EN EL AÑO DE SAN JOSÉ - Madre Laura
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EN EL AÑO DE SAN JOSÉ
NOVENA A LA LUZ DE LA DOCTRINA DE MADRE LAURA
Y LA CARTA APOSTÓLICA “PATRIS CORDE” DEL PAPA FRANCISCO
MARZO DE 2021
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DÍA PRIMERO
PADRE EN LA OBEDIENCIA
(Mt. 1,18)
MONICIÓN:
En este día podemos ver a San José como modelo de obediencia a la Palabra de
Dios.
Su disponibilidad nos invita a nosotros a acoger con fe y confianza los designios que
Dios nos señala en nuestra vida.
Iniciamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
“La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada
con José y antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu
Santo” (M t 1,18).
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“La obediencia, virtud fundamental de la Vida Religiosa es, amadas
misioneras, en nuestro Patrono, como un foco luminoso a cuya luz
vemos que todo él estaba rendido heroicamente a la amable voluntad
del Eterno Padre, a quien representaba delante de Jesús y María.
En toda su vida podemos contemplar esta perfección de obediencia,
pero sobresale admirablemente en la huida a Egipto.
Recibe en sueños la orden de partir para librar a su adorado Niño de la persecución de
Herodes y sin cuidarse ni de lo intempestivo de la noche, ni de la delicadeza de los tesoros
que lleva: María y el Niño, ni de la carencia absoluta de recursos, ni de lo remoto,
desconocido y pagano del sitio en donde debía fijar su residencia por tiempo también
incierto, ni del abandono en que dejaba su mísera morada y quizá de los utensilios de su
oficio, humilde se inclina ante la orden recibida. Bien podía haber propuesto al Ángel un
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medio menos duro para librar al Divino Niño, o suplicar, se le mandara más bien que a
Egipto, al país de los Magos, en donde se habría encontrado entre amigos. Pero no, su
obediencia es ciega y todo lo abandona en las manos de Dios para partir tranquilo, con la
serenidad de un Niño que se siente seguro en los brazos de su madre.
Así cumple San José hasta los mínimos detalles de la adorable providencia de Dios en
aquel arriesgado viaje. ¿Qué le importan las condiciones del camino, ni del sitio, si en
Egipto la Providencia de Dios le cubrirá, en cambio de su obediencia? Solo esta virtud
preocupa a nuestro Santo Amado; ¡todo lo demás lo deja a la cuenta de Dios! ¡Ordenó el
cielo y todos los cuidados callan! Con la prontitud más asombrosa pone en ejecución esta
orden al parecer tan dura; ¡pero tan dulce para su ardiente corazón! Nunca en los siglos
todos podrá verse obediencia más ciega, más perfecta ni más amorosa.
De la misma manera, las misioneras, para imitar a su amado Patrono, deben entregarse
a las obras de su apostolado, así a las más pequeñas como a las de mayor importancia,
sin atender sino a la fidelidad de su obediencia. En esto estriba el mérito de su vida, en
esto la fortaleza de su santa vocación. Que las dificultades se les pongan delante de su
deber, ellas como San José deben pasar por encima de todas, serenas y constantes,
porque en el objeto de su obediencia encuentran a Dios, su único necesario”. (Manual De
oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación,
también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños…
José ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a
la misión de Jesús, mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo
él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la
redención y es verdaderamente “ministro de la salvación…” (Patris Corde)
PARA REFLEXIONAR: • ¿Cuáles son mis principales resistencias para responder a las llamadas de
Dios? • ¿Cómo ayudo a los demás en el seguimiento de Cristo? • ¿Cuál es el clima de fe en mi vida, en mi comunidad local y en el pueblo?
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PETICIONES VOLUNTARIAS:
San José se nos presenta como modelo de escucha, obediencia y
disponibilidad. Presentamos al Señor nuestras intenciones diciendo:
“Padre bueno, acoge nuestra súplica”
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL
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DÍA SEGUNDO
PADRE EN LA CASTIDAD
(Mt. 1, 18-21.25)
MONICIÓN:
San José mostró la ternura de padre y esposo. El hombre de Dios vive santamente
sus afectos y manifiesta en sus gestos lo que tiene en su corazón. La reciedumbre y
fortaleza que manifestó san José como “custodio del Redentor y amante de María”
no está reñida con la cercanía y el cariño.
Iniciamos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
“El nacimiento de Jesús, el Mesías fue así: su madre María estaba prometida a José y,
antes de vivir juntos, resultó que había concebido por la acción del Espíritu Santo. José
su esposo, como era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero
apenas había tomado esta resolución se le apareció en sueños un Ángel del Señor que
le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en acoger a María como esposa tuya, pues
el Hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre
Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Cuando José despertó del sueño,
hizo lo que el Ángel del Señor le había mandado: recibió a su esposa y, sin tener
relaciones conyugales, ella dio a luz un Hijo, al que José puso por nombre Jesús” (Mt. 1,
18-21.25)
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“La santa castidad, devota misionera, es la piedra preciosa del Evangelio,
para cuya consecución debe el hombre vender cuanto tiene de más
precioso. Es decir, que no debe omitir sacrificio ni pequeño ni grande para
conseguirla y conservar tan valiosa y bella virtud.
