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Diagnostico para la Atención Institucional a la Infancia Indígena Migrante en Sonora 2007 Coordinadora: Gloria Ciria Valdez Gardea Equipo de investigación José Ángel Vera Noriega Alma Cossette Guadarrama Mario Alberto Velázquez Garcia

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  • Diagnostico para la Atención Institucional a la Infancia Indígena Migrante en Sonora

    2007

    Coordinadora:

    Gloria Ciria Valdez Gardea

    Equipo de investigación José Ángel Vera Noriega

    Alma Cossette Guadarrama Mario Alberto Velázquez Garcia

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     Diagnostico para la Atención Institucional a la Infancia Indígena Migrante en

    Sonora

    Coordinadora: Gloria Ciria Valdez Gardea

    Equipo de Investigación: Jose Ángel Vera Noriega, Alma Cossette Guadarrama y Mario

    Alberto Velázquez García.

    UNIDAD DE PLANEACIÓN Y CONSULTA

    Dirección General del Desarrollo y Cultura de los Pueblos Indígenas

    2007

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    ÍNDICE

    I INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 4

    II El FENÓMENO DE LA MIGRACIÓN EN MÉXICO. DRA GLORIA CIRIA VALDÉZ GARDEA .................................................................................................. 10

    1.- Regiones expulsoras, emergentes y receptoras .................................................. 10 2.- Diversificación de flujos migratorios al interior del país y su impacto en la

    reconfiguración de ciudades fronterizas ........................................................... 11 3.- Presencia de nuevos actores: Mujeres y Niños .................................................. 13

    III ASPECTO LEGAL Y JURÍDICO DE LA MIGRACIÓN: LA SITUACIÓN

    JURÍDICA DE LOS MENORES MIGRANTES INDOCUMENTADOS EN MÉXICO. DRA. ALMA COSSETTE GUADARRAMA MUÑOZ.......................... 16

    1.- Sujetos de estudio ............................................................................................... 16 2.- Marco Jurídico Interno ....................................................................................... 17 3.- Detección y detención......................................................................................... 20 4.- Estaciones migratorias ........................................................................................ 22 5.- Recepción ........................................................................................................... 23 6.- Estancia............................................................................................................... 24 7.- Salida .................................................................................................................. 26 8.- Conclusiones....................................................................................................... 27 9.- Propuestas ........................................................................................................... 27

    IV METODOLOGÍA APLICADA EN CASOS DE ESTUDIO ..................................... 29 1.- Herramientas metodológicas de detección y cuantificación .............................. 29

    A. Trabajo etnográfico ............................................................................ 29 B. Características del albergue Camino a Casa....................................... 30 C. Condiciones en las que se dio el levantamiento de datos................... 30 D. Elección del programa para el vaciado de datos ................................ 31 E. Categorías analíticas ........................................................................... 32

    V MIGRACIÓN INFANTIL INDIGENA POR SONORA. DRA. GLORIA CIRIA VALDÉZ GARDEA .................................................................................................. 33

    1.- Características generales del estado de Sonora .................................................. 33

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    2.- Redes, rutas y movilización hacía Sonora.......................................................... 34 3.- Características del flujo ...................................................................................... 36 4.- Migración interna ............................................................................................... 37 5.- Migración internacional ..................................................................................... 38 6.- Comunidad receptora tradicional y emergente en Sonora.................................. 42

    A. El poblado Miguel Alemán ................................................................ 42 7.- Comunidad emergente para la migración internacional..................................... 51

    A. El corredor Altar-El Sásabe ............................................................... 51 -Población indígena residente en Altar ....................................... 55 -Migración y servicios en Altar .................................................. 56 -Menores migrantes indígenas en tránsito por Altar ................... 62

    VI MENORES INDÍGENAS: APRENDIZAJE Y EDUCACIÓN DE NIÑOS MIGRANTES. DR. JOSÉ ANGEL VERA NORIEGA............................................. 65

    1.- Antecedentes ...................................................................................................... 65 2.- La situación actual de la escuela itinerante ........................................................ 67 3.- Situación actual del Profesor de escuelas migrantes .......................................... 68 4.- Lógica estructural de la propuesta...................................................................... 70 5.- Descripción de los componentes de la propuesta............................................... 70 6.- Materiales didácticas, de apoyo en la capacitación y la práctica docente.......... 71 7.- Antología y guía del educador ........................................................................... 71 8.- Resultados .......................................................................................................... 72 9.- Discusión............................................................................................................ 76 10.- Conclusiones .................................................................................................... 77

    VII ESTRATEGIAS PARA HACER FRENTE A LAS PROBLEMÁTICAS. HACIA LA INCLUSIÓN DE LOS QUE NO EXISTEN: LAS POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA INFANCIA INDÍGENA MIGRANTE. DR. MARIO ALBERTO VELÁZQUEZ GARCÍA..................................................................................................................... 79

    1.- La construcción social de los sujetos de políticas .............................................. 81 A. Herramientas de política y construcción social de sujetos ................. 85

    2.- La construcción social de los indígenas en las políticas públicas en México..... 87 3.- Definición de los indígena migrante dentro de las políticas públicas mexicana 90

    A. Consecuencias de las definiciones sobre los indígenas ...................... 92 4.- Conclusiones sobre política pública para indígenas ........................................... 94 5.- Recomendaciones............................................................................................... 95

    BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................... 97

    ANEXOS......................................................................................................................... 102 1. Breve currículo de colaboradores ..................................................................... 103 2.- Directorio de instituciones que trabajan con el tema migratorio...................... 105

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    I. INTRODUCCIÓN Este estudio ha sido pensado como un trabajo de recopilación y sistematización de información, proveniente de diferentes fuentes, referente a los menores migrantes indígenas por el estado de Sonora. Se ha escogido el estado de Sonora por tratarse de una región en donde convergen múltiples flujos migratorios además de ser un estado en donde el fenómeno de la migración infantil es atendido cotidianamente desde el 2004 a través de la creación del programa para el menor repatriado Camino a Casa el cual coordina el Sistema Integral de la Familia del estado de Sonora. Pese a este importante esfuerzo, es poco lo que se sabe de la situación del menor migrante en general y mucho menos del menor migrante indígena. La información existente sobre el tema de la infancia migrante no es mucha y se encuentra dispersa, una carencia mucho mayor se presenta en cuanto a información sobre el tema de migrantes menores indígenas. Cabe señalar que existen esfuerzos de instituciones educativas, organizaciones no-gubernamentales, organizaciones civiles, y de gobierno los cuales aparecen un tanto desarticulados en el análisis de esta problemática. Un esfuerzo por articular y difundir la problemática de la niñez migrante en nuestro país lo realizó El Colegio de Sonora con la organización del Encuentro Internacional Migración y Niñez Migrante en mayo del 2007. Estudiosos de varias partes del país y del extranjero estuvieron de acuerdo en la importancia de que el análisis de la migración de menores se mueva de uno en donde el actor (el menor) es visto sólo como “un acompañante pasivo” a otro en donde el menor es representado y reconocido como hacedor de significados dentro del proceso migratorio (Valdéz-Gardea, 2007). Según la UN Convention on the Rights of the Child (UNCRC; ver UNICEF n.d.) un niño es una persona menor de 18 años de edad. De esta manera este estudio considera a un menor a toda aquella persona de 0 a 17 años de edad. Cabe mencionar que este grupo de edad no se puede estudiar desde una óptica homogénea ya que presenta singularidades propias. Por ejemplo recientes hallazgos señalan que muchos menores migrantes entre 14 a 17 años de edad, ya son padres o madres de familia o viven en unión libre, éstos se movilizan de forma más independiente sin la supervisión de un adulto en comparación de los menores entre 0 a 13 años de edad quienes por lo general viajan en la compañía de un adulto. En el estado de Sonora región de tránsito y destino, la población de menores migrantes cobra importante presencia por lo que la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, a través de la Dirección General de Investigación del Desarrollo y las Culturas de los Pueblos Indígenas impulsa el presente diagnóstico con el fin de conocer a profundidad la problemática de la migración indígena infantil en Sonora y generar un referente del fenómeno en general. El tema es relevante si observamos el panorama general sobre la situación que guardan los grupos sociales más desfavorecidos de nuestro país y la tibieza del gobierno federal en salvaguardar los derechos y las necesidades de estas poblaciones. Un ejemplo de lo anterior es el recorte al presupuesto designado a la implementación de programas sociales diseñados para combatir la pobreza extrema como el de Jornaleros Agrícolas, Tres por uno migrantes, Micro-regiones, Opciones Productivas, Atención a los Adultos Mayores, Vivienda Rural, Incentivos Estatales, Empleo Temporal, y Jóvenes por México que

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    sufrieron un recorte presupuestal del 45% es decir, de los 290 millones ejercidos en 2005, se redujo a 157 millones en el 2006 (La Jornada, 14 de marzo de 2006). En lo que va del año 2007 la situación de los cerca de 12 millones de indígenas en nuestro país no ha cambiado y continúan siendo los marginados y excluidos del Plan Nacional de Desarrollo. Por ejemplo, la Secretaría de la Reforma Agraria afirma que en México hay 803 municipios con una superficie de 29 millones de hectáreas y una población indígena con muy “alta” y “alta marginalidad”, sin apoyo institucional. Los grupos nativos ocupan el 73% de esa superficie, y en las tres cuartas partes de ese mismo territorio se reporta la existencia de cuatro mil 998 ejidos y mil 297 comunidades con presencia indígena, en donde se observa poco potencial productivo, inadecuado aprovechamiento de la tierra, un deterioro en sus recursos naturales, carencia de infraestructura, minifundio, junto con una crisis del sector agropecuario, además de pésimas condiciones de salud siendo los menores migrantes indígenas el grupo que presenta los mayores riesgos.1 La situación que viven las comunidades indígenas en México y América fue expuesta en el pasado Encuentro de Pueblos Indígenas de América celebrado en octubre 2007 en la comunidad yaqui en Vicam, Sonora ahí el rarámuri Fracisco Palma dijo en la declaración final del encuentro: “…pues el despojo de tierras y recursos de los pueblos crece día a día, pero también crecen la resistencia y la indignación de los pueblos” (La Jornada, 15 de octubre). Una de las fuertes críticas de parte de los estudiosos de la situación indígena en nuestro país es la carencia de datos específicos sobre los habitantes de los pueblos indígenas y las deficiencias de los censos generales de población que limitan su análisis sólo al criterio lingüístico de las poblaciones como señala Haro:

