Arona Allocco - Barbara Pasion

BRBARA PASIN ARONA ALLOCCO

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Edicin: junio 2009 Derechos ebooks reservados Editora digital Lectura y correccin: Bea Sylva



CAPTULO 1

Barton galesa en el Mar de Irlanda.

Ao 728

La lucha estaba llegando a su fin, slo se oyeron por breves

instantes el chocar de algunas armas, para luego dejar pasar quejidos

de dolor. Haba cuerpos esparcidos, unos estaban muertos y otros

heridos. El olor de la sangre se elevaba en el ambiente.

Un grupo numeroso de vikingos haban atacado repentinamente

sin dar la menor oportunidad a los sajones. Haban luchado como

expertos y despiadados guerreros, y ahora que se saban vencedores,

observaban con satisfaccin los resultados.

Uno de ellos, de cuerpo enorme, dio rdenes rpidas y escuetas

para que se encadenasen a los sajones vivos, pero tiles y a los

gravemente heridos que se rematasen.

Mientras vea cumplir sus rdenes, su cara reflejaba desprecio y

satisfaccin. En su mente se materializaron escenas de haca dos

aos: los sajones se atrevieron a adentrarse en tierras ms al norte,

en el territorio enclavado de la baha de Lowestoft, tierras por las que

haban luchado y conseguido apropiarse haca ms de treinta aos su

padre junto a sus compatriotas, despus de decidir abandonar las

costas danesas buscando un lugar donde establecerse.

En aquella intrusin haban muerto muchos amigos, los sajones

eran muchos y haban tenido la suerte de que la mayora de los

hombres estaban lejos de la aldea en una partida de caza. La aldea

estaba prcticamente indefensa. Cuando la expedicin de caza



regres, encontr desolacin y destruccin, muertos, heridos y

desaparecidos, los heridos eran slo mujeres que haban sido

violadas, los desaparecidos mujeres y nios. Por las que

sobrevivieron pudieron saber que a los ms jvenes se los haban

llevado encadenados para esclavizarlos. Por ms que buscaron nunca

consiguieron encontrarlos, salvo a cuatro muchachas en un bosque

cercano. Estaban muertas, sus cuerpos desnudos, mutilados y con

seales de haber sido violadas sdicamente.

Afortunadamente su madre y hermano menor no les haba

sucedido nada, haban salido de la aldea para pasar un da en un lago

relativamente cercano, pero no haban tenido tanta suerte sus dos

primas, las haban matado y violado sin tener en cuenta que eran

apenas unas nias, y por eso jur vengarse, no tener compasin de

los sajones cuando llegase el momento, los tratara de igual forma,

sin piedad.

Un hombre se acerc, era varios centmetros ms bajo, con el

pelo color zanahoria y ojos negros, puso atencin a lo que le dijo.

Ya hemos encadenado a los prisioneros, la mayora tienen

algunas heridas sin importancia, nos servirn.

Asintiendo. Ordena que continuamos.

Dentro de la fortaleza, la vida se desarrollaba con normalidad, a

pesar de que el Seor, Thomas, haba salido de viaje hacia dos das.

Haba dejado a su hermana a cargo de la administracin, aunque ella

era muy joven, y a Alfred de la defensa del lugar.

Diane haba sido educada de una forma liberal para los tiempos

que corran. Saba de letras y nmeros, Thomas se haba encargado

de su preparacin, l al principio se haba negado pero como siempre

ella haba conseguido convencerle. Era una muchacha con

temperamento y acostumbrada a salirse con la suya de una manera o



de otra. No era como las dems damas, que obedecan y nunca

replicaban, se enfrentaba cuando no estaba de acuerdo. A pesar de

los enfrentamientos entre hermanos, ellos se profesaban un gran

amor, haban quedado hurfanos cuando Thomas tena diecisis

aos, obligndole a hacerse cargo de todas las propiedades adems

de educar a su hermana de diez aos y esto les haba unido,

tratndose con una inusual confianza, como dos camaradas a pesar

de los seis aos de diferencia.

Los vikingos avanzaron hasta la empalizada, detenindose ante

las puertas cerradas. El hombre que los lideraba se adelant unos

pasos. Era el mismo que haba ordenado encadenar a los sajones.

Meda casi dos metros de estatura, piernas bien formadas, largas y

musculosas, pecho ancho, caderas estrechas, brazos fuertes y

proporcionados. Un rostro joven pero fuerte de carcter, melena

rubio clara hasta los hombros, ojos azules de color intenso, nariz

recta y labios semi carnosos y marcados. Se poda decir que era un

ejemplar de extremada belleza a pesar de su expresin fiera. Con voz

grave y fuerte para poder ser odo en el interior de la fortaleza,

habl.

Vuestras fuerzas han sido derrotadas, os damos la

oportunidad de que salvis la vida, s abrs inmediatamente y os

entregis pacficamente.

Desde haca apenas media hora, que haban sido alertados por

un campesino, en el patio de la fortaleza se haba desatado el caos, la

gente corra y gritaba, pero la mayora se haban dirigido a la entrada

de la gran casa de dos pisos, en la cual se encontraba la seora, le

imploraban una solucin a pesar de saber que no haba esperanzas.

Un hombre algo ms decidido la llam con voz alarmada y temerosa:



Seora! Pero sta no poda escucharle, las seis mujeres

que la rodeaban gritaban y lloraban, al final pudo or y las hizo callar.

Habla.

Seora los vikingos estn ante las puertas y nos han dado un

ultimtum: exigen que nos rindamos sin condiciones, que abramos

las puertas inmediatamente y no nos matarn, dijo con deseos de

que ella tomase esa decisin.

Ella estaba asustada y nerviosa, no saba que hacer, pero lo

cierto es que no podran resistir ni un ataque ni un sitio. Las bodegas

estaban poco surtidas a la espera de reponerlas con la recogida de las

cosechas, cosa que deba de haber sucedido dentro de una semana, y

ese era el tiempo que como mucho les durara lo que tenan

almacenado. En cuanto a la defensa Alfred estaba con el grupo que

haba sido atacado y slo haba cuatro soldados para la defensa.

Mir a su alrededor, s presentaban alguna oposicin, la

mayora formada por siervos, mujeres, ancianos y nios, perecera.

Si fuese por ella no entregara el lugar pero tena que anteponer

su inters, tena que hacer lo mejor para su gente. Pasaron unos

minutos de tensin hasta que tom la decisin.

La situacin es muy grave y por el bien de todos nos

rendiremos, cuando se abran las puertas haced todo lo que ordenen,

no cometis ninguna temeridad. Ahora abrid las puertas y que Dios

nos ayude.

En cuanto las puertas se abrieron, los daneses entraron

rpidamente y rodearon a la gente obligndola a agruparse delante

del edificio principal.

El que pareca el jefe se acerc, y en la misma lengua de los

sajones les orden que callasen todos y pregunt quien estaba al

mando.



Nadie al principio contest, hasta que el hombre que haba

hablado con la Seora se adelant. Milord sali hace dos das a

controlar sus tierras del sur y en su ausencia dej a Sir Alfred, l ha

cado en la lucha, casi todos los que estamos somos siervos.

Mientras el dans observaba a la gente, le llam la atencin un

grupo de siete mujeres ataviadas con ricas ropas. Pregunt al

hombre.

Quines son esas siete mujeres?

La gente se volvi hacia ellas. La que las encabezaba era una

joven que bien podra ser una nia, aunque era un poco ms alta que

las dems. Tena una larga melena castaa rojiza, figura esbelta, piel

blanca y rostro bello. No era el tipo de mujer que a l gustaba pero

reconoca que sus ojos verdes como esmeraldas tenan fuego y sus

labios sensuales le atraan.

Despus de examinarla y ver que nadie se dignaba a contestar,

se dirigi directamente a ellas.

Vosotras tambin sois siervas o amigas del Seor?

Pregunt con insolencia y doble intencin.

La pequea joven enrojeci, despidiendo rayos por los ojos ante

el insulto solapado y escupi. No, estas son mis damas y yo soy la

hermana de Milord, y te exigimos que seamos tratadas segn nuestro

rango

l entrecerr los ojos, la joven es bastante insolente y temeraria

pens. Como te llamas?

Diane, Lady Diane, remarcando la palabra lady.

Diane, has perdido el lady, a partir de ahora eres una sierva

como todos los dems. Y sin darle oportunidad de contestar continu

dirigindose a todos. Todos los que estn dispuestos a jurar

servidumbre y lealtad que se pongan a la izquierda de la empalizada.



Todos lo hicieron progresivamente salvo el grupo de las siete

mujeres.

Los que habis decidido jurar recibiris el trato de siervos,

con sus derechos y deberes. Ahora iris a vuestras ocupaciones

habituales como si no hubiese sucedido nada. Con una sonrisa

irnica se dirigi a las siete. Vosotras al negaros a jurar, habis

optado por la esclavitud, desde este momento sois de mi propiedad,

haris cuanto os ordene y no tendris ningn derecho.

Inmediatamente Diane replic. T no puedes obligarnos a ser

siervas as que mucho menos tus esclavas. Por muy brbaro que seas

hasta t mismo podrs comprender una cosa tan simple. Somos

damas y como tales nos tratars.

Ivan ante tamao insulto, consigui controlarse para no

abofetearla, mujer impertinente! Creo que la que no entiendes

eres t, la situacin es diferente, no tienes ningn rango en esta

fortaleza, estis a mi merced y har lo que me venga en gana con

vosotras, entrate bien, que como esclavas haris y hablaris lo que

vuestro amo ordene.

Y acto seguido orden a tres de sus hombres que las encadenasen

en el poste central del patio. stos las empujaron hacia el poste y all

fueron engrilladas con las manos a la espalda, enganchndolas a las

cadenas que pendan del poste. A pesar de los gritos y de la

resistencia, no consiguieron nada.

