Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado según Dante

download Del Vecchio. Giorgio  - Justicia amor y pecado según Dante

of 8

Transcript of Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado según Dante

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    1/8

    Giorgio del VecchioProfesor emrito de la Universidad de Roma

    JUSTICIA, AMOR Y PECADO SEGUN DANTE(*)

    1. La Divina Comedia de Dante Alighieri no es slo una maravillosa obrade poesa, sino tambin una gran construccin filosfica, en la cual se hallan repre-sentados, y en cierto modo resueltos, varios problemas lgicos y ticos. Las doctrinasdel Alighieri que, expuestas tambin en otras obras suyas como la Monarqua y elConvivio constituyen la base del poema, merecen pues, sin duda, atenta meditacinpor paree de los cultivadores de la Filosofa.

    Dos grandes ideas dominan la concepcin dantesca, la justicia y el amor, que--como todas las dems virtudes-- se encuentran en el vrtice de la perfeccin divi-na; y, efectivamente, Dante las atribuye sobre todo a Dios.La. Justicia movi a mi supremo Autor.Me hicieron la divina potestad,la suma sabidura y el amor primero.(In/., m, 46) (**)

    En el reino de ultratumba, ordenado segn la justicia divina, se premia todobien y se castiga todo mal, segn criterios que no se verifican exactamente en las le-yes humanas. La justicia absoluta, incluso en lo referente a las penas, correspondesolamente a Dios (Segn la frase bblica: Mihi vindicta ego retribuam, dicit Dominus'[,Se ha dicho que el sistema penal dantesco es un sistema "de punicin moral, nojurdica"; lo cual no es exacto, ya que tambin hay elementos jurdicos de granimportancia dispersos por todo el sistema.Se ha afirmado tambin que Dante "confunde culpas puramente morales conautnticos delitos"; pero, en realidad, no se trata de confusin, sino de una valora-cin uniforme, dictada por un criterio superior, segn el cual el mal, absolutamenteconsiderado, debe rechazarse y estigmatizarse igualmente en cualquiera de sus formas.De ah que pueda afirmarse que, frente a Dios, la diferencia entre moral y derechodesaparece. Todo acto inmoral quebranta la ley divina, lo mismo que todo acto con-trario al derecho. Por esta razn en la concepcin dantesca el delito es esencialmentepecado, y la pena es esencialmente penitencia,De este modo se explica el hecho de que en el Infierno se castigue, por ejem-

    plo, el suicidio, que, por evidentes razones, no pueden alcanzar las leyes humanas,las cuales castigaron a veces, a lo sumo, la tentativa. Tambin se explica el que en(. ) Este artculo est dedicado al profesor Luis Legaz y Lacambra, y aparecer en unapublicacin en su honor.( ) La traduccin de estos versos, y de los dems que se citan en este artculo, esttomada de las Obras Completas de Dante Alighieri publicadas por la B.A.C. (Madrid, 1956).

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    2/8

    246 GIORGIO DEL VECCHIOel Infierno abunden los glotones y avaros, condenados a tormentos atroces, mientrasque las leyes humanas no castigan de ordinario semejantes vicios, reservando a lamoral su definicin y vituperio.

    El sistema penal dantesco, en sus diversos grados, responde a criterios rigu-rosos y precisos, que el poeta tom principalmente de las doctrinas cristianas, ascomo tambin de la Etica de Aristteles segn el comentario de Santo Toms. Talescriterios constituyeron para l los esquemas formales, .que llen del ms rico y va-riado contenido, histrico y potico al mismo tiempo, representando de este modo,como en un vivo e inmenso cuadro de incomparable fuerza expresiva, todos los viciosy pasiones de que, por desgracia, es capaz la naruraleza humana. Cuadro horrendo ysorprendente, al cual se opone, en los Cantos sucesivos, el luminoso cuadro de lasvirtudes humanas y sobrehumanas.