    “…en México se ha privilegiado tradicionalmente el criterio lingüístico como definitorio, siendo el habla de lengua indígena (HLI) la variable que aparece de forma consistente en los censos generales de población desde 1895, la cual actualmente (XII Censo 2000) se explora a través de las preguntas ¿habla algún dialecto o lengua indígena?, y ¿qué dialecto o lengua indígena habla?, las cuales se aplican solamente a las personas de

    1 Uno de los rubros más críticos en salud indígena lo constituye sin duda alguna la mortalidad infantil indígena (en menores de un año de edad), señalando varias fuentes que es 58 por ciento mayor al promedio nacional (Secretaría de Salud 2001-a; Machinea, Bárcena y León 2005). Aunque todas las fuentes coinciden en destacar que la mortalidad infantil entre los pueblos indígenas ha descendido considerablemente, no se cuenta con cifras consistentes, lo cual hace suponer que el problema del subregistro es particularmente importante, especialmente porque algunos autores mencionan la costumbre indígena de registrar tardíamente los nacimientos y es de suponer que ciertas muertes infantiles en el medio indígena no lleguen nunca a ser documentadas en el Registro Civil, considerando también los nacimientos que ocurren sin atención médica (Figueroa 1984). Según estimaciones basadas en los resultados censales y del recuento 1995 sobre número de hijos nacidos vivos y sobrevivientes, la mortalidad infantil indígena descendió de una tasa de 60.9 por 1,000 nacidos vivos en 1990 a 48.3 en 1995 y 38.5 en 2000 (cuando la tasa respectiva fue de 24.9 para los no indígenas).1 Sin embargo, otras estimaciones (Fernández Ham 1993) calculan que para 1990 la tasa indígena de mortalidad infantil era de 55.1 por 1,000 nacidos vivos, siendo 34.8 la tasa nacional respectiva. Al margen de la divergencia de cifras es relevante mencionar que según esta última fuente se encontraron importantes contrastes al comparar las tasas entre los “municipios predominantemente indígenas” seleccionados (definidos aquí como aquellos con más de un 40% de HLI). A pesar de que esta fuente expresa escasa confiabilidad en ciertos resultados, debido al bajo número de municipios estudiados en los estados que resultaron más críticos, interesa señalar que estos fueron Chihuahua, Jalisco y Nayarit, quienes presentaron tasas superiores a 95, mientras que los municipios de Campeche, Yucatán y Quintana Roo mostraron las tasas menores.

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    5 años cumplidos o más. El problema estriba en la insuficiencia del criterio lingüístico como elemento definitorio de la condición indígena, iniciando con la ausencia de un consenso acerca de cuales y cuantas son el número y tipo de lenguas indígenas y variables dialectales que se hablan en el país; pero además, por la subestimación que supone el limitarse únicamente al criterio de la lengua, debido a la existencia de individuos y también colectivos que son excluidos por este criterio, quienes se consideran a sí mismos y son considerados por otros como indígenas aún cuando no sean hablantes de ninguna lengua indígena, por efectos sinérgicos de la aculturación, la educación, la modernización y la migración”2 (Haro, Armando 2007).

    La negligencia hacia lo indígena trae como consecuencia que no se cuenten con cifras confiables sobre el número de individuos que deben ser considerados como indígenas en este país, constituyendo el rango de las estimaciones de 6 a 20 millones según los criterios utilizados (Haro, 2007). Lo anterior constituye un problema para los investigadores ya que no se cuentan con insumos necesarios para estudiar el fenómeno, además de que las cifras se basan en los habitantes que radican en comunidades tradicionales hablantes indígenas, apoyados con los datos de programas nacionales como los de Jornaleros Agrícolas, etc. limitando el análisis a otros campos de acción en donde la población indígena tiene incidencia como: su participación en la migración internacional, en la migración interna para trabajo en la construcción, turismo, servicios, comercio ambulante, etc. Sin duda alguna, una de las acciones que los pobladores de las comunidades indígenas han realizado desde años para combatir la pobreza y marginación ha sido la migración interna e internacional. La movilización de miles de pobladores del área rural mexicana hacia los estados del noroeste de México en busca de trabajo en las áreas agro-industriales o en busca de la migración internacional tiene una larga tradición. Sin embargo, el rol del menor migrante en el proceso migratorio ha sido poco estudiado pese a que desde hace algunos años este grupo participa activamente en el proceso. Por ejemplo alrededor de 500 mil niños de 14 años son jornaleros agrícolas, cuatro de cada diez son indígenas y cerca del 10% en edad escolar (La Jornada, 9 de marzo, 2006), no tienen acceso a la educación básica y están expuestos a los riesgos de pesticidas y agroquímicos, a la deshidratación y a las enfermedades además que interrumpen su formación escolar por incorporarse al trabajo. En la actualidad Sonora ocupa un rol trascendental para la migración interna e internacional. Debido a las políticas migratorias estadounidenses que prácticamente han sellado el cruce en las ciudades fronterizas tradicionales como Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El Paso, el flujo migratorio en busca del cruce internacional se ha desplazado a las comunidades fronterizas sonorense aún siendo éstas más peligrosas como aquellas en el desierto de Altar. Por otra parte la migración interna sigue siendo importante en el estado por el desarrollo agro-industrial y del sector maquilador tomando características especiales en la actualidad debido al boom turístico en comunidades localizadas en el Alto Golfo de California que han atraído desde mediados de los noventa

    2 Aparecen aquí factores como el avance sistemático del dominio del español como efecto de la aculturación educativa y de los medios de comunicación, la negación del habla indígena como efecto del prejuicio discriminador en ámbitos adversos a lo indígena, los casos en los que la lengua se conoce parcialmente o se ha olvidado, la exclusión de los menores de menos de 5 años de edad a quienes no se aplica la pregunta y la posibilidad de respuestas imprecisas por parte de la única persona a la que se entrevista en cada hogar.

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    a un gran número de migrantes; Puerto Peñasco por ejemplo, funge como imán para cientos de migrantes que se desplazan para trabajar en la construcción de megaproyectos en el área, en el comercio ambulante e informal y en los servicios. A lo anterior le agregamos que según estudiosos del fenómeno, las ciudades fronterizas tienden a retener más migrantes desde mediados de los noventas por lo que resulta importante conocer las características de la migración y el rol que ocupa el estado de Sonora en ello. La migración indígena hacia Sonora tiene una larga trayectoria debido al desarrollo agro-industrial del estado que ha atraído a estos flujos migratorios, conocidos como jornaleros agrícolas, fundándose comunidades como el poblado Miguel Alemán en La Costa de Hermosillo. Sin embargo, poco se sabe del rol de la migración indígena en tránsito por las comunidades fronterizas del estado en busca de la migración internacional y mucho menos de la migración de menores migrantes indígenas. Este trabajo tiene como objetivo principal de construir una plataforma sólida de información, metodologías y procedimientos que promuevan la planeación de políticas públicas transversales, eficientes y acertadas. Importantes estudios sobre migración indígena en Sonora se han enfocado especialmente desde una perspectiva de género, temas como derechos humanos y de salud de los jornaleros agrícolas han sido los más destacados desde un punto de vista en donde la unidad doméstica es la unidad de análisis. Pocos estudios abordan específicamente las condiciones que atraviesan los menores migrantes indígenas en los campos agrícolas y mucho menos el rol del menor en la migración internacional. Esfuerzos recientes de instituciones educativas y de investigación como el Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo, (CIAD), y El Colegio de Sonora tratan de brindar un panorama sobre la situación educativa del menor migrante indígena en los campos agrícolas (Vera, 2007) y el rol de éste en la migración internacional (Valdéz-Gardea, 2007). De esta manera, el menor migrante indígena no es visto sólo como un “acompañante” de la familia jornalera o como un “acompañante” de la familia que va en busca de la migración internacional, o como un sujeto pasivo que es “mandado a traer” para ser reunificado con su familia, y es percibido como categoría analítica en los estudios sobre migración. Uno de los argumentos centrales de este trabajo es dar a conocer que las condiciones y el desarrollo de la infancia varia de población a población y son sensitivas al contexto específico de cada región. La infancia no puede ser entendida sin un detallado conocimiento del contexto social y cultural que les da significado (Halperin, Rhoda and Scheld, 2007). El considerable aumento de la participación de menores en el proceso migratorio requiere que incorporemos a éstos como actores sociales en la teoría sociológica y que nos movamos de un análisis en donde se presenta a los menores como recipientes pasivos y sus experiencias son presentadas por narraciones de los adultos a otro esquema en donde los propios niños nos narran sus propias experiencias. En corto, los estudios de niños y la niñez son el siguiente paso lógico para un análisis más incluyente de cultura y sociedad (Bluebond-Langer and Korbin, 2007:242). En este trabajo intentaremos brindar un panorama sobre como se aborda la situación del menor migrante indígena por Sonora desde diferentes ángulos. Cabe decir que existe poca información al respecto. Por la complejidad del fenómeno se abordará el tema desde diferentes disciplinas bajo premisas importantes para su análisis que a continuación mencionamos: a). Desde a mediados de la década de los noventas las ciudades fronterizas tienden a retener a más migrantes.