Ivan mientras observaba, su cara reflejaba satisfaccin,

satisfaccin que haba nacido en el mismo instante en que no haban

elegido la servidumbre, ah si que se haba alegrado, se haban

ajustado a sus propsitos, aunque sus propsitos se cumplieron igual

porque acabaron siendo esclavas. No tena la intencin de dejarlas

libres. Una cosa eran los siervos, estos al fin y al cabo no tenan



capacidad de decisin y no haban sido los que atacaron su aldea,

pero los seores y la gente de rango si lo haban hecho y ellas seran

las que pagaran. Cuando comprob que estaban reducidas, se

desentendi del asunto y entr en la casa.

Dentro del edificio, en la planta baja, encontr un gran saln en

el cual haba tres largas mesas dispuestas en forma de U; al fondo

a la derecha haba un hogar rodeado de cuatro pesadas sillas.

A la izquierda una puerta que daba a una gran cocina, donde ya

haba actividad. Entre la puerta de la cocina y la de la entrada se

encontraba la escalera para acceder a segunda planta. Subi para

inspeccionarla. sta estaba dominada por un largo pasillo al que

salan varias puerta que daban a estancias, todas ellas eran

dormitorios, los dos ltimos eran los ms grandes, deduciendo que

stos deban de ser del seor y la hermana.

Entr en el izquierdo, era el que daba a la parte de atrs de la

casa, tena una amplia cama, una silla dispuesta frente a la ventana,

una mesa con una palangana y una jarra de cermica fina, y unos

arcones llenos de ropa de mujer, este era el cuarto de ella.

La decoracin era en todo suaves, no parecan armonizar con su

carcter, desde que la haba visto le haba llamado la atencin, en

especial esos ojos despidiendo fuego. El aroma que haba en la

habitacin era el mismo que haba percibido cuando la haba tenido

cerca. Estaba extraado consigo mismo, no se la poda quitar de la

cabeza, y era raro, pues a l siempre le haban gustado las mujeres

ms ajustadas a su tamao y ms rellenas, y sta era demasiado

menuda, pero a pesar de eso y de su delgadez, lo haba atrado.

Sacudi la cabeza, no iba a permitir que su masculinidad lo

dominase, l odiaba a los sajones y haba jurado vengarse tanto en



sus hombres como en sus mujeres, haba eliminado y sometido a

estos y a ellas las tratara de igual forma.

Dej la habitacin y se dirigi a la otra, esta era un poco ms

grande que la anterior; la cama era enorme con cuatro postes y un

dosel, una mesa y una silla. Tena un ventanal que daba al patio y

por el cual se poda divisar ms all de la empalizada. Los colores que

primaban eran sobrios y masculinos, y en los arcones haba ropa de

hombre y objetos valiosos. Esta ser mi habitacin! Se dijo.

Mientras esperaba que le trajesen sus pertenencias, se acerc otra

vez al ventanal, dirigiendo su mirada al lugar donde estaban las

esclavas, estaban de rodillas alrededor del poste, un grupo de

hombres las observaban con curiosidad y codicia, pareca una escena

de los mercados orientales que haba conocido, en estos sitios se

acostumbraba a subastar a los esclavos, la idea no le pareci del todo

absurda. Desde all pudo apreciar el miedo y la humillacin que

sentan por el ir y venir de sus hombres, pero ella no, los miraba de

frente, desafiante, como si fuesen sus iguales. Se apart

bruscamente del ventanal cuando sus hombres entraron en el cuarto

trayendo sus cosa, se lav y cambi, y baj al saln.

Los hombres de ms confianza ya haban ocupado las mesas

para la comida, esta discurri de forma alegre, el da haba sido

exitoso.

Al cabo de dos horas el saln estaba prcticamente desierto, los

hombres se marchaban a sus ocupaciones e Ivan haba salido con un

grupo de ellos a recorrer las tierras.

En este recorrido comprobaron que los campos estaban casi a

punto de ser recolectados, la tierra era frtil y haba gran cantidad de

ganado. Los siervos que estaban en los campos salieron despavoridos

cuando los vieron, y haban tenido que perseguirlos y someterlos.



Despus de explicarles la situacin, juraron lealtad y ya ms

tranquilos continuaron con sus trabajos. Era el atardecer cuando

regresaron a la fortaleza, Ivan se estaba bajando del caballo cuando

el hombre con pelo color zanahoria se acerc.

Seling Est todo en orden? Pregunt. Seling sopesando la

contestacin y revisando el patio asinti con la cabeza.

Despus de esto Ivan continu Maana al amanecer, coges a

todos los siervos que no sean imprescindibles aqu y a los prisioneros,

los llevas a trabajar en un foso alrededor de la empalizada, que sea

bastante profundo. Luego construiremos alrededor una muralla de

piedra a la altura del inicio de la ladera de la colina.

Seling volvi a asentir, pero cuando Ivan se iba hacia la casa lo

par.

Ivan, espera, hay todava una cuestin. Los hombres no han

parado de importunarme por las esclavas. Tienen la esperanza de

que se las entregues, se las estn sorteando y hasta ha habido dos

peleas por ellas.

Mientras oa a Seling, Ivan mirando hacia el poste reflexionaba, al

fin dijo. Cuando hallamos terminado la cena ordena que las traigan

a mi presencia, en ese momento decidir. Diciendo esto se march

hacia la casa, pero pensando en el tema, saba que los hombres

estaran impacientes, llevaban varios das sin mujeres y las jvenes

siervas eran insuficientes. Se poda quedar con todas, pero eso

creara resentimientos, adems. Qu mejor venganza que fuesen

usadas por todos sus hombres?

Alrededor del poste haba un grupo ms de hombres, con

rostros enrojecidos por la lujuria.

Diane Qu pensaran hacer estos salvajes con nosotras?

Puede que para divertirse nos dejen morir de hambre y sed, algunas



ya estn insoladas, despus de haber pasado todo el da bajo el sol.

La que hablaba era una joven algo mayor que Diane, morena y ojos

color miel.

Anne no s que es lo que nos espera, pero si esas son sus

intenciones tendremos que hacer algo para que al menos la muerte

sea rpida, esperemos a la noche. contest con voz preocupada.

Uno de los hombres que las estaba observando, coment. Se

creen que las vamos a matar de hambre, que equivocadas que estn,

antes de matarlas las disfrutaremos todos. Ivan ha dicho que

despus de la cena decidir lo que hace con ellas, esperemos que nos

entregue a todas. Los que le escuchaban rieron disfrutando por

anticipado.

Pues a m me gustara que me tocase la morena. Aadi el de

la derecha.

Yo quiero sta dijo el primero, extendiendo la mano y

tomando a Diane por la mandbula. Tiene carcter, parece una gata

salvaje, me divertir amansndola.

Diane no tuvo ms remedio que mirarle. Era un hombre por

dems desagradable, de estatura media, pelo y ojos negros, su boca

era grande con gruesos labios y sus manos tenan dedos gordos y

viscosos. Intent soltarse de esa mano, no poda resistir a ese

puerco, pero era tan fuerte la presin de los dedos que ni siquiera

pudo mover la cabeza, no por eso dej manifestar el miedo que tena,

sino que sus ojos despedan tal odio y repugnancia que el hombre la

solt, no sin antes mirarla amenazadoramente para despus

marcharse con sus compaeros haciendo bromas y rindose.

A Diane el corazn le galopaba, tena mezcla de sentimientos,

no poda rendirse al miedo, tena que demostrar fortaleza ante sus

damas para que stas no se hundieran. De ninguna forma se iba a



someter a esos brbaros, antes morira en el intento. Pero pensando

en sus amigas lleg a la conclusin de que stas por lealtad no tenan

que seguir su suerte, en cuanto volviese a ver a ese Ivan le exigira

que las dejase en libertad. Por otra parte tema volver verlo, es su

interior senta algo extrao desde que lo haba visto, era miedo con

algo ms que no saba definir. l le haba parecido brutal pero

tambin hermoso y eso era otra cosa que no llegaba a comprender.

El saln haba estado ms ruidoso que en la comida, los

hombres beban a placer, flotaba en el ambiente un regocijo

anticipado de lo que vendra cuando terminasen de cenar.

Cuando Seling vio que prcticamente la cena haba concluido,

sali al patio y orden que trajesen a las esclavas.

Los tres hombres que las haban estado vigilando soltaron las

cadenas que las retenan en el poste y las empujaron hacia la casa,

ellas con las manos todava engrilladas a la espalda intentaron

resistirse sin conseguir ningn resultado, no queran entrar, tenan

miedo y aunque no conocan las intenciones de los daneses

presentan que nada bueno les deparaba.

Al entrar en la casa las obligaron a quedarse en el centro del saln,

se hizo el silencio para a continuacin se alzasen voces vitoreando su

llegada, eran voces cargadas de violencia, diciendo obscenidades y

cosa que en la corta vida de ellas no haban odo jams.

Diane cegada por la ira y el ultraje comenz a gritar hasta que

todos se callaron paulatinamente. Salvajes, animales! y

dirigindose al jefe. Bestia, te exijo que impongas disciplina a tus

hombres y que inmediatamente liberes a mis damas, ellas no han

hecho nada para merecer esto, se han visto obligadas por su lealtad a

seguirme.



Ivan que haba estado hablando y disfrutando del espectculo,

dej de hacerlo cuando Diane habl, su expresin no transluca lo que

bulla en su interior, dej que terminara y luego se levant

lentamente, controlndose, los ojos se haban vuelto de un azul tan

oscuro como las alas de un cuervo. Despacio se acerc a ella.

