DEPARTAMENT D’HISTÒRIA MODERNA I … · lettura etnoculturale suggeriva, e la strutturazione...

714
DEPARTAMENT D’HISTÒRIA MODERNA I CONTEMPORÀNIA EL PESO DE LA NACIÓN. NICOLA BOMBACCI, PAUL MARION Y OSCAR PÉREZ SOLÍS EN LA EUROPA DE ENTREGUERRAS TESIS DOCTORAL Presentada por STEVEN FORTI Dirigida por DR. PERE YSÀS SOLANES Codirigida por DR. LUCIANO CASALI Año 2011

Transcript of DEPARTAMENT D’HISTÒRIA MODERNA I … · lettura etnoculturale suggeriva, e la strutturazione...

  • DEPARTAMENT DHISTRIA MODERNA I CONTEMPORNIA

    EL PESO DE LA NACIN.

    NICOLA BOMBACCI, PAUL MARION Y OSCAR PREZ

    SOLS EN LA EUROPA DE ENTREGUERRAS

    TESIS DOCTORAL

    Presentada por STEVEN FORTI

    Dirigida por DR. PERE YSS SOLANES

    Codirigida por DR. LUCIANO CASALI

    Ao 2011

  • A mamma e pap

    A te, che non ti vuoi

    azzurra e lucente

  • NDICE

    Abreviaciones ....... I

    Introduccin .. III

    CAPTULO I

    Nicola Bombacci, Il conformista? ... 1

    I.1. Nicola Bombacci, rara avis y ave fenix de la historia y de la historiografa 5

    I.1.1. Un pasado que no quiere pasar o un pasado que pasa demasiado rpido?

    La historiografa italiana frente a la cuestin del trnsito de la izquierda

    al fascismo . 5

    I.1.2. Trnsfugas, transformistas, oportunistas o pasionarios de la poltica? .. 17

    I.1.3. Nicola Bombacci, el supertraditore .. 48

    I.2. Los aos socialistas y comunistas (1913-1927) .. 51

    I.2.1. El Kaiser de Modena (1913-febrero 1917) .. 52

    I.2.2. El Lenin de Romagna (febrero 1917enero 1921) .. 56

    I.2.2.a. El socialismo italiano entre Caporetto y Livorno ... 56

    I.2.2.b. El lenguaje poltico de Nicola Bombacci en los aos de la

    Revolucin victoriosa (1917-1921) 63

    I.2.2.c. Comparaciones: el lenguaje poltico de los otros socialistas italianos ... 83

    I.2.3. Dirigente y diputado comunista (enero 1921julio 1927) . 105

    I.3. Los aos obscuros .. 118

    I.3.1. Del silencio a la conversin (julio 1927abril 1936) . 118

    I.3.2. Tiempo de conversiones 129

    I.4. Un hombre devoto a Mussolini (abril 1936-julio 1943) 142

  • I.4.1. La lnea ortodoxa de una revista de (aparentes) heterodoxos

    (abril 1936-agosto 1937) 147

    I.4.2. O con Roma o con Mosc (agosto 1937-agosto 1939) .. 158

    I.4.3. Intermezzo (septiembre 1939-mayo 1940) 179

    I.4.4. Una guerra revolucionaria (junio 1940-junio 1941) .. 187

    I.4.5. Una guerra santa en contra del bolchevismo (junio 1941-junio 1943) ... 203

    I.5. Entre el 25 de julio y el 25 de abril 224

    I.5.1. De la incertidumbre al compromiso total con el fascismo republicano

    (julio 1943-diciembre 1943) .. 227

    I.5.2. Volviendo a ser alguien (cuando nadie quiso serlo) (enero 1944-abril 1945) ... 232

    I.5.3. La muerte de un conformista pasionario .... 245

    CAPTULO II

    El Voyage au bout de la nuit de Paul Marion 249

    II.1. Un destino original? ........ 252

    II.1.1. De alergias al fascismo y de derivas fascistas: la historiografa francesa

    frente a Vichy y a los trnsfugas .... 252

    II.1.2. Cuantas derivas fascistas? ..... 257

    II.1.3. El muy poco extraordinario caso de Paul Marion .. 269

    II.2. Pour une France proletarienne (1921- agosto 1929) ..... 272

    II.2.1. Un joven brillante y fiel a la lnea de la Internacional (1923-1925) ... 276

    II.2.2. Un prohombre del Partido comunista (enero 1926-octubre 1927) . 284

    II.2.2.a. El frente nico ..... 288

    II.2.2.b. La cuestin financiera ..... 300

    II.2.2.c. A la cabeza del Agit-Prop Central ....... 303

    II.2.3. De Paris a Paris, pasando por Mosc (octubre 1927-agosto 1929) .... 313

    II.3. Entre dmocratie proletarienne y dmocratie populaire

    (septiembre 1929enero 1934) ... 319

  • II.4. Refaire la France con las nuevas generaciones (febrero 1934-junio 1936) ... 327

    II.5. Refaire la France con Jacques Doriot (julio 1936-enero 1939) ..... 336

    II.6. Refaire la France: mais avec qui? (1939-1940) ..... 347

    II.7. Refaire la France con el Marchal (1941-1944) .... 352

    II.7.1. El proyecto totalitario del Secrtaire gnrale lInformation .. 357

    II.7.2. El lenguaje poltico de Marion en la primera etapa de Vichy (1941-1942) ... 367

    II.7.3. Entre el retorno de Laval y la liberacin de Paris (abril 1942agosto 1944) 377

    II.8. Cest ne pas plus possible refaire la France (agosto 1944julio 1945) . 386

    II.9. La crcel, la liberacin, la muerte (verano 1945marzo 1954) .. 387

    CAPTULO III

    Uno, nessuno e centomila Oscar Prez Sols .. 395

    III.1. Oscar Prez Sols, poltico sui generis, ma non troppo ..... 398

    III.1.1. Hubo trnsfugas en Espaa? Una cuestin aparentemente inexistente en la

    historiografa espaola ....... 398

    III.1.2. Huellas, rastros y sombras de los trnsfugas espaoles ..... 405

    III.1.3. Oscar Prez Sols, el primero de la lista .... 419

    III.2. Del Ejrcito al socialismo pasando por el anarquismo .. 421

    III.2.1. Infancia, carrera militar y etapa anarquista (1882-1908) .... 421

    III.2.2. Los primeros pasos en el socialismo vallisoletano (1909-1912) .... 424

    III.2.3. Dirigente socialista en los campos de Castilla

    (septiembre 1912-primavera 1920) ..... 443

    III.2.3.a. La actividad poltica en la Agrupacin socialista vallisoletana . 447

    III.2.3.b. El lenguaje poltico de un socialista de derecha .... 459

  • III.2.4. Entre Segunda y Tercera Internacional (noviembre 1919-abril 1921) .. 475

    III.3. Lder del comunismo vizcano y espaol (abril 1921-diciembre 1927) . 488

    III.3.1. Los primeros dos aos en Bilbao (abril 1921-septiembre 1923) 488

    III.3.2. Lder del comunismo espaol (primavera 1924-diciembre 1927) .. 509

    III.3.2.a. Reorganizando el partido entre Mosc, Bilbao, Pars y Barcelona

    (abril 1924febrero 1925) ... 509

    III.3.2.b. En lnea con la nueva direccin en la crcel de Barcelona y

    en Valladolid (marzo 1925-diciembre 1927) .. 523

    III.4. Ferviente catlico en el ocaso de la dictadura primorriverista y en la Repblica

    (marzo 1928julio 1936) ........ 543

    III.5. Falangista (julio 1936octubre 1951) ..... 567

    Conclusiones . 585

    Bibliografa ... 625

    Resumen de la tesis en lengua italiana para la mencin Doctor Europeo .. 667

  • No es quin vivi aqu sino quin muri aqu;

    y no se trata de cundo, sino de cmo;

    no son los grandes conocidos

    sino los grandes que murieron sin ser conocidos; no es

    la historia de los pases

    sino las vidas de los hombres. las fbulas son sueos,

    no mentiras y

    la verdad cambia como cambian los hombres,

    y cuando la verdad no cambia los hombres

    se convertirn en muertos

    y el insecto

    y el fuego y el diluvio

    se convertirn en la verdad.

    Madrigales de la pensin, Charles Bukowski

  • I

    ABREVIACIONES

    ACS Archivio Centrale dello Stato (Roma)

    AHCB Arxiu Histric de la Ciutat (Barcelona)

    AHN Archivo Histrico Nacional (Madrid)

    AHPCE Archivo Histrico del Partido Comunista de Espaa (conservado en la

    Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla de la Universidad

    Complutense deMadrid)

    APC Archivio Partito Comunista (Italiano)

    APCF Archives du Parti Communiste Franais (actualmente conservados en los

    Archives Dpartamentales de la Seine-Saint-Denis en Bobigny)

    ASB Archivio di Stato di Bologna

    ASMAE Archivio Storico Ministero Affari Esteri (Roma)

    BCAB Biblioteca Comunale dellArchiginnasio (Bologna)

    BCIM Biblioteca Comunale di Imola

    BACS Biblioteca dellArchivio Centrale dello Stato (Roma)

    BCRS Biblioteca delle Civiche Raccolte Storiche Museo del Risorgimento

    (Milano)

    BDDSB Biblioteca del Dipartimento di Discipline Storiche dellUniversit di

    Bologna

    BDIC Bibliothque de Documentation International Contemporaine (Nanterre)

    BEUM Biblioteca Estense e Universitaria di Modena (Modena)

    BMCR Biblioteca del Museo Civico del Risorgimento di Bologna

    BNCF Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze

    BNE Biblioteca Nacional de Espaa (Madrid)

    BNF Bibliothque National de France (Paris)

    BPA Biblioteca Pblica Ars (Barcelona)

    BPB-BdI Biblioteca Paolo Baffi Banca dItalia (Roma)

    BPR Biblioteca del Pavell de la Repblica (Barcelona)

    BSG Bibliothque Sainte-Genevive (Paris)

    BSMC Biblioteca di Storia Moderna e Contemporanea (Roma)

  • II

    BUB Biblioteca Universitaria di Bologna

    CICU Biblioteca A. Cicu di Scienza Giuridiche dellUniversit di Bologna

    CO Carteggio Ordinario

    CPC Casellario Politico Centrale

    CR Carteggio Riservato

    DGPS Direzione Generale Pubblica Sicurezza

    FCO Fondazione Casa di Oriani (Ravenna)

    FGF Fondazione Giangiacomo Feltrinelli (Milano)

    FIG Fondazione Istituto Gramsci (Roma) FLLB Fondazione Lelio e Lisli Basso Issoco (Roma)

    FNQ Fondazione Nevol Querci - Archivio Storico e Iconografico del

    Socialismo (Roma)

    FPI Fundacin Pablo Iglesias (Alcal de Henares)

    FUS Fondazione Ugo Spirito (Roma)

    HMM Hemeroteca Municipal de Madrid

    IBC Istituzione Biblioteca Classense (Ravenna)

    IGER Istituto Gramsci Emilia Romagna (Bologna)

    IHS Institut dHistoire Sociale (Nanterre)

    PCM Presidenza del Consiglio dei Ministri

    Pol. Pol. Polizia Politica

    SPD Segreteria Particolare del Duce

    TSDS Tribunale Speciale per la Difesa dello Stato

  • III

    Introduccin

    En el XXXII canto de la Divina Commedia, atravesando la Antenora, Dante golpea con

    el pi a uno de los condenados, sepultado hasta el cuello en un lago congelado, el

    Cocito. Interesado por saber quien es la persona que acababa de golpear, Dante se para

    y pregunta cul es su nombre al condenado. Este, avergonzado por encontrarse en el

    ltimo crculo del Infierno, no contesta. Resentido, Dante agarra por el pelo al

    condenado con tanta violencia que le arranca un mechn. Finalmente otro condenado da

    a Dante la respuesta que buscaba: el condenado es Bocca degli Abati, un noble de

    Florencia que ha traicionado a su faccin los gelfos para pasar con todas sus armas

    con los adversarios los gibelinos en la batalla de Montaperti de 1260.

