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    UNIVERSIDAD CENTRALFACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y PAISAJECENTRO DE ESTUDIOS ARQUITECTNICOS, URBANSTICOS Y DEL PAISAJE

    Urbanismo y autonoma municipal:

    tres momentos de los centros cvicos en Santiago de Chile (1900-1955)

    Simn Castillo Fernndeznoviembre 2005

    ResumenEl proyecto se ha elaborado siguiendo la lnea argumental y discursiva desarrolladaen anteriores trabajos en equipo

    *. Esto es, una visin panormica sobre la

    construccin de espacios para lo pblico en la historia contempornea de Santiago.Este proyecto en particular, indaga exploratoriamente sobre el espacio urbansticoasociado al desarrollo de la administracin local comunal subcentral en Santiago,durante la segunda mitad del siglo pasado. Partiendo de la premisa que las

    polticas pblicas del Estado (centralistas) y las del gobierno local sostuvieron unaconflictiva relacin a propsito de dismiles representaciones del poder, se

    pretende construir una cartografa sobre los smbolos y signos arquitectnico-urbansticos del espacio de lugares asociados al municipio. Se trata de considerarel desarrollo histrico de la institucionalidad local santiaguina, centrando laatencin en los procesos correlativos de produccin del espacio cvico. En tal

    sentido, sin duda que el levantamiento del Barrio Cvico, consolidado a inicios de ladcada de los cuarenta, se alz como un nuevo paradigma (Thomas Kuhn) deespacio pblico. Con todo, aunque las edificaciones se realizaron en la comunams importante del pas, ellas involucraron un espacio que en cierta medida le eraajeno: el del Ejecutivo, es decir, el del centralismo. Con el correr de las dcadas yla aparicin de nuevas comunas, el trabajo arquitectnico de los centros cvicossubcentrales adopt la modernidad en ciertos casos puntuales, pero no varidemasiado en cuanto al carcter secundario de su peso en la percepcinciudadana. Esto nos permite avalar la hiptesis del proyecto: que Santiago carecede una oferta de espacio cvico con visibilidad social, ya que durante esas dcadasno alcanz a constituirse una tradicin de Diseo Cvico asociada a la expansindel gobierno local en el espacio poltico territorial santiaguino.

    AbstractThe proyect has been developed according to the strings of prevoious team works.This means, a panoramical vision about the construction of public spaces in thecontemporaneous history of Santiago. This particular exploratory researchinvestigates town planning space related to the local subcentral goverment in

    Este documento es parte del proyecto Hacia una cartografa del espacio cvico subcentral. Historia de laurbanstica asociada al desarrollo de la administracin local santiaguina 1940-1990.* Y que originaron, en conjunto con Beatriz Aguirre, los documentos de trabajo Para una comprensin delespacio pblico en Santiago de Chile: la segunda mitad del siglo XIX y la poca del Centenario y El espaciopblico moderno. Sueos y realidades de Karl Brunner en Santiago de Chile 1929-1934 y el libro De la granaldea a la ciudad de masas: el espacio pblico en Santiago de Chile, 1910-1929 , CEAUP, U. Central,Santiago, 2004. Y de mi autora, el artculo De la gran aldea a la ciudad de masas: el espacio pblico enSantiago de Chile, 1910-1932, en Mapocho N 56, segundo semestre de 2004.

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    Santiago during the second half of the past century. Starting with the proposal thatState's public policies (centralistic) and the local' government ones had acontroversial relation because of different representations of power, the aim is theconstruction of a "cartography" about the urban-architectural symbols of the citycouncil related-places. It means the consideration of the local historic institutionalframework development of Santiago, approaching from civic space productioncorrelative process.In such sense, the Barrio Civico survey, grown at the beginings of the fourtys, wasrisen beyond cuestions as a new public space "paradigm" (Thomas Kuhn). Evenso, though building was made in the country-most important town, they involved anarea that was foreign somehow : the government, wich means the centralism place.With the pass of the decades and the new town growth, architectonic work of thesubcentral civic centers adopted modernity at certains specific cases, but itvariation wasn't meaningful talking about the secondary nature of the importance incitizen perception. This allows us to guarantee the proyect hypothesis: Santiagolacks of a civic space offer with social visibility because during those decades it

    didn't reach the constitution of a Civic Design tradition related to the localgovernment spreading in the political area of Santiago.

    Temario

    1. Introduccin2. Consideraciones metodolgicas desde la historia cultural urbana3. Planificacin, paradigma, racionalizacin disciplinaria

    3.1. Acerca del diseo urbano en Santiago durante el primer tercio del siglo veinte3.2. El (trans) paradigma: el Barrio Cvico (la dcada de 1930 y despus)3.3. Centro Cvico Urbano y Centro Cvico comunal: anlisis y propuesta

    de Armstrong (1955)4. Conclusiones5. Fuentes y bibliografa

    1. Introduccin

    La relacin entre ciudad y sociedad que se establece entonces no

    resulta del mero crecimiento de la ciudad, sino de lo que [Bernardo]Secchi llam la experiencia de la expansin: una articulacin entrecapitalismo, Estado, sociedad y territorio que desde la segundamitad del siglo XIX ha definido las propias hiptesis fundamentalesde la modernidad urbana, traducindose en una triple tensin,hacia fuera en el territorio (la expansin urbana), hacia adentro enla sociedad (la integracin social) y hacia adelante en el tiempo (laidea de proyecto)

    1.

    1 Adrin Gorelik, Ciudad, en Carlos Altamirano (dir.), Trminos crticos de sociologa de la cultura, Piados,Buenos Aires, 2002, p. 13.

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    Este documento de trabajo trata de poltica y espacio urbano. O mejor, de ladialctica entre poderes estatales y su configuracin material en la ciudad a travs

    de los centros cvicos. Estado y municipalidades, poder central y gobierno local,son los vectores que guan la investigacin, cruzada en toda su extensin por elurbanismo como discurso y pretendida ciencia del hacer ciudad. Y, desde luego,ese conjunto influye y es influido por la sociedad urbana, muchas veces vistacomo un mero teln de fondo en la formacin espacial, aunque sus lazos con elpoder en particular con el municipio- son de larga data. Sin embargo, no slo lahistoria y la memoria de lo social en la urbe, sino incluso la propia administracinlocal han permanecido en los estudios histricos y sociolgicos como un elementosecundario. En el caso chileno, y considerando la indiscutible primaca del poderejecutivo y legislativo, este hecho fue patente durante todo el siglo pasado en elescaso peso de las propuestas municipales como matriz discursiva para un

    proyecto depas. Cuestin que, pese a los afanes descentralizadores, sin duda sepotencia con la propia historia de movimientos desmemoriados que han llevadolos gobiernos locales2. As, interpretar las formas en que los municipios se haninstalado en la ciudad por medio de los centros cvicos comunales exige primerorevisar las (des) memorias locales, su relacin con el gobierno central y laexperiencia de la expansin.