Los hombres en el saln, por temor a que su jefe dejase en

libertad a las siete mujeres, protestaron, pero cuando se fijaron en su

semblante callaron, se dieron cuenta que podran quedarse sin ellas

por otra razn, su cara no presagiaba nada bueno, podra incluso

ordenar que se las matase inmediatamente.

Ivan mirndola a los ojos. Vosotras no sois damas slo

esclavas de mi propiedad, no podis exigir nada, no tenis ningn

derecho, tenis menos valor que mis animales, le grit conteniendo

la furia y los deseos de estrangularla.Y ahora, dirigindose a

todos. Como es joven la noche y tengo ganas de celebracin, nos

vamos a divertir un poco examinndolas, vamos a representar un

mercado oriental.

Los hombres que haban tenido la oportunidad de ir con l a los

viajes comerciales gritaron de jbilo. Llevadlas a la entrada, y

procurad que no pierdan detalle dijo a los guardias que las

custodiaban. Mientras los guardias hacan lo ordenado, Ivan se acerc

a dos hombres que estaban sentados y habl con ellos en privado,

stos se levantaron y se dirigieron hacia las mujeres, Ivan apoy las

caderas en la mesa que haba estado sentado y con los brazos

cruzados en el pecho esper. Su semblante era serio y fro.



CAPTULO II

Los hombres que se haban levantado de la mesa, trajeron a

una rubia, le haban puesto un collar de cuero con una corta cadena,

tiraban de ella arrastrando a la rubia como si de un animal se tratase.

Ella se retorca y resista, gritaba que la dejasen. Cuando la tuvieron

en el centro donde todos la pudieran ver, esperaron a la seal de su

jefe. Los guardias mientras, pusieron a las que quedaban un collar

con una cadena igual que el de la primera, ellas gritaban y

forcejeaban no consiguiendo nada.

Ivan hizo una ligera seal con la cabeza y uno de los dos

hombres se puso detrs de la rubia sujetndole los brazos y la

cadena al mismo tiempo. El otro se puso frente a ella, sac su daga y

empez lentamente a rasgarle la ropa, ella segua gritando y

retorcindose intentando soltarse sin ningn resultado, cuando

termin de rasgarle toda la ropa tir de los jirones y la dej

completamente desnuda.

No! Grit, y las otras a coro.

La rubia intent ponerse de rodillas en el suelo para taparse

pero no se lo permitieron, sino que el que estaba al frente suyo cogi

la cadena y tirando hacia arriba la hizo estirarse hasta estar de

puntillas, y de esta forma la empez a pasear por delante de todas

las mesas, el otro iba diciendo las caractersticas de la mujer en voz

alta para ser odo, cosa prcticamente imposible con el alboroto del

saln.

Cuando Ivan consider que haba sido bien expuesta, se acerc

a la llorosa mujer y cogiendo la cadena la llev a un grupo de cinco



hombres que estaban en la mesa de la derecha y les entreg la

cadena.

stos saltaron de la mesa y en volandas salieron con ella,

manosendola e ignorando sus gritos.

Los dos hombres repitieron todo con las que restaban, Ivan fue

repartindolas a su gusto, a la quinta se la entreg a los tres

guardias, pero estos esperaron a que acabase la funcin, la sexta

se la dio a los dos que orquestaban la exposicin y cuando lleg la

sptima fue l mismo quien la cogi, era Diane. A pesar de los

temblores, no hizo ademn de querer escapar, sino que permaneci

con la cabeza alta mirando a un punto indeterminado.

Ivan mirndola a los ojos fue quitndole de la ropa hasta

dejarla desnuda, vio que sus lgrimas estaban a punto de

desbordarse, pero se mantuvo firme intentando controlarlas, not

tambin los temblores cuando despus de exhibirla la empez a

tocar, quera que el castigo de ella fuese mayor, en el poco tiempo

que la conocan, ella se haba dedicado a insultarle y menospreciarle.

Por eso la haba dejado para el final, para que sufriese por lo

que les pasaba a sus amigas, para que esperase lo que ya bien saba

que le pasara, en definitiva quera humillarla vilmente, era lo que

mereca.

Se enrosc la cadena en una mano hasta que tuvo la mano

pegada a la nuca, haciendo que tuviese la cabeza levantada y lo

mirase a los ojos, con movimientos lentos levant la mano libre

comenzando a jugar con los rizos de la melena, luego pas un dedo

por la mejilla hasta el cuello, extendi la mano, la baj y cubri un

pecho con fuerza pero sin hacerla dao, despus de unos segundos

de jugar con el pezn con los dedos sigui bajando, masajeando por



donde pasaba de forma grosera hasta que lleg a la unin de los

muslos donde par.

En todo este tiempo saba que sus hombres estaban como

locos, le gritaban que la poseyera ah mismo y otras cosas ms

brutales, pero l estaba demasiado distrado para orlo todo, slo

estaba atento a los cambios en su semblante, le mir con odio, se

ruboriz cuando comenz a tocarla. Sus ojos reflejaban muchos

sentimientos a la vez, miedo, vergenza, ganas de llorar... l haba

querido esto, pero ahora no quera continuar delante de todos.

Notaba la excitacin de su entrepierna, la quera poseer y en ese

mismo momento se decidi, a pesar que no haba sido su intencin

desde el principio. Se quedara con ella!

Con una sonrisa en los labios que no le lleg a los ojos se la

carg al hombro y dijo. sta me la quedo, y sin hacer caso del

barullo se march a su cuarto.

Cuando entr en la habitacin la arroj sobre la cama, ella se

revolvi quedndose enfrentados. Bellaco, bastardo, hijo de...

Empez a insultarlo no pudiendo continuar porque el cogi el

collar y la alz, remarcando las palabras lenta y framente dijo.

Atiende, slo soy un hombre pero el hombre ms importante

para ti, soy tu dueo, te usar como me venga en gana, no mirar el

momento ni el lugar, ni las veces y menos tus deseos. Y cuando me

canse de ti bien podra entregarte a mis hombres para que te tomen

todos y cada uno en el patio o matarte como a cualquier animal.

Dicho esto tir del collar haciendo que bajara de la cama,

enganch la cadena del collar a un gancho que haba en un poste de

los pies de la cama, tendi en el suelo una piel y la orden que se

acostase.



Sin esperar a ver lo que haca ella, se desvisti, apag la vela

que estaba encima de la mesa y se acost en la cama.

Diane obedecindole se arrodill encima de la piel y al rato de

haberse acostado l, se tendi, no poda quedarse dormida, las

imgenes del da pasaban y se repetan en su mente. Pero al cabo de

una hora qued profundamente dormida. Ivan segua despierto, su

intencin no haba sido dormir, pero en el estado que se encontraba

saba que no podra contener su clera, as que con gran esfuerzo

haba decidido dejar las cosas como estaban. Pero el sueo no vena,

su excitacin no decreca, rememoraba el cuerpo de su cautiva, las

sensaciones que haba sentido al tocarla, no poder sacrsela de la

cabeza le enfureca y lo que ms le molestaba era que ella dorma

como si tal cosa. De pronto la oy quejarse, eran como suaves

gemidos, se asom para verla y vio que estaba dormida hecha un

ovillo, su cuerpo se estremeca por lo gemidos y el fro, esto por lo

menos le calm, por lo menos no iba a ser el nico en pasar una mala

noche.

Cogi otra piel y se la ech por encima cubrindola, al final ms

sosegado se durmi.

Al amanecer Ivan se levant, se visti y mir por unos

momentos a su esclava dormida, y sali.

Diane se despert al or cerrarse la puerta, mir a su alrededor

desorientada, hasta que record todo, pero afortunadamente l no

estaba.

Haban pasado dos horas sin que nadie viniese cuando la puerta

se abri de golpe y entr un hombre y la cerr, se la qued mirando

con una sonrisa, era el mismo que la haba tocado en el patio. Se

acerc a ella, la cogi por la melena y la levant de golpe, apret sus

labios con los de ella, haciendo que se le clavaran los dientes, not el



sabor de la sangre. Con la otra mano le cogi un pecho apretndolo

con crueldad, clavndole los dedos, al mismo tiempo que restregaba

su cuerpo contra ella con movimientos vulgares.

Ella estaba indefensa, el poste se le clavaba en la espalda y

brazos, estaba a su merced, lo nico que pudo hacer fue darle un

mordisco en los labios. El hombre ante el ataque sorpresivo se apart

de ella y con un gruido le propin una bofetada que le volvi la cara,

la volvi a coger por la melena y con mirada cruel le dijo.

Cuando Ivan se canse de ti, sers ma. Te vas a arrepentir de

esto la solt estrellndola contra el poste y se march.

Diane apenas poda sostenerse de pie, se encontraba dolorida

por el asalto sufrido. Qu ms le iba a suceder? Saba lo que ocurra

entre un hombre y una mujer por los comentarios que haba odo

cuando pensaban que ella no estaba, pero nadie en realidad le haba

explicado nada. De lo que s estaba segura era que sera contra su

voluntad, sera violada, no sera por amor. Primero sera el jefe de los

daneses y ms tarde la pasara a sus hombres como haba

amenazado la noche anterior. Thomas no llegara a salvarla, tendra

que aprovechar la ms mnima oportunidad para escapar, aunque si

seguan encadenndola no lo conseguira. Seor, aydame!

Volvi a abrirse la puerta y entr una sierva trayendo una

bandeja con comida, sin dirigirle la palabra, se acerc y con

movimientos rpidos la oblig a comer, no se opuso pues tena

hambre, a continuacin la ayud con su higiene y cuando termin

sali de la habitacin. Esta misma sierva volvi a la noche y repiti

todo sin hablar, mientras entraron ms siervos cargando una tina y

cubos con agua humeante, los echaron en la tina, dejaron dos llenos

y se fueron junto con la sierva que la haba alimentado, ninguno le



haba dirigido la palabra ni tan siquiera la haban mirado era como si

ella no existiese, como un mueble ms en la habitacin.