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    b). La descapitalización del campo, el empobrecimiento y marginación de las poblaciones indígenas y la carencia de oportunidades de desarrollo para éstas ocasiona por una parte, su desplazamiento a áreas de desarrollo agro-industrial como las del noroeste mexicano. Recientemente se observa que el desarrollo pujante de actividades económicas en el estado como el boom turístico sirve de marco para la migración interna de cientos de trabajadores. El fortalecimiento de redes sociales, el crecimiento de comunidades indígenas trasnacionales, el incremento de nuevas rutas y líneas de transporte, el rápido acceso a correo electrónico y a la telefonía celular entre otros factores han posibilitado la participación de indígenas en el proceso migratorio internacional (Valdéz-Gardea, 2007). c). Se percibe un proceso de asentamiento de las familias jornaleras agrícolas en los poblados como Miguel Alemán y Estación Pesqueira en Sonora así como un desplazamiento a ciudades como Hermosillo en donde diversifican sus posibilidades laborales en el comercio ambulante, en el trabajo doméstico o comercio informal asentándose en colonias periféricas y formando núcleos comunales como por ejemplo la colonia Combate al norte de la ciudad de Hermosillo. d). Es importante plantear de qué manera el proceso de asentamiento posibilita o sirve de plataforma para la migración internacional. e). Comunidades estratégicamente localizadas para la migración internacional producen una geografía idónea para flujos migratorios internos, como la comunidad de Altar, Sonora que desde mediados de los noventas funge como receptora para la migración interna de cientos de migrantes (muchos de ellos indígenas), que proporcionan toda clase de servicios para los migrantes en tránsito que buscan la migración internacional. f). La migración de menores indígenas por Sonora debe de ser analizada desde un marco más amplio y como categoría analítica con voz. En este trabajo no se pretende dar un análisis acabado de los supuestos antes mencionados sino presentar a éstos dentro del contexto social, económico y cultural en el análisis de la situación del menor migrante indígena por Sonora. Es decir, estos supuestos sirven de paraguas para explicar la situación de la migración de menores indígenas por Sonora, la cual va más allá de circunscribirlos sólo como integrantes de la familia jornalera agrícola y como participante de esta actividad en la costa sonorense sino que el análisis se extiende a ver su rol como actor social que requiere que su voz sea escuchada. Es decir, es necesario posicionar el estudio de la niñez migrante indígena en Sonora en un análisis en donde el menor sea estudiado en base a su relación dinámica y diferenciada con la ciudad y la región y con las fuerzas globales que impulsa su movilización y migración dentro del estado además de conocer la opinión de éste y como su voz articula una crítica social y política ante estos procesos. En ese marco analizaremos la presencia del menor migrante indígena en comunidades tradicionales receptoras como el Poblado Miguel Alemán y la participación del menor en la actividad agro-industrial pero también analizaremos la participación del menor indígena en la migración internacional, y su paso por zonas emergentes receptoras como el poblado de Altar, Sonora. Para cumplir la tarea antes expuesta se invitó a un grupo de especialistas en el área de la educación, políticas públicas, antropología, y leyes para participar en este trabajo desde diferentes ángulos. Lo importante es conocer el abordaje de esta problemática y las categorías y metodologías utilizadas para su estudio a la vez de propiciar una discusión para ofrecer algunas sugerencias para crear una plataforma para construir políticas públicas encaminadas al mejoramiento de la problemática de los menores migrantes indígenas. En la segunda parte del trabajo se presenta un recuento general del fenómeno de la migración en México. El objetivo es contextualizar a nivel nacional, regional y local las

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    tendencias de la migración interna e internacional. Aquí se expone temas como: regiones expulsoras de migrantes, las emergentes y las receptoras; se presenta también de que manera la diversificación de los flujos migratorios al interior del país ha impactado en la re-configuración de las ciudades fronterizas. Este punto es de suma importancia ya que ha originado el crecimiento de comunidades fronterizas debido por una parte, al flujo de la migración interna (en busca del trabajo agro-industrial y de servicios) y por la otra al flujo de migrantes en tránsito que van en busca de la migración internacional. Lo anterior ha ocasionado también que un gran número de personas se hayan asentado en estas comunidades para proveer servicios a los migrantes en tránsito tal es el caso de la comunidad de Altar, Sonora la cual ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años. Posteriormente se analiza la presencia de nuevos actores en el fenómeno migratorio esto es la participación activa de mujeres y niños en la migración. Se puntualiza como estos actores han sido ignorados en los estudios sobre el tema y la necesidad de conocer más sobre su rol. En la tercera parte, se presenta El contexto legal y jurídico de la migración este tema es introducido por la Dra. Alma Cossette Guadarrama. Ella nos brinda un panorama general de la situación jurídica de los menores indocumentados en México que trabajan en las fincas Chiapanecas, con ello se observan las deficiencias del marco legal mexicano para salvaguardar los derechos de los menores migrantes, y las contradicciones que presenta la ley en relación a lo que se considera como menor. Lo anterior nos sirve como escenario para conocer la situación de riesgo y vulnerabilidad que atraviesan los menores migrantes internos e internacionales en su recorrido por el territorio mexicano. Una discusión sobre la metodología aplicada en los casos de estudio para conocer la situación de la migración de menores indígenas por Altar y el poblado Miguel Alemán y las categorías de análisis utilizadas en el estudio son presentas en la cuarta parte de este trabajo. En la quinta parte se analiza el rol del estado de Sonora en la migración indígena de menores. Se hablan de las rutas y redes de cientos de jornaleros agrícolas que año con año se desplazan al estado para laborar en los campos agrícolas sonorenses. Las características del flujo y las comunidades receptoras tradicionales como el poblado Miguel Alemán, y emergentes Altar, Sonora. Se presenta también un diagnóstico de la migración interna e internacional por el estado y la participación de los menores indígenas en estas. También presentamos un trabajo del Dr. José Ángel Vera Noriega titulado Menores Indígenas; aprendizaje y educación de niños migrantes con el objetivo de conocer de forma general, la situación actual de la educación itinerante de los niños indígenas migrantes, así como las del docente. En la parte final del documento se discute la ausencia de políticas públicas eficaces para la atención de la infancia indígena migrante. Este tema es abordado por el Dr. Mario Alberto Velázquez García y sirve de marco para presentar algunas estrategias parta hacer frente a esta problemática. En los anexos se presenta un directorio de los organismos locales que trabajan con el tema de migración en general y de menores en particular.

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    II EL FENÓMENO DE LA MIGRACIÓN EN MÉXICO

    Dra. Gloria Ciria Valdéz Gardea

    1. Regiones expulsoras, emergentes y receptoras. Una de las características que

    define la migración actual es la incorporación de estados emergentes en el fenómeno migratorio. Las dinámicas migratorias actuales han puesto en tela de juicio los esfuerzos de investigadores por caracterizar geográficamente el fenómeno migratorio (Bustamante, 1997; Durand, 1998; Lozano, 2001). Por ejemplo, en la regionalización propuesta por Durand (1998)3, no figuran estados emergentes como es el sur y centro de Veracruz4 en donde desde mediados de la década de los noventa, se ha desarrollado una migración de hombres y mujeres no-legalmente documentados que se dirigen a destinos tanto tradicionales como nuevos en los Estados Unidos (Pérez Monterosas, 2001), migración que ha aumentado en los últimos años debido a la crisis en el sector cañero y cafetalero. La participación de regiones consideradas no “tradicionales” en el fenómeno migratorio y la heterogeneidad de los flujos migratorios han hecho que desde los años ochenta, como bien lo apunta Cornelius (1990): “la erosión del esteriotipo que teníamos de la migración aparentemente se ha intensificado a causa de las crisis económicas y de la implementación de leyes norteamericanas que regulan los flujos”.5

    Actualmente el fenómeno migratorio se ha extendido con amplitud por nuevas regiones de expulsión, tanto rural como urbana, que “nos obligan a modificar nuestro estereotipo del migrante procedente de las regiones tradicionales” (Goldring, 1992:318). Ante esto en el 2001 Lozano presenta una nueva regionalización del fenómeno migratorio dividiendo al país en dos grandes regiones migratorias para analizar la creciente urbanización del flujo migratorio de México a los Estados Unidos:

    A. Región tradicional: Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Louis Potosí y Zacatecas.

    3 En 1998 Durand sugiere dividir al país en tres regiones migratorias:

    1. Región histórica (occidente y altiplano central): Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Durango, Nayarit, San Luis Potosí y dos entidades de menor tamaño y aporte migratorio: Colima y Aguascalientes

    2. La región fronteriza: Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua, Sonora y Baja California, agregándoseles a esta región las entidades de Baja California Sur y Sinaloa quienes pese a no ser fronterizas, están ligadas migratoria y geográficamente a la región fronteriza

    3. Nuevas regiones y destinos migratorios: Distrito Federal, Querétaro, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, México, Guerrero, Morelos y Oaxaca.

    4 Según el censo del 2000, en México de los cerca de 2 millones de hogares que hay asociados con la migración casi 90 mil de ellos se ubican en Veracruz. En términos de población estamos hablando aproximadamente de 381 mil personas vinculadas de manera directa a la migración, ya sea porque reciben dinero o porque tienen un pariente directo, residente del lugar que migró (INEGI 2000). 5 Leyes como la Immigration Reform and Control Act (1986) y la Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility Act (1996).