    Sin duda, tamaa operacin se liga a las formas y estructuras del sistema depoder, y en tal sentido la politologa ha aportado otros aspectos de inters para eldebate. Subrayando el elemento institucional del municipio, autores comoFriedmann y Micco han indicado que en el contexto latinoamericano y chileno, el

    gobierno local se ha definido sobre todo en oposicin al centralismo. De estamanera, dicha entidad poltica aprecia en la descentralizacin una aspiracinhistrica y constitutiva, aunque no necesariamente vinculndola a factorespolticos que la tensan, como la legitimidad democrtica y la eficacia gubernativa ogobernabilidad. Dicho de otro modo: los gobiernos locales poseen una idea deproyecto (Gorelik) donde la descentralizacin del Estado es vista como la nuevapanacea, pero al no advertir sus riesgos debilitan el armazn de susplanteamientos3. Para los propsitos de mi estudio, el anhelo descentralizador seincluye como elemento trascendental en el conjunto de discursos fundacionales delos municipios santiaguinos y chilenos, los que, junto con otorgarle su auto-imagen, son el principal obstculo para dialogar con un estado de raz centralista

    y autoritaria, partidario de entregar restringidas cuotas de poder4

    .2 Para mayores antecedentes son fundamentales los trabajos de Gabriel Salazar: El Municipio Cercenado.(La lucha por la autonoma de la asociacin municipal en Chile, 1914-1973), en Gabriel Salazar y JorgeBentez (comps.),Autonoma, espacio y gestin. El municipio cercenado, Lom & Universidad Arcis, Santiago,1998; y en coautora con Julio Pinto, la Historia contempornea de Chile I. Estado, legitimidad, ciudadana,Lom, Santiago, 1998, tercera parte.3 Reinhard Friedmann y Sergio Micco, Teora municipal. Una introduccin a los gobiernos localescomparados, Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificacin Econmica y Social Naciones Unidas,Santiago de Chile, 1994.4 Realzando el papel cumplido por el estado chileno republicano, el historiador Mario Gngora public - enplena poca de la restructuracin neoliberal- su Ensayo histrico sobre la nocin de estado en Chile en lossiglos XIX y XX (La Ciudad, Santiago, 1981), donde queda clara dicha raigambre autoritaria. Sin embargo,Gngora no abord la tensin entre lo municipal y el poder central, subsumiendo lo particular en lo esencial.

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    2. Consideraciones metodolgicas desde la historia cultural urbana

    En los ltimos aos, numerosas investigaciones sobre Santiago de Chile en elsiglo veinte se han encauzado desde perspectivas como la memoria y elpatrimonio. Si miramos ms detenidamente la primera de ellas, veremos que se haocupado tanto de tradiciones y mitos populares urbanos como del rescate dememorialistas de inicios y mediados del siglo pasado, muchos de ellosprcticamente olvidados. En efecto, textos provenientes desde la literatura y losrecorridos urbanos o a partir de la crnica de la ciudad, han revitalizado lasmiradas sobre la capital del pas5. En otras palabras: esos textos ms informales ymenos estructuralistas, sin saberlo, estn vinculados a la historia cultural urbana(HCU); vertiente disciplinaria que, recibiendo todo el bagaje de la historia urbana

    clsica y de la historia de la arquitectura chilena, ha incorporado nuevosmateriales para su metodologa6.

    Ahora bien, la historia cultural urbana, como toda categora, indudablemente no esnueva: ya desde los aos setenta (especialmente con la obra de Jos LuisRomero, Latinoamrica: las ciudades y las ideas, de1976) se abord el impactocultural en la constitucin y derrotero de las ciudades latinoamericanas, saliendode un esquema centrado en las relaciones econmicas. En la actualidad, lo queciertamente es rupturista en la HCU es su invitacin a abrir un nuevo campodisciplinario dentro de la historiografa sobre las ciudades. Por una parte, se hasostenido tal categorizacin en orden a la necesidad de un enfoque ms cercano a

    lo microhistrico y alejado de grandes narrativas. En el mbito metodolgico, estoimplica la utilizacin de los vestigios dejados por la literatura, las crnicas deviajeros, la msica, la pintura y las artes escnicas, entre otras reas. Sin hablarexplcitamente de HCU, otros autores han profundizado en pticas similares, pormedio de la relacin entre ciudad y mundo obrero en importantes urbes europeasentre 1900 y 1950. As, se ha propuesto la apertura a nuevos tpicos, como laorganizacin del ocio, la cotidianidad en los barrios populares y lasfragmentaciones en su trayectoria7.

    Paralelamente, otros investigadores asumieron recientemente el desafo delas transferencias culturales en los asentamientos humanos de Latinoamrica,formulado en 1990 por Jorge Enrique Hardoy. Vislumbrando los hilos de

    continuidad entre los siglos XIX y XX, la propuesta de Hardoy fue que

    El desarrollo cientfico y tecnolgico y algunas prcticas urbansticasfavorecidas en Europa a partir de 1850 fueron transplantadas a AmricaLatina a partir de 1870 y 1880 y dominaron en seguida la prctica

    5 Por ejemplo, en los textos de Roberto Merino y de Miguel Laborde.6 Quizs acotando demasiado recordamos los trabajos de Gabriel Guarda, Armando de Ramn, JuanParrochia, Eduardo Secchi, Osvaldo Cceres, Humberto Eliasch y Manuel Moreno,entre otros.7 Arturo Almandoz, Notas sobre historia cultural urbana. Una perspectiva latinoamericana, en PerspectivasUrbanas N 1, y Jos Luis Oyn, Historia urbana e historia obrera: reflexiones sobre la vida obrera y suinscripcin en el espacio urbano, 1900-1950, en Perspectivas Urbanas N 2. Ambos textos disponibles enwww.etsav.upc.es/urbpersp.

