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Archeologia Funeraria
LL’’etetàà modernamoderna
Lezioni di Archeologia Funeraria a.a. 2010‐2011 Antonio Fornaciari
Fenomeni di continuità e innovazioni nella pratica funeraria
età moderna e contemporanea
MedioevoInumazioni singole in cimiteri “a sterro” vicini alle chiese
Dal XV‐XVI sec.Tombe collettive dentro le chiese e negli oratori
fine XVIII sec.
Nuova disciplina della morte
XVIII sec. XIX sec.Cimiteri “a sterro” fuori dalle aree abitative
Concezioni illuministe e igieniste
Fenomeno di lunga durata
Camposanto Vecchio
Continuità nella pratica delle inumazioni: il cimitero di Fosdinovo (MS) in età moderna (XVII‐XVIII sec.)
La sepoltura murata di Alica (PI)
San Martino in Colle (LU). Sepoltura murata XVI‐XVIII
(Da: www.segnidellauser.it)
Pieve dei Monti di Villa (LU). Il cimitero della prima metà del XIX secolo
Pieve dei Monti di Villa (LU), pianta dell’area 1000.
Sepoltura di due individui nello stesso spazio funerario
Sepolture da catastrofe
Fossa comune di Piazza S. Giovanni, Torino (II metà XV secolo)
Individuo adulto di sesso femminile con due bambini
Fossa comune di Alghero (1582‐83)
Due individui adulti, di sesso maschile (1) e femminile (2), con un lattante (3)
cortesia del Prof. Marco Milanese (Università di Sassari)
Fossa comune di Alghero (1582‐83)
cortesia del Prof. Marco Milanese (Università di Sassari)
Il cimitero del colera di Benabbio (1855)
Necessità di spazio (consacrato) per
seppellire
Seppellimento affrettato
Sepoltura prona
Fossa stretta
Sepoltura bisoma
L’uso di calce e sudario
Elementi di corredo delle tombe del colera
Orecchini d’oro Medagliette devozionali
Rispetto delle sepolture precedenti
University of Pisa - Division of PaleopathologyDepartment of Oncology, Transplants and Advanced Technologies in
Medicina
*Scuola Normale Superiore - Pisa
Antonio Fornaciari, Valentina Giuffra, Francesco Pezzini*
Momificación y Descarnación en la Italia meridional de la tarda Edad
Moderna
VI World Congress on Mummy StudiesTeguise 20-24 February 2007
Regno di Napoli
Napoli
Regno di Sicilia
Palermo
Naples y Palermo, las dos capitales del reino de los Borbones
En las tierras de la Italia del Sur, desde Naples hasta las provincias sicilianas, es posible hallar vestigios de una representación funebre y de todo un universo ritual, cuyas características son castizas de estas regiones.
En las iglesias del Sur de Italia hay dos tipologías de hipogeos para el tratamiento y la conservación de los restos cadavéricos
Primera tipologíaSepulcros dotados de un “COLATOIO”
orizontal, donde poner el cadáver en posición acostada para su momificación.
Segunda tipologíaSepulcros dotados de un “COLATOIO” en forma de silla, donde poner el cadáver en
posición sentada para su descarnación.
El “COLATOIO” o “COLATORE” es una estructura cuyo nombre remite a la palabra “colar” y que tiene una función de desagüe, ya que allí se ponían los muertos para sacar de ellos los líquidos cadavéricos.
Primera tipologíaSepulcros dotados de un “COLATOIO” orizontal donde poner el cadáver en posición acostada para su momificación.
Hemos explorado la Sicilia oriental, sobretodo la provincia de Messina, y pudimos analizar hipogeos eclesiásticos que han guardado estructuras arquitectónicas para la momificación y la exposición del cuerpo. Esta practica tuve en Sicilia un extraordinario éxito y las momias abundan aun en las aldeas rurales más aisladas
PETTINEO
MILITELLO ROSMARINO
GALATI MAMERTINO
S.MARCO D'ALUNZIO
PIRAINO
NOVARA
S.LUCIA DEL MELA
SAVOCA
COMISO
SAVOCA
BURGIO
S.ROSALIA di QUISQUINA
PALERMO Pueblos de la provincia de Messina donde haysepulcros con momias
El sepulcro de PirainoPiraino, pueblo de la Sicilia del Nor Este que desde una peña domina el mar Tirreno, guarda en una de sus iglesias un sepulcro para la momias de los curas.