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Considera cómo nuestro amado San José poseyó en tal grado esta angelical virtud que
mereció de Dios la gracia de ser el virgen guardador de la virginidad, en el más bello
exponente de esta virtud que ha visto la tierra ni contemplado el cielo, María Santísima,
Reina de las vírgenes.
En los desposorios humanos hay, con la entrega mutua de dos cónyuges, el sacrificio de
dos virginidades que ceden su puesto a la gloria de la paternidad: en los desposorios de
San José y María se hace la entrega mutua de dos virginidades que crecen más, mientras
más unidos están, sin que deje Dios de coronarlas con la más augusta de las paternidades
después de la del Eterno Padre.
Estas virginidades son como dos flores que se comunican su fragancia, como dos luces
que se juntan para alumbrar el cielo y la tierra, dos nubes que al unirse crecen en blancura.
La pureza de San José es digna de la de María y las dos forman en Nazaret el mullido
lecho de un Niño que es el esplendor de todas las purezas y fuente de la virginidad que
emana del seno del Padre.
La pureza de San José es algo así como leve cristal al través del cual descubrimos la de
María de cuyos esplendores se nutre. Por eso sus miradas, sus movimientos,
conversaciones y porte en general, imprimían anhelos de pureza en los habitantes de
Nazaret. Cuando San José besa a su Niño, este sonríe porque le encuentra digno de
besarlo. Su fragante pureza es imán secreto para el corazón del Niño.
¡Oh hermosa pureza! ¡Oh amado San José, si María es el huerto cerrado del Cantar de
los Cantares, tú fuiste digno de ser el cerco seguro de ese huerto ante el cual retrocede
el dragón inmundo!
Como te contemplan los siglos y el cielo te celebra, así mi alma ansía por verte en los
esplendores de la gloria, oh Santo amado.” (Manual De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María;
no quería «denunciarla públicamente», pero decidió «romper su
compromiso en secreto» (Mt. 1,19). En el primer sueño el ángel lo ayudó
a resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque
lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú
le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt. 1,20-21). Su
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respuesta fue inmediata: «Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había
mandado» (Mt. 1,24). Con la obediencia superó su drama y salvó a María.” (Patris Corde)
PETICIONES VOLUNTARIAS:
Padre misericordioso, te presentamos nuestras súplicas, sabiendo que nos
amas con pasión y ternura. A ti acudimos diciendo:
"Señor, ten compasión de nosotras".
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR:
• Al leer los textos de este día, seguramente has encontrado elementos
con los que te has sentido identificada. ¿Cuáles son esos elementos?
¿Tienen relación con tu compromiso, con tu experiencia vital?
• Dios habla al corazón con el lenguaje del amor. ¿Me preocupo de sanar
las heridas que me impiden acercarme con ternura a los demás?
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DÍA TERCERO
PADRE EN LA POBREZA
(Mt. 2.13-15)
MONICIÓN:
La pobreza, debe ser el tesoro de la religiosa, su riqueza más estimada, su compañera
inseparable, porque ella es la madre de la libertad de espíritu, y, al contrario, el amor a las
riquezas encadena el alma y la apega a la tierra.
Quien ama lo pobre, lo humilde, lo pequeño, lo despreciable, lo incómodo, poco tiene de
qué preocuparse respecto de su vida exterior y así puede entrar muy de lleno en lo interior
y elevarse a lo eterno con santa libertad: nada le encadena, nada le inclina hacia la tierra.
ORACIÓN INICIAL:
CANTO:
LECTURA BÍBLICA
“Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto y estate allí hasta que yo te
diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle.
El se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre y se retiró a Egipto y estuvo allí hasta
la muerte de Herodes…”
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“La pobreza fue la porción escogida por los seres que en la tierra han
participado más de la sabiduría de Dios: Jesús, Sabiduría del Padre, María
Madre de la Sabiduría y José sombra del Padre en quien depositó y a
quien confió su sabiduría, no sólo personalmente en su Hijo, sino también
dándole toda la que le convenía para la dirección de la Sagrada Familia,
escogieron como su porción amada la santa pobreza.
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Si pues, la Sabiduría de Dios elige esa celestial desnudez de espíritu y hace de ella el
encanto de un hogar semi divino, y si el mundo, ciego por excelencia, ama las riquezas
hasta el punto de perder a Dios por ellas, es preciso que la religiosa se apasione, por
decirlo así, por la santa y voluntaria pobreza, tesoro escondido, cuyo valor el mundo
desconoce.
Nada debe poseer la religiosa, su única propiedad debe Ser el amor de Jesús y de María.
He aquí sus tesoros, he aquí sus riquezas, como lo fueron también para San José.