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    urbanstica latinoamericana, al punto que parcialmente determinaron lascaractersticas de las ciudades durante el crucial perodo de rpido

    crecimiento demogrfico y fsico que muchas de ellas experimentaron a partir de las ltimas dcadas del siglo pasado. Esas teoras y prcticasdominaron tambin la enseanza de la arquitectura y del urbanismo hastala Segunda Guerra Mundial por lo menos y en muchos pases durante lasdcadas siguientes8.

    Siguiendo esta reflexin, la conclusin principal de las actuales investigaciones esque Santiago no sigui una trayectoria unvoca, sino que ms bien en orden a sumulticulturalidad e influencias externas- se vivi la experiencia de ciudades dentrode la ciudad: Every city once wanted to be another. In particular moments of theirhistory, cities have tried to copy some admired, and sometimes remote, models.

    The notion of influence, conceived as a passive one-way movement, is not itselfable to describe properly this kind of relationship. In fact, this sort of process ofimitation, has sometimes proved to be of a very creative nature. De esta forma, elpunto de vista se ha distanciado de la dialctica estrictamente centrada en la urbey lo poltico-ideolgico, donde el estado era el actor esencial para comprender lasvariaciones del tejido urbano9.

    En este panorama, temticas como el espacio pblico adquieren nuevasperspectivas de estudio. Desde una visin matizada de la propuestahabermasiana, ltimamente se ha desarrollado este tipo de espacios desde locultural, pero siempre interpretando la ciudad a partir de artefactos urbanos, es

    decir, desde la forma entrecruzada fugaz e inestablemente con la poltica. Lateora urbana tambin ha apreciado al espacio pblico como un campo vlido deestudiar en un contexto posmoderno que minimiza su status ciudadano10. Dichode otro modo, el espacio pblico ha sido revalorizado en paralelo a la emergenciade la ya mencionada historia cultural urbana, por lo que la investigacin empricasobre aquellos por lo menos en el caso capitalino- recin est comenzando.

    En resumen, la HCU se interesa por la produccin de discursos yrepresentaciones en la sociedad, ms que en cmo las clases sociales sedesarrollan controlando o disputando medios de produccin. Sin duda, esteenfoque posibilita definir al centro cvico como un artefacto urbano en el que seentremezclan forma y poltica y, por tanto, un lugar en que lo cultural tiene tanto

    que decir como la poltica pblica urbana. Y si la mirada se centra en el centrocvico comunal, el factor cultural tiene la impronta de la comunidad local, o de la

    8 Jorge Enrique Hardoy, Teoras y prcticas urbansticas en Europa entre 1850 y 1930. Su traslado a AmricaLatina, en J.E. Hardoy y R.M. Morse (comps.), Repensando la ciudad de Amrica latina, Grupo EditorLatinoamericano, Buenos Aires, 1988, pp. 97-98.9 La cita en Fernando Prez Oyarzn y Jos Rozas Vera, Cities within the City: Urban and ArchitecturalTransfers in Santiago de Chile, 1840-1940, en Arturo Almandoz (ed.), Planning Latin America's capital cities,1850-1950, London: Routledge, 2002, p. 109. Sobre lo segundo, Patricio Gross, Santiago de Chile (1925-1990): planificacin urbana y modelos polticos, en Eure (Vol. XVII, N 52/53), Santiago, 1991.10 Adrin Gorelik, La grilla y el parque. Espacio pblico y cultura urbana en Buenos Aires, 1888-1936, U.Nacional de Quilmes, Bs. As., 1998, y Rodrigo Salcedo, El espacio pblico en el debate actual: Una reflexincrtica sobre el urbanismo post-moderno, en Eure (Vol. XXVII, N 84). Santiago, septiembre 2002.

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    esfera pblica (Habermas) donde surgen las condiciones del vnculo con elestado y las formas del asentamiento cvico espacial11.

    En este documento, el anlisis se fijar en la capital, Santiago, en el lapsocomprendido aproximadamente entre 1940 y 1960, trabajando tanto con lasformas arquitectnicas de los centros cvicos subcentrales, como con losreducidos vestigios documentales que han dejado los municipios. En definitiva, elobjetivo general de este trabajo es producir una cartografa histrica de los centroscvicos municipales de Santiago en esos aos, viendo el papel desempeado poralgunos de los actores involucrados a travs de discursos y dispositivos. No estde ms indicar que la ciudad contaba en esa poca con un nmero de comunasmucho menor, ya que la enorme extensin de la municipalidad de Santiagoocupaba territorios de las actuales comunas de Independencia, Recoleta, Conchal

    y Estacin Central, entre otras. En consecuencia, esta investigacin abordarcinco gobiernos locales que rodeaban por todo su permetro con distintassuperficies a las actuales- a la municipalidad de Santiago: Macul, uoa,Providencia, Quinta Normal y San Miguel. Para ello, en primer lugar se abordarbrevemente el legado decimonnico (memoria arquitectnica y urbanstica), paraluego pasar a las primeras dcadas del siglo veinte, revisando el desarrollohistrico de dichas administraciones locales y su materializacin en el espaciopblico. Una segunda fase de indagacin -correspondiente a un segundodocumento de trabajo- corresponder a la interpretacin de la obra arquitectnicay urbanstica de los centros cvicos, dando cuenta de elementos de visibilidad,estilo y otros.

    3. Planificacin, paradigma, racionalizacin disciplinaria

    Cules son las bsquedas empleadas para el asentamiento de los centroscvicos locales en Santiago? Cmo se materializ la tensin entre forma ypoltica, fundamental para comprender la nocin de espacio pblico / cvico? Enesta seccin apuntaremos a tres vectores para responder esas interrogantes: elmtodo cientfico (la planificacin urbana) que lentamente adquiere un statussignificativo al interior del aparato estatal; los resultados positivos que del diseourbano se obtienen y quedan como ejemplos a seguir (el paradigma); y la idea deproyecto que irrumpe en esas experiencias y replantea los objetivos y mtodos,

    indicando nuevos caminos o confirmando los ya recorridos (racionalizacindisciplinaria). Para ello me remitir a tres momentos: la herencia en el imaginarioque queda luego de la intendencia de Vicua Mackenna, que a su vez articula lasrespuestas a los desafos urbanos, la consolidacin del Barrio Cvico desde ladcada de 1930, y las propuestas de centros cvicos del arquitecto SergioArmstrong (1955).

