O D A I L I X U A damih ianimas A Í R 2014 A M E D · SJS-Culturas Vivirconpasión 30...

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CONFIANZA Y TERNURA

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2014Año LXI Mensualn. 1/2 Enero/Febrero

Poste Italiane SpASpedizione in AbbonamentoPostaleD.L. 353/2003(conv. in L. 27/02/2004 n° 46)art.1, comma 2 - DCB Roma

4EditorialEventos especiales para el 2014Giuseppina Teruggi

5DossierPalabras y gestosde confianza y ternura

13Primerplano14Espiritualidad Misionera“Heme aquí, ¡envíame a mí!”

16Alma y derecho¡Un hijo a toda costa!

18Cultura ecológicaLa Tierra, nuestra casa común

20Hilo de AriadnaEn/Gratitud

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dmaRevista de las Hijas

de María AuxiliadoraVia Ateneo Salesiano 81

00139 Roma

tel. 06/87.274.1 • fax 06/87.13.23.06e-mail: [email protected]

Directora responsableMariagrazia Curti

RedacciónGiuseppina TeruggiAnna Rita Cristaino

ColaboradorasTonny Aldana • Julia ArciniegasPatrizia Bertagnini • Mara BorsiCarla Castellino • Piera Cavaglià

Maria Antonia ChinelloEmilia Di Massimo • Dora Eylenstein

Maria Pia Giudici • Palma LionettiAnna Mariani • Adriana Nepi

Maria Perentaler • Loli Ruiz PerezDebbie Ponsaran

Maria Rossi• Bernadette SangmaMartha Séïde

2REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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27En búsqueda28SJS-CulturasVivir con pasión

30PastoralmenteJMJ: Etapade un largo camino

32Una mirada asobre el mundoUnidaspara una sociedad mejor

35Comunicar36Se hace para decirConectar

38Mujeres en contextoEl reflejo de la ternuraen la economía

40VideoWalkolda

42LibroRelacionarse para compartir

44Música y teatroLos juegos teatralesen la formaciónartística

46CamilaAlmas orantes

n. 1/2 Enero Febrero 2014Tip. Istituto Salesiano Pio XI

Via Umbertide 11, 00181 Roma

ASSOCIATAUNIONE STAMPA PERIODICA ITALIANA

TraductorasAlemán • Inspectorías alemana y austriaca

Español • Amparo Contreras ÁlvarezFrancés • Anne Marie Baud

Inglés • Louise PasseroJaponés • Inspectoría japonesa

Polaco • Janina StankiewiczPortugués • María Aparecida Nunes

EDICIÓN EXTRACOMERCIALIstituto Internazionale Maria AusiliatriceVia Ateneo Salesiano 81, 00139 Roma

c.c.p. 47272000Reg. Trib. Di Roma n. 13125 del 16-1-1970Sped. abb. post. art. 2, comma 20/c,

legge 662/96 – Filiale di Roma

3 AÑO LXI • MENSUAL / ENERO FEBRERO 2014dma damihianimas

La Iglesia abre el nuevo año con la primeraJornada Mundial por la Paz celebrada por elPapa Francisco, con el tema: “Fraternidad,fundamento y camino para la paz”. En losmeses sucesivos, otras Jornadas mundialesacompañarán a los fieles a vivir eventos queenvían de nuevo a los valores fundamenta-les de la vida según el Evangelio.A nivel mundial, por parte de NacionesUnidas, están previstas varias iniciativas pa-ra manifestar el tema del Año internacionalde la agricultura familiar.

En el encuentro de agosto 2013 en Cesuna,el grupo de redacción de la Revista DMA hatenido presentes las propuestas mundiales,eclesiales y salesianas del 2014, con una in-tención específica a las temáticas de fondoque introducen en el horizonte del CGXXIII. Las podemos sintetizar en la ópticadel construir relaciones para la evangeliza-ción, con particular referencia a palabras ygestos del Papa Francisco. Se ha elegidoproceder para cada Dossier con la metodo-logía del Ver, análisis de la situación con susluces y sus sombras; Juzgar, a partir de lacuestión “¿qué dice Dios sobre esto?”; Ac-tuar, para responder a la pregunta “¿quénos está pidiendo Dios que hagamos paracolaborar a la construcción de su Reino?”.Como grupo de redacción DMA, deseamosa Lectoras y Lectores un Feliz Año acompa-ñados por las ideas compartidas y por lasemociones que la Revista entiende suscitar.

[email protected]

Acontecimientosespeciales para el 2014Giuseppina Teruggi

Estamos en el comienzo de un año particu-larmente significativo; un año que aportarála celebración del Capítulo General XXIII, apartir del próximo septiembre. Entre loseventos que las participantes en el Capítu-lo vivirán, es relevante el encuentro conMadre Ángela Vallese, la pionera de las mi-siones de América, de la que este año se ce-lebra el centenario de la muerte. La paradaen Lu Monferrato (Alessandria), su tierra deorigen, al término de los Ejercicios espiri-tuales en Mornese, tiene el significado deun homenaje a su memoria y al enraizarsedel carisma salesiano en tierra americana.Será Madre Vallese la que nos acompañeen una nueva Sección, para un interesanterecorrido misionero.

En los primeros meses del año, también losHermanos Salesianos vivirán el evento ca-pitular, que les ve desde hace tiempo com-prometidos en la profundización del tema“Testimonios de la radicalidad evangélica”.Y, como para las FMA, el Capítulo compro-meterá a la elección de la Guía que, con suConsejo General, está llamada a animar ygobernar la Congregación para el próximosexenio.Además el 2014 introduce en el períodoculminante de la preparación al Bicentena-rio del nacimiento de Don Bosco. El agui-naldo del Rector Mayor, Don Pascual Chá-vez Villanueva, se coloca en la perspectivade este evento, y entiende sostener el com-promiso de la Familia Salesiana en la pro-fundización de la experiencia espiritual deDon Bosco, fuente de la santidad salesiana.


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Palabras y gestos

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ciad el Evangelio siempre. Y, si fuera nece-sario, con las palabras”. ¿Qué quiere deciresto? Anunciar el Evangelio con la autenti-cidad de vida, con la coherencia de vida.Pero en este mundo al que las riquezas ha-cen tanto daño, es necesario que nosotrossacerdotes, que nosotras religiosas, quetodos nosotros, seamos coherentes con¡nuestra pobreza! Pero cuando tú en-cuentras que el primer interés de una ins-titución educativa o parroquial es el dine-ro, esto no hace bien. ¡Es una incoheren-cia! Hemos de ser coherentes, auténticos.Por este camino, hagamos lo que dice SanFrancisco: prediquemos el Evangelio conel ejemplo, ¡luego con las palabras! Peroante todo es en nuestra vida donde losotros han de poder ¡leer el Evangelio!Aquí también sin temor, con nuestros de-fectos que intentamos corregir, con nues-tros límites que el Señor conoce, perotambién con nuestra generosidad al dejarque Él actúe en nosotros”. (Cf. Encuentrocon los seminaristas, los novicios y las no-vicias – Roma, 6-7-2013).

Palabras y gestosde nueva evangelización

Es con su estilo, con sus gestos, aún antesque con las palabras, donde el Papa Fran-cisco habla urbi et orbi. “Nuestra vida esun camino y cuando nos paramos algo nova”, afirmaba en la homilía el día sucesivo ala elección. Partiendo de la palabra deDios enfocaba el concepto de movimien-to: “Caminar, edificar, confesar. Caminarsiempre, en presencia del Señor, a la luz

Palabras y gestosde confianza y ternuraGiuseppina Teruggi

La reciente Encíclica Lumen Fidei, el Síno-do de los Obispos sobre la Nueva Evange-lización, son eventos que refuerzan en laIglesia el compromiso a permanecer “co-mo Jesús en el pozo de Sicar” y a sentarse“al lado de los hombres y las mujeres deeste tiempo para hacer presente al Señoren su vida, de forma que puedan encon-trarlo”.Como FMA nos dejamos iluminar por elcamino eclesial para renovar nuestro ser yel ser en relación como camino de Evange-lización, conscientes de que la prioridadestá en la coherencia de vida. La NuevaEvangelización, en efecto, se cumple úni-camente en la sincronía de palabras y ges-tos, como atestigua el Papa Francisco.Sobre este tema conductor iniciamos lasreflexiones de los Dossier, que nos acom-pañarán en el curso de todo el año.

“Anunciar el Evangelio tambiéncon la palabra”

Muchos signos y eventos nos convencende que estamos viviendo una estación sin-gular de la historia de la Iglesia, guiada porel Espíritu a través de la mediación de figu-ras extraordinarias de Pontífices.A asombrar a hombres y mujeres de todoel mundo hoy es en particular el PapaFrancisco. Desde los inicios de su pontifi-cado ha dirigido una invitación urgente ala Iglesia: anunciar el Evangelio con la co-herencia de vida. “Yo digo siempre lo queafirmaba San Francisco de Asís: Cristo nosha enviado a anunciar el Evangelio tam-bién con la palabra. La frase es así: “Anun-


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del Señor, intentando vivir con la calidadde irreprensible que Dios pedía a Abra-ham en su promesa”. Y todavía: “Yo quisie-ra que todos nosotros después de estosdías de gracia tengamos la valentía, preci-samente la valentía, de caminar en presen-cia del Señor, con la cruz del Señor, de edi-ficar la Iglesia sobre la sangre del Señorderramada en la cruz y de confesar la úni-ca gloria, Cristo crucificado, y así la Iglesiairá adelante”.Desde el inicio, el Papa Francisco ha en-tendido hacer caminar a la Iglesia por ca-minos de Evangelio, asumido y vivido no“en agua de rosas”, sino capaz de impreg-nar la vida y transformarla.Hemos sido fascinadas por su homilía deinicio de pontificado, el 19 de marzo en laPlaza de San Pedro, cuando dio la percep-ción inmediata de una cálida humanidad,“No hemos de tener miedo de la bondad,antes bien, ¡ni siquiera de la ternura! Yaquí añado, entonces, una ulterior anota-ción: el cuidarse, el custodiar pide bon-dad, pide que se viva con ternura. En losEvangelios, San José aparece como un

hombre fuerte, valiente, trabajador, peroen su ánimo surge una gran ternura, queno es la virtud del débil, antes bien, por elcontrario, denota fortaleza de ánimo y ca-pacidad de atención, de compasión, deverdadera apertura al otro, de amor. Nohemos de tener temor de la bondad, ¡de laternura!”.

Confianza y ternura: ¿Qué? ¿Cómo?

Vivimos en un tiempo de fuertes oportuni-dades humanas y tecnológicas, pero tam-bién marcado por límites que a veces im-piden experimentar la belleza de la rela-ción entre personas, el gusto de estar jun-tos, la dulzura de sentimientos profundosy recientes. Hoy se tiende a preferir en to-do la rapidez, la prisa y se va acentuandoun“racionalismo”que pretende encontraren cada cosa y en seguida una explicación.Y esto pasa por “sabiduría”. A menudo lasrelaciones están enfocadas en la base delbeneficio, del interés personal, del miedoque crea distancias.En un libro publicado hace algunos añoscon el título “Teología de la ternura, un


configurada a la humanidad del Señor Je-sús. El Cristianismo, sin ternura, peligraaparecer en clave reductiva, casi “sólo ri-tualista o moralista”.

Gestos de belleza de la Iglesia

El camino de la ternura puede constituiruna dimensión importante para el futurode la Iglesia, un aspecto que puede fasci-nar también a los no creyentes, un caminopara salir de las sequías que están viviendohoy muchas comunidades eclesiales. Per-mite redescubrir el sentido extraordinariodel ser cristianos en la dimensión de unavida realizada en la belleza, en el amor, enla solidaridad, en la atención delicada so-bre todo a los pobres, a los pequeños, alos indefensos.Algunos hablan de la ternura como“sueñode Dios para la humanidad”. El CG 21(2002) propuso a todas las FMA el compro-miso de vivir la comunión “sueño de Diospara la humanidad”. Creo que puede ha-ber complementariedad e integración en-tre ternura y comunión, realidades inter-cambiables. No existe una sin la otra. Poresto, también nosotras podemos auspiciar“una Iglesia de ternura que viva el manda-miento nuevo del amor como su ‘normanormans’ y haga de la ternura su alma y susigno distintivo. Una Iglesia que, como elcarpintero de Nazaret, se haga pobre, su-perando la tentación de ser iglesia del do-minio y de las condenas. Una iglesia de laamistad, anti-autoritaria y anti-centraliza-dora, donde a la lógica del ‘dominiummundi’ reemplace la lógica del ‘servitiummundi’, la lógica de la ternura”.Es un camino a emprender para construiruna nueva humanidad donde provecho,egoísmo, violencia, desconfianza no pue-den prevaricar. La confianza en Dios, laconfianza siempre reconstruida en el her-mano o en la hermana, la ternura, el amorson fuerzas que dan esperanza a la huma-nidad, y son caminos de evangelización.

