas.

De la finca San José Carpizcdesaparecieron 25 hombres cuyparadero ha quedado en el miste-rio. Se tienen algunos datos sobre que estos hombres salieron

de vSan José Carpizo por tierra,por el mal trato que se les daba,pues casi todos venían flagelados.Luego se s\ipo que habían sidoencerrados en un calabozo de laJefatura, y más tarde embarca-dos por la fuerza en la canoa "Al-fonsina" del mismo Carpizo, ig-norándose su final destino. Talvez fueron vendidos á esclavistasyucatecos. Un abogado de Cam-peche dirigió al Dictador este te-legrama: "Hoy se ha cometidoun delito patrocinado por el Go-bernador y el Jefe Político. Car-pizo, el negrero, ha plagiado 25hombres. Daré detalles." Inútiles decir que el Dictador no hizoel menor caso de esta denuncia.Antes bien, ha de haber felicita-do á Aznar y le ha de haber reco-mendado que no dejara de prote-ger á los negreros.

Repetimos que nos falta espa-cio para exhibir todas las lacrasde la Administración de Campe-che, pero lo "que ligeramente de-janíos apuntado basta para daruna idea de la miserable situa-ción en que se encuentra el Esta-do que el Dictador" entregó á larapiña y corrupción de Aznar ysus satélites.

Por lo demás, la situación deCampeche no es excepcional: esla misma en que se hallan los de-más Estados de nuestra llamadaRepública, triturada de uno áotro extremo por el despotismo dePorfirio Díaz El mal está .An JaDictadura, y mientra? esta sub-ista no hay que esperar mejora-

miento. Si desapareciese Aznar "¡ano de Campeche, nada se reine-iaría, pues el Dictador mandaríaotro de sus eunucos á oprimir

j robar el Estado. Creían loscampechanos que García M. erala_peor calamidad; ahora que elucesor de aquel sultán sigue rea-izando la ruina de Campeche,

habrán visto los dignos hijos deese Estado q ue todos los lacayosde Porfirio Díaz son iguales, quetodos oprimen y todos roban, por-que todos cumplen las instruccio-nes de su amo, y estarán conven-cidos de que el origen de todosos males, la causa de todos losnfortunios de la Patria, es la Dlc-:adura.

Hay pues que luchar contra laDictadura, si es que realmentequeremos recuperar nuestras li-bertades y detenernos en estapendiente de ruina y de ignomi-nia en que Porfirio Díaz nos haestado precipitando desde que lodejamos adueñarse del poder.

A los miembros del Partido Liberal.

Por acuerdo de la Junta Orga-nizadora del Partido Liberal, s<suplica á los miembros del Partí-do, envíen sus cuotas mensualessin esperar previo cobro, procu-rando que sus remisiones lleguená la junta antes del día último decada mes.

St. Louis, Mo., Marzo de 1906

El Secretario,

Antonio I. Villarreal.

ALFONSO C. YILLÁRREALCOMISIONISTA

NUEVA YORK, B. U. A.

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Toda correspondencia diríjase asi:Ss. ALFONSO O. VILLAHEBAL.

105 E. 28tb STBEET.NEW YOBK, U. S. A.

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Escudada on su oalldad do rmijor,Dona Juana II. Gutiérrez do Mendoza,HO ha confiádmelo on colon úlfcliaou roo.BOG, oou uu ardor tan lutünineatlvacomo lnJuBtiUondo, A oolmarnoe do in-jurias y á propalar aoerca do nosotroslas calumnian que oonsldei^a do mejoro (coto para haoornos perder ln oati-maolón do nuuatros oorrellglonar|o8.Saponia probablomonto osa aonorn queln. oonaidornolóu quo hasta ahora lehomon tonldo por su soxo, sellarla o-tornaruonto nuestros loólos y HOH ba-ria sufrir humildemente loa maa gra-ves ultrnJoH y las itnputaolones másofonolvas; órela do sognro quo, no laBvirtudes y dolioudezna femonileB, sinoel Biinplo hecho de llovar faldas, ea loquo haoo a la mujor aoreedora 6. laoonsldoraoidn dol sexo masculino, yque oualqtilora quo lleve fnldaa, aun-qu« no tenga aquellas virtudes y de-licadezas, puede oou toda impunidaddesuardar bofetones al rostro de IOBhombros, sin que estos tongun dere-oho ú defenderse. Demasiada exten-elón daba la orgulloea Directora de"VóBper" á loa preceptos de la galántoria, y esto es de lamentarse, porquemas sufrirá abora que reciba do noso-tros un tratamiento que, aunque es elque merece, dista macho del que ellaso imagina merecer.

Hemos resuelto responder de unavez por todas, y oon todo la rudeza dola verdad, & los insultos que nos diri-ge Doña Juana, inspirada por el des-pechado tránsfuga Camilo Arrlaga.Como exhibimos á éste, exhibiremoshoy á su nueva aliada. No se nos puede exigir más paciencia; el más ga-lante y tolerante de los mortales nonos puede pedir que permaneaoamoBen silencio, mientras un enemigo des-leal nos arroja aluviones de fango ynos presenta á los ojos de los liberalescomo seres manohados por todas lascorrupciones y todas las maldades.El pertenecer al sexo femenino nopuede dar á nadie el derecho de des-trozar honras ajenas sin responsabili-dad. Oontra las mujeres existe tam-bién el derecho de defensa propia, yeste derecho, que es el de los oaeosextremos, es el que nos ampara parahablar como vamos á hacerlo. Noqueríamos manchar estas columnasremoviendo ciertas inmundicias querepugnan, pero á ello se nos obliga.Defendiendo nuestra honra, tenemosque ser inflexibles oon los que creíanque no nos atreveríamos á exhibirlos,precisamente pomo mancharnos, conlos que se parapetaban en la mismamagnitud de su ignominia, oon IOB queae creían intocables, porque ee sentíanprotegidos por el fango que los cubre.Pero hay veces eri*que es preciso cas-tigar á las almas leprosas, aunque setenga que poner la mano sobre la le-pra, y ésta es ana de ellas. Debemosser inflexibles, por nuestra honra ypor nuestros correligionarios mismos,pues no sería para ellos nada honrosoque se creyera que la Junta que obraen su representación es, como diceDoña Juana, una cuadrilla de picaros.Esperamos que, teniendo en cueDtalaa anteriores consideraciones, nues-tros correligionarios nos perdonaránque les mostremos el espectáculo as-queroso que la necesidad nos obliga ápresentarles.

Oon una desfachatez sin límites, pretende hacor creer Doña Juana que vo-luntariamente se separó de nosotrosporque DO luchábamos honradamente,porque éramos ambiciosos, explota-dores del pueblo, etc, etc. La verdades que ndsotros fuimos los que procu-ramos separar de nuestro lado á esaseñora y á su compañera Elisa Acuñay Rósete, cuando conocimos su mer-cantilismo político, y sus repugnan-tes vicios. Lo lamentable fue que nolas conociéramos á tiempo y soportaramos largamente su contacto.

Para que se vea quien buscaba y ob-tenía lucro en la lucha política, si no-sotros ó nuestra calumniadora, expondrernoq estos hechos. Publicábamosnosotros ''El Hijo del Ahuizote" almismo riempo que Doña Juana publi-caba "Vé-<per" en México, en los añosde 1902 y 1903. Semana por semana,Doña Juana pedía dinero á "El Hijodel Ahuizote" para sostener á "Vés-per". Nosotros IOB lncradores,'en vezde embullarnos los rendimientos denueetraHñorecienté publicación, dába-mos una buena parte de ellos á la des-interesada luchadora,quenunca dejódepedir, de exigir dinero, ni aun en núestras épocas de mayor miseria. 8i que-ría hacer un gasto, acudía á nosotros;si necesitaba pagar á un empleado,nos lo enviaba para que le cubriéra-mos el su sido, y hasta cuando le llega-ba el impulso generoso de socorrer ásu pariente Maciel, el socorro teníaque salir de nuestras manos explota-doras! La opinión que tenía entoncesDa. Juana de nosotros, es muy distintade laque* tiene desde que perdió nuestraprotección pecuniaria. Ahora,'para cu*brir las apariencias, está diciendo quedesde aquellos tiempos nos conocía ynos tenía en pésimo concepto; peroel oaeo es que no lo manifestaba, y seie puede hacer esta observación: siya conocía nuestras maldades, y sinembargo, las cailaba y seguía unida ánosotros, estaba vendiendo sus con-vicciones, y el no conocía nuestrasmaldades y por eso estaba á nuestrolado, entonces ahora es cuando estámintiendo, indudablemente con algúnbajo interé*, pues la mentira nunca eshonrada. Por ejemplo: si creía DogaJuana que Ricardo FloreB Magón fueá descomponerlo todo en el OongrewoLiberal y obró allí con fines persona-les, ¿cómo es qne un año después dedicho Congreso publicó en "Véaper"una apologí* del mismo Ricardo, dequien dizque tenía tan mala opinión,pero de quien aceptaba auxilios pe-cuniarios; apología que no le fue pedida ni mucho menos inspirada? Otrodetalle: ¿cómo está ahora glorifican-do á Santiago de la Hoz, después dehaber sido, en vida de nuestro infor-tunado compañero, su enemiga encar-nizada? ¿cómo dice que nuestro gru-po, desde que estábamos en México,era traidor y ambicioso, y enaltece áuno áe aquellos traidores, á Santiagodéla Hoz, cuya conducta y cuyas o-pintones fueron exactamente igualesá las nuestras?