    Adems de las fuentes mencionadas, Dante utiliz varias otras, especialmentelas obras de Virgilio, y, en lo relativo a los diversos delitos y penas, la legislacinde su tiempo. Por lo general, acepta y menciona expresamente el criterio del "con-trapasso" (Int., XXVIII, 142), o sea del talin, segn el cual quien delinque enuna determinada forma debe ser castigado y sufrir en la misma forma (contra p,a ti) .Como es sabido, este criterio se adoptaba en la Edad Media, a veces incluso en formascrueles y brbaras: por ejemplo, con la amputacin de la mano al ladrn y al falsarioque se haban servido mal de ella; perforando o amputando la lengua al testigo falsoy al blasfemo, etc. etc. Sirvindose de su poderosa fantasa Dante sobrepas losejemplos que le ofrecan la teora y la praxis criminal de su poca; ejemplos que,sin embargo, l tena presentes, como lo demuestran las expresas referencias.

    Al describir las ms atroces y horribles penas infligidas a los condenados,Dante no pretenda ofrecer un modelo a los legisladores humanos, ni, a mi entender,aprobar todas las atrocidades que stos se haban complacido en establecer. Si talhubiera sido su intencin, nosotros, como cualquier jurista moderno, no podramosmenos de manifestar nuestro profundo desacuerdo. Pero en realidad lo que l tenadelante de los ojos no era la justicia humana, sino la justicia divina, cuya rigidez e infle-xibilidad absoluta, hasta las ltimas consecuencias, quiso representar para infundir unsaludable terror a todos cuantos quisieran quebrantada. De tal terror participaba lmismo, consciente de ciertos pecados propios, segn se ve claramente por sus propiaspalabras:Mucho mayor es el miedo que suspende mi alma ...

    (Purgat., XIII, 136-137).

    No hay, pues, razn para establecer un exacto paralelismo entre los supliciosimaginados por Dante y las penas sancionadas por nuestros Cdigos para los diversosdelitos. Con todo, no podemos menos de hacer una observacin: Dante, siguiendoel esquema aristotlico-tornista, considera menos graves los pecados de incontinencia,ms graves los de violencia, y ms an los de fraude. En consecuencia, ese es el ordenadoptado para los crculos infernales, cada vez ms estrechos y profundos, a los quecorresponden tormentos cada vez ms atroces. As pues, todo el sistema penal de Danteobedece a una lgica, propia, cuyo valor puede apreciarse mejor si se prescinde delas representaciones dramticas de los pecados y de los pecadores, campo abierto ala alta fantasa del poeta. Por lo general, los modernos Cdigos penales no tienenun esquema lgico comparable a ste, sino que disponen en serie los reatas en rela-cin con sus respectivos objetos, ms bien que con los motivos de sus autores, locual, a mi entender, no constituye un progreso, ya que priva de una base firme a lavaloracin de la gravedad de los reatas, determinada por lo tanto segn las diversas

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    3/8

    JUSTICIA, AMOR Y PECADO SEGUN DANTE' 247materias y con criterios completamente extrnsecos. Me atrevo a afirmar que Dantepodra ensear an muchas rosas a los modernos legisladores, no ciertamente en 10relativo a la fantstica atrocidad de las penas, sino en la apreciacin comparativa delos diversos grados de culpabilidad.

    11. Se ha observado que la palabra amor, en sus diversos significados, ha sidoempleada por Dante ms que ninguna otra. Ante todo, segn ya hemos notado, enel ms alto sentido teolgico, como sinnimo de la misma Divinidad (as en lnf.1, 39; Par., XXIX, 18, XXX;III, 145, etc.); tambin como caridad, devocin haciaDios y amor al prjimo en general, y en especial como afecto paterno, materno yfilial; finalmente -pasando por alto otras distinciones que podran tornarse no slode la Comedia, sino tambin del Convivio y de otras obras de Dante- como inclinacinrecproca entre los dos sexos, la cual puede ser un sentimiento gentil y tambin unapetito libidinoso, es decir pecado.Esta multiplicidad de significados, que corresponde a diversos motivos del

    espritu humano, hace que el amor aparezca a veces como elevacin divina y a vecestambin como pasin culpable, en cuyo caso surge frente a ella, segn Dante, la leyabsoluta de la justicia divina.Tal oposicin alcanza formas dramticas, que Dante expresa maravillosamenteen su poema, y adquiere a veces singular agudeza por el hecho de que, mientras otrosvicios y pecados suscitan en toda conciencia recta reprobacin y disgusto, con res-pecto a la pasin amorosa, aunque sea pecaminosa, nos sentimos inclinados a ciertaindulgencia y a veces, incluso, a una ntima simpata, de tal suerte que la severidadde la ley que condena esta culpa nos parece a veces cruel, y la misma condena suscita