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    B. Región no tradicional, constituida por los 22 estados restantes. De estos es notable observar que las entidades con mayor crecimiento en remesas en el 2004 fueron Tabasco con un 36.1%, Campeche un 32.5%, Coahuila con 32.0%, Chiapas, Durango y Sonora con un 26.6%

    Es pertinente, como bien lo apunta Pérez Monterosas (2001), preguntarnos a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de nuevas regiones expulsoras o de migraciones emergentes. Nos referimos:

    “…a las características de composición y dimensión de los flujos migratorios que tienen como lugar de origen áreas que anteriormente no habían participado en flujos de larga distancia y de estancias prolongadas. Las migraciones emergentes se refieren a la maduración del fenómeno en tiempos cortos, a los procesos de movilidad que las conformaron y dan cuenta de la existencia de los patrones migratorios locales y regionales, de corta y media distancia, que han antecedido a los movimientos poblacionales de carácter internacional que han proliferado” (Monterosas, 2001:142).

    2. Diversificación de flujos migratorios al interior del país y su impacto en la re-

    configuración de ciudades fronterizas. El fenómeno migratorio en México está actualmente formado por un grupo heterogéneo de gente el cual posee distintas características sociales, culturales y personales, el cual ha migrado bajo diferentes circunstancias y ha profesado diferencias culturales regionales significativas en las ciudades receptoras en el norte de México y en los Estados Unidos. Importantes estudios se han realizado en el norte de México y los Estados Unidos sobre el establecimiento de las llamadas “comunidades gemelas” o “satélites”. Estas comunidades reciben en los lugares de migración grupos familiares oriundos de una misma área que se organizan según las reglas sociales y político-religiosas de su lugar de origen. Por ejemplo en Tijuana se localiza la colonia ”Mixteca”, en Nogales, Sonora la colonia ”Oaxaca”, en las zonas agrícolas de Baja California como San Quintín y en el poblado Miguel Alemán en Sonora se localizan grupos indígenas originarios de Oaxaca y Chiapas. Otro ejemplo es la de los mazahuas de la región de Temascalcingo, Estado de México. Desde hace 40 años este grupo indígena inició sus viajes a la frontera norte del país estableciendo colonias urbanas en las ciudades del norte como Ciudad Juárez, además que sus redes comerciales se extienden por diversos centros urbanos y turísticos del país (Pérez Ruiz, 1990 y 1993).

    Las nuevas tendencias de la migración en México tienen sus raíces en el aumento en los niveles de desempleo,6 la crisis continua en el sector agrícola, (cafetaleros y el sector 6 Recientemente el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), informó que casi 515 mil personas ingresaron a las filas del desempleo abierto en los tres primeros meses del 2005. Lo anterior representa un aumento en la taza de desocupación la cual incrementó al 171% en relación con el mismo lapso del año 2000. Cabe destacar que en los últimos años se ha incrementado el número de profesionistas, con niveles de maestría y doctorado educados en universidades mexicanas, que han migrado a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de trabajo. Muchos estudiantes que han sido becados por el gobierno mexicano para realizar estudios de postgrado en el extranjero, han decidido quedarse a trabajar debido a las precarias condiciones de trabajo en México. Esta fuga de valioso capital

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    cañero en Veracruz, y las recientes sequías en Zacatecas), el aceleramiento en los niveles de pobreza, y las políticas antiemigrantes de los Estados Unidos siendo éstas últimas en particular las que han influido en la diversificación de los flujos migratorios al interior del país). Una de las tendencias del fenómeno migratorio actual es la diversificación del flujo migratorio al interior del país. Esto tiene que ver con la política antimigrante de los Estados Unidos que prácticamente ha sellado las zonas tradicionales de cruce como Ciudad Juárez-El Paso y Tijuana-San Diego, dirigiendo el flujo migratorio hacia el estado de Sonora convirtiendo a las comunidades fronterizas de Sonora-Arizona en los principales puntos de cruce en el noroeste del país. Una de las principales características de lo que algunos llaman la era moderna de la migración es la diversificación de los flujos migratorios los cuales se han ampliado por el territorio mexicano, por lo que las ciudades de mayor tamaño han visto disminuir su poder de atracción y un número mayor de ciudades medias y pequeñas han venido consolidándose como destinos alternos de la migración (Enriquez Isaac 2003, Canales Alejandro 1999) tal es el caso por ejemplo de las comunidades fronterizas de Nogales, Agua Prieta, San Luis Río Colorado, y el corredor Altar-El Sásabe en Sonora, las cuales representan una alternativa migratoria no sólo para la población de origen rural, sin cada vez más para la gente/población procedente de otros estados emergentes. Estas ciudades medianas y pequeñas sirven como espacios transitorios para los migrantes cuyo objetivo final para muchos de ellos es el cruce hacia los Estados Unidos. Una de las razones que ha influido en la diversificación de los flujos migratorios en México ha sido los operativos del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos los cuales “sellaron” zonas tradicionales de cruce en las regiones de San Diego y El Paso desplazando el flujo hacia Arizona (Escobar Valdez, 2005:37) convirtiendo así al estado de Sonora en el principal punto de cruce para la migración internacional. Por ejemplo, según un informe de la Comisión Estatal de Atención al Migrante de Sonora, basado en información proporcionada por el Instituto Nacional de la Migración, delegación Sonora, alrededor de 90,000 migrantes llegan cada mes a este estado transitando principalmente por las comunidades antes mencionadas. Sólo en El Sásabe llegan aproximadamente 1,500 migrantes al día con la intención de ingresar a territorio estadounidense; esta cifra aumenta en los meses de abril y mayo, cuando los migrantes regresan a los Estados Unidos después de pasar las vacaciones navideñas con sus familias, en donde se pronostica el cruce diario de 7000 migrantes. Es difícil precisar el número de migrantes indígenas que participan en los flujos migratorios en busca de la migración internacional. Sin embargo, la presencia de colonias indígenas en ciudades fronterizas mexicanas, así como también en condados estadounidenses que han fortalecido la creación de comunidades trasnacionales, nos hablan de la importancia de éste flujo. Las políticas migratorias estadounidenses que prácticamente han sellado las fronteras tradicionales de cruce como Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El Paso, ha ocasionado no sólo que el flujo se dirija a áreas más peligrosas como el desierto de Altar sino que ello ha configurado también zonas geográficas que sirven como imanes para la migración

    humano representa una gran perdida para México lo que ha obligado a instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT, a realizar programas de repatriación en donde al profesionista se le condona el pago de la beca que recibió, y se le invita a regresar a México a través de programas de retención que implementan las instituciones de educación superior. Para más información en www.conacyt.mx

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    interna, tal es el caso de cientos de personas que se han asentado en Altar en los últimos años para proveer servicios a los migrantes en tránsito. No se cuentan con datos específicos de cuanta población asentada en Altar durante los últimos 15 años es de origen indígena sin embargo, en trabajo de campo por 10 meses por Altar se pudo observar una presencia importante de indígenas quienes trabajan en puestos de comida, comercio ambulante o de venta de artículos en pequeños estantes sobre las calles principales de Altar y en donde se escucha conversaciones en lengua indígena. Sin duda alguna lo que sucede en Altar en un ejemplo de cómo se reconfiguran las comunidades ante la llegada de migrantes en tránsito o asentados permanentemente. El crecimiento poblacional en comunidades como la de Altar trae consigo nuevas demandas y servicios para los pobladores en relación a la salud, educación, vivienda, entre otros.

    3. Presencia de nuevos actores: Mujeres y Niños. Otra característica del fenómeno migratorio actual es el incremento de mujeres y niños migrantes. El aumento considerable de mujeres mexicanas migrantes, provenientes de áreas rurales y urbanas, es otro de los elementos más significativos en las nuevas tendencias del flujo migratorio en México ello esta directamente relacionado con el flujo en aumento de menores migrantes quienes son mandados traer por las familias una vez asentadas en el país vecino.

    Desde los años sesenta se ha incrementado el flujo migratorio mexicano hacia Estados Unidos. Según datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO) se ha calculado que el flujo de emigrantes en la década de 1960-1970 fue entre 260 mil y 290 mil personas, entre 1.20 y 1.55 millones de 1970-1980, entre 2.10 y 2.60 millones en el decenio 1980-1990 y poco más de tres millones de personas de 1990-2000. Estas tendencias del fenómeno migratorio en México muestra una mayor participación de migrantes de origen urbano y de mujeres solteras o casadas (Marcelli y Cornelius, 2001; Woo, 2003). La incorporación de mujeres al flujo migratorio internacional fue una consecuencia de la aplicación de políticas de reunificación familiar como la Immigration Reform Control Act (IRCA) en 1986 que surgió con el objetivo de detener el flujo de migrantes sin papeles y regularizar la migración. Como consecuencia del IRCA, la población nacida en México que vive en Estados Unidos alcanzó la cifra de aproximadamente unos 8.8 millones de personas en el 2000. Del total de esta población 3 700 000 son mujeres (CONAPO, 2000). Según la CONAPO, las pautas de migración femenina se están alejando del padrón tradicional de acompañamiento, puesto que 58 por ciento de las trabajadoras migrantes en Estados Unidos son solteras y 42 por ciento envía dinero a sus familiares. Es decir, cada vez cobra importancia el grupo de mujeres que se mueven solas en el marco de una red de apoyo femenina. Aunque la participación de la mujer en el flujo migratorio ha sido históricamente importante, fue hasta la década de los ochenta, con las políticas migratorias estadounidenses como la ley Simpson Rodino que promovió la migración de familias enteras a Estados Unidos, que se inician los primeros estudios sobre migración femenina. Estos estudios relacionaban a la mujer migrante ligada a la suerte de su esposo, hijos, padres, etc., es decir la mayoría de los estudios estaban enfocados a las oportunidades económicas del hombre en los lugares receptores, en estos modelos los patrones de migración de la mujer estaban relacionados a las decisiones de los otros. Sin embargo, evidencia empírica muestra que no toda la migración femenina se deriva o está relacionada con la migración del hombre, o de la familia. Investigaciones recientes sugieren que la proporción de mujeres solteras va en aumento con relación al total del