‘evangelio’ a redescubrir” (Ed. Dehoniane,Bolonia, 2000), el teólogo Carlo Rocchettaaclara el significado del término ternura,que se asocia con la actitud de la confian-za. En efecto, puede haber un mal entendi-do en el término, confundido con zalame-ría, con la tendencia al sentimentalismo,con una suerte de romanticismo a buenmercado. También se corre el riesgo de ha-cer pasar la ternura como debilidad y elhablar de ella como signo de inmadurez.La ternura es “fuerza, signo de madurez ybrío interior, que desemboca sólo en uncorazón libre, capaz de ofrecer y recibiramor”. Es la misma acepción dada por elPapa Francisco en su primera homilía pú-blica. Entonces podemos afirmar que laternura es la fuerza más humilde y, al mis-mo tiempo, es la más potente para intro-ducir gérmenes de novedad en el mundo.Ocurre que algunos le atribuyen una con-notación preferentemente femenina y seacomo fuere escasamente viril. Pero, hacenotar el teólogo, “Se trata de un prejuicioinfundado, que hay que desenmascararcon energía. Sería como decir que la sensi-bilidad y la capacidad de expresar el afec-to, la atención a la vida, la dulzura del amorde Dios o la exquisitez evangélica de la ca-ridad, constituyen actitudes impedidas alhorizonte masculino. El sentimiento de laternura concierne en realidad, de formatotal e indeleble, tanto al hombre como ala mujer, su humanidad y su vocación alamor y a la comunión”.Y es precisamente la armónica integraciónentre masculino y femenino la que resaltaeste sentimiento. Además, para los creyen-tes, es Dios la fuente inagotable y el vérti-ce de toda ternura, que se construye en laconfianza recíproca y favorece el naci-miento de sentimientos profundos, libres,delicados. Esta actitud cálida y humanapuede constituir una fuerza positiva parala vida de fe, porque sostiene la formaciónde una personalidad rica de humanidad,


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Enraizados en sólidos fundamentos

El hablar y el actuar de Jesús están impreg-nados de gestos de ternura, de misericor-dia: los Evangelios abundan de testimoniosde su “pasar entre la gente haciendo elbien a todos”. El Maestro no niega su con-fianza a nadie, a menos que se encuentreante corazones rígidos por el prejuicio, porel rechazo de su persona y de su palabra.Verdaderamente“sus ternuras sobre todassus obras” (Sal. 145 (144)).“Dios no puede sino amar”, afirmaba fr. Ro-ger, prior de Taizé, haciendo notar que pa-ra el creyente hoy es insistente la llamada aabrir caminos de confianza para las nochesde la humanidad. “Hay personas – decía –que, a través del don de sí mismas, testi-monian que el ser humano no está dedica-do a la desesperación. Su esperanza con-siente mirar el porvenir con una profundaconfianza: A través de ellas, ¿no vemos sur-gir hasta en las situaciones más inquietasdel mundo, signos de una innegable espe-ranza?”. Estas personas saben que “ni lasdesgracias, ni la injusticia proceden deDios”, porque Dios es Amor. Él mira a cada

criatura con infinita ternura y con profundacompasión. Nuestra confianza en Dios esreconocible cuando se expresa con el sen-cillísimo don de nosotros mismos para losdemás; la fe se hace entonces creíble y secomunica ante todo cuando se vive.“Ama ydilo con tu vida”, escribía San Agustín tressiglos después de Cristo.En las raíces del carisma salesiano hay unaconfianza ilimitada sobre todo para los jó-venes y las jóvenes. Ellos literalmente han“robado el corazón” ¡a Don Bosco! “El Se-ñor me ha enviado para los jóvenes”, soste-nía, “por eso es necesario que me ahorreen las otras cosas extrañas y conserve misalud para ellos”. “Mi vida está consagradaal bienestar de los jovencitos pobres y na-die nunca hará que me desvíe del caminoque el Señor me ha trazado”.Para las muchachas de Mornese y para lasde todo el mundo, Madre Mazzarello dedi-có su vida, afrontando todas las dificulta-des con tal de poder hacerles el bien aellas.El estilo del “estar con los jóvenes”elegidopor nuestros Fundadores es el de la amore-volezza, síntesis armónica de confianza y


mil cosas, descuida esta cercanía, descuidaesto y comunica sólo con los documentos,es como una madre que se comunica consu hijo con las cartas” (Cf. Entrevista a la TVBrasileña ‘O Globo’, 28 de julio de 2013).Para el Papa, se necesita una Iglesia “másfacilitadora de la fe que controladora de lafe”. A veces, hay “pastorales ‘lejanas’, pas-torales disciplinarias que privilegian losprincipios, las conductas, los procedi-mientos organizadores, sin cercanía, sinternura, sin caricias. Se ignora la ‘revolu-ción de la ternura’que provocó la encarna-ción del Verbo. Hay pastorales enfocadascon una dosis tal de distancia que son in-capaces de alcanzar el encuentro; encuen-tro con Jesucristo, encuentro con los her-manos”. Pregunta el Papa: “¿Cómo son


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ternura, amor educativo manifestado y per-cibido. En efecto, es indispensable“que losjóvenes no sólo sean amados, sino queellos mismos conozcan que son amados”.Y cada cual, en Valdocco y en Mornese,percibía efectivamente que era el ¡másamado, la más amada! En la casa salesiana,la educación/evangelización ¡“es cosa decorazón”!En cuanto custodios de un carisma educa-tivo con la indicación de la amorevolezza,advertimos una fuerte sintonía con el esti-lo que el Papa Francisco está indicando a laIglesia. Una Iglesia cercana a la gente:“Porque la Iglesia es madre, y no conoce-mos a una madre por correspondencia. Lamadre nos mima, nos toca, nos besa, nosama. Cuando la Iglesia, comprometida con

nuestras homilías? ¿Nos acercan al ejem-plo de Nuestro Señor, que ‘hablaba comoquien tiene autoridad’ o son meramentepreceptivas, lejanas, abstractas?” (Cf. Dis-curso al Comité coordinación del CELAM,28 de julio de 2013).

En lo concreto de la vida

La ternura es una actitud madura, que nosmantiene atentos a las riquezas del otro ypermite participar, con el calor de la pro-pia sensibilidad, en sus emociones, en sussentimientos. Se expresa con el estilo de

la cordialidad, de la acogida, de la aten-ción a los pequeños gestos de afecto quedicen confianza, gozo, valoración delotro. Es saber saludar y responder con unasonrisa, evitar levantar la voz en los mo-mentos difíciles, saber escuchar, dar unacaricia inesperada. Es atención continua ahacer feliz al otro a través de mil gestosdictados por la fantasía del amor. En lascircunstancias usuales de la vida, como enlas extraordinarias.Hace algún tiempo las crónicas han habla-do mucho de Eleonora, asesinada mientras


El primer díadel Papa Francisco

Cuanto el Papa subraya y propone alas/los jóvenes en formación, es un refle-jo de su estilo de vida, nunca desmentido,y tal que constituye el hilo rojo de toda suexistencia. Lo hemos captado apenas ele-gido Sucesor de Pedro, la tarde del 13 demarzo de 2013. Interesante la crónica desu primer día de Papa. La primera Misa deJorge Mario Bergoglio elegido Pontíficees casi un debut como Papa, que apunta aun pontificado con un claro estilo. En laCapilla Sixtina, apenas elegido, no sube altrono. En el momento del juramento deobediencia de los cardenales al Papa, esél quien va hacia el cardenal Ivan Dias,embarazado en el movimiento por la en-fermedad. Se asoma por la galería grandede San Pedro sin muceta y con su cruzsencilla de Obispo, al lado de un maestrode ceremonias con el rostro algo perple-jo. Se dirige a los fieles en la plaza des-pués de la fumata blanca empezando con“Buenas tardes…”, luego pide su oración.Coge el autobús con los otros cardenalestambién después de la elección. Cuandobrindan, bromea con sus electores: “Diosos perdone por lo que habéis hecho”. De-

ja el auto de ordenanza, tarjeta ‘SCV1’ –Estado de la Ciudad del Vaticano 1. – tam-bién cuando por la mañana pronto, en laprimera cita pública del Pontificado, va arezar a la Virgen en la basílica de SantaMaría la Mayor.A los confesores dominicos que prestansu servicio en la Basílica, recomienda lamisericordia. A la salida saluda con la ma-no a los estudiantes del cercano institutoque se mueven por las ventanas. Volvien-do hacia el Vaticano, hace desviar el autohacia la Casa internacional del clero don-de ha pernoctado antes del Cónclave. Ba-ja, va a coger las maletas, agradece al per-sonal. Y, con la sorpresa general, paga lacuenta de la habitación.Por la tarde, de nuevo en la capilla Sixtinapara la Misa con los cardenales, pronun-cia la homilía como miembro con un ita-liano sereno y veteado de acento hispáni-co. Renuncia a vivir en permanencia enlas habitaciones pontificias. Por otra par-te, en Buenos Aires vivía en un aparta-mento, cogía el metro y, estando en Ro-ma, llegaba a las congregaciones genera-les de los Cardenales a pie; uno de los po-cos sin solideo rojo, esquivando sin sernotado los corros de periodistas a caza delos papables.


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nura estaba socorriendo en la calle a un hombre

gravemente herido, después de un litigiocon algunos de sus connacionales. Eleono-ra estaba de paso por casualidad y no habíadudado en bloquear de improviso su co-che cuando entendió que había una perso-na para socorrer. Mientras estaba inclinadasobre el hombre, su agresor lanzó el pro-pio coche a toda velocidad sobre losdos…”Me han referido – afirma Mariella, lamadre de Eleonora - que el hombre asesi-nado tenía cuatro niños y yo no logro nopensar en ellos, en lo que están pasando.Entonces he hecho este razonamiento: siEleonora ha muerto por ayudar al padre,ella que tanto quería a los niños, segura-mente querría que se hiciera algo para daruna mano a los hijos, también económica-mente”.Y decide con el marido que las ofertas re-cogidas en el funeral de la hija se transfie-ran a los huérfanos. “Me preguntan si ex-perimento odio – confía – pero yo no sien-

to nada. No sé porqué, no sé si es por Eleo-nora, que amaba a todos y ante todo a losúltimos. Pero no experimento rabia. Ni tansiquiera me siento para hablar de perdón.¿Qué quiere decir perdón? Será el PadreEterno el que perdone. Lo único que mesiento para hacer es ayudar a los cuatro ni-ños huérfanos. Y no me interesa encontrar-los o saber quiénes son, cuando sean ma-yores, donde viven, qué hacen”.Eleonora, doctora, ginecóloga de 44 años,es descrita por todos como persona “dul-ce, expansiva, generosa, que quería el biende los demás, siempre dispuesta a salir enayuda. Una mujer valiente, ¡altruista al ex-ceso! Su enorme sensibilidad la empujabacon naturalidad hacia los más humildes. Vi-vía la caridad intensamente. En su carrerahizo nacer a centenares de niños y asistió amuchas madres, haciéndose disponiblegratuitamente para quien estaba en dificul-tad o sin medios”.El mundo en que vivimos nos acostumbraa la prisa, a no tener tiempo para gestos opalabras de ternura, de consuelo. Quizáslo más importante que hay que hacer esprecisamente llenar nuestro tiempo de es-tos gestos, eligiendo el reto de la solidari-dad, del don gratuito y discreto. Como elde Meghan, joven atleta americana com-prometida en los 3.200 metros. En la mitadde la competición nota a una adversaria su-ya en dificultad por un ataque de calam-bres. Decide renunciar a la victoria y acom-pañar a la muchacha a la meta. Terminaránrespectivamente última y penúltima, perosu derrota es acogida con una standing(larga) ovación del público que reserva aMeghan un tratamiento de ¡ganadora! Soninnumerables los gestos y las palabras deatención a los otros, a veces desconocidos,pero no menos valiosos. Gestos y palabrasde confianza y ternura que perfuman debondad la vida.

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• En lo concretode la vida, ¿quésonparamí ternura y confianza?

• ¿Cuál y cuánta fatiga estoydis-puesta a hacer para salir de mímisma, para ofrecer a quien vi-veami ladoelperfumede la ter-nura, para volver a tejer conti-nuamente la confianza?

• ¿Estoy convencida de que unestilo impregnadodeconfianzay ternura es camino de evange-lización? ¿Cómo sé expresarlo?

Profundizaciones

pedagógicasbíblicas

y educativas

acoge, se hace uno con y para los otros. Per-tenece a la “iglesia del delantal”, así como ladefinía Don Tonino Bello, vive la dimensióndel servicio siempre, doquiera, ¡a todos!Un/a misionero/a aprende continuamente, yaprende con humildad a insertarse en elmundo sociocultural y religioso de aquellosa los que está enviado/a, asumiendo su len-gua, conociendo las expresiones significati-vas de la cultura local, descubriendo los valo-res presentes en aquella realidad (cf. RM 53).La vocación misionera aún antes de ser ac-ción, es testimonio y exige una específica es-piritualidad y comunión íntima con Cristo.El misionero, la misionera saben que su fuer-za interior les viene del Espíritu, es Él la fuen-te de la que sacar continuamente las propiasenergías para cumplir siempre y doquiera lavoluntad del Padre.Nuestras Constituciones, ya en el primer ar-tículo, manifiestan cuán misionero es nues-tro Instituto. “Don Bosco fundó nuestro Ins-tituto (…) y le imprimió un fuerte impulsomisionero”. Por lo que “la dimensión misio-nera – elemento esencial de la identidad delInstituto y expresión de su universalidad –está presente en nuestra historia desde losorígenes”. Procurando mantener vivo el im-pulso misionero de la primera hora, las FMAestán llamadas a trabajar “por el Reino deDios en los países cristianos y en los que nohan sido evangelizados o en los descristiani-zados” (C 6), “entre los pueblos a los que to-davía no ha llegado el anuncio de la Palabra,a fin de que puedan encontrar en Cristo elsignificado profundo de sus aspiraciones yde sus valores culturales” (C 75).