Doña Juana con ana ruindad inau-dita, está profanando la memoria sagrada de un muerto, para hacer deella ana arma contra nosotros- Estoes indigno. Si esa mujer fuera since-ra ea BUS elogios á nuestro malogrado

hermano, morocoria aplauso; poro esfalsa, obra por cdloulo, toma el nom-bro de Snntiago para ponerlo al servi*cío do BUB paeioüoB, haoo'do eso nom-bro un instrumonto de odio, y profa-na el prestigio do aquel muerto, al n-proveoharlo como arma on una oon-tionda mozquluu.

Recuerden Doña Juana y BU compa-ñera los términos, hablados y esorltos,<|UO en vida de Santiago, usaban paratratar de 61. Nos repugna repetirlos:oran injurias irritadas y vulgares. Loque el roforiremos ea un episodio inol-vidable del que, por fortuna, hubomuchos leBÜgoa aparte de nosotros, yen el que queda pintada vividamentela mujer que ahora glorifica cou tusóni .Santiago de la Hoz. En las Ofici-nas de "El Hijo del Ahuizote" sécelo-braba uijia sesión de la Directiva xáelClub "Ponoiano Arriaga". Hacia tlempo que BO vonlft tratando ln cuestiónde si nuestros trabajos habían do eeruna activa campana contra la Dicta-dura, ó si se habían de coucretar á lapura propaganda de ideas liberales.Nosotros, y entre nosotros Santiagoy algunoa más, sosteníamos lo prime-ro; D|,of)a Juana, Camilo y algunosotros, «ataban por lo último. Noso-tros liemos creído siempre que los males se deben ataoar dlreotamente, yno con rodeos y vaguedades. Si laDictadura es el mal de nuestra Patria,había que combatirla sin miramien-tos, Proclamar principios abstractos,sin tocar expresamente á la tiraDía,nos parecía labor, poco peligrosa sinduda, poro también poco fecunda ynada práctica. Oon el pretexto deque se luchaba por principios y de queno habíamos de ser personalistas, «equería que no hiciéramos la campañaque al fin hicimos contra la sexta re-eleoolón del Gral. Díaz. Queríamosfundar un Olub anti—reeleccionisin,trabajar directamente contra la Dicta-dora, y encontrábamos una tenaz opo-sición en los moderados, partidariosde la abstracción. En la sesión de quehablamos, se trató el espinoso asun-to, y encontramos la misma oposiciónde siempre para nuestro proveoto delucha activa. En el calor de la discu-sión, Santiago de la Hoz llamó CO-BARDES á los que sistemáticamentese oponían á que ee trabajara directay prácticamente contra la Diotaduray querían una labor de simple propa-ganda doctrinaria, que hubiera nece-sitado cien años para fructifloar. Doña Juana sintió probablemente que áella iba dirigido el tremendo repro-che, y se apresuró á recogerlo; perolejos de destruirlo con razones, eóloquiso desahogar BU cólera y contestóá Santiago con el sistema que ahoraestá empleando para calumniarnos,sistema que consiste en hablar contrauna persona en términos vagos, dan-do á entender que se saben muchascosas que no quieren decirse, anun-ciando revelaciones que nunca ae lle-gan á hacer, procurando sembrar dudas y sospechas terribles contra losque se escogen para víctimas. Antela acusación de cobardía lanzada porBdtitiago, Daña Juana le respondió!"Ud. sabe por ,qué me opongo á suspropósitos, y dejaría de hacer acusacionea, si yo dijera lo que sé. Pero esmejor que nos callemos "Trému-lo de indignación, rojo de ira, Santiagoapostrofó á Doña Juana: '-Si en algoaprecia Ud. su honra,—le dijo,—nosaldrá de aquí antes de haber declara-do lo que dice saber de mí, y que secalla". Todos los apremios fueron¡nútiles: la calumniadora no dijo enbonces ni ha dicho jamás lo que anuució saber de Santiago de la Hrz. Simplemente quiso que los testigos de a-quella escena se supusieran que SanOiago había cometido algún horrendocrimen, si es que eran tan necios paradar valor á una fraseen que se traslucía el más innoble deseo de venganzaLo que dejamos referido lo presencia-ron quince miembros de la Directivadel Olub "Ponoiano Arriaga", y comodiez correligionarios más que tuvie-ron oportunidad de encontrarse en elsalón.

Otro detalle. ¿Cómo es que el respeco y admiración que proclaman haciaSantiago de la Hoz Da Juana y su compañera, no les impidió plagiar desearadamente las composiciones literarias de Santiago? - Estas s< ñoras sequedaroD con los papeles de nuestrocompañero y se los llevaron con ellascuando se separaron de nosotros, di-ciendo que entregarían esos papeles ála señora madre de Santiago. Puesbien: poco tiempo después de esto,vimos en un periódiquito de Saltillo.Manado "Estola", versos de Santiago,firmados con un pseudónimo femenil.El hecho nos extrf-ñó, y estábamospensando en aclarar de donde partíael plagio, cuando en el mismo periódi-co de De ña Juana vimos publicado,con el pseudónimo que usaba E ipa Acuña, nn hermoso cuento que Santia-go había escrito cuando estábamos enBelén, y elqpe nuestro compeñero ha-bía dedicado á una distinguida y honorabie s* Sonta de Veracruz. Santiagohabía guardado inédito ese cuento,pero lo conocíamos muchos de BUS a-migos tanto de México, como de Veracruz, y á todos nos caucó indigna-ción el latrocinio que las pretendidasamigas de Santiago estaban cometien-do en la producción literaria del poetamuerto. Gracias á que se les dio á en-tender qne se conocía BU plagio, vaná publicar abora los verspB de Santiago, que estuvieron en inminente riesgo de cambiar de autor.

Después de estos hechos, se puedejuzgar si la glorificación de Saniiagopor Doña Juana, (junto á los insultosque la misma señora nos dir'ge), esuna expresión de respeto y admiraciónsinceras, ó es un indigno recurso paravigorizar sus a taquee contra nosotros;se pnede ver si el objeto de Doña Junna al enaltecer á Santiago, es alpúnotro que el de rebajarnos; se puedepalpar si se honra á Santiago, porcreer en sus méritos, ó sise le profanavilmente, tomando su nombre comorecurso para herir y degradar á losque fuimos sus hermanos. Se diráque no queremos que Doña Jua-na glorifique á Santiago,- y se dirá laverdad. No queremos que la qne odió,injurió y calumnió al malogrado luchador, se ponga boy á hacer la farsade admirarlo. No concedemos al fango el derecho de disfrazarse de'admirador de la honradez.

Pasemos á otro panto. Desde mu-cho tiempo antes de ponerla en plan-

tn, toniamoa ln idea (quo ostamon re-alizando oon la aprobación do nues-tros oorrollplonarlos) do reorganizarol Partido Libeiuil y constituir la Jun-ta necesaria para olio. Cuando tocla-\ la no donoubríiimoB quien era DcñnJuana, y por tanto, estábamos on ar-monía oon «lia, Ricardo Flores Magonlo habló de eso proyeoto, en una curt uEstábamos nosotros ontonces en Larodo, Tox., y olla en México. DonaJuana contestó eiitufÍ!V«m¡id¡i, en cartade I do Febrero de l!»04: "EBtoy muycontenta de que se constituí» ese Di-rectorio y tanto me gustu que hastaqulBiern tomar parto en ese cuerpoqun tuntii reaponmbllidad va ft eoharsobre tí y I un guindes coi-tía MI atenerque realizar. Lftatimu que no se pued», pero confio en que mi hermanltohura qnfl BP> me oonceda una secretaríaprivan», en Un un sitio donde puedutomar m! parte do trabajo." Y en otiacarta de 13 del mismo mea, decía: "O-jalá y pronto podamos instalar oei\ Junln Directiva que Unta fullii está huciendo." De modo que mientniB DolíaJuana esperó entrar en nuestros tra,bajos (y sepuir nicándonoB dinero), laJuntu estntu Luciendo muchn falta íiba á realizar grandes cosas; pero des-de el momento en que rechaziimoa aOPa senotn de nuestro lado. I» Juntadejó de tener mérito, y es una usurpaoión y uca explotación v un crimun.Oon eBto se vo BÍ De Tin Juana npre-cia las ideas por las ideas mis-mas ó por lo que á ella le interesen,y de esto pueden deducir nuestros co-rreligionarios el valor que tienen losataques de dicta señora, ala Junta Or-ganizadora del Partido Libei al y á sustrahajoB.