1m0,50
Bajando en el subterráneo la primera habitación que se encuentra es la cámara de momificación, de planta rectangular, donde hay una tina y una conducción para el deflujo de los líquidos cadavéricos. Sobre una parrilla se ponían los muertos acostados: la pérdida de los líquidos y la desecación de los tejidos se alcanzaban gracias a una temperatura constante y a una buena ventilación.
cámara de momificación
La parrilla donde se ponían los muertos
La tina y la conducción para el deflujo de los líquidos cadavéricos
El sepulcro de PirainoA través de un corto pasillo, desde el “COLATOIO” se llega a un primero sepulcro rectangular con un altar y 5 altillos de madera: aquí hay 14 momias de eclesiásticos acostados y vestidos con sotanas. Más adelante encontramos la segunda cámara sepulcral, parecida a la anterior excepto por 2 momias que están de pie en dos nichos.
El sepulcro de Novara di Sicilia
1 m0
N
cámara de momificación
escalera de entrada
Novara de Sicilia iglesia de S. Maria Annunziata
hipogeo funebre
Bajo el presbiterio hay una cripta semicircular muy ancha con 16 nichos donde poner las momias de pie y donde todavía quedan unas de estas del final del siglo 19°. A los lados de la escalera que baja en la cripta hay 2 “COLATOIOs”, cuya contiguidad a la fría roca de fundación aseguraba una temperatura constante.
“Colatoio” para la momificación con su parrilla
A partir de estos ejemplos podemos sacar unas observaciones: hasta el final del siglo 19°las clases dominantes sicilianas encontraban en la exposición del cuerpo momificado una manera de conservar su individualidad física y su status social. En el siglo de los cementerios monumentales, lugares de memoria, de consuelo y de un nuevo culto burgués de los muertos construido sobre las visitas a las tumbas, una parte delas elites de la Sicilia decimonónica hizo de su cuerpo momificado el monumento funebre individual ofrecido a la vista y a las oraciones de los vivientes.
En Naples también fue una usanza común exponer en nichos, o en ataudes abiertos, los cuerpos momificados y vestidos de hombres, mujeres y niños. Podemos encontrar noticias de esta práctica en los archivos. Un documento de 1816 describe el sepulcro de la iglesia de S.Maria degli Angeli alle Croci:
<<... la tumba tiene el aspecto de una iglesia a 3 naves. En las dos naves laterales hay muchos cuadrados de tierra donde hay cuerpos enterrados. En muchísimos nichos de las paredes hay muchos cadáveres de hombres, hembras y viejos, jóvenes y chicos vestidos...>>
Un documento de 1817 en relación al mismo sepulcro dice:
<<... en las paredes hay muchísimos cadáveres en exposición, algunos mal desecados y sin cristales de protección...>>
Segunda tipologíaSepulcros dotados de un “COLATOIO” en forma de silla, donde poner el cadáver en posición sentada para su descarnación.
En el Sur de Italia está bien documentado otro tratamiento funebre también, pero que no aspiraba a la momificación sino a la descarnación, para que los huesos, ahora limpios, pudieran ser guardados enosarios. Esta práctica se desarrollaba en hipogeos caracterizados por la presencia de un “COLATOIO”en forma de silla, en Naples llamado “CANTARELLA”.
En estos locales, a lo largo de las paredes hay nichos con una base agujereada, donde se ponía el cuerpo en posición sentada, de manera que los líquidos de la descomposición convergíeran en el agujero y de aquí fluyeran por una conducción
Osario
Repisa
En estos hipogeos hay además un osarioenterrado en el medio o puesto en un rincón. Otro elemento característico que se encuentra con una significativa presencia es una larga repisa utilizada para guardar y exponer las calaveras.
