M E X I C O . T O M O II.

I | » j i ) IX I A > C M ASOüS

MÍiÜIBA. NUMERO 10.

L i CONSTITUCION , X i.

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ni en de éhi to en Núes asi, e •tíva. i

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¡nemas naam «j'i jndición de mo

í crípcíón & los tres gr.i< sonería universal. Est

[lo dicho en el primero I ticulos y con lo expuei < del segundo aforismo. I han puesto por delirio! cío oe su cJunara rtapecl tra de las colanillas d i •llí, como Salomón en el alto de G.ibaon,

[rinden sos homenajes al Gran Arquitecto <W Universo, trabajando y suspirando so- lamente por la virtud y la sabiduría.

Ku consecuencia, pasamos adelante, con siderando en globo los aforismos restantes,!

^R^f^yéíerentea á las Logias, ya se lasj olacrve en sí mismas 6 confederadas. En

í ellos está asegurada la obligación tie-1 nen los francmasones de no vivir aislados

[ J de constituir Logias soberanas, que por medio de representantes, pueden formar] Grandes Logias.

'l odos los caracteres de una organización! verdaderamente democrática, se hallan eiu iuient.ro Rito do una manera especial y di si

p n lf f j l , y que en vano, se bascaría en lom otros Ritos establecidos en la República no por falta de ilustración, sino por falta

- de voluntad. Nuestras Logias conocen efi homc ruin, y por lo mismo, el derecho de lijar sus hogares ó domicilios, lo defienden

| i capa y espada, y no lo sacrificarán po todo el oro del mundo. Su hogar es la lu hurtad.

Una tristísima experiencia, tanto un el mundo profano como en el mundo fruncí masónico, enseña cuán amarga es la vidl del arrimado, del que no tiene hogar pro]

pió. Cuánto han sufrfco nuestras Logias por albergarse en casas ajenas, llamadas edificios cedidos ó prestados por los gobier nos liberales ó algunos hermanos ricos; y

iex' 1 cuánto no menoscaba su libertad de acción : n0 esta sencilla circunstancia, por la manera ms‘ al menos coa que se ha verificado entre nos- raar| otros.

Nuestras Logias tienen su hogar prop:o. Sus hogares no son palacios donde se rin de culto á la vanidad y á los poderosos. El lujo oriental que tanto cautiva á muchos de nuestros hermanos, es en nuestro Rito solamente un libro que llamamos Las Mil-

una noches; pero en cambio, de no ser uestras Logias pajaritos, en jaulas de oro, íenten, gozan, los benditos beneficios del

sufragio universal, expresión augusta de la libertad.

Nuestros gobernantes no son eternos co mo Dios, ni ad vitan como su Santidad jcpn XIII. No tenemos reelección y en ib to nos conformamos á los primitivos usos

de la Gran Logia de Inglaterra en 1717, que por desgracia no prevalecieron por mu cho tiempo, como era de^aésearse. Parti cularmente la elección de nuestros Gran des Maestros, es un verdadero plebiscito francmasónico, tan real y positivo, que na die lo ha puesto en duda.

Hemos realizado el milagro del sosteni miento de nuestro Rito, por medio de un sistema financiero, que á nadie da derecho de acusarnos de especuladores ó traficantes francmasones. Nuestro sistema penal, de acuerdo con los principios más avanzados de la filosofía, es un purgatorio moral, no un infierno de condenados para siempre;y. por fortuna, y el Gran Arquitecto del Uni verso, nos conserve eternamente tan santa satisfacción, nuestro Rito ha hecho sentir áun á sus más acérrimos y gratuitos ene migos, que os la Fraternidad su carácter

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;:'^ despenad©, como ó o e p r ^ . í W >1 d i r é er; e l a t ú s s o d d r a d a . L a asorad a , d e m í e o n z ó n e s t á e o s s a s x a d a p a ro la a e - ! ® e n * 8e m p :t i? m a d e M i p í l H ü U ? o . en I d l a g a r p r e f e r e n t e d e m í g w t i t a i -

-No sé por osé ei tinao trata áemprede p t i f a D ie pab ikasiite ; n aetítad £Tau- 23 masalládg ¿os limites defc razón: sama-

; ta ñ í se pierde, y «a la deseoE^nad* qae tíá, apela 4 k» eitnordínirio pan 00 per der el crédito. Esto no es lo raro, lo qae j«t Ikcia la atención, es ose no rneÍTan so- | brt m u pasos r hagan uso de píés ajenm p¿ra poder andar. ¿Será « 2» porque el Ti.-.'.'-j (jg ,<] enerpo qnitre descansar en tíe- n-a? Qaíén -abe! Lo que s no podeau poner en duda» es: <joc cosan tnnonto, im-

;1 al que fTitreñ u t a s o p a n e iL— - i - - - ---------- . .\ como 1S 0 ju-tícíero. psblaa la e ^ -í:«a v « rib n u í ta k r ’?*1 “ r f í l d f T :so TÍetíma- desprende la