Entre el fárrago de necedades conque llera Dcfía Juana su dizque his-tórico folletín, dice esta pobre mujerque se opuso á muchos de nuestrostrabajos, entre otros el Club Antirre-leccionista "Redención", porque no-sotros fólo queríamos lucrar y llevarla f auea al fracaso. Dice que nues-tros trabajos no servían para nada yque todo lo quo no hloieron ella y Ca-milo Arriaga, carecía de utilidad y demérito. Pero es el caso que en cartade4 de Ootubre de 1903,1 a SÍ ñora declara-ba: "Loque hpmos bpcbo Imita aquí,desde REGENERACIÓN (que no fuede ella ni de Camilo) hasta ''lExcél-sior!" (obra de nosotros), desde elClub "Ponciano Arnaea" y el priraer Congreso Libera' (en los que tuvimos parte), bauta e.1 Club''Reden-ción" que fue exclusivamente obranuestra), lo conopptúo, BÍ no acertadoy bien hecho del todo, al menos útil,

muy útil " Entonces, Doña Juana no desdeñaba decir "hemos he-cho", al hablar del Olub "Redención"y de "¡Escélsior!", esos trabajos á losque hoy dice que se opuso, como seopuso efectivamente, para BU vergiienZF>; entonces nueetros trabajos eran"útiles, muv útiles", mientras queahora Da. Juana dice qne fueron perjudiciales; entonces alababa nuestraslaboreo, y hoy las atribnve al intpré^al Inoro, á la maldad. Si realmenteobráhsmop nosotros con perversidady Doña Juana Jo sabía—como dice quelo sanín—pntoncpa, el juicio que deja-mos copiado es Hpócrija, ee.falso, yhace creer que Doña Juana solapabanuestras maldades por el interé" deno perder los auxilios pecuniarios querpc'bía; y si PH juicio ese es justo,porque nuestro» trabajos eran deve-rBB útiles, entonces, ahora es cuandonoscalumnia miserable mente diciendolo contrario. De todos modos, DoñaJuana queda mal ¡ ese es el destino delos falsarios. En la misTra carta hacep) elogio del "alto diapopón" que usahnmoB en nuestros stsquep contra laD'ctarlurn, ppro ahor» que es partidaria del Iope'uajp moderado, por ser elmenos peligroso, reprocha el tonoenérgico tie la prensa, en el número 7rlp su periódico

En el No. 8, dice que Pomof traido-rps y cobnrfies, y pretende probarlo,refiriendo que denunciamos como re-volucionario á D. JPFÚ» Mpdina, despoé1* dp una sprie de bajezas. DICPD^ña Juana que supimos qu^ dichoppñor tenía una fociedari revolucionaris secreta; que conocíamos la amisfnrl que mpcüaba entre ella y Mpdina,y que Ipsnp'icamos qup nos prpppnrpra TOMO LIBFEAIES QUE DEPEABAMOS INGRESA^ A LA ASO-PÍACION PARA PFE'-TAR SÜPSERVICIOS A LA PAUSA Y A í APATRIA. Que noB presentó, qup OPnoR dispersó conflarza v se nos pu»oal corriprtp ríe ciertas copap, que PPnombró á Mpdina para que trataracon nopotros. qne éste nos entregó SOPcredenciales, .V que tan luepo comolan tuvimos en nuestro poder, denunciamos á Medina. Que, por último,gracias á la lealtad y ca*>alleropirladdp 8antiago dé la Hrz Dfña Juanapudo recoger l^s documentos quecomprometífln á Medina.

De ser exacto todo esto, no carece-rían de justicia loa aspavientos de Do-ña Juana. Pero DfñR Juana mientpron el iráa inconcebible cinismo, ypssamos á proba rjo.

Por el mes de Marzo de 1903, á POCOde haberse reinstalado el Olub "Pon-clano Anisga". circularon en Méxicoanas bojitas anónimas, escritas en máqnina, en qup se criticaban 1 8 traba-jos de dicho Olub, llamándolos litera-tura política, y 8e pedía la revolu-ción, como lo único eficaz para com-batir la tiranía A todos los miembrosdel Club, estos pap^litos anónimos yvergonzantes nos disgustaron. Eraclaro que no era el medio de hacer se-riamente una revolución, vimos simplemente el afán de entorpecer núestros trabfjosporanvidia ó porirquinaseppeciales. La primera vez que vimosUDO de estos papeles, no supimos dedonrle procedían,pero Drña juana nosriij > que venían de nn gruuito de im ¡béciles, encabezado por Jeeúf Medí 'na. Una de esas hojillas, la mandó ¡Doña Juana á Ricardo Flores Magón,con la siguiente carta:

"México.—Marzo 4 de 1903."Ricardo:—No Fé si á Ud. le habrán

dado ya BU café, pero si ha escapado,ubi va el mío para que haga lap 11.—Vea Ud. como pe atreven a decir queno hacemos nada: esos canallas olvidan que los conozco á todos y fé queson incapaces de hacer, no lo que hahecho Ud., pero ni s quiera lo que hehecho yo.—Nos creen cobardes y ello»no tienen valor para estampar sosnombres —Cada vez se convencerá Udde lo peligroso que sería el viaje á los

Estados UnidoB. KSOB cobardon co-rroborarían las opiniones du nues-tros. onomiROB y ontro toüos noaharían pasar por verdaderos t'ó-mlcoa oomo nos dico "MI Popular".So olvidan de quo uno sólo do nono -tros basta para aarlea lecoioneH. ¿Porquó no Iniciiin el movimiento quo de-sean?—A la noolui voy A ln Callo doRebeldes y mo peloo cou todoa ellos.—Les diré lo quo BOU, los llaiiuué porBUS nombren: coborden.—Juana.—Rú-brica — l>evr.ólvnmt> ese documentoridiculo."

Aei hablaba ontonppn ostn B« ílora ,pero ahora, D. Jetun Modtna cu "eldi»tinguido aNtiónomo que la favore-ce con fraternal cariño", y nosotrossomos los Infames y IOH canallas.

Convenimos con DOÜU Juanu on ir ¡xuna de las sesiones do aquellos individúos pura deoirles que si reolmenlequerían hacer ln revolución, pslílba-nioB dispuestos áayud a rloseerin menteAtí lo hicimos: uno de nosotros hablóA nombre do todoH, ofreciendo nues-tros servioios para la revolución, peroexigiendo á la vt z quo ósta Bt> hicierade verdad. Don Juui1) Medlua se vioen gran aprieto, y en un largo y em-brollado dlsourso en ol que se compa-ró con el cura Hidalgo, mnnifestó quono quería la revolución, que no ee de-bía derramar la sangre del pueblo me-xicano. Ya noa esperábamos estacóntestaoión ; bieu sabíamos que los hom-bres de IOB papelitos, de quienefl DoñaJuana ha vuelto á ser amiga y admi-radora, no harían nuda serio. Nues-tro objeto fue orillarloB á que declara'ran BU impotencia, y una v<z que loconseguimos, nos retiramos haciendolos comentarios del caso, en IOB queDcña Juana sostuvo el tono feroz desu carta que dejamos copiada.

Eoto fue todo. No hubo credencia-les de Medina; no hubo documentosen nuestro poder; no se noa dispentóconfianza ni ae nos puso al corrientede ciertas cosaB, ni hubo uada de loque dice ceña Juana, pretendiendohaoer tenebroao y trágico el asunto.

A mediados de Abril, por denunciacontra "El Hijo del Ahuizote", fuimosreducidos á prisión, pero, por una me-ra casualidad, Santiago de la Hoz nofue aprehendido. El periódico quedóá cargo de Santiago, y n oso tros, salvoalgún original que enviábamos desdela cárcel, no conocíamos el contenidode "El Hijo del Ahuizote", sino hastadespués de publicado Así fue comoeu el No. 848, correflpondienie al 2Gde Abril, vimos un suelto con el títulode ''Don Medina" en que se decía queéste era el nombre de un individuoqne andaba lanzando ridículos volan-titos revolucionarios, sin dar BU nom-bre, como debe hacerse en esos casos,yque ese individuo trataba de avergonzar al Club "Ponciano Arriaga" porsuactitud pacífica, atacándolo en un po-riódico de Texas. Se terminaba dicit-ndoie que era un farsante, que no quería revolución ni era capaz de firmarsiquiera un artículo oposicionista, yque si continuaba con sus necios ata-ques seiía exhibido en nueRtrc p< r óoicos. Santiago nos dijo que MeninaLabia vutltp á publicar eu« papeleo?,y que esto Jo indigi ó hasta el extremode hacerlo escribir ese {.árrafo. A to-dos nos pareció mal eee arrebato, y elmismo Santiago se arrepintió de élmuy pronto. Y no porque se hubierapuesto á Medina en real peligro, puesel Gobierno no hacía ni ponía hacercato de sus pcpelitof, fino porque eedaba lugar á que algún ma évolo dije-ra lo que precisamente tstá ahora di •ciendo D< ña Juana Sólo quecualquiera otro hubiera acusado á nosotroB y á Santiago por parf-jo,y Dcña Juana ee ensíñ" nscia n áf ennosotros y basta llega á prffceiitai áSantiago ce mo palvaoor de Meri'na.Comodeet-teasunto^e habló variar ve1

ees y delante de diferentes p» rsonai-,son muchosloe que saben que Santiagoescribió (-1 \ árrafo contra Medina} quelos que estábamos en lu cárcel no loconocimos tino hasta que se publicóD( ña Juana sabe epto tan bien comonosotros, pero interesara en perjuci-carnos, cambia IOB papeles entre Sannago y nosotros, n intiendo con todamala fe, mintiendo cínica, exi-geraday desvergorzadamenie 8t ron hacemolesto decir estas cosas poique deellas resulta, alguna responsabilidadpHr Santiago, pero pon verduces pat- ntes. conocidas por muchos, v quenos es pr< CIBO declarar para d* s>n entir las escandalosas calumnias ae Do-ña Juana. Por otra rai te , no se pue<¡e necir que perjudiquemos la rej utación de honrad» z de Pant ago, puesi o tué ninpún crimen el que comefóExhibió á Medina ante Ja opinión j ú-buca como lateante, pero no 1 at ía lamenor inteiición de hacer peli^iat lavida de eete sujeto, como preifnriei act-rlo creer De ña Juana, ahoia quei'os atribuye lo que bizo nuestro c u>'ranero. Los miPmoB hechos eptánprobando que el Gobierno no un ía elmenor cuidado por Medirá y f-us } apehtos, y eBto lo paMamos todos perrectamente. Oon toda segundan quesi hubiera habido para Mednaoi ropeligro que el de quedar en ridículoante el público, Santiago no hubierapublicado unapa'abra de ese P« ñor. Yea absurí o que cuando IOB mifmoB hechos —repetimos—han comprobadoque no se hizo correr á Medirá el rr ásinsignificante rieBpo, D< ña Juara < s1

candalice ahora diciendo que roi-otrosconspiramos contraía vidade ese buenhombre.