“COLATOIO” para momificar, “COLATOIO” para descarnar: un conflicto aparente
COLATOIO en forma de sillapara descarnar
COLATOIO orizontalpara momificar
para contrastar la descomposición
Estabilidad del difunto(momia o huesos limpios)
para controlar la descomposición
Para concluir
El ensayo de Robert Hertz “sobre la representación colectiva de la muerte” nos ayuda en la interpretación de estas prácticas.
Hertz
“Muerte” como gradual proceso de transición cuya duración
corresponde a la de la transformación del cadáver
Concepto de “doble sepultura”: provisional deposición del cuerpo
y definitiva colocación de los restos estabilizados
La momificación y la vigilancia de la descomposición en los ritos de doble sepultura tienen la misma finalidad, es decir la de dar una sepultura definitiva sólo a los restos que ya no lleven rastros de elementos impuros y deteriorables. Los diferentes tipos de “COLATOIO”del Sur de Italia, proyectados para conservar o destruir, intervienen directamente en la descomposición para transformar los tejidos blandos y podridos del cuerpo en algo duradero e inalterable, y entregarlo a la eternidad del sepulcro definitivo
Richter (1737), Firenze, Galleria Palatina
Gian Gastone, ultimo Granduca dei Medici (1671‐1737).
A destra si vedono gli operai mentre stanno rimuovendo, senza risultati, la lastra di marmo.
Così appariva la lastra di marmo con la relativa epigrafe.
Infine fu rinvenuto un ambiente ipogeo con il sarcofago dell’ultimo granduca mediceo e di otto individui infantili.
Ciò rappresentò probabilmente la scoperta più imprevista della prima fase del progetto di esplorazione delle tombe medicee.
Infatti, si era persa la memoria dell’esistenza del vano sotterraneo, una vera e propria camera sepolcrale, la cui costruzione, forse risalente alle prime fasi di edificazione della Cappella dei Principi, è sicuramente anteriore alla deposizione dell’ultimo granduca.
Il piccolo sotterraneo era costituito da un ambiente rettangolare di circa 6 x 4 m, con soffitto a volta ribassata, a cui si accedeva tramite una botola circolare situata dietro l’altare della grande cripta granducale. Lo stretto passaggio immetteva su una scala in muratura di otto gradini che permetteva di scendere nell’ipogeo.
Al momento dell’apertura, la superficie della cripta, così come i resti delle casse funebri ed i gradini della scala di accesso, erano coperti da un sottile strato di fango secco, residuo dell’alluvione del 1966.
L’acqua penetrata nella cripta era arrivata a riempirla completamente ed aveva provocato lo spostamento e la dislocazione di molte casse di legno, originariamente posizionate sulla seduta che corre lungo il perimetro interno del vano.L’unica cassa a non aver subito spostamenti era quella di Gian Gastone, trattenuta dal pesante sarcofago di piombo.
La scoperta della “cripta nella cripta” dette origine a non poche difficoltà operative, obbligandoci ad adeguare la strategia dell’intervento alla nuova realtàsotterranea: un ambiente di ridotte dimensioni reso ancora più malagevole dalle tracce della grande alluvione fiorentina del 1966.
I singoli insiemi sono stati accuratamente rilevati per poter disegnare una pianta precisa che permettesse da un lato di comprendere l’originaria disposizione dell’insieme funerario, dall’altro di fornire una documentazione grafica dello status quo al momento dell’apertura.
Una volta terminato il recupero dei materiali e degli individui infantili, siamo passati ad intervenire sulla deposizione di Gian Gastone. Il sarcofago di piombo è stato liberato lentamente dal legno della cassa lorenese, sulla quale era stata fissata una piccola lastra di ottone con l’iscrizione:
corrispondente a quella descritta nel verbale del 1857. Molti frammenti della cassa erano caduti all’interno, sopra il pesante coperchio di piombo che, a causa della pressione dell’acqua, aveva ceduto schiacciando il contenuto del sarcofago.