    11 Jurgen Habermas, Historia y crtica de la opinin pblica. La transformacin estructural de la vida pblica,Gili, Barcelona, 1991. El concepto de artefacto urbano y la definicin de espacio pblico como relacinefmera y sinuosa entre forma y poltica, en A. Gorelik, La grilla y el parque..., op. cit., introduccin.

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    3.1. Acerca del diseo urbano en Santiago durante el primer terciodel siglo veinte.

    Indudablemente, investigar la planificacin urbana en Santiago de Chileimplica remitirse a la intendencia de Benjamn Vicua Mackenna. Sin nimo deefectuar una descripcin exhaustiva, puedo indicar que su labor edilicia significsealar no slo los lmites internos y externos de la ciudad junto con laespacialidad e higiene pblica y el sistema de vialidad y accesibilidad- sino sobretodo demarcar cules eran las herramientas de las que dispona el Estado y lasfronteras de accin para ponerlas en prctica12. En un caso indito en el Chiledecimonnico, fue una figura que desde la intendencia emergi como estadista yhombre pblico, y cuyos planes influyeron por dcadas la actividad edilicia dediseo urbano.

    Qu ocurri con el legado de Vicua Mackenna? Sus obras quedaron como unmodelo de planificacin en la ciudad, conservndose en la memoria de losalcaldes, intendentes y personajes pblicos ligados al tema espacial. Aun ms,varios trabajos que Vicua no concret, fueron implementados con el curso de losaos. Pero cmo se desarroll el vnculo entre el municipio y la planificacinurbana? Y ms especficamente, de qu gobierno local estamos hablando si nosremontamos a la primera mitad del siglo veinte? En el Santiago y el Chile de lapoca, al igual que en pases vecinos, la administracin local enfrent dos grandesdesafos. Uno proyectual, como es la autonoma o afn descentralizador y otrodefinitivamente problemtico: la falta de recursos econmicos derivada de la

    expansin urbana y demogrfica. Hardoy lo indic as en una notable sntesis delpanorama latinoamericano:

    Los municipios acudieron al apoyo del crdito extranjero u otorgaronconcesiones de explotacin a empresas extranjeras, continuando la prcticaque haba impulsado la extensin de las redes de agua potable, desagescloacales, tranvas y electricidad en las dcadas anteriores. El crditoexterno era tambin utilizado para financiar a los propietarios lapavimentacin de las calles y para construir mercados, edificios para laasistencia pblica, edificios municipales y hospitales municipales. (...) Todoslos pases se integraron antes o despus a estos mecanismos de

    prstamos directo, concesiones o lanzamientos de bonos en un intento demodernizar la ciudad. Ya era obvio que las ciudades se extendan conmayor rapidez que la capacidad de los gobiernos municipales de extenderlos servicios ms indispensables a los nuevos barrios que se aprobaban eincorporaban anualmente en la periferia de las grandes ciudades. Losmunicipios gozaban de una autonoma que nunca han recuperado, pero susingresos genuinos eran limitados, en parte debido a la carencia demecanismos giles de actualizacin y recoleccin de los impuestos a lospredios. An no haban sido establecidas las grandes agencias autnomas

    12 Fernando Prez Oyarzn y Jos Rozas Vera, Cities within the City, op. cit.

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    de los gobiernos centrales que a partir de la Segunda Guerra Mundialasumiran, bien o mal, la construccin y administracin de los servicios

    pblicos esenciales. Como consecuencia, y debido a la acumulacin de susdeudas, muchos municipios entraron en una situacin financiera crtica13.

    Figura N 1: Expansin Urbana del Gran Santiago (1575-1981)Jrgen Bhr y Gnter Mertins, Desarrollo poblacional en el Gran Santiago entre 1970 y 1982, en

    Revista de Geografa Norte Grande, 12, 1985, p. 15.

    El desatado crecimiento urbano mencionado por Hardoy puede aplicarseperfectamente al caso santiaguino. La figura N 1 muestra cmo entre 1890 y1925 ese aumento fue casi tan elevado como en los cien aos anteriores,especialmente en Providencia, Quinta Normal, La Cisterna, San Bernardo y LaChimba. Para 1940, el fenmeno se haba extendido sobre todo por San Miguel,Recoleta, Independencia, uoa, Santiago suroriente, y las mismas comunas deProvidencia y Quinta Normal. Es decir, en esos aos el permetro contemplado por

    13 Jorge Enrique Hardoy, Teoras y prcticas urbansticas en Europa entre 1850 y 1930, op. cit., p. 120.

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    Vicua Mackenna en la dcada de 1870 haba sido totalmente desbordado. Comose aprecia, esto ocurri sobre todo en las comunas subcentrales que aqu se

    investigan, esto es Providencia, uoa, Quinta Normal y San Miguel. La cuestines cmo las institucionalidades locales y el poder central, esto es, losresponsables del diseo urbano, visualizaron el problema. Y, msespecficamente, cmo utilizaron los centros cvicos en esa orientacin.

    3.2. El (trans) paradigma: el Barrio Cvico (la dcada de 1930 y despus)

    Uno de los principales investigadores sobre el Barrio Cvico, AlbertoGurovich, ha tomado prestado del autor brasileo Jacinto Rodrguez el conceptode transparadigma. Con ste pretende considerar el juego de variables y

    atributos que fusionan las intervenciones de produccin espacial, los significados ycualidades incorporadas, y los comportamientos sociales no intervinientes queactan en el mbito multidimensional del proyecto. Cul es la definicin detransparadigma? Aunque Gurovich no lo menciona, es una categora herederade la nocin de paradigma de Thomas Kuhn, aquel factor que absorbe o impideel cambio durante largos perodos mediante pequeos ajustes, pero quefinalmente se desmorona (...) Es algo que los individuos utilizan para explicar suexperiencia, aunque al mismo tiempo configura su pensamiento14. Sobre esabase, Jacinto Rodrguez explica su definicin de transparadigma:

    ...en la realidad existen transparadigmas que se metamorfosean o entran

    en ruptura continuamente, manifestando diferentes aspectos del poderpoltico, unas veces hegemnicos, otras veces subordinados. Sucede quelo que se nos figura como la hegemona de un poder, revela muchas vecesla fase final de ese modelo, listo a sucumbir en la vorgine de losantagonismos que el mismo poder a generado...15