Se ve, pues, que Doña Juana, conuna ma'a fe que traspa'-a todoB los líroites de lo imaginable, ba tergivenado 'os hechos, y no PÓ'O lia tergiver-arto, sino que ba inventado lo que lehacía falta para dai un caráct er terrible á cofas insignificantes. Lo de lacredencial de Medina que teníamosen nuestro poder como una arma terrible contra nuestra víctima, es una detantas invenciones, y, en consecuen'c a, es invención que Santiago se hayaquedado con eea credencial y se lahava entregado caballerosamente ádoña Juana, favoreciendo así á Medi-na. ¿Có i o podía Santiago entregarun documento que nunca existió? 8o-

'amenté por rebajarnos á rosotros,enaltece allí doña Juana á Santiaeocon un rasgo inventado. ¡Rara con'tradición! En vida de Santiago, lainfame mnjer lo ultrajó y le negó susverdaderos méritos; ahora,que ya notiene que temer ni que esperar delluchador caído, basta le inventa nue-vas glorias, pero no para engrande-

corlo pladosamonte, slco para expíotar, on provecho do sus vllos pasio-nes, oso nimbo do raujoutiid y do pu-roza que rodea los oombres do loagrandes muortos.

En el cuso do Medina, falseado liasta lo inaudito, ensombrecido oonpinceladas siniestras y uglgantiulohasta donde fuó posible, se fundadoña Juana pura hacernos el u,usconsideramos ol IIJAS tremendo de suacargos, el do quo somos cobardes ytraidores, y muy rapaces, on un casodado, ele ontregur a nupstros corre-ligionarios al furor do las venganzaa oficiales. Por los hechou quodeiamos referidos, y quo constan Ainfinidad de personas quo no hanmuerto, como Santlngo, so ve: <|iioantes do ahora, drfla Juana tenía en

do hiioorlci - I,n Pa t r i n ilobo tumllrseclobUnncuitt' oi|:ulloHu deudo quu pudor'ótiMlr cu tinii uoln fi'ohn, (IOH g r a n d e -z a s ; BU liid(j|M!iiiU>i)o¡n pol í t ica yo l 1

mioiHílenlo del III.IH HIIH uro do IOH pn-friota» " V t'Hto luí il(iH|U'(/"t dol Club"Rodonolón", <I<>H|>IIÓB do " ¡Exool -s i o i 1 " , (leiipiii ' 'M d n ln u l t i m a p r l H l ó nt<n M i n i e n , (Ii H | i i CH (Ii t o d o Id 11no l i o jn n u i e i i i n t l / .n t a n I u r i h i i n t l a m o t i t o I ) f l .J u i uní. unían IÍHCHIJ.IH cnormoa parao l m n l v n d o A ( í u i i t< \ i ( ¡ i l t i b n , e s t o f u -r i b u n d o « ' l u c i o p n : n ( I c r i m i i u i l d eq u i ( > i i t e m í a l i u i t I I H I I I I M I I I I H H , I H I n t \ i > l l -r f l b l o « I I I 'u i M i n i i r i i I n d i i \ u t i H t c i a P o -i i a J u i i n I I . N u t i c i i N Ú I mo n n c p r b o r i ' B d o I O H n ¡ ' l iadularon de uno modon i i » u c K i i i c i i I » l i i i i l i l i u l ( l i <

luto quo los'cli inrs, los

OKu'ardo,

y entóneos ahora oRtA mint iendo mi-el concepto de cana l la y de coba rde A . Bi'rnblcnuiíilf, <> c re ni. y en ene cano,su fraternal amleo, el d is t inguido l l l R adnlncioncH que d( jumos ( opiadasaBtrónomo D. J e s ú s Medina; que ol revellín la man indiana lupocrenn, olpár ra fo de "E l Hijo dol Ahu izo to" i espíritu n As íalm> v í a IIMH absolutacon t r a este sujeto fuó una simple ! c n n ' M ' l n d ( > d ignidadexhibición ante el públicodenuncia ante el i

y no uuiiy que ese

Hay oirán prtiebiiH do ln falsía ymeicaütillHino de Diña Junnii Rn

i I.anulo, Ti JÍ , poco JIDICH do oiio tu-I v'cramuB ol rompimuuito con Camiloi Ariii'gii. IX na Juana rru iwnign y par-tidaria de vale fc-ñoi, pero después

I del rompimiento- qtio fi L r.xeliipiva-| mentó entre Arringn v nnpotros, sinque puclloriJ afectar á De ña Junnn —la dicliii Biflora M< inoBtió enemigafuriosa de BU antiguo nliado. Una delaB ibZonea de BU resentimiento, BP-pun nos la refería, no puede ser máscomercial, Uecia eeta sfñora quesiendo Arrlflgn jple del Piirtulo, esta-ba en la obligación do sostenerlas áella y á su conopnfiern, y dejarlas a-bandonadflB en Laredo mientrnp í-l seiba á San Antonio, era una canallada.Ahora, y A propósito de la Junta, Do-ña Juana dice que noroconoce jefatu-ías ni direcciones de nadie: entoncesreconocía la de Amaga, para exigirBostón pecuniario y ponerse furiosasi no lo obtenía.

Todavía en los últimos días denueBtraa relaciones con Doña Juana,esta señora adulaba ¿i Ricardo FloreaMagón, á costa de Camilo Arriaga.Debemos advertir que al mismo tiem-po eBtaba pidiendo la desinteresadadama algunos útiles de imprenta.Una vez Ricardo eecrib ó á Doña Jua-na que no sentía rencor por CamiloArriaga, y disculpaba. IBB faltas de és-te. Con tal motivo Doña Juana es-cribió A Ricardo en Julio 2 de 1904:"Ya hablaremos de lo del Marqués(apodo con que designaba á CamiloArriaga por sus pujos aristocráticos).Reconozco en ese rasgo generoso ámi buen hermanito; Ud. es bueno Ri-cardo, en su corazóD noble y sinceropuede retoñar el carifjo. etc , etc "Sigue una serte I de hipCrbolea enlas que Doña Juana se declara muyinferior A Ricardo en magnanimidadde sentimientos. En otra carta deJunio 20 de) mismo uño, decía: "¿Yaestá de vuelta el Marqués? Aquí losupimos por Estela. Pobre Marqués.intentos me dan de levantarlo. ¿Quédioe Ud. de esto? Su perversidad esmoftnBiva, no alcanza á hacer daño.Oreo que es má« tonto qne malo "

tengo pa'a ue anun<"urle sn (• üu .i ríe | Abora Dcña Juana declaran titilesesta. Ricardo, tengan prudenca, en | al que entonces trata^-g mexicanos.esteca«o Arman* no creo PP les . , BIVO y supremo des, . farrarques. si Santwo RP oh<n¡r,. por mo caeo que con jj.ue el nonor j \ aunacaonaüclad.en separarse dp lTris ¡ es distinguido amieó? a r t e las con-ret encalo á toda costa, pormie dejar-"lo ir vale tanto como dar en P H T I ' I "extrPHo un espectáculo tan feo como |el que dimos aoní. cnando HCIB eroja-

dlna, no le acarreaba—como ro le a-carreó—el más leve peligro material;y, por último, que en la confección ypublicación de ese párrafo, nn tuvi-mos nosotros el menor participioAparto de esto, nos permitimos hacerrecordar que en seis años de luchahemos sufrido bastantes procesos, o-riglnados por publicar datra de nues-tros corresponsales, y jamás hemosdenunciado a uno solo de estos; y queen estos miemos seis años, en que he-mos estado en relaciones y sido hon-rados con la confianza de muchaspersonas, no se ba dado el caso deque uno solo de nuestros amigos seaperjudicado por oulpa nuestra, Pon-gan, nuestros correligionarios en labalanza de BU honradez nuestra con-ducta desde el principio de la lucha,por una parte, y por otra, los ataquesde Doña Juana, y dipan de parte dequien pueden temerpe las traiciones

En el No. R do "Vénr>pr" nue nosmandó un amipo, pnes Drfía Jvura pieha abstenido últimamente de mandar-lo rara que no lo viéramos y no lecoiiteBtáramos. para huoer creer quecallábamos ante sus ataques; en esenúmero decimos, oue recibimos A úl-tima hora, bomon visto oue ePii señorasiguebre de

p a en servirse del nom-Santiago oomo arma contra

nosotros, y por tanto, aunque no pen-páhamoo Vaoprlo. vamos á agreparundato rrás á loa que, expusimos ¡inte-riormente, refpecto á qne, Da. Juanano eB sincera en SUR elogios á nuestrocompañero ido, y habla bien ríe ¿] so-lo por el interés de hacer refaliar lomal qne se exprppa d« nosotros.