“Heme aquí,¡envíame!”Maike Loes

La FMA llamada a la vocación misionera ad gentes, se compromete a responder sí con la vida y con la generosidad del “voy yo” (C 32), se compromete a renovar la identidad carismática, a vivir con radicalidad la Palabra, a reavivar el ardor misionero para que las/los jóvenes “lejanos” de todo el mundo tengan vida.

Cada vocación misionera nace de la MissioDei. “Tanto amó Dios al mundo que dio a suHijo único“(Jn 3,16). Por esto, cada vocaciónmisionera tiene sus raíces y su fundamentoen Jesús, Palabra del Padre. Con el deseo dereunir juntos a todos los hijos dispersos (cf.Jn 11,52), Jesús entrega a sus discípulos elmandato misionero, demostrando con pala-bras y obras que Dios es amor: “Id por todoel mundo y proclamad la Buena Nueva a to-da la creación“(Mc 16,15).El compromiso de difundir la fe pertenece acualquier discípulo de Cristo. La vocaciónmisionera es una vocación especial. Diosprepara cuidadosamente el corazón de un/amisionero/a para que sea en el mundo ex-presión visible de Su amor. El/la misionero/aes un hombre/mujer de caridad, que anun-cia, más con la vida que con las palabras, quecada persona es amada por Dios y que esta-mos hechos por el Amor y para el amor. Estádotado/a de un corazón universal que lograsuperar las fronteras y las divisiones de na-cionalidad, grupo étnico, cultura, ideología,religión. Tiene espacio para todos, no exclu-ye, no cataloga, no divide, sino que abraza,

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Ángela Vallese nace el 8 de junio de 1854 enLu Monferrato, un pueblo pequeño pero fe-cundo en el dar muchas vocaciones a la Igle-sia. Ángela llevará en el corazón, durantetoda la vida, el recuerdo de esta gracia, habernacido en el año de la proclamación deldogma de la Inmaculada Concepción.La familia es pobre materialmente, mientrastanto no le faltan los valores cristianos y elafecto.A los seis años frecuenta la escuela, perodespués de cuatro años ha de dejarla por-que la familia necesita ayuda económica, asíque Ángela aprende el oficio de costurera yreta a la pobreza ofreciendo el don de su tra-bajo para aliviar a sus seres queridos.Ángela frecuenta la iglesia de su pueblo,junto a sus padres, como lo hacen muchosotros niños. Tiene casi siete años, cuandodesde lejos llegan dos misioneros para ha-blar a la gente de la Obra de la Propagaciónde la Fe y de la Santa Infancia. Ángela escu-cha todo con mucha atención y queda im-presionada por el hecho de que existen per-sonas que todavía no conocen a Jesús y ni-ños necesitados de ayuda. Es la primera enofrecerse para hacer la recogida de ayuda,imaginándose como aquel dinero servirápara llevar a Jesús a los niños pobres descui-dados, dejados a la muerte sin la posibilidadde conocerlo y sin ser bautizados.Quizás por su aspecto menudo, angelical, lagente le da a ella más ofertas que a sus com-pañeras. En su corazón, una única y espon-tánea oración: “El Señor me conceda ¡salvartantas almas cuanto es el dinero que he re-cogido!”. Ángela, en aquel momento, intuye bien quédesea hacer de mayor; en ella se abre ca-

mino el deseo íntimo de dar a conocer a Je-sús y de ¡llevarle a mucha gente!No obstante sea sólo una niña, no tienemiedo del sacrificio, sabe darse en los traba-jos más pesados y se convierte también encatequista. El párroco, viendo el buen paño,le confía la enseñanza del catecismo a suscoetáneos y a algunos hasta mayores queella.A la edad de quince años empieza a frecuen-tar el grupo de las Hijas de María Inmacu-lada. Sabe conjugar la vida cotidiana con elcompromiso en la virtud, la entrega a la ora-ción y el recogimiento, que recomendabacon gran afecto también a sus hermanas me-nores, de las que se cuida.Y llega el día en que conoce a ¡Don Bosco!Ahora ya con veinte años descubre que estesacerdote ha abierto una casa de Hermanasen Mornés. Ángela no duda: “He aquí dondeme quiere el Señor, ¡lo siento!”. El 15 de no-viembre de 1875 llega a Mornés y conoce elInstituto FMA nacido desde hace apenas tresaños de vida. Madre Mazzarello acoge conbondad materna a esta hija humilde y senci-lla, que refleja en la mirada la inocencia delcorazón y entrevé en ella un tesoro de virtudy de sabiduría. Los pasos son rápidos: el 24 demayo de 1876 hace la vestición, y el 29 deagosto del mismo año, la primera profesión.Un año después, el 14 de noviembre de 1877,con sólo 23 años, parte para América, comoguía de la primera expedición misionera fma,llena de entusiasmo misionero, contagiadapor el aire que se respiraba en Mornés. Esaquí “el Señor le concede salvar tantas almascuanto el dinero que había recogido” de niña.En sus 36 años de vida misionera, Ángela supotraducir el evangelio en vida. “Quien mandasea como el que sirve”, es su lema de mujerincansable, capaz de afrontar viajes, desplaza-mientos, distancias, soledad, desprendimien-tos, pobreza y dificultades de toda clase.

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Ángela Vallese: vocación misionera desde la infancia

no natural operación de hacer crecer un hi-jo ordenado por otros y a su destino porcontrato.Y bien sí, además de la venta de los game-tos (ovocitos y/o espermatozoides) a pare-jas estériles u homosexuales, hoy es granmoda “alquilar” precisamente una mujerpara el período de gestación, usando sucuerpo del mismo modo de una “máquina”,para obtener una “cosa”: el hijo que natu-ralmente no llegaría nunca. Tenido el partoluego la pareja destinataria retira la mercan-cía (el hijo) desembolsando desde ocho mila 60 mil dólares (y más) según el poder derescate ejercido en la “mamá a término”.Estados Unidos, Gran Bretaña, India, Ucra-nia o Guatemala, todos países donde este

¡Un hijo a toda costa!Rosaria Elefante

Las manos en la vida. ¿Es posible dar un precio al propio hijo? Hoy la respuesta, por desgracia, no está descontada.

El proceso de “normalización” ahora ya nosha acostumbrado desde hace tiempo a pa-labras que parece que salen de una novelade ciencia ficción, pero que en verdad cris-talizan una realidad surrealista que aconte-ce ya desde hace años en demasiados Paí-ses. Útero de alquiler, maternidad reemplazada,contrato de mamá a término, son paráfrasisque comprenden las hipótesis en que unamujer “alquila” el propio seno durante nue-ve meses como incubadora natural para la

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“La dignidad humana y cris-tiana de la procreación, enefecto, no consiste en un‘producto’, sino en su unióncon el acto conyugal, expre-sión del amor de los cónyu-ges, de su unión no sólobiológica, sino también es-piritual. La Instrucción Do-num vitae nos recuerda, aeste propósito que “por suíntima estructura, el actoconyugal, mientras une conprofundísimo vínculo a losesposos, los hace aptos a lageneración de nuevas vidas,según leyes inscritas en el

mismo ser del hombre y dela mujer” (nº 126). (…) LaIglesia presta mucha aten-ción al sufrimiento de lasparejas con infertilidad, cui-da de ellas y, precisamentepor esto, anima a la búsque-da médica. La ciencia, sinembargo, no siempre estáen grado de responder a losdeseos de muchas parejas.Quisiera entonces recordara los esposos que viven lacondición de la infertilidad,que no por esto su vocaciónmatrimonial se frustra. Loscónyuges, por su misma vo-

cación bautismal y matrimo-nial, están siempre llamadosa colaborar con Dios en lacreación de una humanidadnueva. La vocación al amor,en efecto, es vocación aldon de sí y esta es una posi-bilidad que ninguna condi-ción orgánica puede impe-dir. Pues, donde la cienciano encuentra una respues-ta, la respuesta que da luzviene por Cristo”. (Discursode Benedicto XVI a los par-ticipantes en la Asamblea dela Academia Pontificia parala Vida, febrero 2012).

comercio es floreciente. ¿Cuál es la dife-rencia? Sólo una cuestión de precio. Es pre-cisamente la relación de fuerza – económi-ca, geográfica, social – entre aspirantes pa-dres (si así pueden definirse) y embarazadareal que dicta las condiciones y traslada laelección de la mamá momentánea en elmapamundi. Esto se llama mercancía de lavida humana no sólo y sobre todo para elhijo, pero también por la explotación de lasmujeres, por la humillación de sus cuerpos,por la auténtica desfiguración del rostro fe-menino, hasta herirlo en la esencia magnífi-ca inmaculada de la procreación; el sentidomaterno, el lazo de sangre y psicológicocon una criatura que brota, crece, se muevey vive dentro de una madre…

Prohibido prohibir

Reflexionemos un instante. Una pareja pa-ga dinero a una mujer que los cobra poruna vida humana “encargada”, “producida”y hasta “vendida”, quizás también en base adeterminados requisitos escogidos. Elpuesto de baratijas de las vacas lecheraspor parto está abierto. Con el velo de las“nobles intenciones” es derecho aclamado“prohibido prohibir”. Sí porque ahora todoesto, en cada fase suya, es un derecho: al


hijo, a la maternidad, a la paternidad, a laprogenie. Derecho y libertad. No es sinonormal praxis contractual. Con menos desiete mil dólares la vida de una joven india“asalariada” en los cuchitriles cambia radi-calmente, lo importante es que esté sana yen el caso de malformaciones de la “mer-cancía” no haga historias y aborte rápida-mente sin respirar. Es inútil decirlo: el hijoha de estar sano.El silencio ensordecedor que gravita sobreesta práctica odiosa, ¡es insoportable!Como si estuviéramos sustancialmenteaceptando todo. Ciertamente es mejor nohablar. Parece que es casi oportuno no ha-cerlo. Quizás con demasiada evidenciavendría fuera el nihilismo absoluto. ¿Cómose justifica la distorsión entre la dignidadfemenina tan aireada y pretendida y la con-dición envilecedora en la que viven milesde mujeres en el mundo para contentar eldeseo de un hijo por parte de cualquieraque tenga dinero y se sienta justificado tan-to legal como culturalmente, a que se lo ha-gan?Un hijo no tiene precio.

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un acto libre de amor. Por lo tanto, esta bon-dad no concierne sólo a la dimensión moralsino que incluye la capacidad de las criatu-ras de reflejar la gloria y la perfección deDios. En este sentido el valor del universorepresenta un valor en sí, en referencia alCreador. “El mundo subhumano alcanza supleno significado a partir de su referencia alhombre. Al mismo tiempo, el hombre al-canza su pleno significado en su relacióncon Dios” (Haffner, Verso una teologiadell’ambiente, 123).El Nuevo Testamento presenta al Señor Re-sucitado como el mediador de la creaciónentera; por medio de Él todas las cosas hansido creadas y en él todo encuentra sentidoy plenitud (Jn 1,1-3; Col 1,15-20; Hb 1,3).ElVerbo que se hizo carne en Jesucristo actua-ba, en efecto, desde el principio, como Sa-biduría creadora del Padre. La misma Pascuadel Señor, luego, revela una dimensión cós-mica; es la misma tierra la que está implica-da en la resurrección, hasta estar orientadaa la plenitud de vida.El universo es el primer gran don de Dios, laprimera expresión radical de su amor pode-roso: un cosmos ordenado y precioso, ca-paz de sostener aquella realidad misteriosay frágil que es la vida (cf. CEI, Giornata per lasalvaguarda del creato 2006).

Una herencia a custodiar

Uno de los retos del siglo XXI es construiruna cultura ecológica enclavada en la rela-ción entre el hombre y el habitat, entre laecología humana y la ecología ambiental.

La tierra, nuestra casa comúnJulia Arciniegas, Martha Sèïde

La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La tierra, nuestra casa común, está viva con una comunidad singularde vida. La protección de la vitalidad, de la diversidad y de la belleza del planeta es un deber sagrado (cf. Carta della Terra).

El grito de la tierraEs un hecho indiscutible que la crisis am-biental ha asumido una dimensión global.La contaminación en sus diversas formas, elcambio climático, la crisis de los recursos hí-dricos, la reducción irreversible de la biodi-versidad, el agotamiento de muchos recur-sos alimenticios, petrolíferos, geológicos re-ducen progresivamente la calidad de la vi-da. Ante esta degradación ambiental pro-gresiva crece también la conciencia y la ne-cesidad de construir una cultura ecológicaque refuerce la alianza entre el ser humanoy el ambiente. Por esto es urgente recuperarla capacidad de reconocer en la creación undon a valorar y respetar.