Oh sabiduría celestial que nos enseñas a distinguir lo verdadero de lo falso e inclinas a
los que diriges, a la perfecta desnudez de espíritu. ¡Cuán sublime aparece a los ojos de
Dios el alma despojada de todo y que aspira a la perfecta desnudez que Jesús enseñó en
la Cruz!
¡Oh pobreza voluntaria! ¡imán de las almas elegidas, te amamos, ¡te abrazamos y te
buscamos acá en la tierra como a la misma luz del cielo! ¡Tus oscuridades oh santa
pobreza, dan más lumbre a nuestras almas que lumbre dieran a nuestros ojos los
diamantes y piedras preciosas de la tierra! ¡Sé, oh santa pobreza, nuestra compañera
inseparable como lo fuiste de nuestro amado Patrono San José, para que en los
esplendores del cielo hallemos nuestro tesoro escondido, por el cual despreciemos todos
los de la tierra! Esta misma gracia te pedimos para todas las religiosas del mundo, a fin
de que correspondamos fielmente a nuestra amada vocación.” (Manual De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“El Evangelio no da ninguna información sobre el tiempo en que
María, José y el Niño permanecieron en Egipto. Sin embargo,
lo que es cierto es que habrán tenido necesidad de comer, de
encontrar una casa, un trabajo. No hace falta mucha
imaginación para llenar el silencio del Evangelio a este
respecto. La Sagrada Familia tuvo que afrontar problemas concretos como todas las
demás familias, como muchos de nuestros hermanos y hermanas migrantes que incluso
hoy arriesgan sus vidas forzados por las adversidades y el hambre. A este respecto, creo
que san José sea realmente un santo patrono especial para todos aquellos que tienen
que dejar su tierra a causa de la guerra, el odio, la persecución y la miseria.” (Patris Corde)
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PETICIONES VOLUNTARIAS:
Pidamos a Dios que nos conceda su Espíritu para tener conciencia del
momento en que vivimos y ser sensibles a las necesidades del otro:
Respondemos: Concédenos Señor tu Santo Espíritu
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cómo descubro la virtud de la pobreza en San José?
2. Como comunidad local, ¿cómo respondemos ante la pobreza de las familias
y los pueblos?
3. Frente al proceso de Restructuración, ¿cómo está nuestro desapego a cosas,
lugares y personas?
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DÍA CUARTO
PADRE EN EL SILENCIO
(Lc. 2,15-20)
MONICIÓN:
San José estuvo en contacto cotidiano con el misterio del Verbo Encarnado. En su
vida silenciosa y oculta, fiel a los designios divinos, podemos descubrir una profunda
vida interior que lo hizo dócil a la Palabra de Dios.
Iniciamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:
“Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado”.
Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al
verlo, contaron lo que se les había dicho acerca de aquel niño: y todos los que lo oyeron
se maravillaban de lo que los pastores les decía.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los
pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto,
tal como se les había dicho. (Lc. 2 ,15-20).
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“En todas las virtudes nos da San José, devota misionera,
lecciones admirables, pero, sobre todo, en las que constituyen el
fundamento de la vida religiosa. Ya hemos visto en los días
pasados, cómo es modelo admirable de las que constituyen los
votos religiosos de obediencia, castidad y pobreza.
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Consideremos en este día los ejemplos que nos da en ese gran auxiliar de los votos: el
santo silencio.
La palabra es don de Dios y con él se hacen cosas admirables, pero como de ese don se
abusa frecuentemente, suele tornarse en instrumento de pecado, y de tan funestas
consecuencias que el Apóstol Santiago no duda afirmar, en su admirable Epístola
Católica, que el que no peca por la lengua es hombre perfecto.
Además, siendo el espíritu de oración como un perfume celestial que guarda el alma para
comunicarse y unirse con Dios, necesita una guarda segura, un broquel de defensa para
no evaporarse y perderse. Pues esa guarda, esa seguridad, es el santo silencio, tan
necesario en las casas religiosas y tan contrario a la locuacidad del mundo, que echa a
perder el recogimiento y muestra, ordinariamente un alma llena de soberbia y de egoísmo.
El silencio es no sólo el medio eficaz para conservar el espíritu de oración y recogimiento,
sino que también es el que dirige el precioso don de hablar, como se deduce de lo dicho.
En esta virtud sobresalió admirablemente nuestro Santo Patrono. Su alma era como
santuario celestial que gozaba de altísima contemplación por lo cual sus palabras fueron
siempre pocas y pesadas por exquisita prudencia.
Su silencio no sólo fue perfecto y admirable por su oportunidad, sino que era un hermoso
y constante acto de contemplación íntima, que se reflejaba hasta en su semblante,
haciéndolo hermosísimo.
¡Era natural que el guardador y padre nutricio de la Palabra eterna callara! Era el oyente
de la Palabra del Padre, era su sombra y el extático auditor de la Voz divina, y ¿cómo
había de hablar?