    hacia los culpables cierta piedad.Esta especie de drama tico y psrolgico ha logrado una clara expresin enaquel episodio de la Divina Comedia (lnf., c. V), que es tal vez el ms bello y clebrede todos: el episodio de Francesca, llamada comnmente de Rmini, si bien en rea-lidad debera llamarse de Rvena, ya que sta era su ciudad natal, mientras queRmini fue solamente el lugar de su muerte.Dante se imagina que encuentra a Francesca juntamente con su amante Paoloen el primer crculo infernal, que sigue al del Limbo donde se hallan los grandesespritus de la edad precristiana. El crculo en que Francesca y Paolo expan su

    culpa es el crculo en que son castigados los "pecadores carnales", es decir los que,segn Dante, son los menos culpables de todos, pues pecaron no por malicia, sinopor incontinencia, es decir por no haber resistido a la pasin; y las penas que padecen-las tinieblas y el viento impetuoso que los arrolla- significan precisamente la ofus-cacin de la inteligencia, producida por la pasin, y el mpetu del apetito que losarrastr al pecado.A la entrada del crculo est Minos, el mtico rey y legislador de Creta, alque ya Virgilio haba colocado como juez en el infierno pagano [Eneida, VI, 432).Dante le representa como un demonio, duro y cruel ejecutor de las rdenes divinasdistribuyendo las penas segn las culpas.De entre los ms de mil nombres citados por Virgilio, Dante menciona sloa siete, como ejemplo, sin evocar detalladamente ni siquiera las historias de stos po-cos, ,que sin duda consideraba sobradamente conocidas. Parece como si el poetatuviera prisa por llegar al episodio final, en el cual resaltan notablemente las figurasde los dos desgraciados amantes, Francesca y Paolo. Amor, amor: esta palabra sepronuncia ms de una vez en la primera parte del canto, pero resonar ms altamen-te, con ardientes y dramticas invocaciones, en la segunda.

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    4/8

    248 GIORGIO DEL VECCHIODante pregunta a Francesca, quien responde recordando su ciudad natal y alu-ciendo brevemente al amor que la llev a una muerte atroz:

    El emor, que se apodero pronto de los corazones nobles,biz que ste se prendase de aquello hermoso figurQque me fue arrebatada del modo que todava me atormento.El amor, que al que es amado obligo a amar,me infundi por ste unQ pasin ton viva,que, como ves, an no me ha abandonado.El amor nos condujo o una mismo muerte.Lo Cana espero 0 1 que nos quit lo vida.

    (Int., v, 100-107).Si fuera necesaria una aclaracin o un comentario al verso que afirma el r-pido enamoramiento de un corazn gentil, bastara recordar las palabras de otrogran poeta: "Quin jams am, que no amara a la primera mirada?" (1).En el Convioio (11, 2) Dante parece expresar un concepto diferente ("Elamor no nace de golpe, ni se hace as grande y perfecto, sino que necesita tiempo

    y alimento de pensamientos, especialmente cuando hay pensamientos contrarios quelo impiden"); pero la contradiccin es slo aparente, ya que el repentino surgirdel amor no quita que al principio se vea acompaado de dudas y fatigas, es decirde los "dudosos deseos" a que Dante se refiere en este episodio.La sutileza, a veces excesiva, de los comentaristas se ha desplegado sobre todoen torno a la frase con que Francesca alude a la forma de su muerte, que "todavala atormenta", sin precisar esta forma, ni la causa de este tormento. El recato de lainfeliz mujer al referirse al momento extremo de su vida (recato que conservatambin en el relato siguiente) se explica suficientemente teniendo en cuenta el ho-rror que todava le inspira el desgarro sangriento de su "bella figura"; a lo cualpuede aadirse que Francesca no habra podido narrar los detalles de su muerte yde la de su amante sin evocar al mismo tiempo los detalles de su pecado. La reti-cencia de Francesca sobre este punto puede, pues, explicarse tambin como inspirada

