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fft. erM Orgapo Óe. su Veoerable Oröeo Cercera y (ofraöías Dirección y Administración: Silva, 39.-, Madrid (12)..Teléf. 12803 15 DE AGOSTO DE 1932 NÚM. 8 S 11 M E 10 LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN, por el P. Miro. Ofía.—MEDITACIÓN BAJO LOS CLAUSTROS, por Mr. Even.—MISA DE S. RAMÓN, por Fr. Fernando Vázquez.—EL CATECISMO, por Juan G. Castro.--¡,Fuá ESPAÑOL S. PEDRO NOLASCO?, por Fr. Guillermo Vázquez. — MEDITACIÓN, por Fr. Raimundo Sanjurjo.—ALGUNAS COSTUMBRES ANTIGUAS FUNERARIAS, por Fr. José Miguélez.—MuNno CATÓLICO, por Fr. Fernando Vázquez.—GRECIA AL DÍA, por Fr. Guillermo VáZCIUCZ.— CORRESPONDENCIA DE CHILE, por Fr. ftego A. Rojas.— A NUESTRO ILUSTRE AMIGO Y QUERIDO HERMANO MR. MICHEL EVEN, (poesía), por Fr. José Santiego Crespo. —EN PROPIA DEFENSA, por Sergio M. Dun.—RADIOGRAMAS, por Llján.— LA OFRENDA TRADICIONAL AL APÓSTOL SANTIAGO. — NOTICIAS.—NECROLOGÍA.-BIBLIOGRAFÍA. LA FIESTA DE LA ASUNC1ON DE NUESTRA SEÑORA Por el Rvdmo. P. Pedro de Oña, de la Orden de la Merced, Obispo de Gaeta, del Consejo de Su Majestad (1) Cómo fué la muerte de la Virgen Acontece muchas veces que la ropa que anda junto al cuerpo la cogeis con un ceñidor, con el peso de la ropa vase aflojando la cinta y para atarla más fuerte aflojais del todo el ñudo y dais más recia la lazada. Bien así la ropa del alma es el cuerpo, anda imito a ella con la vida que es el ceñidero que la junta y trae com- (1) Primera parte de las Postrimerías del hom- bre. En Pamplona, por Carlos de Labayen. Año M DCVIII. A costa del convento de Nuestra Serio- ra de la Merced. puesta: Memento Creatoris tui, ante- quam recurrat vita aurea (Eccl. 12), decía el Sabio: Acuérdate de tu Cria- dor, antes que se quiebre la cinta de oro, que es el ceriidero de la vida. El cuerpo siendo de tierra, trae tan- to peso de trabajos, de hambre y sed, que de suyo naturalmente se afloja y deshace el ñudo de la vida en todos nosotros, y en la Virgen de la misma suerte; pues en el día de su muerte del todo lo desata y aparta el alma santísima de aquel virgíneo pecho, sin violencia alguna y con toda suavi- dad y blandura, por faltar en ella todo

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fft. erMOrgapo Óe. su Veoerable

Oröeo Cercera y (ofraöías

Dirección y Administración:Silva, 39.-,Madrid (12)..Teléf. 12803

15 DE AGOSTO DE 1932

NÚM. 8

S 11 M E 10

LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN, por el P. Miro. Ofía.—MEDITACIÓN BAJO LOS CLAUSTROS,

por Mr. Even.—MISA DE S. RAMÓN, por Fr. Fernando Vázquez.—EL CATECISMO, porJuan G. Castro.--¡,Fuá ESPAÑOL S. PEDRO NOLASCO?, por Fr. Guillermo Vázquez. —MEDITACIÓN, por Fr. Raimundo Sanjurjo.—ALGUNAS COSTUMBRES ANTIGUAS FUNERARIAS,

por Fr. José Miguélez.—MuNno CATÓLICO, por Fr. Fernando Vázquez.—GRECIA AL DÍA,por Fr. Guillermo VáZCIUCZ.— CORRESPONDENCIA DE CHILE, por Fr. ftego A. Rojas.—A NUESTRO ILUSTRE AMIGO Y QUERIDO HERMANO MR. MICHEL EVEN, (poesía), por Fr. JoséSantiego Crespo. —EN PROPIA DEFENSA, por Sergio M. Dun.—RADIOGRAMAS, por Llján.—LA OFRENDA TRADICIONAL AL APÓSTOL SANTIAGO. — NOTICIAS.—NECROLOGÍA.-BIBLIOGRAFÍA.

LA FIESTA DE LA ASUNC1ONDE NUESTRA SEÑORA

Por el Rvdmo. P. Pedro de Oña, de la Orden de la Merced, Obispode Gaeta, del Consejo de Su Majestad (1)

Cómo fué la muertede la Virgen

Acontece muchas veces que la ropaque anda junto al cuerpo la cogeiscon un ceñidor, con el peso de laropa vase aflojando la cinta y paraatarla más fuerte aflojais del todo elñudo y dais más recia la lazada. Bienasí la ropa del alma es el cuerpo,anda imito a ella con la vida que esel ceñidero que la junta y trae com-

(1) Primera parte de las Postrimerías del hom-bre. En Pamplona, por Carlos de Labayen. AñoMDCVIII. A costa del convento de Nuestra Serio-ra de la Merced.

puesta: Memento Creatoris tui, ante-quam recurrat vita aurea (Eccl. 12),decía el Sabio: Acuérdate de tu Cria-dor, antes que se quiebre la cinta deoro, que es el ceriidero de la vida.

El cuerpo siendo de tierra, trae tan-to peso de trabajos, de hambre y sed,que de suyo naturalmente se afloja ydeshace el ñudo de la vida en todosnosotros, y en la Virgen de la mismasuerte; pues en el día de su muertedel todo lo desata y aparta el almasantísima de aquel virgíneo pecho,sin violencia alguna y con toda suavi-dad y blandura, por faltar en ella todo

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lo que suele desmayar y hacerla te-mer.

No le atemorizaba rigor de juiciodivino, porque era su Hijo el juez y notenía pecados No presencia de de-monios que la asombrasen, porquehabía salido el caudillo destrozada desus pies. No horror de la sepultura,porque el cuerpo que no había sidoanimal, no tenía que detenerse (di-solverse) para renacer a espiritual.No la lástima y soledad de las cosasamadas de que se apartaba, porquetodo lo del suelo lo había hollado, yen el cielo tenía su Esposo. No todoslos accidentes que causan dolor eneste paso, porque como nació de ellasu Hijo para el mundo sin dolores departo, así ella nace de su Hijo para laeternidad sin dolores de muerte. Yes esta doctrina tan antigua que An-drés, Obispo Jerosolimitano, en lostiempos de los Apóstoles la predicóen su día con unas elegantísimas pa-labras: Así como el vientre de la queparió virgen quedó sin corrupción yentero, así la carne de la muerta nomurió.

Confiesa este Santo que murió laVirgen, que se apartó el alma delcuerpo, que hubo resolución de estaspartes y dice que no murió su bendi-tísima carne. ¡Oh milagros!, el partohuyó de la corrupción y el se.pulcrono admitió muerte. Y pareciéndole alSanto que decía mucho y que algunose admiraría, añade: Ninguno de losoyentes juzgue por imaginación lo quevoy diciendo ni se burle de mí poreso; si la quiso Dios honrar por sersu Madre, ¿qué mucho?

La carne de la Virgenno murió

Mas sepamos qué quiere decir quemuere y no muere la carne de la quemuere.

Adviértase que esa es la diferenciaque hay de todos los nacidos a laVirgen, que todos éramos hijos deira por naturaleza, la Virgen, no:pues no fué concebida en pecado ori-ginal.

Los que somos por naturaleza hijosde ira, que es según la carne, menester es que para esta carne se vista degloria, que muera y que se conviertaen lodo y ceniza para que se haga denuevo. Como acá los vasos de barro,el oficial para mejorarlos y renovar

los, los deshace primero; mas quienno lo es (vaso de barro), no ha me-nester morir ni deshacerse. Para ha-cer de una.capa otra no es menesterdeshacerla, sólo si ha de ser de colordiferente, será necesario darle otroque diga con el primero; mas si de unsayo se ha de hacer capa, será me-nester que se deshaga y aun zurcirsebien zurcido.

Pues eso es lo que vamos diciendo:no fué menester morir la carne de laVirgen para hacer de ella capa delalma, porque siempre lo fué de unalma santa; la carne de otro cualquie-ra sí, porque fué primero sayo conmil golpes, puertas y cuchilladas, ypara hacer capa honrada, menester esdeshacerla y zurcirla. Que es lo quepasa en la muerte nuestra, y por esomuere la carne de todos, porque lesalcanzó a todos la pena del pecado; ala Virgen no le toca más de una se-paración del alma de su cuerpo y car-ne benditísima, que fué la deuda de lamortalidad que tenían nuestros padresen el Paraíso antes del pecado; masla segunda deuda del pecado esa nola debía, y así no la alcanzó, que fue,corno tengo dicho, al llegarse el cum-plimiento de la paga del hospedajedel alma y cuerpo aflojarse el nudodel ceindero para atarle con más fuer-za y seguridad, trocando la vida tem-poral en eterna y reuniéndose el almacon la carne virgínea con lazo estre-cho de bienes eternos, mientras Diosfuere Dios.

Y así en este sepulcro santo no seoyen endechas, llantos y gemidos; nose siembra apio ni ciprés en señal deluto y tristeza, sino rosas, jazmines yv ioletas; no hay obscuridad ni asom-bro; acuden los ángeles como argu-mentoras abejas a un dulce panal; nose aparta un punto el Hijo de la Ma-dre, como no se apartó la Madre delHijo en la vida, y como Él salió triun-fante de los enemigos en la muerte,sale la Virgen triunfante de los suyos,

ya no ocupada en hospedar, sinogozosa en ser hospedada, y recibidade toda la Corte celestial, mejoradaen tercio y quinto de todos los bienes,cle Dios (1).

Pero ¿quién tendrá palabras, ni len-gua, ni entendimiento para alcanzarlos sentimientos y gozos de esta me-jor parte de gloria de que fué baña-da su alma santísima, aquellos cas-tísimos abrazos con que fué recibidade su Hijo y Esposo, aquella coronainestimable de que f u é coronada,aquella majestad y música con quefué recibida de toda la Corte del Cie-lo? Basta saber que se hacía para suReina y Señora; basta considerar quela ordenaba y disponía con todo supoder el mismo Dios y su Hijo Jesús;basta saber que si supo José hacerrecibimientos a su viejo y pobre padreJacob y que todo el reino de Egipto lerecibiese y estimase, quien más sabíay podía ¿qué haría con su Madre?

Paréceme que veo parados los cie-los, detenidas las estrellas y esoscedros altos del monte Líbano incli-nar sus ramas y bajar sus pimpollosy aquellos Sera fi nes levantados, degrandes y velocísimas alas, encogi-dos a este espectáculo, como asom-brados de tal mujer y de tal grandeza.Ahora sí entonaría la Virgen su cán-tico: Mi alma engrandece el poder delSeñor y mi espíritu y mi carne se re-gocijan en mi Dios, prosiguiendo losespíritus celestes, muy conforme a loque pasó por ellos; Ensalzó a los hu-mildes para sentarlos en las sillas desus merecimientos, derribó de ellas alos soberbios...

¡Oh dichoso día para toda la Cortedel Cielo!, porque, dice San Bernar-do, si el alma de San Juan Bautista enel vientre de su madre se enternecióoyendo la vos de María y le hizo darsaltos de placer y regocijo a los seismeses de su concepción, ¿cuál sería

(1) Págs. 707-709.

Mr. Michel Even, Misionero diocesano de París, Miembro de la Legiónde Honor, Terciario y fervoroso propagandista de la Merced, actualmentehuésped y más que huésped hijo ilustre de esta provincia de Castilla

y amigo entrañable.

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el gozo de aquellos ciudadanos anti-guos del cielo cuando merecieron oirsu voz, ver su divino rostro y gozarde aquella facial y virginal presenciasuya? ¡Dichoso día!, dice Anselmo,en que la blanca paloma fué recogidadespués de la tempestad y diluvio deeste mundo, no en el seno de Abra-hán, sino en el del mismo Dios y desu Espíritu. ¡Dichoso día!, dice Da-masceno, en que nuestra tierra ofre-ció tan preciosa ofrenda al Cielo. ¡Di-choso día!, dice Ildefonso, en que nosólo el espíritu, sino el verdaderocuerpo de la Esposa llegó a ver ygozar con castísimos abrazos el desu Hijo y verdadero Esposo. ¡Dicho-

¡Para amarla mejor!

Quae est isla quae progreditur?¿Quién es, pues, Esta que viene a

nosotros con tanta majestad?Es nuestra Fundadora y es nuestra

Madre. Porque nosotros, no lo olvi-demos, nosotros hijos de la Merced,hemos sido buscados y escogidospor Ella, entresacados del común delos hombres.

Y Ella nos ha escogido de estamanera para formarnos en la lucha,en una lucha muy dura, para mante-ner el esfuerzo de una caridad con-tinua, heroica si es necesario, hastala total donación de nosotros mismosen el servicio , del prójimo para salvarsu alma.

Ella nos forma para la redención,para la libertad de las pobres almasencadenadas.

so día!, dice Atanasio, en que levantaDios a su sierva al asiento y silla desuprema Reina y Señora. ¡Dichosodía!, dice Sofronio, para los pecado-res, que tenemos abogada de nuestras,miserias delante de Dios.

Por tan gran título te pedimos y porla gloria que posees, Reina del Cielo,Emperatriz de los ángeles, Abogadade los pecadores, Madre de Dios, Se-ñora y hermana núestra, que en laúltima hora de nuestra vida y en laamargura de nuestra muerte, nos al-cances favor y defensa contra el de-monio y nuestras culpas (I).

( 1) Págs. 710-711.

Nuestra vocación es, por lo tanto,corresponder en esto a sus deseoshasta nuestra última hora.

Será necesario poner en ello una.resuelta energía, un tesón continuo eincansable.

Que la Santísima Virgen sea nues-tra Fundadora directa tienden a re-cordarlo y a demostrarlo todas lastradiciones de la Orden. Los ataquesmuy poco afortunados y de una bue-na fe muy relativa„v que se han ma-nifestado con ocasión del pasadocentenario, no han servido más quepara estimular las investigaciones ylos trabajos. Han salido de los archi-vos los documentos, y definitivos.Todavía se encontrarán otros. Nues-tra creencia está bien apoyada.

Sí, la Orden de la Merced fué fun-dada en 1218, luego de la aparición

de la Santísima Virgen a San PedroNolasco; y en el momento mismo enque el fundador iba a entregarse a laacción, pensaba en retirarse al silen-cio y a la soledad. «El hombre seagita y Dios lo conduce», dice Fene-Ión. Sin embargo, ¿qué se han dichoexactamente, contodos sus porme-nores, la celestialFundadora y elmercader de Bar-celona? Nunca sesabrá con todaprecisión. Des-pués de todo Pe-dro Nolasco notenía que darconocimiento delodos los detallesde la entrevista.¿Qué fundador deOrden y qué mís-tico ha reveladocompletamentesu secreto? Dióa conocer lo queera necesario ynada más, lo queera preciso parael cumplimiento de su misión y esobastaba. No tenemos que exigir otracosa. El tesón con que trabaja pararealizar su obra, ha probado que lacreía bien de origen celestial, y losque lo rodeaban lo creían con él, ycomo argumento definitivo la IglesiaJa ha aprobado.