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    flujo de mujeres migrantes de México y Centroamérica. Estas investigaciones revelan que las mujeres solteras migran con objetivos diversos y en condiciones distintas, que poseen altos grados de escolaridad, diferentes nacionalidades y que provienen de diversos estratos sociales y geográficos (Smith and Tarallo, 1993; Hondagneu-Sotelo, 1994, 2001; Hondagneu-Sotelo and Avila, 1997ª, 1997b; Bustamante, 2004, Valdéz, en prensa 2006). Estudios sugieren también que la proporción de mujeres migrantes está aumentando en relación a todo el grupo migrante (Castles y Miller 1993, Ibarra Guillermo, 2001; Marcelli y Cornelius, 2001), sin embargo algunos académicos coinciden que existe poca información y la que hay resulta contradictoria (Alvarez, 2004; González, 2004; Velasco, 2004). Por ejemplo, según datos del INEGI la migración femenina no ha variado desde 1987 sin embargo, un estudio reciente de El Colegio de la Frontera Norte, unidad Ciudad Juárez muestra que durante la última década se ha incrementado el número de mujeres migrantes que cruzan la frontera por esa ciudad (Rubio Salas, 2005). Por otra parte, un estudio reciente por la Universidad de Guadalajara muestra que el porcentaje de mujeres deportadas en el año 1995 era de un 4%, cifra que ha ido incrementándose con el tiempo, un 8% en 1996, un 11% en 1998, y un 14% en el 2004. Otro dato interesante es que el número de mujeres menores de edad que intentan cruzar hacia Estados Unidos ha aumentado. En el año 2003 entre las mujeres que fueron deportadas, un 35% de ellas eran menores. En el 2004 la cifra se redujo a un 28% (El Imparcial, 15 B, Noviembre 20, 2005). En Sonora por ejemplo, el Instituto Nacional de Migración delegación Sonora, informó que del mes de enero al 30 de octubre del 2004 se observaron 168,973 eventos de repatriación por los municipios de Nogales, Agua Prieta, Naco, San Luis Río Colorado, Plutarco Elías Calles y El Sásabe de los cuales 2,127 eventos fueron de mujeres adultas y 654 de niñas adolescentes. Otros estudios como el de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF)7 muestra en la fase 1, aplicada en Nogales en 1993-1994 a 639 participantes, un porcentaje de 8.1% de mujeres migrantes procedentes del sur; en la fase 2 que se realizó en 1994-1995 muestra un porcentaje del 9.6% de mujeres de una muestra de 345 informantes. En la fase 3 (1995-1996) de 351 entrevistados 21.1% fueron mujeres; en la fase 4 (1996-1997) de 531 entrevistados el 33.0% fueron mujeres procedentes del sur. Aunque la encuesta muestra que de la fase 1 a la 4 hubo un aumento en el número de mujeres migrantes procedentes del sur, no hay que olvidar que el número de la muestra no fue el mismo en todas las fases y que esta encuesta se aplicó sólo en Nogales Sonora siendo el corredor de Altar-Sásabe el punto de cruce de migrantes más importante en la actualidad. Además la encuesta no cubrió otros puntos de muestreo como el aeropuerto de Hermosillo, Sonora en donde diariamente llegan cientos y cientos de migrantes procedentes del sur, y las vans que transportan a los migrantes de Altar a El Sásabe.8 Las variaciones en las estrategias de cruce a los Estados Unidos, los flujos de regreso, los

    7 La EMIF es una encuesta que desde 1993 levanta de manera conjunta el Consejo Nacional de Población (CONAPO), la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) y El Colegio de la Frontera Norte (El COLEF) en las principales ciudades fronterizas del norte de México (de oeste a este, Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros). La EMIF agrupa cuatro cuestionarios que caracterizan cuatro flujos migratorios de acuerdo con su procedencia: del sur, de las ciudades fronterizas del norte de México, de Estados Unidos, y migrantes deportados por la Patrulla Fronteriza del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos. 8 Recientemente se realizó un recorrido por las comunidades de Altar y El Sásabe en Sonora. En nuestro trayecto de El Sásabe hacia Altar, con duración de una hora, pudimos observar alrededor de 21 vans todas casi llenas con 15 a 18 gentes incluyendo algunos niños que se dirigían a El Sásabe.

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    cambios en las temporadas de cruce, entre otros aspectos9 no han sido contempladas en las variables de la encuesta de la EMIF la cual guía al entrevistado limitando sus respuesta a las opciones que maneja la encuesta misma. Otras de las limitaciones de la EMIF es que no se contempla variables que precisen el origen étnico del entrevistado limitando con esto el conocimiento de cuanta población femenina es de origen indígena. Estas limitaciones nos hablan de la necesidad de contar con información precisa sobre el fenómeno migratorio respecto a su cuantificación y características ya que la ausencia de estos datos limita el análisis del rol que está teniendo la migración indígena femenina. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, INEGI, la población que sale a radicar a otros países lo hace entre los 15 y los 24 años de edad ocupando el 50.8% de los migrantes, en segundo lugar se encuentran las personas de 25 a 34 años, después los de 35 a 49 años, con el 5.3% de 0 a 14 años, y en último lugar se encuentran las personas mayores de 50 años (INEGI. Estados Unidos Mexicanos, Perfil Sociodemográfico, XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Aguascalientes, Ags. México 2002). El cambio en el flujo migratorio hacia las comunidades fronterizas de Sonora ha llevado a que los migrantes crucen por peligrosas zonas como es el desierto de Altar y El Sásabe. Miles de migrantes han muerto10, muchos han sido asaltados y golpeados y otros abusados entre ellos se encuentran muchas mujeres, siendo los menores de edad los que están en mayor riesgo en su estancia y/o paso por las comunidades fronterizas de Sonora. Algunos autores sugieren que los riesgos han ido en aumento (Monteverde García 2004) debido los abusos cometidos hacia ellos por los diferentes agentes de organismos oficiales encargados de vigilar la frontera de uno y otro lado. Las muertes de migrantes, los abusos en contra de ellos por asaltantes, polleros, patrulla fronteriza y los grupos vigilantes de la frontera autollamados Minuteman hacen que especialistas en los derechos de los migrantes como el maestro Leopoldo Santos (2004) hablen de una cuarta característica en el contexto migratorio actual en México esta es: el aumento en la ineficiencia del gobierno federal para salvaguardar los derechos de los migrantes.

    9 Entrevistas a migrantes centroamericanos realizadas en San Diego por Valdéz-Gardea en el 2004 dejaron ver que éstos utilizan estrategias de cruce hacia Estados Unidos más clandestinas dado su estatus migratorio en México el cual los pone en mayor riesgo de ser asaltados o abusados. 10 La Secretaria de Relaciones Exteriores (SER) informó recientemente que 63 migrantes murieron en el primer trimestre del 2005 en su intento por cruzar por la zona de Altar-El Sásabe.

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    III EL ASPECTO LEGAL Y JURÍDICO DE LA MIGRACIÓN: LA SITUACIÓN JURÍDICA DE LOS MENORES MIGRANTES INDOCUMENTADOS EN MÉXICO

    Dra. Alma Cossette Guadarrama 1.- Sujetos de estudio La franja fronteriza sur de México con Guatemala está conformada por tres entidades federativas y cuatro departamentos, respectivamente. Chiapas es uno de los estados más complejos de la franja, no sólo porque en él confluyen un mosaico de pueblos indígenas y una diversidad de extranjeros que por distintas razones se han establecido ahí, sino por su pasado histórico y cultural que lo liga inevitablemente con Centroamérica. Esto, junto con la posición geográfica de la entidad en comento, la convierten en el punto estratégico de concurrencia de las tres aristas de la migración: la vía de salida de un número considerable de chiapanecos hacia ciudades del interior y EU; el destino final de inmigrantes con diferentes objetivos, y la puerta de entrada para el tránsito de una corriente de trabajadores temporales a las fincas chiapanecas y de transmigrantes indocumentados. Este último flujo, el que nos ocupa, se ha incrementado paulatinamente en las últimas décadas. Miles de hombres y mujeres cada vez más jóvenes se incorporan todos los días a ella. No obstante, con el pasar de los años, ha irrumpido en el escenario un nuevo actor aún más vulnerable, nos referimos a los menores; pero, ¿quién debe ser considerado como tal? Desde el punto de vista jurídico, las personas de menos de 18 años, quienes cuentan con la capacidad de goce más no de ejercicio, es decir, poseen la facultad para ser sujetos de derechos pero no de obligaciones; así, la edad se convierte en la línea divisoria entre un status y otro. (IIJ, 1991: 397) La minoría de edad es un periodo compuesto por dos etapas, como acertadamente nuestra legislación lo consagra al distinguir entre niños y adolescentes. Esta precisión es importante para determinar los parámetros de atención y defensa, con base en los grados de maduración que varían en función de la edad y el crecimiento (Elías, 2002: 92). La relación de los menores con el fenómeno migratorio ha cobrado importancia en los últimos años debido, desgraciadamente, a su aumento en las corrientes de movilidad humana, lo que ha obligado a su estudio. En este sentido, las causas que orillan a los niños y adolescentes a emigrar las hemos clasificado en dos grandes áreas: 1. El ambiente familiar, ya sea por la situación económica del núcleo o bien por el abuso físico, sexual o psicológico de que son objeto. 2. La reunificación familiar, producto de la preocupación de los padres, quienes con anterioridad emprendieron la aventura por lograr el sueño americano y dejaron a sus hijos encargados con un familiar o vecino. Los menores en situación irregular que ingresan a México son generalmente guatemaltecos; debido a la cercanía con nuestro país, pero también hay hondureños, salvadoreños y nicaragüenses en menor medida; (DIF, 2003) estas nacionalidades coinciden con las de los adultos, lo cual indica, por un lado, una preocupación de los