”Y Dios vio… que era bueno”

En el libro del Génesis se encuentra sieteveces la fórmula: “Y Dios vio…que era bue-no”; y esto se dice por la luz, por la tierra,por los astros del cielo, por los animales yen fin por el ser humano, en cuanto hom-bre y mujer (cf. cap. 1).La obra creada es buena porque el Creadorla produce por amor, para una finalidadbuena. El bien verdadero es el que brota de

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“Hoy es fuerte la petición de convertirnosde consumidores-explotadores a custodiosdel universo. Es desde el interior de la per-sona que ha de partir la inversión de mar-cha con gran sentido de responsabilidad”(Cir. 934, p.10).Custodiar es cuidarse, responsabilizarse delmundo en el que vivimos, favorecer unamás equilibrada relación del hombre con lanaturaleza. No se trata sólo de reforzar laconservación de los ecosistemas y del am-biente natural, sino de revisar en profundi-dad las modalidades con las que nuestrassociedades engendran bienestar y desarro-llo económico y social.Muchas son, hoy, las acciones que puedenemprenderse para poner en acto concretoscomportamientos dirigidos a reducir el con-sumo de la naturaleza, la destrucción de losrecursos naturales y el derroche de los bie-nes ambientales primarios como el agua, latierra, el aire, la biodiversidad, la energía. Almismo tiempo, son numerosas las iniciati-vas a promover para activar procesos de de-sarrollo capaces de dar dignidad y bienestara gran parte de la humanidad que hoy estáexcluida de ellos.

Además, custodiar la creación en ámbitoeconómico, político y social es tambiénorientar con apropiados instrumentos nor-mativos y sostener con adecuados recursostodas aquellas medidas que consienten ali-gerar la huella ecológica, es decir el peso deuna comunidad en el ambiente natural, ymejorar la condición y la calidad de la vidade las personas (cf. CEI, 8ª Giornata per lacustodia del creato 2013).Para custodiar el universo, en fin, hay queeducarnos y educar a una cultura ecológicapara un estilo de vida más sostenible.

¿Qué podemos hacer?

Nuestra vida cotidiana nos presenta un con-junto de oportunidades para traducir en ac-titudes concretas la convicción de que latierra es un don sagrado a administrar parael bien de la humanidad. La “Oficina Gene-ral JPIC de los Hermanos Menores Francis-canos (OFM) nos ofrece sugerencias intere-santes y operativas. Para realizar este proce-so, por ejemplo, a nivel de la gestión de losdesechos, aún son válidas las tres R ecológi-cas: Reducir, Reutilizar y Reciclar.

• Reducir: el uso de productos “usa y tira”, elplástico, las bandejas fabricadas con poliés-ter, el exceso de embalajes, el material con-taminante, etc.

• Reutilizar: bolsas, cajas, sobres de papel yde plástico y otros contenedores…; darprioridad a los productos con la etiquetaecológica, elegir productos fabricados conmaterial reciclado y productos con conte-nedores reutilizables.

• Reciclar: cartón, papel, periódicos, bote-llas, recipientes…: cristal y aluminio, resi-duos domésticos.En fin: es indispensable poner en práctica larecogida diferenciada de los desechos.

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Educarnos y educar¿Qué productos “usa y tira” utilizamos más a menudo?¿Cuáles podríamos sustituir o evitar?¿Qué productos podríamos reci-clar y reutilizar?¿Efectuamos regularmente la recogida diferenciada?Tomemos decisiones concretas al respecto.

LUZCONTRA

bre todo a adolescentes que confían sus pri-meras experiencias con el sufrimiento de unatraición: “El año pasado era mi amiga, le lleva-ba también la merienda. Este año va con otray dice a todos mis secretos”. “Desde pequeñavenía a mi casa, jugábamos y hacíamos los de-beres juntas. Ahora no viene ya y habla mal demí y de mi familia”. Y estas vivencias a menu-do inciden negativamente en los resultadosescolares y en las relaciones interpersonales.Pero también pueden ser ocasiones de creci-miento personal.Para los adultos y para los ancianos, todavíamás que para los adolescentes y los jóve-nes, la ingratitud puede tener un peso inso-portable. Las personas a las que se ha abier-to el corazón y con las que se ha comparti-do la vida (la pareja, un amiga/o, una hija/o,una persona querida, una institución depertenencia) y para las que se ha invertidomucho emotivamente, cuando respondencon la falsificación de la realidad, con trai-ciones, calumnias, humillaciones, rechazosy abandonos (reales o así percibidos) pue-den infligir daños comparables a los provo-cados por un tsunami. Pueden desorientar,hacer entrar en discusión la propia identi-dad, hacer cerrarse en sí mismo, hacer per-der el sentido de la vida y del don. Lo atesti-guan frases como: “Es muy triste, no me loesperaba para nada”; “No hay que creer niayudar a nadie”; “He aquí lo que ganas: des-pués de años de sacrificios, te dejan planta-do. Es mejor pensar en uno mismo y dejarque los demás se apañen”. Y cosas aún peo-res.

In – GratitudMaria Rossi

Ante situaciones de sufrimiento surgen, gene-ralmente, sentimientos de compasión con eldeseo de socorrer, ayudar, aligerar los obstá-culos. A veces es posible intervenir sólo conuna sufrida oración de intercesión. Otras ve-ces, teniendo los medios y consintiéndolo lascircunstancias, la compasión se transforma engestos de acogida, de defensa, de sustento, deternura.Son gestos concretos que proceden de unprofundo sentido de humanidad y por la com-pasión respecto de quien, a menudo sufre in-justamente. Están marcados por el deseo dedar alivio, posibilidad de un crecimiento sere-no y también por el entusiasmo de poder con-tribuir a una causa importante. Nacen con lamarca de la gratuidad, pero no se puede igno-rar que “el deseo de hacer el bien inconscien-temente contiene una petición de recibir almenos su reconocimiento” (PARSI María Rita,Ingrati. La sindrome rancuorosa del Benefica-to, Mondadori, Milán 2012).Una persona que da ayuda, acogida, amor yternura, se expone, se hace vulnerable y pue-de encontrarse con dificultades no indiferen-tes. Puede quedar bloqueada y sucumbir ba-jo el peso de los aspectos distintos de la ingra-titud, sobre todo si parte con el entusiasmo yla ingenuidad del joven neófito, con poco co-nocimiento de las propias dinámicas intrapsí-quicas y escaso conocimiento de las posiblesrespuestas de quien está beneficiado.

Un peso insoportable

La experiencia de la ingratitud se asoma pron-to en la vida. No es raro oír a niños, pero so-

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Beneficiados y bienhechores

La ingratitud se define como un “comporta-miento que desconoce o reniega la sustan-cia humana y moral del beneficio recibido”(Devoto-Oli). Es una actitud muy difundidaque, según las ocasiones y las edades de lavida, puede surgir no sólo en el beneficiado,sino también en el bienhechor. Según la Au-tora citada, forma parte de nuestro estar enel mundo y nace con el don de la vida; gran-de don de amor, pero no requerido y quecomporta la expulsión del útero materno quemantenía en un perfecto bienestar y en unaincondicionada protección. “Nacemos porun acto visceral de traición, tanto mayor cuan-to más grande ha sido el amor que lo ha pre-cedido. Y naciendo, transitamos hacia una vi-da autónoma que no hemos pedido”. La im-presión (imprinting) del amor contiene la dela ambivalencia y el rencor del beneficiadoestá “en nuestras cuerdas originariamente;hemos de aprender a reconocerlo tambiénen nosotros mismos para controlarlo e impe-dir que se vuelque en dimensiones patológi-cas”. La acogida incondicional y los cuidados

maternos que siguen al nacimiento ayudan acicatrizar la herida inicial. El amor de los pa-dres se convierte en “aquel gimnasio emoti-vo que ayuda a los hijos a ser buenos bene-ficiados, es decir, personas capaces de pedircon serenidad, si lo necesitan, y decir “gra-cias” a quien les dará, capaces de reconocerel don recibido porque el amor lo hará posi-ble. El malestar de la ambivalencia se trans-forma en rencor cuando no sabe transformar-se en gratitud, si le ha faltado su modelo y elalimento”.Los que, o por carencias de cuidados y deamor o por falta de auto conocimiento y re-flexión, no han superado la ambivalencia delamor, podrían; o ser incapaces de reconocerlos beneficios recibidos, porque entendidoscomo resarcimientos a cuanto les ha sido in-calmablemente sustraído, o bien ser bienhe-chores a ultranza para mostrar a los demáscomo se hace para beneficiar.Los beneficiados que entienden el don co-mo un resarcimiento de cuanto se les ha qui-tado, con sus pretensiones y la falsificaciónde la realidad, pueden ser un íncubo y tam-bién un peligro. Para no dejarse arrollar, pa-ra no permitir que sentimientos de odio y devenganza se arraiguen en el ánimo y para nocerrarse y pararse, es necesario distanciarseemotivamente y, pudiéndolo, también física-mente y fiarse de Aquel que reconoce tam-bién el don de un vaso de agua. María RitaParsi escribe; “El destino de los ingratos, loque ellos merecen, es el olvido”.Todos somos beneficiados y bienhechores.Y si no es fácil ser un buen beneficiado, estambién difícil ser un buen bienhechor. Al-gunos bienhechores (entre ellos podemosestar también nosotros) tienden a hacer sen-tir demasiado el peso de su ayuda o a dar pa-ra hacerse la persona servicial o sea comofuere para hacerla caer en gracia, para tenera continuación favores. El interés, especial-mente si es engañoso, provoca, en quien lorecibe, humillación, malestar, embarazo ytambién rechazo del beneficio. Algunos bien-


rigirse contra e infligirle sufrimiento y dolor.Partiendo de la indignación, por el dolor y porla desorientación que la falta de agradeci-miento provoca, se pude aprender a ser pru-dentes, realistas y humildes, a no prodigarseen el hacer el bien con inconsciente ingenui-dad, pero a prepararse responsablemente pa-ra cualquier eventualidad. Dice Bunuel: “Nohagas el bien si no estás preparado a sopor-tar el mal que te llegará en cambio”. TambiénDon Bosco aprendió de los ingratos. Despuésde que los muchachos alojados se llevaroncon las mantas y las sábanas, también la paja,por consejo de Mamá Margarita, decidió se-guir acogiendo, pero con mayor prudencia.La experiencia de la ingratitud lleva consigola tentación de cerrarse y de desistir. Pero elconocimiento de la propia y de la ajena hu-manidad iluminada por la fe, ayuda a conti-nuar con humildad y a creer que el bien he-cho es un gran valor independientemente delreconocimiento.“Los ingratos, escribe la Autora citada, son,para mí, fango sin alma ni luz. Son mi partesin luz que debo iluminar y que, gracias aellos, podría transformar en oro. El ser huma-no auténtico es el que mira a las estrellas.También en el fango y por el fango del queprocede”. Y, un buen bienhechor es una per-sona auténticamente humana “que aspira ahacer el bien porque advierte su Belleza. Y vi-bra cada vez que el bien se cumple, experi-mentando una interna realización que, comoenergía estructurante, conecta junto a sumente, su cuerpo, su imaginario”. La gratitud tiene un gran valor educativo. DonBosco quiso que se manifestara hasta con unafiesta. Quien reconoce serenamente el be-neficio recibido, se reconoce a sí mismo y sucondición. Y esto le confiere identidad y li-bertad y capacidad de ser un buen bienhe-chor, una persona generosa que no sólo da,sino que también acepta recibir y se muestraagradecido.

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hechores pueden sentir envidia y sentirse de-pauperados por el éxito profesional o por elprestigio alcanzado por el beneficiado; otrostodavía pueden cerrarse en un triste resenti-miento y ser incapaces de encontrar sereni-dad y gusto en el dar.Sea como fuere, un don es un peso que notodos logran soportar serenamente y tantomenos por ello ser agradecidos. Cacciagui-da, en el canto 17 del Paraíso de la Divina Co-media, en relación a la acogida que experi-mentará en el exilio, dice a Dante: “Tú proba-rás sí cómo está de sal el pan del otro, y co-mo es duro camino/ el bajar y el subir por laescala ajena”.

Aprender de los ingratos

La experiencia de la ingratitud puede llevardaños irreparables, pero podría ser tambiénuna ocasión importante de crecimiento. LaAutora citada escribe: “He de agradecer a lasmuchas, demasiadas personas ingratas. Algu-nas de ellas lo han sido de forma verdadera-mente incomprensible, otras de modo deci-didamente indigno. Las he encontrado y lasencuentro continuamente en mi vida. Han si-do y son mis verdaderos maestros. De ellashe aprendido y aprendo cotidianamente to-do lo que ahora conozco sobre mis límites,sobre mis vacíos, sobre mis miserias, indig-nidades, incompetencias, ineficiencias”.La ingratitud puede ayudar a conocer mejorla propia humanidad y también la de losotros. El conocimiento profundo de uno mis-mo consiente mantenerse abiertos, disponi-bles, desinteresados y, contemporáneamen-te, contar con la parte oscura de uno; con-siente darse cuenta de que el deseo de ha-cer el bien contiene inconscientemente lapetición de recibir un reconocimiento y es-to lo puede sentir el otro como un peso ex-cesivo. A veces, obligado por la necesidad,uno puede demostrarse agradecido, pero sesiente excesivamente el peso del beneficioque considera como resarcimiento de la pri-vación, puede o ignorar al bienhechor o di-


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SI EL INVIERNO DIJERA:TENGO EN EL CORAZÓN LA PRIMAVERA, ¿QUIÉN LE CREERÍA?