Ms tarde la puerta se abri y entr Ivan, la cerr y trab, se

acerc a ella con una risa pcara, su mirada se desplazaba lentamente

por su cuerpo detenindose ms en algunos lugares como en los

pechos y all abajo, la intensidad de la mirada la marcaba como si

fuese un hierro candente, la dejaba sin aliento. l no dijo nada y

cuando se cans se retir hacia la tina, primero se quit el grueso

cinturn, le siguieron el justillo de piel y la camisa que se la pas por

encima de la cabeza. Se sent en la silla para quitarse las gruesas

botas, se afloj las calzas y se las quit quedndose completamente

desnudo, a continuacin se meti en el agua humeante lavndose con

un pao enjabonado hasta que cogi lo cubos y se enjuag, sali y

con un lienzo se sec.

Diane que estaba de rodillas cuando empez a desnudarse,

farfull y gir la cabeza para otro lado para evitar verle. Pero cuando

se dio cuenta que sala del agua se gir hacia l y sin levantar la

cabeza del suelo se top con los pies descalzos, como si estuviese en

trance fue subiendo la vista a lo largo del cuerpo, un cuerpo

completamente diferente al suyo, nunca haba visto a un hombre

desnudo aunque saba como estaban formados. Cuando lleg a su

masculinidad abri los ojos al mximo, le pareci un monstruo,

inmediatamente le mir a los ojos para saber que se propona.

Ivan la haba estado observando todo el tiempo, vio como su

tez iba ruborizndose poco a poco hasta convertirse en un rojo

intenso, le pareci ms bella. Cogi la cadena y con un movimiento

suave tir de ella obligndola a ponerse de pie. Sin darse cuenta la

abraz, no haba sido su intencin, solo haba querido soltarle las

muecas, sin pensar lo que hacia la empez a besar y acariciar



despacio, sensualmente recorriendo con sus manos su cuerpo. Logr

que ella se excitase, que respondiese a los besos, que se agitase con

sus caricias como pidiendo ms. Sorprendido por lo que estaba

sucediendo levant la cabeza y la mir a los ojos, estaban velados,

pero poco a poco se aclararon hasta que se convirtieron en gemas

brillantes, y ella le arroj como agua de una jarra.

Desgraciado, bestia, vicioso, no me toques con tus pezuas,

mi hermano te destripar si osas a tocarme.

l, alterado por la rabia al orla, contest. Me importa poco lo

que haga tu hermano, cuando venga ya me encargar de l, le

colgar por el cuello y lo dejar as para que sea devorado por las

alimaas. Todava no te has dado cuenta que hago lo que me

apetece?

De lo que me he dado cuenta es que eres lo ms repulsivo

que he encontrado en mi vida, ojal pudiera matarte con mis propias

manos, te lo repito no vuelvas a tocarme, sera contra mi voluntad

Piensas violarme?

Si quiero te tomar aqu y ahora, no tengo que obtener tu

consentimiento porque no tienes ni el derecho a negarte.Pero la

empuj contra la piel, la tap con la otra y se acost tras apagar la

vela, su excitacin haba desaparecido.



CAPTULO III

Empezaba a salir el sol, cuando Diane fue sacudida, hasta ese

momento haba estado tan profundamente dormida que le cost por

unos instantes reconocer donde se encontraba, no tena fuerzas ni

para abrir los ojos y tena todo el cuerpo dolorido. Not que le

retiraban de golpe la piel que la tapaba, recibiendo el fro del

amanecer a continuacin recibi una cachetada en las nalgas. Ah se

despabil, se irgui y ofendida pregunt. Quin se atreve a

tocarme de esa forma? mir a su alrededor hasta que se enfoc en

Ivan, se le abrieron totalmente los ojos, con la cara enrojecida por la

ira y la vergenza.

Ivan que se haba levantado de buen humor sonro al ver lo

airada que estaba, le contest. Tu amo y seor

Eres un salvaje, nunca pierdes la oportunidad de demostrar el

animal que eres.

Ivan perdiendo su buen humor ante la contestacin, la cogi por

la melena levantndola y la acerc. Diane crea que se ahogaba, la

tiraba con tal fuerza que el collar se le incrust en la suave piel del

cuello estrangulndola. Ivan al ver que perda el color y no poda

respirar, se dio cuenta que todava estaba amarrada al poste,

inmediatamente la solt de la melena y ella cay aturdida sobre la

cama, sujetndola con un brazo la levant y la oblig a que bebiese

un vaso de agua, poco a poco fue recuperando el color y cuando la

respiracin se normaliz la dej sobre la piel del suelo, le quit los

grilletes de las muecas. Pens en lo que haba estado a punto de



ocurrir mientras su rabia pasaba, arrepintindose de su brusquedad,

no quiso decir nada, termin de vestirse y cuando estaba abriendo la

puerta volvi la cabeza. Ests bien?, pregunt sin tener

consciencia de que lo haca.

Si contest Diane con desprecio.

Esto te enseara a no presionarme, obedece y no volver a

suceder tampoco pensaba decir esto, pero con el tono de la

contestacin le aflor otra vez la rabia.

Ella sin ceder le espet. Espero que la prxima vez consigas

llegar hasta el final, as no tendr que sufrir ms malos tratos y

humillaciones de t parte.

La prxima vez sers castigada convenientemente si no refrenas

tu lengua de arpa.

Diane abri la boca para replicar pero la cerr, pens que no iba a

conseguir nada con esa discusin.

Al comprobar que no replicaba. Bien, parece que empiezas a

aprender, no saldrs de la habitacin, vendrn como todos los das a

atenderte, espero que te comportes convenientemente, s recibo

alguna queja por tu comportamiento, ser Hans el que se ocupe en

atenderte sabiendo lo poco que le gustaba Hans. Me has

comprendido? agreg y se fue.

Claro que Diane haba comprendido. Pas todo el da encerrada,

una sierva fue tres veces y aunque intent trabar conversacin con

ella no lo consigui. Al llegar la noche volvi. Ivan, le puso los

grilletes en las muecas y sin decir una palabra se desvisti y se

acost. Diane pens en que no haba podido hablar con nadie, ni

siquiera con l y s l no hablaba difcilmente poda averiguar lo que

tramaba, tampoco tuvo oportunidad de pedirle ropas. Esta actitud la



inquietaba ms que si la atacase, as pas parte de la noche hasta

que se durmi de aburrimiento ms que cansancio.

Ivan al amanecer despus de vestirse, recogi un envoltorio

que haba trado el da anterior y lo tir al suelo junto a Diane, se

agach para destaparla, le dio una palmada otra vez en las nalgas y

esper su reaccin. Diane abri lentamente los ojos, le mir con odio

pero no dijo nada, ya se estaba acostumbrando a ese despertar.

Ivan sonro al ver que ella herva por dentro pero no se quejaba,

solt la cadena y le quit los grilletes, le seal el envoltorio y dijo.

Ponte lo que hay en l.

Diane lo abri con cautela y vio que haba ropa, la extendi, era

una falda y un corpio diminutos. Le dirigi la mirada con

incredulidad y suplica. Pero esto no es ropa, son unos trozos de

tela, no puedo ponerme esto. Me obligars?

S, te lo pondrs, es la ropa de nuestras esclavas y eso es lo

que t eres. Como vio que no se mova le grit irritado.

Pntelo!

Diane se sobresalt por el grito y tan aturdida qued que sin

darse cuenta de lo que hacia empez a ponerse la ropa.

Mientras la observaba, estaba pensando que los das que la

haba tenido incomunicaba le haban sentado bien, pareca que ya no

tena ganas de replicar. Era lgico que no le gustase la ropa que le

haba entregado, era insultante y desvergonzada por su pequeez,

haba encargado que se hiciese expresamente para ella despus de

pensarlo mucho. En realidad las esclavas que tena en sus tierras

llevaban ropa diferente, no tan impdica, pero su intencin era que

se diese cuenta en todo momento de su baja categora.



Diane se puso la falda que ms bien pareca un ancho cinturn,

por arriba se le vea el ombligo y por abajo apenas cubra la mitad de

los muslos y para colmo uno de ellos se le vea a por completo por la

raja que llegaba hasta la cintura. Otra cosa era el corpio o ms bien

el trozo de tela, era una tira estrecha que se ataba con un cordn por

delante, intent darle la vuelta para que el cordn quedase a la

espalda pero l no la dej, dejaba ms al descubierto de lo que

tapaba, le marcaba los pechos, remarcando los pezones, por arriba se

vea una buena parte del nacimiento de los senos y por abajo llegaba

justo para taparlos. El cordn no llegaba a cerrar del todo

permitiendo ensear ms carne de esa zona.

Con la cara enrojecida por la vergenza y la humillacin de

mostrarse tan descubierta, dijo murmurando. Esto no tapa nada.

Ivan rindose, contest. T no ves la utilidad de esa ropa, pero

te aseguro que la tiene, en primer y segundo lugar me permite

recrearme con tu cuerpo y acceder con facilidad a lo que yo quiera y

en ltimo lugar te recuerda quin eres. Es una ropa que no ensea

ms de lo que yo quiero que ensees por el momento, quiero que los

dems aprecien lo que poseo y lo que no ven saben que me lo

reservo en exclusividad...tambin por el momento. Y desde luego, no

me lo discutirs, que tapa ms que lo ltimo que llevabas, y que todo

el mundo vio.

En todo lo que le dijo iban ocultas muchas amenazas, amenazas

que ella comprendi.