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    padres por reunirse con la familia, y por otro, que las razones que fuerzan a los mayores de edad a emigrar, ahora también obligan a los niños y adolescentes. Asimismo, son más altos los porcentajes de varones quienes emprenden la travesía hacia EU en relación con las mujeres (DIF, 2003). En cuanto a la edad, ésta se relaciona con la causa de la movilidad; si la decisión la toma quien ejerce la patria potestad, entonces los menores migran desde que están en el vientre de la madre y hasta los 18 años; en contrario sensu, cuando la voluntad es propia, la edad fluctúa entre los 9 y 18 años (Fabrega, 2001: 74). El estado civil predominante es el de soltero, salvo algunos adolescentes que mantienen algún tipo de unión informal, particularmente los que pertenecen a bandas como la Mara Salvatrucha o el Barrio 18. El grado de escolaridad es de primaria, y sólo una minoría de nivel secundaria, sin que ello signifique necesariamente haber concluido los estudios. La ocupación desarrollada en el país de origen es la de estudiante con actividades de apoyo en sus casas (DIF, 2003). Ahora bien, la presencia de los menores indocumentados en México obedece a tres razones: la búsqueda de trabajo, acaparado por niños y adolescentes guatemaltecos de departamentos fronterizos que cruzan la línea divisoria para emplearse en los campos o ciudades chiapanecas en compañía de sus padres o solos; la necesidad de transitar a EU o Canadá, y el abandono de coyotes y autoridades, los primeros no cumplen el trato y dejan a los menores a merced de los peligros de la calle; los segundos permiten que los niños y adolescentes queden varados en las estaciones migratorias (EM) o albergues del DIF por largos periodos mientras ubican a sus familiares. Los trabajos que desarrollan los menores migrantes en la frontera sur de México son variados, pero siempre relacionados con empleos temporales en la calle; esto se debe a dos motivos: la meta personal (llegar a EU) y la edad, que se convierte en una limitación para conseguir una ocupación estable. A partir de estos condicionantes, hemos clasificado las actividades en: delincuencia y pandillerismo, prostitución, ambulantaje y mendicidad. Las secuelas que deja la migración en los niños y adolescentes marcarán sus vidas para siempre, de manera incomparablemente más profunda en relación con los mayores de edad, ya que se ven sometidos a un triple estado de indefensión por ser extranjeros, indocumentados, y especialmente debido a su corta edad. Esta última característica marcará la diferencia en el futuro de las sociedades de origen y de destino, que estarán conformadas por adolescentes, y posteriormente adultos, con desórdenes psicológicos producto de experiencias migratorias traumáticas vividas durante la infancia, cuando la personalidad aún no está formada. Algunas de las consecuencias sufridas son: la interrupción temporal o definitiva de la educación escolar; el resentimiento social hacia la comunidad de acogida por la desigualdad de oportunidades y la dificultad de alcanzar las metas trazadas; la discriminación social y cultural; la explotación laboral y sexual; la separación temporal o definitiva del núcleo familiar, y la invisibilidad ante una sociedad insensible a su situación, unas autoridades indiferentes, y un sistema legal que omite protegerlos y propicia que sus derechos sean vulnerados. 2.- Marco jurídico interno En México se les reconoce a los no nacionales, independientemente de su situación jurídica, las mismas garantías individuales de igualdad, libertad, seguridad jurídica y propiedad que a los mexicanos, tal y como lo plasma el artículo primero de nuestra Constitución, que a la letra dice: “En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo

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    gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece”. Además, dentro de su corpus, existen diversas disposiciones particularmente destinadas a la defensa de la infancia, por ejemplo, la que recoge el derecho a la educación o la que prohíbe el trabajo de personas de menos de 14 años. No obstante, es el artículo cuarto, en sus tres últimos párrafos, el que sienta la base del régimen constitucional de los menores. Ahora bien, los instrumentos internacionales de ámbito universal y regional también contienen diversas prerrogativas a favor de los niños y adolescentes. No obstante, es necesario tomar en cuenta que no todos los textos jurídicos de este tipo son aplicables dentro del territorio nacional, únicamente aquellos que han sido firmados y ratificados por nuestro gobierno se consideran como válidos. Entre los tratados de ámbito universal vigentes, encontramos: la Declaración Universal de los Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Declaración sobre los Derechos Humanos de los Individuos que no Son Nacionales del País en que Viven; la Convención sobre la Condición de los Extranjeros; la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares; la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de Mujeres y Niños, y el Protocolo contra el Tráfico de Migrantes por Tierra, Mar y Aire. (SRE, 2006: 165-179) De manera específica existen dos instrumentos jurídicos, a saber: — Declaración Universal de los Derechos del Niño. Reconoce una serie de prerrogativas fundamentales con base en la falta de madurez física y mental del menor, así como en su necesidad de protección y cuidados; de manera enunciativa pero no limitativa son: no ser objeto de ningún tipo de discriminación, el nombre, la protección, la nacionalidad, la seguridad social, un ambiente familiar armonioso, la educación y el no ser objeto de trata o cualquier tipo de explotación (Zumaquero y Brazán, 1998: 217). — Convención sobre los Derechos del Niño. Concede diversas garantías como: la vida, la no separación de los padres, la reunión con la familia, la prohibición de su traslado o retención ilícita, el trabajo, la libertad de expresión, la protección de la vida privada, el acceso a la información pertinente, el no ser sometido a torturas, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, los servicios de salud, el nivel de vida adecuado, el descanso y esparcimiento, y varias normas de seguridad jurídica (Carbonell, 2004: 3). Se suman a lo anterior, los textos internacionales de ámbito regional como: la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; la Convención Americana de Derechos Humanos; la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura; y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Zumaquero y Brazán, 1998: 1771-1856). Dentro de este rubro, es importante señalar la actuación de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que como órganos de control, conforman el sistema de protección cuyas funciones de promoción y solución de controversias cobran relevancia en el Continente Americano. Al respecto, es necesario mencionar la opinión consultiva número OC-18/03 de la Corte, solicitada por México el 19 de mayo de 2002, relativa a “La Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados”, en la cual este órgano reconoce la obligación de los Estados de respetar y garantizar los derechos humanos de los migrantes independientemente de su condición migratoria (CNDH, 2004). Si bien, las

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    opiniones consultivas no poseen fuerza obligatoria per se, sí son un parámetro de actuación para los países que forman parte de la Convención Americana. Empero, en el territorio mexicano, aunado a las prerrogativas consagradas en favor de los niños y adolescentes en la Carta Magna y en los tratados internacionales incorporados al régimen interno a través de los procedimientos debidos; existe una norma federal que de manera expresa los ampara. Nos referimos a la Ley para la Protección de las Niñas, Niños y Adolescentes, cuyo objetivo es garantizarles la tutela y el respeto a sus derechos, entre los que encontramos: la vida; la no discriminación; el vivir en condiciones de bienestar y sano desarrollo psicofísico; el ser protegidos en su integridad, libertad y contra maltrato y abuso sexual; el vivir en familia; la salud; la educación, y el debido proceso en caso de infracción a la ley penal. Esta disposición, de aplicación en toda la República, obliga a su cumplimiento a los padres, ascendientes, tutores, custodios, y autoridades de los diversos órdenes de gobierno. La ley en comento introduce un concepto novedoso, el denominado “interés superior del niño”, el cual debe privar sobre cualquier otro interés legítimo, incluyendo el de controlar los flujos migratorios. De ahí que las normas dirigidas a este grupo se encaminen a procurarles, primordialmente, los cuidados y la asistencia requerida para lograr un crecimiento y un desarrollo plenos. En este sentido, cualquier actuación de las autoridades con respecto al menor migrante debe partir del reconocimiento de su capacidad para decidir la forma de solucionar los problemas que le afectan, siempre dentro de un marco de respeto a sus particularidades personales, culturales y sociales, pero con la obligación imperante de proteger su integridad física y mental. El gobierno mexicano a lo largo de su historia ha implementado diferentes acciones con el fin de garantizar el pleno ejercicio de las garantías individuales a sus gobernados mediante medidas preventivas o reparatorias, que se dividen en: Jurisdiccional —el Juicio de Amparo— y No Jurisdiccional —el procedimiento de queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos—. El Juicio de Amparo es el instrumento procesal más importante en nuestro país, puede interponerse contra actos de autoridad o normas que violenten las prerrogativas fundamentales. No obstante, en la práctica, tiene el inconveniente de ser un recurso costoso y complicado que requiere los servicios de un abogado, esto, aunado a otros factores, lo hacen inaccesible para los migrantes. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) es el órgano que auspicia el ejercicio de las garantías tanto de mexicanos como de extranjeros, por eso pone a su servicio mecanismos ágiles de protección y defensa mediante un procedimiento breve, sencillo, flexible, y gratuito, como la queja. (Ley de la CNDH y su reglamento, artículos 4 y 10 respectivamente) Los niños y adolescentes, independientemente de su condición migratoria, están facultados para formular acusaciones, pese a ello, la mayoría no presenta las denuncias por desconocimiento, temor a represalias y falta de coercitividad en las resoluciones.