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canto a la vida

canto a la vida

LA VIDA, CUALQUIER LENGUAJE EMPLEE,EXPRESA SIEMPRE LA VIDA

MARY HASKELL

Pintura de Emanuela Colbertaldo

canto a la vida

DEL AMOR BROTA LA VIDAY LA VIDA DESEA Y PIDE AMOR

KAHLIL GIBRAN

Lecturaevangélicade los hecho

scontemporáneos

Vivir con pasión Mara Borsi

La Espiritualidad Salesiana anima a los jóvenes a afrontar los retos y las demandas de la vida cotidiana con alegría y sacrificio. Es una espiritualidad que les encuentraen su nivel y sabe como identificar el movimiento del Espíritu en sus corazones.

Hoy vivimos una estación que parece distin-guirse por el mito embriagador de la eficien-cia y de la calidad; si estás en lo máximo delas prestaciones, cuentas; si no lo estás, nocuentas. La vida ha de ser bella, perfecta, inteligente,rica de éxito, la vida cuenta si aparece. Consecuencia de esta visión de la existenciaes la reproducción de máscaras. Se hace detodo para que no aparezca la fragilidad, ladebilidad, el límite.La espiritualidad salesiana educa a amar lavida en su integridad, con sus luces y sussombras, como también con su lentitud; si laniegas pierdes el color y el sabor de la vida,la auténtica, se entiende.Juan Bosco y María Mazzarello, a través desus hijos e hijas y todos los que compartenla misma espiritualidad, hoy también ense-ñan a innumerables muchachas y mucha-chos a vivir con pasión, a leer la página de lavida que están viviendo, el rostro de quienestán encontrando, la emoción que les estározando, en una palabra a estar presentes enlo que hacen. Presentes en el fragmento devida que acontece. En la escuela de la encarnación de un Dios

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que ha habitado el fragmento, ha vivido ennuestra pobreza y debilidad, quien vive laespiritualidad salesiana cree en la presenciade Dios que circunda continuamente deamor y de protección a sus hijos, reconoceque no hay necesidad de desprenderse dela vida ordinaria para buscar su rostro. Antesbien es precisamente allí donde lo encontra-mos.Asumir con coherencia el aspecto ordinariode la existencia; aceptar los retos, los inte-rrogantes, las tensiones del crecimiento,buscar la recomposición de los fragmentosen la unidad realizada por el Espíritu en elBautismo; actuar para la superación de lasambigüedades presentes en la experienciacotidiana; fermentar con el amor cada op-ción; este es el paso obligado para descubriry amar lo cotidiano como una realidad nue-va en la que Dios actúa en su misericordia ymagnanimidad.

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Los retos y las preguntas de la vida cotidiana

Nueve horas, clase de Religión conlos alumnos de 5º grado de la escuelaelemental. La profesora ve una manolevantada y da la palabra al jovencísi-mo estudiante que empieza: “¿Cómose hace para salvar un alma?”. La profesora tiene un escalofrío en laespalda. La pregunta llega y descon-cierta el plan de la clase. Hay un silen-cio, los ojos de los alumnos correndel rostro del compañero al de la pro-fesora. Asombro, espera de una res-puesta.En la mente de la maestra muchospensamientos se amontonan, correnrapidísimos, brota del corazón una in-vocación al Espíritu. “¿Cerrar rápida-mente la cuestión e ir a la lección pro-gramada o recorrer el camino de loinesperado?”.Empieza a narrar la historia de LauraVicuña muchachita que ofrece sus su-frimientos y también la vida para quesu madre se convierta a las exigenciasdel Evangelio.A un cierto punto la maestra pide asus estudiantes que cierren los ojos ypiensen en alguien que conocen quepodría tomar una decisión equivoca-da para la propia vida.La maestra acosa: “¿cómo os sentís?,¿por qué os sentís así?”Empieza un compartir que lleva a losalumnos a expresar preocupacionespor familiares, amigos, conocidos. Un

diálogo vivaz y cada vez más profundoque, poco a poco, lleva a comprenderque la preocupación está enraizada en elamor.La maestra hace entender que éste es elmismo amor que Laura Vicuña tenía porsu madre. Para salvar un alma, por lo tan-to, podemos ser generosos como ella, ya través de esta generosidad se puedeponer una especial intención por la con-versión de los que amamos.Una nueva mano levantada, el estudian-te para hacer más solemne lo que estápor decir se pone de pie: “Esto significaque ¿hemos de dar nuestra vida para sal-var un alma?”.La maestra explica que no todos estamosllamados a dar la propia vida como Jesús,Laura y muchos otros testimonios delEvangelio, pero podemos ser generososde muchas otras maneras, e inicia conuna ráfaga de ejemplos, de situacionesconcretas que a partir de la vida cotidia-na hablan de disponibilidad, de sacrifi-cio, de atención a los otros.Ayudar a los hermanos y a las hermanasmás pequeños en las tareas asignadaspor la escuela, ofrecer la propia disponi-bilidad para limpiar la casa de los abue-los, etc., los ejemplos parecen no acabarnunca.Y así acaece que, en un día fresco de oto-ño, los estudiantes del 5º grado de unapequeña escuela elemental católica en elSur de Estados Unidos, recogen el reto deser más generosos, van más allá de unaclase sencillamente esperada y vivida.

Jeanette Palasota fma, Estados Unidos

toral de los eventos, de los que la JMJ es elvértice, con la pastoral de la vida cotidiana, esdecir, con la propuesta de itinerarios educa-tivos que favorecen la interiorización de la fe,se ha hecho cada vez más clara en estos años.Sin embargo, se sigue experimentando unaabertura (gap) entre la experiencia fuerte delas grandes convocatorias, y pensando en laexperiencia salesiana, por ejemplo, las delMovimiento Juvenil Salesiano realizadas aho-ra en todos los contextos, y lo cotidiano. Per-siste una cierta dificultad para acompañar alos jóvenes en la experiencia universitaria, enel mundo del trabajo, para los pocos que lo-gran entrar ahí, para interceptar la realidadjuvenil, sobre todo, la que está en la periferiade los grandes eventos.

Entrar en la noche

El Papa Francisco hablando de los jóvenes alos obispos brasileños dijo: “Sirve una Iglesiaque no tenga miedo de entrar en su noche,capaz de encontrarles en su camino en gradode insertarse en su conversación”.No se puede ignorar la noche de las mujeresy de los hombres de hoy, hacia los que laIglesia está llamada a encaminarse sin temo-res y prejuicios. Un mandato a respetar y he-cho concreto por el hecho de que Franciscoha elegido la JMJ de Río de Janeiro para decira todos los creyentes en Jesús que están lla-mados a ser servidores de la comunión y dela cultura del encuentro, sin ser presuntuo-sos, guiados por la humilde y feliz certeza dequien ha sido encontrado, alcanzado y trans-formado por la verdad que es Cristo y nopuede no anunciarlo.

JMJ: etapa de un largo caminoMara Borsi, Palma Lionetti

El mensaje clave de la JMJ de Río, que ha sido nueva en la forma y en la sustancia, es el hacerse compañeros de viaje de los jóvenes, que como los discípulos de Emaús, aparecen desconfiados para con una Iglesia percibida distante. Hacerse compañeros de camino hablando de Dios a través de los gestos del compartir.

Las palabras y los gestos del papa Franciscoen el curso de la JMJ de Río de Janeiro han re-velado al mundo algo de la ruta que entiendetrazar para el futuro de la Iglesia.Los jóvenes no constituyen una realidad porsí sola, son parte integrante de la sociedad; elPapa lo ha demostrado personalizando elprograma de una JMJ heredada por otros. Lasetapas en el centro de cuidados y rehabilita-ción para tóxico-dependientes, la visita a unade las más de 1.100 favelas de la ciudad, el en-cuentro con ocho detenidos, dos muchachasy seis muchachos, han querido decir quetambién las nuevas generaciones no estánexentas de contar con el dolor, el límite, lapobreza, el pecado, el delito, la pena, el res-cate personal y social.El mismo Papa trazando el balance de estegran evento ha recordado a todos que lasjornadas mundiales de la juventud no son“fuegos de artificio”, momentos de entusias-mo fin a sí mismos, sino etapas de un largocamino.En los agentes de pastoral juvenil el conoci-miento de la importancia de conjugar la pas-

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El Papa ha ofrecido a los jóvenes un ejemplopersonal, una indicación concreta de cómovivir como cristianos, hoy, poniendo en pri-mer lugar a los que sufren, a los excluidos, alos olvidados, a los descartados por la socie-dad. El mensaje ha llegado fuerte y claro.

Qué queda después

Martina 18 años:”Me esperaba mucho, perohe encontrado más. Me he llevado a casa unacarga formidable. Como catequista, a mis ni-ños, quiero comunicar lo que he vivido”.María Elena, 20 años: “Me quedan las ganasde sonreír y comunicar amor. Pero sobre to-do los objetivos claros: no cesar nunca debuscar con la fe y servir al prójimo en lo coti-diano”.Clara, 19 años: “He entendido que el PapaFrancisco cree en nosotros, en una genera-ción sofocada que no tiene manera y espaciopara expresarse. Él nos ha dado confianza sinsi y sin pero. Confianza es el tesoro que mequeda”.Gabriel, 22 años: “La alegría y el conocimien-to que ahora nos toca a nosotros”.Fausto, 25 años: “Bajad de los balcones, nosha dicho el Papa. Esto me da el coraje de nohacer de espectador”.Lucas, 28 años, educador: “Compromiso, tra-

bajo pastoral, cotidianidad. Conocimientoque lo que se hace no es para nada inútil odemasiado pequeño, sino que hace mejorun trozo de mundo.Compartir la vida en nuestras casas, en losambientes educativos, en los momentos or-dinarios que, a veces sucede, se hacen ex-cepcionales, porque brillan de sencillez y deamor. Oasis de sentido en los desiertos de labanalidad, sonrisas, abrazos, gestos quemuestran el signo del amor de Jesús”.

En la vida de todos los días

Para conjugar los grandes eventos en la vidacotidiana, para proyectar de forma sensata lapastoral juvenil es necesario insistir en lacentralidad de la figura de Jesús. Es la huma-nidad de Jesús la que “enseña a vivir” y edu-ca nuestra humanidad. Leer junto a los jóve-nes, como comunidad creyente, los Evange-lios, buscando qué humanidad mueve a Je-sús en sus encuentros con los otros, cómohabla Jesús, qué vida interior revela. Por lotanto, testimoniar la fe es mostrar la fe comocamino del sentido, capaz de dar sabor, di-rección y significado a la vida de los jóvenes.

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En lugares abandonadosnosotros construiremos con ladrillosnuevos, hay manos y máquinasy arcilla para nuevos ladrillosy cal para nueva argamasadonde los ladrillos han caídoconstruiremos con piedra nueva, dondelas vigas están marchitas construiremoscon nueva madera, donde palabras noson pronunciadas construiremos connuevo lenguaje, hay un trabajo comúnuna Iglesia para todos, y un empleo paracada uno, cada cual a su trabajo.

Thomas Stearns EliotCoros desde “La roca”

sólo a los trabajos en casa sin darles voz. Por lotanto alfabetizar a las mujeres es absolutamen-te necesario para darles conocimiento de laspropias potencialidades.Sor Anna Thekkekandathil, fma de la Inspec-toría INK nos narra: “Viendo las condiciones deextrema pobreza de las mujeres, de los jóvenesy de los niños en los varios estados de la India,especialmente en Kamataka, Andhra Pradesh yKerala, en los barrios pobres, slum, y en las al-deas, hemos dado vida a una ONG llamadaCentro para el Desarrollo y Delegaciones, Em-powermentde las Mujeres, (CDEW), para pro-mover la condición de las mujeres a través dedistintas intervenciones y actividades”. Como en toda la India, las Hijas de María Auxi-liadora aquí han elegido aliviar la pobreza y pro-mover la alfabetización a través de una campa-ña en la que las mujeres adquieren habilidadesde base para hacer sus vidas más sostenibles.Para las FMA las mujeres constituyen el papelganador para hacer desaparecer la pobreza ymejorar el estándarde vida de la familia en tér-minos de alimento, cuidados sanitarios e ins-trucción de los niños. Se trabaja para su digni-dad y sus derechos a través de la promoción dela autoconciencia, la participación social, la ins-trucción, la formación cultural, la autonomíaeconómica y la asistencia sanitaria.El CDEW, es el órgano de acción social oficialde las FMA de la Inspectoría. Nació en el 2003como una organización de voluntariado y pla-nifica su trabajo siguiendo cinco estrategias deempowerment: en la organización, en la ins-trucción, en la autosuficiencia económica, enel cuidado de la persona y en la capacidad detomar decisiones.