Un hecho se impone a nuestra con-sideración. Nunca en los documentos

antiguos se trata de la presencia deJesús con su Madre.

Yes que Ella vino ese día sola,como señora y como reina. Ella eshermosa como el resplandor del día,y es también fuerte como un ejércitoen orden de batalla. Viene vestida de

poder y majestad para dar sus órde-nes al que debe ser el jefe de/a nuevacaballería, porque son caballeros losque Ella quiere para un nuevo com-bate, caballeros escogidos, prepara-dos, armados con sus desvelos.

Ellos tendrán que luchar contra losinfieles y adiestrarse en el manejo detodas las armas.

Primeramente será la lucha en losejércitos del príncipe, y será sobre

Meditación bajo los claustros

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todo, el viaje doloroso, fatigante,mortífero a tierras berberiscas, parael rescate de los cristianos cautivos,reducidos a la más dura degradación,será la mendicidad animosa, pidien-do de puerta en puerta y ochavo trasochavo para la redención.

Para esto se necesitan almas enér-gicas, almas muy susceptibles deser formadas en el arrojo, muy re-sueltas para aceptarlo y para mante-nerlo.

Pero, dirá alguno, todo eso haterminado. El berberisco ya está ven-cido para largo tiempo. Ya no hayesclavos cristianos. Los que estánbien informados dicen que esto no escompletamente cierto, pero en todocaso lo que si es cierto es que la es-clavitud de Ios cristianos solamentecambió de forma. En nuestra socie-dad moderna que va materializándo-se cada día más, las almas vuelvena ser esclavas y es necesario lucharpara darles libertad. El ideal de laMerced sigue, por tanto, siendo ne-cesario, el puesto que ocupan sushijos no se les debe quitar, y sonellos quienes deben conservarlo yobrar de conformidad con él.

El recuerdo de lo que su Madre havenido a reclamar, de lo que sus her-manos han hecho y han sufrido, debeser un estímulo y acicate para el com-bate de cada día. El ideal de la Mer-ced es una luz tan esplendorosa quebrillará hasta el fin de los tiempos yque encontrará siempre almas, y delas más generosas, dispuestas a de-dicarle sus vidas para realizarlo.

Pero imposible nos sería hacerlo,y sobre todo mantenernos fieles, he-roicamente, sin la ayuda de la Fun-dadora.

Ella, en efecto, espera que no nosdetengamos solamente en admiraresta caballería en la que nos pide quenos alistemos. Espera que no le diga-mos solamente «yo te amo». Ellabusca pruebas, y no le podremos darverdaderas pruebas de amor si Ellamisma no nos enseña a hacerlo.

Es, pues, necesario que nos habi-tuemos a no hacer nada sino por Ellay con Ella, y hay para esto variosmedios de que se puede usar. El pri-mero, que es la señal exterior de-nuestra donación es que ante todo nosacordemos que llevamos su hábito.Este mi/forme, símbolo de penitenciay de pureza, es necesario honrarlo yrespetarlo, como el soldado debe.honrar y respetar su uniforme. Lollevamos día y noche, es necesarioconservarlo limpísimo y en buen usoporque un andrajo no es un uniforme,aunque esté bendito, no siendo dignode Ella, ni de nosotros. Pero hayademás otra cosa que no se debedescuidar.

Después de lo dicho, conviene de-sear ver en todas partes su imagenpara no olvidarla. Parece natural quepara todo buen mercedario, en todassus imágenes y sobre su pecho, lasmiradas descubran, como instintiva-mente, el escudo de sus armas: Paranosotros, siempre y en todas partes,la Santísima Virgen es «NuestraSeñora de la Merced!!»

'En nuestra celda ' colocaremos suimagen, la «suya», y Ella reinará,bajo el Crucifijo, en la sencillez ypobreza de nuestra habitación. Si esposible, una humilde flor, un poquitode luz alegrarán nuestro santuario yatraerán nuestra atención no entran-do ni saliendo nunca sin saludarlaprimero; y si algo de importanciatraemos entre manos, le rogaremosnos inspire, pidiéndole permiso paraemprenderlo, Siempre y en todaspartes acordémonos que somos susservidores, sus enviados, sus dele-gados y que es Ella quien nos envíade continuo junto a las pobres almas.

Frecuentemente durante el día, poruna mirada, por la recitación de unaplegaria, la exclamación de una jacu-latoria, nos acordaremos de Ella, leconfirmaremos nuestra confianza ynuestro amor, escucharemos sus ór-denes, no acostándonos jamás antesque nos arrodillemos humildementeen el suelo, para pedirle perdón porsi la hemos contristado en algo, porsi no hemos obrado del modo quemás reclamaban sus intereses. Y asíes como la hemos de hacer interveniren todas las minuciosidades de nues-tra vida, realizando aquella donaciónque tuvimos a bien hacerle desde unPrincipio; y esto en los más pequeñosquehaceres, para probarle que somósverdaderamente sus hijos y que te-meríamos no utilizar las ,industriasmás insignificantes para fijar nuestroespíritu inquieto y vivir realmente enSU intimidad.

Mas todo esto no tiene otro fin que

sujetar el cuerpo y mantener . 'en pienuestra atención. El alma así prepa-rada va a poder por fin «ser formada»por Aquella que está siempre condeseos de darnos a Jesucristo, en loque consiste la razón de su existen-cia. El alma atenta, hecha atenta poresta fidelidad en mantenerse en pre-sencia de su Madre, va a encontrarsecon la disposición conveniente pararecibir las gracias de que Ella deseacolmarla.

Por tanto, será preciso que el almano sólo esté atenta, sino realmentedeseosa de corresponder a estas gra-cias, deseosa de ponerse en activi-dad, de todos modos, bajo el soplode Dios. De esta suerte, el despertar-se de la mañana es una entrega enlas manos de Nuestra Señora, y des-pués de algunas oraciones de cora-zón, por las cuales nos repetimosque somos sus servidores, la oraciónde la mañana habrá sido un descan-so y una alegría. ¿Que es ferviente?¡Bendito sea Dios! Qué es desolada,por la sequedad, el desabrimiento in-terior, las tentaciones mismas? Puesme estaré allí «al menos en espíritu»,sentado como un niñito a los pies desu madre, con quietud, con confian-za, durante el tiempo destinado alejercicio. Al menos habré dado prue-ba de buena voluntad y de fidelidad,y esta actitud la tomaré en todos misactos de piedad.

Mi misa y mi comunión serán ce-lebradas en unión con Aquella queofrece sin cesar la Víctima Santa porla redención de sus hijos pecadores.

Y todos los actos de mi ministerio,todos los actos de mi vida, serán

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guiados por Ella; y si la tentaciónme ataca, me sitia, si una pruebacualquiera de alma o de cuerpo meatormenta y me consume, me volve-ré a Ella más que nunca, y descan-sando en su regazo mi cabeza fatiga-da, contaré a mi Madre todo mi dolor y mi pesar. SI, tendré gusto espe-cial en tenerla realmente por la confi-dente de toda mi vida, y cuando hayaderramado en silencio y a su lado laslágrimas de mi corazón, escucharétodo cuanto Ella anhela decirme, yemprenderé de nuevo el camino bajosu dirección.

De este modo yo no estaré solo enla vida, ningún pesar se adueñaráde mí, ninguna amistad podrá trai-cionarme, porque las penas y losdesencantos serán largamente com-pensados con su amor.

Pero esta alegría intensa y pura-mente espiritual no me será otorga-da si no busco por medio de Ella re-producir en mía Jesucristo. María nopuede admitir esta torpe mezcla delespíritu del mundo con el espíritu deCristo un poco de piedad sentimentalmezclada con un mucho de paganis-mo. Cierto que soporta y comprendenuestras involuntarias torpezas, perono recibe en su milicia sino almasenérgicas y resueltas a poner en prác-tica cuanto fuera necesario «con talque El Peine» y dispuestas a sacrifi-carlo todo a este ideal.

Y ahora que esta alma ha sido se-parada, llamada y formada por Ella,va a encontrarse dispuesta para elcombate. María la envía en medio del

mundo, tan fuerte ya que ninguno delos lodos que deberá tocar, ningunade las podredumbres que habrá delimpiar, ninguna de las enfermedadesque tendrá que curar, podrán ensu-ciarla lo más mínimo. ¡Todo es puropara los puros! Ciertamente, pero eneste sentido, que las almas de que setrata de tal manera serán fuertes y de-terminadas a todo por un favor deDios, que nada pueden aceptar que aEl sea contrario. El espíritu corrosi-vo del mundo ni tocarlas puede.

Bajo la guarda y la dirección deMaría, con toda la precaución queElla las ha enseñado, trabajan sinmiedos ni peligros. En fin, comoNuestra Señora las ha formado parael heroísmo de la caridad, se dansiempre heroicamente y de buen gra-do por amor de María y de su Hijo,y porque es su Hijo. He aquí alcanzada la perfección de la caridad. Heaquí hasta donde nos conduce nues-tra fidelidad mercedaria si somos fie-les a nuestra gracia.

Jamás será esta gracia ni MaríaMediadora lo que nos faltará, somosnosotros los que ¡ay! desfallecemos.Ved aquí por qué cuando vemos laimagen de Nuestra Madre, cuandobesamos su blanco escapulario, elhermoso escudo de sus armas, debe-mos pensar siempre en esto y reco-brar valor y avanzar en la ruta.

La verdadera devoción a NuestraSeñora dé la Merced es, pues, unariqueza insuficientemente explotada;pero pues está a nuestra disposición,no la tengamos enterrada, porquenuestra Madre quiere por este medio,y según este espíritu, ser más que

nunca conocida, amada, servida, y anosotros, una vez más, toca corres-ponder a sus deseos.

Cuando Pusia, Méjico y otros paísesnos muestran de qué esclavitud, másdura que la de los sarracenos, hay quedesencadenar a nuestros hermanoscristianos, importa com prender quese impone una nueva campaña de re-dención de la que de hemos nosotrosser los mejores trabajadores.

Fiesta de San Ramón Nonato (31de agosto)

Introito (Salmo CXXXIX, 13-14)Tú, Señor, creaste mis intimidades:

me formaste en el vientre de mi ma-dre (1). Yo te alabaré por haber hechode mí una criatura tan admirable. Tusobras son admirables, y mi alma loreconoce complacida. Salmo: Yahué,Tú me sondeas y reconoces: Tú sabescuando me siento y cuando me levan-to. y. Gloria al Padre...

OraciónOh Dios, que hiciste admirable a tu

confesor el Bienaventurado Ramón,libertando a tus fieles de la cautividadde los impíos: concédenos por su in-tercesión que, libres de las cadenasdel pecado, hagamos con ánimo pron-to las cosas que son de tu agrado. PorN. S. J. C.

EpístolaLección del profeta Isaías (XLIII,

(1) Como en el original el primer verso es una •metáfora no usada ya en nuestros días, y por lomismo algo desconcertante para la gente sencilla,se ha puesto aquí otro vocablo. Doy las gracias aMi q uerido hermano de hábito P Manuel Penedo,Por el solícito trabajo que se impuso, a ruego mío,Para asesorarme, consultando casi toda la Tradi-ción de escriturarios autorizada. De el es la versióndel primer dístico.

No lo seremos sino en la medidaque el verdadero espíritu Mercedarionos inspire el corazón y los actos.

¡Dadnos, oh Señora Nuestra, esteespíritu, y que nuestros Santos, hijosvuestros y nuestros hermanos, ince-santemente os lo pidan para nos-otros!

MICHEL EVENMisionero diocesano de París

S. Juan de Poyo, 30 VII-52.

1-8). Así habla Yahué que te crió, ohJacob, que te ha formado, oh Israel:No temas, que yo te he rescatado: tellamé por tu nombre, tú eres mío.Cuando pases por las aguas, Yo es-taré contigo: vadearás los ríos y no tearrastrarán. Cuando atravieses elfuego, no serás quemado, y la llamano te abrasará; porque Yo soy YahuéDios tuyo. Desde que te hiciste glo-rioso a mis ojos, te tornaste precioso,Yo te amé; y daré hombres por tí, ypueblos a cambio de tu vida. ¡No te-mas, porque contigo estoy Yo!... DelOriente haré venir tu posteridad, yvolveré a juntarte del Occidente. Diréal Aquilón: ¡Suéltalos! Y al Austro:¡No los detengas! Trae a mis hijos delas comarcas apartadas, y a mis hijosde los fines de la tierra: a todos losque invocan mi Nombre, creados parami gloria, formados y hechos. Envía-me ese pueblo, que no ve, y tieneojos; y es sordo, teniendo orejas.

Gradual (Salmo XXII, 10-12)

Tú eres, Señor, el que me sacastedel seno materno: me hiciste confia-do en los pechos de mi madre.y. Desde el vientre de mi madre, miDios eres Tú. No te alejes de mí. Ale-luya, Aleluya. -y. Pusieron un candado

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MISAL MERCEDAPIO

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San Ramón Nonato.-31 de Agosto.

a mi boca: fuí humillado, y mi dolorse aumentó. Aleluya (1).

EvangelioContinuación del Santo Evangelio

según San Mateo (X, 16-20). En aquel

(1) Puse la traducción del verso aleluyático se-gún está en el propio del Misal. No es texto es-criturario, sino un arreglo de frases, con sabor bí-blico El Salmo de donde están tomadas (XXXIX)es un canto de David, pidiendo paciencia para noairarse contra los malos: «Yo decía: Velaré miscaminos para no pecar con la lengua. Pondré unfreno a mi boca, mientras el impío esté en mi pre-sencia. Y me hice mudo, quedé en silencio; me ca-llé, aunque sin resultado alguno Pues mi dolor seelaltó: mi corazón se puso como una brasa dentrode mí; y mientras más reflexionaba, más se encen-día el fuego (de la ira), y las palabras afluían a milengua.» Las frases subrayadas forman el versoen cuestión. Aprovecho la ocasión, por si no lohizo ya mi maestro P. Guillermo en sus amenasantigerundianas, para llamar la atención sobre elcélebre In meditatione mea exardescet ignis, tantraído y llevado en los tratados de oración. ElProfeta-Rey dice con ello lo que diría cualquieraque ya no resista más: Cada vez que pienso enestos malvados, se me sube la sangre a la cabe-za...Y basta.

tiempo, dijo jesús a sus discípulos:Mirad que os envío corno ovejas enmedio de lobos: sed, pues, prudentescomo las serpientes y sencillos comolas palomas. Estad en guardia contralos hombres; porque os entregarán alos tribunales y os azotarán en sussinagogas. Y seréis llevados por cau-sa mía a presencia de gobernadores yreyes, para dar testimonio de mí de-lante de ellos y delante de los genti-les . Y cuando os entreguen, no an-déis pensando cómo o qué vais a de-cir, porque en el preciso instante seos concederá lo que hayáis de hablar.Porque no sois vosotros los que ha-blaréis, sino el Espíritu de vuestroPadre el que hablará en vosotros.—Credo.