Como lo dice Da. Juara y como es,en efecto, público y notorio, nosotrosfalimoB de México para loa Ef'adrsUnidoR. primp.ro que Santiago. Cuan1-do Santiago fnc á reunirse con nopo-tros á I uredo, Tex , Da. Juana eaorib;6, entre ot»,i^ onuin: ''Crino ¿liahora míe TJri reciba pst:i va enturanllá PI Hombro GriB —PH'P. PI i rl pseu-

íp-Piuitiasro de la H<">z.—no

q jmos—Sé. ó creo paber. áqiné obedeceel viaje de f arHago. PÍK embarco hayjore pgnantarpe v P»T prn^pntpp ro-tep'éndolo fll'í " E°'o último, pintalfl eterna rnirr'fif'. IB irpcpbablp hipo-

de Da. Jrmpp En hipnr de aPsIpo riptprrrirarlo á Santia

po. decís qur "opbí-) ó creí» pnher elrbjpfo de pn vipjp" rero qne rlebía-moK "peuan'aTirip y RPT prndpntpp..."Ipt-prrog-ndí» D». Junnn Pobre lo aue"J'biR dp 8flntippTv. v ppbippdo ano eptábRincp f n rf rfpo'a ariroría cor ély one por tnnto no porlrífl fnictifirarp'írnrifl cflnniria p^rdp, pe conforiróe n contpf'pr: "No oreo OUP ten^airá» prnpó°ito qup el dp dar guerracuando PP ofrezca.—Pn ppd dp renom-brp. FU afán de exhibición, PUp'ón de plorip, fso ep todo."Da. Juana rinóV olpito Tiomenrie alqne no tería rrá1' propóQito oue "darpnprra." I.S>R cprfas citadas son deErf-ro IR v 29 de 1904

En ln ú'tirra ríe rptflp, cartas pncontriimoB fpmh'éri sipo que nos sirvear>mirpblpmprtp parp ru'ifiear IOB ataqnpp one Da Juana diripp á la Junta.Se dipcutíf si ppría oorvpniente reinstplar uvp vf z más el Club "Ponciano

" ó fundar un Centro de másmirpp. y Da Juana opinaba:

per BK jor one en lugar delmientras este se reinstala,Clab. yfundaran ó irPtfilaraD un Co

mité Directivo, declprándose ustedes,los OXIP están allá, Directorep délostrflhpjns Hheralep en la RepúblicaEsto, porque es riereflsrio crear unCentro adonde puedan dirigirse to-dos, e'r. y poroue los eptatutos, lasBasep v Prograira del Club tienen unPO'O objeto y el Comité podría abar-car pr FU es'ff re ÓV are ón todo; la oposición, etc. Porría trazarse un sm-plio propsma. en rin uftedea Baben looue sea m* jor." Ya ven nuestros co-rrplisionpriop como cambia de opinio-nep ppa Pf ñora spfunque pueda ellapflpsr dinero ó no. á los miembros dela Junta.

De ñ» Juara dice que desde quees-tábpmos en Méx'co conocía nuestraperverpidad Hacemos bincap é fn< sto rorqne es interf parte, y suplicamop á rustro." c rrdigionarios pe fi-jen en ello. Sin embargo, eptaba connopotro» y nop pedía dinero, sin fijar-se en que este direro estaba mancha-do por nuestrop crímenes. Ahrra repulla con IB pálida do Que seguía árlDe^tro lp.do para vigilsrnop. y paraimpedir rnestroB *xcfpos. Hi te admile esto, cuf'quifra pe supone quela actitud de Da Juana respecto denosotros tenín que sf r rFSPrvec'a, fría,digna; no hpría de alentar nuestroRdesmanes ri rar fábulo, con entu-Siastap aprob?cir nf s á que extrpmárarxioa nuestras perfidisp. Sin embar-go, no era »FÍ. A Ricardo Florea Ma-eón, nno de Ion perverso?, con mohvo de BU onomástico, 1P dirigió DrfiaJuna el 16 de Septiembre de 1903 latremenda lisonja quo insertamos:"Acepte Ud, mis votos por su felici-dad, como el único presente que pue-

b f c r 0 o b a r j O y uHDana. ( *OI.1Hpor el odio euvenenado que nos tie-ne e»-a mala mujer, odio que la hacecambiar de opiniones, falsear hechos,inventar lo que nunca ha papado,mentir y calumniar con una desver-güenza sin ejemplo!

Tenemos que advertir que, al con-trario de Peña Juana, que conociórueptra perversidad derde P! primeroía que noo trató y aun desde antee,nof otros no conocimos BUS lacras ylas de su compañera, sino fapsta últi-ma« fechas, por nuestra desgracia.Pó'o en esta segunda época de REGE-NERACIÓN hemos tenido el gus-to de no mantener ninguna relacióncon esas mnjeres, porque, FÓ'O hastaentonces llegamos á conocerlap.

Otra cosa tenemos que advertir.Hay cargos que, por no mediar en e-llos documentos 6 testimonios, nopupden eer rechazados sino oon lapimple negación. Todo Be reduce áarte nosotros negamos donde DoñaJuana afirma, y en este capo, todo elvalor de la declaración depende de lahonorabilidad del que la hace. Npga-moa, pues,—para no perder PI tipmpoen reproducir aquí todo "Vépppr"—las imputaciones calumriopas de Do-fui Juana, dejando que pntre las afir-maciones de esta seUora, par» lascuales no presenta ni urs prurba, ynuestras negaciones, el rúblipo falle ágaciones, el rúfavor del más honorable.Juana f

áSi Doña

Juana no se conforma con esta apela-ción á la honorabilidad, pupp tiene elriesgo de salir perdiendo, puede pre-sentar BUS afirmaciones, no dogmáti-cas, sino con pruebas, y entonces esindudable qne nos confurdirá.

Hemos hecho demasiado honor enret-ponder en la forma qrn lipsta aquíremos usado á quien nos ataca sinpruebas y con maniflrpta mala fe.Pero no quisimos que se dijera queCOJ pretexto del desprecio rehilába-mos enfrentarnos con unpor muy vil que este sea. enemigo,

Hemosnido la paciencia de acopia»- oVtns, deargumentar y raz d ttratar, en

t

pargumentar y razonar, de tratar, enfin, á los reptiles como se trntn á laspersonas; hemos contestado mordiz-con con calabrae y coefs con wilogiB-tnoB. Hemos obrado con tul genero-sidad por Ínteres de nuestrabonra, pero y a p« tiempo dpplastemo6 á las víboras corrorecen y de que, lap uuecer gir

propiaOUP a-w me-

OU'F-ÍTOH ha-eer girones nuestro lionor aparpzcandespejadas de fal*rp roVpiPS Pr | n a,Jtodetapicota Creían CIUP cnUaría-nioo. por no marcharnos noPorroamismos; pPr<) R e , r £ r P l , . ,n . N n P a b i a nque. defendiendo rupstra bonra seií»rnos inflexibles'

Hasta aqní, reprimiendo la inpta ín-dignacón y e l explicable a^co Q UBnoPcauPalaperfi,.,.-, (,P p^ñR J u i I i a« OutYrrfz de Mendoza, liemos do-noRtradocómoespl ,ntprc« el único

es liberal, ni es luchadora n- PP hon-rada La hemos vi«to Bnqiipndo des-caradamente nuestros holoillnp v sorentonces amiga, y la hemos vistocuando le hemos cerrado 'a bolsaconvertirse en el mác pncarnizBdo *1nemieo. Pero hay n á«. y PPO fv¿ l oque nos decidió á arrojaría de nuestro

Page 4: PORFIRIO DÍAZ ES EL RESPONSABLE.archivomagon.net/wp-content/uploads/e3n10.pdfLi» hbortnd do Impronta «o tlouo 1111U lfmltos qüo ol rospoto il la vlfln prlvnün A li» mor«l y

lado. Lo quo aiguo on nauseabundoy rogamos á nuoecroB oorroliglonnrioBqao perdonen el que no los <l&moa aOOUOOül', pofu olio fuó ln oauHu qnonos obligó á doopodlr do nuestro gru-po &Ju aun B. Qufclórrez do M<?julttSfty Elba Aoufíu y RÓBOto.

Ounudo cutAb^mos núa-oa México,algunos amigos nuestros, al ver quohadamos partícipes do uueatra luchacontra ol dospotiBino A diohun aoñaraa, trillaron do orllluruuu A quo muabnndouáienios. Üon grau prtioau-olóu nuoatros amigos, que sabina qaolas OBiiniAbninoa y temían provouarnuestras procoabua, nos insinuaronquo dichas mu joros tonían una mataroputaoíóu adquirida porolorbua odio-Bou Vicios ¿ loa oüalos so entregaban.Tanta era ln estima en quo touiuinoeaüoHft Juana y su oompañera, quoreobuzaünmos indignados las iusinua-olones que se nos buoian y auu estuvimos a punto de reouuzar la amlabuddo amigos quo Blempro nos han nidoqueridos. NO podíamos oonoebir queluo tnenoionadus aofioras Inoran oapuoes do traicionar í\ la naturaleza entrogátuloBü mutuacuentu k deleitesmonstruosos y bedioudos. No podíamoa creer quo Donu Juiiim B. Uutiérroz dü Müudozíi, ia que preu.ioii, IUOralidad, la que se dioo a ni miama redentorft de pueblos, la quu unce alar-ele de trabajar por el biou de ¡n ««peció humana, la que quiere redimir ;la mujor inexlouua, nfiíra oou la naturaleza que tan sabiamente ha croado los dua sex JS, para entregarse omisu compufísm Eusaá los us'Cnlea ;estúpidos placeres de Safo.

Al primer amigo que por primenvez uus oomeuzó .1 referir cómo habupodido descubrir tul iiiotinirnoaidiuen osas mujdios, le volvimos amulola espalda.