    Lo cierto es que la mirada profesional al espacio urbano del poder en Santiago esun proceso que se remonta, por lo menos, a la segunda mitad del siglo XVIII.Durante el primer tercio del siglo veinte el (trans) paradigma se adscribi a lasdirectrices de Vicua Mackenna, siendo reforzado con una mirada de proyectos yplanes. Pero slo desde 1929, con la contratacin del urbanista austriaco Karl

    Brunner, el tema entra con fuerza en las prioridades de las autoridades de eseentonces. Con la ley 4.828 de 1930 se autoriz su levantamiento y el Barrio Cvicocomenz a tomar forma: arquitectos como Ricardo Gonzlez Corts y Josu SmithSolar dejaron obras soberbias en torno al Palacio de la Moneda. El programa,interrumpido al inicio del gobierno democrtico de Alessandri Palma (1932-1938),es retomado por Karl Brunner, quien llega a Chile por segunda vez en 1934. Las

    14 Peter Burke Relevancia y deficiencias de la historia de las mentalidades, en P. Burke,Formas de historiacultural, Alianza, 2000, p. 224.15 Citado por Alberto Gurovich, La solitaria estrella: en torno a la realizacin del Barrio Cvico de Santiago

    de Chile, 1846-1946, en Revista de Urbanismo N 7, enero 2003, sin nmero de pgina. Disponible en

    www.revistaurbanismo.uchile.cl

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    recomendaciones del austriaco sobre la Plaza de la Constitucin (emplazada alnorte de la Moneda), son sistematizadas por el arquitecto Eugenio Freitag, quien

    entrega la versin definitiva. Por otra parte, las indicaciones de Brunner paraancho de calles, volmenes y fachadas de edificios son revisadas y transformadasen ciertos aspectos por una comisin de arquitectos, donde prevalece la opininde Carlos Vera Mandujano. Finalmente, para unificar el conjunto se opta por lapropuesta de Alfredo Prat Echaurren, partidario del estilo de los HOFvieneses: laopcin rectilnea, ms simple y sobria16.

    Es importante recalcar la generosa cantidad de arquitectos y urbanistas queparticipan en la discusin sobre el diseo del centro cvico del poder ejecutivo. Alrespecto, la labor de Brunner merece la atencin no slo por el carcter de susorientaciones, sino sobre todo porque finalmente stas fueron en gran medida

    modificadas. Sin duda, es el momento en que surge en el pas, sino un debate, almenos una discusin puntual sobre el espacio urbano en su vertiente pblica. Y,simultneamente, acerca de la arquitectura pblica y sus vnculos con lastendencias modernas en boga en Europa y Estados Unidos. De igual manera,llama la atencin que despus de dcadas se haya materializado el levantamientodel Barrio Cvico precisamente durante la administracin autoritaria de Ibez.Ms all de estas interrogantes, reitero el tema central, cual es que a partir de esemomento se inici en Chile un intercambio de ideas sobre los centros cvicos.Dicho de otro modo, se trata de una racionalizacin disciplinaria, pero en la queest presente una dialctica de larga duracin: expresin de ciudadana o deautoridad vigilante y espacio racionalizado?

    Ahora bien, como seal, la edificacin del Barrio Cvico estuvo detenida al iniciode la administracin de Alessandri Palma, reactivndose a medida que sesuperaba la crisis econmica de 1929. Pero avancemos en el tiempo. 1938 es elao del triunfo del Frente Popular en las elecciones presidenciales, representadopor el abogado y profesor radical Pedro Aguirre Cerda. Comunistas, radicales ysocialistas apostaron por la va del centralismo democrtico para generar unproyecto de pas cuyo fundamento era el papel protagnico del estado en lasdistintas esferas. Se trataba del estado desarrollista, que no poda sinomenoscabar la lgica descentralizadora del gobierno local. La imagen del nuevopresidente en un balcn del Palacio de La Moneda, con sus seguidores intentando

    subir para estrechar su mano y entregarle una bandera chilena, dice muchoacerca de las expectativas que se centraron en Aguirre Cerda. La propia intencindel fotgrafo -y de quienes difundieron su imagen- nos habla de la idea, o incluso,del objetivo del Frente y la mayora de la sociedad civil: La Moneda es el poder;ergo, la poltica debe pasar antes que nada por ella. Se trata del presidentepopular cercano a la gente, quien desde el Palacio solo quiere gobernar para

    16 La cita en Alberto Gurovich, La solitaria estrella, op. Cit. Ver tambin Fernando Prez Oyarzn y Jos

    Rozas Vera, Cities within the City, op. cit., pp. 130-132 y Humberto Eliash y Manuel Moreno.Arquitectura

    y Modernidad en Chile/ 1925-1965, Universidad Catlica de Chile, Santiago, 1989, p. 107. Como indican

    estos ltimos, Se trata en definitiva de un plan que intenta modernizar la estructura urbana pero conservando

    su trama fundacional en base a manzanas, calles-corredor y plazas.

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    educar. Qu ejemplo ms claro de un estilo democrtico de gobierno que unlder cercano y afectuoso con el pueblo, desde la arquitectura del poder ejecutivo,

    desde la visibilidad del centralismo17

    ?

    Figura N 2. Pedro Aguirre Cerda y sus partidarios en un balcn del Palacio de la Moneda (1938).Los 100 eventos de la historia de Chile, Las ltimas Noticias & Editorial Los Andes, Santiago,

    2004, p. 143.

    Sin embargo, el hecho que todas las miradas se fijaran el centro cvico del poderejecutivo llev a un virtual olvido de aquellos subcentrales y perifricos.

    Documentos, escritos especializados de prensa y artculos informativosdescribieron y analizaron el espacio del centralismo poltico, en desmedro decentros cvicos comunales que pasaron desapercibidos para la opinin pblica.Siguiendo a Gabriel Salazar, este aspecto tiene motivaciones ms profundas queel vector del (trans) paradigma en el diseo urbano. Es uno de los resultados delajuste o reestructuracin en el sistema de poder:

    17 Sobre el estilo democrtico a travs de las fotografas e imgenes, Peter Burke, Visto y no visto. El uso de

    la imagen como documento histrico, Crtica, Barcelona, 2001, pp. 89-90.