    El de Bocca degli Abati es uno de los pocos casos en que Dante es violento con los

    condenados, a los que generalmente trata con compasin. Y, no por casualidad, Bocca

    degli Abati era un traidor, confinado en el punto ms bajo del Infierno.1

    No fue solamente Dante quien habl con profundo odio de los traidores. En la historia

    de Occidente los traidores no han gozado nunca de buena reputacin. Hace algunos

    aos Alberto M. Banti recordaba como entre los militantes del Risorgimento italiano no

    poda existir nada de ms repugnante que la traicin, la peor de las divisiones posibles

    entre los patriotas, tanto que lleg a calificarla como una paranoia.2 Los ejemplos

    seran infinitos. Sea suficiente pensar en como los historiadores de la Grecia clsica

    relataron los casos del tirano ateniense Hipias y del rey espartano Demarato, que

    acabaron colaborando con los Persas. Lo que resulta interesante es ms bien quien habl

    de forma distinta de los traidores. En un estudio sobre las repblicas de los piratas en el

    Mediterrneo, Peter Lamborn Wilson, alias Hakim Bey, intent romper la clsica

    interpretacin que de los piratas haban dado los cristianos en la poca moderna y que 1 Vase tambin la referencia en Alberto Manguel, La crudelt di Dante, La Repubblica, 15 agosto 2009, pp. 42-43. 2 Se la nazione era interpretata come una comunit compatta per i suoi caratteri naturali, etnici, culturali, storici e politici, niente poteva esserci di peggio delle divisioni, e tra le forme della divisione niente poteva essere pi abominevole del tradimento. Linterazione tra concezione olistica della comunit, che la lettura etnoculturale suggeriva, e la strutturazione della narrazione sulla base della diade cristologia santo-traditore dava alle reazioni, che i militanti risorgimentali palesavano nelle circostanze politicamente e militarmente avverse, uninclinazione che verrebbe da definire paranoica: ovunque la nazione avesse subito un insuccesso, la causa non poteva essere che il tradimento, fosse questa interpretazione giusta o sbagliata., en Alberto M. Banti, La nazione del Risorgimento. Parentela, santit e onore alle origini dellItalia unita, Trin, Einaudi, 2000, p. 177.

  • IV

    ha llegado hasta nuestros das: unos renegados, unos apstatas, unos chaqueteros, unos

    traidores. Avanzando la idea que la piratera fue tambin una forma de resistencia

    social, Hakim Bey relat las historias de muchos europeos que se convirtieron al Islam

    y se juntaron a la jihad musulmana en los siglos XVI y XVII. Fueron solamente unos

    renegados y unos oportunistas? Hakim Bey apunt que

    Una totale insincerit, dopotutto, piuttosto rara nella storia del cuore umano. La maggior

    parte delle persone tende a giustificare le proprie scelte e azioni con un qualche appello a

    idee e ideali e, prima di tutto, a giustificare queste azioni verso se stessi. Le ideologie

    vengono facilmente assorbite quando linteresse personale e limmagine di s coincidono

    con la retorica e gli scopi ideologici. Supporre che i rinnegati fossero tutti intriganti

    machiavellici e poseur sarebbe dar loro troppo credito. Psicologicamente, molto pi

    convincente immaginare che almeno alcuni di loro finissero per credere in ci che

    professavano.3

    Las vidas aventureras de Henry Morgan, sir Francis Verney o John Ward poco tienen

    que ver con las vidas de Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez Sols, que vamos

    a relatar en estas pginas. Pero la referencia a los renegados de los siglos XVI y XVII,

    de la misma manera que la referencia a los condenados del ltimo crculo del Infierno

    dantesco, nos sirven para algo, aunque sea solamente anecdtico. Es decir, la mala

    reputacin y la damnatio memoriae que generalmente sufrieron los que pasaron armi e

    bagagli de una faccin a otra en la historia de Occidente. Un destino que no se

    modificara en absoluto en el siglo pasado, llegando ms bien a radicalizarse, al

    mezclarse con las pasiones polticas del Novecento.

    La cuestin que se encuentra al principio de esta tesis doctoral es, al fin y al cabo, la

    misma que se plante Hakim Bey cuando estudi el caso de los piratas en la poca

    moderna. Fueron todos unos oportunistas y unos voltagabbana? O, hubo algo ms?

    Es decir, el cambio de bando dependi solo y nicamente de razones pecuniarias?

    Estos personajes fueron solo y nicamente unos traidores en el peor sentido de la

    palabra? O, en cambio, factores ideolgicos, creencias personales, credos polticos o

    religiosos influyeron o fueron centrales en la decisin de estos hombres? Los sujetos

    acerca de los cuales se formula esta pregunta no son en nuestro caso los piratas, sino los

    que comnmente se han llamado trnsfugas, pasados a la historia generalmente como 3 Peter Lamborn Wilson (Hakim Bey), Le repubbliche dei pirati. Corsari mori e rinnegati europei nel Mediterraneo, Miln, Shake Edizioni, 2008 (ed. or. Pirates Utopias. Moorish Corsairs & European Renegados, Brooklyn, Autonomedia, 1995), pp. 44-45.

  • V

    unos traidores oportunistas. Segn el Diccionario de la lengua espaola de la RAE, el

    trnsfuga es una persona que pasa de una ideologa o colectividad a otra. El trmino

    trnsfuga es muy amplio y potencialmente indefinido, tanto en el espacio como en el

    tiempo. En este trabajo se ha decidido acotar el campo de investigacin, limitndolo a la

    Europa de entreguerras y ms precisamente a tres pases del area mediterrnea como

    Italia, Francia y Espaa. Adems, se ha decidido centrarse en los dirigentes polticos,

    dejando conscientemente fuera de la investigacin a los intelectuales y los militantes,

    considerando que para un estudio de stos haran falta otros instrumentos analticos e

    interpretativos.4 Los trnsfugas de los cuales se habla en las pginas siguientes se

    podran definir, con una expresin poco concisa pero rigurosa, como cuadros polticos

    de formaciones polticas de izquierda que pasaron a organizaciones polticas y

    sindicales fascistas en el Viejo Continente entre la Primera y la Segunda Guerra

    Mundial.

    I. Por qu estudiar los trnsfugas?

    Aproximadamente hace una dcada me regalaron un libro, Il comunista in camicia nera

    de Arrigo Petacco, una vulgarizacin repleta de imprecisiones de la vida de Nicola

    Bombacci.5 La verdad es que, ms all de la psima novelizacin histrica de Petacco,

    el protagonista del libro me impresion y me fascin. Su trayectoria humana y poltica

    entre el socialismo maximalista y el fascismo, entre la fundacin del Partido Comunista

    de Italia y la Repblica de Sal, me pareci como mnimo extraa, aparentemente

    inexplicable, ciertamente excntrica. Me puse poco a poco a investigar ms sobre

    4 El estudio de las trayectorias de los intelectuales comprometidos con la poltica implicara la utilizacin de otras herramientas analticas. Por lo que concierne el caso de la relacin entre partidos comunistas e intelectuales resultan interesantes las reflexiones que hace unas dcadas hizo David Caute. Citando a los casos de Spengler, Shaw, Picasso, Gide y Sartre, entre otros, Caute pona de relieve que Fondamentalment lengagement du compagnon de route est un engagement distance, non seulement gographique, mais aussi affectif et intellectuel. La diferencia con un engagement como el de dirigentes de primer orden de los partidos comunistas (Bombacci, Marion y Prez Sols, por ejemplo) resulta notable. Se cita de la edicin francesa del libro de David Caute, Les compagnons de route, 1917-1968, Pars, Robert Laffont, 1979 (ed. or. The Fellow-Travellers. A Postscript to the Enlightenment, Londres, Weidenfeld & Nicolson, 1973), p. 14. La reflexin vale tambin para los intelectuales fascistas que se comprometieron con la poltica? Pinsese, para el caso francs, en los casos de Drieu La Rochelle, Cline y Brasillach. Sobre estas trayectorias, vase Tarmo Kunnas, Drieu La Rochelle, Cline, Brasillach et la tentation fasciste, Pars, Le Sept couleurs, 1972 (ed. or. 1971). 5 Arrigo Petacco, Il comunista in camicia nera. Nicola Bombacci tra Lenin e Mussolini, Miln, Mondadori, 1996.

  • VI

    Nicola Bombacci y me di cuenta que la idea que haba tenido al principio Bombacci

    fue un voltagabbana como muchos que vistieron la camisa negra cuando el fascismo

    lleg al poder no tena consistencia tras un anlisis histrico mnimamente serio.

    Despus de su abandono del comunismo en 1927, Bombacci vivi alejado de la poltica

    hasta mediados de los aos treinta, cuando se le permiti publicar una revista poltica

    La Verit, y, despus de la cada del fascismo y la fundacin de la Repblica Social

    Italiana, decidi quedarse con Mussolini hasta el final, acabando fusilado a orillas del

    lago de Como y colgado por los pies en la gasolinera de Piazzale Loreto, justamente al

    lado del cadver del Duce. Qu clase de oportunista poda ser Bombacci? Si lo

    miramos desde un enfoque puramente de clculo egosta, su decisin de quedarse

    antifascista (o como mnimo afascista) durante toda la primera dcada del rgimen y

    su ltima decisin de seguir a Mussolini hasta el pelotn de fusilamiento de los

    partisanos no tiene sentido alguno. Si pensamos que uno de los fundadores del PCdI

    acab en Piazzale Loreto, despus de no haber gozado de muchos favores durante el

    ventennio, mientras que jerarcas como Dino Grandi, Galeazzo Ciano, Giuseppe Bottai

    votaron en contra de Mussolini en la noche del 25 de julio o que el mismo Mariscal

    Pietro Badoglio sustituy a Mussolini y lo hizo encarcelar tras veinte aos en los ms

    altos escalafones del rgimen, algo no encaja. Por qu Bombacci decidi llegar hasta el

    punto de morir por el fascismo? Por fe? Por ideologa? Por pasin?