Si quieres, devota misionera, conservar el perfume de la devoción, escucha a Dios dentro
de ti, imita a San José, guarda silencio, y habla sólo lo que conduzca a la gloria de Dios,
y no olvides que el santo silencio no es un callar sin objeto, sino un hablar interiormente
por doquiera porque se está con Dios. Se guarda silencio porque se está en coloquio
mudo, por decirlo así, en la parte íntima del alma, y no se quiere perder la divina presencia
con comunicaciones exteriores que dejan vacío el espíritu.” (Manual De oraciones)
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ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“La felicidad de José no está en la lógica del auto-sacrificio, sino en el
don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino
sólo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino
gestos concretos de confianza.” Patris Corde)
PETICIONES VOLUNTARIAS:
Elevemos con humildad y confianza nuestra oración al Padre celestial, fuente
de todo bien, para que nos conceda lo que le suplicamos:
"Señor, escucha nuestra oración".
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR:
• ¿Qué lugar doy al cultivo de la vida interior en mi jornada?
• El silencio y la adoración son lugares privilegiados para la escucha de
la Palabra de Dios. ¿Busco momentos de silencio en mi jornada? ¿A
qué me compromete?
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DÍA QUINTO
PADRE EN EL AMOR A MARÍA
(Mt. 1,20)
MONICIÓN:
José es el descendiente de David que tiene la misión de ser el esposo de María y el padre
terreno de Jesús. Ejerció su autoridad cariñosa y paterna sobre la Sagrada Familia, la
protegió contra los peligros que lo amenazaban, buscó el sustento para los suyos. Pero
sobre todo, vivió con amor generoso su servicio al plan de salvación desde un amor
profundo a su esposa María y a su hijo Jesús.
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
“Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José,
hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es
del Espíritu Santo” (Mt. 1,20)
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“Una de las condiciones que hacen más segura y firme la
perfección cristiana es sin duda alguna un acendrado amor a
María. Ella es Reina de los santos y su amor es el camino más
seguro y corto para llegar a la santidad.
En esto la lección que San José nos da es deslumbradora. ¡Fue
creado San José, amada misionera, para la altísima misión de
guardar a María y ser el padre nutricio de Jesús, y Dios que da a sus
criaturas las gracias necesarias para su oficio y destino le dio a nuestro
santo el corazón más capaz de amar a María que puede imaginarse, después del de
Jesús! Era su virginal esposa y la reina adorada de su corazón Él era el testigo único e
íntimo de las virtudes y grandezas de la celestial compañera de su vida, por lo cual, su
amor, ya incomprensiblemente grande desde sus principios. Crecía a medida que las
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diversas circunstancias iban revelándole el interior de María, su grandeza y la
incomparable predilección del Eterno sobre Ella.
Además, la gracia de su llamamiento le daba las necesarias para abarcar de un modo
incomprensible para nosotros, la extensión de las gracias y privilegios del ser para cuya
guarda fue creado, de modo que su vida iba siendo una continua contemplación de las
grandezas y bellezas de María, cada vez más intensa. Por eso puede declararse como el
modelo de los devotos y amantes de María.
Este amor de San José a María tenía todas las gracias del amor natural más perfecto y
las altezas de un amor sobrenatural que le es peculiar al santo y como María reflejaba de
manera maravillosa, a Dios en sí misma, la alteza de este amor se convierte en un colmo
de caridad asombrosa.
Por otra parte, como San José era el representante excelso y como la sombra del Eterno
Padre en la casa de Nazaret, es natural que, al formarlo, le hubiera Dios comunicado
todas las capacidades necesarias para tan elevado ministerio ante Jesús y María y, quizás
la mayor de estas capacidades fue la de amar a aquellos sobre los cuales cumplía su
misión y amarlos cual ninguna otra criatura pudiera hacerlo. Era su amor a María como
una resonancia armoniosa del amor que la Trinidad Beatísima tiene a la predilecta obra
de sus manos, María, Reina y Madre nuestra.
De donde se deduce, devota misionera, que el corazón de San José debió ser un océano
de amor a María para nosotros incomprensible. Por lo cual, si queremos crecer en el amor
a nuestra augusta Reina de los cielos y de la tierra, debemos buscar a San José, como
maestro de tan excelso amor y pedírselo con insistencia.” (Manual De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
José acogió a María sin poner condiciones previas.
“Confió en las palabras del ángel. «La nobleza de su
corazón le hace supeditar a la caridad lo aprendido por
ley; y hoy, en este mundo donde la violencia
psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente,
José se presenta como figura de varón respetuoso,
delicado que, aun no teniendo toda la información, se
decide por la fama, dignidad y vida de María. Y, en su duda de cómo hacer lo mejor, Dios
lo ayudó a optar iluminando su juicio.” (Patris Corde)
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PETICIONES VOLUNTARIAS:
José recibe a María y al Niño que va a nacer con una total disponibilidad,
cooperando activamente en el plan de salvación de Dios, pidamos a Dios por
la realidad de las mujeres en el mundo. Contestamos diciendo:
Acudimos con confianza a ti, Señor.