Unidaspara una sociedad mejorAnna Rita Cristaino

“Creo firmemente que la salvación de la India depende de la abnegacióny de la emancipación de sus mujeres”(M. Gandhi).

Este año la sección “Una mirada sobre el mun-do”, será un diario de viaje, con la narración deencuentros y la escucha de historias que nosabren a las distintas culturas del mundo. La pri-mera etapa es Bangalore, en India.Visitamos esta ciudad y los Estados de Karnata-ka, Andhra Pradesh, y Kerala con la intenciónde mirar a esta tierra a través de los ojos de lasmujeres…esto nos da la posibilidad de entraren esta gran Nación con una perspectiva ricade instigaciones y sobre todo nos da la posibi-lidad de captar cuán importante es su contri-bución para el crecimiento de este País. Bangalore es la capital del estado de Karnatakaen la punta sur-occidental de la India. Sólo el28% de Bangalore es urbano y la mayor partede su población se basa en empresas agrícolas.La diferencia económico-cultural se hace cadavez más grande y el apuntar sobre las tecnolo-gías de alto nivel respecto a los principios de laeconomía agraria ha dado dos caras a la mismaciudad. La primera es vibrante, innovadora y ex-tremadamente moderna, muestra el éxito deuna nación en desarrollo. La segunda hace vergente que vive al margen, por la calle, con ser-vicios públicos inadecuados y con enormes di-ferencias de renta, con poca salud y oportuni-dades.Los que sufren esta situación son en particularmujeres y niños. Para las mujeres se trata de lu-char contra la pobreza, pero también contra lasdiscriminaciones de quien las quisiera relegar

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go cuatro hijos: tres muchachas y un mucha-cho. En aquel tiempo el último tenía sólo seismeses. Cuando vivía mi marido, yo no salía ca-si nunca de casa, ni siquiera para ir al mercado.Algunos de mis vecinos me habían aconsejadoque vendiera el horno y comprara búfalos pa-ra ganar para vivir. Con niños tan pequeños tu-ve que luchar para sostener a mi familia. Luegouna de las organizadoras del Centro de Desa-rrollo de las Mujeres “Auxilium Akhila Vikas”,la señora Rani vino a visitar a mi familia. Me ha-bía pedido que formara parte de su Grupo deAutoayuda para poder poner dinero aparte yluego recibir un préstamo del grupo y del ban-co. Convertida en miembro del grupo ganéconfianza en mí misma y empecé a apreciar elvalor del trabajo duro. Después de 6 meses co-

En nuestro viaje encontramos a mujeres delrostro marcado por el sufrimiento y por el do-lor, pero también por la determinación de ha-cer algo que haga mejor su futuro y el de sushijos. Mujeres cuya mirada es intensa, que co-nocen el valor de cada instante de la vida, quehan transcurrido momentos difíciles, pero quehan sabido levantarse de nuevo encontrandoen sí mismas la fuerza para mejorar las propiascondiciones.Entre éstas está Mahalakshmi: “Vengo de la al-dea Palipalem en Kottapatnam Mandal. Mis pa-dres han dispuesto para mí un matrimonio con-venido aquí en Mahendra Nagar, Ongole. Mimarido poseía un horno para la producción delos ladrillos. Un día durante un litigio con unvecino, fue apuñalado y murió de golpe. Ten-

con desprecio. Mi marido trabajaba en un ne-gocio como tenedor de libros, y yo era mujerde mis labores. Me sentía fuertemente desmo-ralizada y no recibía ayuda de nadie. Un día,una de las hermanas del Centro de Desarrollode las Mujeres “Auxilium Akhila Vikas”, junto auna organizadora de la comunidad, vinieron avisitar a mi familia y me aconsejaron formar par-te del Grupo de Autoayuda Laxmi. Poco a po-co pude superar mi dolor y ellas me animarona encarrilar un pequeño negocio. Por lo tantotomé un préstamo y compré arroz al por ma-yor para venderlo al detalle. Después de haberreembolsado el primer préstamo los miembrosdel grupo me aconsejaron que cogiera otro, yasí pude agrandar mi negocio de arroz. Ahora,con el trabajo duro, me he dado cuenta de mipotencialidad interior y he mantenido buenasrelaciones con mis vecinos. He encontrado mu-chos clientes a los que vender el arroz. Si bienno soy ya tan joven, he decidido adoptar unaniña. Aunque mi marido y muchos de mis ve-cinos me habían criticado por esta decisión. Yoles he retado diciendo que cada día con la ven-ta de los pocos paquetes de arroz podría criara la niña. Poco a poco mi marido ha cedido. Hellamado a mi hija Sri Harsavardhini. Ahora tam-bién mi marido es feliz de tener esta hija y laquiere mucho”.También Sor Padma Latha trabaja en los centrosde desarrollo y comparte con nosotros su ex-periencia: Las mujeres han adquirido poder yconocimiento. Han salido de su esclavitud.Ahora son independientes y son capaces depensar en ellas mismas. Han adquirido muchashabilidades para mejorar la propia vida. Son ca-paces de motivar a sus hijos para ir a la escue-la dándose cuenta de sus capacidades y tute-lando sus derechos. A través de los grupos deSHG, las mujeres han crecido en todos los ni-veles y han adquirido seguridad, autoestima yconfianza. Tienen más conocimientos y espe-ranzas. Hoy las mujeres son más libres, y pue-do decir que el camino hecho con estas muje-res ha sido un camino de liberación”.

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gí mi primer préstamo por el grupo y compréotro búfalo. Mandé a mis hijos a escuela, aun-que cuanto más adelante iban con el estudiomás costoso se hacía. Con la ayuda de otropréstamo del banco pude comprar otro búfa-lo. Actualmente tengo tres búfalos de los quepuedo ganar una renta regular para cuidarmede mi familia. Antes, vivíamos en una cabaña,pero poco a poco logré construir una casa deladrillos. Dos de mis hijos continúan sus estu-dios, dos hijas se han casado. Formar parte delgrupo me ha ayudado a tener confianza en mímisma, a crecer en la dignidad y a trabajar sintener que depender de los otros para ir adelan-te en la vida. Al inicio era muy tímida, luego to-mando conciencia de mis potencialidades, hesido capaz de hablar delante de la gente, decirmi pensamiento y narrar mi historia”.También Sagunaes una mujer decidida, que hatenido que luchar para hacerse aceptar y parademostrar que no obstante la imposibilidad detener hijos, su vida no era inútil. “Ahora soy lí-der del Grupo de Autoayuda Laxmi. Hace 25años que estoy casada. No he tenido hijos y poresto todos mis vecinos y mi suegra me miraban


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En el curso de los años el CDEW ha lleva-do a efecto con éxito diversos proyectosy programas: la formación y el crecimien-to de alrededor de 700 Centros de Autoa-yuda que forman una federación; Progra-mas de generación de Renta, construc-ción de casas, escuelas, programas de pro-moción de la alfabetización para niñospobres en tres Estados alcanzando alre-dedor de 3000 niños, programas de pre-vención e información sobre el VIH/SIDA.La construcción de más de 500 pozos pa-ra recoger el agua de la lluvia, programaspara niños excluidos de la escuela. Diezmil personas curadas del alcoholismo conlos grupos de los Alcohólicos Anónimos.El trabajo de los CDEW de Bangalore senarra en el vídeo de Misiones Don Bos-co “Unidas para una sociedad mejor”.

Informacionesnoticias nove

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del mundode los media

ción, la administración, la formación. En uncontexto caracterizado por la incertidumbrey por la complejidad, para adquirir visión deconjunto es necesario unirse, y expresaruna visión dinámica de las relaciones, apun-tar a la interdisciplinariedad, al trabajo deequipo, al compartir los conocimientos, pa-ra superar los límites de un saber sectorial,de una visión parcial y estática de la reali-dad, de los problemas, de las ideas y de laconfrontación. Conectar dice el actuar comunicativo en eltiempo de la Red: conexiones con o sin hilosque unen dos o más extremos tanto a niveltécnico, como también de personas: ideas,convicciones, emociones, acciones. Son lasrelaciones que están en el centro del sistemay del intercambio de los contenidos, cadavez más unidos a quien los produce o los se-ñala. Hay que comprender que conceptoscomo persona, autor, relación, coherencia,

ConectarMaría Antonia Chinello

En la comunicación, como en la nueva evangelización, es determinante dejar abierto el canalpara establecer la escucha recíproca, presupuesto del diálogo.

El diccionario de la lengua italiana en la voz“connettere” explica que significa: “Unir doso más cosas; unir las ideas, ponerlas en unasucesión lógica, poner en contacto una cosacon otra; poner en relación una cosa conotra; razonar; unirse el uno al otro; unirsecon alguien”. Las definiciones proceden delponer en sucesión o en relación objetos,ideas a la unión entre las personas. En el horizonte contemporáneo, empresasprivadas, organizaciones, entes públicosprefieren cada vez más el acercamiento sis-temático en el estudio, en el proyectar y enel desarrollo de soluciones para la marca-


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responsabilidad, amistad, intimidad, otrascosas, prójimo…se desenvuelven precisa-mente con la llegada de la Red.La conexión dice disponibilidad a entrar encontacto, a tener abierto el canal, a estarpresentes con sonidos, SMS, post y tweet:“uno-a-uno-siempre-disponible”, “todos-siempre-alcanzables”.Si la conexión no tiene un enganche con larealidad, el reverso de la medalla es la con-clusión, porque: “Si la Red llamada a conec-tar, en realidad termina por aislar, entoncesse traiciona a sí misma, su significado. El nu-do problemático consiste en el hecho deque conexión y compartir en la red no seidentifican con “encuentro”, que es una ex-periencia muy comprometida a nivel de re-lación”.La conexión está llamada a ser espacio decomunión, allanando el camino a nuevos en-cuentros, asegurando siempre la calidad delcontacto humano.

Conexión lugar de comunión

La existencia del hombre se “dice” no por elaislamiento y por la autosuficiencia, sinoúnicamente por la vida de relación con suCreador, constitutiva de su ser más profun-do. Dios mismo no es soledad, sino relaciónporque es “amor” (1Jn 4,8). Relación, amor,significan vida: Dios ha hecho existir al hom-bre para hacerlo partícipe de su misma vida.La conexión expresa la Red como el contex-to en el que la fe está llamada a expresarse,no por una sencilla voluntad de “estar ahí” si-no por una connaturalidad del Cristianismocon la vida de los hombres.Como Jesús, el Verbo que “ha cumplido sumisión descendiendo, calándose en cada os-curidad nuestra, con humildad y con un pro-fundo amor por los hombres, por todos no-sotros pecadores. Entonces, también la Igle-sia no podrá seguir otro camino que el de lakénosis para revelar al mundo el Siervo delSeñor” (Comunicar el Evangelio en un mun-do que cambia, 63).

WhatsApp MessengerEs una aplicación de mensajería instantáneamóvil pluri-plataforma que consiente inter-cambiarse mensajes con los propios contac-tos sin tener que pagar los SMS. WhatsAppMessenger está disponible para iPhone,BlackBerry, Android, Windows Phone y No-kia. Se pueden intercambiar mensajes, com-partir fotos, vídeo, registros audio y realcesde la propia posición geográfica con cual-quiera que tenga un smartphone conectadoa la Red. Porque se sirve del mismo abono In-ternet empleado por los e-mail y la navega-ción web, no hay costes añadidos para man-dar mensajes y quedar en contacto con lospropios amigos. La aplicación se pone al díaperiódicamente en las distintas plataformas,mejorando las ofertas y las oportunidades.También esta aplicación, que se propagaentre los jovencísimos (y no), exige res-ponsabilidad en el uso y en la producciónde los contenidos. No faltan casos de cró-nica donde muchachos y muchachas di-funden, a veces inconscientemente, dispa-radores automáticos, vídeos, mensajescomprometedores para sí y para los de-más. Cuanto se quiere que sea reservado,acaba en cambio por viajar en la Red y nose detiene más. Las consecuencias noscuesta trabajo imaginarlas.


La Iglesia es casa y escuela de comunión,morada hospitalaria que hace espacio, lle-vando “los pesos los unos de los otros”,abriéndose al diálogo y no cerrando el con-tacto, porque “Lo que hemos oído… os loanunciamos, para que también vosotros es-téis en comunión con nosotros… Os escribi-mos esto para que nuestro gozo [de noso-tros y de vosotros todos} sea completo“(1Jn1,1-4). Es gracias a la escucha, a la experienciay a la contemplación del Verbo, como nues-tra vida y nosotros mismos somos transfor-mados para ser capaces de comunicar cuan-to hemos [email protected]

do por una bala, mientras un día volvía haciacasa. Ahora la mujer está sola con el segundoniño nacido hace poco afortunadamente sa-no y salvo porque asistido por un grupo hu-manitario. Durante el ataque terrorista del Westgate enNairobi en Kenia, dos novios habían ido a ha-cer las últimas compras para el matrimonioprevisto exactamente dos semanas después.Mientras estaban adquiriendo los anillos fue-ron sorprendidos por los terroristas. Ambosfueron asesinados. El joven es hijo único deuna madre que lo había criado ella sola.Dos episodios que hablan de dolor desgarra-dor consecuencia de sistemas que han olvi-dado lo humano para sustituirlo con el odio,la injusticia, la venganza y la violencia.Hoy hay la certeza de que el sistema modela-do sobre el hombre económico ha fallado. Lacrisis económica que estamos viviendo es untiempo oportuno para tomar en considera-ción caminos alternativos. Dice Riane Eisler:“Está más claro que nunca que algo está pro-fundamente equivocado en el sistema eco-nómico dominante de hoy, algo está erradoen su mismo ADN. Se necesita una transfor-mación radical”.