    En el tema migratorio, la CNDH es la institución responsable de proponer y vigilar el cumplimiento de la política nacional en materia de respeto y defensa de los derechos de los migrantes; exige que los procedimientos de detección, detención y deportación se ajusten a los ordenamientos jurídicos establecidos, y se pronuncia en contra de las prácticas discriminatorias y atentatorias de la integridad y dignidad de las personas que por su condición indocumentada son presa fácil de funcionarios abusivos (Roccatti, 1996: 187). Sin embargo, la Comisión necesita trabajar más intensamente para obtener resultados favorables en cuestión de menores; en tal sentido, está obligada a replantear sus planes y programas con el fin de adaptarlos a las personas a quienes pretende auxiliar. De esta forma, la Quinta Visitaduría, creada por acuerdo de fecha 3 de enero de 2005, y

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    cuyo propósito es conocer sobre quejas por presuntas trasgresiones a los derechos humanos de los migrantes, tendría que subsanar las deficiencias existentes hasta ahora al asumir un papel activo y no la de un simple observador. 3.- Detección y detención Los extranjeros pueden ingresar a territorio mexicano de dos formas: documentada, cuando han cubierto los requisitos exigidos por las autoridades, e indocumentada, producto de la imposibilidad de cumplir con el visado para que el gobierno les conceda el paso. Dentro de esta última, los menores cruzan a México, acompañados de los padres, algún familiar o los polleros, y no acompañados, es decir, de forma independiente (INM, 2006: 14-15). Los niños y adolescentes en situación irregular llegan a las EM a través del procedimiento de detección-detención. El Instituto Nacional de Migración (INM) utiliza diversas medidas como las patrullas fronterizas y las inspecciones en lugares de trabajo, pero el mecanismo que parcialmente le ha funcionado es la instalación de puestos fijos de revisión; adicionalmente se encuentran los puntos o rutas provisionales establecidas de forma aleatoria, denominadas “volantas”, cuyo fin es sorprender a los evasores (Ángeles, 2003: 6). En este sentido, si el menor viaja acompañado, su identificación es inminente cuando los adultos que lo conducen son aprehendidos; en contrario sensu, si se encuentra solo, los agentes de migración lo identifican basados en su experiencia y ciertas particularidades, como el color, el acento, las características raciales y el aspecto. Para comprobar la sospecha, le formulan una serie de preguntas que giran en torno a la historia de México, las líneas del himno nacional, el nombre de colonias, los platillos típicos, el peso y la medida del calzado (en Guatemala se utilizan las libras y no los kilos, como unidades de peso). Si no contesta correctamente, de inmediato lo detienen para ser deportado. Así, los interrogatorios se convierten en un juego de adivinanzas, donde la apuesta es la extorsión o la deportación. Esta forma azarosa y empírica quebranta no sólo los derechos humanos de los extranjeros, sino también la de nuestros nacionales. En varias ocasiones, mexicanos en estado de interdicción, nerviosos o sin ninguna identificación, han sido arbitrariamente expulsados de México (Solís, 2004). Debido a que algunos indocumentados fingen no oír o hablar, ante la duda, la autoridad los entrega a los agentes guatemaltecos. Lo anterior muestra la falta de capacitación de los servidores públicos, lo cual deriva en la utilización de criterios subjetivos que conducen a la discriminación, corrupción y transgresión de las prerrogativas. En esta etapa de detección-detención, los niños y adolescentes no son informados de las garantías que tienen; la facultad de comunicarse con un familiar o el consulado; el proceso migratorio al cual se encuentran sujetos, y el tiempo que pasará antes de regresar a su país. Sin embargo, las violaciones a las prerrogativas de los menores no acaban con la detención, continúan durante el periodo de estancia en las EM y hasta que es decretada la salida. En el siguiente cuadro presentamos una lista sucinta de algunas de las infracciones sufridas por los niños y adolescentes una vez que cruzan la frontera de México,11 a saber:

    11 Datos obtenidos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

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    RESPONSABLE

    VIOLACIÓN Autoridad

    Miembros de la sociedad y delincuentes comunes

    Ambos

    Agresión física X Agresión verbal X Agresión psicológica X Agresión sexual X Explotación laboral X Explotación sexual X Denegación del derecho a la educación X

    Separación de familiares X Estancia excesiva e indefinida X Detención indebida X Amenazas X Tratos crueles, inhumanos y degradantes X

    Robo X Denegación de alimentos X Estaciones migratorias inadecuadas, insuficientes e insalubres X

    Intervención de diversos cuerpos policiales X

    Expulsiones irregulares X Incumplimiento de la obligación de ser informado sobre los derechos en condición de aseguramiento

    X

    Se observa que el mayor número de transgresiones perpetradas en contra de los menores son cometidas por las autoridades, quienes alcanzan un número impresionante si tomamos en cuenta la trayectoria del individuo desde el momento en que sale de su lugar de origen y hasta que llega a su destino. No obstante, las corporaciones mexicanas autorizadas para realizar la detención son las siguientes: 1. El Instituto Nacional de Migración 2. El DIF 3. La Procuraduría General de la República 4. La Policía Federal Preventiva 5. La Policía Judicial Federal y Estatal 6. La Policía Municipal

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    El Instituto Nacional de Migración es el órgano que más recomendaciones ha recibido de la CNDH, debido básicamente a la falta de una reglamentación adecuada que proteja de manera integral a los niños y adolescentes indocumentados durante todo el proceso de aseguramiento. En este sentido, podemos afirmar que las garantías de este grupo vulnerable son violadas principalmente cuando se encuentran alojados en las EM y cuando es decretada su deportación. Debido a la importancia de estas fases, serán analizados de manera específica, más adelante. 4.- Estaciones migratorias La Secretaría de Gobernación (SG) es la instancia encargada de organizar y coordinar los distintos servicios migratorios; vigilar la entrada y salida de nacionales y extranjeros; revisar la documentación respectiva, y aplicar la Ley General de Población (LGP) y su Reglamento (LGP, artículo 7). La dependencia está a cargo del Secretario de Despacho, quien tiene, entre otras funciones, conducir la política de población, salvo en lo relativo a colonización, asentamientos humanos y turismo (Reglamento Interno de la SG, artículos 2 y 5, fracción XXVI). Dicho funcionario, para el desahogo de los asuntos de su competencia, se auxilia del Subsecretario de Población y de Servicios Migratorios y del Instituto Nacional de Migración, órgano administrativo desconcentrado que le está jerárquicamente subordinado, el cual contribuye a que los movimientos de mexicanos y extranjeros favorezcan el desarrollo económico, social y cultural del país, al tiempo de preservar la seguridad y soberanía de la nación dentro del marco jurídico vigente, con el más amplio espíritu humanitario (Reglamento de la LGP, artículo 133). El INM, a través de la Coordinación de Control y Verificación Migratoria, tiene a su cargo las estaciones migratorias que son las instalaciones físicas destinadas al aseguramiento de extranjeros, cuya internación se haya autorizado en forma provisional o que deban ser expulsados en los términos que señala la ley (LGP, artículo 208). En consecuencia, la reclusión en estos espacios se convierte en una medida de prevención y de seguridad ante la posibilidad de evadir una inminente orden de salida del país. En este sentido, la SG, con base en el artículo 94 de la LGP, y diversos funcionarios del Instituto a través de Acuerdos expedidos por la primera, están facultados para establecer o habilitar estaciones migratorias, lo cual no parece ninguna violación a las prerrogativas fundamentales; pese a ello lo es, cuando lo que se habilita son locales de detención preventiva. Esto resulta inconstitucional y contrario al artículo 18 párrafo primero que dice: “sólo por delitos que merezcan pena corporal habrá lugar a prisión preventiva”. Las personas indocumentadas capturadas no han cometido ningún delito penal sino una infracción administrativa, por tanto, no se encuentran sujetos a proceso de esa naturaleza; de ahí que el habilitar lugares de este tipo se convierta en una transgresión a sus garantías. Esto se agrava cuando se trata de menores de edad al no ser excluidos. Por consiguiente, no se justifica bajo ninguna circunstancia, aun cuando no existan estaciones migratorias, la reclusión de no nacionales junto a individuos que sí merecen estar en prisiones preventivas, porque violentan sus derechos fundamentales, la ley suprema de nuestro país y los tratados internacionales incorporados al sistema jurídico interno. Las EM, en cuanto a su organización y funcionamiento, están reguladas por el Acuerdo de fecha 26 de noviembre de 2001, expedido por la SG, el cual no incluye las condiciones mínimas que deben tener los sitios habilitados de detención. La norma desarrolla las