Ñ6; no puede ser verdad OBO,—deoíamos,—asas mujeres son boaraduB

Tusó el tiempo. Da MLX CO parnmos pitra Liuedo y de Laieiio parSan Antonio. Las acusucloüos uoutra las señoras iban en uurueuto yentonces decidimos observar, convenoernos por nuestros propios OJOIde la horrible verdad. Así lo hiclmos y nos oonvenoimos de que no strataba de una calumnia vn, porquel oaadro que presenoiamos üO^NüBSrKOS ¿«OPIOS OJOS nos lio-Dó de indignación y de vergiienza]lira cierto lo que uos decíau núestros amigos! ¡catábamos en ooncacto de seres depravados y OCUOBOS!

No vacilamos en arrojar lejos dnosotros ¿.esas mujeres que á ojo,vistos deshonraban una causa noulcomo es la de la redención del pueblmexicano.

Pero no quisimos avergonzar á laidos mujeres, y decentemente procuramos que se marcüasen, como lconseguimos.

(Jomo casi siempre suoede, nosotrosloa que mayor intimidad temamocon las monstruosas hembras, fumoa los últimos en convencernoscuando en la Capital ae la Repúblicno se hablaba de otra cosa que detorpe satismo de las que ae llama barcompañeras de lucha.

En Belem, por ejemplo, era pubjiccy notorio ei vicio de las sefioiai. Asegurau las pobres, presa? del DepartameuGO de Mujeres á donde confinaron á la? "periodistas" en 19uá cuaudofaédenunc ado llVé3per", que loexcesos "eróoioos" de estas e»cand_¡izaban á todas uocue por noche; qiíno se recataban, que no podían cuntenerse, y, que sobre todo, Ensa,—I

•^*visi!*>a^dicts graciosa mente una <l"'-"-lería prostituir á ooda

afuera muchos J¡""aroelamieato, li

^ "redentora-)", la,.i«B,Tii!nligent6e de pudor, dea

""^ToueídM de vergüenza, recorríangalera del Departamento de JYIujereícatequizando iufelices para inmolarlas en loa altares hediondos del aaflsmo

Nosotros hemos estado mucha3 veees en presidio por defender al pu_blo, y hemos aprovechado el contactecon los presidiarios para hacer estudios sociológicos aprendiendo de kvida real que es el mejor y el má3 sabio de los ubros. Ealas cárcelesmos encontrado una grau oorrupcióten lascostnmbresde muchos de los mfelices que las habitan. El hombrela mujer confinados en una cárcel, sno son fuertes de voluntad, se pervierten, se relajan y llegaa basta despreoiar la dignidad humana. El horabre. qu¿ hay3 estado alguna vez en"alguna cárcel, si ha tenuio espíritu deobservación, habrá comprobado e60¡y habrá visto con que naturalidadmacaos presidiarios se entregan áprácticas que horrorizan, y con quenaturalidad los demás presos, auncuando no se entreguen a esas prác-ticas, las ven sin siquiera comentar-las convencidos de que nmguua re-generación paeden operar las odio-sas prisiones. Pues bien, los presosde Belem que se enteraron de los vi-cios contra natura de las señora*"periodistas," no pudieron dominarsu indignación, y ia manifestaron demil modos elocuentes Los presidia-rios, tan acostumbrados á presenciartoda clase de asquerosidades, se sin-"tieron ofendidos ante la conducta delas "heroíuas", sintiendo tal vez unagran decepción, al ver que las quehabían llegado como virtuosas vesta-les aestinadas á tener siempie encen-dido el fuego del aouor patrio, lleva-ban encendido un luego ciertamente,pero era el fuego maldito de los a-moreB infecundos entre doa personasdel mismo sexo!

Refiere la persona encargarla de lle-var los alimentos de las "periodistas"a la cárcel, qae los ''galeros",—presoBque hacen el servicio de la pri-sión,—mostraban suma repugnanciapor ellas y que en voz alta hacían co-mentarios delaute de los empleados yde loa demá-i presos sobre BUS torpeevicios. Agrega esa persona que 158galeros se resistían á llevarles 1 JS alimentos, y que, al nt>, deBputi de unasdos horas, se 1 >s llevaban por lásti-ma, pero no sin habei antes echadosalivasen cada platillo, en señril deprofundo desprecio.

Así, pues, no es un misterio enxico, en la populosa Capital de la Re-pública, que Doña Juana y Elisa sondos amantes y no dos amigas. Todolo que ocurre en Belem, se sabe en laciudad, oomo habrán podido compro-barlo los que han vivido en México

Un señor que había llegado de lafrontera poco antes de que BailáramosdeMésico, y que es pariente políticodeDoíia Juana, fue con su esposa/vivir por algún tiempo á su casa, Epariente político de Doña Juana, apoco tiempo, tuvo que abandonarviolentamente la casa, porque sor-prendió á Doña Juana y Elisa eatregadae á sus pasatiempos favoritos

Ellun y Dofiu Juuna, además, noquieren n sua padres. Ambas Llenenmadre y uBati auntns uoíloras viven onl mayor douampnro, oomo el no tu-'iimin en el mundo ulngúa deudo.Juila Juana escribió á liloardo floresttugóu deudo MÓK.I00 en DO de Eneroo 11)01; "Yo ito no querido (\ raía pu-nen, porquo fueron unos vordugos

para mi." Uoino todavía 1» estimába-mos, cnuiuinos quo 011 ofooto huoriuulelo íindoa ouu padroa, poro ahora,lonvonolüoa do la ruindad do esa mu-ui', no vnoilamos en oroor que parailla no hay aíooioB, no hay uadu qutino aoa ol vil Intotós, y rooordamos,ucluüos, otra frttso de la ínlsmncarta:"yo no puedo tjuoror «1 mundo por-quo el mundo no ha tenido oompasiónuu mi," fraao reveladora del venenoquo' circula por las arterias de eaumonstruo usoupado de no BO «abe quoncona duutesculElisa, uiuuiao sal ó de Móxioo pura

OB ISsiadou Unidos, no se despidió aiquiera de BU anciana madre, sautamujer quo lljia el deBVÍo de su hijaporque olla ia ubiéu sabe sí, na-jo quo BU üijii es la aiuanto do JuamB üuilórre/do Mauau^al

El lujo que uo ama á aua padres, nopuedo sur ououa perdona. Aun losuilranl»B Bieucan ateotoB por las ma-

drea; los lobozuoa grufiou «atiofecnosal ludo de la loba, puro esat dos hfjas no solo olvuinu y íiuaudonau á lasquo loa uieroutl '6r, amo que las a-boi ruotin.

(Y Doña Juan.i tieno marido ' ¡Y emmarido es uu lukl z que ua pu<pnlado el mismo BU Uosüoui.i eu Me\i 1oomo a tOiios los oouotal

Uinl > MenJozu BO Ilnui.i el mandoAsogura ese puüro amulo que 61biuu OUCOI'HUO üe lo que liaoun Juuuay Elisa, perú quo, "oomo loa liomOroBU aguanta" (!) Oirilo eu eleoio, edespreciado pur Uuña Juana oointmundo, poi loo uuioiuo con iUi

Uuftn Juana, a Jemas, ni/J tiaicióucon oíros íuuividuoa al gCirilo. Ea Siena iVlojiiüa, UoanuiUüay alguaos que fueiuu los «.mantede esa mujai Eu Villa EscooedoChihuahua, üay lamuiea ul¿uuoa otros amautea, puro la traición á (Jirilque ea más conooiua en México, es 1que como LIÓ oun una perdona ue Tequila, Jalisco.

El 14 de Aguato de luOJ, cuando a-preheudierun á Duna Jua.ua y á Elisaaprehendieron tainb.éa al pouro úux-bl i de Oirilj Meuuozd. que regresaüdel Correo.

líu la luapecoiói General de Tolicíss encontraba entonces aquel viejmalhumorado y gruñóa que se llaaiiCarlos Villegas Villoga> llamó á Uirilo á su presencia el uU ue la aprehensión, le recogió la oorresponuencía de "Véiper" que iiabía aacado dCorreo, ee puao á ábrala y á leerla Llano ue ira el viejVillegas ae levantó de repente aacdienao nerviosamente una carta escrita con letra roja era uncarta del amante de Uoñet Juana qu<estaba en Tequila. Villegas insuitibrutalmente al infeliz Uinlo, diciéadolé con palabras taoernarias, comíacostumbraba: "ea Uu un ... anmal ¿No IB da vergüenza llovar Uimismo á su mujer las carias uel amante?" Por el entilo lo inauKó curantalgún rato, aiite el positivo asombrde° los ernplaados üe la lnspecció.Üeneral de .fulicía que se agolpaio.a la puerta ueld oüoiiia de Villegacuando este gritaba como un couuenado injuriando al mando de üoñJuana

La carta escrita con Iotj\ai7.f$jal fu-á pa^ar al expedieu\e to^^ado conproceso que so le instruyó á DonJuana y á Elisa, por "Véaper." Alpuede verla el que quiera, y allí \vieron litigantes, escribientes, gt>udarmes, presos, todos cuantos ocuc

rren al Juzgado lo. Correccional, y al l ñ

en a gllí debe baoerla visto la mismaJuaaa, cuando teuía que tirmarna notificación que se le Jdaeía ó elacta de al¿una ailigencia Oomonatural, todo el Palacio de jusucPerial de México conoce el asuntosabe que doña Juana le ea inútil á smanao Cirilo, quien, por lo demás, Siencarga dt) pregonar su desnonra.