    Pero, Bombacci fue un caso excepcional? Segn la historiografa existente y segn las

    vulgarizaciones periodsticas, Bombacci fue una rara avis y un caso border line, nico

    y casi irrepetible. Leyendo ms e investigando ms sobre la cuestin, me di cuenta que

    el caso de Bombacci no fue una excepcin y que su trayectoria tampoco fue tan extraa.

    En la Italia del perodo de entreguerras no fueron pocos los dirigentes polticos y

    sindicales de partidos de izquierda que se convirtieron al fascismo, sustituyendo el

    internacionalismo proletario por el culto de la nacin, la lucha de clases por la armona

    social, y el materialismo dialctico marxista por un fuerte antimaterialismo espiritualista

    entrelazado a los valores cristianos. Algunos de ellos fueron unos oportunistas,

    aprovechndose de las dinmicas polticas nacionales para llegar a posiciones de poder

    poltico y econmico; otros no lo fueron, tomando unas decisiones que, como en el caso

    de Bombacci, nos pueden parecer como mnimo ilgicas desde el punto de vista

    econmico. La pregunta que estaba al principio de todo empezaba a tener ms

  • VII

    importancia y la respuesta se haca paulatinamente ms complicada. Cunto peso se

    deba dar a las razones ideolgicas en estos trnsitos de la izquierda al fascismo?

    Cunto influy la pasin de la poltica y la pasin por la poltica en estos casos de

    transfuguismo?

    Al tener una visin ms o menos completa del panorama italiano de entreguerras se me

    plante una pregunta ms: fue el caso de Italia una excepcin en el conjunto europeo?

    O, ms bien, fue la normalidad? Las historiografas nacionales suelen poner de

    manifiesto la originalidad de la historia de cada pas, subrayando ms las diferencias

    que las analogas entre lo que pas en uno y otro pas. Si nos quedamos en la superficie,

    no cabe duda que encontrar analogas entre un pas y otro del mismo continente europeo

    resulta bastante complicado y si nos ceimos a los tres pases que se ha decidido

    estudiar en esta tesis doctoral, la tarea no es para nada fcil. Mientras que Italia

    particip en la Primera guerra mundial, sufri la que Gabriele DAnnunzio defini una

    vittoria mutilata, vivi el que pas a la historia como biennio rosso y fue, en octubre de

    1922, el primer pas en el que se instaur un rgimen de tipo fascista que fue derribado

    solo al final de la segunda contienda mundial, Francia sali de la Gran Guerra como un

    pas realmente ganador, vivi una alternancia democrtica en el marco de la Tercera

    Repblica entre gobiernos de centro derecha y de centro izquierda durante las dos

    dcadas siguientes hasta la derrota militar de la primavera de 1940, que signific la

    ocupacin nazi y la instauracin de un rgimen fascista con capital en la ciudad

    balnearia de Vichy. Al contrario, Espaa no particip en la primera contienda mundial,

    tuvo una posguerra de protestas y huelgas pasada a la historia como trienio bolchevique,

    vivi el desgaste del sistema del turno instaurado con la Restauracin, sufri un primer

    pronunciamiento militar en septiembre de 1923 que dio vida a la dictadura del General

    Primo de Rivera, vivi la instauracin de la Segunda Repblica en 1931 y los tres

    dramticos aos de guerra civil que se concluyeron con la instauracin del rgimen

    franquista, que, nica excepcin en Europa junto a Portugal, pudo sobrevivir al fin de la

    Segunda Guerra Mundial.

    Pero las similitudes no faltaron. Y justamente por esto se hace cada vez ms necesario

    un enfoque de historia comparada. Efectivamente, si miramos con otros ojos los mismos

    acontecimientos que se desarrollaron en los tres pases estudiados en los aos de

    entreguerras nos podemos dar cuenta de ciertas analogas para nada desdeables. Por

  • VIII

    ejemplo? El protagonismo que el movimiento obrero tuvo en Italia y en Espaa en la

    primera posguerra (biennio rosso trienio bolchevique), la instauracin de una

    dictadura autoritaria que se apoy en la monarqua en Italia en octubre de 1922 y en

    Espaa en septiembre de 1923 (aunque de forma diferente: va legal, en un caso ,

    pronunciamiento militar en el otro), la victoria electoral de una alianza electoral de

    centro izquierda antifascista el Frente Popular en Espaa en febrero de 1936 y en

    Francia en mayo del mismo ao, la conquista del poder por parte de movimientos

    fascistas y la instauracin de un rgimen fascista en Italia en 1922, en Espaa en 1939 y

    en Francia en 1940 (aunque de forma absolutamente distinta). El elenco podra ser

    mucho ms detallado, sobre todo si nos fijamos en la historia del pensamiento poltico.

    Como en cualquier otra etapa histrica, las ideas polticas se movieron incesantemente

    de un pas a otro, creando una red de influencias y contra influencias difcilmente

    desenredable. Y no solamente por lo que se refiere a la ideologa comunista donde la

    centralidad del pensamiento marxista y leninista fue incuestionable, sino tambin por

    lo que se refiere a las ideologas de la izquierda heterodoxa y de la derecha reaccionaria

    y fascista. Pinsese en la influencia, respectivamente, del pensamiento de Georges Sorel

    y Gustave Le Bon, de Anton Pannekoek y Rosa Luxemburg, de Charles Maurras y

    Maurice Barrs, de Max Weber y Vilfredo Pareto en la Europa de la primera mitad del

    siglo XX y en cmo las ideas de estos intelectuales se movieron del pas de origen a los

    otros pases, modificndose y adaptndose a la nueva tierra de acogida.

    Por lo que concierne la cuestin del transfuguismo, teniendo en cuenta las diferencias

    cronolgicas y las distintas dinmicas nacionales, las analogas resultan ser ms

    numerosas que las diferencias. Italia no fue una excepcin. En Francia hubo un nmero

    semejante de casos de dirigentes polticos y sindicales de formaciones polticas de

    izquierda que pasaron a las organizaciones fascistas en los aos veinte y treinta y en

    Espaa el nmero de los trnsfugas en aquellos aos no fue para nada desdeable. Me

    daba cuenta que la cuestin empezaba a tener una importancia y un peso bien diferente:

    el intento de encontrar una respuesta al caso aparentemente estrafalario de Nicola

    Bombacci haba llevado a plantearme una serie de preguntas sobre la historia poltica y

    del pensamiento poltico de la primera mitad del siglo XX. Por qu hasta ahora no se

    ha investigado seriamente la cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo en la

    Europa de entreguerras? Por qu en los raros estudios existentes acerca de trayectorias

  • IX

    de este tipo y sobre todo en las referencias a estos personajes en las historias del

    movimiento obrero de Italia, Francia y Espaa no se ha logrado en la mayora de los

    casos ir ms all de juicios polticos ex post y de condenas morales (o ridculas

    apologas)? O, en los mejores de los casos, sobre todo despus de 1989, no se ha ido

    ms all la utilizacin de estas trayectorias como demostracin de la validez de la lgica

    de los opuestos extremismos, cimiento de la teora del totalitarismo? Y, sobre todo,

    qu han significado en la historia poltica y en la historia del pensamiento poltico de la

    poca contempornea estos trnsitos de la izquierda al fascismo?

    II. Una historia de la poltica y del pensamiento poltico

    En 1986 se public en Francia La drive fasciste. Doriot, Dat, Bergery, 1933-1945 de

    Philippe Burrin, una investigacin pionera en la cuestin que en esta tesis doctoral se

    est abordando. Burrin estudi detenidamente las trayectorias de tres dirigentes polticos

    franceses, Jacques Doriot, Marcel Dat y Gaston Bergery, que en tiempos y modos

    distintos pasaron de una militancia de izquierda (respectivamente: comunista, socialista

    y radical) a la colaboracin con el rgimen del Mariscal Ptain y con los nazis, despus

    de un ms o menos paulatino proceso de fascistizacin.6

    En la introduccin a su trabajo, el historiador suizo explic como las disidencias y los

    cambios de posicionamiento poltico fueron un fenmeno tpico del universo poltico de

    la poca democrtica a partir de la Revolucin francesa y como el trnsito de la

    izquierda a la derecha dependi de causas evidentes de desencanto hacia un engagement

    concebido como una posibilidad para la transformacin de la sociedad. Considerando

    necesario ir ms all de un listado de casos singulares y buscar a travs de la variedad la

    unidad del fenmeno, Burrin se propuso a) reconstruir la historia de estos itinerarios,

    mostrando como stos fueron las derivas de sus respectivos pasados polticos, en la

    medida en que estos polticos absorbieron los valores y los comportamientos de sus

    partidos de origen; b) mostrar como las rupturas y los movimientos que estos polticos

    crearon revelan la crisis de los partidos de izquierda y del sistema poltico francs del

    perodo de entreguerras; c) sin olvidarse de las peculiaridades de cada itinerario, poner

    de relieve el fenmeno de la deriva de algunos elementos de la izquierda hacia la 6 Philippe Burrin, La drive fasciste. Doriot, Dat, Bergery 1933-1945, Pars, Seuil, 1986. En estas pginas se cita de la edicin publicada en 2003 por la misma editorial.

  • X

    colaboracin; d) reconstruir los procesos de fascistizacin de estos polticos de

    izquierda, la vexata quaestio del fascismo en Francia y el significado y la importancia

    de la confluencia de elementos de izquierda en los movimientos fascistas.

    Afirmando que fueron una minora los casos de los dirigentes fascistas provenientes de

    la izquierda de la misma manera que fueron una minora los militantes y los electores

    de izquierda que votaron por el fascismo y criticando las interpretaciones que de la

    cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo dieron Gilbert Allardyce y George

    Mosse (la motivacin se encontraba sobre todo en la experiencia de la Gran Guerra y en

    el activismo de estos polticos), Emilio Gentile (el fascismo era un producto hertico del

    marxismo), Eugen Weber (el fascismo fue la unin de socialismo y nacionalismo) y

    Zeev Sternhell (el punto de partida estaba en la revisin del marxismo de los disidentes

    de la izquierda), Burrin reconoci que el punto lgido estaba en la definicin que se

    daba del fenmeno fascista.7 Oponindose netamente a la interpretacin propuesta por

    Sternhell fundada en un anlisis del pensamiento poltico y de las ideas, el historiador

    suizo subray de todos modos como no se deba dejar de lado la dimensin poltico-

    ideolgica del fenmeno fascista. Segn Burrin, lo que resultaba indispensable era una

    explicacin histrica de los itinerarios individuales que proporcionase tambin un

    cuadro de comprensin del trnsito de la izquierda al fascismo: es decir, un anlisis al

    mismo tiempo poltico e ideolgico, atento a la historia de las mentalidades, a la historia

    de las representaciones y a los climas culturales y a las sensibilidades colectivas de un

    determinado perodo histrico.