Ossa Iohannis Gastonis I Magni Etruriae Ducis
Il sarcofago di Gian Gastone era stato posizionato dai Lorena al centro della cripta, di fronte alla scala.
Si trattava di un contenitore di piombo di forma trapezoidale, alto 45 cm e lungo circa 180 cm.
Il coperchio, fornito di quattro maniglie disposte asimmetricamente, mostrava la faccia superiore decorata da una croce latina sopra tre monti, realizzata a sbalzo.
Esso poggiava in origine sopra un listello impostato subito sotto il margine del sarcofago, il cui orlo, ripiegato e ribattuto sul coperchio stesso, ne assicurava la chiusura senza bisogno di saldature.
Il particolare non è privo di interesse perchépermetteva, in caso di necessità, di riaprire il sarcofago senza doverlo dissaldare ogni volta.
Il corpo scheletrizzato del granduca giaceva in decubito dorsale avvolto in una gran quantità di tessili.
Il cranio, scalottato e adagiato sul lato sinistro, con la mandibola aperta, indossava ancora i resti della corona granducale in rame dorato decorata a sbalzo.
Dietro la corona, accostata alla testata del sarcofago, si trovava una lastra di rame con incisa una lunga iscrizione celebrativa.
Ai lati della corona, in corrispondenza degli angoli del sarcofago, erano posizionate orizzontalmente due grandi medaglie d’oro di forma ovale, capolavori dell’incisore granducale Louis Siries (c.1686‐1766), realizzate appositamente per la morte del granduca.
Una medaglia d’oro in filigrana con i profili di San Filippo Neri e della Madonna verrà rinvenuta sotto il cranio.
Sopra i tessuti, all’altezza del tratto cervicale della colonna ed in prossimità della mandibola, si trovava un crocifisso in bronzo fuso.
La grande quantità di tessili non permise di leggere adeguatamente la posizione degli elementi scheletrici, anche se apparentemente le connessioni sembrano globalmente mantenute, a parte l’ulna destra visibilmente discosta dall’omero.
Il corpo del granduca, nonostante fosse stato imbalsamato, come ci tramandano le fonti scritte e ci testimonia lo scalottamento cranico, appariva già scheletrizzato nella ricognizione del 1857.
Lo spazio vuoto del sarcofago, insieme all’azione dell’acqua devono aver facilitato lo spostamento e la dislocazione di alcuni distretti scheletrici.
Nella gran massa di tessili sono identificabili i resti della cappamagna di Gran Maestro dell’Ordine dei Cavalieri di S. Stefano e del sudario di seta nero che avvolgeva il corpo al momento della ricognizione ottocentesca.
A livello del bacino si riconoscono delle porzioni di stoffa in velluto che dovevano contenere le mani del granduca.
Accanto al piede destro, lungo la parete del sarcofago, si trovava un contenitore cilindrico in piombo di 5‐6 cm di diametro, bucato e parzialmente coperto dal tessuto.
Se cerchiamo di analizzare gli elementi del corredo funebre è possibile distinguere tre diversi ambiti semantici:
•celebrativo•devozionale•personale
La funzione celebrativa è svolta dall’epigrafe in rame che riporta una lunga dedica, giàtrascritta nella Relazione del 1737 e poi in altre opere a stampa, dettata da Anton Francesco Gori. La stessa dedica, scritta su pergamena, era stata inserita nel tubo di piombo ritrovato ai piedi del Granduca.
Funzione celebrativa hanno anche i due grandi medaglioni d’oro del Siries: le rispettive dediche a Giangastone, “Ampliatori Artium” e “Fundatori Securitatis P.[ublicae]”, celebrano il Granduca riprendendo motivi già presenti nell’encomiastica di corte e sfruttati, per esempio, nell’apparato allestito in San Lorenzo nel 1724 per le esequie del padre Cosimo III e nell’orazione funebre scritta per la stessa occasione.
Funzione devozionale hanno il crocifisso di bronzo e la medaglietta d’oro giàappartenente ad una corona del rosario.