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR
1. ¿Cómo es el amor de José a María y que me enseña?
2. ¿Qué he aprendido del amor que el pueblo tiene a la Virgen María?
3. ¿Cuál es mi compromiso ante el sufrimiento de tantas mujeres?
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DÍA SEXTO
PADRE EN EL SANTO ABANDONO
(Mt. 2,19-21)
MONICIÓN:
A pesar de las dificultades, obstáculos y fragilidades que podamos tener en nuestro
camino de seguimiento al Señor, no debemos abandonar, porque Dios es fiel.
Contemplamos el día de hoy a San José como aquel que no evade sus
responsabilidades, sino que las afronta con creatividad y confianza en Dios.
Iniciamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
“Muerto Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo:
levántate, toma contigo al Niño y a su madre y ponte en camino de la tierra de Israel; pues
ya han muerto los que buscaban la vida del Niño. El se levantó, tomó consigo al Niño y a
su madre y entró en la tierra de Israel” (Mt. 2,19-21)
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“Someterse a la siempre adorable voluntad de Dios
es grande sabiduría, porque este abandono nos
pone a cubierto de los desaciertos de nuestra
voluntad veleidosa que, debilitada por el pecado,
yerra frecuentemente en la elección de los medios
que deben conducirnos al bien. Esta sumisión al
querer de Dios, en cada caso y constantemente, ha sido el distintivo de los santos en la
tierra y es la ocupación de los bienaventurados en el cielo.
Pero esta virtuosa sumisión tiene muchos grados de ascendente perfección, y el más
elevado es el santo abandono, el cual es hijo de una luz soberana que Dios concede al
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alma, como gracia especialísima, en virtud de la cual conoce ella perfectamente la
providencia amorosa y peculiar que Dios concede al alma fiel, así como la dulce
dependencia que el justo tiene de Dios, y se abandona amorosamente a ella.
El alma así iluminada se deja al cuidado de Dios con la más absoluta confianza. De nada
se cuida sino de conocer esa amorosa voluntad y en ella reposa mejor infinitamente que
el niño en brazos de su madre. Propiamente hablando, este abandono es la paz y reposo
del Espíritu Santo en el alma justa. ¡Es flor bendita de perfecta humildad y el exponente
de una consumada caridad!
En este santo abandono fue, alma devota, ejemplarísimo espejo nuestro amado Santo.
Se dejó dulcemente, con serenidad que admira, en los brazos de la amorosa dirección de
Dios, en todos los pasos de su vida. ¡Meditad si no, en su actitud en el nacimiento de
Jesús, en la circuncisión, en la presentación del Niño en el templo, en la huida a Egipto,
en sus faenas de obrero y en su muerte! Aparece siempre apacible, sereno como un lago
en calma. ¡El santo abandono perfuma toda su vida, le rodea de una atmósfera de paz,
de consuelo, de oración, de silencio que arrebata! Es semejante a una ligera nube que se
desliza silenciosa y fresca en el hogar de la Sagrada Familia, haciendo el encanto de los
corazones.” (Manual De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“En Egipto, José esperó con confianza y paciencia el aviso
prometido por el ángel para regresar a su país. Y cuando en un
tercer sueño el mensajero divino, después de haberle informado
que los que intentaban matar al niño habían muerto, le ordenó
que se levantara, que tomase consigo al niño y a su madre y que
volviera a la tierra de Israel (cf. Mt 2,19-20), él una vez más obedeció sin vacilar: «Se
levantó, tomó al niño y a su madre y entró en la tierra de Israel» (Mt 2,21).
También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto.
Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar
incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos
enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a
Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control,
pero Él tiene siempre una mirada más amplia.” (Patris Corde)
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PETICIONES VOLUNTARIAS:
Pidamos a Dios que nos conceda su Espíritu para poder abandonarnos en
las manos de Dios para que se haga su voluntad. Respondemos:
Aquí estoy Señor para hacer tu Voluntad.
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cómo afronto las dificultades que surgen en mi camino?
2. ¿Estoy consciente de mis debilidades y de que Dios actúa a través de
ellas?
3. ¿Vivo con valentía las exigencias que me pide Dios y el seguimiento a
Jesús?
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DÍA SÉPTIMO
PADRE EN LA ORACIÓN
(Mt. 2,22)
MONICIÓN:
¡La oración es el lazo de intimidad que liga el alma con Dios! Es como el comercio
respetuoso y ardiente entre el Creador y la criatura; es, en fin, la manifestación candente
de nuestra fe y la dignificación admirable de nuestra alma.
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
“Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo
miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea…” (Mt.2,22)
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“San José estaba en la mayor intimidad con su Hijo
adoptivo, que es, a la vez, la Segunda Persona divina:
luego todos sus actos ante su Hijo adoptivo, fueron
oraciones, y como sólo para Él vivía, su vida toda era una
oración: ¡oraba cuando cepillaba la madera, oraba cuando
iba a entregar la obra para recibir el salario de manos de
sus patronos de trabajo y oraba en todo! Así pues, su orar
fue continuo e informado por un amor que le es peculiar.