Los niños: punto de partida de la economía

La economía del cuidado de Riane Eisler estan original como humana, conmovedora ydirigida hacia el futuro. La autora proponepensar en una nueva economía poniendo laatención no en los bolsillos, en el gravamen,en los derivados o en los otros instrumentosfinancieros, sino en los niños. Las políticas y

El reflejo de la ternura en la economíaBernadette Sangma

Escuchar los pensamientos y las propuestasalternativas de algunas mujeres en el sectorde la economía mundial en un momento defuerte crisis, nos hace pregustar la capacidadde rescate de la lógica femenina. Éstas ofre-cen orientaciones inéditas para transitar poruna economía organizada en torno a los inte-reses individualistas, competitivos y centra-dos en la ganancia, a la de la economía decuidado expresado en términos de ternura yde atención a la medida de las personas y nodel mercado o del provecho. Es la economíade cuidado de Rianne Eisler.

El camino alternativo de las mujeres

Mirando al mundo de la actual crisis econó-mica financiera, muchas mujeres estudiosasy activistas hacen su análisis de la situación yconcuerdan que en la raíz de todo queda unsistema individualista centrado en las priori-dades falaces, en el poder opresivo y no fun-cional. Tal sistema ha ignorado las necesida-des humanas fundamentales causando lamarginación de una amplia categoría de per-sonas y engendrando el aumento de la po-breza, de la degradación ambiental, de la vio-lación de los derechos humanos y de la faltade igualdad. Otras consecuencias son la es-calation, la escalada de la guerra, del terroris-mo y del conflicto violento que vemos en to-das las partes del mundo. Por desgracia, haypersonas inocentes con nombres y apellidoscuya vida está quebrada de forma irreversi-ble. Cito dos ejemplos.En Siria, una mujer con su pequeño huyó ha-cia la frontera del Líbano. Está en el novenomes de embarazo. El marido ha muerto heri-

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las prácticas económicas han de tener comopunto de partida el bienestar de los niños ysu validez debería estar medida por los si-guientes indicadores: la salud de los niños,su acceso a la educación, la calidad de la vida.

Hacia una economía del cuidado

Riane Eisler delinea algunos pasos para cami-nar hacia una economía sostenible en armo-nía con la naturaleza. El modelo que ella pro-pone se funda en el principio de compañíamanifestando que éste orienta hacia la cons-trucción de relaciones de respeto recíprocoy de (accountability) responsabilidad.El primer paso que Riane sugiere es el deaprovechar el momento actual de pérdida yregresión como oportunidad para volver aformular la economía. Riane sugiere pensarmás allá de las categorías sociales y económi-cas como el capitalismo, el socialismo y losotros ‘ismos’. En efecto, dice citando a Eins-tein, que no podemos resolver los proble-mas con la misma lógica del sistema que losha creado.

El paso importante será el de poner los fun-damentos para una economía del cuidado.Esta se apoya en la convicción de que la ver-dadera riqueza de las Naciones no se basa enlos medios pecuniarios. La verdadera riquezade las Naciones, en cambio, está constituida¡por el pueblo y por la naturaleza!Luego pasa a sugerir lo que podría llamarseel corazón del modelo que propone, es de-cir, el desarrollo de nuevas medidas econó-micas que den visibilidad y valor real al traba-jo de cuidado de las personas y de la natura-leza. Citando a los Estados Unidos, Riane di-ce que se paga a un hidráulico por 50 a 100dólares por hora, mientras las niñeras son pa-gadas como media a 10 dólares por hora. Di-ce Riane con mucho énfasis que esta diferen-cia no es lógica sino patológica porque cuan-do las necesidades humanas son descuida-das, crece la desesperación y la destrucciónecológica con las derivadas tensiones socia-les y los conflictos. Uno de los pasos importantes para esta eco-nomía del cuidado es la valoración de las mu-jeres. Citando la indagación titulada “Muje-res, hombres y la calidad global de vida”, endonde se han tomado en consideración losdatos estadísticos de 89 Naciones que mani-fiestan la categoría de las mujeres en relaciónal índice de la calidad de vida, Riane afirmaque el estudio ha manifestado que el estadode la mujer constituye el mejor índice de lacalidad de la vida.Riane Eisler es una mujer de gran actualidad.Leer sus publicaciones es respirar la frescurade un pensamiento diferente. Sus libros“Bambini di domani. Il piano per un partena-riato nell’educazione nel ventunessimo seco-lo” y “La vera ricchezza delle nazioni” podrí-an ofrecer muchas ideas a las comunidadeseducativas en la realización de una educa-ción y de una economía de transformaciónradical.

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WALKOLDApor Lucía Puenzo – 2013

Dora María Eylenstein

En el verano de 1960, un médico alemán(Alex Brendemühl) conoce a una familiaargentina en la región más desolada de laPatagonia y se suma a ellos en caravanapor la ruta del desierto. El viajero no esotro que Josef Mengele, uno de los cri-minales más grandes de la historia. Estafamilia revive en él las obsesiones rela-cionadas con la pureza y la perfección.La fascinación entre Lilith, adolescenteen pleno despertar sexual, y el viajeroes mutua. El extraño llega a San Carlosde Bariloche y Enzo (Diego Peretti) yEva (Natalia Oreiro) lo aceptan comoprimer huésped de la hostería que po-seen, desconociendo la verdaderaidentidad del alemán. Los anfitriones, sedu-cidos por la distinción, el modo, el sabercientífico y las ofertas de dinero del extrañopersonaje, no dejan de tener ciertas inquie-tudes.

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que mapuche Lautaro, que se levantó con-tra la conquista española.¿Ambiguos? Distinta escritura pero un mis-mo reclamo: respeto por la vida.Si bien hay quienes no están de acuerdocon el título del filme, se entiende el porqué del mismo una vez vista la película.Hasta se puede afirmar que el título sequedó corto ante las diferentes experien-cias y sensaciones por las que transita elespectador. Paradójicamente, en medio deun paisaje de exuberante belleza y pujan-te vida se desarrolla un argumento demuerte.El filme presenta variedad de tramas perono todas las esbozadas logran pleno desa-rrollo, algunas quedan truncadas.La película entra primero por los ojos. Lafuerza del paisaje patagónico y la fuerza dela transparencia de los personajes lugare-

“Wakolda” no es una película para las mul-titudes, pero es un filme diferente, perso-nal, bien contado. Desde el minuto uno,atrapa. Pone nervioso y provoca bronca. Lahistoria es buena, precisa. Basada en unanovela de Lucía Puenzo, directora del fil-me, combina la audacia con las referenciashistóricas, trama que atrapa al espectadoren un clima cautivante y siniestro.¿Qué significa “Wakolda”? Según la histo-ria es el nombre de una muñeca que seráintercambiada por otra muñeca con un se-creto escondido en su interior. También eldiccionario nos refiere a “Guacolda”, nom-bre que rememora el de la mujer del caci-

ños recrea y atrapa. Contrasta con la deMengele, obsesionado con recrear los ex-perimentos nazis en Ana y sus hijos.“Wakolda” describe la relación entre Men-gele y la familia que lo acogió, en especialcon la púber con la que estableció un vín-culo particular.El doctor Josef Mengele personaje sinies-tro, tras treinta y cuatro años de impunidadmurió en 1979. Según señala la historia, re-alizaba ensayos científicos en “conejillosde indias” humanos por lo que se le apodócomo “el ángel de la muerte”, suerte quecorrió la familia argentina al abrirle laspuertas sin saber su verdadero nombre, nisu historia, sin saber que conviviría con


uno de los criminales nazi más buscados.Su carisma es tan abrumador como lo ma-cabro de su mirada. El hombre, que asegu-raba que la mezcla contamina la sangre, re-alizó experimentos humanos con hormo-nas y no pierde de vista a Eva, que está em-barazada.

Más allá de la trama del filme, “Wakolda”regala una serie de elementos que montanun escenario rico de situaciones con lasque a diario nos enfrentamos, que noscuestionan y que debemos resolver. Entre otras, Menguele desciende en tierraspatagónicas desde un hidroavión, ¿es luga-reño? ¿de dónde viene? ¿quién es? ¿qué fi-nes lo llevan a un lugar tan lejano como laPatagonia? ¿cuáles son sus fines? ¿qué setrae entre manos? ¿Qué intenciones guar-da en la relación que mantiene con Li-lith, de 12 años, con problemas de creci-miento? ¿qué lo hace gozar? ¿por qué la/smuñecas?La mirada de Eva, madre de Lilith, haciaMenguele es de misterio y disconformi-dad, como si intuyese que algo no está deltodo bien… Enzo, el papá, parece tener lamisma desconfianza, pero no emite opi-nión. ¿Por qué no verbalizar lo que vemosy sentimos? ¿Por qué no compartirlo?Menguele irrumpe en la vida de una fami-lia, pide albergue, ofrece significativa sumade dinero -abona seis meses por adelanta-do- y se asegura su estadía en la hostería,¿entiende pagar un servicio o comprar

sentimientos y consentimiento? El matri-monio desconfía del personaje; no obstan-te, la oferta monetaria desplaza la intuicióny acceden… Gran “caballero” don dine-ro… ¿siempre nos puede? Josef Meguele estudió Medicina y Antro-pología en las universidades de Múnich yFrankfurt. Se doctoró en Antropología, so-bre las diferencias raciales en la estructurade la mandíbula; en Medicina con una te-sis doctoral titulada “Estudios de la fisuralabial-mandibular-palatina en ciertas tri-bus”. Sus conocimientos los aplicó anali-zando, estudiando, torturando y ejecutan-do a miles de prisioneros en el campo deconcentración y exterminio de Auschwitz,Polonia. En lo personal, nos esforzamos ypreparamos, hacemos carreras de especia-lización, ¿en vista a dignificar la propia vi-da y la de los demás o para usar al otro,aprovecharnos de su desconocimiento, in-cultura, inconsciencia, analfabetismo,inexperiencia e ignorancia en beneficiopropio o para sostener nuestro capricho?¿Y qué proceder tenemos con la interiori-dad de quienes se nos confían?

PARA REFLEXIONAR

«Rompe tus pecados con obras de justicia, y tus iniquidades conmisericordia para con los pobres,para que tu ventura sea larga».

(Dn 4,24)

imagen de los distintos momentos del día. Losconsagrados y consagradas del primer mundoestaríamos en el crepúsculo, en cierto modo,hemos llegado al final de la jornada y sentimosla necesidad de sentarnos a reflexionar y pre-parar el nuevo día. En otros lugares reina la au-rora: en África y en el extremo oriente, dondeel cristianismo y la vida consagrada viven unafase de prometedor florecimiento. Y está la zo-na del mediodía, América latina, donde el cris-tianismo es una realidad vivida, testimoniadacon enorme dinamismo y compromiso y don-de la vida consagrada es aún joven. Estas páginas pretenden que la hora del crepús-culono se convierta en la hora de la nostalgia yel cansancio, del balance de cuentas y el cierrede actividades. Invita a leer toda la jornada e in-dica el camino para salir de la “renovación cojae incompleta”. La hipótesis de trabajo subyacen-te es que la recuperación en diversos niveles dela dimensión relacional puede constituir un ele-mento de novedad y renovación de la Vida Con-sagrada.

El principio de la “terceridad”

Me parece interesante el apartado que dedicaal “Tercero” divino, porque pone de relieve queuna relación interpersonal humana necesita unfundamento consistente que no es otro queDios mismo. Estamos hechos a su imagen, él esTrinidad, y el propio vínculo entre el Padre y elHijo, si careciera de su “Tercero”, entraría en laespiral involutiva del puro reflejo narcisista y delvaciamiento recíproco. Lo mismo, y más aún,sucede con la relación humana, desde la deamistad hasta la conyugal. La relación entre dosno es ley por sí misma.