Ivan la miraba y saba que la estaba humillando, avasallando y

sometiendo, pero era lo que haba pretendido desde el principio

aunque no le estaba dejando un buen sabor de boca, nunca se haba

comportado as con otro semejante, intencionadamente. Tampoco

pudo evitar hallarla radiante con el sonrojo de sus mejillas y la



luminosidad de sus ojos, la ropa le sentaba bien ajustndose a la

perfeccin como una segunda piel y marcndole todas las curvas.

Muy a pesar suyo, esa ropa la hacia parecer ms bella y deseable, le

iba a ser difcil no ponerle las manos encima, Quera castigarla por

ser sajona pero tambin sera un tormento para l. De repente lleg

el casi convencimiento de que la iba a conservar por bastante tiempo,

mucho ms del que haba credo.

Cansado dej los reproches de su conciencia de lado y admiti

que se iba a divertir y disfrutar domando a su fierecilla. Rompiendo

con pensamientos y el silencio que reinaba le dijo:

Diane, quiero que arregles la habitacin todos los das, tambin

reparars mis ropas sealando un montn encima de la silla. A la

hora de las comidas me servirs en el saln atenta de que no me

falta nada. T nica obligacin ser atenderme slo a m dentro y

fuera de este cuarto. Terminado de decir esto sali de la habitacin.

Diane despus de pensar y asimilar lo que le haba ordenado, sin

prisa se puso a poner en orden la habitacin y murmurando para s

Qu se habr credo el imbcil? Qu le ordene la habitacin y

le sirva las comidas? Qu este atenta a todas sus necesidades? Ja,

se lo ha credo, veremos quin gana a quien, en unos das no sabr

que hacer conmigo, me pedir de rodillas que me vaya.

Durante toda esta retahla haba terminado todas sus obligaciones

en la habitacin y ya era la hora de la comida. Dud, pero despus

entre vergenza y curiosidad de lo que pasaba con su gente, decidi

salir. Armndose de valor abri la puerta y se top con un guardia.

Este la cogi de las muecas y le puso unos grilletes unidos por

una cadena que le permita separarlas unos treinta centmetros como

mximo. Despus cogi del suelo un collar con una cadena larga y se



lo puso al cuello y tirando de la cadena la llev a la cocina dejndola

all.

Diane se neg a mirar a los que estaban all. Cogi un plato que

ya esta servido con una mano y con la otra una jarra de cerveza y se

dirigi al saln. Estaba lleno de hombres, la vergenza casi no la

dejaba respirar, pero sin mirar a nadie, y levantando brevemente la

cabeza consigui localizar a Ivan, se dirigi hasta all y le puso el

plato y la jarra delante. l sin mirarla bebi la cerveza de un trago y

se la entreg.

Trae otra.

Diane volvi a la cocina y lleno la jarra, pero cuando volva, Hans

con mala intencin piso la cadena del collar que arrastraba hacindola

caer de rodillas y que se rompiese la jarra.

Mientras recoga los trozos le dio tiempo para recuperar el aliento

que haba perdido con el tirn, cuando termin se levant, mir

brevemente a Ivan con odio y fue en busca de otra jarra.

A pesar de la distancia el vio las lgrimas resbalar por las mejillas,

tuvo intencin de ayudarla y consolarla, pero se dio cuenta de lo que

haba estado a punto de hacer y decidi que no modificara su

venganza. Todava le caan lgrimas cuando trajo la nueva jarra, era

un llanto silencioso, pero los ojos reflejaban rabia, no dolor. Esto hizo

que Ivan ahuyentase lo que le quedaba de arrepentimiento, tom la

cadena y tir de ella obligndola a ponerse de rodillas a sus pies. Era

la mujer ms terca que haba conocido, lo lgico es que se

aprovechase de su condicin de mujer, en cambio era toda desafo e

insolencia, tena que domarla como fuese, quitar esa altivez de sus

ojos. Aunque sigui comiendo, la comida dejo de ser sabrosa, atenda

a las conversaciones pero de forma distrada, en su interior seguan

bullendo sus contradicciones. Por un lado estaba molesto por tener



que actuar de forma tan cruel con esa mujer, pero por otro se senta

justificado. Una de las razones de haber invadido a estos sajones era

la venganza, les estaba devolviendo lo que se merecan.

Una hora ms tarde, el saln fue quedndose vaco, Ivan tir de

la cadena para llamar su atencin, y le orden: Vete a la cocina y

come. Cuando termines sube a la habitacin y no bajes hasta la hora

de la cena.

Diane sin decir nada ni siquiera mirarle se fue obedecindole, no

era porque no tuviese ganas de responder, pero saba que s lo haca

las cosas empeoraran. Se sent en una mesa de la cocina y alguien

le puso un plato de comida. Levant la cabeza para ver quien era y

agradecerle. Dios mo! Pero si era Anne. Diane qued horrorizada

ante la apariencia de su amiga. Anne tena el ojo derecho hinchado y

amoratado casi no lo poda abrir, la mejilla inflamada y los labios

haban aumentado de grosor y el inferior tena una herida.

Balbuciendo por fin tuvo coraje a preguntar. Qu te han hecho

Anne?

Si me lo preguntas eso quiere decir que no lo has sufrido, mejor

que lo ignores. Has tenido suerte de que el jefe se haya quedado

contigo, pues parece que no te trata mal. Te aconsejo que le

obedezcas, que no se canse de ti, porque si eso sucede te entregar

a sus hombres y algunos son unas malas bestias, en especial Hans, el

que me compr a mi primer amo.

Dicho esto Anne continu con su trabajo y Diane sin decir nada

termin su comida y subi a la habitacin. Pero cual fue su sorpresa

cuando vio que el guardia que estaba en la puerta era Hans, se

acerc cautamente, sus piernas temblaban de miedo. Cuando lleg a

la altura de Hans, ste tena una sonrisa de maldad cogi la cadena

del collar y tirando de ella la meti a la habitacin, enganch la



cadena al poste y sin que ella sospechase de sus intenciones se

abalanz sobre ella y la inmoviliz con sus fuertes brazos, la

manoseaba rudamente.

Diane se recuper de la sorpresa y del miedo empezando a

forcejear, le increp. Aprtate de m, no me toques cerdo!

Hans se apart un poco para poder mirarla y con desprecio.

Con que cerdo, vers lo que har contigo, lo de t dama

parecer un juego de nios.

Ella le contest. No te pertenezco, Ivan es mi dueo y estoy

segura de que lo que estas haciendo no le gustar levant la rodilla

y le propin un rodillazo en la entrepierna.

Hans se apart bruscamente soltndola, sus manos cubran la

zona afectada, con rabia Perra! Cuando seas ma te descuartizar

poco a poco y los trozos se los ir dando a los perros, pero antes,

primero te usar y luego vender tus servicios, para despus

torturarte de tal forma que me rogars que acabe con tu vida.

Diciendo esto le dio una fuerte bofetada que la hizo caer de

rodillas y sangrar por un labio, la alz atrapndola por el cuello con

una mano y con la otra retorcindole un pecho, esto hizo que Diane

diese un alarido de dolor.

sta es una pequea muestra de lo que te espera. Te gusta

cario?

Diane no pudo decir nada retorcindose para librarse sin

conseguirlo.

Hans estuvo maltratndola por unos minutos, pero como saba

que poda venir alguien y descubrirlo, la solt, no si antes aadir.



Esto tendr que esperar, supongo que estars anhelando

impaciente, como lo estoy yo, de nuestro prximo encuentro y

diciendo esto se fue.

A Diane tardaron en desaparecerle los temblores. Se acordaba

de su conversacin con Anne y de lo que le haba aconsejado, pero la

idea de someterse a Ivan para librarse de Hans no le agradaba,

estaba en un callejn sin salida. Paso el tiempo mientras pensaba

como solucionar sus problemas, hasta que se dio cuenta por el

bullicio de la planta baja que ya era la hora de la cena. Fue tambin

en este momento que advirti que Hans la haba dejado inmovilizada

y no poda salir de la habitacin. Bueno se dijo, no tengo la culpa,

Ivan tendra que prescindir de ella.

Haba pasado media hora escasa cuando un guardia entr.

Ivan pregunta por ti. Cmo te atreves a desobedecerle? Est

enojado, no s como pagars por tu rebelda, no me gustara estar en

tu lugar. Levntate y baja!

Diane estaba atnita por la acusacin, ese mulo no se daba

cuenta de que no poda. No puedo bajar. No te das cuenta cretino

que estoy encadenada?

Al darse cuenta de que ella tena razn, pregunt enojado.

Quin ha sido? Diane pens en decirle que lo ignoraba, pero

tena ganas de que castigasen a Hans. Ha sido Hans.

Entonces puede que te libres del enojo de Ivan y lo pague

Hans por su torpeza. Contest y al mismo tiempo desenganchaba la

cadena del collar, para luego llevarla a la cocina.

Diane con rapidez sabiendo que estaba retrasada, aunque no

por su culpa, sirvi a Ivan la cena y sin que l le dijese nada se

arrodill a sus pies. Ivan la dej hacer y luego tir de la cadena para

llamar su atencin. Te has retrasado, quiero una explicacin.



Ella sumisa, no queriendo que al final recayese en ella el

castigo, le dio la misma versin que al guardia y antes de que Ivan

pudiese decir nada, el guardia se acerc y confirm lo mismo.

Ivan se puso de pie enfadado, era cierto que la obligaba a estar

encadenada, pero no quera que se llegase a ms y esa era la razn

por la que dejaba un guardia. Con voz fuerte para que todos le

oyeran dijo. Escuchad, esper a que se hiciese silencio y

continu.

A cualquiera que tenga guardia en mi puerta, seguir estas

instrucciones, cuando mi esclava salga del cuarto tendr que llevar

siempre los grilletes y el collar, pero cuando vuelva a entrar se le

sacarn las dos cosas Comprob que haban atendido y se sent

continuando con la cena.