Ofertorio (Sir. XV, 3-4)Al que tiene temor santo, el Señor

lo alimentará con el pan de la inteli-gencia, le dará a beber del agua de laSabiduría. Se apoyará sobre ella, yno se doblegará: andará con ella y noserá confundido. Ella lo exaltará de-lante de sus vecinos.

SecretaRecibe, Señor, nuestra ofrenda, ha-

ciéndola benigno aceptable a tu pie-dad, por la intercesión del bienaven-turado confesor Ramón: e infúndenosmisericordioso aquella fuerte caridadque en él ardía. Por N. S. J. C...Comunión (Salmo LXX VIII, 23-25)Dió orden a las nubes de arriba, y

abrió las puertas del cielo. Y les dióel pan del cielo. Todos comieron elpan de los fuertes; y les envió comidahasta la saciedad.

PoscomuniónAliméntanos, Señor, con las deli-

cias de tu santo Ramón, pues noshacen crecer en espíritu, siempre quehonramos a este santo en quien temostraste tan admirable. Por NuestroSeñor Jesucristo...

NATANAEL

El Catecismo de los niños

Todo Catecismo, por poco nume-roso que sea, si ha de estar bien lle-vado, necesita la intervención de ca-tequistas.

Tres, pues, son sus elementos: eldirector, sacerdote siempre que seaposible, los catequistas y los niños.

Los niños

Hay que conocerlos, atraerlos yorganizarlos en secciones perfecta-mente graduadas.

Conocerlos.—E1 primer paso detoda organización catequística, seaen cumplimiento de la gravísimacarga que pesa sobre los párrocos,sea en ejercicio del apostolado, eshacer la estadística de los niños deCatecismo, que son todos los queestán en la edad escolar. Debe hacer-se la estadística por aldeas o caseríosen las parroquias rurales y por callesen los pueblos y ciudades.

La facilidad de rectificación e incor-poración de nuevos datos y de ma-nejo hacen preferible la formación dela estadística por papeletas o fichas,una para cada niño, catalogados pororden alfabético de apellidos y nom-bres, dentro del orden también alfa-bético de aldeas o calles.

Estas fichas, de cartulina para lafacilidad del manejo, con el encasilla-do impreso para cada uno de losdatos, hacen posible la formación rá-Pida y uniforme de la estadística, pues

pueden trabajar en ella a un mismotiempo muchas personas. De estemodo, confiando a una o varias cate-quistas– basta que tengan letra clara—cada una de las calles o aldeas, enpocos días se tendrá hecho el ficherocompleto del Catecismo.

La ficha debe empezar por el nom-bre de la calle o aldea, primer elemen-to ordenador, seguir por el de losapellidos y nombre del niño, segundoelemento, y expresar la filiación, fechadel nacimiento, confirmación, primeracomunión y, por fin, el encasilladopara unos ocho años de la notaciónanual de asistencia, aplicación, com-portamiento y resultado del examen.En el respaldo debe haber referenciapaginal a un libro de notas persona-les y familiares de cada niño, de graninterés catequístico, que debe llevarel director o persona de toda su con-fianza, y quedará el restante espaciopara anotar el día de mañana los he-chos notables por buenos o malos quetengan relación con la formación cate-quística recibida.

Puede, además--donde pueda llegar-se a tanto—, contener la ficha datosantropometricos y pedagógicos, muyinteresantes siempre y orientadoresde la labor catequística.

La clasificación más fácil y exactaes la que se hace por números ente-ros, dando, por ejemplo, al 9 el valorde sobresaliente, al 6 el de notable yal 3 el de aprobado. La clasificación

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aproximada de asistencia se obtienedividiendo el número de asistenciaspor el número de sesiones, las déci-

mas del cociente es el número enterode la calificación de asistencia. Así elniño que en un curso catequístico de 40sesiones haya faltado 12 veces tiene28 asistencias, que divididas por las40 sesiones da 7 décimas, que es lanota en enteros que merece su asis-tencia total. La nota de conjunto se

Inaugurado el catecismo, el ficherose divide en dos secciones: la de losniños que asisten y la de los que noasisten, que conviene tenerlas a manoambas en un mismo mueble.

Es sumamente fácil y nada trabajo-so llevar el fichero. La papeleta decada niño que ingresa en el Catecis-mo se pasa a la sección de los queasisten, anotándose la sección delCatecismo a que ha sido incorporado;

obtiene dividiendo la suma de los nú-meros de las notas por 4, que son lasclases de calificación.

La construcción de la tabla de notasde asistencia y de conjunto, respecti-vamente, poniendo junto al número deasistencias o al de la suma la nota re-sultante, facilita la clasificación anual.

Doy un facsímil de esta ficha, sinotra pretensión que la de_que sirva deindicación:

en cada primera comunión se anotaen las respectivas papeletas la fechay las notas que merecieron en la pre-paración para este acto; al final de cadacurso catequistico, tomándolas de las

listas de cada sección, se asientan enla papeleta de cada uno las notas deaquel curso y, por fin, la ficha de losniños que definitivamente dejan el Ca-tecismo, se pasa a! fichero archivo,anotando las causas de la baja.

Ya se ve que el fichero estaráaumentando continuamente con la in-corporación de papeletas de nuevosniños, como el fichero archivo con laincorporación de las fichas de las ba-

jas definitivas.Supone esta organización que cada

catequista lleve cuidadosamente lalista de su sección, de donde se hande tomar los datos para el fichero.

De vez en cuando, en las frecuentesy periódicas juntas que deben celebrarlas catequistas para fomentar los in-tereses del Catecismo, con el ficherodelante, harán la rectificación de laspapeletas, la incorporación de otrasnuevas, estudiarán la manera de traeral Catecismo los niños que aún noasisten y de que sean menos las faltasde los que ya asisten. Para esto hade servir el fichero.

Atraerlos.—Segunda labor del di-

rector y de los catequistas. Se puedehacer directamente con los niños oindirectamente valiéndose de las ma-dres, bajo cuya omnímoda dependen-cia están en esos tiernos años.

Contando con las madres, la asis-tencia al Catecismo será numerosa yconstante. Por eso las catequistashan de trabajar para que manden susniños al Catecismo, avivando en lasque son piadosas el sentimiento deesta obligación gravísima, despertán-dolo en las madres indiferentes y ti-bias, y rindiendo la obstinación de lasmadres irreligiosas, haciéndoles verla infelicidad del hombre sin religióny la mala vejez que les espera deParte de los hijos a quienes no edu-can. Con unas y con otras, y espe-cialmente con estas últimas, han de

valerse de las influencias de la amis-tad, de la gratitud y del ascendientepara lograr la colaboración.

El cariño, la belleza del orden, queno sea demasiado rígido, el canto, laorganización de juegos fáciles, boni-tos y vistosos, pequeñas fiestas in-fantiles que, mediando media hora derecreo, sigan habitualmente a la delCatecismo, como cine, conferen-cias ilustradas, sesiones de prestidi-gitación, el fomento de las amitadesnobles, etc., etc., son otros tantosatractivos a los que no hay niño queno se rinda. ¿No los estamos viendomuchas veces por esas calles de Diosaburridos de los resabidísimos jue-

gos, sin tener con quién jugar, sinsaber qué hacerse?

Un Catecismo que tenga algo orga-nizadas estas pequeñas atracciones,estará concurridísimo.

Si a esto se añade el interés delvale, con miras a la futura feria infan-til, la sorpresa de vez en cuando deuna rifa, la perspectiva de una excur-sión o día de campo, el éxito será

rotundo.Organizarlos en secciones perfec-

tamente graduadas.—Mucho se pue-

de hacer en la formación cristiana delos niños durante la edad del Cate-cismo, seis u ocho años, si la labor

catequística está sabiamente distri-

buida en secciones y en ellas se tra-baja con conocimiento y entusiasmo.

He oído decir que en aquel Catecis-mo famoso, no sólo en España, sino

en el mundo, modelo de Catecismos,dirigido en Santiago de Galicia por eljesuita P. Urrutia, había niños quedaban razón de la doctrina cristiana

Calle de los Tiroleses, núm. 24.Bricetio Ansúrez, Francisco.Su padre, Antonio; profesión, sastre; su madre, Luisa.Nació el 24-V11-915; recibió la Confirmación el 3-111-922 y la

primera Comunión el 15-V-922.

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Preparación para la primera Comunión

g.,• 71 •: 2 9, N 2. g 2.

.. .. ..8... ..6 . —9... ...5. . .,.7...Año 1920 a 1921 .1.a. .. 6 .. . -4... ...7... ...6... ...5...Año 1921a 1922 2.a.. ...9... ...7 .. ...9. .. ..8... .. 8...Año 1922 a 1923 3 a .. . 8... ...8... ...6... . 9... ...7...Mio 1923 a 1924 4 a .. —.9... ...8.. ...8... . 9.. ...8 ..Año 1924 a 1925 Año 19... a 19

•5 a 9, 9. 7..

.9 .8

Año 19... a 19 Ario 19... a 19

'

— 294 — — 295 —

an bien como podrían hacerlo buenosestudiantes de Teología.

Las secciones del Catecismo son:la de párvulos, la de primera comu-nión, la de Catecismo medio y la deCatecismo superior.

La enseñanza de los párvulos ha deser exclusivamente de viva voz, y suprogramita serán las primeras oracio-nes, nociones elementalísimas de Ca-tecismo, narraciones sencillísimas ycon elementos exclusivamente sensi-bles de la Historia Sagrada. Häse deevitar cuidadosamente toda idea terro-rífica, y liase de prodigar la mímica,como levantar las manos arrodillar-se, vitorear a Nuestro Señor Jesu-cristo, bajar la vista, levantar los ojosal cielo, besar el Crucifijo, andar des-pacio; es decir, un Catecismo prácti-co, como debe ser en todas las sec-ciones, pero sensibilísimo en esta depárvulos.

La sección de niños de primera co-munión debe ocuparse en el estudiode lo que se necesita para recibircon provecho este Santísimo Sacra-mento.

Ha de empezarse la sesión repa-sando a coro y dando individualmenteel trocito de Catecismo señalado paraesta sesión, concluyendo esta partede la catequesis recordando breve-mente la explicación dada. Se proce-de inmediatamente a explicar lo quese dará en la sesión próxima inme-diata, leyendo primero el texto, loca-lizándolo en seguida en una narraciónbíblica, si la hay a propósito, o enuna historia o cuento, que vendrá aser como luz que esclarezca la res-puesta, con lo que surgirá la fórmula

catequística como elaboración propia;por fin, se perfecciona dando por me-jor la que trae el Catecismo. Con.esto el niño estudiará fácilmente ycon cariño de algo propio y con lasatisfacción de que lo entienda el tro-cito señalado de Catecismo.

La narración bíblica, historia acuento, viene a ser la concha; la ver-dad que quiere enseñarse, la perla; elestudio que se hace de cada palabra,el mirarla por un lado y otro, el aná-lisis; la fórmula catequística, la sínte-sis cognoscitiva en que culmina el co-nocimiento de la doctrina cristiana.

Ha de ser también práctica estasección del Catecismo; debe ense-ñarse la compostura externa en losactos religiosos, deben hacerse losconformes con lo que se esté estu-diando, como de fe, de amor; debellevarse a la práctica, estudiando por-que Dios lo quiere, portándose bienporque Dios nos está mirando, ven-ciéndonos porque Dios nos premiará,etcétera.

De modo semejante, aunque conmás perfección, se procede en lassecciones superiores.

España religiosamente se está lle-nando de ruinas; ruinas de templos,ruinas de instituciones religiosas,ruinas en la niñez por la supresión delCatecismo e imágenes religiosas,ruinas en la familia por el matrimoniocivil y el divorcio, ruinas en el ordensocial por las doctrinas formalmentesocialistas y comunistas...; en mu-chos la religión o es una momia, puraapariencia, o un cadáver putrefacto...;tenemos que reedificar sólida y bella-mente, tenemos que infundir vida a

tantas momias religiosas. Hay quedejar a un lado el estruendo de pala-bras, los deslumbramientos de imá-genes, los estrujamientos de la sensi-bilidad, muchas veces morbosa, y delas bolsas lacrimales, vanos triunfosde vacuísimas oratorias; tenemos que

Desde hace algunos años se haquerido recabar para nuestra patriaese honor, contra la afirmaciónunánime de todos los historiadoresantiguos, que hacen al Santo fran-cés.

Yo leí por vez primera esa espe-cie en una obra de D. Luis Calpe-na, que fui un admirable orador,pero no investigador de minuciashistóricas. Dicen que esa tiene suorigen en un trabajo del célebreP. Fita, pero aunque así fuera, hede confesar que me pareció siempre inaceptable.

Para que no arraigue una afirma-ción que luego ha de resultar infun-dada (¡hay tantas ya!) he buscado enlos numerosos historiadores de lascosas del Languedoc, los documen-tos correspondientes.

No es que se haya dudado dellugar del nacimiento de San PedroNolasco, que fué Mas-Saintes-Pue-Iles, en el departamento del Aude,de la República francesa. Lo que

bajar—no es bajar, es subir' - a la sen-cillez y por lo mismo a la sabiduría ya la responsabilidad de nuestras pala-bras; y la manera de corregirnos ymejorarnos es enseñando el Catecis-mo a pequeños y a grandes.

FR. JUAN G. CASTRO

se ha pretendido es que aquel terri-torio estaba a fines del siglo XIIbajo la soberanía aragonesa.

Lo que hay de cierto en el asun-to, es:

1.° Que Mas-Saintes -Puellespertenecía al condado de Tolosa; y

2.° Que los condes de Tolosano eran ni fueron nunca vasallos deAragón.

La primera tesis puede compro-barse en cualquier atlas históricode Francia y en el mapa que prece-de a la Hisioire générale da Lan-guedoe, de Vic et Vaissette.

No sólo Mas, sino Castelnaudaryy Fanjeaux, que están a su oriente,hacia Carcasona, eran del dominioinmediato del Conde de Tolosa. EnCastelnaudary y en sus alrededores,sostuvo el Conde sangrientos com-bates contra el de Monfort en 1211,debiendo alcanzar sus efectos aMas-Saintes-Puelles, que dista cin-co kilómetros.

Es verdad que los condes de

¿Fui español San Pedro Nolasco?

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en MEDITACION •Foix, vasallos por aquel tiempo delmonarca aragonés, poseían algu-nas poblaciones dentro del conda-do de Tolosa, pero entre ellas nofigura Mas. Por otra parte, el deFoix era vasallo del de Tolosa portoda la parte baja de su con-dado.