Después de María, su virginal esposa, San José es el Santo
de mayor y más perfecta oración.
Aunque era la sombra del Eterno Padre ante su amado Niño; aunque asumía la autoridad
en la casa de Nazaret, la oración de San José, revistió caracteres de humildad que no ha
podido ni podrá tenerla ninguno de los demás Santos, porque corresponde
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exclusivamente a la posición de nuestro amado Santo respecto de Jesús y de María. Su
condición de Padre nutricio de Jesús y de esposo de María sólo corresponde a él, entre
todos los hombres; por consiguiente, su oración y las condiciones de ella, le son peculiares
a él, e inimitables para nosotros; y lo colocan en la cátedra de maestro de oración. Este
es uno de los títulos que tiene a nuestro amor e intimidad. Todas las almas que desean
vida interior intensa, todos los que anhelan orar constantemente y bien, miran a San José,
lo llaman y lo nombran maestro suyo para cuanto atañe a la vida interior.
Por esto debemos llamarlo y recurrir a él en todos los casos y necesidades de nuestra
vida íntima, a imitación de los santos, y para hacernos discípulas de San José, según lo
indican nuestras reglas.” (Manual De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su
plan de salvación, también a José le reveló sus designios
y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en
todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los
medios por los que Dios manifestaba su voluntad.
La vida espiritual de José no nos muestra una vía
que explica, sino una vía que acoge. Sólo a partir de esta
acogida, de esta reconciliación, podemos también intuir una historia más grande, un
significado más profundo. Parecen hacerse eco las ardientes palabras de Job que, ante
la invitación de su esposa a rebelarse contra todo el mal que le sucedía, respondió: «Si
aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?» (Jb 2,10).” (Patris Corde)
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿He encontrado mi propio método de oración y qué incidencias tiene en mi
vida?
2. ¿Cómo influye mi oración en mi relación con Dios, con los demás, con la
naturaleza y conmigo misma?
3. ¿Cómo motivo a mi comunidad local a orar con creatividad y profundidad?
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PETICIONES VOLUNTARIAS:
Proclamemos a San José como nuestro abogado y preceptor de vida interior
seguras de que él nos atenderá y hará que nuestra vida espiritual empuje por
decirlo así, nuestro apostolado para que dé el anhelado fruto. Respondamos:
San José, amado protector nuestro, te encomendamos nuestra vida
interior.
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
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DÍA OCTAVO
PADRE EN EL TRABAJO
(Mt. 13,54)
MONICIÓN:
A través del trabajo la persona colabora con la creación de Dios. San José fue un
honesto trabajador, que enseñó a su hijo Jesús las técnicas del carpintero. En
este día de la novena se nos presenta a San José como el hombre que vive las
virtudes de la laboriosidad y de la disciplina.
Iniciamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
“Viniendo a su Patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían
maravillados: ¿de dónde le viene a este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es este
el hijo del Carpintero? (Mt.13,54)
ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“Trabajar para conseguir el sustento, trabajar por
entretenerse o emplear bien el tiempo; trabajar por hacerse
estimar, admirar o querer; trabajar por perfeccionarse en un
ramo cualquiera de las actividades de la vida humana, es sin
duda, una cualidad buena, o indiferente según el caso.
Trabajar es un deber impuesto por Dios en el Paraíso al
primer hombre. Es ley para la humanidad, benéfica por
demás, aunque haya sido impuesta como un castigo y puede
calificarse desde luego, como una virtud natural.
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Mas, de esta necesidad del trabajo y de esta virtud podemos hacer un pecado, si lo
ejecutamos con intenciones malas, y por el contrario, será una oración, una obra
sobrenatural, si lo hacemos por motivos e intenciones sobrenaturales, es decir,
relativos a Dios.
La intención sobrenatural levanta el trabajo a la altura de una oración: la hace obra de
mérito sobrenatural y digno de premio eterno.
Y he aquí, amada misionera, en lo que San José es modelo acabado. Trabajaba es
verdad, por el natural motivo de conseguir el sustento para Jesús y María; pero aún
éste, que en los demás mortales es motivo natural, resulta en él naturalmente
sobrenatural, por tratarse de Jesús y de María, divino el primero a quien debía
adoración, y unida íntimamente a la divinidad, la segunda, y digna por consiguiere,
del culto de su santo esposo.
Además, el ardor de su amor a Dios trascendía a todos sus actos valorizándolos
incomprensiblemente. Trabajaba ejercitando las más altas virtudes de mortificación,
de paciencia, de humildad y de mansedumbre; sometiéndose sereno y dulce a las
diferentes exigencias de sus amos o de aquellos a quienes vendía sus obras. En fin,
devota misionera, la oración acompañaba su trabajo y era este mismo una oración
continuada.
¿Trabajamos así nosotras? ¿Trabajamos por motivos sobrenaturales?