La conducta profundamente repugnante de doña Juana y Elisa, IOB eacaodaloaoa amoríos con el señor diTequila, formaban al rededor de dchas mujeres una atmósfera de deaprecio con detrimiento de la santcau.Ba de la libertad y la justicia Todo mundo en la capital de la Eepúolca, siente asco poí dichas mujefeque viven aisladas, eia un gíionrado que las visite,—de los queconocen aQa monstruosidades,—y esedesprecio las tiene irritadas, á bllasque quisieran tener á todo ser numano á sus pies, á ellas que quisieranaer el centro del mundo porque, encinismo ninguna alma puede igualaral descaro y descoco de esas almasBarnoeas

¿Qué causa podría prestigiarse contales monstruos como delensores?¿Qué estandarte puro y honrado po-dna salir inmaculado de las manossucias do eeas mujeres? ¿Qué amor ála humanidad pueden tener las que ladesprecian y ofenden con vicios estérileB y odiosos que ni los auimalaa a-petecen?

Al saberlo todo, al presenciar conNUESTROS PROPIOS OJOS las mi-sas negras de esas sacerdotizas deSafo, no vacilamos en arrojarlas denuestro lado, ea despacharlas lejosde nosotros para que más larde nouera á caer sobre ía causa que tanto

amamos la reohifla y la deshonra. Mucbos ciudadanos nos felicitaron cuan-do supieron que habíamoa arrojadode nueütro seno á esas víboras, y nosmanifestaron entonces que no pudi-mos ser más oportunos, pues ya esta-ban preparados para exhibir á esasseñoras cuya presencia en nuestrogrupo, era motivo de disgusto paralos buenos amigos que tenemos en laCapital de la República, todos enteradas de las liviandades de esas henrbras degeneradas.

¿Hemos hablado con dureza al referirnos á esas señoras? Sí; si hemos hablado con dureza. Ya lo he-mos dicho: para defender nuestrahonra, somos inflexibles; pero no so-lamente defendemos nuestra honra,sino la del Partido Liberal, en gene-ral y la de los correligionarios enparticular, tan torpemente manchados en "Vésper" porque á esas mu)eres las están despreciando los buenos liberales, como tenemos muchapruebas de ello.

Nos informan nuestros correligionarios que de pueblos enteros en ma-sa devuelven "Vésper" a esas señorasdiguetados por las torpes calumniacon que pretenden impedir la organlzaolón del Partido Liberal. Eso y lovotos de confianza que nos envíalos buenos liberales al ver los necloiataques de esas hembras despecha

as son 01 mejor castigo quo puedenoolbir nuestras nudaoes, oalumniado-W3. Nadie loa dn crédito. Toilou los[Vio han proaonokido nuootra notldud>atalladorat todos loa quo dé aelBu-03 A ceta pnVtó han stdó testigos doluoscros infortunios y do nuestraonBtnuolti. te-tíos loa qüo liaa estado,1 corríanlo do Ia9 larga1) priBlonosuo sufrimos on la Ropúblioa y do laaorsoouoionoR quo homo) sufrido aunn ol oxU'uujoro; todos los que han

fisto quo 6 cAdn golpe BO templanuostms plumas, porque nuestras ni-

mal so rebelan auto el ultraja; toriosloa que nos couooon de seis afíos á os-la parto, no pueden dar oródito A laimentiras de doa mujeres despoob acias,co'órloas porque ya 110 las mantene-mos, porque a tiempo rot(ramo) denuestro seno esas aorplontos veneno-

as.Muchos correligionarios nos

piden que publiquemos sus votosde confianza y de adhesión, peroaunque se los agradecemos conel alma, no los publicamos, por-que no queremos que nadie másque nosotros sufra los ultrajes ylas calumnias abyectas de esasviles contrincantes, y no quere-mos tampoco lanzar á la publici-dad los nombres de nuestros co-rreligionarios exponiéndolos i, lasiras del despotismo.

Si vergüenza tuviera Doña Jua-na B. Gutiérrez de Mendoza, yano escribiría periódicos, sobretodo en la Capital de la Repúbli-ca donde no puede dar un pasofuera del cubil donde amontonasus pebtilentes amores con ElisaAcuña y Rósete, sin tener delan-te de sí los índices de los metro-politanos. ¿Qué amigos le quedanen la ciudad de México de aque-llos que le conocimos? ¡Ninguno!Todos renuncian al contacto deDofia Juana como de ua elefan-ciaco, nadie se atreve á acercár-sele por no sentir sus escamas.¡Como un animal muerto y enplena descomposición, Doña Jira-na huraña y colérica vive aisladasin más compañía además de susvicios y sus maldades, que Cami-lo Arriaga que la empuja á es-cribir contra nosotros y contra elPartido, porque como todos loscobardes, se esconde detrás de lasfaldas para atacar!

Camilo Arrlaga, además, es elintermediario de Doña Juana parabuscar la protección de RamónCorral, que debe encontrar buenala desleal y antipatriótica campa-ña contra la Junta y los individuosque la forman.

Después hemos sabido que Do-ña Juana es realmente una heroí-na . del escándalo. En Sie-rra Mojada, por ejemplo, donderesidió por algún tiempo, se dedi-có á los "negocios." He aquí unode ellos, que fue además muy co-nocido en aquel mineral.

Cirilo Mendoza compraba unvale de la Tienda de Raya de lanegociación de la Esmeralda. Síel vale era de á peso, le agregabaDoña Juana un cero, y resultabade á diez pesos, ó bien le agrega-ba un cinco ó dos ceros, con loque el vale se" convertía de uno,en quince ó cien pesos. Despuésla pareja de bribones vendían elvale con. un descuento de diez porciento. La negociación descubrióel fraude, y entonces, para quecayera el ladrón, no dio ya valesmayores de diez pesos, cuidándo-se, por supuesto, de dar á cono-cer esa disposición. Doña Jua-na, ignorante de la disposición dela Negociación, mandó á Ciriloque comprase un vale de cinco pe-sos al hijo de una señora muy a-miga de e¡la, de nombre HortensiaLandázurí, y agregándole un ce-ro, lo hizo de cincuenta pesos. Ci-rilo fue á vender el vale á un co-merciante, y al ir el comercianteá hacer efectivo el vale en cues-tión, lo aprehendieron para quedijera á quien se lo había comprado. Asustada Doña Juana, fue árecomendarle á Hortensia queecomendara á su hijo no fuera á

decir que él le había vendido elvale á Cirilo, pero la pobre Hor-tensia temerosa de ver envuelto ásu hijo en un proceso criminal,se negó á declarar una falsedad yprometió decir la verdad. Doñaíuana dijo entonces á la pobreHortensia: "si usted y su hijo di-

la calumnia. Por medio de unacurta, la acusó de infanticidio; pe-ro como no pudo comprobar na-da, pueB se trataba .de. «na calum-nia para vengarse de la pobre se-ñora» Doña Juana entró d la, car-,cel por el crimen de calumnia quehabla cometido.

Doña Juana áo respeta virtudes,nada hay sagrado para ella, cuan-'do quiere satisfacer sus negrasvenganzas, y la calumnia es suarma favorita.

Estando presa por haber calutn*niado á Hortensia, llegó á SierraMojada un amigo. Eu seguida leescribió Doña Juana una carta queCirilo entregó, rogando á ese a*migo que declarara que estandoUna vez en su casa, pudo oír queHortensia pedía á Doña juaua quele diera un consejo para salir deun apuro, que estaba en cinta yque no quería dar un escándalo ála sociedad dando á luz un hijo depadre desconocido. Ul amigo deDoña Juana, horrorizado ante tan-ta maldad, no quiso servir de tes-tigo falso, pero compadecido dela suerte de la malévola mujer,fue á ver al Presidente' Municipalpara que influyera en beneficio deella. Una semana después de eso,y á los seis meses de estar presapor un delito denigrante, salió ála calle la que quiere ser defenso-ra del Partido Iliberal, laque arro-ja sobre nosotros paletadas de cie-no y montañas de calumnias, lla-mándonos ambiciosos,picaros, trai-dores .

Pídanse á Sierra Mojada datosde lo que decimos, y se verá quenosotros todo lo fundamos, todo loajustamos á la verdad déla que so-mos esclavos, y por la cual arros-tramos todas las penalidades y to-dos los peligros.

¡ Ah, y no es esto todo! Es oposicionista cuando de la oposiciónpuede sacar dinero; pero es másamiga del Gobierno, porque ya sesabe queel Gobierno siempre tie-ne la bolsa abierta para los men-guados. Cuando sufrimos»en México la primera persecución porREGENERACIÓN que nos valiócasi un año de encierro en la cárcel,atacábamos desde la cárcel dondeseguimos flagelando á los tiranos,al ladrón Miguel Cárdenas, Go-bernador de Coahuila. Doña Jua-na nos escribió una carta hacien-do la apología del verdugo del pue-blo coahuilense y excitándonos áque suspediésemos los ataquescontra ese bribón, de quien,—asílo confiesa en la carta que nos dirigió,—ha recibido protección yamparo. Si después ha atacadoal socio de Bernardo Reyes en elsaqueo y las matanzas de ciudada-nos fronterizos, será porque cár-denas ya no la habrá querido "proteger y amparar".

Ahora, como lo habrán podidocomprobar los que hayan tenido elheroísmo de leer el manchado pa-pel de esa señora, quien recibe susadulaciones es el ladrón MiguelAhumada, el sibarítico gobernanteque cuando vino á San I,ouis, ha-ce unos dos años, no se le pudover en su juicio un sólo día, por-que todo el tiempo lo pasó borra-cho como un marrano, así como elVicepresidente Ramón Corral to-do el tiempo que estuvo en SaintLouis, durante la Exposición, lopasó en los prostíbulos. Ha dequerer la "soi disent" defensoradel pueblo mexicano, la "protec-ción y amparo" de Ahumada, áfalta de la del bribón Cárdenas.