La segunda de mis afirmacioneses todavía más clara: Los condesde Tolosa eran tan poderosos queno sólo podían medir sus fuerzascon los reyes de Aragón, sino tam-bién con los de Francia. Lejos dereconocer vasallaje al aragonés elConde de Tolosa, Ramón V (t en1194) pasó los treinta años de sugobierno luchando continuamentecon Alfonso II de Aragón, dispu-tándole sus dominios de la Pro-venza. Precisamente en ese tiempodebió nacer San Pedro Nolasco,que no era niño en 1218 al fundar laOrden.

El nuevo Conde Ramón VI seentendió mejor con Pedro II deAragón y en 1199 se desposó conLeonor, hermana del aragonés,niña entonces de pocos años, porlo que el matrimonio hubo de dife-rirse tres o cuatro.

Ese fué el motivo de que DonPedro interviniera más tarde en laguerra de los albigenses, no en

defensa de los herejes, sino de suhermana y cuñado.

De haber triunfado, hubiera se-guramente asegurado su influenciaen el Languedoc, que apenas seconsideraba francés, antes teníamuchos puntos de rivalidad con lalengua de Oil. Pero la muerte desas-trada de Don Pedro en Muret el12 de septiembre de 1213, desbara-tó sus planes.

Menéndez Pelayo dijo a este pro-pósito que Dios no bendijo la pro-yectada unión del Languedoc conAragón. La política habilísima deSan Luis recogió el fruto de estossucesos, no sólo sin derramamien-to de sangre, sino con la alegría defastuosas bodas.

Don Jaime aceptó, quizá sin granpesar, las disposiciones de la Pro-videncia, pensando sólo en ser es-pañol y en poner muy alto el nombrede España, como él mismo escri-bió en momento solemne al Papa.

Así cedió a San Luis sus dere-chos sobre la Provenza, hasta elRödano, que los condes de Barce-lona habían dominado desde prin-cipios del siglo XII, con tal que elde Francia renunciara a su vez asus pretensiones en España, comolo hizo.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

Se acerca la temporada de playa.El veraneo se impone, dicen nopocos. Y la oleada de los sin juicio,se dirige a la estación, torna el treny se marcha al Norte. Suponemosque con ellos vendrá también lapropaganda comunista... y ved porqué.

Es más que insensatez, pedirperas al olmo o castañas al camue-so, y no deja de ser triste lo que alNorte van a hacer la inmensa ma-yoría de los veraneantes.

Corrompen con sus costumbresmás que livianas, impil licas, a es-tos pueblecitos, cuya situación lesda rango de playas de moda. Y loque con gusto y satisfacción de to-dos, podría aer una playa lugar dedescanso, fuente de vida para vol-ver a los trabajos degastadores,suele ser fuente de muerte por losexcesos a que se entregan muchosveraneantes.

Pueblos de fe y costumbres sa-nas, se han cambiado en pocosaños, en pueblos desgraciadosdonde toda molestia física y moraltiene su asiento. Y poco a poco, alver los humildes habitantes de es-tos pueblos los ejemplos corrupto-res de estos veraneantes, pierden lafe y las costumbres se cambian deforma que el comunismo poco ten-dría que hacer para destrozarlas deltodo.

He aquí por qué dije que la pro-paganda comunista viene con losveraneantes.

No hay razón a quejarse, pues,si un día las gentes pobres seechan sobre las adineradas. Lashan invitado a ello con la vidalicenciosa y derrochadora del vera-neo.

¡Y esos se llaman católicos! Másles valiera no llamarse así, puestendríamos los sacerdotes un ar-gumento salvador de las patriarca-les costumbres de la aldea.

Piensen un poco, pues, los pasa-jeros que a las playas del Norte sedirigen y tengan sumo interés, aunpor la parte material que puede to-carles, de no dar con sus costum-bres ese palpable favor al comu-nismo, tan enemigo de las almascomo de los cuerpos.

Mucho hace la literatura, peromás. incalcula3letnente más, haceel ejemplo corruptor, no sólo de jó-venes, sino aun de gentes que porsu edad debían tener los CdSCOSsentados.

La ceguera para no ver estasconsecuencias, es un castigo deDios, que si no le aplacan las al-mas buenas, no podemos esperarmisericordia.

Den, pues, buenos ejemplos. Va-yan a las playas a buscar la saludy no a perderla, y verán cómo envez de ser odiados por los pobres,son amados, a poco que practiquenla caridad y den ejemplo de buenasobras.

FR. P. S.

inunilli[,1111 ',mu ral!!

Algunas costumbres funerarias antiguas

En todos tiempos y lugares ha sidoconsiderado el momento de la muertecomo un momento de la mayor impor-tancia, digno por lo mismo de la ma-yor atención en cuanto se refiere a lapreparación para ese acontecimiento,y más todavía por las consecueil-cias que inevitablemente han de se-guirle.

En este momento se reconcentratoda la actividad religiosa de los pue-

Cabeza de la momia de Rarnsés II de la XIX di-nastia egipcia.

blos, sea cualquiera la religión, ver-dadera o falsa, que profesen, siendopropia y exclusivo de los brutos elno preocuparse en manera aigunaante tal fenómeno, y de aquellos se-res hasta tal punto desgraciados, queno han querido imprimir a su existen-cia transitoria el sello de elevaciónque la razón y la conciencia de comúnacuerdo reclaman, muriendo comoanimales después de haber vividocomo tales.

A la muerte síguese el entierro delmuerto, ceremonia civil y religiosa ala vez, pero siempre más religiosaque civil, como corresponde a la exis-tencia ultraterrena y eterna, cua pre-paración es siempre asunto exclusivode la religión, la cual reviste siemprela tal ceremonia con rasgos de gransigr ificación y relieve.

Es lo que vamos a observar hacien-do una vis ta en espíritu a algunassepu turas pertenecientes a diversospueblos de muy remota antigüedad yde ideas reltgiosas muy distintas.

La creencia de que no todo seacaba con la muerte es universal, ylo fue siempre, aunque no todos lospueblos han sabido penetrar debida-mente la idea de la espiritualidad delalma humana tal como la enseña lareligión de Cristo, única estrella se-gura que puede conducirnos sin quetengamos que temer un extravío, através del desierto de esta vida, tanenvuelto en las sombras de la duda yde la ignorancia.

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Por esta razón, más aún que porotras, que tampoco faltan. es por loque todos los pueblos han rodeadolos cadáveres de sus muertos de granrespeto, y en algunos casos procu-rando incluso la conservación delmismo con el embalsamamiento.

Por lo mismo siempre han sido muyrespetados los sepulcros y se consi-

¡seis mil años! de existencia, y Diossabe los miles y miles de hoinbresque allí perdieron su vida en los durí-simos trabajos que duraron muchosaños,. ya sea acarreando los materia-les, o bien edificando las grandesmoles.

Pues bien, se trata de unos monu-mentos funerarios destinados a guar-

ASepulcro cananeo, con sus dimens'ones, de 1500 a 2000 antes de J C.

derli siempre como un crimen la violaciön de los mismos.

Para algunos pueblos era ya el mis-mo sepulcro la morada eterna delmuerto, y a , í no es extraño que seprocurara fabricar para led objeto muycostosos monumentos. ¿Quién de mislectores no ha oído nombrar algunavez las inmensas pirámides de Egip-to? Son seguramente las obras hu-manas de más respetable antigüedadque se conservan, contando algunasde ellas, al decir de los sabios, unos

dar en sus entrañas el cadáver de unrey que los mandaba cd ficar.

Otra especie de enterramientos ( ran

los Mistabas, que consistían en unaCOMO capilla de planta cuadrangular,con una estela al fondo, en forma deuna pu,.rta, y con muchas figuras es-culpidas en ella r(ferentes a escenasde la vida del muerto, con muchasinscripciones y figuras de manjares,frutas, etc.

Las inscripciones eran principal-mente oraciones que tenían por objeto

1E1114_ 31hIbliPireat

Sepulcro caldeo abovedado, en el que se ven partesdel esqueleto, y las vasijas destinadas a contener tos

alimentos y otras sustancias para uso del muerto.

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el suplicar no le faltaran al muerto ensu vida nueva los elementos indispen-sables para desarrollar su existenciaeterna, elementos que consistían nimás ni menos en lo mismo que nos esnecesario para la vida presente, y por

eso mismo se procuraba aprovisionarsu morada con alguna cani!dad detodas esas substancias alimenticias yaromáticas, armas también para de-fenderse y gentes para su servicio,habiéndose dado el caso a veces desacrificar a varios de sus esclavos,así corno algunos animales, para en-cerrarlos juntamente con su señor enla misma tumba para que le acompa-ñaran y le sirvieran en su nuevavida.

Con frecuencia el interior de lasparedes del mastaba está también

adornado con inscripciones, ofrecién-dole muchas clases de dones, puescon el solo ofrecimiento y la repre-sentación gráfica, en pintura o en re-lieve, suponían que era suficientepara que el difunto adquiriera allá la

posesión de todas esas cosas.Con frecuencia vense junto a la

estela uno o dos altarcillos que ser-vían para que los devotos deposi-taran las ofrendas que deseabanpresentar en obsequio del finado.

En uno de los ángulos unas ve-ces, desde la parte superior delmastaba en otras ocasiones, abría-se un pozo por el que se bajaba auna galería donde se depositaba elcadáver, y que podía alcanzar unaprofundidac de 5 a 30 metros. Co-municaba con el pozo por un estre-cho corredor, el cual, de positadoya el cadáver y las vituallas de quese hizo mención, era cerrado a caly canto, y el pozo se llenaba depiedras y tierra que, regadas conagua, llegaban pronto a conver-tirse en una masa que hacía muyd i ficil cualquier violación del ente-

rramiento.Creían aquellas gentes que para

asegurar la otra vida era necesarioque se conservara la forma del cuer-po, y por eso se han ingeniado tantoen sus métodos de embalsamamientoque muchas momias se conservan aundespués de tantos siglos que separansus tiempos de los nuestros.

Las personas de posición, que nopodían pagarse tales monumentos,eran depositados en la tierra en laforma que todos conocemos.

Muchas veces las venganzas se Ile-

vaban hasta destrozar el cadáver delenemigo, a fin de que habiéndose per-dido su forma, no pudiera abrigar ladulce esperanza de seguir existiendo.

También tenían los egipcios otroprocedimiento para conservar la di-cha forma corporal, y era reprodu-ciéndola en estatuas, de las cualessolían también depositar muchas enlos sepulcros, contentos de poder fa-cilitar también así la nueva existenciadel muerto.

De manera muy parecida obrabanlos antiguos habitantes de Palestina,anteriores a los israelitas, comotambién éstos siguieron idéntica cos-tumbre, aunque suprimiendo todosaquellos detalles que eran incompati-bles con su fe y su ilustración res-pecto del porvenir, muy superior a laque poseían todos aquellos que toda-vía yacían envueltos en tinieblas ysombras de muerte.

En las regiones de los caldeos, es-pecialmente en Liruk, el Warka actual,llamado Erech en el Génesis, se en-cuentra también gran cantidad de se-pulcros; pero la especial naturalezade aquel suelo originado por los alu-

viones de los dos grandes ríos, elEufrates y el Tigris, y la carencia ab-soluta de buenos materiales de cons-trucción, eran condiciones bien opues-tas a la conservación del contenidode aquellos sepulcros, formados poruna bóveda de ladillo secado al sol,pues tampoco era fácil cocerlo al fue-go por no abundar la leña, y fabricadodebajo de tierra. Lo mismo que lospueblos que acabamos de considerar,colocaban los caldeos al lado de susmuertos, alimentos, armas y-adornospara las damas, pues al parecer, yaen aquellos tiempos gustaban las mu-jeres de adornarse, y por lo mismono convenía que faltara este aderezoa las muertas.

1.11 nuevo detalle hay que anotarrespecto de estas gentes; procurabanque a estos sepulcros pudiera llegaragua por algún conducto apropiado,para que el muerto pudiera apagar lased.

Muchas veces practicaban la crema-ción, depositando luego las cenizas ydemás objetos mencionados en la cá-mara sepulcral.

FR. »se MIGUeLEZ

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9.5 MUNDO CATÓLICO— 303 —

1

Estadísticas

Son católicos actualmente en elrimado entero el 19 por 100. Formanel más amplio y rompacto cuerpo re-ligioso. Las cifras siguientes fueronpublicadas en la revista mensual ho-landesa [Jet Schild. La población totaldel mundo es de 1.850.174.334 habi-tantes. Ei número de Católicos ascien-de a 351.839.665. Siguen los confu-cianos con 304.027.114. Ocupan eltercer lugar los mahometanos, elcuarto los hindus, los budistas elquinto, el sexto los protestantes y losortodoxos el séptimo.

El porcentaje de religiones corres-pondiente a las diversas partes delmuado es como sigue:

Europa: Católicos, 42.9 por 100;Oriodweis, 25,3; Protestantes, 24.3;Judos, 2 3; Mahometanos, 1 8; sinreligión, 2,2; desconocidos, 0 6

Las Américas: Católicos, 53.1 por100; sin religión. 27,8; Protestantes,15 4; Judíos, 1.8; Paganos, 1; Ortodo-xos, 0,4; desconocidos, 0,4; Maho-metanos, 0.1.

Africa: Católicos, 3.8 por 100; Pa-ganos, 51 2; Mcjh 'metanos 37.1; Pro-testante-. 3 5; Ortodexos, 3.4; desco-nocidos 06; judíos. 3; Badistas, 0 1.

Australia: Catöncos, 22 por 100;Protestantes, 62,4; Paganos, 11 2;Ortodoxos, 4,1; desconocidos, 0,2;Mahometanos, 0 1.

Asia: Católicos, 1,7 por 100; Con-fucianos, 30,5; Hindus, 22 5; Budis-tas, 20; Mahometanos, 17.9; Paganos,46; Sintoístas, 1.7; Protestantes, 0,5;Ortodoxos, 0,5; desconocidos, 0,1.

La Santa Infancia

Al leer las cifras anteriores sacudena uno sentimientos encontrados dealegría y de pena. Lo que hay hecho

y lo mucho que falta. Para lo últimose necesitan operarios. Todos los me-dios son pocos para empresa tangrande. Uno al alcance de todos es lainscripción de sus niños en la SantaInfancia. Voy a poner unas pocas ci,fras y recordar frases de los últimoscuatro papas sobre esta Obra. Al leerunas y otras espero sacará más pro-vecho el lector, que de cuanto yo pu,diera decirle.

Objeto de la Santa Infancia: Bau-tizar, rescatar y educar cristianamentea los niños infieles. El orden lógicosería: rescatar, bautizar y educar; elsuperlógico o sobrenatural es el pri-mero Tratándose de niños, cuya ma-yor parte muere inmediatamente, loprimero es mandarlos al cielo.

Cada año la Obra procura !a graciadel BaLlii,1110 a unas 600.000 criaturi-tas. Muchas, corno digo, mueren muypronto, y excuso deciros qué buenosahogados harán para sus bienhecho-res.

En sus asilos, escuelas- y talleresla 0.bra tiene recogidos, sostiene .yeduca actualmente cerca de un millónde niños abandonados por sus pa-dres, o rescatados de la esclavitud.'Muchos de ellos llegan a forman conel tiempo fdllIiiid5 cristianas, y sonauxiliares poderosos para los misio-neros.