¡Ay! Preciso es confesar, Santo amado, que estamos muy lejos de la perfección y que
tu ejemplo confunde nuestro descuido.” (Manual De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“San José era un carpintero que trabajaba
honestamente para asegurar el sustento de su familia.
De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría
de lo que significa comer el pan que es fruto del propio
trabajo.
La obra de San José nos recuerda que el mismo Dios
hecho hombre no desdeñó el trabajo. La pérdida de trabajo que afecta a tantos
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hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la
pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades.
Imploremos a san José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir:
¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo!” (Patris Corde)
PETICIONES VOLUNTARIAS:
San José artesano humilde y trabajador nos enseña que el trabajo
también es medio para alabar a Dios y crecer como persona. Oremos a
Dios por los trabajadores del mundo entero. Respondemos:
San José, haznos misioneras en verdad
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Considero mi trabajo como cooperación a la obra
creadora de Dios?
2. ¿Acompañamos nuestro trabajo con oración y con las virtudes a
que estamos obligadas por nuestra feliz vocación?
3. ¿Doy testimonio de responsabilidad y laboriosidad en
el desempeño de mis tareas y trabajos?
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DÍA NOVENO
PADRE Y PROTECTOR DE LAS RELIGIOSAS
(Lc. 41-52)
MONICIÓN:
Todas las sociedades religiosas, a porfía, se apresuran a buscar en este admirable
Santo la protección que necesitan. Todas reconocen que, por su oficio, le corresponde
ser el guardián de las vírgenes, jefe, maestro y socorro de las casas religiosas.
ORACIÓN INICIAL
CANTO
LECTURA BÍBLICA
"Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió
los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. Al volverse ellos pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.
Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre
los parientes y conocidos; pero, al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su
busca. Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los
maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían, estaban
estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron quedaron
sorprendidos y su m adre le dijo: «¿Hijo, por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre
y yo, angustiados, te andábamos buscando.» Él les dijo: «Y por qué me buscaban?
¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron
la respuesta que les dio.
Bajó con ellos, vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba
cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, en
estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.” (Lc 2 ,41-52).
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ENSEÑANZA DE SANTA LAURA
“Para terminar estos obsequios, amada misionera,
consideremos cómo nuestro amado San José es abogado y
protector especialísimo de las religiosas.
Verdaderamente fue la casa de Nazaret una casa religiosa que
guardaba a la más virgen de las vírgenes y a Jesús, no bajo las
especies sacramentales, como hoy lo tenemos las religiosas,
sino niño, adolescente o adulto, lleno de gracia, en las más hermosas edades
humanas, y a San José, virgen de excelsa belleza, que fue el superior de aquella casa
y su protector, representante de Dios Padre, con los bellos títulos de esposo virginal
de María y padre putativo de Jesús y no sólo era el Superior a quien correspondió
velar por aquel hogar venturoso en lo social y espiritual, sino también lo material de
vestido y sustento corría de su exclusiva cuenta. Era por decirlo así, el Ecónomo de
aquella celestial Comunidad.
Esto lo reconoce la Iglesia, y casi todos los fundadores lo han hecho patrono de sus
órdenes o congregaciones. A su vez, nuestro Santo ha mostrado con su amparo y
protección que corresponde al honroso cargo que Dios le ha dejado en la tierra,
colmando de gracias a sus protegidos y no hay quizá una sola comunidad religiosa
que no pudiera escribir un grueso volumen de favores y milagros hechos en su favor,
por mediación del glorioso Patriarca.
Excitemos pues nuestra confianza, amadas misioneras, y siguiendo el luminoso
ejemplo de todas las religiosas, elevemos nuestras voces al amado Patriarca,
pidiéndole el remedio de todas nuestras necesidades, así de las que se refieren a la
Congregación y a sus obras, como de las personales de vida espiritual y material,
pues a nada se hace sordo nuestro Santo, si con fe y confianza le llamamos.” (Manual
De oraciones)
ENSEÑANZA DEL PAPA FRANCISCO
“Todos pueden encontrar en San José, el hombre que pasa
desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y
oculta, un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de
dificultad. San José nos recuerda que todos los que están
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aparentemente ocultos o en “segunda línea”, tienen un protagonismo sin igual en la
historia de la salvación (Introducción).
El objetivo de esta Carta Apostólica es que crezca el amor a este gran santo, para ser
impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su
resolución…
Los santos ayudan a todos los fieles “a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección
de la caridad”. Su vida es una prueba concreta de que es posible vivir el Evangelio…
(Patris Corde)
PETICIONES VOLUNTARIAS:
Acudamos a San José con una confianza tierna y dejemos a su cuidado,
como a nuestro Ecónomo, la procura de nuestras casitas misioneras, a
fin de que podamos tener siempre manera de atender a las necesidades
materiales de nuestros misionados. Respondemos:
San José, Haznos misioneras en verdad
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA:
GOZOS:
ORACIÓN FINAL:
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Busco acompañamiento espiritual en mi proceso de fe?
2. ¿Estoy dispuesta a dejar que Dios cambie mi vida, mis planes y
proyectos?