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    Despus de 1932 y sobre todo despus de 1938, por contraste, influy latendencia de los partidos de centro y de izquierda -que monopolizaron la

    mayora electoral y la conduccin del movimiento popular- a afianzar el viejocentralismo poltico, o bien incentivando el reivindicacionismo social frenteal Estado, o bien transformando el Estado en un Estado-Empresario ySocial-Benefactor. Esta tendencia fortaleci la asociatividad partidario-militante al costo de erosionar y desintegrar progresivamente laasociatividad mancomunal, estrictamente ciudadana. Como es lgico, estenuevo cuadro asociativo (populista) incub un rgimen municipal tan dbily marginal como era la concepcin de ciudadano que lo sostena. Enconsecuencia, despus de 1930 las leyes municipales del democratizadoEstado chileno no hicieron ms que abrir generosos espacios para laconsolidacin del nuevo centralismo estatista, despojando a los municipios

    de toda autonoma y de todas sus atribuciones histricas (las polticas desalud, educacin, desarrollo productivo y aun de polica local pasaron aotras tantas Direcciones Generales del Estado central) [...] Lo anteriorexplica que, despus de 1930, mientras el movimiento popular tenda anegociar, interlocutar y / o luchar en relacin directa y proporcional a lalgica poltica del poder central, el movimiento de alcaldes y regidorescontinuara buscando diversas frmulas de asociatividad corporativa yresucitando, una y otra vez, su viejo discurso autonomista...18.

    3.3. Centro Cvico Urbano y Centro Cvico comunal: anlisis y propuestade Armstrong (1955)

    En Octubre de 1958, la Universidad de Chile edit un conjunto de estudiossobre la capital escritos entre 1955 y 1957, desde perspectivas como el desarrolloeconmico, el sistema de transporte y, quizs por primera vez, los centros cvicos.El arquitecto de la Direccin de Planeamiento del Ministerio de Obras Pblicas,Sergio Armstrong, centr su trabajo -redactado en noviembre de 1955- en cuatrocomunas: Quinta Normal, uoa, Providencia y San Miguel. Su motivacin paraexcluir la inmensa comuna de Santiago fue precisamente para apreciar lasdificultades y desafos de los centros cvicos subcentrales. Para ello, sumetodologa abord tres lneas: los factores que en parte eran exgenos yservan como antecedentes, la estructura de los centros cvicos y el rol de las

    autoridades centrales y comunales en el tema.

    En cuanto a lo primero, dividi su explicacin en tres puntos: 1) la expansinurbana de la capital, 2) el origen de las comunas y 3) la dialcticacentralizacin/descentralizacin. Qu dijo de este ltimo elemento?

    Desde su origen hasta unos 10 o 12 aos, las comunas han desarrolladouna vida lnguida, deficiente [...] el factor ms decisivo es la falta de unequipamiento comunal que retenga en las comunas a sus habitantes o en

    18 Gabriel Salazar, El Municipio Cercenado, op. cit., pp. 15-16.

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    otros trminos, falta de conciencia comunal y madurez cvica parasolucionar los problemas locales, entre estos el trabajo y las compras

    dentro de la comuna (relacin de las poblaciones obreras con las industriasy comercio especializado).Hasta ahora todos los habitantes del Gran Santiago han dependidoenteramente del centro de Santiago, ya sea en lo comercial, actividadesdiarias, trmites administrativos, etc.19

    En otras palabras, el arquitecto vio el centro santiaguino primero como lugarde servicios y comercio y secundariamente como espacio de residencia. La figuran 1, si bien no muestra el despoblamiento del centro, s permite apreciar que para1952 la capital haba crecido especialmente hacia La Cisterna, uoa y el barrioalto (Las Condes y Vitacura), en desmedro del Santiago antiguo. Ahora bien, la

    concentracin de servicios en el centro capitalino era un fenmeno urbano enauge desde la dcada del treinta, pero que no haba sido estudiado nisistematizado por las autoridades. Por otro lado, la expansin hacia otrascomunas no haba trado consigo un equivalente en cuanto a la descentralizacin.De esta manera, Armstrong vislumbraba desde una perspectiva espacial y noestrictamente poltica, los efectos de la escasa autonoma municipal.

    Una vez revisados los antecedentes, el arquitecto organiz su informe sobre loscentros cvicos de la siguiente manera:

    las etapas por las cuales pasa actualmente una agrupacin comercial

    primaria hasta constituir un centro cvico y comercial comunal, en el GranSantiago; la estructura terica de un centro cvico comunal; los defectos de los actuales centros cvicos; la estructura terica del centro cvico urbano (lo que actualmente

    llamamos El Centro de Santiago); la vida propia comunal: primera etapa hacia la delimitacin orgnica de las

    comunas; la necesidad de una labor conjunta de las instituciones interesadas; y, por

    ltimo, el papel de planeamiento del MOP, en relacin con los centros cvicos.

    El primer punto distingue entre una fase primaria, donde el centro cvico no es tal,sino un centro comercial que slo influye en un vecindario a partir de pequeosservicios (bsicamente almacenes y bazares). Una segunda etapa corresponde asu extensin a todo un barrio, y una tercera a su formacin efectiva como centrocvico y centro comercial de lujo. A juicio del autor, ejemplos de esto ltimoseran, para 1955, las comunas de Providencia y uoa20.

    19 Sergio Armstrong, Centros Cvicos, en Departamento de Extensin Cultural de la Universidad de Chile,

    Seminario del Gran Santiago, Santiago, 1958. (Segunda etapa del Seminario del Gran Santiago).20 Idem, pp. 281-282.

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    Figura N 3: Centro cvico y comercial de la comuna de Providencia. Sergio Armstrong, CentrosCvicos, op. cit, sin nmero de pgina.

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    Figura N 4: Centro cvico y comercial de la comuna de uoa. Sergio Armstrong, CentrosCvicos, op. cit, sin nmero de pgina.

    Respecto a la estructura terica de un centro cvico comunal, anlisis propio del

    funcionalismo de la poca, Armstrong ofrece una extensa definicin que resulta tilpara comprender cmo las autoridades se acercaban a la cuestin:

    El Centro Cvico ideal es un conjunto de edificios administrativos,comerciales, culturales, sociales y asistenciales que agrupados odistribuidos en el rea central de la poblacin traducen la madurez cvica desus habitantes y les permiten desarrollar una vida propia.

    Aplicando este concepto de Centro Cvico a las comunas, le da a los edificios quelo componen, funciones ms amplias y variadas.