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    reglas de operación y distribución de las estaciones, así como la manera en la que se procederá con las personas que no son mexicanas, de conformidad con las nueve fracciones del artículo 209 del Reglamento de la LGP. No obstante, al analizar los preceptos nos percatamos que no toman en cuenta a los niños y adolescentes en situación irregular, pese a existir disposiciones tanto nacionales como internacionales que previenen las situaciones de privación de la libertad. 5.- Recepción Una vez asegurado el menor indocumentado, se inicia la fase de recepción. El primer paso es abrir un expediente administrativo con el propósito de llevar un registro y control de los internos, el cual debe contener: los datos generales del individuo; la fecha y hora de ingreso o salida de la estación; el documento soporte que determinó el ingreso; la filiación; el inventario de valores y objetos; el certificado médico; la declaración del sujeto, y todas las demás constancias derivadas de la detención (AFEM, artículo 18). Sin embargo, la omisión de considerar a los niños y adolescentes como parte del flujo migratorio, propicia el olvido ciertos elementos primordiales para la buena integración del archivo; nos referimos a datos como: 1. El resultado de la prueba que determine la edad de la persona. La edad es un antecedente esencial, sin el cual se corre el riesgo, utilizando la presunción de minoridad, de ingresar a un adulto en un albergue para menores con las distorsiones que ello provocaría, o bien a la inversa, que dejemos sin protección a un verdadero niño o adolescente al expulsarlo del territorio nacional sin seguir el procedimiento debido o al recluirlo en un lugar impropio. Lo anterior, demanda el uso de mecanismos, como puede ser la radiografía de muñeca, con el fin de comprobar la estructura ósea del individuo, la cual no supone una intervención que afecte el pudor, por lo que basta con su consentimiento o, en su defecto, si existe oposición, con el del representante consular (Fabrega, 2001: 120). Igualmente, sería conveniente incluir la fotografía, la huella dactiloscópica o el mapa del iris; ello facilitaría la identificación del migrante a fin de lograr una deportación expedita. 2. El organismo público o privado bajo cuya protección se halla el sujeto. El artículo 153 de la LGP permite a la SG entregar al extranjero asegurado en custodia provisional a persona o institución de reconocida solvencia, siempre y cuando se otorgue la fianza respectiva y el detenido comparezca ante la autoridad las veces necesarias. Así, se abre la posibilidad para los migrantes de ser recluidos en sitios distintos a las EM. No obstante, se presenta el inconveniente de la ambigüedad del término “reconocida solvencia”, puesto que no especifica si ésta debe ser moral, económica o política. Tal imprecisión, conlleva inseguridad para el niño o adolescente, porque no se garantiza su integridad física o la satisfacción de sus necesidades básicas. Una vez registrado el menor, se le practica el examen médico, con el fin de certificar su condición psicofísica; si se desprende la necesidad de proporcionarle atención especializada, el jefe de la estación tomará las medidas necesarias para su canalización a la institución correspondiente (AFEM, artículo 19). Empero, no se hace referencia a un traductor cuando el médico no comprenda el idioma del paciente, lo que debería ser fundamental para el correcto diagnóstico y medicación. Por otra parte, el artículo 209, fracción II del Reglamento de la LGP y el artículo 21 de la normatividad de las EM,

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    hacen referencia al derecho del asegurado a comunicarse con la persona que solicite, vía telefónica o por cualquier otro medio. Pese a esto, no se consigna la obligación de los empleados del INM de prestar la asistencia necesaria para su ejercicio eficaz, particularmente cuando se trata de niños, adolescentes o discapacitados. En relación con las pertenencias del asegurado, deberán ser entregadas a la persona que él designe o se dejarán en depósito; de cualquiera forma, se levantará un acta de inventario de los objetos, la cual deberá ser firmada por el interesado o bien por quien las reciba, y se le entregará una copia de la misma. En el supuesto de que las cosas se dejen en depósito, le serán devueltas al interno al momento de su salida, quien firmará de recibido y conformidad. Los valores, alhajas, dinero en efectivo o documentos importantes, se depositarán en la caja fuerte, previa elaboración del inventario y entrega del recibo correspondiente. (Reglamento de la LGP, artículo 209, fracción IV, y AFEM, artículos 23 y 24). A pesar de lo anterior, esta disposición adolece de ciertas inconsistencias; no establece el procedimiento a seguir cuando los efectos personales sufran deterioros o pérdida, y tampoco considera la posibilidad de presentar una queja a fin de recibir la indemnización por los daños ocasionados imputables a empleados del INM. Empero, tratándose de menores, sería conveniente permitirles conservar sus pertenencias, ya que ello ayuda a la conformación de su identidad y personalidad, así como a la creación de un sentido de propiedad, fundamentado en el derecho a la intimidad. La situación jurídica de los extranjeros será resuelta por la autoridad migratoria en un plazo no mayor de quince días hábiles. Hasta aquí termina la recepción y empieza la estancia, la cual se rige por las últimas cuatro fracciones del artículo 209 del Reglamento de la LGP y las demás disposiciones aplicables del Acuerdo de Funcionamiento de las EM. 6.- Estancia Al ingresar a la EM, los asegurados reciben un ejemplar del documento titulado “Derechos y Reglas de Convivencia del Extranjero en la Estación Migratoria”, (AFEM, artículo 25) con el fin de que conozcan sus prerrogativas y obligaciones. No obstante, en atención a los niños y adolescentes, dicho documento debería poseer ciertas características como la claridad, la precisión y la brevedad; además, de ser traducido a diversos idiomas y estar ilustrado a manera de comic, para la fácil comprensión de quienes no sepan leer. Igualmente, es necesario que contenga un número telefónico sin costo para presentar quejas y un directorio de los consulados, las ONG´s y las asociaciones públicas y privadas que presten auxilio a los migrantes. Los lugares de aseguramiento de los menores deben ser tales que respeten sus garantías constitucionales, al tiempo de promover su desarrollo físico y mental con actividades y programas útiles que les ayuden a integrarse como miembros productivos a la sociedad; empero, la realidad de las EM en el sur de México es otra y muy diferente. El artículo 52 del Acuerdo de Funcionamiento de las EM marca tres espacios para la detención de los extranjeros: varonil, femenil y de aseguramiento de familias, además de uno especial para enfermos psiquiátricos e infecto contagiosos. En la práctica no existe tal división, aunque sí se procura la separación entre hombres y mujeres. De aquí se deriva la primera exclusión y transgresión a los derechos humanos de los niños y

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    adolescentes, porque a pesar de incluir a aquellos que viajan acompañados, no lo hace con quienes están solos, al no disponer de un espacio específico para ellos, tal y como lo establecen las legislaciones interna e internacional. Respecto a los dormitorios, la normatividad indica que deben obedecer la división previamente mencionada, lo cual no ocurre en la realidad, porque atiende únicamente al género. El Acuerdo citado, en su artículo 53 dispone que: “las mujeres menores de edad, dormirán con su madre, permaneciendo en el área de actividades ocupacionales durante el día; tratándose de varones menores de edad, practicarán actividades ocupaciones durante el día y por la noche dormirán en el espacio asignado de acuerdo al caso”. El precepto es impreciso, porque con las mujeres deja claro que pernoctarán con la madre, no así con los varones; luego entonces, los coloca en un estado de indefensión al utilizar el término “de acuerdo al caso”. Expresión ambigua, que puede referirse a la edad, al comportamiento, a la situación familiar, o al espacio, lo cual permite un amplio margen de actuación de la autoridad que puede recaer en la violación de prerrogativas, como la de tener un lugar adecuado, permanecer y convivir con sus parientes y ser separado de los adultos. En cuanto a las instalaciones sanitarias, deben ser adecuadas y satisfacer las necesidades de higiene de los asegurados. (AFEM, artículo 55) Por ésto último debemos entender excusados y regaderas, servicios que no son proporcionados, como tampoco los enseres para el aseo personal. Igualmente, el Acuerdo en su artículo 56 menciona un comedor anexo, donde los extranjeros puedan tomar sus alimentos (tres veces al día) y agua potable. Contrariamente, la comida es proporcionada una sola vez, sin calidad ni variedad, lo cual es grave si recordamos que los niños y adolescentes están en un proceso de formación y crecimiento. El servicio médico es fundamental, sin embargo, la normatividad de las EM en su artículo 29 únicamente habla de “atención médica gratuita” sin especificar que ésta debe ser preventiva y correctiva, e incluir las áreas odontológica, oftalmológica, y especialmente psicológica. Esta omisión se refleja en la distribución de los espacios en las estaciones al no mencionar un consultorio ni las características que debe tener, como aparatos y medicamentos. Resultaría incongruente decir que para evitar las vejaciones mencionadas, el Acuerdo de funcionamiento de las EM en su artículo 14 establece como facultad de la Coordinación de Verificación y Vigilancia realizar periódicamente visitas de supervisión y evaluación, a efecto de comprobar el trato dado a los internos y el estado de las instalaciones. Absurdo es que la coordinación en comento tenga a su cargo el buen funcionamiento y administración de las estaciones y, al mismo tiempo, por un acuerdo posterior, sea la facultada para su inspección. Por ello, es conveniente crear una coordinación de EM y sitios habilitados como tales, cuyo compromiso sea el mantenimiento de estos lugares en un nivel decoroso, para que otra autoridad, con el mismo nivel jerárquico, realice las revisiones. A la postre, es necesario considerar la ampliación de las facultades de supervisión a todos los sitios que sirvan de aseguramiento, incluso aquellos a cargo de organizaciones o individuos que tengan en su custodia a migrantes; así como definir el procedimiento y las sanciones en caso de existir anomalías. El artículo 209, fracción VII del Reglamento de la LGP, consagra el derecho del menor a recibir visitas con la autorización de la Coordinación de Control y Verificación o del jefe de la estación. Las personas que pueden visitarlo son: familiares y amigos; el cónyuge o concubino; las autoridades, representantes consulares y organismos no gubernamentales; el representante legal, y los ministros de cultos religiosos acreditados. Empero, esta

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    garantía puede ser suspendida temporalmente cuando haya resistencia u otro tipo de disturbios; el individuo introduzca alguno de los objetos previstos en el artículo 5, fracciones III y IV del Acuerdo; el asegurado sea objeto de una corrección disciplinaria, y por razones de seguridad. (AFEM, artículo 44) No obstante, las leyes internas e internacionales, reconocen a los niños y adolescentes la prerrogativa de recibir visitas regulares y frecuentes; luego entonces no es jurídicamente aceptable, particularmente tratándose de este tipo de población, que dicha g