3. Compartir una experiencia de la Providencia de Dios por medio de San
José.
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ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS.
ORACIÓN INICIAL.
Se hace la señal de la cruz, se reza el acto de contrición y luego las siguientes
invocaciones.
Bendito, alabado y ensalzado sea el Padre Eterno a quien representa San José en la
Sagrada Familia.
Bendito, alabado y ensalzado sea el Hijo de Dios de quien San José es padre nutricio.
Bendito, alabado y ensalzado sea el Espíritu Santo en el alma de San José, como jefe de
la Sagrada Familia.
Todas. - Para siempre se alabada y ensalzada la Augustísima Trinidad.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Amado Patrono San José, Jefe de la Sagrada Familia y nuestro, mira a tus
hijas aquí reunidas con el fin de honrarte, uniendo sus corazones a la Iglesia
Universal que te rinde en estos días sus cultos como a su Patrono
especialísimo. Venimos a admirar tus virtudes y a copiarlas, por la imitación,
en nuestros corazones, a fin de hacer de nuestra vida Religiosa un homenaje de adoración
a la Divina Majestad para cuya gloria queremos vivir y morir.
Concédenos, amado Santo, la gracia de imitarte tan perfectamente como sea posible y
como lo desea nuestro amor a Ti, castísimo esposo de la Virgen María, nuestra Reina y
Señora. Amén.
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ORACIÓN FINAL.
GOZOS
Venturoso José, acuérdate
Que tu pecho inflamado de amor;
No resiste la súplica ardiente
Del que humilde te implora favor.
Con María, tu esposa, y el Niño
Que es del mundo Supremo Señor,
Desprovisto de pan, sin recursos,
A Egipto partiste veloz;
Porque fuiste modelo perfecto
De obediencia, confianza y fervor
No resiste etc.
La tesura del lirio del campo
Y del astro del día el fulgor;
Tu pureza sin par no bosqueja,
Oh amante y excelso varón
Pues padre adoptivo te elige
De su mismo Unigénito, Dios.
No resiste etc.
“ORACIÓN DE LA HUMILDAD A SAN JOSÉ”
Enséñanos, José cómo se es no protagonista, cómo se trabaja sin exhibirse, cómo se
avanza sin pisotear, cómo se colabora sin manejar, cómo se ama sin reclamar.
Dinos cómo se vive siendo número dos o tres, cómo se hacen cosas formidables desde un
segundo puesto. Dinos cómo la inmensa mayoría de nosotros tenemos que ocupar estos
lugares. Los segundos lugares,
En los que está nuestra verdadera y oculta grandeza. Dinos cómo se vive con elegancia
siendo no importante. Convéncenos de que se puede y debe ser útil, fiel, efectivo, hasta
héroe, siendo “no importante”.
Explícanos cómo se es grande sin exhibirse, cómo se lucha sin aplausos, cómo se avanza
sin publicidad, cómo se persevera y se muere sin que nos hagan estatuas y homenajes.
Cómo se hace para ser útil, positivo y generoso sin necesidad de ser “importante” y todavía
más difícil, cómo se hace para darlo todo, sin ser protagonista, y a pesar de ello, sentir por
dentro paz, una felicidad, un gozo profundo.
¡Enséñanos, José!
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Di José, ¿no eres tú por ventura
del Rey Santo David, sucesor?
¿Do están tus riquezas y gloria?
La pobreza es tu bella porción;
Ella da libertad a las almas,
Las eleva y enciende en amor.
No resiste etc.
Fue tu amor como mar insondable
Hacia aquella que Dios escogió
Como Madre de su Hijo hecho hombre,
Y que, a ti, por esposa, entregó;
San José, haz que prenda en nuestra alma
El amor que tu ser consumió.
No resiste etc.
Tu abandono arrebata los cielos,
En Dios solo tu fe se estribó;
Desde el trono glorioso que ocupas
De tus siervas el vivo clamor
Hoy atiende y alcanza sus almas
Tan amable y riquísimo don.
No resiste etc.
No turbaron tu alma los lazos
De esta carne, penosa prisión;
Tu espíritu como águila ansiosa
Con sus alas de fe y oración,
Día tras día, al Eterno elevose
Inflamado en seráfico ardor.
No resiste etc.
Tu taller, oh modelo de obreros,
Cuál confunde la humana ambición;
Todo allí predicaba el trabajo
Y era paz y silencio y unión.
Por tus manos, José, encallecidas
Que amoroso Jesús estrechó.
No resiste etc.
Pues te aclama la Iglesia Patrono
Y la Virgen su fiel protector,
conduce e ilumina esta barca
que enarbola de Cristo el pendón,
porque amas al pobre e indígena
que es tu hijo también de adopción.
No resiste etc.
Se reza un Padre Nuestro en honor de los siete dolores y gozos del santo y en lugar de
Gloria, se dice 7 veces:
V: San José, Patrono de la Iglesia Universal
R. Ruega por nosotros.
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