    Considerando que la fascistizacin de elementos provenientes de la izquierda poda ser

    posible solo y nicamente en el momento en que exista una ideologa de

    reagrupamiento nacional, Burrin puso de manifiesto tres conjuntos de elementos que se

    7 En un debate muy francs como el que desataron los estudios de Zeev Sternhell entre finales de los aos setenta y principios de los aos ochenta y que pas a la historia con el nombre de allergie franaise au fascisme del cual se hablar detenidamente en la introduccin del cap. II, Burrin se opuso al historiador israel, defendiendo de la mejor forma posible la tesis de la ausencia de fascismo en Francia. Las referencias a las interpretaciones citadas se encuentran respectivamente en las siguientes obras de los historiadores nombrados: Gilbert D. Allardyce, The Political Transition of Jacques Doriot, Journal of Contemporary History, 1, 1966, ahora con el mismo ttulo en George L. Mosse (ed.), International Fascism. New Thoughts and New Approaches, Londres, Sage, 1979, pp. 273-292; George L. Mosse, Towards a General Theory of Fascism, en Id. (ed.), International Fascism, pp. 1-41; Emilio Gentile, Le origini dellideologia fascista (1918-1925), Roma, Laterza, 1975; Eugen Weber, Nationalism, Socialism and National-Socialism in France, French Historical Studies, 3, primavera 1962, pp. 273-307; Zeev Sternhell, Maurice Barrs et le nationalisme franais, Pars, Colin, 1972; Id., La Droite rvolutionnaire, 1885-1914. Les origins franaises du fascisme, Pars, Seuil, 1978; Id., Ni droite, ni gauche. Lidologie fasciste en France, Pars, Seuil, 1983.

  • XI

    podan considerar como pasarelas hacia el fascismo para dirigentes polticos de

    izquierdas en una situacin de crisis nacional y/o durante una disidencia: a) un conjunto

    de principios de organizacin y de mtodos polticos (el fascismo poda proporcionar un

    tipo de actividad poltica cercana a la experiencia de los militantes de izquierda); b) un

    conjunto de valores irracionales (la aspiracin a la comunin humana dentro de la

    accin colectiva, la valorizacin del activismo y del dinamismo, la valorizacin de las

    minoras, del herosmo, de la energa y de la violencia); c) un conjunto de valores

    ideolgicos (una serie de adversarios compartidos: el liberalismo, el capitalismo, la

    democracia parlamentaria).

    El historiador suizo matiz tambin que en el estudio de estos casos no son suficientes

    unos criterios exteriores fundados en las prcticas polticas, las estructuras de

    organizacin o los comportamientos militantes; al contrario, es necesario basarse en las

    concepciones ideolgicas que proporcionan los escritos y las decisiones polticas de

    estos hombres polticos. De esta manera, Burrin lleg a reconocer los factores de una

    sndrome fascista en un marco de creciente fascistizacin, trmino con el cual el

    historiador suizo define todos los proyectos de trasformacin totalitaria de la nacin

    segn unos principios de desigualdad y unos valores de comunin colectiva, fuerza y

    dominacin.8

    Aunque el autor de estas pginas no comparte en todo la interpretacin que de la

    cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo dio Burrin y sobre todo la definicin

    que proporcion del fenmeno fascista en la Francia de entreguerras, se considera que

    el trabajo del historiador suizo resulta ser un modelo fundamental para poder llevar a

    cabo una comparacin transnacional de esta cuestin. Tanto por lo que concierne la

    metodologa de anlisis historia poltica ms historia de las ideas ms historia de las

    mentalidades como por lo que concierne la idea de las pasarelas potenciales hacia el

    fascismo, el trabajo de Burrin es la referencia principal de esta tesis de doctorado, que

    se propone ser una ampliacin al mbito de la Europa occidental y mediterrnea de La

    drive fasciste. Sin entrar en detalles, como se explicar en el captulo dedicado al caso

    francs, la eleccin de Paul Marion (y no de Jacques Doriot, por ejemplo) se debe al

    mismo trabajo de Philippe Burrin. Efectivamente, al principio de su libro, el historiador

    suizo cit un artculo de Lpoque de finales de 1945 en que se nombraban cuatro casos

    8 Burrin, La drive fasciste, pp. 11-25.

  • XII

    de dirigentes polticos de izquierdas que acabaron colaborando con Ptain y con los

    nazis: Doriot, Dat, Bergery y Marion.9 Burrin estudi los primeros tres casos citados

    por Lpoque, dejando olvidado el caso de Marion. Quin escribe estas pginas ha

    considerado que el caso de Marion mereca la misma atencin que los casos de Doriot,

    Dat y Bergery, con el objetivo y la esperanza que este estudio pueda llegar a ser no un

    solapamiento o un intento de rectificacin, sino una integracin del estudio de Burrin

    por el caso francs y una ampliacin a nivel europeo, siendo el primer intento de

    estudiar la cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo en el perodo de entreguerras

    en ms de un contexto nacional.

    II.1. Una puntualizacin

    Despus del generalizado reconocimiento del fin de la Historia con la h mayscula, se

    puede admitir que

    non c storia se non come storia di: storia di una qualche configurazione problemtica

    elaborata da ogni storico, anzitutto riflettendo su altre discipline quali leconomia, la

    sociologia, il diritto, la filosofia, lantropologia10

    La transdisciplinariedad puede realmente ser un fenmeno enriquecedor para la historia.

    En las ltimas dcadas se ha incrementado el dilogo con otras disciplinas, favoreciendo

    el nacimiento de nuevas perspectivas metodolgicas. El giro lingstico dio el input para

    que la lingstica, la filosofa, la antropologa y las ciencias sociales empezaran un

    fructuoso contacto con la historia. La existencia y el continuo desarrollo de nuevos

    temas en la historia contempornea el gnero, las identidades, las cultura polticas,

    entre otros se debe principalmente a esto.

    Al comienzo de una investigacin, el historiador tiene la responsabilidad de declarar

    pblica y rigurosamente de qu historia trata su historia, de lo contrario incurre

    fcilmente en errores de interpretacin, generando confusin, mezclando conceptos y

    categoras diferentes y llegando a un peligroso malentendido. El estudio de la cuestin

    del paso de la izquierda al fascismo en la Europa de entreguerras que aqu se

    9 La droite et la collaboration, lpoque, 7 diciembre 1945, citado por Burrin, La drive fasciste, p. 15. 10 Valerio Romitelli, Mirco Degli Esposti, Quando si fatto politica in Italia? Storia di situazioni pubbliche, Soveria Mannelli, Rubbettino, 2001, p. 10.

  • XIII

    proporciona se inserta en el marco general de la historia de la poltica y del pensamiento

    poltico y tiene como referencias intelectuales, especialmente, las investigaciones y las

    reflexiones de Valerio Romitelli y de Alain Badiou.11

    La poltica representa la sociedad, la manera en que la sociedad se organiza, se

    gobierna, como decide regularse. Estudiar la poltica significa, por lo tanto, el estudio de

    las formas en que una sociedad se auto-organiza. Estudiar los proyectos polticos y las

    palabras de la poltica de los diferentes sujetos polticos partidos, movimientos,

    corrientes de partido, actores sociales, etc. a fin de cuentas significa investigar un

    proyecto de organizacin de la sociedad, de ordenamiento de una comunidad de seres

    humanos, proponiendo una posible interpretacin.

    La clave para poder abordar un tipo de investigacin histrica como la que aqu se

    propone la representa la vuelta al valor y el real significado de los trminos. Es decir,

    preguntarse qu es y qu se entiende con el trmino poltica. Como para cualquier

    categora de interpretacin de la realidad existen mltiples significados de poltica:

    resulta necesario definirla, aclarando con precisin que representa. En la primera parte

    del siglo XX, Carl Schmitt dio la vuelta a la frmula acuada por el general prusiano

    Carl von Clausewitz: de la guerra es la continuacin de la poltica por otros medios se

    pas a la poltica es la continuacin de la guerra por otros medios.12 Una

    interpretacin de este tipo llevaba a poner en relacin el trmino poltica con la palabra

    griega , la guerra, mientras que, como aclar tambin Heidegger, el origen del

    trmino poltica se encuentra en otra palabra griega, , la ciudad, el lugar de

    encuentro, la comunidad de ciudadanos. Aunque, como se demostrar en los prximos

    11 Valerio Romitelli, Storiografia, cronologia e politica. Ipotesi sulla modernit delle questioni del tempo, Npoles, Liguori Editore, 1993; Id., Sulle origini e la fine della Rivoluzione, Bolonia, CLUEB, 1996; Id., Degli Esposti, Quando si fatto politica in Italia?; Id., Storie di politica e di potere, Npoles, Cronopio, 2004; Alain Badiou, Peut-on penser la politique?, Pars, Seuil, 1982; Id., Letre et lvnement, Pars, Seuil, 1988; Id., San Paolo. Fondazione delluniversalismo, Npoles, Cronopio, 1999 (ed. or. Saint Paul. La fondation de luniversalisme, Pars, PUF, 1997); Id., La Comune di Parigi. Una dichiarazione politica sulla politica, Npoles, Cronopio, 2004 (ed. or. La Commune de Paris. Une dclaration politique sur la politique, Pars, Les Confrences de Rouge-Gorge, 2003); Id., Il secolo, Miln, Feltrinelli, 2006 (ed. or. Le sicle, Pars, Seuil, 2005). 12 Valerio Romitelli, Rovesciare Clausewitz?, en Romitelli, Storie di politica, pp. 95-118. Segn Clausewitz, la poltica es el exacto contrario de la guerra, ya que su objetivo final no puede ser otra cosa que la paz. Vase, Carl von Clausewitz, Della guerra, Miln, Mondadori, 1970 (ed. or. Vom Kriege, Berln, 1832). Mientras que Carl Schmitt en los ltimos aos de la Repblica de Weimar sostena que la guerra no es scopo, meta o anche solo contenuto della politica, ma ne il presupposto sempre presente. Se cita de la traduccin italiana: Carl Schmitt, Le categorie del politico. Saggi di teoria politica, Bolonia, Il Mulino, 1972, p. 117 (la edicin original en alemn Der Begriff des Politischen se concibi y public entre 1927 y 1932).