En la comida de la noche se beba ms en la del medioda, la

gente estaba alegre. Ivan tambin haba bebido ms, pero se

encontraba en perfectas condiciones, tena deseos de divertirse, el

da haba sido satisfactorio. Tir del collar levantando a Diane, la

abraz por la cintura y la sent en su regazo. Ella opuso algo de

resistencia, pero fue intil, le mir de reojo con el ceo fruncido, pero

l estaba atento a la conversacin que mantena con Seling.

Diane se encontraba muy incmoda sentada sobre el regazo de l,

no saba que hacer o si tena que decir algo, disimuladamente mir al

resto del saln, la mayora estaban concentrados en sus propias

diversiones, salvo unos pocos que les observaban. De golpe Diane se

dio cuenta que Ivan le haba puesto una mano sobre su muslo y la

acariciaba.

Diane se qued totalmente quieta, l lo estaba haciendo

mientras hablaba, pareca que lo haca inconscientemente. La mano

que haba tenido en su cintura tambin estaba acariciando, sta se



desplazo poco a poco hasta el pecho que tena ms cercano, los

dedos rozaban el borde del corpio, delineaban el pezn o se

introducan dentro.

Estaba tan distrada con lo que haca esa mano que cuando se

quiso dar cuenta la mano que haba estado haca unos segundos en el

muslo haba alcanzado su femineidad. Diane tembl parte por la

sorpresa parte por la agitacin que estaba creciendo en su interior,

notaba unos cambios extraos en su ser, su respiracin se haba

acelerada, sus senos se sentan muy sensibles, nunca haba sentido

nada igual.

Ivan segua hablando o ms bien escuchando, no estaba todo lo

atento en la conversacin como pareca, sin que Diane lo notase la

estaba observando, ella se haba ruborizado y saba que no era

totalmente por el recato. Pero lo que haba empezado no estaba

saliendo como esperaba. Con el propsito de someterla haba

decidido que sera ms humillante para ella hacerlo delante de sus

hombres en el saln, adems de que tambin dejara en claro que le

perteneca, pero lo que no haba calculado es que se volviese contra

l, nada ms ponerle las manos encima empez a notar su propia

excitacin.

Ahora quera ms, pero no era el lugar, no saba como parar y ella

no estaba ayudando, por primera vez no haca lo que se podra

esperar de ella.

Sin poder controlarse la bes de forma rpida y ardiente, ella dio

un respingo que l no advirti, pues con prisa la levant del regazo

levantndose tambin l, pas una mano por detrs de ella dndole

un azotazo y a continuacin la sujet por la cintura, mientras haca

que se dirigiesen hacia el piso superior. Antes de subir gir la cabeza

y grit a Seling.Maana seguiremos con el tema, ahora tengo cosas



ms gratas que tratar los hombres que le oyeron le hicieron

comentarios lascivos entre risotadas.

Cuando llegaron a la habitacin Ivan despidi al guardia y

entraron, nada ms traspasar la puerta Diane se separ bruscamente

de Ivan mirndole. l trab la puerta y se fue acercando a ella

despacio, sin dejar de mirarla a los ojos, ella fue retrocediendo hasta

que sus piernas toparon con el borde de la cama. Todo se

desarrollaba como si fuese un sueo a cmara lenta, Ivan fue

avanzando hasta estar casi pegado a ella y sus manos se levantaron

y la abrazaron. La boca de Ivan busc la de ella, la hizo abrir los

labios y su lengua busc la de Diane con dulzura. Diane al principio se

mostr pasiva, pero luego se uni al cortejo del beso, paso por la

cabeza de Ivan, las manos engrilladas, para atraerlo ms cerca.

Perdieron el equilibrio y cayeron atravesados en la cama, las

manos de Ivan estaban en todas partes, y enardecido por la pasin

convirti el beso en algo ms urgente y brusco, y ella reaccion al

dolor. Esta vez Ivan s se enter. Cmo te has hecho eso?

Diane con el dolor baj de las nubes, y record lo que haba

ocurrido en el saln y eso hizo que le mirar con ira y cerrara la boca

tercamente, l la cogi de la barbilla apretando hasta que vio las

lgrimas en los ojos y suaviz la presin. Respndeme si no quieres

que te haga ms dao.

Es el trato que me ha dado uno de tus hombres, seguramente

recibiendo tus rdenes Le contest con resentimiento aun sabiendo

que no era totalmente cierto.

Quiero que me digas quin fue y qu te ha hecho. Y ante una

duda mayor. Eres virgen? pregunt todo de golpe y gritando.

Todo eso a ti que te importa? No se quien era aunque si lo

supiese no te lo dira minti y en cuanto si soy o he sido virgen



slo le importa a mi prometido y futuro esposo, cosa que gracias a

Dios t no lo eres.

El rostro de Ivan se convirti en una mscara de hielo, la solt

con disgusto. No digas nada ms, desndate y acustate que no

note que tan siquiera ests aqu, porque creo que no podr

contenerme y sin decir una palabra ms se desvisti, apag la vela

y se acost. En su fuero interno quera golpear y aplastar a alguien, y

no quera que fuese ella, porque cuando acabase estara muerta, as

que lo mejor fue acostarse.

A pesar de le haba ordenado no hacerse notar, poda or su

llanto, pero opt por pasarlo por alto. No pudo casi dormir en toda la

noche y antes del amanecer sali de la habitacin.



CAPTULO IV

La noche para Diane fue larga, despus de quitarse la ropa y

acostarse en su piel, se tap casi la cabeza, los nervios al fin la

traicionaron, haba tenido sentimientos totalmente encontrados, por

un lado haba sido maltratada y humillada y por otro lado haba

estado en la gloria por breves momentos. Las lgrimas terminaron

por llegar, y lo que ms le dola es que l estuviese enfadado con

ella, a pesar de haber sido atacada, de haber sido la vctima inocente

no la quera ni ver, era increble e incomprensible.

Ivan al bajar al saln despert a sus hombres de malas formas

y les orden que cogiesen sus caballos que saldran de

reconocimiento.

Los hombres obedecieron entre gruidos pero cuidndose que l

no los oyese, saban que cuando estaba con ese talante era mejor no

cruzarse en su camino. Estuvieron fuera de la fortaleza hasta la

noche, los hombres estaban fatigados, pero para Ivan haba sido

relajante, estuvo pensando en lo acontecido, nunca se haba puesto

tan furioso, otras veces haba compartido sus mujeres con sus

hombres, pero al saber que otro la haba tocado surgi una furia

ciega dentro de l que se oblig a ignorarla e incluso tuvo que salir en

medio de la noche de la habitacin, para no levantarse y

estrangularla, pero ya ms tranquilo reconoci que ella no tena la

culpa, sus hombres no haban recibido rdenes concretas acerca de

como tratarla.



Nada ms entrar mand que se le preparase el bao en la

habitacin, cen y subi directamente a su alcoba, ella estaba sobre

su piel, ni siquiera lo mir.

Levntate! le orden.

Ella sigui en la misma posicin ignorndolo, la haba ofendido

al mximo, no quera saber nada con ese hombre irracional.

Ivan cogi la cadena del collar y tir de ella haciendo que ella

se levantase. A continuacin le quit los grilletes y se separ un par

de pasos, contemplndola. Eres hermosa. No puedo culpar a nadie

que te desee, tu cuerpo tienta a cualquiera. No tienes que tener

vergenza aunque te hayas entregado a otro, vendrs a m con ms

experiencia.

Qutate la ropa.

No, no lo har. Yo no me he entregado a nadie. T me tratas

como a una prostituta, crees que me voy entregando a todos los

hombres que pasan delante de m, ests equivocado. No me

entregar a nadie si no es por amor y mi eleccin, y menos a ti. Te

odio!

Oh s que lo hars! Quieres que llame a tu amante para que

te ayude? El seguramente est encantado, conozco a mis hombres y

puede que me den algunos consejos sobre tus preferencias.

Ella encontrndose atrapada, con temblores y sollozos

ahogados se dio la vuelta dndole la espalda empez a quitarse la

ropa con rapidez, con temor de volver a ver a Hans. Qued

completamente desnuda ante l, vencida. No se contentaba con

humillarla sino que adems la haba llamado prostituta

solapadamente, no le explicara lo que haba sucedido porque el

nunca la creera.



Ivan la cogi de un brazo y la llev hasta la tina preparada, la

oblig a meterse y le tir un pao enjabonado. Bate!

Mientras Diane se baaba, estaba atento a todos sus

movimientos.

Ms que limpiarse por necesidad lo que quera era borrar de ella

las invisibles marcas de otras manos sobre su cuerpo. Su primera

intencin no haba sido insultarla, pero ante la aptitud de ella, su mal

genio retorn y dijo lo que dijo sin proponrselo.

Segn la miraba, una creciente excitacin se iba apoderando

poco a poco de l, saba que no aguantara mucho tiempo, as que le

ech bruscamente agua por encima. Sal!

Ella sin decir nada le obedeci, con rostro sonrojado le dio

la espalda cubrindose con las manos. l la cubri con un gran

lienzo para que se secara.

Ivan se desnud y se meti en la tina. El bao fue rpido

y cuando ya estaba seco se acerc tranquilamente a ella.

Diane al tenerle tan cerca le empezaron a temblar las piernas,

pero no era totalmente por miedo sino tambin por el calor que se

expanda por su cuerpo, su respiracin se volvi entrecortada como la

noche anterior. l suspir, se haba retenido mucho, pero ya no ms,

esta noche sera suya. Solt la cadena y con ella en la mano se meti

en la cama. Diane hizo ademn de tenderse en sus pieles, pero l

empez lenta y suavemente a tirar de la cadena atrayndola. Diane

se resista cogiendo con sus manos la cadena para tener un punto de

apoyo, pero lo mir por un instante a los ojos y se encontr como

hipnotizada por ellos. Se dej llevar hasta que qued de rodillas

sobre la cama, Ivan con su mano libre la tom de la nuca y la atrajo

hasta sus labios.