    en el pudor. No hay razn alguna para suponer (como han hecho algunos) que,lamentndose de la ofensa, pretendiera aludir a un engao del que habra sido vctima.Este engao, segn la conocida narracin de Boccaccio, habra consistido en hacercreer a Francesca que se casaba con el hermoso Paolo, resultando despus casadacon el cojo Gianni. Pero se ha demostrado que esta novelesca narracin no pasa deser mera leyenda.Menos fantstica, si bien no demostrada ni demostrable, es la hiptesis lan-zada por algunos intrpretes, segn la cual el resentimiento de Francesca procedede haberle la muerte imprevista impedido arrepentirse en el momento de la muerte, y

    por lo tanto salvar su alma. Es sta, si se quiere, una hiptesis fina y piadosa; perono tiene ni sombra de base en las palabras de Francesca, ni en ningn otro elementoconocido sobre su estado de nimo.

    (1) "Who ever lov'd, that lov'd not at first sight?" Shakespeare, As you like it, Act. 111,ese. 5.Otros dos poetas ingleses, G. Chapman (The b/ind beggar of A/exandria) y C. Marlowe (Heroand Leander, 1) expresaron poco antes el mismo concepto, y Marlowe incluso con las mismaspalabras; es, pues, muy probable que Shakespeare tomara de l este verso. Por otra parte, nodebe excluirse el que estos tres poetas conocieran el verso de Dante.

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    5/8

    JUSTICIA, AMOR Y PECADO SEGUN DANTE'La mxima: "el amor obliga al que es amado a amar", entendida al pie dela letra, da lugar a una evidente y casi banal objecin, planteada sin embargo poralgunos doctos comentaristas: es decir que hay amantes no correspondidos, lo cualciertamente no ignoraba Dante. Pero el sentido profundo de esta mxima (que,

    por lo dems, otro autor haba expresado ya en forma no muy diferente) es que,as como el odio suscita odio, as tambin el verdadero amor suscita en quin esobjeto de l, si no siempre una plena correspondencia, por lo menos una correspon-dencia parcial, un impulso de ntima comprensin y de humana simpata. Al menosentre las almas bien nacidas son raros los casos de desprecio absoluto del amor deotro. As pues, la afirmacin de Dante es sustancialmente verdadera.La frase con que Francesca anuncia la condenacin de su marido, todava envida (destinado a Cana, o sea a la sima infernal de los asesinos de los propiosallegados), es en realidad algo fuerte y no parece se halle en consonancia con ladulzura de las dems frases suyas. Pero Francesca no es santa, sino pecadora y su

    pasin irrumpe naturalmente al recordar no slo su horrenda muerte, sino tambinla de su amadsimo Paolo. Por lo dems, la frase en cuestin no hace sino expresar,si bien en forma crudamente severa, la ley inmutable de la justicia divina.Despus de manifestar a Francesca su profunda compasin, Dante le ruegaque le cuente alguna otra cosa, no ya sobre el punto que ella no ha querido describirdetalladamente, o sea sobre el cruento eplogo del drama, sino sobre el origen deste en su alma y en la de Paolo. Ms que el modo y las circunstancias de la ven-ganza del marido ofendido, interesa a Dante conocer el despertar de este dulce yfatal sentimiento, que deba causar la terrible venganza y la condenacin final. YFrancesca accede a ello con extrema tristeza. El llanto de Paolo sirve de eco a sus

    palabras: lgrimas que, segn parece, conmueven a Dante ms an que las pala-bras de Francesca, hasta hacerle incluso perder el sentido.III. De este modo termina el canto, que sera superfluo considerar aqudetalladamente en su aspecto literario, tanto ms si se tiene en cuenta que el poemade Dante es universalmente conocido no slo en su texto original, sino tambina travs de las numerosas traducciones que de l se han hecho a lenguas extranjeras(las cuales, sin embargo, slo en paree pueden expresar sus extraordinarias bellezas).Pero conviene sorprender todo el significado del episodio a que nos hemos referido,en relacin tanto con los datos histricos como con la valoracin de los mismos en

    el pensamiento de Dante.El fundamento de la concepcin dantesca (no slo de este canto, sino detodo el poema) es, repetimos, la fe en la justicia divina: fe absoluta, como absolutaes la misma justicia. Ante los supremos misterios el poeta se inclina reconociendohumildemente los lmites de la razn humana:Loco es quien espera que nuestra raznpueda comprender los infinitos mediosde que dispone el que es una sola sustancia en tres personas.Contentaos, humanos, con los efectos,pues si hubierais podido verlo todo,no hubiera sido necesario el parto de Mara.