  • XIV

    captulos, Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez Sols olvidaron ms o menos

    conscientemente la aclaracin heideggeriana entrelazando peligrosamente la poltica

    con la guerra, quin escribe estas pginas cree que es imprescindible en la introduccin

    de una investigacin sobre la historia poltica y el pensamiento poltico del siglo XX

    poner de manifiesto la diferencia substancial entre poltica y guerra. Como apunt

    Valerio Romitelli, la poltica quando fatta e pensata in modo proprio, non

    strumentale o equivoco, sempre fatta e pensata dalla massa dei suoi stessi protagonisti

    i quali trovano in loro stessi le ragioni per farla e pensarla, mientras que la guerra

    sempre fatta e pensata in riferimento ad altri, a partire dal fatto che si riconosce un

    nemico, interno o esterno, vero o fittizio che sia. En estas pginas se concibe la

    poltica como una attivit essenzialmente razionale, intellegibile, pensabile, seppur

    spesso conflittuale.13

    Para una perspectiva como la de la historia poltica, disciplinas como la sociologa y las

    ciencias sociales pueden ser un til cimiento. Resultan interesante en este sentido las

    reflexiones de Rafael Cruz sobre el concepto de masas en la historia contempornea

    espaola14 y la aproximacin de Juan Francisco Fuentes a la historia de los conceptos

    como biografa poltica. La propuesta de Fuentes y Javier Fernndez Sebastin para

    revitalizar la historia conceptual la frmula es empirismo ms formato narrativo

    podra ser una solucin a los peligros de este tipo de historia.15 De todos modos, se debe

    13 Romitelli, Degli Esposti, Quando si fatto, pp. 16-17. La aclaracin heideggeriana se encuentra en un comentario a un texto de Sfocles en las clases que el filsofo alemn dio en la Universidad de Friburgo en verano de 1935. Las clases de Heidegger fueron publicadas solamente en 1953. Aqu se hace referencia a la edicin italiana: Martin Heidegger, Introduzione alla Metafisica, Miln, Mursia, 1979, p. 160. Una definicin novelizada de lo que se entiende por poltica la dio el mismo Valerio Romitelli en la novela Gli dei che stavamo per essere (Bolonia, Gedit Edizioni, 2004), dedicada al patriota bolos de finales del siglo XVIII Gioseffo Gioannetti: In fondo la buona politica non che questo: lattraversamento di quel mare che, mi ripetevano sempre i miei primi educatori, stava tra il dire e il fare, ove il mare metafora della stessa moltitudine del popolo, del chiunque, senza titoli, n propriet. Quel mare pu essere di una bonaccia desolante o in preda a procelle rovinose; in entrambi i casi nessuno potr riuscire a navigarci, se non un temerario, a rischio comunque di naufragio. I pi baderebbero solo a galleggiare, anche a prezzo di fare annegare il vicino. Vi sono, comunque, rade stagioni propizie nelle quali i venti e le correnti accolgono e sospingono marinai coraggiosi verso mete sconosciute che, una volta raggiunte, disegnano nuovi profili nella geografia dei diritti e della democrazia (pp. 78-79). 14 Rafael Cruz, La poltica de los instintos. Las masas en la Espaa contempornea, manuscrito presentado en el Seminario de Historia organizado por la Fundacin Jos Ortega y Gasset, curso 2008-2009, 82 pp. 15 Juan Francisco Fuentes, Totalitarismo: origen y evolucin de un concepto clave, Revista de estudios polticos, nueva poca, 134, diciembre 2006, pp. 195-218; Javier Fernndez Sebastin, Historia de los conceptos: nuevas perspectivas para el estudio de los lenguajes polticos europeos, Ayer, 48, 2002, pp. 331-364. Vase tambin el dossier coordinado por Javier Fernndez Sebastin y Juan Francisco Fuentes Aragons sobre historia de los conceptos en Ayer, 53, 2004.

  • XV

    tener mucho cuidado en no confundir la historia poltica con la historia conceptual. La

    escuela que tiene en Reinhart Koselleck su maestro busca casi obsesivamente la gnesis

    de conceptos polticos en el pasado remoto. La historia de los conceptos lo acaba

    reconduciendo todo a orgenes, tradiciones y corrientes, quitando a los diferentes

    momentos polticos su propia singularidad. Siguiendo la perspectiva de historia de la

    poltica propuesta por Romitelli, a los conceptos se tendran que sustituir las categoras

    de interpretacin y las palabras de la poltica, las cuales tienen sentido slo enmarcadas

    en su poca. Mientras que categora significa fragmento de un discurso, concepto

    significa resultado de una concepcin del pensamiento. El simple reconocimiento de la

    diferencia entre lo que precede y lo que sigue no da cuenta de la ruptura y la apertura

    que una poltica produce. Desde esta perspectiva, lo que resulta importante non ci

    che viene rotto, o i rottami che vengono lasciati, o il vuoto che resta, o gli echi infiniti,

    ma come la rottura viene operata, come si crea ci che per porsi non pu non darsi

    esteriormente che come frattura.16 En cualquier caso, no se tiene que olvidar que las

    categoras sociolgicas, a menudo demasiado estrictas, no deben llegar a ser

    imprescindibles. Como apunta el historiador italiano Alfonso Botti, los modelos

    sirven, son tiles, dejan ver. Quizs se aprovecha mejor su potencialidad, tomndolos

    sin rigidez y comprobando continuamente sus niveles de elasticidad y flexibilidad.17

    III. Un anlisis en tres niveles

    Teniendo en cuenta las referencias a la obra de Philippe Burrin y a las reflexiones de

    Valerio Romitelli y Alain Badiou, la investigacin que se propone en esta tesis doctoral

    se desarrolla en tres niveles: estudio de biografas, anlisis del lenguaje poltico e

    historia poltica y del pensamiento poltico con un enfoque comparado. Es decir, que la

    mirada con la cual se observa la historia de Europa en los aos de entreguerras tiene tres

    ejes fundamentales: la historia biogrfica, la historia poltica y del pensamiento poltico

    y la historia comparada.

    16 Romitelli, Degli Esposti, Quando si fatto, p. 29. 17 Alfonso Botti, Cielo y dinero. El nacionalcatolicismo en Espaa, 1881-1975, Madrid, Alianza Editorial, 1992, p. 21.

  • XVI

    El primer nivel concierne la investigacin biogrfica de Nicola Bombacci, Paul Marion

    y Oscar Prez Sols. A travs de la consulta de fuentes documentales primarias, se ha

    procedido al conocimiento de sus trayectorias humanas y polticas. El enfoque

    biogrfico intenta acercar a una cuestin particular y limitable la investigacin,

    permitiendo una profundizacin del anlisis y evitando simples generalizaciones

    deductivas. Teniendo en cuenta el debate europeo acerca de la naturaleza y uso en la

    historiografa de la biografa, la prosopografa y las historias de vida,18 se puede

    plantear que a travs de un sujeto es posible percibir y descifrar parte de la cultura de

    una poca. Como apunt Sergio Romano, el individuo llega a ser el nico lugar

    histrico en el cual se dan encuentro ms all de cualquier esquematismo

    historiogrfico, todas las fuerzas econmicas y morales que contribuyen a hacer la

    historia.19 El personaje anot Serge Noiret no tiene que ser oggetto sociologico

    senza nome: de tal manera, se deja espacio a lo particular, a lo individual, a la

    complejidad de factores a veces poco coherentes entre ellos que puedan explicar los

    comportamientos del personaje y, a continuacin, localizar algunas caractersticas de la

    cultura de la poca.20 Estudiar la vida de un personaje puede ser la ocasin para

    deshacer nudos histricos ms grandes que l y con los cuales el personaje interactu.

    La historia biogrfica, a fin de cuentas, acaba encontrndose con la micro-historia,

    haciendo posible un acercamiento ideal a la historia local y regional. El posible riesgo

    de un exceso de localismo y de una historia encerrada en su microcosmos desaparece

    debido a una perspectiva de histrica comparada que se preocupa por tener en cuenta las

    dinmicas nacionales y europeas.

    18 Giovanni Levi, Les usages de la biographie, Annales E.S.C., n. 6, noviembre-diciembre 1989, pp. 1325-1336; Franco Ferrarotti, Storia e storie di vita, Bari, Laterza, 1981; Pierre Bordieau, Lillusion biographique, Actes de la Recherche en Science Sociales, n. 62-63, junio 1986, pp. 69-72; Jacques Le Goff, Comment crire une biographie historique aujourdhui?, Le Dbat, n. 54, marzo-abril 1989, pp. 48-53; Daniel Roche (ed.), Journal de ma vie. Jacques-Louis Mntra compagnon vitrier au 18e sicle, Pars, Montalba, 1982; Juan Jos Pujadas Muoz, El mtodo biogrfico: el uso de las historias de vida en ciencias sociales, Madrid, CIS, 1992; Antonio Morales Moya, Biografa y narracin en la historiografa actual, en Problemas actuales de la historia. Terceras jornadas de Estudios Histricos, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1993. 19 Sergio Romano, Biografia e storiografia, Risorgimento, n. 1, 1981, p. 97. Franco Ferrarotti, en su fundamental Storia e storie di vita, apunt como el individuo no es nunca un individuo solitario, sino una sntesis, un signo cultural estenogrfico. 20 Serge Noiret, Massimalismo e crisi dello stato liberale. Nicola Bombacci (1879-1924), Miln, FrancoAngeli, 1992, p. 21.

  • XVII

    El segundo nivel de la investigacin concierne el anlisis del lenguaje poltico de los

    personajes estudiados. La peculiar trayectoria de los trnsfugas y el hecho que la

    mayora de ellos no fueron en absoluto unos tericos, sino unos propagandstas, implica

    que una tradicional interpretacin del pensamiento poltico no sera la adecuada. La

    bsqueda de una lgica implcita y de la evolucin de un pensamiento no tendra una

    particular utilidad heurstica para la investigacin, ms all de confirmar la habitual

    condena moral de unos aparentes oportunistas y chaqueteros. Considerando necesario

    salir de un encasillamiento hecho a posteriori y segn categoras inapropiadas, ms all

    de un estudio tradicional del pensamiento poltico y del discurso poltico en esta tesis se

    propone un anlisis de las palabras.21

    Entre los aos setenta y ochenta, Gareth Stedman Jones puso de relieve que el anlisis

    del lenguaje tena que ver tanto con la relacin entre la sociedad, el lenguaje y la

    poltica como con el estudio del contexto lingstico en el cual se utiliza un trmino.

    Con el objetivo de devolver su importancia a la poltica, el historiador britnico propuso

    tambin de estudiar los cambios en el comportamiento poltico a partir de los cambios

    en el propio discurso poltico es decir, estudiar la historia poltica a partir del anlisis

    de la estructura discursiva del lenguaje poltico, explorando la relacin sistemtica entre

    trminos y proposiciones del lenguaje y las consideraciones acerca de la relacin entre

    mensaje y destinatario en el lenguaje poltico es decir, la estrecha relacin entre lo que

    se dice y a quin se dice, que tendra que concebirse como una construccin de una

    posible representacin.22

    En aquellos mismos aos, repensando crticamente las propuestas interpretativas del

    linguistic turn y sobre todo las reflexiones de Michel Foucault, tambin Roger Chartier

    y Lynn Hunt proporcionaron nuevas lneas para la investigacin histrica del lenguaje

    poltico. Planteando superar la fractura entre historia de las subjetividades e historia de

    21 Fundamental resulta el enfoque propuesto por la revista Mots. Les languages de la politique y por lo que aqu nos interesa sobre todo los n. 69 (julio 2002), 73 (febrero 2004), 76 (noviembre 2004). Interesantes tambin las reflexiones de Fabrice dAlmeida en Fabrice dAlmeida, Alceo Riosa, Parole e mediazione. Leloquenza politica nella societ contemporanea. Francia e Italia a confronto, Miln, FrancoAngeli, 2004. 22 Gareth Stedman Jones estudi, entre otros, el trmino clase, una palabra incrustada en el lenguaje y propuso la diferenciacin entre un lenguaje de clase y un lenguaje de pueblo (es decir, populista). Vase, Gareth Stedman Jones, Lenguajes de clase. Estudios sobre la historia de la clase obrera inglese (1832-1982), Madrid, Siglo XXI, 1989 (ed. or. Languages of class. Studies in English Working Class History, 1832-1982, Cambridge, Cambridge University Press, 1983). Sobre esta cuestin vase tambin Umberto Eco, Lector in fabula: la cooperazione interpretativa nei testi narrativi, Miln, Bompiani, 1979.