El beso fue tierno y suave al principio, hasta que poco a poco se

convirti en hambriento, la forz a entreabrir sus labios con la lengua

y se hundi en el interior de su boca.

La lengua de l exploraba y persegua la de ella. Diane sin darse

cuenta apoy suavemente sus manos en el pecho musculoso, sus

sentidos empezaron a girar vertiginosamente, su voluntad se

debilitaba, no saba lo que quera, solo saba que estaba entre sus

tiernos y fuertes brazos, y la sensacin era agradable.

Ivan la hizo girar hasta que la tendi de espaldas sobre la cama y

su cuerpo medio encima de ella. Los besos se hicieron ms exigentes,

su excitacin fue aumentando, cuanto ms cerca la tena, ms la

deseaba. No haba sabido como haba podido esperar tanto, era la

mujer ms bella que haba visto y era suya.

Los besos la abrasaban con un fuego que produca dolor pero

tambin placer, la dejaban sin aliento. Lo poco que le quedaba de

juicio se abri paso en su interior. No! , levantando una mano

para separarlo. Pero l no hizo caso, ya no poda ni quera echarse

atrs, la cogi las manos con una suya y se las sostuvo por encima

de la cabeza, mientras su rodilla se meta entre los muslos de ella

separndolos. Ella empez a insultarlo, pero sus palabras se

ahogaron en la boca de l, su cuerpo se retorca bajo l, ms por la

excitacin que por el leve intento de resistencia, esto consigui

inflamarle ms.

Un intenso calor y algo extrao se fue adueando de Diane que le

aceler el pulso. La besaba posesivamente, su boca fue bajando

pausadamente por su cuerpo, dejando huellas de fuego por donde

pasaba.



Lleg a uno de sus montculos, lo bes suavemente, jug con la

cima que se puso dura como un botn y pas al otro haciendo lo

mismo, cada vez que tocaba sus pechos estos temblaban ante las

sensaciones.

l sigui jugando y excitndolos, con los labios, la lengua o los

dientes que mordan con suavidad esas dos puntas endurecidas y ella

se arqueaba para darle mayor facilidad mientras que gema de gozo.

Sin dejar de excitar y endurecer esas partes sensibles, con

precaucin le solt las manos y con esa mano bajo hasta su vientre

acariciando y apreciando la suavidad de la piel.

Diane al tener las manos libres las baj a la mata de pelo de la

cabeza de l, atrayndolo ms, forzndolo a que no parase de hacer

las cosas deliciosas que haca su boca, pero Ivan alz levemente el

rostro, la mir y lo que vio fueron sus ojos lnguidos de sensualidad,

sonri para s, saba que ahora ella era suya en su totalidad, en ella

se haba despertado un volcn que ninguno poda detener.

La mano de Ivan se hizo camino por el tringulo sedoso, sus

dedos se introdujeron en esa selva, la acarici y excit hasta la

locura. Ella gema, se revolva, deca palabras incoherentes, estaba

hmeda y preparada para recibirle. Rpidamente y sin dejarla de

acariciar, no quera darle ningn respiro, Ivan cambi de posicin y

antes de que ella si diese cuenta, estaba colocado entre sus piernas,

penetrndola con rapidez. Ella dio un grito de dolor y con un acto

reflejo tir hacia atrs de la melena. Cuando Ivan not el desgarro

interior se qued inmvil, no esperaba que fuese virgen, haba

supuesto que ella se haba entregado antes, s lo hubiese sabido

habra sido ms suave y considerado.



En ese breve momento de dolor, Diane volvi a la sensatez,

pero l la beso con ternura, haciendo que la excitacin volviese, le

susurraba palabras que no entenda, mientras la llevaba a las alturas,

a enloquecerla de pasin otra vez hasta que las caderas se alzaron

hacia l exigentes. Su boca busc la suya, besndose salvajemente,

sin posibilidad de saciarse mutuamente.

Ivan ya sobreexcitado por las exigencias y la entrega total de

ella se movi frenticamente dentro de ella. Ella lleg a gritar dos

veces el nombre de Ivan, al llegar la explosin final que los arrastr

como un ro de lava.

Por breves instantes, jadeante aun, tuvo su frente apoyada en

el pecho de ella, se dio cuenta que ella estaba inmvil, levant la

cabeza con temor y sobresaltado. Ella respiraba, slo se haba

desvanecido.

Haba sido tan intenso lo que haban sentido que por un

momento haba temido lo peor. Nunca haba estado con una mujer

con un cuerpo tan delicado, sus otras experiencias haban sido con

mujeres proporcionadas a su tamao, siempre haba evitado a las

mujeres ms menudas, y aunque Diane no era baja, su cuerpo era

menos robusto, pero a pesar de sus temores, esta mujer se haba

amoldado perfectamente al de l, nunca haba tenido una experiencia

tan extraordinaria. Esta pequea haba sido tan exigente como l, se

haba comportado como una gata salvaje a pesar de que haba sido

su primera experiencia.

Solt el aire y con una sonrisa se hizo a un lado, apoyndose el

un codo estuvo mirndola como dorma ignorante de todo lo que la

rodeaba, luego extendi la piel cubrindolos y con el brazo la atrajo

como queriendo que nunca hubiese separacin entre sus cuerpos, y

finalmente el cansancio y la satisfaccin le hizo quedarse dormido.



CAPTULO V

Faltaban apenas dos horas para el amanecer, cuando Diane

despert notando un peso sobre su cintura y una respiracin muy

cerca de su odo, se volvi un poco y vio que Ivan estaba a su lado

dormido. De golpe vinieron a su mente las escenas de lo que haba

pasado haca unas horas.

Se separ silenciosamente para que no despertara y sali de la

cama. Se le qued mirando incrdula por lo que haba hecho con ese

hombre. Su rostro relajado por la placidez del sueo le haca parecer

mucho ms joven y se haba borrado el aire de fiereza y crueldad. No

poda creer que un hombre de su fuerza y tamao la hubiese tenido

entre sus brazos tan tiernamente y que a pesar de la forma en que

tan salvajemente la estaba humillando desde que lo haba conocido,

se hubiese comportado tan gentilmente. Se acerc a donde haba

dormido los anteriores das, se acost y se tap. Cmo haba

reaccionado de esa manera? Ella le odiaba, pero su cuerpo haba

tenido voluntad propia, le haba deseado con toda su alma, cuando

en un momento l par, la haba invadido la desesperacin, si el no

hubiese seguido, la ansiedad la hubiese ahogado, no poda engaarse

a s misma, su deseo haba igualado si no superado al de l. Haba

sido una mujer fcil en sus brazos y s el la segua tratando como una

mujerzuela, ella tendra que atenerse a las consecuencias, ya que as

era como se haba comportado. Se hizo el propsito de que nunca

ms sera dbil ante l y convencida de que lo conseguira se durmi

repitindose. Nunca ms!



La despertaron de golpe arrancndola la piel y apenas haba

abierto los ojos la haban cogido del brazo y levantado.

Qu haces aqu durmiendo? Era Ivan el que hablaba y la

sacuda para despertarla, estaba enfadado, no comprenda porque

estaba as.

Esta es mi cama, t estabas dormido as que supuse que no me

queras en tu cama dijo Diane atropelladamente.

T lugar es donde yo indique y si no te dije que te fueras, te

tendras que haber quedado. Desde ahora dormirs en la cama junto

a mi.

No, lo que pas anoche no volver a suceder.

Eso lo decidir yo, t no tienes nada que decir, eres ma, y

como mi propiedad me obedecers dijo Ivan acalorado. Segundos

despus ms dominado agreg. Ahora vstete y dedcate a tus

obligaciones.

Ivan haba estado furioso, se haba despertado y cuando se dio

cuenta de que ella no estaba en la cama pens que se haba

escapado.

Baj un pie al suelo para salir a buscarla cuando la vio acurrucada

sobre la piel durmiendo. La rabia se apoder de l y no pudo evitar la

tentacin de despertarla. Despus de lo que haba pasado entre

ellos! Cmo haba podido dejar el lecho? Era tan inocente que no

saba lo que significaba? Si, desde luego era inocente, haca unas

horas que ella era virgen, no saba nada de pasiones.

Pero la hara comprender.

Diane se haba quedado sola en la habitacin, se visti rpido, no

quera pensar en nada, recogi la habitacin y cuando fue a colocar

las sbanas vio manchas de sangre, su sangre, su virginidad



sacudi la cabeza para no pensar y rpidamente las cambi por

otras limpias y las manchadas las dej en un rincn escondidas para

que nadie las pudiese ver. En cuanto tenga una oportunidad

pens las lavara ella misma, si las entregaba para lavar se daran

cuenta de lo que haba sucedido en la noche y eso era precisamente

lo que no quera.

Cuando lleg la hora de la comida sali para bajar, el guardia que

estaba en la puerta cumpli con las ordenes que Ivan haba dejado

claras en la cena. Al llegar a la cocina, nadie la hizo caso, todos

estaban ocupados, se dio cuenta de que todava no haban llegado los

hombres al saln, se asom a la ventana y observ el exterior. Los

hombres estaban entrenando con sus armas como todas las

maanas, aunque ella no los haba visto hasta ahora, saba que lo

hacan porque desde la habitacin oa el chocar de los metales.

El entrenamiento era duro y todos estaban cubiertos por el sudor.