    (Purg., m, 3439).y aun cuando su deseo de saber le induce a preguntar por qu se condenaronquienes, sin culpa suya, no pudieron recibir el bautismo, la respuesta a esta preguntaes una sola: que la mente humana debe inclinarse ante la inescrutable justicia divina.

    249

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    6/8

    250. GIORGIO DEL VECCHIOAhora bien, quin eres t que quieres sentarte en el sillnpara ;uzgar a mil mil/as de distanciocon una vista que te alcanza a un palmo?(Paraso, XIX, 79-81).

    An hay ms. En otro pasaje (Paraso, XV, 10-12) Dante afirma explcita-mente que es justo que sufra eternamente quien por amor a las cosas terrenales seapart del amor a las celestiales; lo cual, segn puede observarse, se halla de acuerdocon la doctrina de Sanco Toms de Aquino (2).Para Dante la condenacin perpetua de Francesca y de Paolo est, pues,plenamente justificada. Siendo esto aS, cmo se explica y justifica la gran simpa-ta .que demuestra hacia los dos culpables amantes? Dicha simpata no debe consi-derarse excesiva? Esta duda no puede menos de presentarse, especialmente si se con-

    sideran algunas circunstancias, las cuales aunque no se manifiestan en los versosde Dante, le eran casi ciertamente bien conocidas.Ni Paolo ni Francesca eran demasiado jvenes cuando cometieron su peca-do. S, como es probable, el hecho tuvo lugar en 1289, Paolo tena alrededor de lostreinta y nueve aos, y Francesca poco menos. Y aun en el caso de que, comoalgunos opinan, hubiera ocurrido algunos aos antes (ciertamente no antes de1283), ello no influira grandemente sobre el juicio relativo a su edad, que en todocaso no era tal que pudiera atenuar su culpa. Adems, uno y otra estaban casadosy con prole. Paolo se haba casado en 1269 con Orabile Beatrice di Ghiaggiuolo, dela cual haba tenido dos hijos, Uberto y Margherita. Francesca, casada en 1275con el hermano de Paolo, Gianciotto, haba tenido de l una hija, llamada Concor-dia. Por esta razn el pecado de adulterio -adulterio doble- fue ms grave, ysobre tal gravedad insisten varios comentaristas. "Francesca (nota por ejemplo Co-rrado Ricci) no slo traicion a su marido, sino tambin a su cuada; y Paolo noslo a su mujer, sino tambin a su hermano"; de suerte que la piedad que Dantetributa tan ampliamente a Francesca y a Paolo, debera ms bien dirigirse, segnRicci, a la mujer de Paolo, Orabile di Ghiaggiuolo, "a cuyo dolor ningn poeta, nigrande ni pequeo, ha hecho justicia, a pesar de haberle sido arrebatado el amor desu marido y de haber quedado hurfanos de padre sus dos tiernos hijos a causa deuna criminal culpa, al mismo tiempo que Concordia buscaba en vano las cariciasmaternales" ( 3) .Nadie puede eludir la compaslOn que el ilustre crtico de Rvena expresapor las vctimas indirectas de la triste tragedia; pero acaso esto significa que seme-jante sentimiento no sea lcito y natural cuando se dirige a quienes, aunque culpa-bles, pagaron sus culpas con su sangre y con la condenacin eterna? Nada inducea pensar que Dante fuera insensible ante la dolorosa suerte de los parientes inocentesde los dos desgraciados. Si no los mencion fue solamente porque, por decido aS,no entraban en el cuadro del episodio; mientras que, por ejemplo, los hijos delconde Ugolino, que Dante llora tan apasionadamente, eran parte esencial en el epi-

    sodio correspondiente.Cierto que la piedad que Dante demuestra por Francesca y por Paolo essingularmente intensa y profunda; pero ello se explica suficientemente por la raznque apuntaremos enseguida. Lo verdaderamente decisivo, que exime a Dante delreproche de excesivo pietismo, es el haber puesto a los dos amantes en el infierno.