  • XVIII

    las estructuras, Chartier propuso de volver a la nocin de representacin colectiva, la

    cual

    pu produrre una storia culturale del sociale che si dia per oggetto la comprensione delle

    figure e dei motivi o, per dirla altrimenti, delle rappresentazioni del mondo sociale che,

    senza che gli attori sociali ne siano coscienti, traducono le loro posizioni e interessi

    affrontati nella loro oggettivit, e che, al tempo stesso, descrivono la societ quale essi

    pensano possa essere, o quale essi vorrebbero che fosse,23

    mientras que, en su ensayo sobre la Revolucin francesa, Hunt se centr en el momento

    y en la poltica, criticando los estudios centrados prevalentemente sobre los orgenes y

    los resultados,24 y renov el anlisis del lenguaje poltico proponiendo estudiar il

    discorso rivoluzionario come testo alla maniera della critica letteraria: un estudio no

    verticale, sino orizzontale, donde se presta atencin a los discursos mismos de los

    revolucionarios. Segn la historiadora estadounidense,

    il linguaggio politico non fu la semplice espressione di una posizione ideologica

    determinata da interessi sociali e politici sottostanti. Il linguaggio stesso contribu a

    modellare la maniera in cui quegli interessi venivano concepiti, e quindi lo sviluppo delle

    ideologie. In altri termini il discorso politico rivoluzionario era retorica; era uno strumento

    di persuasione, un modo di ricostituire il mondo sociale e politico.25

    Las metodologas de anlisis y las lneas de investigacin propuestas por Stedman

    Jones, Chartier y sobre todo por Hunt resultan de particular utilidad para un estudio de

    la poltica y del lenguaje poltico en la Europa de entreguerras ceido a la cuestin de

    los trnsfugas. Sobre todo, resulta de importancia capital la centralidad otorgada al

    momento conjuntamente a la crtica de la geneaologa de la cual escribi Foucault

    23 Se cita de la edicin italiana: Roger Chartier, La rappresentazione del sociale. Saggi di storia culturale, Trin, Bollati Boringhieri, 1989, pp. 14-15. Del intelectual francs, vase tambin en castellano, Id., Escribir las prcticas: discurso, prctica, representacin, edicin de Isabel Morant Deusa, Valencia, Fundacin Caada Blanch, 1998. 24 Hunt puso de manifiesto como se neg la importancia de vedere chi fossero e che cosa pensassero i rivoluzionari. Consecuentemente, la politica come oggetto di studio perde interesse. En su crtica a las que defini las posiciones marxista, toquevilliana y durkheimiana de los estudios sobre la Revolucin francesa, Hunt puso de relieve que Poich la Rivoluzione non ha realizzato le intenzioni dei rivoluzionari, queste contano poco: dedicando tutta lattenzione alle origini e agli esiti si fatta apparire non pertinente lesperienza rivoluzionaria stessa. Perci le innovazioni rivoluzionarie che riguardano le forme e i significati della politica appaiono spesso predeterminate, o viceversa totalmente accidentali. Se cita de la edicin italiana: Lynn Hunt, La Rivoluzione francese. Politica, cultura, classi sociali, Bolonia, Il Mulino, 1989 (ed. or. Politics, Culture and Class in the French Revolution, Berkeley, University of California Press, 1984), p. 16. 25 Hunt, La Rivoluzione francese, p. 32, 31.

  • XIX

    hablando de la chimera dellorigine26 y el anlisis horizontal del lenguaje poltico

    propuestos por la autora de Politics, Culture and Class in the French Revolution.

    Ms recientemente, Fabrice dAlmeida, poniendo de relieve como se haba estudiado

    poco el lenguaje poltico, apunt que il Novecento stato il secolo della parola

    trasformata in linguaggio. Tutto doveva permettere alle parole di incontrare le masse.

    El historiador francs subray una cuestin clave para la cuestin que se est estudiando

    en estas pginas:

    Lunico potere delluomo politico risiede nella capacit di produrre proseliti, seguaci e

    imitatori, ma per fare questo deve adattarsi ai codici di comunicazione della lingua

    popolare. Parlare col popolo suppone parlare come il popolo. In tal modo la storia del

    linguaggio suppone quello della storia delle societ.

    El historiador francs consider que con la Primera guerra mundial se acab el

    paradigma retrico litrgico y se abri la etapa simblico-mgica por lo que concierne

    la propaganda poltica. Las nuevas elites polticas empezaron a compartir la idea que era

    posible condicionar las masas: la propaganda cambi de significado, alejndose de la

    retrica y la elocuencia y acercndose al smbolo y la reflexin condicionada. De la

    pedadoga y la liturga, la propaganda pas a repetir ininterrumpidamente las consignas

    del momento, inventando enemigos y utilizando las imgenes ms negativas del

    adversario que se proyectaban en la sociedad. Segn dAlmeida, uno de los efectos ms

    evidentes del encuentro de la sacralidad de tipo mgico con las masas concierne la

    generalizacin y la extensin de la poltica a toda la sociedad:

    Il linguaggio politico perde, allora, le caratteristiche di un linguaggio cultuale per

    trasformarsi in poco pi di una superficiale vernice dellanima, che invade le relazioni

    private e svuota la conversazione della sua sostanza. Si tratta, in sostanza, del trionfo del

    conformismo e della paura di sbagliare, del timore di non dire ci che si tenuti a dire.27

    Una caracterstica que resulta evidente en la trasformacin del lenguaje poltico de los

    personajes que en esta tesis se estudian.

    26 Michel Foucault, Nietzsche, la genealogia, la storia, en Id., Microfisica del potere, Turn, Einaudi, 1978 (ed. or. en italiano, 1977), p. 34. 27 Fabrice dAlmeida, La trasformazione dei linguaggi politici nellEuropa del Novecento, en Maurizio Ridolfi (cur.), Propaganda e comunicazione politica. Storia e trasformazioni nellet contemporanea, Miln, Bruno Mondadori, 2004, pp. 25-39. Las citas en las pginas 27, 28 y 33. Acerca de la creacin de la figura del enemigo y de su centralidad en la propaganda poltica del siglo XX, vase Angelo Ventrone, Il nemico interno. Immagini e simboli della lotta politica nellItalia del 900, Roma, Donzelli, 2005.

  • XX

    Dos cosas ms vale la pena poner de relieve acerca de la palabra en la poltica y de la

    propaganda. En primer lugar, la importancia de la propaganda socialista de principios

    de siglo como modelo de referencia sobre todo, pero no solamente, por lo que

    concierne el caso italiano28 y la mayor fuerza de los opsculos y de los artculos en los

    peridicos respecto a los libros y de la propaganda hablada respecto a la propaganda

    escrita29 y, en segundo lugar, la peculiaridad de la lengua fascista, producto de una serie

    28 Hablando de la propaganda poltica en la Italia contempornea, Emma Mana subray la importancia de la figura del propagandista socialista que se form a finales del siglo XIX y que modific sustancialmente la manera de hacer poltica y la difusin del lenguaje poltico entre las masas. Vase, Emma Mana, La democrazia italiana. Forme e linguaggi della propaganda politica tra Ottocento e Novecento, en Maurizio Ridolfi (cur.), Propaganda e comunicazione politica. Storia e trasformazioni nellet contemporanea, Miln, Bruno Mondadori, 2004, pp. 147-164. En un breve ensayo dedicado a la oratoria de los socialistas publicado en 1911, un terico y propagandista socialista como Arturo Labriola apuntaba que el socialismo ha creato un ambiente particolare di simpatia alla comunicazione del pensiero per mezzo della parola, eccitando nelle masse il bisogno di occuparsi delle cose loro y que el socialismo era una forza che si appoggia alle masse. Per muoverle bisogna o persuaderle ed ha minore importanza o eccitarne i pi nobili sentimenti. Consecuentemente, Labriola poda afirmar que Spesso nelle parole dun oratore popolare ho sorpreso un senso cosmico e nel suo gesto risoluto un impeto della natura operante. Queste sono cose che n laccademia, n il parlamento possono capire []. Loratore socialista entra in contatto con la massa in momenti particolarmente critici della vita di essa, in occasione di qualche sciopero, di qualche agitazione politica, di qualche altro movimento collettivo. [] Innanzi allo spettacolo della massa agitata da una passione, la patina che copre il suo spirito con la forma ricevuta dellarte, si scioglie o si sfalda. Il suo spirito, commosso dalle stesse sensazioni, si libera incontro allo spirito della massa, e lo esprime e lo esalta. Chi segue pi gli svolgimenti preordinati delle forme grammaticali? Quello che nellattimo colpisce la rapida intuizione del sentimento collettivo da parte delloratore. E chi meglio riesce a cogliere questa palma [] lultimo operaio, lignoto componente di quella folla anonima, en Arturo Labriola, Loratoria dei socialisti, en Leloquenza. Antologia critica-cronaca, Roma, julio 1911, pp. 377-387. Las citas en las pginas 378, 379 y 382. Sobre la propaganda socialista y la utilizacin de la retrica entre los revolucionarios de principios de siglo, vase el interesante libro, pero criticable en sus conclusiones, de Marco Gervasoni, Speranze condivise. Linguaggi e pratiche del socialismo nellItalia liberale, Marco, Lungro di Cosenza, 2008. 29 A principios de siglo, el socialista italiano Ettore Ciccotti puso de manifiesto la centralidad de la propaganda escrita, a travs del peridico y del panfleto y, sobre todo, de la propaganda oral, a travs de mtines y conferencias pblicas. Ciccotti anot que La scarsa preparazione, il poco tempo disponibile, la poca abitudine alla lettura, la spesa costituiscono tanti impedimenti alla diffusione del libro. Ma lopuscolo breve, di poche pagine, a buon mercato, si fa via con tutta facilit, penetra dovunque, si fa leggere, si commenta ne circoli e nei convegni privati; e, fatto talora in forma suggestiva, simprime nella mente, e, connesso a tutta una serie dimpressioni, di pensieri di esperienze e di memorie che rievoca o suscita, finisce per lasciare in chi lo legge una durevole traccia. El socialista italiano coment de una forma inmejorable un idealtipo de conferencia socialista de principios de siglo, reconociendo como el lenguaje poltico de la propaganda oral pierda gran parte de su fuerza en el momento en que se lee en un libro y reconociendo las similaridades con las ceremonias religiosas: Una conferenza, specie se tenuta da qualche persona molto in vista, implica uno stato di attesa, quasi di sospensione, per cui tutto lanimo volto a un intento e un argomento. A questa auto-suggestione, poi, che ciascuno esercita su s stesso, si esercita quella reciproca del pubblico spesso affollato, pi spesso eccitato, qualche volta entusiasmato o commosso. I segni di assenso, gli applausi, tutta quella corrente viva che nella maggior parte de casi si stabilisce tra loratore e gli uditori elevano il diapason dellambiente, innalzano la facolt ricettiva di ciascuno, ne moltiplicano la forza di percezione, fanno dellascoltatore come un cooperatore; e cos una conferenza ottiene un risultato che non spiegato, n giustificato dal semplice suo contenuto e che non si saprebbe intendere da chi leggesse a mente riposata le stesse cose. Queste adunate hanno ciascuna un carattere a s, secondo il luogo e gli ascoltatori; secondo che siano tenute in citt o in campagna, in locale chiuso, o, come talora accade, allaperto, in un orto, in un cortile, in una spianata. Chi

  • XXI

    interminable de mestizajes lingsticos, y su capacidad de reutilizar palabras

    provenientes de otras tradiciones polticas.30

    A fin del reconocimiento de las palabras clave para un anlisis del lenguaje poltico es

    imprescindible la lectura de las obras cruciales del pensamiento poltico de las dcadas

    aqu estudiadas. Las palabras de Kautsky, Lenin, Sorel, Weber, Pareto y Michels, entre

    otros, son el modelo de referencia para poder pensar y hacer poltica, debido a su

    planteamiento de cuestiones y, en algunos casos, su invencin de algo nuevo.