Ivan con una pesada espada se ejercitaba con Seling, eran tan

vigoroso que pareca real. Cada vez que Seling atacaba ella se pona

tensa en un acto inconsciente. Cuando el entrenamiento se acab se

apart deprisa del ventanal, los hombres se acercaban a la casa y no

quera que la descubriesen espindolos.

Esper en la cocina hasta que vio que Ivan entraba y se diriga

a su sitio mientras charlaba de forma desenfadada con los que le

acompaaban. Inmediatamente le sirvi la comida y se fue a

arrodillar a sus pies cuando l se lo impidi. Ve a comer, cuando

termines sube.

Ivan vio como ella se alejaba. Se qued pensativo, haba estado

tan distrado que casi Seling le gana, no poda dejar de pensar en

ella, en las sensaciones maravillosas que haba sentido, l crea que



lo haba experimentado todo, pero lo de la noche haba sobrepasado

todo lo conocido.

Tambin estaba enfadado consigo porque no quera que sus

necesidades lo dominasen, tendra que tener cuidado para no

ablandarse, tena que recordar que ella era una odiosa sajona, una

esclava y que cuando terminase con ella se la pasara a sus hombres,

era lo que merecan los sajones. Adems tena que considerar que no

haba conseguido dominarla totalmente, pero eso no revesta

problema alguno, despus de unos das ella no tendra ninguna

voluntad. Esta ltimo idea le arranc un gesto de desagrado,

realmente en su fuero interno no quera llegar a esos extremos, en lo

ms profundo de su ser lo que realmente quera era que ella fuese

totalmente suya, no la quera cambiar ya que le gustaba su entereza,

y sobre todas las cosa quera que sintiese la necesidad de estar

siempre dispuesta a l.

Diane en la cocina comi algo pero como no tena apetito termin

pronto y subi al cuarto, el guardia no estaba ya que no se esperaba

que ella subiese tan rpido. Cuando entr lo primero que vio fue el lo

de las sabanas manchadas y decidi que era el momento de lavarlas,

todos estaran comiendo y no la veran, con resolucin cogi las

sabanas, baj la escalera y cuando se dispona a salir por la puerta

una mano la sujeto del brazo.

Dnde vas? Pregunt el hombre que la retena, nunca lo

haba visto.

Voy a lavar las sabanas.

No puedo dejarte, nadie me ha dicho que puedas salir de la

casa.

Pero... pero si hay que lavarlas, son de la cama de Ivan y

diciendo esto dio un tirn soltndose y sali corriendo.



ste que vio que se le escapaba, se agach corriendo y cogi la

cadena que arrastraba del collar, tir con fuerza y Diane cay al suelo

de espaldas.

Ivan que en ese momento tambin sala, slo alcanz a ver que

Diane sala corriendo de la casa y uno de sus hombres se lo impeda.

Qu es lo que pasa aqu?

El hombre se adelant y contest con algo de temor

Ella quera salir de la casa, no s si deca la verdad, dijo que

tena que lavar unas sbanas, pero t ordenaste que no se la dejara

salir, se lo dije, pero no me hizo caso y sali corriendo as que se lo

imped.

Ivan asinti. Bien, dame la cadena, yo me encargar de ella.

El hombre se la entreg y se march como alma que lleva el

diablo, Ivan era un buen jefe pero cuando se enfadaba era peligroso

estar a su alcance y ser el centro de su ira.

Ivan con la cadena en la mano se acerc donde todava Diane

estaba cada, la ayud a ponerse de pie. Te dije que cuando

terminases de comer subieses a la habitacin Porqu ests aqu?

Diane pudo apreciar porque el hombre que la haba retenido se

haba ido con tanta celeridad, Ivan estaba furioso, y ella sera la que

pagara las consecuencias por desobedecerle. Poniendo cuidado en

sus palabras. Eso hice, pero cuando entr en la habitacin vi las

sbanas que tena que lavar y decid hacerlo.

Sabes bien que no te he dado permiso para que salgas de la

casa.

Es verdad que no me has dado permiso, pero tambin es

verdad que me ordenaste que me encargase de tener tus cosas en

condiciones y stas son las sbanas de tu cama.



Por esta vez no recibirs ningn castigo, pero no quiero que

vuelva a suceder. No quiero que laves nada, cuando haya que hacerlo

se lo pasas a una sierva.

Pero si a m no me importa hacerlo, no tengo mucho trabajo,

adems necesito un poco de aire y sol, no puedes tenerme siempre

encerrada dijo atropelladamente.

No me digas lo que puedo o no hacer, no saldrs de la casa si

yo no lo mando, cllate y no me repliques ms o sers castigada. Ve

ahora mismo al cuarto! dijo, demostrando que su paciencia se

haba agotado.

Diane entrecerr lo ojos, levant la cabeza, lo mir con furia

impotente. Con la mandbula apretada y las manos en dos puos gir

dndole la espalda, con paso decidido entr en la casa, olvidndose

de las sbanas.

El la estuvo observando hasta que entr en la casa, pero

cuando se volvi para ir a los establos vio tiradas en el suelo las

sbanas, las recogi y se diriga a una sierva cuando se dio cuenta

que las sbanas estaban manchadas de sangre. Ahora estaba todo

claro, le hizo evocar lo sucedido en la noche, claro, por eso ella

estaba tan empeada en lavarlas, no quera que nadie las viese,

hasta se haba arriesgado a recibir un castigo, gracias que l haba

conservado la paciencia. Con una sonrisa de conocedor, guard las

sbanas, fue a los establos y mont su caballo saliendo al campo

exterior, con nimo tranquilo, hoy le haba sobresaltado dos veces,

pero haban sido falsas alarmas y se haba enfadado con ella

injustificadamente.

Diane subi al cuarto, no estaba el guardia en la puerta como ella

esperaba, como estaba con Ivan debieron de pensar que no haca

falta ninguna vigilancia. Tendra que soportar hasta la noche la



incomodidad del collar y los grilletes, pero no era lo peor, ahora todos

sabran lo de las sabanas, no saba como iba a soportar bajar y que la

mirasen.

Aunque no tena vigilancia y l la dejase salir de la casa, ella no

tena ningn inters de hacerlo, se morira de vergenza.

Era casi la hora de la cena cuando Ivan entr en el cuarto, sin

decir nada cogi la cadena del collar y la oblig a seguirle a pesar de

que se resisti no hizo caso de sus protesta.

Dnde la llevaba? l nunca la haba ido a buscar, se extrao ms

cuando pasaron de largo por el saln y salieron de la casa, siguieron

andando hasta que llegaron a la zona del lavadero. Ahora s estaba

segura que estaba loco, haca poco que la haba ordenado que no

lavase y ahora la traa aqu. Ivan la solt las manos y puso en ellas

ropa, Diane le mir con interrogacin, l no dijo nada, baj los ojos

haca lo que le haba dejado en las manos y se asombr.

S tantas ganas tenas de lavarlas, hazlo dijo Ivan.

Los ojos de Diane mostraron agradecimiento y el rostro un rubor

sentador. La expresin de l demostraba que recordaba lo que haba

pasado entre ellos, pero eso no le importaba tanto, ya que l era el

nico que estaba enterado adems de ella. Sin darse cuenta de que

sonrea y sin pensar ms se puso manos a la obra. Restreg hasta

hacerse dao en los nudillos, nunca haba lavado, pero despus de un

rato de esfuerzo consigui que las manchas desaparecieran, las

extendi bien en una cuerda y se volvi hacia l.

Ivan apoyado en la pared de la casa cercana la haba estado

observando. Extasiado con sus movimientos, ella ignoraba que con

sus esfuerzos en lavar, su cuerpo se mova hacindole que despertara

sus deseos. Los pechos se balanceaban y el vaivn de las caderas lo

estaban volviendo loco, tan sumergido estaba en escenas erticas



que no se dio cuenta que haca un rato que le miraba.Incmodo dijo.

Eje..., espero que quede algo de comida. Vamos?

Diane le precedi y al entrar fue a la cocina e Ivan se sent en su

silla, Diane le sirvi la cena y se fue al cuarto sin pensar en cenar.

El guardia que estaba en la puerta le quit el collar y le pregunt

por los grilletes. Ivan los tiene

Y se meti en la habitacin cerrando la puerta, rpidamente se

acost en su piel sin quitarse la ropa e ignorando que le haba

ordenado dormir en la cama. Quera evitar que se repitiese lo de la

noche anterior.

Ivan no se entretuvo mucho con la comida, estaba impaciente por

subir y hacer realidad las escenas erticas que haba imaginado,

subi rpido, entr en la habitacin y trab la puerta, cuando se

volvi y vio donde estaba ella, el rostro le cambi, no estaba en la

cama sino que le estaba desafiando acostndose otra vez en el suelo

y estaba dormida o ms bien se lo estaba haciendo, estaba seguro

del engao.

Grit. Levntate!

Diane por breves segundos dudo, poda hacerse la dormida pero

Ivan haba subido casi detrs de ella y su voz transmita enojo as

que se levant despacio, sabiendo que no era inteligente enfurecerlo

mucho, pero s algo para que no la desease.

Qutate la ropa. Mando l.

Hace fro preferira dormir vestida. Contest ella.

Qutatela o prefieres que lo haga yo.Amenaz. Me encargar

que no tengas fro.

Ella buf pero se dio la vuelta y se desvisti, cuando termin fue a

inclinarse para tumbarse otra vez sobre la piel pero l la detuvo

cogindola de un brazo y hacindola girar para que le diese la cara.



La mirada de l la estaba abrasando, pareca que quera absorber

todo su cuerpo y a pesar de su resolucin not que una oleada de

deseo que invada su cuerpo y creca y creca. Intent soltarse pero l

la atrajo y la abraz.

Arona Allocco - Barbara Pasion

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