Relacionarse para compartir:el futuro de la vida consagradaAMEDEO CENCINI, SAL TERRAE, SANTANDER 2003

María Dolores Ruiz Pérez

Han pasado diez años desde la publicación encastellano de este libro, pero dado el auge de lasrelaciones sociales a través de las redes que pro-mueven las nuevas tecnologías, convendría vol-ver a leerlo, o hacerlo por primera vez quien nolo conozca, porque en pocas obras como en es-ta se presenta un estudio a fondo de lo que esla dimensión relacional de la persona, enfocán-dola especialmente para la Vida Consagrada.Amedeo Cencini es un sacerdote canosiano co-nocido en todo el mundo por su labor comoprofesor de pastoral vocacional y de metodo-logía de la dirección espiritual. Desde 1995 esconsultor de la Congregación para los institu-tos de Vida Consagrada y las sociedades de Vi-da Apostólica. Entre sus obras traducidas al cas-tellano podemos citar: Vida consagrada: itine-rario formativo, 1994; Por amor, con amor, en elamor, 1996; Vida en comunidad: reto y maravi-lla, 1997; La vida fraterna, comunión de santos ypecadores, 1999; Amarás al Señor tu Dios, 2000;Los sentimientos del Hijo, 2000; Fraternidad, encamino hacia la alteridad, 2003; La verdad de lavida, 2008; Mirad al futuro (Por qué aún tienesentido consagrarse a Dios) 2013.El libro, fruto de la actividad de formación per-manente que Cencini había dirigido a religio-sos y religiosas en cursos anteriores, se articu-la en dos partes: la primera define y concreta,en su significado teórico, el sentido de la rela-ción; la segunda traza el recorrido que de la re-lación conduce al compartir, siempre en rela-ción con la Vida Consagrada.

La hora del Crespúsculo

Para describir la multiforme situación de la Vi-da Consagrada en el mundo, Cencini utiliza la

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La persona consagrada vive con su virginidadun tipo de relaciones para recordar a todos quesólo Dios puede llenar el corazón humano, yque la amistad y el afecto humanos perduran yson fieles cuando respetan ese espacio del co-razón humano que sólo el eterno Amante pue-de habitar. Son necesarios compañeros de via-je o testigos capaces de indicar dónde se en-cuentra el “Tercero” divino escondido en la re-lación humana. Ninguna relación debería reducirse a lo visibley subjetivamente disfrutable, a algo sutilmentemercantil, sin referencia alguna a lo invisible, aese “Tercero” invisible, y sin embargo, presen-te que constituye la más auténtica garantía derespeto al otro. La perspectiva ternaria es igualmente válidacuando se trata de la relación de la persona conDios; “quedarse ‘a solas’ con Dios” sin un Terce-ro al que pueda invocarse como Testigo, es pe-ligrosísimo” porque Dios es “aquel que se ocul-ta en sus huellas, que deja el tú y se hace terce-ra persona para que aparezca el otro, los otros”,es Dios quien prefiere esconderse en medio delas personas, como expresa la oración de unareligiosa: “Señor, tengo necesidad de ojos nue-

vos para reconocerte, desde el momento en quetú has tomado la costumbre de viajar de incóg-nito y parecer siempre …otro”. Sólo cuando elcreyente entra en esa lógica, se cierra el círcu-lo relacional, y la relación resulta de algún mo-do completa, abierta al misterio. La experienciade Dios nunca es tan falsa como cuando se cie-rra en una intimidad que, precisamente por es-tar privada de referencias, acaba manipulandolo divino. Ese incómodo tercero que, sin em-bargo es garantía de fe veraz y dimensión espi-ritual de la relación con el Trascendente, graciay oportunidad de crecimiento, paso obligadode la relación con el Eterno. El ser humano es elinevitable paso trascendente en la relación delhombre con Dios.

Fraternidad vs individualismo

La fraternidad brota únicamente entre quienesse reconocen engendrados por la misma reali-dad (o por la misma paternidad/maternidad), obien entre quienes comparten idénticos pun-tos de referencia. Cuanto mayor sea, pues, laidentificación con el carisma, tanto más tenaz yresistente será el lazo de fraternidad y amistad;o dicho de otro modo, cuanto más se sienta uno“hijo” de la inspiración carismática, tanto másse sentirá hermano de hermanos no elegidospor él, sino llamados por el mismo carisma, enuna fraternidad que no proviene de la carne yde la sangre, sino del Espíritu que es más fuer-te que los vínculos terrenos y carnales. El autor apunta que el conflictivo mundo denuestros días, debido a su “orfandad”, estánecesitado de este tipo de fraternidades ca-paces de desactivar y hacer converger todolo que humanamente podría dividir.El libro termina con el conmovedor testimo-nio del prior del monasterio de Ntra. Sra. delAtlas Tibhirine (Argelia), un inspirado testa-mento culminación de una vida que ha sabi-do testimoniar la fraternidad y saluda por an-ticipado a quien va a golpearlo para matarlocomo “amigo del último instante” en la espe-ranza de “encontrarnos de nuevo, ladronesllenos de alegría en el paraíso”.


En la tradición de Don Bosco contemplamosel teatro en primer lugar como juego: juga-mos teatro (como jugamos fútbol o ajedrez).Quien ha jugado teatro o lo ha dirigido algu-na vez, probablemente ha tenido la expe-riencia de que la fabricación de un productoteatral de buena apariencia exige un trabajodispendioso, con el cual las actrices, actoresy directores en general también aprendenmucho. Así, hacer teatro pertenece a aque-llas formas de actividad en las que jugar, es-tudiar y trabajar forman una unidad, con elpredominio inquebrantable del juego.

La más humana de todas las artes

Queda todavía otro problema básico por re-solver: ¿Cuándo se convierte en arte la ac-tuación teatral en un contexto pedagógico?En este caso la siguiente disposición es váli-da: una actividad humana consigue la cuali-dad de una actividad artística cuando la ejer-cemos de una manera estética, es decir, siconstruimos omodelamos algo escénico. Lalegitimación del teatro pedagógico se abrede su valor de formación y éste a su vez estáatado a la cualidad estética de la actuación.Esto ofrece al sujeto que juega un arregloconsigo mismo en el medio del arte. En estesentido ‘jugar teatro’ es una forma de auto-formación.En la sociedad posmoderna vivimos una ten-dencia a la estetización total de la realidad.Incluso el pensamiento y la acción pedagó-gica sucumben a este apremio. Los pedago-gos someten sus estrategias de instrucción ala estetización, escenificándolas o presen-tándolas de manera performativa. Otros

Los juegos teatralesen la formación artísticaSara Cecilia Sierra, Wolf Rüdiger Wilms

Con los artículos de esta rubrica dedicados al teatro, queremos alentar a los lectores a volverse hacia el vasto campo de los juegos teatrales y a aceptarlos como función pedagógica y artística significativa.

Naturalmente el teatro exige del ‘pedagogodel teatro’ competencias profesionales (eneste caso artísticas), didácticas y metódicas.Estos artículos quizá puedan contribuir, conlimitado alcance, a la adquisición de compe-tencia pedagógica teatral; sin embargo, laparte decisiva se encuentra en la formacióndirectamente práctica, que un artículo de re-vista no puede sustituir. Para aquellos lecto-res que cuentan con una historia de expe-riencia pedagógica teatral, estas reflexionespodrían ofrecer sugerencias sobre relacio-nes que reflejen mejor su propia práctica ysus modelos de razonamiento.

¿Jugamos teatro?

Si concebimos a la persona como un ser endesarrollo y marcado por la cultura, enton-ces vale la siguiente definición: Por cultura seentiende cómo la persona juega, aprende ytrabaja, con lo que las tres formas de activi-dad fundamentales quedan nombradas. Enla sociedad moderna tales formas de activi-dad eran concebidas como fases de la vidasistemáticamente consecutivas. En la socie-dad posmoderna de hoy se puede hablar, enel mejor de los casos, de actividades domi-nantes que acompañan la biografía de unapersona en sus varias etapas.

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transforman las aulas en talleres de estudiosy crean con eso un “decorado”. Dado que elteatro – al menos según Bertolt Brecht – es lamás humana de todas las artes, no es extrañoque se contemple como remedio universalque debe dar nueva vida a las escuelas quetransmiten contenidos lejanos de la realidad.

La magia del momento estético

El siguiente problema básico a aclarar estáen la pregunta sobre la relación del teatropedagógico con el teatro profesional. En losinicios de la extensión del teatro laico, delteatro con amateurs y del teatro pedagógi-co, la comparición de los laicos y los ama-teurs con los profesionales excitaba sensa-ciones de déficit y de inferioridad a los afi-cionados. En el pasado había y todavía haydirectores de teatro pedagógico que se es-fuerzan, con ensayo y presión, de acortar ladiferencia de calidad en los grupos laicos, locual sin embargo sale bien en casos excep-cionales. Por otro lado, los profesionales

ven en el “teatro civil” de los laicos y ama-teurs, o en ocasiones en el teatro pedagógi-co, una amenaza a su pretensión de mono-polio artístico. Sin embargo, la pedagogíade teatro se ha desprendido en gran medi-da del simple remedo del teatro profesionaly al menos en parte ha desarrollado unapropia estética cualitativamente distingui-ble de este, por la cual un público puedesentirse igualmente atraído.Antes de que un actor profesional entre enel escenario en ejercicio de su profesión,adquiere un poder artesanal voluminoso.En el teatro pedagógico también enseña-mos necesariamente a los niños y jóvenesaptitudes teatrales fundamentales. Una par-ticularidad estética del juego teatral en eltrabajo con jóvenes quizá desde la pre-ju-ventud es la posibilidad de una pérdida par-cial de la realidad. Conocemos este fenó-meno en el llamado efecto “Flow” en el cuallos jóvenes actores pueden producir la ma-gia del momento estético. Se pierden en es-tas situaciones, están “totalmente en sí” y sedejan caer en una sensibilidad de profundi-dad global, en la que se sienten ligados contodo el mundo y hasta con el cosmos. Di-rectores de teatro expertos pueden crearestos efectos en el marco de una culturaelevada de ensayos, pues los jóvenes sonmás abiertos por lo general para tales mo-mentos, que pueden reactivarse completa-mente en presentaciones públicas. Abrirsey mostrar indefensos su fragilidad emocio-nal contribuye esencialmente a la creaciónde un espacio común entre actores y espec-tadores, marcado por una emocionalidadintensiva. Esta prueba de credibilidad en suactuación es algo que no tienen que temerde los profesionales, aunque, naturalmente,con eso no se libran de la obligación de uncuidadoso modelado teatral.

Sara Cecilia SierraWolf Rüdiger Wilms


La segunda palabra quisiera emplearlapara el modo en el que ocupamos el es-pacio durante la oración; entiendo muybien que ahora muchas de nuestras ca-pillas son grandes para el número exi-guo de personas que han de contener,pero delante del Crucifijo logramos dis-ponernos así cuidadosamente distanteslas unas de las otras para sopesar, enquien observa, un legítimo interrogan-te sobre la autenticidad de aquel “atra-eré a todos a mí” declarado por el Se-ñor.La última palabra la empleo para las vo-ces que levantamos a Dios cuando reza-mos juntas; quisieran ir al unísono, pe-ro no raramente sobresale entre ellas lade una hermana más activa que quizáspiensa que Dios sea algo duro de oído;quisieran estar concordes, pero a me-nudo hay un corazón (y por lo tantotambién una voz) que logra partir siem-pre medio segundo antes de las otrasen el intento – creo yo – de mostrar aDios (cuando no a las hermanas) queella está.En suma, quizás la novedad de la vidainicia por una oración cuidada en cadadetalle, para que el Padre Eterno no loreciba mal cuando fatigamos a abrir loslabios delante de Él y, una vez fuera dela iglesia, encontramos de repente todanuestra locuacidad.

Palabras de C.

Almas orantes

Queridas amigas, también esta vez –ayudadas por el buen Dios – hemos lo-grado poner el pie en el año nuevo, quelleva consigo, como siempre, muchodeseo de renovación. Y bien sí, hasta enlas entradas en años como yo, la pasiónpor algo de inédito empuja ¡el corazóny las piernas vacilantes a nuevas metas!La reflexión que os propongo parte dela idea que cada meta hacia la que ten-demos presupone un punto de partidaque no puede ser sino el corazón de ca-da esfuerzo nuestro, es decir la oración.En estos días de fiesta me he dedicadoa una cuidadosa observación de la ora-ción en mi comunidad y necesito con-fiaros a vosotras, que me entendéis, al-gunas consideraciones.Una palabra dejad que la gaste para lacita de la primera mañana que ya pare-ce el encuentro de las cuatro o cinco in-somnes de la comunidad; se sabe quepor la tarde muchas se atrasan compro-metidas en una pastoral cada vez másnocturna y virtual, pero muchas de migeneración llegaban a bien entrada lanoche remendando, estudiando, arre-glando y proyectando y el día después,bien pronto, las encontrabas delante de Jesús, ¡como si nada! No juzgo; pro-bablemente hoy nos sabemos organi-zar mejor y, para meditar con toda lacalma, se logra recortar el tiempo nece-sario al margen de jornadas frenéticasde trabajo.

camilla

Se hace para decir

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DOSSIER: Palabras y gestos: Respeto y misericordia

HILO DE ARIADNA: Ante el otro

UNA MIRADA SOBRE EL MUNDO: Nunca más Vidomegon

PASTORALMENTE: ¿Miedo de los jóvenes?

SE HACE PARA DECIR: Explorar

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Año LXI Mensual

n. 3/4 Marzo/Abril

RESPETO Y MISERICORDIA

“¡ÁNIMO!,SOY YO,NO TEMÁIS”MARCOS, 6,50

O D A I L I X U A damih ianimas A Í R 2014 A M E D · SJS-Culturas Vivirconpasión 30...

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