    Conjuntamente con estas obras capitales del pensamiento poltico del siglo XX, resulta

    indispensable el anlisis de las referencias polticas e ideolgicas ms prximas a los

    personajes aqu estudiados en algn momento de sus trayectorias (por ejemplo, Benito

    Mussolini en el caso de Nicola Bombacci o Henri De Man en el caso de Paul Marion) y

    las referencias culturales constantes a lo largo de toda sus vidas (por ejemplo, Joaqun

    Costa y Ricardo Macas Picavea en el caso de Oscar Prez Sols). De esta manera, se

    han detectado al menos tres palabras clave partido, guerra y revolucin, las cuales son

    vigentes en toda la primera mitad del siglo XX y se ha intentado ver como fueron

    utilizadas por parte de los trnsfugas. La importancia de estas palabras clave se ha

    medido a travs de la comparacin con otras palabras y otros sintagmas trabajo, ha visto qualcuna di queste adunate, specialmente ne centri pi popolosi di campagna e in qualche borgata, ne conserva un ricordo indimenticabile. Vinte le prime incertezze, la gente vi trae in massa, e su quellaccolta di uomini, di donne, che accorrono avendo in braccio i loro figlioli, aleggia come unaria di lontani ricordi evangelici. [] Anche le conferenze sono di vario genere, a base di retorica o di sentimento, o di carattere pratico, sostanziate di fatti, a base di osservazioni e sorrette da un felice intuito dello scopo e dellambiente; e, secondo che sono meglio accordate alloccasione e allambiente e meglio sanno trovare laddentellato nellanimo degli uditori, riescono pi efficaci. Ma, oltre quello che possa essere lefficacia loro di propaganda e la loro virt di conversione, esse vanno considerate anche da un altro aspetto, in quanto rispondono a un intimo bisogno dello spirito e a quello di una unione temporanea. Sono per ciascuno un mezzo di rivelare a s stesso quello a cui crede, un mezzo di suggestione reciproca; e, sotto un certo aspetto, tengono il luogo che per i credenti hanno le funzioni e le cerimonie religiose, sono una occasione per tenere viva la fede, di veder riflesso allesterno il sentimento dellanimo proprio, di sapere altri consenzienti con s e di vivere in unatmosfera artificiale in cui il pensiero si eleva, quasi ritualmente, agli argomenti di fede. Las de Ciccotti representan unas consideraciones de extrema utilidad si tenemos en cuenta la importancia que los opsculos y los mtines (y los artculos en la prensa) tuvieron en la actividad propagandstica y poltica de los personajes que aqu se estudian. Vase, Ettore Ciccotti, Psicologia del movimento socialista. Note e osservazioni, Bari, Laterza, 1903, pp. 95, 99-101. 30 En un estudio dedicado al lenguaje poltico durante los plebiscitos del fascismo italiano, Enzo Fimiani puso de relieve como Perfino gli esecrati mondi demo-liberale, cattolico o anti-monarchico (socialista, repubblicano e pure anarchico) videro i loro patrimoni di parole politiche trascolorirsi, sfigurarsi, tanto da divenire restii al riconoscimento e da ultimo assidersi, ripuliti e allapparenza pacificati, nel pantheon del linguaggio fascista. Il regime era riuscito a profittare della crisi delle democrazie, che si rivelava anche crisi del lessico politico tradizionale. De esta manera, Si verificava la commistione, eloquente, di parole provenienti da lidi diversi della storia, esasperando peraltro propensioni gi presenti nel fascismo, en Enzo Fimiani, I linguaggi politici del fascismo al tempo dei plebisciti, en Maurizio Ridolfi (cur.), Propaganda e comunicazione politica. Storia e trasformazioni nellet contemporanea, Miln, Bruno Mondadori, 2004, pp. 183-208. Las citas en las pginas 186 y 202.

  • XXII

    justicia social, nuevo orden, etc. que son tambin constantes en estas dcadas y que en

    muchos casos resultan de capital importancia en el lenguaje poltico de los dirigentes

    polticos aqu estudiados. El objetivo que se ha puesto es entonces notar lo que queda y

    lo que se modifica (por sus propias razones) en el lenguaje poltico de Bombacci,

    Marion y Prez Sols en el paso de la izquierda socialista y/o comunista al fascismo

    (tanto en la versin italiana, como en la versin francesa y espaola). De hecho, el

    lenguaje poltico de ex-dirigentes del movimiento obrero, a travs de la sustitucin-

    sublimacin de la categora de Clase con la de Nacin, pone de manifiesto tanto la

    construccin de un discurso nacionalista a partir de la pertenencia a un partido poltico

    de la clase obrera como la (re)construccin de una identidad de clase (obrera) en el

    marco de un rgimen fascista y de su proyecto corporativista.

    El tercer nivel es la historia poltica de los tres pases con un enfoque comparado.

    Teniendo en cuenta lo que se ha planteado en la explicacin de los precedentes niveles

    de la investigacin (descomposicin de las biografas de los personajes estudiados y

    anlisis del lenguaje poltico prestando atencin al contexto europeo de entreguerras), es

    imprescindible el conocimiento del contexto poltico y cultural (adems que social y

    econmico) de Italia, Espaa y Francia, con una atencin particular a la evolucin de

    los partidos polticos y a la circulacin y radicamiento de las ideas y del pensamiento

    poltico. Tambin por esta razn, resulta heursticamente interesante comparar las

    trayectorias humanas y polticas y el lenguaje poltico de Bombacci, Prez Sols y

    Marion con otros trnsfugas italianos, espaoles y franceses con el doble objetivo de

    demostrar como el mal llamado transfuguismo a nivel de cuadros polticos no fue en

    absoluto una rara avis y como existan dinmicas nacionales (y, en algunos casos,

    internacionales) a las que hasta ahora no se les ha dado suficiente relevancia.

    Efectivamente, lo que la comparacin con las trayectorias de estos otros trnsfugas pone

    de manifiesto es la distinta manera que en los tres contextos nacionales cada uno de

    ellos se acerc e incorpor al fascismo. En la gran mayora de los casos, en Italia el

    trnsito fue directo (del socialismo, del comunismo o del sindicalismo revolucionario al

    fascismo), mientras que en Espaa y en Francia el trnsito se produjo a travs de un

    factor de mediacin (el catolicismo en el primer caso, el socialismo y el planismo en el

    segundo).

  • XXIII

    Recapitulando: este trabajo se plantea como el primer intento de estudio transnacional

    de la cuestin del trnsito de la izquierda al fascismo en el perodo de entreguerras,

    abordando los casos de Italia, Francia y Espaa y acotando la investigacin a un

    dirigente poltico por caso nacional, sin perder de vista otras trayectorias similares. La

    historia que se propone hacer es una historia de la poltica y del pensamiento poltico,

    atenta, de todos modos, a las dinmicas culturales, econmicas y sociales, y el anlisis

    se desarrolla en tres niveles: el biogrfico, el del lenguaje poltico y el de la historia

    poltica comparada.

    IV. Las fuentes

    Como se ha puesto de manifiesto en esta introduccin y como se subrayar en la

    introduccin de los captulos dedicados a los casos italiano, francs y espaol, hasta

    ahora casi no existen estudios sobre la cuestin del trnsito de la izquierda a la derecha

    en los aos de entreguerras. La bibliografa secundaria existente en los tres pases es

    generalmente escasa y las referencias a esta cuestin y a estas trayectorias en obras de

    mayor alcance como los diccionarios biogrficos del movimiento obrero o las historias

    de los partidos hasta ahora publicadas, por ejemplo resultan en muchos casos

    imprecisas. Teniendo en cuenta que, por obvias razones cronolgicas, no ha sido posible

    entrevistar ni los mismos personajes que aqu se estudian ni personas de su entorno, se

    hizo necesaria, por lo tanto, la bsqueda y la consulta de fuentes documentales

    primarias, que han venido a ser los fundamentos de la investigacin que se ha llevado a

    cabo en esta tesis doctoral.

    La mayora de las fuentes consultadas consiste en los escritos de Nicola Bombacci, Paul

    Marion y Oscar Prez Sols: de libros y opsculos a artculos en peridicos y revistas e

    intervenciones en congresos, asambleas y reuniones en las que stos personajes

    participaron. En muchos casos, no ha resultado fcil consultar este material, debido a la

    prdida de un nmero no despreciable de opsculos y publicaciones peridicas de los

    aos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, a su mal estado, a su difcil localizacin y

    a los obstculos que, a veces, ponen algunas de estas bibliotecas y de estos archivos. De

    todos modos, debemos agradecer la atencin y la disponibilidad demostrada por la gran

  • XXIV

    parte del personal de las bibliotecas y los archivos en que hemos trabajado, que han

    facilitado nuestra investigacin. Si en Francia y en Espaa la Bibliothque National de

    France (BNF) y la Biblioteca Nacional de Espaa (BNE) a las cuales se pueden aadir,

    respectivamente, la Bibliothque de Documentation International Contemporaine

    (BDIC) ubicada en la Universit Paris X de Nanterre y la Hemeroteca Municipal de

    Madrid y la Fundacin Pablo Iglesias de Alcal de Henares permiten llevar a cabo una

    investigacin suficientemente completa respecto a todo lo publicado en cada pas, lo

    mismo, lamentablemente, no puede decirse para Italia. Aparte el material conservado en

    la Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze (BNCF), resulta imprescindible la

    localizacin del material conservado en distintas bibliotecas pblicas y privadas en

    varias ciudades de la pennsula italiana. Algunas de stas bibliotecas, que disponen de

    una notable cantidad de material un material adems del que se facilita la consultacin

    y la reproduccin, nos han sido de gran utilidad para los fines de nuestra investigacin.

    Queremos mencionar, como mnimo, la Biblioteca delle Civiche Raccolte Storiche y la

    Biblioteca de la Fondazione Giangiacomo Feltrinelli en Miln, las bibliotecas del polo

    universitario de Bolonia, la Biblioteca di Storia Moderna e Contemporanea y la

    Biblioteca Paolo Baffi en Roma y las bibliotecas de una serie de fundaciones todas

    ubicadas en Roma: la Fondazione Istituto Gramsci, la Fondazione Lelio e Lisli Basso, la

    Fondazione Nevol Querci y la Fondazione Ugo Spirito.