Subrayo con todo interés los párra-fos que siguen por venir de dondevienen.

Decía León XIII: Quisiera que todoslos niños del mundo católico fuesenmiembros de esta hermosa Obra dela Santa Infancia.

Y Pío X: En el vivo deseo de sabe,que todos los niños católicos esténasociados a la piadosa y muy salu-dable Asociación de la Santa Infan•cia, lo cual contribuirá admirable-

mente a la educación buena y alcan-zará para sus familias las mejoresgracias celestiales... concedemos laBendición Apostólica.

Benedicto XV: Son pequeños sal-vadores los niños inscritos en laSanta Infancia... Una madre cuida-dosa del bien de sus hijos no deberíademorar el inscribirlos en la Obra dela Santa Infancia. Que los directoresde Coleg:os no se retrasen tampoco yno tarden en hacer que se inscribantodos sus alumnos en esta Obra.

Estas otras del mismo Papa sirvenpara materia de examen a los pasto-res de almas: ¿Quién podrá conside-rar como suficiente en un parroco elcelo por el bien de las almas que leestán encomendadas, si no da a co-nocer a sus feligreses uno de los me-dios más eficaces para orientar ymantener a sus hijos en el caminorecto?

Pío XI: Deseamos con todo el ardorde nuestra alma que esta Obra... sedesarrolle. . y crezca. Formulamosestos votos, tanto por las Misionesque sostiene .. como por los peque-ños asociados, en quienes estimulael celo, despierta la caridad y el es-píritu de apostolado.

Lisieux

Aprovechando el contingente de re-greso de Dublín, los catól cos f an-ceses han dedicado una semana a laSant i ta. Te rminó el domingo 3 de ju-lio. Se celebró para inaugurar la Crip-ta de la Basílica que se está constru-yendo en honor de la Santa, y cuyaprimera p edra fué puesta hace Tresaños. Caben cómodamente en dichaCripta 3.000 perso e as. Las pinturasmurales representan la vida de laSa ta en la tierra; para la Basílicapropiamente tal, se reserva su triunfoen el Cielo El día de la inauguraciónhabía peregrinos de unas cincuentanaciones, que con los franceses su-maban 40.000. dlki-tieron también cua-tro Cardenales,30 Arzobispos y Obis-

pos y cientös de sacerdotes. Monse-ñor Suharc.1, Arzobispo de Reims (hasido Obispo de Lisieux), celebró laMisa Pontifical en el atrio de la Basí-lica. Una procesión cerró la ceremo-nia, llevando el relicario de la Santadesde la Basílica, donde estuvo ex-puesto toda la noche, hasta el Con-vento del Carmen. Las calles estabanadornadas con rosas y siemprevivas.

Congreso Eucarístico

De modestas aspiraciones. Sobretodo estando humeante aún el volcánirlandés. Será Inter-Escandinavo, enla imposibilidad de tener uno interna-cional por el escaso número de cató-licos en aquellas regiones. Celebra-rase en Copenhague los días 19, 20y 21 del corriente mes de agosto.Asistirán el Cardenal Van Rossum,Prefecto de la Sagrada Congregaciónde Propaganda Fide; el CardenalHlond, Primado de Polon i a; Monse-ñor Baudrillart, Rector del InstitutoCatól co de París; los Obispos deLieja y Gante; los V,cerrectores Apos-tolicos de Suecia F nialidia, I iandiay ei Adminisirador Apostólico de No-ruega.

La labor de los Católicos escandi-navos es heroica en extremo, piksson muy pocos. Pronto les dedicare-mos, Dios mediante, algunas notas.Oremos con ellos y por ellos, por lomenos durante el Congreso.

De 1914-1918

Tres Cardenales, seis Arzobisposy 20 Obispos, asistirán en este mesde agosto a la inauguración de unosario en Douamont, que contiene losrestos de 400.000 soldados muertosen la batalla de Verdún. Asistirán tam-bién el Presidente de la ' República yalgunos ministros Se celebrara unaMisa de Requiem en la Capilla Cató-

lica'Hasta hace menos de un año per-manecieron insepultas estas verdade-

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ras montañas de huesos de los heroi-cos defensores de la famosa plaza.

Diversas norcias

El inventor del champán.— Es unbenedictino: por eso viene a estasnotas. Llarnábase Don Pierre Perig-non, y murió hace 250 años. C9Iltiva de esta fecha se ha inauguradouna estatua suya en la Abadía deHautvillers, de la cual fué Procurador,o como decían nuestros mayores, ci-llerero. La descubrió el Arzobispo deReims, Mans. Suhard. Había cientosde peregrinos de varias naciones deEuropa, que fueron espléndidamenteobsequiados por los cosecheros de lacomarca, quienes fueron en procesióncon su Pat rón San Vicente. La Mar-quesa de Londonderry. se encargó debautizar la estatua con una botella dechampán.

En la Abadía de Hautvi l lers ya nohay monjes, y allí queda en un claus-tro, esperándolos, la estatua de DomPerignon.

Libro prohibido. El Santo Oficioacaba de condenar la «Historia deEuropa en la Centuria XIX», de Bene-detto Croce Al mismo tiempo diceque está examinando otras obras delmismo autor.

Descansen en paz.— Ha muerto enParís el 20 de julio, el célebre escritorcatólico René Bazin. Tenía setenta yocho años.

—En Londres, después de larga ypenosa enfermedad, falleció el capeón de las escuelas católicas, Mon-sieur John Scurr. La posición de di-chas escuelas en un Estado anglicano,cosa que tanto nos admira en este paísde extremismos, a él debe eterna grati-tud. Tan bueno e idealista puro fuetoda su vida, que con diversos cargospúblicos y muchos años de vida par-lamentaria, tuvo que recibir limosnasa última hora para pagar los gastos dela enfermedad. Había nacido en 1876.

FR. FERNANDO VÁZQUEZ

GRECIA AL DIAImpresiones de un Mercedario

(2-7 de junio de 1932)

Salirnos de Brindis a las ocho de lanoche y a las veinticuatro horas do-blamos el cabo Matapán, que es lapunta meridional de Europa. Comonada se veía nos retiramos a descan-sar, lo que sólo conseguimos a me-dias, pues en una cabina próximaiban tres viajeras (una italiana, unagriega y una turca), a las que no pudieron hacer callar los que iban enlas inmediatas, entre los cuales seencontraba el marido de la griega.Ademas de sus lenguas respectivas,entraban en la conversación el fran-cés y el alemán, formando una ensa-lada insubstancial.

Yo me levanté a la salida del solpara di s frutar los encantos de la costahelénica celebradas por los poetas;¡desilusión completa! Todo está áridoy apenas se divisa alguna pobre aldea.Carguemos a los turcos la responsa-bilidad de esa decepción y suponga-mos que en la época de Hornero yPindaro todo era verdor y frescura.

Antes de las diez de la mañanaentrábamos en el Pireo, donde nume-rosa representación oficial y popularesperaba a los ministros turcos quevenían de Italia en el mismo barco.Con dificultad logramos abrirnos pasoy en un coche recorrimos parte de lapoblación para tomar el tren en laestación de Federo, nombre que comoel Pireo nos recordaba nuestros es -fuerzos para traducir a Cornelio Ne-pote en los años de la adolescencia.El Pireo es una población nueva, de250 000 habitantes, vulgar como casitodo lo que se hizo en los últimos años.

Un tren eléctrico nos condujo enquince minutos a la Omonoia o plazade la Concordia en Atenas. La esta-ción es subterránea y bien trazada.

Apenas alojados y lavados toma-

mos un tranvía y dimos la vuelta a laAcrópolis. Los monumentos, comen-zando por el templo de Teseo, situa-do en el llano, conservan más de loque esperábamos. Allí está la escuelainsustituible de la arquitectura occi-dental. Los grandes efectos artísticosse consiguen con elementos sencillí-simos, pero con masas considera-bles. Varias columnas del Partenónyacen derribadas, pero los discos demármol blanco que las formabanasustan por su diámetro y peso.

Por la tarde, previo un billete de100 dracmas por cabeza, subimos ala colina del arte, en la que mil veceshabíamos soñado, y allí estuvimoshasta la puesta del sol, que es des-lumbradora.

Detrás del Partenón han organizadoun pequeño Museo, donde lo más in-teresante me pareció la reproducciónde los frontones del templo de Miner-va, hoy en el Museo británico. Encambio, el Museo Arqueológico Na-cional, situado en un barrio nuevo, esimportante, aunque lo contrario diganalgunas guías. Las m as antiguasestatuas griegas casi podrían llamar-se egipcias, ¡tan cierto es el origenegipcio del arte helénico! Ya la leyen-da clásica atribuye la fundación deAtenas a Cécrops, venido de las ori-llas del Nilo.- Vimos varias iglesias griegas, ricasy limpias, mas no pudimos entrar enlas medievales, pequeñas y hermo-sas, pero en abandono lamentable.La situación económica de Grecia nopermite, sin duda, la reparación deaquellos ven era bl es monumentos,donde se encuentra diseñado el arterománico.

Celebramos misa tres días en laCatedral latina de San Dionisio, gran-de, hermosa y bastante concurridamañana y tarde. El párroco, ex alum-no de la Propaganda, estuvo con nos-otros deferentísimo.

Atenas casi no se diferencia de

cualquier otra capital de Occidente enen su aspecto y movimiento. Abundanen ella extraordinariamente los cafésy terrazas, donde los conciudadanosde Temístocles fuman, beben y discu-ten acaloradamente los actos del Go-bierno. La política absorbe la aten-ción de los griegos, quizá más que lade ninguna otra nación europea.

Visados nuestros pasaportes en elConsulado turco, ansiando contem-plar de día el paisaje y los lugarescélebres, tomamos el tren hacia elnorte en la mañana del 5. Pasamoscerca del Parnaso, cubierto aún de nie-ve, y desde cuyas cimas se divisa endías claros y con buenos gemelosConstantinopla.

En tercera, como nosotros, ibanmuchos estudiantes de la Universi-dad de Atenas, uno de los cuales,alegre con el triunfo obtenido en losexámenes, aprovechó la ocasión parahablar francés (y muy bien) explicán-donos lo que veíamos. Al pasar porTebas y recordar a Epaminondas, mepermití algunas bromas a costa delos beocios; mi cicerone palideció unpoco, pues era beocio él también, yse apeó en Delfos con su abuela queiba orgullosa de tal nieto, en el quese preveía un brillante abogado yquizá un político de altura. Era ene-migo de Venizelos, al que calificópoco menos que de sinvergüenza, lomismo que a sus allegados. El fusila-miento de Gimaris y otros desgracia-dos ministros abrió profunda divisiónen el pueblo griego.

En Querónea vimos el monumentolevantado a los muertos de la batallade 338, antes de J. C., restaurado hacepoco con las piedras antiguas, y enlas Termópilas observamos que aúnse conservan las termas que formanparte del nombre.

La impresión que me dieron los es-tudiantes es que en Atenas se estudiade veras, aunque no todos los jóve-nes salgan tan aprovechados como

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mi interlocutor. La mayoría llegan adominar el griego clásico, pero no ellatín, que estudian igualmente en elbachillerato.

Muchos viajeros se apearon cercade Farsalia, en donde la batalla navalcantada por nuestro Lucano dió eltriunfo a César sobre Pompeyo. Porla tarde llegamos a Lárissa, que dista350 kilómetros de la capital y que esuna ciudad vulgarísima, sin monu-mento alguno. Lo más interesante esel río (nos dijo riendo el párroco lati-no, que recibió con júbilo nuestra vi-sita). Estoy solo (añadió) y la llegadade un sacerdote católico interrumpemi aislamiento.

Hicímosle notar que la gente se le-vantaba a nuestro paso en la proxi-midad de su capilla.

—¿Son católicos todos los vecinos?—No—respondió--; pero me quie-

ren hasta los cismáticos. A veces sal-go de paseo con uno de sus popes ylos niños vienen a besarme la mano,dejando en blanco a su sacerdote, loque me contraría y avergüenza, aun-que me lo explico, pues los popes songeneralmente ignoranlísimos.

Los sacerdotes casados entre loscismáticos no pueden confesar, aun-que sean párrocos, pues la penitenciaestá reservada a los monjes, que sonnumerosos, y de ellos salen exclusiva-mente los Obispos y altos dignatarios.

Al día siguiente, después de decirmisa, tornamos el tren para Tesalóni-ca y poco después pasábamos al piedel Olimpo, morada de los diosesgentílicos, inaccesible a los mortales.Las cimas lejanas que se elevan a3.000 metros están aún nevadas a pe-sar del calor, que aprieta más de lojusto. Al vallecito de Tempe bajabana solazarse los dioses, y hacían bien.supuesto que los valles de Galiciaeran desconocidos.

Llegamos al medio día a Tesalóni-ca, la segunda capital de Grecia, con250.000 habitantes. Unos 100.000 son

judíos, descendientes de los expulsa-dos de España por los Reyes Católi-cos. En el tren mismo entablamosconversación con varios de ellos.

—¿Vuestras mercedes van a Cons-tantinopla?—nos dijo uno de ellos.

—Sí, señor--contestamos nosotros.—Todavía está muy lexos—replicó,

pronunciando la x como los gallegos.Las formas arcaicas y la pronun-

ciación de nuestros ex paisanos re-cordaban el siglo XV y sus caras re-dondas y morenas (en nada parecidasal tipo clásico hebreo), nos transpor-taban a España.

Dijéronnos que muchos de ellos sehabían trasladado ya a España y quemandaban impresiones favorables.Con toda la simpatía que me inspiranestos pobres sin patria, apenas supedisimular la contrariedad que tal noti-cia me causó. ¡Cómo se ríen los tur-cos de nuestra simplicidad y con cuán-to placer ven partir de su tierra a esosindeseables! No podríamos darlesmayor alegría que llevarlos todos.

No temo sus propagandas en el te-rreno religioso, pero sí en el político.Desde luego ocuparán varios puestosque los españoles desempeñan mal,pues ellos hablan corrientemente elcastellano, francés, italiano, alemán,etc., y para los hoteles, estaciones ydemás sitios frecuentados por extran-jeros, ofrecerán grandes ventajas. Te-nernos que sacudir nuestra pereza. Lafalta de turismo, es la que principal-mente los arroja de Grecia y Cons-tantinopla.

Los turcos han abandonado enmasa la parte oriental de Grecia, vi-niendo a sustituirlos la población grie-ga del Asia Menor. Los griegos hanrecobrado sus iglesias en 1912, y en-tre ellas Santa Sofía de Tesalónica,perdida en 1430. Es hermosa y grande,construida a imitación de la basílicade Constantinopla. Los monjes que es-taban en ella me dieron la mano y me in-vitaron a pasar detrás del iconostasio.

—¿Sois sacerdote?—me dijeron engriego clásico.

—Málista (5. C.)— respondí emo-cionado.