    (2) V. Summa Tbeol., Supplementum Tertiae Partis, quaest. XCIX, arto 1.(3) V. C. Ricci, Ilultimo rifugio di Dante (2" ed., Miln, 1921), p. 137.

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    7/8

    JUSTICIA, AMOR Y PECADO SEGUN DANTE' 251Tambin para l la condena de la culpa es absoluta e inflexible, a pesar de cual-quier sentimiento de compasin, siendo precisamente el encuentro de estos dos motivosopuestos lo que hace al presente episodio altamente pattico, pues en l tales motivosse manifiestan juntamente en toda su fuerza. Con razn afirm Dante que en elsacro poema haban "puesto mano cielo y tierra", pues en l, y especialmente enel episodio a que nos estamos refiriendo, estn representados con igual eficacia la san-tidad de los misterios celestiales y los mpetus de las pasiones humanas.

    Si Dante hubiera juzgado a Francesca merecedora del divino perdn, habrapodido -suponiendo que este perdn le hubiera sido concedido en virtud de unpresunto arrepentimiento de la misma- asignar le otro lugar en los reinos de ultra-tumba, como hizo con otra pecadora, Cunizza da Romano, conocida como mujerdisoluta y lasciva.Pero la piedad de Dante no llega a tal extremo, a pesar de ser extraordina-riamente viva y profunda. Entre las razones que explican la conmocin de Dante,tal vez la principal es la conciencia que l mismo tena de no hallarse completamenteinmune de la inclinacin pecaminosa que haba arrastrado a Francesca al pecado. Alvisitar el Infierno y el Purgatorio, se senta naturalmente inclinado a pensar en suspropias culpas, y expresamente declara su preocupacin por la suerte futura de sualma. Que Dante pecara por lujuria lo afirman varios autores, incluso contempo-rneos suyos, y especialmente Boccaccio, en un conocido pasaje que contribuy acrear una especie de leyenda en torno a ste pecado de Dante. E'S probable queen ello haya exageracin; pero no cabe la menor duda de que, en algn perodode su vida, Dante cediera a los halagos del amor sensual, lo cual explica que seabstenga de ensaarse contra la desventurada Francesca, demostrndole no reproche, sino

    solamente piedad y simpata, como por implcita, tcita confesin.Se ha supuesto tambin que, adems del mencionado, otro motivo pudoconcurrir a inspirar la benignidad de Dante para con Francesca; es decir un senti-miento de amistad y tambin de gratitud hacia la familia de Polenta, a la cual, comoes sabido, perteneca Francesca hija de Guido Menor o el Viejo y ta de aquel Guidoel Nuevo, seor de Rvena, que tan generosamente invit y acogi al poeta deste-rrado en dicha ciudad, en la que efectivamente pas los ltimos aos de su vida.Pero una simple razn cronolgica induce a excluir este motivo. No sabemos concerteza la fecha en que se escribi el poema, y especialmente sus dos primeros Can-

    tos; pero es muy probable que al menos el primero estuviera terminado en fechano posterior a 1314, es decir bastante antes de que el poeta recibiera y aceptara lainvitacin de Guido de quedarse en Rvena bajo su proteccin. Y si posteriormenterevis el Canto, no es de creer que lo modificara sustancialrnente. Ms bien no debeexcluirse la posibilidad de que Dante, el cual tuvo notorias relaciones con la Romaaya desde el principio de su destierro, tuviera ocasin de conocer a alguien de lafamilia de Polenta en fecha anterior a su estancia permanente en Rvena y anteriortambin a la composicin de la Comedia. Es oportuno recordar asimismo ~uePaolo Malatesta fue Capitn del Pueblo en Florencia desde 1282 a 1283, durantems de once meses, y no es inverosmil que Dante, a la sazn muy joven, le vieraprobablemente ms de una vez. En todo caso, tales hiptesis, sea cual fuere su va-lor, se refieren slo a circunstancias accesorias de escasa importancia. Una cosa escierta: que Dante jams habra cambiado por conveniencias extrnsecas su juiciosobre hombres y cosas, tal como le haba sido dictado por su ntegra e impvidaconciencia.