Il crocifisso si distingue dagli altri oggetti del corredo per il suo scarso valore intrinseco: si tratta infatti di un manufatto in bronzo fuso a stampo, fabbricato per essere applicato su di una crocetta di legno, come dimostrano i ribattini sporgenti in corrispondenza delle mani e dei piedi del Cristo.
Manufatti simili si rinvengono con frequenza in contesti archeologici funerari dell’avanzata età moderna, posti solitamente sul petto o fra le mani del defunto.
Il piccolo manufatto è identificabile con quello raffigurato tra le mani del granduca nell’acquarello settecentesco di Palazzo Pitti che ritrae Gian Gastone durante l’esposizione funebre.
Dal punto di vista tipologico non ci sono controindicazioni per non accettare una datazione alla prima metà del XVIII, con la data del 1737 quale terminus ante quem per la sua realizzazione.
Da Langedijk, 1983
Si contrappone al Cristo in bronzo l’altro oggetto devozionale realizzato in oro: una medaglietta circolare di un centimetro di diametro inserita in una cornice filigranata con appicagnolo trasversale ed anellino. La medaglietta era collegata ad una corona del rosario in legno che non si è conservata. Da un lato presenta il profilo di San Filippo Neri e dall’altro quello della Madonna.
Data la coincidenza con il santo celebrato il giorno del battesimo di Gian Gastone, dovrebbe trattarsi proprio di una medaglietta “battesimale” la cui datazione andrebbe fatta risalire al 1671.
L’uso di simili medagliette è molto diffuso, anche in metalli meno nobili dell’oro come il bronzo o il bronzo dorato, e dall’Età Moderna arriva fino ai giorni nostri, assumendo spesso nella mentalità popolare valore apotropaico, se non di vero e proprio amuleto.
E’ comunque interessante sottolineare la presenza nella deposizione del granduca di oggetti devozionali di pregio artistico e di valore reale molto differenti tra loro.
Tale commistione non era così atipica all’interno dei contesti funerari della casa medicea, come dimostrerebbe il fatto che all’interno della tomba di Giovanna D’Austria (1546‐1578), moglie di Francesco I, sia stato rinvenuto un rosario in legno di modesta fattura.
Oggetti artigianali “poveri” potevano servire a sottolineare la pietas cristiana e l’humilitas dei granduchi durante l’esposizione funebre che precedeva la celebrazione delle esequie.
Rosario di Giovanna d’Austria
Gli elementi personali del corredo sono costituiti dagli abiti indossati dal granduca e dalla corona granducale.
Sono stati definiti “personali” non perchéfacessero parte dell’abituale corredo giornaliero del principe, ma perché hanno la funzione di identificare il ruolo incarnato dall’individuo giacente nel sepolcro.
Sono le sole cose che manifestano, con la loro aderenza al cadavere, il ruolo che era stato rivestito in vita da quel corpo: la sua condizione di granduca e Gran Maestro dell’Ordine di S. Stefano.
La connotazione del ruolo granducale era in questo caso affidata ad oggetti di apparato, come la corona in rame dorato, di pregio e valore non elevatissimo.
Sulla base dei dati surriferiti, si può proporre un percorso evolutivo che ha portato alla definizione di uno standard applicato definitivamente nelle tombe di Cosimo III e di Gian Gastone e che risponde allo schema seguente:
Quanto alla posizione del sarcofago, l’apparente marginalitàdella localizzazione topografica della tomba di Gian Gastone, la cui epigrafe terragna è posizionata dietro l’altare della cripta medicea, è compensata dalla sua vicinanza con la parte più sacra dell’edificio sepolcrale, cioè la porzione presbiterale.
A questo scopo serve anche la sistemazione che è stata data al sarcofago, posto al centro del sottostante vano ipogeo, ai piedi della scala di accesso, su quella seduta di ascendenza etrusca che evoca nella sua stessa definizione architettonica il legame con uno dei motivi più insistiti della propaganda medicea.
Le dimensioni veramente imponenti del sarcofago di piombo danno maggior risalto alla sua preminenza sugli altri individui, bambini senza nome della famiglia Medici, che occupavano gli spazi circostanti della seduta.