    El estudio de las biografas de los personajes estudiados y no solo de su lenguaje

    poltico nos ha llevado a la consulta de otras fuentes primarias que han resultado de

    extrema importancia para el conocimiento de las trayectorias polticas de Nicola

    Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez Sols. En especial modo, se han consultado

    algunos fondos del Archivio del Partito Comunista Italiano (actualmente conservado en

    la Fondazione Istituto Gramsci de Roma), el Archivo Histrico del Partido Comunista

    de Espaa (actualmente conservado en la Biblioteca Histrica Marqus de Valdecilla de

    la Universidad Complutense de Madrid) y los Archives du Parti Communiste Franais

    (actualmente conservados en los Archives Dpartamentales de la Seine-Saint-Denis en

    Bobigny). Para el caso italiano, que se ha podido trabajar ms a fondo, han resultado

    imprescindibles tambin los fondos del Archivio Storico Ministero Affari Esteri de

    Roma y, sobre todo, del Archivio Centrale dello Stato (ACS), ubicado en la misma

    capital italiana. Efectivamente, fondos como los del Casellario Politico Centrale, de la

  • XXV

    Polizia Politica, de la Segreteria Particolare del Duce, del Confino Politico y del

    Tribunale Speciale per la Difesa dello Stato todos conservados en el ACS

    proporcionan una cantidad inimaginable de informaciones sobre la vida de dirigentes y

    militantes polticos de la primera parte del siglo XX.

    V. Estructura de la tesis

    Este trabajo se estructura en tres grandes captulos, cada uno de ellos dedicado a un caso

    nacional. Cada captulo est organizado de la misma manera para facilitar al lector la

    comparacin y para poner de relieve analogas y diferencias entre los tres contextos

    nacionales. La primera parte de cada captulo se centra en una contextualizacin

    histrica e historiogrfica: a un apartado dedicado al estado de la cuestin en la

    historiografa de cada pas, sigue otro en que se relatan las trayectorias humanas y

    polticas de los otros trnsfugas y un ltimo en que se presenta brevemente la biografa

    del personaje estudiado. De esta manera, se quiere poner de relieve tanto el poco inters

    prestado por la historiografa de cada pas a esta cuestin y las maneras en que las

    historiografas nacionales se han acercado cuando lo han hecho a esta temtica, como

    la no excepcionalidad de los casos de Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez

    Sols en la Italia, la Francia y la Espaa de entreguerras.

    En los siguientes apartados que ocupan aproximadamente las tres cuartas partes de

    cada captulo se presenta un estudio de la trayectoria humana y poltica de cada uno de

    los tres trnsfugas seleccionados, prestando particular atencin al anlisis del lenguaje

    poltico. Gracias a la utilizacin de fuentes primarias (fondos archivsticos,

    publicaciones peridicas, panfletos y opsculos), se ha profundizado en el estudio del

    trnsito de Nicola Bombacci del socialismo maximalista al fascismo mussoliniano,

    pasando por el comunismo (cap. I), del trnsito de Paul Marion del comunismo al

    colaboracionismo vichyssois, pasando por el neosocialismo y el Partido Popular Francs

    (cap. II), y del trnsito de Oscar Prez Sols del socialismo democrtico al falangismo,

    pasando por el comunismo y el catolicismo social (cap. III).

    Como se ha puesto de relieve en las pginas anteriores, la historia que aqu se propone

    es una historia de la poltica y del pensamiento poltico, cuyos principales referentes se

    encuentran, respectivamente, en las obras de Valerio Romitelli y en los estudios de

  • XXVI

    Gareth Stedman Jones, Roger Chartier y Lynn Hunt. De esta manera, a la atencin

    prestada a la biografa del personaje imprescindible para conocer las posibles razones

    que estan en la base del trnsito de un colectivo y de una ideologa poltica a otra se

    junta el anlisis del lenguaje poltico, que se considera un recurso fundamental para

    poder explicar estas trayectorias. Con el objetivo de demostrar como el lenguaje

    utilizado por Bombacci, Marion y Prez Sols no se diferenci particularmene de sus

    respectivos entornos polticos (tanto los de partida como los de llegada y los de paso),

    se ha intentado ampliar el mbito de la investigacin, incluyendo referencias a los

    lenguajes polticos de otros trnsfugas y tambin sobre todo por el caso italiano que se

    ha podido estudiar ms detenidamente de otros dirigentes polticos que no son

    catalogables como trnsfugas.

    En las conclusiones se presentan, en primer lugar, unas primeras consideraciones sobre

    los tres casos estudiados, poniendo de manifiesto analogas y diferencias, en segundo

    lugar, unas reflexiones comparativas sobre la cuestin del trnsito de la izquierda al

    fascismo en la Europa de entreguerra y, en tercer lugar, una propuesta de interpretacin

    ms general: la pasin de y por la poltica. Finalmente, en un amplio apartado

    bibliogrfico se favorecen las fuentes consultadas, subdivididas por caso nacional y por

    tipologa (archivos; peridicos; textos de contemporneos; bibliografa secundaria).

    *

    Durante estos cuatro aos de mi vida Nicola Bombacci, Paul Marion y Oscar Prez

    Sols han sido mis compaeros de viaje, con sus aventuras, sus pasiones y sus

    extravagancias. Pero no han sido los nicos, todo lo contrario. Han sido muchos mis

    compaeros de viaje entre aquel lejano verano de 2006 y esta soleada primavera de

    2011. Y, como los compaeros de viaje, tambin las deudas que he contrado son

    muchas. Y probablemente hara falta otra tesis doctoral para poderlas explicar con la

    debida calma.

    En primer lugar quiero agradecer la ayuda, el apoyo y el cario que me han demostrado

    constantemente los dos directores de esta tesis, el profesor Pere Yss Solanes y el

    profesor Luciano Casali, que me han dado confanza, han sabido escucharme y me han

  • XXVII

    dirigido desde el primero hasta el ltimo da de la mejor forma posible. Si poco a poco

    he aprendido el oficio de historiador y si esta tesis ha llegado a buen puerto es en buena

    medida gracias a ellos. Por tanto, a ellos van en primer lugar mis agradecimientos.

    El profesor Valerio Romitelli ha sido un maestro para m y sigue sindolo, adems de

    un amigo: a las largas charlas que hemos tenido en estos aos debo buena parte de las

    reflexiones que se encuentran en la base de este trabajo. El profesor Ferran Gallego me

    ha demostrado toda su amabilidad, compartiendo conmigo sus inestimables

    conocimientos y proporcionndome en cada momento sugerencias y consejos. El

    profesor Serge Noiret me transmiti gran parte de la fascinacin que hace tres dcadas

    le llevaron a escribir la primera biografa de Nicola Bombacci: lamento su ausencia en

    este tribunal, del cual habra tenido que ser miembro, y espero que pueda recuperarse

    rpidamente de la operacin que no le ha permitido presenciar a la defensa de esta tesis.

    Un agradecimiento especial va tambin al profesor Antonio Rivera: sin su apoyo y sin

    el material que tan amablemente me ha facilitado, el captulo dedicado a Oscar Prez

    Sols no se hubiera podido completar. Asimismo, quiero agradecer el constante apoyo

    que me ha demostrado la profesora Carme Molinero, una verdadera fuente de

    optimismo y entusiasmo, y los profesores Renato Moro y Michel Ralle, que me han

    permitido realizar unas provechosas estancias de investigacin en las universidades de

    Roma Tre y de Paris IV-Sorbonne, respectivamente.

    La participacin en diversos proyectos de investigacin en el marco de las actividades

    llevadas a cabo por el Centre dEstudis sobre les poques Franquista i Democrtica

    CEFID de la Universitat Autnoma de Barcelona, ha significado una ayuda

    inestimable para el avance de este trabajo. La pertenencia al Grup de Recerca sobre la

    poca Franquista permiti al autor de estas lneas ser beneficiario de una beca FPU del

    Ministerio de Educacin del Estado espaol, sin la cual este proyecto no hubiera sido

    posible. Los miembros del CEFID con los cuales he compartido las largas jornadas en

    el campus de la UAB y que, da cada da, me han demostrado su amistad, apoyndome

    en los momentos en que los estmulos para seguir investigando parecan haber

    desaparecido, merecen un especial agradecimiento. Quiero recordar aqu sobre todo a

    Mart Marn, Xavier Domnech, Ricard Martnez, Laura Zenobi, Aram Monfort, Anna

    Snchez, Pau Casanellas, Ivan Bordetas, lex Amaya, Andrea Geniola y Rodrigo

    Araya.

  • XXVIII

    En segundo lugar quiero agradecer a todos aquellos historiadores que han dedicado un

    poco de su tiempo para escuchar mis dudas, para contestar a mis preguntas y para

    mostrarme nuevos caminos en la investigacin, adems de proporcionarme

    informaciones indispensables para la redaccin de esta tesis. Aunque algun nombre

    quedar sin duda en el tintero, quiero recordar aqu a Pepe Labandeira, Paco Erice,

    Ismael Saz, Rubn Vega, Xos M. Nez Seixas, Paco Morente, Mauro Canali,

    Mariuccia Salvati, Dianella Gagliani, Pascal Mercier y Christine Rancon. Y a otros

    jvenes historiadores, con los cuales, aparte de largas charlas, he compartido momentos

    memorables en diversos congresos histricos: Julin Sanz, Claudia Cabrero y Miguel

    ngel del Arco, adems de los amigos de PRAXISAsociacin de Jvenes

    Investigadores en Historia y Ciencias Sociales, entre los cuales quiero recordar

    especialmente a Andreu Espasa y Tommaso Nencioni. Asimismo, merece ser recordada

    la gran labor desempeada por todos los trabajadores de aquellas instituciones en las

    que se ha desarrollado buena parte de este trabajo, sean archivos, bibliotecas,

    departamentos universitarios o centros de documentacin de Espaa, Italia y Francia.

    Finalmente, no puedo no agradecer la dura labor de revisin de esta tesis llevada a cabo

    por muchos amigos de habla hispana. Sin las correcciones de Eli Escoto, Ivn Segovia y

    Diego Daz, sobre todo; pero tambin de Elena Carnero, Oriol Albalate, Sergio Palomo

    y Georgia Loukas esta tesis hubiera estado plagada de italianismos y de muchos

    pequeos errores que habran convertido su lectura en una insoportable agona. A

    Gianpaolo Rende tengo que agradecer la paciencia en ayudarme en preparar la portada.

    A Eli Escoto, y a una de nuestras tardes de caas en el Resolis, debo tambin la

    sugerencia del ttulo que lleva esta tesis doctoral: El peso de la nacin.

    Last, but not least, quiero expresar toda mi gratitud a las personas que han estado cerca

    en estos aos, empezando por mis padres. A mamma e pap quiero dedicar esta tesis. El

    agradecimiento hacia ellos no puede ser expresado con palabras. Ellos lo saben, pero a

    veces vale la pena intent