En la frontera greco-turca tuvimosun percance desagradable, a causadel dinero que llevábamos para el via-je, pues está prohibida la exportaciónde divisas. Pasamos allí un día enteroy un señor coronel de Infantería, donPendes Rottas, nos sacó a flote congran energía. Tenía en el alma el ho-nor de su patria, y al despedirse des-pués de mil gestiones, dijo riendo:

—Creo que ustedes no llevaránmala impresión de Grecia, pues sitenemos un aduanero tonto, hemosencontrado un gobernador y un gerente del Banco Nacional inteligentes ybondadosos.

—Y sobre todo un señor coronelque, sin conocernos, trabajó por nos-otros corno en causa propia.

—No hice más que mi deber—repli-có estrechándonos la mano.

Las regiones del Norte de Grecia,la Tesalia y Macedonia, ofrecen unaspecto muy agradable, pues poseenaguas en abundancia y muchos vallesson antiguos lagos apenas desecados,tanto, que en invierno se inundan fre-cuentemente con grave peligro de sushabitantes.

Los macedonios son los primeroscultivadores de tabaco en Europa,pero este año el artículo no se vendióy los labradores están arruinados. Enel tren iba enfrente de mí una viejecitafumando con elegancia extraordinaria,sin duda por haberlo acostumbradodesde la niñez. Fué la primera vez queel cigarro me pareció tolerable en ma-nos femeninas, borrando un poco elrecuerdo de los marimachos fumado-res de Occidente.

Grecia me pareció en conjunto unPueblo bueno y simpático, digno demejor suerte. La crisis que atraviesaes horrible, pues su moneda apenastiene valor en el cambio y necesitan

adquirir trigo en el extranjero. Rogue-mos a Dios que salgan pronto de laprueba y que vuelvan todos al seno dela Iglesia Católica.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

corres pondencia do Chile2 de julio de 1932.

Rvdo. P. Director de LA Mnucnb.-Madrid.Rvdo Padre: Como seguramente se ha-

brán impuesto ustedes por el cable de loscambios de Gobierno que hemos tenidoen nuestro país y de las persecuciones deque hemos sido objeto los religiosos, conmotivo de la implantación de la flamanteRepública Socialista Chilena, quiero in-formar a los lectores de LA MERCED decómo han ocurrido los hechos, para dejaren su lugar la verdad de los acontecimien-tos, contados con imparcialidad de crite-rio y por una persona que los ha presen-ciado muy de cerca.

Desde hacía varios meses antes de junio,se venía hablando de una conspiracióncontra el Gobierno del Excmo. Sr. Montero,encabezada por elementos adictos al régi-men caído del Sr. Ibáñez, los cuales, apro-vechándose de la aguda crisis económicaque aqueja al país, de la no disolución dela Cámara que pedía una gran parte de laopinión y de la imposibilidad en que sehabía visto el Gobierno para arreglar elnegocio salitrero de la Cosach, se levan-taron en armas contra el Gobierno en lanoche del 3 al 4 de junio, valiéndose delpretexto de una diferencia de pareceresentre el comandante Grove, jefe de la Es-cuela de Aviación de El Bosque y el mi-nistro de Defensa Nacional señor UrrutiaManzano. De esta diferencia resultó ladestitución del señor Grove, la que noquisieron aceptar los oficiales de la Es-cuela, y se rebelaron contra la autoridaddel Gobierno. El excelentísimo señor

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Montero, en la mañana del 4, convocó ala Moneda a los presidentes de ambas Cá •maras, a los presidentes de todos los par-tidos políticos, que lo habían llevado a laPresidencia de la República, y a los ele-mentos más destacados del país en laBanca, en la Industria y el Comercio parahacerles ver la situación que se le creabacon la sublevación de la Escuela de Avia-ción y deponer en ellos la responsabilidaddel momento. Todos los reunidos en laMoneda reiteraron su adhesión al excelen-tísimo señor Montero y le prometierontodo su apoyo para que siguiera a la ca-beza del país. No pasaba lo mismo en loscuarteles de !os regimientos establecidosen Santiago. Los oficiales rebeldes de laEscuela de Aviación se habían puesto alhabla con los jefes de cada uno de esos re-gimientos, h3sta conseguir de ellos su ad-hesión al movimiento subversivo; de mo-do, que a las seis de la tarde del mismo día4, el excelentísimo señor Montero se veíaprecisado a deponer el mando en mano delseñor Grove, por no contar con la fuerzanecesaria para resistir la subversión.

El señor Montero se retiró a su casa, yal día siguiente, los diarios daban cuentadel triunfo de la revolución, levantada ennombre de las vindicaciones de la claseobrera, sostenida por el Ejército y apoya-da por lo que se ha venido a llamar lasizquierdas, es decir, POr los contrarios alGobierno derrocado. Sobre esta plata-forma política, surgió el nuevo Gobiernorevolucionario, que empezó por lanzar alpaís un Manifiesto en el cual se declarabaque había nacido la nueva República So-cialista Chilena, cuya primera junta deGobierno quedaba formada por los seño-res don Carlos Dávila, don Eugenio Malley el general en retiro don Arturo Puga. Alfrente del Ministerio de Defensa Nacionalaparecía el nombre del coronel don Mar-maduque Grove, primer y principal cau-sante del cambio de Gobierno y represen-

tante del militarismo triunfante. Mucho setrabajó para dar al movimiento un carác-ter civilista y hacerlo grato a la opinión;pero sólo se consiguió hacerlo simpáticoal pueblo bajo, al cual se procuró agra-dar, valiéndose de toda clase de medidasen su favor, a saber: procurando alimentoy vestuario a más de treinta mil cesantesque vagaban por la ciudad; dictandodecretos-leyes, en los cuales se les pro-metía devolver toda clase de prendas detrabajo y vestuario empeñados en losMontepíos; dándoles facilidades para elpago de sus deudas y, sobre todo, pro-metiéndoles pronto trabajo a todos losdesocupados, con buenos salarios y po-cas horas de trabajo.

Con tantas medidas en beneficio delpueblo, pronto se vió que éste recibíacon agrado el advenimiento del nuevoGobierno de la República Socialista, ytodos los gremios de trabajadores se cre-yeron llamados a contribuir al deserro-llo del nuevo régimen establecido. A estefin, todos las tardes se reunían en gran-des mítines, que después de recorrer enson de propaganda las calles centralesde la capital, iban a presentar al Gobiernolas conclusiones a que arribaban o sim-plemente a demostrarle su adhesión. Losbalcones del Palacio de la Moneda fuerondurante diez días las tribunas desde dondelos políticos del nuevo régimen y los ora-dores obreros daban a conocer al pueblo,reunido bajo sus muros, los propósitos delos nuevos gobernantes y las peticionescada día más ex i gentes de los goberna-dos. Hubo oradores que clamaron por lapronta reforma de la Constitución, por ladisolución rápida del Congreso y de laCosach, por la expulsión de las Comuni-dades religiosas, por la confiscación delos bienes eclesiásticos para invertirlos en

dar alimento a los cesantes, por la repar-tición de los bienes de los ricos y distri-bución de sus tierras y, en fin, por la des-

trucción e incendio de los conventos eiglesias. Todos estos discursos eranaplaudidos por las multitudes que losescuchaban, y merecían el beneplácito devarios de los hombres del nuevo Gobier-no. Así las cosas, comprendieron los se-ñores Dávila y Puga que en vez de unaRepública socialista se caminaba a pasosagigantados a una República con-unista, yque éste no era el espíritu que había en-carnado en su génsis el movimiento revo-lucionario. Resolvieron, pues, retirarsedel Gobierno y dejar a los señores Mattey Grove toda la responsabilidad de lo quepudiera ocurrir.

Mientras tanto, toda la gente de bien yde orden se encontraba como presa deuna gran pesadilla, sin saber a qué extre-mos podrían llegar los acontecimientos.Los sacerdotes, tanto seculares como re-gulares, se vieron en varias ocasiones in-sultados y befados en las calles, hasta elextremo que tuvieron que adoptar la me-dida de vestirse de paisanos, con la licen-cia de sus Prelados. Las monjas en susMonasterios no se creyeron seguras, yhubo varias que salieron a refugiarse encasas de sus familias. Fueron diez días deangustia y sobresalto, en que parecía queel populacho se apoderaba de la situacióny sembraba por doquier la zozobra y elespanto.

Pero llegó la tarde del 16 de junio, yantes de oscurecerse, ya empezaron acurcular noticias de que en la Mor.eda serealizaba un cambio de Gobierno, favore-cido por los batallones de guarnición enSantiago, que habían retirado su confian-za al coronel Grove, acusado de comunis-ta, y le habían arrancado el Poder a vivafuerza. Se decía que Grove se defendía enla Moneda con un batallón, el de Cazadores, que le había permanecido adicto, peroque era impotente para resistir a todas lasdemás fuerzas declaradas en rebelión.Mientras esto ocurría en la Moneda, una

escuadrilla de aeroplanos se encargaba.desembrar el pánico en la ciudad, volando amuy escasa altura, y haciendo creer atodos que pronto iba a empezar un bom-bardeo sobre Santiago.

Entre las doce y una de la mañana, todosnos encontrábamos en pie, sin saber quépodría ocurrir, pero presintiendo que algomuy grave nos iba a suceder. De pronto seoye frente a nuestra iglesia una gritería sal-vaje, interrumpida por un silencio de malagüero. Una turba de más de cien descami-sados que venían de la Plaza las Armas,destruyendo a su paso cuanto encontrabana mano, pretendían hacer fuego a las puer-tas de nuestro templo, haciendo uso deunos palos de leña verde que habíanarrancado a los árboles de la plaza, im-pregnados con bencina que quitaron aviva fuerza a un auto que pasaba en esosmomentos. Como no conseguían su obje-to, acertaron a mirar la bandera de la Le-gación de Colombia, que se manteníaizada al frente de la iglesia; la arrancaron,la empaparon en bencina y luego le pren-dieron fuego sobre la leña arrimada a lapuerta de nuestra iglesia. Se levantó unagran llamarada, pero no consiguieron quetomara cuerpo, sin duda por la gruesacapa de pintura que le cubre y le defiende.

A todo esto, un caballero vecino que sedió cuenta de lo que ocurría, dió aviso tele-fónico a los carabineros de la Primera Co-misaría, situada cerca de nuestro conven-to, los cuales acudieron con toda prestezay lograron, con la primera descarga desus carabinas, poner en precipitada fuga alos desalmados incendiarios. Las descar-gas se repitieron por dos veces más, sem-brando el pánico en todo el vecindario,que acudió presuroso a las puertas denuestro templo para informarse de lo queocurría. También nosotros salimos denuestro convento a la calle para asomar-nos al lugar del siniestro. Felizmente nospudimos imponer desde luego que la in-

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tentona de los incendiarios había fracasa-do por completo, pues apenas se notabanalgunos rastros de ampolladuras en lapintura de la puerta. Los artísticos farolesque adornan la entrada sí que habían su-frido los desmanes de los desalmados,pues sus vidrios yacían completamentedestrozados al pie de la puerta, y lasgrandes ampolletas que les daban luz, las-timosamente hechas pedazos. Recogimoslos palos de leña allí amontonados, lostrozos de la bandera chamuscados y laspiedras y fierros con que la chusma habíaatentado contra nuestra iglesia y los lleva-mos como trofeo al pie del altar de la San-tísima Virgen, nuestra Madre de la Merced,que con su bondad maternal había libradosu Basílica del furor de los desalmados.Demás estará agregar que esa noche muypocos fuímos los que nos resolvimos airnos a nuestra celda, por temor de que sepudiera repetir el criminal atentado. Estees el momento en que debemos manifestarnuestros agradecimientos al Cuerpo decarabineros de Santiago, que en todosestos días de revueltas y de asonadas po-pulares, han sido los salvadores de lapropiedad y de los individuos, sin plegar-se a ningún partido político, ni hacersesolidarios de ningún Gobierno particular,solícitos solamente de resguardar el ordene impedir los desmanes de las turbas. Gra-cias a ellos se han podido evitar muchosdesastres afrentosos y que el vandalismoque las chusmas se haya contenido hastadonde ha sido posible.

Amaneció el 17 de junio, y por losdiario 3 pudimos imponernos con lujo dedetalles de los cambios políticos que sehabían realizado en la noche. Supimoscon espanto que el coronel Grove, cuandose viö completamente aislado y solo en laMoneda, habló por radio a la población,incitándola a que lo defendieran en cual-quier forma, armándose de fierros y ga-rrotes y atacando sin piedad a todas las

personas honradas. Felizmente esto nopudo llevarse a cabo, porque el nuevo Go-bierno con stituído esa misma noche, tomótodas las medidas del caso para impedirestos desmanes. El general don AgustínMoreno, nombrado comandante en jefe dela plaza, dictó enérgicas medidas para evi-tar todo lo que pudiera alterar el orden ypara volver a los habitantes de Santiagoal pleno goce de la tranquilidad, por tantotiempo perdida.

La nueva Junta de Gobierno que tomabasobre sus hombros la responsabilidad devolver al país a la normalidad y de asen-tar sobre bases sólidas la República so-cialista y no comunista, quedó formadapor los señores don Carlos Dávila, donAlberto Cavero y don Nolasco Cárdenas,este último dirigente del partido demócra-ta, y, por lo tanto, simpático al pueblo,con el cual se encontraba en íntimo con-tacto. Una de las primeras medidas acor-dadas en Consejo fué combatir el comu-nismo, para lo cual se declaró el territoriode la República en estado de sitio; y comoesta medida no fud suficiente, porque continuaron los desmanes del populacho, elministro del Interior decretó por treintadías la ley marcial, con la cual no fué po-sible seguir teniendo reuniones de ningúngénero, ni en las calles, ni en los Centrosparticulares. Se amenazó también a losrevoltosos con declarar oficialmente al co-munismo fuera de la ley, con lo cual losánimos se han calmado y el país ha que-dado en una aparente tranquilidad.

Pero si al pueblo ha logrado sosegarle,no así a los políticos dirigentes de la opi-nión, los cuales han seguido conspirandode mil maneras y por mil medios, hasta elpunto que la autoridad se ha visto bliga

-da a tomar severas medidas contra ellos,como la de deportarlos a d ferentes puntosdel país o la de tenerlos recluídos en suscasas habitaciones, vigilados a toda horapor agentes secretos, o fiscalizando escru-

yulosamente cada uno de sus actos. Seexplica fácilmente todo esto: los descon-tentos con el nuevo régimen, comprendencuán fácil ha sido derrocar dos Gobier-nos, contando sólo con el auxilio de lasfuerzas armadas, prescindiendo casi enabsoluto del apoyo de la opinión pública.Razón por la cual el señor Dávila, jefe dela actual junta de Gobierno, se esfuerza yhace promesas diarias de volver prontoal país a la normalidad; y co rno él fud de--cidido partldario del señor Ibáñez, no seríaaventurado pensar que lo repusiera en su

Fué en tiempos de la guerra,fué en medio del fragor de la batalla,mientras convulsa retembló la tierray el cañón vomitaba su metralla;

cuando al pobre sbldado(como a bestia de oculta madriguera)forzaban/e a vivir agazapadoen la estrecha mansión de una trinchera;

fué viendo a las cadenasprender nuevos cautivos en sus redescuando brotó, sobre este erial de penas,tu confianza en la Madre de MERCEDES.