El año pasado, Doña Juana, la"virtuosa" matrona que aseguraser lo único albo que hay en la o-poslción contra el despotismo, notuvo empacho en escribir para "ElImparcial"

El año pasado, decimos, ideóDoña Juana una nueva explota-ción, pues la industria de la oposi.ción no le había dado buen resul-tado por su desprestigio creciente-En compañía de la Sra. Rosa Gu-tiérrez de Maciel,—su hermana,—y de otras señoras, hizo un ar-tículo que ella firmó con el nom-bre de Juana Beltrán de M.,—noquiso poner todo su nombre,—ar-

<Jrganqs siempre protegían ,4 hmujeK E^tc artículo asquerosolo firmó con el pseudónimo de lp e u o e Glacíela X« 1- Le dio resultado el «ne-gocio»), puea poco después se Je viocp» un taller de' Imprenta, dondepublicaba un papasal titulado «FiatI en el que no puso au nom-

l d Adi SáA , q p

bre, sino el de Adriana Sánchezde Tolsa.

He aquí á la desinteresada lu-chadora ; he aquí á la incorrupti-ble hembra1 que en sus cartas sehace llamar juana de Arco, he a-quí la víbora que alimentamos pa-ra que después nos mordiera; heaquí á la predicadora de "moral'*traicionando á la sabia naturalezacon repugnantes vicios; he aquí ála inflexible liberal, á la que tantoasco nos tiene, á la que huyó denosotros, á la que le escandalizannuestros "crímenes", nuestras deslealtades, nuestras traiciones á loscorreligionarios. Hemos pintadode,cuerpo entero á ese hirsuto serque ha perdido su, sexo, que lo haprofanado y á la que nos repugnadar el nombre de mujer, nombresagrado que todos los hombres a-doramos, porque ese monstruo nopuede ser mujer, ese almacigo demaldades, de perfidias, de calum-nias, de traiciones las más negras,de Ingratitudes y de mezquinda-des, no debe haber sido producidopor vientre humano.

La hemos visto arrastrar antela autoridad, acusada de un horri-ble delito, á una infortunada ma-dre en Sierra Mojada, solo porvengarse, por calmar las irrita-ciones, por apacentar los ardoresde su despecho, y la vemos ahoraturbando la tranquilidad de uncadáver venerable, el de Santiagode la Hoz, el del hermano que ensu sepulcro debe agitarse indigna-do ante la glorificación tardía yutilitarista de la mujer que máslo odió, por ser franco, por serenérgico, por ser honrado y por-que tal vez también él la sorpren-dió encanallando el sexo divinocuya pérdida sería la muerte dela humanidad.

Correligionarios: hemos habla-do con franqueza y lealtad. Te-ned en cuenta que de no hacerlo,sería tanto como converür con lastremendas acusaciones que noshace una mala y rencorosa mujer.Somos hombres y hemos tenidoque desnudar á una mujer: eso eslo sensible; pero, correligionarios,nuestro honor es el vuestro. Siquedásemos callados, ia afrenta nomancharía sólo nuestras frentesque tenemos el orgullo de quesean altivas, sino también las vues-tras, porque habéis depositadovuestra confianza en nosotros. Espor el prestigio de la causa sagra-da que tenemos en las manos porlo que hablamos alto y claro, con-vencidos de que la honorabilidadó la perversidad de los que estánal frente de un movimiento, tienegrande influencia en los destinosde una causa. Una causa defendi-da por truhanes y por malvados,se ve con desconfianza. En mucho influyen los hombres para e1

prestigio de una lucha. Por esohemos hablado aun contra unainfeliz mujer, porque se nos ca-lumnia y se pretende mancharnos,y la calumnia hiere tanto y ellodo mancha del mismo modo,ya sea que provenga de un hom-bre ó de una mujer.

Creemos haber obrado bi«n.

"LAVOZBEIERÍ"Bajo la dirección del conocido

luchador liberal Sí1. Teodoro Her-nández que ha sabido conservarsepuro cuando todo claudica, y queha sabido ser enérgico cuando lacobardía es la regla, ha comenza-do á publicarse en Veracruz elquincenal quo lleva por título "La

bz de Lerdo," y que es el órga-no del Club Liberal 4'SebastiánLerdo de Tejada" que se ha] re-instalado en aquella ciudad, paratrabajar en pro de las ideas libe-rales.

Con gusto veníosla aparicióndel nuevo campeón de nuestras li-bertades'que sale sin miedo y sinmiras mezquinas en aquella, por-ción de tierral mexicana que tanpródiga ha sido en hombres decorazón y de' talento, y dondeahora los hijos de esos hombresrecogen el legado de honor queles dejaron sus padres, para ha-cer de él una bandera á cuyasombra convocan á todos los queno han perdido la le en los desti-nos gloriosos del pueblo mexioano.

Vaya nuestro saludo fraternalhasta aquellos luchadores y nues-tro deseo ferviente de perseveraren la lucha, de no ceder un palmoal enemigo y de hacer nuevos pro-sélitos á la causa de la libertad ya justicia.

cen la verdad, tanto peor para us-ted."

Cirilo fue puesto en la

tículo que apareció en «El Impar-cial». En ese artículo, conlaba-

cárcel jeza característica de las almas

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Club Liberal Mexicano'Sebastian Lerdo de Tejada."

Tenemos la honra de comuni-car á TJd. que con fecha 22 del quecursa quedó instalado el blub Li-beral "SEBASTIAN LERDO DETEJADA", adhiriéndose á lasResoluciones tomadas por la Jun-ta Organizadora del Partido Libe-ral Mexicano que tan heroica-mente Ud. preside, lo que se acor-dó comunicar á esa respetable ypatriótica Junta.

Efectuadas las elecciones parala Directiva, resultaron electospor unanimidad para desempe-ñar sus respectivos cargos, losciudadanos siguientes: Presiden-te, C. Matías Gaytán; Vicepresi-dente, C. Lamberto - Castañón;Secretario, C. Ramón Escobedo;Prosecretario, C. Francisco Mn-fíiz; Tesorero, C. Cesáreo García;ler. Vocal, C. Estanislao Ríos;2o. Vocal C. Carlos Cisneros; 3t?r,Vocal, C. Estanislao González.

El Club está formado por lossiguientes miembros: C.C. Ma-tías Gaytán, Lamberto Castañón,Ramón Escobedo, Francisco Mu-ñiz, Cesáreo García, EstanislaoRíos, Carlos Cisneros, EstanislaoGonzález, Cristóbal Bafiuelos,Juan Muñiz, Antonio Alvarez,Tranquilino Cruz, Francisco Rey-na, Miguel Sada, Guillermo Gon-zález, Julio Z. Reyes, Pablo Re-yes, Domingo Salinas, AlbertoMoreno, Francisco García, Ga-briel P eña, Faustino Ríos, MoisésBelmares, Ignacio González, Gre-gorio Vielma, Celso Ceballos,Moisés Cazares, Santiago Garcíay Francisco Herrera.

Lo que ponemos en conocimien-to de Ud. para los efectos consi-guientes, manifestándole nuestraadhesión y respeto.REFORMA, LIBERTAD Y JUS-

TICIA. ,Seguín, Condado de Guadalupe,

Estado de Texas, Abril 23 de1906.

Presidente,MATÍAS GAITAN.

Secretario,RAMÓN ESCOBEDO.

Al O. Presidente déla Junta Or-ganizadora del Partido LiberalMexicano.

St. Louis, Mo.

por la falsificación del vale, y seaclaró que Doña Juana había a-gregado el cero. El representan-te de la Compañía,—cosa rara,—

pequeñas, adulaba á «El Impar-cial» y á «El Mundo» y terminabapor pedir protección á ambos, asícomo á las damas de la aristocra-

era un bello sujeto, Don Daniel Sa-' cia mexicana, para llevar á caboda, y se desistió de llevar adelante la" acusación Ese acto de mag-nanimidad, ese generoso impulsodel Sr Sada, que salvó no ya dela deshonra, porque todo SierraMojada se enteró del asunto, perosí de la prisión á Doña Juana, lefue pagado después con rudos ataques por medio de la prensa, es-critos por Doña Juana. La des-lealtad, la ingratitud, la canalla-da, carecterizan de antiguo á esamujer.

Faltaba una víctima:sia.

Horten-La amenaza aquella: "si us-

ted y su hijo dicen la verdad, tan-to peor para usted." se cumplió.Hortensia era una mujer honra-da, cuya virtud todos conocían;había pues la necesidad de calumniarla para anonadarla y DoñaJuana recurrió, como siempre, á

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un programa lleno de promesaspara levantar ala mujer mexicanade la postración en que se encuen-tra, pero—decía la incorruptibleoposicionista—que á la sombra dela Paz y con la protección de esosPALADINES de la prensa y delPATERNAL Gobierno, así comocon el de las acaudaladas damas, es-tablecería ¡oh, generosa Doña Jua-na, establecería una tipografía, ta-lleres para mujeres honradas, asilos para ancianas, comedores paralas desvalidas, y otras cosas.

Pocos días después, también en«El Imparcial», apareció otro artí-culo encomiando la labor adminis-trativa de Porfirio Díaz y la tareamoralizadora de la prensa por me-dio de—prepárense IOB hombreshonrados—«El Imparcial» y «ElMundo», haciendo notar que esos

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