Nel posizionare i corpi nella cripta i Lorena avevano seguito un ordine preciso, non scevro da alcune scelte di carattere simbolico.
In particolare la volontà di rendere omaggio postumo all’ultimo rappresentante di casa Medici e di giustificare il proprio dominio su Firenze e la Toscana nel segno di un’apparente continuità.
In effetti la decisione di dare degna sistemazione alle salme dei Medici potrebbe essere stata dettata piuttosto che da semplice “carità” cristiana da motivi di opportunità politica.
Nel 1857 erano ancora recenti i ricordi del ’49, quando il Lorena era stato costretto ad una precipitosa fuga dalla Toscana in preda alla passione risorgimentale.
La scelta di dare una migliore collocazione, secondo un disegno sobriamente celebrativo, alle spoglie medicee, poteva far guadagnare qualche simpatia ad una dinastia straniera che aveva verificato, poco meno di dieci anni prima, l’instabilitàdella situazione toscana.
I corpi dei granduchi erano stati cosìcollocati nella grande cripta in modo da rispettare una diretta corrispondenza con i sontuosi cenotafi della soprastante cappella.
Il corpo di Gian Gastone era stato posizionato dietro l’altare, nell’unico lato libero della cripta granducale che nella sala superiore corrispondeva alla porzione contigua al coro della Chiesa di San Lorenzo.
Cosimo IFrancesco I
Ferdinando I
Giovanni delle Bande Nere
Gian Gastone
Proprio qui, dirimpetto all’altare della magnifica cappella, Leopoldo II aveva previsto di far realizzare per l’ultimo granduca mediceo un monumento sepolcrale degno dei suoi predecessori.
Il progetto non troverà mai compimento per il sopraggiungere degli eventi del 1859.
Infine, il rispetto della corrispondenza tra il cenotafio celebrativo e l’effettiva posizione dei resti mortali segnala il recupero di una nota tradizione rituale, di carattere laico e politico ma con forti implicazioni antropologiche, che prevede lo sdoppiamento del corpo regale per mezzo di un’effigie.
Abbazia di S. Denis: Tomba con effigie di Luigi XII (1462‐1515)
Questa modalità di sepoltura, sdoppiata in effigie, trova compimento, oltre che nei funerali reali inglesi e francesi, nei monumenti sepolcrali rinascimentali dei re di Francia, i quali hanno nelle trecentesche arche scaligere di Santa Maria Antica a Verona e nei sepolcri angioini di Santa Chiara a Napoli degli illustri archetipi monumentali.
Il sarcofago inoltre non era fatto per essere chiuso ermeticamente ma era invece pensato per consentire la sua periodica riapertura, e a questo scopo servivano le quattro maniglie del pesante coperchio.
Perché prevedere la riapertura del sarcofago? Per verificare la conservazione della salma o il buon esito dell’imbalsamazione? Garantire ai familiari, in particolari occasioni, di avere un contatto diretto con il corpo del “caro estinto”? Oppure semplicemente offrire la possibilità di effettuare con comodo una ricognizione del corpo?
Resta il fatto che il corpo di un granduca non è il corpo di un qualsiasi mortale, ma possiede di per sé un forte potere simbolico, trascende la sua stessa materialitàcaricandosi di valori comunitari e politici, diventa veicolo di legittimazione per i successori, e mantiene questo potere a lungo dopo la morte.
All’alba dell’Illuminismo questi valori, che non possono assolutamente essere considerati esclusivi delle società d’ancien régime, erano ancora del tutto riconosciuti.
La volontà di conservare e mantenere il cadavere, anche nelle sue parti molli, ben oltre la durata della pur lunga esposizione funebre, emerge non solo dall’imbalsamazione, ma anche dalla cura con cui le mani e la testa del granduca erano stati cosparsi di balsami e poi racchiusi entro tre contenitori di stoffa: il primo di taffetà bianco, il secondo di tela incerata ed il terzo di velluto nero.
L’accessibilità al corpo del granduca era stata garantita e si era fatto tutto il necessario ed il possibile perché il suo corpo si preservasse nel tempo.