Mil bellas oracionespor tí se le enviaron a los cielos,y de nuevo su nombre en las prisionesfue aurora de esperanzas y consuelos.

Quién dirá los heridosque, por tí, al caer sangrantes y maltrechosvieron dos brazos con amor tendidosen medallas colgadas de sus pechos?

Poyo 2-VIII-32.

puesto de presidente de Chile, derrocadopor el civilismo el 26 de julio del año pró-ximo pasado.

Si esto sucediera y hubiera otros acon-tecimientos de importancia que interesarana los lectores de LA MERCED, no sería raroque los sorprendiera con otra ', Corres-pondencia de Chile».

Su afectísimo en Cristo, seguro servi-dor y capellán,

P. FR. DIEGO A. ROJAS

De la Merced.

De tantos prisioneroscontará los encendidos besos

estampados con fe y fervor sincerosen mil grabados por tu celo impresos?

¡Qué dulce a la memoriarecordar cual te adiestras y te ensayastrazando entre el furor de las batallasla pagina inmortal de nuestra gloria!

Hoy limpias los senderosque abrieron nuestros grandes escritoresy encuentras cada vez nuevos primoresen las obras de nuestros misioneros.

Juzgas tu gloria sumallevar al pecho el blanco escapularioy a enaltecer el nombre mercedarioconsagras los arrestos de tu pluma.

Por eso, cuando ahorallegaste desde el Sena peregrino,la Merced, a tus méritos deudora,saliendo a recibirte acogedorasu pobre hogar te brinda en el camino.

FR. J. SANTIAGO CRESPO, O. DE M.

"1111nIMOMI.M.IMM 11.1.111•13A11111,

A nuestro ilustre amigo y querido hermano

Mi'. Michel Even

En propia defensa r-s-e-

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Es una grave inconsecuencia la quese apoderó de la conciencia de mu-chos católicos, al cruzarse de brazosen cuanto se les habla de defendernuestra santa Religión. Nosotros noqueremos la política; pero si ella nosbusca, no queda otro remedio que oirsus voces, para acatarlas o rebatir-las.

Desgraciadamente, esto último eslo que ahora nos urge, por eso debe-mos estar todos unidos, en un solo yamplio frente, para combatir a tantosenemigos descarados, a otros tantosencubiertos y a no pocos ocultos ennuestra misma casa. Una misma di-rección e idénticos procedimientos,debemos llevar en la lucha: pero an-tes, reneguemos a caracolear en tornode esos figurones que se dicen con-ductores de derechas, llámense Le-rroux, Maura o tipos afines e interme-dios; no, señores, no; ya estamoscansados de sirenas y ditirambos; de-masiado tiempo hicimos el papel deconejillos de indias, propicios a cual-quier ensayista, para someternos aho-ra a nueva y falsa llamada.

Ante todo católicos. Y vosotras,mujeres, ahora que ya no existe lainjusticia que os privaba de un dere-cho legítimo al voto, organizáos, yque vuestro denuedo produzca cípirnosfrutos en pro de la Religión y de laPatria. No queráis ser tímidas, ni pu-silánimes. Sobre mi mesa de trabajotengo los primeros números de «As-piraciones», valiente y noble revista,

ideada y escrita por un puñado demujeres luchadoras, que en dieciséispáginas de nutrida lectura, nos dansemanalmente un regalo de prosaviril, llena de ideales. Todas las quepodáis, agrupaos a su lado y luchad,para que España sea la España desiempre, para que nuestros hijos seancatólicos.

La primera condición será una in-condicional obediencia a la Iglesia,representada por el Papa y los Prela-dos, quienes en sus Pastorales y de-más documentos pontificios, nos danlas normas de nuestra actuación. Hayque distinguir cuidadosamente lo quees de la Iglesia y lo que es de la polí-tica, para que nuestros enemigos nopuedan cogernos en nada. Como ca-tólicos y miembros de Cristo, somosinmortales, y en cuanto trabajamospor nuestra santificación y buscamosla vida espiritual, tenemos que pres-cindir de lo humano, entonces nuestro,reino no es de este mundo; pero,como católicos y ciudadanos españo-les, libres, tenemos tanto derechocomo el que más—(porque todos so-mos iguales) -, a que sean respeta-das nuestras ideas y creencias, y enel caso de que éstas sean profanadas,debemos exteriorizar la protesta portodas las vías legales, hasta lograruna justa compensación y suprema-cía.

Como quiera que los adversariosse valen de todos los medios paraavasallarnos (porque de conciencia

entienden muy poco) y no reparan enel modo con tal de llegar al fin, quees la descatolización de la patria, yasabéis lo que se ha de hacer: combalirios siempre y en todas las partes.

El arma más segura es la prensa; yasí como ellos con la prensa corrom-pieron al pueblo, por el mismo cami-no hemos de ganarlo nosotros. No sepueden leer los periódicos malos, nipór enterarse de lo malo para comba-tirlo, que es la excusa de los pocoscatólicos e ignorantes; pues la expe-riencia demuestra que en la hora de lacontroversia, éstos son los que máscallan.

No se les puede ayudar en nada: nicon artículos, ni con anuncios, ni conesquelas, ni con noticias. No los ad-initais ni para envoltura de vuestrascompras, porque esos papeles hastapara algún uso higiénico son malos.

En cambio, sostened la buena pren-sa, porque ella reformará vuestrasfamilias, que serán el periódico quelean. Hoy vale más fundar un periódi-co que levantar una catedral, y mayoraltruismo significa dotar una publica-ción buena, que sostener un ropero, ofinanciar un comedor; porque, entién-dase bien, el alimento espiritual queen la prensa se ofrece, tiene la doblevirtud de vivificar al alma y al cuerpo.

Sed apóstoles del Bien, aconsejan-do esto mismo a vuestros familiares,convecinos y amigos, y cuando hubie-reis leído buenos diarios y revistas,no los arrinconéis en el desván de lacasa, sino enviadlos a otras, para que

allí continúen su labor de voceros dela buena causa.

Cuanto más pura sea la prensa queleais, mayor garantía tendréis de la fede vuestros hogares.

¡Por Dios, uníos todos! ¡Hombresy mujeres, formad en las derechas!Si no, al paso que vamos, y en la or-gía de sacrílega impiedad en que es-tamos metidos, pasaremos por todo ynos pondrán el sello de cobardes enla frente.

¡A no merecerlo, católicos! Nuestratradición es la vida española, y porcuatro pigmeos que quieran interrum-pirla, no vamos a sufrir el papel deespectadores afrentados.

Y muchos aún creen que se puedecontemporizar con ciertos sectorespolíticos y coincidir con teorías en-cuarentenadas, o bien mariposear sinrumbo fijo, no, nuestro camino debeser el derecho; toda claudicación oconcesión de nuestra parte, nos res-tará mucho de la propia personalidad.En nuestra casa somos libres, seño-res y seguros.

Fuera, pues, todo temor y a engro-sar la cruzada del bien, defendiendonuestra fe, sosteniendo nuestros de-rechos políticos y dando un rotundomentís a tanto declamador huero quepregona la muerte del catolicismo enEspaña. Lo triste sería que esto lle-gase a suceder, por la apatía de loscatólicos españoles.

SERGIO M. DUN

Poyo, 10-V-1932.

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UN SACERDOTE TERCIARIO DE LA MERCED:Me sería muy grato, por la devociónque tengo a la Orden, rezar de susSantos y festividades; ¿será posibleobtener este privilegio y, en casoafirmativo, cómo podré agenciarlo?

No necesita usted pedir tal privi-legio, pues por ser Terciario lo tie-ne. «Los sacerdotes Terciarios,aunque adscritos a una iglesia,cuando no están obligados al coropueden seguir el calendario de larespectiva Orden primera; mas de-ben acomodarse al de la diócesiscuando ocurran las supradichasfiestas locales (158, 1, b y c) ysiempre que hayan de celebrar propopulo, trasladando o reponiendolas fiestas así impedidas que a ellotengan derecho.

Las fiestas de la mencionada citason: «Las de la Dedicación y delTitular de la Catedral de la diócesisdonde residen; las de los Patronosprincipales del pueblo o ciudad, dela diócesis, de la provincia y delreino donde moran». (P. Gregorio

Sin ninguna representación oficialse ha celebrado este año la ofrendatradicional al Apóstol Santiago en lacatedral compostelana. Con tal moti-vo se pronunciaron dos discursosmuy notables, que, en extracto, re-producimos a continuación:

Martínez de Antoñana en su «Ma-nual de Liturgia Sagrada», tomo 1,núm. 159, segunda edición).

Una madre: Mí hijo hizo este ario, alos cinco y medio de su edad, la pri-mera comunión, ¿tengo obligación de

llevarlo a misa los días festivos?

No tiene usted obligación de lle-varlo, porque no tiene el niño obli-gación de oirla hasta los siete añoscumplidos; pero hará muy bien enque vaya con usted a misa, y mejorque mejor en que comulgue, por lomenos, todos los ocho días. Nuncacon mejores disposiciones para ha-cerlo que en esos tiernos años dela infancia.

Ya que usted me da ocasión,quiero aprovecharla para aconse-jar a muchos padres de familia laobligación que tienen de que susniños, llegados al uso de la razón,aunque no tengan los siete años,«cuanto antes se alimenten con estedivino pan» (Can. 859 y 854, § 5).

LIJÁN

Discurso del Sr. Pintos Reino

Hizo la ofrenda el vicepresidente dela Archicofradía y registrador de laPropiedad, D. Jesús Pintos Reino,quien pronunció la advocaciön al glo-rioso Patrón de España:

«Heme aquí—comenzó diciendo—de rodillas, profundamente emociona-do, en el mismo sitio en que solíanhablaros los jefes de la nación espa-ñola, Ya no vienen ellos ni sus dele-gados... Vengo a vuestro sagradoaltar sin la representación del Estado,pero ufano de creerla, en cambio, máspura, más espontánea y fervorosa, lagratitud y la devoción y la plegariadel pueblo español, del genuino pue-blo español..., a fuer de emisario deesta Archicofradía, y también del ver-dadero pueblo español, que piensacomo nosotros, he de proclamar muyalto el espíritu de acendrada religiosi-dad en que están impregnadas nues-tras almas y nuestra historia, y queha sido y ha de continuar siendo laraíz, la savia, el fundamento y el sos-tén de todas nuestras banderas... Di-gan lo que quieran los agentes desectas tenebrosas, empeñados en des-cristianizar y desnaturalizar la con-

ciencia nativa, ni hemos apostasiadode vuestra fe, ni podemos apostastar,so pena de deshonor y de morir paralas civilizaciones... Fuisteis quien..despertó a nuestro pueblo de la bar-barie del paganismo, y quien reco-gió las astillas del cetro de D. Rodri-go, roto en mil pedazos, contra las,cimitarras musulmanas, y quien lo re-hizo y lo enarboló victorioso en lascimas de Covadonga. No tenemos ni,un poeta, ni un músico, ni un pintor,ni un imaginero, ni un arquitecto, niun dramaturgo, ni un estadista deverdadero genio que no haya bebido.en las fuentes del catolicismo la mitadde su inspiración.

Y, a pesar de ello, hay quien toda-vía pretende expatriar de la enseñan-za, de las leyes y de las costumbresvuestra sacrosanta religión, tratandode aprisionarla dentro de los murosdel templo y allí empobrecerla, amor-dazarla y, si fuera posible, matarla;no viendo, no queriendo reconocerque al desarraigar de nuestros suelosel árbol de la fe desarraigarían la ver-dadera personalidad y la tradicióngloriosa de España.

Prosiguen obstinados en su vesaniadestructora de Cegar las inteligenciasy pervertir los corazones, tratando deabolir piadosas tradiciones. A vos,glorioso Patrón, volvemos los ojosen las angustias de la hora presente.Hemos dilapidado en momentos del ocura gran parte de la sagrada he-rencia de fe que vos nos legasteis y

croon0000000...000000000000000000onov0000000n000n00000000ce0000000000000ns000000000000000000000000000

La ofrenda tradicional al Apóstol Santiago°O00000ucbou000noon00000000000000000000000000000000aouo.uaon0000000li000000000000000000chuou0000000000O

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nuestros padres atesoraron. Mas ospedimos perdón, y que esta fervorosaofrenda sea testimonio de gratitudpor los beneficios recibidos y sacrifi-cio expiatorio, por los pecados denuestro pueblo y prenda de reconci-liación y de fidelidad inquebrantable.»

Contestación del Obispo de Lugo

El Prelado oficiante contestó di-ciendo que recibía con sumo gusto elvoto que se hacía al Patrono de Es-paña en nombre de la inmensa mayo-ría del pueblo español.

«Decís muy bien—siguió el Prela-, clo—; la fe no desaparecerá de nuestraPatria. Apenas se inició la persecu-ción religiosa de todas partes surgie-ron las protestas, y con las protestaslas oraciones al bendito Patrono, quenos trajo esa fe, y cuya semilla arrai-gó de tal modo en nuestro suelo quees inútil que la impiedad trate de aho-garlas. Sin contar las protestas de loscatólicos de Europa, llegan a travésde las olas del Atlántico los ecos yvibraciones de las Repúblicas sur-americanas, hijas de la madre España,porque les di() la fe, la sangre y lavida, y esas hijas católicas lloran alver que la madre, después de veintesiglos de fe y civilización cristiana,se ha declarado oficialmente apóstata.No lo creáis. La Histdria no es oficial,ni masónica, ni judaica.

La realidad presente dice lo contra-rio. Por encima de todos los actosvandálicos, antirreligiosos, que vimosen este suelo, a pesar de otros másgraves con que nos amenazan, a pe-sar de todo esto, la España católica

no morirá, porque es inmortal, inmor-tal con la inmortalidad que cabe a lospueblos y naciones hasta el fin delmundo. Por el Apóstol y la SantísimaVirgen del Pilar fué grande España, ynunca fué más grande, temida y res-petada que en las épocas en que fuémás creyente y tuvo más arraigada sufe católica. Hoy estamos sometidos adura prueba, ya que la conspiraciónsectaria mtwida por el judaísmo y lamasonería universal trabaja por des-truir la obra de veinte siglos de civili-zación cristiana, empezando por in-cautarse de todos los legítimos bienesmateriales y de todas las fuentes devida que posee la Iglesia española.Dios vencerá en esta lucha. No puededudarse, pero es necesario que sepurifiquen todavía muchas familiascatólicas, que, a pesar de llamarsetales, han caído en un estado de pos-tración senil, y en vez de observar lasprácticas evangélicas que nos enserióel Apóstol, siguen las corrientes dela moda materialista y favorecen a laPrensa impía, leyendo sus libros yperiódicos, peste bubónica de la hu-manidad, y asisten a reuniones, bai-les, cines, teatros y playas, en dondese escarnece el pudor y la moral y seinsulta y crucifica nuevamente aCristo.