    Las circunstancias contingentes de tiempo y lugar, de las que fue solcito ob-servador, bien pudieron ofrecerle materia para su canto; pero las razones y criteriosesenciales de sus concepciones, poticas y filosficas al mismo tiempo, procedieron

  • 7/28/2019 Del Vecchio. Giorgio - Justicia amor y pecado segn Dante

    8/8

    252 GIORGIO DEL VECCHIOsiempre de la universalidad propia de su soberano intelecto, capaz de remontarse alas ideas ms sublimes hasta el umbral de los divinos misterios, as como de descen-der hasta los ms ocultos escondrijos del alma humana para escrutar y analizar todossus afectos y defectos. De ah la inmensa amplitud del cuadro en que la justicia yel amor, las virtudes y los vicios, las alegras y los dolores han encontrado sus msperfectas maravillosas expresiones: cuadro ,que no tiene semejante en la literaturaitaliana, ni tal vez en ninguna otra.

    Todos estos motivos, con frecuencia opuestos entre s, se reflejan en milepisodios conmovedores; pero ninguno es ms dramticamente pattico que el quedescribe con breve y enrgicos rasgos los dulces suspiros, la muerte atroz y la terri-ble expiacin de Francesca y Paolo. Pero no es exacto ni conforme al pensamientode Danre considerar a Francesca como tipo ideal de mujer, segn hacen algunos in-trpretes. Aun la tan citada opinin de De Sanctis, segn la cual "Francesca es laprimera mujer viva y verdadera que aparece en el horizonte potico de los tiemposmodernos", slo en parte responde a la realidad: es decir en cuanto la obra poticade Dante supera a la de cualquier otro poeta, despus de Homero y Virgilio. Perohablar de modernidad a propsito de Francesca tiene escaso significado, no sloporque el contorno del cuadro, si se considera el tiempo, es evidentemente medieval,sino tambin porque las pasiones que movieron el nimo de Francesca no se dife-rencian susrancialrnente de las de otras mujeres que nos presentan la historia y lapoesa de todas las pocas.

    Si el episodio mencionado despierta en tal manera nuestro inters, y es con-siderado, aun por doctos extranjeros, como el ms admirable de toda la Comedia eincluso de la poesa universal, es porque en l se manifiestan los problemas y afanesms graves de nuestra vida mortal: la lucha entre los impulsos de los sentidos y elpensamiento de nuestro destino ultraterreno; el peligro de que el ms puro de lossentimientos, el amor, se convierta en vicio nefando y ruina final; la anttesis entreel respeto a la divina justicia que castiga el pecado y la piedad humana hacia lospecadores.Son estos problemas y afanes, ms ~ue el caso particular de los dos infelicesamantes, los que tan profundamente turban y emocionan a Dante, hasta el punto dehacerIe perder el sentido, lo cual no volvi a sucederIe, ni siquiera ante tormentosms atroces. Lo cierto es que, como se ha observado justamente, en dicho episodio

    Dante parece un espectador, siendo en realidad el verdadero protagonista.Lo mismo podemos decir, haciendo las debidas diferencias, de quienes lee-mos el poema, ya que aqu tiene una singularsima aplicacin la mxima del poetalatino: nada humano puede sernos ajeno. Y qu cosa hay ms humana que elsentimiento casi irresistible del amor, el de la piedad y el de la justicia, que sonprecisamente, segn hemos visto, los motivos fundamentales de este canto inmortal?Y quin puede dejar de participar del temor y del horror de las penas con quelas leyes humanas y divinas amenazan a nuestras posibles culpas, y ,que la fantasadel poeta describe con tan vivos colores?Dante supo encerrar en pocos versos gran parte de la realidad humana, desus eternos problemas y del infinito misterio que la rodea.

    Trad. de Juan Marcos de la Fuente.