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    El programa de estos centros variar de acuerdo con la poblacin,standard de vida y actividades caractersticas de las comunas,

    llegando a ser el reflejo fiel del modo de ser de sus habitantes.Los edificios bsicos que deben aparecer en todas las comunas son:1. Municipalidad;2. Correo y telgrafo comunal;3. Registro civil, identificacin, inscripcin electoral;4. Comisara y juzgado de polica local;5. Centro de salud comunal;6. Club social y auditorio, y7. Mercado cubierto.[...]

    La ubicacin del Centro Cvico ideal antes descrito, debe ser entrevas importantes de circulacin intercomunal o prximo a ellas einmediato a los Centros Comerciales; ocupando un rea que destinela mayor parte de su superficie a los peatones, separando a stos delos vehculos, que deben tener un circuito aparte.21

    Creo importante destacar, a partir de la concepcin funcionalista de la planificacinurbana, la cuestin de un ideal de centro cvico, capaz de modelar las virtudesciudadanas. Para ello era indispensable que el gobierno local ampliara susdependencias, o mejor, que hubiera una apropiacin del espacio por parte de laadministracin municipal.

    A su vez, comparando entre el ideal y lo construido, el arquitecto indic que elprincipal defecto de los centros cvicos analizados era su extensa distribucinlineal, en paralelo a las avenidas de mayor trfico comunal. Esto, que implicabauna psima conectividad entre los edificios pblicos, era simultneamente undoble problema para el habitante. Por una parte, como conductor de vehculo, nocontaba con estacionamiento. Por otra, como ciudadano, al no contar con un reade reunin cmodo (plaza o gora), deba cruzar las calles una y otra vez. Aunms, seal que los centros cvicos investigados ni siquiera tenan reasanteriores a edificios que tienen un carcter representativo o que producenaglomeraciones22. Esta afirmacin, si bien era fuertemente discutible para el caso

    de uoa, cuya Plaza otorgaba otro sentido al centro cvico, tena plena validezpara municipios como Providencia y Quinta Normal. Incluso San Miguel, que tenaun rea verde relevante como el Parque El Llano, desmembraba su centro cvico alo largo de la transitada Gran Avenida.

    21 Idem, p. 283. Cursivas en el original.22 Op. cit., p. 283.

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    Figura N 5: Centro cvico y comercial de la comuna de San Miguel. Sergio Armstrong, CentrosCvicos, op. cit, sin nmero de pgina.

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    Figura N 6: Centro cvico y comercial de la comuna de Quinta Normal. SergioArmstrong, Centros Cvicos, op. cit, sin nmero de pgina.

    En cuanto a la estructura terica del centro cvico urbano, el funcionario pblicoacot este concepto al centro de Santiago, sealando las contribuciones quepoda hacer a las restantes comunas. Reconoci la necesidad de contar con uncentro urbano pujante, donde se instalaran las sedes centrales de las institucionesy empresas, pero que no concentrara todas las actividades. As, los habitantes delas comunas necesitaran ir slo semanal, quincenal o mensualmente al centrocvico urbano.

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    El siguiente apartado trat acerca de la vida propia comunal. En l, Armstrong

    indic que muchas comunas haban surgido por decisiones arbitrarias, sin uncriterio territorial coherente. Un adecuado equipamiento constitua la base de laautonoma local, pero en ocasiones ello no era suficiente. La causa era el antiguoy execrado centralismo, que llevaba a que la comuna de Santiago administrarasectores distantes, como Conchal.

    Ahora bien, al revisar el rol de la municipalidad y el gobierno central, Armstronghabl de la tarea conjunta entre las instituciones pblicas y privadas. Y aunqueadmiti los avances en la instalacin de sucursales en las comunas, expres quese estaba haciendo en forma aislada sin un plan de conjunto que coordine los

    planes particulares23.

    Para finalizar, el arquitecto propuso tres lneas de trabajo a seguir por el MOP.Estas eran:

    a) Elaborar un Plano Intercomunal en conjunto con los municipios, dondeel sistema vial deba ser prioridad.b) Coordinar el diseo e instalacin de la administracin local y los privadosen los centros cvicos.c) Entregar bases jurdicas para iniciar un debate legislativo en torno elequipamiento comunal.

    Qu reflexiones breves pueden desprenderse del estudio de Armstrong? Enprimer lugar, el trabajo est enmarcado en lo que podramos calificar deanteproyecto para el Plan Intercomunal de 1960. Los Seminarios del GranSantiago sirvieron tanto para la racionalizacin urbanstica como para elplanteamiento de problemas pblicos -antes considerados privados- que requeranpolticas pblicas. Una segunda reflexin es que el documento del arquitecto delMOP considera numerosos aspectos que hasta entonces slo se haban postuladode manera individual, sin conectarlos en torno a una problemtica comn. Con

    justa razn, el arquitecto da por hecho que el centro de Santiago ya estabaconstituido y la mirada deba extenderse hacia otros polos comunitarios. A partirde esa premisa, el autor hace un anlisis sumamente crtico de los gobiernos

    locales y su espacialidad. Es una visin novedosa del para entonces histricodiscurso centralizacin/descentralizacin, centrndose en el espacio cvico comomodelador de ciudadana.

    4. Conclusiones

    Los tres momentos que he seleccionado sobre los centros cvicossubcentrales de Santiago intentan, de diferentes maneras, comprender cmo sudinmica arquitectnico-urbanstica se desenvuelve en la disyuntiva

    23 Op. cit., p. 285.

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    centralizacin/descentralizacin. En este sentido, recorrer algunos de losdiscursos y las omisiones en torno a ellos posibilita apreciar al poder ejecutivo

    como eje de la poltica nacional, gracias a un sistema poltico histricamenteproclive al presidencialismo. Como contraparte, los gobiernos locales han llevadouna historia de movimientos desmemoriados (G. Salazar) que les ha restadoeficacia y argumentos a sus demandas autonmicas, especialmente desde ladcada de 1930. Lgicamente, ello tambin ha repercutido en cmo los municipioshabitan el espacio urbano.

    Ahora bien, si esto significa pensar en los centros cvicos desde la poltica, lahistoria cultural urbana los analiza desde la materialidad construida por lasformas culturales de una sociedad, ampliando as la variable estrictamente ligadaal sistema de poder. En esa perspectiva incluyo los tres momentos que sirven de

    base a este documento, los que puedo resumir -con los riesgos y limitaciones queimplica todo reduccionismo- en breves conceptos: planificacin urbana, paradigmay racionalizacin disciplinaria.