Termina pidiendo protección alApóstol para que nos ayude en estahora tremenda, e implora la bendiciónpara la Iglesia católica, para el Sobe-rano Pontífice, para la ciudad de Com-postela, para Galicia y para toda Es-paña.

ROMA

Se halla muy mejorado de la grave afec-ción que en el mes de junio padeció nues-tro Rvdmo. P. General. Pedimos al Señorsu pronto y total restablecimiento.

—Los PP. de nuestra provincia italianahan establecido sus estudiantes en unahermosa casa adquirida al efecto en la víade Casalmonferrato, 20, cuya fotografíapublicaremos en otro número. Nuestracordial enhorabuena.

—Ha llegado a Roma el Rvdo. P. Ro-dolfo Ciuchini, ex secretario general yahora representante de nuestros PP. deCleveland (Estados Unidos) en el Capítu-lo que la provincia italiana va a celebrardentro de poco. Viene entusiasmado conla labor que allá realizan los mercedariositalianos.

—Van muy adelantadas las obras em-prendidas por el Gobierno para consoli-dar la iglesia de nuestro Colegio de SanAdrián y los arquitectos se muestran en-cantados de los descubrimientos en ellarealizados. El pavimento de la iglesiaqueda sustituído por otro de cemento ar-ruado para dejar accesible y seguro el delSenado romano que está a unos tres me-tros más bajo.

MADRID

Procedente de Roma y Barcelona llegóel M. Rvdo. P. Guillermo Vázquez, de suviaje científico a Grecia, Asia Menor yEgipto.

POYO

Noticias gratas tengo hoy para los lec-tres de LA MERCED.

De «Jueves». 131 10 del pasado julio fun-dó el Rvdo. P. Gaite un nuevo Centro enGoyán, diócesis de Tuy, diez coros ague-rridos y amantísimos de Jesús.

El mismo día se celebró en Sayán, Mo-raña, la festividad de la «Jura de la Bande-ra», teniéndose a la tarde de dicho día laPrimera Asamblea Misional Juevista, decarácter regional, a la que asistieron 15Centros y doce de ellos con bandera.

Fué una fiesta hermosa y altamenteconsoladora, cuyos frutos se verán enbreve.

Los temas desarrollados fueron: 1.° « De-ber de todos los asociados de ser Misio-neros de la Cruzada luevista). 2.° « Inten-sificar enfervorizando la vida de los Cen-tros existentes», y 3.° «Extender el juevis-mo propagándolo a nuevos horizontes».Los desarrollaron los Padres de Poyo,Sanjurjo, Armengol y el Rvdo. P. Comen-dador Fr. Luis Barros, respectivamente.Entre las conclusiones de la Asamblea,figura la de pedir la Misa votiva del Sa-cramento para los « Jueves» y la de cele-brar el primer jueves de cada mes retiroespiritual para los asociados.

Como delegado del Excelentísimo y Re-verendísimo Sr. Arzobispo de Santiago,estaba D. Santiago Abuelo Lalo, Párroco.de Cuntis y Arcipreste de Morafia. Ennombre del Centro Universal, el ReverendoP. Comendador de Poyo.

Asistieron los Centros de Aro, Cerdedo,Cuntis, Grove, Isla de Arosa, Junquera deAmbia (vino el Rvdo. P. Manuel Tarrio,Mercedario, que es el Ecónomo, y D. Mi-guel Balboa, abanderado); Lalín, Muros,Negreira, Pontevedra, Poyo, Puente . Cal-delas, Sangenjo y Santiso. Todos estosCentros, a excepción de Pontevedra yPuente-Caldelas, fueron fundados porMercedarios de Poyo.

Día de fe y amor. Misa de Comunión,en la que los forasteros acompañaron alos de Sayans. Misa solemne cantada por

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todo el pueblo, grandiosa, y Hora Santa,llena de fervor, en el medio de la cual serealizó la procesión por el eampo. El CuraEcónomo, D. José María Barreiro, al lle-gar y al terminar los cultos, dió las gra-cias lleno de gratitud, colmando ef entu-siasmo de los «juevistas».

Dirigió estos cultos el Rvdo. P. Armen-gol, que había preparado al pueblo conun triduo. La organización realmente com-pleta, fué hecha y llevada personalmentepor el Sr. Cura Ecónomo.

El 21 de julio llegó nuestro entrañableamigo el cultísimo Misionero diocesanode París y Hermano Mayor de Nuestra Or-den, Mr. Michel Even.

Gratísimos los días que pasa con nos-otros. Su amor a Nuestra Orden es fer-viente. Trabaja con celo infatigable en suscosas y tiene uno de los mejores archivosy librería de la Merced, en su casa de Pa-rís.

Apóstol de los pobres, quiso conocercómo son nuestras Misiones, dándole elRvdo. P. Gaite una conferencia práctica,cantando los cantos misionales como sise estuviera en el campo, de lo que quedócomplacidísimo.

El día 2 del mes próximo, los estudian-tes le obsequiaron con una velada litera-rio-musical.

El día 2 se le concedió por el Muy Reve-rendo P. Provincial Fr. Alberto Barros, laCarta de Hermandad de la Provincia deCastilla, quedando adherido y hecho es-pecial Hermano nuestro.

Para solemnizar esta distinción conce-dida al Rvdo. Mr. Michel Even, y en reco-nocimiento de sus trabajos de propagandamercedaria, se celebró la velada, cuyoprograma va a continuación.

Programa de la velada en honor deMr. Michel Even.

Ofreció la velada en nombre de la Co-munidad el M. Rvdo. P. Provincial Fr. Al-berto Barros. Habló en francés, recordan-

do una anécdota curiosa y aludiendo a laamistad entrañable que le une con Mr. Mi'chel Even.

Núm. 1.° « Alborada de Veiga » , a cua-tro voces.

Núm. 2.° Poesía por el Rvdo. P. FrayJosé S. Crespo.

Núm. 3.° «El Olivo de San Pedro No-lasco», por el P. Serafín Soláegui.

Núm. 4.° . Hic est panis», a cuatro vo-ces, de C. de Rore.

Núm. 5.° «Visión Mercedaria», por elP. M. Penedo.

Núm. 6.° «Fror Nova», a cuatro voces,de José Torres-Cred.

Núm. 7.° «Remembranza», por el PadreR. Sanjurjo.

Núm. 8.° «De la France a Saint Jac-ques», por el P. N. Vázquez.

Núm. 9. 0 «O Salutaris», a cuatro vo-ces.

Núm. 10. «Tema c'o mar», en gallego,del P. G. Placer.

Núm. 11. «L'Emigrant», a cuatro voces,del maestro Vives.

Impresiones.— Hermosa velada de te-mas mercedarios, para un mercedario decorazón, como es el Reverendo P. MichelEven.

Los temas escogidos fueron temas so-bre la Orden. Así el P. Soláegui entonóun canto a nuestras glorias en la reden -ción, en las misiones y en las cátedras. ElP. Penedo resumió los trabajos leídos enotras veladas, diciendo de ésta que era elcomplemento, necesario para abarcar e

estudio de la Orden en sus más variadasactividades.

El P. Sanjurjo recordó la tradición deldía acerca de la fundación de la Orden.Habló el P. Nolasco en un trabajo en fran-cés, sobre las peregrinaciones francesasal Sepulcro del Apóstol Santiago. El Pa-dre Gumersindo hizo un hermoso trabajoen gallego, llamando a los Mercedarios

caballeros de mar, indicando los nombresy las capillas a orillas del mismo que hayen Galicia dedicadas a la Merced.

La música la dirigió el P. José Vallejo,divinamente, como él sabe.

Habló el Rvdo. P. Comendador, expre-sando el deseo felizmente realizado de te-ner a Michel Even entre nosotros y el sen-timiento por su pronta partida.

Al final, en un bellísimo discurso, hablóel Rvdo. Michel Even. Gratitud sentida,amor ardiente a nuestras obras. Fe con-fiada en nuestra vitalidad. Narró sus tra-bajos y sus luchas para rehacer en Fran-cia nuestra tradición. No podemos ser másexplícitos: pues nos lo pidió con amor. Ala salva de aplausos que coronó su pero-ración, suceden los acordes del HimnoMercedario. En una palabra: Un día, decíaMichel Even, en que viví siglos de tradi-ción mercedaria, y en que me siento feliz-mente más mercedario aún, si puede seresto ya.

El 8 seguramente, será la marcha. Losentiremos, pero el que cultivó la amistadtan ardiente, estando lejos, sabe que en•cada pecho aquí en Poyo, deja un recuerdoimborrable de sus virtudes, de sus obrasde apostolado, de su amistad sincera, desu hermandad de amor.

FR. R. SaNJURJO

HERENCIA

Novena del Sagrado Corazón deJesús.— Predicada por el P. Comendadorse celebró con solemnidad y tervor extra-ordinario esta novena, desde el día de San•Pedro al 7 de julio, primer jueves de mes.Se han bendecido unas cuatrocientas imá-genes para entronizar en los hogares.

SARRIA

Exámenes.—A mediados del mes dejulio sufrieron exámenes de fin de cursolos postulantes de este convento. Presidió

en todos el P. Provincial que, al igual delos otros examinadores, quedó complaci-dísimo por el aprovechamiento que mani-festaron todos los chicos.

Huéspedes.— Además del P. Provin-cial, que pasó unos quince días con nos-otros, tuvimos también el gusto de hospe-dar unos días al P. Manuel Fernández,que se dirige a Norteamérica y al P. Mi-guel Escánez, Comendador de Verín.

Juventud Católica.—Con tino y pru-dencia ha sabido obviar las graves dificul-tades que al implantarse esta instituciónsurgieron al consiliario de la misma PadreCarlos Camevali. Ahora marcha viento enpopa. El día de su Patrona la Virgen delCarmen, la directiva de la Asociación ob-sequió a los jóvenes con un lunch en loslocales de la misma, hermosamente enga-lanados al objeto. En todo momento reinóel mayor entusiasmo.

NECROLOGIA .)çEl 11 de julio falleció en Paternani (Pam-

plona) el Terciario de la Merced don Gui-llermo Santisteban, después de recibir pia-dosamente los santos sacramentos.

A su viuda doña Gabina F. Gurbindo,nuestro pésame.

—El 11 de mayo falleció en nuestro con-vento de Lima, a los treinta y dos años deedad y seis de profesión religiosa, el sub-diácono Rvdo. Fr , Juan Rodríguez.

—En el convento de Ambato (Ecuador),el R. P. José Nicanor Arteaga, a los no-venta años y sesenta de vida religiosa, el1. 0 de junio entregó su alma a Dios.

—En Madrid, recibidos los santos sa-cramentos, el día 1.° de agosto falleció elseñor don Luis Peña Rocha, nuestro esti-mado médico y entrañable amigo.

A su viuda e hijo nuestro pésame.

NzE31E3LIOGRAFIAMANUAL DE LA HISTORIA DE LA ORDEN DE

NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, porFr. Guillermo Vázquez Núñez, de la mis-ma Orden, Doctor en Filosofía y Letras.Tomo I (1218-1374). IX 541 páginas.Toledo; est. tipográfico «Editorial Ca-tólica Toledana», calle de Juan Labra-dor, 6. 1931.

Datos biográficos más o menos com-pletos, reseñas de juntas provinciales, ac-tas de capítulos generales y una extensacolección de Bulas, con las que los Pon-tífices compensaban los heroicos trabajosredentores de los cautivos, concediendo ala Orden innumerables gracias y un creci-do número de privilegios, era el materialque borrosamente constituía el engranajede la historia de la Merced. El religiosoávido de estudiar las rutas de sus mayo-res elaborando a base de tales fundamen-tos la contextura de una sólida orientaciónhistórico mercedaria, tenía que pasar lus-tros y lustros en los archivos, desente-rrando legajos, cubriéndose de polvo ybien pertrechado de un enorme caudal depaciencia casi benedictina.

Nada halagüeños eran estos anteceden-tes. Sin embargo, el P. Vázquez Núñez nose arredra ante las dificultades. Animado,cuando era aún estudiante, por el hoyRvmo. P. General de la Orden a seguirllenando borradores sobre la historia desus antepasedos, lee y relee cuantos per-gaminos se le ofrecen, rasga unas cuarti-llas y escribe otras, hasta conseguir aho-ra con la publicación de sus investigacio-nes, fondo y objeto de este sustanciosomanual, un puesto preeminente en las filasde los beneméritos escritores de la Ordende la Merced. En él estudia las dos prime-ras épocas de las cuatro bien caracteriza-das en que se divide la historia de losmercedarios: Orden militar (1218-1317) yGenerales clérigos (1317-1574), formandoel total un magnífico volumen de 541 pá-ginas, en tamaño muy asequible, de estiloelegantemente sencillo e ilustrado congran profusión de estampas fotolitográfi-cas de los santos y varones más conspi-cuos y con fotografías de los principales

monasterios, que han tenido y tienen er ila actualidad.

El método, que sigue, es el cronológico,el más apto para narraciones de tal índole„viendose a los Hijos de San Pedro Nolas-co, «los nuevos Macabeos de la Ley deGracia'', con el Rvmo. P. General al fren-te, trabajar cada cual como abeja laborio-sa en la fabricación de la miel, que tantosatractivos mostraba al pueblo cristiano, ysiempre alegremente dispuestos a ponersu vida, si necesario fuere, por amor alprójimo amarrado entre grillos y cadenas.Ya lo decía un refrán de los tiempos me-dioevales: Los frailes de la Merced sonpocos, mas hácenlo bien.

Muy de notar es la fidelidad con queprocura relatar los hechos: ni ensombrecelas caídas ni abrillanta los esplendores.Con la misma serenidad y la misma senci-llez que emplea al cantar las glorias delRvmo. Puig, durante cuyo gobierno flore-ció grandemente la Orden en cultura yprogreso, extendiéndose por las tierrasvírgenes de América, ha descrito antes el,famoso « pleito del generalato», en el quelegos y clérigos se disputaban sañuda-mente la primacía, y con tiros certeroscritica en capítulos posteriores el boatodel Maestre Fr. N. Pérez, a quien el enton-ces príncipe heredero de Aragón, Juan 1, pi-dió prestada la mula para el día de la boda.

Así se escribe la Historia: con imparcia-lidad y sin particularismos. Y porque laverdad es el alma de la Historia, «no me-rece ser sacerdote de Clío, afirma GastónParís, quien, por razones religiosas o pa-trióticas, se permita presentar o juzgar loshechos con detrimento de la verdad».

Repetimos gustosísimos nuestros plá-cemes al autor por haber sabido tan ad-mirablemente evitar lo que Cicerón llama-ba « suspitio gratiae in scribendo», atre-viéndonos a aplicar a su obra —perfectaen su género - las palabras con que nues-tro Fox Morcillo definía descriptivamentela Historia: Plena, copiosa, vera, diluci-da, ornata que rerum gestarum expositio.FR. MATEO LANSEROS.

(De «Religión y Cultura», revista de los PadresAgustinos).

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211