I heza de sn cuerpo para exhibirla J *»jf I ú «bíndcVble baldón con que ha de <ü-tíngnine en la p re n d a d

1 ñ «imiíón ose mas molesta » 105lid* de los hombres qneamasal ooo es la >-J , , T¡a¿ del progre-

paebloí lo«"P"J*n ll> i

4 EL BOAZEO

& >: pero cuando se apoderan, de é l. an tes de destru irle , tra ta n de p ica r y m l ia r á los m ismos que les siguen, N h estro libertador pasó las pruebas: rué objeto de acusaciones m ultip licadas y recrim inado; n a tu ra l era

'q u e se sincerase de aquello en que había obrado mal. porque era ju sto , pero nunca se arrep in tió , ni d ijo q aé había hecho mal al.querer y g r ita r ¡Independencia!

El hom bre que tiene la convicción de la cansa que defiende y expone su vida en los com bates po r m ás d e tina vez, no puede arrepentirse , porque u n í verdad adquirida sólo la d ejan los nom bres, como H idalgo, con la vida?.

Pero si en m i pobre m orada no hay en trad a á lo que m ancha m i ho n ra de lib re | m exicano, si la hay para venerar en su san- i tu ario, al que m urió p o r hacerm e in d ep en -1 d ien te mexicano. A qu í lo conozco y adm iro I lo ¡ grande! de su em puje poderoso; me avien i ta al goce de mis derechos y coloca en la posibilidad de hacer o tro tan to con m * 3 h i jos. A llá, en C h ihuahua, obligado á ex h a la r su u ltim o alien to ; aquí su memoria, á m orir conm igo. A llá la sangre derram a d a ; aqu í el a lta r á tu recuerdo.

¡Silencio, la P a tr ia vela tranqu ila : pare-] ce que qu iere , n o se tu rb e el sueño de sn |h ijo !.............L a tum ba de los m uertos, es Iel m ejor despertador del pueblo, cuando 1 de ella asom a u n a chispa de lu z que no i han podido apagar los tíranos. Quizá se] avive ya la luz y se levante como antorcha. 1 Siga m ás y a lam bre como faro , h as ta que i llegue como aurora, á in u n d ar de luz á to- i do e l pueblo m exicano. ¡Silencio, la P a - | t r ia vela!................

N o témáí-t, el h á lito de la m uerte abre 1 el espacio; se d istingue u n m undo y en él 1 hab itan los seres inm ortales. A llí está Hí-1 dalgo; cruza en todas direcciones para] i r donde lo llam an: acá enseña al recién] llegado é l lu g ar del descanso: allá despier- i t a á u n dorm ido: aqní le d á ánim o al cp- j barde; m ás a llá rom pe los lazos al atado i p o r el e rro r, y lejos, m uy lejos eleva al 1 hum ilde. N o p a ra aq n í su m isión: advíer-1 te al ambicioso p ara que evite sn caída; al { tiran o le llam a á cuentas p ara queno quie- i b re y m erézca la condena; pero le despre-t cían, éstos. T a todo se perdió , él espacio | que o cu lta ese m an d o habitado , se oerró

A hora las coronas de ñores con listonesim presos, loe m ortales en guardia de ho*

ñ o r en la capilla m o rtao ria , esperan ah, N osotros; te veneram os. ‘

J o s é M e d í x a .

DIOSE l ser que ilu m in a al m an d o

Con su sol resp landecien te ,Y que coloca en m i m en te Ira razón en que m e fu n d o P ara llam arle m i D ios,N o es un en te im ag in a rioY yo no soy tem erario Al ir de sn h n e lla en pos.

E sta luz indefic ien te Que vemos sin co m p ren d er,Su esencia y m odo de ser Se palpa in d n d ab lem en te ;Y al colocarla sn a u to r E n el sistem a solar,Como astro regu lador Se quiso m an ife sta r.

Porque el o rden conocido Del U niverso visible,A dm irable y definible,E s u n hecho positivo Que demuestra* inteligencia, Cálculo en el movimiento,Unión en el pensamientoY ex traord inaria po tencia .

Este au to r n u n ca m iradoY siem pre reconocido,Es Dios de todo lo creadoY todo lo ha producido ,Poesía^ que ha desarro llado U n gran plan preconcebido ,Sin que le hayan contrariado Los seres que han ex istido .

Si por mi bien h a querido Perciba mi in te ligencia E n su obra sn o m n ip o ten cia , Temerario n u n ca he sido Al usar de mi razón ,Que su adorable ex istencia Descu briq con evidencia,Sin fe ni revelación.

Cuando contem plo sus huellas. Marcas de la eternidad,Estoy cierto que po r ellas,Me encamino á la verdad .Y sigo al Dios in m o rta l En tan hermosa aven ida E n el mundo conocida Por Moral Universal.México, Noviembre de 1880.

Ka po j s l D ía z Ma e x ix e z

X lf. L ite ra l* , Betlemftaa 8.