    Al hablar del legado de Vicua Mackenna, he propuesto realzar su funcin deintendente en el espacio urbano. Qu significa esto exactamente? Que porprimera vez un edil dej una huella profunda en las formas de planificar la ciudad.Es cierto que Vicua no fij su atencin en los centros cvicos, ya que en esapoca prcticamente todo el radio urbano de la capital estaba comprendido dentrode la comuna de Santiago, y por ende, slo exista un espacio del poder poltico: elPalacio de la Moneda. Sin embargo, en esos momentos era necesario aclarar un

    factor fundacional, como eran los lmites territoriales y simblicos de la urbe y losdispositivos estatales (en este caso especficamente intendenciales) disponiblespara delimitar la ciudad.

    Frente a ese horizonte de posibilidades abierto por Vicua Mackenna surgieron losprimeros y tmidos proyectos urbanos que podra calificar como primigeniasplanificaciones para Santiago. No obstante, en ellos los municipios seran un actorausente o de muy limitada capacidad de accin. Efectivamente, pese a susobjetivos autonmicos, los gobiernos locales, que surgieron en gran nmero desdela ley de comuna autnoma de 1891, no pudieron participar en esa incipientepreocupacin. An para desarrollar sus propios centros cvicos, el principal

    obstculo fue la escasez de recursos. Adems, las nuevas comunas debanafrontar un sostenido crecimiento demogrfico y las nefastas consecuencias deello en la infraestructura local. De esta forma, durante el lapso 1900-1930 loscentros cvicos de las comunas subcentrales capitalinas no slo quedaron en unsegundo plano, sino tambin mostraron la ausencia de una tradicin de diseocvico.

    Es en esa coyuntura donde apareci el urbanista austriaco Karl Brunner. Comopoda suponerse en un sistema de poder presidencialista, Brunner centr sutrabajo en la Moneda y su entorno. Ms all de ubicarse arquitectnica yurbansticamente en el lado opuesto de Le Corbusier y el CIAM, creo relevante

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    destacar la visibilidad que Brunner pretende entregar a dicho centro cvico. Desdeluego, este emerge como un paradigma en el desarrollo urbano de Santiago, con

    un imponente edificio (Palacio de la Moneda) ubicado frente a una va de grancirculacin (la Alameda). Pese a las transformaciones del proyecto original, elBarrio Cvico mantuvo esa orientacin global, como se aprecia en los proyectos delos arquitectos chilenos que continuaron el trabajo. En otras palabras, se trata dela visibilidad del centralismo y del respaldo arquitectnico-urbano alpresidencialismo como forma de gobernar el estado.

    Cuando en 1955 el arquitecto Sergio Armstrong redact su trabajo sobre loscentros cvicos del Gran Santiago, el Barrio Cvico ya estaba constituido. Lamirada del funcionario pblico se orient, entonces, hacia las comunassubcentrales, donde los centros cvicos aparecan como un detalle o un mero

    ncleo de burocracia municipal. Pero, a diferencia de lo ocurrido ochenta aosantes, no fue la intendencia la encargada de visualizar la ciudad: es el turno delMinisterio de Obras Pblicas, organismo al que perteneca Armstrong. Desdeluego, los tiempos haban cambiado y el arquitecto no tena la gravitacin de unintendente decimonnico. En consecuencia, su anlisis y sus propuestas sontiles, para mis efectos, ms como ideas de planificacin que como decisionesfinalmente llevadas a cabo.

    Como lo haban reclamado por dcadas los gobiernos locales, elfuncionario del MOP vio en el excesivo crecimiento de la capital un elementonegativo, pero critic especialmente la dependencia de las comunas -comercial,

    administrativa y recreacionalmente- respecto del centro de Santiago. De hecho,slo uoa contaba con un espacio cvico consolidado y visible, adems dencleos comerciales. Providencia, a su vez, no destacaba por su centro cvico,sino por tener un centro comercial de lujo. Es decir, Armstrong contempl desdeel centralismo las consecuencias nocivas de la escasa autonoma municipal. Lassoluciones propuestas eran acordes a su contexto, receptivo a la modernidadarquitectnica. Por ello el arquitecto plante la necesidad de un Centro Cvicoideal, con determinado emplazamiento y con presencia de edificiosadministrativos indispensables. La consecuencia esperada era aumentar elcivismo de los habitantes y la posibilidad de desarrollar una vida autnoma, nodependiente del centro histrico.

    Los motivos por los que esto no haba ocurrido los lig al excesivo centralismo y laescasa planificacin. Se comprende entonces su propuesta de confeccionar unPlano Intercomunal en conjunto con los municipios, as como discutir elequipamiento y diseo urbano para los edificios de los gobiernos locales y lasempresas privadas que se construyeran en los centros cvicos. De esta forma,Armstrong sintetiza ms de cincuenta aos de bsqueda y ensayos urbanos, depolticas pblicas y de dilogos de la arquitectura con la poltica.

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    5. Fuentes y bibliografa

    1. Fuentes

    Sergio Armstrong, Centros Cvicos, en Departamento de Extensin Cultural de laUniversidad de Chile, Seminario del Gran Santiago, Santiago, 1958. (Segundaetapa del Seminario del Gran Santiago).

    2. Bibliografa

    A) Artculos y documentos de trabajo

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    Peter Burke Relevancia y deficiencias de la historia de las mentalidades, en P.Burke, Formas de historia cultural, Alianza, 2000.

    Reinhard Friedmann y Sergio Micco, Teora municipal. Una introduccin a losgobiernos locales comparados, trabajo presentado en el I Curso Internacional deGestin Municipal y Descentralizacin, Instituto Latinoamericano y del Caribe dePlanificacin Econmica y Social Naciones Unidas, Santiago de Chile, 1994.

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    Jos Luis Oyn, Historia urbana e historia obrera: reflexiones sobre la vida obreray su inscripcin en el espacio urbano, 1900-1950, en Perspectivas Urbanas N 2.Disponible en www.etsav.upc.es/urbpersp.

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    B) Libros

    Arturo Almandoz, (ed.), Planning Latin America's capital cities, 1850-1950, London,Routledge, 2002.

    Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histrico,Crtica, Barcelona, 2001.

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